Pixabay CC0 Public Domain. Los desafíos no han cambiado
Gran parte del énfasis que se pone en la inversión con criterios ESG y de sostenibilidad está motivado por el deseo de mirar más allá de los resultados a corto plazo que dominan nuestro día a día con frecuencia. Prestar atención a cuestiones como el PIB trimestral, las tasas de inflación mensuales o los rendimientos semanales del mercado puede ser importante, pero también nos distrae de pensar a largo plazo en los retos que serán trascendentales para nuestras sociedades.
Hemos hablado mucho desde el inicio de la pandemia sobre cuán crucial es que aprovechemos esta oportunidad para reflexionar y recalibrar nuestras prioridades, nuestros horizontes temporales y analizar el verdadero panorama subyacente de la economía mundial desde una óptica sostenible. No debemos dejarla pasar.
Los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas nos proporcionan un esquema óptimo para identificar las temáticas que deberían ser parte fundamental de la agenda política, social y económica a largo plazo. Centrarse en esos objetivos debería conducir a un mejor resultado para la sociedad y, en el contexto actual, la crisis del Covid-19 y sus repercusiones tienen el potencial de acelerar la toma de medidas para algunas de las cuestiones que tenemos pendientes a largo plazo, lo que a su vez repercutirá en las perspectivas de las empresas relacionadas.
Estas presiones a las que se enfrentan la sociedad y los gobiernos en la actualidad pueden afectar a tres de los objetivos en particular: el número 3 (Salud y bienestar), el número 8 (Trabajo digno y crecimiento económico) y el número 12 (Consumo y producción responsables).
ODS número 3: buena salud y bienestar
Antes de que se produjera la crisis de la pandemia, el sistema de salud de muchos países ya funcionaba casi a su plena capacidad, tanto en lo que respecta a la infraestructura como al personal. Y nos encontramos ahora ante la evidencia de que el acceso generalizado a la atención de la salud nunca ha sido más importante. El gasto público y privado deberá contribuir a reconstruir las capacidades del sistema sanitario y hacerlo más adecuado a la demografía actual. Esto podría apoyar a las empresas que operan en el sector salud, como los productores de equipo médico, de diagnóstico, de seguros de salud y otros.
ODS número 8: trabajo digno y crecimiento económico
El papel de las redes de seguridad social y de las medidas de liquidez de emergencia para las empresas han adquirido un papel crucial. El apoyo a las empresas y a los empleadores es clave para proteger el futuro crecimiento económico de nuestras sociedades. Los gobiernos y los bancos centrales han tomado cartas en el asunto, identificando las medidas más eficientes para este objetivo, incluyendo las menos convencionales. ¿Serán estas suficientes? Posiblemente sea aún pronto para saberlo.
ODS número 9: innovación e infraestructura de la industria
La pandemia ha cambiado la forma en que muchos de nosotros trabajamos, compramos y nos comunicamos. El papel de la tecnología y la infraestructura ha sido crítico en la forma en que hemos tratado con el virus.
La capacidad de trabajar desde casa, de entregar bienes y servicios esenciales y la capacidad de trasladar la actividad económica de las zonas cerradas a las que necesitan recursos adicionales, son todas ellas áreas que probablemente no hubiéramos podido gestionar de la misma manera hace diez años.
Estos acontecimientos son indicativos de un cambio muy rápido. Es probable que muchos de nosotros mantengamos algunos de esos nuevos hábitos en el futuro, impulsando el uso de Internet y la necesidad de redes rápidas y eficientes (como la 5G). Las empresas más innovadoras de telecomunicaciones y los especialistas en tecnología de la información deberían seguir beneficiándose de esta tendencia.
ODS número 15: la vida en la tierra
Aún hoy seguimos sin saber con certeza cómo el virus se transmitió de los animales a los humanos. Sin embargo, parece claro que la destrucción de los ecosistemas naturales y los desafíos relacionados con la diversidad biológica que representan hayan desempeñado un papel importante. El mantenimiento del delicado equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza seguirá desempeñando un papel fundamental en los próximos años para proteger a la sociedad de nuevas pandemias. Esperamos que las entidades públicas y privadas impulsen los esfuerzos en este ámbito.
ODS número 16: paz, justicia e instituciones sólidas
La situación actual también nos ha recordado el importante papel de las instituciones en nuestra sociedad, desde cuidar nuestra salud hasta permitir que nuestra economía prospere. Si bien el reciente auge del populismo había puesto en tela de juicio el papel de nuestras instituciones, los niveles de intervención, coordinación y cooperación necesarios hoy en día nos recuerdan la importancia de unas instituciones fuertes.
Como en muchos otros aspectos de la vida, el aumento de la incertidumbre y la volatilidad en los mercados nos tienta a pensar a corto plazo. Sin embargo, y posiblemente hoy más que nunca, debemos prestar la atención merecida a los desafíos a los que nos enfrentamos en un horizonte más extenso. En lugar de algo que debería ponerse «en espera», considerar los desafíos actuales desde una perspectiva ESG y sostenible nos proporciona un marco para identificar futuras oportunidades de inversión, al mismo tiempo que hace que nuestra sociedad y economía más resilientes.
Tribuna de Maria Municchi, gestora del M&G (Lux) Sustainable Allocation Fund.
Los activos alternativos resultan esenciales para diversificar las carteras en un entorno de tipos de interés cercanos a cero, ofrecer rentabilidades descorrelacionadas de los mercados cotizados y atractivos retornos con la vista puesta en el largo plazo en un contexto de alta volatilidad de los mercados tradicionales. Todo gracias, en gran parte, a la prima de iliquidez de activos como el real estate, las infraestructuras, la deuda privada, el private equity y el venture capital, que son algunas de esas ideas diversificadoras para las carteras.
Sin embargo, ¿están ofreciendo las rentabilidades y el riesgo esperado, por las altas comisiones que se pagan por estos fondos? Un reciente estudio de la Oxford University pone en entredicho las cifras de algunas de estas soluciones y, en concreto, apunta a los fondos de private equity: según sus datos, y a pesar de ese mayor riesgo de iliquidez en el que incurren los inversores, y también de las altas comisiones que conllevan (muchas de ellas, ligadas a su rentabilidad), los fondos de private equity han ofrecido aproximadamente los mismos retornos que los índices cotizados de renta variable global al menos desde 2006.
Estas cifras ponen en entredicho si las comisiones que se pagan a estos gestores, y que se han venido pagando durante años y décadas, compensan por lo que ofrecen al inversor. Según el estudio, las altas comisiones han venido generando milmillonarios en el mundo del private equity, pese a que los retornos ofrecidos son muy similares a los que un inversor hubiera obtenido al invertir en renta variable cotizada. Según el estudio “An Inconvenient Fact: Private Equity Returns & The Billionaire Factory”, de la Universidad de Oxford, de 2006 a 2019, el private equity ha generado un múltiplo de 1,5 veces, lo que significa que los inversores han recibido 1,5 veces su inversión original, lo que equivale a un 11% de retorno anualizado, en línea con el de la renta variable.
Así, los grandes fondos de pensiones públicos de Estados Unidos (California, Washington, Pennsylvania, Florida y Oregon) han recibido un múltiplo neto de dinero invertido (MoM, por sus siglas en inglés, la ratio del valor del fondo entre el capital invertido en el fondo) en private equity de un rango entre 1,51 y 1,54.
