Renta 4 Gestora ha incorporado a su equipo a Alberto Espelosín, experto con 30 años de trayectoria en el análisis de compañías y la gestión de fondos de inversión. Espelosín, además, se encargará de la gestión de un nuevo fondo que viene a completar la oferta de Renta 4 Gestora: Renta 4 Alpha Global F.I., recientemente aprobado por la CNMV.
En palabras de Enrique Sánchez del Villar, presidente de Renta 4 Gestora, “Alberto Espelosín es un referente en el sector. Su estilo de gestión es riguroso y transparente y encaja perfectamente en la filosofía de Renta 4 Gestora. Estamos seguros de que nuestros partícipes y clientes estarán, al igual que nosotros, encantados de dar la bienvenida a Alberto en Renta 4 Gestora”.
Por su parte, Alberto Espelosín manifiesta: “Mi pasión es el mercado; estudiarlo y aplicar mis conocimientos en la gestión de fondos. Por ello, comienzo esta nueva etapa encantado de pertenecer a una casa como Renta 4, con gestores de fondos de renombre y expertos analistas. Una entidad pionera y de referencia en el sector de la inversión, a la que espero poder aportar valor con mi experiencia y trabajo”, comenta Espelosín.
En su anterior etapa profesional, Espelosín fue gestor en Abante Asesores durante más de 10 años, y gestor y director de Análisis en Ibercaja Gestión durante más de 15, entre otros puestos.
Nuevo fondo: Renta 4 Alpha Global
Alberto Espelosín será responsable de la gestión de un nuevo fondo de inversión: Renta 4 Alpha Global F.I., un fondo de gestión global, flexible y dinámica, con la combinación de activos de renta variable y renta fija. Este fondo ha sido aprobado e inscrito ya en la CNMV.
Renta 4 Alpha Global F.I. persigue la apreciación del capital buscando una relación eficiente entre la rentabilidad y el riesgo, poniendo énfasis en el margen de seguridad y la búsqueda de diferencia entre valor y precio.
“El nuevo fondo ocupa un hueco en el mercado muy definido y es una oportunidad para que, aquellos inversores que no quieran tener el 100% en bolsa, puedan tener opciones de inversión flexibles”, comenta el gestor.
Renta 4 Alpha Globales un fondo para inversores con un horizonte a medio y largo plazo y además promueve, como toda la gama de fondos de Renta 4 Gestora, características medioambientales o sociales según el artículo 8 del Reglamento (UE) 2019/2088.
Últimamente, nadie puede negar el creciente interés de los inversores por la inversión con criterios ASG. Se espera que los activos de inversión ASG alcancen los 33,9 billones de dólares en 20261, así como una cuota del total de inversión de más de una quinta parte de todos los activos (21,5%), frente al 14,4% registrado en 2021.
Sin embargo, la inversión ASG no está exenta de críticos, algunos de los cuales sostienen que las ventajas percibidas pueden ir acompañadas de limitaciones. Ello se debe a que las estrategias de inversión que se centran en factores ASG a menudo se basan en un proceso de «exclusión» u «omisión». Por ejemplo, en DPAM, todas nuestras estrategias de artículo 8, 8+ y 9 excluyen sistemáticamente a las empresas implicadas en actividades problemáticas, en graves controversias, así como a las que no se ajustan a las normas mundiales de la ONU.
Y estos enfoques eliminan deliberadamente del universo invertible a las empresas con peores resultados en materia de ASG. Esto establece una base clara y definitiva para las salvaguardias medioambientales, sociales y de gobernanza en toda nuestra oferta.
Aunque es evidente que este proceso aumenta el porcentaje de empresas con buenos resultados en materia ASG dentro de un universo, también limita considerablemente el número de empresas en las que puede invertir una estrategia. De hecho, existe el temor palpable de que estos enfoques puedan frenar el amplio conjunto de oportunidades y reducir la diversificación, lo que podría dar lugar a unos rendimientos inferiores.
Entonces, ¿no es lógico preguntarse hasta qué punto están dispuestos los inversores a transigir? Los filtros ASG, aunque tratan admirablemente de promover las normas éticas y la sostenibilidad, también reducen de manera intrínseca el campo de juego de la inversión. La consecuencia directa de los procesos de selección ASG es que las opciones se vuelven más limitadas. Y en el mundo de la inversión, ¿pueden pasarse por alto tales limitaciones? ¿Es la disyuntiva entre la alineación ASG y la diversificación de la inversión solo un debate teórico o es también un reto tangible que los gestores de activos deben afrontar en el futuro?
La armonía oculta entre ASG y calidad
Aunque a primera vista pueda parecer contraproducente recortar una parte de su universo invertible para beneficiarse de los factores ASG, en realidad no siempre tiene por qué serlo. En primer lugar, las omisiones ASG no siempre son tan restrictivas como parecen. De hecho, para los inversores centrados en factores de calidad, los criterios ASG a menudo se alinean muy bien con lo que uno podría considerar distintivos de las empresas de calidad y a veces se solapan claramente.
Pero ¿qué impulsa esta convergencia? Para entender por qué las empresas de calidad y los factores ASG tienen tanto en común, es necesario definir primero estos «factores de calidad»: Por lo general, se refieren a empresas que pueden mantener sistemáticamente el capital de los accionistas a un rendimiento superior del capital invertido (ROIC) a largo plazo, lo que a su vez genera mayores rendimientos del precio de las acciones para los inversores que están dispuestos a permanecer a largo plazo.
