La infraestructura, que es uno de los sectores de mayor impacto socioeconómico en todo Latinoamérica, enfrenta desde hace años algunos problemas asociados al reducido volumen de inversiones en áreas prioritarias para la población y el crecimiento económico de sus países. Y el rol del sector público aparece como un elemento fundamental para revertir este escenario, según un informe publicado por KPMG.
El estudio “Los cambios en infraestructura en América Latina. Perspectivas del sector público”, realizado por KPMG América Latina, se basó en las respuestas a una encuesta realizada entre marzo y mayo del 2020 a 81 profesionales del sector público de Latinoamérica.
El informe brinda una visión general del área de infraestructura incluyendo, entre otros aspectos, los desafíos que enfrentan los gobiernos para incrementar las inversiones e iniciativas en este sector. Por ejemplo, la región invierte actualmente entre el 2% y el 3% de su PIB en infraestructura, cuando la recomendación internacional, o de “buena práctica”, es que esta cifra alcance al menos el 5%.
No obstante, debe señalarse que existen algunos obstáculos que impiden alcanzar ese porcentaje. Según los resultados del estudio los principales impedimentos son: 1) falta de recursos; 2) politización de las prioridades del proyecto; y 3) ausencia de una planificación estratégica de largo plazo.
A pesar de ello, algunas iniciativas serán cruciales para mejorar el nivel de estas inversiones. En esa misma línea de análisis se pueden citar: a) despolitización de la gestión de las políticas públicas relacionadas a infraestructura; b) mejora de la formación de los profesionales del sector público; y c) un mayor uso de las Asociaciones Público-Privadas (APP).
El papel social de la infraestructura
Para responder a los impactos de la pandemia, la atención del sector público se ha concentrado en la recuperación económica y la infraestructura. Sin embargo, no basta simplemente con invertir, es necesario que los recursos sean provistos con mayor transparencia y, entre otras cualidades, que se consideren también los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), que tanta relevancia están teniendo en la economía. Dado que el desarrollo de obras de infraestructura puede tener un rol social clave, especialmente en el contexto actual de la crisis pandémica, los gobiernos deben poder asegurar que los más vulnerables estén en el centro de sus políticas y decisiones.
“Para ello, se necesita una agenda progresista que incluya aportes más significativos al sector social, al tiempo que deben despolitizarse los planes y prioridades de infraestructura. Esto resulta fundamental para que el sector sea un catalizador de la recuperación económica en el período posterior a COVID-19”, comentó Fernando Faría, socio líder de la industria de Infraestructura de KPMG en América Latina.-
Pixabay CC0 Public Domain. Cajamar Innova lanza una convocatoria para incorporar a su incubadora proyectos innovadores en gestión del agua
Los responsables de Cajamar Innova, la incubadora empresarial de alta tecnología especializada en la gestión del agua que promueve la Fundación Cajamar, han dado a conocer en un encuentro virtual con medios de comunicación y profesionales del sector los detalles de su primera convocatoria de proyectos de incubación y aceleración para emprendedores y empresas emergentes de toda España, que se mantendrá abierta hasta el próximo 23 de febrero.
La selección final tendrá lugar entre los días 16 y 17 de marzo. A partir de ese momento los proyectos elegidos tendrán, además de un seguimiento personalizado, la posibilidad de acceder a especialistas en diversas ramas de la gestión y de la tecnología, y conocerán a potenciales inversores y clientes. Todo ello para facilitar el éxito de sus iniciativas.
Luis Miguel Ciprés, CEO de Barrabes.biz, consultora especializada en el apoyo al ecosistema emprendedor a través del diseño e implementación de programas de aceleración e innovación abierta, ha insistido en que la iniciativa que impulsa Cajamar cumple con las características que hoy están ganando un peso cada vez mayor en cuanto al enfoque de la innovación en los territorios, convirtiéndose en la mejor herramienta para el desarrollo y el crecimiento de los mismos.
En este sentido, ha apuntado que estas cuatro tendencias son la globalización, el retorno económico que genera la innovación, la economía intangible y la complejidad, que se resuelve, esta última, con ecosistemas de innovación.
Por su parte, David Uclés, responsable de Cajamar Innova, ha desgranado las características de los tres programas de la incubadora, haciendo hincapié en que la metodología de todos ellos pone el acento en acelerar los procesos de innovación y segmentarlos para que crezcan lo más rápido posible: “Hay que lanzar la idea, ponerla a prueba y evaluar si ha tenido éxito o no para llevarla al mercado”. Además, recordó que la próxima sesión informativa online tendrá lugar el 16 de febrero.
En esta primera convocatoria se seleccionará a 12 candidatos para participar en los tres programas semipresenciales de consolidación de proyectos innovadores y apoyo para consolidar y ayudar a crecer a empresas de reciente creación y jóvenes emprendedores. El primer programa será el de incubación para proyectos empresariales que tienen al menos un prototipo o piloto de producto o servicio, y que buscan validar el encaje problema-solución y el de producto-mercado.
