Cómo el COVID-19 está reenfocando las finanzas sostenibles

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Foto cedidaFaryda Lindeman, especialista sénior de inversiones responsables de NN Investment Partners. Cómo el COVID-19 está reenfocando las finanzas sostenibles

El COVID-19 ha cambiado el escenario para la inversión sostenible. Los factores sociales han pasado a un primer plano, ya que las empresas sostenibles han superado a sus homólogas tradicionales, pero la crisis ha hecho que muchas pospongan sus planes de inversiones verdes. Faryda Lindeman, especialista sénior de inversiones responsables de NN Investment Partners, analiza en esta entrevista cómo equilibrar la relación entre las personas, el planeta y la prosperidad en tiempos de crisis, y cómo los inversores pueden contribuir a crear un mundo más sostenible.

Como inversora responsable, ¿qué ha notado durante la crisis del COVID-19?

Esta crisis ha tenido un impacto drástico en los mercados financieros, incluso en términos de inversión responsable. Al principio, los precios de las acciones cayeron en picado, el precio del petróleo se desplomó, muchas empresas sufrieron dificultades financieras… Pero, al mismo tiempo, las empresas y las inversiones sostenibles resultaron ser relativamente resistentes. En general, los fondos sostenibles ya estaban evitando muchos de los sectores más afectados, como las empresas petroleras. No es posible prepararse para una crisis como esta, pero sí invertir en empresas resistentes, que responden rápidamente a los desafíos.

Los factores sociales se hicieron más prominentes en medio de los aumentos masivos de la tasa de desempleo, no solo en los Estados Unidos, sino también en Europa y los mercados emergentes. La salud y la seguridad tuvieron prioridad: ¿cómo protegen las empresas a sus empleados? ¿Cómo cuidamos de los demás y de nosotros mismos en aislamiento?

¿Qué pueden hacer los accionistas para alentar a las empresas a cambiar? ¿Ha redefinido la pandemia esta relación?

El compromiso ha sido importante durante mucho tiempo para la relación entre inversores y empresas, pero la pandemia realmente lo ha puesto en el punto de mira. También ha cambiado las preguntas que hacemos a las empresas: ¿Han optado por despedir a sus empleados o han utilizado las ayudas gubernamentales? ¿Cómo están protegiendo a su personal frente al virus? Como inversores, debemos alentar a las empresas a dar prioridad a los empleados, a los proveedores y a la salud a largo plazo de la propia empresa frente a los bonus de los ejecutivos y las recompras de acciones y los dividendos. También debemos colaborar con ellas en temas como la salud y la seguridad y cómo están afrontando el impacto de la crisis.

Lo bueno, en cuanto al momento, es que la crisis coincidió con la temporada de asambleas generales anuales, lo que nos permitió hacer preguntas difíciles a las empresas sobre sus paquetes de remuneración, por ejemplo. Hemos votado en contra de varias propuestas de compensación y dividendos que no creíamos justificadas. Así que trasladamos nuestra atención no solo a los temas sociales, sino también a cómo usamos nuestros derechos como propietarios activos.

Y ese es realmente nuestro mensaje clave en esta época de crisis: no solo invierta en empresas con una perspectiva sostenible. Tome en serio su papel de propietario activo y utilice su compromiso para asegurarse de que apoya las prácticas comerciales sostenibles.

¿Las personas, el planeta y los beneficios son igualmente importantes? O, si perseguimos un planeta y una población saludables, ¿se redefine automáticamente la relación con el beneficio?

Definitivamente esto último: se trata del equilibrio. ¿Cómo nos aseguramos de dar prioridad a los derechos humanos, la salud y la seguridad durante esta crisis y en el futuro? Si no esperáramos un beneficio, no estaríamos en la industria de la inversión. Pero creemos que podemos obtener un beneficio invirtiendo en esos elementos.

De hecho, creemos que las compañías no pueden asegurar mayores retornos a largo plazo mientras perjudican a la sociedad: es contraproducente. Los emisores deben actuar no solo con la vista puesta en los titulares de acciones o bonos, sino también de acuerdo con las necesidades de las partes interesadas, como los empleados, e ir más allá de los requisitos legales.

¿Cambiará el COVID-19 el foco de la sociedad, los gobiernos y las empresas sobre la importancia del cambio climático y la financiación para un futuro sostenible?

Definitivamente, se avecina un cambio. El COVID-19 ha demostrado que las empresas tienen que centrarse en el tratamiento a largo plazo de los empleados, clientes, y proveedores, y darles prioridad sobre los accionistas. Deben trabajar con todos ellos y sindicatos, gobiernos e inversores para desarrollar soluciones que mantengan las economías y la sociedad a salvo.

Los gobiernos son un motor dominante del mercado a corto plazo. Su principal objetivo será asegurar la supervivencia, pero el segundo paso es avanzar hacia una economía y una sociedad saludables y sostenibles. No obstante, una cosa que sigue sin estar clara es la forma en que los gobiernos impulsarán los requisitos de «ecologización» como parte de los paquetes de recuperación económica y las políticas de estímulo fiscal. Deben seguir impulsando prácticas más sostenibles.

En términos de sociedad, solo puedo esperar que la gente empiece a ver los beneficios de vivir de una manera diferente. Esta crisis ha demostrado que todos necesitamos adaptar la forma en la que consumimos y cómo tratamos al medioambiente y a los demás.

¿Cómo podemos traducir lo que hemos aprendido de la crisis del COVID-19 en una acción más rápida frente al cambio climático?

