El valor del inversor minorista

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En enero de 2021, los inversores minoristas ataron en corto a los todopoderosos bajistas de Wall Street. Coordinados desde el foro Reddit, comenzaron a comprar títulos de GameStop lo que provocó que la acción se disparara ante el asombro de los bajistas. Este fenómeno se conoce como “Meme stock” y es el ejemplo más icónico del poder que pueden tener los inversores minoristas sobre los parqués y el curso de las cotizadas. Ahora bien, ¿podría producirse un Meme Stock en el mercado bursátil español? ¿Qué papel juega el inversor minorista en las cotizadas españolas?

Según datos del 2022 de BME, la participación del minorista en la Bolsa española se mantiene en 17,1%, porcentaje similar a la media europea pero notablemente inferior a la norteamericana. La tasa de inversión del particular español en acciones no ha incrementado a pesar de la política de tipos de interés cero que imperaba hasta hace unos meses y que ha motivado la búsqueda de rentabilidad en otros vehículos como fondos de inversión, acciones o criptomonedas. Así, aunque es poco probable que en España veamos un fenómeno viral no por ello el minorista deja de jugar un papel clave en el ecosistema inversor español, aunque a nivel comunicación y mediático pase demasiado desapercibido.

Históricamente, los inversores particulares muestran más fidelidad y compromiso con la empresa en la que están invertidos que los inversores institucionales, más propensos la cambiar la composición de su cartera. Diversos estudios apuntan que el minorista tiene un horizonte temporal a largo plazo y es menos permeable a las turbulencias bursátiles del valor.

Por definición, la Bolsa es un mercado que conecta a las empresas con sus inversores si bien, esta conexión para mucho más débil cuando el inversor es particular. A rasgos generales, según el Estudio El Inversor Minorista Español elaborado conjuntamente con Sigma Rocket, las compañías cotizadas no promueven activamente una estrategia de comunicación con el inversor minorista. Así, solo un tercio de las compañías (32%) cuenta con una estrategia de comunicación proactiva para este tipo de inversor, frente el 34% que no hace nada específico, más allá de las activaciones con motivo de la celebración de la Junta General de Accionistas.

La comunicación de las cotizadas españolas con sus accionistas retail suele tener una periodicidad o bastante espaciada en el tiempo o bastante irregular por lo que no se fomenta, en absoluto, la fidelización. A nivel formatos, el más habitual es el Área de Información con Inversores y el correo electrónico (casi ocho de cada diez empresas contactan con sus inversores por esta vía).

Además, las cotizadas más avanzadas en este tema, tienen un perfil propio en Twitter. Según el mismo informe, la bidireccionalidad en las comunicaciones también es restringida salvo puntuales excepciones.

Por otra parte, el enfoque de la estrategia de comunicación con el minorista tendrá que ser holístico, fomentando la multicanalidad, bidireccionalidad y la diversidad de los territorios de comunicación. Como demuestra este estudio, hoy día, el interés del minoritario va más allá del desempeño de sus inversiones, las volatilidades del mercado o los planes de negocio. El minorista actual se preocupa por temas como la estrategia de sostenibilidad, el sistema de gobernanza de la compañía, la responsabilidad social de la cotizada, etc.

Independientemente de estos canales y de la proactividad en las informaciones, lo cierto es que pocas cotizadas españolas integran a sus minoristas en sus planes y estrategias de comunicación como un público objetivo clave, no valorando que ya participa en el capital de la compañía y que funciona o podría funcionar como embajador de marca. La comunicación con todos los stakeholders de la compañía es clave ya que, ahora más que nunca, todo y todos estamos más interconectados. Por tanto, un minorista satisfecho, al igual que un empleado o un cliente, puede actuar potencialmente como prescriptor de la compañía e influir positivamente en la opinión pública.

Por tanto, integrar al minorista en la estrategia de comunicación de la cotizada y apostar por fidelizar e incrementar la comunidad de accionistas particulares, repercutirá positivamente tanto en la estabilidad del valor como en la reputación de la compañía. Ambas variables cotizan al alza.

