Foto cedidaEvan L. Russo, nuevo CEO de Lazard AM.. Lanzar elige a Evan L. Russo nuevo CEO para su negocio de gestión de activos
Lazard ha anunciado que Evan L. Russo, actual director financiero (CFO) de la compañía, se convertirá en el próximo consejero delegado (CEO) de Lazard AM, el negocio de gestión de activos de la firma, a partir del 1 de junio de 2022. Según explican, Russo sucederá en el cargo a Ashish Bhutani, quien ha decidido retirarse y dejar sus actual puesto del Consejo de Administración para dedicarse a “intereses filantrópicos y personales”.
Bhutani continuará ejerciendo como presidente del negocio de gestión de activos y como vicepresidente de Lazard hasta finales de año. Por su parte, la compañía matiza que, Russo permanecerá también ocupando el cargo de director financiero de Lazard y trabajará con Kenneth M. Jacobs, presidente y consejero delegado de Lazard, para identificar rápidamente a su sucesor.
“A lo largo de sus dos décadas en Lazard, Ashish Bhutani ha liderado la transformación de nuestro negocio de gestión de activos en una franquicia global líder impulsada por un equipo de clase mundial, y durante los últimos 12 años ha servido como un valioso miembro de nuestro Consejo de Administración. Ashish ha sido un socio inspirador, y lo admiro como líder y como filántropo. En nombre del Consejo de Administración de Lazard, agradezco sus importantes logros y sus contribuciones como miembro del Consejo”, ha destacado Kenneth M. Jacobs, presidente y consejero delegado de Lazard.
Por su parte, Bhutani ha señalado que el éxito de la gestora durante los últimos 20 años se ha basado en la cultura innovadora y emprendedora de la compañía. “Estoy seguro de que bajo el liderazgo de Evan, trabajando estrechamente con nuestro experimentado equipo de alta dirección, el negocio alcanzará nuevas cotas en la entrega de las mejores soluciones de inversión y servicio a nuestros clientes”, ha añadido.
Sobre la elección de Russo como nuevo CEO, Jacobs ha declarado: “Ha desempeñado con éxito funciones de liderazgo clave en Lazard durante más de una década, sirviendo a una amplia gama de grupos de interés. Con sus habilidades estratégicas, conocimientos de los mercados de capitales, experiencia en la gestión de un equipo global, y el conocimiento de nuestro negocio de gestión de activos, las personas y los productos, Evan está bien posicionado para impulsar una mayor innovación y crecimiento”.
Este cambio en el liderazgo de la Lazard AM no ha sido el único anuncio que ha realizado la compañía. Además, han comunicado que Alexander F. Stern, presidente de Lazard, dejará la firma a finales de año. Según han explicado, Stern, presidente de Lazard desde 2019 y con más de 30 años en el sector, ha decidido retirarse de la firma aunque seguirá desempeñando su actual función de presidente hasta finales de 2022 y también continuará como presidente ejecutivo de Lazard Growth Acquisition Corp. I, una compañía de adquisiciones de propósito especial.
«Alex ha sido un socio inestimable para mí durante muchos años y un importante asesor del Consejo de Administración de Lazard. Ha sido un miembro clave de nuestro equipo de liderazgo ejecutivo como Presidente. En su papel anterior como jefe global de Estrategia, fue responsable de nuestras iniciativas estratégicas clave, y como director de operaciones aseguró nuestra exitosa transición a ser una empresa pública. Como director general de Financial Advisory hasta 2019, Alex dirigió el desarrollo de nuestro negocio de Financial Advisory a nivel global, mejoró la colaboración y la productividad de toda nuestra plantilla y reforzó nuestras relaciones con nuestros clientes de banca de inversión. En nombre de nuestro Consejo, le agradezco sus años de servicio y su compromiso inquebrantable con la empresa, nuestros clientes y nuestra cultura”, ha indicado Jacobs.
Stern se incorporó a Lazard en 1994 y fue nombrado socio de Financial Advisory en 2002. Antes de ser nombrado presidente de Lazard en 2019, fue director general del negocio de asesoramiento financiero de Lazard de 2015 a 2019, que registró ingresos récord durante cuatro años consecutivos bajo su liderazgo. También ha desempeñado varias funciones ejecutivas, como director de operaciones de Lazard desde noviembre de 2008 y jefe global de estrategia desde febrero de 2006, donde encabezó muchas de las iniciativas estratégicas y operativas de la firma. También es reconocido como un asesor financiero de probada eficacia con un historial de liderazgo de iniciativas complejas de crecimiento transformacional y creación de valor para los clientes.
Por último, destaca que es miembro del Consejo de Administración de Lazard Growth Acquisition Corp. I, miembro del Consejo de la Fundación Lazard, es presidente de la Fundación LUNGevity y es miembro del Consejo Asesor de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Pensilvania.
Perfiles de liderazgo
Russo se incorporó a Lazard en 2007. Ha sido director financiero y miembro clave del equipo de liderazgo ejecutivo de Lazard desde octubre de 2017. En su papel como directivo, ayudó a liderar las prioridades estratégicas de la firma, desarrollando un profundo conocimiento del negocio de Gestión de Activos.
Como director financiero, aumentó significativamente el compromiso con las partes interesadas de Lazard. También desarrolló un profundo banco de talento y mejoró las capacidades del equipo financiero en todo el mundo. Dirigió con éxito proyectos para modernizar y mejorar las capacidades financieras globales de la empresa y optimizó la estructura de capital de la misma. Antes de convertirse en director financiero, el Sr. Russo fue codirector de la práctica de asesoramiento sobre mercados de capitales y estructura de capital de Lazard en el negocio de asesoramiento financiero de la empresa.
Respecto a Bhutani, se incorporó a Lazard en 2003, poco después fue nombrado director de Lazard Asset Management y se convirtió en miembro del Consejo de Administración en 2010. Bajo su liderazgo, el negocio de Gestión de Activos de Lazard se ha convertido en un gestor de activos líder a nivel mundial, con más de 250.000 millones de dólares en activos gestionados.
Bhutani, junto con el equipo directivo, ha construido un negocio basado en una cultura de innovación y espíritu empresarial, con un compromiso apasionado de servir a los clientes con excelencia. Esta cultura es la que sustenta el éxito de Lazard y seguirá siendo una fuerza impulsora de su crecimiento futuro.
Además, Bhutani es Presidente de la Fundación Lazard en los Estados Unidos, además de participar activamente en varias organizaciones filantrópicas, entre ellas, como miembro del Consejo de Administración de City Harvest. Ahora planea centrarse más en sus esfuerzos filantrópicos personales. El negocio de Gestión de Activos de Lazard ofrece un conjunto de soluciones de inversión de primera clase en una amplia gama de clases de activos, regiones y estilos de inversión, con operaciones en 24 ciudades, apoyando a clientes en más de 50 países de todo el mundo.
Pixabay CC0 Public Domain. La deuda pública mundial se disparará en 2022: 71,6 billones de dólares
En 2022, la deuda pública mundial crecerá un 9,5 %, o 6,2 billones de dólares, hasta alcanzar la cifra récord de 71,6 billones de dólares, según la segunda edición del Janus Henderson Sovereign Debt Index. Estados Unidos, Japón y China serán los principales responsables de este aumento, aunque casi todos los países pedirán más dinero prestado.
Este índice muestra que la deuda pública mundial aumentó al máximo histórico de 65,4 billones de dólares el año pasado. A unos tipos de cambio constantes, los niveles de deuda pública crecieron un 7,8% porque los gobiernos pidieron prestados 4,7 billones de dólares adicionales. Desde el inicio de la pandemia, la deuda pública mundial se ha disparado en más de un 25%, desde los 52,2 billones de dólares de enero de 2020 hasta su nivel récord actual.