Los principales impulsores de un ROIC superior son las empresas con vientos de cola seculares y ventajas competitivas, lo que se traduce en una menor competencia y un mayor poder de fijación de precios. Estas empresas también suelen estar gestionadas por personas excepcionalmente cualificadas.
Las empresas de calidad suelen ser más predecibles, tener un balance más conservador y una generación de efectivo mejor y más estable, lo que se traduce en un perfil de riesgo más bajo y unos rendimientos financieros menos volátiles, pero más elevados.
Resulta que estos factores tienden a prevalecer también entre las empresas con alta puntuación ASG, y al diseccionar los componentes individuales (ambientales – sociales – de buena gobernanza), se puede tener una comprensión más clara de por qué los dos tienen tanto en común:
A – Ambiental
Las empresas que adoptan medidas proactivas para reducir su huella de carbono invierten en tecnologías ecológicas y minimizan los residuos, no solo muestran un enfoque con visión de futuro, sino que también están mejor posicionadas para adaptarse a futuros cambios normativos, transformaciones del mercado y escasez de recursos.
En resumen, las empresas de calidad que han demostrado su capacidad de adaptación al cambio sin dejar de centrarse en ofrecer un rendimiento financiero superior también tienen en cuenta, implícita y explícitamente, el riesgo y la rentabilidad asociados a cuestiones como los cambios medioambientales.
No solo eso, sino que el auge de las consideraciones medioambientales a escala mundial también puede suponer un impulso constante y un viento de cola secular para las empresas de alta calidad, como Kingspan en el sector del aislamiento, Trane Technologies en el de la calefacción, ventilación y aire acondicionado, y Epiroc, que aboga por la electrificación del mundo.
S – Social
El pilar «social» subraya la importancia del capital humano, el impacto social y la satisfacción del cliente. Las empresas que valoran a sus empleados dan prioridad a su bienestar y ofrecen oportunidades de desarrollo profesional suelen registrar tasas de rotación más bajas, una mayor satisfacción de los empleados y un aumento de la productividad.
Al fomentar una cultura de trabajo positiva, estas empresas también aprovechan la mejora de la innovación y la colaboración, motores esenciales para el éxito a largo plazo y el crecimiento constante y continuado. De nuevo, estos son factores que suelen estar presentes en las empresas de calidad.
Lo contrario también es cierto: las empresas que recurren al trabajo infantil o al trabajo forzoso en sus cadenas de suministro se enfrentan a daños de reputación, pero también a riesgos financieros. Al proyectar el crecimiento futuro de la empresa, hay que tener en cuenta la sostenibilidad de su fuente de mano de obra y su efecto en los márgenes de beneficio.
G – Gobernanza
La buena gobernanza va de la mano de la estabilidad corporativa y la resiliencia largo plazo. La sostenibilidad de los beneficios financieros solo puede lograrse si las empresas incorporan sólidos principios de gobierno corporativo. Contar con un consejo de administración independiente y con una remuneración de los ejecutivos vinculada a los resultados de la empresa no solo es una buena medida desde el punto de vista ESG, sino que también favorece una fuerte asignación de capital en interés de los accionistas.
En conjunto, una asignación de capital sólida, un personal con talento y un gobierno corporativo robusto están interrelacionados, garantizando unos intereses alineados. Las empresas de calidad suelen identificarse a partir de parámetros financieros históricos. Un gobierno corporativo sólido garantiza la sostenibilidad de esos parámetros en el futuro.
Más allá de los límites de la ASG
En resumen, dar prioridad a los factores de calidad suele conducir a una selección entre un grupo de empresas predominantemente centradas en los factores ASG. Esto puede suavizar o incluso eliminar el impacto potencialmente limitador de un universo ASG supuestamente restringido, según muestran también los datos: un estudio reciente indica que el 75% de la rentabilidad superior de las estrategias ASG puede atribuirse a estos factores de calidad2, lo que significa que, si bien la ASG y la calidad podrían considerarse factores diferentes y desvinculados, este estudio subraya la fuerte interrelación y superposición entre ambos.
Al analizar nuestras propias estrategias de inversión dentro de DPAM, se confirma aún más la conexión entre los factores ASG y de calidad. Dentro de nuestro universo global de alta calidad3, sólo un modesto 17% de las empresas no cumplen nuestros criterios ASG. Sin embargo, cuando observamos un grupo más amplio de empresas de nuestro índice de referencia global, un 29% más no se ajusta a nuestras normas.
Esto significa que, en este grupo más amplio, no centrado en la calidad, las empresas tienen un 70% más de probabilidades de incumplir nuestros criterios ASG, lo que demuestra claramente que las empresas de calidad suelen tener más probabilidades de integrar intrínsecamente los factores ASG en sus estrategias.
En conclusión, la idea de que los factores ASG limitan la diversificación y el rendimiento es en gran medida infundada, y esto es especialmente cierto para los inversores centrados en factores de calidad. Aunque los enfoques para identificar empresas de alto nivel pueden diferir, en última instancia, tanto las consideraciones ASG como la inversión de calidad buscan proteger a los inversores contra el riesgo a la baja a largo plazo.
