“En finanzas personales, no podemos permanecer ni quietos ni cómodos”
| Por Magdalena Martínez | 0 Comentarios

“El objetivo real del método científico es constatar que la naturaleza no te haya inducido a creer que sabes lo que no sabes”, Robert M Pirsig (1928-2017).
Hace muy pocos días encuentro en la red twitter un artículo del economista español Santiago Niño Becerra, publicado en un periódico regional “Heraldo de Aragón”, cuyo título dispara: “La vida laboral se convertirá en una sucesión de trocitos de trabajo”. Luego, como bajada menciona: según la visión del mismo economista que vaticina la quiebra del sistema de pensiones tal como es ahora.
Más allá que nos pueda parecer exagerado un punto de vista tan drástico en un tema de alta sensibilidad como es el referido al sistema de pensiones, que involucra a millones y millones de personas en una etapa de la vida cada vez más prolongada en tercera y cuarta edad, vale como verdadera provocación para alertar a tiempo respecto de todo lo que necesitamos hacer hoy, para prevenir mañana.
Nuestros abuelos y padres supieron disponer de un sistema de pensiones que ya nosotros no tendremos en simetría con ellos, nuestros hijos aún menos y nuestros nietos, ya directamente asimétrico, donde quizás los Estados nacionales ocupen un primer pilar básico y segundo de acuerdo a los aportes en vida laboral activa, y siempre anclado en la capacidad de recaudación general de cada Estado, luego será necesario sumar otros pilares que tendrán directa dependencia con sistemas de ahorros paralelos, sean corporativos de empleadores, individuales, mixtos y voluntarios.
Los millennials y generación Z, deben reconocer hoy un rol activo y responsable asumiendo a través del ahorro individual y voluntario acciones concretas que significa: postergar consumos hoy, para disponerlos en etapa de retiro.
Las evidencias hoy son ya insoslayables:
– Relación activos/pasivos
– Aceleradas modificaciones en las modalidades de empleabilidad por robotización e incremento empleo por cuenta propia
– Baja de natalidad
– Incremento de longevidad
– Dificultades de financiación por parte de los Estados
Ante esta realidad, es indispensable fuera de todo marco dogmático, abrir el debate una vez superada la instancia de diagnóstico respecto al marco de referencia que es el presente. Si sólo dejamos correr el tiempo y no se hace nada más que declamar la virtud de un sistema de pensiones de reparto que fue solución a otra sociedad y otra economía, encontraremos severas restricciones para sostener calidad de vida en etapa de retiro, aunque vayamos postergando su inicio.
Habría por lo menos tres necesidades inmediatas:
-Alfabetización emocional
-Alfabetización financiera
-Involucramiento de las empresas privadas, tomando como política de RSE (responsabilidad social empresaria) acciones concretas de alfabetización financiera a sus colaboradores.
Respecto al primer punto, hace ya varios años tuve la oportunidad de leer a Matteo Motterlini ( Filósofo y Neuroeconomista – Italia 1967) en su libro “Economía emocional – En qué gastamos el dinero y por qué”. El autor en el inicio de su libro advierte: “Cuando se trata de ahorrar, gastar e invertir no somos esos seres racionales y fulminantes calculadores de utilidades que pueblan los modelos matemáticos de los libros de economía”. Reconocer nuestro esquema decisorio fuertemente determinado por nuestra emocionalidad es vital para entender nuestro manejo, a veces desmanejo, de finanza$ personale$.
En cuanto a lo segundo, pensar en alfabetización financiera no es una cuestión de tecnicismos, es centralmente lograr entender criterios básicos para nuestro dinero, la idea de flujo, ingresos y egresos, gastos, consumos. La idea de stock, acumulación, ahorro, tasa de interés compuesta, capitalización. Lograr determinar la tasa de interés final que pagamos en un crédito personal, en un consumo en cuota, en una compra de productos financiados.
Del mismo autor: “vivimos en la incertidumbre y en la incertidumbre tenemos que tomar decisiones cotidianamente, pero no siempre éstas son las más prudentes, ni siquiera cuando adoptamos el papel de un experto promotor financiero o de un médico”. Toda medida de inclusión financiera, requiere antes, como condición necesaria, la alfabetización financiera. El ahorro es una virtud, es un modo de cuidarnos.
El tercer punto, requiere hoy que las empresas privadas y organizaciones públicas, más allá de planes de beneficios, planes de pensiones
y retención de talento, adopten hacia todos sus colaboradores e incluso sumaría a clientes, acciones específicas de alfabetización emocional y financiera, que incluye colaborar a desarrollar el hábito del ahorro, a entender los beneficios de un seguro de vida con ahorro y de un seguro de retiro, todas acciones que requieren decisiones hoy para bienestar de mañana. Además son medios idóneos para acotar contingencias de las que nadie, absolutamente nadie está al margen: enfermedad grave, accidente, invalidez, muerte prematura.
Según el diccionario etimológico, la palabra jubilación proviene del latín “jubilare”, esto significa, gritar de alegría….. A esta altura de nuestra realidad social y económica, de cuarta revolución industrial, llena de cambios exponenciales que nos involucra a todos, no creo que podamos llegar a jubilarnos y gritar de alegría, más bien trataremos de seguir siempre activos, pero al menos, no gritemos de tristeza…..
Por ello, respecto a nuestras finanza$ personale$, no podemos permanecer hoy, ni quietos, ni cómodos, ya que somos responsables de hacer de ellas medio de bienestar presente y resguardo futuro.
“Si quieres conocer el pasado, entonces mira tu presente, que es el resultado. Si quieres conocer tu futuro, entonces mira tu presente, que es la causa” Buda
Ernesto Scardigno es experto en pensiones, financial & Life Insurance-Retirement Coach, Magíster en políticas públicas e ICF Menbership