Las cuatro grandes firmas de capital privado (Apollo, Blackstone, Carlyle y KKR) también han ofrecido netos MoMs estimados en el rango del 1,54-1,56, entre 2006 y 2015:
Así, el MSCI World ha ofrecido rentabilidades anuales del 8,6% entre 2006 y 2019, del 6,9% entre 1996 y 2009 y del 11% entre 2010 y 2019. En el caso del Russell, las rentabilidades son del 8,5%, 7,3% y 11,8%, respectivamente, en línea con las rentabilidades del private equity en el periodo 2020-2019. Incluso algunos fondos pasivos (como el Vanguard S&P 500 index fund) o un fondo de pequeñas compañías de T. Rowe Price superan estas cifras.
Millmillonarios ligados al private equity
Así las cosas, las rentabilidades han estado muy en línea entre el private equity y la renta variable cotizada, según el estudio. Y las comisiones cobradas en private equity han sido altas y exigían altos retornos: según el autor del estudio, las comisiones para los intermediarios en la industria del private equity ascienden a 100.000 millones de dólares, de forma que las compañías han de generar un 11% de retorno al año para los inversores en crecimiento orgánico para soportar esas comisiones.
Durante las últimas décadas, el modelo ha funcionado, de forma que los retornos del private equity tras comisiones se pareció mucho al de las bolsas, si bien durante ese periodo las compañías no necesitaron llegar a esas cifras en crecimiento de beneficios, debido a la ventaja de la expansión de múltiplos, algo que ahora podría cambiar. O al menos, si es sostenible ese crecimiento que justifica esas comisiones, es lo que se pregunta el autor del estudio, Ludovic Phalippou.
El documento también hace otra reflexión: 100.000 millones de dólares en comisiones se han pagado a una industria de 100.000 personas, lo que equivale a entre medio y un millón de dólares por cabeza.
Más aún: desde 2006 a 2015, la industria de private equity ha logrado 230.000 millones de dólares en performance fees o comisiones por rentabilidad, según el estudio. Un dinero que fue desde las compañías y las pensiones hacia los gestores de fondos de private equity. Una cantidad que también se reparte entre pocas personas y que está haciendo crecer los millonarios en la industria: en 2005, había 3 mil millonarios en la lista Forbes de la industria de private equity y 22 en 2020, según los datos del estudio.
Sumando comisiones de performance con las de carried interest esa cifra se elevaría a 370.000 millones de dólares en el periodo comprendido entre 2006 y 2015. Una cadena que continúa y sigue generando fortunas en el mundo del private equity, según el informe.
Pixabay CC0 Public Domain. La UE invierte más de 2.000 millones de euros en proyecto de transporte para impulsar la recuperación ecológica
La UE está apoyando la recuperación económica en todos los Estados miembros. Un ejemplo es la inyección de casi 2.200 millones de euros en 140 proyectos clave de transporte para la eurozona. Según explica la Comisión Europea (CE), estos proyectos “ayudarán a construir las conexiones de transporte que faltan en todo el continente, apoyarán el transporte sostenible y crearán puestos de trabajo”.
Los proyectos recibirán financiación a través del Mecanismo de Conexiones con Europa (CEF), el plan de subvenciones de la UE que apoya la infraestructura de transporte. Con este presupuesto, la UE cumplirá sus objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo Verde Europeo. En concreto, se hace mucho hincapié en los proyectos que refuerzan los ferrocarriles, incluidos los enlaces transfronterizos y las conexiones con puertos y aeropuertos. El transporte por vías navegables interiores se impulsa mediante una mayor capacidad y mejores conexiones multimodales con las redes de carreteras y ferrocarriles. En el sector marítimo, se da prioridad a los proyectos de transporte marítimo de corta distancia basados en combustibles alternativos y a la instalación de un sistema de suministro de energía en tierra para los puertos a fin de reducir las emisiones de los buques atracados.
«La contribución de 2.200 millones de euros de la UE a esta crucial infraestructura de transporte ayudará a iniciar la recuperación, y esperamos que genere 5.000 millones de euros en inversiones. El tipo de proyectos en los que invertimos va desde el transporte por vías navegables interiores hasta las conexiones multimodales, pasando por los combustibles alternativos y la infraestructura ferroviaria masiva. El Fondo para la Conectividad de Europa (CEF) es uno de nuestros instrumentos clave para crear un sistema de transporte resistente y a prueba de crisis, vital ahora y a largo plazo», apunta Adina Vălean, comisaria de Transporte.
La UE apoyará los proyectos de infraestructura ferroviaria situados en la red central de transporte transeuropea (RTE-T) con un total de 1.600 millones de euros (55 proyectos). Entre ellos se incluye el proyecto Rail Baltica, que integra a los Estados Bálticos en la red ferroviaria europea, así como el tramo transfronterizo de la línea ferroviaria entre Dresde (Alemania) y Praga (República Checa). También apoyará el cambio a combustibles más ecológicos para el transporte (19 proyectos) con casi 142 millones de euros. Varios proyectos consisten en la conversión de buques para que puedan funcionar con gas natural licuado (GNL), así como en la instalación de la infraestructura correspondiente en los puertos, entre otros proyectos.
Pixabay CC0 Public Domain. La creciente carga administrativa consume el tiempo de los asesores
Los asesores dedican la mayor parte de su tiempo a tareas de administración y cumplimiento en detrimento del servicio al cliente, advierten los asesores de Square Mile Investment Consulting and Research. El análisis, recogido por el diario online FTAdviser y compartido por CISI, concluye que los asesores califican las tareas administrativas como las culpables de la mayor demanda de su tiempo en el trabajo, seguidas por tener que lidiar con el cumplimiento.
El tiempo que pasan cara a cara con los clientes ocupa el tercer lugar, a pesar de que el 39% de los asesores afirman que las reuniones en persona con los clientes son el medio de comunicación más efectivo, recoge también el diario.
Mark James, director de relaciones con los clientes en Square Mile, apunta: “Esto pone de manifiesto una desconexión obvia: la carga administrativa de los asesores les impide proporcionar mayores servicios de valor añadido a sus clientes. Si los asesores pasan la mayor parte de su tiempo cumpliendo con los requisitos reglamentarios, esto supone menos tiempo frente a los clientes, que es donde obtienen sus honorarios”.
Sin embargo, apuntan desde FTAdviser, la encuesta a 133 asesores financieros realizada en septiembre también identifica una tendencia creciente: asesores que subcontratan servicios reguladores a terceros como un medio para superar la creciente carga.
“Una forma en la que los asesores han modificado su modelo de negocio es que se han dado cuenta de que ésta es un área en la que pueden ahorrar tiempo al incorporar expertos al negocio. Esta es la tendencia más grande que hemos observado: los asesores ya no lo hacen ellos mismos”, declara James.
En los últimos años, se han introducido en el mercado una serie de requisitos reglamentarios, incluida la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID II), el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y el inminente Régimen de Directivos Senior y Certificación que se prevé implementar en diciembre. Estas reglas han exigido más tiempo y energía a los asesores; en particular, a aquellos que trabajan en pequeñas y medianas empresas sin un departamento de cumplimiento específico, apunta FTAdviser.
