Sin brújula en marzo, las tres grandes bolsas de América Latina probarán ahora aguantar el ritmo a Wall Street. ¿La más perjudicada? En los días críticos, Brasil (IBOVESPA) perdía 45%, Chile (IPSA) 38% y México (IPC) 24%. Como referencia, el Dow Jones (DJI) caía 35%. Números cerrados. En dólares, la baja era más severa: Brasil, 57%; Chile, 47%; México, 43%.
Recuento enero-abril:
El dólar subió más contra el real (41%) que contra el peso mexicano (26%) y el chileno (11%)
Los mercados más dañados han sido los brasileños
Chile fue el menos perjudicado en el cambiario y tasas.
El alza del dólar en las bolsas
Los índices, incluyendo al Dow, corrían emparejados hasta inicios de marzo. Los de Brasil y Chile se precipitaron, desligados del mexicano que, a su vez, aguantaba mejor que DJI y descendía en diagonal con tres largos frenos. El IPC anduvo luego errático, rompió al alza al final, y terminó con -16%, junto al Dow y al IPSA. Chile rebotó 22%, aceleró para igualar al Dow en -15%. IBOVESPA resurgió trabajoso y lento; su rezago fue notorio: -31%.
En dólares, IBOVESPA e IPSA se movieron unidos hasta fines de febrero; los separó la agudización bajista de Brasil. Chile se acopló a México del 9 al 30 de marzo; se desligó por los tipos de cambio. El peso chileno propició que IPSA suavizará su pérdida cuatrimestral, aventajando 10% a IPC y 25% a IBOVESPA. El recorrido de IPC en dólares era idéntico al de DJI antes que nuestro peso profundizará su baja, y fue simétrico al de IBOVESPA de mediados de enero a la tercera semana de abril, uno arriba del otro. IBOVESPA resentía la depreciación del real.
En pocas palabras: Brasil aparte,la diferencia entre los índices fue efecto cambiario puro.
¿En qué país la tasa a 10 años se descompuso más?
Los “BTN” brasileños y los “M” mexicanos igualaron trayectoria y porcentaje de enero a febrero. Por sus picos los reconoceréis: los Bônus do Tesouro resultaron más dañados. Su tirón final de 150 puntos reflejó la recaída del real, mientras los “M” oscilaban en canal bajista, a un tris de su menor porcentaje del año.
En proporción, el salto de las tasas en Brasil superó al alza cambiaria.
En México, la subida temporal del rendimiento del “M” equivalió a la del dólar.
Le fue mejor a los “BTP” chilenos (línea roja en escala secundaria). Bajaban al inicio de los días críticos, cuando los “BTN” y “M” se disparaban. Luego del susto (alza a 3,75%), y pese a que en proporción subieron más que el tipo de cambio, reaccionaron como de país maduro, marcando pisos históricos.
En Chile, el rendimiento al inversionista, en relación con la inflación, se tornó negativo.
Medidas de emergencia: un banco central prodigioso, otro reacio
En adelante será decisiva la política monetaria. Banco Central do Brasil, que no es independiente y podría seguir directrices del ejecutivo, no escatimó medidas ni montos. Emuló a la Fed. En su página web desglosa sus medidas excepcionales para intentar paliar los efectos del COVID-19. Son tantas que cuesta resumir: recorte a 3,75% de la tasa Selic (se venía otra reducción más contundente). Al sumar inyecciones de liquidez, líneas de crédito a bancos para financiar nóminas de empresas pequeñas y medianas, préstamos, recompra de operaciones en moneda extranjera, y otras, los estímulos directos e indirectos superaban 600 mil mdd, 31% del PIB (dato nominal de FMI al cierre de 2019).
Tampoco el de Chile. En su página detalla cuatro series de decisiones extraordinarias. La crucial: bajó la tasa a un histórico 0,50% (hace un año era de 3,00%). Entre inyecciones de liquidez, coberturas cambiarias (reportos, ventas de dólares, swaps, forwards, recompras de papel, etc.), compras de bonos bancarios y líneas especiales o adicionales a los bancos para dar préstamos y refinanciamiento a hogares y empresas, su apoyo ascendía a 58 mil millones de dólares, 20,4% del PIB nominal.
El reacio ha sido Banxico. Con la importancia de minimizar la tasa para impulsar la economía, la redujo a 6,0%, un porcentaje acorde a la pretensión contraria: enfriarla. Y eso que la inflación local fue negativa en marzo (-0,05%). Juntando el apoyo del BID para empresas medianas, pequeñas y particulares, con el programa de coberturas, los estímulos ascienden a alrededor de 60 mil mdd. ¿Más que Chile? Mucho menos: 4,7% del PIB nominal.
¿Bajar la referencia debilita la moneda? Se valida en Brasil; se invalida en Chile. No hay verdades absolutas. Por eso IPC y M bonos, “alentados” con tímidas medidas monetarias, sufrieron menos que los brasileños, lubricados con sendos montos inusuales. La bolsa y la economía mexicana requieren más.
Las afectaciones por la caída del crudo (Brasil y México) o del cobre (Chile) que perdió menos, dan para más análisis, junto o adicional al de las cuestiones fiscales.
Pixabay CC0 Public Domain. Vivir en la historia: ¿Cómo veremos este momento cuando miremos hacia atrás?
