Historias sostenibles de éxito

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Historias sostenibles de éxito
. Historias sostenibles de éxito

A veces, establecer metas es la parte fácil. Lo complicado es implementarlas. En los últimos dos años, hemos estado examinando cómo integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en nuestro proceso de toma de decisiones de inversión para los mercados cotizados. Esta labor se ha realizado en el marco de esfuerzos más amplios para establecer aspiraciones y objetivos de desarrollo económico, inclusión social y sostenibilidad ambiental en todo el mundo.

Basándose en los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), las Naciones Unidas han establecido 17 ODS, incluyendo energía asequible y limpia (7), acción climática (13) y salud y bienestar (3), las áreas donde se concentran típicamente las mayores oportunidades de inversión en ODS. Lograrlos requiere que gobiernos, empresas, inversores y sociedad civil se unan para tomar medidas.

A diferencia del marco predecesor, el programa actual de los ODS pide explícitamente al sector privado que aporte soluciones. Muchas empresas de todo el mundo ya han comenzado a incorporar la sostenibilidad en sus actividades comerciales. Los ODS llevan este compromiso más allá, pidiendo a las empresas que los incorporen a sus modelos de negocio, innovaciones e inversiones.

En su informe “Better Business, Better World” de 2017, los 35 directores ejecutivos y miembros de la sociedad civil de la Comisión de Comercio y Desarrollo Sostenible identificaron 60 grandes oportunidades de mercado en los sectores de la alimentación y la agricultura, el desarrollo urbano, la energía y los materiales, y la salud y el bienestar1. Algunas son la reducción de los residuos de alimentos, las nuevas tecnologías agrícolas, la vivienda asequible, los edificios de bajo consumo energético y el transporte público.

Lo cual está muy bien, pero ¿cómo se puede integrar ese pensamiento en un enfoque coherente de inversión? Después de haberlo hecho durante bastante tiempo, podemos decir que no es en absoluto sencillo. Nuestro trabajo incluyó una investigación publicada en 2018 que esboza nuestra metodología patentada sobre la mejor manera de invertir con una mirada ODS2. Durante este año, la hemos mejorado con el fin de evaluar no solo las contribuciones positivas de los emisores, sino también las negativas. Con ello, creemos que ahora podemos ofrecer un cuadro más completo de la contribución neta global de un emisor individual a los ODS.

Nuestro universo de inversión para este análisis es el MSCI AC World Index. Dentro de este índice, evaluamos dónde los productos y servicios de las empresas están contribuyendo más a los ODS específicos. Encontramos que sus actividades se agrupan típicamente alrededor de cinco: acción por el clima (13), educación de calidad (4), buena salud y bienestar (3), así como producción y consumo responsable (12).

Comenzamos con la identificación de las empresas con ingresos vinculados positivamente a los ODS, que se enfrentan a un escrutinio adicional a través de una capa de control de riesgos diseñada para identificar a los verdaderos líderes. Nuestra investigación muestra que la mayoría de las industrias centran sus esfuerzos en contribuir al ODS 13 (acción climática), aunque existen variaciones significativas dentro y entre sectores.

Al examinar los resultados de nuestro análisis en profundidad, vemos que los subsectores que registran la mayor contribución a los ODS están dentro de la salud, la tecnología y el real estate. Por el contrario, los sectores con la menor contribución son la energía y los servicios de comunicación.

A pesar de las violaciones de las normas de seguridad de los productos, que penalizan la calificación ODS en todo el sector de la salud, los subsectores de productos farmacéuticos, biotecnología y ciencias de la vida, y equipos y servicios de atención sanitaria tienen una alta proporción de «verdaderos líderes ODS» y «líderes ODS» (81% y 82% del límite del mercado en sus subsectores, respectivamente).

En el sector de la tecnología de la información, los tres sub-sectores tienen una alta proporción de líderes ODS. Encontramos que estos productos se despliegan típicamente con fines de eficiencia energética y están asociados con el ODS de acción climática. Lo mismo se aplica también a ciertos dispositivos en el subsector de los semiconductores.

En el subsector de alimentos y bebidas, a menudo observamos una menor exposición a los ODS de lo que cabría esperar. Estas empresas están contribuyendo, pero tienen calificaciones decepcionantes debido a su contribución negativa neta, en particular, al ODS 2 (hambre cero-nutrición). Entre ellas se encuentran las compañías que producen refrescos, dulces, postres, productos a base de carnes rojas y alimentos altamente procesados.

Por último, la mayoría de las empresas del sector de servicios de comunicaciones tienen pocos o ningún ingreso positivo de los ODS. Como resultado, y aunque muchas pueden obtener una puntuación alta en términos de calidad ESG, serán rebajadas en base a los ODS, logrando una calificación «D» en el mejor de los casos. Por el contrario, los líderes son calificados como «A» o «B».

