¿Hay oportunidades de inversión en la economía azul sostenible?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Hay oportunidades de inversión en la economía azul sostenible?

La economía de los océanos se convertirá en uno de los temas de inversión más relevantes de la década, según el estudio global realizado por Responsible Investor, medio especializado en ESG, y el departamento de Asesoría de Impacto y finanzas de Credit Suisse. El documento, titulado Investors and the Blue Economy, analiza la concienciación de los inversores institucionales acerca de la denominada economía azul (blue economy).

“Además de ser el mayor depósito natural de carbono del planeta, nuestros océanos son una fuente importantísima para el sustento económico de millones de personas. El valor de los océanos como activo a escala global se estima en más de 24 billones de dólares, lo que los convierte en la séptima economía del mundo en términos de PIB”, subraya Marisa Drew, CEO del Asesoría de Impacto y finanzas de Credit Suisse.

El informe refleja que, si bien el interés mostrado estas inversiones es alto (más de un tercio de los encuestados lo ven como uno de los temas más relevantes de la próxima década), la experiencia en el sector aún es baja. Así, tres de cada cuatro encuestados reconoce no haber valorado el impacto que podrían tener sus inversiones en la evolución de los océanos y el 21% desconoce por completo la exposición y el riesgo al que se ve sometido el océano en lo relativo a las inversiones.

“Resulta paradójico que, a pesar del creciente interés que los inversores han expresado en relación con las oportunidades en este ámbito, los océanos sigan siendo, a día de hoy, uno de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas con menos inversión, en especial, desde el punto de vista del capital privado. Creemos que la importancia que tiene este tema de inversión emergente para los inversores aumentará considerablemente en los próximos años”, añade Drew.

A pesar de que la inversión de impacto, en renta fija y en empresas en fases iniciales ya presenta oportunidades, con las asignaciones a acciones cotizadas y activos de infraestructura en el horizonte, los principales obstáculos para los inversores siguen siendo “la falta de proyectos con grado de inversión, la falta de conocimientos internos y, en el caso de los titulares de activos, el hecho de que sus gestores no les ofrezcan proyectos relacionados con estas inversiones”, asegura el informe.

“Existe, por tanto, una necesidad urgente de establecer unas condiciones más propicias para la inversión”, subraya el estudio. Para ello, Credit Suisse destaca alternativas como la creación de proyectos sostenibles con antecedentes de rentabilidad, fomentar las colaboraciones público-privadas (CPP) o escalar la inversión mediante enfoques innovadores de financiación, como la financiación combinada, con el fin de reducir el riesgo.

“La transición del enfoque actual, destructivo y cortoplacista, con respecto a los activos de los océanos hacia una economía azul sostenible que cuide el medioambiente presenta una magnífica oportunidad de inversión. La sociedad y los Gobiernos están reaccionando ante el alarmante estado en el que se encuentran los océanos. Sin embargo, no se sabe mucho sobre la concienciación de los inversores respecto al impacto de sus inversiones en el mar y cómo esto podría llegar a afectar al rendimiento y al valor de sus carteras. Por ello, hemos querido saber si se dan las condiciones para que el capital privado fluya hacia la utilización sostenible de los océanos. Y, en caso negativo, qué habría que cambiar”, asegura Dennis Fritsch, investigador en Responsible Investor.

Los sectores que ofrecerán mejores oportunidades de inversión en la blue economy son, según el informe, los relacionados con la mitigación del cambio climático, la lucha contra la contaminación marina y el fomento de la pesca y la acuicultura sostenibles. Sin embargo, casi un tercio de los poseedores de activos no abordan en absoluto la economía azul sostenible en sus actuales inversiones. “Esto refleja que es necesario concienciar a los inversores sobre la importancia de garantizar la conservación de los océanos”, subrayan desde Credit Suisse.

Los resultados del estudio se han obtenido a partir de un grupo de 328 encuestados cualificados de 34 países (53% de ellos, europeos). Un 59% de los participantes eran gestores de activos, frente al 41%, compuesto por tenedores de activos. La mayoría eran inversores en renta variable cotizada, renta fija y estrategias de múltiples clases de activos, con más de 50.000 millones de euros en activos bajo gestión.

Banco Sabadell llega a un acuerdo con IBM para desarrollar su oferta de servicios digitales

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Pixabay CC0 Public Domain. Banco Sabadell llega a un acuerdo con IBM para desarrollar su oferta de servicios digitales

Banco Sabadell e IBM llegan a un acuerdo de servicios por un periodo de 10 años que ayudará al banco a migrar sus aplicaciones a un entorno de nube híbrida e impulsar su proceso de digitalización. El acuerdo se extiende también a TSB, filial de Sabadell en Reino Unido, por el que IBM gestionará su entorno tecnológico.

Banco Sabadell pretende así transformar su infraestructura tecnológica en una plataforma capaz de integrar todos sus datos y aplicaciones y de facilitar una visión central, única y completa de sus clientes. El acuerdo hará posible la modernización del entorno tecnológico del banco. IBM ayudará a la entidad bancaria a migrar sus actuales aplicaciones a un entorno de nube híbrida con “altos estándares de seguridad y preparado para adaptarse a los continuos cambios regulatorios”, según han informado en un comunicado.

