El diablo está en los detalles

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Pixabay CC0 Public DomainPatrick Metzdorf. Patrick Metzdorf

Septiembre fue el mes más complicado para los mercados financieros desde marzo. La renta variable y el crédito registraron rendimientos negativos, mientras que la deuda pública evolucionó de manera solo moderadamente positiva. La falta de buenas noticias y las elevadas valoraciones fueron los principales factores que propiciaron esta evolución, con la deuda pública comportándose adecuadamente, como es de esperar, cuando los activos de riesgo atraviesan dificultades y los datos económicos / de política decepcionan. El flujo de noticias y datos fue muy poco estimulante en vista de las noticias positivas que hemos ido recibiendo desde abril. Entre la ausencia de un paquete de estímulos fiscales en Estados Unidos, una respuesta relativamente apagada al anuncio de la Reserva Federal de una nueva política monetaria y las malas noticias sobre el virus, no había mucho que celebrar.

Afortunadamente, tampoco hay mucho por lo que preocuparse, pero, dado el repunte al que hemos asistido en los precios de los activos (el S&P 500 subió un 8,9% en el tercer trimestre), era de esperar una pausa. Consideramos que la rentabilidad relativa negativa registrada recientemente por el crédito y los mercados emergentes no es más que una consolidación constructiva que puede crear un punto de entrada atractivo para incorporar riesgo. Las buenas noticias ya se han descontado. La volatilidad en los ámbitos normativo, político y de la pandemia ha aumentado, al tiempo que las valoraciones, en general, han repuntado. Dicho esto, los fundamentales siguen favoreciendo una recuperación económica, si bien más lenta con respecto a los trimestres tercero y cuarto. El empleo sigue repuntando, el comercio global y las manufacturas continúan recuperándose con fuerza y el consumo en particular mantiene la solidez, con las ventas minoristas evolucionando por encima de las cotas previas a la COVID-19 en numerosos países desarrollados.

Todo esto sugiere que nuestra posición de riesgo, moderadamente larga, es, en nuestra opinión, la mejor manera de posicionar las carteras entre datos y políticas decepcionantes (cualquier riesgo es demasiado) y las posibles sorpresas al alza en clave de política y la pandemia. Seguimos posicionados para aspirar al beneficio que nos podría brindar un rendimiento relativo positivo de los activos de renta fija de mayor riesgo y que la deuda pública de bajo riesgo tienda a una evolución lateral. Estas posiciones se adaptarán al dinamismo de los fundamentales según tengan que ver con la política monetaria y fiscal, los datos económicos, las novedades sobre las vacunas y, por supuesto, la persistente pandemia.

Aunque seguimos mostrándonos optimistas con respecto a la evolución de la economía y los diferenciales de crédito, persisten los riesgos. El aumento de las tasas de infección y los consiguientes confinamientos, más amplios y más agresivos, podrían fácilmente ralentizar las economías y dar un vuelco a nuestros puntos de vista. No pensamos que esto sea probable, pues todos los gobiernos parecen estar imponiendo confinamientos más selectivos y concretos para abordar la situación local. Mientras los problemas locales no se expandan y las tasas de hospitalización y mortalidad no aumenten demasiado, es de esperar que las economías evolucionen de manera positiva. Las vacunas siguen siendo el eje clave de una solución más amplia para que sectores de la economía como el turismo y el ocio recuperen cierta normalidad, lo cual podría permitir que los ingresos nacionales recuperaran los niveles previos a la COVID-19.

Hasta entonces, las políticas fiscal y monetaria desempeñarán un papel importante. La política fiscal estadounidense, en concreto, sigue siendo clave. La política fiscal debería endurecerse significativamente de manera pasiva el año próximo y se trata de un extremo que debe abordarse. El punto muerto de Washington no parece que vaya a resolverse antes de las elecciones. El crecimiento de los ingresos ha sido sólido y las elevadas tasas de ahorro de los hogares debería amortiguar el golpe siempre que las expectativas de un paquete de estímulos para el año próximo permanezcan intactas.

En caso de que la política fiscal se torne netamente de estímulo el año próximo (teniendo en cuenta el endurecimiento pasivo derivado de que expiren los programas existentes), es de esperar que el crecimiento continúe recuperándose. El aumento de las tasas de ahorro de los hogares en 2020 podría también impulsar el consumo en la medida en que este responda a la satisfacción de la demanda acumulada y los ingresos de los hogares sigan siendo sólidos. La claridad sobre cómo se implementará el nuevo marco de política monetaria de la Reserva Federal es crucial. Una cosa es decir que queremos que la inflación suba, pero ¿en qué medida? ¿Durante cuánto tiempo? El diablo está en los detalles.

La buena noticia es que la evolución de la situación podría traducirse en diferenciales más estrechos para las empresas y los mercados emergentes para finales de año o sin duda en 2021. Con la inflación muy por debajo de los objetivos de los bancos centrales y los riesgos económicos (crecimiento e inflación) todavía orientados a la baja, es probable que los bancos centrales mantengan un enfoque marcadamente acomodaticio en los próximos años. El descenso de la rentabilidad de la deuda pública implica carta blanca para que los gobiernos gasten más si consideran que deben hacerlo. Las compañías han podido reforzar sus balances a precios mínimos en términos históricos. Los datos económicos continúan apuntando una mejora y, en vista de los avances médicos en relación con la COVID-19, hay riesgos al alza y a la baja en torno a la pandemia. Todavía nos inclinamos por pensar que comprar en la parte baja es la estrategia adecuada.

Gráfico 1: Rendimiento de los activos desde el comienzo del año

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Gráfico 2: Variaciones mensuales de divisas frente al dólar estadounidense

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Gráfico 3: Variaciones mensuales considerables de las rentabilidades a 10 años y los diferenciales

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  • Perspectiva para la renta fija

La corrección de septiembre de la renta variable probablemente se veía desde hacía tiempo. Los diferenciales de crédito, aunque se ampliaron durante el mes, evolucionaron mejor que en el caso de la renta variable y sus correlaciones históricas. Dicho extremo pone de manifiesto la capacidad de la liquidez de impulsar los mercados y la confianza en las capacidades de los responsables de política y su disposición a ofrecer estímulos suficientes para mantener un crecimiento de la economía superior a la tendencia en 2021. No hay duda de que estas creencias se pondrán a prueba en los próximos meses, concretamente, después de que conozcamos quién gana las elecciones en Estados Unidos.  

En vista de que las tendencias a medio plazo no han variado, nuestra perspectiva de inversión también permanece en buena parte sin cambios. Mantenemos un cauto optimismo dados los buenos datos económicos (aunque el ritmo de cambio se esté ralentizando) y porque sí creemos que llegarán más estímulos de política monetaria, bien vía aclaración de las repercusiones de la nueva estrategia de política monetaria de la Reserva Federal, bien mediante una expansión cuantitativa mayor. Es de esperar que, en la mayoría de las hipótesis, lleguen nuevas medidas sustanciales de apoyo fiscal tras las elecciones de noviembre.

