Banca March se une a Banque Syz para reforzar su oferta de gestión alternativa

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Pixabay CC0 Public Domain. Banca March se une a Banque Syz para reforzar su oferta de gestión alternativa

Banca March lanza, en colaboración con Syz Asset Management, un nuevo fondo de fondos que invertirá en vehículos centrados en activos alternativos con el objetivo de poner a disposición de los partícipes mercados y activos diferenciales en condiciones ventajosas, con el fin de ampliar las posibilidades de diversificación y de creación de valor para sus carteras.

Banca March compartirá con Syz Asset Management la visión de mercado que la gestora tendrá en cuenta a la hora de construir la cartera de BM Alternativos. La visión en renta variable de Banca March determinará el peso que el patrimonio del fondo tenga en estrategias de Equity Hedge (Long/Short Equity con exposición neta a renta variable).

BM Alternativos dará acceso a los inversores a una serie de vehículos exclusivos, con estrategias de inversión que pretenden obtener rentabilidades más allá de los activos tradicionales y a través de los distintos ciclos de mercado. Con un objetivo de rentabilidad de Euribor más 3%, sus gestores tienen previsto invertir el patrimonio en fondos UCITS con estrategias de tipo equity hedge, event driven, global macro o relative value.

Nuevos productos innovadores

El acuerdo llega en un momento de retos para el asesoramiento patrimonial, en el que los bajos tipos de interés reducen las oportunidades de los activos tradicionales. En los últimos 18 meses, Banca March ha ampliado su oferta de soluciones a través de nuevos productos con los que ofrece a los clientes nuevas alternativas a la liquidez y a la limitada rentabilidad que ofrece hoy la renta fija.

“Este año ha sido clave en la inclusión de nuevos productos y servicios con los que completar la oferta de la entidad y dar respuesta a las nuevas necesidades de nuestros clientes. En un entorno de bajos tipos de interés y desaceleración económica, se hace cada vez más difícil encontrar rentabilidades atractivas, por lo que la diversificación de carteras y la gestión alternativa son fundamentales. La incorporación de nuevas opciones, gestionadas y analizadas por el excelente equipo de profesionales con el que contamos, permitirán al cliente acceder a vías de inversión diferentes sin renunciar a la prudencia y enfoque a largo plazo que caracterizan a Banca March”, asegura Juan Antonio Roche, director de producto de Banca March.

Gestión alternativa frente a los activos tradicionales

Banca March ha incorporado a su universo de inversión una serie de hedge funds bajo el marco UCITS —el pasaporte europeo de fondos de inversión— con los que cubre el espacio de rentabilidad-riesgo situado entre los bonos y la bolsa, que se ha visto parcialmente vaciado como consecuencia del movimiento de los tipos de interés en todos sus plazos y de los diferenciales de crédito.

La alianza con Banque Syz se une al acuerdo de asesoramiento anunciado el pasado septiembre entre Banca March y K2 Advisors, boutique estadounidense especializada en gestión alternativa perteneciente a Franklin Templeton, que también pone al alcance de los clientes de banca patrimonial y banca privada de Banca March una amplia selección de fondos que hasta ahora eran accesibles solo a inversores institucionales. Se trata de fondos UCITS y hedge funds a los que los clientes de Banca March pueden acceder en condiciones ventajosas y que permitirán ampliar las posibilidades de diversificación y de creación de valor para sus carteras. En virtud del acuerdo, Banca March accede al asesoramiento especializado de K2 Advisors en materia de construcción de carteras con fondos de gestión alternativa y hace uso de sus herramientas de monitorización y control de riesgo, siempre bajo las directrices de Banca March, que mantendrá sus criterios de rentabilidad, volatilidad o riesgo.

700 millones en proyectos de coinversión en economía real

En los dos últimos años Banca March ha reforzado sus propuestas de coinversión con ocho nuevos proyectos de economía real por un importe total de 700 millones de euros. Se trata de inversiones que tratan de aprovechar la prima de iliquidez existente en la economía no cotizada, y que se han concretado en los sectores de logística, inmobiliario, hoteles y seguridad, abarcando así una amplia diversidad de activos y geografías.

Durante la primera parte de 2019, Banca March ha expandido la inversión en capital riesgo, la clase de activo que mayor peso concentra en la historia de la coinversión, concretamente en el ámbito internacional, con la participación en Carlyle Europe Partners V, quinto fondo europeo de Carlyle. Esta inversión supone la primera iniciativa de coinversión en el capital de compañías no cotizadas fuera de España y Portugal, y tendrá continuación a lo largo de los próximos años con estrategias y geografías adicionales. Se ha incrementado asimismo la apuesta por la participación en el capital de compañías no cotizadas mediante un proyecto compartido por Corporación Financiera Alba por el que se invirtió en el capital de Verisure, líder europeo en el segmento de alarmas monitorizadas en el ámbito doméstico y de pequeño negocio. También se han reforzado las estrategias nicho de financiación alternativa —no cotizada— concretamente a través del tercer vehículo de inversión de Oquendo, destinado a financiar proyectos de crecimiento de compañías españolas mediante deuda mezzanine. En el ámbito logístico, se han invertido junto a Pavasal proyectos de promoción de una decena de naves logísticas de dimensiones relevantes para acomodar las nuevas necesidades de los operadores logísticos actuales. Estas promociones, centradas en Madrid, Barcelona y Valencia, suponen mejoras adicionales en las vías de acceso a las ubicaciones y entorno de los activos desarrollados, así como la generación de empleos de carácter permanente.

En otro tipo de inversiones inmobiliarias, Banca March participa, junto a Azora, en la Socimi Adriano Care, que tiene por objetivo adquirir residencias geriátricas para su alquiler a operadores de prestigio en los principales núcleos urbanos de España. Por último, Banca March ha acometido la segunda participación en el sector de compañías tecnológicas europeas, invirtiendo en el quinto fondo de Atomico, grupo inversor relevante en el ecosistema europeo, concretamente en Series A y posteriores.