Lo que hemos aprendido es que no podemos retrasar nuestros planes. Cuando el mundo se confina, las emisiones también disminuyen. Al principio de esta crisis no había vuelos y la gente tenía menos ganas de conducir, lo que llevó a cambios drásticos en términos de emisiones. Por otro lado, hemos observado que, en este momento, la gente es muy cautelosa a la hora de cambiar a fuentes sostenibles, como los paneles solares, porque quieren ahorrar dinero.

Y no es solo a nivel individual: los gobiernos también están posponiendo sus planes de sostenibilidad porque tienen otras cuestiones que abordar. El rescate de las aerolíneas es más prioritario que centrarse en la ecologización. Pero esto presenta un riesgo para el futuro. La recuperación económica llevará mucho tiempo, pero posponer las inversiones verdes hasta que hayamos alcanzado la nueva normalidad no es una opción sostenible: deben ser parte de la solución.

Juan Pablo Galán, nuevo Country Head de Credicorp en Colombia; Carlos Coll toma su lugar en Miami

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Juan Pablo Galán. foto cedida

Credicorp realiza cambios a su cúpula directiva a partir de este mes de agosto. En el cargo de Country Head Colombia queda Juan Pablo Galán, mientras que Luis Miguel González emprende una nueva etapa como parte de la Junta Directiva de Credicorp Holding Colombia. Como CEO de Ultralat en Miami queda temporalmente Carlos Coll (actual COO de Credicorp Capital Advisors y Ultralat), mientras que se espera que en unos meses Felipe García, actual Head de Capital Markets a nivel regional, se convierta adicionalmente en Country Head de Credicorp Capital US (lo que incluye al RIA -Credicorp Capital Advisors- y al Broker Dealer -Ultralat Capital Markets y Credicorp Capital Securities que están en proceso de fusión-).

Bajo la dirección de Galán, Credicorp Holding Colombia, una empresa Holding del Grupo Credicorp y regulada por la Superintendencia Financiera Colombiana, tomará un nuevo enfoque, más comercial, con el objetivo de impulsar el desarrollo de sus negocios y contribuir al cumplimiento de las estrategias de Credicorp Capital en el país.

Al respecto, Eduardo Montero, CEO de Credicorp Capital señaló: “Le doy la bienvenida a Juan Pablo a esta nueva etapa para la organización, felicitarlo por este nuevo rol que asume y darle toda la confianza en esta gestión.

Galán cuenta con más de 25 años de experiencia en el sector financiero, desempeñado importantes roles como MD en Corredores Asociados, CEO de Alianza Valores y, durante los últimos 4 años, como CEO de Ultralat en Miami. Es Administrador de Empresas del CESA (Colombia) con MSc en Banca de Inversión y Mercados Internacionales de la Universidad de Reading – Henley Business School (Inglaterra).

Regulación Best Interest: ¿Qué sigue ahora?

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. Pexels

El 30 de junio entró en vigor la regulación Best Interest (Reg. BI) implementando cambios importantes en la forma en que operan los corredores/vendedores. Entre ellos se encuentra la forma en se interactúa con los clientes minoristas (retail/consumo); cómo se ofrecen valores y las cuentas de valores a clientes minoristas; cómo y qué hechos materiales se tienen que divulgar; y cómo gestionamos los conflictos de intereses que pueden surgir a raíz de las relaciones con nuestros clientes y la solicitación de productos de valores.

No debe haber ninguna duda de que esta es una regla difícil de implementar. La complicación se debe principalmente a que los estándares de Best Interest son abarcadores, de naturaleza subjetiva y específicos para el modelo de negocio del corredor, el tipo de cliente y los productos específicos ofrecidos. Por lo tanto, no hay una respuesta mágica que se adapte a todos los corredores / agentes. Hay que pensarlo de la siguiente forma: cuándo fue la última vez que entró en vigor una regla tan expansiva

Durante gran parte del 2019 y 2020, la industria de corredores/agentes de valores de EE.UU. ha estado planeando y diseñando su Estrategia de Cumplimiento del Reg. BI. Sin embargo, actualmente, la sensación general, tanto de los participantes de la industria como de los organismos reguladores, es que hay un gran nivel de incertidumbre en distintos aspectos: ¿cómo evolucionará Reg. BI, si sus elementos se están implementando correctamente y cuál es el estándar regulatorio esperado estar en cumplimiento?

En otras palabras, con una regla tan amplia, ¿cómo funcionará la mecánica de Reg. BI en el mundo real?  

Desafortunadamente, al igual que con la implementación de cualquier nuevo proceso, parte de la pregunta tendrá que ser respondida a medida que avance el tiempo, se contemplan nuevos escenarios y los organismos reguladores involucrados en la supervisión del Reg. BI proporcionan orientación adicional.

Las buenas noticias han sido que tanto FINRA como la SEC han declarado que, si bien supervisarán el cumplimiento de la industria con la regla, su enfoque inicial se centrará en los esfuerzos de la industria para implementar Reg. BI y si los corredores/agentes de valores han hecho esfuerzos de buena fe e intentos razonables para cumplir con los componentes de las reglas.

Además, la SEC y FINRA han ido un paso más allá al afirmar que durante los próximos 6 meses, sus revisiones se centrarán principalmente en garantizar que los corredores/agentes de valores hayan actualizado sus procedimientos para cumplir con Reg. BI y que hayan cumplido con los requisitos del Formulario CRS.

En base a esta declaración un corredor/agente de valores podría evitar una acción regulatoria por no cumplir con Reg. BI si ha hecho un esfuerzo razonable y de buena fe para implementar los elementos de la regla y ha actualizado sus políticas y procedimientos para incluir los elementos de la regla.

