El factor del sentimiento en momentos de crisis

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Pixabay CC0 Public Domain. El 90% de los inversores están satisfechos con el rendimiento de los hedge funds en 2020

La información mueve a los mercados: la historia financiera demuestra claramente que suele haber numerosos factores emocionales y de comportamiento que influyen en los mercados junto a los motores fundamentales de la economía. Sin embargo, según el CIO de NN Investment Partners, Valentijn van Nieuwenhuijzen, ese efecto del sentimiento sobre los mercados es incluso más intenso en periodos de grandes crisis como la actual.

“Estamos atravesando un shock inédito en la economía real y los mercados. Comprender qué factores emocionales están moviendo a los mercados junto a lo que está ocurriendo en los fundamentales subyacentes es esencial para tomar buenas decisiones en circunstancias de tensión”, asegura en un podcast publicado en la página web de la gestora.

Van Nieuwenhuijzen destaca que el hecho de que este tipo de datos provengan de fuentes de información alternativas, medios de comunicación o redes sociales, hace que, por definición, sean mucho más actuales que la mayoría de las estadísticas de datos corporativos o macroeconómicos que, como mucho, se publican semanal o mensualmente. “Con el mundo entero moviéndose a un ritmo sin precedentes durante esta crisis, los datos actualizados y rápidos son muy útiles para comprender dónde nos encontramos realmente”, añade.

En ese sentido, Richard Peterson, director ejecutivo de MarketPsych -un proveedor global de datos de sentimiento del mercado que colabora con NN IP- hace hincapié en que el análisis del sentimiento es una nueva forma de mirar a los mercados que está aquí para quedarse. “Si observas el flujo de noticias o el ambiente en las redes sociales, puedes ver qué información está influenciando las decisiones de la gente”, señala en el mismo podcast. En el caso de la crisis desatada por el brote de coronavirus, a través de esas herramientas puedes medir de qué forma está teniendo en cuenta la ciudadanía la rapidez con la que se expande la infección o la gravedad de la cuarentena. Algo que, apunta, aún no puedes hacer con los datos económicos tradicionales.

Esto, según Peterson, no significa que el sentimiento sea algo “irracional”, sino que, más bien muchas veces se basa en emociones, como el pánico o el deseo, que no pueden ser cuantificadas de forma matemática. “Cuando están asustadas por un virus o una nueva amenaza, las personas no pueden ser racionales porque no cuentan con precedentes y tienen que descubrir la manera de transitar la situación. Es en este tipo de crisis cuando puedes medir conceptos como el miedo o la incertidumbre a través de la comunicación”, asegura.

En ese sentido, admite que ese tipo de datos pueden ser desafiantes para los inversores, ya que son “ruidosos” y “no lineares”. “Las crisis o los picos informativos ocurren de forma periódica: por eso utilizamos técnicas como el aprendizaje automático para poder capturarlos”. Por ejemplo, MarketPsych se basa en los sentimientos expresados en los medios digitales y las redes sociales para elaborar series temporales con las que cuantificarlos.

Se trata de una fórmula que en NN IP comenzaron a utilizar en las estrategias multiactivo y que han empezado a trasladar a otros equipos, complementándolos con los análisis fundamentales para lograr una perspectiva más amplia sobre lo que ocurre. Van Nieuwenhuijzen revela que, tras el brote de coronavirus, el equipo de multiactivos comenzó a analizar la evolución de las señales del comportamiento para observar si los niveles de pánico alcanzaban el pico. “Con frecuencia, después de que la preocupación de los inversores llegue al máximo, se produce un repunte técnico, como el que hemos visto en las últimas semanas en los mercados de renta variable”, afirma.

De ahí que se muestre convencido de que gran parte del pánico despertado en los mercados en marzo se debió a esas fuerzas del comportamiento. “La perspectiva que nos dieron entonces los datos del sentimiento nos ayudó a transitar por los mercados y prepararnos para el repunte en renta variable”, admite.

California y Nueva York tienen a las mejores asesoras financieras de los EE.UU.

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Pxhere CC0. Pxhere CC0

Entre las 1.000 mujeres destacadas en el ranking 2020 de Forbes como las mejores asesoras financieras por estado, desarrollado por SHOOK Research, California y Nueva York lideran la lista con 162 y 124 nombramientos respectivamente.

En California, Rebecca Rothstein, de Merrill Private Wealth Management, encabeza la lista, tanto a nivel estatal como nacional. En el número dos en ambas listas está Cheryl Young de Morgan Stanley Wealth Management. Laila Pence y Elaine Meyers, en los lugares 3 y 4 estatales, se posicionan en el sexto y séptimo lugar nacional.
 

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Mientras tanto, en Nueva York, Colleen O´Callaghan de JP Morgan Securities consiguió liderar el top 10, y ubicarse en el tercer lugar de entre las mujeres en asesoría de inversiones a nivel país y en el noveno lugar de todos los asesores, hombres y mujeres, en el mercado Private Wealth de Nueva York. Lori Van Dusen en el segundo lugar estatal, se sitúa en el quinto nacional, mientras que Louise Gunderson cierra el top 3 estatal y se ubica en el octavo nacional.

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A nivel nacional, las asesoras destacadas manejan activos por 920.000 millones de dólares, y para ser incluídas en la lista debieron ser nominadas por sus empresas, y luego investigadas, entrevistadas y asignadas a un ranking. Susan Kaplan de Kaplan Financial Services en Massachusetts, se ubica en el cuarto lugar nacional, mientras que Mary Deatherage, en New Jersey y Johanna Walters en Pensilvania, cierran el top en los lugares 9 y 10, respectivamente.