De hecho, las observaciones del presidente Powell, presidente de la Reserva Federal, a principios de octubre indican que el banco central respalda que se adopten nuevas medidas fiscales, pues considera que los riesgos que implica hacer demasiado poco son mayores que los de la situación contraria. El enorme impacto sectorial, que posiblemente dure largo tiempo, de la pandemia sobre la economía es otro argumento de peso para que se tomen más medidas fiscales. Sin embargo, las valoraciones de la mayoría de los ámbitos de la renta fija ya no se encuentran por debajo de sus niveles razonables, según nuestra estimación, ni siquiera con la corrección de septiembre; esta situación se traduce tan solo en una posición moderadamente larga en activos de renta fija de mayor riesgo.

Persisten considerables riesgos a la baja. El crecimiento económico sigue muy por debajo de su potencial, concretamente, en el sector de servicios. La demanda acumulada se está desvaneciendo, así como el respaldo fiscal. Numerosos países se están enfrentando a tasas de infección de COVID-19 cada vez mayores, tanto en términos localizados como en general, que se traducen en confinamientos y restricciones locales que pesan sobre el crecimiento. No podemos olvidar los riesgos geopolíticos que no se disiparán: las tensiones entre Estados Unidos y China, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, las tensiones entre Rusia y Europa y, por último, pero no por ello menos importante, las elecciones estadounidenses. Al mismo tiempo, prosiguen los avances hacia el desarrollo de posibles vacunas contra la COVID-19, lo cual podría llevar a una resolución más sostenida de la pandemia.

La reacción del mercado al anuncio de la Reserva Federal de una nueva estrategia de política monetaria y un marco objetivo fue, cuando menos, indiferente, en parte, porque no se trataba de nada nuevo. El presidente Powell ya había expuesto esos puntos, en esencia, en su discurso de Jackson Hole. Por tanto, dado que apenas se añadieron detalles en septiembre, el mercado se mostró indiferente. No hay duda de que ha cambiado la postura de la Reserva Federal sobre el modo en que variará los tipos de interés en respuesta al dinamismo de la situación económica (por ejemplo, el crecimiento, el desempleo y la inflación). Sin embargo, la pregunta es: ¿en qué medida? ¿Será un cambio moderado? ¿Será un cambio drástico?  

La realidad es que la Reserva Federal no ha dado a conocer más datos y el lenguaje empleado es ambiguo. Además, el hecho de que hubiera disidentes y quizá más factores que desconozcamos sugieren que la Reserva Federal podría no haber tomado una decisión sobre los pormenores de su nuevo marco. Necesitamos más información. Lo que sin duda es cierto es que la Reserva Federal no cree que la economía esté fuera de peligro. La política fiscal sería la primera herramienta de política que desplegar (las observaciones del presidente Powell respaldan esta idea), si bien el banco central será el responsable político de último recurso si la economía no evoluciona según las expectativas y la política fiscal no sale al rescate. La situación de la Reserva Federal puede trasladarse también a la mayor parte de los demás bancos centrales. Los riesgos apuntan hacia una mayor flexibilización global en un intento por cumplir los mandatos de inflación y empleo. De manera similar, los datos económicos han sido mejores de lo esperado, pero las economías siguen funcionando tan por debajo de la normalidad que la mejora de los datos plantea una exigua amenaza para el sesgo acomodaticio.

Por tanto, percibimos un riesgo escaso de que las rentabilidades de la deuda pública suban significativamente a corto plazo. Creemos que los recientes aumentos de las rentabilidades han sido de una naturaleza más técnica o han tenido que ver con el giro en las probabilidades de victoria de cada uno de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos. Sin embargo, también parece improbable que sigan descendiendo los rendimientos, pues la mayoría de los bancos centrales ya han reducido los tipos de interés hasta el máximo en que se sienten cómodos. No obstante, podrían sucederse nuevas rebajas y otras medidas de política innovadoras si la situación empeora, por lo que todavía tiene sentido, en nuestra opinión, mantener deuda pública de calidad como cobertura frente a nuevos embates de tensión, aunque se trate de una situación en absoluto normal.

La percepción de que es probable que la Reserva Federal aplique una política monetaria excepcionalmente laxa con respecto a otros bancos centrales ha provocado un abaratamiento del dólar. Sin embargo, el aumento de la aversión al riesgo global en septiembre provocó que el dólar se recuperara en parte. Si bien seguimos mostrándonos moderadamente bajistas más a largo plazo en torno a dicha divisa, no creemos que haya suficiente certidumbre sobre la evolución económica relativa y el resultado de las presidenciales como para confiar en gran medida en que el dólar vaya a caer notablemente a corto plazo. Las monedas de mercados emergentes siguen a la zaga, pues el crecimiento de estos mercados es inferior al de las economías de mercados desarrollados. Hasta que esta dinámica cambie, resulta prematuro mostrarse demasiado optimistas sobre las monedas de mercados emergentes salvo en situaciones específicas.

Pensamos que el crédito corporativo, en particular el grado de inversión, también sigue contando con un muy buen respaldo de las medidas tomadas por los bancos centrales, concretamente, los programas de compras. Sin embargo, esta buena noticia se refleja cada vez más en los precios, pues los diferenciales de crédito se encuentran en sus promedios a largo plazo o por debajo de ellos a pesar de la perspectiva económica todavía complicada. El high yield también ofrece oportunidades razonables. La reciente ampliación de los diferenciales en septiembre ha mejorado su atractivo relativo. Si bien mantenemos una posición larga, venderemos cuando se produzcan alzas significativas, fijándonos al mismo tiempo en retrocesos sustanciales que pudieran darse en los diferenciales para ampliar las posiciones.

Los mercados emergentes siguen siendo una fuente atractiva para la posibilidad de mejorar la rentabilidad. La laxitud monetaria de los países desarrollados sigue siendo un factor muy positivo para esta clase de activos. Sin embargo, persisten riesgos macroeconómicos considerables, pues numerosas economías emergentes no están rindiendo mejor que sus homólogos de la esfera desarrollada. Las valoraciones también han subido, por lo que, si bien percibimos oportunidades en situaciones y países específicos, nos mostramos cautos hacia una exposición generalizada a esta clase de activos. Las oportunidades idiosincráticas siguen siendo la clave.

Los productos titulizados de alta calidad siguen rindiendo adecuadamente de forma silenciosa, ofreciendo el que consideramos un potencial alcista limitado, en vista de las bajas rentabilidades y el bajo riesgo de refinanciación, pero también un potencial a la baja asimismo limitado, en vista del respaldo de los bancos centrales. La perspectiva de baja volatilidad implica que esta clase de activos sigue siendo atractiva para las carteras, incluso aunque ello implique un menor nivel de rendimiento esperado. Existen oportunidades para obtener rentabilidades más altas en productos titulizados de menor calificación, cuyos diferenciales han cedido en menor medida, pero cuyos riesgos fundamentales son mayores. En general, los impagos han sido mucho menores de lo que se temía en un primer momento.