Entonces, ¿qué significa todo esto? Nuestro análisis ilustra la utilidad de contar con un marco formal para evaluar a los emisores a través de criterios consistentes en nuestros procesos de asignación de sectores y selección de valores. Mediante la inclusión de información sobre los ESG en general y sobre los ODS en particular, pretendemos reducir los riesgos, captar las oportunidades y facilitar los esfuerzos para mejorar los retos medioambientales y sociales a los que se enfrenta la sociedad.

Tribuna de Petra Pflaum, co-directora de renta variable para EMEA y CIO de inversión responsable de DWS

DWS - ods

 

1. Business and sustainable Development Commission (January 2017). Better Business, Better World

2. https://www.dws.com/insights/global-research-institute/Integrating-UN-sustainable-development-goals-into-investment-portfolios/

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Negociación de la deuda, perspectivas económicas y coronavirus: el análisis de Sebastián Vargas sobre Argentina

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Foto cedidaSebastián Vargas, director Latam Credit Strategy de Barclays Investment Bank. ,,

El gobierno argentino acaba de presentar lo que parece ser su última propuesta a los acreedores de su deuda pública, abriendo un nuevo capítulo de la negociación que, esta vez, tiene fecha límite el 4 de agosto. ¿Por qué parece tan difícil el proceso? ¿quién tiene más que ganar o perder con un default? y, ¿qué perspectivas tiene Argentina en un contexto económico tan adverso?: Sebastián Vargas, director Latam Credit Strategy de Barclays Investment Bank, conversó sobre todo esto con Funds Society.

“Es muy valorable que pese al impacto del COVID-19 los bonistas y Argentina continuaron negociando. El coronavirus aumenta la incertidumbre sobre el estado de los fundamentales futuros, pero esa incertidumbre es simétrica para los deudores y los acreedores, los pone a todos en la misma página. En general, pienso que la pandemia ayuda a acercar las partes para cerrar un acuerdo. Fíjese que incluso en contratos entre privados se producen cambios de términos contractuales –de deudas, arreglos laborales, o alquiler– en forma voluntaria que no sucederían en un mundo sin COVID-19”, señala Sebastián Vargas.

Para el experto, ambas partes tienen interés en que se llegue a un acuerdo: “Pienso que a los bonistas no les conviene esperar a que las cosas se deterioren más para negociar, ni tampoco les sirve tener bonos en default en sus carteras si las cosas repentinamente se recuperan. Por otro lado, Argentina necesita ir solucionando temas para preparar la salida económica del COVID-19. Y si las cosas empeoran repentinamente, los contratos de deuda se pueden renegociar. Eso Argentina lo conoce muy bien”.

¿Por qué parece tan complejo y largo este proceso de negociación?: Vargas piensa que el gobierno argentino tardó mucho en poner una oferta en la mesa, y advierte que en caso de defautl Argentina tiene mucho más que perder que los acreedores: “Imagínese que un plan de crecimiento no puede tener como su puntada inicial el default. En especial porque es el problema más sencillo de resolver de todos los problemas. Piense que el sector privado doméstico pensará que si no pudieron resolver “el tema de la deuda”, menos aún podrán resolver la lista de problemas más complicados que preocupan al sector real. Es el canal de las expectativas, algo poderosísimo al comienzo de una nueva gestión. Por el lado de los bonistas, los costos son limitados porque los bonos ya se encuentran a valores de mercado bajos en carteras diversificadas. El verdadero golpe en los retornos de las carteras fue en 2019. Y además, usted ya lo vio con el arreglo de la deuda en 2016, siempre habrá algún gobierno futuro que se disponga a acordar con los bonistas en algún punto del tiempo”.

El gobierno argentino ha puesto como límite de la negociación algunos parámetros del FMI, como la sostenibilidad del pago de la deuda: ¿qué perspectivas económicas tiene Argentina realmente?

 “No tenga dudas que la performance económica de Argentina puede superar la asumida por el FMI y el gobierno en sus estimaciones. En la medida que se reordene la economía, la recuperación post COVID-19 puede ser muy fuerte y se podría experimentar un periodo de crecimiento prolongado. Pero eso no sucede porque el sector privado no confía ni en el Estado ni en el plan del FMI, y hace lo que puede para proteger su capital. Eso es porque desde hace muchos años el Estado no han demostrado que entienden o sabe implementar un plan que los ayude”, señala el director de estrategia de deuda latinoamericana de Barclays Investment Bank.

“Con lo poco que he visto hasta aquí en materia económica, pienso que el gobierno actual tiene un buen diagnóstico sobre lo que no funcionaba en la gestión económica anterior, pero aún no ha mostrado una nueva fórmula que funcione. Pienso que la llave del crecimiento a corto plazo está en permitirle al sector privado pasar de “modo crisis” a “modo expansión”. Pero para ello el gobierno debe dar confianza al sector privado. El coronavirus aumentó los desafíos económicos y mostró algunas dificultades en la gestión que deben atenderse antes que se debilite la confianza un escalón más. El largo plazo es un capítulo en sí mismo, pero creo que proponerse como política de Estado bajar la inflación es un buen principio”, añade Vargas.