El segundo será el programa de incubación de larga duración para el mismo tipo de proyectos que el anterior, pero con un horizonte de desarrollo temporal más amplio. Y el último, el programa de aceleración para empresas que están realizando sus primeras ventas y que buscan crecer de manera rápida.
La duración estándar de los programas de incubación y aceleración es de seis meses, y de un año para el programa de incubación de larga duración. Además, los emprendedores podrán acceder a infraestructuras, recursos, soporte técnico y tecnológico de los centros experimentales de la Fundación Cajamar para el desarrollo y validación de sus prototipos y pilotos.
El reto de garantizar el acceso al agua
En nuestro planeta hay aproximadamente 1.400 millones de kilómetros cúbicos de agua. Sin embargo, su disponibilidad en una forma directamente utilizable por los humanos no llega al 2,5 % del total y se distribuye de forma muy irregular por la superficie terrestre. De hecho, según la ONU, unos 2.200 millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable, y unos 4.500 millones no tienen saneamientos seguros.
En los próximos años estas limitaciones irán en aumento, impulsadas por el cambio climático y por la necesidad de producir más alimentos para una población que sigue creciendo. Así, cualquier innovación que redunde en un mejor aprovechamiento y gestión del agua tiene un enorme potencial para impactar en el bienestar de miles de millones de personas y en el desarrollo de un modelo económico más sostenible y equitativo.
Con más de 45 años de experiencia en la generación y la difusión de conocimiento por medio de jornadas, talleres, publicaciones y cursos, con Cajamar Innova se ha puesto en marcha un modelo propio de incubación para apoyar a los emprendedores y favorecer el desarrollo de proyectos empresariales situados en la intersección entre la tecnología y los recursos hídricos. Para ello, la Fundación Cajamar pone a disposición de emprendedores y empresas emergentes su amplia experiencia e infraestructura de investigación, así como el conocimiento y la experiencia de sus profesionales y de su red internacional de colaboradores.
El gran déficit y la alta carga de la deuda pública de Brasil subrayan sus continuos desafíos fiscales a pesar del desempeño algo mejor de lo esperado del año pasado, afirma Fitch Ratings en un informe. Con las elecciones generales previstas para octubre de 2022, este año es clave para revitalizar la agenda de reforma fiscal del gobierno para impulsar la flexibilidad presupuestaria y mantener la credibilidad del límite de gasto.
“Los últimos datos mostraron que el déficit del gobierno de Brasil se duplicó con creces hasta el 14% del PIB desde alrededor del 6% en 2019. Esto fue mejor que nuestro pronóstico del 16,4% principalmente debido a la infraejecución del gasto presupuestado, que mejoró el resultado del gobierno central, y mayores superávits de las administraciones regionales. Los ingresos del gobierno central se contrajeron un 10,2% nominal, mientras que el gasto primario creció un 35% cuando Brasil implementó uno de los paquetes de soporte COVID-19 más grandes de Latinoamérica”, escriben los analistas de Fitch.
La calificadora estima la contracción económica en más del 4%. Esto, junto con el déficit más amplio empujaron la deuda del gobierno general al 89,3% del PIB desde el 74,3% en 2019, muy por encima de la mediana de la categoría ‘BB’ del 60%: “Anticipamos aumentos más pequeños en 2021-2022 debido a la reducción del déficit primario y al crecimiento del PIB. El déficit primario de 2021 debería reducirse a aproximadamente el 3,1% del PIB a medida que los ingresos se recuperen y se retiren las medidas de estímulo de emergencia. La posibilidad de que la pandemia limite la actividad económica y el estímulo se extienda más allá de 2021 es un riesgo significativo para nuestras previsiones fiscales”.
Fitch asume que el gobierno se adherirá al tope de gasto este año. El tope se ha convertido en un ancla importante de la política fiscal, pero fue efectivamente suspendido el año pasado a través de una ley de «calamidades públicas» para facilitar la respuesta a la pandemia.
El desajuste entre el Índice Nacional de Precios al Consumidor Extendido (IPCA) y el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) podría ejercer presión sobre el límite de gasto en 2021, ya que el límite está vinculado al IPCA más bajo, mientras que algunos ajustes de gasto utilizan el INPC más alto. Cualquier presión política para aumentar las transferencias sociales permanentes o el gasto relacionado con la pandemia también podría dificultar el cumplimiento.
“Sin embargo, en un escenario de gasto pandémico extendido, no está claro si el gobierno introduciría una medida provisional de autorización del Congreso para emitir «créditos extraordinarios» que estarían exentos del tope o trataría de renovar la ley de calamidades públicas, liberándolo de tener que cumplir el tope o el objetivo de déficit primario”, añaden los expertos.
Las bajas tasas de interés y los profundos mercados de capital internos respaldan la asequibilidad de la deuda y la flexibilidad financiera, y las medidas excepcionales podrían mejorar temporalmente la trayectoria de la deuda pública. Sin embargo, se espera que las tasas de interés aumenten este año en respuesta a las recientes presiones inflacionarias. Además, estabilizar y reducir permanentemente la deuda / PIB requeriría una reducción más rápida del déficit primario y el cumplimiento de los límites de gasto, y esto requeriría reiniciar las reformas. La administración del presidente Bolsonaro ha presentado proyectos de ley destinados a simplificar el sistema tributario, contener los costos de la nómina pública y detener el crecimiento del gasto obligatorio para aumentar la flexibilidad presupuestaria.
