Pixabay CC0 Public Domain. State Street adquiere el negocio de servicios a inversores de BBH por 3.5000 millones de dólares
State Street Corporation y Brown Brothers Harriman han anunciado que han llegado a un acuerdo definitivo para que State Street adquiera el negocio de servicios a inversores de BBH, que incluye sus servicios de custodia, contabilidad, administración de fondos, mercados globales y tecnología, por 3.500 millones de dólares en efectivo.
Tras la transacción, BBH seguirá siendo propietaria y operando de forma independiente sus negocios separados de banca privada y gestión de activos. Según han explicado ambas compañías, el objetivo es que la compra se complete a finales de 2021, aunque la operación todavía está sujeta a las correspondientes aprobaciones regulatorias y a las condiciones de cierre habituales.
Esta operación permitirá a State Street avanzar en su estrategia como proveedor de soluciones de gestión de activos a nivel mundial, además fortalecerá su competitividad y ampliará su actual cobertura geográfica y experiencia de cliente. “El sector de servicios de inversión goza de unos sólidos fundamentos, ya que el crecimiento mundial de los activos financieros impulsa los ingresos del sector. La combinación con BBH Investor Services nos ayuda a consolidar nuestra posición como innovadores y líderes del sector. Estamos mejorando nuestra posición de liderazgo en toda una serie de servicios, aumentando nuestra posición en una serie de mercados clave, incrementando las relaciones con muchos de los principales gestores y propietarios de activos a nivel mundial, y aumentando nuestras capacidades y escala. Además, BBH Investor Services nos aporta un fuerte talento, incluyendo la excelencia en el servicio y la calidad de ejecución líderes en la industria”, ha señalado Ron O’Hanley, presidente y CEO de State Street Corporation.
Por su parte, BBH Investor Services es un gestor global de activos con un relevante historial frente a sus clientes y una profunda experiencia en activos transfronterizos, alternativos, ETFs y otras clases de activos de alto crecimiento. A 30 de junio de 2021, BBH Investor Services tenía 5,4 billones de dólares en activos bajo custodia (AUC), que se suman a los 31,9 billones de dólares en AUC de State Street.
“Hemos tomado esta decisión después de considerar cuidadosamente el panorama actual y futuro de la industria global de servicios de valores, incluyendo la mejor manera de apoyar e innovar para la creciente amplitud y complejidad de los requisitos de servicio de nuestros clientes. State Street es el socio ideal: una empresa que comparte nuestros valores fundamentales de servicio al cliente inigualable, integridad, confianza y un compromiso a largo plazo con la sostenibilidad”, ha apuntado Tyree, socio gerente de BBH.
Tras el cierre de la transacción, los empleados de BBH Investor Services se incorporarán a State Street y su equipo de alta dirección pasará también a State Street. Seán Páircéir, actual socio y director global de Investor Services en BBH, se incorporará al Comité de Dirección de State Street.
Los detalles de la transacción
“La adquisición crea un valor significativo para los accionistas al aumentar el potencial de crecimiento de los beneficios de State Street y su objetivo de margen antes de impuestos a medio plazo. Como resultado del crecimiento previsto de los beneficios de esta transacción, State Street tiene ahora como objetivo un aumento del margen antes de impuestos del 31%”, indican desde State Street.
Tras el cierre, se ofrecerá a los accionistas de State Street la posibilidad de “obtener importantes beneficios gracias a las sinergias de gastos, estimadas en su totalidad, de 260 millones de dólares en el tercer año, como resultado de la eficiencia de los sistemas operativos y la infraestructura, así como de la consolidación de los gastos generales”, explican desde la compañía.
Además, State Street ha realizado una estimación de 35 millones de dólares de EBIT procedentes de las acciones de balance conocidas y 40 millones de dólares de EBIT procedentes de las sinergias de ingresos netos estimadas en Investment Servicing y Global Markets en el año.
Según ha indica, State Street espera que la transacción se financie principalmente mediante la emisión de capital ordinario, la suspensión de la recompra de acciones ordinarias antes de reanudarla durante el segundo trimestre de 2012, y el efectivo disponible. Se espera que la adquisición tenga un efecto positivo sobre los beneficios por acción en el primer año.
El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) nos ha dejado un crítico recordatorio este 9 de agosto. Su último informe nos confirma la verdadera dimensión de la emergencia climática a la que nos enfrentamos: un código rojo para la humanidad.
A menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan rápidamente y a gran escala, limitar el calentamiento global a 1,5 ºC será un objetivo inalcanzable. Los expertos nos advierten que tal incremento en la temperatura podría alcanzarse ya en 2040, si no antes.
En tal escenario, fenómenos meteorológicos y climáticos extremos afectarán a todas las regiones del mundo sin excepción. Desde Cancún, afectado por 2 huracanes en 2020, Turquía, recientemente asolada por incendios y la vecina Texas, donde las tormentas invernales provocaron la crisis energética de febrero.
Las empresas de bienes raíces vivimos estos riesgos de manera directa, puesto que afectan nuestra operación y los ingresos que de ella derivan. Nuestro portfolio de 661 propiedades y 10 millones de metros cuadrados, no se escapa a la adversidad de los fenómenos meteorológicos extremos y tenemos identificados los riesgos a los que nos enfrentamos que son riesgos físicos y riesgos de transición.
En estos diez años de existencia hemos visto muchos cambios en nuestra industria. Hemos comprobado en nuestra propia piel que la ciencia climática no se equivoca. Sin embargo, en México no siempre se cae en la cuenta de que todo riesgo climático también ofrece oportunidades.
Así nos lo demuestran las recomendaciones del TCFD, creado en el seno del Financial Stability Board y con el apoyo de Michael Bloomberg. Si las empresas de Bienes Raíces alineamos nuestro reporte financiero al marco conceptual del TCFD podrán identificar qué bienes de su portfolio están bajo más presión y priorizar qué medidas deben emplear al respecto.
De este modo, no solo podemos mitigar los impactos climáticos en el portfolio sino también cuantificar y monetizar otros riesgos derivados como la reparación o el lucro cesante por potenciales cierres de actividad económica.
El sector de las FIBRAS, aparte de riesgos físicos, está sometido también a riesgos de transición o regulatorios. La infraestructura que ya está construida, es responsable del 40% de las emisiones globales, lo cual implica una mayor presión regulatoria para mejorar la eficiencia energética y la huella de carbono de los edificios. Tales riesgos pueden gestionarse mejor con la ayuda del TCFD.
Entre las oportunidades que ofrece el reporte alineado con el TCFD está el análisis de vulnerabilidades. Por ejemplo, cuando adquirimos nuevas propiedades. El TCFD puede beneficiar el proceso de decisión y negociación de forma crítica, pues ayuda a entender mejor el precio y valor en la compraventa de bienes.
