Nace en Miami un club para empresas Fintech y lo celebra con una conferencia de Hanoi Morillo

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El Miami Fintech Club anunció su lanzamiento oficial y su evento inaugural para el próximo jueves 2 de noviembre donde habrá una presentación magistral a cargo de Hanoi Morillo, líder fintech de renombre mundial.

Como inversora, ejecutiva, oradora y autora de libros, Morillo “compartirá sus valiosas ideas sobre cómo impulsar la innovación, el crecimiento y la transformación digital en el sector de los servicios financieros durante este evento especial que marcará el debut del club”, dice la información a la que accedió Funds Society.

Los asistentes tendrán la oportunidad de adquirir una perspectiva sobre las tecnologías exponenciales, la diversidad en los negocios y las estrategias para lograr la transformación digital de la mano de esta respetada líder de opinión, agrega el comunicado.

Fundado por las empresas Scalto y Transcard, el club se centrará en conectar el talento innovador fintech de la zona y permitir una valiosa creación de redes.

“El Miami Fintech Club ofrece un foro dinámico para que los líderes intercambien ideas, forjen conexiones y promuevan el estatus de Miami como centro de tecnología e innovación de servicios financieros”, agrega la información.

El evento inaugural del Miami Fintech Club tendrá lugar a las 18:00 en la sede de la consultora PwC en Miami y está dirigido exclusivamente a empresarios de tecnología financiera, inversores de venture capital y otras personas con sede en el sur de Florida que participan activamente en el ecosistema de tecnología financiera de la región.

Para obtener información sobre los requisitos de afiliación y asistencia al evento, visite el siguiente enlace.

Massa o Milei: en este minuto el mercado argentino da por ganador al peronista

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Miguel Kiguel, dueño de Ecoviews, durante su presentación en Piso 40, Montevideo,

La primera vuelta de las elecciones argentinas dejó a los votantes ante dos alternativas de cara a la segunda y definitiva ronda el 19 de noviembre: el ministro de Economía, peronista, Sergio Massa, o el ultraliberal “rockstar” Javier Milei. En este minuto de la siempre volátil situación argentina, el mercado piensa que ganará Massa, según el economista Miguel Kiguel, dueño de Ecoviews, invitado este miércoles 25 a dar una charla en Montevideo por SURA Investment.

Antes de arrancar, cualquier analista argentino echa mano del archivo para explicar por qué todo lo que piensa, o vaticina, puede cambiar. Miguel Kiguel citó a un experto que consideraba que en el mundo había cuatro tipos de países: los desarrollados, los emergentes, Japón y Argentina.

La “decisión difícil de los argentinos”

Con este preámbulo, el economista habló de una “decisión difícil” para los electores argentinos, lo cual no descartó del todo una victoria del imprevisible Milei, lo cual es ya toda una información digna de tener en cuenta.

Si hubiera un oráculo argentino, este sería el dólar futuro, guion de lectura de lo que piensan los mercados. Y el índice rondaba los 1.000 pesos argentinos por dólar el pasado viernes 20 de octubre, cuando se pensaba que Milei podría ganar en primera vuelta y poner en marcha su “dolarización”, mientras que después de la sorprendente victoria de Massa, hoy por hoy, cotiza a 550 pesos, es decir, los especuladores piensan que no habrá una devaluación violenta después de las elecciones.

¿Por qué Massa, responsable de la política económica de un país con una inflación disparada y altos niveles de pobreza? Porque el peronista demostró ser un “político de raza”, dijo Kiguel, que puede ser muy profesional y es capaz de presionar a los gobernadores de las provincias para conseguir lo que quiere.

Y en frente, está el anarcolibertario Milei, que no parece tener un equipo de gobierno y, además, después de la primera ronda, tiene pocos apoyos en el parlamento. Los peronistas salieron muy reforzados en el Senado, están bien representados en la Cámara de Diputados, mientras que Milei es minoritario en ambas cámaras, explicó Miguel Kiguel.

La imposible dolarización, el difícil gradualismo

El problema es que todos los caminos conducen a una situación dolorosa para los argentinos en los próximos años. Según Kiguel, el pronóstico actual es que el país termine el año con un 180% de inflación y una brecha cambiaria (entre el dólar oficial y el paralelo) de un 200%, además de un riesgo país rondando los 2.600 puntos.

En el escenario de una victoria de Sergio Massa, se impondrá una política gradual, de ir viendo “día a día” cómo resolver la situación, sin ningún plan a largo plazo. Argentina no tiene casi reservas, carece de acceso al crédito, y si bien sus vencimientos de deuda en 2024 son modestos (4.000 millones de dólares), el margen es escaso por un tema de confianza y de mala reputación del país.

Milei sí que tiene un plan, la famosa dolarización, pero es inviable, según Kiguel y el consenso de los economistas argentinos. Para aproximarse a los números, hay actualmente en Argentina 32.000 millones de pesos circulando (unos 30.000 millones de dólares) y el país no tiene cómo comprarlos, a menos que se provocase un seísmo monetario, llevando el tipo de cambio a un nivel tan bajo que dolarizar fuera barato. Este escenario disruptivo tendría un riesgo político para un hipotético presidente Milei: ser destituido por el Congreso, donde está en minoría.

Jugar con fuego, arriesgando una explosión social, o seguir a fuego lento, por un tiempo indefinido. Miley o Massa, el desenlace se conocerá el próximo 19 de noviembre.

Santander Asset Management capta más de 6.000 millones en su gama Objetivo de fondos de inversión

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Santander Asset Management, la gestora de fondos de Banco Santander, ha aprovechado las oportunidades que brinda el actual contexto de subida de los tipos de interés oficiales para reforzar su oferta de producto dirigida a los inversores más conservadores y con mayor aversión al riesgo. Con este propósito, Santander AM lanzó hace ahora un año su gama Santander Objetivo, que invierte principalmente en deuda pública de España e Italia.

En los últimos doce meses, Santander Asset Management ha captado un total de 6.140 millones de euros en los fondos comercializados bajo esta estrategia, cuya principal característica es que ofrecen rentabilidades explícitas que están recogidas en el folleto y se encuentran entre las más atractivas de la industria. Además, los plazos se sitúan entre los más cortos del mercado (entre los 6 y los 19 meses) y ofrecen una liquidez elevada al no cobrar comisión de reembolso a los partícipes.

