China, un futuro verde y la resistencia del value: las tres lecciones de la pandemia

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Pixabay CC0 Public Domain. Análisis, inversores minoristas y la Generación Z: tres factores que impulsan la inversión ESG

En esta vida, no todas las lecciones son agradables y tras la experiencia de la pandemia del coronavirus, qué mejor que sacar conclusiones constructivas. En opinión de Fabiana Fedeli, responsable global de activos fundamentales de Robeco, en los últimos tres meses los inversores han aprendido tres cosas: nunca hay que descartar a China; el futuro es más verde, especialmente en lo que a inversión se refiere; y el value no ha muerto.

La experta de Robeco cree que la crisis del COVID-19 no ha terminado. “En términos globales, estamos alcanzando nuevos picos de contagio. Por ello, es evidente que no estamos ante una recuperación económica en forma de V. Por ahora, creemos que es más probable que adopte forma de U. Existe la posibilidad de que termine por describir una trayectoria en W, es decir, una recesión de doble caída, pero consideramos que esa posibilidad es limitada. Las autoridades y los médicos de todo el mundo parecen haber aprendido a lidiar mejor con estos brotes, y puede que la vacuna esté cerca”, apunta Fedeli. 

Ahora bien, ¿qué implica todo esto para la construcción de las carteras? Hasta que el virus esté bajo control, desde Robeco seguirán apostando por los países que han podido lidiar más eficazmente con el virus, en términos de preferencia geográfica. Esto supone dirigir la mirada hacia el Norte de Asia y Europa. Y desde el punto de vista de la selección de valores, la gestora reconoce que ha recogido beneficios en algunos de los “acumuladores de calidad” (compounders) que mejor evolución han tenido, y ampliado posiciones en cíclicos y en ciertas acciones que han registrado resultados comparativamente inferiores pero que siguen teniendo fundamentales sólidos.

“Estos valores pueden haberse visto perjudicados por el coronavirus, pero esperamos que se recuperen. Sin embargo, hemos continuado mostrándonos selectivos en cuanto a la calidad de estas posiciones menos defensivas, debido al riesgo de que la recuperación sea más lenta. Teniendo en cuenta la polarización que muestra el mercado, existen bastantes oportunidades para mostrarse selectivo sin descender demasiado en la escala de calidad”, añade Fedeli.

Lecciones aprendidas

Un posicionamiento que la gestora defiende en parte por las lecciones que considera nos ha dejado este COVID-19. En concreto, Fedeli apuntaba tres: China, un enfoque sostenible e inversión value. Sobre la primera argumenta que China está destinada a convertirse en una posición fundamental. 

“Nuestras buenas previsiones para la renta variable china, y en especial las acciones A, no son compartidas por la mayoría. China es la segunda economía más grande del mundo y su mercado de renta variable se encuentra significativamente infrarrepresentado en las carteras de los inversores. Esto se debe, por un lado, a la desconfianza de los inversores y a la preocupación sobre la transparencia y, por otro, a la escasa inclusión de empresas chinas en los índices de renta variable”, explica.

Considera que el mercado chino de renta variable debería verse respaldado por la mejora de los datos macroeconómicos y las reformas que están realizándose en el mercado de capitales. Además, incluso después de su reciente repunte, las acciones A no cotizan muy lejos de sus mínimos históricos, en términos de valoración frente a la renta variable estadounidense.

En segundo lugar, Fedeli advierte que esta pandemia ha dejado claro que el futuro será verde y sostenible. “La sostenibilidad es cada vez más importante para la opinión pública y para un creciente número de gobiernos a nivel mundial. Si bien es cierto que el gobierno corporativo lleva años siendo un aspecto clave para los inversores, cada vez es más evidente para ellos que el impacto ambiental de las empresas va a representar un papel todavía más importante en relación con sus perspectivas financieras. Y el COVID-19 ha servido de catalizador para ello. El apoyo de los gobiernos a través de sus compromisos de gasto público claramente ha puesto el foco en la creación de un mundo más sostenible de cara al futuro”, argumenta.

La vuelta del value

Por último, la experta defiende que el estilo value volverá a las carteras de los inversores, en parte impulsado por la polaridad que existe en el mercado. En su opinión, la disparidad que hay podría sentar las bases para un retorno del value, aunque son todavía insuficientes

“Para que el value regrese de forma duradera, se precisa una mejora de las perspectivas macroeconómicas. Así ha quedado patente en la breve transición hacia el value registrada en el segundo trimestre. Su duración estuvo asociada a la mejoría de las perspectivas sobre los datos macroeconómicos y, por lo tanto, sobre los valores cíclicos. A medida que el COVID-19 fue mostrándose difícil de contener, sobre todo en EE.UU., las acciones value volvieron a caer. Sin embargo, han experimentado un resurgimiento en China, donde la mejoría de los datos macroeconómicos también va a resultar clave”, argumenta. 

Pero también advierte de que los compradores deben tener cuidado: aunque las eventuales subidas de las mareas en el mercado, asociadas a futuras mejoras, puedan reflotar a muchos barcos value, algunos de ellos están destinados a no salir nunca del puerto, y unos pocos, a naufragar. “La noción del value tiene que evolucionar. El concepto de reversión a la media podría ser cierto para algunas empresas, pero no para muchas otras”, concluye.

Por qué la recuperación mundial no debería suponer un coste para el planeta

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¿Cambiará la crisis del coronavirus nuestra forma de abordar los desafíos sociales y medioambientales? La respuesta dependerá de nuestra capacidad para aprender de los errores cometidos tras la crisis financiera mundial de hace una década.

Cuando el mundo se recuperaba de esa crisis, la dependencia exclusiva de las fuerzas del mercado y los préstamos baratos solo logró agravar los problemas en muchos casos; se perdió, en gran medida, la oportunidad de lograr una recuperación económica más inclusiva y centrada en los beneficios a largo plazo de abordar las cuestiones sociales y medioambientales más urgentes.