Las empresas de calidad reinvierten su capital a un rendimiento del capital invertido superior a su coste de capital, lo que conduce a la creación de valor y a la revalorización del capital. Las ventajas competitivas, la barrera de entrada, la previsibilidad y los márgenes más elevados también respaldan el carácter defensivo. Al final, las empresas que se eliminan del universo invertible mediante estrategias ASG restrictivas suelen ser también las que los inversores profesionales en calidad descartarían igualmente.
Tribuna de Aurélien Duval, gestor de renta variable de DPAM
Los objetivos de ahorro de los españoles durante el verano se ven disipados en mayor medida, dado el incremento de los gastos, ocasionados generalmente por viajes, comidas y compras. Todo ello conlleva que septiembre se afronte de manera más temerosa si no disponemos de una buena planificación financiera.
La situación de incertidumbre con la que contamos este año derivada de las tensiones geopolíticas, la subida de tipos o la inflación, unido a los nuevos proyectos y circunstancias que, a veces, trae consigo el mes de septiembre, puede hacer que nuestra estimación de gastos e ingresos se altere. Por ello, EFPA España ha elaborado una guía práctica que incluye una serie de claves que te permitirán supervisar tus gastos, gestionar tus ingresos y llevar a cabo una buena planificación para que tus finanzas no se resientan a la vuelta de septiembre y del nuevo curso.
Estudia tu situación financiera actual. Analiza cuáles serán tus ingresos recurrentes durante los próximos meses y los gastos fijos a los que tendrás que hacer frente (hipoteca o alquiler, suministros básicos, recibos de teléfono, comida, transporte, seguros, etcétera). De esta manera, tendrás una imagen global de cuál es tu situación para saber si puedes o no asumir gastos extra. Es importante ser consciente de ello y contar con un colchón de ahorro puesto que nunca sabes cuándo te podrá surgir un imprevisto.
Analiza tus gastos del día a día. Una vez tengas identificados los gastos fijos, toca analizar ese otro tipo de gastos más rutinarios. Estos son los derivados de tu vida cotidiana, por ejemplo, de quedar con tus amigos, tomarte un café en el trabajo, hacer un regalo, etc. Suelen variar de mes a mes y, aunque no son fijos como tal, a veces es complicado no incurrir en ellos. Por eso, es importante que los tengas localizados y cuentes con un porcentaje de ingresos destinado a cubrirlos. Puedes, además, aprovechar este ejercicio para revisar y eliminar algunos de esos desembolsos más prescindibles. En ocasiones, mantenemos suscripciones que llevamos meses sin utilizar. Deshacerte de este tipo de gastos innecesarios te permitirá contar con un dinero extra que poder ahorrar.
Revisa tus préstamos y ten en cuenta la variación de los precios. Con las recientes subidas de tipos y la situación del mercado puede que cambien las condiciones de tus productos. Revisa tu hipoteca u otros tipos de préstamos contratados para ver si los términos y condiciones han sufrido variaciones o, en caso de interesarte, puedes renegociarlos. Presta especial atención si tienes una hipoteca variable, ya que tu precio mensual de la hipoteca o las cuotas de otros préstamos pueden continuar subiendo.
Planifica a largo plazo. Es conveniente planificar tus finanzas teniendo en cuenta también el futuro más lejano. Es posible que en unos años no podamos disfrutar de la pensión pública a la que estamos acostumbrados. Por ello, es importante que ahorres y prepares un plan para tu jubilación. Cuanto antes inicies esta reflexión y pongas en marcha un plan para ese momento, menor será el esfuerzo que tengas que realizar mes a mes.
Busca oportunidades a la hora de invertir. Revisa tus productos financieros e infórmate de si tu entidad ofrece algo nuevo. En ocasiones, tras realizar análisis detallados, es posible encontrar mejores opciones que se adapten a tus necesidades cambiantes y a tus objetivos financieros. Mantenerse informado sobre las tendencias y las ofertas financieras te puede hacer lograr un mayor rendimiento de tus inversiones.
Recurre a un asesor financiero cualificado para solucionar dudas, buscar oportunidades y elaborar un buen plan. Contar con un asesor financiero capacitado es crucial para tomar decisiones informadas y adaptadas a tus metas personales, reduciendo así los riesgos y optimizando tus inversiones. Concierta una cita con tu asesor para trasladarle tus dudas, comentarle tus nuevas necesidades y hablarle sobre tus objetivos financieros. Las situaciones de inestabilidad traen consigo oportunidades que un asesor cualificado puede hacerte ver de acuerdo a tu perfil de riesgo, situación personal y horizonte temporal. Es importante que tengas en cuenta que cualquier decisión final debe contar con la ayuda de un profesional bien cualificado.
Los Blue Bonds, también conocidos como «bonos azules», que invierten en la conservación de los océanos pueden llegar a repetir el éxito de sus homólogos verdes. Aunque la victoria no está garantizada, pues hay obstáculos que bloquean el desarrollo del mercado y su capacidad para colmar el déficit de financiación de los océanos.
Las aguas residuales y el plástico fluyen sin cesar hacia nuestros océanos. Pero, ¿dónde están todos los flujos de fondos?
Anualmente, unos 25.000 millones de dólares se invierten en financiar la conservación de los océanos. Por desgracia, faltan unos 150.000 millones para cubrir las necesidades, y eso es preocupante. Los océanos actúan como sumideros de carbono, habiendo absorbido aproximadamente el 40% del carbono emitido por las actividades humanas desde 1850. La crisis de un planeta que se calienta no se resolverá sin abordar el impacto en los océanos.