  • Tipos y monedas de mercados desarrollados

Análisis mensual

En septiembre, los mercados viraron a un enfoque de aversión al riesgo al registrar varios embates de volatilidad con motivo de las próximas presidenciales en Estados Unidos, el coronavirus y otros acontecimientos geopolíticos. Diversos bancos centrales de mercados desarrollados se reunieron a lo largo del mes y actualizaron a los mercados sobre qué esperar para el resto de este año en términos de datos económicos y política monetaria. La recuperación económica global pareció estancarse al expirar o agotarse las medidas de algunos paquetes de estímulo. La rentabilidad de la deuda pública a 10 años en los diferentes mercados desarrollados cayó, salvo en el caso de Estados Unidos, cuyos rendimientos permanecieron en gran medida sin cambios durante el mes.

Perspectiva

De cara al último trimestre de 2020, continuamos previendo que la política monetaria seguirá siendo acomodaticia y que los activos de riesgo gozarán de buenos soportes en los diferentes mercados desarrollados. A corto plazo, las elecciones estadounidenses y la tendencia al alza de los casos de coronavirus podrían causar que prosiga la volatilidad en los mercados financieros. Por otra parte, debe alcanzarse un acuerdo para la salida del Reino Unido de la Unión Europea para mediados de octubre si se pretende culminar el proceso para finales de año. Aunque unos datos económicos mejores de lo esperado también impulsarían las rentabilidades al alza, es probable que eso se produzca principalmente si aumentan las primas de riesgo de los tipos de interés, más que por la expectativa de que los bancos centrales eleven el precio del dinero. Prevemos que el dólar continuará debilitándose en los próximos meses frente a otras monedas del G-10 dado el carácter acomodaticio de las políticas financiera y monetaria.

  • Tipos y monedas de mercados emergentes                        

Análisis mensual

Las rentabilidades globales cedieron en septiembre: los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años cayeron 2 puntos básicos (pb), al 0,68% y la curva de rentabilidades se aplanó en un entorno de aversión al riesgo. Septiembre fue el primer mes desde la primavera en que la aversión al riesgo dictó la evolución de los precios. Los datos económicos perdieron parte del dinamismo forjado durante el verano al avivar el aumento de las infecciones los temores a mayores restricciones y su consecuente daño económico. Esta evolución sometió a presión a los activos de riesgo e impulsó el USD al alza, creando un entorno desfavorable para los mercados emergentes. En cuanto al conjunto de los mercados, Venezuela, Surinam, Rumanía y Georgia fueron los que mejor rindieron en septiembre, si bien Venezuela y Surinam permanecen sumidos en territorio marcadamente negativo desde comienzos de año. Por su parte, los bonos de Sri Lanka, Argentina, El Salvador y Ecuador fueron los que peor evolucionaron. Por sectores, las compañías papeleras, de transporte y diversificadas lideraron el mercado, mientras que las de petróleo y gas, consumo y metales y minería quedaron a la zaga.

Perspectiva

Mantenemos un cauto optimismo en torno a la deuda de mercados emergentes de cara al corto plazo por el persistente carácter acomodaticio de las políticas monetaria y fiscal a escala global. Que persista el repunte del crecimiento de China, en la medida en que se extienda a la economía global, también debería brindar un impulso adicional a los activos de riesgo, así como los posibles avances hacia tratamientos y vacunas contra la COVID-19. Por otra parte, nuestro relativo optimismo acerca de los activos de mercados emergentes a corto plazo se ve moderado por unas valoraciones menos atractivas, el aumento de la volatilidad ante las presidenciales estadounidenses y algunos reveses en la lucha contra la pandemia, tal y como evidencian las cifras de Europa y los confinamientos más estrictos impuestos en diversos países (aunque creemos que es improbable un regreso a confinamientos integrales).

  • Crédito

Análisis mensual

Los diferenciales se ampliaron en el mes. El factor impulsor clave de esta evolución fue el menor momentum positivo de los fundamentales y la abultada oferta tras el verano. Las mejoras de los datos económicos comenzaron a ralentizarse (y, en algunos casos, no alcanzaron las expectativas), no se desplegaron nuevos programas de respaldo monetario o fiscal, al contrario de lo que se preveía (en particular, se esperaba otro paquete fiscal en Estados Unidos) y las noticias sobre el coronavirus se centraron en el agravamiento de la segunda oleada sin noticias definitivas sobre una vacuna, todo ello combinado con las dudas acerca del resultado de las elecciones estadounidenses.

Perspectivas de mercado

De cara al futuro, creemos que la corrección de septiembre es una rotación adecuada del riesgo durante un periodo de oferta abundante. Nuestra hipótesis de referencia refleja la visión de consenso de que el coronavirus es una situación coyuntural y que la política monetaria es proclive al riesgo de crédito, lo cual podría estrechar los diferenciales a medio plazo, hasta un punto próximo a la media a largo plazo, lo cual podría ofrecer a los inversores carry, pero plusvalías limitadas.

  • Productos titulizados

Análisis mensual

Septiembre continuó la tendencia del tercer trimestre, en que los rendimientos de los bonos de titulización hipotecaria de agencia fueron mediocres, mientras que los diferenciales de crédito de los activos titulizados siguieron estrechándose. Los bonos de titulización hipotecaria de agencia se debilitaron ligeramente en septiembre y, en esencia, no registraron cambios en el tercer trimestre, respaldados por la continuada compra de estos activos por la Reserva Federal y restringidos por el riesgo de amortización anticipada. En función del sector y la calificación, los diferenciales de los bonos de titulización de activos estadounidenses no registraron cambios o se estrecharon en septiembre. Los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales europeos en general no variaron en septiembre, pero casi han recuperado los niveles previos a la COVID-19. Los bonos de titulización de aeronaves, los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales con préstamos fallidos y los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles comerciales respaldados por hoteles y centros comerciales siguen rindiendo peor que los bonos de titulización de vehículos y tarjetas de crédito y los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles comerciales con alquiler unifamiliar.

Perspectiva

Los bonos de titulización hipotecaria de agencia parecen razonables en las valoraciones actuales y es de esperar que sigan contando con el respaldo de las compras de la Reserva Federal. Nos decantamos especialmente por valores to-be-announced (TBA) con cupones inferiores a 30 años (2% y 2,5%), pues ofrecen valor adicional debido a las compras de la Reserva Federal y las inquietudes acerca de su amortización anticipada son menos pronunciadas. Prevemos que el mercado estadounidense de la vivienda permanezca estable y que los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales no de agencia sigan evolucionando relativamente bien desde una perspectiva de crédito en el cuarto trimestre. Los estímulos monetarios y fiscales adicionales siguen contribuyendo a la situación y resultan muy positivos para numerosos activos titulizados.

 

 

Columna de Jim Caron, portfolio manager y miembro senior del equipo de Renta Fija Global de Morgan Stanley Investment Management.

 

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La Gran Inestabilidad: 5 lecciones, el aprendizaje continúa

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Foto cedida. La Gran Inestabilidad: 5 lecciones, el aprendizaje continúa

La Gran Inestabilidad es la etiqueta que elegimos el año pasado para describir la fragilidad de la sociedad moderna. Desde su inicio, consideramos que la pandemia de coronavirus no era una anomalía o una excepción a la regla, sino que encajaba de forma natural en dicho marco.

