Pixabay CC0 Public Domain. El hidrógeno como respuesta
Lyxor ha anunciado que su fondo Lyxor Green Bond (DR) UCITS ETF – Acc ha superado los 300 millones de euros en activos bajo gestión, convirtiéndose en el mayor ETF de bonos verdes del mundo en términos de activos bajo gestión. Según la gestora, este éxito “afirma tanto la resistencia como el potencial del segmento de mercado de ETF de ESG en el contexto de la alta volatilidad creada por la crisis de COVID-19”.
Este ETF, que fue el primero lanzado sobre bonos verdes en febrero de 2017 y que replica el índice de referencia Solactive Green Bond EUR USD IG, está invertido en bonos verdes de calidad investment grade denominados en euros y en dólares estadounidenses. Según explica la gestora, estos bonos están emitidos por emisores supranacionales, gobiernos, autoridades públicas, empresas, bancos y bancos de desarrollo para financiar proyectos o activos que presentan un beneficio para el medio ambiente en diversos campos como las energías limpias, la eficiencia energética de construcciones, el transporte o el agua. Los bonos verdes elegibles para el índice están aprobados de forma independiente por la Climate Bonds Initiative. Estos bonos deben financiar actividades definidas por la Climate Bond Taxonomy y cumplir con los criterios de los Climate Bonds Standards.
Desde Lyxor ETF consideran que el contexto actual, caracterizado por el COVID-19 y la gran volatilidad de los mercados, ha reforzado la conversión de los inversores a la inversión sostenible. En Europa, los ETFS de ESG recaudaron 1.000 millones de euros en el punto álgido de la crisis de los mercados en marzo y más de 10.000 millones de euros a finales de mayo. “Estas inversiones, que no responden a esquemas de asignación táctica a corto plazo, tienden a alojarse en bolsillos estables de carteras y reflejan un cambio estructural en marcha entre todo tipo de inversores”, señala en su comunicado.
Según la experiencia de Lyxor ETF, las emisiones de bonos verdes están atrayendo un creciente interés de los inversores que quieren acelerar la transición ecológica de sus carteras. Según la Climate Bonds Iniciative, las emisiones de bonos verdes podrían alcanzar los 350.000 millones de dólares a finales de 2020, lo que supone un fuerte aumento con respecto a los 257.700 millones de dólares de 2019.
«En Lyxor, tomamos la decisión hace más de diez años de poner la inversión socialmente responsable en el centro de nuestra estrategia de inversión. Creemos que los ETF pueden ayudar a los inversores a alcanzar sus objetivos medioambientales. Los ETF son inherentemente transparentes, simples y basados en datos, características que son consistentes con las prioridades del ESG. Estamos orgullosos de que un producto tan innovador como nuestro ETF de Bonos Verdes haya alcanzado los 300 millones de euros bajo gestión en tres años”, explica François Millet, responsable de ESG, estrategia e innovación en Lyxor ETF.
En este sentido, la gestora destaca su estrategia Lyxor Green Bond (DR) UCITS ETF – Acc, que ha obtenido el sello Greenfin, creado a finales de 2015 por el Ministerio francés de la Transición Ecológica y Solidaria para garantizar la calidad verde de los fondos de inversión. “Este ETF simboliza el compromiso de Lyxor en la lucha contra el cambio climático, que se ha reforzado aún más con el reciente lanzamiento del primer ecosistema de ETF Climate, diseñados para cumplir las nuevas normas de la Comisión Europea y las ambiciones del Acuerdo de París en materia de la lucha contra el calentamiento global. En total, la gama de ESG de Lyxor ETF gestiona actualmente más de 2.000 millones de euros en activos bajo gestión”, indican desde la gestora.
Pixabay CC0 Public Domain. Perspectivas ante la reunión de la Fed: mensaje de tranquilidad y previsiones económicas
Nadie duda de la voluntad de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de apoyar la recuperación de la economía tras el impacto que está teniendo la pandemia del COVID-19. Según la previsión de las gestoras, tras su reunión de hoy, la Fed lanzará un mensaje que se centrará en su voluntad de apoyar la economía y tranquilizar a los inversores, ahora que Estados Unidos ha entrado oficialmente en recesión.
El acta de la reunión del comité monetario de la Fed del 29 de abril, publicada a mediados de mayo, reveló su preocupación por el riesgo de una crisis financiera y económica. Estas muestras de preocupación fueron reiteradas por parte de Jerome Powell ante el Senado en mayo, así como por el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, quien advirtió que la tasa de desempleo podría permanecer en dos dígitos durante todo 2020.
Según indican desde Allianz GI, desde marzo, la Fed ha desplegado un vasto arsenal de herramientas y sin precedentes para evitar la dislocación de los mercados financieros y apoyar la economía: tipos de interés a cero, compras de activos ilimitadas, préstamos directos a empresas, apoyo al mercado interbancario, compra de deuda gubernamental local y, pronto, a estas medidas se unirán los préstamos de 600.000 millones a pequeñas y medianas empresas (aquellas con una facturación de menos de 5.000 millones).
“La acción integral de la Fed ha sido efectiva: las condiciones financieras han mejorado, los diferenciales se han ajustado, especialmente en el mercado de crédito de high-yield, que ha recuperado la liquidez y ha reducido la volatilidad. Además, el apetito por el riesgo ha vuelto a los mercados, sinónimo de renovada confianza de los inversores”, explica Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors.
En opinión de Mark Holman, CEO de TwentyFour AM, boutique de Vontobel AM, la «conmoción y el asombro» ha quedado atrás, y ahora la Reserva Federal tiene que enfrentarse a la realidad de un programa de financiación del Tesoro muy pesado combinado con tipos de interés cero y una economía en profunda recesión. «El primer problema de esta situación es quién va a comprar todos estos bonos del Tesoro de EE.UU. en un escenario de rentabilidades tan bajas. Muchos inversores querrán tenerlos por motivos de liquidez, pero el temor a un aumento de los rendimientos los llevará a comprar bonos del Tesoro con las duraciones más cortas, en los que los riesgos de precio asociados al aumento de los rendimientos son más bajos. Por lo tanto, la Reserva Federal necesitará disponer de más bonos en el futuro, ya que la oferta pesa en un mercado que para nosotros es francamente poco atractivo en el extremo más largo de la curva de tipos», sostiene Holman.
Los analistas de Monex Europe no esperan novedades en términos de política monetaria, en cambio, reconoce que espera la Fed transmita un tono de “transición hacia la restauración de la estabilidad del mercado y la liquidez”, así como un enfoque más tradicional: impulsar las condiciones financieras para acelerar la recuperación económica.
