La agencia de valores Campion Capital alcanza un acuerdo con Pacific AM para comercializar sus fondos en España

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La agencia de valores Campion Capital Iberia A.V. ha alcanzado un acuerdo con la gestora británica Pacific Asset Management para distribuir sus fondos en España.

Pacific AM combina la flexibilidad y el foco de una gestora “boutique” con los recursos de grandes instituciones, ya que forma parte del Sir John Beckwith’s Pacific Investments Group (con inversiones en el sector inmobiliario, private equity y gestión de activos tradicionales), family office creado en 1993.

La gestora, con sede en Londres, tiene un claro compromiso con la inversión sostenible, siendo firmante de los PRI. Cuenta con 3.700 millones de dólares bajo gestión.

La agencia de valores Campion Capital distribuye ya tres de sus estrategias (UCITS) con track records muy consistentes a distintos plazos. Esos tres fondos están registrados en la CNMV, disponibles en Allfunds (pronto lo estarán en Inversis), son traspasables y tienen más de tres años de track record.

El primer fondo es Pacific North of South, un fondo con filosofía value que invierte en mercados emergentes globales. Creado en 2014, sus gestores son Matt Linsey y Kamil Dimmich. La estrategia cuenta con 850 millones de dólares bajo gestión, 600 de los cuales pertenecen a la estrategia UCITS, que se cerrará cuando alcance los 2.000 millones.

La cartera invierte en más de 30 países, aplicando una estrategia verdaderamente global de mercados emergentes, e invirtiendo en todas las capitalizaciones. El 50% está posicionada en compañías con menos de 5.000 millones de dólares de capitalización. El equipo gestor sigue una filosofía value, pues busca compañías con altos ROIC, con generación de flujo de caja libre y altos márgenes. El fondo cuenta con un track record consistente a largo plazo: se encuentra en el top cuartil a tres, cinco años y desde lanzamiento, y acumula un 4,6% de rentabilidad anualizada superior al índice desde su lanzamiento, y ofreciendo un dividend yield del 6,2%, con datos a octubre de 2022.

Cuenta también con una versión de rentas, North of South All Cap Equity Income Opportunities, con el objetivo de generar niveles elevados de dividendos, al mismo tiempo que busca una revalorización de las compañías.

El segundo fondo es Pacific G10 Macro Rates, un fondo alternativo líquido que sigue una estrategia global macro. La estrategia cuenta con 370 millones de capitalización (desde 2006) y la UCITS, vigente desde marzo de 2019, con 160 millones. El fondo sigue una estrategia global macro, invirtiendo en mercados del G10, con una estrategia de valor relativo (20-30 posiciones), y busca retornos positivos ofreciendo descorrelación a los mercados de renta fija y renta variable.

Cuenta con un sólido track record con retornos positivos en diferentes entornos macro. Su equipo de inversión realiza análisis y cuenta con modelos propios para identificar y explotar ineficiencias de precios, para invertir en deuda soberana de los 10 países más grandes de mundo, derivados de tipos de interés de esos 10 mercados y divisas.

El tercer fondo es Pacific Longevity and Social Change, un fondo que se centra en la temática social y de envejecimiento poblacional (fondo clasificado bajo el artículo 8 de la SFDR). La estrategia, vigente desde 2021, cuenta con 50 millones de euros bajo gestión, y busca posicionarse en compañías con exposición a la temática de cambio social y envejecimiento poblacional, o que promocionen hábitos de vida saludables. Está centrada en la “S” o parte social, de la ESG.

Los gestores buscan compañías con perspectivas de crecimiento, centrándose en la temática social y con modelos sólidos de negocio que ya hayan sido probados, con un enfoque de todas las capitalizaciones, sin restricciones. El equipo gestor es muy experimentado y cuenta con un gran conocimiento de la industria farmacéutica y la transición demográfica.

Campion Capital está especializada en la distribución de fondos de terceros. Recientemente, alcanzó un acuerdo con la gestra Devon EM para distribuir sus fondos en Europa y las Américas.

El 78% de los inversores institucionales no se proponen invertir en criptomonedas

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El mundo de las criptomonedas varía según el paso del tiempo en el sector económico. En este caso, la Reserva Federal (FED) indica que el precio del bitcoin llega a los 20.800 dólares, mientras que la volatilidad tiene relación directa con la subida de tasas de la Fed en 75 puntos. En sus orígenes, a finales de 2016, este método de monedas virtuales tenía más de 10 millones de usuarios y un total de 100.000 negocios lo consideran método de pago, según señala el informe final de investigación documental sobre bitcoin de Authorea. Además, se considera el entorno más seguro y suma 300.000 transacciones diarias.

Actualmente, el número de transacciones mediante las criptomonedas se encuentra limitado. La encuesta JP Morgan que presenta Business Insider señala que un 78% de los inversores institucionales no se proponen invertir en criptomonedas. A pesar de ello, más de la mitad opina que es un ámbito relevante a tener en cuenta que perdurará en el tiempo. Un 58% de los 3.400 inversores institucionales entrevistados aseguran que las criptomonedas han llegado para formar parte de la economía y no desaparecer.

De hecho, las criptomonedas consiguieron el punto más álgido a lo largo de toda su evolución en 2021, porque superaron la barrera de los 66.000 dólares, según argumenta Statista. En cambio, la perspectiva se alteró en el mes de julio al situarse por debajo de los 30.000 dólares. Este suceso tuvo lugar a consecuencia de las restricciones en China y el deterioro de las perspectivas de mercado. “Los bitcoins están directamente relacionadas con las circunstancias en las que se encuentra el sector económico, por lo tanto, fomentar la inversión en estas monedas contribuirá a impulsar este sector”, declaran desde Deusto formación, centro de formación continua a distancia.

¿Cómo conseguir bitcoins en la actualidad?