Inicialmente han sido los inversionistas internacionales quienes han hecho más hincapié en el uso del TCFD para integrar la cuestión climática en los estados contables de las empresas. No obstante, los actores nacionales también han empezado a incrementar su nivel de exigencia, incluidos los organismos supervisores.
El proceso de adopción e implementación del TCFD no está exento de desafíos, pero la perseverancia acaba por traer recompensas, al ser la empresa de bienes raíces más grande de Latinoamérica, tenemos inversionistas que evalúan nuestras prácticas de sostenibilidad y TCFD nos ha permitido responder a sus necesidades y lo que a ellos les interesa en términos de cambio climático. Durante este proceso, nuestra experiencia nos dice que los equipos de sostenibilidad y los equipos financieros suelen tender puentes y crear un lenguaje común que cohesiona internamente a las organizaciones.
Las empresas de bienes raíces estamos inmersas en la década de la acción climática y para estar a la altura de las circunstancias una estrategia empresarial alineada con el TCFD puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Por Ana Karen Mora, directora de Sostenibilidad, FIBRA UNO
Pixabay CC0 Public DomainChristian Burri. Christian Burri
El metano puede ser más peligroso que el dióxido de carbono en lo que respecta a los gases que provocan el calentamiento global, y las vacas usadas en la producción de carne y productos lácteos son responsables de gran parte del problema. Según Gita Bal, responsable global de análisis de renta fija en Fidelity International, varios métodos novedosos y pioneros para evitar o reducir las emisiones del ganado están llamando la atención de los inversores centrados en la sostenibilidad.
Una amenaza (no tan) silenciosa
Aunque el CO2 recibe más atención entre los gases de efecto invernadero, el metano es el responsable de alrededor del 30% del calentamiento global. Sin embargo, también brinda una oportunidad única para combatir el cambio climático. Mientras que las emisiones de CO2 permanecen en la atmósfera durante siglos, el metano prácticamente desaparece al cabo de una década: recortar por tanto las emisiones de metano puede traducirse en una reducción del ritmo de calentamiento del planeta más inmediata que fijarse en el CO2.
Un informe de la ONU sobre el problema del metano en el mundo publicado en mayo pasado concluyó que una reducción del 45% de las emisiones prevendría alrededor de 260.000 muertes prematuras al año y 73.000 millones de horas de trabajo perdidas a causa del calor extremo. También ayudaría a evitar casi 0,3 grados centígrados de calentamiento global en 2045.
No existen respuestas sencillas
Los grandes productores de carne y lácteos son conscientes del impacto medioambiental de sus actividades y han estado trabajando en diferentes grados para mitigarlo. Pero aquí se debate cuál es el mejor enfoque en varios frentes. Por ejemplo, la mayor parte de los productores de ternera de la Unión Europea y Brasil suelen preferir el bovino alimentado con hierba, mientras que los cereales se utilizan con mayor profusión en EE.UU. La fermentación entérica de hierba produce menos metano que los cereales en líneas generales. Por otro lado, en Brasil, por ejemplo, los pastos para la cría de ganado se han creado a menudo talando selvas. No existen respuestas fáciles y en algunos casos todo se reduce a alcanzar equilibrios entre la biodiversidad y el uso del agua, por ejemplo.
Soluciones innovadoras
Varias empresas están siendo pioneras en el desarrollo de soluciones innovadoras para capturar o reducir el metano del ganado. La empresa suiza Mootral ha desarrollado un aditivo natural para el pienso de las vacas que incorpora extractos de ajo y limón y que, según la compañía, puede reducir las emisiones de metano hasta un 38% en aplicaciones agrarias reales.
Uno de los productos que más cerca está de la fase de comercialización es Bovaer, un aditivo para el pienso desarrollado por la multinacional holandesa DSM. Un cuarto de cucharadita al día puede reducir las emisiones entéricas de metano alrededor de un 30% de acuerdo con la empresa, que cotiza en el mercado Euronext de Ámsterdam.
En un plano más sugestivo, Restaurant Brands International, la propietaria de Burger King, lanzó el año pasado una versión de su Whopper en una selección de restaurantes estadounidenses que estaba elaborada con lo que la empresa promocionada como “vacuno con menos emisiones de metano”. La cadena de restaurantes señaló que al añadir hojas secas de citronela al pienso que comían diariamente las vacas, se podían reducir las emisiones medias de metano alrededor de un tercio durante los últimos 3-4 meses de su vida (la fase de engorde antes de ser llevadas al matadero). Estas afirmaciones fueron acogidas con escepticismo, pero la promoción que realizó Burger King, incluyendo un videoclip en el que aparecía el cantante Mason Ramsey saliendo de las posaderas de una vaca para cantar sobre la amenaza que supone el metano para el clima, atrajo ciertamente atención sobre el problema.
Muchas oportunidades prometedoras se encuentran en sus etapas iniciales, pero se necesitan más acciones para que los esfuerzos de reducción del metano cobren impulso de una forma más significativa. A este respecto, cabe citar la sensibilización de los consumidores sobre el problema del metano de una forma que se traduzca en elecciones más informadas en relación con la dieta. También supone realizar más avances científicos y tecnológicos, tanto en aditivos para piensos como en métodos de captura del metano, que puedan reducir los costes y mejorar las perspectivas de comercialización y adopción por parte de la industria cárnica y láctea. En la batalla contra el cambio climático, el metano de las vacas es un gas contaminante que no podemos dejar que se nos escape.
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Pixabay CC0 Public Domain. BlackRock amplía la gama de ETF de renta fija de iShares con un nuevo fondo UCITS ESG
BlackRock ha anunciado el lanzamiento del fondo iShares Global Aggregate Bond ESG UCITS ETF (AGGE), una estrategia diseñada para apoyar los requisitos de los inversores para una versión ESG del iShares Core Global Aggregate Bond UCITS ETF.
Según la gestora, el aumento de la demanda de los inversores para incorporar los factores ESG en sus carteras de renta fija sigue impulsando la transición de los ETFs de renta fija tradicionales hacia exposiciones sostenibles, lo que explica este nuevo lanzamiento.
El fondo, que replica el índice Bloomberg MSCI Global Aggregate Sustainable and Green Bond SRI, ofrece una exposición amplia y diversificada al mercado global de bonos en 70 países y más de 30 divisas. Además, ofrece un perfil de sostenibilidad mejorado en comparación con el índice Bloomberg Global Aggregate, al tiempo que trata de mantener un perfil riesgo/retorno similar.