“El entorno de los tipos de interés más elevados en 15 años nos ha permitido diseñar una gama de producto con rentabilidades muy competitivas para los inversores más conservadores y que llevan implícitas las ventajas fiscales de un vehículo como los fondos de inversión. Además, desde su lanzamiento, en octubre de 2022, hemos ido acortando los plazos de esta gama para poner a disposición de nuestros clientes las condiciones de liquidez más favorables”, señala Nicolás Barquero, CEO de Santander Asset Management España.

La gestora de Banco Santander acaba de registrar un nuevo fondo de inversión de este tipo, Santander Objetivo 11M Deuda Pública OCT-24, que se comenzará a comercializar el próximo 25 de octubre y con vencimiento el 17 de octubre de 2024, con una rentabilidad objetivo no garantizada del 3% TAE explícita en el folleto del fondo. Desde el lanzamiento de esta gama, Santander AM ha ido acortando el plazo de inversión de los fondos Objetivo para optimizar la rentabilidad de los clientes y, como consecuencia de ello, se han conseguido esquivar las últimas subidas de los tipos de interés con lo que actualmente el 100% de la gama ofrece rendimientos acumulados positivos.

Bestinver: «Unos tipos de interés altos no tienen por qué ser necesariamente malos»

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Bestinver ha presentado hoy su carta trimestral. El equipo directivo ha valorado positivamente el trimestre. «Desde Bestinver el mensaje es que estamos contentos puesto que la mayoría de las estrategias principales de los fondos lleva una rentabilidad positiva de doble dígito. Los resultados lo que hacen es subrayar el valor de nuestra filosofía de inversión sobre todo en momentos de volatilidad como los que estamos viviendo», señala Rafael Amil, director de negocio de la gestora.

Tal y como apunta Mark Giacopazzi, CIO de Bestinver, a finales del tercer trimestre, «la rentabilidad media y ponderada de los fondos de renta variable ha sido del 17,7% y de los fondos de renta fija ha sido del 3,2%».

Y eso a pesar de que los mercados han reaccionado con correcciones ante los comentarios de los bancos centrales. Unas correcciones que desde Bestinver se han aprovechado para poner a trabajar la liquidez que había acumulado durante los meses anteriores, con compañías como Exor, Whirpool o Técnicas Reunidas, entre otras. 

«Si uno mira los mercados en el tercer trimestre, no parece que haya pasado gran cosa, pero no ha sido así», afirma Giacopazzi. «En agosto y septiembre las cosas se complicaron bastante”, algo razonable durante estos meses que, señala «son los peores meses para la renta variable a nivel global». Esto se debe al exceso de fortaleza de la economía americana. “Se esperaba un crecimiento en EE.UU. de un 2%-3% y, aunque no tenemos los números finales, todo apunta a que va a ser una cifra más cercana al 4,5%».

La actividad económica ha seguido siendo fuente de sorpresas positivas gracias a la fortaleza del sector privado. Después de una década saneando sus balances, las empresas y las familias han conseguido capear –al menos por el momento– las subidas de los tipos de interés y, junto a la solidez del empleo, mantener el consumo y la demanda de servicios a tasas suficientemente elevadas para compensar la debilidad del sector manufacturero.

Con respecto al famoso mantra ‘higher for longer’, Giacopazzi recalca que «unos tipos de interés altos pueden ser malos o buenos, dependiendo de las razones. No tienen por qué ser necesariamente malos para la renta variable». Asimismo, señala que «es bueno para la disciplina de todos los agentes económicos».

Rentabilidades positivas en renta fija                            

A pesar del entorno tan complejo para la renta fija, los fondos de Bestinver han cerrado el trimestre con rentabilidad positivas. «Después de las correcciones de los últimos 18 meses, el mercado de renta fija en general, y nuestros fondos en particular, ofrecen una oportunidad de inversión muy interesante para el inversor más conservador», sostiene el CIO. «A pesar de la subida de tipos se puede ganar en renta fija», recalca Eduardo Roque, gestor de renta fija en la gestora.

De cara a los próximos doce meses, la TIR o rentabilidad esperada de la cartera de los fondos  de Bestinver es del 4,3%, en Bestinver Corto Plazo, del 6,5% en Bestinver Renta y del 8,7% en Bestinver Deuda Corporativa. Todos ellos siguen ofreciendo una alternativa sólida frente a los depósitos y otros productos tradicionales de ahorro a corto plazo.

Resistencia en la cartera internacional

Los fondos internacionales de Bestinver siguen registrando rentabilidades de doble dígito en 2023, con retornos acumulados del 18,0%, tanto para Bestinfond como para Bestinver Internacional. «Los fondos durante el trimestre han subido más o menos un 1,1% cuando el mercado ha bajado», destaca Tomás Pintó, director de renta variable de Bestinver.

El tercer trimestre ha estado marcado por la elevada dispersión en el comportamiento de las acciones, que ha provocado movimientos significativos de subidas y de bajadas en muchas compañías. A pesar de la dispersión del mercado, desde Bestinver han sabido apreciar esta ocasión como una oportunidad. «Hemos ido arbitrando e intentando mantener la rentabilidad de las carteras».

Gracias a esta dispersión, la gestora ha podido realizar importantes plusvalías en las compañías que más han subido y reinvertir las ganancias en las que acumulan un mayor potencial. Estos cambios, además de reforzar el equilibrio de sus carteras, ha permitido incrementar significativamente su potencial a largo plazo.

Oportunidades en Iberia

Durante los nueve primeros meses de 2023, el Ibex35 se ha mantenido como uno de los mejores índices bursátiles de Europa. En este periodo, la rentabilidad acumulada por Bestinver Bolsa ha sido del 19,10%.

El buen comportamiento del mercado ibérico no es casualidad, sino que responde a los cambios en los fundamentales de la región ocurridos durante la última década: los balances de las familias y de las empresas se han fortalecido, las entidades financieras se han saneado, no hay desequilibrios en el sector inmobiliario y las expectativas de crecimiento superan a la de la media de la Eurozona. Además, la composición del mercado es favorable a un entorno de tipos altos y su valoración mantiene un descuento del 20% frente a otros índices comparables. «Por tanto, seguimos viendo muchas oportunidades y un alto potencial de revalorización para los próximos años», explican.