La negociación a la que asistimos, ¿tiene un componente político? ¿hay un sesgo de los acreedores hacia el actual gobierno argentino que no se habría dado con otra administración?: “No me parece una buena hipótesis. El dinero no tiene signo político. Tengo numerosos ejemplos de ello en diversas latitudes. En el terreno local, comenzando por la lluvia de inversiones que no le llegó al anterior gobierno”, afirma Sebastián Vargas.

Las stock options ganan atractivo dentro de los esquemas de remuneración de los family offices chilenos

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Pixabay CC0 Public Domain. El 66% de los gestores europeos de gran capitalización superaron a su índice de referencia

Las stock options pueden ganar peso dentro de los esquemas de remuneración de los ejecutivos de los family offices chilenos durante los próximos años debido a cambios tributarios y a la situación actual derivada de la crisis sanitaria. Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden del estudio Family Offices en Chile: Incentivos Gerenciales elaborado por EY  y AEF (Asociación de empresa familiar) y que se engloba dentro de su webcast series.

En este primer estudio, que analiza el modelo de incentivos utilizado actualmente por los family offices en Chile participaron 46 firmas, lo que representa aproximadamente un 25% del total que existen en el país.

Según este estudio, un 79% de los encuestados incorporan políticas de incentivos de carácter anual en su gran mayoría en forma de un bono en relación a número de sueldos (entre 1-5 lo más habitual). Sin embargo, la reducción de la liquidez y la disminución de rentabilidad obtenida por los family offices tras el inicio de la pandemia hacen necesario la búsqueda de incentivos que no presupongan un desembolso de efectivo como tal.

En este sentido, el estudio señala que un 8% de los encuestados da una participación a sus ejecutivos en nuevos proyectos, que no supera el 2% de la inversión, y que solo el 3% de las oficinas otorga acciones u otra propiedad de la compañía como incentivo.

Según Pablo Greiber Partner, Principal EY, uno de los motivos detrás de esta baja participación es la forma jurídica tradicional de los family offices en Chile que se constituían en su mayoría como sociedad de responsabilidad limitada y que desincentiva la entrada en el capital de la sociedad de personas no vinculadas a la familia. La elección de este tipo de sociedad se debía al beneficio tributario que se obtenía cuando cantidades retiradas de los family offices eran reinvertidas en otros negocios fuera de la misma. La eliminación de este beneficio tributario, junto con los inconvenientes que revisten las sociedades de responsabilidad limitada, como por ejemplo la unanimidad en la toma de decisiones, hacen que otras formas jurídicas, tales como sociedad anónimas o sociedad por acciones, tengan más sentido en la actualidad.

Por otro lado, la nueva reforma tributaria también ha beneficiado el cobro de las stock options por parte de los trabajadores. Hasta la reforma, las stock options generaban un evento tributario en el momento en que se generaba el derecho (granted en inglés) aunque el trabajador no hubiera percibido ninguna cantidad hasta ese momento. La nueva reforma tributaria ha eliminado este punto y además eliminó la tributación al ejercicio de estas opciones en la medida en que este estipulado a un contrato individual o colectivo, de forma que las stock options solo tributarán en el momento de venta de las acciones.

Retribución en función del patrimonio gestionado y el solapamiento de roles

El estudio también aporta información sobre los sueldos medios que perciben las distintas funciones dentro de los family offices. Asi, un gerente general cobra en promedio una renta mensual líquida de 8.817.742 pesos (10.800 dólares) y un bono de 4,4 mensualidades, un gerente de inversiones percibe en media 7.313.333 pesos (8.960 dólares) de renta líquida mensual y un bono correspondiente a 3,0 mensualidades y, por su parte, un gerente de finanzas cobra en promedio 5.920.000 pesos líquidos al mes (7.255 dólares) y un bono de 2,7 mensualidades. 10 es la cantidad máxima de rentas entregadas en concepto de bono variable.

La retribución de cada posición también depende del patrimonio gestionado por el family office, aunque hay que matizar casos como el sueldo que percibe un gerente general para un patrimonio familiar menor a 50 millones de dólares, que cobra una renta mensual de 11.000.000 (13.480 dólares) debido a que normalmente solapan funciones de otras gerencias. Con respecto a los gerente de inversiones, se observa una clara tendencia al alza conforme aumenta el patrimonio gestionado.

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BBVA comienza la reapertura gradual de sus sucursales en EE.UU.

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Foto cedida. Pxhere

La filial para EE.UU. del banco BBVA anunció este lunes que comienza el proceso de reapertura de sus sucursales en Estados Unidos que permanecen cerradas desde mediados de marzo cuando se desató la pandemia.

El banco asegura que se están siguiendo todos los protocolos y que abrirán solo los locales que han sido identificados como “prontos para reabrir”.

Por otro lado, la entidad aclaró que continuará monitoreando los datos entrantes en caso de que necesite cancelar las decisiones de reapertura por la seguridad tanto de empleados como clientes.

«Las últimas semanas han dejado en claro que la pandemia no ha terminado», dijo el jefe de banca minorista de BBVA, Larry Franco, según un comunicado enviado a la prensa.