Esto nos da un aire de optimismo ya que da una oportunidad a la industria para repensar, reevaluar y actualizar su Estrategia de Cumplimiento de Reg. BI. Más aún, nos brinda la oportunidad de mejorarla, según sea necesario. Por lo tanto, es un gran momento para preguntarse ¿hemos implementado Reg. BI? ¿Qué pasa ahora?

La respuesta a esta pregunta puede ser tan simple como en un proceso de tres pasos: Calibrar, Ajustar y Aprender. 

Durante los últimos meses, ha trabajado muy duro para implementar un una Estrategia de Cumplimiento con Reg BI que incluye nuevos controles, procedimientos, adiestramiento y tecnología.

Sin embargo, ahora puede ser el mejor momento para evaluar lo que se ha implementado a la luz de su día a día. Es decir, pregúntese a sí mismo o, mejor aún, a su equipo ¿cómo funcionan los procesos que hemos desarrollado? ¿son fáciles de seguir? ¿crean trabajo adicional para el equipo de ventas, las operaciones y/o el equipo de supervisión y cumplimiento? ¿Hay una mejor manera de hacer las cosas?  No tenga miedo de hacer una autoevaluación o pedir a un tercero independiente que realice uno para usted (por ejemplo, ¿hemos Identificado todos los conflictos de intereses materiales?; ¿Tengo un proceso para entregar eficientemente la Forma CRS a los clientes?).

Otra idea es realizar sesión de retroalimentación con sus supervisores, personal de operaciones, oficiales de cumplimiento y más importante con su equipo de representantes registrados. Recuerde que ellos son los que están en primera línea interactuando con los clientes y puede proporcionarle comentarios valiosos sobre lo que ha funcionado y lo que no. Le ayudarán a comprender si la Estrategia de Cumplimiento con Reg. BI que ha implementado es eficaz y, lo que es más importante, si es sostenible. Una vez que haya compilado esta información, piense en maneras en que puede mejorar su cumplimiento con Reg. BI, qué cambios se deben implementar y cómo los implementará.

Sin embargo, recuerde que las alternativas e ideas en las que piensa debe estar alineada con su modelo de negocio, clientes y oferta de productos. Teniendo en cuenta esto, piense en la mejor manera de enriquecer su Estrategia de Cumplimiento con Reg. BI. Este es el proceso de calibrar su estrategia.

Una vez que haya pensado en cómo estabilizar su estrategia, es el momento de ajustar sus controles, políticas, procedimientos y tecnología, si es necesario. No tenga miedo de desafiar a su equipo a llegar a formas de ser más eficiente, mejorar sus procesos y tecnología para que se integre con el funcionamiento del día a día. Por ejemplo, piense en las divulgaciones que ha hecho a sus clientes y si de hecho está capturando todos los hechos materiales y conflictos de intereses.

Además, piense si sus supervisores/equipo de cumplimiento pueden supervisar adecuadamente la obligación de cuidado bajo el Reg. BI y si está maximizando el uso de un enfoque basado en el riesgo. 

Realice el ajuste necesario y documente tanto como sea posible, ya que esto apoyará el que haya hecho esfuerzos razonables y de buena fe para cumplir con la regla, que, al final, es lo que la SEC y FINRA estarán buscando.

Por último, aprenda del proceso. Eduque a su equipo sobre nuevas orientaciones regulatorias, nuevas políticas y procedimientos y sobre lo que ha aprendido de las nuevas experiencias. Utilice la inteligencia que su equipo le ha brindado; de las evaluaciones que ha realizado y aprenda de ellas para fortalecer su cultura de cumplimiento en torno a Reg. BI.

Reg. BI entró en vigor el mes pasado y aunque se espera que la industria de corredores/agentes de valores hayan hecho esfuerzos razonables para cumplir con la regla, también existe la expectativa de que la Estrategia de Cumplimiento de la norma evolucione y mejore. Aproveche esto y calibre, ajuste y aprenda para que su organización salga más fuerte y mejor preparada para hacer frente a los desafíos planteados por Reg. BI.

Franklin Templeton completa la adquisición de Legg Mason

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Foto cedidaJenny Johnson, presidente y CEO de Franklin Templeton.. Jenny Johnson, presidente y CEO de Franklin Templeton

Tal y como estaba previsto, el pasado 31 de julio, Franklin Templeton completó la adquisición de Legg Mason y de sus gestoras especializadas. Como resultado de esta adquisición, Franklin Templeton se convierte en una de las mayores gestoras de inversión globales, independiente y especializadas del mundo con unos activos bajo gestión de más de 1,4 billones de dólares. 

Según ha destacado la gestora, gracias a esta adquisición contará con una amplia gama de soluciones de inversión y equipos de inversión de “alta calidad” dentro del mercado. Además, explica que la combinación entre ambas firmas mejora significativamente la presencia de Franklin Templeton en geografías clave y crea una amplia plataforma de inversión muy equilibrada entre clientes institucionales y minoristas, en términos de activos bajo gestión. 

«Estamos muy contentos de anunciar el cierre de nuestra adquisición de Legg Mason, que representa la mayor y más significativa transacción en la historia de Franklin Templeton. Desde que anunciamos esta compra a mediados de febrero, han ocurrido muchas cosas en nuestro entorno, pero el fundamento estratégico de esta operación y proyecto no ha hecho más que reforzarse. Esta adquisición genera un valor sustancial y oportunidades de crecimiento gracias a lograr una mayor escala, diversidad y equilibrio en las estrategias de inversión, canales de distribución y geografías. Nuestra firma combinada está alineada en términos de cultura y nuestro enfoque compartido en la entrega de sólidos resultados de inversión para nuestros valiosos clientes», ha destacado Jenny Johnson, presidente y CEO de Franklin Templeton.