El director de renta variable de Bestinver, Ricardo Seixas, ha anunciado los principales movimientos de Bestinver en esta cartera, entre los que destacan destacan la compra de Iberdrola y la venta de CIE Automotive, así como el aumento del peso en BBVA y Técnicas Reunidas y la reducción en Inditex o CaixaBank. «Estamos convencidos de que tenemos una cartera con un potencial bastante alto», señala Seixas.

Educación financiera

Amil también ha querido destacar el reciente lanzamiento de Bestinver Educatio, una plataforma que pretende el fomento de la cultura financiera. Se trata de un programa dirigido a cualquier persona interesada en mejorar su educación financiera.

España, a la cabeza de los mercados bursátiles más sostenibles

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A través de nuestra herramienta interna SustainEx, en Schroders hemos clasificado los 20 mayores mercados bursátiles en función de sus credenciales de sostenibilidad. 

Las bolsas española, alemana y danesa van a la cabeza, mientras que las de Reino Unido y los Países Bajos van a la zaga. Las razones están en sus diferentes composiciones sectoriales. 

También hemos analizado si el panorama es diferente para las empresas de mediana capitalización en comparación con el total agregado de todas las empresas de cada mercado. A menudo lo es. 

En el pasado, los impactos negativos de las actividades de las empresas recaían en la sociedad. Pero, desde la fijación de los precios del carbono hasta los impuestos sobre el azúcar, los gobiernos los repercuten cada vez más en las empresas responsables. Las compañías y los consumidores también prestan más atención al comportamiento de las empresas con las que deciden hacer negocios.

SustainEx es la herramienta utilizada por los gestores de carteras y los analistas de Schroders para evaluar estos riesgos a la hora de tomar decisiones de inversión. Ayuda a construir una imagen más completa de los riesgos y oportunidades a los que se enfrenta cada empresa.

Pero, sobre todo, las credenciales de sostenibilidad son sólo una parte del rompecabezas y no deben considerarse de forma aislada. Hay muchos otros factores que influyen en el éxito o el fracaso de una empresa y de una inversión. Cuando se trata de generar rentabilidad para nuestros inversores, las valoraciones son clave. El trabajo de los inversores activos, como nosotros, consiste en determinar si el mercado está valorando correctamente los riesgos y las oportunidades. 

Las credenciales sociales de la bolsa española y un ejemplo de cómo funciona SustainEx

Un dato del 3,3% para el mercado español significa que, en conjunto, las empresas que cotizan en él tienen un efecto positivo no reconocido en la sociedad por valor del 3,3% de sus ventas.

Poniendo esto en perspectiva, la previsión del consenso apunta a que los márgenes de beneficios de las empresas españolas se situarán en el 11,3% durante los próximos 12 meses. Pero, si estas externalidades positivas se tradujeran a términos financieros, se elevarían al 14,6%. En términos monetarios, por cada 100 euros de ingresos, los beneficios serían de 14,60 euros, y no de 11,30, lo que supone un aumento del 29%. Una cifra nada desdeñable.

En la tabla 2 se muestra una cifra equivalente para el resto de mercados. A diferencia de España, las empresas de la mayoría de las bolsas tienen un impacto perjudicial sobre el medio ambiente y la sociedad. Si el coste en dólares de estas externalidades negativas se reflejara en los beneficios de las empresas de la mayoría de los mercados bursátiles, sufrirían un importante recorte.

¿A qué se debe el buen comportamiento del mercado español? 

Sus grandes empresas de utilities (servicios públicos) y telecomunicaciones prestan valiosos servicios a la sociedad. Por ejemplo, proporcionan agua potable, alcantarillado y saneamiento. Es evidente que las empresas obtienen ingresos de esos servicios, pero sus precios están limitados muy por debajo del valor social. Algunos servicios públicos también tienen un gran efecto negativo sobre el medio ambiente -y el mercado español es sólo el séptimo mejor en este frente- aunque esto varía considerablemente de una empresa a otra.

Pero no son sólo las grandes empresas del mercado español las que impulsan sus sólidas credenciales. También ocupa el segundo lugar en cuanto a la empresa de mediana capitalización.

Los mercados bursátiles alemán y danés 

Según nuestro análisis, hay pocos mercados bursátiles cuyas externalidades netas de las empresas son positivas.

El mercado danés ocupa el tercer lugar cuando se agregan todas las externalidades netas de todas sus empresas y el primer lugar por empresas de mediana capitalización. Y es el único mercado en el que observamos que sus empresas, en conjunto, tienen un efecto neto positivo sobre el medio ambiente. Este último punto se debe en gran medida a la presencia del gran fabricante de aerogeneradores Vestas.

Sin embargo, a diferencia de España, la bolsa danesa obtiene una puntuación relativamente baja en el frente social (18/20). La empresa de bebidas alcohólicas Carlsberg es la principal culpable.

Aunque los estudios varían, la mayoría muestran que los costes asociados a la salud y la delincuencia comprenden aproximadamente la mitad del total derivado del consumo de alcohol, y que los costes indirectos relacionados con el desempleo, el absentismo y la productividad representan el resto. 

Esto pone de relieve un punto importante. Muchas empresas y mercados obtienen buenas puntuaciones en una de las siglas del ESG, pero malas en otra: España y Dinamarca, por ejemplo. Algunos inversores pueden preferir centrarse en los riesgos medioambientales. Otros, en los sociales. Es poco probable que se produzca una coincidencia total de opiniones.

Reino Unido y Países Bajos ocultan muchas empresas sostenibles

En el otro extremo de la tabla se encuentran los mercados bursátiles de Reino Unido y los Países Bajos, que salen mucho peor parados que su rival más cercano, la India (gráfico 2).

En ambos mercados, los costes no reconocidos de las actividades de sus empresas cotizadas son superiores a sus beneficios. Si se contabilizaran como costes en sus cuentas de pérdidas y ganancias, desaparecerían todos los beneficios, incluso algunos más. 

La razón por la que la bolsa británica ocupa tan mal lugar no es, de hecho, el gran peso de los sectores de la energía y los materiales (que combinados representaban el 23% del mercado a finales de julio). Aunque, obviamente, eso no ayuda. En cuanto a las métricas medioambientales, Reino Unido se sitúa cerca de la mitad de la tabla, en el puesto 12.

Lo que perjudica es la exposición del mercado a las empresas tabaqueras y de bebidas alcohólicas. Éstas tienen costes directos para la salud e indirectos para la sociedad. El mercado neerlandés también sufre por su exposición a las empresas de bebidas alcohólicas.

