Por qué puede ser un gran año para los multiactivos: el caso de la estrategia Balanced
| Por Cecilia Prieto | 0 Comentarios

El año 2023 estuvo marcado por tantas incertidumbres que, para muchas estrategias de inversión, no fue hasta el cuarto trimestre cuando llegó la oportunidad de generar retornos. Tal fue el caso de la estrategia Balanced de Janus Henderson Investors; en un webinar celebrado recientemente por la firma, los gestores Jeremiah Buckley y Michael Keough, responsables respectivamente de las asignaciones a renta variable y renta fija, aportaron claves sobre el comportamiento de la estrategia en el último trimestre de 2024 y dieron claves sobre el posicionamiento en esta primera parte de 2024.
Ambos gestores explicaron que la razón del cambio de régimen en los mercados a vino dada por el cambio de discurso de la Reserva Federal en diciembre, hacia una posición más dovish al avanzar la posibilidad de que sí podría conducir a la economía estadounidense hacia un soft landing. Esto provocó una fuerte caída en las tires a lo largo de la curva de tipos de interés y un estrechamiento en los diferenciales de la deuda corporativa de los que se benefició la estrategia en la parte de renta fija.
Keough puso en valor la capacidad para generar rendimientos positivos de la estrategia: “Una de las razones para invertir en una estrategia equilibrada es que puedes mantenerte invertido a lo largo de diferentes ciclos de mercado y puedes generar buenos retornos con menos volatilidad”.
La estrategia Balanced, activa desde 1992, ha invertido históricamente entre el 35% y el 65% de su cartera en renta variable, dependiendo del grado de convicción de los gestores en cada momento del ciclo económico. Jeremiah Buckley comenzó 2023 con una asignación del 56%, pero muy pronto el equipo incrementó rápidamente la asignación, “dada nuestra confianza en el crecimiento de los beneficios y en nuestro convencimiento de que la Fed se estaba acercando al final de su ciclo de subidas de tipos”. Así, para finales del primer trimestre ya estaban en el 60% de renta variable y esta posición se mantuvo estable el resto del año, terminando 2023 en el 61%.
De esta forma, la asignación a renta variable terminó 2023 con su mayor exposición por sectores a tecnologías de la información (18,7%), consumo discrecional (8,8%), ciencias de la salud (8,7%), finanzas (8,6%) y servicios de comunicación (5,7%), mientras que mantuvo una exposición mínima a sectores como energía (1,8%) o materiales básicos (0,5%). “En este periodo, favorecimos a compañías más cíclicas en cartera, dado el rápido cambio en las expectativas sobre los tipos de interés, aunque nos seguimos centrando en compañías capaces de crecer a tasas de interés compuesto multi anuales que son menos dependientes del entorno macro”, aclaró Buckley.
Perspectivas optimistas para 2024
De cara a este año, ambos gestores muestran su optimismo en sus respectivas clases de activo. Se apoyan en la estimación de que la Reserva Federal iniciará un nuevo ciclo de bajadas de tipos – anticipan un recorte de 75 puntos básicos en 2024- en un contexto de relativa fortaleza de la economía estadounidense. Michael Keough destaca por un lado que el mercado laboral estadounidense sigue encontrándose en mínimos, lo que significa que los consumidores estadounidenses tienen empleo y eso les permite seguir gastando y así apoyan a la economía. Por otro lado, observa que el mercado laboral está volviéndose más equilibrado, al haberse reducido la tasa de nuevas vacantes de empleo, que interpreta como un indicio de se está aliviando la tirantez del mercado laboral. “Esto es un avance importante no solo para la economía, también para la renta fija y la renta variable, porque es el inicio de un cambio de régimen”, afirma. Keough añade que, con un mercado laboral menos tenso y la inflación en trayectoria descendente, los inversores están adentrando ahora “en un entorno diferente para asumir riesgos”.
“Pensamos que los rendimientos de la renta fija son atractivos y que las perspectivas de crecimiento de los beneficios corporativos son favorables en 2024”, corrobora Buckley. Éste avanza que, dadas estas previsiones más optimistas, la estrategia Balanced ha empezado 2024 optimista con el gasto en consumo discrecional, sobreponderando los sectores de servicios de consumo, software y servicios y entretenimiento.
Las otras dos grandes temáticas a las que han buscado exposición en cartera son la innovación en el sector de las ciencias de la salud, con inversión en compañías del segmento, y una exposición a semiconductores por su previsión de que las empresas seguirán adoptando progresivamente la IA generativa, lo que llevará a una mejora en las ganancias por productividad y el avance hacia una economía más digital. Esto explica que el top 5 de posiciones esté ocupado en la actualidad por Microsoft, Apple, Alphabet, NVIDIA y Mastercard. Buckley explica que buscan compañías “con un fuerte crecimiento secular que coticen a valoraciones comprensibles”, al tiempo que busca una exposición equilibrada por sectores “por si la economía se debilita de forma inesperada”.
En cambio, en la asignación a renta variable el equipo ha optado por infraponderar la exposición a bancos, energía y telecos, así como a sectores con bajos retornos sobre el capital (REITs, utilities, materiales) y a sectores que puedan verse afectados por la combinación de tipos más elevados y caída del ahorro acumulado durante la pandemia, como hardware o automóviles.
En la parte de renta fija, Keough detalla que la estrategia presenta actualmente una duración efectiva de 6,3 años, con una apuesta clara por la calidad (un 48,5% de la asignación está en bonos con rating AA y otro 12,8% en rating AAA). Los otros dos grandes temas que refleja la asignación de renta variable son la selección de bonos, con una asignación dinámica a grandes bancos sistémicos y en bonos de compañías tecnológicas que presentan fuertes tasas de crecimiento por su exposición a semiconductores e IA, así como una posición larga en riesgo de MBS de agencia (28,8%), un posicionamiento en ABS y CMBS que sean AAA y exposición a infraestructuras ligadas a la digitalización, como centros de datos de gran escala. La deuda IG supone un 25% de la asignación a renta fija y los MBS no respaldados por agencias, un 8,4%. En cambio, la estrategia infrapondera los treasuries respecto a su índice, con un peso del 17,7%.
Fuente: Janus Henderson webcast de Balanced – realizado el 21 de marzo de 2024.
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