El 81% de los ciudadanos del mundo cree que financiar la jubilación es su responsabilidad

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¿Está dudando si podrá jubilarse o no? Tranquilo, según el Índice Mundial de Jubilación (GRI) elaborado por Natixis IM, las condiciones para jubilarse se mantienen estables a nivel mundial. La última edición de este índice muestra que, después de que el año pasado casi todos los países desarrollados mejoraran su puntuación, la jubilación está asegurada.

Los países con mejores resultados en su Índice Mundial de Jubilación (GRI) han obtenido clasificaciones más coherentes en todos los subíndices, lo que muestra una estabilización de las perspectivas mundiales en materia de jubilación. La lista de países que figuran entre los 10 primeros del índice se ha mantenido igual durante dos años consecutivos. Sin embargo, los particulares sienten la presión a medida que más y más se dan cuenta de que están solos cuando se trata de financiar su seguridad económica en la jubilación.

En el índice de este año, Suiza ha desbancado a Noruega del primer puesto después de dos años con una puntuación global del 82%, situando a Noruega (81%) en segundo lugar. Los 10 primeros puestos apenas varían: Islandia (3º), Irlanda (4º) y Australia (7º) mantienen sus posiciones. Alemania y Dinamarca suben un puesto cada una con respecto al año pasado, ocupando la 8ª y 9ª posición, mientras que Países Bajos adelanta a Luxemburgo en la 5ª posición, descendiendo al 6º puesto. No obstante, Nueva Zelanda registra el cambio más significativo entre los países con mejores resultados, al descender dos puestos y situarse en el 10º.

Creado en colaboración con Core Data Research, el GRI proporciona una referencia mundial que incorpora una amplia variedad de factores esenciales para que las personas disfruten de una jubilación saludable y segura. Entre ellos se incluyen importantes factores financieros, así como consideraciones como el acceso a la atención sanitaria y su coste, las condiciones climáticas, el estado de la gobernanza y la felicidad general de la población. Las clasificaciones del GRI son relativas, no absolutas, y se basan en un agregado de puntuaciones medias del 0% al 100% para 18 medidas de rendimiento en cada uno de sus cuatro subíndices (Finanzas en la Jubilación, Bienestar Material, Salud y Calidad de Vida) que se combinan para ofrecer una imagen global del entorno para los jubilados.

“Es bueno y esperanzador ver un conjunto coherente de resultados en la edición del GRI de este año, aunque todavía hay que mejorar en la mayoría de los casos, en un entorno general caracterizado por aumento de los niveles de deuda, presiones fiscales y tipos de interés más altos. Si queremos prevenir una crisis de jubilación más adelante, un paso decisivo es invertir y trabajar con un asesor financiero profesional, para diseñar una cartera resistente y correctamente diversificada, con la que aprovechar al máximo las oportunidades de ahorro que surjan y que contemple soluciones que se adapten a los objetivos individuales de jubilación y al entorno actual. Afortunadamente, cada vez más personas asumen su responsabilidad a la hora de garantizar su seguridad económica en la jubilación”, explica Javier García de Vinuesa, responsable de Natixis Investment Managers para Iberia, en relación con los resultados de la encuesta.

Principales movimientos del índice

Según destaca la gestora, Suiza, que encabeza el GRI de este año, ostenta una puntuación perfecta en el indicador de desempleo, lo que refleja la impresionante tasa de participación de la población activa del país. También destaca que Islandia mantiene su tercer puesto por segundo año consecutivo a pesar de experimentar descensos en la mayoría de los subíndices. «En particular, Islandia ha visto descender siete puestos su clasificación en el indicador de Salud (de los 10 primeros al 11º), incluso después de aumentar ligeramente su puntuación», matizan. Llama la atención que Noruega ha experimentado un descenso tanto en el subíndice de Bienestar Material, del 1º al 6º, como en el de Finanzas en la Jubilación, saliendo de los diez primeros puestos en ese subíndice para terminar en el 12º debido a los descensos en el indicador de presión fiscal, dependencia de la tercera edad y gobernanza.

En cambio, Luxemburgo sube cuatro puntos porcentuales y obtiene el primer puesto en el subíndice de Salud, impulsado por un aumento de su puntuación en esperanza de vida, desbancando a Noruega, que anteriormente ocupaba el primer puesto; a  la par que Eslovenia y Bélgica suben cuatro peldaños cada una: Bélgica pasa del puesto 19 al 15, y Eslovenia se queda a las puertas del top ten, al subir del escalón 15 al 11. 

Por último, destaca que Irlanda lidera el subíndice Finanzas en la Jubilación, tras mejorar su puntuación en un punto porcentual, hasta el 74%, gracias a la constante reducción de la deuda pública, mientras que Reino Unido asciende dos puestos en el GRI de este año, hasta el 14º, debido a las mejoras en el subíndice de Salud, mientras que las puntuaciones en los demás subíndices no varían.

Los ciudadanos se sienten cada vez más solos en la jubilación

A pesar de las perspectivas generalmente positivas para la seguridad de la jubilación a nivel mundial, los resultados de la Encuesta Global Natixis de Inversores Individuales de 2024 muestran que el número de individuos que cree que es cada vez más su responsabilidad financiar la jubilación por su cuenta, en lugar de depender de las pensiones públicas y privadas, creció del 67% al 81% entre 2015 y 2023. Además, el número de individuos que cree que hará falta un milagro para alcanzar la seguridad en la jubilación aumentó del 40% en 2021 al 45% en 2023. Uno de cada cinco inversores (19%) afirma que, aunque pudieran ahorrarse un millón de dólares, no podría permitirse la jubilación, lo que incluye al 18% de los que ya han acumulado un millón de dólares.

El informe también identifica cuáles son los riesgos a los que se enfrentan los particulares, en concreto, ha identificado cuatro. En primer lugar señalan los tipos de interés. «Mientras que los tipos bajos habían sido un riesgo clave para los jubilados durante los más de 15 años posteriores a la Crisis Financiera Mundial, el entorno actual de tipos más altos presenta nuevos riesgos. En particular, con más de 6 billones de dólares invertidos en fondos del mercado monetario, depósitos e instrumentos similares, deben ser conscientes de cómo la actual trampa del efectivo podría impedirles satisfacer su necesidad de una fuente sostenible de ingresos a largo plazo», explican. 

En segundo lugar, identifican la inflación. En su opinión,  lo peor puede que ya haya pasado, ya que la inflación retrocede lentamente hacia los objetivos de los bancos centrales, pero el episodio de subida de precios posterior a la pandemia ha servido para recordar con crudeza lo rápida y grave que puede ser la inflación. Ahora que el 83% de los inversores afirman que los recientes acontecimientos les han recordado la gran amenaza que supone la inflación para la seguridad de su jubilación, los inversores tendrán que actuar en consecuencia para asegurarse de que están preparados para cualquier nuevo episodio en el futuro.

