Tres claves para capear el nuevo paradigma: apuesta por la transición, diversificación y mejora de mecanismos de defensa

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Pixabay CC0 Public Domain. Tres claves para capear el nuevo paradigma: apuesta por la transición, diversificación y mejora de mecanismos de defensa

Diversos factores políticos, económicos y sociales han provocado que se desencadene una etapa de “profundo” cambio en los mercados financieros, según se desprende del informe Mercer Themes & Opportunities 2022. Para capear estos cambios, Mercer apuesta por estrategias de inversión más diversificadas y orientadas al largo plazo.

Xabier Bellavista, director de inversiones en Mercer, detecta tres temas a los que debemos prestar atención: un cambio de paradigma o guardia, la transición y la diversificación moderna. En este sentido, el informe señala que el éxito en las inversiones en los próximos años girará en torno a tres factores: la diversificación mediante asignación dinámica de activos, la apuesta por la transición ecológica y la mejora de los mecanismos de defensa. Unas claves que deben animar a los inversores a plantearse objetivos a largo plazo para capitalizar esta gran transformación.

La primera clave es la diversificación de activos mediante una asignación dinámica más allá de la exposición beta tradicional, debido a elevada inflación y la escasa rentabilidad de la renta fija y los bonos. Por ese motivo, los expertos de Mercer se inclinan por enfoques alfa o inversiones temáticas. Para reforzar las posiciones, el informe de Mercer apunta al uso de hedge funds como medida de protección gracias a sus primas de liquidez y complejidad. Como consecuencia de los avances tecnológicos acelerados por la crisis sanitaria, la inversión en innovación será otro factor decisivo para el futuro del mercado financiero. En particular, la industria sanitaria presenta grandes oportunidades.

“En un mercado financiero en pleno cambio la identificación de oportunidades de inversión a largo plazo es clave para obtener rentabilidades óptimas” afirma Xavi Bellavista, y continúa “no existen activos que nos protejan explícitamente de la inflación ni de los riesgos de sostenibilidad, por ese motivo debemos dar un paso más en la diversificación de las carteras de inversión”.

La segunda clave de inversión es la apuesta por la transición ecológica. Según los expertos de Mercer, para controlar el riesgo de esta transición, los inversores deben tener en cuenta que la mayoría de las empresas no son ni totalmente verdes ni completamente grises y adoptar posiciones flexibles que les permita una adaptación progresiva de sus carteras. Y advierten que el reto reside en identificar los activos adecuados en los que invertir. Teniendo en cuenta que la reducción de emisiones no sólo afecta al sector energético y de transportes sino también a la agricultura y al uso del agua, estos últimos pueden tomar mayor relevancia progresivamente.

Adicionalmente, la economía circular, el reciclaje y determinados metales (cobre, litio, zinc, grafito, cobalto o niquel) –necesarios para la electrificación de la economía– debería ser tenidos en cuenta dado su potencial para la referida transición.

Los mercados privados: un sitio en el que estar

Jorge Bernaldo de Quirós, consultor senior de inversiones, afirma que “la inversión en mercados privados debería ser ya una parte estructural de las carteras de fondos de pensiones, con pesos relevantes por encima del 10% que aporten una verdadera diversificación. El acceso que nos proporcionan a oportunidades directamente vinculadas con el crecimiento asiático y la digitalización, su cobertura parcial contra la inflación y la mayor capacidad de influir en temas medioambientales y sociales sobre las empresas en las que inviertes, los convierten en un activo a invertir si queremos estar bien posicionados con respecto al nuevo paradigma mundial”

La tercera, y última clave de inversión, se centra en la mejora de los mecanismos de defensa de una cartera de inversión. En este sentido los expertos de Mercer recomiendan poner el foco en las nuevas políticas monetarias, tener en cuenta que se avecina una era de dominio financiero asiático, considerar el potencial de las fintech y la desintermediación bancaria, así como apostar por modelos económico más inclusivos.

Así, para dotar a sus carteras de cobertura frente a la reciente escalada de inflación recomiendan la incorporación de commodities u oro para mitigar su impacto en el corto plazo, mientras que la inversión en infraestructura o real estate puede controlarla en el largo plazo. Por otro lado, la captura de oportunidades en el mercado asiático no debería centrarse exclusivamente en el mercado chino, sino también identificar mandatos con acceso a otros mercados de la región (como la India) o entrar en ellos a través de capital riesgo.

Asimismo, la deuda privada o el capital riesgo son las mejores opciones para aprovechar las rentabilidades que ofrecerán los desarrollos tecnológicos disruptivos.

Según Beatriz Camacho, consultora senior de inversiones, “los mercados emergentes deberían ser una parte importante en la asignación de activos de una cartera bien balanceada de renta variable”, y propone una asignación estratégica del 12-25% a estos mercados con una sobre ponderación en acciones Chinas Tipo A.

Finalmente, Mercer destaca cómo una gestión activa de carteras es determinante para alcanzar los objetivos de inversión.

En cuanto al crecimiento, Rupert Watson, jefe de gestión de activos de Mercer, espera una evolución positiva. El bajo desempleo, las condiciones financieras favorables, el buen ritmo de crecimiento o la fuerte demanda de los consumidores, son factores que invitan al optimismo. Sin embargo, este optimismo puede verse un poco empañado por ómicron, pero, según valora, solo en el corto plazo, ya que ya se puede observar una ralentización de los casos en algunas regiones o una menor letalidad de la enfermedad. 

Guinness renueva su imagen de marca para reflejar mejor el enfoque global de su negocio

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Foto cedida. Guinness renueva su imagen de marca para reflejar mejor su el enfoque global de su negocio

Guinness Asset Management (Guinness) renueva su identidad corporativa con una nueva imagen de marca, web y logotipo. Según ha anunciado, la actividad de gestión de fondos de renta variable de Guinness operará a partir de ahora como Guinness Global Investors, para, según ha explicado, representar con mayor precisión las actividades de la empresa y el enfoque de los inversores. 

“Guinness se ha convertido en un gran negocio global a lo largo de los años y, sin embargo, se ha mantenido fiel a su creencia fundamental en la calidad, la alta convicción y la gestión activa de fondos. Una marca moderna, orientada al exterior y con visión de futuro, permitirá a los inversores formarse una impresión más clara de nuestro enfoque y mentalidad de inversión. Guinness es una empresa británica que aporta a los inversores de todo el mundo su larga experiencia en materia de inversiones y queremos que esto se refleje en todo lo que hacemos”, ha afirmado Edward Guinness, director general de Guinness Global Investors.

La firma ha matizado que la actividad de gestión de fondos de renta variable de Guinness cuenta con fondos globales, temáticos y regionales que adoptan una perspectiva global. La filosofía de inversión “positively different” que defienden desde Guinness Global Investors implica el uso de análisis internos propios para la construcción inteligente de carteras de alta convicción, igualmente ponderadas. “Estas carteras tienen una baja rotación y no tienen restricciones de índice de referencia”, añaden desde la gestora. 