Franco agregó que se está usando un modelo que permite “comprender este entorno externo y hacer planes basados ​​en datos y condiciones emergentes” y que todas las medidas se toman con “el máximo cuidado para la salud y seguridad de nuestro equipo y clientes».

El modelo utiliza datos internos y externos para considerar qué áreas se reabrirán en cada filial.

Los datos externos evaluados incluyen el número de casos COVID-19 por cada 100.000 personas dentro de un condado, los casos por metro cuadrado y la nueva curva de casos.

Por otro lado, los datos internos involucran a los empleados de la sucursal que estén disponibles para trabajar, la capacidad de distanciamiento dentro del local y el nivel de riesgo de contagio durante la interacción laboral.

Todas estas disposiciones crean un puntaje que determina si la sucursal está apta para su reapertura.

“Sabemos que los clientes quieren y necesitan interacción cara a cara, especialmente ahora que pueden tener más preguntas que nunca sobre su situación financiera, pero tenemos que hacerlo de manera responsable», agregó Franco.

Finalmente el comunicado aclara que todas las sucursales que reabran al público contarán con todas las medidas sanitarias correspondientes como el uso de mascarillas, turnos de limpieza más frecuente, mayor suministro de elementos sanitarios como guantes, desinfectante para manos, paneles de plexiglás, señalización para el tráfico peatonal ordenado, entre otras.

La emisión de bonos sociales y bonos verdes soberanos se dispara

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La emisión de bonos sociales y bonos verdes soberanos se dispara
Pixabay CC0 Public Domain. La emisión de bonos sociales y bonos verdes soberanos se dispara

La crisis del coronavirus ha desencadenado un cierto reequilibrio de los criterios ESG en el espacio de la renta fija sostenible. Según NN Investment Partners, mientras que en el pasado dominaban los bonos verdes, en los últimos meses, las amplias implicaciones sociales de la pandemia han trasladado el énfasis de la E a la S. Este cambio se refleja en el aumento de la emisión de bonos sociales, que recaudan fondos para proyectos sociales. Sin embargo, a largo plazo, el mercado de bonos verdes seguirá creciendo, marcando el camino para construir una recuperación económica sostenible.

En una nota de prensa, la gestora hace hincapié en que los bonos sociales han pasado de utilizarse para planes de viviendas sociales y creación de empleo a ayudar a mitigar el impacto social y económico del coronavirus. Por ello, los ingresos de la mayoría de los llamados bonos COVID-19 financian proyectos relacionados con la salud y la preservación del empleo. Desde principios de abril, se han recaudado alrededor de 20.000 millones de euros en países como Francia, España, Italia o Japón. En menos de tres meses, el mercado de bonos sociales ha crecido un 43% hasta alcanzar los 66.000 millones de euros.

“La mayoría se han utilizado para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), centrándose en la preservación de los puestos de trabajo”, asegura. Por ejemplo, ante los retos del sector sanitario, algunos bonos sociales lanzados recientemente se destinan a la compra de suministros y equipos médicos o al I+D en medicamentos y vacunas. También contribuyen a proporcionar apoyo financiero a las empresas para que puedan retener al personal y mantener los niveles de empleo.

NN IP ve probable que los principales emisores continúen siendo agencias, organizaciones supranacionales e instituciones financieras: actualmente, constituyen el 51%, 16% y 13% de ese mercado, respectivamente. Asimismo, revela que la mayoría de los bonos sociales están denominados en euros.

Para Jovita Razauskaite, gestora de carteras de bonos verdes de la entidad, «la pandemia ha llevado claramente el mercado de bonos sociales al siguiente nivel”, pero, pese a su reciente crecimiento, continúa siendo comparativamente pequeño y está dominado por unos pocos participantes. “Para crecer y diversificarse, tendrá que atraer una gama más amplia de participantes y tipos de emisores”, añade.

En su opinión, una vez que la pandemia haya quedado atrás, podría seguir creciendo, ya que los emisores corporativos que deseen abordar cuestiones sociales clave a través de sus negocios podrían buscar cada vez más financiación a través de los bonos sociales. A medida que aumente la liquidez, serán una opción viable para los inversores que deseen tener un impacto social positivo. “El mayor desafío para este mercado será crear un formato más normalizado para la presentación de informes de impacto, lo que mejorará la transparencia y aumentará su credibilidad y su potencial de crecimiento”, afirma.

Los bonos verdes despuntarán en el segundo semestre

NN IP cree que, a largo plazo, los bonos verdes seguirán marcando el camino para construir una recuperación económica sostenible y apoyar la transición hacia un mundo con emisiones cero y resistente al clima. El mercado de bonos verdes soberanos sigue creciendo, y países como España, Suecia, Alemania y Dinamarca tienen previsto lanzarlos en 2020. Los dos últimos, además, están buscando nuevas estructuras innovadoras.