“Mientras que el debate sobre las tasas de interés negativas parece que se ha calmado después de que los funcionarios de la Fed enfriaran las expectativas, la institución monetaria continúa apostando por dar liquidez a los mercados. A la luz del incierto escenario actual al que se enfrenta la economía estadounidense, cualquier esfuerzo adicional de estímulo monetario sería bastante prematuro. La principal tarea que tiene por delante el presidente de la Fed, Jerome Powell, es establecer el conjunto de instrumentos de política para una nueva etapa destinada a promover el crecimiento y restablecer el empleo después de que ya se haya desplegado un amplio grado de instrumentos”, apunta Monex Europe en su último análisis.
François Rimeu, estratega senior de La Française AM, comparte también esta valoración, por lo que estima que se mantenga el rango objetivo para la tasa de fondos federales en 0 – 0,25%. «Los miembros de la FED han expresado varias veces su oposición a las tasas negativas. Tenemos la sensación de que las expectativas del mercado son tal vez demasiado altas en esta ocasión y no nos sorprendería ser testigos de una reacción negativa del mercado durante y después de la reunión», apunta Rimeu.
En opinión de Diximier, en este contexto de recuperación, no habrá anuncio de medidas adicionales de la Fed durante esta reunión y será más “un ejercicio de comunicación”. Eso sí, considera que será particularmente interesante escuchar las previsiones económicas de los miembros del Comité de Política Monetaria, así como sus expectativas de inflación y de los tipos de interés de los fondos federales (dots) hasta 2022. “Jerome Powell también debería participar en un acto de equilibrio, destacando el alcance de la acción de la Fed, al tiempo que reitera que conserva el margen de maniobra en un entorno aún incierto, especialmente en relación con la evolución de la pandemia”, añade.
Perspectivas económicas
Misma valoración hacen desde BlackRock. Según su comentario semanal, “la reunión de política monetaria que celebrará la Fed esta semana atraerá todas las miradas a medida que los mercados analizan la postura de la Fed sobre el repunte económico”. En este mismo sentido, Adam Vettese, analista de eToro, reconoce que «la Fed publicará sus primeros pronósticos económicos en seis meses, y los inversores esperarán más señales de un mayor estímulo en los comentarios del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. Cualquier indicio de que planea hacer movimientos en los tipos de interés en cualquier dirección conduciría a una importante reacción del mercado”.
Desde Ebury advierten que los inversores estarán muy atentos a las declaraciones que se den desde la Fed para encontrar alguna pista sobre sus perspectivas. Por ejemplo, señala, “si la Fed considera el último informe de nóminas no agrícolas como prueba de una recuperación en V más rápida de los esperado, el dólar, probablemente, se dispararía”. En concreto explica que si la Fed minimizara los datos y lo considerara como una corrección menor, los inversores probablemente lo interpretarían como una señal pesimista para el dólar.
“Un importante punto de la reunión será la forma en que la Fed interprete el repunte que los mercados de valores, crediticios y de commodities han vivido recientemente, así como los datos del informe de nóminas no agrícolas del viernes pasado. Este último sorprendió significativamente al alza, con un total de 2,5 millones de empleos netos creados en mayo, frente a la contracción de 7,5 millones que los economistas habían previsto”, añaden.
Por su parte, los analistas de Monex Europe, coinciden en destacar que la Fed publicará el primer conjunto de previsiones económicas desde diciembre, después de suspender su publicación en marzo debido a la incertidumbre sin precedentes. “Si bien las nuevas previsiones también serán juzgadas con amplio escepticismo, las nuevas proyecciones macroeconómicas deberían marcar la pauta para la adopción de nuevas medidas de política y la probabilidad de emprender el camino del YCC. La opinión consensuada en todas las encuestas indica que hay pocas expectativas de que se tome una decisión sobre el control de la curva de rendimiento en la reunión de junio, como también insinuó la Presidenta de la Reserva Federal de Cleveland, Loretta Mester, en una entrevista con Bloomberg el 29 de mayo. Sin embargo, una estrecha mayoría de los economistas encuestados espera que el control de los rendimientos se haga en algún momento de este año, algo en lo que los funcionarios de la Reserva Federal han estado «pensando mucho», según el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams.
Pixabay CC0 Public Domain. Mirabaud AM y CBRE Capital Advisors unen fuerzas para facilitar los cierres del fondo Gran París
Mirabaud Asset Management y CBRE Capital Advisorsse unen para facilitar futuros cierres para el fondo Gran París, una estrategia de inversión inmobiliaria “centrada en el mayor proyecto de desarrollo urbanístico y de infraestructuras de toda Europa”, aseguran desde Mirabaud AM.
Este plan, destinado a la zona de Gran París y lanzado en 2019 por Mirabaud Asset Management, ya cuenta con un compromiso inicial de 60 millones de euros provenientes, principalmente, de inversores institucionales. El proyecto pretende recaudar una “suma considerable de capital” en 2020 con el fin de acelerar su estrategia de coinversión con los promotores inmobiliarios más consolidados de Francia.
Según Mirabaud AM, “Gran París se constituye como el mayor plan urbanístico y de infraestructuras de Europa, y convertirá una de las mejores zonas de la capital francesa en una gran metrópolis mundial”. Además, desde la gestora señalan que el plan se ve favorecido por unos indicadores fundamentales sólidos y un marco legal favorable, que fomentan de forma significativa la demanda de bienes inmuebles, tanto de viviendas como de oficinas.
“La estrategia de Mirabaud adopta una filosofía de inversión basada en la asociación con promotores inmobiliarios franceses líderes y se centra en proyectos ubicados en el área Gran París. Gracias a su localización estratégica de confluencia europea, la región experimenta una creciente demanda de nuevas viviendas y nuevos espacios de oficinas eficientes que los promotores franceses están perfectamente preparados para satisfacer”, añade Olivier Seux, responsable de Capital Inmobiliario en Mirabaud AM.
La estrategia se presenta como un híbrido entre capital riesgo y capital inmobiliario, y desarrolla un enfoque de valor añadido combinado con un acceso preferente al flujo de inversiones. “Al componerse de tres estrategias, con diferentes exposiciones al mercado y horizontes de inversión así como con más de veinte operaciones, Mirabaud ofrece a sus inversores una diversificación del riesgo y una visibilidad del rendimiento excelentes”, afirma Seux. Además, la estrategia invierte junto a promotores inmobiliarios consolidados, y la gestora selecciona y acomete cada proyecto. Seux añade que “cada planificación se beneficiará de la proximidad de las infraestructuras de transporte público existentes y futuras del plan general y tendrá una fuerte dimensión medioambiental”.