A principios de este año, el Chartered Institute for Securities & Investment (CISI) ya advirtió que MiFID II, que exige que las empresas de servicios financieros divulguen un desglose de todos los costes y cargos asociados con las inversiones de un cliente, supone unos 20 minutos de tiempo administrativo a cada reunión con clientes, tal y como señala el medio.
James agrega que la subcontratación también se está convirtiendo en una práctica común para los procesos de inversión: menos de la mitad de los asesores de la encuesta de Square Mile, un 44%, utilizan ahora sus propios servicios de inversión centralizados. Sin embargo, admite que esto lleva un elemento de riesgo: la disminución del control y un coste adicional ya sea directamente para el asesor o para el cliente, advierten.
Ya en mayo Nucleus publicó unos datos similares, tal y como señala FTAdviser, cuando la plataforma advirtió de que el número de asesores que dedicaban el 40% de su tiempo a tareas administrativas se había triplicado en un año.
Nucleus también descubrió que los asesores tenían dificultades a la hora de encontrar el tiempo suficiente para atender el aumento del número de clientes y que sólo uno de cada siete asesores pasaba más del 40% de su tiempo con los mismos clientes, en comparación con uno de cada cinco el año pasado, apunta el artículo.
Foto cedidaAdrie Heinsbroek, director de inversiones responsables de NN IP. La interacción entre gobiernos, empresas y particulares en el mundo post-COVID-19 determinará el futuro de la inversión responsable
El COVID-19 ha perturbado todos los aspectos de la vida humana. Esta amenaza mundial nos ha impulsado a reconsiderar las prioridades y ha aumentado la importancia de la justicia social y la preservación del planeta. Pero, si va a ser el catalizador que impulse el cambio hacia un mundo más sostenible, ¿qué papel tendrán que desempeñar los gobiernos, las empresas y los individuos? En un comunicado, NN Investment Partners identificó nuevas «incógnitas» que los inversores responsables deberán tener en cuenta en su toma de decisiones.
«Ya se están produciendo cambios fundamentales, como se observa en los paquetes de estímulos sin precedentes de los gobiernos, la emisión de bonos sociales para financiar proyectos de preservación de la salud y el empleo, y las empresas que cancelan dividendos y recompran acciones para centrarse en el bienestar de sus empleados y otras partes interesadas», dice la gestora. Asimismo, destaca la creciente urgencia de pasar a un mundo con menos emisiones de carbono. «Ya está claro que la responsabilidad de las empresas ayuda a aumentar esta capacidad de recuperación desde la perspectiva del rendimiento de las inversiones».
Adrie Heinsbroek, director de inversiones responsables de NN IP, señala que la forma en la que podría desarrollarse un nuevo «contrato social» entre los gobiernos, las empresas y los particulares plantea muchos interrogantes. «Los inversores y los administradores de activos deben evaluar cómo actuar ante estas incógnitas y ser conscientes de la flexibilidad que necesitan para adaptarse y aprovechar estas tendencias marcadas por el coronavirus», comentó.
El pasado 15 de julio, Heinsbroek se reunió con Joseph Stiglitz, Premio Nobel y ex economista jefe del Banco Mundial, en un evento digital para discutir cómo las interacciones entre gobiernos, empresas y particulares darán forma a la inversión responsable en un mundo post-COVID-19. Se trató del segundo evento de la serie “UpsideDown” de NN IP que se centró en el mundo después del coronavirus.
Stiglitz afirmó que el COVID-19 ha causado muchas conmociones pero también ha acelerado los cambios que ya estaban en marcha, especialmente en torno a cómo valoramos el éxito económico y comercial. «El PIB, por ejemplo, es una medida demasiado simplista y, en última instancia, engañosa. Se necesita un conjunto más amplio de indicadores para captar con precisión el valor inherente al bienestar y la sostenibilidad en un nuevo mundo de múltiples interesados», añadió.
La transición hacia una economía más equilibrada e inclusiva depende y dirige la evolución de tres grupos clave: los gobiernos, las empresas y los particulares; «y forman un triángulo que no solo está vinculado, sino que también es mutuamente dependiente», señala NN IP. Las diferencias entre los países, las culturas, la situación económica y el tipo de gobierno también afectarán a la velocidad y la dirección del cambio.
¿Cómo liderarán los gobiernos?
Para la gestora, una pregunta clave es cuánto de intervencionistas serán los gobiernos en la próxima década. En su opinión, los paquetes de apoyo fiscal y monetario promulgados para combatir las consecuencias económicas de la crisis de COVID-19 no tienen precedentes.
Pero, ¿estarán esos paquetes y las políticas vinculados a la sostenibilidad, como las medidas sobre el cambio climático y las iniciativas de reducción del carbono? ¿Aprovecharán los gobiernos esta oportunidad para condicionar el apoyo financiero a las empresas a que se aborden cuestiones como la inclusión social? ¿Intervendrán de manera más enérgica, castigando e incentivando para orientar el comportamiento corporativo? «También tendrán que colaborar más internacionalmente para cumplir los objetivos de sostenibilidad», añade NN IP.
Un modelo de múltiples partes
NN IP cree que, dentro del triángulo, las empresas tienen la mayor oportunidad de impulsar el cambio hacia una economía más sostenible. Las incógnitas a nivel empresarial se deben al equilibrio entre el enfoque del «accionista primero» y el modelo de múltiples partes interesadas. El valor del comportamiento social (atender a los clientes y empleados en lugar de a los inversores mediante dividendos o recompra de acciones) es uno de los hechos más destacados que han surgido de la pandemia.
¿Se convertirá esta creación de valor más sostenible a nivel corporativo en una tendencia permanente en el mundo posterior a COVID-19? ¿Descartarán las empresas las prácticas que ponen los intereses de los accionistas por encima de los de otras partes interesadas? Si la perspectiva de múltiples interesados se convierte en el motor de la creación de valor, NN IP espera que los parámetros no financieros se conviertan en un factor determinante para evaluar y predecir. «Ese cambio también afectará a la función que los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) desempeñan en la evaluación del valor financiero».
El comportamiento individual
La crisis de COVID-19 ha aumentado la conciencia de la gente sobre los problemas climáticos y sociales y las consecuencias de su comportamiento. Pero, ¿se traducirá esta mayor conciencia en nuevos patrones de comportamiento? ¿Se fortalecerán las preferencias por productos y servicios más sostenibles, como los alimentos orgánicos? ¿Continuarán las tendencias que se desarrollaron durante el confinamiento, como estilos de vida más saludables y menos vuelos? Por último, ¿se convertirá la sostenibilidad en un privilegio solo para aquellos que pueden permitírselo, lo que supone una amenaza para una sociedad mundial más inclusiva?
Heinsbroek asegura que habrá muchos desafíos por delante y diferencias que abordar, pero también hay elementos que nos conectan. “Un aspecto que ha quedado claro es que la evaluación efectiva del valor implica adoptar una perspectiva más amplia. Mirar más allá de los factores financieros. Esto se convertirá en una tendencia cada vez más dominante en la forma en que medimos tanto el progreso económico como el social, y como inversores tenemos los medios para influir positivamente en él”, concluye.