“Esta alianza estratégica con IBM nos permite dar un paso más en la modernización y transformación de nuestras infraestructuras tecnológicas y en la simplificación de nuestro modelo operativo. Con ello, no sólo continuamos incrementando nuestra resiliencia, seguridad y escalabilidad, sino que adoptamos elementos clave del nuevo paradigma tecnológico como es el cloud, el uso intensivo de datos o la inteligencia artificial”, asegura Miguel Montes, director de Operaciones y Personas de Banco Sabadell.

En este entorno híbrido Banco Sabadell podrá desplegar, sobre arquitectura de contenedores, nuevas aplicaciones cloud nativas así como se llevará a cabo la modernización de las actuales, con mayor flexibilidad y rapidez. Este avance permitirá hacer frente al continuo crecimiento de la demanda digital, además de aportar resiliencia y seguridad al manejo de los datos y desarrollar nuevas prestaciones digitales.

“A medida que el sector financiero avanza en su digitalización en un entorno fuertemente regulado, los bancos necesitan combinar una alta capacidad de innovación centrada en el cliente, con un entorno tecnológico con los máximos niveles de solidez, resiliencia y seguridad. Una plataforma de nube híbrida abierta, creada y gestionada con un profundo conocimiento del sector financiero es la mejor base posible para afrontar esos retos”, asegura Marta Martínez, presidenta de IBM España, Portugal, Grecia e Israel.

EFPA España pone en marcha sus nuevas delegaciones en Castilla y León, Castilla-La Mancha y La Rioja

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Foto cedidaSantiago Satrústegui, presidente de Abante.. abante

EFPA España (Asociación Europea de Asesores Financieros) continúa con su estrategia de incrementar su capilaridad en todo el territorio español, con la puesta en marcha de sus nuevas delegaciones territoriales en Castilla y León, Castilla La Mancha y La Rioja, donde cuenta con 1.400, 700 y 200 miembros registrados, respectivamente. El objetivo de las nuevas delegaciones será ofrecer la mejor cobertura a los miembros asociados de estas comunidades e impulsar la organización de congresos, seminarios, conferencias y webinars en esos territorios.

Guillermo Domínguez Torres, nuevo delegado de EFPA en Castilla y León, es socio director de Tressis en esa comunidad, tras seis años como director en sus oficinas de Madrid, habiendo desarrollado previamente su carrera como asesor financiero y fiscal en Abante Asesores y en Garrigues, y siendo también socio of counsel en Domtorres Asesores. Es licenciado en Administración de Empresas y en Ciencias Actuariales y Financieras por la Universidad Pontificia de Comillas y cuenta con las certificaciones EFA y EFP de EFPA España.

El nuevo delegado de EFPA en La Rioja, Juan Ignacio Córdoba Celma, es socio de C2 Asesores Patrimoniales desde hace tres años y anteriormente ejerció como director de banca privada de Banesto en La Rioja y director de Patrimonios para Banco Santander. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Alcalá y cuenta con estudios de gestión empresarial y asesoramiento integral en banca privada y con la certificación EFA de EFPA España.

Por su parte, José María Fuster de Barutell será el delegado de EFPA en Castilla- La Mancha. Actualmente es director de Equipo de Banca Privada en Banco Sabadell. Es licenciado en Business Administration por la Universidad de Birmingham y cuenta con un postgrado de Dirección Estratégica por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y con un programa de Asesoramiento en Inversiones por Garrigues & Andersen. Además, Fuster tiene la certificación EFA y EFP de EFPA España.

De este modo, EFPA España cuenta ya con delegaciones en la mayoría de comunidades autónomas: Galicia, Asturias, País Vasco-Navarra, Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía Occidental y Oriental, Canarias, Baleares, Castilla y León, Castilla La Mancha y La Rioja.

Santiago Satrústegui, presidente de EFPA España, señala que “la creación de estas tres nuevas delegaciones responde a la necesidad de ofrecer cobertura a los miles de asociados con los que contamos en estas comunidades, cumpliendo así con uno de nuestros retos marcados en el plan estratégico 2019-2021 de ampliar los servicios a asociados e incrementar nuestra capilaridad en toda España. El perfil de los tres nuevos delegados responde a las necesidades de la asociación, puesto que cuentan con una amplia experiencia en el sector, un vasto conocimiento sobre las necesidades de los clientes y un continuo contacto con el resto de profesionales del asesoramiento”. 

EFPA España cerró 2019 con más de 35.000 asociados certificados, que consolidan a la asociación como la organización que certifica al mayor número de profesionales de entidades de crédito y de inversión en España para que cumplan los requisitos de cualificación mínima a la hora de ofrecer servicios de asesoramiento a clientes, según los criterios establecidos por la CNMV.

Este año, EFPA España celebra su XX Aniversario y en el mes de octubre (días 7, 8 y 9) tendrá su lugar la séptima edición de su congreso bienal que reunirá en Madrid a los principales actores de la industria financiera.

 

¿Qué esperar en 2020?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Starlights. madrid

Dejamos atrás un año marcado por las actuaciones preventivas de los bancos centrales para hacer frente a las incertidumbres geopolíticas (guerra comercial, Brexit, etc) y a la desaceleración de las manufacturas a nivel global. El resultado de estas actuaciones ha sido una economía creciendo más o menos a su nivel “potencial”, soportada por la demanda interna, y algunos mercados financieros cerrando en máximos históricos.

Desde la crisis de 2009, los episodios de desaceleración que podían acabar en un ajuste más serio fueron en 2012 y 2015 (2012 por la crisis bancaria en la Eurozona y 2015 por desaceleración de los emergentes). Los bancos centrales a nivel global actuaron de la misma forma mediante un incremento de estímulos, como bajadas de tipos y aumentos de balance, generando mejoras en las encuestas de actividad y en los activos de riesgo.