La gestora explica que esta compra aportará un “notable liderazgo y fortaleza” a las inversiones en renta fija, renta variable y alternativos, además de ampliar sus capacidades en multiactivos. También ha querido aclarar que “no se prevén cambios en las estrategias de inversión de los gestores de inversiones especializados”, que, como ventaja, se beneficiarán de la infraestructura mundial de Franklin Templeton y de la inversión tecnología e innovación que está realizando la gestora. 

«Se ha invertido una cantidad significativa de trabajo en prepararnos para esta emocionante combinación de empresas durante los últimos cinco meses, todo ello durante una pandemia sin precedentes en la que casi todos los implicados han trabajado a distancia. Quiero agradecer a los empleados de ambas compañías por sus contribuciones y su excepcional enfoque de cara a nuestros clientes y a la empresa durante todo el proceso», ha añadido Johnson.

Pese a que no habrá ningún cambio en las estrategias, esta adquisición sí supondrá algunos cambios en la organización del negocio, en particular en la parte de distribución. Según anunciaba la semana pasada, la gestora tendrá un nuevo modelo de distribución organizado en cuatro regiones, Estados Unidos, Asia-Pacífico, Europa, Oriente Medio y África, y América ex Estados Unidos, con funciones antes más centralizadas, y ahora más apoyadas en las regiones. Además, Adam Spector será el nuevo responsable de distribución global y los responsables de cada una de estas áreas, le reportarán directamente a él. Hasta el próximo 1 de octubre, Johnson y Jed Plafker (nombrado recientemente para un nuevo rol de EVP, Global Alliances y New Business Strategies), coliderarán la distribución.

 

Tras el COVID-19, los inversores tendrán que pagar una prima por los dividendos sostenibles

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Pixabay CC0 Public Domain. Tras el COVID-19, los inversores tendrán que pagar una prima por los dividendos sostenibles

Como consecuencia del grave impacto del coronavirus, los inversores se verán obligados a pagar una prima por las empresas que repartan buenos dividendos. Así lo afirma Vincent McEntegart, gestor de multiactivos en Kames Capital. La paralización de muchas de las principales economías mundiales ha llevado a un gran número de empresas cotizadas a eliminar o reducir drásticamente los dividendos para proteger el capital. 

En Reino Unido, empresas como Marks & Spencer o ITV han suspendido sus dividendos en las últimas semanas. Además, la petrolera Royal Dutch Shell recortó en abril su dividendo por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. McEntegart, que cogestiona el Kames Global Diversified Income Fund, cree que los inversores no tardarán en verse obligados a pagar precios mucho más altos por las empresas que reparten rentas sostenibles, debido al gran número de compañías que tendrán que recortar sus pagos, o que ya lo han hecho.

“El confinamiento ha dado lugar a una situación sin precedentes y bastante generalizada en lo que se refiere a los recortes de dividendos. Los consejos de administración de las empresas han optado por retener el capital y no pagar dividendos, a pesar de que ahora mismo los mercados de bonos están dispuestos a prestar a las empresas a tipos de interés muy atractivos”, asegura el gestor.

Además, desde la firma subrayan que la tesis de inversión en activos que generen rentas ganará fuerza a partir de ahora, sobre todo debido a que los tipos de interés se mantendrán probablemente en niveles muy bajos durante más tiempo y los rendimientos de los bonos son ahora más bajos que nunca. En consecuencia, desde Kames Capital apuntan a un aumento en la demanda de activos que ofrezcan algún tipo de renta sostenible. 

“Un múltiplo más alto puede estar justificado en el caso de una acción que pague un dividendo atractivo y creemos que el mercado estará dispuesto a pagar ese múltiplo”, añade McEntegart. Además, el gestor advierte que los inversores deberían comprar ya esos títulos, no solo por las rentas que generan, sino por la posibilidad de que aumenten los precios.

Tras las correcciones que sufrió el mercado en marzo, McEntegart añadió a la cartera Tesco, que ofrece una rentabilidad atractiva y características defensivas, y la inmobiliaria británica Grainger, que opera en el sector del alquiler privado, relativamente defensivo. “No obstante, la escasez de empresas británicas que repartan dividendos atractivos hace que el enfoque global del fondo resulte más importante que nunca”, recuerda el experto.

Así, los gestores han abierto posiciones en la cadena de supermercados holandesa Ahold Delhaize y en la proveedora de electricidad Energias de Portugal. En Estados Unidos, el equipo ha incorporado a la cartera al gigante del sector de bebidas y alimentación Pepsico y a Digital Realty, empresa que posee y opera almacenes digitales para las grandes empresas tecnológicas. En Asia, McEntegart y el equipo destacan a la taiwanesa Delta Electronics y a la japonesa KDDI, que ofrece telefonía móvil y banda ancha.

Estos cambios se han producido a expensas de otros sectores como restauración o banca, áreas en las que el gestor cree que más empresas podrían recortar o suspender sus dividendos, sobre todo si se produce una segunda ola de contagios de COVID-19.

“Es difícil saber qué sucederá en caso de una segunda oleada, pero no descartamos que ocurra, por lo que hemos reforzado la cartera”, asegura el gestor. Además, la reacción de los reguladores europeos, que insistieron en que los bancos no pagaran dividendos, “tuvo un efecto dominó y las aseguradoras se vieron muy presionadas para no pagar, aunque me complace poder decir que resistieron esa presión”, subraya McEntegart.

“Sin embargo, no anticipamos una disminución de la presión sobre los bancos, por lo que, de momento, preferimos evitarlos. Ese deseo de los reguladores de que los bancos retengan el capital ha influido en que muchas otras empresas hayan recortado sus dividendos”, concluye el gestor de Kames Capital.