Durante la duración del confinamiento, el equipo dedicado al área de inversión realizó una primera transacción en el sector de la vivienda. Concretamente, el proyecto está ubicado en Hauts-de-Seine, cerca del hipódromo de Saint Cloud, e incluye el desarrollo de un programa de apartamentos de alta calidad. El edificio presentará una arquitectura clásica y deberá cumplir con los estándares en términos de diversidad social y eficiencia energética.
“La estrategia desarrollada por Mirabaud AM brinda a los inversores institucionales una oportunidad inigualable para disfrutar de una sólida exposición al mercado de desarrollo de París. El primer cierre logrado en un plazo tan corto de tiempo corrobora la experiencia y la acreditación de los expertos inmobiliarios con los que Mirabaud AM colabora”, subraya Benjamin Rouah, responsable de REIB para Europa continental.
Asimismo, Pablo Callejo Nieto, responsable de REIB, España en CBRE Real Estate Investment Banking, destaca que “gracias a la interesante cartera de proyectos y los numerosos acuerdos de colaboración ya establecidos con promotores líderes en la mejor zona de París, confiamos en la capacidad de Mirabaud AM para llevar a cabo la estrategia y generar resultados atractivos para los inversores a largo plazo”.
CBRE Capital Advisors, la división Real Estate Investment Banking (REIB) de CBRE, que se encarga de gestionar iniciativas de fusiones y adquisiciones y proporciona asesoramiento en materia de recaudación de capital y deuda, actuará como asesor de Mirabaud AM (Europe) SA con el objetivo de obtener fondos de inversores europeos e internacionales.
“Contar con CBRE, uno de los líderes inmobiliarios a nivel mundial, como asesor para la recaudación de fondos de nuestra estrategia supone una sólida base que respalda la calidad del proyecto y su relevancia para los inversores”, asegura Renaud Dutreil, responsable de Private Equity en Mirabaud AM. Además, Dutreil destaca que la pandemia del COVID-19 ha “intensificado la necesidad de capital para financiar con fondos propios la construcción de viviendas y el desarrollo de los espacios de oficina del futuro en la mejor zona de París, todo ello cumpliendo con los más altos estándares ambientales y de modernidad”.
Pixabay CC0 Public Domain. Renta variable: ¿un rally alcista o un rebote significativo?
La gran cuestión que se está debatiendo es si se debería aumentar la asignación a renta variable y perseguir el rally del mercado o no. Aunque mantenemos nuestra preferencia estratégica por los activos de riesgo, estamos convencidos de que tácticamente es más seguro permanecer en el segmento de investment grade (respaldado por el paraguas de los bancos centrales) dado que creemos podría haber una nueva caída de los mercados bursátiles.
El contexto económico se ha deteriorado rápidamente, tanto los datos concretos como el momentum económico han cambiado, perjudicando el sentimiento de riesgo. Reconocemos que el escenario de recuperación a medio plazo que probablemente tendrá lugar más adelante, en 2021, ofrece un potencial alcista significativo. Sin embargo, los mercados de renta variable están anticipando el escenario alcista ahora, en un momento en el que persisten profundas incertidumbres. Dichas incertidumbres se relacionan con las políticas de atención sanitaria sobre los tratamientos. Aunque las pruebas y la vacuna están evolucionando rápidamente, aún quedan muchas cosas por hacer. No hay fecha para disponer de tratamiento o vacuna.
En el aspecto fiscal, debe probarse la capacidad total y mantenerla a medio plazo. La velocidad de implementación es irregular, la calidad del gasto aún debe evaluarse (en términos de composición y objetivos) y la capacidad (de los paquetes fiscales) para recuperar los daños no ha sido completamente estimada.
Por otro lado, los bancos centrales –después haber lidiado con la crisis financiera de 2008- respondieron rápidamente esta vez y permitieron que las condiciones financieras fueran más acomodaticias, especialmente en Estados Unidos. Este fue el factor más convincente para los mercados, que subieron y expandieron sus múltiplos. Aquí es donde detectamos la peligrosa inconsistencia de la caída de la generación de beneficios por acción y retornos totales moviéndose al alza. Por el contrario, los rendimientos de los bonos y los precios del petróleo se han mantenido deprimidos y el rebote no ha beneficiado demasiado a las áreas cíclicas. Las revisiones de beneficios apuntan a una bajada pronunciada a mínimos históricos, impulsando las ratios P/E hacia sus máximos.
En 2009, vimos una recesión de los beneficios y los esfuerzos de los bancos centrales allanaron el camino para que desarrollara completamente un régimen de reflación de activos. Actualmente, las valoraciones (percentiles P/E sobre los beneficios de 2020) son completamente diferentes, con la mayoría de los índices de renta variable ya en máximos. De hecho, un MSCI US valorado en el percentil 84 puede no ofrecer la mejor opción posible para una subida. Esta es la principal diferencia entre la situación actual y la de 2009.
En este último caso, los P/Es ya estaban en sus percentiles bajos y las políticas monetarias no convencionales de los bancos centrales permitieron un movimiento alcista en renta variable. La única excepción es el TOPIX, que actualmente se encuentra en un percentil más bajo y muestra valoraciones más razonables. Se podría argumentar que esto se debe a que Japón ya está en recesión, pero en comparación con otras economías avanzadas, es probable que sufra un shock posterior, aunque menor, con el brote del Covid-19 contenido en gran medida. Los bloqueos sin precedentes y las respuestas de política monetaria y fiscal nos ayudan a mantener nuestra preferencia «estratégica» por los activos de riesgo, pero las elevadas valoraciones no ofrecen la mejor ventaja posible.
Como conclusión, se podría decir que las políticas monetarias no convencionales han vuelto a provocar una reflación de los precios de los activos. Sin embargo, en comparación con 2009, actualmente los beneficios por acción están deprimidos y los niveles de P / E son tan extremos que es improbable que se registre un mercado alcista impulsado por la expansión de múltiplos.
Tribuna de Monica Defend, directora global de Análisis de Amundi.
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En los próximos años, echaremos la vista atrás y analizaremos los efectos que la COVID-19 ha supuesto a escala global; puede que William Hague, antiguo líder del partido conservador británico, tuviera razón cuando afirmó que la COVID-19 aceleraría significativamente las fuerzas y las tendencias existentes.
Basta analizar su impacto en los bloques globales de poder. En la Unión Europea, la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto las tensiones existentes sobre si los países del norte de Europa deben pagar las deudas de los países del sur. Al mismo tiempo, la rivalidad entre Estados Unidos y China ha seguido intensificándose y, con ello, todas las repercusiones asociadas para el comercio y la globalización y el papel que desempeñará en el futuro el dólar como moneda de reserva global.