En este sentido, la base de inversores de Guinness en estos fondos es internacional y cuenta con el apoyo de una actividad global de ventas y marketing. Los fondos de renta variable de Guinness están disponibles para los inversores internacionales en OEIC domiciliadas en Irlanda y el Reino Unido y como fondos y ETFs registrados en la SEC para los inversores estadounidenses por filial, Guinness Atkinson Asset Management Inc. 

“Esta nueva identidad de marca creará coherencia en todo nuestro negocio a medida que mejoremos la información disponible para los inversores y lleguemos a una audiencia global en constante expansión. Se ha rediseñado desde cero para reflejar nuestra presencia global, sin dejar de ser fieles a los valores fundamentales que han conducido al éxito de Guinness. Nuestro nuevo sitio web está diseñado para dar un mejor servicio a los inversores, proporcionar una mayor claridad y ofrecer un cambio en la accesibilidad de la información”, ha añadido Giles Kidd-May, director de Marketing de Guinness Global Investors.

Política monetaria: tres reflexiones para tener en cuenta sobre la normalización

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Pixabay CC0 Public Domain. Política monetaria: tres reflexiones a tener en cuenta sobre la normalización

Según los análisis que publican las gestoras, la política monetaria y las decisiones de los bancos centrales tendrán un papel relevante este año. Incluso algunas valoraciones, como por ejemplo la que realizan desde Neuberger Berman, sostienen que en 2022 hemos iniciado una nueva fase de política monetaria. ¿Qué reflexiones deben tener en cuenta los inversores ante este entorno?

En primer lugar, hay un punto de partida claro: no todos los ajustes monetarios de los bancos centrales son iguales. “En el Reino Unido, el mantra parece que es: somos el Banco de Inglaterra y haremos lo que queramos. En Estados Unidos, la sensibilidad en torno a la comunicación significa que todo está bien telegrafiado con anticipación, por lo que los mercados tienen tiempo para lidiar con la reducción en las compras de bonos y los tres probables aumentos de tipos de interés en 2022. En Europa, es difícil alejarse del status quo y todo, como de costumbre, se trata de un compromiso”, explica Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA Investment Managers

Y añade: “Los mercados han arrojado rentabilidades sólidas de las acciones y rentabilidades fijas de los bonos, lo que, en retrospectiva, es exactamente lo que debería haber sucedido en un mundo de tipos cero y un crecimiento económico por encima de la tendencia”. Mientras advierte que “nos enfrentamos a algunas incógnitas a corto plazo”. En cualquier caso, el experto considera que “las condiciones monetarias se endurecerán, pero partiendo de una base muy acomodaticia”.

Dicho hecho, no se puede obviar que las decisiones de la Fed tienen un peso muy relevante y pueden ser una presión para el resto de bancos centrales. Según destaca Neuberger Berman, las últimas actas de la Fed, correspondientes a la reunión de diciembre y publicadas al inicio del año, revelan que los responsables políticos están considerando un endurecimiento cuantitativo poco después de la subida de tipos. “Parece que hay una nueva determinación de abordar el problema de la inflación: esto supondría una retirada de la liquidez mucho más rápida que la que vimos tras la Gran Crisis Financiera. Como resultado, el año 2022 ha comenzado con una notable venta en el mercado de bonos. El tipo real a 10 años de EE.UU. ha superado el umbral del -0,90%, y el rendimiento nominal a 10 años vuelve a estar por encima del 1,70%. El Bund Alemán podría ofrecer pronto rendimientos positivos por primera vez en casi dos años”, apuntan. 

En opinión de Olivier de Berranger, director de gestión de activos en La Financière de l’Echiquier (LFDE), los mercados de activos de riesgos “no saldrán indemnes” del giro restrictivo que han marcado los bancos centrales para este año, en especial la Fed.Una fase de subidas de tipos no es negativa estadísticamente para las bolsas, siempre que estas sean progresivas y que el calendario esté claro. La última reunión de la Fed contribuyó a dar más certidumbre a los mercados sobre la trayectoria de endurecimiento monetario. Sin embargo, el riesgo de una aceleración imprevista del calendario para hacer frente a la inflación no ha desaparecido todavía. Lo que sí es cierto, por el contrario, es que un movimiento acusado de endurecimiento monetario tendrá consecuencias para lo que demandan los inversores desde el punto de vista de las valoraciones. Después de casi dos años durante los cuales los mercados han recibido ingentes flujos, a menudo en detrimento de la racionalidad en los precios, este nuevo contexto monetario debería devolver su importancia a conceptos como la calidad, la valoración razonable, la salud de los balances y el poder de fijación de precios”, explica Berranger. 

A la luz del análisis de estas últimas actas de la Fed, algunos expertos consideran que la institución monetaria está tomando decisiones arriesgadas. Según el análisis que hace Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, de estas actas, los expertos consultados por el FOMC consideran que, a diferencia del último ciclo de endurecimiento en 2017-2019, las perspectivas económicas son más favorables hoy en día y que, por lo tanto, el plazo de dos años entre la primera subida de tipos y la reducción del balance debería acortarse esta vez. 

“Creíamos que la lección de 2018 estaba aprendida. En nuestra opinión, es arriesgado reducir el balance de un banco central en las actuales economías desarrolladas altamente financiadas. Hay que admitir que las dislocaciones resultantes de una recesión de naturaleza exógena y sin precedentes históricos modernos han provocado un repunte inflacionista más fuerte y duradero de lo esperado. Sin embargo, nuestro análisis no ha cambiado. La transición energética es inevitable, pero es inflacionaria a corto plazo y deflacionaria a medio y largo plazo. Frenar la demanda final para contener la inflación a corto plazo sólo provocará un retraso en esta transformación, que es esencial para el planeta”, argumenta el CIO de Julius Baer.

Esto toca el bolsillo de los norteamericanos ya que el impacto será significativo en su poder adquisitivo. “El mecanismo del efecto riqueza a través de los cambios en el precio de los activos es aún más fuerte que antes de la pandemia. La riqueza de los hogares estadounidenses ha aumentado en más de 25 billones de dólares estadounidenses en dos años. La normalización de la política monetaria es sin duda crucial. La Reserva Federal parece estar dispuesta a garantizar la estabilidad financiera al planear la reducción de su balance. Al hacerlo, creemos que vuelve a correr un gran riesgo de desestabilizar el sistema financiero. Otras herramientas, como los intereses sobre el exceso de reservas de los bancos o los coeficientes de reservas obligatorias, son medios menos arriesgados para lograr el mismo resultado. El riesgo de error de la política monetaria acaba de subir varios peldaños”, añade Bonzon. 