Los métodos más comunes para obtener criptomonedas son sencillos y rápidos de usar. El informe de Authorea expone que Faucet es uno de los procedimientos más usados. Concretamente, son páginas web que reparten pequeñas cantidades de Bitcoin cada cierto periodo tiempo. La utilización de este servicio es completamente gratuita. También están las aplicaciones móviles que funcionan de forma parecida a las Faucets, pero se trata a través del móvil. Por último, las páginas PTC en las que recibes beneficios mediante satoshis.

En el caso de que decidas invertir en grandes cantidades, tienes la opción de especular con esta criptomoneda. Al ser un valor que varía según el día en el que te ubiques, «debes aprender a esperar el momento correcto, ya que puede ofrecerte grandes ganancias», como explica el informe. Deusto Formación, ofrece formaciones como el curso de blockchain, fintech y finanzas digitales.

Las stablecoins, un criptoactivo con mecanismo de respaldo

Las stablecoins sirven para proteger a los inversores de los momentos de volatilidad. Estas monedas virtuales son como tokens, es decir, unidades de valor basadas en criptografía que se emiten por entidades privadas en blockchains, como bitcoin o ethereum. Estos tokens están asociados al valor determinado de una moneda física, a bienes materiales u otra criptomoneda. También puede ser que no se encuentren relacionadas con ninguna de las mencionadas, porque se controlan mediante algoritmos. De esta manera, la computación permite que se controle la estabilidad.

“La regulación de las stablecoins está en el punto de mira de los gobiernos. En realidad, los bancos centrales cada vez están más pendientes de las acciones relacionadas con las criptomonedas”, revelan fuentes de Deusto Formación.

Puede acceder a la página web de Deusto formación a través de este link.

Pictet Asset Management: panorama de inversión en 2023

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Foto cedidaLuca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management, y Arun Sai, estratega senior de multiactivos de Pictet Asset Management.

2023 será el año en el que el entorno de inversión volverá poco a poco a la normalidad. La inflación bajará, aunque no lo haga tan rápido como parece esperar el mercado. Las economías tendrán dificultades para crecer, pero lograrán evitar una gran desaceleración.

La renta variable logrará mantenerse a flote, pero los fundamentales serán más favorables para los bonos de alta calidad. Por su parte, los activos emergentes, sobre todo la deuda en moneda local, destacarán en un contexto de debilitamiento del dólar y de reactivación de la economía china.

La desaceleración mundial –diversos indicadores sugieren que varias economías principales podrían estar ya en recesión– ha sido la más prevista que se recuerda. Como respuesta al aumento de la inflación de 2022, los bancos centrales han pisado el freno, y eso está calando en sus economías. En consecuencia, el crecimiento trimestral anualizado del PIB real mundial se situará por debajo del potencial hasta, por lo menos, los últimos tres meses de 2023 (véase la fig. 1).

Pero, al mismo tiempo, es probable que la desaceleración sea menos dolorosa que recesiones anteriores. Los balances de las empresas y los hogares están saneados, en ambos casos aún cuentan con el exceso de ahorro acumulado durante la crisis del coronavirus, sobre todo en EE.UU. Esto les ha permitido absorber parte del impacto de la inflación mientras que, al mismo tiempo, los bancos han seguido concediendo préstamos. El crecimiento nominal, que es esencial para la resistencia de las economías, se ha mantenido en torno al 10%, en gran medida debido a una inflación sumamente elevada. De modo que, a diferencia de lo ocurrido durante la crisis financiera global de 2008, en esta ocasión no hay indicios de crisis inminente de la deuda en ninguno de estos segmentos económicos.

El obstáculo inflacionista

La inflación seguirá siendo un obstáculo, pero no será el principal catalizador del mercado durante el año próximo (véase la fig. 2). Pese a los indicios de que ya ha tocado techo en la mayoría de las economías principales, creemos que los inversores son demasiado optimistas en cuanto a la rapidez con la que podría caer la inflación. El mercado laboral, especialmente en EE.UU., sigue siendo fuerte, lo que respalda los salarios. Además, componentes tales como los alquileres, que constituyen una proporción considerable de la cesta de consumo, se mueven lentamente, tardando más en normalizarse.

También creemos que los bancos centrales serán cautelosos con respecto al inicio de un nuevo ciclo de flexibilización, no se espera una transición tan rápido como cree el mercado. En parte, esto se debe a que los bancos centrales son particularmente sensibles a los riesgos que conlleva recortar los tipos antes de haber eliminado completamente la inflación. Si lo hicieran, se arriesgarían a sufrir un nuevo repunte de la inflación aún más difícil de controlar, lo cual minaría su credibilidad y les obligaría a tomar medidas aún más drásticas para recuperar la estabilidad de precios. No creemos que vayan a empezar a relajar la política hasta 2024.

El rumbo emprendido es clave

Lo más importante para los mercados, sin embargo, es que los tipos oficiales habrán dejado de subir. El final del endurecimiento monetario será recibido con alivio y dará un impulso a la deuda de alta calidad, tanto a los bonos soberanos como al crédito “investment grade”. Es probable que la deuda con vencimientos más cortos sea la primera en beneficiarse, y que los bonos más avanzados en la curva de rendimientos muestren ganancias más moderadas ante las expectativas de una reactivación económica. Los inversores deberían ser más precavidos con la deuda de más alto rendimiento, ya que la desaceleración económica hará subir las tasas de incumplimiento.

Además, una vez que los tipos toquen techo, la renta variable debería empezar a beneficiarse, ya que la mejora de los múltiplos de valoración contrarrestará el descenso de los beneficios –aunque esto ocurrirá más bien en la segunda mitad del año.

Dado que EE.UU. está más avanzado en su ciclo de endurecimiento que otros bancos centrales principales es probable que, cuando los tipos estadounidenses toquen techo, esto ejerza una presión bajista sobre el dólar. El billete verde ya está considerablemente sobrevalorado y sus fundamentales a largo plazo no son favorables, el valor a largo plazo de una divisa viene determinado por la disciplina fiscal y el crecimiento de la productividad, y EE.UU. no tiene buena puntuación en estos dos parámetros.