Los desafíos no han cambiado

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Pixabay CC0 Public Domain. Los desafíos no han cambiado

Gran parte del énfasis que se pone en la inversión con criterios ESG y de sostenibilidad está motivado por el deseo de mirar más allá de los resultados a corto plazo que dominan nuestro día a día con frecuencia. Prestar atención a cuestiones como el PIB trimestral, las tasas de inflación mensuales o los rendimientos semanales del mercado puede ser importante, pero también nos distrae de pensar a largo plazo en los retos que serán trascendentales para nuestras sociedades. 

Hemos hablado mucho desde el inicio de la pandemia sobre cuán crucial es que aprovechemos esta oportunidad para reflexionar y recalibrar nuestras prioridades, nuestros horizontes temporales y analizar el verdadero panorama subyacente de la economía mundial desde una óptica sostenible. No debemos dejarla pasar.

Los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas nos proporcionan un esquema óptimo para identificar las temáticas que deberían ser parte fundamental de la agenda política, social y económica a largo plazo. Centrarse en esos objetivos debería conducir a un mejor resultado para la sociedad y, en el contexto actual, la crisis del Covid-19 y sus repercusiones tienen el potencial de acelerar la toma de medidas para algunas de las cuestiones que tenemos pendientes a largo plazo, lo que a su vez repercutirá en las perspectivas de las empresas relacionadas.

Estas presiones a las que se enfrentan la sociedad y los gobiernos en la actualidad pueden afectar a tres de los objetivos en particular: el número 3 (Salud y bienestar), el número 8 (Trabajo digno y crecimiento económico) y el número 12 (Consumo y producción responsables).

ODS número 3: buena salud y bienestar

Antes de que se produjera la crisis de la pandemia, el sistema de salud de muchos países ya funcionaba casi a su plena capacidad, tanto en lo que respecta a la infraestructura como al personal. Y nos encontramos ahora ante la evidencia de que el acceso generalizado a la atención de la salud nunca ha sido más importante. El gasto público y privado deberá contribuir a reconstruir las capacidades del sistema sanitario y hacerlo más adecuado a la demografía actual. Esto podría apoyar a las empresas que operan en el sector salud, como los productores de equipo médico, de diagnóstico, de seguros de salud y otros.

ODS número 8: trabajo digno y crecimiento económico

El papel de las redes de seguridad social y de las medidas de liquidez de emergencia para las empresas han adquirido un papel crucial. El apoyo a las empresas y a los empleadores es clave para proteger el futuro crecimiento económico de nuestras sociedades. Los gobiernos y los bancos centrales han tomado cartas en el asunto, identificando las medidas más eficientes para este objetivo, incluyendo las menos convencionales. ¿Serán estas suficientes? Posiblemente sea aún pronto para saberlo.  

ODS número 9: innovación e infraestructura de la industria

La pandemia ha cambiado la forma en que muchos de nosotros trabajamos, compramos y nos comunicamos. El papel de la tecnología y la infraestructura ha sido crítico en la forma en que hemos tratado con el virus.

La capacidad de trabajar desde casa, de entregar bienes y servicios esenciales y la capacidad de trasladar la actividad económica de las zonas cerradas a las que necesitan recursos adicionales, son todas ellas áreas que probablemente no hubiéramos podido gestionar de la misma manera hace diez años.

Estos acontecimientos son indicativos de un cambio muy rápido. Es probable que muchos de nosotros mantengamos algunos de esos nuevos hábitos en el futuro, impulsando el uso de Internet y la necesidad de redes rápidas y eficientes (como la 5G). Las empresas más innovadoras de telecomunicaciones y los especialistas en tecnología de la información deberían seguir beneficiándose de esta tendencia.

ODS número 15: la vida en la tierra

Aún hoy seguimos sin saber con certeza cómo el virus se transmitió de los animales a los humanos. Sin embargo, parece claro que la destrucción de los ecosistemas naturales y los desafíos relacionados con la diversidad biológica que representan hayan desempeñado un papel importante. El mantenimiento del delicado equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza seguirá desempeñando un papel fundamental en los próximos años para proteger a la sociedad de nuevas pandemias. Esperamos que las entidades públicas y privadas impulsen los esfuerzos en este ámbito.

ODS número 16: paz, justicia e instituciones sólidas

La situación actual también nos ha recordado el importante papel de las instituciones en nuestra sociedad, desde cuidar nuestra salud hasta permitir que nuestra economía prospere. Si bien el reciente auge del populismo había puesto en tela de juicio el papel de nuestras instituciones, los niveles de intervención, coordinación y cooperación necesarios hoy en día nos recuerdan la importancia de unas instituciones fuertes.

Como en muchos otros aspectos de la vida, el aumento de la incertidumbre y la volatilidad en los mercados nos tienta a pensar a corto plazo. Sin embargo, y posiblemente hoy más que nunca, debemos prestar la atención merecida a los desafíos a los que nos enfrentamos en un horizonte más extenso. En lugar de algo que debería ponerse «en espera», considerar los desafíos actuales desde una perspectiva ESG y sostenible nos proporciona un marco para identificar futuras oportunidades de inversión, al mismo tiempo que hace que nuestra sociedad y economía más resilientes.

Tribuna de Maria Municchi, gestora del M&G (Lux) Sustainable Allocation Fund.

Fondos de private equity: ¿una industria que se enriquece ofreciendo las mismas rentabilidades que la renta variable?