Los estímulos empezaron en el segundo trimestre de 2019 en algunos países y se extendieron a nivel global en la segunda parte del año, bajando tipos 51 bancos centrales (a día de hoy sólo en los países emergentes encontramos tipos reales positivos), y expandiéndose otra vez los balances de los principales bancos, como EE.UU, China, la Eurozona y Japón, creciendo por primera vez desde 2018. El Banco Central de China se ha mantenido reticente a iniciar los estímulos debido a los niveles de inflación (los precios de los alimentos en China están subiendo un 20%) y el miedo a seguir inflando la burbuja que tienen en algunas áreas de su economía. Si China decidiese aumentar el tamaño del balance, tendríamos crecimientos de dos dígitos otra vez.

El problema derivado de la introducción de los estímulos es que la efectividad de la política monetaria es cada vez menor: en el corto plazo suele generar una mejora en las encuestas de actividad (PMI, IFO etc.…) y una subida en los activos de riesgo apoyados en las mejores expectativas de crecimiento etc, pero en el medio plazo hemos visto que no se pueden retirar por los desajustes que provoca. Como en otras ocasiones, esperamos que esta mejora sea global y genere otro período de “sincronización”, de crecimiento global con efectos positivos para los activos de riesgo y no tanto para los activos refugio.

La duración de este impulso macroeconómico y microeconómico es lo que genera más dudas, ya que estamos empezando a ver cómo los efectos colaterales negativos de las políticas monetarias empiezan a ser superiores a los efectos positivos. Para que pueda ser sostenible, tendremos que ver mejoras en las perspectivas de inversión de las compañías, ya que las expansiones sostenidas únicamente con demanda interna son más frágiles frente a cualquier cambio leve de las expectativas.

Los principales riesgos en el corto plazo estarían en Estados Unidos, si hubiese cambios en los acuerdos arancelarios con China que fuesen sensiblemente peores que los anunciados inicialmente, o si se produjese un drenaje de la liquidez inyectada en este final de año por parte de la Reserva Federal. A lo largo del año, las noticias relativas a la inversión de las compañías determinarán la sostenibilidad de los repuntes en las encuestas de actividad.

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Los activos más beneficiados por el entorno actual en el que los bancos centrales están tratando de impulsar el crecimientos son los de mayor riesgo como la renta variable y la renta fija corporativa. La renta fija corporativa y de países emergentes supone la mayor parte del posicionamiento de nuestras carteras. Los diferenciales de crédito se han reducido sensiblemente, pero todavía queda margen hasta llegar a los niveles vistos en otros picos del ciclo favoreciendo los bonos BB (high yield de mayor calidad). Los bonos de mejor grado de inversión (Investment grade, IG), con unos spreads menores, están cada vez más correlacionados con los bonos de gobierno y, a los niveles de precios actuales, no ofrecen prácticamente rentabilidad.

La recuperación vista en las encuestas de actividad a corto plazo incrementan el riesgo para los bonos de vencimientos más largos, en especial de los bonos de gobierno que han funcionado como activo refugio en los momentos de mayor volatilidad, y sólo nos parecen interesantes aquellos que tengan un carry positivo (bonos américanos y emergentes).

Los años electores en Estados Unidos tienen todos una caracerística en común, y es que la volatilidad aumenta. Estos repuntes de volatilidad han sido especialmente exagerados en los dos últimos años, al popularizarse las estrategías que vendían volatilidad. Estos aumentos de la volatilidad en la renta fija se reflejan en un aumento de los diferenciales de crédito.

Entendemos que la renta variable es el principal beneficiado de este escenario, no obstante, seremos prudentes ya que parte del movimiento que hemos visto desde la vuelta de verano ya refleja las mejoras que esperamos ver a nivel macro. Pero al igual que en los bonos de mayor riesgo, creemos que hay recorrido.

Favorecemos en las carteras a las compañías de pequeña capitalización y que están más expuestas al ciclo, que deberían comportarse mejor que los índices, siguiendo el repunte de las pendientes de tipos que esperamos en las próximas semanas. Las pequeñas compañías en España y Francia todavía están a más del 20% de sus máximos históricos.

La renta variable ya ha adelantado parte de la mejora en la actividad, pero ha sido sin un incremento en los beneficios. En los próximos trimestres, esperamos ver una mejora de los beneficios favorecidos por un mejor entorno y una comparativa favorable.

Por activos preferimos la renta variable a la renta fija ya que vemos especial riesgo en los bonos de gobierno a medio y largo plazo por una mejora de la actividad y de las expectativas de inflación. Un repunte de las tires en los bonos de gobierno con valoraciones por encima de la media a nivel histórico en la renta variable y spreads de crédito en mínimos, será uno de los detonantes que vemos para repuntes en la volatilidad y correcciones en el mercado. La forma aprovechar este escenario es mantener niveles de caja en en las carteras para tomar posiciones en renta variable. Por áreas geográficas Emergentes y EE.UU. nos parecen los más interesantes en bonos de riesgo bajo y los corporativos europeos de rating bajo para asumir riesgo. En renta variable EE.UU., emergentes e Iberia es donde vemos más recorrido.