Según Jon Mawby, responsable de crédito con grado de inversión en Pictet Asset Management (Pictet AM), los inversores deben repensar la forma en que gestionan el riesgo en sus carteras de renta fija. Después de una década de rendimientos de dos dígitos en los bonos estadounidenses a finales de los años 70 y principios de los 80, la era del «Fondo de retorno total» comenzó a finales de los 80 y durante los últimos 35 años se ha beneficiado de las políticas monetarias anticíclicas ejercidas por la Reserva Federal. En más de tres décadas, los rendimientos de los bonos corporativos y del gobierno estadounidenses han experimentado unos máximos y unos mínimos más bajos. Esto ha sido impulsado en gran medida por la respuesta de política monetaria implementada por Alan Greenspan, Ben Bernanke, Janet Yellen y Jerome Powell, anteriores y actual presidente de la Junta de la Reserva Federal, a través de una serie de crisis financieras.
Más recientemente, todo el estímulo que se ha inyectado en el sistema para combatir la crisis del coronavirus, los sucesivos recortes en las tasas de interés, el QE ilimitado y los varios programas de préstamos que se anunciaron en marzo, han dejado a los inversores en bonos estadounidenses enfrentados a unos rendimientos cercanos a cero o negativos. Este es un entorno muy diferente en el que la inversión tradicional en bonos puede conducir a pérdidas de capital o de poder adquisitivo, de ahí la necesidad de los inversores de reevaluar la forma en que gestionan sus carteras de renta fija.
Los desafíos que enfrentan los inversores hoy
En la opinión de Pictet AM, después de la Crisis Financiera Global, el punto de partida para una asignación de activos en una cartera tradicional 60/40 está en gran medida equivocado. Esto se debe en gran medida al hecho de que los bonos de gobiernos a nivel global en las carteras tradicionales de renta fija se consideraban un vehículo para almacenar valor que ofrecían un rendimiento razonable y que, en un contexto de cartera más amplio, tenían una correlación menor o negativa con los activos de riesgo. Estas tres características permitieron que los fondos de renta fija tradicionales ofrecieran retornos atractivos y un riesgo diversificado en una cartera de activos de riesgo más amplia a lo largo de varios ciclos.
Los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años y muchos otros bonos gubernamentales en mercados desarrollados ahora ofrecen rendimientos por debajo del umbral del 1%. En este nivel, los bonos del gobierno tienen un riesgo al alza limitado y un riesgo a la baja potencialmente grande si las economías se mueven de un entorno deflacionario a uno inflacionario. Por lo tanto, los inversores ya no pueden confiar en el modelo tradicional para producir las mismas características de retorno y riesgo en el futuro.
Esto deja a los inversores con esencialmente dos opciones tradicionales en términos de asignación de activos a largo plazo, activos de riesgos similares a la renta variable (crédito corporativo, renta variable en directo o private equity) y efectivo. Por lo tanto, incluso aunque los inversores puedan no darse cuenta, las carteras que siguen esta combinación tradicional de asignación de activos 60/40 son, por diseño, más arriesgadas de lo que predecirían los modelos históricos. Esto se aplica en términos generales a las carteras de activos de riesgo y más específicamente a los productos de crédito y renta fija.
Los factores macro
La Fed ha reducido las tasas del 2,5% al 0%, pero las compresiones en los rendimientos de los bonos corporativos pasaron de 150 puntos básicos a 75 puntos básicos, esto es bastante poco para amortiguar a los inversores de la volatilidad en los mercados crediticios. Por lo tanto, los inversores necesitan una forma diferente de pensar sobre cómo manejan el riesgo en sus carteras de renta fija.
En opinión de Mawby, los inversores deben tomar una postura contraria y basada en el valor. Ya no pueden confiar en su exposición a bonos del gobierno para compensar la exposición con un riesgo similar al de la renta variable en sus carteras. Los inversores ahora deben pensar en gestionar sus posiciones en renta fija de una manera más proactiva, ya no es suficiente tener cierto grado de riesgo de crédito y capital para diversificar efectivamente una cartera.
¿Cuáles son las implicaciones para la inversión de la crisis COVID 19?
Esta crisis deja algunas oportunidades a explorar. Ha creado dislocaciones en los precios, generando oportunidades potenciales para elegir empresas con balances sólidos con valoraciones atractivas. En los niveles actuales, los bonos corporativos híbridos seleccionados y los bonos convertibles “out-of-the-money” ofrecen oportunidades atractivas. Sin embargo, los inversores deben permanecer altamente selectivos en los mercados primarios en medio de un diluvio de emisión corporativa. Además, la intervención de los bancos centrales continúa distorsionando las curvas de crédito de grado de inversión, mientras que la volatilidad de los bonos del Tesoro de EE. UU. ha retrocedido recientemente a los niveles anteriores a la crisis.
Por otro lado, hay muchos riesgos que deben considerarse. Existen trampas de valor «baratas» asociadas con riesgos de solvencia, rebaja crediticia e incumplimiento. El camino hacia la salida del confinamiento sigue siendo mixto y está lleno de obstáculos potenciales para algunas industrias, particularmente para aquellas asociadas con el sector de servicios, como restaurantes y aerolíneas.
Mientras tanto, la dispersión está aumentando en todo el mercado crediticio: existe la necesidad de mantener la opcionalidad en forma de superposiciones de riesgo y protección a la baja, ya que aún existe la posibilidad de nuevos desafíos de liquidez en el crédito. Esto exige una posición de calidad en Estados Unidos y Europa.
Particularmente, una de las áreas en las que Pictet AM es un poco más cauteloso es la deuda subordinada en el sector financiero, los bonos híbridos de Additional Tier 1 (AT1) podrían verse afectados por un riesgo regulatorio potencial y esto podría tener un efecto dominó para los cupones y dividendos.
En este contexto, la gestión de la volatilidad será especialmente importante en los próximos 6 a 18 meses en términos de navegar otra recesión. Al mirar hacia atrás en el tiempo, las crisis parecen estar ocurriendo en ciclos de 18 a 24 meses: crisis de la deuda soberana en Europa en 2012, rabieta en 2013, crisis petrolera en 2014 y 2015, Brexit en 2015, «Trumpflation» en 2017, etc.; ya que la intervención y la retórica están impulsando cada vez más la alternancia de períodos de mayor volatilidad con otros períodos de represión del rendimiento y de la volatilidad. Esto les da una ventaja a los inversores que piensan en la volatilidad de una manera menos tradicional.
Temas y oportunidades en las carteras de renta fija
Comenzando con el «punto de inflexión de Powell», como se conoce el último paquete de estímulo monetario lanzado por la Reserva Federal, las nuevas medidas han regresado las tasas de interés a 0 y han seguido un programa de QE a niveles sin precedentes. A su vez, estas acciones han creado distorsiones y oportunidades en los precios que pueden ser explotadas por los inversores, especialmente en convertibles, híbridos corporativos y bonos elegibles por los programas de QE. Por otro lado, también han creado problemas de agencia en el sector corporativo relacionados con tasas históricamente bajas.
Además, también hay oportunidades impulsadas por el aumento de la volatilidad, ya que los entornos inciertos crean dispersión y dislocación en los precios que pueden ser liberadas si los inversores piensan en el riesgo de manera proactiva.
Luego, al observar el alto rendimiento y las posiciones idiosincrásicas en la cartera, se pueden agregar fuentes de rendimiento cuando éstas tengan sentido, seleccionando nombres con ciclicidad limitada, nombres impulsados por eventos (event driven) y estrellas en ascenso (empresas que están desapalancando sus balances y consideradas como crédito actualizar candidatos).