Por último, la normalización de la política monetaria de los principales bancos del mundo será una prueba para los mercados emergentes. Según apunta Zouhoure Bousbih, estratega de países emergentes de Ostrum Asset Management, firma afiliada a Natixis IM, “la política monetaria extremadamente acomodaticia de los principales bancos centrales, así como el significativo apoyo financiero de la comunidad internacional explican la resiliencia de los mercados emergentes en el 2021”. 

Por su parte, Andrew Rymer, especialista en inversiones en mercados emergentes de Schroders, añade: “El endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal puede ser un viento en contra, pero los mercados emergentes son más resistentes en comparación con el último ciclo de subidas de tipos de la Fed, como ilustran los gráficos siguientes. Las balanzas externas están en general en una buena posición, las recientes entradas de capital han sido menos calientes que en 2013, las monedas de los mercados emergentes parecen, en líneas generales, baratas y los rendimientos de la deuda local de los mercados emergentes son relativamente atractivos”.

La inflación, la volatilidad, los rendimientos bajos y la sostenibilidad reflejan el año de transición que viven los mercados

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Foto cedida. La inflación, la volatilidad, los rendimientos bajos y la sostenibilidad reflejan el año de transición que viven los mercados

Después de que el mercado bursátil estadounidense cerrase el año con rentabilidades de doble dígito por tercera vez consecutiva, su tendencia alcista continuada entró en punto muerto a raíz de las preocupaciones de los inversores sobre los posibles cambios en el plano de la política monetaria en un contexto en el que las presiones inflacionistas y las variantes del COVID-19 están lastrando la incipiente recuperación de la economía. En consecuencia, los inversores en renta variable continúan mostrándose recelosos, mientras que aquellos centrados en la percepción de rentas prosiguen su búsqueda de rendimientos.

En este contexto, ¿dónde podrían los inversores encontrar oportunidades en 2022? A esta pregunta han respondido los gestores de carteras, estrategas y directivos de Natixis Investment Managers y de sus firmas de inversión afiliadas. Y, en términos generales muestran un “optimismo prudente” de cara a 2022, ya que consideran que estamos ante un posible año de transición para los mercados. En líneas generales, los gestores prevén que la volatilidad continuará, así como un aumento de la inflación, unos rendimientos reales de los bonos del Tesoro en terreno negativo, el surgimiento de oportunidades a escala internacional y una mayor demanda de estrategias ESG.

Para Lynda Schweitzer, vicepresidenta, gestora de carteras y codirectora de renta fija global en Loomis Sayles, la clave para este año será identificar oportunidades en mitad de un entorno volátil. “2022 seguramente será un año de transición para los mercados mundiales a medida que el mundo continúa su reapertura tras la crisis provocada por el COVID-19 en 2020”, afirma Schweitzer.

En este sentido explica: “Los principales catalizadores de la recuperación mundial asíncrona continuarán siendo parecidos a los del año pasado: el COVID-19, la inflación, las disrupciones en la cadena de suministro y los temores sobre el crecimiento de China. Pese a ello, este año la nueva dinámica será la retirada de los estímulos por parte de los bancos centrales de todo el mundo. La inflación ha sorprendido al alza en la mayoría de regiones, aunque en distinta medida. A medida que nos adentremos en 2022, obtendremos más pruebas sobre el probable grado de persistencia de la inflación. Ello repercutirá tanto en las expectativas de inflación a largo plazo como en la capacidad de reacción de los bancos centrales La interpretación y posterior descuento de ambos factores por parte del mercado seguramente generará volatilidad en las clases de activos de la renta fija mundial, incluidos los diferenciales de crédito, los tipos y las divisas”.

Jens Peers, CEO y CIO de Mirova US, coincide en que las incertidumbres persistirán este año, pero también las oportunidades y, en particular, entre los títulos de renta variable sostenible. El ejecutivo considera que tendremos un año positivo a la par que volátil. “Se espera que los sectores cíclicos registren rentabilidades superiores tanto en la renta variable como en la renta fija, donde priorizamos la deuda de alto rendimiento en detrimento de la de grado de inversión y la deuda subordinada. Los planes de inversión en infraestructuras previstos, sumados a los compromisos suscritos en la COP26 para alcanzar una economía con cero emisiones netas de carbono en muchos de los principales países del mundo, también deberían conllevar una aceleración del crecimiento en el mercado primario de bonos verdes. En cuanto a la renta variable, consideramos que las oportunidades más atractivas residen en el sector bancario, en los títulos cíclicos expuestos a los grandes planes de recuperación basados en las infraestructuras, incluidas las infraestructuras verdes y las energías renovables, y en los sectores de comercio electrónico minorista, fintech, vehículos eléctricos y salud. En vista de las diferencias en el plano de las valoraciones, esperamos que los mercados europeos tengan un rendimiento superior a los estadounidenses, y también se identifican más oportunidades en los mercados emergentes”, afirma.

A la hora de hablar de oportunidades, Jack Janasiewicz, estratega jefe de carteras y gestor de carteras en Natixis Investment Managers Solutions, insiste en la renta variable. En su opinión, a lo largo del año las incertidumbres del mercado se irán disipando y el crecimiento, el consumo y los beneficios serán buenos motivos para tomar algo más de riesgo orientando las carteras a la renta variable.

“En vista de la existencia de catalizadores que posibilitan un régimen de mayor crecimiento del PIB nominal, al menos durante 2022, podríamos volver a darnos cuenta de que subestimamos la flexibilidad y el dinamismo emprendedor de las compañías estadounidenses. Además, en vista de que los rendimientos continúan situándose notablemente por debajo de las tasas de inflación prevista a largo plazo, ¿en qué otras clases de activos podríamos invertir si no? Así las cosas, el razonamiento según el cual la renta variable constituye la única alternativa viable a la hora de invertir (un concepto conocido en el mundo anglófono como There Is No Alternative o TINA) mantiene toda su vigencia”, señala Janasiewicz.

En este sentido, una de los sectores que ha recuperado atractivo es el sector financiero europeo, según Daniel Nicholas, gestor de carteras de clientes en Harris Associates. Para el gestor, la oportunidad está en aquellos títulos que estén bien posicionados para generar rentabilidad superiores y positivos en el futuro debido a tres factores: el aumento de tipos de interés, el nivel de capital y la expansión de los márgenes. 

Creemos que la combinación de crecimiento del PIB y presiones inflacionistas impulsará los tipos de interés a niveles más altos durante los próximos años. Prevemos que la subida de los tipos de interés acentuará el nivel actual de rentabilidad de cada uno de nuestros títulos del sector financiero”, aclara el gestor sobre el primero de estos factores. 

Siguiendo la tendencia que venía del año pasado, los activos reales también serán una buena opción para las carteras de este año, según François Collet Gérant, gestor de fondos en DNCA, dado el sólido crecimiento y dinamismo positivo que están experimentando esta clase de activos a corto plazo. Sobre ello, Collet afirma: “Pese a que las perspectivas económicas continúan siendo halagüeñas, las condiciones financieras deberían empezar a resultar menos favorables. En este contexto, nuestra asignación de activos debería priorizar los activos reales a corto plazo que cuenten con una prima de riesgo atractiva. En el plano de la renta variable, ello implicará reforzar la asignación a las bolsas europeas y emergentes. En renta fija, conllevará aumentar la asignación a la deuda pública emergente y a los bonos vinculados a la inflación”.

