Como gestores de renta variable que invierten con la mente puesta en los riesgos factoriales, hemos observado que algunos gestores activos se han enfrentado a serias dificultades en 2022. La razón fue que el mercado giró hacia un grupo más reducido de beneficiarios en medio de inmensos cambios en los precios de las materias primas, las condiciones económicas, la política gubernamental y las expectativas de los tipos de interés. No es de extrañar que la selección de valores se vea dificultada cuando el entorno macroeconómico provoca una menor diferenciación y un conjunto limitado de ganadores.
En lugar de recompensar los fundamentales sólidos en Value, Growth y Quality, hemos presenciadouna rotación de factores en los extremos, es decir, entre el deep value (relacionado con la subida de tipos), el crecimiento especulativo (relacionado con la desaceleración económica) y la beta más baja (relacionada con la guerra y la crisis de las materias primas). A largo plazo, Wellington Managment cree que los fundamentales acabarán imponiéndose, pero nuestro estudio sobre el comportamiento de los factores en los últimos dos años revela algunos aspectos importantes de cara a realizar las asignaciones:
Considerar las asignaciones defensivas para complementar el enfoque Growth y Value – El hecho de que nos encontremos en una nueva etapa de mercados volátiles y carentes de dirección no es necesariamente bueno o malo para la selección activa de valores o para los resultados. «Pero sí puede significar que se necesiten asignaciones defensivas específicas, ya que los perfiles de riesgo de las asignaciones Growth y Value cambian más a menudo y de forma más violenta, lo que dificulta el equilibrio del riesgo a lo largo del ciclo (algo que ya estamos viendo)», dicen los expertos de Wellington Managment.
Buscar sectores con mayores oportunidades para la selección de valores – Como el entorno de los tipos de interés y la inflación está cambiando, varias de las dinámicas Growth (persistencia) y Value (diferenciación de la calidad) pueden evolucionar o volver a los patrones anteriores a la gran crisis financiera global (o incluso a los de la época anterior a las puntocom): más volatilidad/menos sostenibilidad de los márgenes, más foco en los balances, más oportunidades para la selección de valores en todo el espectro de capitalización del mercado y más posibilidades de reversión a la media. «Cabe esperar que esto favorezca el análisis fundamental bottom-up y fomente la exposición a los segmentos de pequeña y mediana capitalización, al value y a los dividendos», apuntan desde Wellington Managment.
Tener en cuenta el desajuste del horizonte temporal al valorar la habilidad a la hora de seleccionar valores – A veces, la selección de valores se ve perjudicada cuando los gestores se centran en la inversión con una visión a largo plazo basada en la ejecución fundamental de las compañías y no directamente en el sentimiento macroeconómico actual. Este desajuste de horizontes temporales es el principal reto que plantea nuestro método de ánalisis de gestores y es aún más acusado cuando el mercado es hipersensible a los factores macroeconómicos a corto plazo, como ha ocurrido recientemente. «Sin embargo, estamos dispuestos a aceptar los retos de la selección de valores durante un periodo razonable si la cartera de un gestor se comporta como cabría esperar y existe un proceso sólido, dotado de recursos y replicable que sustente la selección de valores», destacan desde Wellington Managment.
Buscar estrategias de diversificación – Si tenemos en cuenta las dificultades típicas de la gestión activa, las asignaciones a estrategias de valor de gran capitalización, renta variable y baja beta pueden diversificarse si se produce un cambio de régimen en detrimento del crecimiento, elmomentum y la alta calidad.
Incrementar el uso de los test de estrés macro – «En nuestra opinión, en los próximos 10 años veremos una mayor diferenciación en los ciclos económicos y en la política macro a nivel mundial en comparación con los 10 años anteriores», comentan desde Wellington Managment. «La realización de un conjunto de test de estrés macro puede constituir una herramienta importante para determinar si los movimientos macroeconómicos a corto plazo, exógenos al proceso de asignación, tienen el potencial de perjudicar el cumplimiento de los objetivos de rentabilidad y riesgo a largo plazo», añaden.
Evaluar a los gestores teniendo en cuenta el dilema de la gestión activa – Si los gestores activos intentan controlar la concentración del índice asignando las ponderaciones del índice de referencia a grandes nombres, corren el riesgo de ser etiquetados como «seguidores del índice de referencia» cuando su participación activa caiga en picado. En igualdad de condiciones, observamos que los gestores activos tienden a sobreponderar de forma significativa un mayor número de valores «con tendencia alcista» en lugar de utilizar el mismo capital para sobreponderar moderadamente un valor de mega capitalización. «Creemos que este sesgo puede generar mayor alfa a largo plazo, pero también provoca un mayor carácter cíclico en los resultados activos. La clave reside en cómo un gestor equilibra esta disyuntiva, un factor importante a la hora de evaluar las asignaciones de los gestores activos», terminan.
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Las políticas instauradas por el gobierno para atender a estas tres amplias categorías –COVID, consumo y crédito– ayudan a explicar la situación actual de China, y es probable que den forma a la trayectoria del país en el corto plazo. En el largo plazo, China busca hacer evolucionar su economía a través de la innovación, enhebrando la aguja entre los beneficios empresariales y la protección del bienestar de su gente.
Así, Jennifer James, administradora de cartera de mercados de crédito en Janus Henderson Investors, explica que la mera escala y el desafío que implica hacer evolucionar una economía de ese tamaño es inconmensurable, ningún otro país tiene la habilidad ni la ambición de emprender lo que está haciendo China. No obstante, estos esfuerzos pueden tener efectos indeseados. De hecho, es probable que las sacudidas simultáneas de las políticas aplicadas en diferentes sectores que hemos visto hasta ahora hayan acelerado lo que de otro modo hubiera sido una ralentización natural de la economía, erosionando la confianza de los consumidores y contribuyendo a la inestabilidad de los mercados.
COVID-19
China ha seguido una estrategia de tolerancia cero con respecto al COVID-19. Áreas metropolitanas enteras se han confinado luego de la detección de casos. Se ha indicado que no habrá cambios a esta estrategia hasta alcanzar un objetivo de vacunación del 80-85%1. La actividad manufacturera no ha sido protegida de esta estrategia, y se han impuesto restricciones severas al centro industrial de Guangdong. Este tipo de enfoque, que asfixia inmediatamente la actividad económica para volver a encenderla como un interruptor cuando los casos bajan, es disruptivo. Y esto se debe a que a menudo es más fácil detener la actividad que reiniciarla. El aumento desmedido de las tarifas de fletes es indicativo de la congestión causada por la intolerancia de China ante el COVID-19, que incluyó el cierre de Ningbo-Zhoushan, el tercer puerto más activo del mundo, supuestamente por la aparición de un caso.
Consumo
El consumo minorista chino se mantiene débil. Ha caído muy por debajo de las expectativas de mejora después del levantamiento de las restricciones. La evidencia de recuperación ha sido insignificante: el crecimiento de las ventas minoristas post-covid en China están todavía muy por debajo de la tasa de crecimiento del 8%2 pre-pandémica, según lo registrado en diciembre de 2019.
Es posible que este consumo anémico refleje que la carga más pesada de los efectos económicos del COVID-19 haya recaído sobre los hombros de los más susceptibles. Los salarios bajos representan el 40%2 de la población y los datos del mercado laboral sugieren que su ingreso no ha aumentado a la par de otras profesiones más lucrativas, como la tecnología o los servicios financieros.
En modo similar, las tasas de ahorros de hogares, que crecieron en respuesta a los confinamientos del COVID-19, no han sido utilizadas para alimentar una recuperación basada en el consumo a medida que se reabrió la economía. Esto podría ser un reflejo de la disrupción y la incertidumbre resultantes del enfoque de covid-cero, que impone restricciones súbitas que dificultan el planeamiento de gastos de entretenimiento. Asimismo, podría indicar que los consumidores se mantienen cautelosos antes sus futuras perspectivas de empleo.
Crédito
Otro factor que potencialmente pesa sobre el gasto de los consumidores son las severas medidas del gobierno con respecto a las propiedades. El gobierno ha declarado que no quiere que el mercado inmobiliario sea especulativo. La propiedad tiene un significado social en China, representando el 23,3% de PBI3. Las políticas implementadas para estabilizar el mercado de vivienda han comenzado a dar frutos, más allá de que parezcan exageradas y estén enfriando esta máquina de crecimiento.
Ya hemos visto cómo los riesgos de la ralentización del sector inmobiliario, combinados con medidas gubernamentales más estrictas sobre los niveles de deuda, se manifestaron en los problemas de Evergrande, el gigante desarrollador inmobiliario chino. Es probable que el riesgo sistémico de la saga de Evergrande sea bajo porque los bancos tienen una exposición directa limitada a los créditos para viviendas y es posible que China contenga cualquier caída antes de que se torne excesiva. No obstante, el apoyo probablemente se dirija más hacia los compradores de viviendas que al salvataje de empresas per se, de modo que los mercados de capital y crédito podrían absorber algunas de las pérdidas Podemos ver la reacción en los mercados de crédito, con diferenciales de crédito cada vez más marcados. Hasta ahora, el contagio más allá de las fronteras de China ha sido limitado, y el mercado emergente más amplio y los diferenciales de grado de inversión apenas han mostrado cambios leves.