BBVA lanza su primer plan de pensiones sostenible

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Pixabay CC0 Public Domain. BBVA lanza su primer plan de pensiones sostenible

BBVA ha lanzado su primer plan de pensiones individual gestionado con criterios de inversión socialmente responsable (ISR), BBVA Plan Sostenible Moderado ISR. Según la entidad, se trata de una alternativa para canalizar el ahorro de cara a la jubilación, intrínsecamente ligado al largo plazo, horizonte donde “se maximizan los beneficios de la inversión sostenible”. Estará gestionado por el equipo de Asignación de Activos de BBVA Asset Management.

El nuevo plan de pensiones sostenible de BBVA se une a la gama de fondos de inversión ISR con los que ya contaba la entidad en España, conformada por un fondo multiactivo conservador (BBVA Futuro Sostenible ISR) y un fondo de renta variable internacional (BBVA Bolsa Desarrollo Sostenible). Además, el plan incorpora filtros rigurosos en todas las clases de activos para solo invertir en los de mayor calidad y menor probabilidad de eventos negativos en el corto y largo plazo.

BBVA Plan Sostenible Moderado ISR está destinado a ahorradores con fecha de jubilación lejana y perfil de riesgo moderado, ya que invierte entre un 30% y un 50% en activos bursátiles para aprovechar el potencial de la renta variable en el largo plazo.

A la hora de elegir los activos en cartera, el gestor aplicará criterios de inversión socialmente responsable en busca de compañías con buenas perspectivas ISR. La medición de estos criterios se realiza a través de MSCI ESG Research, una compañía independiente de calificación de empresas comprendidas en el universo inversor del índice MSCI World.

“Invertir con criterios ISR es rentable y genera beneficios a largo plazo con un nivel de riesgo más controlado. La inversión sostenible ha sido muy importante en los últimos cinco años y lo va a ser más en los próximos años por la futura demanda, la creciente aceptación en la comunidad inversora, la regulación y las necesidades de los clientes, cada vez están más enfocadas en la sostenibilidad. La inversión sostenible no es una moda: nos parece una manera sensata y racional de invertir”, añade Alberto Estévez, responsable de Inversión Socialmente Responsable en BBVA AM.  

«Es la economía, idiota»

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Pixabay CC0 Public DomainSharon McCutcheon. Sharon McCutcheon

Tan cierto hoy como cuando el eslogan fue acuñado por el estratega de la campaña presidencial de Bill Clinton de 1992, la salud de la economía estadounidense tendrá un papel esencial a la hora de dilucidar quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca.

Como en cualquier juego de cartas, la suerte también interviene y Trump está demostrando tener más que la mayoría. Clinton consiguió su famosa victoria contra George W. Bush con su promesa de dinamizar una economía renqueante. Aunque el rival demócrata al que se enfrentará Trump podrá sin duda utilizar una desaceleración de la economía estadounidense en 2020, las expectativas en el mercado de una recesión en toda regla el próximo año podrían acabar mostrándose equivocadas. La economía estadounidense tiene más probabilidades de seguir avanzando lentamente, una visión compartida por los economistas del FMI, que pronostican un crecimiento del 2,1 % en 2020, frente al 2,4 % previsto para este año (1).

Sin embargo, existe la sensación —plenamente fundada— de que las perspectivas de crecimiento de EE.UU. siguen siendo frágiles a tenor de la desaceleración económica mundial que estamos experimentando (provocada en parte por las políticas proteccionistas de Trump, ejemplificadas en la guerra comercial con China, entre otras) y que probablemente se prolongue hasta 2020 y más allá. De hecho, con independencia de cómo se desarrollen las elecciones del año próximo, la actitud beligerante de Trump hacia China desde que asumió la presidencia ha alimentado una rivalidad competitiva entre los dos países que definirá el panorama económico y político mundial durante el futuro próximo.

En cuanto a las perspectivas actuales en torno al crecimiento mundial, resulta preocupante que a los bancos centrales de la mayoría de los países occidentales les queda poca munición para contrarrestar una desaceleración acusada. Los tipos de interés se mantienen en mínimos históricos y si bien el Banco Central Europeo (BCE) indicó que reactivaría su programa de compra de bonos, en otras regiones hay poco interés en seguir su ejemplo. El presidente saliente del BCE Mario Draghi ha hecho un llamamiento a los gobiernos de la zona euro para que aumenten su gasto público en apoyo de sus economías. Ciertamente es la vía que plantea menos resistencia y probablemente sea atractiva para los políticos que buscan la reelección, como hemos visto en el Reino Unido con los grandes compromisos de gasto que ha asumido no solo el Partido Laborista, sino también un Partido Conservador que en el pasado abogó por la austeridad. Un aspecto importante es que incluso el FMI parece estar alentando estos días un aumento del gasto público en los países en los que “la actividad se ha debilitado o podría desacelerarse con fuerza” y donde “el margen para relajar la política monetaria es reducido”(2).

Una deuda para la posteridad

Salir del bache a golpe de gasto no es nada nuevo, pero la idea surge en un momento en el que la deuda media de las grandes economías del mundo supera el 70% de su PIB, lo que supone su nivel más alto de los últimos 150 años, si se exceptúa el pico que coincidió con la Segunda Guerra Mundial (3). Atender esta deuda no es un problema cuando los tipos de interés son bajos, pero puede convertirse rápidamente en un dolor de cabeza si los tipos empiezan a subir y el crecimiento se disipa. En la última edición de su informe de estabilidad financiera, el FMI calcula que una desaceleración económica tan solo la mitad de grave que la que vivimos durante la crisis financiera de 2007-2008 podría colocar en riesgo de impago hasta el 40% de la deuda corporativa en circulación en las grandes economías del mundo: unos mareantes 19 billones de dólares (4). La sostenibilidad de semejantes niveles de deuda en un momento en el que la economía mundial está frenándose sigue siendo una cuestión de primer orden para 2020 y años posteriores.