Si bien la llegada de la expansión cuantitativa (QE) en 2008 contribuyó a la recuperación económica, los gobiernos perdieron la oportunidad de introducir incentivos en el sistema para promover el flujo de capital hacia áreas necesitadas, en lugar de para engrosar los beneficios corporativos, a menudo a expensas de los retos sociales y medioambientales. Ahora que empezamos a dejar atrás la pandemia mundial, el plan de recuperación verde de la UE proporcionará un paquete de estímulos centrados en la renovación de edificios, la movilidad sostenible, el hidrógeno y las energías renovables. 

Aunque todavía estamos a la espera de conocer más detalles, este plan demuestra la ambición de algunos gobiernos de aprovechar la crisis para acelerar la transición energética hacia un mundo neutro en carbono y de reconocer la importancia de compartir recursos sociales como hospitales, escuelas, viviendas sociales y transporte público.

Adoptar “la economía del donut”

La ciudad de Ámsterdam es un ejemplo de que un crecimiento más inclusivo y más sostenible puede formar la base de la recuperación del daño económico y social causado por la pandemia del COVID-19. La ciudad ha adoptado oficialmente el marco de desarrollo sostenible creado por la economista de Oxford, Kate Raworth, conocido como “la economía del donut”. Ámsterdam se ha propuesto salir de la crisis equilibrando las necesidades de las personas sin dañar el medioambiente: un compromiso ambicioso, y una especie de experimento, pero precisamente el tipo de pensamiento nuevo que creemos que es necesario para no volver a caer en los errores del pasado.

Objetivos de Desarrollo Sostenible

Una parte central del modelo de la economía del donut de Raworth es la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para 2030. Se trata de un ambicioso conjunto de objetivos creados para alcanzar prosperidad compartida y salvaguardar el bienestar del planeta que pone el énfasis en las necesidades sin atender.

Los ODS se lanzaron por primera vez en 2015 con el objetivo de poner fin a la pobreza mundial. En principio, los 17 ODS fueron diseñados para que los gobiernos colaborasen con la sociedad civil para mejorar la salud y la educación, reducir la desigualdad y estimular el crecimiento económico inclusivo, combatir el cambio climático y preservar la salud de nuestra biosfera. Estos objetivos representan un conjunto verdaderamente ambicioso de metas universales, que ya han firmado 193 países.

Coste elevado

Considerar los ODS desde la óptica de la crisis del COVID-19 subraya su papel decisivo para lograr una recuperación económica que aporte beneficios duraderos para el bienestar de las personas y del planeta. Sin embargo, el gasto necesario para cumplir con estos objetivos asciende a billones de dólares.

Para muchos, el coste original representaba una carga poco rentable que los países no podían permitirse en un momento en el que todavía se resentían por los años de austeridad sufridos tras la crisis financiera mundial. Los optimistas veían esta oportunidad de otra manera: lograr el objetivo general de poner fin a la pobreza mundial y garantizar la salud del planeta crearía mercados más grandes y resistentes de una manera en la que podrían estar de acuerdo tanto los activistas sociales y medioambientales como los inversores y las empresas. En nuestra opinión, el enorme coste humano de la crisis del COVID-19 muestra claramente que alcanzar estos objetivos representa una visión de la recuperación alternativa a la mentalidad del mercado libre –por la que “el ganador se lo lleva todo”– que ha imperado durante los últimos cuarenta años.

Satisfacer futuras necesidades

Dada la magnitud de los paquetes de estímulo puestos en marcha para sacar adelante la maltrecha economía mundial, obtener la financiación necesaria para cumplir los ODS de pronto parece mucho más factible. En un momento en el que los tipos de interés rozan niveles negativos de forma casi universal, las autoridades tienen ante sí la oportunidad de adoptar el desarrollo sostenible como la piedra angular de una recuperación económica generalizada al coste de financiación más bajo de la historia.

Aspiraciones como el fin de la pobreza (ODS 1), salud y bienestar (ODS 3), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), ciudades sostenibles (ODS 11) y producción y consumo responsables (ODS 12) forman los pilares de un sistema económico fuerte y dinámico, capaz de adaptarse a nuestras necesidades futuras y de resistir los inevitables shocks que sufriremos de forma periódica. Creemos que cualquier sociedad civil que aspire a gozar de paz, justicia e instituciones sólidas (ODS 16) debe aspirar también a contar con un plan económico que abarque estos objetivos.

A lo largo de la historia hemos sufrido graves situaciones económicas que se convirtieron en crisis sociales. La Gran Depresión de los años treinta y la recuperación tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial requirieron una acción coordinada entre naciones y entre la sociedad civil y las empresas. En mayo de 1932, durante el peor momento de la Gran Depresión, el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt pronunció en la Universidad de Oglethorpe un histórico discurso de graduación que marcó el comienzo de su «New Deal». Una frase de ese discurso presagiaba la importancia de los ODS y del desarrollo sostenible para hacer frente a una crisis económica: “Para inyectar vida en nuestro debilitado orden económico, no podremos hacer que dure mucho tiempo a menos que logremos redistribuir de forma más justa y equitativa la renta nacional”.

La importancia del activismo

Defender la sostenibilidad no es nada nuevo: el transcendental Informe Brundtland, publicado en 1987[2], sigue siendo el punto de referencia de un enfoque científico, revisado por pares, para alcanzar una economía sólida basada en los principios reflejados casi tres décadas después en los ODS de la ONU. Cada vez más, el término «capitalismo de los grupos de interés» (stakeholder capitalism) se considera el sucesor del modelo centrado en los accionistas (shareholder capitalism) que surgió tras la crisis económica de los años setenta. Si queremos lograr esta transición, los gobiernos, los reguladores y las empresas deben aprovechar plenamente la oportunidad que plantea la definición de sostenibilidad de Brundtland: “Desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medioambiente y bienestar social”.