Alemania está en camino de emitir su bono verde inaugural (probablemente de 10.000 millones de euros) en agosto o septiembre. El gobierno está planeando explotar el mercado con una nueva estructura gemela de bonos verdes: la emisión de un bono verde y un bono normal con el mismo vencimiento y cupón. Esto proporcionaría una diversificación natural entre los inversores de bonos convencionales y verdes.

Mientras, el concepto danés se centra en que los bonos se emitan con etiquetas transferibles llamadas «green add-ons» o certificados. Según la gestora, esto significa que una emisión tiene dos componentes diseñados como valores separados, cada uno con su propio ISIN: uno es un bono convencional y el otro es el certificado. El fundamento de esta propuesta es el pequeño tamaño del mercado de bonos soberanos daneses y el temor de que tener dos tipos de bonos soberanos crearía implicaciones de liquidez para el mercado en su conjunto.

Bram Bos, gestor jefe de carteras de bonos verdes en NN IP, celebra el continuo crecimiento del bono verde soberano, tanto en términos de volumen como de nuevos emisores que planean aprovechar este mercado. “Como en todas las áreas de las finanzas sostenibles, desconfiamos de las emisiones que ofrecen menos transparencia en cuanto al uso de los ingresos, o cuyas estructuras probablemente planteen dudas. El caso danés es un ejemplo de ello, y tenemos fuertes reservas sobre este concepto”, revela.

Mientras, la gestora apoya las estructuras que crean una curva de rendimiento verde, como la de Alemania, ya que ofrece opciones de bonos en una gama de vencimientos y refleja “el firme compromiso de un país” con un mercado de bonos verdes. Para Bos, “el aprovechamiento habitual de una única emisión de bonos verdes existente mejora la liquidez en un mercado en rápida expansión”.

Aportaciones desde la inversión sostenible a la recuperación económica

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Pixabay CC0 Public Domain. Aportaciones desde la inversión sostenible a la recuperación económica

En el contexto actual, tras las medidas de la Unión Europea para mitigar el impacto económico del COVID-19, dotando de fondos estructurales de recuperación, así como las decisiones del BCE para impulsar la economía, queremos aportar la visión del sector privado y concretamente de las finanzas sostenibles, en su denominación más amplia (recogida por la Comisión Europea en el Plan de Finanzas Sostenibles).

Partimos de que el sector privado es fundamental para completar, canalizar e impulsar las iniciativas públicas que se han puesto en marcha, permitiendo que los flujos de capital y ahorro lleguen a las empresas y los autónomos, contando con el convencimiento de que las finanzas sostenibles serán protagonistas de este proceso de reconstrucción económica y social. 

En cuanto a la inversión sostenible, integrada en las finanzas sostenibles, queríamos compartir algunas reflexiones que se derivan de la experiencia traumática del COVID-19, con el foco puesto en la vertiente económica y la respuesta de los mercados.

El riesgo de la “insostenibilidad”

El primer aspecto se refiere a los riesgos mal llamados extrafinancieros, los ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), que indudablemente han de incorporarse al análisis tradicional, superando esa diferenciación inicial, dado que su impacto financiero ha quedado más que probado, de forma que podemos afirmar que “la insostenibilidad” se incorpora al mapa de riesgos tradicional.

Sin lugar a duda, ahora somos mucho más conscientes de la vulnerabilidad de la sociedad, de la interdependencia y de la necesidad de reforzar los lazos de solidaridad y responsabilidad a todos los niveles. Obviamente, esta vulnerabilidad tendría que estar evaluada desde la perspectiva de riesgos, y entraría en lo que la industria financiera califica como criterios de sostenibilidad: ambientales, sociales y de gobernanza.. 

El COVID-19 ha sido la primera muestra de materialización de un riesgo a nivel global, sanitario en este caso, que ha llevado a los gobiernos a tomar medidas de urgencia sin precedentes. Esta experiencia nos puede servir como referencia de futuros riesgos globales, como es el caso de los derivados de la emergencia climática.

Empresas y compromiso ASG

El segundo aspecto se refiere a la respuesta positiva, desde el punto de vista del valor de los activos, de los productos de inversión sostenible frente a los no sostenibles. Los mercados financieros reconocen positivamente el menor riesgo y el enfoque ASG, oportunidades de negocio, de los vehículos de inversión ISR.

Partiendo de que los mercados financieros se han colapsado ante esta emergencia sanitaria y las pérdidas de valor de los activos han sido históricas, la respuesta de la inversión sostenible ante esta crisis ha evidenciado que las inversiones con criterios ASG reducen el riesgo en situaciones de ruptura del mercado y, en consecuencia, recurriendo a una frase recogida en diferentes medios, caen menos y se recuperan antes.

Como referencias que lo confirman, sobre las que podríamos hacer un monográfico, pueden acceder al reciente estudio de Fidelity, en el que se aportan cifras del comportamiento de las empresas mejor calificadas en materia ASG en comparación con la media del S&P 500, el incremento de la demanda ASG del estudio publicado por Morgan Stanley Institute for Sustainable Investing, y los análisis del Global Sustainable Fund Flows de Morningstar, entre otros.