El artículo original, elaborado en marzo, abordaba este tema a través de cinco lecciones principales. Ahora repasamos lo que nos han enseñado los últimos seis meses sobre la Gran Inestabilidad y reflexionamos sobre cada una de estas cinco lecciones. 

1. El riesgo de sucesos extremos

Nuestra premisa principal era que la pandemia no debía considerarse como la excepción que confirma la regla, sino como la última de una larga serie de conmociones. Aunque esto sigue siendo así, la envergadura del desplome económico desencadenado por la crisis convierte a 2020 en un año excepcional. El impacto de esta montaña rusa todavía es palpable, y es poco probable que volvamos a los niveles de actividad previos a la pandemia hasta que no exista una vacuna y un estímulo sostenido de las autoridades.

2. Un ecosistema frágil

La pandemia ha supuesto una llamada de atención, tanto para las empresas como para los gobiernos, sobre la fragilidad de nuestra economía compleja, interconectada y cada vez más globalizada. La preocupación en torno a la resiliencia de las cadenas de suministro ha sido un catalizador de la repatriación generalizada de producción manufacturera en industrias clave. El auge del teletrabajo ha exacerbado esta fragilidad al amplificar la dependencia de la industria en la tecnología.

3. Un papel para el Estado

En las democracias liberales y de libre mercado, la pandemia ha obligado al Estado a jugar un papel prominente en la gestión de la crisis, la movilización de recursos, la implementación de medidas fiscales y la redefinición de cómo vivimos. Aunque todo esto ha sido necesario para salvar vidas, está claro que algunos gobiernos han abordado la situación de forma más eficiente que otros. Los estados patricios parecen haber estado mejor preparados que las administraciones populistas, pero la tan esperada distribución de una vacuna segura y eficaz podría ser la verdadera prueba de esta hipótesis.

4. La única alternativa ha terminado

Previamente, argumentábamos que los bancos centrales habían agotado la mayor parte de su munición monetaria antes de que estallara la pandemia, y esta predicción acabó cumpliéndose. Los tipos de interés se recortaron allí donde fue posible, y las compras de deuda adicionales lograron devolver la calma a unos mercados disfuncionales. Sin embargo, las proyecciones sugieren que los bancos centrales del universo desarrollado tienen pocas posibilidades de actuar, al anticiparse niveles de paro elevados y una inflación demasiado baja durante un periodo prolongado. Así, el papel del banco central ha quedado relegado al de un defensor apasionado del estímulo fiscal.

5. El día de mañana

El brote de coronavirus ya ha causado profundos cambios en la sociedad, pero no está claro cuánto tiempo durarán mientras no se supere la crisis. Dicho esto, todo apunta a que el teletrabajo va a convertirse en la nueva normalidad, y es probable que el abandono del empleo concentrado en los centros urbanos acelere otros cambios sociales. Al mismo tiempo, la rápida expansión de los balances de los bancos centrales para respaldar un mayor gasto fiscal plantea preguntas en torno a la sostenibilidad de los niveles de endeudamiento. El fin de la actual era de predominio monetario podría suscitar temores de inflación y desencadenar una fuerte corrección de los precios de los activos.

Nuestro repaso exhaustivo a estas cinco lecciones nos lleva a la conclusión de que la inestabilidad seguirá siendo el tema dominante, con lo que los inversores necesitan adoptar una perspectiva a largo plazo. Esto encaja con nuestro enfoque, porque en BNP Paribas Asset Management estamos acostumbrados a investigar antes de invertir y a examinar las cosas desde distintos ángulos.

Tribuna de Richard Barwell, director de estrategia y análisis macroeconómico de BNP Paribas AM

Para leer la versión completa del artículo de opinión, en el que Barwell evalúa estas cinco lecciones clave en mayor detalle y reflexiona sobre la Gran Inestabilidad y el impacto del COVID-19, pulsa aquí.

Borja Ortega se convierte en el nuevo CEO de BNP Paribas Real Estate España

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Foto cedidaBorja Ortega, nuevo CEO de BNP Paribas Real Estate España. Borja Ortega se convierte en el nuevo CEO de BNP Paribas Real Estate España

Borja Ortega, hasta ahora CCO de JLL España, ha sido nombrado CEO de BNP Paribas Real Estate España. Desde el pasado 3 de noviembre, reporta directamente al presidente Laurent Boucher y cuenta con el apoyo del Comité Ejecutivo.

Ortega cuenta con más de 20 años de experiencia en el sector español del real estate. Desde la firma aseguran que aportará todo su conocimiento al plan estratégico de desarrollo de BNP Paribas Real Estate España, para impulsar la compañía hacia un crecimiento sostenible. Gracias a su conocimiento del mercado ayudará a inversores y propietarios locales y globales.

“Las sinergias con el Grupo BNP Paribas se reforzarán y, gracias al liderazgo de Borja Ortega, España se beneficiará de la experiencia paneuropea de BNP Paribas Real Estate y potenciará las líneas de negocio de capital markets, valoraciones y logística”, aseguran desde BNP Paribas.

Después de obtener el grado en derecho de la Universidad Complutense en Madrid en 1997, Borja Ortega ejerció como director asociado en Jones Lang LaSalle y director de Inversiones en Colliers. En 2014 regresó a JLL, donde trabajó como responsable de Private Wealth, director de Capital Markets y, por último, Chief Commercial Officer. Ahora se une a BNP Paribas Real Estate España como nuevo CEO de la consultora.

“Estamos entusiasmados con la incorporación de Borja Ortega en BNP Paribas Real Estate España, un país estratégico en nuestro desarrollo europeo. Su profundo conocimiento del mercado será un valor inestimable para convertir la empresa en la consultora de referencia para inversores y propietarios en los próximos años. Con esta nueva estructura directiva, BNP Paribas Real Estate refuerza su ambición de ser una consultora líder en el mercado español”, añade Laurent Boucher, presidente de BNP Paribas Real Estate.

La sociedad de valores de Fidentiis se integra en Bestinver y fortalece el equipo de debt advisory

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Nuevos pasos en la integración de Fidentiis en Bestinver. Funds Society ha podido saber que la sociedad de valores de Fidentiis, Fidentiis SV, cambiará su denominación a Bestinver y se integrará dentro del grupo, pasando a ser la sociedad de valores de la gestora, e integrando los negocios que ahora mismo tiene Fidentiis. Tras la integración de la gestora de Fidentiis en Bestinver, faltaba esta parte por cambiar de denominación, explican fuentes cercanas.

El responsable de esa área es Mark Giacopazzi. Tras su incorporación en Bestinver, la sociedad de valores de Bestinver (hasta ahora Fidentiis, pero que cambiará pronto de nombre) también extiende sus capacidades hacia el asesoramiento de deuda con la incorporación de profesionales de dilatada experiencia como Aitor Elustondo (responsable del equipo de Debt Advisory), Itziar Gómez de la Vega (responsable de Debt Capital Markets & Project Finance) y Fernando Lacadena (que completa el equipo en la parte de análisis). Todos ellos provienen del área de Financing Group de Ahorro Corporación Financiera.