Según explica la gestora, el índice adopta el mejor enfoque de su clase en cuanto a inversión sostenible, incorporando una serie de criterios ESG y de implicación empresarial, además de excluir a los emisores con una calificación MSCI ESG inferior a BBB. También se excluyen los bonos soberanos y los relacionados con gobiernos sancionados por la ONU, lo que da lugar a un universo de bonos de 20.000 valores frente a los 27.000 del índice principal. Además, el índice también pretende lograr un impacto medioambiental medible mediante la asignación de al menos un 10% de su valor de mercado a valores clasificados como bonos verdes.
“A medida que se acelera el cambio hacia la inversión sostenible, hemos observado una fuerte demanda, de todos los segmentos de clientes, de una exposición global sostenible. Muchos inversores que están modificando sus asignaciones de renta fija están adoptando la indexación debido a la diversificación, la transparencia y la eficiencia que ofrecen los ETFs. Creemos que el ETF iShares Global Aggregate Bond ESG satisface las necesidades de los inversores de contar con un bloque de inversión de renta fija global diversificado, al tiempo que ofrece características sostenibles mejoradas”, ha señalado Brett Olson, responsable de renta fija de iShares en EMEA para BlackRock.
La gestora insiste en que el fondo ofrece a los clientes una forma rentable de acceder instantáneamente al mercado mundial de bonos, ya que los inversores pueden acceder a casi 20.000 bonos de 3.000 emisores a través de una única operación con una ratio de gastos del 0,10%. AGGE también se ofrece en múltiples clases de acciones con cobertura de divisas.
Este lanzamiento respalda la expectativa de BlackRock de que el 70% de sus lanzamientos y reposiciones de fondos en Europa en 2021 cumplan con el artículo 8 o 9 del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea.
EFPA España ha alcanzado un acuerdo de colaboración con Singular Bank,por el que ambas entidades se comprometen a fomentar el asesoramiento de calidad y la formación continua de los profesionales, mediante la organización de cursos, conferencias y seminarios válidos para las recertificaciones de EFPA European Investment Assistant (EIA),European Investment Practitioner (EIP),European Financial Advisor (EFA),European Financial Planner (EFP)y la Certificación EFPA ESG Advisor, plenamente adaptadas a los requerimientos que impone ESMA y la CNMV, tras la puesta en marcha de la directiva comunitaria MiFID II.
Singular Bank colaborará y dará apoyo al trabajo de formación continua de EFPA España para renovar la cualificación y las certificaciones profesionales de los asesores financieros, así como en otras acciones organizadas por la asociación. De igual modo, EFPA España se implica con la entidad a contribuir en la difusión de las actividades que incrementen la presencia de las novedades en el ámbito de la gestión de carteras y la contratación de instrumentos financieros. Gracias a este acuerdo, EFPA suma ya 81 entidades colaboradoras, entre las que se encuentran las principales entidades bancarias y gestoras de fondos nacionales e internacionales.
Santiago Satrústegui, presidente de EFPA España, señala que “la colaboración con una firma del prestigio de Singular Bank consolida el objetivo de EFPA España de establecer sinergias con entidades de referencia para seguir fomentando la formación continua de los profesionales y la máxima cualificación como el mejor camino para ofrecer un servicio de asesoramiento financiero de excelencia a los clientes”.
Por su parte, Victoria Torre, responsable de Comunicación de Singular Bank, indica que “en Singular Bank, uno de nuestros pilares fundamentales ha sido, desde nuestros inicios, la educación financiera: de nuestros clientes, de nuestros empleados… Por eso, esta colaboración es especialmente importante para nosotros, porque nos ayuda a dar un paso más en nuestro objetivo de aportar nuestro grano de arena en el importante reto de mejorar la educación financiera de la sociedad”.
El mercado de bonos verdes soberanos es todavía pequeño, tanto en términos de títulos en circulación como de demanda de los inversores. Pero en los últimos tiempos la demanda y la oferta se han disparado. Con respecto a esta última, cada vez son más los países, las instituciones y las empresas que se deciden a emitirlos.El Gobierno español acaba de dar el paso y ha inaugurado sus emisiones, lanzando bonos verdes con un horizonte a 20 años. Los expertos consideran que tiene todo el sentido, en línea con las iniciativas de otros países europeos, con las metas climáticas marcadas y también alentado por el apetito inversor.
“La operación ha sido ampliamente anunciada y es una de las primeras emisiones de bonos verdes soberanos en 2021, incluidos los bonos verdes de Italia la pasada primavera y las próximas operaciones del Reino Unido y la UE. El timing de las operaciones en 2021 tiene sentido”, comenta Mitch Reznick, Head of Sustainable Fixed Income, del negocio internacional de Federated Hermes. “España entra ahora en este mercado tras Francia, Alemania e Italia, entre otros, mientras que otros grandes emisores soberanos, como EE.UU. y Reino Unido, aún no se han estrenado en este mercado”, recuerdan desde Scope Ratings.
“Esta emisión se produce en el contexto de una importante oferta por parte de países de la UE, y también de fuera de la UE. A lo largo de septiembre esperamos, en concreto, sendas emisiones inaugurales en el Reino Unido y Colombia, así como una subasta en Alemania que se enmarcará en un programa de emisiones ya establecido”, recuerda también Ronald Van Steenweghen, gestor de fondos de renta fija de DPAM. En su opinión, cabe esperar volúmenes récord en los próximos meses, cuando la Unión Europea lance su primer bono verde.
«Dentro de la estrategia de financiación del Tesoro Español, supone un hito al ser la primera emisión “verde”, emitida por España», comenta Luis Cotillas, Director del Departamento de Renta Fija de Beka Finance. Para que se le pueda asignar esta etiqueta de ‘verde’, hay que cumplir una serie de requisitos supervisados por una o varias agencias cualificadas que vigilan que el destino de los fondos recaudados se aplicará a promover el crecimiento de la “economía verde” y/o sostenible: «Era obligado que España emitiera un bono verde a la mayor brevedad, ya que los inversores institucionales cada vez asignan más peso a los activos verdes y ESG, en sus carteras», defiende.
Los objetivos climáticos
La emisión cumple objetivos climáticos, por un lado, y es compatible con la demanda de los inversores, por otro. “La primera emisión de bonos verdes de España (aplazada a este año tras la crisis del COVID-19) forma parte de la estrategia de financiación del país para alcanzar sus objetivos climáticos”, dice Giulia Branz, analista de Scope Ratings. Para Branz, desde el punto de vista del crédito, el aumento del seguimiento del mercado y los requisitos de información relacionados con los marcos de financiación verde que deben cumplir los emisores para este tipo de emisiones, pueden contribuir positivamente a la planificación presupuestaria a largo plazo de los riesgos relacionados con la ASG, incluso en torno a las inversiones para hacer frente al cambio climático y la transición a una economía más sostenible.