La crisis de la COVID-19 es una experiencia muy humana, que ha alterado la vida de cientos de millones de personas en todos los continentes. La pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de muchos sistemas sanitarios, incluso en las economías desarrolladas más prósperas, algo que ha socavado la salud y el bienestar futuros de muchas personas (ODS 3) y que probablemente dejará secuelas que durarán años.

Aunque los inversores no pueden abordar fácilmente las deficiencias de los sistemas de salud individuales, sí pueden influir en que se obtengan mejores resultados en todos los países colaborando activamente con las empresas para reconocer los beneficios de contribuir al bienestar de sus empleados. Para muchos trabajadores, la falta de acceso a atención médica, ya sea a través del sistema público o como un beneficio corporativo, ha tenido un coste personal considerable, especialmente entre los trabajadores peor remunerados.

¿Una recuperación sostenible?

Al final, el concepto de desarrollo sostenible, e incluso los ODS de la ONU, hacen referencia a una forma de capitalismo “bueno” que despliega capital en áreas que aborden las necesidades desatendidas de la sociedad global –una especie de “opción de compra” de la prosperidad futura– identificando así áreas estructurales de crecimiento.

Teniendo en cuenta que decenas de millones de personas probablemente perderán sus empleos, su medio de vida y, potencialmente, su bienestar como resultado de la pandemia, tenemos que apoyar conjuntamente una recuperación intolerante con la pobreza (ODS 1) que se vea respaldada por la idea de que la sostenibilidad es una visión de un futuro posible que ofrece múltiples beneficios para la sociedad y el mundo en el que vivimos. Para que esta visión se haga realidad es necesario que la sociedad civil valore las aspiraciones que plantean los 17 ODS y reconozca los beneficios compartidos, tanto presentes como futuros, que presenta este enfoque.

Formar alianzas (ODS 17) será decisivo para alcanzar este resultado, si queremos garantizar un futuro mejor para todos. En nuestra opinión, los ODS, junto con las consideraciones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), no son una etiqueta para señalar la virtud, sino aspiraciones para el futuro que requieren que actuemos ahora.

Es posible que no todas las sociedades evolucionen con estas aspiraciones en mente, ya que, en momentos de crisis económica, existe una tendencia a intentar aprovecharse de los demás y a darle prioridad al interés propio. Sin embargo, vemos señales esperanzadoras que apuntan a que está surgiendo una manera mejor de gestionar nuestro destino, que solo requiere que intentemos liberarnos de los lastres del pasado.

Tribuna de Andrew Parry, responsable de inversión sostenible en Newton, parte de BNY Mellon IM.

AXA IM, seleccionada como la gestora europea con mayor compromiso ESG por el índice RIBI de H&K

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Pixabay CC0 Public Domain. AXA IM, seleccionada como la gestora europea con mayor compromiso ESG por el índice RIBI de H&K

AXA Investment Managers ha logrado por segundo año consecutivo el primer puesto en el índice Hirschel&Kramer (H&K) de marcas de Inversión Responsable (RIBI, por sus siglas en inglés). El índice, que destaca a las gestoras que están liderando el camino ESG gracias a su compromiso con los valores socialmente responsables, ha realizado el estudio entre 284 gestoras europeas para evaluar su capacidad para integrar enfoques de inversión sostenible y las ha clasificado en función de dos aspectos: su desempeño y compromiso con el desarrollo sostenible y la comunicación que hacen de ello.

En el aspecto relacionado con el compromiso se miden acciones concretas emprendidas por las gestoras, como la participación en iniciativas colectivas sobre desarrollo sostenible, la calidad de la votación de acciones cotizadas, la estrategia y la gobernanza de la inversión responsable. Por su parte, en el relacionado con la comunicación se evaluaron ocho criterios cualitativos, incluidas las declaraciones de propósitos y cómo expresan los sistemas de valores que tienen como objetivo crear un impacto positivo y tangible en la sociedad.

La valoración que de ambos aspectos ha hecho RIBI ha llevado a AXA IM a revalidar su posición líder por segundo año consecutivo entre las gestoras europeas estudiadas. Este puesto la convierte, además, en una de las únicas cinco gestoras de fondos que han alcanzado las diez primeras posiciones del índice durante cada uno de los últimos tres años. “Mientras que el número de gestoras que vincula sus propósitos centrales a objetivos sociales prácticamente se ha duplicado en el último año, solo unos pocos transmiten genuinamente su compromiso con la Inversión Responsable a través de su marca”, explican desde Hirschel&Kramer.

Desde la gestora destacan su convicción de que la integración de ESG es parte integrante de una gestión de inversiones más sólida. Durante más de 20 años, ha habido una tradición de inversión responsable en la empresa desde que ganó su primer mandato. En 2001 se creó un equipo dedicado de RI y en los últimos tres años, el número de empleados se ha más que duplicado para ser cerca de 30 personas dedicadas a la integración de ESG, ubicadas dentro del Centro de Experiencia de RI, así como dentro de las plataformas de inversión. “Como gestores de inversión activa, nuestras decisiones pueden conducir a un cambio positivo. Estamos profundamente comprometidos en abordar el impacto de los riesgos relacionados con el clima y, como gran inversor, tenemos un papel clave que desempeñar para limitar el calentamiento global”, declara Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA IM España.