Según Fitch, el contexto político deja poco claro si estas medidas pasarán por la legislatura y cuándo: “La pandemia, las elecciones municipales del pasado mes de noviembre y las elecciones de líderes de la Cámara Baja y el Senado del 1 de febrero han estancado las reformas. El gobierno de Bolsonaro ha hecho esfuerzos para construir una alianza en el Congreso para promulgarlos, pero su capacidad para hacerlo podría ser probada por la resistencia de intereses creados, la dinámica política fluida en el Congreso y la reciente disminución en los índices de aprobación del presidente”.
La Perspectiva Negativa de la calificación ‘BB-‘ de Brasil refleja el impacto de la pandemia sobre el déficit fiscal y la carga de la deuda pública de Brasil, así como la persistente incertidumbre sobre las perspectivas de consolidación dadas las presiones de gasto y las perspectivas poco claras de reforma fiscal.
Los desequilibrios externos permanecen bajo control, lo que respalda la calificación. El déficit en cuenta corriente se redujo al 0,9% del PIB desde el 2,7% en 2019 debido a una importante compresión de las importaciones y reducciones en los viajes al exterior y las remesas de ganancias. Las entradas de IED se redujeron aproximadamente a la mitad hasta los 34.100 millones de dólares, pero cubrieron por completo el déficit en cuenta corriente. Fitch espera un leve deterioro en 2021 dado el repunte del crecimiento proyectado.
Pixabay CC0 Public Domain. GVC Gaesco Gestión apuesta por el ‘value’ antes de que suba la tasa de inflación en los próximos años
Debido a las consecuencias de la pandemia del COVID-19, GVC Gaesco Gestión apuesta por las cotizaciones baratas del momento, especialmente en value. Los expertos de la gestora del grupo han apuntado, en el marco del webinar Los Mercados Postcoronavirus 2021, que habrá una velocidad de recorte del descuento fundamental, especialmente intenso durante el próximo año y medio.
Jaume Puig, CEO y CIO de GVC Gaesco Gestión, ha explicado que “hay inversores que han confundido a la economía del confinamiento con la economía del futuro, como si el futuro consistiera en quedarse en casa”. “El inversor que esperó a invertir a que la primera de las vacunas fuera anunciada, malogró una gran oportunidad de inversión, de la misma forma que quien espere a que las vacunas liberen la presión asistencial médica también lo hará”, ha añadido Puig.
La cuestión clave para la recuperación de la facturación y, por tanto, de las valoraciones de las compañías en el segmento value será la rapidez de la vacunación del primer 25% de la población, el porcentaje sobre el que más incide el virus. Mientras tanto, es un buen momento para invertir en empresas que han recortado los costes, que han hecho en tres meses lo que hubieran hecho en tres años, y que se han asegurado una financiación barata por muchos años.
Esto es de especial importancia, ya que, según Puig, estarán protegidas durante un largo tiempo ante las hipotéticas subidas de los tipos de interés. Las previsiones de GVC señalan que en un plazo de entre tres y cinco años el fuerte aumento adicional de la deuda pública tendrá un precio que será la subida de la tasa de inflación. De hecho, ya en 2021 se está observando esta alza en el petróleo o las materias primas.
Los expertos del grupo han detallado que en cuanto la tasa de inflación se normalice en los próximos años, los bancos centrales difícilmente podrán dejar de subir los tipos de interés en el periodo 2023-2025. “Y una vez suban los tipos de interés, los negocios de contador, como la renta fija o el inmobiliario, se verán perjudicados”, ha explicado Puig. “Ante este escenario, el gran riesgo del inversor actual es el deexigir un coste de capital o WACC demasiado bajo”, ha añadido.
También han participado en el webinar otros gestores de GVC Gaesco Gestión, como Xavier Cebrián, que ha explicado el ejemplo de la compañía JC Decaux, que con sus soportes publicitarios está en muchos enclaves gravemente afectados por el COVID-19, como los aeropuertos. María Morales ha evaluado la renta fija y la búsqueda de oportunidades de inversión en este entorno. Por su parte, Josep Monsó ha repasado las posibilidades de inversión en empresas del sector del transporte y la logística del Gas Natural Licuado (GNL), mientras que Anna Batlle ha expuesto el modelo cuantitativo Media Bias, diseñado internamente y utilizado en los fondos de retorno absoluto, entre otros.
Pixabay CC0 Public Domain. La AEFI crece un 15% en 2020 y se consolida como la principal referencia en el ámbito del Fintech en España
La Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) cerró 2020 con un crecimiento superior al 15% en su número de asociados, hasta alcanzar los 150. Se trata de la única asociación que forma parte de dos alianzas intercontinentales, Alianza Iberoamericana y European Digital Finance Association, de las que además es miembro fundador.