Mirando a mediano plazo, existe la probabilidad de que en algún momento la narrativa pueda cambiar a medida que continúe el surgimiento de las medidas de confinamiento. La posibilidad de que los mercados desarrollados vean un crecimiento de dos dígitos es un potencial catalizador alcista para los activos de riesgo y es algo que el equipo estará monitoreando de cerca. Por lo tanto, es importante vigilar atentamente la publicación de datos y la forma en que éstos conforman el sentimiento a corto plazo.
Conclusión
Los riesgos a la baja han aumentado y las carteras de renta fija se han vuelto más arriesgadas por diseño. En la opinión de Mawby, las estrategias tradicionales de renta fija ya no ofrecen lo que los inversores necesitan de en su asignación de activos en el momento en que lo necesitan. Por lo tanto, es necesario repensar el riesgo y cómo navegar el ciclo. Además, las acciones del banco central y de los inversores han distorsionado el terreno de juego, es por eso que los inversores de renta fija deben considerar una postura contraria e impulsada por el valor, para aprovechar la volatilidad cuando ésta ocurra y obtener lo que quieren de los bonos: diversificación, protección a la baja e ingresos.
La información, opiniones y previsiones incluidas en este documento son el resultado de las estimaciones en su fecha original de publicación y pueden verse afectadas por riesgos e incertidumbres que podrían hacer que los resultados reales sean sustancialmente diferentes de los presentados en este documento.
Notas importantes
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Pixabay CC0 Public Domain. Barclays y EY se convierten en las principales consultoras financieras del sector energético en 2020
Durante el primer semestre de 2020, Barclays y Ernst & Young (EY) se convierten en las principales consultoras de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés) en el sector energético, por número de operaciones y volumen de negocio, respectivamente, según los datos de Global Data.
En total, Barclays fue intermediaria en seis operaciones por un valor de 10.400 millones de dólares, la cifra más alta entre sus competidores. Asimismo, EY cierra la primera mitad del año con 16 operaciones por un valor de 978 millones de dólares, destacan desde Global Data.
“Pese a haber aconsejado en un número significativamente menor de acuerdos, Barclays ha sido la única consultora en superar la barrera de los 10.000 millones de dólares este año, superando a sus competidores con un gran margen”, asegura Aurojyoti Bose, analista financiero de acuerdos en Global Data. Barclays ofrece sus servicios de asesoramiento a menos operaciones, pero con un valor más alto, lo que la sitúa líder en volumen de negocio.
“Por su parte, EY, la única asesoría capaz de alcanzar dobles dígitos en su volumen total de operaciones, no ha conseguido situarse entre las diez primeras compañías por volumen, debido a que las transacciones en las que se involucra suelen ser de valor bajo”, añade Bose.
Morgan Stanley ocupa la segunda posición por valor, con dos acuerdos por valor de 6.500 millones de dólares. A esta le sigue Societe Generale con dos tratos por un valor total de 6.100 millones de dólares. Por otro lado, en cuanto a volumen de operaciones, PwC ocupa el segundo puesto en la lista con ocho acuerdos por valor de 491,7 millones de dólares.
El número de acuerdos anunciados en el sector energético a nivel global descendió un 30,5% en 2020. Así, frente a las 1.345 operaciones registradas en el primer semestre de 2019, solo 935 se han producido este año, según los datos de Global Data. Del mismo modo, el valor de los acuerdos también ha bajado, de los 109.400 millones de dólares a los 87.600 millones de dólares, un 19,9% menos.
En el último informe de Global Data, que clasifica a nivel global las 20 mejores consultoras de M&A, la entidad situó a Barclays como la octava por valor de negocio y a EY como líder del sector por volumen de negocio.
Foto cedidaTom Mansley, gestor de GAM Investments. Tom Mansley, gestor de GAM Investments
En los últimos meses, el mercado de capitales se ha visto sacudido a nivel mundial. Sin embargo, Tom Mansley, gestor de GAM Investments, cree que la crisis del Covid-19 no tendrá in impacto significativo en el mercado de valores con garantía hipotecaria (Mortgage Backed Securities).
¿Si hubiera una segunda oleada de contagios, ¿nos libraríamos del confinamiento?
Ciertas áreas que ya han sufrido altas tasas de contagios probablemente seguirán abiertas; sin embargo, en aquellos lugares donde persistan los rebrotes, podrían tener que decretarse nuevos confinamientos. Hay un equilibrio entre recurrir a los confinamientos para garantizar el mantenimiento del nivel de atención sanitaria que requieren los pacientes de COVID-19 y los perjuicios económicos que se causan al mantener cerrados los negocios. Existen ciertas áreas tanto en el sector público como en el privado que simplemente no pueden permitirse el lujo de seguir cerradas. Se estima que los ingresos fiscales que se recaudarán en estados como Nueva York, por ejemplo, disminuirán cerca del 30-40 %, lo cual no es sostenible.
¿Los mercados y economías están entrando en una fase de regreso al crecimiento?
Aunque la posibilidad de asistir a futuros confinamientos depende de cada región, cada sector registra su propio crecimiento. La crisis desatada el 11 de septiembre de 2001 y su impacto en el sector hotelero y los viajes aéreos, por ejemplo, ofrece un paralelismo sobre lo que podría ocurrir de aquí en adelante. Otros sectores, entre ellos la tecnología, no han sufrido ningún tipo de confinamiento. La construcción, que está volviendo a reactivarse, será un sector de crecimiento. En el área de venta minorista, el COVID-19 ha acelerado la tendencia ya instalada de la desintermediación: compras por Internet a costa de las visitas a grandes centros comerciales.
¿Qué implicaciones tiene esto para su clase de activos?
En nuestra opinión, la crisis asociada al COVID-19 no tendrá repercusiones significativas en el mercado de valores con garantía hipotecaria. Estos valores cuentan con dos líneas de defensa. Si los prestatarios no pueden pagar, hay activos que aseguran la inversión; la inversión puede recuperarse mediante la venta de esos activos. En el sector inmobiliario estadounidense en concreto, persiste el desequilibrio entre la oferta y la demanda; no hay suficiente oferta de viviendas para atender la demanda. Aunque hemos experimentado una importante disrupción que va a restringir la oferta, esto quedará contrarrestado por el aumento del desempleo, un factor que suele reducir la demanda. No obstante, en última instancia, continúa habiendo una demanda preexistente de viviendas. El consumidor entra en esta crisis con un balance muy sólido, a diferencia de los balances societarios y de la Administración Pública. La ratio de deuda/ingresos del consumidor estadounidense no ha dejado de descender durante los últimos 13 años y ahora ha regresado a los niveles vistos por última vez en 2000. Por otro lado, dado el entorno de bajos tipos de interés aplicados a bajos niveles de deuda, las cuotas de préstamos pagadas por el consumidor son muy bajas; la ratio de amortización de préstamos se encuentra a mínimos históricos.
Información legal importante La información contenida en este documento se ofrece únicamente a efectos ilustrativos y no reúne las condiciones para considerarse asesoramiento de inversión. Las opiniones y las valoraciones recogidas en el presente documento pueden registrar cambios y reflejan el punto de vista de GAM en el entorno económico actual. Se declina toda responsabilidad respecto a la exactitud y exhaustividad de la información ofrecida aquí. La rentabilidad pasada no es indicativa de resultados actuales o futuros. Las referencias a valores específicos no constituyen una recomendación para comprar o vender el valor en cuestión.