De hecho, la sostenibilidad es una de las claves del entorno actual, marcado por la irrupción de la pandemia del coronavirus y sus efectos económicos en Europa, como explica Lise Moret, head of Climate Strategy-Impact and Responsible Investment: “La recuperación económica europea nos dará la oportunidad de integrar los cambios industriales y sociales en el apoyo a la transición energética. Creemos que la irrupción del coronavirus debería reforzar el pensamiento político sobre el cambio climático y la acción colaborativa para afrontar amenazas existenciales, así como impulsar el estímulo político para las iniciativas ecológicas y la implicación de los inversores. Para nosotros como inversores, esto significa una continua implicación con las compañías y con las oportunidades de inversión sostenible”.

Este reconocimiento llega un mes después de que AXA IM fuera anunciada como uno de los 36 líderes entre los 2.400 firmantes del PRI en el informe climático. Sólo el 1% de las sociedades gestoras signatarias, entre las que se encuentran dos francesas, formarán parte en 2020 de este grupo que reúne a las empresas más avanzadas en el ámbito de la inversión responsable.

Marco Morelli, CEO de AXA Investment Managers, destaca que “haber sido reconocidos como la gestora con mayor compromiso ESG significa que se está reconociendo la importancia y valor de estas inversiones y de su importancia para generar un impacto real y medible en la sociedad. Estamos muy orgullosos de este logro. La inversión responsable está en el corazón de la estrategia de AXA IM y nos esforzamos por asumir un papel más activo en impulsar la transición global hacia un modelo más sostenible y equitativo. Este premio reconoce nuestro compromiso constante con los ESG y refleja aún más nuestro propósito como empresa. Seguimos profundamente comprometidos con nuestro papel pionero como inversor responsable y administrador a largo plazo de las inversiones de nuestros clientes”.

Alejandro Arévalo (Jupiter Asset Management): «Es un excelente momento para invertir en deuda emergente, pero la diferenciación sigue siendo crucial»

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Alejandro Árevalo, Jupiter Asset Management. Alejandro Árevalo, Jupiter Asset Management

En un momento en el que muchos inversores buscan aumentar su exposición a deuda emergente en 2021, Alejandro Arévalo, gestor de renta fija emergente en Jupiter Asset Management, explica por qué la diferenciación es vital a la hora de invertir en una clase de activos tan diversa.

¿Se espera una mejoría de la coyuntura macroeconómica?

Ahora que se acerca el final de año, somos optimistas sobre las perspectivas de la deuda de los mercados emergentes en 2021, una visión que parecen compartir muchos inversores, dado que llevamos 20 semanas consecutivas de entradas de capitales en esta clase de activos. Esperamos ver una recuperación mundial más amplia y profunda tras la inminente distribución de vacunas eficaces contra la COVID-19, un factor especialmente importante para los países emergentes que carecen de la capacidad de pedir prestado e imprimir dinero de que disfrutan muchos países desarrollados. Las políticas monetarias expansivas y los estímulos presupuestarios potentes deberían ser muy favorables para los mercados emergentes y las materias primas.

También esperamos que el dólar estadounidense siga tendiendo a la baja, mientras que la Reserva Federal (Fed) probablemente mantenga su postura de tipos ultrabajos, lo que flexibilizará las condiciones para los prestatarios de los mercados emergentes. Prevemos que continúe la rotación desde EE.UU. hacia los mercados emergentes, donde las valoraciones son mucho más bajas y los rendimientos son mucho más elevados. Una administración Biden en EE. UU. probablemente mejore el sentimiento en torno a los mercados emergentes, ya que cabe esperar una política exterior menos agresiva y más predecible basada en un planteamiento multilateral, lo que debería dar apoyo al comercio mundial y a los flujos de inversión transfronterizos.

¿Qué podemos aprender de los «pecados» del pasado?

La coyuntura macroeconómica de los países emergentes también parece favorable. Aunque es innegable que algunos mercados emergentes se han visto especialmente golpeados por la pandemia, otros países han demostrado una notable capacidad de resistencia. Si nos dejamos guiar por la historia, se podría haber esperado que la pandemia creara una crisis de deuda potencial y un fuerte pánico entre los inversores, pero en lugar de eso, y a pesar de algunos arranques de volatilidad, el optimismo inversor se ha mantenido relativamente alto desde marzo.

Creemos que eso se debe fundamentalmente a dos razones. La primera es que las mayores economías emergentes han aprendido de los «pecados» del pasado, cuando la mayor parte de su financiación estaba denominada en dólares estadounidenses y eso creaba un importante desajuste entre los activos y los pasivos que, en algunos casos, obligó a los países a reestructurar su deuda o incurrir en impagos. Ahora, con unos mercados locales mucho más profundos, pueden financiar la mayor parte de sus necesidades en sus respectivas monedas. En segundo lugar, hemos empezado a observar una notable recuperación de los datos económicos de los países emergentes; así, los indicadores económicos en algunas áreas siguen sorprendiendo positivamente, como en China y Latinoamérica, a lo que hay que sumar los avances recientes de varias reformas que se habían puesto en suspenso.

¿Es ahora un buen momento para aumentar la exposición?

Ahora que hemos superado la incertidumbre de las elecciones estadounidenses y ante la inminencia de la distribución de las vacunas contra la pandemia, creemos que es un buen momento para que los inversores aumenten su exposición a la deuda emergente. Tras las grandes salidas de capitales de comienzos de este año, ya estamos viendo cómo el dinero está regresando a esta clase de activos; en este sentido, varias encuestas de mercado muestran que los inversores prevén aumentar sus exposiciones a deuda emergente en 2021. Aunque globalmente sigue estando escasamente representada, esta clase de activos valorada en 23 billones de dólares está cobrando un protagonismo cada vez mayor en las carteras de los inversores: con más del 90 % del universo de la renta fija rentando menos de un 3 %, la deuda emergente es uno de los pocos lugares donde los inversores pueden conseguir unos rendimientos aceptables (1). Así pues, esperamos que las asignaciones sigan creciendo.