La mayor debilidad del dólar será beneficiosa para los activos emergentes, sobre todo para la deuda emergente en moneda local que, en nuestra opinión, destacará de forma positiva en el panorama de inversión no solo durante el año que viene, sino durante algún tiempo más. La reactivación de la economía china contribuirá a respaldar la renta fija y la renta variable emergentes. Creemos que el gobierno tendrá que relajar las restricciones como respuesta a las recientes protestas contra su draconiana política de tolerancia cero con la COVID-19. Paralelamente, ha estado apoyando en cierta medida al vital, aunque asediado, sector inmobiliario del país. Creemos que la suma de estos efectos consolidará un crecimiento de aproximadamente un 5% durante este año. La mejora del crecimiento chino también beneficiará a otras economías emergentes de Asia.

En pocas palabras, 2023 será un año para que los inversores actúen con cautela. Pero, tras un 2022 desastroso en el que prácticamente todas las clases de activos sufrieron correcciones (con la notable excepción de la energía), también habrá motivos para un optimismo prudente.

 

Texto escrito por Luca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management, y Arun Sai, estratega senior de multiactivos de Pictet Asset Management.

Descubra el panorama de inversión 2023 de Pictet Asset Management 

 

Oportunidades tácticas, pero la cautela es la consigna

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El último ejercicio ha supuesto un auténtico reto para los gestores de multiactivos, al romperse por completo la correlación negativa entre acciones y bonos… y literalmente las correlaciones de todas las clases de activos, ya que los precios de la gran mayoría se desplomaron al mismo tiempo. Hablamos con John Stopford, responsable de la estrategia Global Multi-Asset Income de Ninety One, sobre qué esperar en 2023 tras la profunda revisión de las valoraciones de 2022.

Típicamente, las clases de activo se mueven en direcciones opuestas. En 2022, todo ha caído a la vez. ¿Veremos que vuelve la normalidad en 2023?

Ciertamente, los mercados han estado altamente correlacionados y las caídas en los mercados de bonos han sido más espectaculares que las de las bolsas. Tienen un motor común, que es la eliminación del dinero barato, que ha causado una revisión de los precios de todas las clases de activos. Nuestra percepción es que veremos una mayor diferenciación en el comportamiento de las clases de activos en 2023. Es probable que nos deslicemos hacia una recesión global y, por tanto, podríamos ver que los tipos de interés empiezan a caer, y que también lo hagan los beneficios. Típicamente, los primeros deberían dar apoyo a los mercados de bonos, mientras que los segundos potencialmente seguirían minando a las bolsas.

¿Cómo ha navegado este entorno de mercado tan desafiante?

Hemos intentado encontrar un equilibrio entre gestionar las caídas, pero también buscar oportunidades para generar retornos. Nuestra exposición neta a renta variable ha sido baja, típicamente entre un dígito alto y un 10% – 20%; tuvimos muy poca exposición al crédito, con el high yield suponiendo un dígito bajo o medio. De manera similar, mantuvimos la posición en duración ajustada, de modo que el riesgo de tipos de interés se limitó a un año más o menos durante gran parte del año. Esto nos ha ayudado, pero en retrospectiva podríamos haber mantenido el efectivo, dada la correlación que ha existido entre los tipos de interés.

¿Qué ha significado el mercado bajista de los bonos para los inversores defensivos?

Es importante intentar comprender qué está impulsando a los mercados y qué está guiando a las relaciones entre mercados. La cartera equilibrada clásica ha sido dependiente de dos cosas: una, que los bonos tienden a tener una correlación negativa con las acciones, y la otra, que los bonos generan retornos positivos. Esa combinación ha protegido y apoyado la rentabilidad de los fondos equilibrados durante los últimos 40 años. Ahora estamos potencialmente en un entorno muy diferente y tenemos que pensar en estas cosas de forma diferente. Por ejemplo, ¿vamos a tener correlaciones permanentemente más altas y positivas entre bonos y acciones? Si la inflación se vuelve más volátil eso definitivamente es un riesgo, porque afecta a las valoraciones de todas las clases de activos.

Y además, ¿vamos a tener más obstáculos u oportunidades si los tipos de interés tienden a ser más altos en el futuro de lo que lo han sido en el pasado? El contexto está evolucionando continuamente, lo que necesita un acercamiento ágil para invertir. Creemos que habrá oportunidades tácticas para tener bonos, pero estamos menos convencidos de que sean una asignación estratégica, particularmente la deuda soberana. Por consiguiente, los inversores necesitan explorar otras maneras de conseguir protección. Para nosotros esto significa reducir la exposición a activos de riesgo, buscando tener menos exposición neta a renta variable y menor duración, como hemos hecho este año, y después buscar oportunidades de comprar barato acciones que sean resistentes y que generen rentas que hayan sido golpeadas durante la corrección, pero que ofrezcan buenos flujos de caja y buenos retornos potenciales.

¿Cómo van a afrontar el 2023?

Inicialmente, vamos a mantenernos algo cautos en términos de la exposición general al riesgo. Nuestra mayor preocupación es que todo el endurecimiento monetario causará una recesión en 2023, que impactará a las clases de activos más cíclicas y con mayor riesgo, como las acciones. También puede sembrar las semillas de un pico en el ciclo de los tipos de interés y reducir los rendimientos de los activos más defensivos, al menos temporalmente. Pero también hemos visto una venta generalizada de todo, lo que típicamente significativa que hay chollos para tener en cartera. Estos son activos que están baratos, que ofrecen buenas fuentes de rentas, con menor incertidumbre, y que son potencialmente más defensivos durante una recesión. Pensamos, por ejemplo, que ciertos mercados de deuda soberana -particularmente aquellos donde los riesgos de recesión no están en precio, como Australia, Canadá, Nueva Zelanda y algunos bonos soberanos emergentes en deuda local-, cubiertos a divisa fuerte, ofrecen potencial. Respecto a los mercados emergentes, muchos bancos centrales van muy adelantados en el ciclo de tipos respecto a los mercados desarrollados.