Como conclusión esperamos un año complicado en que los estímulos deberán seguir siendo necesarios para poder mantener el crecimiento. A nivel macro habrá que estar muy atentos a la creación de empleo, cualquier empeoramiento será señal que estaremos empezando una fase de ajuste.

Columna de Ricardo Gil, jefe de Asset Allocation en Trea AM.

 

Acuerdo “Fase 1” entre EE.UU. y China: se aplaza el apocalipsis

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Pixabay CC0 Public DomainBoris Kasimov. Boris Kasimov

La “Fase 1” del acuerdo comercial entre EE.UU. y China no pone de manifiesto ninguna hoja de ruta creíble. En lugar de eso, las dos partes han optado por estarse quietas. Según indica Ian Samson, asistente de gestión de fondos de Fidelity International, los activos de riesgo deberían beneficiarse de la ausencia de grandes titulares durante los próximos meses, pero los inversores no deberían perder de vista el riesgo de decepción y escalada futura.

“Ha sido un proceso doloroso que se ha saldado prácticamente sin avances. Los mercados aguardaban el resultado con impaciencia y posiblemente esperasen algo más, pero al fin y al cabo un acuerdo comercial mediocre (francamente, poco más que una “tregua”) sigue siendo mejor que ningún acuerdo. Principalmente, el acuerdo de “Fase 1” rubricado el miércoles por el presidente estadounidense Donald Trump y el viceprimer ministro Liu He aleja la posibilidad de aranceles dolorosos y apunta a que no se producirá una gran escalada de la tensión durante unos meses. Sin embargo, los pormenores dejan un importante margen para que la tensión bilateral vuelva a agravarse. En mi opinión, la posibilidad de que las negociaciones de “Fase 2” terminen bien parece tan remota como siempre”, comenta Samson.

¿Qué significa para los inversores esta tregua, por efímera que sea?

Lo más probable es que propicie una coyuntura más favorable a corto plazo para los activos de riesgo. La atención del mercado gravitará hacia factores más pertinentes, como el crecimiento mundial y la expansión que está experimentando el balance de la Fed, pero los inversores no deberían desatender los riesgos y la incertidumbre que siguen acechando en la tempestuosa relación entre EE.UU. y China, defiende la gestora.

Más allá de este “empujón” a corto plazo

A raíz del acuerdo, los dos contendientes han suspendido el aumento previsto de los aranceles, pero ahí se han quedado. No existe, pues, un calendario claro para reducir los aranceles actuales, lo que ha supuesto una pequeña decepción para los mercados.

Los aranceles apenas han cambiado, y lo mismo se puede decir de las posturas políticas. China se ha comprometido a duplicar prácticamente sus importaciones procedentes de EE.UU. para el año 2021, aunque eso supone muy poco dentro del conjunto de intercambios comerciales de China. Este acuerdo también recoge promesas de China en el ámbito de la propiedad intelectual que, aunque son bienvenidas, probablemente sean acogidas con un escepticismo justificado en cuanto a su eficacia. Se dedica un capítulo completo a las monedas que no hace sino reafirmar lo que China ya se ha comprometido a realizar y, de hecho, realiza en el marco de sus obligaciones internacionales.

El mecanismo de resolución de controversias que contiene el acuerdo permite a EE.UU. actuar de cualquier “forma proporcionada” que considere oportuna si cree que China está incumpliendo. Si China, por su parte, considera esta acción como “de mala fe”, entonces Pekín puede retirarse sin más del acuerdo. Aunque es indudable que a ninguna de las partes les interesa eso en estos momentos, la posibilidad de una escalada y un deterioro de la situación sigue estando tan viva como antes de la ceremonia de firma.

Cabe señalar que la mayoría de las “concesiones” de China ya estaban sobre la mesa antes de que EE.UU. siguiera adelante con varias dolorosas rondas de incremento de los aranceles. Eso expone a las claras lo atrincherada que está China en sus posiciones. Evidentemente, no se ha encontrado ninguna vía de avance creíble, así que las dos partes han optado por estarse quietas, defiende el experto de Fidelity.

“Así las cosas, me parece que las perspectivas en torno a las negociaciones de la “Fase 2” no son nada halagüeñas. El presidente Xi Jinping es muy reticente a realizar concesiones políticas y mantiene su férreo compromiso con un “capitalismo con rasgos chinos”. Las inquietudes estadounidenses que todavía han de abordarse son mucho más conflictivas, como las ayudas implícitas y explícitas de China a las empresas nacionales. Eso genera un riesgo de decepción y escalada futura. Nada de lo contenido en el acuerdo impide que se impongan nuevos aranceles o medidas coercitivas contra empresas individuales, lo que mantiene alta la incertidumbre, pero dado que los dos bandos querían una “tregua”, no es probable que esas inquietudes sean lo que mueva los mercados durante los próximos meses”, añade Samson.

Atención al crecimiento y al balance de la Fed, no a los tuits de Trump

El crecimiento chino sigue siendo un factor clave para las perspectivas de la economía mundial. Sin embargo, este acuerdo comercial nunca iba a cambiar esas perspectivas de forma significativa. La desaceleración de China en 2018-2019 se debió más a una política interna de reducción del endeudamiento para atajar un crecimiento del crédito excesivo y peligroso, lo que, a su vez, perjudicó a todo el sector industrial internacional. Por lo tanto, los mercados deberían centrarse en el efecto de los estímulos que aplicó China el año pasado y las primeras señales de nuevos estímulos en 2020.

