¿Puede el gasto de capital repuntar el déficit de un consumidor que se debilita?

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¿Puede el gasto de capital repuntar el déficit de un consumidor que se debilita?
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Yann Gar. Can Capital Spending Pick Up the Slack From a Weakening Consumer?

A menudo pienso que el gasto del consumidor y la producción industrial son el yin y el yang de la economía de Estados Unidos. En los años posteriores a la crisis  financiera, se sorprende la yuxtaposición de la resistencia del consumidor en comparación con la debilidad del lado industrial y de fabricación de la economía.

Sin embargo, ahora hay señales de problemas de que el consumidor está bajo presión.

«Está ocurriendo algo malo que no podemos explicar». Esta cita sobre el consumidor estadounidense nos la dijo la administración de un minorista de artículos del hogar. ¿Dramático? Sí, pero no atípico de lo que escuchamos de otras empresas de consumidor. Por ejemplo, el CEO de Starbucks, Howard Schultz, dijo que la empresa nunca ha visto en un trimestre una convergencia de la agitación social y política en el país, que debilitara la confianza del consumidor y aumentara la incertidumbre a nivel global.

Si profundizamos un poco en los números, los datos recientes no hablan tampoco de una historia optimista. Por ejemplo, la mitad de los minoristas informó un crecimiento negativo en las ventas año tras año en la misma tienda durante el segundo trimestre de 2016.

Por supuesto, el minorista tradicional se enfrenta a desafíos estructurales del comercio electrónico y el continuo aumento de Amazon. Pero algo más ocurre aquí.

¿Un consumidor decaído significa que el mercado de acciones no puede seguir subiendo? Por supuesto que no. De hecho, hay algunos motivos para esperar que el sector industrial y una recuperación en el gasto de capital (CapEx) podrían hacer repuntar el déficit del consumidor estadounidense.

Se menciona ampliamente que los gastos del consumidor representan alrededor de dos tercios de la economía de EE. UU. Sin embargo, el gasto del consumidor ha contribuido únicamente en un 20% de la variación en el crecimiento del PBI en los últimos cinco años.

Mientras tanto, la inversión privada, que representa menos del 20% de la producción, contribuyó en un 52% de la variación en el crecimiento.

Sí, el gasto del consumidor es una parte enorme de la economía, pero posiblemente no sea el lugar correcto en el cual concentrarnos en este momento. El capital productivo o el gasto de la planta y el equipo, pueden ser una parte pequeña de la economía, pero son mucho más volátiles que el gasto del consumidor.

Intuitivamente, esto tiene sentido. Por poner un ejemplo, los consumidores del supermercado podrían gastar un poco más en artículos de mayor valor si se sintieran confiados. Pero no duplicarán su consumo de alimentos.

El gasto de capital es diferente. Las empresas pueden cambiar rápidamente de manera razonable su gasto de capital si cambiar su perspectiva. Dado que el gasto comercial es más volátil, una mejora puede cambiar de manera significativa la trayectoria de la economía.

En otras palabras, la acción real para la economía está en el gasto de capital, y se está dejando de lado durante la débil recuperación. Existen muchas razones para esto.

Primero, al inicio de la crisis financiera, los inversores han recompensado a las empresas que generaron un libre flujo de efectivo, dividendos y recompra. Los inversores querían producción y no les entusiasmaba que las empresas hicieran costosas inversiones a largo plazo. También hemos visto más industrias con una cantidad relativamente menor de grandes empresa que han mantenido el suministro y la capacidad limitados, evitando así disputas en la participación de mercado.

Por último, en muchas industrias, la regulación se ha tornado un factor mucho más significativo en los últimos años. Eso ha forzado a que las empresas a desviar recursos internamente y aumentó la incertidumbre sobre la perspectiva a largo plazo de sus negocios.

En general, ha sido un esfuerzo duro para el sector de fabricación. El aumento del dólar estadounidense lastimó las exportaciones, la caída de los precios del petróleo golpeó a las empresas de energía y las ventas de autos dieron marcha atrás, a pesar de los niveles del registro del 2015. El índice de gerentes de compras (PMI) del Instituto de la Administración de suministro (ISM) ha estado rondando los 50, lo que indica un crecimiento más bien plano.

En general, las empresas han recortado sus gastos y no invirtieron en la planta y en los equipos. Si miramos los datos macro como el ISM y el envío, las cosas son laxas.

Pero podría haber motivos para tener esperanza. La elección de noviembre proporcionará claridad y políticas potenciales que respaldan el crecimiento en la economía industrial. Estas políticas pueden incluir la repatriación de una parte signi cativa de los 2.000 millones de dólares en efectivo en el extranjero, reducciones de la tasa impositiva de las corporaciones federales de EE. UU. del 35%, gasto de infraestructura y regulación reducida.

El escenario del mejor caso sería un círculo virtuoso del aumento del gasto de capital, que impulsaría la productividad y llevarían a un crecimiento económico más fuerte.