 

Tribuna de Sonia Álvarez, directora de la división de comunicación financiera en Evercom.

Décalogo de errores a evitar a la hora de empezar a invertir

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El proceso de gestión de inversiones está plagado de obstáculos que pueden mermar drásticamente la rentabilidad de una cartera en el largo plazo. Tomando como base la investigación académica, la evidencia empírica, los avances de una rama financiera conocida como behavioral finance (finanzas del comportamiento emocional) y la experiencia, Borja Durán, autor del libro El arte de invertir, ha recopilado una lista de los errores habituales que cometen los inversores. Conocerlos de antemano puede ayudar a mejorar el resultado de las inversiones: caer en estos errores podría suponer una merma del 1% al 3 % de rentabilidad anual.

1.No definir una política de inversión. La política de inversión aporta la coherencia entre los objetivos personales, los mercados financieros y la cartera. De este proceso emana la distribución que se lleva a cabo del patrimonio en las distintas categorías de activos (mercados monetarios, rentas fija y variable, inversión alternativa, inmobiliario, bienes tangibles, etc.) y zonas geográficas. No garantiza el éxito, pero proporciona la disciplina necesaria para evitar decisiones inapropiadas que, en muchas ocasiones, están promovidos por nuestros propios sesgos cognitivos y emociones.

2.Dar más importancia a la rentabilidad que a los riesgos. En muchos casos, fijarse en la rentabilidad distrae enormemente de los riesgos a la hora de tomar decisiones. Dejarse llevar por rentabilidades atractivas, conlleva no se realizar un riguroso análisis de los riesgos potenciales que entrañan las inversiones. El conocimiento de las alternativas de inversión y la gestión de los riesgos son más importantes que la rentabilidad esperada.

3.No diversificar las carteras. No todo el riesgo en las carteras está remunerado por el mercado. Las inversiones solo son compensadas por asumir riesgo sistemático no diversificable, esto es, el riesgo que queda después de diversificar una cartera.

4.Intentar adelantarse al mercado (exceso de decisiones tácticas). Todos sabemos cómo ganar dinero: comprar antes de que suban los mercados y vender antes de que bajen. Pero este proceso de anticipación es una de las mayores fuentes de riesgo de una cartera. En la medida en la que los mercados tienden a subir a largo plazo, resulta más recomendable seguir una estrategia de comprar y mantener que de querer acertar día tras día cuál será el próximo movimiento a corto.

5.Dejarte llevar por modas. Este error puede poner en peligro un plan a largo plazo, pues distraen de los objetivos al hacer que compres activos a precios altos y que los acabes vendiendo a precios bajos. La mejor manera de evitar estas situaciones es tener bien definida la política de inversión.

6.Vender posiciones con plusvalías y mantener las que tienen minusvalías. Es habitual ver a inversores particulares mantener posiciones indeseadas en sus carteras, pero como están en pérdidas, las aguantan a la espera de que recuperen para venderlas entonces. Esto sucede porque vender una posición con pérdida produce un agravio emocional. Al mantener una posición con pérdidas, perdemos el coste de oportunidad de invertir en otra que vaya mejor en términos comparativos.

7.Ignorar los costes. Sin duda, los costes son el mayor drenaje de la rentabilidad de la cartera. Hay dos problemas: suelen ser injustificadamente altos y muchos no se ven a primera vista (como en el caso de los productos garantizados). Una cartera prudentemente diversificada puede ofrecer a largo plazo rentabilidades reales, después del impacto de la inflación. Además de las comisiones explícitas de gestión, están los costes de custodia, las comisiones de los brokers, los costes de los productos financieros que subyacen a los productos estructurados o garantizados y los dividendos no percibidos.

8.Creerte muy listo. El mercado es un juego de suma cero. No basta con ser listo; hay que estar mejor informado y saber actuar rápidamente en función de dicha información.