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Los mercados de valores evolucionaron adecuadamente en junio. La renta variable registró resultados positivos, los diferenciales se estrecharon y el dólar se debilitó. Sin embargo, por primera vez en meses, las noticias sobre el virus no fueron en absoluto positivas. El aumento de las tasas de infección en Estados Unidos (y en todo el mundo) pesó sobre las buenas y homogéneas noticias económicas, ámbito en que los datos superaron las expectativas en general. De nuevo, las rentabilidades de la deuda pública siguen excepcionalmente ancladas, sin apenas variar durante el mes y el trimestre. De hecho, las rentabilidades de la deuda pública estadounidense a 10 años cerraron el trimestre básicamente sin cambios (aunque las rentabilidades han subido un 11% desde comienzos de año)1.
Aunque esta evolución no necesariamente parezca positiva, es todo un logro que las rentabilidades de la deuda pública simplemente no varíen cuando los datos económicos superan incluso las previsiones más alcistas y el high yield y las acciones se anotan rendimientos superiores al 10%. De hecho, anclar las rentabilidades de la deuda pública y la intervención en los mercados de crédito (corporativo e hipotecario) son las líneas de acción de los bancos centrales. Hasta ahora, ha sido una estrategia ganadora. Que terminen o no ganando la guerra exigirá avances en el frente sanitario; una economía no puede ser normal si las personas no pueden trabajar o sentirse seguras al gastar su dinero.
En junio, no se produjeron nuevas iniciativas de política, si bien los programas que ya se habían anunciado supusieron un efecto significativo para el mercado. Se lanzó el anunciado programa de préstamo de valores titulizados a plazo (TALF) de la Reserva Federal, si bien, dada la compresión de los diferenciales de los bonos de titulización de activos con una calificación de AAA en el segundo trimestre, no queda claro si dicho banco central efectivamente prestará cuantías importantes, ¡pues ya ha logrado sus objetivos sin gastar o prestar un centavo! Eso sí que es credibilidad. Incluso aunque los fondos del TALF no acaben invirtiendo cantidades importantes, la existencia del programa fue el factor fundamental del descenso de los diferenciales.
En Europa, se captaron 1,35 billones de euros en la tercera ronda de operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO) del Banco Central Europeo (BCE), que permiten a los bancos tomar dinero en préstamo de dichas operaciones a un interés del -1%.2 Aunque el BCE lleva ofreciendo rondas de financiación mediante TLTRO desde 2012, lo que resulta significativo de la última es no solamente lo bajo que resulta el coste de financiación —¡a los bancos se les paga literalmente un 1% por tomar en préstamo!—, sino también la cuantía que los bancos pueden captar dadas las condiciones asociadas al programa. La elevada cuantía prestada y su bajo coste suponen un impulso para la rentabilidad de los bancos europeos, la economía y los activos financieros que los bancos podrían comprar. De cara al futuro, los bancos centrales han ganado credibilidad, de forma que parece que solo tienen que avisar con tener que hacer más para conseguir que los mercados evolucionen en la dirección deseada. Los mercados, sin duda alguna, creen en el aura de «todo lo que sea necesario» que actualmente rodea a los bancos centrales. Persiste el dominio de sus políticas.
Las iniciativas fiscales también han sido claves para respaldar la incipiente recuperación económica. Los pagos de transferencias han impulsado los ingresos, potenciando el gasto según terminaban los confinamientos. Aunque existen dudas sobre algunos de los programas de Estados Unidos de ayudas vía ingresos que expiran a finales de julio, confiamos en que el Congreso de dicho país renueve o lance nuevos programas para mantener el flujo de ingresos hacia quienes hoy por hoy no tienen trabajo.
En Europa, sigue debatiéndose acerca del Fondo de recuperación, pues no todos los países están de acuerdo con aplicar mayor laxitud, si bien se avanza muy claramente hacia permitir que cada gobierno gaste más si así lo decide y hacia un mayor respaldo fiscal a escala de la UE. Auguramos que la política monetaria seguirá girando considerablemente en torno a los estímulos, contribuyendo a disipar las inquietudes de los inversores sobre las mayores necesidades de financiación de los gobiernos.
Aunque junio y el segundo trimestre generaron rentabilidades estelares, abundan los riesgos. El alarmante auge de las tasas de infección en diversos estados grandes de Estados Unidos y los brotes en países que dejan atrás el confinamiento suponen riesgos para la economía. Las presidenciales en Estados Unidos y las relaciones entre este país y China suponen otro conjunto de problemas independientes de la pandemia. Sin embargo, por otra parte, los avances de las diferentes vacunas en estudio y los posibles tratamientos podrían traducirse en sorpresas económicas y financieras positivas. Hay mucho en lo que pensar. Seguimos confiando en que, a pesar del aumento de las tasas de infección, no vuelvan a imponerse confinamientos a gran escala.
Gráfico 1: Rendimiento de los activos desde el comienzo del año
Gráfico 2: Variaciones mensuales de monedas frente al USD
Gráfico 3: Variaciones mensuales considerables de las rentabilidades a 10 años y los diferenciales
Perspectiva para la renta fija
Nuestra perspectiva para la renta fija sigue siendo entre optimista y moderadamente alcista. Sin embargo, hay algunos obstáculos. Se produjo el rebote económico en forma de V, pero es probable que se aplane. Un repunte no es una tendencia. Es posible que los datos económicos no sean tan sorprendentemente buenos de cara al futuro (podrían serlo, pero no deberíamos contar con ello). Las valoraciones no son tan favorables como el mes pasado. También es posible que veamos avances más limitados en el empleo y la producción con respecto a nuestras expectativas, ahora mejoradas.
Asimismo, incluso con las mejoras en numerosos frentes, diversos sectores importantes permanecen cerrados o funcionan muy por debajo de su potencial (viajes, ocio y entretenimiento). Este extremo ralentizará las ganancias agregadas. Fijándonos en lo positivo, las personas tienen dinero y quieren gastarlo y las compañías desean contratar y aumentar o restaurar su producción. No obstante, percibimos riesgos en la posibilidad de una reapertura torpe de las economías en un contexto de una segunda ola de infecciones peor que la primera, así como en que el recrudecimiento de las tensiones entre Estados Unidos y China (Hong Kong y cuestiones comerciales) y el ruido geopolítico en otras regiones (Rusia/India frente a China) pesen sobre la percepción de riesgo.
Los mercados se anotaron resultados excepcionales en junio y en el segundo trimestre. La razón de dicha evolución fueron en parte la mejora de los datos, el posicionamiento del mercado, las políticas adoptadas y la esperanza acerca de la evolución de la pandemia. ¿Continuará la recuperación? Creemos que puede continuar, pero a un ritmo menor. Lo más importante es que el respaldo de las políticas adoptadas sigue siendo robusto y que se fortalecerá en caso necesario. No hay duda de que los reguladores se encuentran en modo «todo lo que sea necesario». No debemos subestimar las capacidades y la disposición de los bancos centrales para ofrecer apoyo efectivamente ilimitado en los próximos meses.