También vemos oportunidades en el extremo de calidad del mercado de bonos corporativos, donde ya se están obteniendo diferenciales de tipo recesivo, pero donde tienen balances sólidos que son relativamente saludables y donde las necesidades de financiación no son elevadas. Después, dentro de la renta variable, definitivamente hay algunas empresas que están hacienda crecer sus beneficios y traspasando los precios más elevados a sus clientes con éxito relativo, particularmente en algunas áreas del consumo básico. Creemos que pueden continuar generando retornos decentes y que están razonablemente valoradas.

Pictet Asset Management: panorama de inversión para 2023

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Foto cedidaLuca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management, y Arun Sai, estratega senior de multiactivos de Pictet Asset Management.

2023 será el año en el que el entorno de inversión volverá poco a poco a la normalidad. La inflación bajará –aunque no lo haga tan rápido como parece esperar el mercado. Las economías tendrán dificultades para crecer, pero lograrán evitar una gran desaceleración.

La renta variable logrará mantenerse a flote, pero los fundamentales serán más favorables para los bonos de alta calidad. Por su parte, los activos emergentes, sobre todo la deuda en moneda local, destacarán en un contexto de debilitamiento del dólar y de reactivación de la economía china.

La desaceleración mundial –diversos indicadores sugieren que varias economías principales podrían estar ya en recesión– ha sido la más prevista que se recuerda. Como respuesta al aumento de la inflación de este año, los bancos centrales han pisado el freno, y eso está calando en sus economías. En consecuencia, el crecimiento trimestral anualizado del PIB real mundial se situará por debajo del potencial hasta, por lo menos, los últimos tres meses de 2023 (véase la fig. 1).

 

 

Pero, al mismo tiempo, es probable que la desaceleración sea menos dolorosa que recesiones anteriores. Los balances de las empresas y los hogares están saneados, en ambos casos aún cuentan con el exceso de ahorro acumulado durante la crisis del coronavirus, sobre todo en EE.UU. Esto les ha permitido absorber parte del impacto de la inflación mientras que, al mismo tiempo, los bancos han seguido concediendo préstamos. El crecimiento nominal, que es esencial para la resistencia de las economías, se ha mantenido en torno al 10%, en gran medida debido a una inflación sumamente elevada. De modo que, a diferencia de lo ocurrido durante la crisis financiera global de 2008, en esta ocasión no hay indicios de crisis inminente de la deuda en ninguno de estos segmentos económicos.

El obstáculo inflacionista

La inflación seguirá siendo un obstáculo, pero no será el principal catalizador del mercado durante el año próximo (véase la fig. 2). Pese a los indicios de que ya ha tocado techo en la mayoría de las economías principales, creemos que los inversores son demasiado optimistas en cuanto a la rapidez con la que podría caer la inflación. El mercado laboral, especialmente en EE.UU., sigue siendo fuerte, lo que respalda los salarios. Además, componentes tales como los alquileres, que constituyen una proporción considerable de la cesta de consumo, se mueven lentamente, tardando más en normalizarse.

También creemos que los bancos centrales serán cautelosos con respecto al inicio de un nuevo ciclo de flexibilización –no se espera una transición tan rápido como cree el mercado. En parte, esto se debe a que los bancos centrales son particularmente sensibles a los riesgos que conlleva recortar los tipos antes de haber eliminado completamente la inflación. Si lo hicieran, se arriesgarían a sufrir un nuevo repunte de la inflación aún más difícil de controlar, lo cual minaría su credibilidad y les obligaría a tomar medidas aún más drásticas para recuperar la estabilidad de precios. No creemos que vayan a empezar a relajar la política hasta 2024.

El rumbo emprendido es clave

Lo más importante para los mercados, sin embargo, es que los tipos oficiales habrán dejado de subir. El final del endurecimiento monetario será recibido con alivio y dará un impulso a la deuda de alta calidad –tanto a los bonos soberanos como al crédito “investment grade”. Es probable que la deuda con vencimientos más cortos sea la primera en beneficiarse, y que los bonos más avanzados en la curva de rendimientos muestren ganancias más moderadas ante las expectativas de una reactivación económica. Los inversores deberían ser más precavidos con la deuda de más alto rendimiento, ya que la desaceleración económica hará subir las tasas de incumplimiento.

Además, una vez que los tipos toquen techo, la renta variable debería empezar a beneficiarse, ya que la mejora de los múltiplos de valoración contrarrestará el descenso de los beneficios –aunque esto ocurrirá más bien en la segunda mitad del año.

Dado que EE.UU. está más avanzado en su ciclo de endurecimiento que otros bancos centrales principales es probable que, cuando los tipos estadounidenses toquen techo, esto ejerza una presión bajista sobre el dólar. El billete verde ya está considerablemente sobrevalorado y sus fundamentales a largo plazo no son favorables –el valor a largo plazo de una divisa viene determinado por la disciplina fiscal y el crecimiento de la productividad, y EE.UU. no tiene buena puntuación en estos dos parámetros.

La mayor debilidad del dólar será beneficiosa para los activos emergentes, sobre todo para la deuda emergente en moneda local que, en nuestra opinión, destacará de forma positiva en el panorama de inversión no solo durante el año que viene, sino durante algún tiempo más. La reactivación de la economía china contribuirá a respaldar la renta fija y la renta variable emergentes. Creemos que el gobierno tendrá que relajar las restricciones como respuesta a las recientes protestas contra su draconiana política de tolerancia cero con la COVID-19. Paralelamente, ha estado apoyando en cierta medida al vital, aunque asediado, sector inmobiliario del país. Creemos que la suma de estos efectos consolidará un crecimiento de aproximadamente un 5% durante el año próximo. La mejora del crecimiento chino también beneficiará a otras economías emergentes de Asia.

En pocas palabras, 2023 será un año para que los inversores actúen con cautela. Pero, tras un 2022 desastroso en el que prácticamente todas las clases de activos sufrieron correcciones (con la notable excepción de la energía), también habrá motivos para un optimismo prudente.