Otro riesgos es la deuda pública, que en los  países de la OCDE se ha más que duplicado en el primer trimestre del siglo XXI, mientras los responsables políticos sorteaban, primero la crisis financiera mundial y, luego, la pandemia del Covid-19. Aunque las medidas eran necesarias para evitar el colapso económico a corto plazo, a los responsables políticos no les queda más remedio que pagar la deuda a largo plazo. A un número creciente de personas les preocupa que se les pida que paguen la cuenta y que esto se traduzca en recortes de las prestaciones públicas de jubilación, que son la piedra angular de sus planes de jubilación.

Por último, señalan como riesgo «las propias personas». «Una jubilación segura es un viaje, no un destino. El éxito requiere expectativas realistas y un compromiso significativo por parte de los individuos. Aunque muchos pueden apreciar esto en concepto, no todos los inversores establecen hipótesis razonables y se fijan objetivos realistas. Los resultados de la encuesta GRI muestran que los inversores no tienen una visión consistente de lo que se necesita para tener éxito», concluye la gestora en su informe. 

¿Están justificadas las valoraciones de las tecnológicas más expuestas a la IA?

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Los valores tecnológicos han experimentado una mayor volatilidad en fechas recientes. El equipo gestor del fondo Fidelity Funds Global Technology ha publicado un análisis en el que evalúa si se mantienen las tesis fundamentales sobre el sector, o si algo ha cambiado a lo largo de este verano.

En primer lugar, desde Fidelity International consideran que hay dos factores que explican el retroceso y posterior recuperación de los valores tecnológicos en julio. En primer lugar, desde una perspectiva macroeconómica, explican que el consumo emitió señales preocupantes, “como una caída de la demanda de viajes y un mal tono del gasto en bienes duraderos”. A esto añaden que “la debilidad de los datos económicos apuntó a un parón en el sector industrial”, sector al que están expuestas varias áreas del sector tecnológico.

El segundo factor alude a que el debate sobre la rentabilidad de las ingentes inversiones realizadas en infraestructuras de IA cada vez está ganando más predicamento. “No hemos visto muchos efectos tangibles en materia de generación de ingresos o reducciones de costes”, indican desde el equipo gestor del Fidelity Funds Global Technology, aludiendo a dudas relativas a la sostenibilidad de esta tendencia que están preocupando cada vez más a los inversores. En su opinión, esto explica que el sector tecnológico, los semiconductores y el hardware hayan sufrido más volatilidad: “Estos segmentos presentan una mayor exposición al ciclo y se encuentran en el centro del debate en torno a la IA”.

Por tanto, desde la gestora proceden a analizar la trayectoria de los beneficios corporativos vista hasta ahora en el sector, que califican de “desiguales”. Por un lado, observan que los gigantes tecnológicos han presentado resultados sólidos y la demanda de servicios informáticos en la nube se ha estabilizado e incluso ha aumentado de nuevo. Dentro de la publicidad digital, explican que por un lado la publicidad de marca acusó cierta debilidad, pero que la publicidad directa aguantó. Finalmente, señalan que la demanda de smartphones de gama alta se mantuvo estable. Sin embargo, en el plano negativo, desde Fidelity destacan que el gasto discrecional en TI se frenó, ya que las operaciones se retrasaron; además, observan que las empresas de semiconductores y componentes electrónicos con exposición a la industria y la automoción registraron “cierta debilidad en un entorno de demanda incierto”.

En resumen, desde la firma el equipo gestor indica que su visión sobre los gigantes cotizados no ha cambiado mucho: “Las grandes tecnológicas poseen ventajas competitivas duraderas, una sólida dinámica de crecimiento y poder de fijación de precios. Están generado unos beneficios saludables en un entorno macroeconómico incierto. No obstante, los titanes tecnológicos estadounidenses son apreciados y están en las carteras de los inversores. En consecuencia, muchos de ellos presentan una valoración razonable, por lo que tratamos de buscar oportunidades infravaloradas en acciones de pequeña y mediana capitalización”.

Oportunidades en semiconductores

El equipo gestor insiste en que las empresas de semiconductores expuestas a la industria y la automoción han defraudado al mercado, que esperaba que se recuperasen tras un periodo prolongado de digestión de existencias. Además, observan que las inquietudes macroeconómicas y la desaceleración de la demanda de vehículos eléctricos también son obstáculos a corto plazo para este tipo de compañías.

En cambio, están encontrando oportunidades en empresas de semiconductores analógicos de alta calidad que generan sistemáticamente unos flujos de efectivo disponible elevados, incluso en este ciclo sin precedentes de liquidación de existencias. “A largo plazo, el uso del silicio en la automoción y la industria no va a reducirse. Pensamos que el mejor momento para comprar valores cíclicos de alta calidad es cuando las perspectivas son negativas”, explican desde la gestora.

Cómo obtener exposición a inteligencia artificial

Desde Fidelity matizan que, dentro de la inversión en compañías tecnológicas, “la IA sigue siendo una temática importante, a pesar de que no genera ingresos”. La manera en la que están buscando acceso para incluir compañías expuestas a esta temática en la cartera del fondo es mediante la inversión en empresas bien posicionadas para generar beneficios duraderos a largo plazo, concretamente en proveedores de servicios en la nube, así como en empresas de software y TI.

Sin embargo, desde la firma insisten en que “hay menos ideas interesantes entre las empresas de semiconductores y hardware”. Su postura es que el mercado está demasiado centrado en lo que está ocurriendo ahora, en lugar de mirar hacia el futuro, en el sentido de que el mercado entiende bien que la importante demanda de infraestructuras de IA sostiene el crecimiento exponencial de los semiconductores y los equipos necesarios para los centros de datos. Sin embargo, en Fidelity piensan que no se debería extrapolar esta tendencia: “Las empresas de hardware y semiconductores son más cíclicas que anuales. La demanda de hardware es sólida actualmente, dado que las empresas hiper escaladoras de servicios en la nube están construyendo infraestructuras de IA para atender a sus clientes a largo plazo y algunas temen perder su liderazgo si no consiguen desarrollar suficiente capacidad. Además, parte del despliegue de infraestructuras de IA requiere capitales externos, a menudo con un elevado apalancamiento financiero”.

En conclusión, consideran que actualmente “tener en cartera valores de hardware y semiconductores para IA no resulta especialmente atractivo desde la perspectiva del riesgo y la rentabilidad” y encuentran más interesante las empresas de servicios y software, al considerar que sus cifras actuales aún no reflejan los efectos beneficiosos potenciales del desarrollo de la IA. En lugar de eso, afirman que “a más largo plazo los proveedores de servicios en la nube generarán flujos de ingresos anuales cuando los clientes suban su carga de trabajo de IA a la nube”. “Además, las empresas de software monetizarán las funciones de IA y las empresas de servicios tecnológicos ayudarán a los clientes a desplegar la IA”, terminan.