Los inversores también deberían estar atentos a si este acuerdo se considera un éxito o un fracaso dentro de EE.UU. y, en este sentido, los demócratas ya están expresando unas críticas legítimas. La percepción sobre las habilidades negociadoras de Trump contribuirá a las posibilidades de reelección de Trump, una variable fundamental para los mercados internacionales en 2020. Una mala acogida podría aumentar las probabilidades de que Trump decida tensar la cuerda con China antes de lo previsto, actuar con mayor contundencia en el ámbito del comercio con la UE y otros socios o provocar una escalada de los precios del petróleo alimentando la confrontación con Irán.

A más largo plazo, la inevitable incertidumbre en torno al comercio entre EE.UU. y China seguirá acelerando dos tendencias en marcha: la salida de las cadenas de suministro de China hacia otros mercados emergentes más baratos y el giro de China hacia el desarrollo de sectores con mayor vocación interna en lugar de exportadora, como los servicios y los semiconductores.

En la medida en que las noticias sobre EE.UU. y China amainen por el momento, el foco de los inversores debería volver a posarse en los fundamentales, en lugar del ruido geopolítico. El año pasado los protagonistas fueron los estímulos en todo el mundo y el hundimiento de los tipos de interés. Este año depende en gran medida de que estos dos catalizadores se traduzcan en una mejoría del crecimiento. A este respecto, los últimos datos permiten albergar cierto optimismo.

“Los inversores deberían estar atentos a los datos de actividad, no a los tuits de Trump. En mi opinión, eso significa mantener una opinión favorable pero selectiva sobre los activos de riesgo. Los mercados emergentes son especialmente atractivos, ya que la estabilidad del yuan, la debilidad del dólar estadounidense y los ciclos de recortes de tipos más grandes se combinarán para tirar al alza del crecimiento en un contexto caracterizado por unos activos con precios relativamente baratos”, concluye Samson.

Renta variable: con la mirada puesta en la recuperación de los beneficios empresariales y en el crecimiento global

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Pixabay CC0 Public Domain. Renta variable: con la mirada puesta en la recuperación de los beneficios empresariales, la política monetaria y el crecimiento global

La renta variable se presenta como uno de los activos más demandados para este año. Uno de los principales motivos es la búsqueda de mayor rendimiento por parte de los inversores, lo que les ha llevado a asumir algo más de riesgo. Pero también los inversores y gestores encuentran argumentos en el buen comportamiento de las bolsas, de los activos norteamericanos y en el recorrido que aún presenta el mercado europeo de acciones.

Tras un periodo de 10 años en el que el S&P 500 ha proporcionado una rentabilidad total del 250% (en dólares estadounidenses) y las acciones globales han más que duplicado su valor, parece razonable suponer que en el futuro los rendimientos de las acciones serán más modestos. “En este contexto, creemos que puede ser beneficioso para los inversores centrarse en tendencias globales amplias y de largo plazo que presenten importantes oportunidades de inversión, que en muchos casos no están correlacionadas con los índices bursátiles tradicionales”, señala Alex Tedder, responsable de renta variable global de Schroders.

En opinión de Tadder, en medio del ruido de los mercados, considera que los temas globales como el cambio climático, la transición energética, la sostenibilidad, la disrupción y la atención sanitaria innovadora serán cada vez más relevantes.

Respecto a qué área geográfica presenta más oportunidades, los gestores apuntan que la renta variable estadounidense puede obtener buenos resultados en 2020 gracias a las elecciones presidenciales que se celebrará en país en noviembre. Tal y como recuerda Greg Johnson, gestor de Capital Group, los resultados de las elecciones estadounidenses, históricamente hablando, no han influido demasiado en los resultados de la inversión a largo plazo.

“Lo que realmente ha importado ha sido no salir del mercado. Si nos fijamos en los resultados obtenidos desde 1932, los mercados estadounidenses han tendido a subir independientemente de que la victoria fuera republicana o demócrata. Aquellos inversores que mantuvieron su inversión durante al menos un año vieron recompensada su paciencia, aunque tuvieron que hacer frente al aumento de la volatilidad registrado durante las primarias. La volatilidad relacionada con las elecciones puede, de hecho, ofrecer ciertas oportunidades de inversión. Las compañías sanitarias y farmacéuticas se han visto afectadas recientemente por las críticas políticas sobre los seguros de salud del sector privado, lo que, a su vez, ha ofrecido unas valoraciones atractivas a aquellos inversores que consideran que el control del sistema sanitario por parte del gobierno no es algo inminente”, argumenta Johnson.

Pese a esta oportunidad, hay cierto consenso en que la renta variable norteamericana está cara. Según William Davies, director de inversiones para EMEA de Columbia Threadneedle Investments, “Europa es más barata, pero adolece de un sistema bancario que atraviesa dificultades, mientras que en Japón las valoraciones indican que algunos segmentos del mercado son baratos, aunque las tendencias demográficas en el país son poco propicias y, aunque es probable que cambien a largo plazo, estas no lo harán lo suficientemente rápido como para que nos beneficiemos en 2020”.

En opinión de Romain Boscher, CIO de renta variable de Fidelity, los beneficios de las empresas regresarán este año gracias a la política monetaria expansivas y a la fortaleza del consumo estadounidense. “Las bolsas rebotaron en 2019 después de quedar atrás el incómodo periodo de endurecimiento monetario de la Fed y ralentización de los beneficios. Los beneficios podrían tocar fondo y después recuperarse: tras un año de atonía en 2019, se prevé un crecimiento de los beneficios en torno al 8% en 2020”, añade. 