 

Texto escrito por Luca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management, y Arun Sai, estratega senior de multiactivos de Pictet Asset Management.

Descubra el panorama de inversión 2023 de Pictet Asset Management (solo disponible en inglés)

 

Nathalie Coffre (Amundi): “La volatilidad sigue siendo muy alta y podría seguir siéndolo durante algunos meses más”

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En tiempos donde reina la incertidumbre y la volatilidad, los inversores buscan constantemente donde refugiarse. Y como lamentablemente el conflicto entre Rusia y Ucrania continúa y no se sabe hasta qué nivel podrían seguir subiendo los tipos de interés, los fondos de renta fija pueden convertirse en un oasis para los inversores. Nathalie Coffre, responsable de soluciones a corto plazo, renta fija y crédito de Amundi proyecta que este volátil entorno podría continuar durante algunos meses y que además todavía podría no haber pasado lo peor.

 ¿Cómo ven la situación actual en renta fija en general? ¿Ya ha pasado lo peor?

Tal vez lo peor fue vernos sorprendidos por dos sucesos relevantes que han impactado con fuerza en el mercado de renta fija este año. En primer lugar, la subida de los tipos; y en segundo lugar, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que ha conducido a una dolorosa crisis energética. En consecuencia, hemos tenido que asumir esta situación inesperada que ha impactado en el mercado en 2022 y que podría continuar afectándolo en 2023.

En la zona euro, no esperamos que el BCE decida cambiar su política monetaria tan rápido. De hecho, nos ha sorprendido en gran medida que siga la senda que ha sido trazada por la Reserva Federal, subiendo los tipos ya en junio. Este último hecho también fue una sorpresa en el mercado de renta fija en la zona euro. Pero prevemos que esta situación dure unas semanas o unos meses más.

La coyuntura geopolítica que se produjo fue un suceso definitivamente inesperado, pero no tuvo el impacto en los mercados que podríamos haber temido. Las consecuencias para el sector energético, podrían ser quizá la parte más inesperada.

Entonces, ¿la renta fija continúa siendo el mejor refugio a corto plazo?

Sí. Tenemos la misma volatilidad en la parte corta del mercado de renta fija, aunque sea menos visible que en la parte más larga de la curva porque nuestra duración es quizá todavía más corta. Sin embargo, la volatilidad sigue siendo muy, muy alta y podría continuar siéndolo durante algunos meses más.

Diría que la renta fija a corto plazo continúa siendo un refugio, ya que está menos expuesta que en el largo plazo, pero seguirá siendo ligeramente volátil.

¿Y qué tendencias u oportunidades ve en la inversión en renta fija para el próximo año?

La primera tendencia u oportunidad surge como consecuencia de la decisión del BCE de subir sus tipos de interés. En primer lugar, los fondos del mercado monetario están ofreciendo actualmente rendimientos positivos, algo que no se veía en años. Por lo tanto, los inversores pueden tener una tasa real libre de riesgo en territorio positivo. Ese puede ser el activo refugio que vemos y la parte positiva de la tendencia reciente.

También vemos, pero tal vez en unas semanas, por no decir unos meses, alguna oportunidad en la parte a muy corto plazo del mercado de renta fija, porque, aunque todavía esperamos subidas de tipos, la duración es bastante baja y los rendimientos son altos. Así que la combinación de una rentabilidad cercana al 3% en los vencimientos entre dos y tres años con una duración inferior a dos, puede suponer una buena oportunidad para volver a mirar a los bonos como un activo refugio en 2023.

¿Debería prepararse el inversor de renta fija para el comienzo del año?

Esto puede variar entre los distintos tipos de clientes. En el lado corporativo, definitivamente pensamos que están preparados, con su liquidez aparcada en inversiones muy seguras. No sabemos exactamente cómo cambiará la gestión de la liquidez de las compañías en el futuro. Hemos visto alguna reducción recientemente porque necesitan algo de liquidez para poder llevar a cabo sus negocios desde el final del Covid 19 y porque tienen una actividad muy importante hasta febrero.

En cuanto a los clientes institucionales, nuestra visión es menos nítida porque no hemos observado muchas reducciones del riesgo en 2022. Las reasignaciones no han supuesto un regreso a la calidad desde febrero. Desde mediados de febrero de 2022, tras la invasión de Ucrania, no observamos un efecto de huida hacia la calidad o efecto huida hacia la seguridad en nuestros fondos del mercado monetario o en nuestras inversiones a corto plazo.

Para los distribuidores de terceros, que constituye otra gran parte de nuestros inversores, es exactamente lo mismo, pero vemos un creciente interés o apetito de cara al futuro por invertir nuevo efectivo en un entorno más rentable sin riesgo de tipo de interés, pero con algo más de prima de crédito en comparación con los fondos del mercado monetario.

¿A quiénes van dirigidos estos fondos? ¿a qué tipo de inversor?

Amundi Euro Liquidity Rated SRI, es un fondo del mercado monetario. El mercado monetario se divide en dos categorías: a corto plazo y estándar. El Amundi Euro Liquidity Rated SRI es estándar, lo que quiere decir que hemos seleccionados los parámetros de riesgo más amplios para este producto. El primer objetivo es proporcionar a nuestro cliente rendimientos con baja volatilidad. El segundo objetivo es lograr, si es posible, un rendimiento cercano al Euro short-term rate (€STR). Esta es a grandes rasgos la filosofía del fondo.

En este contexto de mercado, en el que hemos experimentado subidas de tipos, estábamos bastante preparados en la zona euro tras las subidas de la Reserva Federal. Hemos reducido la duración de la cartera a cero. Esto significa que, a partir de hoy, este producto ESTR en euros aumente, el rendimiento de la cartera seguirá el incremento del ESTR. Por lo tanto, no hay exposición a los tipos futuros que todo el mundo proyecta. Esto, en lo que respecta a la duración o asignación de la cartera.