“Los firmantes del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático en la COP21 querrán mostrar los progresos que están haciendo en sus compromisos sobre el cambio climático antes de la COP26 en noviembre”, asegura Reznick.
“Es alentador que los criterios de selección de las diferentes categorías del marco se ajusten a los umbrales descritos en la Taxonomía de la UE y que las categorías estén claramente vinculadas a los Objetivos de la UE. Este marco de bonos verdes excluye también de entrada una amplia variedad de actividades que suscitan controversia (exploración, investigación y explotación de combustibles fósiles; generación de energía por fisión nuclear; generación eléctrica cuyas emisiones superen los 100 gramos de CO2/kWh; ganadería intensiva; sectores de bebidas alcohólicas y tabacaleras, juegos de azar, producción y contratación armamentística, así como minería”, añaden desde DPAM.
“La emisión de deuda verde por parte del Tesoro continúa la tendencia marcada por otros países como Alemania, Italia, Francia, o Países Bajos, y precede a la emisión anunciada por la Comisión europea en el marco del plan Next Generation. La apuesta de Europa por la transición energética y la lucha del cambio climático requiere de grandes cantidades de financiación (Morgan Stanley estima que la financiación del cambio climático costaría unos 48 billones de dólares). Sin duda, este viento de cola unido al apetito de los inversores, es lo que hace que la emisión de bonos verdes haya batido nuevos récords en 2021, con emisiones por importe de 200.000 millones de dólares», recuerda Ana Guzmán, directora de inversiones de impacto en Portocolom AV.
«El bono verde está integrado en la agenda de acción climática de España, basada en dos pilares: el Marco Estratégico de Energía y Clima; y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Grupo de Trabajo interministerial creó el Marco de Bonos Verdes que se encuentra totalmente alineado con los Principios de Bonos Verdes de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (actualización 2021) y buscará la mejor manera de incorporar al marco el contenido de la Norma de Bonos Verdes de la UE que se está desarrollando», destaca Matteo Merlin, Head of Green and Sustainable Finance de Eurizon.
Una potente demanda
Y la demanda también justifica este paso del estado español: “Al mismo tiempo, hay mucha demanda para un acuerdo inaugural de este tipo e incluso puede suponer un pequeño «greenium» para España, ya que el mercado de financiación sostenible ha crecido a un ritmo récord. El plazo de vencimiento es coherente con acuerdos anteriores de Italia, Francia y Alemania”, añaden en Federated Hermes.
“Esperamos que el bono de 5.000 millones de euros encuentre un gran apetito por parte de la creciente comunidad de inversores interesados por la ASG, en línea con los datos iniciales de demanda, y también con lo visto en las recientes operaciones de otros emisores soberanos homólogos, registrando tasas de sobresuscripción muy elevadas. Un buen historial de emisiones exitosas en estas condiciones podría ayudar a mejorar aún más el perfil crediticio, ampliar la base de inversores, atraer a los inversores de largo plazo y ampliar el vencimiento medio de la deuda”, asegura Branz.
En este sentido, en la emisión y compra han participado inversores como Eurizon: «Desde el punto de vista del inversor, el compromiso del emisor con las mejores prácticas y la voluntad de divulgar información al mercado es uno de los puntos clave para evaluar el riesgo/incentivo de un instrumento de financiación sostenible. Por esta razón, y tras las constructivas conversaciones con el emisor, hemos decidido participar en la emisión del bono verde emitido por el Reino de España que cumple el requisito de nuestro dedicado proceso de evaluación. Confirmando nuestro punto de vista, la emisión del bono verde de 5.000 millones de euros a 20 años fue bien recibida por el mercado y tuvo una demanda de más de 60.000 millones, según informó Bloomberg», destacan desde la firma, donde recuerdan que próximamente habrá más países emisores. «Más países están pensando en unirse al Equipo Verde y la Comisión Europea adoptó un marco de bonos verdes evaluado de forma independiente, dando así un paso adelante hacia la emisión de hasta 250.000 millones de euros en bonos verdes, o el 30% de la emisión total de la UE de próxima generación a partir de octubre de 2021».
El atractivo inversor
Para el inversor, esta emisión supone una atractiva oportunidad de compra:«Todo parece apuntar a que las emisiones por parte de gobiernos serán cada vez más numerosas y el diferencial será cada vez menor, con lo que comenzar a construir una cartera de bonos verdes gubernamentales puede ser una opción atractiva», dicen en Portocolom AV.
Y reforzará aún más el perfil de diversificación de los inversores en bonos verdes, defienden en DPAM. “España es el séptimo emisor de deuda pública en euros, pero los emisores con una calificación inferior a AAA/AA siguen infrarrepresentados en este segmento del mercado verde. El perfil de vencimiento a 20 años tiene sentido para el emisor, pero no deja de estar comprendido en las estrategias de largo plazo típicas y, en consecuencia, no aporta diversificación en duración”, matizan desde la gestora.
Dada su similitud con los bonos españoles convencionales, esta emisión inaugural previsiblemente suscitará una elevada demanda inversora (tanto de cuentas sostenibles como convencionales), asegura Van Steenweghen. De cara a la determinación del precio, dice, no es fácil precisar con exactitud un valor razonable, pero de media los bonos verdes del Estado cotizan en el mercado secundario entre 3 y 5 puntos básicos por encima de sus homólogos convencionales.
Sin embargo, algunos matizan su atractivo, ante las próximas actividades de las autoridades monetarias: «La demanda superó en 12 veces el importe de la emisión, pero el plazo a 20 años, en la parte larga de la curva, no está indicada para todo tipo de inversores, y la rentabilidad de la emisión ha estado ligeramente por encima del 1%. Los movimientos de los bancos centrales, para los que el mercado descuenta que anunciarán en breve la reducción en su ritmo de compra de activos supondrá algo de presión para los tipos de interés a medio plazo. Sin embargo, pensamos que la emisión seguirá teniendo buena acogida en muchas carteras que están ansiosas de tener este tipo de activos, para poder colocar sus excedentes de liquidez», explican en Beka Finance.
Como riesgo, Guzmán señala la potencial falta futura de oferta en las emisiones tradicionales: “Sin lugar a duda, el compromiso de los países para la consecución de proyectos verdes concretos y la inversión en I+D+I es muy positiva. Aunque como elemento de reflexión cabría destacar el riesgo a futuro de que las emisiones de deuda ordinarias dejen de contar con el beneplácito de los inversores y se produzca una falta de oferta en las emisiones tradicionales con el consiguiente déficit de fondos para infraestructuras o proyectos necesarios para las economías de los países».