En resumen: Es más necesario un repunte en la inversión del capital productivo que un gasto del consumidor impulsado por la deuda.

Edward J. Perkin es director de Inversión de Capital Eaton Vance Management.

El Brexit perjudica las expectativas de M&A

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El Brexit perjudica las expectativas de M&A
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Andina Bitterlich. El Brexit perjudica las expectativas de M&A

El apetito inversor en Europa se ha visto afectado por la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea, según la cuarta edición del European M&A Outlook, publicada por CMS en colaboración con Mergermarket.

El informe analiza la opinión de 230 ejecutivos de empresas y firmas de private equity en Europa, antes y después del referéndum del Reino Unido de 23 de junio. Después de la votación del Brexit, el 66% de los encuestados opinaba que las operaciones de M&A en Europa serían mínimas en los próximos 12 meses en comparación con el 18% antes del referéndum. Aunque solo el 23% de los encuestados antes del 23 de junio se mostraba menos optimista que el año anterior sobre los niveles de actividad europea de M&A, después de la votación, el 90% manifestó un menor optimismo sobre la perspectiva europea de operaciones.

A pesar de la volatilidad e incertidumbre, aún queda margen para un optimismo cauto. Stefan Brunnschweiler, responsable del Grupo de Corporate M&A en CMS, comenta: “Europa se sigue considerando un destino importante de operaciones, tanto transfronterizas como intrarregionales Europa está muy abierta al negocio y las valoraciones favorables podrían estimular potencialmente el mercado. Y, con el paso del tiempo, ganarán aquellas compañías que estén preparadas para invertir.”

De hecho, los datos de Mergermarket muestran solamente una pequeña ralentización en las operaciones de M&A del Reino Unido y Europa en el tercer trimestre.

Charles Currier, responsable de Corporate M&A en CMS en Londres, afirma que: “Los datos sobre la tendencia de M&A están muy en línea con los globales, que en términos de valor y volumen están más cerca de la actividad de 2013 que los altos niveles de 2014 y 2015. El Reino Unido encabeza la lista en términos de volumen y valor transaccional en Europa, a pesar de la votación del Brexit, y muchos otros mercados en Europa siguen siendo perspectivas atractivas para los nuevos compradores.

Una ventaja potencial del Brexit para los compradores es su efecto sobre el precio de los activos. Después del Brexit, el 54% de los encuestados afirma que los activos infravalorados serán uno de los factores más importantes para el comprador, comparado con el 39% antes de la votación. Entre las empresas y las firmas de capital riesgo que se plantean una adquisición, los precios favorables son un factor clave de motivación para casi nueve de cada diez.

Los ejecutivos encuestados también tienen la sensación de que las operaciones transfronterizas en Europa aumentarán en términos de volumen y valor en los próximos 12 meses. Casi cuatro de cada cinco anticipan más operaciones transfronterizas de M&A en Europa para el próximo año, y el 61% cree que aumentará el valor de esas operaciones. Los compradores de Norte América y China, en particular, se asegurarán de comprar activos para fomentar el crecimiento extranjero.

Mientras tanto, la tecnología podría constituir el catalizador que acelera el mercado de M&A en una Europa post-Brexit. La gran mayoría de los encuestados (un 80%) dicen que la tecnología o propiedad intelectual supondrían el aspecto más importante de su próximo objetivo de M&A europeo.

Metodología

En el segundo trimestre de 2016, Mergermarket encuestó a altos ejecutivos de 170 empresas y 60 firmas de capital riesgo con sede en Europa sobre sus expectativas para el mercado de M&A europeo en lo que queda de año. Volvimos a encuestar a los mismos participantes después de la votación del Brexit en julio y agosto. Todos los encuestados habían participado en operaciones de M&A en los últimos dos años.

Ken Leech: “No creemos estar en las últimas fases del ciclo crediticio”

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Ken Leech: “No creemos estar en las últimas fases del ciclo crediticio”
Foto cedidaKen Leech, director de inversiones de Western Asset. Ken Leech: “No creemos estar en las últimas fases del ciclo crediticio”

El debate sobre si el final del ciclo de crédito está cerca encuentra en Ken Leech, director de inversiones de Western Asset, un punto de vista negativo. El experto de esta filial de Legg Mason especializada en renta fija global cree que en esta teoría lo que no encaja es la fase increíblemente bajista en los productos de mayor riesgo que observamos desde junio de 2014 hasta el 11 de febrero de 2016. “Estas fases suelen caracterizarse por un repunte en los mercados de activos de riesgo, unos diferenciales ajustados y la creación de burbujas”, afirma.

Leech sitúa el punto álgido de esta tendencia en el mes de febrero, cuando cristalizaron los temores sobre el aterrizaje forzoso de China, los reducidos precios de las materias primas y las preocupaciones sobre el sector bancario a escala mundial. “Desde entonces el repunte de los bonos de alto rendimiento energéticos ha sido espectacular, arrojaron una rentabilidad del 59% desde el 11 de febrero de 2016 hasta el 30 de septiembre de 2016. Por consiguiente, no creemos que nos encontremos en las últimas fases del ciclo crediticio».