Por último, Philippe Barthelot, CIO de mercados de crédito y monetarios en Ostrum Asset Management, señala que 2022 también será un año de transición para el crédito, ya que “pasaremos de unos pasaremos de unos rendimientos ultrarreducidos a unos rendimientos bastante reducidos… otra vez”. Según indica su valoración, todo dependerá de las decisiones que los bancos centrales adopten y en la medida en que sigan o no la hoja de ruta que han ido comunicando.

La calidad crediticia seguirá mejorando, con un mayor número de mejoras que de rebajas de las calificaciones (a lo que se suma una cobertura de intereses en máximos históricos), y la tasa de impagos permanecerá por debajo del 2% en Europa y EE. UU. Este pilar fundamental sumamente positivo se ve amenazado por unas valoraciones elevadas y por una oferta neta que será mucho mayor en el segmento del crédito con grado de inversión respecto a sus niveles del año pasado. Ante la reducción del apoyo de los bancos centrales y el probable aumento de la volatilidad debido a la errática evolución de los tipos de interés, el reducido umbral de rentabilidad conlleva que el crédito resulte más sensible ante cualquier acontecimiento negativo. Los rendimientos reales negativos, que muy a menudo respaldan a los activos de riesgo (como quedó acreditado en 2021) solo pueden evolucionar en una dirección: al alza”, argumenta.

Ahora bien, concluye advirtiendo que los principales riesgos para su  hipótesis principal serán una inflación descontrolada y el mercado chino de alto rendimiento, “con especial hincapié en el sector inmobiliario”, matiza.

¿Qué coste tienen los fenómenos climáticos extremos en Europa?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Qué coste tienen los fenómenos climáticos extremos en Europa?

Algunos países europeos están más expuestos que otros a los crecientes costes de los fenómenos climáticos extremos, lo que implica riesgos de divergencias en los ratings soberanos. Ahora bien, la forma de limitar el riesgo es que los países movilicen inversiones para mitigar estos fenómenos y se muestren capacidades institucionales para responder a ellos, según destaca Scope en su último análisis.

Los fenómenos climáticos extremos constituyen uno de los principales retos medioambientales a los que se enfrentan los gobiernos, ya que las temperaturas extremas, las lluvias torrenciales, las inundaciones y las sequías plantean riesgos graves y, con toda probabilidad, crecientes para la vida humana y la actividad económica en Europa. Por ello, los riesgos de catástrofes naturales también constituyen un componente importante en la evaluación que hace Scope del perfil de riesgo medioambiental de un país.

«Las pérdidas económicas derivadas de fenómenos climáticos extremos representan el principal riesgo de catástrofe natural en los países de toda Europa», afirma Alvise Lennkh, subdirector de calificaciones soberanas de Scope. Entre 1980 y 2019, este tipo de acontecimientos, como las temperaturas extremas, las lluvias torrenciales y las sequías, provocaron unos costes económicos estimados de 446.000 millones de euros (el 3% del PIB de 2019) de los países miembros de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Por muy significativa que parezca la suma, la relevancia macroeconómica global de las catástrofes naturales relacionadas con el clima a lo largo de este periodo fue limitada, aunque varió considerablemente entre países.

Costes económicos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en los países miembros de la AEMA entre 1980-2019

Costes económicos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en los países miembros de la AEMA entre 1980-2019

«Los países de Europa Central y del Este, como Croacia, Rumanía, la República Checa, Bulgaria y Hungría, fueron los más afectados, con pérdidas económicas anuales medias derivadas de los fenómenos climáticos extremos a lo largo de 1980-2019 que oscilaron entre el 0,11% y el 0,15% del PIB, muy por encima del 0,07% de la media de países de la AEMA. Los países de menores ingresos tienden a registrar los mayores costes derivados de los fenómenos climáticos graves», afirma Lennkh. A falta de inversiones de mitigación, se espera que estos costes aumenten en los próximos años y en distintos grados en toda Europa. En particular, los países del sur de Europa y de Europa central y oriental son los más expuestos.

Coste económico de los fenómenos climáticos extremos (pérdidas anuales medias 1980-2019 en % del PIB de 2019)

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«Aunque los esfuerzos para hacer frente a los cambios climáticos se están acelerando en la región, el impacto adverso de los fenómenos climáticos extremos supondrá cada vez más un reto, a medida que los efectos sean más graves y generalizados, lo que podría llevar a variaciones en los ratings soberanos», afirma Lennkh. En este contexto, es crucial que los gobiernos movilicen recursos y apliquen reformas que reduzcan su exposición a los riesgos naturales y mejoren su capacidad para hacer frente a los fenómenos climáticos extremos.

Los líderes de la UE han acordado destinar al menos el 37% de la financiación de la UE recibida en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, mientras que la Comisión Europea ha propuesto que al menos el 25% del presupuesto plurianual de la UE se destine a la acción climática durante 2021-27. «Sin embargo, los planes de recuperación anunciados hasta la fecha no muestran que la exposición de los países a las catástrofes naturales y sus costes históricos hayan influido necesariamente en la asignación de los fondos de recuperación y resiliencia», afirma Thibault Vasse, analista de Scope. «La influencia de los riesgos físicos en las prioridades políticas a nivel nacional sigue siendo limitada en general».

Los países europeos han empezado a tener en cuenta las consideraciones climáticas en sus marcos presupuestarios. El Gobierno francés, por ejemplo, publicó su primer «presupuesto verde», que identifica los gastos que apoyan la transición ecológica y evalúa los que son perjudiciales para el medio ambiente. «Aun así, se necesitan más esfuerzos para reforzar la resistencia medioambiental de las economías europeas y evitar posibles divergencias de calificación a largo plazo», afirma Vasse.

Cuando el dinero no es gratis

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Los científicos creen que la mayoría de nosotros tardamos entre dos meses y un año completo en adoptar un nuevo hábito. Por tanto, parecería razonablemente seguro suponer que dos décadas de caídas en los tipos de interés en todo el mundo han dejado a muchos directivos corporativos e inversores en renta variable acostumbrados a disponer de deuda cuando quisieran y a un coste bastante insignificante.

De hecho, en los últimos 10 años, la deuda corporativa global ha crecido de 53 billones de USD a casi 88 billones de USD a finales de 2021, alcanzando el 98,5% del PIB global. Sin duda, algunos de estos recursos han ayudado a las compañías a financiar expansivas inversiones en inmovilizado de carácter productivo o invertir en proyectos de infraestructuras de larga duración, aunque la deuda gratuita barata disponible también puede tener un componente corrupto. Puede tentar a los equipos directivos a «aumentar» los rendimientos a través del apalancamiento del balance, participar en transacciones adquisitivas que pueden ayudarles a recibir pagos sobre el crecimiento de los beneficios por acción (una métrica de incentivo que realmente odiamos) o, en algunos casos, invertir bajo el supuesto de que el capital es “gratuito” siempre y cuando se perciba como una historia de crecimiento.