Considerar cómo miraremos hacia atrás a esta pandemia y la veremos en retrospectiva ayuda a predecir el futuro. La historia está marcada por eventos trascendentales, tanto buenos como malos, pero los que definen una era son los fuertes truenos que provocan ecos y sacuden las cosas después de sus primeros destellos. Esta pandemia es uno de esos eventos épicos. Golpeará duramente distintos aspectos y hará que se desvíen en direcciones diferentes.
El 11 de septiembre de 2001 afectó a los viajes en avión por un tiempo, pero a la seguridad en los aeropuertos de forma permanente. En términos más generales, afectó a las políticas sobre Irak o la energía, incluso hoy en día. Con esa mentalidad, podemos ver las olas que las grandes tormentas empujan hacia las costas del futuro. La pandemia puede afectar a las elecciones de EE.UU. y complicar muchos asuntos locales y mundiales, como lo hicieron las últimas recesiones.
Esto incluye las relaciones económicas y políticas entre EE.UU. y China, las perspectivas para las economías emergentes, la unidad de la Unión Europea (UE), la salud fiscal de EE.UU., los tipos de interés nominales y reales, los impuestos, la atención sanitaria, la banca, el comercio, la migración, la globalización, el medioambiente, etcétera. Esta pandemia perjudica enormemente a nuestros niveles de vida inmediatos, pero podría provocar innovaciones beneficiosas a largo plazo.
Los efectos son difíciles de prever, cuantificar y totalizar; tanto los negativos a corto plazo como los positivos a largo plazo. Pero, por ahora, no vemos ninguna razón para cambiar nuestra postura cautelosa. A diferencia de muchas recesiones, esta crisis social y económica tiene su origen en una fuerza de la naturaleza más que en la humanidad. Esto puede hacer que los inversores sean más pacientes y optimistas y que perdonen el daño financiero o que toleren ese riesgo. Sin embargo, la amenaza es real. Seguimos prefiriendo el crédito corporativo de menor riesgo y renta variable defensiva y de crecimiento.
Los ciclos nuevos traen nuevas tendencias
La recesión que trajo el coronavirus provocó el inicio de un nuevo ciclo, pero el liderazgo no puede cambiar hasta que el horizonte se despeje. Sabemos poco sobre el curso que tomamos ahora o el mar por el que navegamos. El shock abrupto no permitió que las tendencias de los ciclos anteriores se desarrollaran plenamente y, sin embargo, trae otras nuevas que podrían superar a las anteriores. Las recesiones y los primeros años de un ciclo son muy inciertos y no respaldan los picos PER de las ganancias estimadas de recuperación o los cambios de liderazgo en la búsqueda de oportunidades antes de que se vean algunos atisbos de una recuperación del poder adquisitivo y los balances.
Los informes confirman la recesión
Como de costumbre, los grandes bancos dominaron la primera semana de la temporada de ganancias. Los resultados fueron muy débiles debido a la provisión para préstamos fallidos dirigida a aumentar las reservas para pérdidas de créditos. Además, los bancos adoptaron las reglas contables de las pérdidas crediticias esperadas. Esta nueva norma de los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (GAAP) de Estados Unidos exige que los bancos estimen las pérdidas crediticias totales que se sufrirán en un préstamo a lo largo de toda su vida útil en lugar de tomar provisiones para pérdidas en función del incumplimiento de cada período.
La adopción de esta norma aumentó las reservas para pérdidas con cargos directamente al balance. Esperamos que las provisiones para préstamos fallidos estén en niveles del primer trimestre de media para todo 2020. Un préstamo aplazado no se considerará moroso ni generará cargos a las reservas si se realiza de acuerdo con el programa de indulgencia. Las reservas para pérdidas probablemente alcancen su máximo en el segundo trimestre.
La última semana de abril, que es la segunda de la temporada de ganancias, se reportó un tercio del beneficio por acción (BPA) del primer trimestre del S&P. Se reportaron muchas multinacionales no financieras, especialmente las grandes farmacéuticas y biotecnológicas y otras blue chips no financieras. Es entre las semanas 3-5, cuando presentan los informes la mayoría de las firmas del sector industrial, energético, materiales, automoción, minorista, y otros no financieros más vulnerables a esta recesión.
Sin embargo, la mayoría de las empresas mega-cap de tecnología y comunicaciones informan en mayo. Esperamos que el BPA del primer trimestre del S&P sea de 28-31 dólares o caiga un 20-30% anual y que el del segundo trimestre sea de 10-20 dólares o disminuya un 50-75%. Nuestro BPA del S&P estimado para 2020 es de 110 dólares.
Las medidas de prevención
Anticipamos que las directrices federales de bloqueo serán levantadas por muchos Estados a mediados de mayo. La mayoría probablemente implementarán medidas de apertura para industrias y servicios públicos específicos y con reglas de la ciudad y el condado que consideren las tasas de infección y factores de riesgo como la densidad de población. Encontramos que el ritmo de contagio aún es preocupante en muchas grandes ciudades de EE.UU. La prevención probablemente continuará por más tiempo en estas ciudades y por parte de sus instituciones y la ciudadanía de forma individual.