Los intentos de atacar los altos niveles de deuda forman parte de un impulso general para controlar el crecimiento del crédito. Se han implementado importantes acciones políticas para apoyar la agenda de ajuste de crédito del gobierno, que incluyen2:
The People’s Bank of China (PBoC) ajusta el crédito para propiedades (un financiamiento abarcativo de fideicomisos y bonos para desarrolladores e hipotecas de consumidores).
El Ministerio de Finanzas impone controles más estrictos tanto a los vehículos de financiamiento de los gobiernos locales como a la emisión de bonos. El Consejo de Estado también justificó el incumplimiento de los vehículos de financiamiento de estos gobiernos.
El ajuste del financiamiento de fideicomisos y de banca en la sombra por parte de la Comisión Regulatoria de Banca y Seguros de China (CBIRC), con una reducción de objetivo de 1 billón de yuanes en 2021.
China ha tenido décadas de un crecimiento impresionante alimentado por deuda. El aumento de deuda como porcentaje del producto bruto interno (GDP) tiene una relación positiva con el PBI per cápita en China. El riesgo para el resto del mundo es que el deseo de China de reducir el apalancamiento produzca un crecimiento interno más lento con efectos colaterales en el crecimiento mundial.
Anotaciones:
1 Fuente: Deutsche Bank, Exit Strategy Policy Tracker, octubre de 2021
2 Fuente: Barclays Research, Special Topic: China, Policy Evolution, septiembre de 2021
3 Fuente: Goldman Sachs Economics Research, China Data Insights: How big is China’s property sector, octubre de 2021
Glosario:
Desapalancamiento: Una compañía que reduce su empréstito/deuda como proporción de su hoja de balance. Dentro de un fondo de inversión, se refiere al fondo que reduce su nivel de apalancamiento.
PBI: Producto Bruto Interno: una medida del tamaño de la economía.
Riesgo sistémico: El riesgo de un cambio crítico o dañino al sistema financiero en general, que podría afectar a todos los mercados y clases de activos.
Alto rendimiento: Un bono con una calificación crediticia más baja que un bono investment grade. A veces se le denomina bono sub-investment grade. Estos bonos conllevan un mayor riesgo de que el emisor incurra en incumplimiento de pagos, por lo que normalmente se emiten con un cupón (pago de intereses) más alto para compensar el riesgo adicional.
Grado de inversión: Un bono normalmente emitido por gobiernos o empresas que se perciben con un riesgo relativamente bajo de incumplimiento de pagos, por lo que reciben una calificación crediticia más alta de las agencias de calificación.
Diferencial: la diferencia de rendimiento entre un bono (o un grupo de bonos en un índice) y la tasa libre de riesgo, los bonos de corto plazo del Tesoro de EE. UU. Se expresa normalmente en puntos básicos (100 puntos básicos = 1%)
Diferencial-cero: El diferencial de cero volatilidad es el diferencial que se debe agregar a cada tasa de interés al contado en la curva de rendimiento del Tesoro de EE. UU. para hacer el que valor actual de los flujos de efectivo del bono sea igual al precio del bono.
Curva de rendimiento: Un gráfico que muestra los rendimientos de bonos de calidad similar versus sus vencimientos. En una curva de rendimiento normal/ascendente, los rendimientos de los bonos con vencimientos más largos son mayores que los de vencimientos más cortos.
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Thornburg Investment Management, (2021). Enchufados a las oportunidades del vehículo eléctrico. Funds Society AMÉRICAS, septiembre 2021 (nº28), págs. 32- 34.
. Thornburg Investment Management, (2021). Enchufados a las oportunidades del vehículo eléctrico. Funds Society AMÉRICAS, septiembre 2021 (nº28), págs. 32- 34.
Actualmente, la electrificación del transporte es una de las principales tendencias de la industria del automóvil, que afecta directamente a los principales fabricantes y proveedores del ecosistema de los vehículos eléctricos.
Los vehículos eléctricos y los sistemas avanzados de asistencia al conductor (denominados ADAS) están experimentando una rápida adopción impulsada por la combinación de las políticas gubernamentales, las preferencias de los consumidores, los retos climáticos y la innovación disruptiva, que ha mejorado la calidad y el acceso general a estos productos. Estos factores están contribuyendo a un cambio de tendencia y favoreciendo el sólido crecimiento de los vehículos eléctricos en el futuro.
Thornburg estima que las nuevas ventas mundiales de vehículos eléctricos pueden alcanzar entre los 30 y 50 millones de unidades en 2030
Thornburg estima que las nuevas ventas mundiales de vehículos eléctricos pueden alcanzar entre los 30 y 50 millones de unidades en 2030, lo que supone una importante oportunidad para los fabricantes tradicionales de equipos originales (OEM), así como para una amplia gama de industrias y sectores que están involucradas en la cadena de suministro de vehículos eléctricos. En este sentido, identificamos dos catalizadores que apoyarán esta trayectoria de crecimiento.
Catalizador número 1: Las mejoras en la eficacia de las baterías
Los avances tecnológicos en la composición química de los cátodos utilizados en el diseño de las celdas de las baterías han reducido el coste y mejorado su rendimiento. Durante la última década, los costes de las baterías han descendido en más de un 18% al año, gracias al aumento de la fabricación en escala y a las mejoras en la química de los cátodos; mientras que la autonomía media de conducción ha aumentado de 84 millas a 256 millas por carga, entre 2010 y 2020.
Los metales básicos de las baterías son el litio y el níquel o el cobalto, aunque también se usan otros para su fabricación, como el aluminio, el manganeso, el cobre, el magnesio y el hierro. El empleo de todos los materiales, que son claves para los cátodos, debería crecer de forma significativa, pero la combinación química que finalmente se imponga tendrá un impacto enorme en la actividad minera y en los proveedores de minerales. Se estima que los minerales verdes que no dependen de la química de las baterías, como el litio y el cobre, experimenten una mayor demanda para 2030, con una proyección de 2,25 millones y más de 2,5 millones de toneladas métricas, respectivamente.
Una transición hacia cátodos con mayor contenido en níquel
En las dos últimas décadas, la combinación química más popular en la fabricación de cátodos fuera de China ha sido “la batería de bajo contenido en níquel”, compuesta por un 40% de níquel, un 30% de cobalto y un 30% de manganeso. La tendencia ha sido sustituir el níquel por el cobalto y el manganeso, más caros y con problemas éticos. Las baterías con más níquel también presentan una mayor densidad de potencia y autonomía. Dado que los costes de los insumos son significativamente menores y la densidad de potencia es mucho mayor, las baterías de níquel superior deberían sustituir a las de níquel inferior a mediados de la década de…
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Más de 1.200 profesionales de la industria financiera se examinan estos días en las últimas convocatorias del año para la obtención de la certificación EFPA ESG Advisor, creada este mismo año, a la luz de la creciente importancia que está adquiriendo en el ámbito de las inversiones las cuestiones relacionadas con la ESG.
La cuarta, quinta, sexta y séptima convocatoria de estos exámenes se celebran durante los días 9, 10, 13 y 14 de diciembre, respectivamente, en formato telemático. Hasta la fecha, EFPA España ya ha certificado a más de 300 profesionales en el ámbito de las finanzas sostenibles, por lo que está última convocatoria refleja el interés creciente de los asesores financieros y entidades por apostar por EFPA como partner de formación en este ámbito.
La certificación EFPA ESG Advisor, que ofrece una visión integral en el ámbito de la sostenibilidad financiera, tiene el reconocimiento y validez de carácter europeo de EFPA y está concebida y planteada para asesores y planificadores financieros que quieran acreditar conocimientos sólidos en esta materia y adquirir las competencias imprescindibles exigibles en el entorno financiero enfocado crecientemente a la sostenibilidad. Su obtención no solo garantiza el cumplimiento de las futuras expectativas regulatorias, sino que va más allá de los requisitos formales. El temario abarca las tendencias más destacadas dentro del ESG, con el objetivo de formar a los profesionales para generar e impulsar un impacto de sostenibilidad financiera.
Santiago Satrústegui, presidente de EFPA España, indica que “la sostenibilidad ya no se limita a una simple tendencia de inversión, sino que se ha convertido en un pilar fundamental para la industria financiera. En los próximos años, la formación en este ámbito será uno de los principales inputs con los que trabajará el sector financiero para impulsar la creación de valor para todos los stakeholders de las compañías y para ofrecer a los clientes una perspectiva completa antes de tomar decisiones de inversión”.
Dotada de 450 obras de artistas internacionales, la colección de arte de Balanz se destaca en el mundo financiero latinoamericano por su alcance y ambición. Lo que empezó como una operación de diversificación financiera se ha convertido en algo más profundo: una seña de identidad para la corredora de bolsa argentina, que literalmente convive con el arte.