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La clasificación se basa en un algoritmo de datos cualitativos, como entrevistas telefónicas y en persona, servicios y modelos de inversión. También se tienen en cuenta datos cuantitativos, como las tendencias de ingresos y los activos bajo gestión. Todas las asesoras también tienen un mínimo de siete años de experiencia y han estado con la firma por un mínimo de un año. De las 32.000 nominaciones recibidas, solo 1.000 asesoras se incluyeron en la lista.

Puede ver la lista completa siguiendo este link.

La rentabilidad de los fondos de pensiones chilenos recupera parte de las pérdidas durante el mes de abril

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Pixabay CC0 Public Domain. La rentabilidad de los fondos de pensiones chilenas recupera parte de las pérdidas durante el mes de abril

Tras las fuertes pérdidas registradas en marzo pasado, lo que se explica fundamentalmente por el agresivo impacto que ha tenido en los mercados internacionales y también local la crisis sanitaria mundial del COVID-19, los fondos de pensiones chilenos dieron vuelta los datos y en abril pasado lograron recuperar parte importante de las pérdidas.

Pese a esto, en lo que va de este 2020 casi todos los multifondos mantienen su desempeño en rojo, con excepción del Fondo E. De acuerdo a los datos de la superintendencia de Pensiones (SP), en abril pasado el Fondo A (más riesgoso) lideró con una rentabilidad real de 8,61%, seguido de los fondos B (riesgoso) y C (intermedio), con retornos de 7,86% y 7,50%, respectivamente. De igual modo, el fondo D (conservador) ganó un 6,87%, mientras que el E (más conservador) logró un 5,06%.

Con esto, los activos previsionales alcanzaron UF 5.421 millones al 30 de abril de 2020. Esta cifra equivale a  185.915 millones de  dólares, con un tipo de cambio de 836,62 peso/dólar a igual fecha. o se efectúa en dólares.

Rentabilidades por encima del 5% en abril 2020

Los datos muestran que en abril la rentabilidad del fondo de pensiones Tipo A se explica principalmente por el retorno positivo que presentaron las inversiones de instrumentos extranjeros y acciones locales. Lo anterior se puede apreciar al considerar como referencia la rentabilidad en dólares del índice MSCI mundial, con un alza de 10,69% en abril, y el retorno mensual de los títulos accionarios locales medido por el IPSA, que presentó un aumento de 21,06%1 durante el mismo mes.

Por su parte, la rentabilidad de los fondos de pensiones tipo B, C, D y E se explica principalmente por el retorno positivo que presentaron las inversiones en instrumentos extranjeros, acciones nacionales y títulos de deuda local. Al respecto, durante el mes de abril se observó una disminución en las tasas de interés de los instrumentos de renta fija nacional, lo que implicó un aporte positivo a la rentabilidad de estos fondos por la vía de las ganancias de capital. Lo anterior, sin embargo, no fue suficiente como para revertir el difícil inicio de año que han tenido los fondos de pensiones tipo A, B, C y D, aún impactados por las variaciones negativas de marzo. El fondo tipo E ha logrado recuperarse completamente de las pérdidas y no presenta variación en el mismo período.

Según los datos, en enero-abril 2020 el fondo A acumula una pérdida de 9,87%, mientras que el fondo B una de 7,48% y el C, un retroceso de 5,02%. El fondo D disminuyó un 3,43%, pero el fondo E logró revertir las pérdidas, presentando una variación nula.

 

Fp Abril 2020

 

 

 

 

 

En busca de la resiliencia

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Pixabay CC0 Public DomainFoto:Mahkeo. Foto:Mahkeo

Nos enfrentamos a una época sin precedentes. Los gobiernos han sumido las economías en una grave recesión deliberada y comprensiblemente o, en palabras del primer ministro australiano, en “hibernación”, con su combinación de medidas de distanciamiento social y confinamiento. El efecto para el producto interior bruto (PIB) resulta difícil de cuantificar, pero será ingente, incluso en comparación con los niveles de la crisis financiera: se habla de caídas del PIB superiores al 10% en el segundo trimestre y aumentos inauditos del desempleo.

Afortunadamente, numerosos gobiernos ya han comenzado a anunciar medidas de gran envergadura, tanto para proteger a las compañías como para brindar liquidez a los ciudadanos que la necesiten. El gobierno del Reino Unido pagará el 80% de los salarios de quienes no puedan ir a trabajar y Estados Unidos ha aprobado un paquete valorado en 2 billones de dólares. Lamentablemente, si bien los países europeos están actuando a título individual —destaca, Alemania—, está tardando en llegar una respuesta vigorosa de la Unión Europea.

Las reacciones de los gobiernos y los bancos centrales parecen haber calmado el pánico financiero y deberían contribuir a esquivar una crisis financiera. Los mercados han respondido favorablemente desde sus mínimos del 23 de marzo. Sin embargo, ni siquiera las medidas más extremas que tomen los gobiernos evitarán el desplome este año de los beneficios de las compañías ni el aumento del endeudamiento de personas físicas, compañías y gobiernos. Esa deuda tendrá que devolverse, condonarse o refinanciarse, con su consiguiente aumento en este último caso, y ninguna de estas opciones resulta especialmente favorable para el mercado bursátil. Centrándonos en las compañías, muchas ya presentaban un apalancamiento elevado al comienzo de esta crisis, hinchado tras una década de financiación barata. Es muy posible que se vean afectadas por dos frentes en sus cocientes de deuda neta con respecto al EBITDA según aumente el numerador y descienda el denominador. Ni siquiera las medidas más ambiciosas de los gobiernos evitarán una oleada de dificultades financieras.