La aprobación del Sandbox en 2020 supuso un verdadero punto de inflexión para el ecosistema, al convertirse en un elemento que puede empujar al Fintech español a situarse como referencia en el continente europeo y foco de atracción para nuevas inversiones y proyectos. El sandbox era una de las grandes reivindicaciones de AEFI, que participó de forma activa en todo el proceso, dándole máxima visibilidad y situándolo en el foco mediático desde sus inicios en 2018, cuando elevó una primera propuesta al, por entonces, ministro de economía, Luis de Guindos.
La evolución de la pandemia provocada por la crisis del COVID-19 obligó a AEFI a realizar un esfuerzo adicional por mantener el servicio a todos sus asociados. Lejos de cesar su actividad y apoyo al ecosistema, la asociación organizó durante la pandemia 15 webinars especializados para asociados, con la participación de más de 600 profesionales, y mantuvo una interlocución permanente con organismos públicos y supranacionales, participando en 12 reuniones y en tres foros internacionales para representar al sector fintech.
Durante los últimos meses, AEFI ha trabajado también con todas sus compañías asociadas para reivindicar el papel de las fintech en la recuperación económica de España tras la crisis provocada por la pandemia, y ha mantenido su compromiso por trabajar en propuestas para mejorar el ecosistema en el escenario de incertidumbre actual, como demostró la presentación del primer libro blanco de wealthtech y del primer libro blanco de paytech.
Rodrigo García de Cruz, presidente de AEFI, señala que “pese a todas las dificultades y obstáculos a los que nos enfrentamos en 2020, será un año recordado por la aprobación del Sandbox que, si se aprovecha bien, puede suponer un impulso definitivo para el ecosistema fintech de nuestro país. Estamos muy orgullosos de haber aportado nuestro granito de arena en su aprobación, es sin duda el ejemplo perfecto de cómo el trabajo conjunto entre administraciones, reguladores, patronales y empresas puede ayudar a situar a España a la vanguardia de la innovación financiera”.
De cara a este nuevo año que acaba de empezar, AEFI seguirá trabajando para colaborar en los distintos procesos regulatorios a nivel nacional y comunitario, para que su diseño y puesta en marcha faciliten el acceso a financiación y nuevos mercados de las compañías de diferentes verticales, aprovechando el espíritu emprendedor e innovador y las magníficas ideas de las compañías fintech españolas.
Buenos ejemplos serán los avances en el reglamento europeo de crowd y el de los mercados de criptoactivos. AEFI también trabajará para acercar el ecosistema a los ciudadanos medios y que las fintech sean parte importante de la reconstrucción económica de España. Para ello tratará de participar en el Consejo Consultivo para la Transformación Digital de los Fondos Europeos. Además, AEFI lanzará en 2021 la iniciativa Fintech Women Mentoring Programme, un programa de mentorización que tiene como objetivo impulsar, ayudar y colaborar con un grupo seleccionado de startups dirigidas por mujeres para fomentar así la aceleración de nuevas empresas tecnológicas en España lideradas por éstas.
Foto cedidaIsabel De Gregorio, gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Itaú. Itaú Corpbanca ha sido incluido en el anuario de sosteniblidad de S&P Global 2021
El banco Itaú ha sido incorporado en el informe Sustainability Yearbook 2021, prestigioso análisis publicado por S&P Global que proporciona un estudio en profundidad sobre la sostenibilidad corporativa, según ha informado la entidad en un comunicado.
El banco fue incluido en este reporte gracias asu desempeño en materias ambientales, sociales y de gobernanza, destacando dentro del 15% superior de la industria bancaria, compitiendo con un número récord de compañías del sector. Asimismo, para ser incorporadas en este anuario, las compañías deben lograr una puntuación entre el 30% de las empresas con mejor performance en su sector en temas de sostenibilidad.
Manjit Jus, Head of ESG Research, S&P Global, se refirió al logro alcanzado por la organización, al señalar que “felicitamos a Itaú Corpbanca por conseguir un lugar en el Sustainability Yearbook 2021. Con más de 7.000 empresas evaluadas, una inclusión en el anuario es una verdadera declaración de excelencia en sostenibilidad corporativa”, comentó el experto.
En efecto, este 2021 se evaluaron organizaciones de todo el mundo, pertenecientes a 61 rubros distintos, que son parte de las evaluaciones de sostenibilidad corporativa global (CSA) consideradas todos los años.
Para Isabel De Gregorio, gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Itaú, la presencia del banco en el informe significa “un impulso continuo para seguir construyendo un banco sustentable, con un sólido compromiso evidenciado en una agenda de inversión sostenible y con foco en las dimensiones social, ambiental y de gobierno corporativo. Sin duda nos enorgullece ser hoy uno de los bancos más sostenibles del mercado chileno y estar también entre los líderes en este ámbito a nivel global”. La ejecutiva enfatizó que todo esto es más valioso aún en un contexto de crisis, donde la responsabilidad corporativa respecto de un retorno sustentable es cada vez más imperativa.