Balanz está a punto de lanzar la plataforma web de su colección para darla a conocer al mundo. Además, se está terminando un libro que describirá los hitos de la formación del acervo, con entrevistas a artistas y curadores. Como dice Juliana Fontalva, curadora y manager de la colección, están empezando una nueva fase, la fase de difusión.
Los trabajadores de Balanz conviven con el arte de la forma más literal: unas 250 obras de las 450 que componen la colección están expuestas en los locales de la empresa financiera, en las salas de reunión, puestos de trabajo o pasillos. La presencia de los cuadros y esculturas es una costumbre y la presencia cotidiana del arte, un incentivo para los miembros del equipo. “Ahora queremos sacar un poco la colección de la oficina y darnos mayor visibilidad como la institución que somos”, explica Fontalva.
Balanz existe desde 2002 y lleva más de 13 años invirtiendo en arte, algo que no solo tiene que ver con la compra de obras, sino también con la restauración, conservación, logística y seguros. Fontalva explica que hoy en día, la colección es sin ninguna duda un activo financiero para la empresa. “Tenemos claras las cifras y valores de todas las obras, pero no tenemos su valor de mercado. Vendemos muy poco, serán 10 obras al año como mucho”, dice la curadora.
Arte contemporáneo y una búsqueda existencialista
La colección empezó siendo eminentemente Argentina y con los años se fue abriendo a Latinoamérica, especialmente Cuba, Colombia y Brasil. Pero actualmente, el acervo es internacional. “Hoy en día nos definimos como una colección internacional. Tenemos artistas de todo el mundo, recientemente compramos obras de un artista japonés, en ese sentido no tenemos límites y de hecho ahora mismo estamos invirtiendo más en arte internacional que hace unos años”, dice Fontalva.
Claudio Porcel, actual CEO del Grupo Balanz, fue el verdadero precursor de la iniciativa junto a una de las socias, Isabel Pita, quien llevó su afición al arte en un nivel experto. Junto con Fontalva, visitan y recorren ferias de artes, se impregnan del medio y finalmente, son Porcel y Pita (financistas después de todo) quienes negocian las adquisiciones. “Los cuatro socios crearon la compañía con un espíritu de ser siempre los primeros, tratar siempre de mejorar y entenderse, empujar los límites para llegar a la excelencia en un camino de autoconocimiento. Entonces, la colección empieza buscando a los artistas que consideran importantes, mientras abre la agenda a ciertas temáticas que tienen que ver con la aventura, el existencialismo, el cuestionamiento general del mundo… Es una colección que siempre se está preguntando que es este mundo en el que vivimos y quién soy yo adentro de es mundo”, explica…
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Pixabay CC0 Public DomainAdrian Sulyok. Adrian Sulyok
A lo largo del último año, los mercados bursátiles han contado con numerosos catalizadores que los han impulsado al alza. Primero, un importante estímulo monetario y fiscal a consumidores y empresas para paliar los efectos del confinamiento. Muchas empresas han demostrado una impresionante capacidad de adaptación al nuevo entorno, incluso con la transición de sus modelos de negocio físicos a otros digitales y virtuales.
Con los viajes y la hostelería cerrados, muchos consumidores sustituyeron su “gasto en experiencias” por “gasto en cosas”, lo que impulsó el crecimiento de los beneficios en áreas insospechadas. La mejora de la demanda ha estado acompañada de un férreo control de los costes por las empresas, lo que se ha traducido en un nivel de apalancamiento operativo impresionante y un crecimiento de los beneficios en general fuerte de todo el mercado. A todo esto hay que añadir un entorno de expectativas de que los tipos de interés se mantendrán más bajos durante más tiempo.
No obstante, las un día altamente eficientes cadenas de suministro mundiales no lo fueron tanto confrontadas con bruscos repuntes de la demanda, serios cuellos de botella en el transporte y el cierre de fábricas provocado por la escasez de mano de obra debido a las medidas contra el COVID-19. Estas fricciones han llevado a su vez a cierta inflación, a un ajuste al alza de las expectativas de tipos de interés y a dudas sobre la capacidad de las empresas para producir los volúmenes esperados a los costes presupuestados. Si a este cóctel se le añaden las inquietudes sobre el apalancamiento en el sector de la promoción inmobiliaria en China y el incierto rumbo de los anuncios de políticas públicas allí, un trimestre de rentabilidades bursátiles mundiales planas resulta completamente comprensible.
Como inversores en renta variable, nos fascinan estas dinámicas a nivel macro, micro y del mercado bursátil y las seguimos con interés. Pero como inversores enfocados en la sostenibilidad, lo que capta aún más nuestra atención es la sucesión actual de acontecimientos, que nos proporcionan una guía para entender mejor la transición en curso hacia una economía global más sostenible.
Cambio climático, en la teoría y en la práctica
Hubo serias advertencias procedentes de dos ámbitos muy diferenciados: la publicación del sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), y los tangibles y dramáticos efectos del cambio climático que presenciamos sobre la cadena alimentaria global. Uno de los hallazgos más contundentes del informe IPCC fue que, incluso asumiendo el escenario de reducción de emisiones más ambicioso, se estima en menos del 50% la probabilidad de mantenerse por debajo del objetivo de calentamiento de 1,5 grados establecido en el Acuerdo de París. Es más, el “presupuesto “para este escenario solo permite mantener el ritmo actual de emisiones industriales durante otros quince años.
Las pruebas del peligro del cambio climático también quedaron de manifiesto en los numerosos estragos para la agricultura a nivel global: dañinas heladas en Brasil, devastadoras inundaciones en China y Alemania, y sequías e incendios descontrolados en los campos de EE. UU. y de Canadá. El daño para las cosechas y la consiguiente escasez de alimentos y drásticas subidas de los precios fueron otra señal de que el peaje del cambio climático para la economía y las sociedades está sucediendo ya, no es una cuestión de un futuro lejano.
Avances alentadores para una economía global sostenible
Como contrapunto a la gravedad de la situación, cabe citar algunos hechos alentadores. Entre ellos, los anuncios de política de alto nivel, como el Fit for 55 de la Unión Europea (UE), un programa de legislación específica dirigida a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% hasta 2030. O el plan energético anunciado por el gobierno japonés para reducir el peso de los combustibles fósiles en el mix de generación de electricidad del país desde el 75% en 2020 hasta el 41% en 2030. O también algunas soluciones innovadoras que están desarrollando las empresas que seguimos para afrontar estos problemas, ya sea en forma de tecnologías patentadas para la captura del carbono durante el proceso de fabricación de cemento (uno de los mayores emisores industriales) o de prototipos de aeronaves eléctricas para rutas de corto alcance. Tanto las políticas como la innovación siguen impulsándonos hacia un futuro más sostenible, lo cual es sin duda alentador.
Estamos muy pendientes de la COP26, la cumbre que se celebrará en Glasgow con la participación de líderes de más de 190 países y en la que durante doce días se debatirán medidas para frenar el cambio climático. El año pasado, los gobiernos más influyentes del mundo firmaron una serie de compromisos ambiciosos para luchar contra el cambio climático, y esperamos que en la COP26 dichos compromisos se amplíen y vengan acompañados de planes de actuación. Contener el calentamiento a 1,5°C tiene una importancia fundamental y esperamos ver nuevos acuerdos sobre la hoja de ruta para alcanzar dicha meta.
Las cuestiones más pertinentes que nos estamos planteando
El trimestre nos ha dejado múltiples cuestiones sobre las que reflexionar. Si nos encaminamos hacia un periodo de inflación más persistente, ¿obligará esto a una mayor eficiencia para hacer más con menos? Nosotros así lo creemos, y en este sentido, la eficiencia sigue siendo uno de nuestros diez temas de impacto positivo. A un periodo tan prolongado de calma relativa en los mercados bursátiles mundiales debería seguirle normalmente un periodo de mayor volatilidad, por lo que esperamos nuevas oscilaciones conforme la economía global digiera las perturbaciones en las cadenas de suministro y las empresas lidien con las presiones inflacionistas. No obstante, siempre hay que tener en cuenta que unos precios más altos contienen la semilla de su propia destrucción, pues incentivan a las empresas a invertir en eficiencia o en sustitución de factores. A la larga, vemos un entorno inflacionista como algo positivo para el crecimiento de aquellas empresas con modelos de negocio resistentes que tengan un impacto positivo en el medioambiente y la sociedad.
¿La escasez de semiconductores en las cadenas de suministro, seguirá impulsando la demanda para los diseñadores y fabricantes de estos componentes cada vez más críticos, convirtiendo a este sector cíclico en un sector de crecimiento estructural? ¿La subida de los precios de las energías basadas en los combustibles fósiles seguirá siendo un catalizador para aumentar, no para reducir, la inversión en nuestro parque de energías renovables, tecnologías e infraestructuras conexas? Y el testimonio de una empleada de Facebook alertando de prácticas no deseables, ¿atraerá aún más atención hacia la cultura, misión y ética directiva de las empresas en cuyo accionariado invierten nuestros fondos de pensiones y los ahorradores a largo plazo? Creemos que la respuesta a todas estas preguntas es “sí”.