Nuestro proceso de inversión favorece a las compañías que generan un retorno sobre el capital operativo empleado (ROCE) elevado, no apalancado y sostenible. Naturalmente, desconfiamos de las compañías que dependen excesivamente del apalancamiento financiero. Para los inversores en renta variable a largo plazo como nosotros, la deuda representa un riesgo asimétrico. Cuando la oferta de crédito es abundante, el equipo directivo no se preocupa por los plazos de pago de los bonos, pues, para ellos, se trata simplemente de un ejercicio de refinanciación. Sin embargo, cuando las perturbaciones exógenas limitan la disponibilidad de crédito, el efectivo vuelve a ser el rey y, en el peor de los casos, los años de acumulación del crecimiento de los beneficios pueden revertirse mediante la exigencia de reembolsos de deuda que reduce el valor de las acciones a cero. Para nosotros, esto parece un riesgo demasiado alto para los pocos puntos porcentuales de rentabilidad adicional que podría generar el apalancamiento. Pasamos mucho tiempo pensando en minimizar la participación durante correcciones de mercado.

De hecho, a medida que el mundo corporativo se adapta a tipos de interés globales más elevados, creemos que esta solidez del balance se convertirá en un factor diferenciador para la resiliencia de los beneficios y los negocios de nuestras compañías. El impacto de primer orden es sencillo: los niveles más bajos de deuda hoy implican un menor lastre sobre los beneficios cuando esa deuda se refinancia a tipos más altos. Sin embargo, también creemos que nuestras compañías están mejor posicionadas para utilizar la resiliencia de sus balances a fin de mejorar sus perspectivas a largo plazo. Como argumentó anteriormente nuestro compañero Marcus Watson en otro análisis, en última instancia, poder invertir en tiempos difíciles debería mejorar las posiciones competitivas, aumentar la sostenibilidad del ROCE e impulsar el crecimiento constante y predecible que buscamos.

Algunas de nuestras compañías se encuentran en una posición envidiable en la que sus clientes, a través del transcurso normal de los negocios, les «prestan» regularmente grandes cantidades de fondos sin exigirles ningún rendimiento. Este «efectivo flotante» generalmente proviene de saldos de transacciones que pueden tener una duración contractual muy corta, pero que en conjunto suelen ser muy rígidos. Es probable que estas compañías sufran un viento de cola para los beneficios al invertirse los fondos de los clientes a tipos más elevados «sin riesgo».

Por ejemplo, el gran proveedor estadounidense de software de nóminas que poseemos se beneficia de una brecha de solo unos días entre el envío de fondos por parte de los clientes y la recepción de los salarios por parte de los empleados. En total, la compañía tuvo saldos de fondos de clientes promedio de 32.500 millones de USD en el último ejercicio fiscal, y es probable que su rendimiento del 1,4% sobre esos fondos aumente con la tendencia al alza de los tipos a corto plazo en Estados Unidos.2

En otros casos, no existe una necesidad comercial de que los clientes confíen fondos a una compañía, sino que simplemente eligen hacerlo por conveniencia. Por ejemplo, tenemos en cartera al proveedor de billetera electrónica más grande del mundo occidental, que generalmente tiene más de 30.000 millones de USD en cuentas de clientes en su plataforma,4 principalmente para ayudar a financiar compras futuras. Si bien estos fondos se pueden retirar en cualquier momento, mientras esta solución de billetera electrónica siga siendo una forma cómoda para que los consumidores paguen sus compras en línea, es razonable esperar que estos saldos se mantengan, lo que permitirá que la compañía reciba rentas por intereses mediante la reinversión de esos fondos en instrumentos de renta fija relativamente seguros (como deuda pública estadounidense).

A medida que los mayores tipos de interés se abren camino en la economía, es probable que desaparezca parte del comportamiento que fue facilitado por la deuda barata. Es probable que la burbuja en el mercado global de la vivienda desaparezca al enfrentarse los consumidores a costes hipotecarios más altos. También es probable que veamos menos anuncios de un nuevos y brillantes negocios de entrega de alimentos, por ejemplo, a medida que los inversores reevalúen el coste de oportunidad del capital que se requiere para ejercer un efecto disruptivo en un nuevo mercado. Sin embargo, conforme se vuelva más difícil diseñar el crecimiento a través de la deuda, creemos que el valor relativo de los negocios que puedan crecer orgánicamente de manera constante solo debería aumentar. Como hemos argumentado anteriormente, la resiliencia de los beneficios no importa en épocas buenas; es cuando las cosas se complican cuando realmente merece la pena contar con una combinación de ingresos recurrentes (que protegen los resultados brutos) y capacidad para fijar precios (que protegen los márgenes).

Tribuna de Anton Kryachok, analista del equipo de renta variable internacional de Morgan Stanley IM

El nuevo rugido de China en el año del tigre

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El rugido de China ha cambiado al entrar en el año del tigre. A partir de ahora, China hará hincapié en la calidad de su crecimiento, por encima de su velocidad. Ya no sirve un crecimiento del PIB a cualquier precio.

Pareciera que 2020 fue hace una década, en vez de hace un año. Los buenos resultados proporcionados por la renta variable y la renta fija chinas, la fuerte apreciación del renminbi y la creencia de que se produciría una política más equilibrada bajo el mandato del presidente electo Biden, alimentaron el optimismo de KraneShares de cara a 2021.

Aunque en KraneShares esperaban un endurecimiento de la política monetaria y fiscal de cara a 2021, subestimaron la intensidad y el alcance del comienzo de un ciclo menos acomodaticio. La rápida evolución fue más difícil de predecir, especialmente durante un año de reconfiguración normativa de uno de los sectores más lucrativos de China. Las empresas de internet chinas fueron objeto de una amplia campaña de regulación en el país, que aborda el comportamiento anticompetitivo, los riesgos de ciberseguridad, la protección de los datos de los consumidores y los riesgos financieros que plantean las empresas de tecnología financiera que hasta ahora no estaban reguladas. Aunque 2021 fue un año difícil para China, fue sólo un año dentro del contexto de una oportunidad mucho mayor.

Desde el punto de vista político, 2022 es un año importante. La gigantesca economía china sufre desequilibrios con riesgos regulatorios internos y externos que podrían tener un coste para los inversores, especialmente en el corto plazo. En ese sentido, KraneShares cree que el gobierno se ha comprometido a abordar estos desequilibrios mediante reformas y regulaciones.