En lo que va del año, Itaú ha alcanzado importantes hitos en el ámbito de la sustentabilidad, como son la reciente incorporación al S&P IPSA ESG Tilted Index de la Bolsa de Santiago y el lanzamiento de dos nuevos fondos ESG vinculados a reconocidas gestoras de inversión mundiales, que fortalecen la cartera de inversión del banco.
A ello se suman otras importantes distinciones logradas durante el año 2020, como la inclusión por segundo año consecutivo en el Dow Jones Sustainability MILA Pacific Alliance Index, y el ser reconocidos como ganadores “Institución ALAS20” en la categoría Inversionistas.
Los países de todo el mundo están anunciando planes agresivos para contrarrestar el cambio climático. Además de entusiasmo, la transición energética resultante de dichos planes ha generado inversiones significativas en vehículos eléctricos, ya que se considera que su papel es crucial en la reducción de la contaminación y nuestra dependencia del petróleo.
Ciertamente, parte del apetito por el petróleo proviene de los coches. Los vehículos de pasajeros representan el 25% de la demanda mundial de petróleo, 25 millones de barriles por día (bpd). Así que los vehículos eléctricos tienen un papel que desempeñar en su reducción. Sin embargo, probablemente serán necesarias décadas para eliminar la flota mundial de vehículos con motores de combustión interna (ICE). Actualmente hay más de 1.400 millones de vehículos ICE en el planeta, y las compras anuales ascienden a unos 100 millones de nuevas unidades1.
Sin duda, los gobiernos pueden tomar medidas para incentivar la adopción de los vehículos eléctricos, y hace tiempo que lo desean. En 2009, el gobierno de Obama puso en marcha el programa «dinero por chatarra», que proporcionó entre 3.500 y 4.500 dólares para cambiar un automóvil más antiguo y de más consumo de combustible por uno nuevo de mayor eficiencia. Este programa resultó ser tan popular que su financiación tuvo que triplicarse hasta llegar a casi 3.000 millones de dólares.
Medidas similares podrían ayudar a acelerar la transición hacia los vehículos eléctricos, pero los planes de incentivos actuales son desiguales: Alemania ofrece 9.000 euros, Estados Unidos 7.500 dólares para los primeros 200.000 modelos vendidos, mientras que China ha reducido recientemente los incentivos. Se necesitará mucho más para alentar su adopción generalizada, sobre todo teniendo en cuenta su relativamente alto precio.
Por todo esto, pensamos quela capacidad de los vehículos eléctricos de impactar en la demanda de petróleo será limitada a corto plazo. Un estudio de la Universidad de Columbia de 2019 sobre todas las proyecciones de vehículos eléctricos disponibles concluyen que su adopción causará una disminución de la demanda de petróleo de menos de 5 millones de barriles diarios para 2040. Así que aunque estos nuevos vehículos son importantes, no van a erradicar nuestra dependencia del petróleo en un futuro próximo.
También tienen sus propios costes ambientales, tanto en la generación de electricidad como en la extensa minería requerida para construirlos. Aparte de los coches, el petróleo está presente en nuestras vidas de muchas maneras. Los petroquímicos -la base de los plásticos y de muchos otros materiales cotidianos- representan 12 millones de barriles diarios, y la aviación y el transporte marítimo otros 12 millones barriles al día. El transporte por carretera utiliza 17 millones, la energía 5 millones y los edificios, 8 millones. Mientras tanto, los usos industriales representan 6 millones, y la combinación de otros usos más pequeños representa otros 17 millones2. Así que para que la demanda de petróleo caiga a cero, tendríamos que librar a la Tierra no sólo de todos los coches de combustión interna, sino también de los camiones, barcos, aviones y un sinfín de aplicaciones industriales y petroquímicas.
No vamos a poder dejar de usar el petróleo por completo en los próximos 40 años; pero ello no debería impedirnos tomar medidas para reducir su uso donde podamos. De hecho, deberíamospensar muy cuidadosamente en las decisiones de inversión que tomamos con respecto a la energía. El tema a largo plazo de asignar capital a las energías renovables a expensas del petróleo y el gas es clave y está relacionado con los importantes objetivos climáticos señalados anteriormente. Este tema se ha visto alentado por el bajo rendimiento de las reservas de energía en los últimos años.
Pero, ¿se ha vuelto menos rentable la inversión en energía por parte de las empresas del sector porque las renovables están reduciendo la demanda de petróleo y gas? En una palabra: no. Entre 2011 y 2019, la demanda mundial de petróleo creció a una tasa constante del 1%-1,5%. Así que debemos buscar en otra parte la causa del bajo retorno del sector. La respuesta está en el ciclo de capital “de auge y caída” que ha impulsado la oferta de petróleo desde 1859, cuando se vendió el primer barril de petróleo.
En 2008, cuando el petróleo se vendía a 120 dólares por barril y los tipos de interés estaban bajando, el capital se destinaba a un nuevo avance tecnológico: el petróleo de esquisto (shale) de EE.UU. Pero como en muchos booms de inversión, se asignó demasiado dinero, por lo que estas inversiones sembraron las semillas de su propia desaparición.