Inversión alineada con el Acuerdo de París: ¿gestión activa o pasiva?

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Los vehículos pasivos tienden a seguir un enfoque de alineamiento con el Acuerdo de París a nivel de cartera, que suele incluir un descenso anual predeterminado de las medidas de emisión de gases de efecto invernadero (GEI), como por ejemplo la reducción del 7% que exigen los índices de referencia de la UE alineados con el Acuerdo1. Esto se logra tomando decisiones de asignación de cartera en base a la intensidad de carbono de las empresas.

No obstante, un fondo sostenible con un marco de intensidad de carbono a nivel de cartera podría limitarse a invertir en una selección de compañías con bajas emisiones, como por ejemplo proveedores de software. De manera similar, las reducciones de emisiones de GEI podrían lograrse sencillamente recortando posiciones en los mayores emisores. Aunque un enfoque pasivo gestionado de esta manera satisfaría sus objetivos de sostenibilidad sobre el papel, su contribución a las reducciones de GEI en el mundo real necesarias para abordar el cambio climático sería cuestionable.

Cabe destacar que la descarbonización no es un proceso lineal. Las empresas pueden experimentar volatilidad en sus emisiones de GEI a corto plazo, provocada por cambios en su matriz de ingresos, problemas de cadena de suministro o acontecimientos externos inesperados. Además, cuando una compañía invierte capital para potenciar sus esfuerzos de descarbonización, los resultados no suelen ser instantáneos y podrían tardar años en surtir efecto. Si las emisiones de GEI aumentan de un año a otro, la empresa podría ser eliminada de un vehículo pasivo antes de que la inversión haya dado fruto.

Un método empleado habitualmente por los fondos pasivos para evaluar el alineamiento con el Acuerdo de París es comparar las emisiones de una empresa con su valor total. Esto suele calcularse dividiendo las emisiones totales de una compañía por su valor de empresa incluyendo liquidez (EVIC, por sus siglas inglesas: la suma de capitalización bursátil, endeudamiento total y efectivo y equivalentes).

Medir la intensidad de carbono de esta manera puede crear problemas para los inversores, ya que cualquier fluctuación de las cotizaciones afectará al denominador, sesgando la cifra de intensidad sin cambio alguno en las emisiones de GEI absolutas. Así, la inclusión de una empresa en la cartera podría verse influida por su valor de mercado, y no por sus esfuerzos de descarbonización.

Como inversores, creemos que un método efectivo para animar el avance de la descarbonización es cooperar estrechamente con las participadas en ámbitos como la fijación de objetivos y el desarrollo de una estrategia. Las gestoras de fondos pasivos no aprovechan necesariamente sus posibilidades de gestión responsable de esta manera, con lo que desperdician la oportunidad de fomentar el cambio a mejor y aportar adicionalidad como inversores.

Consideramos que el alineamiento de una cartera con el Acuerdo de París no puede medirse únicamente mediante la intensidad de carbono u otras medidas predeterminadas. En lugar de ello, los inversores deben considerar sus contribuciones reales a las reducciones de emisiones de GEI absolutas necesarias para limitar el cambio climático.

 Para evaluar el alineamiento con el Acuerdo de París hace falta un análisis integral y en profundidad en áreas como gobierno corporativo, estrategia y fijación de objetivos, junto a una labor de monitorización continua del avance en estos ámbitos. Aunque los enfoques pasivos pueden filtrar en base a criterios como los objetivos y la divulgación de emisiones de GEI, no pueden evaluar de manera exhaustiva temas relativos a la intencionalidad de las empresas, como por ejemplo su estrategia de descarbonización y la presencia de vínculos entre sostenibilidad y la remuneración de ejecutivos. Teniendo en cuenta la naturaleza a largo plazo del reto de la descarbonización, creemos que estos son elementos esenciales del alineamiento de una compañía.

Asimismo, cada año llevamos a cabo análisis «de semáforo» de las participadas, que publicamos en un informe anual de emisiones del fondo. Esto implica evaluar el avance de las empresas y asignarles calificaciones (interanuales y a largo plazo) en un abanico de áreas, como por ejemplo:

  • La amplitud de su divulgación de emisiones de GEI.
  • La credibilidad de sus objetivos de reducción de emisiones.
  • Gobierno corporativo y estrategia de descarbonización.
  • Cualquier cambio y mejora en las soluciones climáticas que ofrecen.
  • Si la compañía va bien encarrilada en una senda de descarbonización alineada con el Acuerdo de París.

 

Creemos que mantener un diálogo regular con las empresas (engagement) debería ser un elemento integral de cualquier proceso de inversión que pretenda estar alineado con el Acuerdo de París. Ello sería difícil de lograr de manera significativa con una cartera amplia de cientos de compañías, pero con una cartera más concentrada, dicha labor puede personalizarse para empresas concretas, persiguiendo el mayor impacto con independencia de lo avanzadas que estén en sus respectivos trayectos de descarbonización.

 

 

El interés creciente de los inversores en la lucha contra el cambio climático es sin duda una tendencia positiva. No obstante, creemos que la popularidad de los vehículos de inversión pasiva podría conducir a resultados no ideales, debido a su menor efectividad a la hora de contribuir al logro de los objetivos del Acuerdo de París, y a su incapacidad para propiciar cambios en el mundo real. En nuestra opinión, el alineamiento con París requiere un enfoque integral centrado en compañías específicas, basado en un análisis profundo, concentrado en resultados reales y con un diálogo regular con las empresas en las que se invierte.

 

 

Tribuna de opinión de John William Olsen, gestor de fondos de impacto en M&G Investments.

 

 

 

La información facilitada no debe considerarse una recomendación de compra o venta de ningún valor o título específico.

  1. Comisión Europea, Reglamento Delegado de la Comisión (UE) 2020/1818 del 17/07/2020, julio de 2020.

¿Será destronado el efectivo? Por qué deben reinar los bonos en el futuro

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La renta fija se ha asociado tradicionalmente con la estabilidad y la generación de ingresos. Este papel se ha visto singularmente cuestionado desde la primavera de 2022, cuando la Reserva Federal (Fed) se embarcó en una serie de subidas masivas de tipos que los mercados no habían experimentado en una generación. No es de extrañar que muchas estrategias e índices de renta fija registraran los peores rendimientos totales de su historia. Naturalmente, muchos inversores acudieron en masa a la parte corta de la curva, aprovechando los elevados rendimientos. Sin embargo, la tendencia está cambiando, ya que se espera que la Fed recorte los tipos varias veces a lo largo del próximo año.

Comencemos analizando el entorno de tipos de interés pospandémico, concretamente las implicaciones del ciclo de subidas de la Fed. La Fed y otros bancos centrales utilizaron sus tipos de interés oficiales como herramientas para reconducir los niveles de inflación excesivamente elevados hacia lo que consideran “normal” o dentro de sus respectivos intervalos objetivo.