Tribuna de David Bianco, CIO para América de DWS
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Foto cedidaFoto: Simon Ward, asesor económico independiente para Janus Henderson Investors. Foto: Simon Ward, asesor económico independiente para Janus Henderson Investors
El enfoque de predicción que sigue Simon Ward, asesor económico de Janus Henderson Investors, se basa en una sencilla norma: los puntos de inflexión en el crecimiento monetario real, o ajustado a la inflación, se producen, por lo general, entre 6 y 12 meses antes que los puntos de inflexión del crecimiento económico. Además, según Ward, esta norma se cumple aún más cuando se utiliza una medida restrictiva de las reservas monetarias. Es decir, cuando se emplea el agregado monetario M1, o la masa monetaria estrecha, que consiste en monedas en circulación y los depósitos a vista, o a un día.
Tras las medidas de confinamiento de Europa y Estados Unidos, es muy probable que la producción industrial global, medida por la producción del G7 y de las siete mayores economías emergentes, iguale o supere la caída sufrida durante la crisis financiera global. Sin embargo, la tasa de crecimiento de la masa monetaria estrecha real a 6 meses a nivel global, medida en este caso por la tasa de variación a seis meses de la masa monetaria en las economías del G7 y en las siete mayores economías entre los países emergentes, ya tuvo una significativa caída en 2017 y 2018 que, con unos 9 meses de anticipación, señaló que el crecimiento económico se debilitaría en 2018 y 2019. No obstante, el mínimo alcanzado en 2018 por el crecimiento del agregado monetario estrecho real fue más alto que el registrado en las dos últimas recesiones de 2001 y 2008.
Antes de la llegada del brote del coronavirus y ante la ligera recuperación del crecimiento monetario durante el año pasado, parecía que la recesión iba a ser evitada. Dicho esto, Simon Ward mantenía cierta precaución en las perspectivas económicas globales de principios de año porque el crecimiento del dinero real seguía siendo relativamente bajo en términos históricos, disminuyendo desde un 2,6% en septiembre de 2019 a un 1,7% en enero de 2020 e indicando que sería necesario un crecimiento por encima del 3% para poder señalar una recuperación económica.
La respuesta en materia de política económica a la crisis del coronavirus ya ha provocado un aumento de aproximadamente un 5% en crecimiento real y es probable que siga aumentando en los próximos meses, probablemente igualando o superando el máximo del 8% que se alcanzó tras la crisis financiera global.
En la opinión de Ward, las medidas políticas tomadas por los bancos centrales han sido más importantes que las aplicadas tras la crisis de 2008 – 2009. Evidentemente, las rebajas de los tipos de interés han sido menores, debido al menor nivel de los tipos de interés, pero el programa de expansión cuantitativa ha sido mucho mayor y más rápido. El fuerte repunte en el crecimiento del dinero sugiere una recuperación en forma de V cuando las medidas de confinamiento asociadas a la pandemia se relajen.
Esta crisis, de hecho, puede que sea el catalizador de un periodo de fortaleza monetaria, y que asiente las bases para un repunte alcista secular de la inflación, sugiriendo que el crecimiento de la economía mundial pudiera ser extremadamente fuerte en 2021. Las tendencias en los agregados monetarios en sentido amplio (M2, M3, M4), que también incluyen depósitos a plazo, depósitos disponibles con preaviso y fondos monetarios, serán clave para evaluar estas perspectivas.
El repunte secular de la inflación solo se producirá si el crecimiento del PIB nominal global muestra una fortaleza sostenida. Y esto, a su vez, requeriría una fortaleza sostenida en el crecimiento monetario. Si bien el agregado monetario reducido (M1) funciona mejor que la masa monetaria en sentido amplio (M2, M3, M4) para predecir puntos de inflexión en el crecimiento económico, la segunda funciona mejor para señalar tendencias de inflación a medio plazo.
Desde la crisis financiera global, el nivel medio de crecimiento del agregado monetario estrecho (M1) ha sido elevado en comparación a su media histórica. En cambio, el crecimiento del agregado monetario en sentido amplio (M2, M3 y M4) ha sido débil, al menos hasta las recientes intervenciones que hacen frente a la crisis del coronavirus, apuntando correctamente que la inflación se mantendría baja.
En la actualidad, tanto el agregado monetario estrecho como el amplio están repuntando, recordando al doble repunte en los agregados monetarios que tuvo lugar en la década de 1970, antes del aumento de la inflación, que alcanzó su máximo en 1975.
Perspectivas en los mercados
El análisis monetario ofrece mucha información sobre el mercado y las perspectivas económicas. Pero el concepto más relevante en este caso es el exceso monetario que se produce cuando la tasa de crecimiento real de las reservas monetarias supera la tasa necesaria para respaldar la economía. Y el exceso monetario se asocia a una subida en los mercados financieros. Ahora bien, el exceso monetario no puede ser medido directamente, por lo que Simon Ward utiliza dos indicadores sustitutivos. El primero es la diferencia entre el crecimiento monetario real a 12 meses y el crecimiento de la producción industrial. Mientras que, el segundo indicador es la desviación del crecimiento monetario real con respecto a la media móvil a largo plazo.