Boscher espera una mejoría moderada de las bolsas en 2020 al calor de la recuperación de los beneficios, impulsados por las políticas expansivas en EE.UU., Europa y China y la fortaleza que sigue mostrando el consumo. “Sin embargo, la política monetaria está quedándose sin fuelle y los tipos negativos están empezando a penalizar a los bonistas, por lo que se necesitarán estímulos presupuestarios para impulsar el crecimiento”, matiza.

Cuestión de enfoque

Según el análisis que hacen desde Amundi, la clave para este año, y no solo para la renta variable, será “ser ágil para hacer frente a escenarios divergentes” en particular en los mercados desarrollo donde, además, sugiere que habrá que estar atentos a “la posible rotación del mercado”. 

“La inversión en renta variable para 2020 será, en nuestra opinión, una historia de ingresos y oportunidades para una posible subida. La falta de fuertes tendencias direccionales en los mercados continuará mientras el crecimiento de los beneficios siga siendo débil. Esto debería llevar a los inversores a buscar áreas de resiliencia en el espacio de rentas/dividendos en renta variable. Una vez que las perspectivas se estabilicen y los rendimientos se estabilicen (recuperación de los índices de los directores de compras, cierta expansión fiscal), podría haber posibilidades de que continúe la tendencia alcista, con oportunidades para las acciones cíclicas (calidad en Europa, valor en EE.UU. y pequeña capitalización)”, explican Pascal Blanqué, director de inversiones de Grupo Amundi, y Vincent Mortier, director de inversiones adjunto de Grupo Amundi.

La inversión ESG en la Unión Europea logra rentabilidades superiores a las de Norteamérica

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Pixabay CC0 Public Domain. La inversión ESG de la Eurozona obtiene rentabilidades superiores a las de Norteamérica

Mientras que en la eurozona los factores medioambientales y sociales obtienen mayores rentabilidades, en Norteamérica la generación de alfa en todas las dimensiones ESG desciende. Esta es la principal conclusión del último informe de Amundi, que analiza el impacto de los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) en la rentabilidad de las carteras.

Tras la creciente demanda de inversión ESG por parte de los clientes institucionales a nivel global, Amundi ha utilizado datos de 2018-2019 para analizar la rentabilidad de 1.700 compañías en cinco universos de inversión correspondientes a los índices MSCI: MSCI North America, MSCI EMU, MSCI Europe-ex EMU, MSCI Japan y MSCI World.

“Como inversor socialmente responsable, monitorizamos continuamente las dinámicas de la inversión ESG para asegurar que estamos bien posicionados para satisfacer las necesidades de nuestros clientes. Nuestro nuevo análisis indica que la inversión ESG continúa ofreciendo valor, pero está madurando, con tendencias divergentes entre geografías, estrategias de inversión y los tres factores E, S y G”, asegura Thierry Roncalli, director de Análisis Cuantitativo.

Si bien las inversiones ESG tendieron a penalizar a los inversores entre 2010 y 2013, a partir de 2014, estas los recompensaron, tanto pasivos como activos. Con relación a los últimos 18 meses, no obstante, Amundi destaca tres nuevas tendencias.

La división transatlántica

Tras ocho años de consistencia, el informe apunta a una contradicción entre las tendencias en renta variable ESG de la eurozona y Norteamérica. Mientras que en Norteamérica se aprecia un descenso de la generación de alfa en todas las dimensiones, incluidas pérdidas en el pilar medioambiental, en la zona euro las mismas dinámicas siguen vigentes. En esta zona, los pilares medioambiental y social obteniendo mayores rentabilidades, según los datos de Amundi.

Por ejemplo, la compra de acciones ESG best-in-class (o el 20% de las mejor calificadas) y la venta de las acciones ESG worst-in-class (o el 20% de las peor calificadas), supondría un rendimiento anualizado del 5,8% en la Eurozona, pero solo del 0,6% en Norteamérica.

Social: de lo último a lo primero

En el informe anterior, Amundi reflejaba que la integración del pilar social había quedado rezagada respecto a los factores medioambiental y de gobierno corporativo entre 2010 y 2017. Sin embargo, desde 2018, es el factor que mejor rendimiento está registrando. “Hemos encontrado que, cuando una cartera tomó una posición larga en el 20% de las acciones ESG mejor calificadas y corta en el 20% de las peor calificadas, esto contribuyó con un rendimiento anualizado del 2,9% en la eurozona y del 1,6% en Norteamérica”, subraya el informe.

Algo parecido ocurre en la gestión indexada optimizada, donde la ponderación de las compañías en el índice está optimizada para obtener el menor tracking error posible, que habría generado un exceso de rendimiento de alrededor de 60 y 40 puntos básicos en la zona euro y Norteamérica para un tracking error de 50 puntos básicos. Según el informe de la gestora, esto ayudó los inversores más sostenibles explorando las últimas tendencias en inversión ESG y despertó un mayor interés por los temas sociales.

“La complejidad y diversidad de la inversión responsable significa que los inversores deben ser ágiles y estar a dispuestos a responder a nuevos temas y catalizadores. Hemos descubierto que, en los últimos 10 años, la movilización y concienciación de los inversores ha propiciado que la consideración de los factores ESG haya pasado de ser algo ‘bueno’ que tener a ser ‘imprescindible’», añade Vincent Mortier, director adjunto de Inversiones del Grupo.