Es posible que el sufrimiento no haya acabado para el mercado

Aunque la corrección del 35% del índice MSCI World desde su máximo del 19 de febrero hasta su punto más bajo del 23 de marzo fue estridente, si nos fijamos en el conjunto del primer trimestre, el mercado “solo” ha descendido un 21%. Si suponemos que los beneficios del mercado en 2021 terminarán siendo iguales que los de 2019 —es decir, dos años de crecimiento perdidos—, resultaría sencillo explicar un descenso aproximado del 20% desde comienzos de año, incluso sin reparar en los efectos a largo plazo de la disrupción y el aumento de la deuda. No somos estrategas top-down, pero unos beneficios que en 2021 se sitúen en el nivel de 2019 no parece un resultado particularmente conservador. El mercado parece haber pasado de una visión de rápido descenso en forma de V a una evolución algo más prolongada, pero aún no queda claro que haya descontado todo el potencial negativo de la crisis.

También es importante tener en cuenta que el mercado presentaba valoraciones elevadas a comienzos de año: el índice MSCI World multiplicaba por 17 las que por entonces eran las previsiones de beneficios para los siguientes 12 meses. Dudábamos al inicio del año de que fueran a alcanzarse esos beneficios y ahora resulta evidente que no se lograrán.

La crisis puede ser otro factor impulsor para los factores ESG

Es cierto que hay quien apunta que los factores ESG son una moda de los mercados alcistas, algo que está bien tener, pero que desaparecerán a medida que los inversores traten de apagar otros fuegos. No creemos que este sea el caso. Existen evidencias preliminares que apuntan que los fondos ESG han continuado recibiendo flujos a pesar de las salidas de capitales que ha registrado la renta variable en general. Además, los fondos ESG se han anotado recientemente rentabilidades relativas muy positivas. Creemos que los factores ESG no se diluirán, pues consideramos que son importantes. De hecho, pensamos que es más probable que la crisis actual lleve a los factores sociales (por ejemplo, el trato de las compañías a sus empleados, la salud y la seguridad, la remuneración y la seguridad en el puesto de trabajo) a escalar posiciones en la lista de prioridades y comience a definir un patrón económico y social más sostenible. Al fin y al cabo, los gobiernos están destinando ingentes cantidades de recursos a mantener las compañías a flote, por lo que es probable que exijan ciertas contrapartidas en los próximos años, en especial, habida cuenta de su reciente gusto intervencionista.

Las ventajas de la calidad

Afortunadamente, consideramos que nuestras carteras globales presentan una calidad muy superior al mercado, como ilustra su menor participación de las pérdidas de nuevo este trimestre, como ya hicieron en 2008, 2011, 2015 y 2018. En el trimestre, las carteras cayeron entre un 12,9% y un 14,1% en dólares, frente al 21% que cedió el índice MSCI World. Este rendimiento relativo positivo responde a la decente evolución también relativa trazada en los últimos años. Incluso tras el descenso de este trimestre, nuestra estrategia global principal generó un rendimiento compuesto en el entorno del 8% anual en dólares con respecto a los tres últimos años y al 9% frente a los cinco últimos años hasta el 31 de marzo de 2020. Por su parte, el índice solo ha logrado entre un 2% y un 3% en ambos periodos. Dada la solidez del dólar, las rentabilidades absolutas han sido más robustas en otras monedas.

Análisis de los efectos para la cartera

Nuestro constante hincapié en compañías con activos intangibles sólidos, en especial, marcas y redes, es indicativo de su capacidad para fijar precios y, al combinarse con ingresos recurrentes, el resultado son beneficios más resilientes en épocas complicadas. Sin embargo, esto no significa, lamentablemente, que las empresas de nuestras carteras sean inmunes a lo que está pasando. Como consecuencia, analizamos en tres claves los efectos de la crisis para los sectores y compañías concretas.

  • En primer lugar, las repercusiones directas de la COVID-19 y las medidas adoptadas para controlar su propagación, por ejemplo, la suspensión de los viajes y la hostelería o el aplazamiento de las operaciones no urgentes en los hospitales, así como el aumento de la demanda en ámbitos como la venta al por menor de alimentos, productos desinfectantes y software. También nos enfrentamos a los efectos de los cierres integrales —o hibernaciones— en algunos lugares.
  • En segundo lugar, tenemos las consecuencias indirectas del desplome económico resultante en todo el mundo.
  • En tercer lugar y podría afirmarse que con una menor prioridad de inmediato, cómo cambiará el mundo una vez se supere definitivamente la crisis y cómo afectará tanto a los sectores como a cada compañía. Si bien es demasiado pronto para albergar posturas definidas al respecto, debemos percibir que los nuevos emisores en que nos planteemos invertir no se verán comprometidos en la nueva era.

Siempre nos hemos concentrado en el segundo conjunto de efectos, asegurándonos de que nuestras posiciones presenten una resiliencia relativamente mayor en épocas complicadas. Así pues, buena parte de la nueva labor del equipo se ha centrado en los efectos directos concretos de la COVID-19, los primeros según los mencionábamos antes, suponiendo unos tres meses de confinamiento y un periodo más prolongado de distanciamiento social, combinándolos acto seguido con los efectos de una recesión profunda que llegue a 2021. Afirmaríamos que se trata de un supuesto bastante conservador. Cabe destacar que también hemos puesto a prueba la resiliencia de nuestros emisores ante situaciones de tensión mucho peores, por si se prolongan los confinamientos. Es crucial señalar que los balances de nuestras compañías se muestran resilientes incluso en los supuestos más complicados, algo que no creemos que vaya a ser el caso para el conjunto del mercado.