La mayor parte de las subidas en el mercado de renta variable global (medidas por el rendimientos del índice MSCI World frente a la remuneración del efectivo en dólares) se ha producido en periodos en los que ambos indicadores eran positivos. Así ha sucedido la mayor parte del tiempo entre 2011 y 2017. No obstante, este no fue el caso después de 2018 y, desde febrero de este año, el crecimiento monetario real superó el crecimiento de la producción. Pero el repunte de marzo en el crecimiento monetario ha hecho que ambos indicadores sean ahora muy positivos.
El patrón de rentabilidades en todo el mercado está muy correlacionado con el ciclo de acumulación de las acciones. Las rentabilidades promedio de varios índices de renta variable medidas en los 18 meses siguientes y anteriores a un mínimo en el ciclo de acumulación de las acciones muestran que, en los últimos siete ciclos desde 1990, los mercados suelen registrar aversión al riesgo antes de alcanzar los mínimos. El patrón habitual es que la renta variable de Estados Unidos y los valores de calidad se comporten mejor, mientras que los mercados emergentes y los sectores cíclicos quedan rezagados. El dólar suele subir y los diferenciales de la deuda aumentan. La mayoría de estas tendencias se invierten en los siguientes 18 meses después de haber alcanzado el mínimo del ciclo.
Simon Ward espera que el ciclo de acumulación de acciones se alcance en el primer semestre del año, o incluso puede que, en el primer trimestre, sugiriendo que los inversores deberían prepararse para aumentar la exposición a activos cíclicos como los mercados emergentes, los sectores cíclicos y las materias primas.
El análisis del ciclo también tiene efectos en la asignación geográfica a la renta variable. La lista de los mercados que suelen comportarse mejor durante los ciclos de recuperación de las acciones incluye Suecia, Singapur, Hong Kong y Canadá. Mientras que, los que peor suelen comportarse son Reino Unido y Suiza.
Conclusión
El escenario base de Simon Ward apunta a que el descenso en el número de nuevos contagios de coronavirus continuará en mayo y permitirá una normalización gradual de la actividad económica a partir del final del segundo trimestre.
Ward espera que el crecimiento monetario global siga aumentando en respuesta a los recientes estímulos extraordinarios. Algo, que en la opinión del asesor económico sienta las bases para un crecimiento más fuerte para 2021 y, a medio plazo, un incremento de la inflación.
Así, los inversores deberían buscar oportunidades para incrementar su posicionamiento en los activos cíclicos y a las coberturas para hacer frente a la inflación. Lógicamente, los datos monetarios de los próximos meses serán clave para confirmar o refutar este escenario. Una caída en el crecimiento del agregado monetario estrecho real a 6 meses a nivel mundial por debajo del 3% sería muy preocupante. Pero, a juicio del experto, es muy poco probable en el contexto actual de políticas monetarias.
Una alternativa posiblemente más realista es que el crecimiento monetario siga fuerte aunque el crecimiento monetario en sentido amplio vuelva a moderarse hacia su valor promedio en el periodo posterior a la gran crisis financiera global. Esto seguiría apuntando a una recuperación económica a finales de este año y en 2021, pero con un menor sesgo inflacionista.
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Pixabay CC0 Public Domain. El 60% de los altos ejecutivos chinos es escéptico sobre su capacidad para recuperarse de los efectos del coronavirus a medio-largo plazo
En China comenzó la crisis del COVID-19 y sus efectos económicos, y a China miran los expertos, analistas e inversores de cara a la recuperación, con la esperanza de que vuelva a ser el motor del crecimiento global. Sin embargo, ¿qué ven los empresarios chinos?
Según el último informe de Bain & Company, China’s Businesses Start Down the Path of Recovery from Covid-19, las industrias en China se enfrentan a importantes obstáculos a corto plazo mientras se esfuerzan por poner en marcha sus negocios ahora que la crisis del coronavirus ha remitido el país. De hecho, casi el 60% de los altos ejecutivos encuestados en multinacionales, compañías privadas, empresas estatales y joint ventures, y correspondientes a diversas industrias del país, son escépticos con respecto al éxito de las acciones que se van a implementar o se están implementando.
El documento explica que los problemas de flujo de caja y la escasez de piezas pueden retrasar los esfuerzos para poner en funcionamiento las plantas industriales. Además, es probable que la propagación de la enfermedad en el resto del mundo haya debilitado la demanda. “Los altos ejecutivos en China esperan que el COVID-19 golpee sus negocios a corto plazo y a este impacto le siga una recuperación gradual”, apunta en sus conclusiones.
Sin embargo, son muchas las incertidumbres. El informe reconoce que pocos equipos y juntas directivas han logrado superar una crisis de esta magnitud. Según el informe, mientras se consideran acciones para reducir los efectos de la crisis a medio y largo plazo, muchas compañías siguen preocupadas por el camino que les espera.
Además, el estudio indica que, entre los próximos 6 y 18 meses, las consecuencias de la epidemia incluirán un aumento de los costes operativos (mano de obra y materias primas, por ejemplo), interrupciones en la cadena de suministro y el posible deterioro en la demanda del mercado. Los desafíos serán diferentes en función de la industria. El comercio minorista, la manufactura avanzada y los servicios financieros, por ejemplo, están vinculados más estrechamente al ciclo macroeconómico y, como resultado, son más vulnerables a una desaceleración de la demanda.