Como siempre, pensamos que la diferenciación es clave a la hora de invertir en una clase de activos variada e ingente como la deuda emergente. Adoptando un enfoque flexible y activo, podemos responder a las nuevas informaciones que se van conociendo y aprovechar las oleadas de ventas indiscriminadas cuando se desatan, gestionando al mismo tiempo las pérdidas de valor. Obviamente, esperamos cierta volatilidad en los mercados a corto plazo, pero creemos que la coyuntura macroeconómica es favorable y nuestro análisis centrado en los fundamentales nos ayuda a identificar los títulos, tanto públicos como corporativos, con un buen potencial a largo plazo.

 

Jupiter AM

 

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Anotaciones:

(1) Fuente: Índice JP Morgan Global Aggregate Bond, agosto de 2020.

 

Por favor, tenga en cuenta: Los movimientos de los mercados y de los tipos de cambio pueden provocar alteraciones al alza o a la baja del valor de una inversión, y es posible que usted no recupere todo el capital inicialmente invertido. Las opiniones expresadas en este documento pertenecen a las personas mencionadas en el momento de su redacción, no coinciden necesariamente con las de Jupiter como empresa y podrían estar sujetas a cambio. Eso es algo que sucede sobre todo durante periodos en los que las circunstancias del mercado cambian rápidamente.

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El Dorado Asset Management lanza su primer fondo mutuo que invertirá en desarrollo inmobiliario en EE.UU.

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El Dorado Asset Management de Perú junto con Participant Capital lanzaron de manera simultánea, el Fondo de Fondos de Crecimiento Inmobiliario EE.UU. (FIMV) para los mercados de Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia.

De esta manera, tanto inversionistas institucionales como personas naturales de estos países andinos podrán invertir en el sector de desarrollo inmobiliario en América del Norte con una inversión mínima recomendada de 50.000 dólares a través de fondos mutuos.

Durante el 2019, el fondo subyacente en el que inicialmente invertirá el Fondo de Fondos, obtuvo un retorno de 14.35%, consistente con la expectativa de 14% y 16% anual para un horizonte mínimo de inversión de cinco años, e incluyendo un dividendo anual de 7%, señaló Melvin Escudero, presidente del Dorado Asset Management.  

Escudero agregó que lo más importante es que las personas naturales accedan a invertir en un portafolio de activos inmobiliarios de alta calidad, y diversificado en el principal mercado inmobiliario del mundo, el cual tendrá una importante recuperación post crisis Covid-19.

Además, al ser una cuota de un Fondo Mutuo registrado en el Perú y regulado por la Superintendencia de Mercado de Valores, permitirá obtener un importante beneficio tributario, ya que sus ganancias de capital estarán afectas a la tasa de 5% del impuesto a la renta, en comparación del 30% que aplica a inversiones que se realizan directamente en el mercado internacional.

Por su parte, Jorge Espada, Managing Director de El Dorado Asset Management comentó que se abren las puertas del sector inmobiliario de los Estados Unidos para los inversionistas peruanos, colombianos, bolivianos y ecuatorianos, a través de una estructura eficiente tributariamente.

El beneficio de la tasa del 5% es aplicable a ciudadanos de Bolivia, Colombia y Ecuador que inviertan en este Fondo, gracias al acuerdo 578 de la Comunidad Andina de Naciones. El Fondo tendrá una comisión de administración de 0.50% + IGV anual, la cual es entre la mitad o una tercera parte de lo cobrado por otros fondos inmobiliarios en Perú.

El objetivo de inversión del Fondo de Fondos de Crecimiento Inmobiliario EE.UU. FIMV es invertir en cuotas de participación de fondos de mutuos del exterior, que a su vez invierten en proyectos de desarrollo inmobiliario en Estados Unidos.

 

Thomas Johnston se integra a LarrainVial para fortalecer el equipo de distribución para el mercado US Offshore

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Foto cedidaEl equipo US Offshore de LarrainVial . Foto cedida

LarrainVial ha concretado la incorporación de Thomas Johnston al equipo responsable de la distribución internacional para el mercado US Offshore, como parte del esfuerzo de la compañía por potenciar su presencia en esa región, que tras un año de trabajo ha concretado nuevos acuerdos para ofrecer sus productos en este mercado, informó la empresa en un comunicado. 

Johnston,  quien  estará  basado  en  Miami  y  asumirá  el  cargo de Co-Head  de  Distribución  para  el  mercado  US  Offshore  junto  a  Sebastián  Véliz, cuenta  con más de 12 años de experiencia en el sector financiero. 

Proveniente de Amundi Asset Management,  donde  se  desempeñó  como  Senior  Vicepresident  y  Sales  Manager  para  la distribución de productos offshore, su trabajo estuvo enfocado en clientes latinoamericanos. También trabajó en Sun Life Financial International como Regional Vicepresident también para el mercado offshore. 

La  contratación  de  Johnston,  que  reemplaza  a Juan Andrés Pinilla, apunta a fortalecer la presencia de LarrainVial en el mercado US Offshore, que ya ha sellado en el último año tres acuerdos de distribución de fondos con Aegon, Brown  Advisory y Pinbridge Investments. A ellos se suma la oferta de productos de LarrainVial Asset  Management, administradora de fondos parte de la compañía, junto con la búsqueda de mandatos relacionados a inversiones en activos alternativos. 

El foco de Johnston estará en atender a bancas privadas, RIAs, family offices e inversionistas institucionales.  

“Estamos  seguros  que Thomas  nos ayudará a  fortalecer  nuestra  creciente  oferta  de  productos  para  el  mercado  US  Offshore,  junto  con  apuntar  a  lograr nuevos  acuerdos de  distribución que nos permitan alcanzar una posición de liderazgo”, afirmó Juan Miguel Cartajena,  Socio y Managing Director de Distribución Internacional de LarrainVial, y responsable del equipo  US Offshore. 