9.Preocuparte mucho. Una vez estructurada la cartera de inversión de acuerdo con tus objetivos y restricciones, no hay que preocuparte en exceso con las subidas y bajadas semanales o mensuales porque esas variaciones no son más que ruido que no te deja oír lo importante. Las oscilaciones a corto plazo son normales; han ocurrido en el pasado y seguirán ocurriendo en el futuro. No hay nada que podamos hacer para evitarlas; debes aprender a vivir con ellas para tener éxito en tus inversiones.

10.No dejarte asesorar. La salud y el dinero son factores que preocupan mucho en la vida diaria. No hay duda en ir al médico ante cualquier malestar, pero cuesta un gran esfuerzo buscar asesoramiento para cuidar la integridad del patrimonio. De manera general, se rechaza la ayuda de profesionales que ayuden, cuando menos, a evitar cometer errores como los anteriormente citados.

¿Cómo acelerar la transición climática de las small y mid caps europeas?

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El próximo 5 de junio se celebra una nueva edición del Día Mundial del Medio Ambiente. Un motivo para reflexionar e impulsar las oportunidades de inversión que ofrece la transición climática.

A principios de la década de los 2000, el sector de la gestión de activos se fue percatando de que debía abordar las deficiencias de un modelo centrado únicamente en la optimización de la rentabilidad financiera. Fue entonces cuando se comenzó a hablar de los criterios ESG, la mentalidad empieza a transformarse lentamente, las regulaciones se modifican, surge el cambio y una ola se prepara para arrasar los mercados financieros. Estos ya no pueden limitarse a optimizar la oferta y la demanda de capital. El ahorro debe gestionarse para responder a realidades y retos que van más allá de la rentabilidad contable e incluso de los criterios ESG.

Los gestores deben responder a los objetivos sociales y estratégicos sin sacrificar el objetivo de rentabilidad. La ISR adquiere un doble significado y pasa a ser «Inversión Estratégicamente Responsable». No es de extrañar que, en los últimos tres años, los incentivos normativos hayan fomentado la eclosión de un sinfín de fondos climáticos y tecnológicos.

¿Cómo puede una gestora de fondos participar verdaderamente en esta dinámica y ofrecer a sus clientes una respuesta eficaz sin caer en la trampa del lavado de cara ecológico (greenwashing)?, ¿Cómo podemos cumplir estas nuevas normativas y garantizar que nuestros esfuerzos ejerzan un impacto real en los objetivos programados?

El enfoque de Amiral Gestion sobre el cambio climático no consiste en invertir únicamente en empresas «verdes», sino también en sectores industriales que emiten cantidades considerables de CO2 y cuya transformación puede ejercer un impacto significativo. No creemos que vayamos a lograr un impacto decisivo financiando a empresas cuya actividad principal se centre en la transición de los sectores de las energías renovables, los vehículos eléctricos o el hidrógeno. Por lo general, ya tienen acceso a toda la financiación necesaria y suelen tener pocos problemas de transformación, ya que su actividad es virtuosa por naturaleza.

Por último, este enfoque evita que nos encerremos en las «burbujas verdes» existentes o futuras y, en cambio, nos permite beneficiarnos de la revalorización de las empresas que son capaces de innovar y liderar su sector en la materia climática.

Desde Amiral Gestion estamos convencidos de que tenemos un doble papel que desempeñar: apoyar a las pequeñas y medianas empresas en la transición hacia el cambio climático, aprovechando nuestra proximidad histórica a las empresas de este segmento para promover un compromiso que les ayude a progresar en la toma en consideración de las cuestiones climáticas, y desempeñar un papel en la difusión y transparencia de los datos.

También, queremos implicar a todos los sectores en la transición. Nuestro enfoque es por tanto dinámico, en contraste con los enfoques estáticos que favorecen a las empresas que están más a la vanguardia de la transición.