Por último, desde la firma destacan que el informe muestra las respuestas que se consideran más efectivas a medio y largo plazo frente al COVID-19 varían de una industria a otra. “La fabricación avanzada, el comercio minorista, los servicios financieros y la tecnología, los medios y las telecomunicaciones generalmente ponen más énfasis en la reducción de costes y la eficiencia operativa para aumentar el rendimiento. Los minoristas, con sus amplias redes de proveedores, tienden a centrarse en optimizar sus cadenas de suministro a largo plazo, la gestión de proveedores y el inventario”, concluyen.
Pixabay CC0 Public Domain. Seis supertendencias de inversión en acciones de alta convicción y a largo plazo
La expansión del coronavirus supone una amenaza global sin precedentes que, probablemente, conllevará cambios a largo plazo en la forma de pensar, de trabajar y de vivir. Y esto tendrá fuertes implicaciones para los inversores. Con este telón de fondo, Credit Suisse publica la actualización anual de su informe sobre supertendencias.
En este marco de referencia para las inversiones temáticas en acciones de alta convicción y a largo plazo la entidad identifica seis tendencias de inversión que generarán un rendimiento superior como resultado de esos cambios. Si bien el COVID-19 ha provocado una profunda perturbación en la economía global, esta última actualización destaca que los aspectos centrales de las cinco tendencias de inversión originales de la gestora se confirman. No obstante, se ha añadido una sexta tendencia que aborda el cambio climático.
Este documento de Credit Suisse, se centra en tendencias sociales plurianuales que, desde la entidad, creen que brindarán oportunidades de negocio de rápido crecimiento. Cada una de las tendencias de inversión identifica oportunidades que se espera generarán un rendimiento superior como resultado de esos cambios. Sin embargo, los temas clave sociales, políticos, económicos y medioambientales que abordan varían continuamente. Por ello, este informe actualizado también contempla los cambios provocados por la pandemia.
“Nuestra forma de vida habitual se ha detenido a causa de la pandemia de coronavirus. Esta crisis está desafiando a los sistemas y a las estructuras existentes y sembrando las semillas de nuevos cambios que se avecinan a medida que vamos descubriendo las limitaciones en nuestra forma de aprender, trabajar y vivir. Nuestras supertendencias evolucionan al compás del mundo cambiante que nos rodea, y creemos que siguen siendo temas de inversión atractivos tanto en el presente como de cara al futuro”, asegura Michael Strobaek, CIO Global de Credit Suisse.
La primera de estas tendencias es el cambio climático y la descarbonización de la economía. Según indica la firma, esta tendencia se basa en las razones para invertir en empresas que contribuyen de forma eficaz a la transición hacia una economía global menos intensiva en carbono. “El reciente parón económico causado por la pandemia de COVID-19 ha reducido de manera considerable en varias regiones las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) antropogénicas, lo que es una clara señal de lo que podría lograrse en el futuro creando una economía global libre de carbono y más sostenible”, apunta el informe. Los sectores clave en los que se centra esta tendencia de inversión son la producción de electricidad sin carbono, el transporte, los actores pioneros del cambio en la industria del gas y el petróleo y la agricultura/producción de alimentos.
La segunda hace referencia a las sociedades preocupadas o lo que el documento llama «el capitalismo integrador». Según el informe, este punto refleja la relación entre el descontento popular y los temas nacionales. Con especial atención a las desigualdades, más allá de la percepción de amenazas externas y la tendencia al proteccionismo. Además, advierten que el descontento ha dado paso a la preocupación. Credit Suisse, con la ayuda de un nuevo índice, realiza un seguimiento del aumento o la disminución de las preocupaciones. “El COVID-19 ha demostrado que las verdaderas amenazas emergentes son de carácter global y requieren una cooperación multilateral, así como una protección individual”, afirman desde la entidad.
En tercer lugar se sitúa la economía plateada, es decir, el invertir en el cambio demográfico. “El envejecimiento de la población probablemente continuará impulsando durante muchos años las oportunidades de negocio y el rendimiento de las inversiones”, aseguran desde la entidad. Además, destacan que en los mercados emergentes (ME), en especial, el envejecimiento se producirá a una velocidad “de la que la mayoría no es aún consciente”.
Otra tendencia a tener en cuenta será la inversión en infraestructuras, en especial enfocada a cerrar la brecha de desarrollo. Desde Credit Suisse advierten que el gasto en infraestructuras está a punto de entrar en una fase de expansión. “Hay brechas en todas partes, puesto que las viejas economías tienen que afrontar tanto las necesidades existentes como las nuevas, incluyendo los esfuerzos por lograr una mayor sostenibilidad”, destacan. Al mismo tiempo, las nuevas economías continúan urbanizándose a pasos acelerados. Por ello, la expectativa de unas tasas de interés más bajas, y a veces incluso negativas, durante un período prolongado debería brindar un estímulo adecuado para las inversiones. Dado que las preocupaciones por el cambio climático han despertado una gran atención pública, el informe subraya que los poderosos catalizadores en los planos normativo y político deberían impulsar el dinamismo de este tema.