 

Compass Group integra a Renzo Nuzzachi con el cargo de Head de Intermediarios de Argentina y Uruguay

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Foto cedidaRenzo Nuzzachi. ,,

Compass Group anunció que, en el marco de la expansión de su negocio de Intermediarios, ha incorporado a su equipo a Renzo Nuzzachi, quien se desempeñará como Head de la Unidad de  Intermediarios para Argentina y Uruguay.  

Nuzzachi es economista de la Universidad ORT de Uruguay y CFA charterholder y cuenta con  una extensa experiencia en la industria de inversiones, desempeñándose durante 12 años como  Trader, Product Manager y Portfolio Manager en la firma Quest/ANDBANK, para luego  continuar su carrera como Investment Strategist en Latam ConsultUS.

El nuevo integrante de Compass es fundador y portfolio manager de su Fondo AAA (Active Asset Allocation Fund), fondo al que continuará  ligado, junto al equipo de gestión global de inversiones de Compass Group, que asumirá el  gerenciamiento del fondo. 

Esta nueva incorporación se suma a los cambios recientes realizados por Compass Group, con el nombramiento de Fernando Caffa como director comercial para Argentina y Uruguay,  Natalia Rijo como Head Regional de Business Operations y José Aramendía como Sales Executive de la oficina de Uruguay.  

“Estamos muy entusiasmados con el posicionamiento que hemos logrado en clientes  intermediarios y estamos seguros de que la experiencia de Renzo, junto al fortalecimiento de  nuestro equipo, nos permitirá hacer crecer aún más esta área de negocio, aumentando la base  de clientes para ofrecerles todas nuestras capacidades de asesoría e inversión de primer nivel,  aprovechando las ventajas de representar a entidades tan prestigiosas como Ninety One,  Wellington Management y WisdomTree, entre otras”, señaló Juan Cruz Elizagaray, socio y Country Head de Argentina y Uruguay. 

Compass Group es un gestor de inversiones especializado y enfocado en Latinoamérica, con 25  años de experiencia. Fundada en Nueva York en 1995, la firma hoy tiene presencia en Estados Unidos, América Latina y Europa. Al 30 de septiembre de 2020, las entidades que forman Compass  Group cuentan con más de 39.000 millones de dólares en activos bajo administración, custodia,  asesoramiento y distribución.

 

 

La Amafore analizará con expertos de talla mundial temas ESG y de la cultura del ahorro en su conferencia anual

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Con la participación de Esther Duflo, premio Nobel en Economía 2019; Jeffrey Sachs, director del Centro de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia y presidente de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, entre otras grandes personalidades del mundo financiero internacional, la Asociación Mexicana de las Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro (AMAFORE) estrenará la versión virtual de su conferencia anual.

El evento se realizará el próximo 2 de diciembre desde las 8:30 de la mañana y podrá ser visto en la página oficial del evento y/o en su canal de youtube a partir de que empiece la transmisión.

Puede consultar la agenda en este link.

 

 

Principal Financial Group anuncia cambios en su equipo ejecutivo global

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Foto cedida. Principal Financial Group anuncia cambios en su equipo ejecutivo global

Principal Financial Group ha anunciado cambios en su equipo ejecutivo global promocionando a los presidentes regionales de Principal International, Roberto Walker (Latinoamérica) y Thomas Cheong (Asia) a su equipo ejecutivo y anunciando la jubilación de Luis Valdés, CEO y presidente de Principal International. Walker y Cheong reportarán a Dan Houston, chairman, presidente, y CEO de Principal.

La incorporación de Walker y Cheong al equipo ejecutivo enfatiza la creciente importancia de los mercados internacionales y el cliente global de Principal. Con sede en Santiago de Chile y la RAE de Hong Kong, estos dos líderes aportan perspectivas locales directas sobre la dinámica del mercado regional y las preferencias de los clientes que ayudarán a crear nuevas soluciones y vías de distribución dentro y fuera de sus mercados.

«Estamos entusiasmados de agregar líderes internacionales sólidos a nuestro equipo ejecutivo que tienen un profundo conocimiento de nuestros clientes, en todos los mercados, segmentos y líneas de productos, y ayudarán a construir nuestra voz y experiencia como líder mundial en jubilación». dijo Houston. “Roberto y Thomas tienen perspectivas únicas sobre el servicio a diversos grupos de clientes que tienen un valor incalculable para Principal mientras trabajamos para diversificar no solo nuestras soluciones, sino también la forma en que llevamos esas soluciones a una amplia gama de clientes. Su liderazgo nos ayudará a cumplir nuestro compromiso de ayudar a más personas a obtener acceso a la seguridad financiera en todo el mundo «.

Walker, vicepresidente senior y presidente de Principal Latin America, y Cheong, vicepresidente senior y presidente de Principal Asia, han sido ascendidos a vicepresidentes ejecutivos como parte de los cambios, a partir del 1 de enero de 2021. Walker se incorporó a Principal en 1996 y ha dirigido América Latina para Principal International desde 2011. Cheong se unió a Principal en 2015 como vicepresidente de Asia del Norte para Principal International y asumió las responsabilidades de liderazgo para toda la región de Asia en 2019.

Valdés se jubilará el 31 de marzo de 2021, después de 26 años en Principal donde ha ocupado distintos puestos de dirección globales. Dirigió Principal International como presidente y director ejecutivo durante los últimos nueve años, impulsando un crecimiento significativo en América Latina y Asia, incluidas varias adquisiciones importantes para que Principal aumentara su presencia en mercados emergentes clave. Valdés se desempeñará como presidente del directorio de Principal International durante dos años después de su retiro.