Queremos asignar capital a los proveedores de soluciones para la descarbonización, pero también a las actividades intensivas en carbono que se encuentran en fase de mejora, así como a los agentes menos conocidos, que pasan desapercibidos y cuyas actividades son, no obstante, necesarias para la transición a una sociedad con bajas emisiones de carbono.

Por este motivo, lanzamos a finales de diciembre la nueva estrategia, Sextant Climate Transition Europe (artículo SFDR 9), que nos permite abordar este segmento de mercado descuidado por los equipos de gestión temática interesados en la transición climática.

El fondo se concentra en compañías de menos de 7.000 millones de capitalización bursátil con el objetivo de acompañar a empresas de todos los sectores con un fuerte potencial de contribución a la lucha contra el calentamiento climático. Si en un primer momento parece razonable asignar capitales hacia agentes con modelos económicos virtuosos, puede al mismo tiempo concentrar los flujos sobre un segmento en particular del mercado alimentando así fenómenos de burbujas pudiendo perjudicar los beneficios futuros. Por tanto, posicionarse en agentes de la transición de tamaño más modesto, con un menor seguimiento por parte de los analistas, presenta un doble interés: permite a la gestora poner en marcha su capacidad de influencia y de compromiso además de captar desde un inicio el potencial de creación de valor.

Proceso de gestión de la estrategia Sextant Climate Transition Europe

El universo de gestión se ve delimitado por un filtro multicriterio que permite hacer resaltar las compañías que presenten una materialidad mayor a nivel climático. Incluye tanto actividades industriales potencialmente emisoras de CO2 que tienen un margen de reducción importante, pero también proveedores de soluciones como por ejemplo de aislamiento o renovación térmica de los edificios o bien energías renovables.

El equipo gestor aplica de igual forma filtros comunes a la gama de fondos de la gestora (controversias, exclusiones por normativa, etc.), así como una calificación extra financiera mínima que permite excluir alrededor del 20% del universo de inversión.

El proceso de selección de compañías combina el estudio de la valoración financiera (indisociable del enfoque desarrollado por Amiral Gestion) y un análisis del papel que juega la empresa en el marco de la transición climática (reducción de sus propias emisiones, contribución a la reducción de los demás, etc.).

Dentro del marco de este análisis, y con el fin de paliar la ausencia de datos fiables en la materia sobre el segmento de las pequeñas y medianas capitalizaciones, la rentabilidad climática de las compañías en cartera es evaluada a través de dos indicadores. Por un lado, la temperatura de alineación del emisor en comparación a una trayectoria de calentamiento, por el otro, un score “climático”, una clasificación sobre 100 que permite evaluar cada empresa según tres criterios. Un primer criterio de gobernanza climática (integración del clima en el esquema de remuneración, comité de evaluación y de gestión de riesgos climáticos, nivel de expertise de los directivos), un segundo criterio de análisis de parámetros climáticos (presencia de scope 3 en la huella de carbono, informes basados en Carbon Disclosure Project, fijación de una trayectoria SBTi, etc.), y finalmente un análisis del plan de acción (objetivos cumplidos de reducción de emisiones, de la contribución positiva de los productos y servicios de la compañía, alineación del capex con la estrategia, …)

Finalmente, la cartera se concentra de forma voluntaria sobre una treintena de posiciones. Se articula alrededor de dos subcarteras relativamente equiponderadas. La subcartera llamada “transition” comprende compañías que, a pesar de su potencial de contribución a la transición, no están todavía alineadas sobre una trayectoria de calentamiento climático limitado a 2ºC y que presenta actualmente una nota climática por debajo de la media. Es sobre este tipo de compañías que el equipo gestor concentra la mayoría de sus esfuerzos de compromiso accionarial, con el fin de acompañarlas en la mejora de su estrategia climática y de sus métricas.

La cartera puede de igual forma estar invertida, en función de las oportunidades de mercado, en agentes ya alineados y dotados de una nota de madurez climática superior a la media a través de la subcartera “core”.