Sus perspectivas a nivel global contemplan un crecimiento mundial aceptable en el entorno del 3% mientras EE.UU. seguirá anémico a un ritmo del 1,5%, algo que, además, no creen que vaya a acelerarse en el corto plazo. Ken Leech considera, además, necesario que los bancos centrales continúen con sus políticas acomodaticias hasta que la recuperación mundial se afiance. “Los elevados niveles de deuda a escala mundial sugieren que será necesario un tiempo para que se materialicen las mejoras, así como unos estímulos monetarios muy superiores por parte de los bancos centrales”, sostiene.

En este sentido, su pronóstico es que la Fed mantendrá su cambio de rumbo hacia una postura más acomodaticia al menos hasta que el crecimiento económico alcance su objetivo, las condiciones financieras mejoren considerablemente y las perspectivas de inflación aumenten. “Debido a los desafíos a los que se enfrentan los bancos centrales, nosotros, como gestora, no creemos que vayamos a asistir a un cambio de tendencia significativo e inminente en el plano monetario”, explica. 

De hecho, el experto ve claro que las reducidas perspectivas de inflación obligarán al Banco Central Europeo (BCE) a actuar de nuevo. “Si el BCE da por terminado su programa de relajación cuantitativa y empieza a retirarlo, los rendimientos europeos podrían aumentar drásticamente. No obstante, en cuanto a la pregunta de si nos encontramos en un cambio de tendencia, nosotros creemos que la respuesta es «no» y esperamos que el BCE mantenga su programa de relajación cuantitativa».

En cuanto a Reino Unido, Leech no muestra una especial preocupación por el desenlace del Brexit. “Supondrá una transición muy complicada, pero no tenemos una postura excesivamente pesimista. La política presupuestaria desempeñará un papel determinante, pero la monetaria seguirá siendo muy destacada”, comenta.

China tampoco parece a sus ojos un foco de inestabilidad excesivamente preocupante con una tasa de crecimiento “manejable” y la certeza de que el gigante asiático seguirá revistiendo una importancia crucial para entender las perspectivas de crecimiento mundiales.  “Los temores sobre China se han calmado, pero podría ser demasiado pronto para apagar las alarmas. Los inversores deberán seguir estando alerta y ser prudentes».

En este contexto, el experto cree que los bonos del Tesoro estadounidense y demás deuda pública cuentan con el respaldo de la política monetaria. “Las valoraciones parecen razonables, especialmente en el complicado contexto al que se enfrentaron durante los dos años anteriores, y priorizamos una asignación diversificada y centrada en los activos de mayor riesgo”. Sin embargo, reconoce que en aquellos sectores donde aprecian una recuperación total del valor, empezarán a liquidar posiciones.

 

“El resultado de las elecciones en Estados Unidos no debería implicar cambios sustanciales en las estrategias de inversión”

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“El resultado de las elecciones en Estados Unidos no debería implicar cambios sustanciales en las estrategias de inversión”
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Nakashi. “El resultado de las elecciones en Estados Unidos no debería implicar cambios sustanciales en las estrategias de inversión”

Los mercados suelen reaccionar rápido para digerir las nuevas realidades y eso es lo que va a pasar con la elección de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos. En las próximas semanas los inversores encontrarán también el nuevo equilibrio entre las clases de activos de sus carteras, explica David Lafferty, jefe de estrategia de mercados de Natixis Global Asset Management. Y pone como ejemplo, cómo se rebalanceo el riesgo en las carteras tan sólo dos o tres días después de la votación del Brexit.

Con respecto a las consecuencias de este escenario político en Estados Unidos para las carteras, Lafferty explica que “el riesgo entre los activos será aún más alto de lo que hemos visto hasta ahora. Somos bastante escépticos con respecto a las estrategias sectoriales diseñadas para beneficiarse de quién ocupe el despacho Oval. Suele haber mucha distancia entre las propuestas de un candidato y la implementación de sus políticas”.

Para el gestor de Natixis GAM, lo más importante para los inversores, más allá de la retórica, es que sean lo suficientemente prudentes como para recordar que, en realidad, “el resultado de estas elecciones no debería implicar cambios sustanciales en sus estrategias de inversión”.

“Nuestra opinión es que las pérdidas generadas por las elecciones estadounidenses mejoren las valoraciones. Esperamos que la volatilidad continúe aumentando en los mercados de capitales que luchan en un final de juego fatal para los bancos centrales. La victoria de Trump sólo ha acelerado un poco las cosas”, apunta el gestor.

Como la volatilidad seguirá aumentando entre las clases de activos que están plenamente valoradas, Natixis espera encontrar beta y amplios retornos de mercados, eso sí, manteniendo siempre la cautela. “Es probable que las oportunidades más importantes para los inversores provengan de la generación de alfa, la diferencia de los precios entre los índices, en contraposición a los rendimientos de los índices”, dice.