Sin embargo, nuestro análisis sugiere que alrededor de la mitad de sus empresas cotizadas tienen un efecto positivo, no reconocido, en la sociedad. Si esto se reconociera y materializara en su cuenta de resultados, se obtendrían beneficios financieros.

Además, el panorama es muy distinto para las compañías británicas de pequeña y mediana capitalización. Las cotizadas del FTSE 250 tienen en conjunto externalidades sociales positivas, frente a la cifra negativa de las empresas británicas de gran capitalización. También causan menos daños medioambientales. 

¿Qué importancia tienen estas externalidades para los beneficios empresariales? 

En muchos casos, los beneficios empresariales sufrirían un duro golpe si el impacto financiero de las empresas sobre el medio ambiente y la sociedad recayera sobre las compañías que están detrás de ellas (gráfico 2).

Puede parecer extraño que los beneficios de las empresas chinas corran más riesgos que los de las saudíes, cuando nuestra tabla clasificatoria muestra que las compañías saudíes tienen un mayor efecto negativo en la sociedad. Esto se debe a que el mercado bursátil chino tiene un margen de beneficios previsto relativamente bajo (4,7%), mientras que el mercado saudí tiene uno relativamente alto (21%). Las empresas chinas tienen menos margen para absorber costes adicionales.

¿Qué deben hacer los inversores?

Algunos inversores dan prioridad a mejorar las credenciales de sostenibilidad de su cartera, otros, a tener un impacto positivo. Una cartera que excluya los mercados de los peores infractores sería obviamente mucho más beneficiosa para la sociedad que simplemente invertir en mercado mundial en general. Esto es cierto tanto si nos fijamos en los mercados de valores, los sectores o las empresas individuales.

Pero excluir a determinadas empresas o sectores no impide que se produzcan actividades perjudiciales. Por cada vendedor de acciones hay un comprador. Y puede que a ese comprador no le importe tanto comprometerse con las empresas para fomentar una transición que las aleje de las actividades más perjudiciales, una actividad a la que en Schroders dedicamos muchos esfuerzos.

Creemos firmemente en el poder y la importancia de la propiedad activa y contamos con una amplia experiencia que nos permite identificar las formas más eficaces de colaborar con las empresas en las que invertimos. Esto puede generar mejores resultados para la sociedad y mayores rentabilidades para los accionistas.

Por supuesto, hay líneas rojas. Cuando las empresas se niegan a comprometerse, o cuando su modelo de negocio está tan íntimamente ligado al daño que en la práctica son una causa perdida, puede que no haya otra opción que vender.

 

Tribuna de Duncan Lamont, CFA, responsable de análisis estratégico de Schroders, y Hettie Maccarthy, analista cuantitativa de Schroders Systematic Investments.

Una inflación elevada y un dilema para los bancos centrales

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La demanda en la economía estadounidense se ha mostrado muy sólida. El gasto público de la administración Biden es enorme y estimula el crecimiento en un momento en el que el desempleo es bajo. Eso explica por qué la economía ha resistido ante las subidas de los tipos de interés.

Los consumidores tienen trabajo y sueldos que suben y, cuando la inflación se modere, disfrutarán de salarios reales más altos, lo que puede apuntalar su situación de cara al próximo año.

También estamos viendo cómo la oferta responde ante toda esta demanda. El mercado laboral crece, las tasas de participación aumentan y la productividad está regresando. Eso es lo que se necesita para lidiar con un pico de demanda, que incluye los programas de gasto público como la Inflation Reduction Act del presidente Biden, un mayor gasto en defensa y las inversiones productivas relacionadas con los cambios geopolíticos.

La Reserva Federal de EE. UU. (Fed) ha señalado que la inflación descenderá, aunque podría tardar, y que el desempleo no aumentará mucho. La entidad aprecia que la mejora de la productividad está contribuyendo a contener los precios. No obstante, pensamos que tendrá que mantener los tipos de interés en niveles más elevados durante más tiempo a la vista de la fortaleza del crecimiento, y el mercado necesita aceptarlo.

Me cuesta ver que se pueda llegar a una recesión. Los balances son más sólidos desde la crisis financiera mundial, por lo que pensamos que es más difícil que algo se rompa y cambie la dirección macroeconómica. Sin embargo, la ruptura del mercado de renta fija es un riesgo debido a la falta de demanda de duración, el endurecimiento cuantitativo, el elevado gasto público, la fortaleza del dólar y el encarecimiento de la energía. Se producirán impagos, las empresas zombis que abusaron del crédito barato sucumbirán ante los tipos más altos y algunos consumidores con hipotecas a tipo variable podrían sufrir, pero eso no cambiará el cuadro macro global. El dólar mantendrá su fortaleza y los activos de riesgo estadounidenses tienen buen aspecto.

En Europa y el Reino Unido, la situación es más compleja. La demanda está acusando los tipos de interés elevados y la debilidad de China, la inflación sigue moviéndose en cotas muy elevadas y el panorama del empleo es menos robusto. La situación se asemeja a una estanflación. Europa y el Reino Unido se verán afectados por el aumento de los precios del petróleo y la fortaleza del dólar. Si el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo dejan de subir los tipos, sus monedas se depreciarán y harán que las compras de energía en dólares sean aún más caras.

La economía china no ha conseguido recuperarse mucho desde los confinamientos por el COVID y existen problemas estructurales. China ya no está aplicando estímulos; le preocupan los niveles de deuda y quiere un crecimiento de mayor calidad. La inversión china fue el pilar del mundo durante los últimos 20 años, pero ahora la geopolítica está cambiando y el impacto está empezando a apreciarse.

Es hora de que todos pongamos más de nuestra parte. Se acabó la energía rusa para Europa o los productos baratos de China. Las naciones están creando capacidad industrial dentro de sus fronteras tras el colapso de las cadenas de suministro provocado por la dependencia de China durante la pandemia.

Eso debería dar lugar a más inversiones y más gasto público en Occidente. Europa no lo ha hecho muy bien en esta área hasta ahora. Con el tiempo, podemos llegar a un punto en el que el crecimiento sea mejor, la demanda mejore y, siempre que los países puedan lidiar con ese aumento de la demanda con más trabajadores y más productividad, todo irá bien. Sin embargo, la inflación nunca desaparecerá completamente.