La inversión ESG: crece la complejidad

Sin embargo, el estudio demuestra que la inversión ESG va más allá de la exclusión de las acciones worst-in-class o la selección de aquellas best- in-class. “La creciente relación entre la clasificación ESG y la rentabilidad se ve afectada algunas veces por el comportamiento de las acciones second-to-worst-in-class”, aseguran desde Amundi. Este comportamiento anormal de estas acciones se debe, según la gestora, al desarrollo de estrategias a futuro, con inversores que apuestan por compañías en proceso de mejora en lugar de por aquellas mejor calificadas.

“La emergencia de las estrategias momentum ESG y el cambio hacia una visión dinámica de los ratings ESG suponen un desarrollo positivo”, afirma el informe. Esto refuerza la complejidad de la integración de estos factores y demuestra que los inversores sostenibles pueden entender mejor las cuestiones subyacentes, yendo más allá de una visión binaria de las compañías.

Servicios financieros europeos: un 2019 con pocos acuerdos y negocios estratégicos dentro del sector

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Pixabay CC0 Public Domain. La industria de servicios financieros europea registra una caída en la actividad de acuerdos en el tercer trimestre del año

El mercado de los servicios financieros europeo experimentó una caída del 0,9% en la actividad general de acuerdos durante el tercer trimestre de 2019, en comparación con el promedio de los cuatro trimestres anteriores, según los datos de GlobalData.

En el último trimestre, el estudio refleja que se anunciaron 221 acuerdos por valor de 39.670 de dólares para la región, frente al promedio de los últimos cuatro trimestres, que alcanzó los 223. De todos los tipos de acuerdos, las fusiones y adquisiciones registraron una mayor actividad en el tercer trimestre de 2019 con 127 operaciones que representan el 57,4% del total.

En segundo lugar, el informe sitúa al capital de riesgo con 72 acuerdos, seguido de private equity con 22 transacciones. Representan, respectivamente, un 32,6% y un 10% del total de la actividad de acuerdos durante el trimestre. Por otro lado, en términos de valor, GlobalData señala a las M&A como la categoría líder en la industria de servicios financieros en Europa con 33,73 mil millones de dólares, mientras que los acuerdos de private equity y capital riesgo alcanzaron los 5.240 millones de dólares y los 665,72 millones, respectivamente.

Principales operaciones en el mercado europeo en el tercer trimestre de 2019:

Los cinco acuerdos principales supusieron, además, el 89,8% del valor medio durante todo el tercer trimestre de 2019 y sumaron un valor combinado que alcanzó los 35.620 millones de dólares frente a los 39.670 millones de dólares del total registrados durante el trimestre.

Los cinco acuerdos más importantes durante este periodo fueron:

  1. La adquisición de Refinitv por 27.000 millones de dólares por parte del grupo London Stock Exchange.
  2. El acuerdo de private equity de 3.600 millones de dólares por PK Air Finances entre Apollo Global Management y Athene Holding.  
  3. La transacción de activos por valor 3.180 millones de dólares de Mastecards con Nets.
  4. La adquisición de equensWorldline por 1.170 millones de dólares por Worldline.
  5. El acuerdo de private equity de KKR con Heidelpay por 666,27 millones de dólares.

PIMCO se une a la alianza Global Investors for Sustainable Development de la ONU

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Foto cedidaEmmanuel Roman, consejero delegado de PIMCO. PIMCO se une a la alianza Global Investors for Sustainable Development (GISD) de las Naciones Unidas

PIMCO ha anunciado su incorporación a la alianza Global Investors for Sustainable Development (GISD) de las Naciones Unidas, de la que también forman parte otras 29 organizaciones del sector privado.

La GISD, lanzada por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, reúne a 30 directores generales de grandes empresas que se centrarán en promover la inversión a largo plazo a favor del desarrollo sostenible. En colaboración con inversores, gobiernos y organismos multilaterales de todo el mundo, la GISD pretende ofrecer soluciones para impulsar la financiación y la inversión a largo plazo en proyectos que contribuyan específicamente al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

“Entre el punto en que nos encontramos hoy y el objetivo al que debemos llegar para alcanzar los ODS, existe una brecha de financiación de billones de dólares. Nos enorgullece enormemente formar parte de la alianza GISD del Secretario General de las Naciones Unidas, y estamos impacientes por colaborar con los demás miembros con el fin de cubrir esa brecha”, declaró Emmanuel Roman, consejero delegado de PIMCO.

“Los mercados de renta fija desempeñarán un papel crucial a la hora de financiar proyectos que apoyen la materialización de los ODS. Esto creará sin duda oportunidades para los inversores que buscan rentabilidades ajustadas al riesgo positivas, al tiempo que contribuirá a generar un impacto positivo en la sociedad”, ha añadido Scott Mather, director general y director de inversiones para las estrategias U.S. Core de PIMCO.

PIMCO lleva décadas trabajando en el campo de la inversión responsable y lanzó su primer fondo de renta fija socialmente responsable en 1991. Más recientemente, PIMCO ha lanzado una plataforma orientada a los criterios ambientales, sociales y de buena gobernanza (ESG) para atender la demanda de inversores que buscan soluciones de inversión enfocadas específicamente al área ESG.