“Luis ha sido fundamental para hacer crecer a Principal International desde un negocio incipiente a ser un  contribuyente significativo hoy con una sólida rentabilidad”, dijo Houston. “Le apasiona lo que hace, desde liderar adquisiciones críticas hasta asesorar a legisladores internacionales sobre políticas de pensiones sólidas. Estamos agradecidos por su liderazgo y contaremos con su continuo asesoramiento como presidente de la junta de Principal International «.

Principal continúa evaluando y evolucionando su modelo operativo para satisfacer las necesidades de los clientes de todo el mundo, adaptando su experiencia como líder mundial en jubilación para satisfacer y abordar las necesidades locales mientras utiliza el conocimiento local para promover las estrategias globales de la empresa.

La sostenibilidad, a prueba: los factores ESG protegen durante las fases de volatilidad en los mercados

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Frans Vledder
Pixabay CC0 Public DomainFrans Vledder. Frans Vledder

Los primeros nueve meses de 2020 se han caracterizado por la crisis de la COVID-19, que ha provocado fuertes sacudidas en los mercados, grandes cambios en las políticas monetarias y presupuestarias y unas perspectivas económicas particularmente sombrías. Este periodo ha albergado el primer hundimiento generalizado —y posterior recuperación— de los mercados en la era de la inversión sostenible y, por tanto, brindado un terreno propicio para analizar la relación entre sostenibilidad y rentabilidad.

En un reciente estudio, Fidelity International ha evaluado las rentabilidades de la inversión atendiendo a sus propias calificaciones ESG, comparándolas con el índice MSCI All Country World. Los resultados muestran que las empresas en la parte alta de nuestra escala de calificaciones ESG (A y B) superaron a las que poseen calificaciones más bajas (D y E) todos los meses entre enero y septiembre de este año, exceptuando abril. La diferencia acumulada en las rentabilidades relativas de los dos grupos se amplió hasta el 17% durante ese periodo.

Analizando en mayor profundidad los resultados, hemos visto que los grupos con calificaciones más altas cayeron menos cuando los mercados se hundieron, pero también subieron menos que los valores con calificaciones ESG más bajas cuando se produjo la recuperación en abril. Este mejor comportamiento relativo durante una caída acusada y peor comportamiento relativo durante un fuerte rebote de los mercados sugiere que los valores con calificaciones ESG más altas también tienen un factor de beta baja y alta calidad, además de ser menos propensos a sufrir la volatilidad del conjunto del mercado.

También observamos una relación lineal entre los grupos formados por las calificaciones ESG, de tal modo que cada grupo batió al de calificación inferior desde la A hasta la E en el periodo de nueve meses analizado. Este hecho confirma la hipótesis de la que partíamos, a saber, que las empresas con buenas características de sostenibilidad cuentan con directivos más prudentes y demostrarán una mayor resistencia ante una crisis.

Comparamos la evolución de 2.659 empresas cubiertas por nuestros analistas de renta variable, además de 1.450 en renta fija, usando el sistema propio de calificaciones ESG de Fidelity International. Descubrimos que la sólida correlación positiva entre el comportamiento relativo de una empresa en los mercados y su calificación ESG se sostenía claramente en el periodo más largo de nueve meses.

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Las empresas en la parte alta de nuestra escala de calificaciones ESG (A y B) superaron a las que poseen calificaciones más bajas (D y E) todos los meses entre enero y septiembre, exceptuando abril. En el periodo de nueve meses, los valores con calificación A batieron al MSCI AC World, mientras que la relación lineal entre los grupos formados por las calificaciones ESG del estudio anterior -en la que cada grupo batió al de calificación inferior desde la A hasta la E- también se sostuvo en el periodo de nueve meses.

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En general, pudimos constatar la relación entre las calificaciones ESG elevadas y las rentabilidades durante un hundimiento y posterior recuperación de los mercados, lo que apoya la idea de que el énfasis de una empresa en la sostenibilidad es un indicio fundamental de la calidad de sus órganos de administración y dirección.

  • Renta variable

La súbita caída de los mercados entre febrero y marzo fue impactante por su gravedad y se sintió en todo el mundo. Por ejemplo, en EE. UU. solo hicieron falta 16 sesiones para que el S&P 500 cayera un 20% desde los máximos de febrero, dando lugar al mercado bajista más rápido de la historia estadounidense.

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La recuperación ha sido igual de impresionante y ha dejado el índice MSCI All Country World en el mismo nivel al que empezó el año. Durante este periodo, las cotizaciones de las empresas con una calificación de sostenibilidad de Fidelity elevada (A) se anotaron una rentabilidad equiponderada positiva del 0,4%, superando así al índice de referencia internacional, mientras que las empresas con calificaciones entre B y E se depreciaron. Aunque cada grupo superó al grupo inmediatamente inferior en la escala de calificaciones, es importante señalar que la mayoría de los grupos se comportaron peor que el índice MSCI debido a las abultadas ganancias del sector tecnológico durante 2020. Los valores tecnológicos se encuentran dispersos entre nuestras diferentes calificaciones ESG, desde la A hasta la E, de ahí que las cinco categorías no hayan podido moverse a la par que el índice de referencia.

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Abril rompe la racha ganadora de los valores sostenibles

Realizamos un análisis mensual de las rentabilidades durante los nueve primeros meses de 2020 comparándolas con el índice MSCI AC World. Observamos que los valores con mejores calificaciones ESG (A y B) presentaban mayores ganancias que los valores con peores calificaciones todos los meses, exceptuando abril.

Los grupos con calificaciones más altas cayeron menos cuando los mercados se hundieron y subieron menos que los valores con calificaciones ESG más bajas cuando se produjo la recuperación en abril.

Los grupos con calificaciones más altas cayeron menos cuando los mercados se hundieron y subieron menos que los valores con calificaciones ESG más bajas cuando se produjo la recuperación en abril. Eso sugiere que los valores con calificaciones ESG más altas también tienen un factor de beta baja y alta calidad, además de ser menos propensos a sufrir la volatilidad del conjunto del mercado.

