Liquidez en la deuda high yield estadounidense: todo un reto

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Los mercados, incluido el de high yield, siguen sin estabilizarse ante las dificultades de previsión de esta insólita pandemia. Por su parte, las consiguientes respuestas a nivel individual, empresarial y gubernamental se encuentran en pleno desarrollo. En esta actualización, Chris Jorel, gestor de cartera de renta fija de high yield estadounidense de Columbia Threadneedle Investors, proporciona cierto contexto sobre lo que está sucediendo en el sector del high yield estadounidense y formula algunas predicciones sobre lo que cree que depara el futuro.

Rentabilidad del mercado

A lo largo de las últimas semanas, las pérdidas se precipitaron en el mercado de high yield, así como en los mercados de financieros en general. Durante las dos primeras semanas de marzo, los peores resultados parecían proceder de las empresas más perjudicadas directamente por el COVID-19. Sin embargo, en la tercera semana de marzo las ventas fueron más indiscriminadas, ya que incluso las compañías de mayor calidad cotizaron significativamente a la baja, con la ampliación de los diferenciales de los precios de la oferta y de la demanda. Esto se debió en parte a que los inversores aumentaron el efectivo mediante la venta de la deuda que mejores resultados había registrado, así como al hecho de que las repercusiones de la paralización de toda la actividad serán generalizadas y perjudicarán a la mayoría de las empresas. A modo de referencia, cabe señalar que cinco de los seis peores días en términos de rentabilidad total registrados en la clase de activos se han producido en las últimas dos semanas, y que ni siquiera durante la crisis financiera de 2008 se registró un dato de rentabilidad de high yield estadounidense peor que en las tres primeras semanas de marzo.

Columbia Threadneedle Investors

Liquidez

En el mercado de bonos de high yield estadounidense, la liquidez a principios del mes supuso todo un reto, pero el funcionamiento del mercado era el habitual, a pesar de que los diferenciales de los precios de la oferta y la demanda se habían ampliado. Como dato de referencia, el CDX de high yield (que puede suponer un indicador del mercado de high yield) normalmente cotiza en una horquilla de oferta y demanda de alrededor de 8/100 puntos. En las dos primeras semanas de marzo, aumentó de ½ a ¾ puntos. Hacia finales de la tercera semana de marzo, la liquidez empeoró notablemente. Los diferenciales del CDX permanecen amplios, en ocasiones son hasta de 1 punto.

El jueves 19 de marzo y el viernes 20 de marzo, se observaron algunos bonos de mayor calidad con unos diferenciales de los precios de la oferta y de la demanda en torno a los 3 puntos. De hecho, algunos de los instrumentos de deuda con un beta elevado llegaron a registrar una horquilla aún mayor. El problema se ve agravado por los operadores que trabajan desde casa y que dificultan las transacciones.

Además, parece que las reservas de los agentes de bolsa/intermediarios se mantienen prácticamente planas tras rondar los 5.000 millones de dólares, aunque la obtención de este dato aún presenta algunas dificultades. La determinación de precios es la norma y todavía observan varias divergencias en los precios de determinados instrumentos de deuda entre los distintos proveedores de índices.

El rendimiento del índice de referencia podría desviarse aún más, ya que Intercontinental Exchange (el proveedor del índice de referencia ICE BofA) se encuentra en pleno sondeo a los usuarios acerca de si, a modo excepcional este mes de marzo, debería omitir el reequilibrio que normalmente efectúa a finales de cada mes. De este modo, los “ángeles caídos” no se contemplarían en el segmento de high yield, al menos, hasta mayo, y los valores impagados se mantendrían en el índice de referencia un mes más. Según los gestores de cartera de valores de Investment grade y valores con garantía hipotecaria, existen problemas de liquidez similares a la hora de operar en esos mercados.

Rebajas de calificación crediticia

Las agencias ya han comenzado a rebajar la calificación de la deuda, principalmente en el sector energético y en otros sectores directamente afectados por el COVID-19. S&P revisó a la baja su previsión de los precios del petróleo para 2020 hasta los 25 dólares/barril, aunque el mercado de futuros estima que, en el segundo semestre de 2020, el barril superará los 30 dólares y que, en 2021, se situará en 35 dólares. En Columbia Threadneedle prevén que esta tendencia de revisiones a la baja proseguirá tanto en el sector energético como en general.

Anteriormente, Columbia Threadneedle señaló que el porcentaje de los bonos con calificación CCC en el índice de referencia se encontraba próximo a los niveles mínimos de los últimos 10 años. Este porcentaje se mantiene dada su acusada depreciación de precios. Sin embargo, aproximadamente el 21% de los créditos del índice de referencia general tienen una calificación B3 o B- de, al menos, una agencia de calificación crediticia, por lo que esperan que se produzca un aumento de los créditos con calificación CCC.

“Ángeles caídos”

Antes, se esperaba que la actividad de los “ángeles caídos” fuera moderada. Sin embargo, dado el hundimiento del precio del petróleo y la dramática desaceleración económica, Columbia Threadneedle ha descartado esa posibilidad. Las estimaciones que valoran las posibles rebajas de calificación crediticia se sitúan en los 200.000 millones de dólares, un dato que Columbia Threadneedle considera realista. Cabe señalar a modo de referencia que el valor nominal del mercado de high yield estadounidense se encuentra actualmente en torno a los 1,3 billones de dólares. Según Bank of America, aproximadamente 250.000 millones de dólares en bonos de alta calidad cotizan actualmente en una horquilla más amplia que los créditos con calificación BB de high yield.

Los bonos de Ford a 10 años cotizan actualmente a un diferencial de aproximadamente +1.100 puntos básicos (pb), lo que supone 300 puntos básicos más que los bonos BB de high yield. Esto es indicativo de que el mercado ha descontado una alta probabilidad de degradación de la calidad crediticia. Esta cuestión no es baladí, ya que Ford representaría más del 2% del mercado de high yield en índices no limitados. Esta actividad de rebaja de la calificación crediticia ya ha comenzado; una muestra de ello es que Occidental Petroleum (OXY, aprox. 31.000 millones de dólares de deuda elegible para el índice) y Cenotus Energy (CVECN, aprox. 4.700 millones de dólares de bonos elegibles para el índice) han visto reducida su calificación crediticia de investment grade a high yield.

Energía

La inesperada decisión de Arabia Saudí de aumentar considerablemente la producción de petróleo después de un período continuado de recortes provocó una caída espectacular de los precios del petróleo. Una cosa es aumentar la oferta, y otra muy distinta es hacerlo en medio de una de las mayores crisis de demanda de la historia.

Esta medida se ha traducido en una brusca depreciación de los bonos energéticos de high yield, especialmente en el sector energético de servicios petrolíferos y de producción y prospección. Por su parte, la distribución de gas (midstream) ha arrojado mejores resultados en términos relativos. La mayoría de las empresas energéticas emisoras de bonos de high yield y de investment grade no sobrevivirán si los precios se mantienen en estos bajos niveles. Las cuestiones clave son la duración de este entorno de bajos precios y cuándo sería conveniente que se produjera un posible aumento de la demanda.