Asia: la región más cara para el consumo de lujo, según el Julius Baer Lifestyle Index

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Pixabay CC0 Public Domain. Asia: la región más cara para el consumo de lujo según el Julius Baer Lifestyle Index

Julius Baer ha publicado su primera edición del Global Wealth and Lifestyle Report 2020, un informe en el que se hace un seguimiento de las tendencias en los precios de los productos y servicios de lujo según el Julius Baer Lifestyle Index en 28 ciudades de todo el mundo. El informe también presta especial atención al ‘consumo consciente’, destacando cómo las decisiones éticas sobre medio ambiente y sostenibilidad están provocando un replanteamiento sobre lo que significa vivir bien hoy en día.

En este amplio estudio, Julius Baer ha examinado los precios y el comportamiento de los consumidores de todo el mundo para entender mejor el universo del lujo. El Julius Baer Lifestyle Index muestra que Asia es la región más cara para el consumo de lujo, mientras Europa es la más económica. El continente americano se sitúa entre los dos, aunque las oscilaciones locales de los precios son importantes. Las políticas del gobierno, los impuestos, los precios de los servicios y las oscilaciones de las divisas son los principales factores que marcaron las diferencias de precios entre regiones y ciudades. En conjunto, la demanda global por el lujo sigue creciendo de forma constante, como se ha puesto de manifiesto con los resultados extraordinarios de las empresas de lujo cotizadas en Occidente en comparación con los principales índices.

El informe hace especial hincapié en el tema del consumo consciente – un cambio hacia el menos es más, que favorece menos residuos y más experiencias sobre los productos. Ahora que la sociedad defiende un futuro más sostenible, la sostenibilidad se ha convertido en un asunto que abordar para gobiernos, reguladores y bancos centrales.

Desde la entidad financiera, destacan dos conclusiones fundamentales: 

  • Es menos probable que europeos y norteamericanos paguen más por productos producidos de forma responsable, porque la estricta regulación ya ofrece garantías a los productos habituales. 

  • Los consumidores de Asia y América Latina son más propensos a elegir un producto por sus credenciales de sostenibilidad. Esto puede estar condicionado por su experiencia personal sobre los efectos negativos de crecimiento económico provocados por la acción del hombre.  

Nicolas de Skowronski, responsable de soluciones de gestión de patrimonio y miembro del comité ejecutivo de Julius Baer, opina que “nuestro análisis revela el mayor deseo de los consumidores de adaptar sus decisiones de compra a sus convicciones sociales, medioambientales y políticas. Esto empezó con los millennials, que sin duda han pasado el testigo a las siguientes generaciones. Incluso la generación Alfa se está implicando, según mi experiencia personal. El consumidor consciente ha llegado para quedarse y hemos visto una rápida evolución de la actual oferta y de las grandes inversiones en innovación en todas las industrias como respuesta a esta creciente demanda”.

Julius Baer Lifestyle Index 2020

En el informe se estudian los precios de veinte productos y servicios premium en veintiocho ciudades de todo el mundo: diez en Asia Pacífico, doce en la región EMEA y seis en América. Conforme a los resultados del estudio, Asia es la región más cara, sobre todo para las propiedades residenciales, y alberga cinco de las diez ciudades más caras del mundo. De igual forma, en cuanto a los coches de lujo, ocho de las diez ciudades más caras del índice se encuentran en Asia. Sin embargo, para los productos más pequeños, Asia ofrece mejores precios. 

En Asia se encuentran la ciudad más cara del mundo, Hong Kong, y la más barata, Mumbai. Hong Kong se sitúa por encima del percentil 90 a nivel global en propiedad, servicios de belleza, alta cocina, vuelos en clase business y honorarios de abogados. Shanghái ocupa el segundo puesto en la región y a nivel global. Aunque los precios de la propiedad y los hoteles son más económicos que en Hong Kong, es un destino muy caro para productos como relojes y bolsos de mujer, y servicios como los honorarios jurídicos y los entrenamientos personales. Mumbai ofrece precios excepcionales en casi todos los artículos; además varios servicios están más cerca del cuartil inferior.  

Las ciudades europeas son las más económicas. Las ciudades mejor valoradas del Continente para llevar una vida de lujo son Barcelona y Fráncfort. El mercado de la propiedad de lujo de Barcelona sigue siendo relativamente económico en comparación con sus homólogas europeas. Fráncfort, por su parte, es más competitiva en productos portátiles de alta gama y en las suites de hotel. Por otra parte, Londres es la ciudad más cara del Continente, y Zúrich ocupa la segunda posición, por el alto precio de sus servicios y de los sectores de hostelería y restauración.

Respecto a América, el continente ocupa la segunda posición, con Nueva York a la cabeza, mientras Vancouver presume de ser la ciudad más asequible de la región. Norteamérica es especialmente cara por sus servicios, debido a los elevados costes de mano de obra, mientras que las elevadas tasas impositivas elevan los precios de los productos de lujo en América Latina. En Sudamérica, las propiedades de lujo destacan por sus precios asequibles en Río de Janeiro y Ciudad de México, lo que compensa los elevados precios de los bienes y servicios.  

Según Rajesh Manwani, responsable de mercados y gestión de patrimonio de Asia Pacífico,“la primera edición del Global Wealth and Lifestyle Report de Julius Baer muestra las tendencias del consumo de lujo en todo el mundo, que son importantes para nuestros clientes. La metodología se empleó por primera vez en el Wealth Report Asia de Julius Baer, que se viene publicando desde 2011. Por primera vez se ha ampliado para incluir 28 ciudades a nivel global. Esperamos que estas conclusiones aporten una mayor visión de las tendencias globales de estilo de vida en 2020”.