Por último, dice, como ya observamos con el Brexit, “este resultado puede dar una lección a los inversores”. Los mercados son impredecibles y las encuestas a menudo se equivocan, y por eso Lafferty propone que los inversores usen esta experiencia como guía para medir su propia tolerancia al riesgo y, de esta forma, entiendan que “evaluar con precisión el umbral de dolor que pueden soportar es la única forma que los inversores puedan navegar con calma en los periodos de pérdidas en el corto plazo”, concluye el experto.

¿Qué significa el triunfo de Trump?

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¿Qué significa el triunfo de Trump?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Gage Skidmore. ¿Qué significa el triunfo de Trump?

Donald Trump ha ganado porque, a los ojos de los electores estadounidenses, lo que representaba era mucho más importante que sus controvertidas posturas. Su victoria debe enfocarse como un acontecimiento de primera magnitud dentro del retroceso de la gran globalización económica liberal que comenzó hace años.

En todo el mundo desarrollado, la clase dirigente que ha apoyado esta globalización está siendo rechazada por una mayoría de personas que se sienten amenazadas y quieren más protección, trabajos mejor remunerados (o simplemente trabajos) y más igualdad. El referéndum británico sobre la UE ya fue un hito importante dentro de este movimiento de gran calado.

Las mayores expectativas depositadas en los gobiernos para que recuperen parte del control entregado a unos mercados globalizados darán forma al futuro de los mercados financieros. Traerán consigo políticas keynesianas, con el consiguiente aumento del déficit y la deuda pública. Bajo la presión del electorado, no se debería sobrevalorar la capacidad o voluntad de los parlamentos elegidos (en el Reino Unido y en EE.UU.) para ir contra lo expresado directamente por “el pueblo” en las urnas. Por lo tanto, las políticas presupuestarias más expansivas deberían caracterizar la coyuntura económica en 2017.

Lógicamente, las bolsas deberían enfocar este nuevo paso como algo que favorece la rotación sectorial hacia acciones cíclicas y de perfil “value” que ya lleva produciéndose varios meses. Pero la pregunta clave es cómo van los bancos centrales a acompañar este movimiento con sus políticas y cómo van a integrar los mercados de bonos los mayores riesgos para la inflación y la estabilidad financiera. Estas dos preguntas introducen los que posiblemente son los dos riesgos más subestimados de 2017: los mercados de bonos y la credibilidad de los bancos centrales.

Didier Saint-Georges es miembro del Comité de Inversión de Carmignac.

 

El día después de Trump

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El día después de Trump
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: ajpuppypal . El día después de Trump

Todos nos hemos quedado hasta muy tarde el día martes (y la madrugada del miércoles), desvelando cómo se definirían las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Particularmente, yo estaba a la expectativa de cuál sería la reacción de la bolsa: ganó Trump, y pasó justamente lo contrario a lo que todos presagiaban: subió el mercado.

Con la elección presidencial atrás en el tiempo, ya ni Donald Trump ni Hillary Clinton podrán ser la excusa para culpar por los malos rendimientos de las recomendaciones. Ellos son parte del pasado y los mercados miran al futuro.
Y ahora es tiempo de enfocarnos en estrategias de mediano plazo, al menos para aquellas tenencias del portafolio de cada uno que están más alineadas a los fundamentos económicos de las empresas.

Como inversores, cada uno de nosotros compramos empresas, no políticos. Y más allá que si una determinada política económica aplicada por el gobernante de turno (en este caso Trump) puede ser nociva en el corto plazo, si tenemos en nuestra cartera de inversiones las compañías correctas, serán lo suficientemente capaces para tener éxito aun en contextos de descalabros políticos.

En este sentido, tenemos que buscar firmas que estén baratas respecto a sus competidoras y que muestren un crecimiento de sus ganancias y ventas en el tiempo. Tan simple como eso para tener mayor probabilidad de éxito. Y esto lo podemos lograr independientemente de Trump, Hillary o cualquiera que hubiese ganado.

Adicionalmente, la buena noticia es que los mercados bursátiles suelen hacer más fácil esta tarea tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Al menos, así lo muestran las estadísticas.

Una vez descomprimida la tensión, el nerviosismo y el miedo que producen las elecciones presidenciales en la principal economía del mundo, las bolsas se encaminan. Desde 1984 a la fecha, el año posterior a las elecciones presidenciales (del 1 de enero al 31 de diciembre), el S&P 500 ha tenido un rendimiento asombroso en comparación a su historia:

Se trata de un gráfico que habla por sí solo. Durante las últimas ocho elecciones, el año siguiente a este evento el S&P 500 terminó en verde. Y el rendimiento promedio anual fue del 19,4% contra el 10% histórico. Esto implica que el principal índice bursátil casi duplicó su performance promedio anual en el año siguiente a las últimas ocho elecciones. Sólo verificó un rojo, que fue en 2001, influenciado por algo que estaba fuera de la agenda como los atentados a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de ese año.