En 2015 y 2016, cuando los precios cayeron significativamente después de que la OPEP rechazara recortar la producción de petróleo, EE.UU. registraba una producción de unos 9,6 millones de barriles al día y, en 12 meses, cayó hasta unos 8,5 millones de barriles al día, lo que representa un descenso del 11 %. En Columbia Threadneedle prevén una caída aún más precipitada en los próximos 12 meses de la producción actual de petróleo en EE. UU., que se encuentra en unos 13 millones de barriles al día, por varias razones. En primer lugar, la mayor parte del incremento de la producción en EE. UU. procedía del esquisto, cuyo ritmo de descenso es más pronunciado; en segundo lugar, los productores contaban con una mayor cobertura durante el período anterior, lo que permitía mantener las inversiones en activos fijos; en tercer lugar, muchas compañías todavía se encontraban en plena delimitación de sus terrenos de explotación, por lo que las inversiones en activos fijos estaban comprometidas; y, por último, algunos de los mejores terrenos se perforaron para poder capear la recesión. Desde el anuncio de Arabia Saudí, varias grandes empresas del sector no han tardado en anunciar recortes con respecto a las inversiones en activos fijos. Según los recortes de gastos anunciados, se produciría un descenso del 15% en 12 meses, lo que reduciría la producción estadounidense en unos nada desdeñables 2 millones de barriles al día.

Las compañías de midstream tendrán que hacer frente a los inminentes descensos en la producción. Uno de los mecanismos cuya aplicación que Columbia Threadneedle prevé es la reducción de dividendos, ya que muchas empresas de midstream mantienen unos dividendos significativos. Esta reducción ya ha comenzado: Targa ha anunciado un recorte del 90% de sus dividendos, que se traducirá en más de 700 millones de dólares de efectivo que se quedarán en la compañía. También prevén que otras empresas del sector no tardarán en seguir el ejemplo de Targa. A no ser que se produzca un cambio en la política de Arabia Saudí, no se espera que aumenten de forma significativa los precios del petróleo a corto plazo. En Columbia Threadneedle prevén que los precios mejorarán conforme la producción interna se reduzca y la demanda vuelva a su cauce. Sin embargo, es poco probable que vuelvan a la banda de los 50 dólares de los últimos años, al menos, a corto plazo. Mientras tanto, el nivel de las reservas crece rápidamente. Si la recuperación de los precios se demora más de lo esperado, es posible que haya poca diferenciación de la deuda en el sector de la energía, ya que es probable que muchos/la mayoría se incumplan.

Posicionamiento/cambios de la cartera

Aunque las valoraciones se han ampliado, el posicionamiento no ha cambiado significativamente. En Columbia Threadneedle entraron en este período con una cartera energética de mayor calidad y una mayor ponderación en los sectores relacionados con el consumo, ya que la fortaleza del consumidor estadounidense era uno de los aspectos más destacados de la economía del país. Aunque se ha señalado algunos de los problemas en el segmento de la energía, los aumentos previstos del desempleo en EE.UU. han mermado los precios de los valores en los sectores relacionados con el consumo a corto plazo.

Los problemas de liquidez y los acusados descensos de los precios en el sector energético han llevado a la cartera a minimizar la actividad en ese sector, incluso en lo relativo a las compras de valores. Dado que se anticipa una posible mejora en los precios de materias primas derivada de la menor oferta y de un entorno de demanda más favorable EE. UU. —con respecto a los niveles actuales—, conforme los efectos del COVID-19 remitan con el tiempo, prevén que los mercados volverán a discriminar (al menos hasta cierto punto) entre emisores energéticos de mayor y de menor calidad.

Fuera del sector energético, Columbia Threadneedle ha permanecido más activos para aprovechar las turbulencias observadas en los precios a medida que el mercado busca liquidez en los bonos individuales. Aun así, la actividad global de la cartera ha sido moderada. Les ha resultado difícil reducir las posiciones en sectores directamente afectados por el COVID-19 y, por lo general, comprar ha sido más fácil que vender. En Columbia Threadneedle reconocen que aplicar la estrategia de seleccionar valores con potencial de crecimiento en una coyuntura de volatilidad extrema del mercado es prácticamente imposible. Por ello, han preferido adoptar un enfoque más modesto para aumentar gradualmente nuestra exposición a la deuda —que, en su opinión, ofrece un perfil de rentabilidad atractivo ajustado al riesgo—, al tiempo que mantienen la liquidez para aumentar la exposición si el mercado sigue debilitándose. En Columbia Threadneedle son conscientes de que no pueden determinar cuánto se prolongará la latencia de la actividad económica por las paralizaciones debidas al COVID-19, al igual que desconocen cuánto durará el período de debilidad económica que seguirá. Por eso, en Columbia Threadneedle se centran en deuda que ofrece liquidez suficiente y/o flexibilidad de costes para poder sobrevivir a un período prolongado de inactividad económica, así como en la cobertura de activos a través de la estructura de capital, incluso a niveles de beneficios recesivos. Entre las compras recientes se incluyen compañías del sector de alimentación y bebidas, asistencia sanitaria y algunas compras de menor envergadura en deuda directamente afectada por el virus, como Aramark y Hilton.  

 

 

 

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José María Ferrer se incorpora a Renta 4 como responsable del segmento Wealth y subdirector de Renta 4 Banca Privada

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Foto cedida. ferrer

Renta 4 Banco potencia sus servicios dentro del segmento de grandes patrimonios (Wealth) incorporando a José María Ferrer como director de la unidad de Wealth. Además de liderar esta unidad, José María Ferrer asumirá la subdirección de Banca Privada.

José María Ferrer cuenta con 25 años de trayectoria profesional especializada en la gestión y captación de grandes patrimonios en firmas de reconocido prestigio como Mirabaud Europe & Cie, donde ha desarrollado su carrera desde el año 2016 hasta la fecha. Ferrer, además, ha estado vinculado a Merrill Lynch y Banco Urquijo, entre otras entidades.

José María Ferrer es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona, Master en International Business Law por Fletcher School e Instituto de Empresa y ha completado un programa de Desarrollo Directivo en el IESE.

“Mi llegada a Renta 4 implica una motivación tanto personal como profesional enorme, y el deseo de seguir desarrollando mi carrera y plasmar toda mi experiencia. De esta forma, pongo en marcha una nueva etapa profesional de la mano de una entidad referente en el sector, con la suerte de haber coincidido con la visión que tiene Renta 4”, asegura Ferrer.

Ferrer espera ofrecer un servicio innovador al cliente wealth, “en la línea de innovación que Renta 4 Banco ha desarrollado en los últimos años”. “La unidad de Wealth ofrece soluciones y respuestas a las necesidades de los clientes de altos patrimonios, buscando la excelencia que este cliente requiera”, confirma el nuevo subdirector.