En un mundo en el que los productos son más caros, no se trata de una carrera hasta el fondo con los tipos de interés y las monedas, sino hasta la cima. Es un fenómeno nuevo. Los bancos centrales tienen ante sí una difícil decisión: pueden proteger sus economías y aceptar una inflación más alta, o pueden intentar erradicar la inflación y hundir sus economías. La Fed se encuentra en una mejor posición que el BCE o el Banco de Inglaterra.

Muchos inversores actuales no han experimentado este tipo de mercados y solo conocen la inflación baja. La estrategia de inversión tiene que ser diferente ahora. Gestionar activos de renta fija en un entorno macroeconómico impredecible requiere grandes dosis de flexibilidad. El modelo de cartera 60-40 (60% renta variable y 40% renta fija) con posiciones largas en acciones y bonos solía ser eficaz. Ahora, se trata de valor relativo y selección con enfoque bottom-up para acciones, bonos corporativos y deuda pública. Nosotros, lo vemos como un mundo nuevo y como una oportunidad excelente para las estrategias de retorno absoluto.

 

 

Tribuna de opinión de Mark Nash, gestor de Jupiter AM. 

 

 

Para más información, visitar jupiteram.com.

Una inflación elevada y el dilema para los bancos centrales

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La demanda en la economía estadounidense se ha mostrado muy sólida. El gasto público de la administración Biden es enorme y estimula el crecimiento en un momento en el que el desempleo es bajo. Eso explica por qué la economía ha resistido ante las subidas de los tipos de interés.

Los consumidores tienen trabajo y sueldos que suben y, cuando la inflación se modere, disfrutarán de salarios reales más altos, lo que puede apuntalar su situación de cara al próximo año.

También estamos viendo cómo la oferta responde ante toda esta demanda. El mercado laboral crece, las tasas de participación aumentan y la productividad está regresando. Eso es lo que se necesita para lidiar con un pico de demanda, que incluye los programas de gasto público como la Inflation Reduction Act del presidente Biden, un mayor gasto en defensa y las inversiones productivas relacionadas con los cambios geopolíticos.

La Reserva Federal de EE. UU. (Fed) ha señalado que la inflación descenderá, aunque podría tardar, y que el desempleo no aumentará mucho. La entidad aprecia que la mejora de la productividad está contribuyendo a contener los precios. No obstante, pensamos que tendrá que mantener los tipos de interés en niveles más elevados durante más tiempo a la vista de la fortaleza del crecimiento, y el mercado necesita aceptarlo.

Me cuesta ver que se pueda llegar a una recesión. Los balances son más sólidos desde la crisis financiera mundial, por lo que pensamos que es más difícil que algo se rompa y cambie la dirección macroeconómica. Sin embargo, la ruptura del mercado de renta fija es un riesgo debido a la falta de demanda de duración, el endurecimiento cuantitativo, el elevado gasto público, la fortaleza del dólar y el encarecimiento de la energía. Se producirán impagos, las empresas zombis que abusaron del crédito barato sucumbirán ante los tipos más altos y algunos consumidores con hipotecas a tipo variable podrían sufrir, pero eso no cambiará el cuadro macro global. El dólar mantendrá su fortaleza y los activos de riesgo estadounidenses tienen buen aspecto.

En Europa y el Reino Unido, la situación es más compleja. La demanda está acusando los tipos de interés elevados y la debilidad de China, la inflación sigue moviéndose en cotas muy elevadas y el panorama del empleo es menos robusto. La situación se asemeja a una estanflación. Europa y el Reino Unido se verán afectados por el aumento de los precios del petróleo y la fortaleza del dólar. Si el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo dejan de subir los tipos, sus monedas se depreciarán y harán que las compras de energía en dólares sean aún más caras.

La economía china no ha conseguido recuperarse mucho desde los confinamientos por el COVID y existen problemas estructurales. China ya no está aplicando estímulos; le preocupan los niveles de deuda y quiere un crecimiento de mayor calidad. La inversión china fue el pilar del mundo durante los últimos 20 años, pero ahora la geopolítica está cambiando y el impacto está empezando a apreciarse.

Es hora de que todos pongamos más de nuestra parte. Se acabó la energía rusa para Europa o los productos baratos de China. Las naciones están creando capacidad industrial dentro de sus fronteras tras el colapso de las cadenas de suministro provocado por la dependencia de China durante la pandemia.

Eso debería dar lugar a más inversiones y más gasto público en Occidente. Europa no lo ha hecho muy bien en esta área hasta ahora. Con el tiempo, podemos llegar a un punto en el que el crecimiento sea mejor, la demanda mejore y, siempre que los países puedan lidiar con ese aumento de la demanda con más trabajadores y más productividad, todo irá bien. Sin embargo, la inflación nunca desaparecerá completamente.

En un mundo en el que los productos son más caros, no se trata de una carrera hasta el fondo con los tipos de interés y las monedas, sino hasta la cima. Es un fenómeno nuevo. Los bancos centrales tienen ante sí una difícil decisión: pueden proteger sus economías y aceptar una inflación más alta, o pueden intentar erradicar la inflación y hundir sus economías. La Fed se encuentra en una mejor posición que el BCE o el Banco de Inglaterra.

Muchos inversores actuales no han experimentado este tipo de mercados y solo conocen la inflación baja. La estrategia de inversión tiene que ser diferente ahora. Gestionar activos de renta fija en un entorno macroeconómico impredecible requiere grandes dosis de flexibilidad. El modelo de cartera 60-40 (60% renta variable y 40% renta fija) con posiciones largas en acciones y bonos solía ser eficaz. Ahora, se trata de valor relativo y selección con enfoque bottom-up para acciones, bonos corporativos y deuda pública. Nosotros, lo vemos como un mundo nuevo y como una oportunidad excelente para las estrategias de retorno absoluto.

 

 

Tribuna de opinión de Mark Nash, gestor de Jupiter AM. 

 

 

Para más información, visitar jupiteram.com.

¿Es buen momento para pensar en bolsa europea?

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Renta variable europea
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Actualmente, las valoraciones europeas son más atractivas que nunca frente a EE.UU. Las acciones europeas siempre están más baratas que las estadounidenses, pero en estos momentos están realmente baratas. El sentimiento está en mínimos y no haría falta un cambio muy grande para que una visión ligeramente más positiva atraiga flujos de inversión hacia la región.