Lo que es indudable es que las buenas empresas en materia de ASG son en su mayoría valores de crecimiento y calidad, por lo que se entiende su mejor respuesta ante la crisis del COVID-19, siendo conscientes de que también ha incidido su baja o nula exposición a sectores como las energías fósiles o sector aeronáuticos, duramente castigados por la crisis.

Por otro lado, las compañías punteras en materia de ASG tienen una mayor capacidad para incidir en los aspectos sociales, incluyendo la protección de los trabajadores, los riesgos laborales, la capacidad de implantar medidas sanitarias (distanciamiento) soportes tecnológicos (teletrabajo), etc.

Inversión de impacto 

El tercer aspecto es el que se refiere a identificar la inversión sostenible con el largo plazo, algo que es indudable, pero a lo que hay que añadir la capacidad de transformación en el corto plazo, vía inversiones de impacto, donde la vinculación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU se materializa con métricas precisas.

La inversión sostenible tiende a canalizar flujos de capital hacia iniciativas y proyectos que atiendan la urgencia social y climática, buscando un impacto tanto en el largo como en el corto plazo. Las tendencias de inversión han de estar alineadas con las necesidades sociales y ambientales y jugar un papel activo en el proceso de reconstrucción social y económica.

Los planes de reconstrucción, que todos los estados han activado, ponen el foco en la reactivación económica y en la mitigación de la vulnerabilidad social, en un sentido amplio, incluyendo la creación de empleo, sanidad, educación, energías limpias o la gestión de residuos. 

La conexión de los planes de reconstrucción con las finanzas sostenibles la encontramos en los vehículos de inversión ligados a los ODS, 17 objetivos y 169 métricas, como palancas de acción para el cambio. 

Es una realidad que la inversión sostenible, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, está dando prioridad a los aspectos relacionados con la salud y bienestar (ODS 3), pobreza (ODS 1), hambre (ODS 2), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), o la reducción de las desigualdades, producción y consumo responsable, (ODS 12), entre otros.

La inversión de impacto cotizada se alinea de forma clara con los ODS, incorporando el impacto buscado, con propósito, a la tradicional performance rentabilidad-riesgos, siendo conscientes de que los 17 objetivos, según la ONU, buscan lograr un ecosistema resiliente y sostenible para el 2030. Con el impacto del COVID-19 estaríamos ante una emergencia social que da impulso a los ODS como referencia en las finanzas.

Ahora salud y bienestar, pobreza, desigualdad, hambre y trabajo decente, son aspectos clave para la reconstrucción económica tras la pandemia, conectando la parte social con las medidas derivadas de la emergencia climática. Es el momento de la inversión sostenible con impacto.

Tribuna de Francisco Javier Garayoa, director general de Spainsif

Cómo adaptarse a una reestructuración fundamental

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Cómo adaptarse a una reestructuración fundamental
Pixabay CC0 Public Domain. Cómo adaptarse a una reestructuración fundamental

A medida que las economías han comenzado a reabrirse, en DPAM seguimos siendo escépticos en cuanto a la rapidez con la que se reavivará el espíritu animal entre los consumidores y las empresas. Con los informes del primer trimestre acercándose a su fin, nos gustaría compartir algunas tendencias interesantes a nivel de compañías y subsectores.

Un punto de interés notable es el importante rendimiento del Nasdaq Composite frente a la mayoría de los índices globales. Como siempre, cuando la tecnología funciona bien, los inversores (minoristas) tienen vértigo, porque esta «seguramente sea otra burbuja tecnológica». Sin embargo, necesitamos considerar cuidadosamente una tendencia subyacente crucial para obtener una imagen más clara del rendimiento actual.

La transformación digital de la economía mundial ha estado en marcha durante muchos años en muchos frentes. Las empresas están adoptando cada vez más el software como una forma de mejorar la productividad, crear una ventaja competitiva o ahorrar costes. Mientras, los consumidores están adoptando la tecnología a una velocidad nunca vista hasta ahora, que va desde un mayor uso del comercio electrónico hasta soluciones digitales en los pagos y la atención sanitaria. Todo ello, a su vez, requiere una mayor, mejor y más rápida capacidad de red y en la nube. El COVID-19 ha sacudido el mundo de forma radical, y las empresas establecidas deben reconocer que el cambio es necesario para sobrevivir.

DPAM - gráficoLas empresas que se adelantaron en su camino digital ahora están tomando el control de la cuota de mercado (como Nike frente a Adidas) y se muestran dispuestas a acelerar aún más sus inversiones digitales para mantener su racha ganadora. Sin embargo, otras se ven obligadas a emprender ahora una masiva actualización digital para mantenerse a flote. Una encuesta de Fortune a varios CEOs refleja que solo un 6% ralentizarían su proceso de transformación digital debido al COVID-19. Mientras, el 63% dijo que la aceleraría. De hecho, la digitalización de la economía global se ha acelerado notablemente.