Una selección de lo más rentable
Uno de los temas dominantes en los mercados mundiales de renta variable este año ha sido el movimiento pendular entre el crecimiento secular y el recovery trade post-pandemia. Durante el primer semestre del 3T, muchas empresas expuestas a tendencias de crecimiento secular anunciaron unos sólidos resultados del 1S, y sectores como el de tecnología de la información (TI) o el de salud destacaron, sin embargo, las tornas empezaron a cambiar hacia finales de agosto a medida que la disrupción de las cadenas de suministro y los signos de una inflación más persistente precipitaron una rotación hacia segmentos más cíclicos del mercado. Debido a estos acontecimientos, los mercados mundiales de renta variable terminaron el trimestre sin grandes cambios, y los sectores más rentables acabaron siendo el financiero, el de energía y el de TI.
A nivel de las acciones, las tres principales impulsoras de la rentabilidad en el 3T fueron el desarrollador de software de gestión de proyectos Atlassian, el proveedor global de servicios de gestión de riesgos y seguros AON, y el fabricante de componentes para bicicletas Shimano.
Atlassian desarrolla software colaborativo de gestión de proyectos, fundamentalmente para desarrolladores de TI, y se ha convertido en el estándar de facto y una de las aplicaciones de mayor permanencia en su campo. Su misión consiste en liberar el poder de los equipos, siendo consciente al mismo tiempo del impacto de sus actividades sobre el planeta y la sociedad. La empresa publicó unos impresionantes resultados del cuarto trimestre en julio. Su transición a un modelo basado en la nube (cloud) ha fortalecido aún más la demanda, acelerando el desarrollo de nuevos productos y aumentando su adopción por los clientes. Por otro lado, la acción de AON se revalorizó después de que la oferta de adquisición lanzada sobre Willis Towers Watson fuera rescindida mutuamente con un mínimo impacto. AON también publicó unos sólidos resultados en julio, sustentados en una fuerte retención y unos robustos márgenes. Debido a la creciente relevancia de riesgos nuevos (y complejos) como el cambio climático y la amenaza cibernética, AON está posicionándose con éxito como un líder de mercado, y creemos que la mitigación de estos riesgos para sus clientes le reportará un significativo impacto positivo.
Shimano, por su parte, es un líder a nivel global de componentes para bicicletas, famoso por su artesanía de alta calidad. El fabricante publicó un sólido crecimiento de las ventas, al registrar un incremento de pedidos impulsados por la escasez de inventarios de bicicletas en las tiendas. Los cambios estructurales en el ocio y el transporte como parte del nuevo estilo de vida han hecho que la demanda global de bicicletas aumente desde el comienzo de la pandemia. Además de beneficiosos para un estilo de vida saludable, los productos de Shimano fomentan una forma de transporte medioambientalmente sostenible que está siendo apoyada en muchas zonas del mundo.
Los obstáculos en China afectan a la actividad
Entre los principales lastres para la rentabilidad durante el trimestre estuvieron el fabricante de láseres IPG Photonics, la empresa de tecnología financiera Linklogis y el proveedor de software de relación con clientes Zendesk. Aunque IPG Photonics (IPGP) publicó un sólido crecimiento de las ventas respecto al año anterior, su cotización cayó tras incumplir las estimaciones en agosto. La debilidad estuvo motivada por el discreto comportamiento de China, donde la actividad industrial se ha visto afectada por la escasez de suministro eléctrico, brotes de la variante Delta y una ralentización del sector inmobiliario. Nos sigue gustando IPGP por su tecnología láser energéticamente eficiente y con múltiples aplicaciones en procesos de fabricación industrial, tecnología médica y entretenimiento en el hogar.
Linklogis, empresa en cuya salida a Bolsa (IPO) invertimos en el primer semestre del año, ha tenido unos duros comienzos como compañía cotizada. La empresa utiliza la inteligencia artificial y la tecnología blockchain para abaratar el coste de los aprovisionamientos y la financiación del capital circulante de las pymes en China. Aplicando el blockchain a las facturas a cobrar frente a grandes empresas, pueden utilizar estos saldos como una forma de garantía para acceder a líneas de crédito bancario con menor coste, lo que supone un fuerte espaldarazo para la rentabilidad del sector de las pymes, clave en la creación de puestos de trabajo y el crecimiento de la renta en China.
Recientemente, la empresa ha experimentado obstáculos ya que uno de sus principales mercados finales es el sector inmobiliario, actualmente en el punto de mira del regulador dada la vulnerabilidad financiera de algunos importantes promotores. Por último, la acción de Zendesk retrocedió pese a anunciar un crecimiento de sus ventas de casi el 30% y una fuerte adopción por parte de los clientes. Zendesk ayuda a los clientes a configurar y gestionar el canal de atención al cliente, una pieza crucial para la construcción de mejores relaciones entre una organización y su clientela. Sus productos ofrecen a las organizaciones la flexibilidad para centrarse en la innovación y la productividad. A medida que prosigue la digitalización de la economía, Zendesk seguirá mejorando el valor de su propuesta.
Permanecer centrados en temas sostenibles a largo plazo
Nos mantenemos centrados en la digitalización, la electrificación y la decarbonización, tres tendencias que están convirtiéndose en motores clave de nuestra economía global y que continúan informando nuestras decisiones de inversión y construcción de cartera. Nuestro enfoque de inversión consiste en identificar empresas favorecidas por estos temas de sostenibilidad a largo plazo, y que están desempeñando un papel positivo en la transformación de la actual economía global hacia otra más sostenible. Dedicamos nuestro tiempo a buscar empresas caracterizadas por oportunidades de crecimiento interesantes, una cultura de innovación y resiliencia financiera probada.
Tribuna de Hamish Chamberlayne, director de renta variable sostenible global de Janus Henderson Investors.
Glosario de términos
Adquisición: operación corporativa por la que una empresa adquiere la totalidad o la mayor parte de las acciones de otra para hacerse con el control de esta última.
Cíclicas: las industrias cíclicas son sensibles a los ciclos económicos y tienden a comportarse mejor en épocas de prosperidad económica. En cambio, generan menores ingresos durante fases de contracción de la economía.
Política fiscal: política de un gobierno relacionada con la fijación de los tipos impositivos y los niveles de gastos. Es independiente de la política monetaria, que normalmente corre a cargo de un banco central.
Inflación: tasa a la que aumentan los precios de los bienes y servicios en una economía.
Apalancamiento: la cantidad de deuda empleada para financiar las actividades de una empresa.
Política monetaria: las políticas de un banco central, para tratar de influir en el nivel de inflación y crecimiento de una economía. Incluye el control de las tasas de interés y la oferta monetaria. Estímulo monetario es cuando el banco central aumenta la oferta monetaria y reduce los costos de endeudamiento.
Volatilidad: el ritmo y la medida en que sube o baja el precio de una cartera, un título o un índice de mercado.
Información importante:
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Un dato muy alentador, a medida que nos acercamos a 2022, es el marcado aumento de la tasa de vacunación en los mercados emergentes, incluso a pesar del riesgo que aún pueden significar variantes nuevas como Ómicron. Si bien esto ha contribuido a sustentar el crecimiento económico, es probable, en la opinión de los expertos de Schroders, que no se repita en 2022.
El crecimiento general en los mercados emergentes empezará a moderarse, y esto es bien sabido por los mercados, que se han ajustado de manera acorde durante 2021. Efectivamente, cabe la posibilidad de que los mercados emergentes den una sorpresa positiva el año próximo.
Los gestores de carteras de mercados emergentes de Schroders siguen de cerca las perspectivas inflacionarias y un posible punto de inflexión. También buscan un punto de inflexión en términos de crecimiento económico en China.
El riesgo geopolítico es un área que debe supervisarse continuamente. Además, hay varias elecciones clave; desde Corea del Sur en marzo, hasta la elección presidencial de Brasil en octubre.
Las economías de los mercados emergentes
David Rees, economista sénior en mercados emergentes
La amenaza de variantes nuevas significa un riesgo constante a tener en cuenta, como lo muestra la incertidumbre en torno a Ómicron, y puede provocar un cambio muy drástico de las perspectivas. Sin embargo, la amplia mayoría de los mercados emergentes está en proceso de vacunar a gran parte de su población en los próximos meses. Esto podría ser claramente beneficioso para la recuperación continua de la actividad económica. Mejores resultados en materia de covid serían una buena noticia para los mercados emergentes y, en particular, beneficiarían a las economías basadas en servicios; especialmente, las que dependen mucho del turismo.