Podría parecer que el panorama es desolador si no fuera por el hecho de que la mayoría de las economías occidentales ha aguantado bastante bien ante un mundo cada vez más inestable e incierto. Si nos fijamos en el Reino Unido, por ejemplo, la economía ha dado muestras de resistencia a pesar de ese culebrón nacional llamado Brexit. Los agoreros podrían argumentar que el país todavía tiene que salir de la Unión Europea, por lo que es demasiado pronto para calibrar el impacto real. Es un argumento válido, pero creo que es poco probable que asistamos al escenario catastrófico que muchos pronosticaron inmediatamente después del referéndum británico. En cuanto a EE.UU., el desempleo está próximo a su nivel más bajo de los últimos 50 años y sigue observándose un aceptable crecimiento del empleo, si bien este se ha moderado recientemente. Aunque han surgido dudas en torno a la inseguridad laboral, sobre todo en la denominada gig economy o economía a demanda y ante el mayor porcentaje de trabajadores estadounidenses que no participan en la economía, el cuadro general sigue siendo alentador. Entretanto, la inflación, que fue el azote de los sistemas económicos en las décadas de 1970 y 1980, se ha domeñado hasta el punto de que nos encontramos buscando formas de insuflar inflación en nuestras economías, a menos, obviamente, que seas Argentina.

Entre las buenas noticias, surgen obviamente áreas de inquietud. La actividad manufacturera mundial aminora desde hace varios meses, a pesar de que el ritmo de descenso se ha suavizado ligeramente, mientras que las exportaciones mundiales registraron su segunda caída más rápida desde 2012, con Alemania a la cabeza (5). En lo que respecta a China, la segunda mayor economía mundial, el crecimiento del PIB se ha hundido hasta mínimos de casi 30 años, lo que ha suscitado dudas sobre su capacidad para contribuir a reactivar el crecimiento mundial, como hizo después de la crisis financiera mundial de 2007-2008.

Sacar el máximo partido al ciclo electoral

En realidad, todos estos datos económicos sugieren que la economía mundial se encuentra cerca de su cima: son posibles tanto una continuación del crecimiento moderado como una grave contracción. Y enfrentarse a esa encrucijada es particularmente complicado en un año electoral en EE.UU. Los inversores pueden encontrar cierto alivio en la evolución histórica de la bolsa en el periodo anterior a unas elecciones presidenciales estadounidenses. De acuerdo con un estudio de los ciclos electorales entre 1952 y 2000, un inversor con una cartera que replicara el índice S&P 500 durante los 27 meses anteriores a unas elecciones estadounidenses (desde el 1 de octubre del segundo año de un mandato presidencial hasta el 31 de diciembre del año electoral) habría registrado importantes ganancias; así, el valor de su cartera se habría incrementado entre un 16% y un 70%, dependiendo del año electoral. Como contrapunto útil, el mismo estudio concluyó que los mercados bajistas, definidos como un descenso del 15% o más en el valor del S&P 500, históricamente suelen darse en el primer y segundo año de los mandatos presidenciales [6]. Este último punto es aún más pertinente, si cabe, a tenor de la duración del mercado alcista actual.

En un año de elecciones en EE.UU., es inevitable que la figura polarizadora de Donald Trump domine la actualidad informativa y continúe ejerciendo una influencia perturbadora en los mercados mundiales. La política siempre ha tenido la capacidad de distraer y desviar la atención de los fundamentales, y la rivalidad continua entre EE.UU. y China seguirá influyendo en los mercados durante muchos años. Así las cosas, no se debe subestimar la importancia de fundamentar las decisiones de inversión en estudios y análisis sólidos.

Columna de Edward Bonham Carter, vicepresidente de la gestora Jupiter Asset Management

 

Anotaciones:

(1) FMI, World Economic Outlook, octubre de 2019

(2) FMI, World Economic Outlook, octubre de 2019

(3) FT/Deutsche Bank Research, septiembre de 2019

(4) FMI, Informe sobre la estabilidad financiera mundial, octubre de 2019

(5) IHS Markit, Global PMI report, octubre de 2019

(6) Presidential Elections and Stock Market Cycles, Marshall Nickles Edd, 2004, Graziadio Business Review

Es el momento de preocuparse tanto de la política como de los programas de expansión cuantitativa

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Durante muchos años, la actuación de los bancos centrales ha tenido una posición de influencia dominante en el mercado, llevándonos a niveles de rendimiento y valoraciones que habrían parecido inimaginables hace unas décadas. Según indica Andy Chorlton, CFA, responsable de inversión en renta fija estadounidense Multi-sector en Schroders, los bancos centrales han llevado el precio del riesgo y el precio de la liquidez a niveles cada vez mucho más caros.

Podría decirse que, en la actualidad, los bancos centrales siguen teniendo la misma influencia que en la última década. El Banco Central Europeo se ha embarcado en otro programa de compra de bonos por un total de 2,6 billones de euros y las operaciones de la Reserva Federal en el extremo frontal de la curva de rendimiento son tan solo otro nuevo programa de expansión cuantitativa.

Las razones oficiales, en la opinión de Schroders, parecen ser técnicas y sirven para desbloquear los bloqueos alcanzados en el sistema, pero la ventaja adicional es que una curva de rendimientos más pronunciada disminuye el riesgo de incurrir en una profecía autocumplida, ¡desencadenada por la conversación incesante sobre curvas de rendimiento invertidas!

Sin embargo, con el inventario de la deuda en terreno de rendimiento negativo, actualmente en torno a los 15 billones de dólares y en Schroders creen que existe un fuerte argumento para sugerir que la influencia de los bancos centrales en los mercados desarrollados puede haber alcanzado su punto máximo.