 

Los mercados de activos de riesgo subieron en respuesta a la mejora de los datos de inflación en ausencia (hasta ahora) de una recesión en EE.UU. Además, el ciclo alcista propició una atractiva generación de rendimientos en instrumentos a corto plazo, como las letras del Tesoro, los fondos monetarios y los certificados de depósito (CD). A mediados del verano de 2023, la letra del Tesoro a 6 meses rendía casi el 5,5%, el nivel más alto desde el 2000. A medida que los rendimientos aumentaban, el dinero les seguía, con fondos del mercado monetario preferentes y tributables recibiendo un total combinado de 965.000 millones de dólares en flujos para el año natural 2023, según Morningstar. Esto contrasta con el espacio de bonos imponibles activos, que ha experimentado una entrada neta de sólo 33.000 millones de dólares durante el mismo período.

La subida de tipos tuvo el efecto de aumentar los cupones pagados por los nuevos títulos de renta fija, lo que debería favorecer los rendimientos a futuro.

Pero quizás lo más importante es que la venta de tipos redujo el precio en dólares de los bonos ya existentes, muchos de los cuales son bonos del Estado o de empresas con grado de inversión y bajo riesgo crediticio. Como resultado, el mercado de bonos cotiza con descuento a pesar de que los títulos de renta fija, salvo en caso de impago, vencen “a la par” o a 100 dólares. Es este “tirón a la par” lo que debería impulsar rentabilidades atractivas en el futuro, a medida que los tipos bajen potencialmente en respuesta a un giro de la política de la Fed.

El término “pull-to-par” se refiere a la tendencia de los bonos a acercarse a su valor nominal (valor a la par, o 100$) a medida que se acercan al vencimiento. Los bonos que cotizan con descuento verán subir sus precios a medida que se acerque su vencimiento, mientras que los bonos que cotizan con prima (es decir, por encima de 100$) verán caer sus valores al par con el paso del tiempo. En el entorno actual, con la Fed cerca del inicio de los recortes de tipos (en el momento de escribir este artículo), los valores de renta fija con precios por debajo de su valor nominal tienen potencial para una apreciación significativa del precio. Esa revalorización, además de los pagos regulares de cupones, genera una mayor rentabilidad total para los inversores. Creemos que esta rentabilidad total eclipsa probablemente los rendimientos que puedan obtenerse de los instrumentos a corto plazo en el futuro.

Para ilustrar lo excepcional que es el entorno actual de la renta fija, examinemos los datos históricos de precios de varios índices de renta fija en los últimos 10 años (ver gráfico). Durante la mayor parte de este periodo, el precio medio del índice Bloomberg U.S. Universal estuvo cerca o por encima de la par, con un precio medio de unos 100,50 dólares. La subida de los tipos hizo descender los precios medios en dólares del índice, y también de las carteras activas, hasta niveles casi sin precedentes, por debajo de los 92 dólares a 31 de julio de 2024. Dada la calidad de los componentes del índice, es razonable que un inversor crea que estos bonos volverán a la par a medida que se acerque su vencimiento, proporcionando así a los inversores un impulso adicional a la rentabilidad por encima del mero recorte de los pagos de cupones.

Otro punto de vista para analizar el valor relativo de la renta fija frente al efectivo son los datos históricos sobre el comportamiento de ambos instrumentos en un entorno similar al actual, es decir, cuando la Reserva Federal empieza a recortar los tipos de interés. Hemos analizado los datos de los cuatro últimos ciclos de endurecimiento de la Fed, que se remontan a mediados de la década de 1990, para ver cómo se comportaron tanto el efectivo como la renta fija antes y después de que la Fed empezara a recortar los tipos de interés. Utilizamos el índice ICE BofA U.S. Treasury Bill como indicador de los instrumentos a corto plazo y seleccionamos cuatro índices Bloomberg que representaban tanto a los valores por encima como por debajo del grado de inversión para la renta fija.

Como muestra la tabla, los rendimientos a dos años produjeron, en la mayoría de los casos, mejores resultados económicos cuando se poseía renta fija frente a permanecer invertido en letras del Tesoro. Estos resultados son coherentes cuando se puso el dinero en efectivo al final de los ciclos de subidas o al principio de los recortes, aunque los inversores obtuvieron mejores resultados al no esperar a que la Fed recortase primero. En la coyuntura actual, en la que la Fed se plantea relajar su política monetaria, y con una elevada probabilidad de debilidad económica en 2025, la renta fija tiene un potencial similar para superar esta vez al efectivo.

Combinando la generación de rentabilidad de los cupones y el efecto “pull-to-par” a medida que los tipos caigan potencialmente, los inversores pueden superar a las letras del Tesoro, los certificados de depósito y los fondos monetarios en los próximos meses y años. Creemos que la gestión activa sigue siendo valiosa para captar este exceso de rentabilidad y añadir potencialmente alfa sobre los benchmarks. Muchos activos de renta fija con características atractivas de rentabilidad/riesgo, como los bonos a más corto plazo con calificación IG dentro del ámbito de las titulizaciones y las hipotecas residenciales, están fuera de los índices de referencia y representan algunas de las oportunidades más atractivas de la actualidad.

El concepto de ganar cupón más el pull-to-par representa una valiosa oportunidad para los inversores en renta fija mientras la Fed estudia recortes de tipos. Si se combina con estrategias eficaces de gestión activa, el efecto pull-to-par puede constituir una poderosa herramienta para lograr rendimientos superiores y mejorar la rentabilidad global. Pero el momento es esencial. En el momento de escribir estas líneas, los rendimientos actuales siguen pareciendo interesantes, incluso en una cartera de alta calidad. Así que ahora es el momento de hacer esos movimientos, no de esperar a que los rendimientos caigan aún más.

 

 

Tribuna de Rob Costello, gestor de carteras de clientes de Thornburg Investment Management. 

“La idea de que la IA favorece a los semiconductores frente al software es exagerada”

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En el periodo de siete meses hasta finales de julio, el fondo Fidelity Funds Global Technology consiguió una rentabilidad absoluta positiva, pero cerró por detrás de su índice de referencia. El equipo gestor atribuye esta menor rentabilidad a la menor exposición de la cartera a empresas de momento y relacionadas con los semiconductores, respecto al índice de referencia. Esto se debe a su visión de que las empresas de semiconductores no resultan especialmente atractivas desde una perspectiva de rentabilidad- riesgo.

El factor más perjudicial para las rentabilidades relativas fue la infraponderación en valores de semiconductores, como Nvidia y Broadcom, ya que estos subieron con fuerza ante la solidez del discurso en torno a la IA. También defraudaron las posiciones en empresas chinas de Internet, como Alibaba, al igual que las situaciones de restructuración en empresas como Ericsson y Worldline. Sin embargo, la exposición del fondo a los segmentos de software y servicios tecnológicos realizó una aportación positiva, con posiciones en valores como Salesforce.com y Accenture. La infraponderación en gigantes como Apple y Microsoft resultó ser beneficiosa.