Así pues, es de esperar que las rentabilidades de la deuda pública sigan siendo bajas y estables, como deben continuar. La volatilidad ha caído de forma sostenida con motivo de la mejora de los datos económicos, los pagos de transferencias fiscales, la mejora en el control del virus (al menos, más allá de Estados Unidos y Brasil) y las medidas de expansión cuantitativa. Cualquier subida de las rentabilidades más a largo plazo posiblemente se produzca por una mejora sustancial de la perspectiva económica y sobre la pandemia. Sin embargo, incluso en ese caso, la inflación estaría muy por debajo del objetivo y la Reserva Federal, por ejemplo, posiblemente adoptaría un marco de políticas basadas en resultados —a saber, no endurecería las condiciones hasta lograrse sus objetivos de política—, todo lo cual apunta que las primas de riesgo y las expectativas para los tipos quedarían oprimidas durante años. El riesgo para esta perspectiva es que se produzca un avance científico que acabe con la pandemia.
Seguimos mostrándonos moderadamente optimistas acerca de la deuda de mercados emergentes. Las actuaciones a gran escala vía política monetaria y fiscal llevadas a cabo en la esfera desarrollada ofrecen un entorno robusto para la deuda de mercados emergentes. Los países emergentes también han prestado a sus economías un apoyo monetario y fiscal sin precedentes, contribuyendo a amortiguar el embate de la pandemia. A diferencia de lo que es habitual en el caso de los mercados emergentes, los inversores no han penalizado a estos países por sus políticas expansivas (por ejemplo, debilitando la moneda o retirando fondos), ni siquiera ante fundamentales macroeconómicos subyacentes débiles.
Parece que existe un amplio consenso en que la respuesta correcta a la situación actual es acomodaticia. Las valoraciones son actualmente menos atractivas en vista del alza del segundo trimestre, si bien las rentabilidades han quedado rezagados con respecto a los mercados desarrollados, en particular, en aquellos sectores cubiertos por las políticas de los mercados desarrollados. El dinamismo por la desescalada es sólido en Asia y Europa oriental. América Latina se enfrenta a más dificultades por la lenta respuesta de política sanitaria al virus. La recuperación, significativamente sólida, de China también es positiva para los mercados emergentes. Lo más probable es que ya se hayan producido las mayores variaciones de los tipos en la esfera emergente, si bien todavía percibimos valor en determinadas deuda externa y divisas.
Los mercados de crédito también continúan evolucionando adecuadamente. Es de esperar que prosiga el respaldo vía política (por ejemplo, con las compras de la Reserva Federal y el BCE), los datos económicos están en auge y la oferta debería disminuir con respecto al ritmo récord del primer semestre del año. La mayoría de las pérdidas económicas deberían ser transitorias y, por tanto, no resultarán sustancialmente negativas para las valoraciones corporativas. De hecho, las compañías continúan implementando estrategias de reducción del riesgo mediante ventas de activos y menores dividendos e inversiones en inmovilizado.
Auguramos que, a medida que mejoren las economías, el rendimiento de las compañías avanzará sustancialmente, siendo sus pérdidas cortas en el tiempo y restándose relevancia a sus mayores niveles de apalancamiento, pero significativos, no obstante, para diferenciar a las compañías que evolucionen en positivo. Dejando a un lado posibles noticias negativas económicas y relacionadas con la pandemia, es de esperar que los diferenciales de los bonos con grado de inversión y el high yield sigan estrechándose durante el resto del año. Tras la reciente alza, no sería sorprendente cierta consolidación a la espera de mayor información sobre los brotes en Estados Unidos.
Las recientes tendencias de la renta fija titulizada continuaron en junio con un rendimiento sólido y sostenido. Dado el estrechamiento de los diferenciales de los activos con una calificación de AAA, parece que el potencial alcista es limitado. Sin embargo, pensamos que las clases de activos con calificaciones menores, concretamente BBB y BB, todavía tienen margen sustancial para seguir estrechándose. Si bien hemos asistido a cierta recuperación de los diferenciales en los dos últimos meses, los de los activos titulizados con calificaciones menores permanecen en niveles muy superiores a los de febrero y no se han beneficiado de las mejoras experimentadas por los sectores de crédito corporativo. Los datos fundamentales siguen siendo críticos, pero, hasta ahora, el deterioro del rendimiento ha sido muy moderado para la mayoría de los sectores y mucho mejor que las expectativas. Es posible que el rendimiento de los bonos de titulización hipotecaria de agencia siga siendo moderado y continuamos infraponderados en este sector.
Tipos y monedas de mercados desarrollados
Análisis mensual
Junio marcó el final de un trimestre y un primer semestre históricos para las diferentes clases de activos y regiones, con numerosos países de mercados desarrollados avanzando en la senda de la reactivación económica. Por lo general, los datos económicos fueron mejores de lo esperado; en particular, los datos de las encuestas sorprendieron al alza. Aunque en algunas zonas se registraron repuntes de casos de coronavirus, otras regiones de economías desarrolladas siguieron asistiendo a un descenso de las infecciones. Una excepción clave es el alza de las tasas de contagios en algunos estados grandes de Estados Unidos, si bien la buena noticia al respecto es que la tasa de mortalidad es mucho menor que en brotes anteriores (puede que, principalmente, porque se hayan infectado personas más jóvenes).
Perspectiva
Seguimos previendo que la política monetaria continúe siendo acomodaticia y que los activos de riesgo cuenten con un apoyo sólido en los diferentes mercados desarrollados en los próximos meses para favorecer que siga la estabilización de la economía y los mercados financieros globales. Tras llevar a cabo una relajación agresiva de sus políticas en meses anteriores, la mayoría de los bancos centrales siguen ahora de cerca los datos económicos que se van conociendo para determinar si resulta necesario aplicar más medidas. Además, los datos que se van conociendo por lo general han sido mejores de lo esperado, pero dada la marcada debilidad de las presiones inflacionarias y el embate a las economías de una grave perturbación exógena, hay numerosas razones para creer que los bancos centrales se mostrarán dispuestos a relajar aún más sus políticas y lo más probable es que procedan con medidas de política no convencionales.
Tipos y monedas de mercados emergentes
Análisis mensual
La buena marcha de los activos de mercados emergentes se prorrogó comenzado junio, llevando a uno de los trimestres más sólidos de los que se tienen constancia. Alentaron a los inversores la persistente acomodación de las políticas monetaria y fiscal en los mercados emergentes y sus homólogos desarrollados, así como los renovados programas del Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayudar a naciones en vías de desarrollo en su respuesta a la COVID-19.3 La deuda soberana de mercados emergentes denominada en dólares lideró el rendimiento una vez más impulsada por el segmento de alta rentabilidad y los países exportadores de energía, al encarecerse esta por las expectativas de mayores consumo y crecimiento. La deuda corporativa denominada en dólares siguió a la soberana, mientras que la deuda en moneda local quedó a la zaga al debilitarse las monedas de mercados emergentes con respecto al dólar.4
Perspectiva
Seguimos confiando con cautela en la deuda de mercados emergentes de cara al corto plazo, pues las noticias positivas derivadas de las desescaladas se ven anuladas en parte por unas valoraciones menos atractivas que hace unos meses y los reveses en la lucha contra la pandemia en determinados países. Todavía pensamos que hay valor en la deuda de mercados emergentes, principalmente en el caso de los activos de high yield denominados en monedas fuertes y divisas. No obstante, percibimos riesgos en la posibilidad de una reapertura torpe de las economías en un contexto de una segunda ola de infecciones peor que la primera, así como en que el recrudecimiento de las tensiones entre Estados Unidos y China (Hong Kong y cuestiones comerciales) y el ruido geopolítico en otras regiones (Rusia/India frente a China) pesen sobre la percepción de riesgo.