El bastón ahora se pasa a los políticos, que serán clave para romper un clico de crecimiento global mediocre. Desde el punto de vista de Schroders, la transición desde una narrativa dominada por los bancos centrales a otra en la que domine la política inherentemente conlleva sus riesgos, algo que puede no estar reflejándose en su totalidad en los precios del mercado (ver gráfico 1).    

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La avalancha de “dinero gratis” ha tenido varios efectos en los mercados financieros y los propietarios de activos financieros, mientras que el impacto en la economía real es menos claro. Los rendimientos se han derrumbado en los mercados de renta fija, revalorizando el riesgo, empujando a muchos inversores a áreas de riesgo previamente desconocidas. Por ejemplo, los emisores de deuda high yield corporativa y Grecia han emitido nuevos bonos con tasas de interés negativas.  

Esto se está moviendo realmente a los reinos de lo absurdo. Es cuestionable si la tolerancia al riesgo de los inversores ha cambiado o la búsqueda de rendimiento no conoce límites ni riesgos. Un ejemplo de las expectativas de rendimiento de los inversores puede verse reflejado en la Encuesta Global a Inversores de Schroders de 2019. Las expectativas de rendimiento en los próximos cinco años en la región Américas fueron de 12,4%, un 11,5% para Asia y un 9% en Europa.

Es complicado asimilar un rendimiento de un 9% en un entorno en el que los rendimientos de los bonos del gobierno alemán a 30 años no ofrecen una rentabilidad mucho mayor a 0 y en el que el índice de la deuda de grado de inversión ofrece un rendimiento tan solo unos puntos básicos mayor. Esta dinámica es la fuerza impulsora que se encuentra detrás de la tasación errónea del riesgo en los mercados financieros.

Los economistas y los científicos sociales a menudo hablan de consecuencias no deseadas; parece que el refuerzo de los mercados financieras es la consecuencia prevista, o al menos, el claro impacto de la expansión cuantitativa, la sorpresa sería si realmente hace algo que estimule el crecimiento económico real. En resumen, esto ha resultado en unas expectativas de rendimiento mayores, mientras que el crecimiento económico real se ha desacelerado (ver gráfico 2).

Gráfico 2

Si el programa de expansión cuantitativa no cumple con su objetivo y disminuye el impacto en otras áreas en las que continúa afectando, algo debe ocupar su lugar. Pensar que los políticos podrían ser también la respuesta, es un pensamiento que se siente extraño, y probablemente sea la primera y la última vez que Andy Chorlton se expresa en estos términos, 

Durante su última comparecencia como presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi hizo eco de alguno de sus comentarios previos sobre los límites de la política monetaria y de la necesidad de que los gobiernos desempeñen su papel con medidas de gasto fiscal. Al reconocer que “las bajas tasas de interés no están proporcionando el mismo nivel de estímulo que en el pasado”, Draghi entregó el bastón a los políticos. Parece que el nombramiento de Christine Lagarde, abogada en lugar de economista, como nueva presidenta del BCE pudiera ser una indicación más del giro y una señal clara de que el próximo intento de solución será político. La influencia de los políticos es obviamente significativa, pero es necesario centrarse en dos áreas en las que pueden tener un impacto instantáneo y significativo: en primer lugar, una expansión fiscal, en segundo, en cuestiones geopolíticas.

Hace una año, el equipo de economistas de Schroders identificaron las fuerzas económicas y disruptivas que ellos pensaban que iban a dar forma a la siguiente década de inversiones, las “verdades ineludibles”. Las cuestiones geopolíticas fueron señaladas como un factor disruptivo.

Como término, es bastante amplio, pero por lo general suele hacer referencia a las amenazas políticas, económicas o militares que pueden afectar el estatus quo. En el gráfico 3 se muestran los 14 principales eventos geopolíticos desde 1985. Lo que destaca es que los 12 primeros episodios de mayor riesgo político fueron de naturaleza terrorista o militar, pero la naturaleza de los dos más recientes ha sido económica.

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Corriendo el riesgo de simplificar demasiado complejos problemas en torno al comercio o la autodeterminación política (Brexit o Cataluña), económicamente podrían verse como heridas autoinfligidas. La atmósfera de incertidumbre en Europa y el Reino Unido, causada por el tema prolongado, pero sin resolver del Brexit, reduce compresiblemente la confianza económica y afecta a la inversión futura. De forma similar, el flujo de noticias volátiles en Estados Unidos sobre la disputa comercial con China y el proceso del impeachment tienen un efecto similar. Estos no son eventos aislados.

La independencia de Escocia volverá a la política agenda tras el Brexit, y hay un numerosos países europeos cuyo paisaje político está cambiando drásticamente -en España han afrontado su cuarta elección en 4 años y Reino Unido sus terceras elecciones desde 2014. Cuestiones como esta son a menudo utilizadas para activar al electorado y ejecutarlas o no por el elegido, pero es la incertidumbre la que impacta sobre la confianza de las empresas y de los consumidores por igual.

El conflicto entre Estados Unidos y China es complejo e incluye elementos de seguridad nacional y propiedad intelectual. Se deriva de las renegociaciones del TCLAN al USMCA y sin duda será seguido por un enfoque en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Europa. Al igual que con los cambios descritos en Europa, el detalle de la negociación pocas veces es el problema, fuera de en industrias específicas. La cuestión real es el sentimiento de incertidumbre constante; las corporaciones quieren cierta estabilidad a corto y mediano plazo para comprometerse con cualquier inversión comercial significativa, uno de los motores del crecimiento futuro. Estos problemas no son tan específicos de Europa o América del Norte. Las mismas presiones del populismo y la antiglobalización se sienten en todo el mundo. Sin embargo, con la capacidad de la política monetaria limitada a mantener la trayectoria actual cuando ocurren eventos geopolíticos, su efecto ahora es aún más dudoso. Los políticos como mínimo, deben trabajar duro para dar una base estable a partir de la cual las economías puedan construir. La estabilidad no es suficiente.      