Los efectos económicos de la COVID-19 están acelerando la supremacía global de Asia, pues la rápida aplicación de medidas de confinamiento y la celeridad en la realización de pruebas eficaces y de seguimiento han permitido que las economías de la región se muestren mucho menos dañadas que sus homólogas occidentales. Es probable que aumenten las tensiones políticas ante las decenas de millones de personas que perderán sus trabajos con motivo de la COVID-19, lo cual agudizará la desigualdad, elevará el endeudamiento y aumentará el poder del Estado.
Esta evolución está llevando a primer plano políticas como la teoría monetaria moderna, la condonación de deuda, la armonización de los tipos de los impuestos sobre sociedades, rentas básicas públicas y que las compañías muestren una mayor responsabilidad con todos sus grupos de interés (menos deuda, recompras y deslocalización y más aportación fiscal). También nos encontramos con las preguntas de quien posee datos sobre cada uno de nosotros y cómo podrán utilizarse, lo cual abre un debate sobre dónde se encuentran las nuevas fronteras entre el Estado y el individuo.
Como especialistas en selección de acciones, nos centramos en el impacto que estas tendencias supondrán para títulos concretos y dinámicas específicas de cada sector (a saber, los sectores de calidad y rendimiento altos que poseemos), así como los efectos para nuestros valores.
El efecto acelerador es especialmente evidente en torno a la tecnología. Satya Nadella, CEO de la gran tecnológica estadounidense que mantenemos en nuestras carteras globales, sostiene que la COVID-19 ha conllevado que “dos años de transformación digital se hayan producido en tan solo dos meses”, al virar las compañías hacia el trabajo desde casa. En el ámbito de la tecnología para empresas, esta tecnológica se perfila como ganadora de este giro hacia el hogar dados su plataforma de comunicación y colaboración y sus servicios en la nube.
La COVID-19 está acelerando tendencias existentes, al igual que el crecimiento del comercio electrónico y el miedo a la transmisión están impulsando el viraje del efectivo a las tarjetas, lo cual resulta positivo para las compañías de pagos a largo plazo, incluso a pesar de que el desplome de las operaciones transfronterizas suponga un obstáculo temporal. Aunque es posible que estos giros impulsados por la COVID-19 contribuyan al dominio económico del oligopolio de los gigantes tecnológicos —ya por sus servicios en la nube de hiperescala, ya por sus redes de medios sociales—, el auge paralelo de las inquietudes en torno a la desigualdad, la deuda pública y la privacidad implica que los riesgos políticos y normativos que se ciernen sobre estas tecnológicas deba seguirse detenidamente en los próximos años.
La COVID-19 ha puesto de manifiesto, evidentemente, la importancia de la asistencia sanitaria como sector y arrojado luz sobre si los sistemas sanitarios son suficientemente sólidos en general o si es necesario mejorar las infraestructuras. En caso de que se requiera de más financiación, es posible que las entidades capaces de ofrecer ahorro evolucionen adecuadamente. En el caso de los emisores del ámbito de la tecnología médica en que invertimos, la COVID-19 ilustra la importancia de los datos —no solo utilizarlos, sino también tenerlos, lo cual es fundamental—. Consideramos que esta circunstancia favorece a las compañías dedicadas a los equipos de diagnóstico y realización de pruebas, concretamente, teniendo en cuenta que el 70% de las decisiones médicas se basan en diagnósticos, que suponen menos del 2% de los costes (1). Reconocer que evitar desplazamientos innecesarios a los hospitales es una manera de ahorrar costes asimismo innecesarios a los sistemas sanitarios podría acelerar los tratamientos domiciliarios mediante mecanismos de seguimiento a distancia y telemedicina, por ejemplo, la diálisis en casa.
En el caso de las compañías de consumo estable, la COVID-19 ha demostrado que las grandes marcas importan. Las tiendas están racionalizando con contundencia sus estanterías de marcas de nivel medio y las numerosas marcas nicho de dimensiones menores en vista de que los consumidores del mundo desarrollado se centran en marcas asequibles y conocidas en las que confían. Esto recuerda a los CEO que la confianza es el atributo más potente de que dispone una marca y que debe tratarse con el mayor de los respetos. Este extremo acelerará el cambio en la comunicación de las marcas, que pasarán de aspirar a la comercialización entre los consumidores a lograr que les importen, llevando el objeto a un primer plano, en clave ya de superioridad del producto, ya de su impacto social y medioambiental.
Las medidas de distanciamiento social y confinamiento han brindado a todos los grupos de edad un curso acelerado de comercio electrónico. Una vez las listas de la compra se configuran a través de Internet, resulta improbable que los consumidores vuelvan a caminar por los pasillos de las tiendas. Es posible que las compañías cuyos equipos directivos invirtieron pronto en sus capacidades digitales salgan fortalecidas de la COVID-19 frente a sus homólogas. Una compañía francesa del ámbito de la belleza y otra británica de bienes de consumo en las que invertimos ya generan el 20% y el 10%, respectivamente, de sus ventas a través de Internet, con márgenes y cuotas de mercado equivalentes o superiores a los de sus ventas en tienda.
En todos los casos, es la calidad del equipo directivo lo que determina la resiliencia de la compañía y sus perspectivas de superar con éxito la crisis actual, bien invirtiendo en innovación para seguir resultando relevantes para sus clientes, bien comprendiendo las exigencias de sus grupos de interés y respondiendo a ellas. Siempre hemos puesto de relieve la importancia de contar con equipos directivos competentes a la hora de invertir en calidad, lo cual se torna incluso más evidente ante una crisis global.
Columna de Dirk Hoffmann-Becking, Executive Director, y Nic Sochovsky, Managing Director, en el equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management.
Anotaciones:
Fuente: pruebas en puntos de atención, Abbott Laboratories.
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La planeación del regreso a las oficinas requiere un enfoque integral que considere los distintos aspectos normativos sobre medidas sanitarias y, a la par, los ajustes a lineamientos y procesos de trabajo. En este sentido, el papel de los líderes y comités para atender el tema que algunas organizaciones han implementado se vuelve fundamental.
De acuerdo con el sondeo COVID-19: de la sobrevivencia a la recuperación, realizado por KPMG en México, 65% de las organizaciones mexicanas priorizan brindar certidumbre a los colaboradores y clientes como un objetivo principal ante la pandemia. A continuación, compartimos los elementos a considerar para cada uno de los 6 pilares de la experiencia del talento en la planeación del regreso a las actividades, sea donde se encuentren.