El marco del bono español: la importancia del transporte limpio
Según explica Van Steenweghen, el marco específico del bono destaca la categoría de “transporte limpio”. “Esta categoría se centra en gastos dirigidos a reducir la dependencia del transporte respecto de los combustibles fósiles mediante, por ejemplo, ayudas al desarrollo y al mantenimiento del sistema ferroviario de transporte de pasajeros y mercancías, el desarrollo de vehículos con bajas emisiones de CO2, subvenciones a un transporte público sostenible y el fomento de un transporte modal que promueva la transición hacia modos de transporte más respetuosos con el medio ambiente. Según el inventario de GEI de 2018, el sector del transporte es el principal emisor en España, generando el 27% del total del país. Siendo así, resulta alentador que la categoría esté bien representada en el marco”, explica.
En su opinión, este marco debe también considerarse en el contexto de la gobernanza institucional española. “Se trata de un país con un estado muy descentralizado a nivel administrativo. En consecuencia, y a diferencia de otros emisores soberanos, en España las administraciones públicas subcentrales controlan parte del gasto ambiental e incluso emiten sus propios bonos verdes. Por lo tanto, sus emisiones podrían ser comparativamente menos voluminosas que las de otros estados europeo”, explica. Al respecto cabe mencionar que algunas emisiones regionales optan por el formato de bonos sostenibles, cuyo producto admite tanto un uso ecológico como social.
Las comunidades autónomas y las empresas, por delante
De hecho, las comunidades autónomas llevan delantera al gobierno central en este asunto y han incrementado significativamente la emisión de bonos verdes y ligados a la sostenibilidad en los últimos años, en un retorno gradual a la financiación de mercado frente a la dependencia de la financiación del gobierno central. “Los bonos sociales, verdes y ligados a la sostenibilidad pueden ayudar a mejorar el perfil de la deuda de las regiones al dar a los emisores acceso a nuevo capital en condiciones favorables», afirma Branz. «Esperamos que continúe la tendencia de dejar de depender de la financiación del Gobierno central, que se produjo tras la crisis de la deuda soberana, aunque sólo para las regiones con sólidos fundamentales a nivel fiscal», añade.
Además de las comunidades, también han emitido bonos verdes antes las empresas españolas.“Las empresas españolas son uno de los mayores emisores de bonos verdes a nivel mundial, representando aproximadamente el 8% del mercado crediticio de grado de inversión. Los principales emisores son los bancos españoles, BBVA, Santander… y las empresas de servicios públicos, como Iberdrola, Gas Natural… Los gobiernos y las administraciones locales también están emitiendo bonos verdes. El Instituto de Crédito Oficial de Andalucía emitió bonos verdes este año», recuerda Olivier Debat, especialista senior en inversiones de Union Bancaire Privée (UBP).
«En nuestra opinión, las empresas son un mercado más prometedor en términos de crecimiento, ya que las empresas se comprometen a reducir sus emisiones de CO2 gracias al acuerdo de París sobre el cambio climático y ofrecen un rendimiento más atractivo que las empresas no corporativas. El mercado de bonos verdes está en auge este año impulsado por los bancos, las empresas de servicios públicos y las inmobiliarias en el espacio corporativo. El fuerte ritmo de emisión en la primera mitad del año hace que el mercado supere los volúmenes récord de 2019. En el mercado español destacaríamos la emisión reciente de BBVA, el primer y único bono verde AT1 que paga un cupón del 6,0% en euros”, añade.
El Grupo CIMD, referente independiente en los mercados financieros y de energía en España, desde hace más de 35 años, amplía su oferta de servicios con la creación de una nueva área en Dubái para dar cabida a la inversión patrimonial.
La compañía, CIMD (Dubai) Ltd. lleva en funcionamiento desde el año 2012, dando servicio a clientes institucionales, principalmente bancos centrales y fondos soberanos, en el acceso a los mercados de renta fija y de financiación.
El objetivo del Grupo CIMD es seguir creciendo en el área de gestión, y con la incorporación del equipo compuesto por seis personas en Dubáise reforzará el área de gestión patrimonial, labor que hasta ahora solo se realizaba en las oficinas de España y Portugal.
Recientemente, el Grupo alcanzó los 4.400 millones de activos bajo gestión, de los cuales más de 4.000 son en fondos de la casa en Madrid y Lisboa. La ampliación de esta área de actividad del grupo tiene como objetivo alcanzar la cifra de 5.000 millones antes de finalizar el año 2022.
Además, el Grupo CIMD, que actualmente cuenta con más de 325 empleados, sigue potenciando el resto de las áreas de negocio: intermediación, consultoría, titulización, energía e innovación a través de sus diferentes empresas.
CIMD en Dubái
CIMD (Dubai) Ltd. es la empresa del grupo con sede en los Emiratos Árabes Unidos, especializada en facilitar el acceso a los mercados financieros a clientes institucionales, con especial atención a los clientes de Asia y el Golfo Arábigo.
Está establecida en el DIFC y supervisada por la DFSA. Con esta compañía, el Grupo CIMD da cobertura a clientes de América, Europa, Asia y África en horario continuo.
Pixabay CC0 Public Domain. Los expertos esperan que el BCE anuncie una reducción modesta del ritmo de compras de activos del PEPP
Tras el periodo estival en Europa, mañana llega la primera cita relevante para los mercados: la reunión de septiembre del Banco Central Europeo (BCE). Con el discurso del presidente de la Fed en Jackson Hole aún resonando, los análisis que realizan las gestoras reflejan que Christine Lagarde tarde o temprano también tendrá que afrontar grandes decisiones.
En su último informe, los expertos de Bank of America reconocen que esperan “una pequeña reducción del ritmo del PEPP (Programa de Compras de Emergencia) esta semana”, pero destacan que “su convicción es baja”. Según su análisis, “el BCE tiene que tomar cuatro decisiones en los próximos meses: el ritmo trimestral del PEPP (la semana que viene, y de nuevo en diciembre); la fecha de finalización del PEPP, actualmente en marzo de 2022; el ritmo del APP (Programa de Compra de Activos) una vez finalizado el PEPP; y una posible desvinculación del APP de los tipos en la orientación futura”. En opinión del banco, “las respuestas a las tres últimas son cruciales para los mercados”, pero no creen que el BCE esté preparado para ello en la reunión de esta semana.
En un discurso pronunciado la semana pasada, el economista jefe Phillip Lane indicó que el BCE se centra en las condiciones de financiación (es decir, la variable de resultado), y no en un ritmo específico de los PEPP. El gobernador del Banco Central francés, Villeroy de Galhau, insinuó una posible desaceleración de las compras del PEPP en el cuarto trimestre. El gobernador austriaco Holzman, también ha insistido en esta idea. “Teniendo en cuenta los comunicados de los políticos, existe una probabilidad superior al 60% de que se anuncie una reducción del ritmo de compras PEPP esta semana; y esto ya se refleja parcialmente en el precio”, apunta Tomasz Wieladek, economista internacional en T. Rowe Price.