Un dato optimista adicional es que la mejora del índice no se circunscribe a las compañías más grandes, integrantes del S&P 500, sino que también hay un efecto derrame a las tecnológicas y a las “más pequeñas” (medidas por el índice Russell 2000).

Como observamos, el tecnológico Nasdaq promedió un alza del 19,36% anual en el año posterior a las Elecciones en los últimos 8 eventos políticos de esta naturaleza, mientras que el Russell 2000 (acciones más pequeñas por capitalización bursátil) hizo lo propio en un 20,2% anual.

En el año 1993 y el 2001, las acciones más “chicas” no solo que subieron, sino que tuvieron una performance relativa superior al Nasdaq y al S&P 500. Y creo que esto puede repetirse en 2017 ya que la economía estadounidense podría recuperar dinamismo, removida la incertidumbre política, favoreciendo a este tipo de compañías. Nuevamente es necesario recordar que compramos e invertimos en compañías, no en políticos.

Opinión de Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global

Andbank Advisory Miami analiza “el Brexit americano” y su impacto en la exposición a México

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Andbank Advisory Miami analiza “el Brexit americano” y su impacto en la exposición a México
Eduardo Antón- Portfolio Manager de Andbank Advisory Miami - foto cedida. Andbank Advisory Miami analiza “el Brexit americano” y su impacto en la exposición a México

El más perjudicado del resultado electoral del pasado martes en Estados Unidos parece ser México, y así lo descuentan los mercados, con una divisa que se depreciaba más de un 10% conforme se conocían los resultados hasta sobrepasar los 20.00 pesos por dólar.

El movimiento en la divisa mexicana es un reflejo del impacto que puede tener en la economía mexicana el mensaje transmitido por el Presidente Trump durante su campaña electoral en lo referente a NAFTA, TPP, remesas, la industria automovilística y las exportaciones manufactureras, opina Eduardo Antón, portfolio manager de Andbank Advisory Miami.

“En nuestro documento de opinión corporativa contemplábamos que la divisa pudiera alcanzar los niveles de peso-dólar 21.00 en el escenario de una victoria republicana, implicando una depreciación de más del 13% de los niveles del martes y cerca de un 30% de los mínimos vistos en noviembre 2015. La respuesta inmediata que podemos esperar de las autoridades mexicanas puede implicar un aumento en la tasa de referencia (de entre 50-100 pb), intervenciones directas en el tipo de cambio (~2.000 millones de dólares estadounidense) y la reiteración o incluso ampliación del objetivo de superávit primario hasta un 0.4% del PIB. Estas medidas esperamos se anuncien durante la próxima reunión oficial del banco de México el día 17 de noviembre”.

Desde el punto de vista de inversiones, Antón realiza un primer análisis del impacto que la presidencia de Trump pueda tener en los sectores mexicanos:

Industria automovilística: en una primera instancia al ser un sector cuyas empresas se benefician de la repatriación de ingresos en dólares, se puede esperar un efecto positivo en los beneficios de un sector cuyos gastos están denominados en pesos mexicanos y sus ventas en dólares estadounidenses. Sin embargo, en el medio plazo, y si se llegan a hacer modificaciones a NAFTA que impliquen una mayor tasa impositiva a la importación de automóviles a Estados Unidos desde México, cabría esperar un impacto negativo ante una reducción de la demanda y una reducción de los beneficios.

Bancos: sector en el que poco impacto tiene la evolución del tipo de cambio ya que los grandes bancos tienen cubierta su exposición a divisa de manera natural (depósitos y certificados de deuda en dólares estadounidenses) y a través de derivados. Sin embargo, es un sector de un alto componente cíclico que refleja el clima económico del país. En un entorno negativo para la economía mexicana, con un desempleo que pudiera crecer y hacer aumentar las tasas de impago obligará a los bancos a mantener más capital ante un aumento del riesgo de crédito.

Materiales: uno de los sectores más afectados de la depreciación debido a que gran proporción de sus costes operativos está denominados en dólares estadounidenses, de igual forma un impuesto en las remesas enviadas a México impactaría al sector que tiene una elevada demanda del sector informal. En el lado positivo es probable que empresas como CEMEX, con ventas en los Estados Unidos, se pueda beneficiar del aumento en el gasto de infraestructura.

Químicas: un sector en el que no espera un impacto negativo, la mayoría de las ventas de empresas como Mexchem o Alpek en los Estados Unidos son producidas internamente en el país. Por otra parte, estas empresas suelen tener una menor dolarización en sus costos y una mayor diversificación de exposición a divisas por lo que el impacto del tipo de cambio es menor.

Retail: un grupo muy diverso difícil de generalizar. Hay que prestar atención a aquellas empresas que tienen gran parte de sus costes en dólares estadounidenses y que trasladarán su aumento de costes a los consumidores aumentando sus precios. En segundo lugar, la industria del consumo podría verse afectada en el medio plazo si Trump mantiene sus planes de colocar restricciones a las remesas, y si el Banco Central se ve obligado a subir las tasas para controlar la inflación el consumo discrecional podría verse afectado.