En quinto lugar se sitúa una tendencia con mucho peso: la tecnología al servicio del hombre. En este sentido, la entidad señala que las continuas innovaciones y los desafíos surgidos con la crisis del coronavirus siguen convirtiendo la tecnología en un sector atractivo para los inversores. Según el informe, los factores que impulsan este tema de inversión, tanto en el lado de la demanda como en el del progreso tecnológico, siguen siendo poderosos y deberían beneficiar en los próximos años a las empresas incluidas en estas áreas de enfoque.
Por último, el documento señala como sexta tendencia los valores de los millennials. En este sentido apuntan que, entre los valores de los millennials, la sostenibilidad sigue siendo un tema clave, incluido el consumo responsable. Por ello, la entidad ha añadido un enfoque ambiental, social y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) a toda la selección de acciones. Del mismo modo, la salud, que es otra prioridad en la agenda de los millennials, genera una creciente demanda de alimentos sanos y sostenibles: la dieta planetaria. “En consecuencia, junto con la transición a una economía circular, hemos incorporado los alimentos sostenibles en este tema de inversión”, aseguran desde la entidad.
Pixabay CC0 Public Domain. El interruptor del COVID-19
Algunos políticos se han referido a la pandemia de COVID-19 como una guerra contra un enemigo invisible. Los mercados financieros han reaccionado a la propagación de este virus con ventas y secando la liquidez, reacciones similares a las observadas a principios de las dos guerras mundiales del siglo XX.
A medida que la expansión económica se alargó y amplió el año pasado, siendo para la economía estadounidense la más larga de la historia, una pregunta clave en la mente de los inversores era cómo terminaría el ciclo. El patrón tradicional de aumento de la inflación que obligaba a la política monetaria a volverse restrictiva parecía cada vez más inverosímil. Como resultado, un choque externo comenzó a parecer la alternativa más probable. Ahora sabemos la respuesta a esa pregunta.
Los cierres casi completos de economías enteras durante meses tendrán, inevitablemente, un profundo impacto en el crecimiento a corto plazo. Una contracción económica de una profundidad sin precedentes parece probable en el primer semestre de este año. No obstante, nuestra expectativa es que, a medida que las medidas de salud pública adoptadas en Europa y América del Norte comiencen a ser efectivas, las decisivas medidas fiscales y monetarias aplicadas por los gobiernos y los bancos centrales acaben por surtir efecto. Por esta razón, más allá de una inevitable recesión de los beneficios empresariales en el primer semestre de este año, esperamos que en el segundo semestre de 2020 se produzca una recuperación económica que haga que las empresas presenten informes que se sitúen en territorio positivo antes de que finalice el año.
Al tiempo que las medidas de cuarentena se han trasladado de Asia a Europa y América del Norte, los esfuerzos de contención están frenando y cerrando las economías. Basándose en la tendencia de la epidemia en China y Corea del Sur, los mercados esperan que el pico de casos en el resto del mundo esté todavía a varias semanas o incluso meses de distancia.
El impacto a corto plazo en los beneficios de las empresas será grave. Sin embargo, la combinación de los bajos tipos de interés y los bajos precios del petróleo significa que, a largo plazo, hay más posibilidades de ganar que de perder. Con los gobiernos y los bancos centrales tomando medidas decisivas en materia de salud, fiscal y monetaria, esperamos que la crisis suponga una conmoción significativa pero aún transitoria. Sobre todo, necesitamos ver que las medidas en salud pública comienzan a mostrar su eficacia en las próximas semanas. Basándonos en los aparentes éxitos de China y Corea del Sur en la contención del brote, este escenario de recuperación sigue siendo nuestro caso base.
En este escenario, las primas de riesgo también se normalizarían rápidamente en los diferenciales de crédito, ya que los impagos seguirán siendo limitados. La única excepción podrían ser los activos expuestos al mercado del petróleo, que, dada la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita, se estabilizarían en el mejor de los casos.
No podemos descartar un escenario mucho más negativo. Es una posibilidad, ya que si el virus demuestra ser más duradero, el impacto en las economías podría durar muchos meses. Podemos enfrentarnos a este escenario si las medidas de cuarentena en Europa y América del Norte resultan menos eficaces que en China y Corea del Sur, o si el virus regresa a Asia en una segunda oleada. En este caso, el coronavirus podría parecer menos un desastre natural y estar más cerca de la analogía de la guerra.
En tales circunstancias, las economías probablemente sufrirían amplios incumplimientos corporativos porque ningún gobierno puede compensar a una serie de industrias por la pérdida de ingresos durante muchos meses. Inevitablemente, se produciría un fuerte aumento del desempleo, lo que socavaría la capacidad de las economías para una eventual recuperación.
Desde el punto de vista de la inversión, una recesión prolongada implica una caída adicional de entre el 15% y el 20% en las acciones, en línea con el impacto de la gran crisis financiera, así como más pérdidas en la renta fija de alto valor. Una pandemia prolongada pondría a las monedas emergentes bajo una mayor presión y la deuda emergente en monedas locales podría caer otro 10%, en línea con los descensos observados en 2008 y 2014-2016.
. Artcles presenta una exposición virtual que reúne a artistas como Banksy, George Condo, Kaws y Jeff Kooms
El confinamiento no es motivo para dar la espalda al arte. Artcels, plataforma de inversión de arte, ha puesto en marcha la exposición virtual XXI con obras de los artistas denominados «blue-chip». Desde el 4 de mayo, esta visita y experiencia virtual permite ver obras de Banksy, George Condo, Kaws y Jeff Kooms. Cada una ellas ha sido fotografiada y recreada en 3D para situarla en su nuevo espacio, también en tres dimensiones.