Según recuerda Wieladek, en la reunión de julio, se sugirió que el BCE desvinculará la orientación futura sobre los tipos de interés de la “forward guidance” sobre la expansión cuantitativa. “La orientación actual del programa ampliado de compra de activos (APP) dice que terminará poco antes de que empiece a subir los tipos de interés, clave para el BCE. De la reunión del Consejo en julio, parece que varios miembros estaban preocupados por el impacto que tiene para el BCE el forward guidance en los tipos. Les preocupaba que el posicionamiento actual implicara que el QE durara tanto como los tipos de interés bajos, lo cual es cierto. Acordaron debatir la orientación a futuro sobre la QE en una reunión futura. Así que en septiembre podría producirse un cambio en la expansión cuantitativa”, explica.
Por su parte, Erick Muller, responsable de producto y estrategia de inversión de Muzinich & Co, añade: “Si bien no puede sorprendernos que el ritmo del PEPP tenga que incorporar la probable mejora de las previsiones del BCE en la reunión de septiembre, sí puede sorprendernos la posición tan abierta y firme expresada por muchos gobernadores y la capitulación por parte de los doves, con una ausencia total de reacción a este cúmulo de declaraciones sobre la bajada del PEPP”.
Un recorte entre pequeño y modesto
¿Qué pasará a partir de septiembre? Las reflexiones son diversas, pero la mayoría se centran en que los estímulos se acabarán retirando. “Una moderación en el ritmo de las compras de activos tiene que ocurrir en algún momento si el BCE quiere evitar utilizar toda la dotación del PEPP mucho antes de la fecha prevista de finalización del programa. Hacerlo en esta reunión tiene mucho sentido: el ritmo se elevó en marzo en respuesta a un endurecimiento no deseado de las condiciones de financiación. Y aunque el ruido de los halcones ha contribuido a un ligero aumento de los rendimientos durante la semana pasada, las condiciones son mucho más favorables que hace seis meses. Además, es casi seguro que el BCE hará algunas revisiones al alza de sus previsiones de crecimiento e inflación en esta reunión, lo que ayudaría a explicar un menor ritmo de compras”, apunta Adrian Hilton, jefe de divisas de Columbia Threadneedle Investments.
Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, coincide en que una de las novedades de la reunión del jueves es que se anuncie un nuevo ritmo de compras del PEPP. “El BCE compra actualmente 80.000 millones de euros al mes en el marco del programa de compras de emergencia para casos de pandemia (PEPP), más 20.000 millones de euros al mes en el marco de los programas ordinarios de compra de activos (APP), y en esta reunión el Consejo de Gobierno volverá a examinar el ritmo de compra del PEPP teniendo en cuenta una nueva ronda de proyecciones macroeconómicas trimestrales. Esperando un nuevo ritmo de compras del PEPP de 60.000 millones de euros al mes, en línea con el ritmo de compras de principios de año y con nuestra opinión de que el BCE reducirá el ritmo de compras netas mensuales con el tiempo, desde los actuales 100.000 millones de euros al mes hasta los 60.000 millones de euros al mes en el segundo trimestre de 2022”, explica Veit.
Según las previsiones del gestor de PIMCO, PEPP finalizará el año que viene, potencialmente en marzo de 2022. “Esperamos que el APP regular se incremente de 20.000 millones de euros a 60.000 millones de euros al mes a cambio, ya que el progreso hacia el objetivo de inflación a medio plazo del 2% sigue siendo escaso. También esperaríamos que el BCE mantuviera la práctica de realizar evaluaciones conjuntas periódicas de las condiciones de financiación y las perspectivas de inflación para derivar las cantidades de compra de activos, y que hiciera hincapié en las flexibilidades existentes del APP, en particular en relación con un mecanismo de transmisión deteriorado que debería disipar las preocupaciones sobre la capacidad y la voluntad de desviarse de la clave de capital cuando sea necesario”, añade.
Otros gestores van más allá. Por ejemplo, en opinión de Mark Nash, gestor de fondos de renta fija de Jupiter AM, “se espera que el BCE ponga en marcha el tapering en el cuarto trimestre, por delante de la FED”, lo que, según comenta, era algo que “no se esperaba”. Nash considera que «la historia europea es, actualmente, mucho menos centro de atención de lo que merece, ya que la reducción de la Fed se considera el mayor problema». Sin embargo, “la inflación general europea se situó la semana pasada en el 3% interanual, y la subyacente, en el 1,6% interanual, la más alta de los últimos años”, advierte el gestor.
Una opinión que no comparte Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, quien ve claro que se anuncie una “pequeña reducción del ritmo de compras”, pero no un tapering. En este sentido explica: “En menor medida que en EE.UU., la inflación en la zona euro está aumentando rápidamente, reflejando en particular estas perturbaciones mundiales. Esto está jugando a favor de los halcones del BCE y está planteando dudas sobre la posibilidad de un tapering del BCE. Aunque esta semana esperamos que el banco central anuncie una pequeña reducción del ritmo del PEPP para los próximos tres meses, esto no se calificaría de tapering propiamente dicho, ya que no nos diría nada sobre la zona de aterrizaje final de los programas cuantitativos. Para ello, seguimos pensando que habrá que esperar hasta diciembre”.
Perspectivas económicas
El segundo punto relevante de la reunión de mañana será la nueva ronda de proyecciones macroeconómicas trimestrales que ofrezca la institución monetaria. Según François Rimeu, estratega senior de La Française AM, el BCE mantendrá un tono optimista ante los avances de la campaña de vacunación europea, a pesar de la ralentización en China y Estados Unidos. “Sin embargo, el banco central subrayará que siguen existiendo incertidumbres relacionadas con el COVID-19. Esperamos que las nuevas proyecciones macroeconómicas muestren una mejora del crecimiento en 2021 (4,8% frente a 4,6% en junio) y una mayor inflación en general, pero especialmente en 2021 (2,2% frente a 1,9% en junio)”, afirma Rimeu.
Por su parte, Veit añade: “No esperamos una revisión significativa al alza de la previsión de inflación del IPCA para 2023, que es del 1,4%, y es probable que haya que esperar hasta la reunión de diciembre para conocer el futuro del PEPP más allá de su primera fecha de conclusión, marzo de 2022”.