Alimentación: en opinión de Eduardo Antón, es un sector también muy diverso. Por una parte hay empresas muy expuestas a las exportaciones a los Estados Unidos, por lo que un posible cambio en el TLC les podría afectar; y, sin embargo, otras  empresas como GRUMA pueden ser beneficiadas de una depreciación de la divisa por su elevada posición en dólares estadounidenses y la naturaleza de su negocio.

Infraestructura: en una primera instancia sería un sector poco afectado en el corto plazo, salvo aquellas empresas que tengan unos niveles de deuda elevados en dólares estadounidenses. Sin embargo a medio plazo, ante un impacto negativo en la economía mexicana en el que el que se reduzcan costes, el gasto en infraestructura sería de los más afectados.

Turismo: la depreciación del tipo de cambio beneficia al sector, haciendo de México un destino más económico para visitantes extranjeros, beneficiándose desde los aeropuertos, aerolíneas y grupos hoteleros. “Preferimos aquellas empresas que tengan menores niveles de deuda en dólares estadounidenses” y que parte de sus ingresos estén denominados en esa moneda, como Aeropuertos, Aeroméxico y, de manera más cautelosa, Grupo Posadas.

Aún es pronto para evaluar cuales son las prioridades del Presidente Trump, por lo que este primer análisis del impacto en México se resume a la exposición a la divisa. “Conforme vayamos conociendo más detalles de las acciones en política comercial y migratoria el posicionamiento podría ir cambiando. No recomendamos tomar posiciones en pesos mexicanos y reducimos nuestra exposición a corporativos mexicanos en dólares estadounidenses, donde podemos esperar una ampliación de los diferenciales de crédito”, concluye el portfolio manager de AndBank Advisory en Miami.

 

El futuro papel de la Reserva Federal estadounidense pende de un hilo

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El futuro papel de la Reserva Federal estadounidense pende de un hilo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Ron Cogswell . El futuro papel de la Reserva Federal estadounidense pende de un hilo

La de ayer fue una jornada histórica. Contra todo pronóstico, Donald Trump no sólo ganó la presidencia de Estados Unidos, además los republicanos conservarán también el control de las dos cámaras del Congreso estadounidense, firmando así una aplastante victoria. “Es la mayor decepción política de la historia de Estados Unidos”, afirma el economista jefe de Robeco, Léon Cornelissen. “Está claro que los votantes estadounidenses han optado por un candidato que defiende políticas rompedoras, burlándose de la continuidad. Podemos hablar de un voto masivo contra el establishment, que sigue la misma línea del Brexit y que refleja básicamente el hartazgo de los electores con el statu quo”.

Para Cornelissen, el aumento de la incertidumbre supone que las próximas semanas serán adversas para la renta variable, mientras que la deuda soberana se beneficiará de sus atributos como refugio seguro, aunque podrían intensificarse los temores inflacionistas. En Europa, es probable que el Banco Central Europeo amplíe su programa de flexibilización cuantitativa, con sus consabidas implicaciones para los mercados de renta fija, cree.

La Fed, bajo amenaza

Cornelissen afirma que el futuro papel de la Reserva Federal estadounidense también pende de un hilo, y que la subida de tipos de interés que se preveía para diciembre probablemente no llegue a producirse. “Trump ha cuestionado la independencia de la Fed durante su campaña, cosa que también inquieta a los inversores”, explica. “Está claro que no va a renovar a Janet Yellen como presidenta de la Fed cuando concluya su mandato en 2018, aunque no cabe descartar que dimita anticipadamente, o incluso que los Republicanos propongan modificaciones legislativas que afecten a la independencia de este banco central”.

Por otra parte, el economista jefe de Robeco explica que es poco probable que la Fed suba los tipos de interés en diciembre.

La ironía de esto, recuerda Cornelissen, es que el propio Trump sugirió que la Fed mantenía los tipos de interés artificialmente bajos para ayudar a Clinton, “por lo que esto podría interpretarse como un factor que hiciera subir los tipos, lo que resultaría deflacionario. Pero la postura de Trump hacia la Fed podría cambiar rápidamente cuando tome posesión de su cargo”.

La aplastante victoria eliminará el bloqueo legislativo

Cornelissen afirma que un posible efecto positivo de la victoria de los republicanos en todas las cámaras es que se eliminaría el bloqueo legislativo que sufría Obama, cuyas políticas demócratas han sido bloqueadas una y otra vez por el Congreso, en manos republicanas, durante gran parte de sus ocho años de mandato.

Ya se esperaba que los republicanos mantuvieran el control de la Cámara de Representantes, pero los demócratas creían poder ganar en el Senado, que ejerce una función más decisiva en la confirmación de los nombramientos del presidente.