“En estos momentos de incertidumbre, en los que se está marcando un antes y un después, es imprescindible proyectar a nuestros clientes la progresión del negocio y adaptación a las nuevas circunstancias”, comenta. Y añade: “Confío, además, en que desde mi área de responsabilidad de servicios Wealth podremos aportar un valor añadido al resto de áreas del banco, generando a la vez las máximas sinergias posibles”.

Javier Martín: “La renta variable, con la valoración actual, ofrecerá retornos por encima de la media histórica a largo plazo”

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Foto cedida. Javier Martín, gestor Beka Finance

La corrección del mercado, como consecuencia de la pandemia del COVID-19, ha permitido a Beka AM invertir en determinadas compañías que ya tenían en el radar, pero cuya valoración no permitía hasta ahora ofrecer el margen de seguridad suficiente. Esta es una de las claves que permitirá, explica Javier Martín, director de inversiones y gestor del fondo Beka International Select Equities, obtener retornos por encima de la media histórica en renta variable a largo plazo.

“El mensaje que nosotros transmitimos es que las valoraciones a día de hoy son muchos más atractivas que hace un par de meses, hemos podido mejorar considerablemente la calidad de nuestras empresas y si bien desconocemos lo que el mercado pueda retornar en el corto plazo, sí estamos seguros de que a largo plazo la inversión en renta variable, a la valoración actual, ofrecerá retornos por encima de la media histórica”, afirma durante una entrevista con Funds Society.

La volatilidad, por lo tanto, ha permitido a Beka AM entrar en compañías como Verisk y S&P Global así como incrementar el peso de otras, cuya valoración es ahora más atractiva, como Air Lease. “En definitiva, hemos mejorado sensiblemente el ROCE y el potencial del conjunto de la cartera”, señala Martín.

Como resultado, a cierre de 31 de marzo el fondo arroja un resultado de una caída del 18,34% en 2020 frente a caídas superiores en los grandes índices. Conseguir amortiguar las pérdidas generalizadas del mercado es, en el contexto actual, un mensaje positivo para sus partícipes. Tenemos la suerte de contar con una base de clientes muy estable que comprende la importancia del largo plazo. No podemos más que agradecer a todos ellos su confianza”, añade Martín.

 El value es parte del growth y viceversa

La eterna disputa entre el value y el growth no se libra en las mesas de Beka AM.  De hecho, todo lo contrario. Según Martín, el Beka International Select Equities FI combina ambas filosofías con el objetivo de aprovechar todas las oportunidades. “No entiendo que se establezcan diferencias entre el value y el growth, el growth es parte del value y viceversa”, indica. 

Dentro del fondo, el 75%-80% de la cartera está invertida en “empresas de calidad”. A pesar de que sean empresas que cotizan y crecen a múltiplos y tipos superiores a la media del mercado, una característica que cualquiera identificaría como growth, Martín prefiere no ponerle “la etiqueta”. El otro 20% restante está invertido en lo que llaman “special situations”, y se invierte en compañías cuya principal característica es que cotizan por debajo de su valor intrínseco. 

Esta parte de la cartera podría categorizarse como value. Sin embargo, según matiza, se diferencian en que “siempre buscamos un catalizador, ya que solo la valoración de por sí no es una razón para invertir en una compañía”. Además, según indica, ambos factores, que exista un catalizador (como por ejemplo un juicio o una fusión) y que cotice por debajo de su valor intrínseco, tienen que producirse al mismo tiempo para que una compañía entre en la parte de la cartera de “special situations”.  

Otro elemento diferenciador es el plazo de inversión. Las compañías permanecen de media en esta parte de la cartera entre seis meses y un año, es decir, el tiempo necesario para monetizar el catalizador. “Esta parte de la cartera tiene una descorrelación mayor respecto al mercado. Si el catalizador ha funcionado bien, será el momento de vender nuestra inversión. Si no ha funcionado, también vendemos, ya que no la mantendríamos en cartera si solo se cumple uno de los dos requisitos” aclara. 

Por otro lado, las compañías que componen la parte core de la cartera (aproximadamente el 80% del portfolio) y cuya permanencia en la cartera es a muy largo plazo son compañías que capitalizan de manera recurrente sus beneficios, “la calidad de las compañías es directamente proporcional a la sostenibilidad de los retornos en el tiempo”, añade.

Respecto a su exposición a España, Martín reconoce que es muy limitada en su estrategia y en estos momentos no tienen ninguna compañía española en la cartera. “No hemos encontrado compañías que pasen nuestros filtros”, concluye.

¿Funciona bien el mercado de renta fija?: tensiones de liquidez puntuales y bajos rendimientos

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Funciona bien el mercado de renta fija?: tensiones de liquidez puntuales y bajos rendimientos

El mercado de renta fija se enfrenta a una tormenta de volatilidad y tensiones de liquidez. Lo que más preocupa a los gestores son los problemas de liquidez puntuales que se están encontrando como consecuencia de la mayor aversión al riesgo de los inversores. Lo relevante es que estas perturbaciones no solo afectan a los activos con más riesgo, sino también a los que, teóricamente, son más seguros. 

“En medio de estos niveles de volatilidad e incertidumbre, los inversores han retirado miles de millones de dólares de, prácticamente, todas las clases de activos, siendo las únicas excepciones los fondos del Tesoro y del Gobierno de Estados Unidos. Las mayores salidas se han producido en investment grade de EE.UU, la cual ha experimentado salidas de 35.000 millones de dólares, superando el récord de 7.300 millones de dólares de la semana pasada”, explica Álvaro Cabeza, country manager UBS AM Iberia, como ejemplo de lo que está ocurriendo.

Lo primero es entender si estamos ante algo puntual o si esto es un síntoma de que el mercado de renta fija ha dejado de funcionar correctamente. A esta duda, Ario Emani Nedjad y Andrea Iannelli, del equipo de renta fija de Fidelity International, explican que los inversores han pasado rápidamente de aprovechar las caídas para comprar a vender a cualquier precio; al mismo tiempo, las condiciones de liquidez se han deteriorado sustancialmente. “Se han planteado diferentes teorías para explicar los movimientos de los precios, pero hasta ahora los flujos de los ETFs y la reducción del apalancamiento por parte de carteras centradas en los segmentos de deuda subordinada y AT1 parecen haber desempeñado un papel importante”, matizan. 

En opinión de Gorky Urquieta, co-responsables de deuda de mercados emergentes en Neuberger Berman y experto en renta fija, uno de los cambios más importantes que han detectado en las últimas semanas tiene que ver con la liquidez, incluso en aquellos activos que por principio son muy líquidos, como por ejemplos bonos del tesoro norteamericano. “Este fenómeno de falta de liquidez en algunos activos ha sido puntual y se ha podido ver agudizado porque los ETFs han tenido dificultad para vender sus vehículos y sus bonos subyacentes. Esto ha generado una bola de nieve”.