Por otra parte, es importante destacar que el dólar se ha revalorizado frente a todas las demás monedas, en especial, de la esfera emergente. Dicha evolución supondrá un obstáculo para aquellas compañías cuyos ingresos se encuentren expuestos a ámbitos depreciados, aunque también podría ofrecer una oportunidad a las compañías cuyas cotizaciones se hallen denominadas en monedas en proceso de devaluación.

Combinar la COVID-19 y la recesión incide en nuestra hipótesis conservadora y, ajustando las divisas a su valor de mercado, los valores razonables de la mayoría de nuestras posiciones caen entre un 0% y un 15% en USD. Se trata de caídas inferiores a los descensos de sus cotizaciones, lo cual significa que las carteras globales albergan un potencial alcista ligeramente mayor que a comienzos de año, incluso en caso de una recesión global profunda.

Análisis de sectores clave

El 80%-85% de nuestras carteras globales se centran en los sectores de consumo estable, tecnologías de la información o atención sanitaria. A continuación, abordamos más detalladamente cada uno de ellos.

Consumo estable

Los emisores de consumo estable han vuelto a demostrar su valía ante una recesión. No hay duda sobre la naturaleza defensiva del sector, por lo que el patrón de rentabilidad en este ámbito ha respondido a las circunstancias concretas y los efectos directos de la COVID-19, el primero de los conjuntos de repercusiones a los que nos referíamos más arriba. El comercio minorista de alimentos, un ámbito que evitamos dados los bajos márgenes y la falta de retorno sobre el capital operativo, ha salido bien parado del desenfreno en las compras. Esta positiva evolución también ha llegado a los fabricantes de alimentos, que no tenemos, así como a las compañías dedicadas a productos de higiene para el hogar y el cuidado personal, en las que sí invertimos.

En el otro extremo del espectro del consumo estable, hallamos el sector de las bebidas, naturalmente sometido a presión ante el cierre de bares y restaurantes en numerosos países. El negocio en locales representa el 40% de las ventas de las compañías de bebidas con alcohol y refrescos que poseemos. Por otra parte, el ámbito de la belleza es relativamente discrecional y, en su segmento de lujo, depende en parte del sector de los viajes, también afectado; sin embargo, la sólida plataforma de comercio electrónico con la que cuenta cierta compañía francesa de cuidado personal en que invertimos supone un buen contrapeso. Lo que sí resulta extraño es que el mercado haya tratado hasta la fecha el ámbito del tabaco de forma similar al de las bebidas, si bien consideramos que se encuentra mucho menos expuesto a las medidas de distanciamiento social en vista de los patrones de consumo.

Tecnologías de la información

Los servicios de software e informática dominan las posiciones de la cartera correspondientes a tecnologías de la información. Nuestra tesis en este sentido es que los parámetros económicos, concretamente, del ámbito de software deberían ser relativamente defensivos en una recesión. En la crisis financiera global, sus beneficios aguantaron tan bien como los de consumo estable y atención sanitaria.

Hay razones para creer que el ámbito de software debería mostrar incluso mayor solidez en este momento, dada el alza de ingresos recurrentes gracias a las suscripciones a “software como servicio” en la nube, con mayor fidelidad que las ventas de licencias. Como ejemplo, cabe destacar que la compañía de software multinacional europea en que invertimos encaró la crisis financiera global procediendo tan solo el 50% de sus beneficios brutos de negocio recurrente, llegando la mayor parte del resto de licencias de software, que cayeron un 25%. Este dato es actualmente hasta del 80%. El ámbito de software efectivamente salvó los muebles en el primer trimestre, cediendo tan solo un 5%, impulsado por el sólido comienzo del año antes del azote de la crisis. La tecnológica estadounidense multinacional en que invertimos no ha registrado variaciones desde comienzos de año, impulsada por el aumento de la demanda de sus productos en la nube.

El segmento de servicios informáticos (que cedió un 17% en el primer trimestre) es ligeramente más cíclico que el de software, pero menos que el resto de tecnologías de la información. Como es evidente, los proyectos de consultoría de la multinacional irlandesa de servicios profesionales en que invertimos son más discrecionales y de menor duración que los ingresos de software de la tecnológica estadounidense citada. Dicho esto, la compañía de servicios profesionales facilitó información reconfortante: prevé que sus ingresos evolucionen de forma prácticamente plana en términos interanuales durante los dos próximos trimestres y que sus márgenes no se vean afectados por la crisis. Todavía está por ver si esta perspectiva resultará demasiado optimista dado el reciente confinamiento de India, donde se encuentra una tercera parte de su personal, si bien las medidas para digitalizar y desarrollar herramientas de teletrabajo y colaboración para empleados y clientes resultarán positivas para la compañía.

Por otra parte, también en el ámbito de servicios informáticos, los negocios principales de las dos compañías de servicios financieros que mantenemos parecen perfectamente sólidos, si bien ambas se enfrentan a problemáticas específicas relacionadas con la COVID-19. La suspensión de los viajes internacionales está afectando al lucrativo negocio transfronterizo de la compañía de pagos, que supone el 30% de sus ingresos, si bien el viraje hacia las operaciones en línea puede resultar positivo; por su parte, el negocio de adquisición de comerciantes de la compañía de servicios financieros que mantenemos se enfrenta a riesgos de disrupción a corto plazo por las dificultades existentes en el comercio minorista no de alimentos. Cierto proveedor estadounidenses de servicios de gestión de nóminas se encuentra más expuesto a los riesgos cíclicos del segundo conjunto que mencionábamos antes, pues se ha visto afectado por los temores a que el empleo se desplome en Estados Unidos, al depender sus ingresos de las personas que trabajan en pequeñas y medianas empresas; así las cosas, la naturaleza y la magnitud del paquete de rescate económico en dicho país serán claves.