De todos modos, no hay manera de evitar la disminución del crecimiento económico en los mercados emergentes en 2022. Muchas economías ya han retornado a sus niveles prepandemia y esto, naturalmente, hace que sea más difícil sostener tasas de crecimiento por encima de la tendencia. En 2021, los niveles de crecimiento se han visto beneficiados por la base baja de comparación del año pasado, lo que prácticamente garantiza un ritmo más lento de expansión en 2022. Si analizamos más allá de estos tecnicismos, encontraremos otros motivos fundamentales para prever una disminución del crecimiento.
El empeoramiento de las proyecciones de crecimiento de los mercados desarrollados significa que es probable que la demanda de productos manufacturados baje en el curso de este año. El comercio mundial es un factor de impulso importante para el crecimiento de los mercados emergentes y, si bien un mayor nivel de reposición de inventario de las empresas durante la pospandemia puede brindar apoyo en el corto plazo, es probable que las altísimas tasas de crecimiento de las exportaciones registradas en 2021 no puedan sostenerse. En general, esto es negativo para las economías pequeñas y abiertas de los mercados emergentes de Asia, partes de Europa Central y Oriental, y México.
Las perspectivas más bajas para China pueden afectar a determinados ME. Por ejemplo, si la actividad moderada del sector de bienes raíces se traduce en menor demanda de commodities, como los metales industriales, esto impactaría en las exportaciones de las economías de Latinoamérica y el África subsahariana.
En los ME, una política fiscal y monetaria más estricta tendrá un peso cada vez mayor en el crecimiento. El fuerte aumento de la inflación en los ME, que sofocó a muchos mercados emergentes en 2021 y obligó a los bancos centrales a realizar aumentos bruscos de las tasas de interés, debería aquietarse. Sin embargo, la suba de tasas suele impactar en la actividad de seis a nueve meses después. Combinado con un posible recorte fiscal, a medida que los gobiernos intentan reparar el daño causado por la pandemia en los presupuestos, el endurecimiento de la política tiene grandes chances de ser muy contraproducente para la actividad. En última instancia, esto puede significar que los bancos centrales no apliquen todo el endurecimiento que ahora se está aplicando en los mercados, lo que abre una ventana de oportunidad para los inversores en los mercados locales.
En consecuencia, esperamos que el crecimiento del PBI en los mercados emergentes se reduzca del 6,5 % esperado en 2021, a cerca del 4,5 % en 2022. Si estamos en lo cierto, es poco probable que los mercados emergentes experimenten un crecimiento mayor que el de algunos mercados desarrollados. Aunque esto no debería tomar totalmente por sorpresa a los inversores, en general, una prima de crecimiento tan limitada plantea un escenario delicado para los mercados.
Renta variable de los ME
Tom Wilson, responsable de renta variable de mercados emergentes
El estímulo global que se implementó como respuesta a la pandemia está despareciendo, y a ello se suma un menor crecimiento de la liquidez y la inminente reducción de estímulos en los Estados Unidos. La anticipación de políticas monetarias más estrictas le ha puesto mayor presión al dólar estadounidense, lo que complica las condiciones financieras del mundo emergente. Los cuellos de botella, la disrupción del mercado laboral, el aumento del precio de la energía y la recuperación económica poscovid también han causado una inflación más persistente que la esperada, lo que ha venido impulsando el temor a una estanflación.
Ha habido una continua normalización a nivel global, sustentada por la distribución de vacunas y los altos niveles de inmunidad poscontagio. El nivel de penetración de las vacunas en los mercados emergentes ha alcanzado el de los mercados desarrollados, mientras que algunos estudios, inclusive en la India, muestran niveles elevados de inmunidad natural por la infección postcovid. En líneas generales, esto debería traducirse en menores restricciones a la actividad en el futuro, lo que permitiría abordar los cuellos de botella y reducir la disrupción en fabricación y logística en 2022.
En tanto, el retiro de estímulos y la desaparición de la demanda creciente deberían reducir la presión inflacionaria y calmar el temor a una estanflación. Por supuesto, las variantes nuevas suponen un riesgo constante, en especial, si evaden a las vacunas actuales y generan un aumento de las tasas de mortalidad, y pueden cambiar sustancialmente las perspectivas.
El endurecimiento de la política de la Fed puede suponer viento en contra constante, pero los mercados emergentes son más resilientes que en el último ciclo de aumento de tasas de la Fed, como lo muestran los siguientes gráficos. Las cuentas externas suelen estar en orden, el ingreso de capital reciente ha sido menos especulativo que en 2013, las divisas de los mercados emergentes se ven baratas en general y los rendimientos de la deuda local de los mercados emergentes son relativamente atractivos.
La reducida disponibilidad de crédito en China se está sintiendo. Las condiciones económicas están empeorando debido a un impulso crediticio negativo, el cambio de 12 meses en préstamos nuevos como un porcentaje del PBI y una amplia acción regulatoria. Esta última ha generado incertidumbre en el mercado y ha tenido un impacto económico directo a través del sector de bienes raíces. Esperamos que la política se vuelva más estimulante y el impulso crediticio toque fondo y se recupere. También consideramos que el alboroto regulatorio puede haber alcanzado su pico máximo.
El impulso crediticio suele verse reflejado en la actividad económica en un plazo de nueve meses, como lo muestra el siguiente gráfico, lo que sugiere que la economía china seguirá siendo débil hasta mediados del año próximo. Sin embargo, en el segundo semestre de 2022, es posible que mejoren las perspectivas macroeconómicas para China. Aunque la ganancia de las empresas se verá afectada por la desaceleración económica de este año, los mercados tienen visión de futuro y pueden comenzar a pensar en una recuperación.
Riesgos para 2022
Los riesgos clave para las perspectivas incluyen la geopolítica, las variantes nuevas de COVID-19, capaces de evadir a las vacunas, el escenario inflacionario que demuestra no ser transitorio y la futura senda hacia la regulación en China. El último punto refleja los objetivos de “prosperidad común” del Gobierno, en términos de abordaje de la inequidad y mejora de la movilidad social. El ritmo de las nuevas iniciativas parece haber bajado, pero seguimos supervisando la situación de cerca, en especial, de cara a la reunión del Congreso Nacional del Partido Comunista en el cuarto trimestre del año que viene.
Valoraciones
En total, las valoraciones de los mercados emergentes no son baratas en relación con su historial. Sin embargo, esto esconde variaciones considerables en términos de países, sectores, acciones y tipos de inversión. También hay cierta incertidumbre sobre las ganancias de las empresas el año próximo, que surge de las presiones del crecimiento económico, alimentadas por el endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, en comparación con los Estados Unidos, las valoraciones se ven más atractivas, mientras que diversas divisas de los mercados emergentes lucen cada vez más baratas.
Hacia 2022, es posible que comencemos a ver un escenario más positivo. La política monetaria ha anticipado mayor inflación, y las tasas reales lucen atractivas. Si la presión inflacionaria disminuye, podría haber lugar para una relajación de la política monetaria. En tanto, cabe la posibilidad de que la economía china empiece a mejorar.
Países a los que debemos seguir
En términos de nuestra preferencia actual del mercado, mantenemos una visión menos favorable de China aunque hemos reducido nuestra escala de infraponderación en los últimos meses. A pesar de que seguimos viendo una promesa a largo plazo en la India, sustentada por el avance de las reformas, las valoraciones caras continúan moderando nuestro apetito.
En cambio, nos gustan los mercados emergentes de Polonia y Hungría, en Europa Oriental, donde el crecimiento económico es sólido y las valoraciones son razonables. Rusia es el mercado que preferimos, debido a las valoraciones baratas y a que se beneficia de precios de commodities más altos. Los riesgos geopolíticos persisten, y dadas las tensiones con el Oeste en reciente aumento, estamos supervisando la situación de cerca.
Brasil también puede ser una oportunidad en 2022, ya que las valoraciones reflejan un riesgo político elevado, y un punto de inflexión en la inflación puede dar lugar a la flexibilización monetaria en la última parte del año próximo. Continuamos, modestamente, sobreponderando el mercado de Corea, dada la amplia selección de oportunidades accionarias y las valoraciones atractivas.
La deuda de los mercados emergentes
James Barrineau, responsable de estrategia global de deuda de mercados emergentes
El lanzamiento oficial del programa de reducción de estímulos de la Fed es un cierre adecuado para un año en que los inversores de la deuda de los mercados emergentes lucharon poderosamente contra los recuerdos del berrinche del mercado de 2013. Esta vez, no creemos que los inversores esperen dos años de vacas flacas, como de 2013 a 2015, dado que la Fed sigue un formato similar.
Si bien los inversores podrían temer las consecuencias de una suba de tasas de interés en los Estados Unidos, los mercados son mecanismos “informacionalmente eficientes” y todo es tomado en cuenta. Como muestra el siguiente gráfico, el inicio del último ciclo de aumentos de diciembre de 2015 coincidió con una recuperación de los rendimientos del mercado local para los inversores que duró dos años. Este ciclo (desde los comentarios sobre “tapering”, o la reducción de estímulos, pasando a la efectiva reducción, hasta el despegue de las tasas) va camino a ser mucho más corto, lo que sugiere que se ha tenido en consideración un alto porcentaje del sufrimiento.
