El sector financiero vive un momento de transformación profunda. La competencia crece, los hábitos de los clientes evolucionan y la tecnología está redefiniendo las reglas del juego. La experiencia de cliente, históricamente un pilar esencial en el sector, se ha convertido hoy en un factor decisivo para la fidelización y el crecimiento.
En este contexto, la inteligencia artificial está marcando una diferencia real. Así lo demuestra Foundever, una de las tres principales compañías a nivel global en atención y experiencia de cliente, en su nuevo informe sobre el potencial de la IA para revolucionar la experiencia del cliente en el sector financiero.
“La IA ya no es una opción, ni una promesa a futuro. Es una palanca estratégica que permite a bancos, aseguradoras y fintechs mejorar radicalmente la retención y experiencia del cliente. Las entidades que adopten la IA de forma estratégica y sepan combinar el potencial de esta tecnología con la empatía y el conocimiento humano estarán en una posición de ventaja real en el mercado actual”, destaca Guillaume Laporte, Chief AI Officer en Foundever.
Entre los principales beneficios se encuentra la capacidad de personalizar los servicios ofrecidos. Gracias al aprendizaje automático, los asistentes virtuales pueden identificar patrones de comportamiento de los clientes financieros, proporcionando respuestas más personalizadas y relevantes. Esto mejora la satisfacción del cliente al ofrecer soluciones precisas y oportunas.
Otro aspecto destacado es la automatización de tareas repetitivas. La IA puede manejar tareas repetitivas como la verificación de cuentas, la generación de informes y la respuesta a preguntas frecuentes, liberando tiempo de los agentes para atender a casos más complejos y personalizados. La protección de datos también es una prioridad para las soluciones basadas en IA. Estas tecnologías utilizan encriptación y protocolos de seguridad robustos para proteger la información sensible de los clientes financieros. También cumplen con normativas como GDPR y SOC II, garantizando que los datos estén seguros y protegidos.
Además, la flexibilidad de la inteligencia artificial permite que las instituciones financieras se adapten rápidamente a nuevas regulaciones y cambios en el entorno del mercado. Esta capacidad de respuesta ágil es crucial para mantenerse en cumplimiento normativo y ofrecer servicios competitivos en un entorno regulatorio en constante evolución.
Por último, la implementación de esta herramienta contribuye a una notable reducción de costes. La automatización de procesos y la reducción de errores humanos pueden llevar a una disminución significativa en los costes operativos. Además, la IA puede ayudar a identificar tendencias y patrones que permiten optimizar recursos y mejorar la eficiencia.