Los mercados financieros tienen que colmar este déficit de financiación, y los «bonos azules» oceánicos pueden ser una forma de hacerlo. Al igual que sus homólogos «verdes» terrestres, canalizan los fondos captados por los inversores hacia proyectos sostenibles, aunque los bonos azules se centran en la conservación marina.
Pero los «bonos azules» suscitan poco interés, no sólo entre los inversores, sino también entre los emisores. A principios de este año, representaban menos del 0,5% del mercado de deuda sostenible.
Una gota en el océano
¿Por qué este mercado está tan atrasado y qué se puede hacer para acelerar su expansión? Para empezar, los bonos azules suelen ser emitidos por países de renta baja que dependen en gran medida de los océanos y sus recursos. Suelen tener malas calificaciones crediticias y están más expuestos a fenómenos meteorológicos extremos, lo que basta para ahuyentar a gran parte de los inversores.
Pero las emisiones de bonos azules soberanos no están condenadas al fracaso. Una emitida por Bahamas el año pasado estaba respaldada por una garantía basada en políticas (PBG) de 200 millones de dólares aprobada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La PBG no sólo hizo que el bono tuviera un tamaño saludable (385 millones de dólares), sino que también ayudó a reducir el riesgo, otorgando a la operación una calificación de triple A. Una mayor colaboración entre emisores soberanos y bancos de desarrollo podría hacer que el mercado fuera más rentable.
Además, el bono bahameño se utilizó para apoyar a empresas locales centradas en el sector marino que, con suerte, llegarán a ser rentables, proporcionando beneficios a los inversores. Esto contrasta con los proyectos a los que suelen asociarse los bonos azules, como la conservación de ecosistemas, que generan pocos ingresos (si es que generan alguno), lo que desanima a los inversores. Los emisores deberían elegir proyectos más atractivos comercialmente para generar interés.
Las autoridades podrían ayudar creando un sistema similar al que se aplica en la financiación verde, donde se ha establecido un precio para el carbono, junto con políticas que garanticen que «quien contamina paga» por eliminarlo. Los bonos azules sólo despegarán si existe un incentivo económico similar para llevar a cabo esos proyectos.
También se necesitan normas de mercado claras para evitar que los fondos de los inversores se desvíen hacia proyectos más perjudiciales que beneficiosos, o que sean más grises que azules, como ha ocurrido con los bonos verdes. A ello contribuiría una taxonomía consensuada. Los sectores asociados al uso sostenible de los recursos oceánicos para el crecimiento económico se describen como «economía azul», pero es un término vago, que a menudo incluye industrias extractivas insostenibles que pueden suministrar los recursos necesarios para la transición energética, pero que también pueden dañar los ecosistemas locales.
La ayuda está en camino
Un consorcio dirigido por la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA) publicará en breve un marco de orientación sobre bonos azules muy esperado. Se trata de un paso necesario, pero no suficiente, en la dirección correcta. Las asignaciones erróneas en el mercado de bonos verdes (para el que existe un marco equivalente desde 2017) sugieren que los emisores pueden saltarse las normas, a veces descaradamente. Un bono verde de 1.000 millones de dólares emitido por la Autoridad Aeroportuaria de Hong Kong el año pasado se utilizó para financiar la construcción de una tercera pista. Por mucho que la empresa afirme que invierte para mitigar su impacto medioambiental, es difícil ver cómo la ampliación de un aeropuerto puede constituir un proyecto «verde».
En el mercado de bonos azules es aún más fácil asignar mal los fondos, dadas las dificultades para medir los avances. Mientras que el mercado de bonos verdes utiliza predominantemente una métrica -toneladas de carbono emitidas-, no existe un método universal para medir la salud marina.
Sólo cuando los inversores puedan medir fácilmente el impacto de los proyectos desarrollarán la confianza en el mercado. Con este fin, el Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera Relacionada con la Naturaleza (TNFD) ha creado un marco para ayudar a las organizaciones a informar y actuar sobre los riesgos relacionados con la naturaleza. Pero aquí surgen problemas familiares: sin una métrica clara, el enfoque del TNFD es alinearse con los objetivos de no pérdida neta de biodiversidad para 2030 y ganancias netas para 2050. Pero definir qué se considera «positivo para la naturaleza» y demostrar esas ganancias podría acabar siendo tan problemático como medir el progreso en primer lugar y, en última instancia, disuadir a las empresas de adherirse a esos marcos a gran escala.
Aquí es donde deben intervenir los inversores. El capitalismo sostenible funciona mejor cuando los inversores colaboran con las empresas para ayudarles a cumplir la normativa y adoptar los marcos adecuados. Aunque de momento las métricas parezcan enrevesadas, una adopción más amplia podría desencadenar un círculo virtuoso: una mayor divulgación llevará a mejorar los objetivos, alcanzar esos objetivos requerirá capital, lo que alimentará el crecimiento de mercados como los de los bonos azules.
La popularidad de los bonos verdes demuestra que el capital está ahí fuera; la tarea ahora es movilizarlo.
En 2023, utilizamos cada vez más la IA en nuestra vida cotidiana. Está integrada en las búsquedas en Internet, en los coches eléctricos y en los asistentes de nuestros dispositivos, como Alexa y Siri. Se trata sin duda de una inteligencia que es artificial, pero está aún muy lejos de lo que esperábamos hace años cuando hablábamos de ordenadores inteligentes. Por poner un ejemplo, es un pálido reflejo de la que muestra HAL, el ordenador del clásico de Stanley Kubrick de 1968, 2001: Una Odisea del Espacio.