Es más, el gestor de PIMCO advierte de que si bien es probable que las previsiones para 2021 y 2022 se revisen al alza, es poco probable que las expectativas para los últimos años del horizonte de previsión se modifiquen significativamente. “En la actualidad, la inflación de la zona del euro está impulsada casi exclusivamente por los efectos de base de los precios de la energía y no ha habido señales de un repunte sostenido de las presiones de los precios subyacentes. Incluso la menor revisión al alza haría que el BCE siguiera proyectando un sustancial rebasamiento del objetivo de estabilidad de precios en el horizonte político pertinente”, matiza Veit.
Un horizonte dovish
Desde un punto de vista de mercados, Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA Investment Managers, considera que para la política monetaria, ahora no es el momento de endurecer. “La inflación ha subido, pero es probable que la mirada ex-post de los índices de precios muestre un salto de un paso en el nivel de precios durante la era COVID, más que un empinamiento de la curva de precios. El discurso de Jay Powell en Jackson Hole sugirió que hay que tomar dos decisiones sobre el tapering y la subida de tipos. La decisión sobre el tapering se basa en el progreso hacia los objetivos económicos de la Fed, lo cual es cierto. Esto permite cierta flexibilidad en cuanto al calendario y la escala de la reducción de las compras de activos. Para las subidas de tipos, necesitamos ver el pleno empleo y una clara evidencia de que la inflación se sitúa en el objetivo de la Fed. Estas condiciones están muy lejos. Todavía no puedo ser tan bajista en cuanto a los tipos cuando la senda de expansión del PIB se ha vuelto un poco más volátil”, añade Iggo.
Por su parte, Annalisa Piazza, analista de renta fija de MFS Investment Management, matiza: “A pesar del menor ritmo de compra, creemos que Lagarde se esforzará por mantener una postura dovish, destacando que la recalibración no representa un movimiento de reducción, sino simplemente un reajuste a la evolución económica y a las recientes tendencias de las condiciones de financiación -extremadamente acomodaticias-. Por ahora, sospechamos que el BCE, al igual que otros Bancos Centrales como la Fed, preferirá mantener una postura extremadamente acomodaticia con respecto a la trayectoria de posibles subidas de tipos de interés. Se espera que el debate sobre el futuro del QE, es decir, el grado de flexibilidad que se dará al programa APP, se produzca más adelante”.
En esta visión coinciden la mayoría de las gestoras, también Paul Diggle, economista jefe adjunto de Aberdeen Standard Investments: “Incluso si el BCE anunciara una reducción del PEPP, seguiría manteniendo el antiguo programa QE del APP durante mucho tiempo, mientras que no se vislumbra el fin de los tipos de interés negativos en la Eurozona. Así que, con el tiempo, el BCE podría parecer un destacado dovish en medio del movimiento global hacia una política monetaria ligeramente más estricta, abriendo algunas implicaciones interesantes para la inversión”.
Esta postura dovish también tiene que ver con la actualización de las perspectivas que haga el BCE este jueves y que, previsiblemente incluirá, un aumento de las cifras de crecimiento e inflación. Según adelantan Martin Wolburg, economista senior de Generali Investments, y Elisa Belgacen, estratega de crédito senior en Generali Investments, “ese aumento de la inflación no tendrá repercusiones políticas, ya que se considerará transitorio y no alterará la orientación del BCE sobre los tipos de interés”. En este sentido añaden: “En cualquier caso, el reciente flujo de datos juega a favor de las palomas y esto también debería reflejarse en los comentarios de la presidenta Lagarde”.
Sin embargo, ¿hasta cuándo podrá mantener Lagarde el consenso dentro de la institución monetaria para mantener ese horizonte dovish? En opinión de Franck Dixmier, director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, los “halcones” están despertando. “El BCE tendrá que abordar algún día el elefante en la habitación: la pandemia ha llevado a niveles récord de deuda a los países de la zona euro y ha sido un catalizador para la divergencia entre los estados. El BCE ha asumido un papel en el límite de su mandato al mantener un nivel de represión financiera que hace que la carga de la deuda sea sostenible, un mecanismo indispensable para algunos países de la zona euro. Cualquier posible cuestionamiento de este apoyo podría plantear problemas fundamentales que es demasiado temprano en esta fase de recuperación para que los gobiernos los aborden. No obstante, los debates comenzarán y los mercados probablemente encontrarán argumentos para justificar una mayor volatilidad. En este contexto, los paralelismos con la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra, que ya han señalado su intención de reducir sus propios programas de apoyo implementados durante la crisis de salud, no son relevantes”, apunta Dixmier.
Frente a este “elefante en la habitación”, la mayoría de los análisis ponen el foco en diciembre. “Probablemente, medidas de mayor calado, como que se va a hacer cuando en marzo de 2022 el PEPP finalice o la refinanciación de los TLTROs, sean pospuestas para las reuniones de finales de año. Para mucho más adelante quedarán las decisiones de tipos de interés, sobre todo tras la actualización de estrategia llevada a cabo en el mes de julio, con la que se garantizan tipos bajos hasta que se alcancen niveles de inflación superiores al 2% de manera prolongada en el tiempo”, concluye Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G Banca Privada.
Todo este contexto tiene un importante impacto en el posicionamiento de las carteras, en particular en las de renta fija. “Dado el precio que ahora tiene el BCE, preferimos expresar este sesgo de corta duración a través de EE. UU. dado que la economía se encuentra en una etapa más madura de su ciclo de crecimiento e inflación y el cambio radical de la Fed podría ser más duradero que el ajuste gradual que está realizando el BCE y teniendo en cuenta, además, que aún faltan varios años para las discusiones sobre las subidas de tipos del BCE”, afirma Mohammed Kazmi, macroestratega y gestor de carteras de renta fija de UBP.
Pixabay CC0 Public Domain. GAM lanza un fondo de renta fija que invierte en bonos sostenibles emitidos por entidades financieras europeas
GAM Investments ha anunciado el lanzamiento de una nueva estrategia de bonos climáticos sostenibles denominada GAM Sustainable Climate Bond. Según explica la gestora, el fondo invierte en bonos verdes y sostenibles emitidos por entidades financieras europeas.
GAM destaca que el mercado de bonos relacionados con el cambio climático está valorado en más de 100 billones de dólares, y considera que la movilización de este capital es clave para avanzar en la transición hacia el bajo carbono; por este motivo, GAM ha decidido lanzar esta estrategia. El fondo será gestionado por Atlanticomnium S.A., una firma independiente de gestión de fondos con sede en Ginebra, que se ha especializado en la inversión en crédito desde su fundación en 1976 y que gestiona activos para GAM desde 1985. Según señalan desde GAM, “la nueva estrategia se basa en la experiencia del equipo y en su sólido historial de inversión en bonos de entidades financieras, así como en su consolidada trayectoria de análisis de emisores, de estrecha colaboración y de establecimiento de profundas relaciones con emisores y reguladores”.