Se espera que el presidente Xi se asegure un tercer mandato durante la asamblea del Congreso del Partido Comunista Chino (CCPC) en otoño de 2022. Por ello, KraneShares cree que el gobierno tratará de dar un tono positivo a la política y los negocios mientras el país continúa en su transición hacia un crecimiento de alta calidad. Por otro lado, las relaciones entre Estados Unidos y China podrían experimentar una mejora moderada en 2022 tras los avances, algo limitados, del año pasado.

Si no hay voluntad de buscar una confrontación catastrófica, en la opinión de KraneShares, el impacto de las relaciones entre Estados Unidos y China en los mercados será neutral en 2022. La importancia política de 2022 es también la razón por la que creen que China adoptó un enfoque rápido en relación con las regulaciones de Internet en 2021.

Las políticas más populares de China, que incluyen la atención sanitaria, las tecnologías limpias, la tecnología 5G y los semiconductores, seguirán recibiendo apoyo según la última declaración de la Conferencia Central de Trabajo Económico, que establece el marco de la política económica y financiera del gobierno cada año. Las conclusiones de la Conferencia Central de Trabajo Económico, a la que asistieron altos dirigentes políticos de China, hicieron hincapié en la estabilidad, la velocidad y la calidad del crecimiento en 2022.

La conferencia reconoció que la economía china se enfrenta a tres presiones: la contracción de la demanda, el choque de la oferta y la debilidad prevista. El panel recomendó que las políticas de apoyo, tanto fiscales como monetarias, se adelanten a 2022. La recomendación explica los recortes del coeficiente de reservas obligatorias (RRR) y del tipo de interés preferencial de los préstamos (LPR) en diciembre, que KraneShares cree que marcará la pauta de una política monetaria más laza en 2022.

En 2022, el país seguirá avanzando en muchos frentes, como el clima, los vehículos eléctricos, la atención sanitaria, Internet, la nube, la fabricación de alta gama, etc. Sin embargo, las principales industrias chinas, especialmente el sector de Internet, están experimentando un importante cambio, pasando de la mera captación de un mayor gasto de los consumidores a un enfoque en las innovaciones materiales y la localización de las cadenas de suministro que dependen de las importaciones.

El sentimiento de los consumidores, el sector inmobiliario y la política china de COVID cero son algunos de los riesgos a los que se enfrenta China en 2022. Los cierres esporádicos en varias ciudades y puertos chinos debido a los brotes de COVID-19 perjudican el consumo y la sensación de seguridad. Además, las regulaciones inmobiliarias destinadas a establecer una nueva normalidad en el mercado inmobiliario perjudican el sentimiento de los consumidores. La reciente temporada de resultados en China confirmó el cansancio de los consumidores y que las tasas de ahorro de los hogares se han disparado desde 2020.

Los objetivos de crecimiento para 2022 serán más difíciles de alcanzar este año en comparación con el anterior, sobre todo porque el efecto base favorable desaparece. La ralentización del crecimiento del PIB es de esperar, dado el nivel de desarrollo que China ya ha alcanzado. Por eso, KraneShares cree que China hará todo aquello que considere necesario para mantener el nivel sentimental del 5% de crecimiento del PIB y creen que los escépticos harán sonar la alarma si el nivel del PIB cae por debajo del 5% por primera vez, aunque lograr un crecimiento del 5% en una economía de 16,8 billones de dólares es como añadir a una economía el tamaño del PIB de Alemania cada 3 o 4 años.

El rugido de China puede cambiar de tono en 2022, pero a juicio de KraneShares seguirá siendo tan fuerte como siempre. Como dijo Joe Tsai, cofundador y presidente ejecutivo de Alibaba, durante el día de los inversores de Alibaba:  «China no va a desaparecer».  El tono del evento se orientó hacia la innovación y el futuro, sin que las industrias tradicionales obstaculicen su progreso, representando lo que es China: innovación y progreso.

En KraneShares siempre han mantenido una visión constructiva con respecto a China, especialmente en el largo plazo. Por eso, animan a los inversores a no ver China como una compra a corto plazo, sino como una inversión para el largo plazo y fomentan la diversificación en múltiples sectores para ayudar a reducir los riesgos.

 

Para obtener una perspectiva en profundidad, así como más detalle sobre las oportunidades de inversión en 2022 y en adelante, por favor acceda a este enlace.

 

 

BlackRock amplía su gama sostenible con dos fondos sobre acción climática

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Pixabay CC0 Public Domain. BlackRock amplía su gama sostenible con dos fondos activos sobre acción climática

BlackRock ha anunciado el lanzamiento de dos nuevas estrategias de gestión activa centradas en la acción climática, el BGF Climate Action Multi-Asset Fund y el BGF Climate Action Equity Fund. Según explica la gestora, ambos fondos aprovechan su amplia experiencia en inversión sostenible de gestión activa con el objetivo de generar un impacto medioambiental positivo.

La gestora sostiene que a medida que los inversores tratan de alinear sus valores climáticos con sus objetivos de inversión, buscan identificar oportunidades con el potencial de superar a los mercados tradicionales mediante la incorporación de catalizadores financieros relacionados con el clima y conocimientos sostenibles en sus estrategias de inversión. Como reflejo de esta tendencia, BlackRock ha creado una amplia y creciente gama de fondos y estrategias sostenibles de gestión activa, en todas las clases de activos, para ayudar a los inversores a perseguir sus objetivos sostenibles concretos.

Su último lanzamiento lo componen dos nuevos fondos dentro de su gama activa sostenible en EMEA, el BGF Climate Action Multi-Asset Fund y el BGF Climate Action Equity Fund, que proporcionan a los inversores acceso a los principales temas climáticos y que se espera que permitan, y/o se beneficien, de la transición hacia una economía de cero emisiones netas de carbono. Ambos fondos integran criterios ESG en sus procesos de inversión y están clasificados bajo el artículo 9 del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles de la UE (SFDR, por sus siglas en inglés).

Según destaca la gestora, el BGF Climate Action Multi-Asset Fund es uno de los primeros de su clase en adoptar un enfoque multiactivo para invertir en emisores que se esfuerzan por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a través de una cartera diversificada de acciones, renta fija y activos alternativos en áreas como la energía limpia, la eficiencia de los recursos, la nutrición sostenible, la biodiversidad y el transporte limpio.

Su objetivo es obtener una puntuación de intensidad de emisiones de carbono inferior a la de su índice de referencia -el MSCI All Country World Index (65%) y el Bloomberg Barclays Global Aggregate Bond Index (35%)- y pretende incorporar una tasa de descarbonización interanual.
Además, el fondo combina la investigación macrotemática y la capacidad de asignación de activos del equipo de estrategias diversificadas de BlackRock Multi-Asset Strategies and Solutions (MASS) con la capacidad de selección de valores de los especialistas en renta variable y renta fija, lo que permite crear una cartera con conciencia climática sin comprometer los objetivos financieros.