Desde un punto de vista cíclico, el cuadro macroeconómico está deteriorándose. Aunque se sigue debatiendo si habrá una recesión o cuándo llegará, los estímulos se han convertido en endurecimiento monetario a un ritmo récord y la historia sugiere que la economía probablemente se deteriore con retardo. Observamos que la oferta monetaria estadounidense también está endureciéndose con igual rapidez y también se puede apreciar que el empleo temporal y las horas trabajadas en el sector manufacturero están empezando a descender.

Sin embargo, los valores cíclicos han batido a los defensivos. Generalmente, los valores cíclicos se comportan peor que los defensivos a medida que se deterioran los PMI, pero esta vez parecen estar prefigurando un rebote, no una recesión, y han destacado a pesar del deterioro en el plano macroeconómico. Esta situación está produciéndose a pesar de que el impacto de la subida de los tipos de interés ya está haciéndose visible en la recepción de pedidos en algunos lugares (cuando no en la actividad, a medida que las empresas procesan las carteras de pedidos antiguos) y en sectores con ciclos más cortos sin carteras de pedidos hemos visto cómo empezaban las revisiones a la baja de los beneficios previstos, por ejemplo, en los productos químicos. Los precios también están flaqueando, con rebajas directas en áreas como los automóviles, lo que sugiere que los márgenes en máximos que ha disfrutado este sector están tocando a su fin.

Mejor evitar los valores cíclicos caros y centrarse en valores más baratos en otras áreas. La desaceleración cíclica no sería tanto problema si estuviera descontada. Sin embargo, varios sectores cíclicos cotizan con múltiplos en niveles históricamente elevados a pesar de que se encuentran casi en máximos de BPA y comienzan a experimentar un deterioro en sus fundamentales. A consecuencia de ello, áreas como los bienes de equipo, el lujo, los productos químicos y los semiconductores no parecen albergar muchas buenas ideas de inversión. Sin embargo, existen mejores oportunidades en otras áreas.

Aunque también están expuestos al ciclo, muchos valores pertenecientes al sector financiero están baratos, incluso desde una óptica de varios ciclos, y estructuralmente están mejor posicionados que en la década anterior gracias a unas ratios de capital y unos tipos de interés más favorables. En estos momentos estamos moderadamente sobreponderados en este sector. En áreas menos volátiles algunos valores siguen siendo caros, pero las brechas de valoración inusualmente amplias hacen que muchos valores estén cerca de su nivel más bajo de valoración desde hace varios años, y así ocurre en áreas de calidad como el consumo básico. Este sector es la mayor sobreponderación del fondo FF European Larger Companies Fund, un fondo con un enfoque value de calidad que está bien situado para beneficiarse del entorno actual de mercado

Creemos que ser selectivos dará fruto, ya que las brechas de valoración hacen que no sea necesario perseguir los valores más caros para tener calidad en el mercado europeo. Las brechas de valoración dentro de los sectores siguen siendo elevadas, lo que brinda infinidad de oportunidades a los expertos en selección de valores. Algunos ejemplos de valores que ocupan grandes posiciones en la cartera, poseen características de calidad y cotizan con valoraciones atractivas son Reckitt Benckiser, Associated British Foods y Unilever. Todos ellos cotizan cerca de sus mínimos de valoración de los últimos diez años. En consumo discrecional, preferimos tener en cartera a Inditex y Puma que a algunas empresas del sector del lujo que cotizan con valoraciones elevadas y son vulnerables a una desaceleración en China. Preferimos a SAP en detrimento de ASML en el sector de las TI, ya que esta última está expuesta al ciclo de inversión de un puñado de grandes clientes, mientras que la primera crece a golpe de ingresos recurrentes por suscripciones.

A largo plazo, la selección de valores ha sido el motor clave de la rentabilidad del fondo. La selección de sectores no se concibe como algo que contribuya decisivamente a la rentabilidad a largo plazo, pero el sesgo hacia fundamentales menos volátiles está diseñado para reducir el riesgo fundamental. Eso significa que, en líneas generales, ha aportado valor cuando los beneficios sufren presiones y los márgenes de las empresas descienden, como en 2011-2016 (y en el primer trimestre de 2020). En los años en los que los márgenes registraron una recuperación cíclica y los negocios menos volátiles lo hicieron mejor, como en 2017 y tras los grandes estímulos de mediados de 2020 hasta 2022 para luchar contra el COVID, la selección de sectores ha sido un lastre.

Después del acelerón de los márgenes empresariales, la trayectoria está empezando a invertirse y eso podría marcar para el fondo un periodo en el que el posicionamiento sectorial de nuevo aporte valor (en fechas más recientes ha entrado en territorio positivo tras un mal arranque de 2022 y ahora está aportando levemente en lo que llevamos de 2023).

En conclusión, consideramos que es buen momento para considerar un fondo centrado en empresas con credenciales de calidad que aguantarán gracias a unos beneficios mejores que el mercado en una desaceleración económica. También preferimos centrarnos en la valoración, de modo que los títulos sean menos vulnerables a una revisión a la baja. Por fortuna, el mercado europeo encierra infinidad de oportunidades que reúnen estos requisitos en el contexto actual.

 

Tribuna de opinión de Matt Siddle, gestor de renta variable europea de Fidelity International.

Por qué se ha vuelto crítica la revisión y optimización de carteras

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Si ha habido un año que ha puesto a prueba a las carteras, ese ha sido 2022, cuando todas las correlaciones saltaron por los aires. La revisión de las carteras siempre es clave, pero con los cambios que ha experimentado el mercado a raíz del rápido ajuste monetario emprendido por la Fed y el BCE se ha vuelto más crítico que nunca, para detectar riesgos no entendidos, productos de inversión cuya política pueda ya no ajustarse a las necesidades de los clientes y otras problemáticas. «Las carteras necesitan ser revisadas constantemente, pero realmente hasta el año pasado no era tan necesaria una revisión en profundidad porque los activos habían funcionado bien durante mucho tiempo», afirma Matthew Bullock, responsable de EMEA del equipo PCS de Janus Henderson Investors. 