Según observa Urquieta, esta falta de liquidez se ha notado en el volumen diario de negociación, que es entre un 40% y un 50% menor al que se observaba hace dos meses. Pero Urquieta es optimista: “Cuando pase o mejore la situación actual, es lógico esperar que todo vuelva a la normalidad. Eso sí, tras estos episodios tan dramáticos, es de esperar que luego se produzca algún cambio de tipo estructural”.  

Principales activos

Una de las principales preocupaciones es el crédito y el momento del ciclo en que le ha pillado el coronavirus. “En nuestros informes de perspectivas trimestrales para el crédito hemos hablado en varias ocasiones del superciclo de deuda. Durante años se han ido acumulando desequilibrios de ámbito global, tales como el aumento del endeudamiento del sector privado en China, de poco más de 4,5 billones de dólares antes de la crisis financiera global hasta los 30 billones de dólares actuales. La posición neta de inversión internacional de EE.UU., que hoy en día se sitúa en menos 11 billones de dólares, es cinco veces más extrema que antes de la mencionada crisis financiera global. La desigualdad social alcanza niveles que no se veían desde la década de 19202”, señalan desde Rebeco con la intención de contextualizar el mercado de crédito.

En especial, los gestores vigilan algunos activos, como la deuda investment grade, pero también aquellos con mejor calificación crediticia. “Desde principios de marzo, la rentabilidad de la deuda corporativa de empresas de mayor calidad cayó un 8%, mientras que los emisores investment grade acusaron un descenso medio del 16%. En el plano de la deuda pública, los rendimientos de los países cuya deuda se considera más segura registraron un repunte meteórico, con unos niveles de volatilidad que no se habían observado ni siquiera en 2008”, señalan desde Carmignac

Por áreas geográficas, los activos de renta fija de mercados emergentes son a los que más seguimiento están haciendo los gestores. Por ejemplo, desde Aberdeen Standard Investments indican que la caída de los precios en los bonos corporativos de mercados emergente están encontrando cierto alivio gracias a las medidas de los bancos centrales. “Por ejemplo, la liquidez en las empresas asiáticas ha mejorado desde que se revirtieron los cierres en China y surgieron compradores locales, mientras que la liquidez en Latinoamérica sigue estando desafiada por el cierre en la ciudad de Nueva York. Esta dislocación ofrece increíbles oportunidades en el mercado. Nuestra larga experiencia de inversión en mercados emergentes nos dice que cada vez que hay una capitulación como ésta el mercado vuelve a subir muy fuerte”, explican. 

Urquieta apunta que los sufrirán más los activos con peor calificación. “En particular, me preocupa la alta concentración que hay en EE.UU. en high yield del sector energético, dado el comportamiento de los precios del petróleo. También el high yield corporativo de mercados emergentes, donde es previsible que veamos mayores tasas de default”, añade. 

Por último, a los gestores también les llama la atención que muchos inversores se hayan deshecho de bonos soberanos, que se han vendido al mismo tiempo que los activos con más riesgo. Philipe Lespinard, responsable de renta fija de Schroders, explica que parte de la respuesta es que las reservas de los bancos centrales se mantienen principalmente en bonos soberanos. “En este momento, con muchos de ellos están preparando líneas de apoyo de liquidez, tienen que vender bonos para conseguir efectivo”, matiza.

Para Lespinard estamos ante una conjunción de circunstancias: “Tenemos una gran cantidad de gasto fiscal por delante y medidas más directas a nivel micro para apoyar a las empresas, como las garantías de préstamos del gobierno, que permiten a las empresas tener descubiertos importantes. En última instancia, algunos de estos descubiertos tendrían que ser perdonados. Esas pérdidas pasarán a los balances de los gobiernos, lo que dará lugar a un gran aumento de la deuda soberana en muchos países, tal vez hasta del 5%-10%. El aumento de los rendimientos de los bonos soberanos también es un reflejo de esto. Estas corrientes cruzadas parecen explicar por qué los rendimientos de los bonos soberanos han estado aumentando en momentos en que normalmente se estarían reduciendo”. 

El papel de los bancos centrales

Si comparamos este episodio de turbulencias con otros pasados, por ejemplo el cuarto trimestre de 2018 o el periodo 2015-2016, se observa que los movimientos y magnitud de ventas son similares, pero la diferencia está en que ahora hay una gran intervención de los bancos centrales y de los estados en el mercado. 

“A la vista de los últimos anuncios de los bancos centrales -recortes de los tipos de interés, QE, inyecciones de liquidez- y los gobiernos -gasto público a golpe de déficit presupuestario, ayudas salariales, ayudas fiscales, ayudas para el pago de préstamos-, resulta un tanto inquietante que las cosas no se hayan calmado todavía a pesar de que la política monetaria y presupuestaria avanzan en la dirección correcta”, reconocen los expertos de renta fija de Fidelity International en su último informe. 

En opinión Urquieta, las medidas que han lanzado y presentado los diferentes gobiernos y bancos centrales ayudarán a que el mercado de renta fija vuelva a la normalidad. “No solo tendrán un efectivo positivo la compra directa de activos que están haciendo los bancos centrales, sino también las medidas fiscales que están tomando los gobiernos. Hay que tener en cuenta que su efecto será progresivo, y es ahora cuando ya empezamos a notarlo”, concluye el experto de Neuberger Berman. 

Según indica DPAM (Dregoof Petercam Asset Management) en su último informe, la situación del mercado de renta fija es el reflejo de la «conformación de un nuevo modelo que bonina palancas de política monetaria y fiscal». En su opinión, este nuevo modelo tiene el potencial de aumentar la inflación, sobre todo por el lado de la demanda ya que podría hacerse visible a través del apoyo fiscal. «Estudiaremos y aprenderemos cómo la cooperación y la interacción entre ambas tendrá un impacto en los horizontes de inversión a corto, medio y largo plazo. La mayoría de las iniciativas de política fiscal están proporcionando impulsos económicos básicos keynesianos del lado de la demanda. Otros ofrecen garantías de crédito en el lado de la oferta. La política monetaria actúa principalmente como un respaldo de los mercados financieros mundiales. Los bancos centrales quieren evitar una crisis de crédito o una crisis de liquidez total», apuntan. 

El pánico es el enemigo

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El COVID-19 está provocando un daño económico sin precedentes en todo el mundo. Si bien el coste humano y financiero de la pandemia será enorme, no debemos olvidar que los periodos de distorsión también presentan oportunidades de inversión. Los inversores deben armarse de paciencia y adoptar un enfoque a más largo plazo si desean salir beneficiados.

En estos momentos, solo existe una conclusión evidente: el COVID-19 provocará la destrucción más drástica de la actividad económica que ninguno de nosotros hayamos experimentado en nuestras vidas. Una parte importante del mundo se encuentra completamente paralizada. En la era moderna, no existe ningún precedente de este tipo de paralización laboral y comercial a escala mundial. El coste humano es gigantesco, no solo por el número de personas contagiadas o fallecidas, sino también por el serio peligro que corre el medio de sustento de tantísimas familias (es decir, la capacidad para satisfacer las necesidades básicas de subsistencia).