Atención sanitaria

Las carteras globales se concentran en los ámbitos de equipos médicos y ciencias de la vida del sector, que se enfrentan a menos riesgos políticos y a menos vencimientos de patentes. Como sucede con el ámbito del consumo estable, no se cuestiona el carácter defensivo del sector, que ha demostrado durante la crisis actual al caer solo un 11% frente al 21% del índice MSCI World.

El factor que complica la cuestión es el efecto directo de la COVID-19 en el sector hospitalario. Las operaciones no urgentes se están cancelando en numerosos países, en previsión de la presión por las infecciones por coronavirus. Esta evolución no resulta positiva para los partícipes del ámbito de los dispositivos médicos, pues ahora se sustituye un número menor de rodillas y otras partes del cuerpo. Afortunadamente, nuestras posiciones están escoradas hacia los consumibles, por ejemplo, agujas o bolsas estériles. Cierta compañía estadounidense dedicada a los dispositivos médicos y la atención sanitaria en que invertimos se muestra ligeramente más vulnerable, pues el 40% de sus ingresos proceden de los bienes de equipo u otras áreas aplazables, pero al menos el 20% de sus ingresos proceden del ámbito del diagnóstico, que es de esperar que sea vea impulsado por un gran número de ventas de su prueba rápida de COVID-19.

Conclusión

Nuestras carteras globales versan sobre resiliencia. Contamos con un equipo resiliente que trabaja con gran eficacia desde casa y con un proceso de inversión asimismo resiliente con el que comprobamos que las compañías incluidas en nuestras carteras serán capaces de seguir revalorizándose y evitar destrucciones permanentes de capital; también contamos con carteras resilientes, puede que lo más importante, que de nuevo han logrado registrar menos pérdidas en épocas complicadas.

 

 

Columna de William Lock, responsable del equipo International Equity, y Bruno Paulson, Managing Director, en Morgan Stanley Investment Management.

 

 

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Magallanes refuerza su equipo con el analista Santiago Domingo

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Foto cedida. santaigo

La gestora value Magallanes ha reforzado su equipo con la incorporación de Santiago Domingo, que se une como analista de inversiones a Otto Kdolsky y Diogo Pimentel; un equipo que tiene a Iván Martín como director y a David López como trader.

El equipo de inversiones aumenta así a un total de cinco personas, según confirma la gestora a Funds Society.

Como Otto y Diogo, Santiago es analista generalista. Los tres cubren los tres fondos Magallanes European Equity, Magallanes Iberian Equity y Magallanes Microcaps.

Santiago es un apasionado del value investing, con más de cuatro años de experiencia en mercados financieros. Antes de unirse a Magallanes, trabajó en Solventis SGIIC, como analista y gestor del fondo de renta variable europea Solventis Eos y otros vehículos familiares.

Es graduado en Finanzas y Contabilidad por la Universidad de Zaragoza y Máster en Instituciones y Mercados Financieros por CUNEF (Madrid).

La transición ecológica requiere un nuevo paradigma del sistema financiero

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Foto cedidaDe izquierda a derecha: Susana Criado, directora de ca. La transición ecológica requiere un nuevo paradigma del sistema financiero

Las finanzas sostenibles no son una moda pasajera que ha llegado al sector financiero, sino que se trata de un elemento clave en su evolución. Esta ha sido la conclusión principal del debate entre tres de los integrantes del Foro Académico de Finanzas Sostenibles, un laboratorio de ideas (o think tank, en inglés), creado por Triodos Bank y Afi Escuela de Finanzas con el objetivo de avanzar hacia un sistema financiero resiliente y sostenible a través de la generación y difusión de conocimiento. El debate tuvo lugar antes de la declaración del estado de alarma ante la crisis del coronavirus.

El evento, moderado por Susana Criado, periodista especializada en economía y finanzas, ha contado con la participación de Ángel Berges, vicepresidente de Afi; Marcos Eguiguren, profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya y director de la Alianza Global para una banca con valores; y Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank.

El debate se centró en la necesidad de definir un nuevo paradigma del sector financiero hacia un sistema sostenible y resiliente y el papel de la banca y los mercados en esa transformación. Para ello, los expertos partieron de la información recogida en la monografía: “Las finanzas sostenibles. Estado de la cuestión y motivaciones para su desarrollo”. Un informe que ofrece una panorámica sobre el desarrollo de las finanzas sostenibles.

“Estamos asistiendo a un cambio incuestionable. En la COP25 el 95% de la banca que opera en España ha firmado un compromiso de acción por el clima y hay iniciativas muy interesantes en otras partes del mundo. Es el comienzo del camino hacia la descarbonización de las inversiones en España. Estamos determinados a que ese proceso dé resultados en la economía real”, aseguró Mikel García-Prieto.