El responsable del área donde se incorpora este nuevo equipo es Nicolás Fernández de Villavicencio. Los fichajes suponen un paso más en el refuerzo de los equipos de Bestinver para crecer en el negocio de advisory, tal y como adelantó la firma a comienzos de este año.

El equipo se unió a la firma el pasado 10 de noviembre, para cubrir el área de  Debt Advisory y Project Finance. “Este nuevo departamento será complementario de las actividades de ECM y DCM y con su incorporación estamos seguros de potenciar nuestra capacidad de ofrecer soluciones globales a las empresas”, explican en Bestinver.

Aitor Elustondo tiene más de 25 años de experiencia en la originación, estructuración y distribución de todo tipo de productos de Financiación. Ha trabajado en ACF, Savia (JBCM). En Banco Santander fue responsable global de Venta de Préstamos y de Sindicados y en BBVA desempeñó diversas funciones, Bond Syndicate, Sales&Trading. Tiene un Master en Mercados Financieros por la Fundación San Pablo-CEU.

Itziar Gómez de la Vega cuenta con más de 20 años de experiencia en la originación, estructuración y ejecución de operaciones de DCM y financiación de proyectos. Ha codirigido todas las operaciones de mercado de capitales de deuda y project finance en ACF en los últimos años. Ha trabajado en Banesto y anteriormente fue directora de Financiación Institucional de Caja España y trabajó en el equipo de mercado de capitales de ICO durante seis años. Licenciada en CC Económicas y Empresariales por la UCM , cuenta con un master en Investigación en Economía y Empresa por ICADE.

Fernando Lacaden ha colaborado en la estructuración y originación de soluciones financieras a través de instrumentos de deuda, reestructuración, situaciones especiales y project finance en ACF. Anteriormente, trabajó para Técnicas Reunidas en Abu Dhabi y Canadá y como ingeniero naval para Somague en Lisboa. Licenciado en Ingeniería Naval por la UPM, también tiene una diplomatura de finanzas corporativas en Wharton School.

Allianz GI lanza una nueva gama alineada con los ODS formada por tres fondos de renta variable

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ODS
Foto cedida. Allianz GI lanza una nueva gama alineada con los ODS y formada por tres fondos de renta variable temática

Allianz Global Investors amplía su oferta de inversión temática con el lanzamiento de una nueva gama de estrategias de renta variable que permiten a los clientes invertir para conseguir un cambio positivo en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Se trata de los fondos Allianz Positive Change, Allianz Clean Planet y Allianz Food Security. 

Según ha explicado la gestora, la nueva gama de fondos amplía su actual oferta de fondos temáticos y complementa su oferta de estrategias alineadas con los ODS, que incluye la estrategia Allianz Global Water y el fondo Allianz Smart Energy. Las tres nuevas estrategias alineadas con los ODS se gestionarán de acuerdo con el enfoque temático de Allianz Global Investors. El equipo de gestión de la cartera analizará en detalle ocho temas: inclusión social, salud, inclusión financiera, educación, seguridad alimentaria, agua, tierra limpia / economía circular y transición energética. A continuación, identificará los resultados específicos a los que se dirigen uno o más de los ODS para seleccionar empresas que contribuyan al logro de los objetivos subyacentes con soluciones innovadoras.

La gestora considera que este enfoque de la inversión en los ODS también permite a los inversores aprovechar temas específicos y tangibles y temas subyacentes de inversión, como la tecnología en la educación en el caso del tema educativo o la agricultura sostenible en el caso de la seguridad alimentaria. En este sentido, recuerda que los ODS definen las prioridades y aspiraciones de desarrollo sostenible globales para 2030 y buscan movilizar esfuerzos en todo el mundo en torno a un conjunto común de objetivos y metas.

“Las estrategias de inversión alineadas con los ODS son una prioridad estratégica para nuestro negocio y las vemos como una forma de responder a la creciente demanda de inversiones sostenibles. Esta demanda proviene de inversores que reconocen que las empresas que se encuentran a punto de desarrollar soluciones reales, que además se gestionan de forma responsable y sostenible, también pueden resultar atractivas desde la perspectiva de la rentabilidad”, afirma Barbara Rupf Bee, directora de EMEA en Allianz Global Investors.

Según Rupf Bee, el objetivo de la gestora es “hacer que los ODS puedan ser objeto de inversión utilizando nuestro enfoque de inversión temática para identificar oportunidades atractivas. Estamos muy contentos de expandir esta prometedora área ayudando a los inversores a dirigir el capital hacia empresas con potencial de crecimiento, a la vez que abordamos los problemas más importantes a los que se enfrenta el planeta”.

Por su parte, Andreas Fruschki, director de inversión temática de Allianz GI, añade que “este es un mercado atractivo para los inversores, ya que ofrece nuevas oportunidades de negocio, nuevas soluciones y las dinámicas relacionadas. En consecuencia, buscamos empresas con un fuerte potencial de crecimiento a largo plazo y modelos de negocio resistentes. Este tipo de empresas muestran cierta resiliencia frente a la volatilidad macroeconómica y política”. 

Según su experiencia, si bien cada empresa que considera elegible para una estrategia de ODS tiene un papel claro que desempeñar en el logro del ODS relevante, el alcance exacto de su contribución al objetivo de la ONU puede ser difícil de cuantificar. “Eso hace que un completo proceso de análisis cualitativo sea esencial. Dado el enfoque global en los objetivos de la ONU, es probable que las empresas que los apoyan directamente se beneficien de un mayor interés y ofrezcan un elevado potencial de crecimiento. Esto puede representar un caso de inversión sólido que genere retornos sostenibles. La inversión alineada con los ODS ofrece retornos ambientales y sociales junto con el desempeño financiero”, afirma Fruschiki.

El marco de Allianz GI para inversiones alineadas con los ODS respeta la importancia del buen comportamiento corporativo y tiene en cuenta el riesgo de las posibles externalidades negativas al intentar crear soluciones positivas. “Las estrategias alineadas con los ODS adoptan un enfoque activo en el que se integran los factores ASG al proceso de análisis de los valores, incluyendo una evaluación detallada de los factores de riesgo más importantes e incorporando algunos criterios de exclusión, para protegerse contra actividades nocivas y controversias corporativas”, afirman desde la gestora. 

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible tienen 169 metas subyacentes, que abordan los desafíos globales relacionados con la sociedad y el medioambiente. Al identificar los ODS, la ONU cuantificó cuánta inversión se necesitaba para cumplir estos objetivos, destacando el papel del capital privado en este proceso. Según las estimaciones, se necesitan anualmente 2.500 millones de dólares de capital para financiar el logro de estos objetivos.