Todos y cada uno de los países examinados por Janus Henderson aumentó su endeudamiento en 2021. La deuda de China fue la que creció a mayor ritmo y cuantía en términos de efectivo: un 20%, o 650.000 millones de dólares. Entre las grandes economías desarrolladas, Alemania registró el mayor incremento en términos porcentuales, con una subida del endeudamiento del 14,7%, casi el doble que la media mundial.
A pesar de los crecientes niveles de endeudamiento, los costes del servicio de la deuda se mantuvieron bajos. El año pasado, el tipo de interés efectivo sobre la totalidad de la deuda pública mundial fue de tan solo el 1,6%, por debajo del 1,8 % de 2020. Esto hizo que el coste del servicio de toda esta deuda se redujera desde 1,07 billones de dólares en 2020 hasta 1,01 billones en 2021. La fuerte recuperación económica mundial mejoró la ratio deuda/PIB mundial del 87,5% de 2020 al 80,7% de 2021, dado que el rebote de la actividad económica superó al incremento en el endeudamiento.
En 2022 los costes de servicio de la deuda crecerán de manera significativa
La carga intereses mundial se incrementará un 14,5% a unos tipos de cambio constantes, hasta 1,16 billones de dólares en 2022. El mayor impacto lo notará el Reino Unido debido a los mayores tipos de interés, el impacto de la aceleración de la inflación sobre la ingente cantidad de deuda indexada británica y el coste del desmantelamiento del programa de relajación cuantitativa. A medida que los tipos de interés aumentan, la reducción de los programas de relajación cuantitativa lleva aparejado un coste considerable en el ámbito presupuestario. Los bancos centrales materializarán pérdidas en sus posiciones en bonos, que deberán ser sufragadas por los contribuyentes.
Divergencia y nuevos paradigmas
Durante los dos primeros años de la pandemia, la gran temática era el modo en que los mercados de bonos de todo el mundo estaban convergiendo. Ahora, la temática es la divergencia. Estados Unidos, el Reino Unido, Europa, Canadá y Australia están centrados en cómo endurecer su política monetaria para moderar la inflación, tanto subiendo los tipos de interés como dando los primeros pasos para reducir sus programas de relajación cuantitativa. En Japón, donde el banco central es más prudente y todavía no se ha comprometido a subir los tipos o a normalizar su política monetaria, continúan las compras de bonos, mientras que, el banco central chino está estimulando su economía mediante una política más flexible.
En opinión de Janus Henderson, hay oportunidades de asignación de activos en los bonos de menor plazo porque son menos susceptibles a las cambiantes condiciones del mercado. Asimismo, la gestora considera que los mercados anticipan más subidas de tipos de interés de las que previsiblemente se producirán, y esto conlleva que los bonos con vencimientos a corto plazo se beneficiarán si el ciclo de ajuste concluyera pronto.
“La pandemia ha tenido un enorme impacto en la deuda pública y los efectos secundarios se seguirán notando aún un tiempo. La tragedia que está viviendo Ucrania también ejercerá presión sobre los Gobiernos occidentales para pedir más dinero prestado con el que financiar el creciente gasto en defensa. Pese a la reciente volatilidad, los inversores pueden encontrar oportunidades en los mercados de deuda pública”, explica Bethany Payne, gestora de carteras del equipo de renta fija de Janus Henderson.
En opinión de Payne, durante los dos primeros años de la pandemia, la gran temática era el modo en que los mercados de bonos de todo el mundo estaban convergiendo. Ahora, la temática es la divergencia: “El cambio de paradigma ya está en marcha en EE.UU., Reino Unido, Canadá y Australia. Actualmente, estos países están centrados en cómo endurecer su política monetaria para moderar la inflación, mientras que otras regiones siguen relajándola. Respecto a la asignación de activos, hay dos áreas de oportunidad. Una es China, dedicada activamente a relajar la política monetaria, y la otra Suiza, que cuenta con más protección frente a la presión inflacionaria porque la energía supone un porcentaje mucho menor de su cesta de la inflación y su política monetaria está vinculada a la del BCE, aunque le va a la zaga”.
Payne considera que, además de elegir las geografías adecuadas, los bonos de menor plazo son atractivos en este momento en relación con los de plazo más largo. “Cuando la inflación y los tipos de interés suben, resulta fácil renegar de la renta fija como clase de activo, especialmente ahora que las valoraciones de los bonos se encuentran en niveles relativamente elevados según los estándares históricos. Pero la valoración de muchas otras clases de activos es aún mayor y las ponderaciones de los inversores respecto a la deuda pública son relativamente bajas, por lo que es ventajoso diversificar. Además, los mercados han realizado ajustes para incorporar las expectativas de una mayor inflación, por lo que los bonos comprados hoy se benefician de rentabilidades más elevadas que los de hace unos meses, lo que significa que ofrecen un mejor valor”, añade.
La economía mundial y los mercados han afrontado bastantes desafíos en los últimos años. Por citar a Hamlet, “cuando llega la desgracia, nunca viene sola, sino a batallones” (1). No ha acabado la pandemia cuando ya tenemos una fuerte inestabilidad geopolítica proveniente de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Los recientes acontecimientos de Ucrania han planteado muchos interrogantes acerca de las repercusiones de un conflicto geopolítico para el crecimiento, la inflación y los mercados en todo el planeta.
La pregunta clave en el contexto macroeconómico estriba en si la crisis actual generará un impacto suficiente en el crecimiento mundial como para frenar la alta inflación a medio plazo.
Repercusiones macroeconómicas
La pregunta clave en el contexto macroeconómico estriba en si la crisis actual provocará un impacto suficiente en el crecimiento mundial como para frenar la elevada inflación a medio plazo. No cabe duda de que la guerra en Ucrania está incrementando las presiones inflacionistas a través de los mercados de energía y materias primas, así como desacelerando el crecimiento, lo que reaviva los temores a que se produzca una estanflación en todo el mundo. En términos históricos, las guerras tienden a ir acompañadas de una mayor inflación y un incremento en los rendimientos de los bonos.
Estas perturbaciones exógenas en la oferta no deberían hacer reaccionar a los bancos centrales, aunque al inicio de la crisis la elevada y persistente inflación ya resultaba molesta. Sin lugar a dudas, la inflación general tenderá al alza. Ahora bien, el posible impacto en el crecimiento no resulta tan evidente. La magnitud del impacto en el crecimiento mundial aún está por ver. Dependerá de la gravedad y la duración de la guerra, las sanciones (que van a más) y el anuncio de cualquier nuevo gasto fiscal.
El crecimiento mundial exhibía unas bases muy sólidas antes de la guerra en Ucrania. Ahora el riesgo principal es el fuerte encarecimiento de las materias primas, que en el peor de los casos podría desencadenar una recesión en todo el planeta. En general, en este momento, pensamos que la guerra y las sanciones incidirán más en la inflación que en el crecimiento. En consecuencia, creemos que los bancos centrales actuarán con más prudencia, aunque sin alterar sus planes de subidas de tipos. Sigue habiendo fuertes riesgos excepcionales que podrían materializarse, como un impacto en el crecimiento que lleve a los bancos centrales a invertir el rumbo.
Sin embargo, las diferencias entre regiones serán evidentes, ya que los países se verán afectados de manera distinta por los mercados de la energía (importadores frente a exportadores) y el canal comercial, así como por los diversos instrumentos de política fiscal y monetaria de los que disponen los gobiernos y bancos centrales.
Europa
Europa es, a todas luces, la región que presenta más exposición a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Puede que Alemania entre en recesión técnica, al registrar dos trimestres de crecimiento negativo (cuarto trimestre de 2021 y primer trimestre de 2022). No obstante, la zona euro arrancó el año con una expectativa de crecimiento para 2022 relativamente alta (con previsiones del consenso del crecimiento del PIB ligeramente por encima del 4%), al seguir cerrándose a buen ritmo la brecha de producción en la economía después de la reapertura acontecida tras la COVID-19. Es difícil saber si todo este crecimiento previsto se perderá o no. Probablemente dependerá de si las sanciones van a más (p. ej., embargos al petróleo y gas), dada la dependencia de la energía rusa que tiene la zona euro (especialmente de gas en los casos de Alemania e Italia).