La política también debe proporcionar un catalizador para un cambio positivo, que es donde entra en juego la política fiscal. El presidente Trump tomó la iniciativa al principio de su mandato para proporcionar un impulso en la economía, pero hasta ahora parece haber proporcionado un impulso temporal en un lugar de algo más sostenible. Los comentaristas argumentarán que debería haber mantenido su pólvora a resguardo para el momento en el que fuera realmente necesario, o de forma alternativa, que era la idea correcta, pero insuficiente dado el contexto de bajo crecimiento en Europa, China y el resto del mundo.

Una segunda ronda de expansión fiscal puede ser más difícil de cumplir políticamente al menos antes de 2020, y el enfoque sobre el déficit de algunos políticos, incluso dentro del partido republicano puede impedirlo. Sin embargo, en ambos lados del pasillo político tienden a ponerse de acuerdo sobre la infraestructura, que bien puede ser la forma más aceptable de impulsar más el gasto gubernamental. Entonces, ¿cómo afecta esto a los inversores en los bonos? La única forma en que las valoraciones actuales en renta fija tienen sentido, especialmente en el crédito corporativo dado su pobre contexto fundamental es debido a las acciones de los bancos centrales: tasas bajas y programas de expansión cuantitativa. Es muy cuestionable si estas valoraciones pueden sostenerse sin que los políticos se hagan responsables de su papel en el entorno económico. Los obstáculos para que puedan actual y que sigan siendo elegidos son importantes. Por lo menos, llevarán un tiempo para ser superadas.

Perspectivas:

Después de haber añadido algo de riesgo creditico a principios de este año tras la fuerte venta de 2018, en Schroders ahora han cerrado el círculo con el valor en los sectores crediticio y municipal, que una vez más se están acercando a los niveles más caros desde la era posterior a la crisis. En un entorno de crecimiento más lento, mayor apalancamiento y ganancias anémicas, en Schroders sugieren abordar la asignación de activos con un mayor grado de precaución.

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En la actualidad, por el contrario, en Schroders creen que, ciertos sectores como los títulos securitizados y más específicamente los títulos respaldados por hipotecas, parecen ofrecer más valor. Con los diferenciales cotizando en el extremo más barato de las valoraciones a más largo plazo y un consumidor optimista que sustenta los fundamentales, este es un sector al que a Schroders le complace asignar capital.

El mercado crediticio continúa estancado en un tira y afloja entre valoraciones costosas y el deterioro de la demanda extranjera fundamental frente a la aparentemente implacable. Sin embargo, como se sabe, la demanda es un amigo inconstante, y en Schroders están felices de usar períodos continuos de fuerza para prepararse para un clima más tormentoso.

Identificando catalizadores para el cambio en los mercados de bonos europeos

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Pixabay CC0 Public Domain. La estrategia de AllianceBernstein

Los inversores en bonos europeos se enfrentan a un dilema: los rendimientos se encuentran aparentemente anclados a niveles bajos, pero es probable una mayor volatilidad de precios. En este entorno, AllianceBernstein está buscando “catalizadores” para hallar oportunidades en un mercado complicado.

En un artículo reciente, la gestora advierte de que la política monetaria y las fuerzas macroeconómicas han creado condiciones complicadas para los inversores en los mercados europeos de renta fija. “Los rendimientos de los bonos gubernamentales de la Eurozona han caído considerablemente y, con el BCE extendiendo su programa de flexibilización cuantitativa (QE) y empujando los tipos aún más a territorio negativo, es difícil que exista un detonante para un movimiento sostenido al alza”.

Mientras, el crecimiento económico está perdiendo impulso, por lo que la entidad ha reducido sus previsiones globales y cree que el crecimiento podría desacelerarse aún más. “Las tensiones comerciales y la desglobalización probablemente sigan pesando sobre el sentimiento”, apunta. En esta situación “cada vez más compleja”, los mercados se han vuelto muy sensibles al flujo de noticias sobre macroeconomía y política, por lo que espera “movimientos bruscos” entre las fases optimistas «risk on» y pesimistas «risk off».

La larga duración parece menos atractiva

“Los insistentes llamamientos del BCE al estímulo fiscal indican que tiene un alcance limitado para nuevos recortes de tasas y que no se puede confiar en un QE adicional para impulsar el crecimiento”, señala AllianceBernstein. Esto no significa que la era de los rendimientos ultra bajos haya terminado: la probabilidad de aumentos coordinados del gasto público en la Eurozona es baja y, en consecuencia, el riesgo de que los rendimientos de los bonos gubernamentales adopten un sesgo positivo permanente, leve.

“Creemos que ahora se puede ganar más con un enfoque ágil, que identifique los catalizadores para el cambio entre regímenes ‘risk-on’ y ‘risk-off’ y, en consecuencia, gestione dinámicamente las posiciones de la cartera”, asegura.

Centrarse en crédito de mayor calidad

Ciertas partes del mercado parecen hoy especialmente vulnerables, advierte la gestora. “Por ejemplo, una combinación de crecimiento bajo con posibles shocks comerciales y políticos es potencialmente muy adversa para los bonos high yield CCC. Por el contrario, a pesar de los rendimientos visualmente bajos, los bonos de mayor calidad crediticia parecen relativamente atractivos en los niveles actuales en un contexto en el que se espera menor crecimiento”.

Mercado europeo de bonos

Los bonos globales investment grade (IG) ofrecen tanto retornos relativamente estables como un rendimiento positivo; y, aunque los spreads son modestos en relación con estándares históricos, aún ofrecen ingresos positivos frente a los rendimientos negativos de la mayoría de los bonos gubernamentales de la zona euro. Según AllianceBernstein, esto es atractivo para inversores reacios al riesgo y hambrientos de un poco de rendimiento.

A su juicio, los inversores deben ser precavidos con la sobreexposición a las partes con menor calificación del mercado de high yield y optar por una exposición crediticia más equilibrada que brinde protección contra las retiradas. “Al mismo tiempo, la disparidad en las valoraciones presentará buenas oportunidades: los inversores ágiles deben estar pendientes de los catalizadores para los cambios en el estado de ánimo del mercado”.