Tal y como declaró el CEO de PayPal durante la última conferencia de la compañía: «Cuando miremos hacia atrás, veremos este momento como un punto de inflexión, en el que los pagos digitales tanto online como offline se convirtieron en un elemento esencial de nuestras vidas». Esto explica por qué hemos visto un aumento significativo en el precio de las acciones de muchas compañías de software e Internet.

Hasta cierto punto, creemos que también se debe al comportamiento racional de los inversores. En tiempos de gran volatilidad e incertidumbre, prefieren refugiarse en empresas que se beneficien de estas tendencias y que ofrezcan buena visibilidad. Además, mientras los inversores no estén seguros de la forma de la recuperación o de la posibilidad de otra gran ola, es poco probable que cambien de estrategia en un futuro próximo. La previsible continuación del entorno de tipos bajos confirma esta perspectiva.

Si excluyésemos a EE.UU., la capitalización de mercado del Nasdaq está ahora cerca de la capitalización total del mercado de valores mundial. Su fuerza también se ha visto impulsada por el sector de la biotecnología, que ha alcanzado máximos históricos gracias a un repunte en la innovación impulsado por un número cada vez mayor de aprobaciones de medicamentos por parte de la FDA (por ejemplo, en oncología para Seatlle Genetics e Incyte).

Además, las terapias celulares y genéticas son cada vez más prometedoras y podrían ofrecer una solución a la pandemia. Actualmente, Moderna es uno de los líderes en este sentido. El sector de la biotecnología también ha demostrado ser seguro en crisis pasadas, ya que los índices de biotecnología (BTK y NBI) disminuyeron solo un 1% durante las tres últimas recesiones económicas.

Hay mucho movimiento en torno a las conocidas acciones FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Google), pero los mineros de oro (BANG: Barrick, Agnico Eagle, Newmont y Goldcorp) también han logrado rendimientos positivos decentes en lo que va de año. Los inversores están cada vez más interesados en el oro y, a medida que los bancos centrales degradan sus monedas, permanece como un depósito de valor sin riesgo de contrapartida. Por lo tanto, imaginamos que esta tendencia continuará, ya que no esperamos una escalada en las políticas de QE en el futuro cercano.

Por último, hemos sido testigos de un cierre a gran escala de las plantas cárnicas de EE.UU. Su alta densidad de mano de obra constituye un riesgo significativo para la salud durante la pandemia. Esto ha llevado a una mayor voluntad de invertir en tecnologías de automatización. Se ha convertido en una cuestión de supervivencia, ya que el actual régimen de trabajo de las empresas de envasado de carne hace tiempo que superó su fecha de caducidad. Por ello, una vez más, las compañías con tecnologías innovadoras (por ejemplo, visión 3D) saldrán ganando.

Las masivas inyecciones de liquidez y las políticas de apoyo fiscal han evitado una crisis de solvencia total. Al mismo tiempo, han creado una dicotomía entre la realidad económica y el comportamiento del mercado de valores, algo que rara vez hemos visto antes. No ignoramos los méritos del mecanismo de descuento de los mercados bursátiles, pero nos adelantamos, en parte impulsados por los flujos masivos en el sector retail. Las empresas irán a la quiebra, los consumidores aumentarán sus ahorros y se necesitará más de un par de trimestres para tener una vacuna eficaz y ampliamente disponible. En este entorno, no todo es pesimismo: todavía hay muchas oportunidades de inversión para el gestor activo.

Tribuna de Alexander Roose, responsable de renta variable internacional de DPAM

COVID-19: controlar el riesgo y mantener el beneficio en los flujos de renta fija

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Pixabay CC0 Public Domain. COVID-19: controlar el riesgo y mantener el beneficio en los flujos de renta fija

El impacto del COVID-19 ha provocado que muchas economías se tengan que enfrentarse a un duro tercer trimestre. Tras la publicación de Compass Q3, el informe trimestral deState Street Global Advisors (SSGA) que incluye perspectivas para los próximos tres meses, la gestora organiza un nuevo webinar el próximo 23 de julio bajo el título “Controlar los riegos mientras buscamos beneficio”.

“Las consecuencias del virus solo han sido contenidas a través de medidas fiscales extremas de los bancos centrales”, señalan desde la gestora. En este contexto, los expertos en inversión de la firma analizarán los flujos de renta fija y las tenencias durante el segundo trimestre, y lo que eso puede determinar el sentimiento de los inversores hacia el tercer trimestre. Antoine Lesné, director de Estrategia e Investigación de SPDR ETF EMEA en SSGA, y Michael Metcalfe, director de Macro Estrategia en State Street Global Markets, discutirán las perspectivas de inflación y las posibles ideas de inversión a medida que avanzamos en la próxima fase de la era COVID-19.

El registro al enlace, que se celebra el 23 de julio a las 10:30 horas, está disponible en el siguiente enlace.

¿Qué sectores estarán mejor posicionados de cara al próximo trimestre?

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Pixabay CC0 Public Domain. calendario

De cara al tercer trimestre del año, State Street Global Advisors (SSGA) organiza, el próximo 16 de julio, un nuevo webinar donde analizar los puntos clave del Sector Compass Q3, el informe trimestral de la gestora que incluye perspectivas para los próximos tres meses.