La consiguiente reducción de la renta disponible real desembocará, a buen seguro, en una destrucción de la demanda. La estanflación —cuando se dan al mismo tiempo un aumento de la inflación y un estancamiento del crecimiento económico— constituye una preocupación real para la zona euro. Cobrará vital importancia analizar los indicadores de confianza empresarial y del consumidor de marzo para valorar la magnitud de las perturbaciones en la demanda. La estanflación, por lo general, resulta poco propicia para los activos nominales a largo plazo y no suele propiciar rentabilidades reales positivas ni en la renta fija ni en la variable, sobre todo cuando se parte de niveles de valoraciones elevados.
En este contexto, de los principales bancos centrales, el Banco Central Europeo (BCE) tiene ante sí la situación más complicada. Podría aplazar las decisiones de subir los tipos de momento e insistir en una flexibilidad total para afrontar la incertidumbre que nos espera, con gran hincapié en la dependencia de los datos. El plan de poner fin primero a los programas de compras y después subir los tipos se va a mantener, de modo que el programa de compras de emergencia en caso de pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) terminará según lo previsto y el programa de compras de activos (APP, por sus siglas en inglés) acabará también probablemente en compases posteriores de este año. Podrían introducirse nuevas herramientas de política monetaria para afrontar cualquier posible fragmentación en la zona euro (p. ej., costes de financiación en los países periféricos mayores que en los países del núcleo central) o un endurecimiento injustificado de las condiciones financieras.
No hay que perder de vista las nuevas previsiones de los miembros del BCE, que deberían ofrecer una indicación inicial de las repercusiones de la situación geopolítica para el crecimiento y la inflación. El BCE no perderá de vista la evolución del euro. El tipo de cambio euro/dólar estadounidense se encamina con rapidez a niveles que no se registraban desde el punto álgido de la pandemia en la primavera de 2020.
La estanflación — cuando se dan al mismo tiempo un aumento de la inflación y un estancamiento del crecimiento económico — constituye una preocupación real para la zona euro.
Estados Unidos
A diferencia de lo que sucede en la zona euro, el crecimiento estadounidense está relativamente bien aislado. Aunque los mayores precios del petróleo y el endurecimiento de las condiciones financieros probablemente provoquen una desaceleración de la actividad económica real, puede decirse que EE. UU. partía de una situación de sobrecalentamiento de la demanda y una brecha de producción positiva, razón por la que muchos consideran que la Reserva Federal estadounidense va con retraso para drenar la liquidez del sistema y endurecer las condiciones de financiación para afrontar una inflación obstinadamente alta. Recordemos que la Fed mantiene la expansión cuantitativa.
EE. UU. redujo su dependencia energética gracias a la revolución del petróleo de esquisto, si bien sigue importando ciertos tipos de petróleo más adecuados para sus refinerías. Además, ahora también exporta petróleo. Las familias están dejando atrás la pandemia en condiciones mucho mejores, con menos deuda y mayores ahorros y patrimonio, gracias a las generosas ayudas fiscales que han tenido en los últimos años. Por tanto, creemos que la Fed seguirá eliminando la flexibilidad del sistema, siempre y cuando la recesión no se convierta en un grave problema. Con los tipos tan bajos, un balance de la Fed tan abultado y la alta inflación, no vemos otra opción que no sea la de que la Fed continúe por esa senda. La inflación de los productos sigue siendo elevada, aunque resulta probable que se reduzca de forma notable en el segundo semestre de 2022, debido a los efectos de base y a que los consumidores comprarán menos productos y más servicios.
Aunque están mejorando, los cuellos de botella de la cadena de suministro siguen siendo importantes y podrían perdurar en el tiempo, pues tras la pandemia llegan los efectos del conflicto entre Rusia y Ucrania, debido a la importancia de la región en el suministro de piezas y materiales clave a distintos sectores, además de materias primas agrícolas. Asimismo, la inflación de los servicios (un componente mucho mayor de los índices de inflación en general) continúa aumentando incluso antes de que el efecto de la pandemia haya remitido. Los componentes más persistentes del alquiler y el equivalente al alquiler de los propietarios, así como los salarios de los servicios y los beneficios, probablemente seguirán tendiendo al alza.
En nuestra opinión, la solidez de la economía estadounidense y las perspectivas de mayor inflación requieren que la Fed actúe de forma urgente. Cuantas menos medidas tome la Fed ahora, probablemente más tendrá que tomar a medida que avance el año. Como aspecto positivo, las expectativas de inflación a largo plazo parecen bien consolidadas, lo que sugiere que no hay por qué pisar el freno ahora mismo y dar lugar probablemente a una recesión. Por ello, la Fed puede mantener su relato de enfoque de endurecimiento gradual.
Aunque están mejorando, los cuellos de botella de la cadena de suministro siguen siendo importantes y podría perdurar en el tiempo, pues tras la pandemia llegan los efectos del conflicto entre Rusia y Ucrania, debido a la importancia de la región en el suministro de piezas y materiales clave a distintos sectores, además de materias primas agrícolas.
China
El conflicto actual de Ucrania ha vuelto a poner en el foco las intenciones de China con respecto a Taiwán. Aunque podría producirse una intervención, creemos que se trata de un riesgo a medio plazo, no inmediato. Entretanto, China sigue relajando su política para apoyar su flojo crecimiento y es probable que el país dé un mayor impulso a las medidas de relajación de la política monetaria y fiscal (de los gobiernos locales), ante la inestabilidad mundial que acontece en estos momentos. El objetivo de China anunciado recientemente de un crecimiento del 5,5% para este año es mayor de lo esperado (el FMI prevé un dato inferior al 5%) y requerirá una relajación más proactiva.
El crecimiento se ha visto gravemente penalizado por las turbulencias exógenas derivadas de la COVID-19 (y la política de “cero casos” autoimpuesta), así como por las drásticas medidas adoptadas contra el sector inmobiliario en el país. La situación de Ucrania, al igual que para otros países, supone un nuevo riesgo para la seguridad energética y alimentaria que no puede resolverse mediante la intervención del banco central. Puede que el Gobierno tenga que implementar medidas para hacer frente a las restricciones en la oferta. La estabilidad económica resulta fundamental para el presidente Xi Jinping, ya que China va a celebrar el XX Congreso Nacional del Partido Comunista este año, del que se espera que Xi emerja como líder de China para un tercer mandato, un hecho sin precedentes.
En consecuencia, el gigante asiático sigue siendo la única gran economía que inyecta estímulos monetarios y liquidez, mientras que los otros bancos centrales principales retiran sus políticas laxas. Esperamos un cierto aumento del gasto en infraestructuras, aunque resulta probable que China mantenga un ritmo comedido, dada su continua preocupación por la estabilidad financiera y los niveles totales de deuda en la economía. En resumidas cuentas, el incremento de casos de COVID-19 continúa siendo la principal inquietud al evaluar la trayectoria macroeconómica de China.
Dinámica del mercado
Por lo que respecta a otras economías mundiales, la dinámica de crecimiento e inflación variará dependiendo de si estos países son importadores o exportadores de petróleo y el margen de maniobra del que disponen tanto en el plano fiscal como monetario. Algunos bancos centrales ( como los de Noruega, Nueva Zelanda, Corea del Sur y el Reino Unido) van por delante en la subida de los tipos, mientras que otros aún no han emprendido dicha subida (por ejemplo, Australia y Suecia). Revestirá cierta importancia vigilar la evolución del dólar estadounidense al tener en cuenta los bancos centrales de los mercados emergentes. Estos últimos aumentaron los tipos de forma proactiva el año pasado, pero si el dólar se revaloriza más, puede que tengan que tomar más medidas, especialmente ante el repunte de la inflación de los alimentos y la energía. Los rezagados tendrán que ponerse rápidamente las pilas. En este sentido, esperamos unos altos niveles de volatilidad generalizada mientras persista la guerra en Ucrania.