1. Ser empático
Poner ante todo la seguridad y la experiencia del talento, considerando las circunstancias individuales, pues existen miedos legítimos al contagio, más aún en personas con padecimiento o decesos en su familia por COVID-19. Brindar seguridad psicológica es clave, reforzando la comunicación y capacitación en cuanto a medidas y protocolos de atención y apoyo tanto para el personal como para sus familias, lo cual, en caso de contagio, debe ser una prioridad en el regreso a las operaciones en instalaciones físicas.
Por otro lado, el estudio COVID-19 and the American Worker: remarkably resilient with the right support, elaborado por KPMG en Estados Unidos, revela que gracias al cuidado y empatía reflejada en la mayoría de las organizaciones líderes, 94% de su fuerza laboral está más comprometida con la empresa ahora que antes del brote de COVID-19.
2. Personalizar la experiencia
Existen puestos críticos para la operación, que deben regresar a las instalaciones por la naturaleza de las actividades que realizan; sin embargo, quienes están a cargo de esos puestos podrían ser personas de un grupo vulnerable, por sus antecedentes médicos, el lugar donde viven (zonas de alto riesgo por contagios o con transporte precario), con acceso limitado o que estén al cuidado de personas pertenecientes a grupos vulnerables (adultos mayores, madres en lactancia o mujeres embarazadas), lo que haría no recomendable que regresaran a los centros de trabajo. Realizar un sondeo en la fuerza laboral es necesario para generar planes adaptados a las circunstancias individuales del talento, con el objetivo de minimizar riesgos y mejorar su productividad y desempeño.
3. Cuidar la integridad
Las acciones que llevan a cabo las organizaciones reflejan sus valores en todo momento. En este sentido, es fundamental la transparencia y oportunidad en la comunicación sobre la definición de quiénes regresarán gradualmente a las oficinas y cómo se estructurarán los turnos para uso de instalaciones (lugares de trabajo, comedores, salas de juntas, servicios sanitarios, elevadores, entre otros rubros), para atender medidas de seguridad como la sana distancia. Por otro lado, es importante mostrar esos valores en la forma en que se definen los lineamientos de trabajo y el apoyo que se da al talento, a los proveedores y a los socios de negocio.
4. Expectativas
Entender y alinear las expectativas del talento, los proveedores y los socios de negocio permite definir las nuevas reglas de operación, las métricas, los procesos e incluso adaptar las políticas que permitirán respetar las medidas sanitarias y de protección.
Es necesario alinear y acordar nuevos tiempos de respuesta y objetivos, que podrían requerir ajustes considerando el tiempo que deberá invertirse en cumplir las medidas sanitarias (traslados, desinfección al llegar, toma de temperatura, turnos para elevador, entre otros servicios).
Asimismo, hay que entender y evaluar si las personas que regresen a los centros de trabajo, porque la naturaleza de sus actividades así lo requiere, esperan un incentivo o necesitan algún apoyo, por ejemplo, en transporte para promover traslados seguros con medidas de sana distancia, considerando que en ciertas zonas el transporte público es limitado.
En este sentido, no se trata de que el talento elija regresar para obtener un incentivo; únicamente deberían regresar quienes tienen actividades esenciales en el centro de trabajo y no puedan trabajar a distancia por circunstancias particulares.
5. Tiempo y esfuerzo
Los servicios que una persona requiriera en su regreso o aun trabajando a distancia deberán ser ágiles y expeditos; especialmente, aquellos relacionados con solicitud y entrega de equipo de protección, servicios de atención médica o detección temprana en caso de síntomas, trámites de pago de horas extras, anticipos o reembolsos de gastos (por ejemplo, para apoyo en transporte), incapacidades, seguros de gastos de médicos, entre otros.
En cuanto al personal que continuará trabajando a distancia, debe ponerse especial atención a servicios relacionados con la solicitud, entrega y mantenimiento de equipo de cómputo, acceso a plataformas, software, wifi o cualquier otra herramienta de trabajo que se requiera para realizar las labores.
Si una persona se contagiara o, lamentablemente, falleciera, la atención que se les brindara a sus familiares debería ser expedita, y los trámites a realizar, tendrían que hacerse en el menor tiempo y requerir el menor esfuerzo posible. Cuidar al talento y sus familiares permite tener embajadores de marca leales.
6. Resolución
Solucionar los retos del regreso a las operaciones es especialmente relevante cuando se planean, definen y ajustan los procesos y lineamientos, ya que generan situaciones nuevas en las cuales no hay experiencia previa. Tener protocolos para atender un caso sospechoso, casos confirmados, situaciones de emergencia en los centros de trabajo, sanciones por incumplimiento de medidas sanitarias y uso de equipo de protección son solo algunos de los principales aspectos a considerar para prepararse y apoyar al talento a enfrentar eventos disruptivos.
El regreso a actividades da a las organizaciones la oportunidad de demostrar su capacidad de adaptación y resiliencia, así como de hacer patentes sus valores corporativos. Cuidar al talento es una obligación, y, al mismo tiempo, aumenta su compromiso y disposición a ayudar a la empresa a salir adelante en esta crisis sanitaria y económica. La transparencia, la empatía y el trato humano que se dé a las decisiones, la planeación y la implementación de medidas sanitarias son diferenciadores clave en la nueva normalidad.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Martin Sanchez. Foto: Martin Sanchez
Haciendo balance de lo que va de año, Paul Doyle, director de renta variable europea (excluido el Reino Unido) de Columbia Threadneedle Investors, explica que el optimismo y los artículos llenos de buenas noticias de hace tres meses han sido relegados al olvido, ya que el virus, las medidas de confinamiento y los rescates económicos han acaparado todo el protagonismo.
La irrupción del COVID-19 ha desestabilizado los mercados bursátiles de todo el planeta. Desde que China informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de varios casos de una «neumonía atípica» en Wuhan el pasado mes de diciembre, nos hallamos en lo que la OMS describe como un «terreno inexplorado» (1). Italia fue el primer país en decretar la cuarentena de toda la población; a continuación, otros países hicieron lo propio. El virus se ha propagado de forma rápida e indiscriminada, sin distinguir entre miembros de casas reales, políticos y trabajadores esenciales.
Ahora bien, antes de evaluar cómo evolucionará la situación en el futuro, merece la pena examinar la salud financiera de Europa cuando estalló la crisis.