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Foto: benontherun, Flickr, Creative Commons. wallstreet

Los activos alternativos resultan esenciales para diversificar las carteras en un entorno de tipos de interés cercanos a cero, ofrecer rentabilidades descorrelacionadas de los mercados cotizados y atractivos retornos con la vista puesta en el largo plazo en un contexto de alta volatilidad de los mercados tradicionales. Todo gracias, en gran parte, a la prima de iliquidez de activos como el real estate, las infraestructuras, la deuda privada, el private equity y el venture capital, que son algunas de esas ideas diversificadoras para las carteras.

Sin embargo, ¿están ofreciendo las rentabilidades y el riesgo esperado, por las altas comisiones que se pagan por estos fondos? Un reciente estudio de la Oxford University pone en entredicho las cifras de algunas de estas soluciones y, en concreto, apunta a los fondos de private equity: según sus datos, y a pesar de ese mayor riesgo de iliquidez en el que incurren los inversores, y también de las altas comisiones que conllevan (muchas de ellas, ligadas a su rentabilidad), los fondos de private equity han ofrecido aproximadamente los mismos retornos que los índices cotizados de renta variable global al menos desde 2006.

Estas cifras ponen en entredicho si las comisiones que se pagan a estos gestores, y que se han venido pagando durante años y décadas, compensan por lo que ofrecen al inversor. Según el estudio, las altas comisiones han venido generando milmillonarios en el mundo del private equity, pese a que los retornos ofrecidos son muy similares a los que un inversor hubiera obtenido al invertir en renta variable cotizada. Según el estudio An Inconvenient Fact: Private Equity Returns & The Billionaire Factory”, de la Universidad de Oxford, de 2006 a 2019, el private equity ha generado un múltiplo de 1,5 veces, lo que significa que los inversores han recibido 1,5 veces su inversión original, lo que equivale a un 11% de retorno anualizado, en línea con el de la renta variable.

Así, los grandes fondos de pensiones públicos de Estados Unidos (California, Washington, Pennsylvania, Florida y Oregon) han recibido un múltiplo neto de dinero invertido (MoM, por sus siglas en inglés, la ratio del valor del fondo entre el capital invertido en el fondo) en private equity de un rango entre 1,51 y 1,54.

Las cuatro grandes firmas de capital privado (Apollo, Blackstone, Carlyle y KKR) también han ofrecido netos MoMs estimados en el rango del 1,54-1,56, entre 2006 y 2015:

 

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Fuente:An Inconvenient Fact: Private Equity Returns & The Billionaire Factory”, de la Universidad de Oxford

Esos MoMs netos implican un retorno anual del 11%, que es similar al de los índices de renta variable más relevantes (ver tabla).

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Fuente:An Inconvenient Fact: Private Equity Returns & The Billionaire Factory”, de la Universidad de Oxford

Así, el MSCI World ha ofrecido rentabilidades anuales del 8,6% entre 2006 y 2019, del 6,9% entre 1996 y 2009 y del 11% entre 2010 y 2019. En el caso del Russell, las rentabilidades son del 8,5%, 7,3% y 11,8%, respectivamente, en línea con las rentabilidades del private equity en el periodo 2020-2019. Incluso algunos fondos pasivos (como el Vanguard S&P 500 index fund) o un fondo de pequeñas compañías de T. Rowe Price superan estas cifras.

Millmillonarios ligados al private equity

Así las cosas, las rentabilidades han estado muy en línea entre el private equity y la renta variable cotizada, según el estudio. Y las comisiones cobradas en private equity han sido altas y exigían altos retornos: según el autor del estudio, las comisiones para los intermediarios en la industria del private equity ascienden a 100.000 millones de dólares, de forma que las compañías han de generar un 11% de retorno al año para los inversores en crecimiento orgánico para soportar esas comisiones.

Durante las últimas décadas, el modelo ha funcionado, de forma que los retornos del private equity tras comisiones se pareció mucho al de las bolsas, si bien durante ese periodo las compañías no necesitaron llegar a esas cifras en crecimiento de beneficios, debido a la ventaja de la expansión de múltiplos, algo que ahora podría cambiar. O al menos, si es sostenible ese crecimiento que justifica esas comisiones, es lo que se pregunta el autor del estudio, Ludovic Phalippou.

El documento también hace otra reflexión: 100.000 millones de dólares en comisiones se han pagado a una industria de 100.000 personas, lo que equivale a entre medio y un millón de dólares por cabeza.

Más aún: desde 2006 a 2015, la industria de private equity ha logrado 230.000 millones de dólares en performance fees o comisiones por rentabilidad, según el estudio. Un dinero que fue desde las compañías y las pensiones hacia los gestores de fondos de private equity. Una cantidad que también se reparte entre pocas personas y que está haciendo crecer los millonarios en la industria: en 2005, había 3 mil millonarios en la lista Forbes de la industria de private equity y 22 en 2020, según los datos del estudio.

Sumando comisiones de performance con las de carried interest esa cifra se elevaría a 370.000 millones de dólares en el periodo comprendido entre 2006 y 2015. Una cadena que continúa y sigue generando fortunas en el mundo del private equity, según el informe.

La UE invierte 2.000 millones de euros en proyectos de transporte para impulsar la recuperación ecológica

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Pixabay CC0 Public Domain. La UE invierte más de 2.000 millones de euros en proyecto de transporte para impulsar la recuperación ecológica

La UE está apoyando la recuperación económica en todos los Estados miembros. Un ejemplo es la inyección de casi 2.200 millones de euros en 140 proyectos clave de transporte para la eurozona. Según explica la Comisión Europea (CE), estos proyectos “ayudarán a construir las conexiones de transporte que faltan en todo el continente, apoyarán el transporte sostenible y crearán puestos de trabajo”.