Aquí es donde entra en juego la IAG (inteligencia artificial general), conocida también a veces como IA fuerte. Se trata básicamente de la próxima etapa de la IA, mucho más cercana a la idea que tenemos de esta tecnología gracias a películas tan icónicas como Blade Runner y Terminator.
Algunos sistemas de IA ya pueden procesar grandes cantidades de datos. La diferencia con la IAG es que esta puede entender los datos. Es un tipo teórico —por ahora— de IA que posee habilidades cognitivas similares a las humanas, como la capacidad de aprender, razonar, resolver problemas y comunicarse utilizando el lenguaje natural.
En pocas palabras, es una IA que puede pensar y —lo que es aún más importante— aprender como los humanos.
A los inversores les atrae cada vez más la idea de aprovechar los avances en el campo de la IAG que pueden estar a la vuelta de la esquina. Microsoft ya ha confirmado una inversión milmillonaria en Open AI (compañía creadora y propietaria de ChatGPT), que según se rumorea, puede estar en torno a los 10 000 millones de dólares.
Sin embargo, esta tecnología tiene unas repercusiones más amplias para la inversión que van más allá de estas empresas emergentes. Podría, por ejemplo, afectar a la demanda de los fabricantes de chips, las materias primas empleadas para la fabricación del hardware y la manera en que las marcas de consumo utilizan estos sistemas.
Unos sistemas informáticos que puedan pensar como los humanos pueden sustituir eficazmente los trabajos más costosos. Los fabricantes de coches de alta gama como Lamborghini o Ferrari podrían ahorrar millones utilizando un programa de software para crear sus últimos modelos en lugar de emplear equipos de diseño.
Sin embargo, gran parte de todo esto es pura especulación: la IAG aún no se ha alcanzado por completo y queda por ver en qué consistirá finalmente. Comprensiblemente, algunos inversores tienen dudas. En un coloquio de la reciente Multiconferencia Conjunta sobre Inteligencia Artificial a Nivel Humano8, el inversor de capital de riesgo Tak Lo aseguró: «Me gusta mucho la IA general como intelectual, pero como inversor no tanto». No es el único.
El inversor de capital de riesgo, Gordon Ritter, declaró recientemente al Financial Times9 que no estaba del todo convencido. «Todo el mundo está entusiasmado por lo que puede pasar: hay una corriente [de opinión de que la IA] va a ser capaz de todo. Nosotros vamos en contra de esta corriente».
El camino de la inversión tecnológica está flanqueado de sonados fracasos y es normal que algunos inversores se muestren cautelosos sobre las valoraciones que se asignan a estas empresas. También existen problemas técnicos reales y costosos que se deben superar.
Un ejemplo podría ser la eliminación de las diferencias en cuanto a arquitectura y los «fosos» competitivos entre los conjuntos de datos, que también difieren en términos de tamaño y calidad. Aún así, crear algo que abarque más allá de áreas muy específicas y estrechas, y que pueda aprender y pensar con libertad, sigue siendo un todo un reto.
¿La IAG va a cambiar realmente el mundo? Todavía no existe un consenso a este respecto. Tenemos las preocupaciones habituales acerca de que la tecnología acabe con puestos de trabajo, pero la cuestión es aún más profunda. Pronto —en teoría— podrían ser los trabajos altamente cualificados los que estuviesen en riesgo, en vez de los empleos basados en tareas físicas. Los algoritmos ya han demostrado ser muy eficaces a la hora de automatizar las inversiones, lo que permite a algunas empresas ejecutar operaciones y estrategias completas tan pronto como se analizan los datos. Se están desarrollando nuevas aplicaciones basadas en la IA que podrían ofrecer un análisis aún mayor de los datos financieros e, irónicamente, el comportamiento humano, lo que a su vez podría mejorar los mercados.
Sin embargo, ¿es posible que la IA acabe remplazando en un futuro próximo la decisión humana al final de este proceso? ¿Se puede replicar esta capacidad de juicio? Dadas las críticas de alto nivel que recibe la gestión activa, y los datos que muestran que la mayoría de estos fondos demuestra un rendimiento inferior al de sus homólogos pasivos, no hay nada que indique que un ordenador no pueda hacerlo mejor. Y yendo aún más allá, ¿podría la IAG dirigir una empresa mejor que un CEO humano? ¿Sería un CEO informático más despiadado a la hora de recortar puestos de trabajo? Y esto nos plantea otras preguntas aún más filosóficas. ¿Cuánto se puede crear haciendo uso solo de la IAG? ¿Son necesarias otras áreas de la condición humana, como la empatía 10 y otras emociones?