El año pasado cerró en tono positivo, al revalorizarse los mercados mundiales de renta variable un 27% y los mercados europeos de renta variable un 29%, pese al magro crecimiento de los beneficios (2). Esto se debió a la confluencia de varios acontecimientos: el partido conservador de Boris Johnson ganó las elecciones en el Reino Unido y las inquietudes en torno al Brexit se aliviaron; las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China se vieron apaciguadas; y, en Estados Unidos, la probabilidad de que Elizabeth Warren y, luego, Bernie Sanders se alzaran con la nominación demócrata se disipó.
También se recibieron buenas noticias en torno a la primera fase del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, ya que expiró el plazo para la aplicación de aranceles sobre los automóviles europeos sin que el Gobierno estadounidense adoptara ninguna medida ni realizara ningún anuncio, lo que supuso un alivio para los fabricantes de coches que se habían situado en el centro de la desaceleración industrial europea. Por otro lado, en noviembre, China, Estados Unidos y el Banco Central Europeo reanudaron sus programas de expansión cuantitativa.
Los más optimistas esperaban que todo esto impulsaría el crecimiento mundial al alza, pero entonces llegó el COVID-19.
En un principio, el virus se limitaba a la provincia de Hubei, donde se sitúa la ciudad de Wuhan, un centro industrial chino de mediano tamaño. Los inversores encajaron el impacto, asumiendo muchos de ellos que se trataba de otra epidemia como la del SARS (síndrome respiratorio agudo grave), pero no peor, es decir, esperaban que solo se verían perjudicados las compañías con operaciones o cadenas de suministro en las zonas afectadas. Pero el virus se propagó de manera rápida y desigual.
Italia se ha llevado la peor parte y, dado el envejecimiento de la población, la tasa de mortalidad ha alcanzado cotas elevadas. Ahora bien, a Italia se ha sumado Francia, mientras que el Reino Unido y Estados Unidos han superado las cifras de mortalidad italianas. En todo el mundo se han adoptado numerosas medidas, como cierres de fronteras, cancelaciones de vuelos, otras restricciones de viaje, teletrabajo obligado y distanciamiento social, con efectos diferentes. Ahora bien, el impacto en los mercados bursátiles sí ha sido universal, ya que todos ellos han sufrido fuertes caídas.
Los descensos más exagerados se han observado en las aerolíneas y el ocio, ya que los consumidores han estado confinados en casa. La interrupción de la actividad económica ha repercutido en los beneficios, los balances y las deudas tóxicas. Las acciones de consumo están atravesando dificultades por la ausencia de compradores chinos; la esperanza de recuperación con la reapertura económica china se ha visto empañada por las medidas de confinamiento en Europa, que han destruido la demanda.
Las consecuencias son graves. La OCDE señala que la economía mediana se contraerá en torno al 25%. Las estimaciones para Estados Unidos apuntan a una contracción anualizada del 50% en el segundo trimestre (3). Para situar esto en contexto, el descenso desde el nivel máximo hasta el nivel mínimo durante la crisis financiera mundial a lo largo de seis trimestres fue del 4%, lo que pareció un desastre en su momento. Aunque la formulación de previsiones en un momento tan volátil e incierto puede parecer un esfuerzo en vano, en Columbia Threadneeedle creen que el PIB de la zona euro acusará un descenso del 9% este año, para luego repuntar un 7% en 2021 (3).
Así pues, todos los inversores han perdido dinero, lamentablemente. No obstante, determinados enfoques y estilos se diferencian del resto. Los inversores de estilo «valor» que se centran en una evaluación simplista del precio han sido los más perjudicados, sobre todo los que contaban con carteras orientadas a acciones de entidades bancarias o compañías de ocio visualmente baratas. La calidad del modelo de negocios y la resistencia a la volatilidad a corto plazo de las economías (o incluso de los mercados bursátiles) se han convertido en valiosos rasgos, capaces de minimizar (aunque también evitar) las caídas de los precios.
¿Y ahora qué?
Esta no es una recesión sistémica, sino una recesión impulsada por los acontecimientos y, aunque las perturbaciones iniciales podrían desaparecer rápidamente, existe el riesgo de que se asista a una espiral de reacciones adversas. El mercado alcista de los 11 últimos años se vio alentado por la creación de empleo y las ofertas de trabajo, lo que a su vez alimentó el gasto en consumo. El aumento de nuevas solicitudes de prestaciones por desempleo en Estados Unidos hasta los 6,6 millones (4) como consecuencia del COVID-19 sugiere que la tasa de desempleo superará con creces el 4,4% publicado en marzo. Sin embargo, el impacto en el consumo podría no ser tan desastroso, habida cuenta del respaldo que el Gobierno está ofreciendo a los hogares.
La recuperación dependerá de los datos sanitarios: cuando la propagación del virus se ralentice o se contenga completamente, las medidas de confinamiento se relajarán, lo que dará paso al retorno de una cierta normalidad económica. Esto tendrá que ocurrir con rapidez para que la desaceleración no se convierta en una recesión que se retroalimenta. Ahora bien, si el confinamiento se levanta demasiado rápido, los contagios podrían volver a repuntar.
Medidas de apoyo
La respuesta monetaria y fiscal ha sido rápida. La Fed ha adoptado más medidas en tres semanas que durante toda la crisis financiera mundial. El BCE se ha comprometido a comprar deuda pública y corporativa a un ritmo nunca visto: un paquete de estímulos del 2,3% del PIB de la zona euro, con otro 13% del PIB en garantías de crédito. Los déficits presupuestarios de la zona euro alcanzarán el 10%-13% del PIB este año (5). La conjugación de un mayor gasto y una menor producción impulsará al alza los ratios de deuda/PIB en unos 20-40 puntos porcentuales. En el caso de Alemania, que parte de un 60%, este aumento puede ser tolerable; en cambio, en el caso de Italia, un ratio de deuda/PIB que alcance o supere el 170% supondrá una grave amenaza (6).
En la opinión de Columbia Threadneedle Investors, esto significa que se será testigo de una recuperación en forma de «U» de la actividad económica que no comenzará hasta finales de 2020 como muy pronto, con un descenso muy acusado (cifras de dos dígitos) en el segundo trimestre, una continua debilidad en el tercer trimestre y, quizás, un rebote en el cuarto trimestre. Una paralización económica más larga podría prolongar la recesión hasta el año 2022, ya que, con independencia del marco temporal, la recesión es inevitable.