La exposición, que ha contado con la colaboración de HOFA Gallery, estará activa hasta el 18 de mayo de 2020 a través de de este link. La exposición XXI, celebrada en la nueva galería insignia de HOFA en Mayfair, Londres, a principios de este año, marcó el lanzamiento oficial de Artcels, que actualmente posee la cartera XXI y sirve como plataforma para invertir en arte. Su objetivo es atraer a jóvenes inversores que estén interesados en el arte como activo y hacerlo de forma sencilla a través de su plataforma.
Según explican desde Artcels, XXI se convirtió en la primera exposición de arte contemporáneo basada en activos, en la que los espectadores podían invertir directamente en las obras expuestas. Ante el actual contexto mundial derivado de la pandemia del COVID-19, la exposición virtual XXI seguirá ofreciendo la posibilidad de invertir en esta cartera formada por obras de arte y que, según la firma, ofrece una rentabilidad que podría alcanzar hasta el 20%.
«La crisis de la COVID-19 ha cambiado por completo nuestro modo de vida. No podemos visitar galerías ni museos así que hemos decidido llevar el arte a casa. Este cambio se está acometiendo muy rápido y todos los principales museos, galerías e instituciones están ofreciendo visitas virtuales a sus galerías, colecciones e incluso stands de ferias”, comenta Elio D’Anna, confundador de Artcels.
Los científicos del Instituto Weizmann de Israel han trabajado sobre un modelo matemático que constituye una estrategia de salida del confinamiento causado por la pandemia de coronavirus. La solución se basa en un aislamiento intermitente: cinco días de confinamiento y dos días de trabajo por semana. Esta propuesta se está siguiendo con atención desde varios gobiernos que buscan soluciones para reanudar la actividad mientras no haya ni tratamiento ni vacuna.
El profesor Uri Alon y sus estudiantes de posgrado, Omer Karin y Yael Korem-Kohanim, junto con el ingeniero senior Boaz Dudovich de Materiales Aplicados, sugieren, basándose en un modelo epidemiológico que desarrollaron, una política que suprime efectivamente el coronavirus y al mismo tiempo permite actividad económica sostenible, aunque reducida. El modelo que desarrollaron los científicos se basa en el bloqueo intermitente: cinco días de confinamiento y dos días de trabajo cada semana. De esta manera, el número de replicación del virus, es decir, el número de personas infectadas por cada persona infecciosa, cae por debajo de uno, el número mágico que hace que la epidemia disminuya.
Una estrategia de encierro de cuatro días de trabajo y diez días de confinamiento sería aún mejor, según los científicos, ya que permite que las personas infectadas en el trabajo dejen de infectarse en el hogar. El profesor Alon sugiere cuidadosamente que después de varios ciclos de este tipo, la cantidad de personas infectadas disminuirá drásticamente. La epidemia puede ser contenida hasta que se desarrollen suficientes pruebas, un tratamiento efectivo o una vacuna, lo que eliminará la necesidad de un bloqueo.
“El aislamiento intermitente puede ser la única opción viable para los países que no pueden implementar pruebas suficientes a tiempo. Permite que millones de personas trabajen dos días a la semana, manteniendo sectores económicos clave. Las personas tendrán una posición del 40% en lugar de estar completamente desempleadas, un cambio económico y psicológico”, señala el Instituto Weizmann en un documento.
Según el profesor Alon, la mayoría de los portadores del COVID-19 no son infecciosos durante los cuatro primeros días. Después de eso, hay un período de tres días en el que son infecciosos, y luego ya no lo son. Por lo tanto, si alguien se infecta durante su tiempo en el trabajo, sólo será infeccioso cuando regrese al aislamiento. Así, estarán cerca de muy pocas personas durante ese tiempo, lo que reducirá drásticamente la posibilidad de infectar a otros. El modelo sólo funcionará bajo la condición de que todos tengan el mismo horario de trabajo.
“Piense en una dieta. Puede ayunar durante dos meses y perder peso, pero probablemente morirá. Incluso si sobrevives, volverás a subir de peso rápidamente. Del mismo modo, un bloqueo de dos meses suprimirá el coronavirus, pero matará la economía. El bloqueo empujará a cientos de millones de personas a nivel mundial al desempleo y la pobreza. Muchos sectores de la economía colapsarán. Al final de cada cierre, los pacientes restantes provocarán un resurgimiento de la epidemia, lo que obligará a otro cierre. Este es el conocido efecto yo-yo, con el número de pacientes con coronavirus subiendo y bajando. Al mismo tiempo, la economía mundial se verá muy afectada y cientos de millones pasarán hambre. Cuando el polvo se asiente, más personas habrán muerto de hambre que del coronavirus”, señala en su sitio web el Instituto Weizmann.