Además, también se ha tratado el avance de las finanzas sostenibles como una oportunidad para el desarrollo económico de la próxima década. Si bien hasta la fecha se han llevado a cabo iniciativas del sector público y del privado por separado, ahora es necesaria una visión holística para dar mayor impulso y velocidad al proceso de transición. De lo contrario, y según los expertos, un ritmo más lento podría desembocar en desastres naturales y escenarios de alta inestabilidad. Asimismo, han apuntado a la transparencia, la coordinación entre las partes y la información como factores esenciales en su implementación, así como la gestión adecuada de los costes sociales y financieros del cambio.

“Presentar modelos de negocio compatibles con esa responsabilidad será exigido tanto por reguladores y supervisores, como por el propio mercado y los inversores. Las entidades deben adoptar estrategias claramente proactivas y, en definitiva, financiar de acuerdo con factores de sostenibilidad para hacer el sector financiero más sostenible”, subrayó Ángel Berges.

“El antiguo paradigma, el del cortoplacismo, la maximización del beneficio y el sistema lineal de producción está agotando los recursos y pone en riesgo la capacidad del planeta de mantener la vida como la conocemos”, concluye Berges, que resalta el papel que pueden desempeñar las finanzas para participar, de manera determinada, en la resolución de los desafíos ambientales y sociales.

Buy & Hold confía en que se prolongue el rally de los bonos corporativos a medida que el mercado recupere una cierta normalidad

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Pixabay CC0 Public Domain. Buy & Hold vaticina rentabilidades de doble dígito en su cartera de renta fija de aquí a final de año

Buy & Hold SGIIC vaticina un recorrido de doble dígito para su estrategia de renta fija entre abril y diciembre de 2020. La firma, que gestiona dos fondos de inversión en este activo, el B&H Renta Fija FI y B&H Deuda FI, prevé obtener rentabilidades del 13% y el 11%, respectivamente, en los próximos tres trimestres para sus partícipes.

“La sobre reacción y la falta de liquidez han llevado a un desplome sin precedentes de los activos de renta fija con la pandemia sanitaria. En esta situación, hemos aprovechado las oportunidades para invertir, diversificando la cartera”, explica Rafael Valera, consejero delegado de Buy & Hold SGIIC.

“Hoy, la situación ha mejorado y los mercados van recuperando su normalidad. En gran parte, gracias a la intervención de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), que han actuado como compradores de última instancia. En concreto, la Fed ha incluido en su “lista de la compra” a los bonos de alta rentabilidad o high yield de empresas, lo que sin duda ha tranquilizado al mercado, añade Antonio Aspas, socio de Buy & Hold SGIIC.

Sector financiero y cíclicos

Buy & Hold SGIIC cuenta con un 30% de peso en su cartera situado en posiciones en renta fija del sector financiero. Además, Aspas asegura que los bancos están mejor capitalizados de lo que han estado en décadas, por lo que desde la gestora se mantienen convencidos en su posición como bonistas.

En los sectores más cíclicos, como líneas aéreas, hoteles, automóviles y restauración, el peso de la cartera varía entre el 13%, en el B&H Renta Fija FI, y el 30%, en el B&H Deuda FI, con bonos de compañías como Ryanair, Easyjet o IAG, en aerolíneas; Antolín y Gestamp, en componentes de automoción; y Volkswagen, Daimler, Ford o General Motors, en fabricantes de vehículos. Por último, en el sector de energía, con un peso del 7% en B&H Renta Fija FI, y del 3%, en B&H Deuda FI, la firma española apuesta por las petroleras Pemex, Repsol y Tullow Oil, y la firma de energías renovables participada por Acciona, Nordex.

TIR esperada del 7%

La duración media de los bonos en cartera de Buy & Hold en sus fondos de inversión y sicavs gestionadas en renta fija, es de 3,5 años, con una TIR (Tasa Interna de Retorno) esperada del 7%, en B&H Deuda FI, y del 9% en B&H Renta Fija FI. “Esto significa que, hasta final de año, y si no cambiase nada en nuestras carteras, obtendríamos un 6% de revalorización sólo por los cupones de los bonos en los que estamos invertidos en el fondo B&H Renta Fija FI; y un 5% en el fondo B&H Deuda FI”, explica Valera.

“Adicionalmente, por cada 100 puntos básicos que se reduzca la prima de riesgo actual, que consideramos en máximos, la rentabilidad del fondo B&H Renta Fija FI aumentaría en un 3,6% adicional, y en un 3,2%, en B&H Deuda FI”, subraya el consejero delegado de Buy & Hold SGIIC. Las rentabilidades de los fondos de la gestora hasta abril de este año han sido del -15,9% en BH Renta Fija FI y -14,6% en BH Deuda FI.

José Manuel Ortiz de Juan, nuevo presidente del Comité de Acreditación y Certificación de EFPA España

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Foto cedidaJosé Manuel Ortiz de Juan, presidente del Comité de Acreditación y Certificación de EFPA España. José Manuel Ortiz de Juan: nuevo presidente del Comité de Acreditación y Certificación de EFPA España

José Manuel Ortiz de Juan se convierte en el nuevo presidente del Comité de Acreditación y Certificación de EFPA España, organismo encargado de gestionar todos los aspectos vinculados a la acreditación de programas formativos, exámenes de certificación y propuestas de concesión de los certificados que aprueba la Junta Directiva de la asociación.

Ortiz tomará el relevo de Alfonso Roa, que ha ocupado el cargo desde el año 2001, poco después de la fundación de EFPA España.

Ortiz se incorporó al Comité de Acreditación y Certificación de EFPA España en el año 2017. Además, es consejero de Cuatrecasas, dentro del Área Fiscal y de Conocimiento e Innovación de la firma, y profesor de Derecho en IE Law School y de Tributación de Operaciones Financieras en CUNEF. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, cuenta con un Máster en Asesoría Fiscal de Empresas por el IE Law School.