Tan solo comenzamos a concebir la magnitud de los efectos que esta situación tendrá en la economía mundial y en nuestra forma de vida en el siglo XXI. La interconexión mundial que ha caracterizado las últimas décadas, encarnada por empresas como Uber y Airbnb, así como por los llamados inventarios «justo a tiempo», probablemente dé un paso atrás (o respete el «distanciamiento social», por utilizar el término que se ha convertido en uno de los memes de los últimos tiempos).

Ahora bien, debemos tener presente que el mundo ha capeado muchas crisis en el pasado: guerras mundiales, hambrunas generalizadas y virus letales. La humanidad ha sobrevivido a estos periodos tumultuosos, eso sí, no exenta de daños, aunque a menudo ha salido fortalecida. Así pues, en el mundo de las finanzas, en lugar de dejar que el pánico determine nuestro camino, debemos preguntarnos con calma: ¿qué hacemos ahora?

Destrucción económica y desempleo

El parón económico está generando una situación de desempleo masivo. En Estados Unidos, esto empieza a manifestarse en el extraordinario aumento de las peticiones de ayudas por desempleo en cuestión de días. En estados como Ohio, Connecticut y Nevada, las solicitudes presentadas son 10-15 veces superiores a las cifras habituales. Los 100.000 trabajadores de Las Vegas Strip se encuentran ahora en desempleo. Los hoteles, los restaurantes y los salones de juego están cerrados. Los puestos relacionados con la preparación y el servicio de comida representan cerca del 10% del empleo en la economía estadounidense (1). 

Los trabajadores de los sectores aeroespacial y de automoción, representados por el sindicato de la industria de la automoción UAW (United Auto Workers) también se encuentran inactivos. La expansión de más de una década que siguió a la crisis financiera mundial se vio apuntalada por la fortaleza del gasto en consumo. Hoy en día, de repente, se ha arrebatado a la economía este pilar básico, a una velocidad y a una escala nunca vistas. El sector de servicios, que representa el 50% de la economía estadounidense, se ha visto drásticamente reducido, lo que ha afectado por igual a dentistas, optometristas, camareros y propietarios de pequeños negocios. Y aunque el Gobierno trata de contrarrestar el enorme menoscabo en las rentas de los hogares y en el posterior consumo, cualquier paquete fiscal solo podrá amortiguar el golpe hasta cierto límite.

Cabe destacar que la práctica paralización económica supone un pesado yugo para la apalancada economía estadounidense. Es cierto que el tipo de apalancamiento actual no es el mismo que el registrado durante la crisis financiera mundial. Hoy en día, la deuda se concentra principalmente en manos de las empresas, mientras que, en 2008/2009, fue el apalancamiento financiero lo que causó tantos problemas.

Los bancos que se adentran en esta crisis están mucho mejor posicionados, en términos de capital y liquidez, que al inicio de la crisis financiera mundial. Como en todas las crisis, los bancos se hallan en el ojo del huracán de la volatilidad. Si bien todavía no podemos cuantificar el pleno alcance de la presión a la que se verán sometidas estas instituciones financieras, sí sabemos que el actual nivel de apoyo económico y liquidez constituye una base más sólida.

Dicho esto, no contamos con modelos que pueden evaluar el impacto de una paralización económica de esta magnitud en una economía apalancada. Los ingresos brutos de las empresas se desplomarán, algunos en mayor medida que otros. La diferenciación entre las empresas capaces de capear esta tormenta y las que probablemente no sobrevivirán determinará el entorno de inversión en los próximos trimestres y años.

Las autoridades políticas al rescate

Los bancos centrales de todo el mundo han respondido a la crisis con rapidez y de manera contundente, sobre todo en los 10 últimos días aproximadamente. La Reserva Federal estadounidense (Fed), el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra (BoE) y otros bancos centrales han anunciado medidas extraordinarias de relajación monetaria. Entre dichas medidas cabe mencionar el recorte de los tipos de interés, los programas de expansión cuantitativa (QE), los sistemas de control de la curva de tipos y las líneas de liquidez.

Esta última medida ha sido diseñada para responder a los graves retos de liquidez en los mercados durante este periodo de volatilidad y caídas colosales. Como consecuencia de las normas adoptadas tras la crisis financiera mundial, las sociedades de valores de Wall Street no pueden desempeñar la función de «amortiguador» como en anteriores periodos de graves distorsiones en los mercados, lo que ha exacerbado aún más las restricciones de liquidez. Por lo tanto, resulta crucial que las respuestas políticas se centren, entre otras cosas, en restituir la liquidez en el sistema financiero y facilitar a las compañías de buena calidad la obtención del crédito necesario para afrontar este periodo en el que los ingresos atravesarán dificultades en el mejor de los casos o se verán reducidos a cero en el peor.

Por desgracia, las autoridades fiscales no han estado a la altura de sus homólogas monetarias, al no abordar la sobrecogedora caída de la actividad económica real (la clave de esta crisis) con suficiente premura hasta los últimos días. Lamentablemente, aunque no es de extrañar, la respuesta fiscal se ha visto entorpecida por la política. Sin embargo, incluso los responsables de la formulación de políticas están actuando con mayor celeridad y determinación de lo habitual durante los periodos de crisis.

Además, el rápido fortalecimiento del dólar estadounidense está agravando la crisis. El descenso de los precios de los activos (y el consiguiente temor) ha creado una enorme demanda de dólares, lo que se debe en parte al cierre de las posiciones de cobertura, así como a la acumulación masiva de dólares estadounidenses para abonar los eventuales gastos y los pasivos. Hoy en día, existen líneas de swap de divisas con muchos bancos centrales, aunque es posible que tengan que hacerse esfuerzos adicionales en este frente.

El entendimiento del COVID-19 es crucial

Cabe mencionar que las respuestas monetarias y fiscales no tendrán plena eficacia hasta que los expertos médicos tengan un mejor entendimiento de la naturaleza del virus, los medios de transmisión y el desarrollo de tratamientos y una vacuna. Hasta que no sepamos cuánto tiempo tendrán que estar confinados los ciudadanos en sus casas y durante cuánto tiempo se mantendrá el bloqueo efectivo de la actividad económica, resulta muy difícil evaluar si las medidas adoptadas por las autoridades políticas son las adecuadas. Este problema solo puede solucionarse efectivamente con políticas públicas centradas en los factores relativos al propio virus: confinamiento, hospitales, ventiladores, entre otros. Se desconoce cuándo podremos volver a la normalidad de forma segura y cuándo podremos regresar a nuestros lugares de trabajo, a los cines y a las tiendas.

Se necesita un horizonte temporal a más largo plazo

En este clima de incertidumbre, existen unas cuantas cosas que sí sabemos. Una de ellas es que la venta de activos a precios de liquidación en mercados ilíquidos se traduce en pérdidas. De esto no cabe duda. Desaconsejamos esta práctica.