Recientemente, los productores de petróleo se han centrado en la generación de flujo de efectivo libre y de beneficios en lugar de en el crecimiento de la producción a cualquier coste. Esta disciplina de capital, junto con el sentimiento negativo de los inversores, marca el mínimo de un ciclo de inversión, no el máximo.
Aunque debido a la falta de demanda generada por el virus, la OPEP y Rusia siguen teniendo un gran suministro de petróleo sin usar, también es cierto que la industria petrolera se ha caracterizado en los dos últimos años por una inversión insuficiente en nuevos proyectos de capital. Una vez que el suministro de petróleo se haya reducido, los productores que puedan sobrevivir a esta crisis comenzarán a aumentar sus beneficios.
Las preocupaciones medioambientales ocupan el núcleo de nuestro pensamiento de inversión. La clave radica en un análisis reflexivo sobre el camino que está llevando la transición energética. Como parte de este análisis debemos separar el ciclo de inversión «normal» de auge y caída de las tendencias a largo plazo y de las implicaciones de la transición energética. Los vehículos eléctricos podrían ser un capítulo del libro sobre la eventual desaparición de la industria petrolera, pero no protagonizarían toda la historia. La industria petrolera seguirá siendo una parte vital y necesaria de la economía mundial durante las próximas décadas.
Tribuna de Robert Minter, estratega de inversión en Aberdeen Standard Investments
. Allfunds Blockchain y ConsenSys se asocian para desarrollar la tecnología blockchain en la industria de fondos
Allfunds Blockchain, la rama tecnológica de Allfunds lanzada en septiembre de 2020, ha anunciado un acuerdo con ConsenSys, firma especializada en software ethereum, para impulsar la tecnología blockchain en la industria y en particular en la distribución de fondos.
Según explican desde Allfunds, históricamente, la operativa tradicional entre entidades financieras, intermediarios y sistemas de pagos ha sido compleja. Por ello considera que la llegada de la tecnología blockchain y su implementación puede revolucionar todos estos procesos y “reducir drásticamente” los tiempos de distribución, pero también la ejecución y liquidación de los vehículos de inversión, además de facilitar el cumplimiento de la normativa al proporcionar pistas de auditoría. “A la vez que proporcionar un sistema seguro para los diferentes agentes que participan de todo este proceso”, añaden desde la compañía.
A través de este acuerdo, ConsenSys y Allfunds Blockchain combinarán las soluciones técnicas de Allfunds y ConsenSys Quorum para impulsar la plataforma de la industria de fondos de Allfunds. Además, las compañías trabajarán de forma conjunta para desarrollar y fomentar aún más la Solución Técnica Blockchain de Allfunds, en combinación con ConsenSys Quorum, y un protocolo de código abierto para desarrollar con ethereum.
“Estamos encantados de asociarnos con ConsenSys para llevar esta revolucionaria solución blockchain a un mercado más amplio. Gracias a la experiencia de ConsenSys, los clientes de Allfunds Blockchain se beneficiarán de un producto blockchain verdaderamente único. Seleccionamos ConsenSys Quorum para ser nuestro protocolo de blockchain empresarial debido a su significativa adopción en blockchain empresarial y al continuo desarrollo y apoyo que ConsenSys proporciona. Este es otro paso importante en la evolución de apuesta por la tecnología de Allfunds Blockchain», explica Rubén Nieto, director general de Allfunds Blockchain.
Por su parte, Madeline Murray, jefa de producto de ConsenSys Quorum, ha destacado su satisfacción por la oportunidad de crecimiento que supone para la firma. “Estamos satisfechos del interés que ha supuesto el protocolo Ethereum empresarial de código abierto construido para simplificar el uso de blockchain empresarial. Esta asociación con Allfunds facilitará aún más la adopción global de blockchain para la industria de fondos y enriquecerá el ecosistema con innovaciones técnicas adecuadas para casos de uso de privacidad avanzados”, ha añadido.
Pixabay CC0 Public Domain. La rápida recuperación de los mercados de renta variable en 2020 evitó un éxodo hacia estrategias de gestión activa
Los fondos de gestión pasiva capearon la volatilidad del mercado en 2020. En opinión de Cerulli Associates, tal y como recoge en su último número de The Cerulli Edge-European Monthly Product Trends Edition, haber logrado lidiar con la volatilidad pone más presión para que los gestores activos ofrezcan rendimientos más atractivos y consistentes, y frenar la pérdida de cuota de mercado de los fondos de gestión activa.
Según contextualiza el documento, cuando se hizo evidente que el COVID-19 se estaba extendiendo por todo el mundo, los mercados mundiales de renta variable cayeron más de un 30% en marzo, lo que provocó una volatilidad sin precedentes para los fondos que siguen índices, así como para muchas inversiones pasivas. De hecho, ambos tipos de estrategias registraron salidas netas durante aquel mes, hace ya casi un año. Sin embargo, mientras que los fondos activos perdieron el 3% de los activos gestionados a principios de año, sus homólogos de gestión pasiva sólo perdieron el 1%, según los datos de Cerulli.