La estrategia adopta un enfoque activo, botton-up y de alta convicción, invirtiendo en bonos que asignan los ingresos a proyectos ecológicos elegibles en todos los límites del mercado con un impacto medible, como las energías renovables y los edificios ecológicos. Para identificar los bonos que el equipo de inversión cree que tendrán un impacto significativo, se aplica un marco de evaluación de bonos verdes propio. “Este marco se divide en tres niveles de análisis (emisor, bono y nivel de activos verdes) que se entrelazan en el proceso global y de larga duración del equipo. Cada nivel se evalúa individualmente, utilizando tanto investigaciones propias como datos de terceros. El compromiso es también una parte clave del marco del equipo, tanto para mejorar su análisis como para fomentar la mejora de los estándares dentro de cada pilar”, explican.
Según indica la gestora, la estrategia tiene una calificación media de BBB+ y está clasificada como artículo 9 del reglamento europeo SFDR. Además, los inversores recibirán un informe anual de impacto, en el que se expondrá el beneficio medioambiental positivo cuantitativo asociado a su inversión.
En este sentido, el lanzamiento de este nuevo fondo de bonos climáticos sostenibles es una forma de reconocer el papel fundamental que desempeñarán los bancos en este ámbito y, en particular, en la transición medioambiental como principal fuente de financiación para las empresas europeas y para las pymes. En el primer semestre de 2021, la emisión de bonos verdes por parte de los bancos europeos alcanzó los 100.000 millones de dólares, impulsada por un récord de 33.000 millones de dólares solo en el primer semestre de 2021. Se espera que la emisión siga siendo fuerte, impulsada por los compromisos de los bancos para financiar la economía «verde».
“El cambio climático es uno de los mayores y más acuciantes riesgos para la economía mundial y los bancos tienen un papel fundamental en el impulso de la transición medioambiental, al apoyar tanto a las grandes como a las pequeñas empresas. Creemos que nuestra experiencia invirtiendo en el sector financiero y un sólido enfoque ascendente en la selección de bonos verdes son fundamentales para generar un impacto medioambiental positivo para nuestros inversores”, ha destacado Gregoire Mivelaz, gestor de fondos de Atlanticomnium.
Por su parte, Stephanie Maier, directora global de inversión sostenible y de impacto de GAM, ha señalado: “Los gestores de activos y patrimonios controlan más de 110 billones de dólares de capital y la forma en que se gestionen estos activos será clave para que seamos capaces de alcanzar el objetivo global compartido de cero emisiones netas para 2050 o antes. Creemos firmemente que los gestores de activos deben estar a la vanguardia para impulsar ese cambio y diseñar soluciones para ayudar a los clientes a navegar por la transición hacia el bajo carbono. La estrategia de bonos climáticos sostenibles es una oferta atractiva para los inversores que buscan generar un impacto medioambiental significativo y una rentabilidad atractiva”.
Además de este nuevo fondo, GAM se ha unido a la Iniciativa de Bonos Climáticos, cuyo objetivo es impulsar este proceso. “Estamos encantados de dar la bienvenida a GAM a la Iniciativa de Bonos Climáticos. Los bancos están desempeñando un papel fundamental a la hora de dirigir el capital a proyectos en todos los mercados que impulsan la transición verde y el desarrollo de soluciones como ésta son imperativo para ayudar a permitir un rápido cambio hacia una economía baja en carbono y resistente al clima”, ha añadido Sean Kidney, director general y cofundador de la Iniciativa de Bonos Climáticos.
Pixabay CC0 Public Domain. Taxonomía marrón: una oportunidad para alejar de las actividades económicas significativamente perjudiciales
La Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos (Efama, por sus siglas en inglés) ha respondido a una consulta pública de la Plataforma de Finanzas Sostenibles sobre las opciones de ampliación de la taxonomía vinculada a los objetivos medioambientales.
Según ha explicado Tanguy van de Werve, director general de Efama, “un ecosistema de financiación sostenible eficaz debe tener como objetivo recompensar a las empresas con los mejores resultados medioambientales, así como atraer financiación para las empresas con planes de transición creíbles y ambiciosos. La propuesta de ampliar la taxonomía e incluir actividades significativamente perjudiciales que necesitan urgentemente una transición permitiría a los gestores de activos sacar al mercado productos financieros que ayuden a los sectores difíciles de descarbonizar a afrontar el cambio climático y acelerar su necesaria transformación”.
En este sentido, la organización recomienda apoyar a las empresas en su transición para abandonar las actividades significativamente perjudiciales. “Al distinguir las actividades significativamente perjudiciales que tienen el potencial de transformarse y dejar de causar daño, los gestores de activos podrán diseñar productos financieros de descarbonización mejores, más grandes y más seguros. La ampliación del universo invertible alineado con la taxonomía disminuiría los riesgos asociados a la actual taxonomía medioambiental, como la sobreponderación de los activos altamente verdes o la aparición de burbujas de activos verdes. Las empresas participadas se beneficiarían de una mayor claridad sobre los niveles de rendimiento medioambiental que ya no son aceptables, mejorando así la credibilidad de sus planes de descarbonización”, explican.
Pero esta no es la única recomendación Efama hace a la Plataforma de Finanzas Sostenibles, también propone “evitar un enfoque basado en una lista negra de la taxonomía ampliada”. La organización profesional defiende que si se pide a los inversores que dejen de invertir en algunas empresas, desincentivará sus actuales esfuerzos de transición e ignorará los beneficios del compromiso. Además, argumenta que una lista negra no sólo puede conducir al abandono de actividades y empresas significativamente perjudiciales, sino que también “puede impulsar su venta a inversores no europeos o menos conscientes del clima, potencialmente por debajo del valor, sin ningún impacto positivo en el clima”.
La tercera sugerencia que realizan es desarrollar trayectorias de referencia alineadas con el Acuerdo París para cada sector relevante, con el fin de que las estrategias de reducción de emisiones de las empresas sean creíbles, comparables y con base científica. Según señalan, la ampliación de la taxonomía también debería servir de vehículo para introducir normas de calidad y procedimientos de verificación en esos planes de transición orientados al futuro.
Por último, recomiendan establecer un “ratio de activos de transición” junto con el “ratio de activos verdes” ya existente, para recompensar a las empresas que entran en la transición e incentivar su acceso a la financiación sin tergiversar las actividades de transición como verdes. Así como “evitar centrarse en una taxonomía jurídicamente vinculante de impacto no significativo» (NSI) en esta fase, dada la importancia marginal de dichas empresas para la transición a nivel macro”. “Las actividades sin impacto significativo podrían incluirse en una guía no vinculante, dando a los inversores claridad sobre qué actividades se consideran «no críticas» en términos de impacto ambiental”, concluyen desde Efama.