Entonces, ¿dónde están las oportunidades? Sugerimos a los inversores que evalúen la situación sin tener en cuenta las experiencias pasadas; solo cuenta el presente. La volatilidad y el descenso de los precios han generado un mayor número de puntos de entrada ventajosos en los mercados. Los activos son baratos, sin duda más baratos que hace seis semanas. Plantéese esta pregunta: si no estuviera ya invertido en el mercado, ¿compraría?

Esta situación ofrece a los gestores de inversiones la oportunidad de añadir pequeñas posiciones en empresas que pueden tolerar entre seis y doce meses de perturbaciones en los ingresos. La profundidad y la duración de la pandemia, así como sus repercusiones, siguen siendo un interrogante. Los mercados han respondido a esta incertidumbre situando las correlaciones en niveles cercanos a uno. En periodos caracterizados por tales distorsiones, las inversiones de calidad reciben el mismo tratamiento que las inversiones mediocres, y esto genera oportunidades. La recuperación de las empresas, los consumidores y la economía mundial llevará su tiempo. Recomendamos a los inversores que amplíen sus horizontes temporales y que se armen de paciencia.

Esta crisis provocará a buen seguro un cambio de paradigma en la forma en la que interactuamos en sociedad, aunque la resiliencia y el ingenio del ser humano nos han ayudado a salir de crisis de similar magnitud en el pasado. Esta vez no será diferente. Si no apostamos por esta visión, nos abocamos inevitablemente a un escenario apocalíptico.

 

Tribuna de William J. Adams, director de inversiones de renta fija mundial, y Erik Weisman, gestor de carteras y economista jefe en MFS Investment Management.

Anotaciones:

  1. https://www.bls.gov/news.release/ocwage.nr0.htm

 

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El Parlamento Europeo publica un análisis sobre el impacto del COVID-19 en los derechos humanos fuera de la Unión Europea

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Pixabay CC0 Public Domain. El Parlamento Europeo publica un análisis sobre el impacto del COVID-19 en los derechos humanos fuera de la Unión Europea

La Unión Europea quiere vigilar que las medidas de excepcionalidad tomadas por los gobiernos ante el COVID-19 no se conviertan en una excusa para vulnerar los derechos humanos. En concreto, el Parlamento Europeo ha analizado las limitaciones de algunos derechos fundamentales. 

Según apuntan desde finReg360, algunas de las medidas aprobadas, como las restricciones a la circulación, son muy eficaces para frenar el brote y, con ello, defender el derecho a la salud y la vida de los más vulnerables. “Los acuerdos internacionales permiten la limitación proporcionada de los derechos con garantías rigurosa y muy controladas para evitar el abuso”, explican.

Este análisis se ha hecho tomando como referencia la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos. 

  1. Restricción de la libertad de circulación. La mayoría de los países han adoptado esta medida, salvo Corea del Sur y Japón. Inicialmente, la OMS la tachó de ineficaz a largo plazo y muy perturbadora del orden económico y social, y abogaba mejor por la identificación de los casos, el control de los contactos y el aislamiento. Todavía hoy los especialistas médicos discuten si una restricción tan drástica como la impuesta en China es necesaria y proporcionada.
  2. Limitaciones de la libertad de expresión. La desinformación dificulta la lucha y erosiona la confianza en las autoridades públicas. Por ello, países como Sudáfrica sancionan a quienes difunden noticias falsas. Sin embargo, esta limitación puede dificultar los esfuerzos para combatirla (por ejemplo, el descontrol inicial del brote en China estuvo agravado por la supresión de la libertad de expresión).
  3. Erosión de la democracia en el mundo. Muchos estados han declarado el estado de emergencia, que les permite adoptar medidas urgentes y radicales.Sin embargo, existe un riesgo de que no se deroguen cuando dejen de ser necesarias.
  4. Aumento de la xenofobia. Hay una preocupación creciente por los ataques contra personas provenientes de países con un contagio generalizado.
  5. Limitación del derecho a la intimidad. Para contener la pandemia, es necesario conocer su naturaleza, cómo se propaga, a quién infecta y a quién enferma gravemente. Corea del Sur fue la pionera en utilizar apps móviles para crear un mapa público de concentración de los casos. Singapur e Israel utilizan herramientas de vigilancia digital de la cuarentena y el confinamiento. 
  6. Recesión económica. Existe un riesgo evidente para las personas más vulnerables, especialmente en los países más pobres, las zonas de guerra (como en Siria, Gaza o el Yemen o los campamentos de refugiados y desplazados internos). Además, el cierre de fronteras impide el derecho de asilo. En este sentido, la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados no permite suspender la prohibición de devolver a los refugiados y solicitantes de asilo que corren el riesgo de ser perseguidos, aunque no impide cerrar las fronteras.

En este sentido, y mirando dentro de las fronteras de la Unión Europea, los eurodiputados reclaman solidaridad y medidas para prevenir la crisis de COVID-19 en los campos de refugiados. En concreto, la situación en la frontera greco-turca se intensificó a principios de marzo cuando Turquía abrió sus fronteras a los solicitantes de asilo y refugiados al romper el pacto migratorio de 2016 con la UE.

En una reunión virtual, la comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo discutió con el gobierno griego la situación actual en esta frontera y cómo evitar que esta crisis humanitaria se convierta en un problema de salud pública. La Comisión Europea, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) y la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA) se unieron a los eurodiputados para destacar la importancia de la solidaridad y la unidad de la Unión Europea para ayudar a mitigar la creciente crisis. 

Medidas adoptadas

Junto con los Estados miembros y las agencias de la UE, la Comisión Europea ha establecido un plan de contingencia de emergencia, supervisa regularmente la situación y ha adoptado nuevas medidas. Se han puesto en marcha dos intervenciones fronterizas rápidas, se han desplegado guardias fronterizos adicionales y Grecia activó el Mecanismo de Protección Civil, lo que se ha traducido en el envío al país de más de 90.000 artículos de asistencia a los campamentos desde otros Estados miembros.

“Todos los migrantes que llegan a los puntos críticos se someten a un control de salud obligatorio. Las personas recién llegadas o rescatadas se mantienen en áreas separadas hasta que se completa su evaluación médica”, explican desde el Parlamento Europeo. 

La Comisión ha asignado un presupuesto de 350 millones de euros en apoyo continuo a Grecia, a donde llegan la mayoría de los refugiados y migrantes, de los cuales 50 millones serán para atención médica. Después de una supervisión médica, 1.600 menores no acompañados que se encuentran actualmente en los puntos críticos de las islas, serán reubicados hacia otros países de la UE: Alemania, Francia, Portugal, Finlandia, Lituania, Croacia, Irlanda y Luxemburgo. Algunos viajarán a Luxemburgo la próxima semana.

“Con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Frontex, se ha establecido un esquema voluntario para alentar a las personas a regresar a sus países de origen”, comentan al respecto.