Mercados de renta fija
Prevemos unos altos niveles de volatilidad generalizada mientras persista la guerra en Ucrania. La volatilidad de los tipos, medida por el índice MOVE, se ha disparado hasta niveles casi tan altos como los registrados en marzo de 2020, en los peores momentos de la pandemia. En términos comparativos, pese a ser elevada, la volatilidad de la renta variable, medida por el VIX, sigue siendo débil. Aunque los mercados bursátiles de los países desarrollados han caído de forma generalizada, a nadie le sorprende que los europeos hayan llevado la peor parte del impacto y estén rozando el territorio bajista. El mercado alemán no observaba una volatilidad de esta magnitud desde marzo y abril de 2020. La volatilidad implícita del crédito también se revela altísima, ya que los inversores buscan coberturas líquidas a través de los índices CDX e iTRaxx.
Crédito
En el incierto panorama actual, empiezan a aparecer importantes desajustes en los mercados de crédito.
Mercados emergentesLos bonos soberanos y corporativos de los mercados emergentes denominados en moneda fuerte siguen amortiguando el impacto de las sanciones. Hay bastantes oportunidades de selección de valores, con diferencias entre los ganadores y perdederos provocadas principalmente por la dependencia de las importaciones de energía y alimentos. Las continuas salidas de capital de la clase de activos podrían provocar un mayor contagio y los mercados siguen siendo prudentes ante la posibilidad de que las sanciones vayan a más.
Mercado de bonos corporativos de alto rendimientoEl alto rendimiento estadounidense se ha comportado mejor que los bonos corporativos homólogos de otros mercados, Algo que no sorprende, dada la solidez de la economía de EE. UU., que el sector está compuesto mayoritariamente por emisores nacionales y que muchas compañías energéticas se están viendo favorecidas por el impulso que supone el encarecimiento del petróleo. Las empresas de alto rendimiento han disfrutado de una excelente solidez financiera, gran liquidez y unos balances sólidos, ya que en los últimos años se han beneficiado de la gran relajación fiscal y monetaria, que ha dejado las tasas de impago por los suelos.
En efecto, la ampliación de los diferenciales que hemos visto en el alto rendimiento estadounidense en lo que va de año no se ha debido en su mayoría al conflicto entre Rusia y Ucrania, sino a la inquietud por que la Fed actúe con demasiada contundencia y cometa errores en su política monetaria. Si la economía estadounidense sortea bien la crisis, el temor a las medidas de la Fed volverá y podríamos volver a ser testigos de presiones en los segmentos de mayor calidad del mercado de alto rendimiento estadounidense, lo que les haría quedar rezagados con respecto a los segmentos de menor duración y menor calidad. Sin embargo, en el caso de que la preocupación por el crecimiento es lo suficientemente grave para que la Fed se replantee su actitud de endurecimiento, el miedo a la recesión será el principal factor de ampliación de los diferenciales del alto rendimiento. En ese caso, creemos que las emisiones con calificación BB probablemente despuntarían en la clase de activos.
Mercados de bonos corporativos europeos Los bonos de estos mercados han sido los más perjudicados, pues las empresas se han visto mucho más afectadas por la inminente caída de la demanda y los mayores costes de los insumos. La capacidad de las empresas para repercutir los incrementos de costes subiendo los precios, como han podido hacer hasta ahora, plantea dudas, dada la rebaja de la renta real. Los emisores de alto rendimiento europeos están más expuestos a las subidas de costes y, en muchos casos, directamente a las regiones más afectadas por el conflicto militar. Además, el mercado de crédito con calificación investment grade europeo tiene una mayor ponderación de valores financieros, pues los mercados están claramente enfocados en las exposiciones directas o indirectas de los bancos europeos a Rusia y las entidades sancionadas. (Los bancos austriacos parecen los más vulnerables.)
Los diferenciales se han ampliado de forma significativa, aunque en parte como respuesta a la mayor subida de los diferenciales de los swaps en euros, ya que el crédito europeo basa sus precios en la curva de swaps. Hemos visto constantes salidas de capital del crédito en Europa, pero también una relativa calma en los mercados de bonos corporativos, pues el BCE continúa comprando activamente bonos corporativos, y los inversores empezaron el año con niveles de efectivo más saludables al prever una gran actividad en el mercado de nuevas emisiones. La escasez de nueva oferta de bonos desde que estalló el conflicto es un aspecto favorable para el mercado.
Mercado de bonos corporativos con calificación investment grade de EE. UU. Al contrario que en el mercado corporativo europeo, en el mercado estadounidense la oferta ha continuado, y se han observado excelentes primas de nuevas emisiones que han sido relativamente bien recibidas, aunque han ejercido presión sobre los diferenciales generales y una rentabilidad ajustada al riesgo inferior a la de los bonos de alto rendimiento. El aumento de salidas de capital de los fondos minoristas supone un riesgo, pues podría dar lugar a ventas forzosas y presiones en los mercados de efectivo. La mayor dispersión entre sectores y emisores ofrece oportunidades en la selección de valores activa. Otorgamos prioridad a las valoraciones atractivas en sectores que deberían beneficiarse de una recuperación cíclica de los servicios con la reapertura económica y en aquellos que tienen menos resultados posibles en materia de flujos de caja, a pesar de la incertidumbre económica vigente.
Mercado de crédito titulizado/estructurado Dada la corrección de los diferenciales de los mortgage passthroughs y el endurecimiento cuantitativo ya descontado (2), una mayor ampliación de los diferenciales supondría para nosotros una oportunidad para reforzar nuestra posición actual. En especial si tenemos en cuenta la gran calidad del sector y la fortaleza estructural del mercado de la vivienda estadounidense. Habida cuenta de la acusada corrección de los diferenciales corporativos, ahora encontramos segmentos de los mercados de crédito estructurado menos atractivas y recurriremos al mercado de nuevas emisiones en busca de transparencia de precios, ya que estas nuevas operaciones se cotizan con concesiones. Solemos preferir la estructura de corta duración y tipo flotante del mercado de (obligaciones garantizadas por préstamos [CLO] en el mercado bienes inmobiliarios comerciales (CRE)), si bien las valoraciones relativas y la menor liquidez nos llevan a ser aún más selectivos. En general, optaríamos por asignar capital de forma gradual a empresas de alta calidad con calificación investment grade que asignarlo a crédito estructurado. En resumen, el consumo sigue gozando en buena forma, por lo que los fundamentos preocupan menos, pero empezamos a ver crecientes indicios de tensión en los grupos de menor renta que justifican estar muy atentos ahora que la Fed comienza su ciclo de subidas.
Si miramos más allá de la inestabilidad actual, creemos que el tramo corto de las curvas de tipos continuará tendiendo al alza, a medida que la necesidad de seguir subiendo los tipos se haga más evidente.
Tipos
Si miramos más allá de la inestabilidad actual, creemos que el tramo corto de las curvas de tipos continuará aumentando, a medida que la necesidad de seguir subiendo los tipos se haga más evidente. Las recientes caídas de los tipos se han debido a la aversión al riesgo a causa de las incertidumbres relacionadas con la guerra de Ucrania. También han sido consecuencia de factores técnicos del mercado asociados a los topes de pérdidas alcanzados debido tanto a la volatilidad y a los límites del valor en riesgo (VaR) como a la necesidad de deshacer importantes posiciones cortas. A corto plazo, creemos que las curvas de tipos mantendrán su sesgo de aplanamiento y que el tramo de la curva a 10 años reflejará el ánimo de aversión/tolerancia al riesgo del mercado. Aunque seguimos pensando que las noticias probablemente empeorarán durante un tiempo, la variedad de resultados macroeconómicos posibles acabará por reducirse y algunas curvas volverán a pronunciarse.