“Los inversores aún tienen grandes cantidades de efectivo en espera y quieren participar en mercados equities”, aseguran desde la gestora. Por eso, en la firma destacan la inversión sectorial puede facilitar el acceso a diferentes partes de la economía y a elegir opciones más cíclicas o defensivas. Asimismo, y ante las elecciones estadounidenses, puede ayudar a comprender los “juegos macroeconómicos” y a diversificar el riesgo.

Rebecca Chesworth, estratega senior SPDR ETF en SSGA, y Marija Veitmane, estratega multiactivos senior en SSGA, compartirán las claves del informe trimestral de la gestora. Así como analizarán cómo la alta dispersión del rendimiento entre sectores ha brindado oportunidades de mercado y las posibilidades y obstáculos de cara al tercer trimestre.

El registro al evento, que tendrá lugar el 16 de julio a las 11:00 horas, está disponible en el siguiente enlace.

Las IICs representan el 14% del ahorro financiero de las familias

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Pixabay CC0 Public Domain. El ahorro de los partícipes en fondos de renta variable alcanza el 15% del total de patrimonio

Aunque la estructura del ahorro financiero de las familias en España sigue estando muy concentrada en los depósitos, las Instituciones de Inversión Colectiva (fondos de inversión nacionales, sociedades de inversión e IICs extranjeras) ya representan el 14% del total de dicho ahorro, según datos del Observatorio Inverco. Además, el número de cuentas de partícipes se situó a finales de 2019 en 11,7 millones, lo que supone un 4,1% más que en 2018. 

Este dato supone un nuevo máximo histórico, si bien los depósitos bancarios (incluyendo también el efectivo) continúan representando el 38% del total de ahorro de los hogares, a pesar de su escasa remuneración, por los bajos tipos de interés vigentes en la zona euro desde hace varios años. Sobre cómo se distribuyó está inversión, el documento de Inverco señala que, en 2019, el ahorro de los partícipes en fondos de renta variable alcanzó el 15% del total del patrimonio. Asimismo, los fondos mixtos engloban el 46% del patrimonio, mientras monetarios y renta fija suponen el 27% del total. El informe de Inverco, realizado a partir de la información proporcionada por las sociedades gestoras de fondos de inversión nacionales a cierre de 2019, señala que los fondos garantizados reducen su ponderación hasta el 11,4% del ahorro.

Además, en 2019, el patrimonio invertido en fondos de inversión registró un aumento del 7,4% respecto al año anterior, superando la cifra más alta de la serie histórica a final de ejercicio. Asimismo, Madrid, Barcelona, Vizcaya, Valencia y Guipúzcoa concentran más del 50% del ahorro total nacional en fondos de inversión, mientras que Galicia, Andalucía y Castilla y León destacan como las comunidades que registran crecimientos iguales o superiores al 10%.

“Tras varios ejercicios de crecimiento continuo, los fondos de inversión se han alzado como un instrumento de referencia en el ahorro de las familias. El positivo aumento de la cultura financiera del ahorrador español, promovido por las distintas iniciativas que han puesto en marcha las entidades con el fin de impulsar el conocimiento financiero en el país, ha potenciado la figura de los fondos como vehículo de ahorro, favoreciendo así su crecimiento y fomentando la inversión a medio y largo plazo y la diversificación de sus carteras”, asegura José Luis Manrique, director de Estudios del Observatorio Inverco.

Por otro lado, los depósitos bancarios se mantienen como el vehículo de ahorro preferido por las familias españolas, representando el 38% del ahorro. No obstante, el informe también destaca el peso de las instituciones de inversión colectiva, que ya representan un total del 14% de este ahorro. Los fondos de inversión domésticos ascienden al 9,5%. En este escenario, y a pesar del incremento en el volumen total de depósitos, los fondos de inversión registraron un mayor crecimiento, y la ratio fondos/depósitos alcanza ya el 23,6%, más del doble de lo que representaba en 2012 (11,4%).

Navarra, La Rioja, Aragón y País Vasco destacan por ser las comunidades autónomas que se encuentran muy por encima de la media nacional. Mientras que en las tres primeras los fondos representan más del 40% del total de sus depósitos, en el País Vasco esta ratio se sitúa en el 36%. En seis provincias españolas esta relación supera el 40%, siendo Teruel la provincia con el mayor porcentaje (49,5%) en la que sus partícipes ya invierten en fondos casi la mitad de lo que ahorran en cuentas y depósitos.

En cuanto al perfil inversor, el informe asegura que los partícipes continuaron canalizando sus carteras hacia posiciones más dinámicas. Madrid, Cataluña, País Vasco y Navarra han sido las comunidades con mayor patrimonio en renta variable. Mientras, Galicia e Islas Baleares se sitúan como las comunidades que más invierten en fondos monetarios y de renta fija, Melilla en mixtos/retorno absoluto y Asturias en garantizados.

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