Los proyectos recibirán financiación a través del Mecanismo de Conexiones con Europa (CEF), el plan de subvenciones de la UE que apoya la infraestructura de transporte. Con este presupuesto, la UE cumplirá sus objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo Verde Europeo. En concreto, se hace mucho hincapié en los proyectos que refuerzan los ferrocarriles, incluidos los enlaces transfronterizos y las conexiones con puertos y aeropuertos. El transporte por vías navegables interiores se impulsa mediante una mayor capacidad y mejores conexiones multimodales con las redes de carreteras y ferrocarriles. En el sector marítimo, se da prioridad a los proyectos de transporte marítimo de corta distancia basados en combustibles alternativos y a la instalación de un sistema de suministro de energía en tierra para los puertos a fin de reducir las emisiones de los buques atracados.

«La contribución de 2.200 millones de euros de la UE a esta crucial infraestructura de transporte ayudará a iniciar la recuperación, y esperamos que genere 5.000 millones de euros en inversiones. El tipo de proyectos en los que invertimos va desde el transporte por vías navegables interiores hasta las conexiones multimodales, pasando por los combustibles alternativos y la infraestructura ferroviaria masiva. El Fondo para la Conectividad de Europa (CEF) es uno de nuestros instrumentos clave para crear un sistema de transporte resistente y a prueba de crisis, vital ahora y a largo plazo», apunta Adina Vălean, comisaria de Transporte.

La UE apoyará los proyectos de infraestructura ferroviaria situados en la red central de transporte transeuropea (RTE-T) con un total de 1.600 millones de euros (55 proyectos). Entre ellos se incluye el proyecto Rail Baltica, que integra a los Estados Bálticos en la red ferroviaria europea, así como el tramo transfronterizo de la línea ferroviaria entre Dresde (Alemania) y Praga (República Checa). También apoyará el cambio a combustibles más ecológicos para el transporte (19 proyectos) con casi 142 millones de euros. Varios proyectos consisten en la conversión de buques para que puedan funcionar con gas natural licuado (GNL), así como en la instalación de la infraestructura correspondiente en los puertos, entre otros proyectos.

La creciente carga administrativa consume el tiempo de los asesores 

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Pixabay CC0 Public Domain. La creciente carga administrativa consume el tiempo de los asesores 

Los asesores dedican la mayor parte de su tiempo a tareas de administración y cumplimiento en detrimento del servicio al cliente, advierten los asesores de Square Mile Investment Consulting and Research. El análisis, recogido por el diario online FTAdviser y compartido por CISI, concluye que los asesores califican las tareas administrativas como las culpables de la mayor demanda de su tiempo en el trabajo, seguidas por tener que lidiar con el cumplimiento.

El tiempo que pasan cara a cara con los clientes ocupa el tercer lugar, a pesar de que el 39% de los asesores afirman que las reuniones en persona con los clientes son el medio de comunicación más efectivo, recoge también el diario.

Mark James, director de relaciones con los clientes en Square Mile, apunta: “Esto pone de manifiesto una desconexión obvia: la carga administrativa de los asesores les impide proporcionar mayores servicios de valor añadido a sus clientes. Si los asesores pasan la mayor parte de su tiempo cumpliendo con los requisitos reglamentarios, esto supone menos tiempo frente a los clientes, que es donde obtienen sus honorarios”.

Sin embargo, apuntan desde FTAdviser, la encuesta a 133 asesores financieros realizada en septiembre también identifica una tendencia creciente: asesores que subcontratan servicios reguladores a terceros como un medio para superar la creciente carga.

“Una forma en la que los asesores han modificado su modelo de negocio es que se han dado cuenta de que ésta es un área en la que pueden ahorrar tiempo al incorporar expertos al negocio. Esta es la tendencia más grande que hemos observado: los asesores ya no lo hacen ellos mismos”, declara James.

En los últimos años, se han introducido en el mercado una serie de requisitos reglamentarios, incluida la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID II), el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y el inminente Régimen de Directivos Senior y Certificación que se prevé implementar en diciembre. Estas reglas han exigido más tiempo y energía a los asesores; en particular, a aquellos que trabajan en pequeñas y medianas empresas sin un departamento de cumplimiento específico, apunta FTAdviser.

A principios de este año, el Chartered Institute for Securities & Investment (CISI) ya advirtió que MiFID II, que exige que las empresas de servicios financieros divulguen un desglose de todos los costes y cargos asociados con las inversiones de un cliente, supone unos 20 minutos de tiempo administrativo a cada reunión con clientes, tal y como señala el medio.

James agrega que la subcontratación también se está convirtiendo en una práctica común para los procesos de inversión: menos de la mitad de los asesores de la encuesta de Square Mile, un 44%, utilizan ahora sus propios servicios de inversión centralizados. Sin embargo, admite que esto lleva un elemento de riesgo: la disminución del control y un coste adicional ya sea directamente para el asesor o para el cliente, advierten.

Ya en mayo Nucleus publicó unos datos similares, tal y como señala FTAdviser, cuando la plataforma advirtió de que el número de asesores que dedicaban el 40% de su tiempo a tareas administrativas se había triplicado en un año.

Nucleus también descubrió que los asesores tenían dificultades a la hora de encontrar el tiempo suficiente para atender el aumento del número de clientes y que sólo uno de cada siete asesores pasaba más del 40% de su tiempo con los mismos clientes, en comparación con uno de cada cinco el año pasado, apunta el artículo.