La inteligencia artificial en el frente del coronavirus

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Pixabay CC0 Public Domain. La inteligencia artificial en el frente del coronavirus

“Estamos en guerra”, declaró el presidente de Francia el 16 de marzo de 2020. Luchamos contra un enemigo “invisible”, pero no invencible. Esta guerra no ha hecho más que comenzar y la ayuda que ofrece la inteligencia artificial podría contribuir a frenar la proliferación del virus. 

La investigación se beneficia actualmente de los avances que han favorecido la aparición de la inteligencia artificial, la informática en nube (cloud computing) y las tarjetas gráficas (GPU). Gracias al cloud computing, los recursos de cálculo son ahora accesibles a distancia, sin que los investigadores necesiten centros de datos gigantescos para hacer funcionar sus modelos moleculares y estudiar así el coronavirus. Para ello, pueden recurrir a proveedores como AWS (Amazon), Azure (Microsoft) o AliCloud (Alibaba). Gracias a Folding At Home, compañía de investigación biomédica colaborativa, y a Nvidia, líder mundial en tarjetas gráficas, un sistema de mutualización de tarjetas gráficas permite acelerar la investigación. 

Estas tarjetas gráficas aumentan la velocidad de los algoritmos de inteligencia artificial, así como el software de simulación biológica utilizados en la investigación para entender el virus y elaborar medicamentos y vacunas. El “don” de la potencia de cálculo también es posible y su éxito es consecuente, con más de 470 petaFLOPS de potencia de cálculo, más que los siete superordenadores más potentes del mundo.

Las iniciativas se multiplican. El Instituto de Inteligencia Artificial Allen de Seattle ha desarrollado un algoritmo de análisis semántico para resumir las publicaciones de la investigación mundial sobre el virus. Esta iniciativa ha atraído la atención del gobierno estadounidense, que ha invitado a varios grupos de investigación a sumarse a ella.

Por su parte, la canadiense BlueDot detectó la pandemia en diciembre de 2019, al registrar un creciente número de casos de neumonía en China. Nueve días más tarde, la OMS comunicaba la aparición del COVID-19. Otras empresas, como HealthMap, (Boston), o Metabiota (San Francisco) alertaron de la inminente propagación del virus. Aunque estas alertas no provocaron respuestas inmediatas, revelaron las capacidades predictivas de la inteligencia artificial. Junto con medidas concretas, en el futuro podrían reforzar la capacidad de resistencia y adaptación de nuestras sociedades y la economía.

La potencia de cálculo compartida y colaborativa hace avanzar la investigación y la inteligencia artificial permite optimizar los esfuerzos científicos desplegados a escala mundial, clasificando principalmente las casi 24.000 publicaciones científicas aparecidas, hasta hoy sobre el coronavirus. La inteligencia artificial está en su infancia y sus primeros pasos son prometedores.  Echiquier Artificial Intelligence mantiene el rumbo para detectar e invertir en las mejores empresas que, según nosotros, desarrollan o se benefician de esta tecnología revolucionaria.

Tribuna de Rolando Grandi, CFA y gestor de renta variable internacional en La Financière de l’Echiquier

Se debe aplanar la curva, sí, pero no solo la curva de contagios, también la de desigualdad

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Foto: Presidencia. Se debe aplanar la curva, sí, pero no solo la curva de contagios, también la de desigualdad

Vivimos una época complicada, de eso no hay discusión. Hace unas semanas escribí que no me gustaría estar en los zapatos de Arturo Herrera o de Gabriel Yorio al momento de hacer este documento, y hoy lo confirmo. Predecir variables económicas en un ambiente de alta incertidumbre se acerca más a un juego de azar que a una ciencia exacta, y en este contexto fue que la SHCP presentó el primero de abril los Pre-criterios Generales de Política Económica (PGPE).

No son PGPE alegres, pero tampoco son pesimistas. Presento un cuadro comparativo para ver como cambió la situación de los números presentados el año pasado como parte del presupuesto 2020 respecto a los presentados en los PGPE (gráfica 1).

G1

De entrada, vemos un crecimiento puntual del PIB relativamente optimista en -2%, cuando el consenso de analistas de la última encuesta de Banxico estima que el crecimiento sea de -4%. Asimismo, mientras escribo estas líneas, Bank of America (BofA) acaba de publicar el número de crecimiento más pesimista que se ha visto en las últimas semanas. Ellos esperan que México decrezca 8% durante 2020. Entonces, el -2% que pronostica SHCP queda un poco opacado por las cifras que el resto del mercado está esperando.

Hay que recordar que, entre menor sea el crecimiento, menor serán los ingresos tributarios. En los CGPE para 2020, SHCP estimaba un crecimiento puntal del PIB de 2%, y ahora estima de -2%. En término de ingresos, esto implica una reducción de ingresos tributarios de alrededor de 155.000 millones de pesos, sin embargo, si el crecimiento resulta ser aún menor, ese número crecerá (Gráfica 2).

G2

Solo con fines comparativos, en los PGPE publicados en abril de 2009, la SHCP estimaba que México iba a decrecer 2,8%, y terminó decreciendo 5,3% ¿optimismo? ¿falta de visibilidad? Pueden ser ambas. El punto es que es sumamente probable que el -2% de crecimiento no se logre, y estemos ante un escenario de mayores pérdidas de ingreso tributario.

Otro punto criticable es la producción petrolera. Si bien revisaron el número de barriles a la baja (de 1.951 a 1.850 mbd), sigue siendo alta para el nivel de precio que hay en el mercado. De hecho, Arabia Saudita anunció que están dispuestos a recortar su producción, siempre y cuando todos los miembros de la OPEC y G20 lo hagan, incluyendo Rusia, EE.UU., Canadá y México. De ser así, la producción petrolera se vería aún más afectada.

Por otro lado, SHCP espera que Banxico solo baje 0,75% más la tasa, y la mantenga ahí hasta finales de 2021. Creo que este escenario es poco realista. Banxico ha demostrado que tiene la capacidad de tener tasas tan bajas como 3%, y con la FED manteniéndose en 0% por lo menos todo 2020, un escenario de tasas en 5,75% a finales de año resulta poco creíble. Sin embargo, esta estimación es positiva para las finanzas públicas, ya que, de bajar aún más las tasas de Banxico, el costo de financiamiento del gobierno bajará, aliviando un poco las presiones por ese lado en el presupuesto de egresos.

Asimismo, me dio gusto ver la ampliación del déficit (SHRFSP) de 2,6% a 4,4%, que son niveles observados durante la crisis de 2008-2009. Eso es justo lo que necesita el país actualmente: más recursos que nos permitan paliar la caída en la actividad económica.

Si bien este aumento en el déficit contribuirá a que el endeudamiento general del país crezca, deberá ayudar a reactivar el crecimiento económico, y a la larga, si el déficit se controla (como es lo que se espera para años posteriores al 2021, con SHRFSP de 2,3%), el endeudamiento general deberá empezar a bajar.