Las investigaciones del profesor Uri Alon tienen el respaldo del Centro Jeanne y Joseph Nissim para la Investigación de Ciencias de la Vida; el Centro Braginsky para la interfaz entre la ciencia y las humanidades; el Centro de Investigación de la Familia Kahn para Biología de Sistemas de la Célula Humana; el Instituto Sagol para la Investigación de la Longevidad; el Programa de Liderazgo STEM de Zuckerman; la Fundación Rising Tide; la finca de Olga Klein – Astrachan; y el Consejo Europeo de Investigación; el programa de sinergia ERC y Cancer Research UK.
LinkedIn. Emilio Aldunate nombrado gerente de clientes institucionales en Compass Group
Enrique Triana y Ricardo Kassin se unieron a Alex. Brown, una división de Raymond James, en Miami.
Según un comunicado de prensa de la firma, los asesores administraban en conjunto, 507 millones de dólares en UBS.
Triana cuenta con más de 36 años de experiencia, y según su perfil de BrokerCheck, se unió a UBS en 2011 y a Raymond James & Associates el 5 de abril.
Kassin, con 32 años de experiencia, se unió a Alex. Brown a finales de 2019.
“Continuamos viendo el interés por parte de asesores de alto calibre como Enrique y Ricardo, que buscan una empresa con esa combinación única de estilo boutique y servicio sofisticado ofrecido por Alex. Brown, respaldado por el apoyo de una firma fuerte como Raymond James”, dijo Haig Ariyan, presidente de Alex. Brown, en el comunicado.
Alex. Brown, fundada originalmente como el primer banco de inversión de la nación hace más de 200 años y que en 2016 fue adquirida por Raymond James, de Deutsche Bank, sirve desde su oficina en Miami a principalmente a clientes offshore.
Raymond James, que cuenta con 8.148 asesores a a fines de marzo, ha continuado contratando durante el brote de coronavirus en los EE. UU., aunque en marzo dijo que suspendería el reclutamiento en persona y aplazaría muchas transiciones de asesores.
El CEO de Raymond James, Paul Reilly, dijo a analistas el mes pasado que si bien el Grupo de Clientes Privados de la firma tiene una cartera constante de asesores comprometidos a unirse a la compañía, la pandemia y las restricciones de viaje resultantes han interrumpido el reclutamiento.
Pixabay CC0 Public Domain. Chile alcanza demanda récord en colocación de bonos en mercados internacionales
El ministerio de Hacienda chileno ha informado que el pasado 5 de mayo emitió bonos de tesorería en euros y dólares en mercados internacionales por un total equivalente a 2.000 millones de dólares. Las operaciones contemplaron la emisión de bonos en dólares por 1.458 millones de dólares y bonos en euros por 500 millones de euros (542 millones de dólares). El monto emitido hoy se encuentra dentro de lo autorizado por ley para el año 2020, y contribuirá al financiamiento del presupuesto de la Nación y a la realización del Plan Económico de Emergencia.
Las operaciones ejecutadas confirman que la república de Chile cuenta con amplio acceso a financiamiento en los mercados internacionales en términos favorables y competitivos, a pesar de la volatilidad reciente asociada a la expansión global del COVID-19.
En relación a la emisión de bonos en dólares, se informa que se emitió un nuevo bono con vencimiento al año 2031 por 1.458 millones de dólares, a una tasa de 2,454%, equivalente a 180 puntos base por encima de la tasa de referencia. Se destaca que este spread es el más bajo para emisiones soberanas obtenido entre economías emergentes desde el 1 de marzo de 2020.
Además, la demanda alcanzó un máximo histórico de 8.240 millones de dólares, 5,7 veces lo adjudicado, proveniente de más de 250 inversionistas de distintos tipos de instituciones distribuidos en diversas regiones del mundo.
En relación a la emisión de bonos en euros, se informa que ésta consideró la reapertura del bono en euros con vencimiento en el año 2025 por 500 millones de euros a una tasa de 1,165%, equivalente a 150 puntos base por encima de la tasa de referencia. La demanda alcanzó un máximo de 3.500 millones de euros, 7 veces lo adjudicado, proveniente de más de 190 inversionistas de distintos tipos de instituciones distribuidos en diversas regiones del mundo. De hecho, esta es la única emisión desde el 1 de marzo de 2020 de bonos soberanos denominados en euros de un país que no pertenece al continente europeo.
Los resultados de ambas operaciones realizadas hoy reflejan las acciones que ha venido realizando el Ministerio de Hacienda para diversificar sus fuentes de financiamiento en mercados internacionales, tanto en euros como en dólares, y, por otra parte, la confianza de los inversionistas en el desempeño de la economía chilena y la solvencia de sus cuentas fiscales.
Considerando las emisiones realizadas hoy, a la fecha se han emitido bonos que contemplan nuevo endeudamiento en el mercado externo por el equivalente a 5.252 millones de dólares. Estas emisiones completan lo planificado a emitir en moneda externa durante el año 2020, y se enmarcan en el margen de endeudamiento anual de 13.000 millones de dólares autorizado por ley.
Las emisiones se llevaron a cabo por el equipo del ministerio de Hacienda, los bancos underwriters (Scotiabank, Citi e Itaú) y la asesoría legal del estudio internacional de abogados Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, y del estudio local Morales y Besa.
Los recursos en moneda extranjera obtenidos de las colocaciones de los bonos emitidos en mercados internacionales serán eventualmente vendidos en el mercado cambiario local a través de la modalidad de subastas implementada recientemente, de acuerdo a las necesidades de