La comprensión de las emociones humanas ya se está llevando a cabo con datos que se procesan mediante sistemas que pueden analizar instantáneamente la cara y el comportamiento de una persona para determinar su estado mental. Por ejemplo, Hume AI está desarrollando herramientas para medir las emociones simplemente a partir de expresiones verbales, faciales y vocales.7
Por otro lado, Affectiva ha creado una tecnología que puede identificar emociones a partir de muestras de audio de tan solo 1,2 segundos.7 Sus aplicaciones ya se está estudiando en el área de la salud.7
Pero, ¿puede un ordenador volverse consciente? En este punto es donde el debate se vuelve más incierto y se adentra en las áreas de la filosofía y la ética. En 2021, un ingeniero de Google encargado de probar un chatbot de IA copó los titulares tras declarar que el sistema había adquirido consciencia. Después de pasar largas horas conversando y compartiendo chistes, acabaron por hacerse amigos.11
Sin embargo, algunas personas no estaban tan convencidas. Michael Wooldridge, profesor de informática de la Universidad de Oxford, analizó los datos y llegó a la conclusión de que —a pesar del impresionante realismo de estas interacciones— seguía siendo esencialmente el mismo tipo de IA que ya estamos utilizando. «No hay consciencia», aseguró Wooldridge. «No hay autocontemplación, no hay consciencia de uno mismo».8
Sin embargo, la capacidad de la IA para ofrecer resultados tanto positivos como negativos, sigue capturando la imaginación. Puede que la investigación pionera de Hinton en el campo de las redes neuronales y el aprendizaje profundo les haya allanado el camino a empresas como ChatGPT, pero muchas voces del sector también se han hecho eco de sus advertencias posteriores.
De hecho, una carta abierta con las firmas de cientos de los nombres más importantes de la industria tecnológica, incluyendo Elon Musk, instó a los principales laboratorios de IA del mundo a poner en pausa el entrenamiento de nuevos sistemas superpotentes durante seis meses, asegurando que los recientes avances en IA presentan «profundos riesgos para la sociedad y la humanidad».12
A pesar de esta moratoria, el progreso de la IA es implacable y aparentemente inevitable: los avances continuarán. Puede que aún no estemos cerca de la imagen de la IAG que ofrece ciencia ficción, pero la tecnología no deja de evolucionar y mejorar. Esto tiene consecuencias apasionantes para cualquier inversión y abre innumerables puertas que permiten a los inversores acceder a estas oportunidades a través de sus carteras.
Tribuna de Jonathan Barker, responsable de Thought Leadership de Natixis IM.
Foto cedidaCatalina Ramírez, directora y Country Head para Chile de Fintual AGF
Luego de un par de años al mando de la administradora de fondos Fintual AGF, Catalina Ramírez dio un salto en la compañía. La ejecutiva ingresó al directorio de la sociedad y asumió un rol expandido en la firma.
Tras la renuncia de Jaime Bünzli Rojas a la mesa directiva este lunes, por motivos personales, la gestora designó en ese asiento a la profesional. En una misiva a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la AGF enfatizó en su “destacada labor en la sociedad en cada uno de sus roles, en especial como gerente general”.
Además, Ramírez tendrá un rol expandido en la gestora, como Country Manager para Chile.
“Estamos entusiasmados con el nuevo salto en su carrera, que además de tomar desafíos más amplios y ambiciosos como ser Country Manager, estará participando como miembro del directorio de Fintual AGF”, indicó el presidente de Fintual AGF, Agustín Feuerhake, a través de un comunicado.
Desde la firma destacaron el escalamiento tecnológico de la compañía y el éxito en desarrollar una operación robusta como hitos de su gestión en la fintech de ahorro. Antes de llegar a la compañía, pasó una década en Principal Financial Group, donde llegó a ocupar el cargo de Product Assistant Director de DXLab.
El puesto en el timón queda en manos de Benjamín Maluenda. El abogado, quien se desempeñaba como asesor legal de la administradora de fondos desde 2021, fue nombrado gerente general.
El ejecutivo tiene un Máster en Regulación, con mención en Regulación Financiera y Comercial, de la London School of Economics and Political Science. Anteriormente, pasó más de seis años en la Dirección General Jurídica de la CMF.
Con este cambio, el directorio quedó conformado por Feuerhake, Ramírez, Stella Mello, Jessica Guzmán y Cristián Pavez.
Tras la restructuración interna que dejó la oferta para los clientes retail, compañías e institucionales bajo el mismo paraguas en SURA, Max Pinto anunció su nuevo puesto como director de Asesoría y Productos para Chile en Sura Investments.
El ejecutivo informó a su red profesional de LinkedIn sobre el cambio. “Estoy seguro de que, en esta nueva posición, puedo contribuir de manera significativa en acompañar y guiar a nuestros clientes a construir y proteger su patrimonio a través de soluciones innovadoras y personalizadas”, indicó el su publicación.
Esta decisión no trae cambios en las funciones de Pinto, sino que responde a la restructuración interna de la firma de inversiones, que convirtió sus brazos Inversiones SURA y SURA Investment Management en una plataforma regional: SURA Investments. El profesional fue nombrado gerente de Inversiones y Productos en Inversiones SURA en mayo del año pasado.
Si bien la plataforma es internacional, las funciones de Pinto seguirán concentradas en Chile.
“Al igual que hace 28 años, cuando comencé mi carrera profesional en el área de inversiones, estoy lleno de ilusiones con este nuevo desafío. Tengo muchas ganar de continuar aprendiendo y por cierto de aportar todos mi conocimientos y experiencia acumulada en estos años en favor de nuestros clientes”, escribió el ejecutivo sobre el cambio.
El profesional lleva tres décadas en la industria. Antes de llegar al grupo de matriz colombiana, trabajó seis años en Allfunds Bank, donde se desempeñó como Country Head para Chile.