Los efectos a más largo plazo de la crisis del COVID-19 son numerosos. Las perturbaciones en las cadenas de suministro provocadas por las medidas de confinamiento en China reforzarán la opinión de que el traslado de la fabricación a países de bajo coste se llevó demasiado lejos. Por ejemplo, el 80% de los antibióticos estadounidenses proceden de China (7). Se asistirá a una enorme presión política y social para revertir la deslocalización, quienquiera que se alce con la victoria en los comicios estadounidenses. En Europa, se ha desmantelado el sistema de fronteras abiertas de Schengen y no está claro cuándo se eliminarán los resucitados controles; la libre circulación de personas se considera una de las piedras angulares de la filosofía de la UE. Las normas del Tratado de Maastricht sobre la disciplina fiscal se han tirado por la ventana. Con anterioridad, la globalización mantenía la inflación bajo control. ¿Cambiará ahora todo eso?
El análisis tradicional del ciclo económico no aporta respuestas para una pandemia, lo que dificulta formular conjeturas sobre la recuperación. La ventaja que tienen en Columbia Threadneedle procede de su énfasis en los modelos de negocios de elevada calidad con sólidas rentabilidades (que se mantienen constantes incluso en entornos complicados). Por lo tanto, hasta la fecha, sus carteras se hallan en buena posición para afrontar la situación, aunque nadie puede negar que los próximos meses serán muy interesantes.
Esta no es una recesión sistémica, sino una recesión impulsada por los acontecimientos y, aunque las perturbaciones iniciales podrían desaparecer rápidamente, existe el riesgo de que se asista a una espiral de reacciones adversas. En cambio, la recuperación dependerá de los datos sanitarios.
Anotaciones:
(1) Bloomberg, 31 de enero de 2020
(2) Comunicado de prensa de la OCDE, la OCDE expone las perspectivas sobre la economía mundial durante la conferencia del G20, 15 de abril de 2020
(3) Análisis de Columbia Threadneedle Investments, 27 de abril de 2020
(4) bbc.co.uk, «Coronavirus: US weekly jobless claims hit 6.6 million», 6 de abril de 2020
(5) Reuters, «Europe’s coronabond conundrum», 7 de abril de 2020
(6) Análisis de Columbia Threadneedle Investments, 20 de abril de 2020
(7) Council on Foreign Relations, «The Coronavirus Outbreak Could Disrupt the U.S. Drug Supply», 5 de marzo de 2020
Pixabay CC0 Public Domain. ACAFI, CoLab de la Universidad Católica y Entel realizan primer Demo Day entre inversionistas y emprendedores de impacto
Auspiciados por ACAFI, la Universidad Católica de Chile (Colaboradores) y Entel, ocho emprendedores chilenos presentaron sus proyectos por Zoom a un grupo de inversores. Estos emprendimientos se caracterizan por estar guiados por un propósito socioambiental, generando un impacto positivo y considerable, además de ofrecer rentabilidad económica a sus potenciales inversionistas.
Con mucha innovación y tecnología, los ocho expositores entregaron respuestas en materias de reciclaje de basura, democratización del uso de la electricidad como fuente de energía en los hogares, accesibilidad a medicamentos a todo Chile de manera más eficiente y justa, entre otros. Estas iniciativas provienen del Desafío EntelGo, programa que potenció a emprendimientos socioambientales tecnológicos, y de Alto Impacto, aceleradora de emprendimientos sociales impulsada por CoLab UC.
Cada uno de ellos presentó un pitch de tres minutos que incluyó: problema, solución, modelo de negocios, tracción de ventas, equipo, impacto y proyecciones, entre las principales dimensiones.
En la instancia, el presidente de ACAFI, Luis Alberto Letelier, destacó que el trabajo que está realizando el gremio se materialice en este tipo de instancias. Además, señaló que “es fundamental avanzar en el desarrollo de la industria de inversión de impacto en Chile a través de un trabajo colaborativo de todos los actores que formamos parte de ella. En este sentido, “desde ACAFI reiteramos nuestra disposición a colaborar en todo aquellos temas regulatorios y modificaciones de normativas que faciliten el éxito de esta industria”.
Cabe destacar que de acuerdo a la primera Guía de Inversión de Impacto en Chile, elaborada por la asociación Chilena de Administradora de Fondos de Inversión (ACAFI) junto a la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), en Chile los fondos de inversión de impacto administran activos por más de 138,2 millones de dólares.
En tanto la directora y presidente del comité de Sustentabilidad de ACAFI y gerente de FIS Ameris, fondo pionero en este tipo de inversiones, María José Montero, señaló que “buscamos aportar desde el emprendimiento y desde un aporte global, este trabajo en conjunto será el camino para diferentes soluciones a las crisis de hoy en día. El impacto no puede ser sólo parte del relato, tiene que estar vinculado a la práctica. Ojalá en un futuro tengamos más inversión de impacto y emprendimientos con propósito”.
En representación del mundo del emprendimiento social y de la academia, el director del Laboratorio de Innovación Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile – CoLab UC, Sebastián Gatica, señaló que “nuestro laboratorio ya ha acelerado a cinco generaciones de emprendimiento con impacto. Estamos muy contentos de esta instancia y creemos que la colaboración es crucial para acercar el mundo de los inversionistas y emprendedores de impacto, para así, impulsar los cambios que necesitamos a nivel país y mundial”.
La directora de Alianzas e Innovación abierta de Entel, Patricia Elías, quien participó en todo el proceso de selección y apoyo de los emprendimientos, destacó que “este desafío fue un trabajo conjunto entre las áreas Innovación y Sustentabilidad de la compañía, lo que demuestra nuestro compromiso con startups que generan un impacto positivo en la sociedad. Es por eso que buscamos acompañarlos en el proceso de escalamiento y así puedan seguir creciendo y evolucionando.
Goldman Sachs ha descartado sus planes para lanzar una oferta digital este año, retrasando su ambicioso impulso en el mercado de mass-affluent.
La firma anunció el año pasado que planeaba lanzar un robo-advisor, que la empresa construyó internamente, en algún momento en 2020. Pero COVID-19 y la consiguiente crisis económica provocaron un cambio rápido en los planes.
«Mientras continuamos buscando el crecimiento de nuestra franquicia general de wealth, estamos actuando con prudencia en el entorno actual», dijo John Waldron, presidente y director de operaciones de Goldman, en un evento virtual el miércoles pasado.
«Hemos decidido ralentizar nuestra actividad de contratación de asesores para este año, y pospondremos el lanzamiento de nuestra oferta digital para 2021», comentó.
Tradicionalmente, la firma ha ofrecido asesoramiento solo a los inversores con más de 10 millones de dólares en activos invertibles, sin embargo, en 2018, Goldman reestructuró su banco en línea, Marcus, para agilizar las operaciones y esperaba que la incorporación de un roboadvisor le ayudara a captar el mercado mass affluent y ofrecer un canal de distribución para sus fondos en el mercado minorista.