Catalizadores potenciales

Al analizar los catalizadores más probables, la gestora apunta que cierta cantidad del riesgo de Brexit ya ha sido valorada por los mercados del Reino Unido. Un «Brexit duro» probablemente resultaría en nuevas caídas de precios y algunas buenas oportunidades de compra, particularmente en bonos emitidos por bancos británicos. “Tras un largo periodo de eliminación de riesgos de sus negocios y reconstrucción de sus balances, son relativamente resistentes a los shocks y, si los diferenciales de sus bonos se ampliaran tras un Brexit duro, representarían un valor atractivo”, destaca.

“Un aumento significativo en los rendimientos de los bonos gubernamentales, impulsado por las expectativas de una política fiscal impactante, sería una fuerte señal de compra”, afirma AllianceBernstein. En su opinión, esto se debe a que la probabilidad de estímulos fiscales efectivos y de que la economía de la zona euro se recupere rápidamente es baja. Los diferenciales de IG más amplios también se verían muy atractivos.

A medida que nos acerquemos a final de año, la entidad cree que aumentan las posibilidades de una fase “risk off”. El Brexit, las tensiones comerciales EE.UU.-China y Oriente Medio podrían ser catalizadores, justo cuando la liquidez está disminuyendo antes de las vacaciones y los bancos centrales ya han usado la mayor parte de su munición.

“Esa combinación poco atractiva de factores podría crear un valor significativo para los inversores ágiles y bien preparados, con un enfoque de inversión dinámico que ofrezca rendimientos positivos al tiempo que proteja contra grandes retiradas”, sentencia.

AB European Income

Con todo, la gestora recomienda su estrategia AB European Income, que busca generar un elevado retorno absoluto, maximizando los ingresos y logrando la apreciación del capital. Para ello, emplea un enfoque multisectorial hacia la renta fija europea, mediante una cartera diversificada de bonos corporativos y gubernamentales de la región (también investment grade), con flexibilidad para invertir en emisores no europeos. La estrategia equilibra de manera dinámica activos de renta fija de mayor rendimiento en euros con bonos gubernamentales de menor riesgo “para generar rentabilidad a partir de distintas fuentes”.

J.P.Morgan reorganiza su unidad de gestión patrimonial en EE.UU.

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Kristin Lemkau. J.P.Morgan reorganiza su unidad de riqueza en EE.UU.

Kristin Lemkau fue nombrada directora general de la nueva división de Wealth de J.P. Morgan en los Estados Unidos, la cual reúne a los aproximadamente 450 brokers de J.P.Morgan Securities con sus 4.000 asesores y los empleados del negocio de corretaje en línea YouInvest del banco.

Lemkau, hasta ahora directora de marketing del banco, comentó en su cuenta de Twitter: «Estoy humildemente emocionada y lista para llorar por la fe que esta compañía ha tenido en mí. Sí, me lo he ganado. Pero siempre estaré agradecida de haber tenido la oportunidad de hacerlo. Al equipo de $JPM y nuestros clientes: les daré todo lo que tengo».

Lemkau reporta a Gordon Smith, director ejecutivo de la división de banca comunitaria y de consumo y copresidente de la compañía bancaria matriz. Ella formará parte del comité operativo del banco de consumo y del comité operativo de la división de gestión de activos y patrimonios que dirige Mary Callahan Erdoes.

David Frame continuará dirigiendo el banco privado en Estados Unidos y la banca privada internacional continuará de manera similar bajo la supervisión de Nicolas Aguzin.

Chris Harvey seguirá siendo el jefe del negocio principal de corretaje minorista del banco y reportará a Lemkau. El jefe de Chase Wealth Management, Eric Tepper, y Kelli Keogh, jefe de gestión de patrimonio digital, también reportan a ella.

El objetivo de la reorganización es aumentar la participación del gigante bancario en el mercado de riqueza global a través de una supervisión de gestión más centrada donde JP Morgan tiene aproximadamente una participación del 1% en el mercado de alto valor neto y una participación del 8% en el mercado de UHNW.

De acuerdo con AdvisorHub, los cambios no afectarán las políticas de compensación, las bases de clientes objetivo o las plataformas de productos para asesores financieros, pero podrían permitir que J.P.Morgan Securities aumente ligeramente su número de brokers, quienes son compensados según su producción de ingresos, mientras que sus banqueros privados son compensados con una fórmula de salario más bonificación.

 

Los expertos valoran de forma positiva el acuerdo inicial alcanzado entre China y Estados Unidos

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Wikimedia Commons. Los mercados ven cada vez más próximo una acuerdo comercial entre China y Estados Unidos

Tras meses de titulares abordando las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el viernes los mercados se encontraron con una buena noticia casi de la noche a la mañana: los sólidos avances en las negociaciones y relaciones comerciales entre ambos países.

Lo que por ahora se conoce es que Donald Trump ha firmado el acuerdo comercial de la fase uno. Esto ha evitado que los aranceles que entraban el pasado domingo entrasen en vigor, es decir el 15% sobre 160.000 millones de dólares de productos chinos y una reducción del 50% del resto de impuestos que ya se están aplicando sobre 360.000 millones de dólares a importaciones chinas. “A cambio, China se comprometería a comprar más productos agrícolas americanos, a mejorar en temas de protección a la propiedad intelectual y a abrir el sector financiero chino a los bancos extranjeros”, recuerdan desde Renta 4 Banco.

Según explica Ignacio Dolz de Espejo, director de soluciones de inversión de Mutuactivos, Estados Unidos y China estarían a punto de firmar un acuerdo comercial. “En este, Estados Unidos reduciría los aranceles ya vigentes un 50% y no pondría en marcha las tarifas que deberían empezar a funcionar este domingo. China se habría comprometido a incrementar las importaciones de productos agrícolas norteamericanos y a ciertos compromisos con su moneda y el respeto a la propiedad intelectual”, apunta.  