¿Cuáles son las temáticas presentes en la cartera? Desde Fidelity International indican que siguen insistiendo en las temáticas de los últimos meses: “Pensamos que las empresas de servicios informáticos en la nube, infraestructuras de software para datos y servicios de consultoría tecnológica son beneficiarios infravalorados a largo plazo de la era de la IA”, afirma el equipo gestor. También encuentran atractivas las situaciones de restructuración que se dan en determinadas empresas que han pasado por un periodo difícil, “ya que sus cotizaciones subirán a medida que mejore la ejecución operativa, con independencia de las condiciones macroeconómicas”.

Por otro lado, indican que les gustan los medios de comunicación a la carta y los negocios de streaming de música por considerar que siguen estando inframonetizados, “en especial los líderes del sector que están bien posicionados para beneficiarse de una mayor consolidación”.

Por último, desde la entidad afirman que existen oportunidades en el área del software de diseño en los sectores de la industria, la fabricación y la construcción, donde la digitalización sigue teniendo margen de crecimiento.

En línea con estas tesis, recientemente han incorporado a la cartera del Fidelity Global Technology posiciones en el área del software, pese a que este segmento del mercado haya caído con fuerza debido a la inquietud que generan las presiones sobre los presupuestos tecnológicos. También han aprovechado para reforzar posiciones en valores de software que ya tenían en cartera, como Salesforce o Workday. “Además, ha arraigado con fuerza la idea de que la IA favorece a los semiconductores frente al software, algo que pensamos que es exagerado”, afirman.

Otro motivo para encontrar ideas en esta área es que algunas de estas compañías presentan un modelo de ingresos recurrentes de alta calidad que encuentran atractivo. Así, ponen como ejemplo de nuevo valor incorporado a la cartera a Nutanix, un proveedor de software para infraestructuras informáticas. “Nutanix es una plataforma multinube con un gran mercado objetivo y creemos que está bien posicionada para ganar cuota de mercado a largo plazo”, explica el gestor del fondo.

Otro rincón del sector de la tecnología en el que están encontrando ideas es en el segmento de los semiconductores analógicos expuestos a la industria y la automoción. Así, afirman que “Microchip Technology es una empresa líder de microcontroladores y semiconductores analógicos bien gestionada que ha pasado por un ciclo de liquidación de existencias sin precedentes. A consecuencia de ello, está generando menos beneficios actualmente, pero su valoración es atractiva atendiendo a sus beneficios en la parte media del ciclo”.

Perspectivas para lo que queda de 2024

¿Cómo podrían afectar los tipos más altos y la desaceleración económica sostenida al gasto y los presupuestos tecnológicos? El punto de vista de Fidelity es que se prevé que las condiciones empresariales sean complejas en lo que queda de 2024, pero que será un buen entorno para los expertos en selección de valores con enfoque activo.

Haciendo un repaso a 2024, recuerdan que la primera mitad del año estuvo dominada por el discurso de la IA, por lo que fue un mercado muy estrecho. Sin embargo, a medida que nos adentramos en el segundo semestre, observan cambios, dado que la incertidumbre macroeconómica en torno al gasto de consumo y la actividad industrial ha puesto presión sobre el gasto tecnológico de las empresas y la demanda de electrónica de consumo. En este contexto, el equipo gestor destaca: “Lo que nos gusta del sector tecnológico es su diversidad, de ahí que existan muchas oportunidades que pueden funcionar en diferentes entornos de mercado”.

Así, afirman que los negocios de software de alta calidad con modelos de ingresos recurrentes y altas tasas de retención de clientes deberían mostrar resistencia en un entorno macroeconómico incierto. “Por ejemplo, los valores de videojuegos poseen motores propios que son menos sensibles a los movimientos del mercado”, señalan.

Por otra parte, consideran que las situaciones de restructuración con márgenes y flujos de caja potenciales elevados “pueden funcionar incluso en un contexto cíclico débil”. Es más, en un momento en el que las valoraciones se han vuelto más atractivas, piensan que “podríamos asistir a un aumento de las fusiones y adquisiciones”. Por lo tanto, concluyen, “la incertidumbre y la volatilidad crearán oportunidades” y, desde esa perspectiva, se declaran optimistas sobre el sector tecnológico de cara al resto del año.

Aprovechar las oportunidades de generar rentas mediante portafolios de bonos con vencimientos fijos

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Morgan Stanley fondo growth
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Conseguir rentas atractivas durante gran parte de la última década supuso un reto cuando las tasas de interés rozaban cero y los rendimientos de los bonos no subían mucho. En la actualidad, no hace falta que los inversores asuman mucho riesgo para lograr un nivel de rendimiento históricamente atractivo. Los bonos corporativos investment grade a corto plazo, es decir, los que presentan vencimientos de uno a tres años, conllevan un riesgo de tasas de interés relativamente bajo, y aún así ofrecen rendimientos medios superiores al 3,5%. Si nos remontamos a los últimos 15 años, el rendimiento actual que ofrecen los bonos corporativos globales es mucho más alto que la observación media (percentil 50). De hecho, los rendimientos han sido más bajos durante más del 80% de ese tiempo. Por lo tanto, asegurar los rendimientos que se ofrecen ahora podría resultar rentable, sobre todo si se movieran a la baja.

Fuertes flujos de efectivo

Las empresas se han mostrado resilientes en los últimos años, ya que pasaron buena parte de los años posteriores a la pandemia de COVID fortaleciendo sus balances para poder protegerse frente a vulnerabilidades futuras. Aunque los costes por intereses se dispararon cuando los bancos centrales subieron las tasas, los costes de refinanciación empezaron a estabilizarse a medida que las tasas de interés oficiales fueron cayendo desde sus máximos. La mayoría de las empresas, especialmente los prestatarios de bonos investment grade, se han adaptado bien al nuevo entorno. Por otro lado, la actividad de fusiones y adquisiciones ha sido escasa. Las empresas han evitado celebrar operaciones costosas, a menudo financiadas con deuda, lo que les ha permitido reducir la sensibilidad de sus bonos a los costes por intereses.