Por el lado del crédito, que es nuestra segunda fuente de valor añadido, hemos reducido significativamente el Weighted Average Life del fondo. Pasamos de 129 días a mínimos de menos de 70 días a finales de agosto. Desde entonces, tenemos una visión más optimista, ya que visualizamos el objetivo de los tipos de riesgo, y no anticipamos demasiada volatilidad los spreads. Estamos aumentando ligeramente nuestra inversión renovando algunas inversiones con un vencimiento a un año o a 6 meses.

¿Cómo miden los KPI?

Los indicadores de rendimiento se pueden medir a través de la duración modificada. Lo que significa, que estamos cubriendo completamente la cartera usando swap. Es decir, podemos esperar ESTR más un margen y este margen está definitivamente ligado a la asignación al crédito que tenemos en la cartera. A día de hoy, nuestra expectativa para este fondo es de poder ofrecer en los próximos de 3 a 6 meses, un rendimiento que oscile entre ESTR + 5 y ESTR +10.

Miami recibe el musical basado en versos del poeta cubano José Martí

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Los días 20 y 21 de enero llega al Manuel Artime Theatre de Miami el espectáculo Martí “El Musical, versos de Cuba, canciones de libertad” basado en la vida y obra del poeta y prócer cubano, José Martí.

El espectáculo musical es una idea original de Oscar Gómez y se trata de un concierto dramatizado sobre los «Versos Sencillos» de José Martí, publicados originalmente en 1891.

“Canciones con el aroma de la isla y el ritmo del sol y las palmeras, basadas en las ideas de un hombre extraordinario y los textos testigos de un momento histórico apasionante”, dice el texto de promoción publicado en el sitio web del espectáculo.

Martí: Versos de Cuba, Canciones de Libertad se presentó en Madrid en los Teatros del Canal, en el Festival Cervantino de Guanajuato, México, y en el Adrienne Arsht Center de Miami.

“Esta singular producción pone en escena un espectáculo musical intenso, valiente, necesario y lleno de magia, para mostrar a las nuevas generaciones de América Latina y de todo el mundo, la gigantesca dimensión poética, humana, política y social del apóstol de la independencia de Cuba y uno de los nombres más importantes de la historia de América”, agrega el comunicado.

Los cantantes, actores y músicos hacen un recorrido dramático por la vida de Martí, su obra poética y sus momentos más hermosos e íntimos, con canciones de los más relevantes ritmos nacidos en la isla caribeña, con toda la pasión y el encanto de su fuerza sonora y escénica.

Para comprar los tickets o acceder a más información debe ingresar al sitio web del espectáculo a través de este enlace.

Evite la trampa de volverse más bajista cuanto más baje el mercado

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Es esperable que los mercados de renta variable toquen fondo en algún momento del primer semestre del próximo año y que se mantengan los mínimos de octubre de 2022, pero hay que evitar ponerse bajista y prepararse para aprovechar las ventas cuando se produzcan, recomienda un informe de J.P. Morgan.

En la historia de las recesiones de EE.UU. (con la excepción del colapso de las puntocom en 2001), los mercados de renta variable tocaron fondo mucho antes de que el PIB, las nóminas, los beneficios del S&P 500 y la construcción de viviendas tocaran fondo, así como del pico de morosidad de hogares y empresas.

La perspectiva de J.P. Morgan comienza con un análisis de los indicadores adelantados y de lo que los mercados de renta variable ya están anticipando.

Los principales asuntos que los expertos esperan para este año van desde un enfriamiento de la inflación, lo suficiente como para que la Fed haga una pausa en el 5% en primavera boreal.  Por otro lado, “el declive de la globalización y sus implicaciones para los inversores” cómo el fin de los tipos reales negativos puede marcar el comienzo de un periodo de mejora en la selección de valores por parte de los gestores orientados al valor.

Además, como está llegando una oleada reguladora al mundo fintech/cripto; que logrará valor en la renta fija mundial ahora que la represión financiera de los bancos centrales está llegando a su fin.

Un rápido vistazo a los indicadores adelantados en declive y a la resistencia del sistema bancario estadounidense. Los indicadores adelantados sugieren que se avecina una importante ralentización del crecimiento tanto en EE.UU. como Europa.

Para los inversores en renta variable, la ralentización que se avecina probablemente arrastrará consigo a los beneficios empresariales. Las encuestas manufactureras son buenos indicadores coincidentes de un mínimo en los mercados de renta variable cuando se producen recesiones.

J.P. Morgan espera que estas encuestas toquen fondo en el primer y segundo trimestre de 2023, y a niveles superiores a los de 2008 y 2020.

“En otras palabras, si se produce una recesión, esperamos que sea más leve que las dos últimas. El tercer gráfico proyecta el descenso de los beneficios del S&P 500; nuestra mejor estimación es un descenso del 10%-15% interanual de los beneficios del S&P en 2023”, explican.

Siempre que el crecimiento se ralentiza materialmente, se debe mirar con atención a los efectos en el sistema bancario, ya que es ahí donde se magnifican las pérdidas debido al apalancamiento y a los riesgos de los depositantes.

“Para nosotros, la situación parece mucho mejor que en 2008”, comentan.

Los coeficientes de capital de nivel de los bancos estadounidenses han aumentado sustancialmente; muchos préstamos de riesgo han pasado de los bancos a los mercados de capitales y a los prestamistas de crédito privados; la financiación mayorista de los bancos estadounidenses es ahora el 7,5% de los pasivos bancarios, frente al 17,5% en 2000; y los coeficientes de préstamos sobre depósitos cayeron de 1,00x en 2008 a ~0,65x, “la mayor liquidez de los bancos estadounidenses desde la década de 1970”.

Pero siempre hay un “pero”

Debido a la subida de los tipos, muchos depósitos financian bonos de alta calidad que cotizan por debajo de la par, designados como «Disponibles para la venta» o «Mantenidos hasta el vencimiento». Según la FDIC, las pérdidas no realizadas de estos valores en los bancos estadounidenses se han disparado hasta los 700.000 millones de dólares.