En esta línea, cada vez hay más gestoras dispuestas a prestar este servicio a sus clientes. Precisamente Janus Henderson Investors ha detallado las funcionalidades de su nueva herramienta Janus Henderson Edge en el contexto de su evento Knowledge Exchange, organizado recientemente por la firma en Madrid. Así, Matthew Bullock, junto con Mario Aguilar, estratega de carteras sénior, expusieron algunas de las capacidades que aporta esta nueva herramienta en el seno del equipo de Construcción y Estrategia de Carteras. Hablamos de una herramienta que ya ha tenido cierto rodaje, pues según cifras proporcionadas por la firma ya ha analizado más de 15.000 carteras modelo para más 4.700 clientes.

Los expertos del equipo de Construcción y Estrategia de Carteras (PCS, por sus siglas en inglés) ofrecen información personalizada y modelos de simulación de riesgos para ayudar a los clientes a satisfacer sus necesidades. Como indicaron Bullock y Aguilar en varios momentos de la conferencia, se trata de un acercamiento no tanto con carácter comercial sino para ofrecer un análisis completamente agnóstico. «Para nosotros es muy importante mantener conversaciones con los clientes para analizar qué riesgos subyacentes no pretendidos presentan sus carteras y así mejorar su diversificación», afirmó Aguilar. Una de las cosas que detectó el equipo de Construcción y Estrategia de Carteras fue que muchos clientes entendían que era necesario tener distintos tipos de fondos en cartera para una buena diversificación, pero que a muchos les costaba entender cómo esos fondos podían interrelacionarse entre ellos y cómo poder ajustar las exposiciones con el cambio al nuevo entorno de inversión. «Se trata de hacer entender a los clientes qué significan esos cambios y qué implican para sus carteras. Edge es un servicio complementario, queremos que piensen en nosotros como en una extensión de su equipo», afirmó Bullock. 

Para ello, ofrecen, en primer lugar, la perspectiva de los expertos, que descubren la exposición al riesgo de las carteras. En segundo lugar, se apoyan en la asociación genuina, desde el trabajo con especialistas en estrategia de carteras, con el fin de estar al corriente de los objetivos a largo plazo de los clientes. Por último, los clientes pueden acceder a información útil, basada en el análisis, que permite fundamentar mejor la asignación de los activos, con el fin de lograr que el cliente se sienta más seguro. 

Cabe mencionar que, además de comparar las carteras de sus clientes con las carteras modelo de Janus Henderson, los especialistas comparan la cartera con la de otros clientes.

Una ventaja añadida para mejorar las carteras

Para adaptarse mejor a las preferencias de sus clientes, la gestora reduce el tráfico de datos para un mejor entendimiento de los mismos a través de su plataforma Janus Henderson Edge, estrenada recientemente y galardonada de clase mundial. A través de esta herramienta, los clientes pueden evaluar el rendimiento de su combinación de bonos, acciones y otros activos en diferentes entornos, ya que la herramienta permite realizar test de estrés en diversos escenarios con un gran nivel de detalle, pues permite por ejemplo proyectar el comportamiento de estrategias value vs growth o de small caps vs grandes capitalizadas. 

«La herramienta permite describir el comportamiento de las inversiones a lo largo del tiempo», expone Aguilar. Todo esto, garantiza que los sectores permanezcan adecuadamente diversificados, además de asegurar que la calidad del crédito sea la adecuada. 

Asimismo, Janus Henderson Edge permite verificar el desempeño esperado en una variedad de situaciones, así como el análisis del comportamiento de cada estrategia subyacente para comprender dónde pueden existir riesgos no deseados. Los expertos pusieron como ejemplo una cartera real en la que el cliente tenía una estrategia para obtener exposición al value; al analizar ese subfondo, se descubrió que su comportamiento estaba más alineado con el growth, por lo que el cliente no sólo no estaba obteniendo lo que necesitaba, sino que se estaba viendo expuesto a un riesgo no deseado. «Somos un negocio basado en la gente y en la información, y esto nos hace poner nuevas ideas sobre la mesa para ayudar a nuestros clientes», concluyeron los expertos. 

Ricardo Cavillioti (Allianz GI): “Hay oportunidades de inversión de impacto entre las compañías de pequeño tamaño, un segmento desatendido por los grandes fondos”

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Foto cedidaRicardo Cavilliotti, experto en inversiones de impacto en renta fija no cotizada y gestor de deuda corporativa de Allianz Global Investors.

Ricardo Cavilliotti, experto en inversiones de impacto en renta fija no cotizada y gestor de deuda corporativa de Allianz Global Investors, prepara una estrategia de impacto que busca obtener rendimientos atractivos a la vez que se genera un impacto medible con crédito privado de compañías pequeñas dentro del segmento midmarket con ebitda de 5 a 20 millones de euros. Esta estrategia se centra en tres principales áreas -cambio climático, límites planetarios y capitalismo inclusivo- para configurar una cartera diversificada en sectores y en zonas geográficas. Se centrará en Europa, pero también permite que el 20% de la cartera incluya compañías de países OCDE, como EE. UU., Canadá o Australia. El diseño de la cartera se apoyará en la capilaridad territorial de Allianz Global Investors.

¿Por qué hay que incluir la inversión de impacto en las carteras?

La inversión de impacto supone una oportunidad interesante para inversores, tanto de deuda como de renta variable, que además de buscar una rentabilidad financiera, intentan generar un impacto positivo ambiental y social de forma medible. Por tanto, es una buena manera de combinar retornos e impacto.

Y más concretamente, ¿por qué crédito de impacto? Lo más habitual es obtener rentabilidades con renta variable de impacto. ¿Qué ventajas tiene de cara al inversor?

En realidad, el crédito de impacto representa una propuesta diferente en términos de riesgo-rentabilidad comparado con la renta variable de impacto. Naturalmente, invirtiendo con un producto de crédito, existen mayores protecciones para el inversor ante cualquier posibilidad de que la compañía o el proyecto tengan problemas. No hay que olvidar que la deuda privada suele contar con protecciones más robustas, incluso, que la renta fija tradicional, por poner un ejemplo, ya que los covenants o el colateral como respaldo para los inversores no son tan frecuentes en bonos similares que cotizan en mercados organizados. También hay que verlo desde el lado del inversor, porque con una estrategia de impacto, al menos en nuestro caso, se trata de apoyar y acompañar a compañías que generan impacto medible a través de los productos y servicios que ofrecen. Se trata de generar retornos en línea con el mercado y al mismo tiempo, generar impacto apoyando a este tipo de negocios y compañías.

Esta estrategia, ¿cuenta con algún objetivo de rentabilidad? 