Ahora bien, todos estos pronósticos se das en un ambiente de alta incertidumbre, y de alto pesimismo. En la última encuesta de Banxico, la percepción del entorno económico para hacer negocios los próximos 6 meses es francamente mala. El 94% de los encuestados pensaban que el ambiente de negocios empeorará los próximos 6 meses, 3% que se quedará igual, y 3% que mejorará. No se había visto tanto nivel de pesimismo nunca, ni siquiera en la crisis de 2008-2009 (Gráfica 3).

G3

Definitivamente estamos en un periodo muy complicado para el país, y siendo justos con la verdad, en este punto de la crisis no hubiese importado el color del partido que nos estuviese gobernado. Las perspectivas de México serían similares bajo el mandato de Meade, Anaya, Bronco o AMLO.

Lo que sí importa, y lo que va a marcar toda la diferencia, es la reacción ante los problemas. Y ahí sí creo que el color del partido hubiese importado. Los mexicanos necesitamos todo el apoyo del gobierno, en temas de salud, fiscales, de confianza, etcétera., independientemente de su estrato social, su color de piel, o su acento al hablar, y el gobierno actual parece rebasado por todo lo que está ocurriendo.

Todavía no es tarde para actuar. Se habla en los medios de aplanar la curva. Sí, pero no solo la curva de contagios. De no actuar en todos los estratos y con todas las herramientas posibles, la pobreza y la polaridad crecerán, y la curva de desigualdad se hará más pronunciada. Hay que aplanar la curva de desigualdad también, y la única manera de hacerlo es gobernando para todos.

Columna de Franklin Templeton México escrita por Luis Gonzali, CFA. V.P. / Senior Portfolio Manager

Argentina difiere el pago de la deuda en dólares bajo ley local y por ahora mantiene su compromiso en ley extranjera

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CC-BY-SA-2.0, FlickrPuerto Madero, Buenos Aires. ,,

El gobierno argentino decidió mediante decreto el diferimiento de los pagos de intereses y amortizaciones de capital de la deuda pública nacional en dólares bajo ley local hasta el 31 de diciembre de 2020. Según fuentes oficiales, la necesidad de cumplir los compromisos de deuda a corto plazo, el contexto generado por la pandemia de COVID-19 que impide hacer la deuda sostenible y la parálisis legislativa son la razones que motivan esta decisión.

Así, el gobierno argentino cambia de discurso, ya que hasta ahora sostenía que mantendría las mismas condiciones para la deuda bajo ley local que bajo ley internacional.

Una buena noticia para la deuda legislación extranjera

Para los analistas de la consultora 1816 “el decreto da a entender que el gobierno argentino reconoce la incapacidad para enfrentar todos los pagos de deuda de 2020, pero intentará evitar el evento de crédito de títulos ley NY/UK”; Por ello, los precios actuales son atractivos para la deuda legislación internacional.

Pero desde la consultora piensan que para Argentina ahora no será sencillo convencer a los acreedores legislación internacional de que el país no tiene recursos para enfrentarse al pago de los cupones de los intereses de los bonos el resto del año.

Por otro lado, los antecedentes muestran que el gobierno no asume demasiado riesgo reperfilando los bonos ley local: “Hubo dos fallos de la Corte Suprema en los últimos 25 años que avalaron la facultad del poder ejecutivo de modificar los términos de la deuda ley local en situación de crisis”, escriben en su informe Adrián Rozanski, CFA, Mariano Skladnik, CFA y Martín Defilipp, CFA.

Lo que se ahorra Argentina en los próximos meses

Los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) tratan de cifrar qué ahorro representa esta decisión para el gobierno, sabiendo que habrá múltiples interpretaciones en el mercado sobre lo que implica esta medida.

“Si tomamos los vencimientos actuales entre abril y diciembre, el gobierno mandó para más adelante  (que igualmente se sabía reestructuraría) al 2021 un total 6.350 millones de dólares en capital, y unos 2.810 de intereses; en total, el diferimiento alcanza en amortizaciones de capital e intereses ley nacional unos 9.200 millones de dólares.  Mientras que según lo que está hoy sobre la mesa no sufrirían postergación los 410 millones de dólares de capital y los 3.100 millones de interés agendados entre abril y diciembre de este año, por pagos ley extranjera. Acá estamos considerando el cronograma hasta fin de año, y deberíamos centrarnos más bien los próximos dos meses. Tengamos en cuenta que los montos mencionados incluyen tanto al sector privado, como público».

«Pero si se elimina este último, y según lo estimado, los pagos demorados en los próximos 10 meses son unos 4.790 millones, a lo que se deben sumar las Letes ya reperfiladas por otros 5.200 millones, que ahora podría interpretarse ya no tienen fecha posible agosto sino 2021. Esto da, que, en total, no pagará al sector privado unos 9.900 millones”, señalan en el equipo compuesto por Sabrina Corujo, Marcelo Romano, Lucas Yatche, Emilio Sastre, Santiago Solanet, Florencia Bonacci y Gloria Patrón Costas.

Desde PPI señalan que está claro que “el pago del cupón Bonar 2020 (aún cuando su aviso de pago ya estaba en BYMA) por unos 120 millones de dólares, no llegará a manos de los inversores, esta semana. A la vez, que la atención en el cronograma externo, estará el 22/4 cuando por intereses en el AA21/26/46 se deban pagar unos 500 millones de dólares”.

Respuesta de los mercados este lunes

Con su decreto, el gobierno argentino estableció una clara diferenciación en los tipos de deuda según su jurisdicción, algo que este lunes los mercados reflejaban en una diferencia de spread importante según legislación.

Así, los bonos en dólares bajo ley argentina se desplomaron hasta un 12% mientras caía el riesgo país ya que la decisión del gobierno permitiría, quizá, abonar los intereses de la deuda internacional. En este contecto, los títulos por ley extranjera operaban con subidas.

Según el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano “el total de la deuda argentina en manos de acreedores privados es de 83.000 millones de dólares. En cuanto a la deuda intra-sector público, que totaliza 130.000 millones de dólares, se prevé su total refinanciación, de modo que el BCRA, la ANSES y el BNA no podrán disponer de dichas acreencias. Finalmente, la deuda con el FMI y otros organismos internacionales, por cerca de 75.000 millones de dólares, sería el objeto de otra renegociación, una vez concluido el acuerdo con los acreedores privados”.

 

En pocas palabras, con Borja Picón Arjona, analista de fondos en Inversis

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Borja Picón Arjona, analista de fondos en Inversis, responde a las preguntas de nuestra entrevista informal “En pocas palabras”, publicada en la revista número 17 de Funds Society España.

Por ejemplo, cuenta cómo la mejor decisión de inversión de su vida fue en salida a bolsa de Inditex, cuando se revalorizó un 22%.

O que, entre Warren Buffett o Peter Lynch, elige a al primero, aunque es más de Howard Marks (renta fija) por el sentido común que da a las inversiones que muchas veces se nos olvida.

Puede acceder al artículo completo en este pdf.