Esta vez es diferente: de la crisis al auge, la recesión en forma de «t» explicada

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La recesión de 2020 es el resultado directo de unas políticas públicas globales cuyo objetivo es proteger a la población frente al brote de coronavirus. Esto ha reducido drásticamente el crecimiento, aunque de forma muy diferente a recesiones anteriores. En este blog, analizamos sus continuas consecuencias, con la mirada puesta en 2021.

Esta vez es diferente:

Esta es una recesión provocada principalmente por los servicios: si nos fijamos en el desplome de los servicios frente a la actividad industrial, su singularidad resulta evidente (véase el gráfico abajo). No es de extrañar. El consumo de servicios requiere interacción humana, algo que actualmente se desalienta. De acuerdo con los manuales económicos, esta sería una recesión provocada por barreras comerciales: la actividad del sector servicios se ha prohibido o desalentado, una barrera que ha dado lugar a una recesión.

M&G Investments

La magnitud y la naturaleza extraordinaria de esta desaceleración resultan evidentes en el dato del PIB estadounidense total: vemos un desplome récord y ahora el inicio de una recuperación récord (véase el gráfico abajo). 

M&G Investments

Estas barreras comerciales de los servicios son sumamente eficaces para reducir el PIB. Afortunadamente, la respuesta de los gobiernos de todo el mundo a esta recesión ha sido magnífica. Ha provocado una enorme transferencia patrimonial del sector público al sector privado. Ambos factores hacen que esta recesión sea muy diferente a otras recesiones anteriores. Si nos fijamos en los gráficos siguientes, ¿podrían decir que estábamos en recesión?

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Todos estos gráficos muestran la eficacia del sector público para mitigar el impacto económico de las políticas relacionadas con el virus. La Fed también se ha mantenido optimista con respecto a la económica, comparado con recesiones anteriores, según su comentario de su «Libro beige» bitrimestral (cuya denominación más forma es «Comentario resumen sobre las condiciones económicas actuales»). En el gráfico de abajo se muestra la frecuencia relativa con que aparecen los términos negativos (p. ej., «lento», «débil») en los informes de la Fed, muy inferior a la de anteriores crisis.

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¿Recesión o depresión?

El desplome del PIB este año ha sido enorme. Por su gran magnitud, quizá deberíamos hablar de una depresión en lugar de una recesión. Por lo general, se acepta que una depresión es un desplome del PIB de al menos el 10% durante dos años. En lo que va de año, ya hemos registrado un hundimiento del PIB de más del 10% interanual. De cara a más largo plazo, ¿estamos en una depresión?

Las probabilidades de una depresión deberían depender de un diagnóstico simple: de la retirada gradual de las medidas públicas en el sector servicios. Esto probablemente dependerá del desarrollo de una vacuna, la atención hospitalaria, los efectos estacionales y la potencia del virus. En los dos primeros ya hay avances, mientras que, al igual que en hechos similares en el pasado, es razonable suponer que el virus llegará a su fin de forma natural gracias a la intervención humana para mitigarlo y controlarlo. ¿Qué tipo de economía tendremos después del virus?

La economía tras la covid-19

Creo que es razonable pensar que la economía vivirá un auge cuando las actividades restringidas vuelvan a permitirse. A diferencia de anteriores recesiones, el balance general de los consumidores no se ha visto tan perjudicado como cabría esperar. De hecho, en algunos casos ha mejorado gracias a las ayudas económicas de los gobiernos (véase el gráfico abajo). Al inicio de 2021, no solo el PIB dejará atrás las cifras del hundimiento del año anterior, sino que además cabe esperar que los gobiernos eliminen las barreras impuestas el año pasado. Además, con la enorme deuda y pocas ganas de austeridad, parece poco probable que los gobiernos y los bancos centrales traten de endurecer las condiciones financieras o preocuparse por controlar el déficit fiscal y la inflación como han hecho en el pasado. Esto, junto con un sector privado sorprendentemente sólido con mucho ahorro y deseo de consumir, podría dar lugar a un fuerte auge económico a corto plazo. Por tanto, la depresión es poco probable.

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Una pregunta interesante es si el PIB real volverá al nivel de antes de la recesión. Creo así será en los primeros seis meses posteriores a los eventuales cambios en las políticas públicas. El exceso de ahorro, los consumidores liberados y las pocas prisas de los gobiernos para imponer la austeridad apuntan a un alto crecimiento y un consumo récord.

En los últimos años, ha existido el deseo de erradicar el auge y la crisis económicas. Esperemos que esta vez el ciclo vaya de crisis a auge: una recesión en forma de «t».

 

 

Columna de Richard Woolnough, gestor de fondos en el equipo de Renta Fija de M&G Investments

 

Stuart Kirk, nombrado Global Head of Research & Insights de HSBC Global AM

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Foto cedidaStuart Kirk, Global Head of Research & Insights de HSBC Global AM.. Stuart Kirk, nombrado Global Head of Research & Insights de HSBC Global AM

HSBC Global Asset Management ha anunciado el nombramiento de Stuart Kirk para ocupar el cargo de Global Head of Research & Insights. Bajo la supervisión de Joanna Munro, CIO global, liderará el equipo de Research & Insights. 

Entre sus funciones, Kirk dirigirá una nueva iniciativa denominada AlphaLabs, que reúne a analistas, científicos de datos y conducta, equipos cuantitativos y académicos e investigadores externos a la empresa con el fin de aplicar a las carteras de los clientes los últimos avances en materia de enfoques, técnicas y tecnologías de inversión.

Según explican desde la gestora, el  equipo de Research & Insights, recientemente creado, tiene como objetivo proporcionar a los clientes minoristas e institucionales de la empresa un contenido de inversión diferenciado, que invite a la reflexión, y a promover su amplia investigación y análisis. Además, esta área de Research & Insights trabajará en estrecha colaboración con el equipo de Responsible Investments en la creación y publicación de análisis sobre finanzas sostenibles, y albergará al equipo encargado de la elaboración de los informes de la cartera de la firma.»Estamos comprometidos a proporcionar a nuestros clientes la excelencia en sus inversiones. Stuart tiene una gran experiencia que será fundamental para desarrollar nuestro equipo de Research & Insights, asegurándose de que nuestros clientes tengan acceso al contenido y a la investigación de más alta calidad para tomar de manera más informada sus decisiones de inversión», ha señalado Joanna Munro, CIO Global de HSBC Global AM.  

Por su parte, Kirk ha destacado: “Un factor que diferencia a Research & Insights de la mayoría de las funciones de investigación buy-side es la creencia de que el análisis riguroso y de vanguardia debe aplicarse igualmente a nuestra propia plataforma de inversión. Por lo tanto, nuestro equipo de informes del portfolio también se integrará al nuevo grupo, asegurándose de que estemos tan enfocados en la gestión de cartera como lo estamos en los activos que se van a constituir”.

Anteriormente, Stuart dirigió el Instituto de Investigación de DWS, después de haber pasado a la parte de compras del Deutsche Bank, donde fue Global Head of Multi-Asset and Thematic Research. Antes de eso, fue editor de la columna Lex del Financial Times. Además, también trabajó en la división de gestión de activos de la consultora Oliver Wyman, y antes de eso pasó ocho años como Global Equity Portfolio Manager en Deutsche Morgan Grenfell.