 

 

Tribuna de Youssef Lboukili, Gestor Coordinador del fondo Sextant Climate Transition Europe. 

“Estamos viendo una explosión de inversiones en avances que harán el mundo más eficiente”

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Foto cedidaSteve Weeple, en un evento de Janus Henderson Investors celebrado en Madrid

Steve Weeple es gestor de carteras de clientes de renta variable global y mercados emergentes en Janus Henderson Investors. Además, está muy implicado con la estrategia ESG de la firma, que cuenta con un historial de más de 30 años invirtiendo en sostenibilidad. Weeple se muestra optimista con el futuro para la renta variable a pesar de que el panorama actual se antoja particularmente difícil: tras el fuerte ajuste de 2022, hoy los bancos centrales tienen dificultades para interpretar las señales macro, dado que en algunos sectores se están empezando a ver señales de debilidad, mientras que otros datos, como el empleo, se mantienen fuertes. “Para los inversores en acciones, es realmente difícil sortear todas estas señales en conflicto. Y, para ser honestos, nosotros no estamos analizando la economía ni los mercados en tiempo real y tratando de hacer apuestas”, afirma.

Para Weeple, la clave está en invertir con un horizonte de largo plazo y un enfoque muy disciplinado en las empresas correctas, es decir, las mejor posicionadas para facilitar el reto de la transición energética. El gestor considera que, si los inversores consiguen aislarse del ruido generado por los mercados en el corto plazo, podrán ver que hay “muchas oportunidades emocionantes que están sucediendo actualmente en la economía global”. “Creo que centrarse en compañías buenas con un buen futuro de sostenibilidad es la mejor forma de atajar la volatilidad”, resume el experto.

Weeple da a continuación algunas pinceladas de la estrategia de renta variable global sostenible de Janus Henderson, que cuenta con una cartera concentrada entre 50 y 60 valores, de las cuales típicamente dos tercios tienen domicilio entre EE.UU. y Canadá.

¿Qué criterios debe reunir una compañía para ser incluida en la estrategia de renta variable global sostenible?

Buscamos compañías que creemos que están en el lado correcto de las tendencias de sostenibilidad que se van a desarrollar en el largo plazo. Creemos que el mundo se está dirigiendo a una economía global mucho más sostenible; cuando analizas la regulación, la tecnología, los productos que los consumidores eligen comprar, puedes ver que todos estamos tomando decisiones mucho más sostenibles. Estamos viendo una explosión de inversiones en el tipo de avances que harán el mundo más eficiente. Así que buscamos compañías que estén alineadas con esas grandes tendencias, pero que también tengan fundamentales financieros realmente sólidos. En periodos de mucha volatilidad, queremos asegurarnos de que invertimos en compañías muy resilientes. Dedicamos mucho tiempo a pensar en la calidad de los balances, de los flujos de caja y del equipo directivo, y queremos comprar con valoraciones atractivas.

¿Puede concretar más a qué megatendencias ESG ofrece exposición la estrategia?

El cambio climático, la escasez de recursos, el envejecimiento de la población y el crecimiento de la población mundial son los grandes desafíos que afronta la economía global. Pensamos que las empresas que están en las industrias y sectores adecuados, con modelos de negocio que ayudan a dar solución a estos desafíos, serán las ganadoras en el largo plazo. Por ejemplo, en un mundo de recursos escasos, particularmente agua potable, buscamos las empresas que van a gestionar mejor los recursos hídricos, ayudando a reciclar agua, a eliminar toxinas del agua o a trasladar agua. Por otro lado, tenemos una población envejecida, la gente vive más y con más enfermedades y esto pone presión sobre los presupuestos gubernamentales. Así que buscamos aquellas empresas que aportan eficiencia a la industria sanitaria, particularmente en cuidados de largo plazo y desarrollo de medicamentos.