La interacción entre gobiernos, empresas y particulares determinará el futuro de la inversión responsable post-COVID-19

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Foto cedidaAdrie Heinsbroek, director de inversiones responsables de NN IP. La interacción entre gobiernos, empresas y particulares en el mundo post-COVID-19 determinará el futuro de la inversión responsable

El COVID-19 ha perturbado todos los aspectos de la vida humana. Esta amenaza mundial nos ha impulsado a reconsiderar las prioridades y ha aumentado la importancia de la justicia social y la preservación del planeta. Pero, si va a ser el catalizador que impulse el cambio hacia un mundo más sostenible, ¿qué papel tendrán que desempeñar los gobiernos, las empresas y los individuos? En un comunicado, NN Investment Partners identificó nuevas «incógnitas» que los inversores responsables deberán tener en cuenta en su toma de decisiones.

«Ya se están produciendo cambios fundamentales, como se observa en los paquetes de estímulos sin precedentes de los gobiernos, la emisión de bonos sociales para financiar proyectos de preservación de la salud y el empleo, y las empresas que cancelan dividendos y recompran acciones para centrarse en el bienestar de sus empleados y otras partes interesadas», dice la gestora. Asimismo, destaca la creciente urgencia de pasar a un mundo con menos emisiones de carbono. «Ya está claro que la responsabilidad de las empresas ayuda a aumentar esta capacidad de recuperación desde la perspectiva del rendimiento de las inversiones».

Adrie Heinsbroek, director de inversiones responsables de NN IP, señala que la forma en la que podría desarrollarse un nuevo «contrato social» entre los gobiernos, las empresas y los particulares plantea muchos interrogantes. «Los inversores y los administradores de activos deben evaluar cómo actuar ante estas incógnitas y ser conscientes de la flexibilidad que necesitan para adaptarse y aprovechar estas tendencias marcadas por el coronavirus», comentó.

El pasado 15 de julio, Heinsbroek se reunió con Joseph Stiglitz, Premio Nobel y ex economista jefe del Banco Mundial, en un evento digital para discutir cómo las interacciones entre gobiernos, empresas y particulares darán forma a la inversión responsable en un mundo post-COVID-19. Se trató del segundo evento de la serie “UpsideDown” de NN IP que se centró en el mundo después del coronavirus.

Stiglitz afirmó que el COVID-19 ha causado muchas conmociones pero también ha acelerado los cambios que ya estaban en marcha, especialmente en torno a cómo valoramos el éxito económico y comercial. «El PIB, por ejemplo, es una medida demasiado simplista y, en última instancia, engañosa. Se necesita un conjunto más amplio de indicadores para captar con precisión el valor inherente al bienestar y la sostenibilidad en un nuevo mundo de múltiples interesados», añadió.

La transición hacia una economía más equilibrada e inclusiva depende y dirige la evolución de tres grupos clave: los gobiernos, las empresas y los particulares; «y forman un triángulo que no solo está vinculado, sino que también es mutuamente dependiente», señala NN IP. Las diferencias entre los países, las culturas, la situación económica y el tipo de gobierno también afectarán a la velocidad y la dirección del cambio.

¿Cómo liderarán los gobiernos?

Para la gestora, una pregunta clave es cuánto de intervencionistas serán los gobiernos en la próxima década. En su opinión, los paquetes de apoyo fiscal y monetario promulgados para combatir las consecuencias económicas de la crisis de COVID-19 no tienen precedentes.

Pero, ¿estarán esos paquetes y las políticas vinculados a la sostenibilidad, como las medidas sobre el cambio climático y las iniciativas de reducción del carbono? ¿Aprovecharán los gobiernos esta oportunidad para condicionar el apoyo financiero a las empresas a que se aborden cuestiones como la inclusión social? ¿Intervendrán de manera más enérgica, castigando e incentivando para orientar el comportamiento corporativo? «También tendrán que colaborar más internacionalmente para cumplir los objetivos de sostenibilidad», añade NN IP.

Un modelo de múltiples partes

NN IP cree que, dentro del triángulo, las empresas tienen la mayor oportunidad de impulsar el cambio hacia una economía más sostenible. Las incógnitas a nivel empresarial se deben al equilibrio entre el enfoque del «accionista primero» y el modelo de múltiples partes interesadas. El valor del comportamiento social (atender a los clientes y empleados en lugar de a los inversores mediante dividendos o recompra de acciones) es uno de los hechos más destacados que han surgido de la pandemia.

¿Se convertirá esta creación de valor más sostenible a nivel corporativo en una tendencia permanente en el mundo posterior a COVID-19? ¿Descartarán las empresas las prácticas que ponen los intereses de los accionistas por encima de los de otras partes interesadas? Si la perspectiva de múltiples interesados se convierte en el motor de la creación de valor, NN IP espera que los parámetros no financieros se conviertan en un factor determinante para evaluar y predecir. «Ese cambio también afectará a la función que los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) desempeñan en la evaluación del valor financiero».

El comportamiento individual

La crisis de COVID-19 ha aumentado la conciencia de la gente sobre los problemas climáticos y sociales y las consecuencias de su comportamiento. Pero, ¿se traducirá esta mayor conciencia en nuevos patrones de comportamiento? ¿Se fortalecerán las preferencias por productos y servicios más sostenibles, como los alimentos orgánicos? ¿Continuarán las tendencias que se desarrollaron durante el confinamiento, como estilos de vida más saludables y menos vuelos? Por último, ¿se convertirá la sostenibilidad en un privilegio solo para aquellos que pueden permitírselo, lo que supone una amenaza para una sociedad mundial más inclusiva?

Heinsbroek asegura que habrá muchos desafíos por delante y diferencias que abordar, pero también hay elementos que nos conectan. “Un aspecto que ha quedado claro es que la evaluación efectiva del valor implica adoptar una perspectiva más amplia. Mirar más allá de los factores financieros. Esto se convertirá en una tendencia cada vez más dominante en la forma en que medimos tanto el progreso económico como el social, y como inversores tenemos los medios para influir positivamente en él”, concluye.