El dólar es un 18 % más alto que al inicio del ciclo anterior. Los bancos centrales de los mercados emergentes han estado subiendo las tasas de manera preventiva durante muchos meses, lo que amplió la diferencia en las tasas nominales con el mundo desarrollado. Además, las divisas, en líneas generales, nunca recuperaron por completo sus niveles de valoración reales previos al primer ciclo de reducción de estímulos. Las valoraciones son mucho más esperanzadoras hoy.
Si la inflación se modera y vuelve a acercarse a los niveles deseados por los bancos centrales en 2022, las perspectivas para los inversores de deuda de los mercados emergentes en divisa local podrían ser muy buenas. Durante el transcurso de este año, el rendimiento del mercado local de DME, medido por el índice global diversificado de deuda pública para mercados emergentes (GBI-EM), aumentó del 4,2 % al 5,65 %, a medida que los ciclos de aumento avanzaron. El diferencial, o diferencia en rendimiento, de los bonos del Tesoro de igual duración ha aumentado a poco más de 430 puntos básicos.
Los bancos centrales con mayor credibilidad, como los de Rusia y México, probablemente sean los primeros en poner un freno a los aumentos. Otros, en Europa Central y Brasil, se tomarán más meses en controlar las tendencias inflacionarias. Los países asiáticos tienen una credibilidad más parecida a la de los mercados desarrollados que otras regiones de mercados emergentes; además, si bien los rendimientos locales son más bajos, la volatilidad de la divisa también es mucho más moderada. Durante el transcurso de 2022, esperamos que casi toda la clase de activos haya completado ciclos de aumentos y quede con tasas de interés reales muy superiores a las de los mercados desarrollados; tal vez, con el surgimiento de ciclos de recorte de tasas.
Las divisas tendrán que cooperar con una visión optimista de las tasas para que la mayoría de los inversores se sientan atraídos. La estabilidad del renminbi de China, donde las tasas reales, es decir el neto de la inflación, son las más positivas de la clase de activos, indica que las tasas positivas son un gran atractivo a pesar de la importante cantidad de emisiones soberanas. También preferimos a Malasia e Indonesia en la región por el mismo motivo. El rublo ruso luce casi a prueba de balas, con fuertes cuentas externas. En Latinoamérica, se destaca México, debido a la proximidad con los Estados Unidos y la ausencia de presión fiscal.
Respecto de la deuda en dólares, las perspectivas son menos esperanzadoras. En la deuda de mercados emergentes de grado de inversión, el diferencial de rendimiento comparado con los bonos del Tesoro de los Estados Unidos es históricamente bajo; sin embargo, aún ofrece un pick-up modesto en comparación con la deuda de mercados desarrollados con similar calificación, que ha logrado estabilidad. Los diferenciales de bonos de mercados emergentes de alto rendimiento son más atractivos que los de alto rendimiento estadounidenses, pero no cuentan con un entorno operativo estable. Ser activo y adoptar un enfoque selectivo es clave. Algunos créditos de baja calificación lucharán contra los requisitos de financiamiento y la necesidad de endurecimiento de las políticas fiscales (muchos mercados de la frontera y de África subsahariana). Otros podrían no ser candidatos al default, pero lucharán contra las políticas tendientes a recuperar la sostenibilidad de la deuda a medida que el crecimiento y el gasto bajan.
Pixabay CC0 Public DomainWoodley Wonderworks. Woodley Wonderworks
Los principales temas que se trataron durante la COP26 se centraron en que la comunidad internacional ayudará a diseñar y ofrecer un futuro más sostenible tanto para las personas como para el planeta. Pero, según explica Jared Cook, especialista de inversión en renta fija en AXA IM, mientras que las medidas que están tomando los países desarrollados han sido objeto de un gran escrutinio, podría decirse que se ha prestado menos atención al avance -y la financiación- de la sostenibilidad en los mercados emergentes.
Por supuesto, todas las miradas están puestas en China, el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, responsable de alrededor del 30% de las emisiones mundiales de CO₂. En septiembre de 2020, el presidente de China, Xi Jinping, se comprometió a lograr la neutralidad en materia de carbono para 2060, lo que significa que las emisiones de carbono del país se compensarían financiando una cantidad equivalente de reducción de carbono en otros lugares.
China también ha anunciado recientemente planes para reducir su dependencia de los combustibles fósiles por debajo del 20% para 2060, una declaración ambiciosa dado que el año pasado el carbón representó casi el 60% del uso energético del país (1). En consonancia con estos objetivos, China es ahora el principal productor y exportador de tecnologías de energías renovables, lo que demuestra su firme compromiso con la sostenibilidad (2).
Fuera de China, otros mercados emergentes están dando grandes pasos en cuanto a políticas medioambientales. Por ejemplo, Brasil lleva casi 50 años añadiendo etanol a su combustible para reducir la dependencia de la gasolina, y en 2020 el consumo medio nacional de biocombustible fue de 0,72 barriles equivalentes de petróleo (boe, por sus siglas en inglés) por persona, considerablemente superior a la media mundial de 0,08 barriles equivalentes de petróleo por persona (3). Además, alrededor del 84% de la electricidad de Brasil proviene de fuentes renovables, una de las proporciones más altas a nivel mundial (4).
Por su parte, Costa Rica ha llevado a cabo un enorme programa de reforestación, aumentando la cobertura forestal hasta el 60% del país, frente al 40% de hace sólo 30 años (5). Con una abundancia de energía solar y eólica para aprovechar, Chile también tiene una amplia capacidad de energía renovable.
En 2020, el país se fijó el objetivo de convertirse en uno de los principales productores y exportadores de hidrógeno verde (hidrógeno producido a partir de energías renovables), una iniciativa clave para lograr el objetivo de reducir el consumo mundial de combustibles fósiles.
Otras regiones están menos avanzadas en sus políticas de sostenibilidad, siendo África un ejemplo en el que aún queda mucho por hacer. Sin embargo, esto también significa que hay enormes oportunidades para un impacto medioambiental positivo. El Programa Africano de Estímulo Verde, lanzado en 2021, está diseñado para apoyar la respuesta de recuperación del continente a los devastadores impactos socioeconómicos y ambientales de la pandemia del COVID-19 de una manera más verde y sostenible. Al mismo tiempo, dado que un gran porcentaje de la mano de obra de África está empleada en la agricultura, existe una importante necesidad de apoyo para mejorar la productividad agrícola, lo que a su vez podría conducir a una mayor seguridad alimentaria. Además, millones de personas en el continente siguen sin agua potable, otra área clave que debe ser abordada.
Crecimiento de los bonos verdes
El desarrollo del mercado de bonos verdes es una clara muestra del compromiso de los mercados emergentes con el cambio climático, ya que la deuda se emite con la intención de utilizar los ingresos para financiar proyectos sostenibles. En 2020, se emitieron unos 40.000 millones de dólares en bonos verdes en los mercados emergentes, lo que supone un aumento del 20% respecto al año anterior. Desde 2012, 43 países de mercados emergentes han emitido bonos verdes, lo que supone 226.000 millones de dólares de emisión total. Aunque el mercado de bonos verdes todavía constituye sólo el 5,5% del total del crédito de los mercados emergentes, se está expandiendo rápidamente, con 100.000 millones de dólares de emisión anual prevista para 2023 (6). China sigue siendo el mayor emisor de bonos verdes en los mercados emergentes, pero India, Chile y Brasil también han sido grandes impulsores de este mercado en crecimiento en los últimos años.
Siguen existiendo obstáculos
Sin embargo, los países con mercados emergentes todavía tienen que superar obstáculos para aplicar políticas sostenibles. Por ejemplo, muchos países en desarrollo carecen actualmente de la tecnología necesaria para adoptar las energías renovables y/o de la riqueza para desarrollarlas, mientras que las naciones más pobres tienen necesidades más básicas que atender. Además, dada la heterogeneidad de los mercados emergentes, es difícil aplicar un modelo único para todos. Por ejemplo, la orografía de Brasil dificulta la implantación de trenes eléctricos, mientras que la falta de infraestructuras en Colombia supone un reto para la adopción de tecnología sostenible.
Por un lado, los países de mercados emergentes son algunos de los mayores emisores de carbono, lo que refleja su rápido crecimiento económico reciente, a menudo combinado con fuentes de energía más baratas e intensivas en carbono. Pero, por otro lado, las emisiones de carbono per cápita son significativamente mayores en los mercados desarrollados, y la gran mayoría del presupuesto de carbono ha sido utilizado históricamente por las naciones desarrolladas, en particular la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos (7).