“Lo más importante es que los republicanos van a hacerse con la mayoría del Senado, lo que resultará vital para la aprobación de las candidaturas propuestas por Trump para los cargos de su Gabinete y del Tribunal Supremo”, aclara Cornelissen.

“El bloqueo legislativo quedaría así eliminado, aunque una mayoría en el Senado podría no bastar para evitar que la minoría demócrata bloqueara las cosas. La cuestión esencial es cuáles serán las prioridades de Trump”.

 

 

Ana Gil (M&G): “El Optimal Income está corto de duración y constructivo en crédito de EE.UU.”

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Ana Gil (M&G): “El Optimal Income está corto de duración y constructivo en crédito de EE.UU.”
Ana Gil, especialista en inversiones de M&G. Ana Gil (M&G): “El Optimal Income está corto de duración y constructivo en crédito de EE.UU.”

“Estamos satisfechos con el resultado del fondo. El entorno de mercado ha sido positivo”, asegura Ana Gil, especialista de inversiones de M&G sobre Optimal Income Fund, el fondo que cuenta con 18.000 millones de euros bajo gestión y que ha alcanzado en lo que va de año la misma rentabilidad que en los dos anteriores.

Durante la celebración en Madrid del Bond Vigilantes Day de M&G, Gil ha explicado que la estrategia actual se basa en la apuesta por duraciones cortas y por valoraciones con potencial de revalorización. Su exposición a deuda pública está limitada al 10% y Gil lo explica al afirmar que “basta con que los tipos suban 20 puntos básicos para que el bono a 10 años de EE.UU. rinda cero. Pero basta una subida de tan sólo dos puntos básicos para que el Bund a diez años genere tipos negativos”.

Estos movimientos bruscos nos recuerdan, comenta, “lo rápido que puede cambiar el sentimiento del mercado”, evocando el Taper Tantrum de 2013 o la caída del Bund alemán en 2015. La duración del fondo se ha reducido, por lo tanto, hasta los 1,9 años debido a esta tensión en el mercado. “Hemos aumentado la duración de los activos en euros y hemos bajado la duración de activos en libras”, explica. Con todo, la especialista destaca la flexibilidad del fondo a la hora de aumentar la duración. “Cuando vemos valor en deuda pública no nos importa comprar duración”.

El Optimal Income Fund de M&G se presenta ahora “constructivo en crédito americano” debido a una macroeconomía buena, con bajo desempleo y crecimiento salarial del 2,7% que, según algunas proyecciones, debería repuntar a un ritmo del 3% en 2017. A ello se suma una inflación al alza que podría situarse en 2017 en el 2% que tiene por objetivo la Fed. A juicio de Ana Gil, “en EE.UU. hay spreads más altos en empresas similares a las europeas como es el caso de Verizon, AT&T frente a Deustche Telekom o British Telecom”.

En cuanto a la renta variable, el fondo ha elevado su exposición hasta un 5,1% de su cartera con 27 títulos de los sectores automovilístico, farmacéuticas y medios de comunicación. Una posición que pone de manifiesto el atractivo que ofrece, a ojos de la gestora, la renta variable siendo este fondo eminentemente defensivo. “Sólo invertimos en acciones si están muy atractivas”, confirma Ana Gil.

Lejos están, sin embargo, del crédito europeo donde observan ciertos riesgos cíclicos, así como problemas estructurales y políticos.

EFPA España: “Las mayores dificultades para adaptarse a MiFID II las tendrán las entidades cuyo negocio dependa en gran medida de las retrocesiones»

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EFPA España: “Las mayores dificultades para adaptarse a MiFID II las tendrán las entidades cuyo negocio dependa en gran medida de las retrocesiones"
Santiago Satrústegui, vicepresidente de EFPA España. Foto cedida. EFPA España: “Las mayores dificultades para adaptarse a MiFID II las tendrán las entidades cuyo negocio dependa en gran medida de las retrocesiones"

MiFID II supondrá una revolución para la industria de fondos y asesoramiento en España. Según Santiago Satrústegui, vicepresidente de EFPA España, en dos sentidos: «profesionalizará la actividad del asesor financiero y hará necesario diferenciar el asesoramiento independiente de aquel que no lo sea”. En esta entrevista con Funds Society, el experto analiza las implicaciones de la nueva directiva, un tema del que hablará en la conferencia de EFPA España que se celebra esta semana en Zaragoza.

MiFID II es el gran reto regulatorio al que se enfrenta la industria financiera en el medio plazo. Aunque afectará mucho a los distribuidores, principalmente, ¿afectará también a las gestoras y en qué sentido?

La nueva regulación financiera europea supondrá una oportunidad para elevar la aportación de valor a los inversores, aumentando la transparencia en la información que éstos reciben y situando al sector financiero en su conjunto en un entorno más competitivo. Derivado de esto, las gestoras soportarán una mayor presión en su obtención de rentabilidades, pues los asesores deberán justificar a sus clientes la elección de los vehículos y productos de inversión recomendados.