Anteriormente, ocupó los cargos de gerente de Institutional Bussiness y gerente de Producto y Open Market en Santander Asset Management y de gerente de inversiones en Santander Banca Privada. Además, trabajó en el equipo de renta fija internacional de Celfin Capital (actual BTG Pactual Chile) y en el de inversiones internacionales de Nevasa, luego de desempeñarse como portfolio manager en Banedwards Fondos Mutuos.
El Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha dado a conocer los resultados de la edición para Latinoamérica y el Caribe de su encuesta sobre el clima. Esta encuesta, realizada en mayo de 2023, recogió las respuestas de más de 10 500 participantes de 13 países de la región. La encuesta tiene como objetivo conocer las percepciones sobre el cambio climático, su impacto en la población y las expectativas con respecto a las políticas públicas para hacer frente a la urgencia de la acción climática.
Las principales conclusiones del estudio son las siguientes:
El 91 % de las personas encuestadas considera que el cambio climático afecta a su vida cotidiana.
El 88 % está a favor de medidas gubernamentales más estrictas que impongan cambios en el comportamiento de las personas para hacer frente al cambio climático.
El 70 % afirma que el cambio climático afecta a sus ingresos o sustento.
El 54 % de las personas encuestadas cree que podría tener que trasladarse a otra región o país debido al cambio climático.
El 80 % aboga por centrarse en las inversiones en fuentes de energía renovables.
Los resultados de la encuesta del BEI sobre el clima muestran que el cambio climático y la degradación del medio ambiente se encuentran ahora entre los principales retos a los que se enfrenta la mayoría de los países encuestados de Latinoamérica y el Caribe, junto con la violencia y la delincuencia, la pobreza y la desigualdad, el desempleo y las desigualdades sociales. Solo en Argentina, Chile y Paraguay no se consideran entre las principales cinco preocupaciones.
En general, la región tiene un porcentaje relativamente bajo de negacionistas del cambio climático, con un promedio de un 5 % por país. Sin embargo, los niveles varían, siendo Argentina el país con la tasa más alta en un 9 %, mientras que Costa Rica registra una tasa inferior al 2 %. Más de tres cuartas partes (un 76 %) de las personas encuestadas en la región reconocen que las acciones humanas, como el uso de combustibles fósiles, son las principales causas del cambio climático. Esta concienciación es crucial para conformar el apoyo público a las políticas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El impacto en la vida cotidiana y el daño económico
Entre las personas encuestadas, el 91 % dice sentir los efectos del cambio climático en su vida cotidiana. El porcentaje es notablemente alto en todos los países, desde Uruguay, que registra un 84 %, hasta El Salvador, a la cabeza con un 96 %. El 57 % del total de las personas encuestadas afirma, incluso, que les afecta «mucho». Esto refleja las consecuencias tangibles de los fenómenos meteorológicos extremos y la degradación del medio ambiente. Además, el 70 % de las personas encuestadas indica que el cambio climático afecta negativamente a sus ingresos o fuente de sustento. En cada país, la mayoría comparte esta opinión, con cifras que oscilan entre el 58 % en Uruguay y más de tres cuartas partes (77 %) en Perú.
Preocupación por la migración relacionada con el clima
Un dato sorprendente de la encuesta es que el 54 % de las personas encuestadas cree que podría tener que trasladarse a otra región o país debido al cambio climático. En 9 de los 13 países encuestados, más de la mitad de la población así lo cree (desde el 50,5 % en Argentina hasta nada menos que el 61 % en Ecuador). La opinión es más acusada entre los encuestados más jóvenes, al compartirla un 59 % de los menores de 30 años.
Apoyo público a la acción gubernamental
El 88 % de las personas encuestadas está a favor de que el gobierno aplique medidas más estrictas para combatir el cambio climático. Esta opinión es mayoritaria en toda la región, con porcentajes que van desde el 83 % en Argentina y Brasil hasta un impresionante 95 % en Perú. Esto demuestra la voluntad de aceptar cambios en las políticas y el estilo de vida en aras de una sostenibilidad medioambiental a largo plazo.
A la pregunta de cuál debería ser el principal objetivo del gobierno, el 80 % de las personas encuestadas respondió que la atención debería centrarse en el medio ambiente y el crecimiento sostenible en lugar de en el crecimiento económico a cualquier precio. Esto demuestra que el público está al corriente de la interdependencia entre el bienestar medioambiental y la prosperidad económica, y no solo le preocupan las ganancias económicas inmediatas.
Las políticas de lucha contra el cambio climático y de protección del medioambiente, en particular sus repercusiones, se perciben de manera positiva entre las personas encuestadas. En primer lugar, el 76 % de las personas encuestadas cree que estas políticas mejorarán la comodidad de su vida cotidiana, por ejemplo, a través de la alimentación y la salud.
Casi tres cuartas partes de las personas encuestadas (un 72 %) cree que estas políticas serán una fuente de crecimiento económico y de bienestar para su país, y más de dos tercios (un 68 %) está convencido de que crearán más puestos de trabajo de los que destruirán.
Opciones energéticas de futuro
El 80 % del total de personas encuestadas afirma que su país debería dar prioridad a las inversiones en energías renovables frente a los combustibles fósiles u otras fuentes de energía no renovables. El 51 % prefiere fuentes de energía renovables de gran envergadura, como centrales hidroeléctricas, eólicas, solares o geotérmicas, mientras que el 29 % prefiere fuentes de energía renovables de menor tamaño, como paneles solares en tejados o pequeñas centrales hidroeléctricas.