En AXA IM creen que la puesta en marcha de programas de descarbonización no debe ir en detrimento del futuro crecimiento económico de los países con mercados emergentes, y las naciones desarrolladas tienen la responsabilidad de ayudar a financiar la sostenibilidad en los mercados emergentes. Por ejemplo, pueden proporcionar ayuda financiera y tecnología para permitir una aplicación más rápida de las políticas medioambientales, reconociendo que será necesario un esfuerzo de colaboración para luchar contra el cambio climático. El acuerdo alcanzado en la COP26 para que Estados Unidos, la Unión Europea y otros países desarrollados ayuden a financiar la transición de Sudáfrica hacia el abandono del carbón es un paso positivo que podría servir de modelo para otros países y otros proyectos.
Las convicciones de AXA IM
Los factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG) son una consideración clave a la hora de dirigir el capital hacia los mercados emergentes. Las estrategias de deuda de mercados emergentes de la gestora se adhieren a las políticas de exclusión sectorial de AXA IM, lo que significa que no invierten, por ejemplo, en empresas que producen armas controvertidas, materias primas agrícolas como el aceite de palma.
Dentro de las estrategias de renta fija emergente también se aplica la política de Normas ESG de AXA IM, que también excluye ciertas áreas como el tabaco, así como la metodología de puntación ESG. El objetivo es que las estrategias de deuda de mercados emergentes tengan una puntuación ESG superior a la de su índice de referencia o a la de su universo, fomentando una inclinación hacia inversiones con una alta calidad ESG.
Durante los últimos 20 años, muchos países de mercados emergentes han sido considerados en gran medida como exportadores de materias primas, con economías construidas sobre sus reservas naturales de petróleo, gas y metales. Como tal, el sector energético ha representado normalmente una asignación significativa en las estrategias de deuda de mercados emergentes. Sin embargo, el equipo gestor de las estrategias de renta fija emergente ha ido reduciendo su exposición a estos activos en favor de otros sectores más orientados al consumo que en AXA IM creen que ofrecen una mayor sostenibilidad. También se han centrado en las oportunidades de energía renovables en América Latina y Asia.
Además, en AXA IM han tratado de reducir la huella de carbono de sus estrategias de deuda de mercados emergentes. Para ello, han reducido su exposición a sectores con altas emisiones de carbono, como los productores de acero y proteínas y las empresas de servicios públicos.
La gestora también ha reforzado su política de inversión en el sector del petróleo y el gas, con nuevas exclusiones para mitigar los impactos adversos de la industria sobre el medio ambiente. Dentro de las estrategias de renta fija de los mercados emergentes, han reducido la exposición a los productores de petróleo, en particular a los que son empresas estatales, que además de ser intensivos en carbono son potencialmente menos abiertos al compromiso.
En AXA IM creen que las cuestiones de desarrollo sostenible son una preocupación importante para los inversores en deuda de mercados emergentes. Al combinar los factores ASG con los criterios financieros tradicionales, pretenden no sólo crear estrategias de inversión más estables con una rentabilidad potencialmente superior a largo plazo, sino también ayudar a los países de mercados emergentes a desempeñar su papel en la financiación de un futuro más sostenible para el planeta.
Anotaciones:
(1) China reducirá el uso de combustibles fósiles por debajo del 20% en 2060 | China | The Guardian
(2) Diario de China, marzo de 2021
(3) BP Statistical Review of World Energy 2021
(4) Nuestro mundo en datos 2020
(5) Earth.org, octubre de 2021
(6) IFC 2020
(7) Citigroup, octubre de 2021
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Según el Estudio Global del Inversor de Schroders los inversores están recurriendo a inversiones de alto riesgo en medio de la pandemia. Los resultados del estudio de inversión minorista más importante de Schroders, en el que se encuestó a más de 23.000 inversores, que invertirán 10.000 euros o más en los próximos 12 meses y que realizaron cambios en sus inversiones en los últimos diez años, de 33 lugares de todo el mundo, revelaron que el 37% de las personas estaban más dispuestas a invertir en activos de alto riesgo, porcentaje que aumentó al 44% en el grupo de edad de 18 a 37 años.
El análisis indica que, aunque muchas personas se sienten obligadas a asumir mayores riesgos para compensar la incertidumbre provocada por el COVID-19 y las preocupaciones causadas por el aumento de la inflación, esto afecta aún más a los inversores más jóvenes.
Mientras que un 44% de los inversores argentinos cree que ahorrará más, aunque un 46% afirma que invertirá más en activos de bajo riesgo, cuando el confinamiento producido por el COVID-19 finalice. Por su parte, en Brasil, un 59% de los encuestados se mostró dispuesta a realizar inversiones de alto riesgo.
«El conocimiento de los inversores brasileños está creciendo y, con una mayor comprensión de las opciones de diversificación que tienen a su disposición, pueden explorar diferentes productos financieros, en diferentes clases de activos y sectores, que proporcionan mejores oportunidades de retorno», explica Daniel Celano, CFA, CEO de Schroders Brasil.
«La diversificación es fundamental para conseguir una cartera más resistente en medio de los retos de un mundo más complejo e incierto. Cabe destacar que algunas clases de activos que resultan menos familiares para el inversor pueden aumentar la percepción del riesgo de las inversiones.»
A su vez, los inversores en Chile se han decantado por una mayor diversificación. «La incertidumbre del escenario sociopolítico que hemos atravesado en los últimos años, ha provocado un cambio en la forma de invertir. El chileno se dio cuenta de que estaba muy concentrado en el país, y decidió asignar progresivamente mayores activos en el extranjero. Esta creciente diversificación de las carteras es una práctica muy saludable en términos de mitigación del riesgo», menciona Alex Toledo, Country Head de Schroders en Chile.
En cuanto a la inversión sostenible, la tendencia indica un crecimiento constante hacia una mayor presencia de este tipo de activos en las carteras. El 58% de los inversionistas chilenos considera que la evidencia disponible demuestra que tienen un mejor desempeño y mayor rentabilidad que aquellos que no consideran los factores relacionados con la sustentabilidad.
«Existe una correlación entre una mayor educación financiera y la valoración hacia los factores ASG. Quienes tienen un alto conocimiento de las inversiones, revisan más a menudo sus ahorros y su rentabilidad. En ese sentido, tienen en cuenta la evidencia empírica», señala Toledo.
Relación entre edad y riesgo por regiones
Al comparar entre continentes, el 59% de los inversores de Asia eran más propensos a realizar inversiones de alto riesgo, por delante de los de las regiones de América (53%) y Europa (49%).
Los resultados indican que muchas personas se sienten obligadas a asumir más riesgos para compensar la incertidumbre y la preocupación por el aumento de la inflación, y que esto es aún más cierto entre los inversores más jóvenes.
Además, la mitad de los inversores de los grupos más jóvenes, de 18 a 37 años y de 38 a 50 años, esperan una rentabilidad superior al 10%, una proporción significativamente superior a la media global del 9%.
En Brasil, el nivel medio mínimo de rendimiento que la gente desea recibir en sus inversiones es del 11,2%. Mientras que los inversores argentinos, por su parte, esperan en lo largo de los próximos cinco años, obtener una rentabilidad total anual media (ingresos y crecimiento del capital) del 15%, que es superior a la mundial (11,3%) y a la estadounidense (12,5%).
Ante la hipótesis de que la tasa de interés sea nula o negativa, el 57% de los inversores de todo el mundo con edades comprendidas entre los 18 y los 37 años afirmó que realizaría inversiones de alto riesgo en busca de rentabilidad, mientras que sólo el 17% sería más propenso a gastar y menos a ahorrar.
Esto es así a pesar de que el 68% de este grupo de edad afirma que los resultados de sus inversiones afectan a su salud mental, porcentaje que en Argentina baja hasta el 63% y en Brasil se sitúa ligeramente por encima, con un 72%. Además, el 26% de los encuestados en Brasil dijo que ahora son más propensos a gastar que a ahorrar para las inversiones, en comparación con el 22% de la media mundial. Esta relación se invierte cuando se trata del grupo de 71 años o más, ya que el 40% de ellos es más propenso a gastar que a ahorrar.
Nuevos sectores
Profundizando en este escenario, más de la mitad de los encuestados, alrededor del 53%, afirmó que realizaría inversiones de mayor riesgo en busca de rentabilidad, mientras que un tercio, un 33%, buscaría invertir en criptodivisas.
Así, un mayor número de personas invierten ahora en activos que antes consideraban demasiado arriesgados. En concreto, los sectores nuevos y emergentes se encuentran entre los tres primeros tipos de inversiones que la gente ha realizado por primera vez en el último año. Los valores relacionados con los vehículos eléctricos ocupan el primer lugar, con un 24%, los fondos de biotecnología o farmacéuticos el segundo, con un 23%, mientras que los valores de Internet y tecnología, así como las criptodivisas, ocupan conjuntamente la tercera posición, con un 22%. Los inversores más abiertos a invertir en activos de alto riesgo también están más interesados en los valores de Internet y tecnología, por delante de los fondos inmobiliarios.