“Es un auténtico privilegio que José Manuel pase a dirigir el Comité de Acreditación y Certificación, uno de los pilares fundamentales del proyecto de EFPA. José Manuel cuenta con un recorrido impecable en el sector financiero y una amplia visión de la industria y sus profesionales, con especial foco en el ámbito de la planificación fiscal y patrimonial. Además, conoce muy bien EFPA España y está perfectamente identificado con la apuesta de la asociación por elevar el estandarte profesional de los profesionales del asesoramiento. Es momento también de agradecer a Alfonso Roa su trabajo y dedicación, sin la que hubiera sido imposible situar a EFPA como principal referencia en España como entidad certificadora y es muy importante para la asociación que continúe formando parte del Comité y que podamos seguir disfrutando de su experiencia”, asegura Santiago Satrústegui, presidente de EFPA España.

A lo largo de su trayectoria, José Manuel Ortiz ha adquirido una amplia experiencia en materia de fiscalidad aplicable a bancos, cajas de ahorro, cooperativas de crédito, instituciones de inversión colectiva, entidades de capital-riesgo, compañías de seguros y empresas de servicios de inversión, nacionales y extranjeras, tanto en lo relativo a su tributación institucional como en la fiscalidad de los productos y operaciones propios de estas entidades.

Además, está especializado en la planificación fiscal y patrimonial de inversiones y la formación de redes de banca personal y privada de bancos, cajas de ahorro y demás entidades financieras.

Los bonos verdes resisten: los inversores buscan empresas innovadoras que puedan afrontar la próxima crisis

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Los bonos verdes resisten: los inversores buscan empresas innovadoras que puedan afrontar la próxima crisis
Pixabay CC0 Public Domain. Los bonos verdes resisten: los inversores buscan empresas innovadoras que puedan afrontar la próxima crisis

La inversión sostenible, ¿se mantiene en tiempos de crisis? Según NN Investment Partners, la respuesta es sí. Como todas las clases de activos, los bonos verdes han sufrido el impacto de la gran volatilidad despertada en los mercados a raíz de la pandemia, pero los inversores han mantenido sus asignaciones e, incluso, en el caso de la deuda corporativa, las han incrementado. Esto se debe a que buscan empresas más transparentes, innovadoras y con una mirada a largo plazo que puedan resistir mejor las crisis futuras.

“El giro hacia la sostenibilidad en las inversiones no ha cambiado: la gente continúa preocupada sobre las problemáticas ASG. Además, ahora afrontamos el coronavirus, pero, si miramos hacia delante, la próxima crisis podría ser climática”, asegura Bram Bos, el gestor principal de bonos verdes de la gestora, en un podcast publicado en su página web. En ese sentido, insiste en que los inversores buscan empresas con visión de futuro y más protegidas ante turbulencias inesperadas.

Al analizar los precios, admite que todos los bonos en general se han vuelto más ilíquidos en los últimos dos meses y medio debido al incremento de la aversión al riesgo a los mercados. Sin embargo, Bos insiste en que, en el caso de los bonos verdes, estos se han desempeñado mejor que los tradicionales; concretamente: 70 puntos básicos por encima en lo que va de 2020. “Una cartera de bonos verdes incluye empresas más innovadoras, que miran a largo plazo. No cuenta con compañías petroleras, ni aerolíneas, ni aeropuertos”, revela. Es decir, su composición está mucho menos expuesta a sectores del mercado que actualmente están sufriendo directamente el impacto de la pandemia.

Asimismo, hace hincapié en que el mercado de bonos verdes ha crecido mucho en los últimos meses y, de hecho, a nivel global, ya es mayor que el de bonos convertibles o que el mercado europeo de high yield. Gracias a este crecimiento, hoy en día es un mercado “normal” en términos de costes de comercialización y liquidez.

Bos gestiona actualmente 2.500 millones de euros en estrategias de bonos verdes de NN IP, a través de tres fondos: el NN (L) Green Bond (lanzado en 2016), el NN (L) Green Bond Short Duration (lanzado en 2019) y el NN (L) Corporate Green Bond (lanzado hace apenas dos meses). En esta línea, señala que, debido al fuerte apoyo técnico de los bancos centrales y la venta masiva de crédito corporativo, actualmente, los inversores están más interesados en los bonos verdes corporativos. En concreto, la estrategia de la gestora se está inclinando sobre todo por empresas de servicios públicos, al considerarlas más defensivas y menos cíclicas, ya que muchas de ellas están a cargo de negocios regulados.

Pese a que actualmente el BCE no distingue entre bonos verdes y convencionales en sus programas de compras, el cambio climático es un tema muy relevante en la agenda política y social. Por ello, Bos espera que, en algún momento, el banco central comience a incluir un porcentaje mínimo de compras de bonos verdes, incrementándolo con el tiempo. “Sería una forma de lanzarle un mensaje al mercado y contribuir a su desarrollo”, apunta.

En cuanto a bonos verdes soberanos, observa un gran avance en los últimos dos años, con muchos países, sobre todo europeos, que han comenzado a emitirlos. Es el caso de Francia, Países Bajos, Bélgica e Irlanda. “Esperamos que esas emisiones crezcan todavía más: muchos países necesitan financiación y pueden aprovechar la oportunidad para cambiar sus economías de una forma más sostenible y hacerlas más resistentes de cara al futuro”, dice.