Esta abrumadora preferencia por inversiones en energías renovables refleja una creciente toma de conciencia de la población latinoamericana y caribeña sobre la importancia de la sostenibilidad y el rol de la energía limpia en la lucha contra el cambio climático.
El Banco Europeo de inversiones (BEI) es la entidad proveedora de financiación a largo plazo de la Unión Europea cuyos accionistas son sus Estados miembros. Facilita financiación a largo plazo para inversiones sólidas con el fin de contribuir a los objetivos políticos de la UE. El BEI aporta la experiencia y el conocimiento de sus ingenieros y economistas internos para ayudar a desarrollar y evaluar proyectos de la máxima calidad. Como institución financiera de la UE con calificación AAA e impulsada por las políticas de la UE, el BEI ofrece condiciones financieras atractivas: tipos de interés competitivos y vencimientos de los préstamos acordes a los proyectos
Fibra Mty, fideicomiso de inversión en bienes raíces administrado y asesorado 100% internamente, anuncia que ha concretado satisfactoriamente la celebración de un contrato de crédito simple sin garantía con Scotiabank cuyo destino de los recursos será la expansión de propiedades industriales, hasta por un monto principal de 63 millones de dólares a tasa variable revisable a 3 meses con margen menor a 150 pbs. Dicha línea contempla un sólo pago de capital e intereses al vencimiento de cada disposición, buscando empatar los tiempos de la ejecución de las inversiones con el inicio de generación de renta de las expansiones.
El contrato tiene vigencia de 18 meses a partir de su firma, por lo que, a su término, Fibra Mty planea sustituirlo con un crédito que le permita integrarlo al perfil de vencimientos de deuda a mayor plazo. El monto de este crédito es consistente con la filosofía de Fibra Mty de mantener una estructura balanceada de capital mientras ejecuta su estrategia ordenada de crecimiento.
Esta línea de crédito, le permite a la compañía, dirigida por Jorge Ávalos Carpinteyro, contar con recursos que serán utilizados para llevar a cabo expansiones de inmuebles que, además de incrementar el área bruta rentable de las propiedades con una tasa de capitalización atractiva, le permiten a Fibra Mty alargar el plazo del arrendamiento y negociar anticipadamente un incremento en la renta sobre la totalidad del inmueble, traduciéndose en un flujo más atractivo y defensivo para los inversionistas.
Vale la pena mencionar que Fibra Mty se encuentra en proceso de negociación de otros proyectos de expansión en su portafolio, que, de concretarse, se añadirían en reportes subsecuentes.
Fibra MTY es el primer fideicomiso de inversión en bienes raíces administrado y asesorado 100% internamente. El portafolio de propiedades de Fibra Mty está compuesto por 106 propiedades, incluyendo 19 para uso de oficinas, 81 para uso industrial y 6 para uso comercial, con una Área Bruta Rentable de 1,640,916 m2, localizados en 14 estados de la República Mexicana.
Las gestoras de activos alternativos están excepcionalmente centrados en captar capital de asesores minoristas, pero están pasando por alto a los inversores autodirigidos, según el último Cerulli Report-U.S. Alternative Investments 2023.
Estos clientes son importantes y se encuentran desatendidos por lo que para la consultora “existen oportunidades para los gestores de activos que cuentan con la escala necesaria para llegar a estos inversores”.
En general, los gestores de activos alternativos consideran que las iniciativas directas a los inversores son menos importantes que otras.
Por ejemplo, el 58% afirma que llegar directamente a los inversores que no tienen un elevado patrimonio neto (HNW) no es una iniciativa para su empresa, mientras que el 27% dice lo mismo de llegar directamente a los inversores HNW.
En la actualidad, la distribución minorista de inversiones alternativas se centra en las ventas a través de asesores financieros, y especialmente de aquellos con clientes más adinerados.
Sin embargo, las plataformas directas han amasado considerables activos de inversores y se estima que controlarán 21 billones (trillions) de dólares en 2028, frente a los aproximadamente 11 billones (trillions) de dólares de 2022.
«Los gestores de activos con plataformas directas tienen un alcance incorporado a los inversores directos. Las plataformas ya cuentan con la confianza de los inversores y no es probable que incurran en elevados costes de captación de clientes», afirma Daniil Shapiro, director de Cerulli.
Además, estas plataformas ya cuentan con los clientes y la información necesaria para ofrecer cierta exposición a asignaciones alternativas, agregó el directivo.
El siguiente paso lógico para estas plataformas es aprovechar su escala para ofrecer productos de liquidez intermitente. Los fondos a intervalos, por ejemplo, van un paso más allá de los fondos de inversión que ya pueden adquirirse en estas plataformas.
«Aunque ofrecer a los inversores autodirigidos acceso a inversiones alternativas supone un gran esfuerzo, las empresas que ya mantienen este tipo de relaciones deberían planteárselo, evaluando cuidadosamente los riesgos y costes (por ejemplo, procesos de suscripción cada vez más engorrosos, ayuda a los inversores a sortear la falta de liquidez) frente a los beneficios, entre los que se incluyen la obtención de comisiones más atractivas y la ayuda a sus inversores», afirma Shapiro.
El directivo concluyó con que «su ventaja competitiva al ofrecer ese acceso puede hacer que merezca la pena y ayudar a los inversores particulares a evitar exposiciones más arriesgadas en otros lugares».