Ensayos clínicos: la clave ante el escepticismo frente a las vacunas

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COVID Vaccine Markus Winkler
Pixabay CC0 Public DomainMarkus Winkler. Markus Winkler

La mayor parte de los mercados de vacunas son monopolios o duopolios. Ahora bien, en el caso de la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud afirma que hay 42 vacunas en fase de evaluación clínica y unas 149 en fase preclínica. Esta es una carrera en la que participan varios caballos y, con suerte, saldrán varios ganadores. No hace falta decir que albergamos la esperanza de que esto se vuelva un mercado con una gran cantidad de actores en el que seremos testigos de una competencia atroz y un alto grado de éxito. No obstante, analicemos este asunto desde la perspectiva de un inversor.

El mercado mundial de vacunas en su conjunto genera unos 30.000 millones de dólares en términos anuales. Dado que existe un optimismo creciente en torno a la creación de vacunas exitosas frente al coronavirus, los inversores se han decantado significativamente por las acciones biofarmacéuticas, lo que ha incrementado en cerca de 100.000 millones de dólares sus capitalizaciones de mercado.

En el caso de que los precios de los activos reflejasen las probabilidades de futuros flujos de caja, el mercado ha descontado unos desenlaces optimistas, como podrían ser el descubrimiento exitoso de nuevos fármacos, el mantenimiento prolongado de los precios y unos ingresos recurrentes.

Sin embargo, tras las aprobaciones normativas, los fabricantes de vacunas afrontan complicaciones en lo que respecta a la producción y distribución masivas. Por poner un ejemplo, China y la India manufacturan el grueso de las vacunas de todo el planeta, lo que podría provocar cuellos de botella.

Asimismo, las limitaciones en el transporte aéreo o la necesidad de un envío a temperatura controlada podrían ralentizar la distribución, en particular en regiones con un clima cálido como África, Asia y Centroamérica.

Aparte de los problemas en la fabricación y la distribución, existe una gran probabilidad de que las tasas de eficacia no traigan consigo la inmunidad colectiva en un futuro próximo. El gráfico 1 que aparece a continuación ofrece una retrospectiva de 10 años sobre la eficacia de las vacunas contra la gripe en Estados Unidos. La eficacia se revela baja y ha ido cayendo a lo largo de los últimos años.

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Por otra parte, en circunstancias normales, una parte de la sociedad suele mostrarse escéptica ante las nuevas vacunas. Si a eso le añadimos la politización de esta enfermedad, la proporción de la población que no está dispuesta a inyectarse la vacuna podría ser mayor de lo normal. Hipotéticamente, una vacuna contra la COVID-19 que presente un 50% de eficacia (aplicando una sencilla media del gráfico anterior) y que sea inyectada al 50% de la población solo inmunizaría al 25%. Aunque hablamos de un simple supuesto, se trata de un hecho constatado, dado que una tasa de inmunización del 25% se situaría muy por debajo del mínimo del 70%-90% que, con frecuencia, citan los epidemiólogos como necesario para lograr la inmunidad colectiva.

Esta es la razón por la que la sociedad necesita realizar más pruebas de detección de la COVID-19. Si bien se han abordado todos estos notables retos —como el descubrimiento de nuevos fármacos, pasando por la fabricación y la distribución, hasta el hecho de granjearse la confianza de la sociedad—, la identificación de los infectados y su aislamiento temprano pueden prevenir o limitar los contagios.

Aunque los tratamientos terapéuticos acelerarán los tiempos de recuperación y reducirán las hospitalizaciones, la sociedad necesita aún dar un salto cualitativo en materia de pruebas de detección. La capacidad de hacer pruebas ha crecido de forma considerable, como muestra el gráfico 2. De acuerdo con el Proyecto de Seguimiento de la COVID (COVID Tracking Project), Estados Unidos ha experimentado un crecimiento exponencial en materia de pruebas de detección durante la primavera y principios del verano. Aunque la tasa de crecimiento se ha desacelerado en fechas recientes, la última media móvil a siete días se halla justo por debajo del millón de pruebas diarias. Esa cifra sigue sin resultar suficiente.

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De acuerdo con un informe de la Universidad Duke y la Fundación Rockefeller, los asintomáticos transmiten aproximadamente entre el 30% y el 60% de los casos. El informe concluye que, dadas las actuales tasas de contagio, Estados Unidos precisa de unos 200 millones de pruebas mensuales, en comparación con la tendencia vigente de en torno a los 25 millones. Teniendo en cuenta la razonable posibilidad de que presenciemos una propagación comunitaria notoria del virus durante algún tiempo, la mejor solución para retornar a la vida «normal» radicaría en las pruebas de detección masivas.

Se habla mucho de las vacunas, pero poco de los fabricantes de pruebas de detección

Aunque las acciones biotecnológicas —y puede que los mercados financieros en su conjunto— han descontado una elevada probabilidad de que se descubra una vacuna con éxito, pensamos que los inversores podrían estar infravalorando la oportunidad que ofrecen los fabricantes de pruebas de detección para la COVID-19 y las empresas que prestan servicios relacionados.

En un lenguaje más transparente, llevamos muchos años sobreponderando las empresas de instrumentación del ámbito de ciencias de la vida, dispositivos médicos y servicios relacionados de mayor calidad en varias estrategias de renta variable. En líneas generales, creemos que estas firmas exhiben unas atractivas características de inversión a largo plazo como las siguientes:

  • un modelo de ingresos recurrentes del tipo «razor blade» en el que, tras la venta de instrumentación, se materializa un flujo de ingresos predecible de altos márgenes proveniente de los consumibles y los reactivos;
  • una base de clientes científicos que valora la calidad, las características y la precisión por encima del coste, que alienta la innovación y que puede exigir un precio excepcional;
  • mercados diversos y finales especializados que permiten dominar la cuota de mercado a solo un puñado de empresas innovadoras en sus categorías de producto.

En nuestra opinión, estas tres características crean fosos económicos sostenibles a largo plazo que se manifiestan a través de un historial de unas sólidas rentabilidades relativas y una volatilidad menor en términos de beneficios.

Unas pocas de las mayores compañías de ciencias de la vida no solo desarrollan, fabrican y distribuyen pruebas de detección de la COVID-19 por todo el mundo, sino que también desarrollan y fabrican vacunas y tratamientos terapéuticos a los que, además, realizan evaluaciones de calidad.

No creemos que constituya una coincidencia que la actual gestión del virus mediante las pruebas de detección y su futura gestión mediante la vacunación sean posibles gracias al mismo tipo de compañías extremadamente innovadoras que respaldan los avances científicos modernos.