Si finalmente se llega a un acuerdo, 2020 comenzaría con otro ánimo. “Este resultado tendría un impacto positivo para el mercado y el sentimiento de los inversores, ya que éstos lo verían como una señal positiva de que los responsables de la toma de decisiones son capaces de diferenciar entre la economía y la política. Queda por ver qué ocurrirá con los derechos de aduana ya existentes”, señala Xiadong Bao, gestor del equipo de renta variable global en Edmond de Rothschild Asset Management.

Pese al optimismo de esta noticia, Bao advierte que el enfrentamiento persiste en algunos campos como el tecnológico. “La confrontación entre las dos grandes potencias no debe entenderse geopolítica e ideológicamente, es decir como apoyo estadounidense a los manifestantes de Hong Kong, elecciones presidenciales en Taiwán, valioso aliado de Washington, críticas estadounidenses a los derechos humanos en la región autónoma de los uigures de Xinjiang”, añade Bao.

Tras lo titulares del pasado jueves por la noche, el dólar se suavizó. Según el análisis que hacen desde Monex Europe, el aplazamiento de los aranceles programados para el domingo y reduciendo el riesgo en los mercados globales. “Los mercados bursátiles a nivel global han experimentado un repunte favorable, resultante del renovado optimismo. Sin embargo, los inversores aún se mantienen de algún modo escépticos, en tanto la firma oficial del acuerdo no sea anunciada. Existen altas expectativas de que el comunicado pueda producirse en los próximos días, ocasionando un movimiento drástico en los mercados. Si bien el alivio de las tensiones comerciales entre los EE.UU. y China es beneficioso para la economía norteamericana”, reconoce en su último análisis.

Para los expertos de WisdomTree, las perspectivas económicas del próximo año estarán muy influenciadas por los pasos que vayan dando ambos países. “Si no logran llegar a un acuerdo, es probable que la economía mundial caiga en una recesión. Sin embargo, reconocemos que este es un año de elecciones presidenciales en los EE.UU., y aunque el presidente Trump está tratando de cumplir sus promesas electorales anteriores, incluido el endurecimiento del comercio, será reacio a inclinar la economía hacia una recesión en este punto crucial”, explican desde la firma. 

Por eso, según su valoración, lo más probable es que se busque llegar a un acuerdo aunque no sea de forma rápida. “Más cerca de las elecciones, los votantes lo recordarán como el hombre que salvó a la economía estadounidense del borde. Sin embargo, este es un juego de alto riesgo. China está perdiendo la paciencia. El país asiático ya se ha negado a reconocer que han alcanzado lo que Trump declara es una fase uno de un acuerdo comercial. Las consecuencias de este juego podrían ser catastróficas para la economía global”, advierten.

La era de la incertidumbre: ¿qué deberían tener en cuenta los inversores en 2020?

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Pixabay CC0 Public Domain. La era de la incertidumbre: ¿qué deberían tener en cuenta los inversores en 2020?

En opinión de Joseph Little, jefe global de estrategia de inversión de HSBC Global Asset Management, los inversores están “en la era de la incertidumbre”. Las incógnitas políticas y económicas y situaciones macroeconómicas sin precedentes complican sus decisiones de inversión. Ante este contexto, la cuestión clave es qué deberán tener en cuenta de cara al próximo año.

“Como inversores, debemos estar atentos. Hay una serie de grandes cuestiones sin resolver y una serie de otros acontecimientos políticos clave que podrían tener consecuencias adversas, o quizás mejores de lo esperado, para la macroeconomía y los mercados financieros”, advierte antes de compartir su visión para 2020.

En primer lugar sostiene que la gran lección de 2019 es que, aunque la incertidumbre siga siendo una característica predominante del sistema, “no deberíamos dejarnos seducir automáticamente por una estrategia de inversión prudente”. Muestra de ello es, según su argumento, que ir a por el dinero en efectivo a principios de 2019 parecía seguro y sensato, pero resultó ser muy costoso para los inversores.

Una reflexión que lanza pese a que el escenario de la gestora para 2020 es relativamente favorable: “Anticipamos un crecimiento lento y constante, una inflación baja, una política expansiva y un crecimiento de los beneficios de un solo dígito. En nuestra opinión, una recesión parece ser más un problema para 2021, o incluso más allá”.

Perspectivas sobre Estados Unidos y Asia

Para Little uno de los países que habrá que observar es Estados Unidos. Los últimos 18 meses se han caracterizado por un rendimiento macroeconómico extraordinario, pero para 2020 espera una ligera reversión de esa tendencia y cierta coincidencia en el crecimiento. “El impulso de los recortes fiscales se está desvaneciendo en EE.UU., la incertidumbre relacionada con la política comercial parece estar afectando a la inversión, y los indicadores del mercado laboral se están moderando. Sin embargo, la relajación de las políticas y la solidez de las finanzas de los consumidores deberían evitar que el crecimiento caiga por debajo de la tendencia”, sostiene.

De hecho apunta que, con una inflación subyacente por debajo del 2%, la principal preocupación de la Reserva Federal (Fed) es que la inflación pueda seguir por debajo de su objetivo. Según su valoración, esto significa que mientras la política está en suspenso por ahora, “es más probable que se produzcan subidas de tipos que recortes de tipos, pero nuestra suposición es que veremos un nuevo recorte el año que viene”.

Asia es la otra gran región a la que los inversores tienen que estar atentos. “La caída del crecimiento en China ha coincidido con indicios de estabilización en otros mercados emergentes. En particular, los mercados emergentes asiáticos parecen estar recuperándose. Con un modesto crecimiento chino y un comportamiento similar al de Estados Unidos, es poco probable que los mercados emergentes experimenten un fuerte repunte, pero las recientes mejoras en los ciclos tecnológicos y comerciales asiáticos son un buen presagio para el impulso del crecimiento a corto plazo”, explica. 