Las curvas de tipos y los mercados de tipos mundiales se mueven actualmente de manera sincronizada, lo que genera oportunidades interesantes a medida que los movimientos coinciden menos con los fundamentales macroeconómicos de los distintos mercados. Esto representa una oportunidad para los inversores activos en renta fija mundial, pues los desajustes de los países y las curvas ofrecen una mejor relación riesgo/remuneración a largo plazo que la duración por sí sola. Será interesante ver si los bancos centrales mantienen la senda de subidas sincronizadas, dado que ello incidirá en la evolución del dólar estadounidense. Si las sendas divergen, el dólar podría fortalecerse, lo que endurecería las condiciones financieras en EE. UU. y reduciría la necesidad de medidas contundentes por parte de la Fed.
Aunque los mercados de tipos locales de los países emergentes se han comportado bien en estas circunstancias, la preocupación de que el dólar estadounidense se dispare nos lleva a ser algo prudentes con respecto a lo que, por lo demás, supone un conjunto de oportunidades atractivas, ya que estos mercados suelen mostrar unos tipos reales más altos y unas curvas muy planas.
Mercados de divisas
Los exportadores de materias primas se han comportado razonablemente bien, gracias a los términos comerciales y el encarecimiento de las materias primas, así como por la rotación en detrimento de Rusia. En este contexto, las divisas latinoamericanas han tenido un buen recorrido, a pesar de la apreciación del dólar estadounidense. La volatilidad de las divisas también ha aumentado significativamente, y cabe prestar especial atención al tipo de cambio euro/dólar estadounidense, en el que hemos presenciado enormes volúmenes de opciones, ya que los inversores lo han utilizado como cobertura líquida contra el riesgo. Las divisas asiáticas han hecho gala de una gran estabilidad, sobre todo el yuan chino (CNH), que se ha comportado prácticamente como una divisa de huida hacia la calidad. Si hay movimientos mayores y la crisis se prolonga, creemos que todas las divisas de los mercados emergentes se verán perjudicadas.
En gran medida dependerá de cuánto dure el impacto geopolítico. Cuanto más se prolongue, mayor será el impacto en el crecimiento, la inflación y el posicionamiento.
Gestión de carteras
De cara al futuro, sabemos que los mercados tienden a sobrepasar las primas de riesgo, aunque la situación macroeconómica preexistente cobra cierta relevancia. En gran medida dependerá de cuánto dure el impacto geopolítico. Cuanto más se prolongue, mayor será el impacto en el crecimiento, la inflación y el posicionamiento. Por tanto, sigue siendo importante no solo supervisar los mercados ante indicios de tensión, en particular en términos de financiación bancaria, sino también prestar atención a los parámetros de volatilidad y los volúmenes de opciones sobre coberturas líquidas. Además, los inversores no deben perder de vista la escasez de garantías de alta calidad y los indicios de nuevos problemas físicos en los mercados de materias primas, y mantenerse al corriente de los próximos indicadores de sentimiento/confianza y las previsiones de las empresas sobre el probable impacto en los flujos de caja y los beneficios.
Los riesgos geopolíticos resultan difíciles de calibrar y nunca se descuentan plenamente. En esta situación, la principal prueba de tensión consiste en examinar lo que ocurre cuando las sanciones van a más. Para ello hay que buscar los eslabones débiles y tratar de calcular qué grado de exposición al riesgo de contrapartes podría provocar un evento sistémico. Por lo demás, el riesgo sigue circunscribiéndose al ámbito regional, además de revestir un carácter en gran medida idiosincrático.
Las turbulencias energéticas son notables. Al supervisar los mercados de futuros del petróleo y otras materias primas, los inversores pueden detectar señales de posibles tensiones en el mercado y signos de complicaciones geopolíticas que se tornen en algo más sistémico que regional.
Conclusión
Los inversores deberían seguir contando con subidas de tipos en el futuro, hasta que haya un indicio claro de que el crecimiento mundial caerá lo suficiente como para que la inflación deje de ser un problema. A falta de esta claridad, los bancos centrales seguirán subiendo los tipos, sobre todo aquellos que van a la zaga, como la Fed.
El mayor desafío es lo que descuentan los mercados de crédito, dado que el crédito se perfila como una clase de activos ilíquida del ámbito extrabursátil. Los niveles que aparecen en una pantalla no son necesariamente precisos. Hasta que no se vean las transacciones que se realizan, no está muy claro cuál es el nivel del índice. La liquidez cobra crucial relevancia en el contexto actual del mercado y nos lleva a optar por la prudencia. Es más probable que aumentemos la inversión en los mercados de crédito a través de las nuevas emisiones previstas, porque ofrecen transparencia de precios y primas por nueva emisión.
Dadas las tensiones geopolíticas y la guerra, la volatilidad del mercado era esperable. Pese a la convulsión, los desajustes que se producen durante estos periodos generan oportunidades para los inversores activos en renta fija, especialmente para aquellos que tienen un horizonte de inversión más largo.
Tribuna de opinión de Pilar Gómez-Bravo, directora de renta fija Europa y gestora de carteras de renta fija en MFS Investment Management.
Notas
(1) William Shakespeare, Hamlet, 4.º acto, escena V.
(2) Un mortgage passthrough es un valor creado cuando uno o más titulares hipotecarios forman una cesta de hipotecas y venden certificados de acciones o participaciones de dicha agrupación. El flujo de caja en la cesta de garantías se “repercute” en el titular del valor en forma de pagos mensuales del capital, intereses, y pagos adelantados.
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Existen unas cuantas leyes económicas inmutables, aunque, en mi opinión, existe al menos una: nada es gratis. Todo tiene un precio, aun cuando el coste no parezca claro en el momento de la compra.
Ese fue el caso en los primeros días de la pandemia hace dos años, cuando los responsables políticos de los mercados desarrollados utilizaron todas y cada una de las herramientas disponibles y, a menudo, crearon nuevas herramientas para contrarrestar las consecuencias económicas negativas del cierre provisional de la economía mundial en nombre de la salud pública. Y ahora ha llegado el momento de pagar esa cuenta, que los responsables políticos miran atónitos. Ahora bien, ¿deberían sorprenderse de que la inflación se haya disparado hasta máximos de cuatro décadas?
Sin duda, no se les puede culpar de todos los efectos inflacionarios. El caos de las cadenas de suministro, los mayores costes laborales (1.000 años de historia demuestran que la participación en el mercado de trabajo se desploma después de cada pandemia) y la invasión rusa de Ucrania constituyen factores que escapan al control de los banqueros centrales, los legisladores y los dirigentes nacionales.
Sin embargo, a mi parecer, gran parte de la inflación que estamos experimentando es el precio que debemos pagar —después de un periodo de 11 años posterior a la crisis financiera mundial caracterizado por unos desequilibrios crecientes— por lograr desvanecer en cuestión de semanas una de las peores recesiones de la historia inundando el sistema con unos niveles de estímulos fiscales y monetarios previamente inconcebibles. Es como si los responsables políticos no solo hubieran pagado una ronda en el bar, sino que hubiesen ofrecido toda una noche de barra libre.
Y ahora hay que pagar la cuenta y todo el mundo —desde los hogares hasta las compañías, pasando por los políticos y los banqueros centrales— intenta buscar el modo de sobrellevar la inflación resultante.