Con todo, a largo plazo, Bos pronostica un mayor crecimiento del sector de bonos verdes. “En el primer trimestre, las emisiones han sido menores de lo esperado debido a la volatilidad del mercado, pero esperamos que se recuperen en la segunda mitad de 2020 y se pongan al día en términos de nuevas emisiones”, sentencia.

Planes de pensiones: Aon aconseja medir las necesidades de liquidez, revisar las carteras y reforzar la comunicación

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Pixabay CC0 Public Domain. El 66% de los gestores europeos de gran capitalización superaron a su índice de referencia

Los expertos de Aon consideran que para gestionar un plan de pensiones en un entorno tan excepcional como el actual es recomendable seguir los siguientes tres pasos: medir las necesidades de liquidez del sistema de previsión, revisar la cartera de inversión, para ajustar las ponderaciones al mandato estratégico, y reforzar la comunicación con los partícipes.

“En primer lugar, para determinar el porcentaje de liquidez tengo que atender al posible devenir de la estructura del colectivo de partícipes en el corto y medio plazo”, explica Ricardo Pulido, Head of Investments de Aon, a través de un webinar. Respecto al rebalanceo de carteras, Pulido señala que “mantenemos nuestra visión sobre los niveles centrales que hemos usado para el diseño de nuestra estrategia de inversión. Los movimientos en el mercado han modificado los pesos de esa asignación estratégica, ahora es el momento para volver a ese peso central”. Para Pulido, habría que haberlo hecho ya, pero “la buena noticia» es que continúa el periodo durante el cual podemos analizar cómo rebalancear la cartera.

Por último, la tercera acción que recomiendan los expertos es la de reforzar la comunicación con los partícipes. “Tenemos que comunicar al partícipe del sistema de ahorro en dos sentidos y con un solo objetivo. Darle información desde el propio sistema de ahorro-jubilación y darle información sobre el impacto que está teniendo y qué medidas se están realizando y analizando en el sistema”, añade. Para los expertos, el mensaje que se transmite desde el propio sistema de previsión social pone en valor que el promotor no solo está velando por las aportaciones, sino que también vela por el desarrollo y la evolución del propio sistema.

No olvidar que los objetivos son a largo plazo

Por su parte, Enrique Duarte Consultor, Investments, ha recordado que debemos partir de la idea de que hablamos de instrumentos diseñados para el largo plazo. “Lo más fundamental es que los sistemas de previsión tengan establecido un objetivo en el largo plazo, en términos de rentabilidad, de riesgo y de ratios de reemplazo, y en función de este objetivo tomar las decisiones tácticas”, aclara el experto. Para Duarte, en un entorno como el actual, las decisiones tácticas que se tomen deben ir encaminadas a la preservación de la cartera estratégica que se ha establecido, respetando al mandato de inversión que se ha definido para alcanzar el objetivo a largo plazo. “Debemos fijar un objetivo y a partir de ahí un mandato de inversión con una cartera estratégica en el largo plazo”, apunta.

“No es momento de diversificar si tu cartera no lo estaba”

A la hora de ajustar la cartera, Duarte considera que antes hay que analizar la situación económica que atraviesan los promotores de los sistemas de previsión, la elevada volatilidad diaria y las necesidades de liquidez.

Asimismo, desde Aon admiten que, actualmente, no son compradores mayoristas de riesgo. “Con la situación actual no vemos conveniente sobreponderar las carteras de renta variable aumentando los niveles de riesgo”, aclara Duarte. En cuanto a la diversificación, su visión es que para esta clase de instrumentos lo ideal es tener una cartera diversificada, con activos descorrelacionados y con mercados globales que mitiguen los riesgos que vivimos actualmente.

Sin embargo, en el momento en el que nos encontramos, no recomiendan diversificar la cartera. “Aquella cartera que estaba diversificada habrá pasado mejor este periodo de mercado y estará preparada para lo siguiente, pero para las que no lo estaban no es el momento de realizarla, debido a que podrían aflorar minusvalías y a los elevados costes transaccionales. Cambiar ahora la cartera para diversificarla no es un movimiento coherente”, opinan desde Aon.

Asimismo, recomiendan elevar la cautela en renta fija. “Principalmente en deuda gubernamental, por el hecho de que se están endeudando mucho, y deuda corporativa, por la situación que viven las empresas”.

En cuanto a oportunidades de inversión, Duarte señala que “en la categoría de renta fija marcamos un ratio alto de cobertura y recomendamos infraponderar duraciones de la cartera como una medida de cobertura y una posibilidad de aprovechar oportunidades durante el proceso de salida de la pandemia. Pero hay que tener en cuenta factores determinantes como la iliquidez de los mercados y que los precios están desproporcionados. Es cierto que las últimas semanas se ha modificado ligeramente, pero sigue existiendo esa iliquidez”, recuerdan.

Para los expertos de Aon, la volatilidad también da pie a que existan oportunidades para aquellas carteras con objetivos claros, bien diversificadas y que poseen liquidez. “Son oportunidades que hay que analizar de forma gradual para ir mitigando costes de operaciones y temas de volatilidad”, apuntan. “Este proceso, tanto analizando la situación que tenga el sistema de previsión como viendo el mandato de inversión, consideramos que hay dos categorías de activos que pueden dar oportunidades en la situación actual: la inversión de crédito y en renta variable. En crédito, lo vemos por la parte de alta calidad crediticia, por la renta variable no somos compradores de riesgo, pero lo vemos como una oportunidad para ir analizando poco a poco aquellos sectores en los que se pueda entrar y descorrelacionen nuestra cartera”, concluyen.