Apuntamos a rentabilidades entre el 11% y el 12% en euros con las condiciones actuales del mercado. Puede parecer elevado, teniendo en cuenta los retornos de otros activos, pero tiene su justificación. Estos porcentajes tienen que ver con el tipo de compañías a las que nos enfocamos: el segmento midmarket, y, dentro de él, las más pequeñas. Nos centramos en estas compañías porque vemos una oportunidad. Hay que tener en cuenta que el sector del crédito ha crecido y la mayoría de los fondos de crédito que operan en este segmento de midmarket también lo han hecho, lo que implica que tienen que invertir en compañías más grandes dentro del segmento.

Las compañías de midmarket comprenden empresas con ebitda desde cinco millones de dólares a un máximo de 100 millones. Es un rango amplio. Nosotros miramos las compañías que se mueven en el rango de entre 5 y 20 millones de euros, ya que es una horquilla que se ha quedado un tanto desatendida por parte de los grandes fondos.

También se justifican estas rentabilidades objetivo por el tipo de producto que estamos trabajando. La cantidad de deuda que este tipo de compañías puede sostener, para que sea una deuda financieramente asumible para el emisor, nos permite frecuentemente ser el único proveedor de crédito de la compañía, por lo que se trata mayormente de deuda “unitranche”. Es decir, apuntamos a ser la única posición en la estructura de capital de estas compañías. Dicha situación puede conllevar beneficios en la negociación, tanto de los términos, como de las condiciones de la financiación. No entramos en la gestión de la compañía, pero, como proveedor de crédito, se suele tener un puesto de observador, lo que se denomina “observer seat” en la junta, que es algo que se ve mucho en las compañías pequeñas con “unitranche”.

La estrategia invierte principalmente en Europa. ¿Por qué?

Somos una casa muy consolidada en Europa, con un buen track record y de muchos años en el Viejo Continente, con oficinas locales y equipos de inversión en París, Londres, Zúrich o Múnich. Creemos que tener una presencia local es importante desde un punto de vista de originación y del “underwriting”; es necesario conocer los mercados a la hora de entender un negocio. La mayor parte de las empresas que analizamos tienen una fuerte presencia local. Por lo tanto, empezar en Europa tiene sentido. Pero no hay que olvidar que Allianz GI tiene carácter global, por lo que la estrategia se reserva un 20% para invertir en otros países, siempre que sean OCDE. En este sentido, miraremos Estados Unidos, Canadá, Australia o los países desarrollados del Sudeste asiático. Incluimos esta última zona porque tenemos un equipo muy potente de deuda privada en Singapur, centrado en deuda de Asia y que también cubre Australia. 

¿Qué rating tendrá la deuda en cartera de esta estrategia de impacto?

No habrá calificaciones de deuda, ya que, al ser compañías muy pequeñas y emisiones no cotizadas, no suelen requerir una calificación pública de deuda. No obstante, el equipo de inversión realiza su propia calificación crediticia que luego es validada por el equipo de control interno y de riesgo crediticio. Para hacer un equivalente del perfil crediticio de las empresas en las que vamos a invertir, estarían dentro del rango de un rating B, es decir, un par de niveles por debajo de la categoría de grado de inversión. 

¿Qué tipo de compañías entrarán en la cartera?

Queremos tener una cartera diversificada por sectores e industrias, sin centrarnos en ningún sector en particular, y poder invertir así en compañías atractivas desde el punto de vista crediticio que generen impacto positivo y medible. En Allianz Global Investors hemos identificado tres áreas de impacto en las que esta estrategia tratará de identificar oportunidades.

Una, el cambio climático, a la que se une el área que denominamos como “límites planetarios” (que promueve una explotación racional de los recursos) y, finalmente, el capitalismo inclusivo, que sería el componente eminentemente social de la estrategia. Dentro de estas temáticas, hay sectores interesantes, como por ejemplo las energías renovables, incluyendo empresas innovadoras en ámbitos que van más allá de la producción o generación de energía. Así, se puede obtener rentabilidad con impacto en toda la cadena de valor de este sector, porque las compañías que generan energía requieren distintos tipos de empresas que las apoyen, desde manufacturas, hasta servicios o tecnologías.

También dentro de la temática del cambio climático, vemos oportunidades relacionadas con la movilidad sostenible, como empresas de bicicletas en Europa que han sustituido el transporte tradicional, o todo lo que tiene que ver con la economía circular. Por último, dentro del área del capitalismo inclusivo, hay oportunidades en educación, salud o infraestructura social. 

¿Cómo va a ser el tamaño de la cartera de esta estrategia?

Estamos pensando en una selección de entre 15 y 20 compañías. La estrategia apunta a un tamaño de unos 500 millones de euros, por lo que lograríamos una diversificación adecuada. También habrá límite crediticio, ya que no se podrá invertir más del 10% en una única posición.

¿Cómo se seleccionarán los valores de deuda de la cartera?

Es un único proceso, pero con dos pilares que van en paralelo. En primer lugar, está el análisis crediticio y todo el trabajo de estructuración del equipo de inversión, algo habitual en este tipo de inversiones. Hay que resaltar que un factor importante de esta estrategia es originar préstamos a compañías que pertenecen a fondos private equity de impacto. Así se generan eficiencias desde nuestro punto de vista. La selección sigue el típico proceso desde el punto de vista de ejecución, con comités de inversión, due diligence de crédito, negociación de créditos y condiciones y seguimiento durante el tiempo que dura la financiación. En segundo lugar, se hace un análisis de impacto. Tenemos un equipo independiente, llamado “Impact Measurement and Management”, que trabaja junto al de inversión. Por tanto, esta estrategia aúna retorno e impacto, que van de la mano.  

¿A qué tipo de inversor va dirigida esta estrategia?

Fundamentalmente, está dirigida a inversores institucionales. Es decir, entrará en grandes fondos de pensiones, en los balances de las compañías de seguros, en unidades de gestión patrimonial, por ejemplo. Esto se debe a que se trata de estrategias ilíquidas, de largo plazo. Los préstamos tendrán una duración legal de entre cinco y siete años, aunque en realidad, suelen tener una duración efectiva más corta, porque hay un elevado porcentaje de prepago en este tipo de compañías por muchas razones. Una de ellas es que, generalmente, suelen tener un fondo de private equity que, frecuentemente, promueve el prepago del crédito. También porque las compañías se desapalancan y en ocasiones deciden refinanciar su deuda.