Mientras los costes de financiación se han mantenido a raya, los beneficios también han sido sólidos y el consumo ha resistido bien a pesar de la subida de las tasas de interés. En Estados Unidos, casi todas las empresas que componen el S&P500 han declarado ganancias y durante el primer trimestre de 2025, aumentaron en torno al 13,7% interanual.1 En Europa, alrededor de la mitad de las empresas que integran el Stoxx 600 habían declarado beneficios a mediados de junio y, de momento, muestran un aumento medio del 2,3% en el primer trimestre de 2025 comparado con el mismo trimestre del año anterior.1

Estos boyantes beneficios están permitiendo que se mantengan razonablemente saludables las métricas de crédito. Aunque los aranceles pueden estar creando un obstáculo para los beneficios en algunas áreas (al elevar los costes para las empresas y mermar los volúmenes para los exportadores), esto se ve compensado parcialmente por el mayor gasto público. En Estados Unidos, se cree que la ley «One Big Beautiful Bill Act» de Trump aumentará el déficit federal del país en 1,9 billones de dólares durante los años fiscales 2025-29, según la Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos.2 Estiman que sus efectos de transmisión podrían elevar el producto interior bruto (PIB) en un 0,9% en 20262, lo que supondría un espaldarazo para los bonos corporativos.

La mayoría de los países de mercados desarrollados han prometido aumentar su gasto en defensa, mientras que Alemania ha anunciado un importante programa de infraestructuras. Centrándonos solo en el fondo de infraestructuras de Alemania, la Comisión Europea ha estimado que el PIB del país podría aumentar un 1,25% al término del mandato legislativo (2029) y un 2,5% hacia 2035 debido a las inversiones que realizará el fondo, lo que producirá un efecto indirecto económico que podría elevar el PIB de la UE en un 0,75% en 2035.3

Encontrar el punto óptimo

Esto, en su conjunto, presagia buenos tiempos para los ingresos y flujos de efectivo de las empresas, aunque no significa que debamos ser complacientes. Nos reconforta el hecho de que los impagos (el incumplimiento de la obligación de devolver la deuda) suelen ser muy bajos en la categoría de bonos investment grade y se encuentran especialmente controlados durante periodos cortos (véase el Gráfico 2). En nuestra opinión, un trienio ofrece una especie de punto óptimo en el que la incidencia de impagos acumulados sigue siendo relativamente baja, lo que permite a los inversores captar rendimientos sin asumir un riesgo excesivo.

Mediante la incorporación selectiva de algunos bonos high yield, los inversores también pueden cosechar rendimientos más altos a partir de bonos con calificación inferior a investment grade. Por ejemplo, los bonos high yield con calificación BB-B (equivalente a los bonos Ba-B según el baremo de Moody’s) con un plazo de vencimiento de 1 a 3 años generaron un rendimiento medio del 5,7% al final de mayo de 2025.4 Realizando un análisis minucioso de los emisores de bonos y limitando la exposición al segmento high yield a un pequeño porcentaje de una cartera, los inversores pueden tratar de captar parte de ese rendimiento adicional al tiempo que limitan su exposición al riesgo de impago.

Los bancos centrales mantienen su postura de «recortes» de las tasas de interés. Aunque la Reserva Federal estadounidense (Fed) está en modo «pausa», tanto los mercados como las propias previsiones económicas de la Fed auguran nuevos recortes de tasas en los próximos 12 meses. Del mismo modo, se prevé que el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra aplicarán nuevas rebajas de tasas.5 Ante esto, creemos que sigue siendo un buen momento para emplear bonos corporativos a tipo fijo como modo de asegurarse la obtención de rendimientos relativamente atractivos en previsión de nuevos recortes de tasas de interés y rebajas de las tasas del mercado monetario.

Los inversores podrían tratar de asegurar el rendimiento de hoy comprando un bono individual, pero creemos que un fondo de renta fija con vencimiento fijo podría ofrecer una vía de acceso menos arriesgada. Al igual que un bono individual, tiene un cupón regular y una fecha de vencimiento fija, pero tiene la ventaja adicional de la diversificación en una cartera de bonos. Por otro lado, la selección de crédito corre a cargo de un equipo de expertos, que realizarán un seguimiento de la cartera durante todo su plazo fijo, lo que ayuda a evitar el riesgo de impago y maximizar el rendimiento.

 

Artículo escrito por James Briggs y Brad Smith, gestores de Carteras y Carl Jones, gestor de Carteras Asociado en Janus Henderson Investors.

 

1Fuente: LSEG I/B/E/S, S&P500 2025Q1 Earnings Dashboard, 13 de junio de 2025. Perspectivas de beneficios del STOXX 600, 17 de junio de 2025. Los beneficios están sujetos a revisiones posteriores.
2Fuente: Oficina del Presupuesto del Congreso, H.R.1, One Big Beautiful Bill Act (Dynamic Estimate), 17 de junio de 2025.
3Fuente: El impacto económico potencial de la reforma del marco fiscal de Alemania, 19 de mayo de 2025.
4Fuente: Bloomberg, ICE BofA 1-3 Year BB-B Global High Yield Non-Financial Constrained Index, yield to worst, 31 de mayo de 2025. Los rendimientos pueden variar con el tiempo y no están garantizados.
5Fuente: Bloomberg, World Interest Rate Projections, 20 de junio de 2025; Reserva Federal, previsiones económicas, 18 de junio de 2025. No hay garantía de que se mantengan las tendencias pasadas ni de que se cumplan las previsiones.

 

 

Los inversores buscan las respuestas adecuadas a preguntas erróneas

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Tras la emboscada inflacionista de 2022, las elevadas cifras de inflación han caído, al igual que la volatilidad de la inflación, lo que ha azotado a los inversores. A finales de abril, escribía sobre cómo las cifras de la inflación de entonces eran superiores a las expectativas del mercado, algo que no sorprendió a nadie que compre en el súper o pague facturas de suministros.

En las últimas semanas, se ha reproducido un patrón similar, pero esta vez en sentido contrario, ya que las cifras de la inflación directa e indirecta han sorprendido a la baja. Como consecuencia, se han reavivado los rumores sobre recortes de tipos de interés de la Reserva Federal estadounidense.

No descarto la creciente probabilidad de que el mercado anticipe un recorte de tipos en septiembre o en los meses posteriores. Sin embargo, como sugiere el título de este artículo, creo que los inversores están formulando preguntas erróneas. Hay que plantearse si «¿cuándo será el primer recorte de tipos?» y «¿cuántos recortes hará la Fed en 2024?» son las preguntas adecuadas. ¿De verdad son importantes las respuestas? En 2028, cuando estemos analizando la asignación de una cartera a cinco años, ¿se tendrá en cuenta el momento de la primera bajada de tipos?

Otras preguntas mejores que podemos considerar

Quizás una pregunta más pertinente podría ser: ¿por qué podría necesitar el banco central relajar la política monetaria? Y, lo que es más importante, si los precios de los bienes y los servicios están bajando, ¿los ingresos de quién se ven perjudicados? ¿Están bajando también sus costes? ¿Cómo repercutirá esto en los beneficios empresariales en comparación con lo que se ha descontado ya en los precios de las acciones?

Así pues, mientras el mercado aplica alegremente un múltiplo más elevado a los activos de riesgo debido a una tasa de descuento potencialmente más baja, está ignorando los indicios que ofrece la creciente debilidad respecto a los fundamentales de las empresas, que es el aspecto primordial del valor de los activos.