No obstante, antes de ponerse histéricos, cabe recordar que, históricamente, el remedio para unos elevados precios de las materias primas ha sido unos elevados precios de las materias primas, ya que una parte de la demanda se destruirá sin lugar a dudas, por ejemplo, mediante la menor utilización del coche o la bajada del termostato para ahorrar combustible. Como consecuencia de la inflación, los hogares y los negocios también moderarán sus gastos discrecionales, lo que debería traducirse en un crecimiento más lento (o decreciente), justo lo contrario de lo que ocurrió en 2020 y 2021, cuando el crecimiento económico tendía al alza y la inflación, a la baja. En todo el mundo desarrollado, ese periodo de 18 meses impulsado por los estímulos generó un crecimiento económico de dos dígitos, así como una expansión de los ingresos del 25%, junto con un descenso de los costes, lo que derivó en una duplicación del crecimiento de los beneficios. Esto ayuda a explicar por qué las rentabilidades de la renta variable se situaban en el primer 1%. Pero, ¿era gratis? No.
El precio que estamos pagando se manifiesta a través de una normalización (en el mejor de los casos) o una disminución del crecimiento y un incremento de los precios. Mucho antes de que comenzara el año 2022, el crecimiento de los ingresos mostraba una trayectoria descendente y los costes iban en aumento; en nuestra opinión, esa tendencia se intensificará en los próximos trimestres.
Los inversores deben preguntarse a sí mismos, en este entorno de tipos de interés al alza, menores rentabilidades y mayor incertidumbre en torno a los flujos de efectivo y los márgenes de beneficios, qué valoración están dispuestos a pagar cuando se les ofrezca (y pronto se les ofrecerá) una rentabilidad del efectivo de alrededor del 1% al 2%.
No hay que tener un título universitario en Finanzas para saber hacia dónde nos dirigimos. Los activos de menores márgenes y menor calidad seguramente se depreciarán y ofrecerán un «valor de escasez» para las compañías de elevada calidad con capacidad para proteger los márgenes. A mi parecer, se trata de un entorno que debería favorecer la gestión activa a largo plazo.
Una mirada desde una perspectiva diferente
En los 500 últimos años, las fiebres en los mercados financieros han venido como las mareas: cuando sube la marea, se lleva a todos los que apuestan en contra. Luego, no obstante, cuando la marea baja, se lleva a todos los que apuestan en la misma dirección. El último periodo de la década de 1990 y la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos a mediados de la década de 2000 son ejemplos representativos de este patrón.
Más recientemente, cualquiera con un posicionamiento infraponderado en valores cíclicos de baja calidad (los principales beneficiarios de los estímulos descritos más arriba) y los activos basados en conceptos (concept assets) con un PER elevado, como las empresas de biotecnología o de informática en la nube, registró una rentabilidad considerablemente inferior a la de las estrategias pasivas. Pero, en mi opinión, la marea alta está llegando a su fin y los inversores que apuesten en que seguirá subiendo se verán castigados, mientras que las compañías de calidad que generan márgenes por encima de la media a largo plazo afianzarán su posición de liderazgo en el mercado.
Cuando existe una elevada incertidumbre, como en la actualidad, los inversores deberían concentrarse en mantener activos que ofrecen una mayor visibilidad de los flujos de caja y cuyos productos tienen una importancia crítica y dar la espalda a aquellos activos cuyos beneficios dependen de factores que escapan al control de las empresas o basados en conceptos no demostrados.
Tribuna de Robert M. Almeida, gestor de carteras y estratega de inversión mundial en MFS Investment Management.
El ratio precio/beneficios (PER) es el precio de una acción dividido por los beneficios por acción.
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Pixabay CC0 Public Domain. Emisores de bonos ESG: ¿quién lidera el mercado?
Los bonos vinculados a los aspectos sociales y medioambientales han supuesto alrededor de una cuarta parte de la emisión de bonos corporativos no financieros en Europa el año pasado, en comparación con solo el 8% en 2020, en medio de una aceleración de la captación de fondos vinculados a la sociedad y la sostenibilidad en el segundo semestre.
El crecimiento de las emisiones de bonos vinculados a aspectos sociales y a la sostenibilidad superó el crecimiento de la emisión de bonos verdes, con un volumen combinado que se duplicó el año pasado en comparación con 2020. Como proporción de los bonos corporativos lanzados al mercado, la emisión vinculada a temas ESG se situó en el 29% en el cuarto trimestre, ligeramente por encima del 28% del tercer trimestre de 2021, lo que elevó la cuota del segmento al 24% en todo el año.
“La emisión de bonos vinculados a criterios ESG se ha disparado a nivel mundial, especialmente en Europa y Asia, y es probable que esta última supere a Europa en volumen absoluto en 2022″, afirma Eugenio Piliego, analista de Scope Ratings. Según el experto, en Europa, el crecimiento de la cuota de los bonos ligados a la ESG debería ralentizarse en los próximos trimestres: “El impulso de la emisión vinculada a criterios ESG se estabilizó en el cuarto trimestre de 2021, una tendencia que sugiere que las emisiones de este tipo de bonos podrían estabilizarse en torno a un tercio de la emisión total este año”.
Según explican desde Scope Ratings, en medio del fuerte aumento de los volúmenes de bonos corporativos vinculados a criterios ESG en 2021, han surgido emisores en más sectores, además de los servicios públicos y el sector inmobiliario, en los que este tipo de emisiones se han convertido en algo recurrente, representando entre el 15% y el 20% de las nuevas emisiones. Además, destacan que los emisores italianos y británicos han alcanzado a los de otros países europeos, aunque las empresas con sede en Francia siguen dominando en términos de volumen.
“Las utilities y las inmobiliarias siguieron siendo los emisores de bonos vinculados a criterios ESG más activos por volumen en 2021, con un 56% del total, en línea con el año pasado, pero notablemente por debajo de los niveles anteriores a 2019, ya que otras empresas han aprovechado el mercado», afirma Klaus Kobold, analista de Scope. Las utilities han dominado la emisión de crédito ESG en Europa, pero las empresas inmobiliarias se están acercando.
Según explican desde Scope Rating, entre las empresas europeas no financieras, las compañías suecas y francesas dominaron la financiación sostenible hasta 2020. Francia sigue albergando a los emisores con volúmenes de colocación muy grandes, pero Suecia destaca por la variedad de emisores de bonos vinculados a criterios ESG, con más de 80 empresas diferentes que representan casi el 20% del total de emisores europeos de este tipo de bonos. Sin embargo, la distribución geográfica del mercado de este tipo de bonos se amplió el año pasado, con un notable crecimiento de los emisores corporativos italianos y británicos.
Pixabay CC0 Public Domain. Dormir bien: el componente más ignorado de un estilo de vida saludable
La mayoría de las personas es consciente de las bondades de una vida activa y una dieta saludable. Hay que tener en cuenta que hace cien años realizábamos más trabajo físico en el curso de la vida diaria y nuestra alimentación era menos rica y más equilibrada.
Ahora, muchos vivimos en ciudades o barrios periféricos y pasamos más tiempo sentados y en el coche. No realizamos suficiente actividad física ni dedicamos tiempo a preparar comidas con alimentos frescos. Incluso tomamos atajos para comer. El caso es que, además de comer bien y estar activos, el estilo de vida tiene impacto directo en que estemos más sanos.
De hecho, según la agencia Centers for Disease Control and Prevention, hasta 40% de los fallecimientos anuales en EE.UU. por las cinco principales causas son prevenibles. Por ejemplo, la obesidad sigue al tabaquismo como causa más prevenible de muertes. En el caso del cáncer, nuestro diseño genético personal desempeña un papel, pero, con bastante frecuencia, también nuestra conducta.
De manera que, como inversión, es importante considerar la sanidad de forma holística. En cuanto a higiene, la pandemia nos recordó lo básico: lavarse las manos y mantener limpias las superficies en casa y la oficina. Pero hay mucho margen de mejora en países emergentes.