Ajustes por calidad

Además de la dispersión de rentabilidades coincidente con las categorías de calificaciones ESG, observamos una correlación similar con la rentabilidad sobre recursos propios (RoE). Eso indica que aquellos valores con una calificación ESG más alta también tienden a ser valores de mayor calidad, lo que da pie a extraer conclusiones sobre la dimensión ESG a partir de la calidad del negocio de una empresa.

Con esta idea en mente, calculamos un promedio a cinco años de la RoE de nuestras empresas, clasificamos el universo en orden descendente, lo dividimos en cinco segmentos promedio y después analizamos el comportamiento de los valores para identificar mejor la dimensión ESG como factor a la hora de evaluar las rentabilidades de mercado.

En el cómputo global, la dispersión observada anteriormente se sostiene en este nuevo análisis. Los valores con calificaciones ESG de A y B siguieron batiendo a los valores integrados en las categorías inferiores (D y E) en los cinco niveles de RoE promedio, lo que indica que la calificación de sostenibilidad se sostiene como factor de rentabilidad con independencia de esta definición de calidad.

Además, descubrimos que la evolución de las empresas con las calificaciones más bajas (D y E) en un segmento de RoE elevado fue en muchos casos peor que la de los valores con calificaciones A y B de empresas con una RoE relativamente más baja. Eso sugiere que, en general, el mercado ha recompensado los rasgos de sostenibilidad de una empresa frente a la simple rentabilidad sobre el capital en 2020.

La tendencia de las calificaciones: peor comportamiento relativo de las empresas cuyas perspectivas en materia de sostenibilidad se deterioran

A la hora de asignar a las empresas una calificación ESG, nuestros analistas también indican si creen que el desempeño de una empresa en los factores ESG está mejorando, deteriorándose o se mantiene estable. Nada menos que el 31% de las empresas está mejorando sus perspectivas, mientras que solo el 4% parece estar empeorándolas, lo que demuestra la seriedad con la que los consejos de administración de las empresas están tomándose la dimensión ESG.

Fijándonos en las rentabilidades, las empresas cuyas perspectivas se deterioran se comportan peor que sus homólogas con perspectivas estables o al alza en la mayoría de niveles de calificación.

Tomadas en conjunto, sus acciones perdieron una media del 11% durante los nueve primeros meses de 2020, frente a la caída del 6,8% que se anotaron las empresas con una perspectiva estable y el descenso el 6,3% que registraron los títulos que mejoran. De nuevo, esto viene a refrendar la hipótesis de que las empresas con equipos directivos que se implican en cuestiones ESG registran un mejor comportamiento en los mercados. El mismo efecto del sector tecnológico se evidencia de nuevo aquí.

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  • Renta fija

En la renta fija, las conclusiones son similares a las que se obtienen en la renta variable. De media, los títulos de empresas con calificaciones ESG más altas se comportaron mejor que sus homólogas con peor calificación desde el 2 de enero hasta el 30 de septiembre (en tasa no ajustada). Los bonos de las 154 empresas con calificación A rentaron alrededor de un -0,5% de media, frente al -1,5% de las 557 empresas con calificación B y el -4,6% de las 225 empresas con calificación D. Existe cierta concentración entre las empresas con calificaciones D y E, lo que puede explicarse por el reducido tamaño de la muestra de estas últimas (únicamente 24).

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Ajustes por calidad crediticia

No todos los bonos nacen iguales. Observamos que las empresas con una calificación ESG elevada también tenían un diferencial medio de partida (diferencial ajustado a la opción) más bajo, lo que indica que son títulos de alta calidad y cabría esperar que superaran a sus homólogos de peor calificación en mercados volátiles.

Cuando controlamos el nivel de partida de la beta de crédito de cada emisor, la evolución en los diferentes niveles de calificación ESG de Fidelity es persistente y los bonos de empresas con calificaciones más altas siguieron comportándose mejor que sus homólogos de calificaciones más bajas.

Fidelity International

Para este cálculo, separamos los títulos por su diferencial de crédito de partida en quintiles y calculamos la rentabilidad media para cada combinación de quintil y calificación ESG, promediando de nuevo por los segmentos de diferencial para conseguir una única cifra para cada calificación A-E. Suprimimos del análisis todos los títulos con calificación E y todos los títulos en el quintil de calidad crediticia más baja, debido al bajo número de los dos.

Desglose mes a mes

En nuestro último análisis, desglosamos las cifras de conjunto por meses para obtener más detalles sobre el comportamiento de los títulos durante los diferentes periodos de un 2020 volátil. Los datos ajustados por calidad muestran que los bonos de empresas con calificaciones más elevadas batieron a sus homólogas de inferior calificación durante el hundimiento de marzo y la recuperación de abril.

Mayo fue el único mes en el que los títulos C y D lo hicieron mejor que sus homólogos más sostenibles, pero incluso entonces, la diferencia fue escasa.

Conclusión

La volatilidad que han sufrido los mercados en 2020 recuerda a la de 2008, a pesar de las diferencias en las circunstancias. Una reacción natural en un periodo de incertidumbre sería reducir los horizontes de inversión y postergar inquietudes a más largo plazo como la sostenibilidad medioambiental, el bienestar de las partes interesadas y el buen gobierno.

Sin embargo, nuestros estudios sugieren que, de hecho, el mercado discrimina entre las empresas en función de su atención a las cuestiones de sostenibilidad, tanto en los desplomes como en las recuperaciones, y eso demuestra por qué la sostenibilidad es un importante pilar de la gestión activa de carteras.

Fidelity International

 

Estudio realizado por Jenn-Hui Tan, responsable mundial de supervisión e inversión sostenible en Fidelity International.

 

 

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