Analicemos lo que ocurrió durante el ciclo de recortes de los tipos de interés que siguió al final del apogeo tecnológico de los años noventa.
A principios de 2001, los fondos federales alcanzaron un máximo del 6%. La brusca desaceleración del crecimiento pilló por sorpresa a la Fed, que recortó los tipos de forma drástica durante los 18 meses siguientes, hasta el 1%. Mientras el mercado de renta variable se hundía antes del penúltimo recorte de la Fed, dado que los beneficios ya habían tocado fondo y estaban a punto de mejorar gracias a los masivos recortes de costes, el índice S&P 500 cedió casi un 40%.

Un argumento en contra radica en que actualmente las valoraciones no son tan elevadas como entonces, lo cual es cierto, por eso no estoy sugiriendo que nos enfrentamos a una caída de tal magnitud. Simplemente, señalo que los recortes de los tipos de interés de los bancos centrales no son una panacea a corto plazo para los decepcionantes resultados de explotación. Así, aunque las valoraciones no se sitúen en los extremos de los años noventa —que fueron las más elevadas de la historia de EE.UU.—, las expectativas de los analistas son de un crecimiento de los beneficios cercano al 9%. Todo lo que se sitúe por debajo de esa cifra será una decepción para los inversores que dispongan de alternativas más allá del mercado de renta variable.

También podemos fijarnos en lo que ocurrió durante el ciclo de recortes de tipos que siguió a la expansión y la burbuja inmobiliaria de mediados de la década de 2000, ya que las valoraciones de las acciones no eran tan elevadas al entrar en esa recesión.

Como muestra el gráfico siguiente, los fondos federales alcanzaron un máximo del 4,25% a principios de 2008 y después se desplomaron hasta el 0% antes de que acabara el año. Al mismo tiempo, el S&P 500 se redujo casi a la mitad.

Lo importante

Desde 2022, la inflación y la política de los bancos centrales están en la mente de todos. Podría decirse que incluso desde antes, en los días de la política de tipos de interés cero y la relajación cuantitativa, que generó un mínimo de los últimos 5.000 años en los costes de endeudamiento.

El «sesgo de inmediatez», junto con otros sesgos cognitivos, puede ser peligroso. En nuestra cabeza, los sesgos pueden a veces usurpar, o al menos diluir, los aspectos importantes que, en el caso de la inversión, son los fundamentales y los flujos de caja futuros. Las respuestas correctas a las preguntas adecuadas, en mi opinión, guardan relación con el valor final. ¿Qué medidas está tomando la empresa? ¿Cómo gestionan el aumento de los costes laborales frente a la caída de los precios de sus productos? Aunque la inteligencia artificial puede aportar eficiencia y ahorro, ¿abre la puerta a nuevos competidores que llegan al mercado más rápido con productos iguales o mejores? ¿Introduce la IA un riesgo de obsolescencia en su negocio? ¿Qué volumen de deuda necesitan refinanciar en los próximos años, y a qué coste? ¿Está todo ello incluido en los modelos de los analistas de renta variable?

Creo que nos dirigimos hacia un punto en el que son los fundamentales los que determinan las valoraciones, no los tipos de descuento o las maniobras de los responsables políticos. Los bancos centrales no pueden arreglar las empresas que están rotas.

Los family offices apuestan por el sector terciario y dejan atrás la inversión residencial

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Durante el primer semestre de 2024, los family offices han sido los grandes protagonistas del mercado de inversión inmobiliaria en Barcelona, concentrándose de forma notable en el sector terciario. Este cambio estratégico ha dejado atrás la inversión en activos residenciales, motivado por la nueva normativa vigente, que ha introducido limitaciones y complicaciones para este tipo de operaciones.

El grupo Cat Real Estate ha registrado un semestre histórico, gestionando más de 20 millones de euros en inversiones por parte de los family offices en locales comerciales y oficinas situadas en el centro de la ciudad. Estas operaciones han alcanzado una rentabilidad media del 5,5%, con un enfoque en activos conservadores y ubicados en zonas privilegiadas.

“La nueva normativa de la regulación de los alquileres ha provocado que los family offices hayan decidido parar de invertir en la inversión de residencial para dedicar al alquiler. Son operaciones que actualmente tienen un gran riesgo e inseguridad. Este capital se dirige en estos momentos a la compra de otro tipo de activos inmobiliarios. Esta situación provoca que la oferta de pisos en alquiler en propiedad de los family offices se reduzca”, según Nacho Castella, director general de Cat Real Estate.

Los inversores profesionales optan por activos comerciales y de oficinas por su estabilidad

El barrio del Eixample ha sido el principal foco de inversión, distribuyéndose un 60% en locales comerciales y un 40% en oficinas. Además, el 90% de estas transacciones se han realizado sin financiación externa, lo que refuerza la capacidad de los family offices de operar con recursos propios, consolidándose como actores clave del mercado en 2024.

Este giro estratégico hacia el sector terciario refleja una nueva tendencia en el panorama inmobiliario, donde los inversores profesionales buscan rentabilidad y estabilidad en activos comerciales y de oficinas, frente a las complejidades asociadas a la inversión residencial.

EFPA España une fuerzas con el Barcelona Finance Hub by Aticco para impulsar a la comunidad financiera

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Foto cedidaQuino Fernández, director del BFH, Andrea Carreras-Candi, directora general de EFPA España, y Nuria Manils, hub manager del BFH.

La Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros, EFPA España, se une al Barcelona Finance Hub by Aticco (BFH) como colaborador para la creación conjunta de contenido y actividades para la difusión y formación en temas de innovación financiera.

EFPA España es una plataforma independiente con más de 35.000 miembros certificados dedicados al asesoramiento y la planificación financiera en el país. Su comunidad se compone de profesionales dedicados a actividades de asesoría financiera y financial planning en entidades bancarias, cajas de ahorros, sociedades y agencias de valores, EAFs, sociedades gestoras de IICs, compañías de seguros, redes de agentes y despachos profesionales.

Por su parte, el BFH es un espacio físico y virtual que reúne a los miembros del ecosistema de innovación financiera, desde profesionales independientes, startups y scaleups fintech, insurtech, legaltech y proptech, hasta empresas, grandes corporaciones, asociaciones, fondos de inversión y centros de formación.

A través de esta colaboración, el BFH y EFPA España ofrecerán a todos los miembros de su comunidad contenido curado, actividades y eventos en torno a la innovación financiera, así como espacios de networking para crear conexiones entre sus miembros. Además, todos los miembros de EFPA España recibirán un descuento especial para acceder a las membresías del BFH y a los espacios de reunión y de eventos que ofrece en su sede en el Passeig de Gràcia de Barcelona.