“Los inversores buscan cada vez más alinear sus prioridades climáticas con sus objetivos de inversión, un equilibrio que puede resultar muy complejo y que crea potencialmente desafíos a muchos niveles. Para ello, un enfoque multiactivo puede aprovechar una amplia gama de estrategias relacionadas con el clima para buscar las oportunidades de inversión más atractivas -y gestionar los riesgos- que presenta el cambio climático. De este modo, pretende proporcionar un viaje de inversión más fluido a través de la diversificación y la gestión prudente del riesgo”, señala Rupert Harrison, gestor de estrategias multiactivas de BlackRock.

Respecto al BGF Climate Action Equity Fund, la gestora explica que se centra en descubrir a los ganadores estructurales disruptivos a largo plazo que impulsan la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo su segmento de mercado. El fondo invierte en empresas que aportan soluciones para la mitigación del cambio climático y/o la adaptación al mismo, o en negocios cuyas propuestas están en proceso de hacerse más resilientes a los riesgos a largo plazo que presentan el cambio climático y el agotamiento de los recursos. En este sentido, la estrategia ofrece acceso a los principales temas relacionados con el clima en múltiples sectores, como la energía limpia, el transporte limpio, la alimentación sostenible y la eficiencia de los recursos, en un universo de unos 1.000 valores.

Según indica Tom Holl, gestor de renta variable Fundamental de BlackRock, “el fondo se centra en las emisiones de gases de efecto invernadero en su origen, invirtiendo globalmente en los sectores que están mitigando las causas más importantes de las emisiones de CO2, como la generación de energía, los combustibles para el transporte, la agricultura y los procesos industriales y los residuos. A medida que se acelera el paso hacia un futuro más ecológico, vemos que hay muchas empresas capaces de facilitar la transición a una economía con menos emisiones de gases de efecto invernadero, así como de beneficiarse de ella. El enfoque de inversión de la estrategia aprovecha los amplios conocimientos temáticos de BlackRock con el objetivo de satisfacer las expectativas de rentabilidad de los inversores preocupados por la sostenibilidad”.

TREA AM aconseja seguir en renta variable y prevé que habrá oportunidades en renta fija, principalmente en crédito y países emergentes

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Pixabay CC0 Public Domain. ola

La gestora de fondos independiente TREA AM ha difundido sus perspectivas para 2022 en las que avanzan sus previsiones sobre la evolución de las principales variables macroeconómicas y muestra sus preferencias de inversión de cara al próximo año.

Los gestores de TREA AM prevén que la inflación va a bajar en 2022, sobre todo a partir de la segunda mitad del año, aunque solo sea por la comparativa interanual de los precios de la energía. Más dudas les genera la evolución del crecimiento de la economía global. Los efectos del aumento de los precios se están reflejando ya en el consumo por la menor renta disponible en los hogares y, además, una parte del aumento de actividad que se ha registrado en el último trimestre de 2021 se ha debido al adelanto de compras por el temor a una falta de suministros, lo que avanza un menor crecimiento futuro. Aun así, y siempre que el virus esté contenido y sus efectos controlados antes de 2023, la previsión es que el crecimiento global se situará en el entorno del 4,6% en 2022 y del 3,7% en 2023.

Tipos estables en la zona euro

En cuanto a la evolución de los tipos de interés, tras las últimas señales lanzadas al mercado por la Fed -adelanto a marzo de 2022 del tapering (retirada de estímulos) y tres subidas de tipos a lo largo del año-, TREA AM destaca que la recuperación de la economía ha venido por los enormes estímulos de los gobiernos y los bancos centrales, lo que les hace pensar que la recuperación, en realidad, no es tan sostenible como se prevé en algunos ámbitos, ya que es demasiado dependiente de estímulos externos. “La retirada de los estímulos va a mostrar las debilidades de las economías antes de lo que los mercados esperan, impidiendo que se suban los tipos de interés”, subraya Ricardo Gil, responsable de Asset Allocation de TREA AM.

Por su parte y en línea con lo avanzando por el BCE en su última reunión, los expertos de TREA AM no creen que en la eurozona se produzcan subidas de tipos el próximo año, no tanto porque la inflación no se mantenga en niveles relativamente altos -en junio se situará en torno al 3%-, sino porque los niveles de deuda y las incertidumbres por la pandemia son todavía demasiado elevados como para aventurarse a retirar los estímulos económicos.

Mayor sofisticación en fondos de inversión

Con ese entorno económico, los gestores de TREA AM son optimistas sobre la evolución de los fondos de inversión en España en 2022. “El aumento de la liquidez en los hogares y las empresas nos hace seguir siendo muy optimistas con la industria, pero asumiendo que las exigencias cada vez son mayores. Es difícil que se repitan las entradas de patrimonio de este año. Lo que esperamos es una mayor sofisticación en el tipo de productos que se ofertan. Para el desarrollo de la industria creemos que es determinante la capacidad de gestionar esos productos”, apunta Ricardo Gil.

¿En qué activos hay que invertir en 2022? Los gestores de TREA AM esperan un aumento de las volatilidades en todos los mercados. En los últimos años, las compras de activos por parte de los bancos centrales han sido el factor clave para explicar la rentabilidad de las inversiones, pero este condicionante va a terminar en los próximos meses. “Con esta situación de los mercados, creemos que hay que seguir en renta variable y que en renta fija habrá oportunidades, principalmente en crédito y países emergentes”, señala el responsable de Asset Allocation de la gestora, quien añade: “En nuestro ADN está hacer una gestión activa y entrar cada vez en más nichos nuevos en los que se pueda aportar valor a los clientes, tanto en renta variable como en renta fija y no cotizados, así como alternativos, donde se puede encontrar ese plus de rentabilidad”. “Tanto si compramos acciones como bonos, nosotros estudiamos la empresa como si la fuésemos a comprar en su totalidad”, concluye.

Bonos investment grade y high yield

Respecto a las preferencias en la inversión en renta fija, Ascensión Gómez, responsable de Renta Fija de la gestora, se muestra tajante: “Preferimos bonos corporativos a deuda soberana”. En líneas generales -apunta-, las compañías han mantenido o reducido su apalancamiento y tienen unos buenos fundamentales. En cambio, la deuda soberana va a tener que asumir, por un lado, el final del programa de compras de BCE que se creó con la pandemia, y, por otro, las mayores emisiones de los gobiernos para financiar sus enormes déficits fiscales.

Y dentro de los bonos de empresas en los que invertir, TREA AM considera que la mejor opción es una adecuada combinación de investment grade y high yield. “Hay que vigilar mucho los diferenciales, ambos, investment grade y high yield, están bastante estrechos, pero obviamente el rendimiento en high yield es mayor y puede compensar una ligera ampliación en las carteras”, subraya Ascensión Gómez.