Bajo este panorama, el inversor argentino es más propenso a pasar a una cartera cripto, ya que el 52% pasaría a invertir en Bitcoin, Ethereum y Litecoin, entre otras criptos. En ese sentido, Pablo Albina, Country Head Argentina & Uruguay y Head of Investment Latin America de Schroders,afirma que la pandemia movió cimientos muy arraigados y forjaron al inversor argentino a tomar mayor riesgo en búsqueda de mayor rendimiento. Esto lo demuestra la gran adopción del mundo cripto por parte de los argentinos, que es muy por encima de la media global.
“Desde el estallido del COVID-19, 82% de los inversores argentinos han pasado más tiempo pensando en su bienestar financiero y tratando de reorganizar sus finanzas personales. Una cifra que está en continuo ascenso, aunque el 63% de las personas esté de acuerdo en el rendimiento de sus inversiones tiene un impacto en su salud mental”, destaca Pablo Albina.
De forma similar, los inversores chilenos mostraron una clara tendencia hacia los activos relacionados con la tecnología: durante 2021 el 58% invirtió en empresas tecnológicas o de Internet, y el 52% en criptodivisas. «Las tecnologías se vieron muy favorecidas por la pandemia y aunque se ajustaron después de la apertura, siguen presentando rendimientos atractivos, ya que es un soporte clave en el comercio, la conectividad y los diferentes servicios», corrobora Toledo.
En Brasil, las criptomonedas, con un 26%, las acciones o fondos que se centran en sectores de internet y tecnología, con un 22%, y las acciones o fondos que invierten en vehículos eléctricos, con un 21%, se situaron entre los tres tipos de inversiones más importantes que los inversores brasileños realizaron por primer vez en el año pasado. Los inversores que se declaran expertas o con conocimientos avanzados en la materia seleccionaron más opciones entre diferentes clases de activos o sectores, lo que generó una mayor representación porcentual en relación con cada clase de activos o sector.
«Esto es probablemente el resultado de que este grupo se siente más cómodo negociando en diferentes clases de activos y mercados. Comparativamente, el grupo de principiantes o intermedios registró un ratio de selección proporcional menor. Esto indica que sus carteras están generalmente menos diversificadas entre las clases de activos, lo que significa que tienden a ceñirse a lo que entienden», añade Celano.
Por su parte, Lesley-Ann Morgan, Head of Multi-Asset Strategy de Schroders, coincide en señalar que muchas personas consideran que ahora tienen que asumir mayores riesgos en busca de rentabilidad, tras la pandemia. “Es probable que las difíciles condiciones económicas del año pasado hayan influido en ello. En un entorno de bajos tipos de interés, no es de extrañar que las opciones de inversión más arriesgadas sean más atractivas, especialmente para los inversores más jóvenes. Los inversores también se han visto estimulados a buscar una gama más amplia de clases de activos”.
«En general, estos resultados muestran que la proporción de inversores abiertos a asumir un mayor riesgo ha aumentado, pero como la mayoría de las personas declaran que el rendimiento de sus inversiones también tiene un impacto en su salud mental, deberían asegurarse de que el riesgo se aborda con precaución», subraya.
Si la teoría financiera tradicional funcionara, ya nos hubiera caído una bomba atómica sobre los mercados. Pero sabemos que hace tiempo la teoría dejó de ser útil para explicar muchos fenómenos que estamos viendo actualmente. Valoraciones excesivas, precios exorbitantes, relaciones oferta y demanda que se rompieron, un nuevo impulso excesivo (¿burbuja?) al gasto en construcción residencial (gráfica 1), entre muchas otras variables que no tienen sentido alguno. ¿Por qué si todo está tan alto y el dólar está tan caro, sigue todo subiendo y el dólar, allá arriba, como si nada?
Parte fundamental de la explicación es que el dinero sigue yendo «a manos llenas» hacía EE.UU., y toda su amplia gama de activos financieros y no financieros. Los datos muestran que, entre abril de 2020 y septiembre de 2021, la posición de inversión internacional norteamericana ha seguido debilitándose, volviéndose aún más negativa de lo que era antes de pandemia (gráfica 2). Hoy ya es un déficit de más de 15 trillones (billones europeos) de dólares estadounidenses, lo que equivale decir que EE.UU. “debe” al resto del mundo una cifra similar a lo que vale la economía de China. Así, no solo los dólares que ha impreso la FED no han salido masivamente, sino que muchos otros dólares han estado llegando, explicando por qué a pesar de que hoy existen 9 trillones de dólares de masa monetaria adicional (un 30% de todos los dólares que existen han sido creados en los últimos 21 meses), el precio del dólar no baja.
Lo anterior justifica el símil que les digo a los inversionistas de que, en los últimos meses, invertir en EE.UU. es como encontrar petróleo en Arabia: es como ir a la fija; porque donde se ponga dinero, se hace dinero. Con sus excepciones, claro está, porque también es cierto que no todo el mundo la pasa bien: las altas cantidades de dinero han llevado a que vehículos como los money markets, cuyo mandato de inversión fundamental es la estabilidad de la unidad, estén teniendo serias dificultades para invertir.
La solución la dio la misma entidad que creo el problema (sí, adivinaron, la FED). Para mantener las tasas de interés bajas en el corto plazo en medio de una inflación galopantemente creciente (otro desajuste de la teoría tradicional), la FED ha estado comprando bonos de corto plazo de manera masiva, pero subsanando el tema de los money markets abriéndoles la ventana de repos inversos de manera descontrolada. Esta facilidad, antes utilizada para cuadrar las cuentas trimestrales, hoy sirve para que los dineros de corto plazo duerman en las arcas de la Reserva a razón de cerca de 1,5 trillones de dólares diarios (gráfica 3), ganando un «interesante» retorno de 0,05%.
Un tema no menor es que lo que pasa en EE.UU. hace parecer mínimo lo que está sucediendo en otras latitudes. Mientras que en el año hasta la fecha las acciones emergentes habían recibido algo más de 110 billones (110.000 millones según nomenclatura europea) de dólares en flujos de inversión, las acciones norteamericanas han recibido una cantidad 10 veces mayor: 1,1 trillones de dólares. Comparativamente vs. sus promedios históricos, las acciones emergentes (y esto mismo se extiende a los bonos emergentes) han tenido uno de sus mejores años, sin embargo esto no se ha notado masivamente. Así, la bolsa norteamericana sigue ganando participación tanto en el absoluto como en el relativo: en septiembre, la NYSE valía 28 trillones de dólares; y el Nasdaq, 22 trillones de dólares. La bolsa siguiente es Shangai, que vale algo más de 7 trillones de dólares.
Mientras la FED siga metiendo dinero en la economía, creo que la situación va a seguir siendo similar. Si bien ha empezado a reducir el ritmo, el hecho es que mes tras mes sigue llegando dinero fresco a los mercados, con las implicaciones ya conocidas. Realmente el punto de quiebre lo veremos cuando lleguemos a cero, pues ese día ya dejaremos de recibir el flujo para vivir solo del stock de dinero que es alto, pero que no se va a seguir alimentando. Si eso se da en mayo de 2022, podremos ver un verano relativamente agitado en los mercados el próximo año. Así fue la vez pasada, no hay razón para pensar que esta vez será diferente.
Claro, no todo tiene que ser un escenario catastrófico; ni más faltaba (y aclaro, los mercados pueden corregir, pero siempre tienen lógica que vaya al alza). Oportunidades siempre existirán (y en honor de la verdad, cabe anotar que las compañías norteamericanas en los últimos dos trimestres han tenido el mejor margen operativo desde la década de los 50, superando el 15%). Noviembre fue un buen ejemplo de ellas, pues aunque el índice agregado S&P 500 terminó negativo (0,6%), los sectores tradicionalmente defensivos (y que no les había ido bien, cabe decir), como los Servicios Públicos, tuvieron un retorno positivo de 2,5%. Realmente tener un manager local que aproveche dichas oportunidades, o estar en una plataforma offshore que brinda acceso a los sectores de manera desagregada, será totalmente clave.
Otra de las buenas acciones a tomar, será el exponerse a los activos no tradicionales, que han ganado mucha relevancia en los últimos años y, sin duda alguna, lo seguirán haciendo. El mundo internacional ofrece opciones casi infinitas, y para no alargarme, varias que han llamado mi atención recientemente: fondos de private equity con algún grado de liquidez; fondos de crédito privado a sectores específicos (ej, a constructores no residenciales en UK, que es un sector que viene rezagado); o fondos de infraestructura, que pueden tener un ciclo diferente y hasta ahora estar despegando.
Elpróximo año será retante y, en cierto sentido, muy divertido. Una montaña rusa de emociones, probablemente. Sin embargo, con tantas opciones de inversión disponibles, navegar los momentos de turbulencia que pueden llegar a presentarse, es más sencillo. Toca, eso sí, tener la mente abierta para explorar nuevas posibilidades, que se consiguen por montones y que cada día, están más al acceso de una amplia gama de inversionistas.