Para acceder al informe completo puede ingresar al siguiente enlace.

Las remesas de México cerrarán 2022 en un máximo histórico, según un informe de BBVA

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CC-BY-SA-2.0, FlickrUn mercado en México

El Banco de México dio a conocer que México recibió 4.801 millones de dólares en el pasado mes de noviembre por concepto de remesas familiares, lo que representa un aumento de 3% respecto del mismo mes del año previo. Este es el menor incremento registrado desde marzo de 2021, hace 20 meses. Entre abril de 2021 y octubre de 2022 las remesas promediaron tasas de crecimiento de casi 23%. En noviembre de 2022 se registraron 12,2 millones de operaciones para la recepción de las remesas (+4,7%), mientras que la remesa promedio se ubicó en 393 dólares (-1,8%).

En términos reales, descontando el factor inflacionario y ajustando por el tipo de cambio, las remesas a los hogares en México se contrajeron 10.4% en noviembre de 2022. A lo largo de 2022 el peso mexicano ha sido de las divisas con mayor fortaleza, apreciandose casi 7% respecto al dólar. Esto disminuye el monto en pesos que se reciben de las remesas en México.

Las remesas logran acumular 31 meses consecutivos a la alza, racha iniciada desde mayo de 2020. Para el cierre de 2022 se estima que las remesas a México alcanzarán un nuevo máximo histórico con un monto de más de 58.400 millones de dólares, lo que representará un incremento de 13,3% respecto de lo recibido en 2021, año en que ingresaron 51.586 md.

El bajo nivel de desempleo que ha prevalecido en la economía de Estados Unidos, país donde reside la gran mayoría de la diáspora mexicana, ha potenciado el envío de remesas a México. Para 2023 se estima que las remesas continuarán aumentando pero a un ritmo más moderado, debido a un posible escenario en donde la economía mundial podría ralentizar su crecimiento.

Las remesas mundiales crecerán 1,7% en 2022 y se pronostica que aumentarán 2,7% en 2023

 De acuerdo con datos del Banco Mundial, se estima que para el cierre del año 2022 el flujo de remesas en el mundo llegará a un monto de 794.000 millones de dólares, lo que equivale a un incremento de 1,7% respecto a 2021. En medio de la pandemia por COVID-19, 2021 fue uno de los mejores años en términos de aumento en el flujo de remesas, crecieron 9,9%. Considerando un posible escenario en donde a futuro la economía mundial se puede ralentizar, se estima que las remesas en 2023 llegarán a un monto de 815.000 millones de dólares, lo que representará un aumento de 2,7% a tasa anual.

Para 2022 se calcula que casi 79% de las remesas mundiales tienen como destino un país con un nivel de ingreso bajo o medio. El Sur de Asia, donde se localizan países como India, Pakistán y Bangladesh, es la principal región receptora de remesas y concentra más de una quinta parte de las remesas mundiales; seguido de América Latina y el Caribe que recibe 17,9% de las remesas, donde destacan México, República Dominicana, Colombia y los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica.

Entre 2021 y 2022, las regiones que más han contribuido al incremento mundial de las remesas han sido América Latina y el Caribe, y Europa y Asia Central. En cambio, el flujo de remesas a Asia Oriental y el Pacífico se ha visto mermado entre 2020 y 2021 debido a la contracción de estos recursos hacia China. Para esta región se estima un crecimiento de solo 0.7% en 2022 y para 2023 se pronostica que se contraerá en 1.0%.

Se pronostica que América Latina y el Caribe será la región con el mejor desempeño respecto a la recepción de las remesas en 2023, con una estimación de +4,7%, seguido de las regiones de Europa y Asia Central (+4,2%) y África Subsahariana (+3,9%).

México se consolida como el segundo país que más recibe remesas, superará en 2022 por más de 7.000 millones de dólares a China, que se ubica en la tercera posición

 India se mantiene como el principal país receptor de remesas en el mundo desde hace más de 10 años. Estos flujos de remesas son impulsados principalmente por la fuerte demanda de mano de obra para el sector de la construcción en las potencias petroleras árabes como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar.

Desde 2017 las remesas a India han ampliado significativamente su tamaño frente a otros importantes países receptores de estos recursos y para 2022 se estima que alcanzarán un monto de 100.000 millones de US dólares. De acuerdo con el más reciente reporte del Banco Mundial, las remesas a India representan 2,9% de su Producto Interno Bruto (PIB).

El fuerte crecimiento de las remesas a México durante los 3 primeros años de la pandemia lo ha ubicado en la segunda posición a nivel mundial en la recepción de estos recursos, desplazando desde 2021 a China. Para finales de 2020, la rápida recuperación de la economía de Estados Unidos propició un importante aumento en la demanda de mano de obra y, posteriormente, una escasez relativa de este factor productivo, los cuales beneficiaron a los trabajadores migrantes y atrajo una nueva oleada de migración principalmente de países de América Latina y el Caribe. En BBVA Research estimamos que las remesas a México cerrarán 2022 en un monto superior a 58.400 millones de dólares, lo que representará un aumento de 13,3% a tasa anual.

El flujo de remesas a China se ha contraído año con año desde 2020 debido a las estrictas medidas de control de la movilidad implementadas en ese país para contener la pandemia por COVID-19, lo que ha mermado el movimiento migratorio de su población. En 2019 China recibió remesas por 68,4 mil millones de dólares, monto 75% superior a lo percibido por México en el mismo año. Pero el rápido crecimiento de las remesas a México y la reducción de estos recursos a China han relegado a este último país a la tercera posición mundial con un flujo estimado de 51.000 millones de dólares para 2022. Se estima que las remesas a México llegarán a ser 15% superiores a las de China para 2022.

Entre 2010 y 2022 se observa que Filipinas y Egipto han mantenido una tendencia relativamente estable en su crecimiento en la recepción de remesas. Filipinas se ubica en la cuarta posición mundial con 38 mil millones de dólares y Egipto está en el quinto lugar con 32 mil millones de US dólares en 2022.