«Aunque las caídas del mercado bursátil a principios de 2020 pusieron a prueba las estrategias pasivas, la rápida recuperación de los mercados mundiales de renta variable eliminó el riesgo de que se produjera un éxodo hacia vehículos de gestión activa. Desde Cerulli esperamos que los fondos pasivos sigan ganando cuota de mercado en 2021″, afirma Fabrizio Zumbo, director asociado de análisis de gestión de activos y patrimonios en Europa de Cerulli Associates.
Los datos muestran que las entradas netas hacia fondos pasivos han aumentado de forma constante en los últimos años. En respuesta a esta tendencia, en lugar de enfrentar las estrategias activas a las pasivas en la construcción de carteras, la industria de inversión ha pasado a respaldar más ampliamente un enfoque que combina ambas. Sin embargo, los productos pasivos siguen ganando terreno, ayudados por un historial de rendimiento superior y la reducción de las comisiones.
Zumbo espera que la creciente demanda de inversiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) impulse la demanda de fondos tanto activos como pasivos. Los activos de los fondos ETFs ESG han crecido rápidamente en los últimos cinco años: de 2015 a 2019, los activos de fondos de inversión gestionados activamente crecieron a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 15%, los activos de fondos indexados crecieron a una tasa CAGR del 34%, y los activos de ETFs al 72%.
Además, en gran medida, los inversores institucionales han impulsado el crecimiento de los activos de inversión responsable en Europa. Según estimaciones Cerulli, desde 2015, el total de activos de ISR de inversores institucionales, incluidos los mantenidos en fondos de inversión y ETFs, ha crecido un 16,8% anual hasta superar los 5 billones de euros (6,7 billones de dólares). Respecto al mercado de inversión minorista, los fondos de inversión y los ETFs domiciliados en Europa superaron el billón de euros en activos ESG en agosto de 2020. Una tendencia de crecimiento que también está respaldada por las gestoras. De hecho, el 57% de los emisores de ETFs en Europa que Cerulli encuestó identificaron el desarrollo de productos de ETFs ESG como una prioridad principal de su negocio en los próximos dos años.
Desde la firma explican que las inversiones ESG han favorecido a los gestores activos, además su enfoque de integración de estos criterios está evolucionando pasando desde la simple exclusión a una interpretación más sistémica e integral. Esto sitúa la visión ESG en una posición nuclear dentro del negocio de gestión con ejemplos tan prácticos y concretos como la incorporación de estos criterios en la toma de decisiones de inversión o su empleo para evaluar riesgos o en la búsqueda de rentabilidad.
“Sin embargo, los fondos pasivos están ganando cada vez más terreno en este ámbito. Los activos de ETFs de renta variable ESG pasivos crecieron a una tasa CAGR del 32% desde 2015 hasta finales de 2019 y los activos de fondos de renta variable ESG de gestión activa lo hicieron al 17%, durante este mismo periodo”, destacan desde Cerulli.
Foto cedidaJohn Stopford, gestor de la estrategia Global Multi-Asset Income en Ninety One. John Stopford, gestor de la estrategia Global Multi-Asset Income en Ninety One
Según explicó John Stopford, gestor del fondo Global Multi-Asset Income en Ninety One, son tres los factores que contribuyeron a que la estrategia consiguiera de nuevo unos rendimientos positivos en un entorno de mercado tan complejo como el de 2020. En primer lugar, el equipo gestor de Ninety One selecciona títulos desde una perspectiva ascendente buscando aquellas empresas que muestran unos ingresos resilientes.
La capacidad de hacer frente al pago de dividendos y cupones de muchas empresas se vio desafiada por el gran impacto sufrido con la crisis de la pandemia del COVID-19. Sin embargo, la estrategia de Ninety One no sufrió unos fuertes recortes en los dividendos de las posiciones de la cartera, gracias a su mayor exposición a empresas con ingresos resilientes. En segundo lugar, el equipo gestor busca siempre una cartera que esté correctamente diversificada. En unos mercados que atraviesan turbulencias, esto es especialmente importante, asegurándose no solo tener exposición a activos de crecimiento, sino también posiciones más defensivas. A principios de 2020, la cartera ya estaba posicionada con un sesgo relativamente defensivo, pero se hizo aún más defensiva conforme avanzó el año y se centraron en la gestión del riesgo a la baja.
En concreto, en febrero y marzo, redujeron el riesgo de la cartera de forma muy significativa, llegando a posicionarse con una exposición neta en renta variable del 6% o 7%. En tercer lugar, la gestión del riesgo es clave para el equipo gestor. Saber cuándo tomar una menor o mayor exposición al riesgo es clave para poder aprovechar las oportunidades que el mercado presenta. Claramente, el mercado mostró unas dislocaciones extremas, en particular en el área de renta fija con grado de inversión.