“Esta alianza estratégica es un paso hacia delante para el BFH. La entrada de EFPA nos permite sumar experiencias y acercarnos a una comunidad clave dentro del ecosistema financiero”, explica Quino Fernández, director del Barcelona Finance Hub by Aticco.

“Para EFPA España es muy enriquecedor alcanzar este acuerdo con un espacio tan innovador como lo es el Barcelona Finance Hub para el sector financiero. Esta colaboración tiene como objetivo fortalecer y maximizar los conocimientos de la industria a través de iniciativas que potencien la formación de los asesores financieros y les ayuden en su día a día con los clientes”, indica Andrea Carreras-Candi, directora general de EFPA España.

Desde su apertura oficial en julio, el Barcelona Finance Hub by Aticco cuenta ya con más de 100 miembros en su comunidad, entre profesionales autónomos, emprendedores y empresas dedicadas a la innovación financiera, así como partners y colaboradores.

México escala del 40º al 36º lugar en ranking global del Índice Anual de Jubilación de Natixis

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El año 2024 ha sido un periodo de relativa estabilidad en el ranking de pensiones y jubilaciones elaborado por Natixis, después del repunte de los mercados desarrollados registrado el año pasado.

Sin embargo, destaca el caso de México, país que registró un notable progreso en la edición 2024 del índice, al escalar del sitio 40 al 36. Lo anterior refleja una posición fortalecida en el índice de Finanzas en la Jubilación, con un 63%, y una mejora en el índice de Calidad de Vida, en el que se elevó a 64%.

La mejor posición en dicho índice, desde un 60% en 2023, destaca los esfuerzos continuos del país por reforzar el bienestar de sus jubilados. Estas mejoras colocan a México en una posición más competitiva, especialmente si se compara con los tres países a la cabeza del Subíndice, donde el promedio es 69.7% en Finanzas en la Jubilación y 86% en Calidad de Vida.

Y efectivamente, el avance de México en el índice de pensiones de Natixis y otros más, refleja ya los efectos de los cambios en el sistema de pensiones mexicano registrado en el sexenio.

Reforma de gran calado en el sistema de pensiones mexicano

La administración que está por concluir dentro de unos días, a cargo del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), llevó a cabo en 2021 la primera reforma de gran calado del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), en 27 años, desde que inició el sistema de cuentas individuales en el SAR.

El gran cambio en dicha reforma consistió en impulsar de manera paulatina pero constante las tasas o cuotas de aportación, que se mantenían en un raquítico 6.5% del salario base de cotización de los trabajadores, hasta niveles de 15% hacia el año 2030, el mayor porcentaje de dicho ajuste recayó en la parte patronal (las cuotas de aportación al SAR en México son tripartitas: gobierno, trabajadores y patrones), ese fue quizás otro de los éxitos del gobierno, al no recargar en los trabajadores el aumento del ahorro para su retiro.

La reforma de gran calado permitirá en teoría elevar las pensiones de los trabajadores de un nivel promedio de 45% a uno de hasta 80% del salario registrado al momento de la jubilación, sin duda un cambio relevante. Pero el gobierno fue más allá y en una estrategia que sorprendió a todos fundó el año pasado un fondo especial para el retiro.

Fondo de Pensiones para el Bienestar, la otra parte de la estrategia

El Fondo de Pensiones para el Bienestar fue delineado e inició operaciones en unos cuántos meses; su aparición despertó inquietud en un inicio, sobre todo por lo que sería el origen de sus fuentes de financiamiento, concentrada en los recursos de los trabajadores con 70 años de edad y más, que no se habían jubilado, lo que representaba alrededor de 45,000 millones de pesos (2,308 millones de dólares), algo que fue calificado por lo especialistas como riesgoso e incluso ilegal.

Pero la propia ley del SAR contemplaba desde hace años la entrega de los recursos de los trabajadores que cuentan con 70 años de edad y más, para ser administrados en un fideicomiso en manos del Banco de México, cuya única obligación era y es solamente esa, la de administrar los recursos.

Así, el Fondo de Pensiones para el Bienestar inició operaciones en julio pasado; en realidad funciona más como un fondo complementario para las pensiones, y no tanto como un fondo de pensiones. Los trabajadores que ganan hasta 16,777 pesos mensuales ( 860.35 dólares), reciben en caso de pensionarse un monto que complementa lo que cobran como tasa de reemplazo, de modo que su pensión corresponde al 100 por ciento del salario reportado al momento de la jubilación.

Sin embargo, este fondo tiene algunas limitantes; la primera de ellas es el salario mencionado de 16,777 pesos, otra más consiste en que es exclusivo para los trabajadores de la ley 1997 y deja fuera a aquellos que cotizan bajo la ley 1973, que todavía son muchos millones de mexicanos. Una limitante adicional es lo ya señalado respecto a sus fuentes de financiamiento, según expertos este fondo tiene recursos para un periodo máximo de entre 5 y 10 años, por lo que en la administración que inicia en octubre deberán encontrar soluciones para incrementar sus recursos.

Lo que es un hecho es que en la administración que concluye el próximo 1 de octubre, fueron notorios los cambios al sistema de pensiones del país, algo no visto en décadas y que ya se refleja en los índices globales, aunque México todavía está muy lejos de los primeros sitios.

Los mejores del mundo

Los mejores sistemas de pensión del mundo según el índice de Natixis están encabezados por Suiza , con una puntuación perfecta en el indicador de desempleo, lo que refleja la asombrosa participación del sector obrero.

Islandia mantiene su 3er sitio por segundo año consecutivo a pesar de experimentar caídas en la mayoría de los subíndices. Notablemente, Islandia registró una baja en el de salud en siete posiciones (de los primeros 10 al 11ro) incluso después de un leve aumento en su puntuación.

Noruega ha visto una caída en el subíndice de Bienestar Material del primer lugar al 6to, y en el de Finanzas en la Jubilación, quedando fuera del top 10 en dicho subíndice y ocupando el 12do lugar debido a caídas en el indicador de presión fiscal, dependencia en la vejez y gobierno corporativo.

Luxemburgo sube cuatro puntos porcentuales para ganar el primer lugar en el subíndice de Salud, impulsado por un aumento en su puntuación de esperanza de vida, superando a Noruega que ocupaba anteriormente dicha posición.

Eslovenia y Bélgica suben cuatro puntos en el ranking, y Bélgica se eleva al 15to desde el 19no lugar, mientras que Eslovenia se queda fuera del top 10 en el lugar 11 desde un 15to.

Irlanda ocupa el primer lugar en el subíndice de Finanzas en la Jubilación, luego de mejorar su puntaje en un punto porcentual al 74% gracias a una estable reducción de la deuda gubernamental. Por su parte Reino Unido escala dos lugares en el índice de este año al 14to, debido a las ganancias en el subíndice de Salud, con puntuaciones sin cambio en el resto de los subíndices.