En 2022 el merval tuvo uno de los mejores retornos en dólares del mundo: ¿continuará la tendencia?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrBuenos Aires, Argentina

En los mercados globales, el 2022 se caracterizó como un año de notable adversidad, afectado primero por la guerra en Ucrania, y luego en lo económico por el regreso de la inflación y las subas de tasas de interés a lo largo del mundo.

En el marco local argentino, este cóctel se percibió aún más agravado, afectado tanto por un nivel inflacionario mucho más delicado como también por la inestabilidad política hacia mitad de año, señalan en un informe los analistas de Criteria.

“Sin embargo, transitado el pico de volatilidad luego del recambio del equipo económico en agosto, las variables encontraron cierta estabilidad y un entorno favorable en los mercados emergentes soportó la recuperación de activos argentinos desde entonces”, señala la nota.

“Desde niveles muy deprimidos tras la crisis política, tanto los bonos soberanos en dólares como las acciones tuvieron mejoras muy significativas. Esto a tal punto que el S&P Merval medido en dólares, registró una suba acumulada superior al 40% en el año, donde las bolsas mundiales promediaron 20% de caída.

Comenzando el año en torno a los 412 puntos y llegando a mínimos anuales por debajo de los 340 puntos en julio, retomo su fuerza alcista en la segunda mitad del año, alcanzando los 589 puntos y subiendo 43% en moneda dura. Un sendero relativamente estable en el dólar “financiero” en los últimos meses también contribuyó a esta mejoría”, añaden los expertos.

Así, el S&P Merval se recuperó tras la crisis política y acumula un retorno en dólares superior al 40% en 2022.

 En la curva de bonos soberanos, los papeles argentinos denominados “hard dollar” vienen con buen desempeño en los últimos meses. El clima externo de momento es más favorable para el mundo emergente en general.

En Argentina, el año comenzó con un riesgo país en torno a los 1.700 puntos básicos, con picos de 2.900 tras la renuncia de Martín Guzmán en julio. Actualmente, se registró un descenso marcado hasta los 2.200, aunque todavía por encima de los niveles previos a la crisis política. El rally de los bonos soberanos en dólares fue particularmente alto en el cuarto trimestre del año, con avances de entre 25% y 30% en moneda extranjera para los títulos Globales y Bonares.

La curva de bonos con ajuste CER

En el 2022 los ojos del mercado local estuvieron atentos a esta categoría de bonos. El año comenzó con una curva CER que mostraba un buen performance, con retornos reales en terreno negativos. En enero, para obtener rendimientos reales positivos había que posicionarse en vencimientos a partir de 2024.

En abril, y a pesar de la buena demanda en las licitaciones primarias del gobierno, ya comenzaba a verse un quiebre en la curva entre aquellos bonos con vencimiento previo y post 2023, ante la incertidumbre que trae el calendario electoral con un nuevo escenario político y la experiencia del “reperfilamiento” de la gestión anterior.

Para junio el stress en este mercado se evidencia con una fuerte caída de precios en todos los tramos de vencimientos, empujados por rescates significativos en la industria de FCI. Esta situación solo se pudo estabilizar a partir de las intervenciones del BCRA para sostener las cotizaciones, estrategia que hasta hoy mantiene la autoridad monetaria. Dicha emisión de pesos estimada en $1,3 billones puso presión a los tipos de cambio financieros. En ese entonces la brecha cambiaria pasaba del 86 al 160%, exacerbada por el ruido político de la salida de Guzmán y el paso efímero de Batakis.

Tras la relativa calma que trajo la llegada del nuevo ministro, en octubre vuelven las intervenciones en el mercado secundario del BCRA (ya alcanzan la mitad de lo emitido para paliar la crisis de mitad de año) y el diferencial de tasas entre bonos con vencimiento previo a las elecciones y 2024 volvía a máximos históricos.

Las principales variables de cara a 2023 en Argentina, según Criteria

Durante todo el 2022, además de los vaivenes del financiamiento en pesos, las miradas estuvieron puestas sobre las limitadas reservas del Banco Central. Si bien no se logró reconfigurar un cambio rotundo de las expectativas, lo cierto es que hubo un manejo creativo en la administración de la escasez.

A base de endurecimiento del cepo y mejoras transitorias en el precio de exportación para la soja, el equipo económico logró sortear el 2022 con un stock de reservas internacionales exiguo, pero que alcanza las metas propuestas.

Sin embargo, este factor será un riesgo que predominará en el año próximo, a medida que el gobierno intenta optimizar la oferta de divisas, afectando la actividad económica que se nutre de insumos importados. Por otra parte, la sequía que ya afecta la producción de trigo es un viento en contra adicional que podría restar, según cálculos preliminares, más de 10.000 millones de dólares a la liquidación de divisas del agro en 2023.

En el mercado de deuda en pesos, también será importante atender el ritmo de renovación de vencimientos. Hasta aquí, los tenedores privados ya han empezado a dar señales de cierto agotamiento para renovar stock. De consolidarse esta tendencia, podríamos esperar una mayor emisión monetaria en 2023, donde habrá que afrontar 8% del PBI en vencimientos con tenedores privados.

Sin dudas, uno de los principales riesgos el año próximo es el componente inflacionario. El último dato publicado de esta variable parece dar un respiro, en una dinámica que se muestra compleja. En noviembre el índice de precios al consumidor tuvo una variación del 4,9% respecto del mes anterior, acumulando una suba del 85,3% en el año. Mas allá de esta baja en el ritmo, el mercado es cauteloso en sus expectativas.

Después de que 2022 haya tenido inflación más alta desde la hiper hace 30 años, será apremiante trazar un camino claro hacia adelante para políticas antiinflacionarias. Aunque se observa una sana política de gasto fiscal más moderado después de los cambios en el equipo de política económica, las acciones futuras siguen siendo muy inciertas, especialmente teniendo en cuenta los desarrollos políticos en torno a las elecciones presidenciales de 2023.