En cuanto a la renta variable, en TREA AM presagian un entorno de inversión en el que las tendencias macroeconómicas, los factores de disrupción y los catalizadores, combinados con los elevados niveles de endeudamiento, se traducirán en una diferenciación sustancial entre regiones, países y sectores. “En los mercados de renta variable nos estamos centrando en un enfoque de factores económicos y geográficos que sean equilibrados. Los resultados macroeconómicos divergentes crearán ganadores y perdedores”, incide Federico Battaner, responsable de Renta Variable España de TREA AM.

¿Y cuáles son los sectores más atractivos para invertir? “El Big Data, la digitalización acelerada de procesos de producción junto a la adopción más rápida de nuevas tecnologías, la salud y la transición energética hacia la energía verde son nuestros principales focos e intereses en la inversión”, añade Battaner.

Las empresas, obligadas a reinventar la relación con el talento

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Pixabay CC0 Public Domain. Los bancos centrales se enfrentan a un dilema

La disrupción del COVID-19 se ha sumado a una agenda laboral marcada hasta ahora por el horizonte acechante de la inteligencia artificial y la automatización, y ha establecido un antes y un después en la relación empresa-trabajador. De esta forma, las compañías deberán reinventarse para gestionar el talento.

El informe Tendencias Talento que ha publicado recientemente LLYC detecta tres grandes líneas de transformación para 2021. La primera ya venía marcada por la digitalización, pero se ha acentuado todavía más. Tiene que ver con la necesidad de priorizar el upskilling y el reskilling de los empleados, ya sea para generar ventajas competitivas en el mercado, para responder a la perspectiva de carreras más longevas o para facilitar herramientas de liderazgo a unos managers perdidos en la deslocalización del trabajo.

El segundo gran cambio se centra en el establecimiento de nuevos modelos de relación más flexibles entre compañías y trabajadores, aún demasiado anquilosados en el pasado y con poca capacidad de respuesta para prioridades actuales de los empleados como la salud mental, el equilibrio entre la vida personal y profesional o la reivindicación de los perfiles senior.

El tercero pone el foco en la importancia creciente de la comunicación en un contexto en el que el teletrabajo y la previsión de modelos híbridos puede conllevar en el medio plazo una destrucción de la cultura y del tejido social interno de las compañías, y en el que el activismo creciente de los empleados en determinadas causas puede generar importantes brechas de la confianza.

David González Natal, socio y director Senior de Engagement de LLYC, reconoce que “este es un momento clave para el futuro de las compañías y la relación con el talento debería estar en el centro de las decisiones que se tomen. En concreto, es necesario que repensemos y reforcemos la cultura en un contexto de desincronización y deslocalización, que apostemos por la formación como una clave para obtener ventajas competitivas y que generemos lazos de comunicación más sólidos con el activismo creciente entre los empleados”. 

Además, el estudio señala  las 10 tendencias que marcarán el talento en 2021: 

Empleado activista

Se está produciendo un crecimiento del activismo digital que proporciona nuevas herramientas y, sobre todo, un clima de contagio emocional muy poderoso. Será necesario, por ejemplo, que las empresas establezcan instrumentos internos para escuchar a tiempo y detectar las preocupaciones de los empleados con suficiente margen de maniobra para no caer en una política reactiva ante el fenómeno.

Empleado eterno

A pesar de los efectos de la pandemia, es un hecho que seremos aún más longevos en el futuro. Cómo impactará esa longevidad creciente en modelos en los que el trabajo físico será cada vez menos relevante por la automatización, es una de las conversaciones a desarrollar en los próximos meses. Si las compañías no quieren correr el riesgo de perder a algunos de sus mejores trabajadores, embarcados en esta búsqueda de un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal, tendrán que ofrecer modelos más flexibles de relación. 

Continuos aprendices

La conversación sobre la necesidad del upskilling (adquirir nuevas competencias) y reskilling (reciclaje profesional) del talento en las compañías no es nueva, pero sí es más crucial que nunca. La tecnología había sido hasta ahora el motor que impulsaba la necesidad de que el talento estuviera en un continuo proceso de aprendizaje, pero el impacto del COVID-19, junto con el crecimiento exponencial de la inteligencia artificial, ha disparado esta clave y lo hará aún más en los próximos meses.  Las capacidades digitales van a ser pronto un commodity básico en muchas empresas, como puede ser el leer. Además, algunos estudios revelan que el 91% de las compañías esperan que la habilidad más demandada próximamente sea la creatividad.  

Los nuevos managers

Según una encuesta de PwC, el 54% de los directores financieros (CFOs) indican que sus compañías planean convertir el teletrabajo en una opción permanente. Esto nos sitúa ante varios desafíos, pero uno de los más claros es que los managers tendrán que reinventar su manera habitual de gestionar equipos si gran parte de ellos trabajan en remoto. La empatía será una de las claves para mantener la conexión humana de los equipos. 

Del employee experience al life experience

En los próximos meses las empresas necesitarán crear una suerte de nueva ‘etiqueta digital’ para el new normal  que ha de contemplar elementos nuevos tan importantes como el derecho a la desconexión o el respeto a la flexibilidad de horarios, que puedan adecuarse a las circunstancias particulares de cada uno. 

Del Where al When

El escenario que impone la nueva normalidad también ha presentado diversas oportunidades para acelerar procesos de agilidad y simplificación que las compañías siempre han anhelado. Las empresas tienen una ocasión inmejorable para desprenderse de capas innecesarias de complejidad que lastran muchos de sus procesos, beneficiando en el camino a un talento al que se valora por sus resultados, eficacia y compromiso.

Del trabajo remoto al trabajo híbrido

El trabajo a distancia estaba ganando terreno incluso antes de que llegara la pandemia y hoy tenemos una oportunidad de acelerar ese cambio cultural. La revolución de los espacios de trabajo se hizo presente. Las oficinas deberán convertirse en experiencias productivas, significativas y memorables para los empleados. Un espacio de inspiración y conexión entre personas, un lugar donde se fomente el aprendizaje y el desarrollo continuo.

Salud mental en la empresa

Uno de los efectos más fuertes y, a menudo, menos visibilizados de la crisis sanitaria son las consecuencias que está provocando en la salud mental de los trabajadores. Sin duda, las organizaciones deben aproximarse a esta cuestión y generar estrategias efectivas que toquen sistemáticamente el problema que, con bastante frecuencia, es minimizado o abordado sólo tangencialmente.

Innovación colectiva

Lo que se espera de los líderes de hoy es que involucren a todos los trabajadores de la empresa para crear un cultura propicia a la innovación. Todos tenemos un lado creativo y la misión de las empresas y sus líderes es que toda su plantilla contribuya a ese “genio colectivo”.

Talento Senior para la resiliencia

Dentro de los equipos de trabajo hay un grupo particular al que se debería revalorizar en una época en la que la resiliencia es más clave que nunca: los Seniors. Algunos estudios recientes ya plantean que los profesionales de más de 50 años serán esenciales para la recuperación económica post-covid. Su experiencia en resolver crisis generadas por el cambio del entorno y la transformación los hará especialmente relevantes en esta era.