En muchos casos, invertir para tratar de generar un impacto positivo en la sociedad además de conseguir rentabilidad financiera sigue considerándose “un buen complemento” o algo adecuado sólo para quienes apuestan por la responsabilidad. Sin embargo, ante el gran impacto del Covid-19 en los mercados y en la sociedad, las prioridades están cambiando y las perspectivas se replantean. Este cambio de enfoque podría generalizar la inversión de impacto, ya que el confinamiento centra la atención en los problemas a los que nos enfrentamos y la necesidad de encontrar soluciones.
Aunque en los últimos años los retos medioambientales han empezado a captar la atención del público general, la pandemia ha evidenciado la enorme magnitud de los desafíos sociales del mundo y ha demostrado hasta qué punto están interrelacionados los desafíos medioambientales y sociales.
Y lo que quizá sea más evidente, en cuestión de semanas el virus ha revelado la triste realidad de la insuficiencia del sistema sanitario. La Organización Mundial de la Salud estima que al menos la mitad de la población mundial no tiene acceso a servicios sanitarios básicos (véase el gráfico de abajo) y unos 100 millones de personas caen en la pobreza extrema por tener que pagar por la sanidad.
Aunque los países en desarrollo son los más expuestos a dichas carencias, esto afecta también a algunos de los países más ricos del mundo. En EE. UU. en concreto, la Oficina del Censo estimó que unos 27,5 millones de personas carecían de seguro de salud en 2018, en un país con el sistema sanitario más caro del mundo.
Los costes sociales y humanos de la pandemia han puesto en evidencia la urgente necesidad de asignar más recursos a muchos ámbitos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, sobre todo el ODS número 3: salud y bienestar. Sin embargo, también ha dejado claro que, para salir de la crisis actual, hará falta una mayor intervención de los Estados. La industria en general debe intervenir para cubrir las deficiencias. Aunque la industria puede ofrecer el capital tan necesario, su capacidad para innovar y ofrecer ayuda inmediata a los que sufren, así como soluciones a largo plazo a problemas sistémicos, será igual de importante.
Ahí es donde la inversión de impacto puede marcar la diferencia de verdad, respaldando las compañías con el objetivo intrínseco de generar un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente. Esto no quiere decir que sean organizaciones filantrópicas; al contrario, serán juzgadas por su capacidad para generar rentabilidades financieras, junto con los efectos positivos que produzcan. Dado que estas compañías de impacto están proporcionando soluciones para algunos de los mayores desafíos del mundo, en momento como estos muchas de ellas mostrarán una versión más inclusiva del capitalismo adoptando medidas especiales para apoyar a sus empleados, sus clientes y la sociedad en general.
Compañías que van más allá
Varias compañías de impacto están redoblando sus esfuerzos para ofrecer soluciones, proporcionando su experiencia o, en algunos casos, desarrollando productos totalmente nuevos.
De forma similar, Thermo Fisher Scientific —otra compañía fabricante de equipos punteros— también ha contribuido a los recursos. Ha desarrollado un kit de diagnóstico que reduce el proceso de test de la covid-19 a 4 horas una vez que las muestras llegan al laboratorio. Sus productos han sido autorizados para su uso en toda Europa y la compañía prevé elevar su producción de kits de test de 2 a 5 millones a la semana.
En cuanto a la investigación, varias compañías están aportando su experiencia para participar en la búsqueda de un tratamiento para luchar contra la COVID-19. La compañía especializada en plasma sanguíneo Grifols, por ejemplo, está colaborando con el Gobierno de EE. UU. para determinar si la terapia con plasma que desarrolló con éxito durante la crisis del ébola puede utilizarse de forma eficaz para tratar la covid-19. Al obtener plasma de pacientes que se han recuperado del virus, puede transformarlo en globulina hiperinmune en un laboratorio creado al efecto y determinar si puede ser un tratamiento viable para la enfermedad. Se trata de un gran ejemplo de la cooperación entre el Estado y el sector privado que debería contribuir a acelerar el proceso de investigación y, de tener éxito, podría validar una terapia para tratar la covid-19 y futuros brotes.
Las soluciones no se limitan únicamente al sector salud, como demuestra la compañía internacional de envases DS Smith. Esta compañía ha colaborado con varios supermercados minoristas de toda Europa para diseñar y producir provisiones de emergencia o cajas esenciales que pueden entregarse en la puerta de casa de las personas más vulnerables. Dichas cajas pueden apilarse en furgonetas de reparto, entregarse rápidamente y son totalmente reciclables. Desde su primer diseño hasta la producción, la idea se hizo realidad en menos de una semana, ofreciendo apoyo inmediato a personas que no podían ir a las tiendas.
Muchas compañías en las que hemos invertido también han presentado planes de ayuda financiera a sus clientes que han sido bien acogidos. Por ejemplo, la compañía de telecomunicaciones de Kenia Safaricom anunció diversas medidas de apoyo en los tres meses siguientes al estallido de la pandemia, entre las que se incluye renunciar a las tarifas que cobra habitualmente por su sistema de pagos móviles para ayudar a reducir el riesgo de contaminación del virus en las operaciones en efectivo, suspender el cobro de llamadas a hospitales y dispensarios de todo el país, y multiplicar por dos la banda ancha de su fibra para clientes sin coste adicional. Para ayudar directamente al gobierno en sus esfuerzos por contener la propagación del virus, ha creado también una línea telefónica de emergencia gratuita a la que los kenianos pueden llamar para obtener asistencia inmediata.
Medidas positivas como estas demuestran que los negocios de impacto pueden ayudar considerablemente y ofrecer soluciones innovadoras en tiempos de crisis. De hecho, es su capacidad y disponibilidad para adaptarse rápidamente lo que probablemente haga que resistan mejor a largo plazo. A la larga, el cambio climático, la contaminación y las desigualdades seguirán con nosotros cuando pase el Covid-19, y las compañías de impacto mantendrán su firme compromiso para combatir sus efectos.
Los efectos inmediatos de esta pandemia son abrumadores, desde el punto de vista humano, pero también económico. En medio de la inestabilidad, seguimos tratando de ver un rayo de esperanza. Ciertamente, esperamos que esto sirva de recordatorio oportuno de lo importante que es tener un sistema de salud que funcione bien. Además, qué bien estaría ver que los canales de Venecia siguen limpios y que la población de ciudades de Beijing, Los Ángeles o Londres pueden respirar el aire sin temer por su salud. Esperamos que los gobiernos y los sectores redoblen sus esfuerzos para encontrar soluciones muy necesarias a estos desafíos sociales diversos que no cesan.
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