Respecto a alimentación saludable, podemos considerar empresas de alimentación e ingredientes, que sustituyen los elevados contenidos de azúcar y sal o alargan la vida del producto mediante soluciones naturales de manera que el contenido nutritivo permanezca más tiempo.
Por su parte, el diagnóstico temprano abre una dimensión totalmente diferente de oportunidades. Actualmente, con un diagnóstico prediabetes un enfermo puede introducir cambios en su estilo de vida para evitar esta enfermedad, haciendo que sea reversible. Lo mismo puede decirse de la hipertensión. Incluso hay marcadores de ADN que indican si hay un riesgo elevado de cáncer de mama, permitiendo medidas proactivas.
Ahora bien,la prevención no elimina la necesidad de asistencia sanitaria. En muchos casos harán falta generaciones para que se produzca un impacto real. Pensemos en la obesidad, en el aumento entre generaciones más jóvenes de todo el mundo. Además, hay enfermedades enteramente genéticas o cuyas causas subyacentes no se comprenden del todo como, por ejemplo, el alzhéimer. Pero la prevención puede ser el salvavidas de los sistemas de salud, que la pandemia reveló ya desbordados de pacientes con enfermedades crónicas. Por su parte, las compañías de seguros ya están ofreciendo incentivos a sus asegurados para que adopten estilos de vida sanos y activos.
Además, al autocuidado se añaden los accesorios inteligentes, que podemos llevar para medir y fomentar la actividad, gimnasios y equipos de entrenamiento y colchones inteligentes que contribuyen a hábitos más sanos y a mejorar la calidad del sueño.
De hecho, el componente más ignorado de un estilo de vida saludable es dormir bien, en cantidad y calidad, pues tiene una enorme repercusión en el estado de salud. La falta de sueño puede repercutir en la obesidad, crear trastornos del estado de ánimo y reducir la esperanza de vida. Según algunos estudios, dormir menos de cinco horas al día aumenta el riesgo de mortalidad alrededor de un 15%. Afortunadamente, a medida que aumenta la sensibilización al respecto, se produce la innovación. Ya hay colchones tecnológicamente avanzados y otros productos de consumo que permiten controlar la calidad del sueño y que promueven mejores hábitos al respecto.
Tribuna de Grégoire Biollaz, gestor de Pictet Health en Pictet.
La integración de los criterios ESG en los mercados de renta fija y monetarios se ha ampliado en los últimos años cada vez más para facilitar la inversión sostenible. Desde BNP Paribas AM consideran que su efecto se ve sobre todo en la manera en que se gestionan las carteras más que en los rendimientos, y que el cambio es clave a la hora de diseñar un futuro que proteja el medio ambiente y sea más inclusivo.
Sheila ter Laag, responsable global del equipo de ESG Specialists, y Thibault Malin, Investment Specialist del mercado monetario, explicaron la forma en que la gestora integra los criterios ESG en este tipo de carteras y las formas que adopta el compromiso activo.
Malin señaló en primer lugar que todos los fondos de Artículo 8 cumplen con ciertos criterios obligatorios, el primero tener una cobertura financiera adicional mínima a nivel de cartera del 90%, ya sea a por número de emisores o de activos bajo gestión. El segundo es mejorar los criterios ESG del índice de referencia, que en el caso de los fondos de BNP Paribas AM es el Bloomberg Multiverse de 1 a 3 años, que cuenta con un universo de unos 3.000 emisores.
De ellos, tras aplicar una serie de selecciones en base a los criterios ESG propios de la gestora, se eligen para el fondo aquellos activos considerados «best in class». Las empresas que operan en un sector específico y de una misma región se clasifican por deciles y se comparan entre sí. Las que arrojan peores resultados en materia ESG (deciles 8 a 10) se excluyen de los fondos ISR con enfoque de “lo mejor de cada catergoría”.
Seis pilares
Sheila ter Laag profundizó en la manera en que se lleva a cabo el proceso de stewardship o implicación activa por parte de los inversores y explicó que su enfoque de inversión sostenible se basa en seis pilares.
El primero es la integración ESG en todos los procesos de inversión. El segundo, el stewardship, que implica tanto el diálogo como la votación activa. «A través de este proceso podemos influir sobre el marco regulatorio y promover mejores prácticas y resultados en términos tanto sociales como medioambientales. Es realmente un esfuerzo por tener un efecto en la vida real de la inversión», aseguró.
El tercer pilar es la conducta empresarial responsable, para la que la gestora considera algunas exclusiones, y el cuarto es la perspectiva a largo plazo, que incluye los tres temas clave de transición energética, sostenibilidad ambiental e igualdad y sostenibilidad.
El quinto pilar es el llamado Sostenible+, que reúne fondos temáticos con alguna etiqueta de sostenibilidad. Se trata de carteras que tienen los cuatro pilares pero van un paso más allá. Y el sexto pilar, «Walking the Talk», se refiere al cumplimiento por parte de BNP Paribas AM de los mismos criterios que la gestora exige a las compañías en las que invierte.
Metodología y puntuación
Respecto de la metodología de puntuación para los emisores, el desarrollo de un sistema propio le permite a la gestora cubrir en la actualidad más de 13.000 a nivel global. Para llevar a cabo el proceso de calificación, las empresas están divididas en 20 sectores y cuatro geografías, para comparar entre sí a las de los mismos sectores y localización.
Existen dos cuestiones en las que se analizan los sesgos de las compañías para poder hacer frente a los riesgos: emisiones de carbono, que determinan si una empresa podrá incorporarse a una economía descarbonizada, y en segundo lugar las controversias.
Ter Laag subrayó que BNP Paribas AM ha reducido el número de métricas a la hora de evaluar a las compañías hasta un total de 37 por sector, para quedarse con las más significativas y además centradas no solo en la información y la transparencia, sino en los programas concretos que están llevando a cabo las empresas y sus resultados.
«No es suficiente tener una cartera con los que mejor lo hacen, eso no va a cambiar el mundo. Entonces ¿cómo hacerlo? La manera en que lo expresamos más claramente en BNP Paribas AM es a través de nuestras actividades de votación activa», indicó.
El segundo aspecto de stewardship es el compromiso corporativo, que incluye las actividades de votación, los temas de transición energética, sostenibilidad ambiental e igualdad y sostenibilidad mencionados antes, la discusión activa relacionada con el rendimiento ESG y en último lugar el compromiso con los emisores de renta fija, donde no existe la opción del voto activo.
Finalmente, la gestora también se implica a nivel de políticas públicas con reguladores, mercados e instituciones para contribuir al diseño de un futuro más sostenible.
En 2021 BNP Paribas AM participó en casi 300 interacciones con compañías en todo el mundo, aproximadamente un tercio para cada inicial de ESG, aunque con mayoría (39%) en los temas de gobernanza de las empresas. La mayoría también en Europa, región seguida por EE.UU..
El 81% de los fondos abiertos en Europa de BNP Paribas AM son Artículo 8 o 9, lo que los convierte en el número dos por volumen de patrimonio, y número uno en cuanto a Artículo 9 (un total de 39.000 millones de euros AUM).
«Queremos ser considerados creadores de futuro que crean valor para nuestros clientes mediante la integración ESG y stewardship en todo nuestro proceso de inversión. Y en nuestra opinión esto protege los rendimientos futuros utilizando nuestra influencia con los gobiernos y las compañías en defensa de una economía de bajo carbono e inclusiva», concluyó Ter Laag.
Efectos sobre los fondos monetarios
Sobre las implicaciones de integrar estos procesos en las carteras, Malin recordó que la conducta empresarial responsable excluye una serie de sectores que podrían ser interesantes en términos de rendimientos. «Pero, nos permite evitar activos que sufran a causa de graves controversias y a nivel financiero o tengan menos liquidez en el mercado».