Asignación de activos pro-riesgo

De cara a construir la cartera, Little señala que los precios de mercado siguen siendo tentadores para algunas clases de activos de mayor riesgo, como las acciones europeas y de mercados emergentes, y para partes de la renta fija en las que la duración de los tipos no es muy elevada y los rendimientos son atractivos, como el crédito asiático. “Como resultado, seguiremos siendo pro-riesgo en nuestra asignación de activos a medida que entremos en 2020”, explica sobre el posicionamiento del banco.

Aunque la gestora ve cierto incertidumbre y por eso es cauta con su estrategia, considera que los riesgos a la baja, como la recesión del crecimiento mundial, parecen distantes por ahora. Por eso explica que su estrategia sigue siendo apostar por una “diversificación inteligente” y por ser “dinámicos”. 

Los bonos del Estado han tenido un perfil de rendimiento extraordinario en los últimos dos años y han sido una cobertura increíblemente exitosa para los riesgos de renta variable global. Pero las fuerzas que han apoyado los vínculos hasta ahora pueden estar comenzando a revertirse gradualmente. Esto sugiere que la clase de activos puede ser un diversificador menos fiable en el futuro de lo que ha sido en el pasado”, concluye.

Los ETFs de renta variable captaron masivamente la atención de los inversores en noviembre

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Wikimedia Commons. Los ETFs de renta variable captaron masivamente la atención de los inversores en noviembre

En noviembre, el mercado de ETFs se mantuvo positivo a nivel global. Según los datos que ha publicado Amundi, se registraron unos flujos netos totales de 66.000 millones de euros, aunque la mayor parte de la atención de los inversores se centró, de forma masiva, en la renta variable. 

Los ETFs de renta variable registraron más de 50.000 millones de euros de entradas netas a niveL global. En línea con la tendencia del mes pasado, estas entradas estuvieron impulsadas por la renta variable americana, con 21.400 millones de euros de entradas netas durante el mes, seguida de la exposición global ( con 8.500 millones de euros), sectores y smart beta (con 8.200 millones de euros) y mercados emergentes (con más de 7.000 millones de euros de nuevas entradas netas)”, explica Amundi en su última hoja informativa. 

Respecto a la renta fija, los ETFs continuaron atrayendo flujos positivos, en esta ocasión de 16.000 millones de euros. Según matizan desde la gestora, en noviembre, los inversores modificaron su preferencia por la deuda soberana y cambiaron a bonos agregados y a deuda corporativa.

En Europa, los fondos cotizados captaron más de 14.000 millones de euros en noviembre, lo que representa el tercer mayor flujo de entrada mensual del año. También para esta región, los ETPs de renta variable captaron la mayoría de los flujos de entrada, la inversión en fondos cotizados de renta fija descendió ligeramente y los flujos en ETPs de materias primas entraron en terreno negativo por primera vez desde abril, con unas salidas por valor de 360 millones de euros.

“La ISR en renta variable continuó atrayendo flujos consistentes, con cerca de 1.300 millones de euros de nuevos activos netos. Y los ETFs smart beta experimentaron mayores entradas que el mes anterior, con 1.700 millones de euros. Las entradas se centraron en la exposición al value y size. Mientras que los ETFs de mínima volatilidad sufrieron salidas de 834 millones de euros”, matiza en su informe.

H.I.G. Capital amplía su equipo de alta dirección

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Pixabay CC0 Public Domain. H.I.G. Capital amplía su equipo de alta dirección

H.I.G. Capital aplicará una serie de cambios en su estructura organizativa “para posicionarse de cara a un crecimiento continuado y para gestionar mejor la envergadura y alcance crecientes del negocio”, señalan. La firma amplía el equipo de alta dirección ascendiendo a Rick Rosen y Brian Schwartz a copresidentes, puesto de nueva creación.

Rosen y Schwartz, que trabajan en la firma desde 1998 y 1994, respectivamente, gestionan el fondo H.I.G. U.S. Middle Market y el H.I.G. Advantage. Trabajarán en estrecha colaboración con Sami Mnaymneh y Tony Tamer, fundadores y co consejeros delegados de H.I.G. para “impulsar el crecimiento continuado de la compañía y poner en marcha iniciativas estratégicas clave en todo el mundo”, según ha explicado la firma en un comunicado.

Además, la ampliación del equipo de alta dirección de la firma contempla diversos cambios organizativos. En primer lugar, Doug Berman, director ejecutivo, es ascendido a responsable de capital de riesgo en EE.UU. Berman trabaja en H.I.G. desde 1995 y es responsable del fondo H.I.G. U.S. LBO. Asimismo, John Bolduc, director ejecutivo seguirá supervisando los fondos de deuda corporativa de H.I.G. Por último, Wolfgang Biedermann es ascendido a director ejecutivo y responsable de adquisiciones en Europa. Trabaja en H.I.G. desde 2007 y es responsable del fondo H.I.G. Europe LBO.

“Las actuales perspectivas de la compañía nos ilusionan enormemente. Hemos desarrollado una plataforma exclusiva de alcance mundial con una posición muy diferenciada y escalable, y estamos deseando trabajar con Rick, Brian, Doug, John y Wolfgang para seguir ampliando la compañía y sus capacidades. Todos ellos han realizado una importante contribución al éxito de la compañía y han aumentado su nivel de responsabilidad a lo largo del tiempo. Nuestro objetivo primordial es mantener la cultura corporativa de H.I.G. y seguir brindando rentabilidades atractivas a nuestros inversores”, aseguraron Mnaymneh y Tamer.

H.I.G., constituida en 1993, cuenta actualmente con más de 720 empleados en 16 oficinas en todo el mundo e invierte en más de 300 empresas en cartera con ingresos superiores a los 40.000 millones de dólares. Además, gestiona fondos en distintas estrategias de capital riesgo, capital expansión, deuda corporativa, activos inmobiliarios e infraestructura.