En pocas palabras, creemos que las firmas presentes en la cadena de suministro mundial del ámbito de las ciencias de la vida generarán unos beneficios más sostenibles que aquellas pertenecientes a un mercado de vacunas más que competitivo. Aunque gran parte de sus ventas actuales relacionadas con las pruebas de detección revestirán un carácter único a medida que la sociedad se va dirigiendo, a lo largo de la pandemia, hacia la vacunación masiva y la inmunidad natural, las inversiones, la innovación y el crecimiento futuro impulsados por los ingresos a corto plazo derivados del virus permitirán que estas empresas, a buen seguro, saquen partido de su dilatado historial de inversión en iniciativas innovadoras, sostenibles y de gran rentabilidad.

 

Columna de Robert M. Almeida, gestor de cartera y estratega global de inversiones, Matthew Scholder, analista de renta variable, y Nicholas A. Demko, analista de renta variable en MFS Investment Management.

 

 

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El fondo de recuperación refuerza el Pacto Verde en Europa

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Pixabay CC0 Public Domain. El fondo de recuperación refuerza el Pacto Verde en Europa

La aprobación del Fondo de Recuperación de la UE de 750.000 millones de euros implica que se vaya a destinar más de 30% a proyectos verdes en tres años. Los beneficiarios incluyen empresas activas en energías renovables, edificios verdes y movilidad eléctrica, lo que, según Xavier Chollet, gestor de Pictet Clean Energy, puede traer importantes oportunidades de inversión y, además, refuerza el Pacto Verde de Europa, cuyo objetivo es que la región sea neutral en carbono en 2050.

En esta apuesta habrá, según Chollet, “grandes ganadores y perdedores”. El punto de partida es altamente atractivo: el presupuesto europeo 2021 a 2027 es de 1,04 billones de euros, dedicando ese 30% a acción climática, con objetivos de mejora del PIB y empleo, cambio climático y polución del aire, así como independencia energética.  Según su visión, el fondo de recuperación acelera la tendencia hacia las energías renovables y movilidad eléctrica, generando oportunidades para las próximas décadas, con des correlación respecto al crecimiento del PIB global.

“Hay que tener en cuenta que el Pacto Verde pretende crear 700.000 puestos de trabajo para 2030 con prioridad en energías renovables (incluyendo hidrógeno limpio), redes eléctricas inteligentes, transporte -en particular vehículos eléctricos- mejora de conexiones ferroviarias y transporte público urbano, desalentar transporte aéreo para distancias de menos de 1.000 km, biodiversidad y protección y restauración de entornos naturales. Según la Comisión Europea el bloque necesita 260.000 millones de euros en inversiones verdes adicionales anuales para alcanzar el objetivo de 2030 de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero”, señala entre los datos más relevantes para entender la dimensión de este Pacto.

En su opinión, los grandes beneficiados serán “las empresas activas en energías renovables, sobre todo eólica y solar, que ya son las fuentes más baratas de energía en muchos países, con cada vez menos subsidios; edificios verdes, así como movilidad eléctrica, incluyendo vehículos, infraestructura e I+D”.

En este sentido, sostiene que las economías de escala han reducido los costes en un 80% en energía solar y 45% en eólica terrestre y para 2019-2040 puede darse una reducción adicional del 51 y 43% respectivamente.  “En este segmento nos estamos fijando en empresas de servicios públicos como Orstel, que ha proporcionado una rentabilidad del 156% en tres años al haberse convertido en operador puro de viento solar marítimo, con un múltiplo de valoración que ha pasado de cinco veces beneficios en 2016 a 16 actualmente”, apunta.

#TalkAboutBlack y CISI lanzan un programa piloto de formación dirigido a áreas desfavorecidas

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Pixabay CC0 Public Domain. #TalkAboutBlack lanza un programa piloto para después de la escuela dirigido a áreas desfavorecidas con el apoyo del CISI

#TalkAboutBlack ha lanzado un programa piloto, para después de la escuela, dirigido a alumnos que asisten a centros ubicados en áreas socioeconómicamente desfavorecidas. El proyecto cuenta con la colaboración de The City of London Corporation, el Chartered Institute for Securities & Investment (CISI) y Diversity Project. 

Según explica la organización, el programa Catalyst After School Catalyst After School (CASP) es un programa de educación y capacitación diseñado para preparar a los alumnos con hard skills (técnicas) y habilidades de fusión, al mismo tiempo que les presenta la gestión de activos para construir su vocación de desarrollar una carrera en el sector. Un resultado clave del programa es que los estudiantes obtengan una cualificación de Nivel 2 CISI Fundamentos de los Servicios Financieros. #TalkAboutBlack espera que el proyecto ayude a desarrollar una cartera de talentos diversos en el sector de gestión de activos. 

El programa piloto, que es gratuito para las escuelas públicas participantes, comienza el 12 de noviembre y tendrá una duración inicial de ocho meses. El programa será impartido por el organismo profesional sin ánimo de lucro CISI, con miembros del sector de gestión de activos que desempeñarán el papel de asistentes de enseñanza. Además, el primer grupo de 24 alumnos de décimo año ha sido seleccionado en dos escuelas, Mulberry Academy Shoreditch, en el distrito londinense de Tower Hamlets, y Mossbourne Community Academy en el distrito londinense de Hackney. 

Después del piloto, si la iniciativa tiene éxito, #TalkAboutBlack tiene la intención de ampliar el programa en todo el Reino Unido, y los ex alumnos de este año se convertirán en mentores del grupo del próximo año. El impacto del programa se comprobará a través de una mayor implicación de los estudiantes, de su permanencia en la educación superior y de su entrada en el sector de la gestión de activos. El programa es una de las iniciativas de #TalkAboutBlack que tiene como objetivo abordar la subrepresentación de las minorías étnicas en la gestión de activos

“Crecí en el centro de la ciudad de Londres y nunca supe que la City existía; ciertamente, no podía imaginarme trabajando allí. Tuve la suerte de encontrar una forma de entrar, pero hay un enorme potencial que sigue sin explotar. Es imperativo que construyamos un flujo de talento para incorporarlo al sector de administración de activos. Si podemos brindar a los estudiantes la motivación y la confianza de que pueden desarrollar una carrera, entonces tenemos la oportunidad de crear un cambio duradero”, ha señalado Gavin Lewis, director gerente de BlackRock y cofundador de #TAB. 

Por su parte, Andrien Meyers, diplomático honorario y concejal, ha declarado: “Al observar la sociedad, podemos ver una gran falta de diversidad étnica en el sector de las inversiones. Esta situación crea enormes obstáculos para las personas de origen BAME (negro, asiático y minorías étnicas). La Corporación de la Ciudad, a través del Proyecto de Diversidad, #TAB y el CISI quieren promover una mayor inclusión dentro del sector de la inversión y el ahorro. Hay muchos jóvenes brillantes y talentosos de toda la sociedad que están hambrientos de la oportunidad de progresar y hacerlo bien”. 

En último lugar, Kevin Moore, director de expansión internacional del CISI, ha afirmado: “Estamos encantados de apoyar este proyecto. La creciente participación en nuestra profesión de servicios financieros de estudiantes con desventajas socioeconómicas en todo el Reino Unido debe acelerarse. Esta iniciativa tiene el ímpetu y el compromiso intersectorial para que eso suceda”.