Asimismo, aunque el enfoque de inversión responsable que se aplica a los activos considerados «best-in class» reduce el universo de inversión y elimina potencialmente ciertas oportunidades, en un análisis de febrero de la gestora se calculó que la diferencia de rendimiento entre las carteras de los deciles 1 al 7 y las que incluyen también las empresas calificadas en los deciles del 8 al 10 fue apenas de un punto básico.
«El impacto se ve principalmente en la manera en que se gestionan las carteras, en particular en el proceso de selección de los emisores, más que en los rendimientos directos de los portfolios», subrayó Malin. «Estamos viendo unos mercados monetarios muy activos desde principios de año, muchos emisores procedentes de muchos sectores que están volviendo al mercado, así que es probable que veamos más diferencias y desafíos para 2022».
El regulador de la industria de asset management en Chile, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), publicó recientemente un par de normativas para el sector, incluyendo una relacionada con el inicio de funciones de las administradoras generales de fondos (AGF) en el país.
Según indicó la entidad, las administradoras deberán presentar una solicitud a la Comisión, “acompañando antecedentes tales como la estructura orgánica y funcional de la administradora, la versión inicial de las políticas de seguridad y manejo de información, manual de gestión de riesgos y control interno, manual de prevención de lavado de activos, entre otros”.
Esta iniciativa fue emitida después de un proceso de consulta con el mercado –que se desarrolló en enero–, que contó con los comentarios de cinco representantes asociaciones, estudios de abogados y entidades fiscalizadas.
En base a sus comentarios –que incluían críticas a la velocidad del proceso–, la CMF destacó en un documento que “se deben remitir las versiones iniciales de las políticas y manuales que requiere la normativa”. Esto, especificó, “en consideración a que en la preparación de estos documentos las entidades deben contemplar riesgos de carácter genéricos y previsibles que, eventualmente, y con el inicio de funciones de la entidad, podrían cambiar”.
Además, el regulador chileno agregó que es compatible con otro proceso relevante. “Se permite a las entidades enviar de forma conjunta la solicitud de autorización de existencia con la de inicio de funciones. Sin perjuicio de lo anterior, se debe tener presente que la resolución que autorice el inicio de funciones solo podrá ser dictada una vez autorizada la existencia de la entidad por parte de la Comisión y cumplidos los trámites señalados en el inciso primero del artículo 126 de la Ley N°18.046”, detalló.
Sociedades especiales
La Comisión también publicó otra normativa relacionada con las sociedades anónimas especiales (SAE), como las bolsas de valores, bolsas de productos, empresas de depósito de valores y sociedades securitizadoras.
La normativa establece que la autorización de existencia deberá ser solicitada por uno o más de los futuros socios de la entidad, acompañando los antecedentes que se enumeran en la normativa, según señaló la CMF a través de un comunicado.
Estos incluyen los estatutos de la futura entidad, la identificación de quienes concurren a la constitución de la misma, el plan estratégico y de negocios, y declaraciones respecto a no encontrarse bajo inhabilidades, entre otros.
Eso sí, según destacó en ente regulador, “la normativa exceptúa de este procedimiento a las entidades que ya cuentan con una normativa vigente que regula dicho proceso como son bancos, empresas emisoras de tarjetas de pago no bancarias, empresas operadoras de tarjetas de pago, sociedades administradoras de sistemas de compensación y liquidación de instrumentos financieros y entidades aseguradoras”.
Bank of America detalló sus planes para que todos los empleados de EE.UU., independientemente de su estado de vacunación, vuelvan a la oficina antes del 1 de junio.
Según un memorando interno enviado a los empleados consignado por el medio AdvisorHub, el mensaje se envió a «todos los compañeros de equipo», incluidos los agentes de bolsa, y en él se hacía hincapié en los beneficios culturales del trabajo en la oficina.
El banco ya había ordenado que todos los empleados vacunados volvieran a la oficina antes del 1 de marzo.
«La gran mayoría de los empleados de nuestra empresa ya han vuelto a trabajar en la oficina, y cada semana son más los que hacen la transición», dice el memo que agrega «los comentarios han enfatizado el valor del tiempo juntos, los recursos en la oficina, la capacidad de ‘trabajar en el trabajo’ y la oportunidad de colaborar mejor a través de reuniones y entrenamientos en persona, almuerzos de equipo, eventos de voluntariado y reuniones del mercado local.»
Este regreso se producirá de manera escalonada, a partir de 30 días, y los empleados recibirán un correo electrónico en el que se detallarán sus planes de regreso y la fecha designada para ello, según la nota.
Bank of America ha utilizado una serie de incentivos para motivar a sus 213.000 empleados a recibir la vacuna e hizo obligatoria la notificación del estado de vacunación el año pasado.
Las oficinas de Merrill en todo el país empezaron a reabrir a parte del personal de forma limitada después de cerrar en 2020 en medio del aumento de los casos de COVID-19
Aun así, algunos corredores de alto nivel han dicho que esperaban establecer un horario más flexible o híbrido incluso una vez que la compañía y su personal hayan regresado a la oficina. Al menos uno de los competidores de Merrill, UBS Wealth Management USA, ha dicho que no obligará a los corredores a volver por completo.
Morgan Stanley Wealth Management dijo que a partir del 1 de julio los corredores tendrán 90 días para trabajar a distancia, pero que deberán buscar un lugar de trabajo alternativo si quieren trabajar en otro lugar durante más tiempo.
Entre un brote inflacionario que tiene a los inversionistas en vilo, el freno de las políticas monetarias laxas y el riesgo geopolítico, la tolerancia al riesgo se ha puesto un poco más tibia. Y una de las consecuencias de eso es que los portafolios globales se están alejando de los mercados emergentes como conjunto.
Según estimaciones del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés), marzo trajo la primera salida neta de flujos de portafolios no residentes en un año para los activos del segmento. Aunque los resultados no fueron transversales, con América Latina destacando como la región con mayores ingresos de flujos.
La entidad señaló que 9.800 millones de dólares salieron del mundo emergente, con una fuerte desinversión en activos chinos como principal motor, rompiendo con una racha de entrada de capitales. La última venta neta registrada por el IIF fue en marzo de 2021.
¿A qué se debe esta salida de capitales? Según destacó el economista de la entidad, Jonathan Fortun, se trata de un tema de aversión al riesgo. “Vemos inversionistas con una sensibilidad al riesgo más alta, a medida que la ansiedad va creciendo entre eventos geopolíticos, condiciones monetarias más restrictivas, inflación al alza y temores de que muchas economías no se recuperarán lo suficientemente rápido de la pandemia”, comenta en un informe reciente.
En ese contexto, agrega, han visto a los inversionistas “ser más selectivos” con sus posiciones.
Compras y ventas
Si bien el segmento emergente como conjunto registró una venta neta en marzo, las estimaciones del IIF muestran que América Latina destacó como el principal destino de capitales internacionales.
Los mayores mercados de la región recibieron 10.800 millones de dólares en flujos de portafolio. Esto, según Fortun, se puede explicar “por el consenso general de que las economías latinoamericanas se beneficiarían de los desarrollos de mercados recientes”.
Por el contrario, la mayor desinversión se dio en activos chinos, una de las categorías más populares de los últimos años.
“Una constante a lo largo de los altos y bajos de las dinámicas de flujos de capitales de los últimos años ha sido China, que ha visto flujos de entrada estables a medida que los inversionistas extranjeros construían su exposición”, señala Fortun, incluso a través de shocks específicos al país, como la guerra comercial y el inicio del COVID-19.
Sin embargo, destaca el economista, en marzo “nuestro indicador muestra un importante episodio de flujos de salida, que le pega más fuerte a China”. Esto, agrega, se trata de “una dinámica sin precedente que sugiere una rotación de mercado”.
En el desagregado, las carteras internacionales enajenaron 11.200 millones de dólares en bonos chinos y 6.300 millones de dólares en acciones locales.