Crédito
Análisis mensual
Los diferenciales de crédito con grado de inversión se estrecharon en junio, tanto en Estados Unidos como en Europa. Los factores impulsores clave de esta evolución fueron una mejora inicial a comienzos de mes cuando las economías desarrolladas comenzaron a salir de los confinamientos por la COVID-19 y uno datos de actividad económica mejores de lo esperado. Sin embargo, se produjo un debilitamiento en la segunda mitad del mes, pues el aumento de las tasas de infección en Estados Unidos, junto con las noticias sobre la relación entre dicho país y China, hizo que la percepción se tornara negativa. Las noticias corporativas fueron limitadas en la antesala de la publicación a partir de julio de los resultados del segundo trimestre. Los emisores con una calificación de BBB superaron en rentabilidad a los valores con una calificación mayor. Frente a la deuda pública, el índice Bloomberg Barclays U.S. Investment Grade (IG) generó un excedente de rentabilidad del 1,89%. Los activos europeos con grado de inversión, medidos según el índice Bloomberg Barclays Euro-Aggregate Corporate, rindieron por debajo del mercado estadounidense en junio, cerrando en niveles 21 pb más bajos, en 148 pb.5
Perspectiva
Las compañías han respondido al coronavirus centrándose en captar efectivo, una respuesta racional dada la incertidumbre económica. Esto se ha traducido en una combinación de estrategias, entre las que se encuentran captación de capital, emisión de deuda corporativa, reducción de dividendos y menores inversiones en inmovilizado. La respuesta ha variado entre los diferentes sectores, los más cíclicos, orientados a captar más efectivo. De cara al futuro, está la cuestión de cuál es la estructura de financiación óptima para las compañías ante un posible escenario de bajos crecimiento, inflación y coste de endeudamiento.
Activos titulizados
Análisis mensual
Los mercados de crédito titulizado continuaron recuperándose en junio: los sectores de crédito al consumo, el sector inmobiliario comercial respaldado por oficinas y los ámbitos relacionados con la vivienda vieron reducidos sus diferenciales. Sin embargo, las condiciones económicas siguen siendo débiles, pues más de 30 millones de personas siguen solicitando prestaciones por desempleo, si bien existen signos de mejora, pues diversos segmentos de la economía están reanudando la actividad en diferentes fases por todo el país.
Perspectiva
Dado que los diferenciales de los activos con una calificación de AAA han cedido un 80%-90% de la ampliación que sufrieron con motivo del COVID-19, creemos que parece improbable que sigan estrechándose sustancialmente dadas las condiciones de crédito actuales. Por su parte, también es improbable que se amplíen de modo considerable dados los menores volúmenes de emisión y los 100.000 millones de dólares del TALF, dispuestos para cualquier ampliación de los diferenciales que pueda producirse. Sin embargo, las clases de activos con calificaciones menores, concretamente BBB y BB, todavía tienen buen margen para seguir estrechándose. Si bien hemos asistido a cierta recuperación de los diferenciales en los dos últimos meses, los de los activos titulizados con calificaciones menores permanecen en niveles muy superiores a los de febrero y no se han beneficiado de las mejoras experimentadas por los sectores de crédito corporativo. Los datos fundamentales siguen siendo críticos y los mercados vigilan de cerca cualquier signo de deterioro sustancial del crédito por el aumento del desempleo; sin embargo, la merma del rendimiento hasta ahora ha sido moderada para la mayoría de los sectores, la situación ha sido mucho mejor de la esperada y la economía lentamente muestra signos de volver a la vida.
Columna de Jim Caron, portfolio manager y miembro senior del equipo de Renta Fija Global de Morgan Stanley Investment Management.
Anotaciones:
1 Fuente: Bloomberg, a 30/06/2020
2 Fuente: Banco Central Europeo, a 30/06/2020
3 Fuente: Bloomberg, a 30/06/2020
4 Fuente: JP Morgan, a 30/06/2020
5 Fuente: Bloomberg Barclays, a 30/06/2020
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Los impactos financieros y operativos del COVID-19 brindan una oportunidad para que los gestores de fondos vuelvan a evaluar su distribución y uso de productos alternativos líquidos, afirma el último estudio U.S. Alternative Investments 2020: The Path Forward
El uso de los productos alternativos líquidos sigue siendo bajo a pesar de que los administradores de fondos reconocen el papel de estos activos como diversificadores de cartera.
Los administradores informan que asignan un promedio de 5.6% a los alternativos (sin incluir productos básicos), y una porción aún menor de esto se asigna a productos alternativos líquidos.
«Los gestores asignan mucho menos a las exposiciones alternativas de lo esperado, especialmente dada la mayor disponibilidad de los productos y la necesidad informada de los administradores de diversificación y protección a la baja», comenta Daniil Shapiro, director asociado de Cerulli.
Shapiro atribuye la adopción limitada a varios factores, incluidos los costos, la búsqueda del rendimiento del inversor que resulta en rendimientos inferiores y la complejidad de las exposiciones.
Para los administradores, las alternativas líquidas ofrecen nuevas oportunidades para generar fees superiores al promedio y diversificar las oportunidades de ingresos, así como para ayudar a los gerentes institucionales a aumentar los activos minoristas.
Cerulli alienta a los managers a centrar el desarrollo futuro de productos en los menos costosos y en exposiciones más coherentes que sean más fáciles de explicar y posicionar a los gestores, al tiempo que evitan segmentos más riesgosos.
Además, Shapiro sugiere que los managers presten atención a las lecciones aprendidas de los jugadores pasivos.
«Los desarrolladores de productos alternativos deberían tomar una página del libro de jugadas de gestión pasiva y competir en simplicidad y costos en lugar de una carrera armamentista de capacidades», enfatiza Shapiro.
Los administradores pueden ingresar al mercado a través del lanzamiento de sus propios productos o mediante mandatos de subadministración.
Cerulli estima que aproximadamente 41.000 millones de dólares en activos alternativos líquidos similares a los fondos de cobertura, o el 15% del universo, fueron subadministrados en el primer trimestre de este año.
Un beneficio clave para los patrocinadores es lograr las habilidades y la experiencia altamente especializadas de un manager diferente, una demanda particularmente importante dada la complejidad de las estrategias, sin desarrollar la experiencia internamente.
Cerulli cree que aún quedan muchas oportunidades para competir en costos y lanzar ofertas innovadoras, incluida la replicación de capital privado.
Si bien la mayoría de los activos alternativos líquidos se encuentran actualmente en el vehículo de fondos mutuos, la accesibilidad del fondo negociado en bolsa y sus principios clave de exposiciones simples y económicas pueden convertirlo en un vehículo de distribución sólido para alternativas líquidas.
Cerulli reconoce los desafíos a los que se enfrentan los gestores en la selección de productos de alternativas líquidas y por esta razón, recomienda que las empresas que los distribuyen pongan la máxima atención en la educación.
«Los administradores de fondos no solo necesitan una asistencia significativa para seleccionar un producto alternativo líquido apropiado, sino que también deben estar suficientemente informados para poder evaluar estas estrategias de manera continua para garantizar que se mantengan con ellos durante los períodos de reducción», concluye Shapiro.