La exposición al crédito
El gestor indicó un ejemplo de cómo había gestionado la exposición al crédito de la cartera. En sus posiciones de grado de inversión, que términos de rentabilidad ajustada al riesgo tuvieron un comportamiento mucho peor que la renta variable durante las oleadas de ventas, Johnson & Johnson, una empresa con una calificación crediticia de AAA y que por su posicionamiento en el sector sanitario se puede beneficiar enormemente durante la crisis de la pandemia, sufrió ventas masivas en sus bonos porque los inversores estaban buscando liquidez.
Los bonos de Johnson & Johnson con un vencimiento mayor bajaron significativamente en precio, incluso cuando los bonos del Tesoro estadounidense repuntaron. Esto representó algo de problema durante el mes de marzo, porque en una cartera defensiva estaban posicionados de forma significativa en estos bonos. Sin embargo, supieron tomar ventaja de esta situación, incrementando la exposición de la cartera, primero a deuda de grado de inversión con un vencimiento en el largo plazo y después aumentando las posiciones en deuda high yield de empresas con apuros conforme vieron que los efectos del COVID-19 en la economía serían temporales. Este cambio de posicionamiento se produjo a mediados de abril y mayo, después de haber tomado posiciones muy defensivas a finales de marzo.
En el crédito con grado de inversión, no cambiaron tanto el porcentaje de la cartera, como la exposición a la duración, pasando de una duración de aproximadamente un año a una duración 1,7 años (un incremento del 70% en duración). Mientras que en la exposición a la duración de la deuda high yield, se mantuvo más o menos estática en torno a los 4 o 5 años. Comenzaron el año con una ponderación del 6% en la cartera y lo terminaron con un peso del 15%. De forma colectiva, más que incrementar el riesgo a través de una mayor exposición en renta variable, que varió de un 7% a casi un 20% de exposición neta de la cartera, incrementaron su exposición a los activos de crecimiento a través del crédito, porque para el equipo gestor de la estrategia Global Multi-Asset Income era donde había un mayor número de oportunidades en términos de precio como resultado de las dislocaciones del mercado provocadas por la pandemia en marzo.
Deuda en mercados emergentes
Los mercados emergentes de deuda suelen percibirse como activos de riesgo. Sin embargo, en Ninety One tienden a centrarse en títulos con una menor duración denominados en moneda local con una cobertura con la divisa base de la cartera. De esta manera, la cartera no se ve expuesta tanto a riesgo de tipo de cambio, sino al riesgo en los cambios en los tipos de interés.
Muchos de los mercados emergentes fueron capaces de recortar sus tasas de interés gracias a que los principales bancos centrales a nivel global redujeron sus tipos de interés. Al contrario que en muchos mercados desarrollados, los bonos con un vencimiento a medio o largo plazo siguen ofreciendo unos rendimientos razonables, sin necesidad de incurrir en un riesgo de cobertura muy alto.
Un retorno total atractivo, con una menor volatilidad y riesgo a la baja
Una de las características más importantes para John Stopford es la capacidad de ofrecer unos rendimientos consistentes en el tiempo con un bajo nivel de riesgo. Desde su fecha de lanzamiento, la cartera ha sido capaz de mantener una máxima caída del 7,4%, mientras que el índice de renta fija Bloomberg Barclays Global Aggregate, que presenta el desempeño de la deuda con grado de inversión, y el índice MSCI All Country World Index, que representa el comportamiento de la renta variable global, experimentaron una caída máxima del 7,7% y 21,4%, respectivamente.
¿Por qué quisiéramos mantener una cartera defensiva cuando se espera un repunte del crecimiento?
Según especificó Stopford, vivimos en un mundo de máximos contrastes en los que hay fuerzas masivas en acción. Esto ha llevado a mercados que están frecuentemente al alza, pero que con más frecuencia experimentan caídas. En la última década, desde la crisis financiera global, existen varias tendencias que están minando el potencial del crecimiento, como la demografía, el alto nivel de deuda, la desigualdad de clases, el cambio tecnológico, a la vez que los bancos centrales y las autoridades políticas que intentan rescatar la economía con nuevos paquetes de estímulo.
Con estas políticas se crean unos entornos de mercado en los que hay un alto potencial al alza, pero también una mayor frecuencia en las correcciones. Esto se ha visto en 2020, en 2018, en 2015, en 2016 y en 2011. Y el tipo de movimientos que se han visto en los mercados en su conjunto es que los mercados han aumentado en su totalidad. Pero puede que haya una parte de los inversores que necesite que su rendimiento sea más predecible, pero el mundo en el que vivimos es altamente impredecible.
Si es cierto que se esperan buenos augurios en el conjunto de las clases de activos, pero una gran parte de estas expectativas ya se encuentra en el precio. La renta variable sigue creciendo a pesar de que estamos saliendo de una recesión. Hay un alto nivel de especulación en el mercado, los participantes del mercado han regresado a unos altos niveles de optimismo en el mercado de renta variable, existiendo un alto potencial por un episodio de caídas a la baja. Según Stopford, los mercados siguen siendo frágiles, por ello, una cartera defensiva es la mejor forma de ataque.