Desde EFPA España, ¿vaticináis una evolución o una revolución tras la llegada de MiFID II a España?

Tras la crisis de 2008, y la pérdida de confianza en las entidades financieras, MiFID II pondrá el foco en la protección del inversor. A pesar de que esta nueva Directiva parece ser resultado de la evolución lógica del sector, traerá consigo una revolución en dos sentidos. En primer lugar, profesionalizará la actividad del asesor financiero, hasta ahora relegada a un segundo plano. Previsiblemente exigirá la obtención de una certificación y la asunción de las consecuentes responsabilidades que ello pueda tener. En segundo lugar, hará necesario diferenciar el asesoramiento independiente de aquel que no lo sea, prohibiendo además a las entidades que se declaran independientes el cobro de retrocesiones.

Aún hay dudas sobre cómo se traspondrá en el ordenamiento jurídico español, pero ¿cuál es el panorama más probable?

Estamos a la espera de ver cómo se transpone, seguro que como siempre, se hará de manera adecuada.

Muchas entidades están esperando a esos detalles para mover ficha, pero ¿cree que las entidades españolas llegarán a tiempo para adaptarse a la normativa?

Resulta evidente que la adecuación a MiFID II supondrá un esfuerzo considerable para muchas entidades que se encuentran aún muy alejadas de este nuevo patrón. Las mayores dificultades las encontrarán aquellas entidades cuyo modelo de negocio dependa en gran medida de las retrocesiones. A este respecto, cabe destacar que la entrada en vigor de la norma se ha aplazado un año más, mientras que el número de entidades que mantiene estas prácticas continúa siendo elevado. Esto hace especialmente complicado proyectar el grado de cumplimiento en el tiempo.

¿Cuáles serán los efectos colaterales de la normativa: se quedarán los individuos con menos patrimonio sin asesoramiento?

Con la normativa aún por cerrar no es fácil adelantar los futuros efectos colaterales. Sin embargo, los inversores con menor patrimonio no tendrán que renunciar al asesoramiento financiero. De hecho será muy importante que cuenten con él. En este sentido esperamos que la transición tenga en mente este efecto.

Para esos individuos, ¿se pondrán en valor los roboadvisors?

Es cierto que los roboadvisors han irrumpido con fuerza en los últimos años dentro del sector, sin embargo, serán una opción más que no evitará que la figura del asesor financiero siga siendo relevante para muchos tipos de inversores. Estas plataformas tecnológicas fomentan el interés por el ahorro y la inversión, pero en ningún caso podrán sustituir al propio asesor personal. Los cambios regulatorios van dirigidos a comprender las necesidades del inversor como persona y a gestionar adecuadamente sus emociones, habrá que ver cómo compiten en este ámbito el ser humano y la máquina.

¿Cuáles serán los beneficios de MiFID II?

En este escenario cabe esperar que las entidades sitúen, cada vez más, a sus clientes en el centro y sean capaces de ofrecer un servicio cada vez más personalizado. Además, la actividad del asesor financiero sólo podrá ser ejercida por aquellos profesionales que estén cualificados y tengan la correspondiente certificación designada por la Administración, lo que otorgará mayor seguridad y confianza a los inversores. En este sentido, la alineación de intereses con los clientes, la excelencia en la aportación de valor y la visión de largo plazo cobrarán especial importancia en los próximos años.

Se habla de una tendencia hacia el asesoramiento dependiente más que independiente: ¿cómo lo veis desde EFPA? ¿Qué soluciones podrían adoptar las entidades?

En la actualidad se asocia exclusivamente la dependencia (o independencia) al cobro (o no) de las retrocesiones. Sin embargo, esto no es suficiente para garantizar la eliminación de conflictos de intereses. Habrá que esperar a ver cómo queda la normativa y que propuestas plantean las entidades.

En cualquier caso, la gran mayoría de las entidades se encuentran muy centradas en la decisión de si deben o no eliminar las retrocesiones a fin de lograr el carácter de independiente, cuando los retos que plantea MiFID II van más allá de la etiqueta de independencia. Los problemas futuros estarán realmente ligados a entender a los clientes.

¿Será diferente la normativa en España que en el resto de Europa, podría serlo? Y en ese caso, ¿sería eso un aspecto negativo, creen necesaria una estandarización?

La normativa en España únicamente podría ser diferente en aquellos aspectos concretos o matices que la Directiva europea ha dejado abiertos a la Administración de los estados miembros, que no son muchos.

Un ejemplo de ello es la exigencia de una certificación a los asesores financieros. MiFID II ha establecido las normas generales pero no existe una obligación respecto a la forma de implantar una certificación concreta. La armonización con Europa reportaría ventajas tanto para inversores como para asesores, pues en este caso haría realmente transfronteriza la profesión y comparable la protección de los inversores españoles. En este sentido creemos que no deberíamos ir a un modelo menos exigente, en cuanto a la certificación de nuestros asesores, del resto de Europa.