Obviamente, también buscamos compañías que están ayudando a que el mundo cambie de fuentes de energía, de combustibles fósiles a renovables. Invertimos en algunas empresas que saben que el coste de la energía renovable está, al menos, a la par con muchas fuentes de energía fósil, para poder construir instalaciones solares y eólicas de forma rentable y mejorar las instalaciones hidráulicas.

En los últimos años han emergido múltiples regulaciones en torno a la sostenibilidad que afectan de una u otra forma a las compañías. ¿Cómo evalúan el impacto de este impulso regulatorio?

Pensamos que muchos de los paquetes fiscales que hemos visto en EE.UU. en los últimos años son realmente beneficiosos para muchas empresas, como la Ley de Reducción de la Inflación, la Ley de Chips y Ciencia o la Ley Bipartidista de Empleo e Inversión en Infraestructuras. De estas tres leyes emanan estímulos de unos 55.000 millones de dólares para la industria de tratamiento de aguas, de la que hay algunas compañías en nuestra cartera. Hay más de 100.000 millones de apoyo a infraestructuras reales, tanto para la compra de locomotoras más eficientes en consumo energético como en hacer que las vías ferroviarias sean más eficientes. Y en la industria de semiconductores estas leyes han catalizado un gasto sobre el capital (capex) de más de 350.000 millones de dólares.

Al mismo tiempo, hay mucha preocupación respecto al endeudamiento de EE.UU., pero creo que estas leyes han contado con el apoyo de los dos grandes partidos y creo que esto se debe a que es una enorme inversión en infraestructuras verdes y un futuro más eficiente energéticamente para la economía estadounidense. Pero también creo que van a ser fantásticas para la creación de puestos de trabajo. Como inversores en renta variable, vemos muchas oportunidades para las empresas que tenemos en cartera, y pensamos que les darán años de crecimiento rentable.

El terreno está abonado de oportunidades, pero ¿qué pasa con las valoraciones?

Somos muy conscientes de las valoraciones. Sabemos que la única manera de conseguir retornos para nuestros clientes es invertir en empresas con valoraciones atractivas, porque nos da la oportunidad de generar retornos en el largo plazo. Cuando analizamos las valoraciones en todo el mercado, muchas de estas compañías no son necesariamente baratas en relación con las medias históricas. Pero creemos que, dada la oportunidad de potencial alcista, muchas aún cotizan con valoraciones atractivas. Nuestra cartera de renta variable global sostenible tiene unas 50 compañías cuya rentabilidad por flujos de caja libre (la cantidad de efectivo que generan las empresas en relación con su valoración) está cotizando en torno al 5,5%, mientras que el mercado en general está cotizando en torno a un 5,9%. Estamos contentos de pagar un poco de prima por invertir en esas empresas. Pero no es una prima extravagante. Es una prima que creemos que es merecida, y está relativamente contenida.

¿Cómo refuerzan el compromiso con las compañías en las que invierten?

No nos consideramos inversores activistas. Queremos invertir en buenas compañías, pero todas las compañías pueden mejorar. Cuando nos comprometemos con una compañía, queremos comprender su cultura corporativa, cómo tratan a sus empleados, cuánto conocen y entienden su cadena de suministro, y el origen de los bienes en esa cadena de suministro. Queremos entender cuál es su hoja de ruta para convertirse en una compañía más eficiente energéticamente. Queremos ser socios de esas compañías en su trayectoria de mejoría.

Nuestros clientes siempre tienen curiosidad por saber cómo nos comprometemos con las empresas, de qué hablamos con ellas. Pero los clientes también están interesados siempre en las valoraciones. Nuestra postura es que queremos invertir en compañías de alta calidad en crecimiento, que están en el lado correcto de las tendencias de sostenibilidad, pero también queremos ganar dinero para nuestros clientes, así que somos disciplinados con las valoraciones que estamos dispuestos a pagar.

Steve Weeple (Janus Henderson): “Estamos viendo una explosión de inversiones en avances que harán el mundo más eficiente”

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Foto cedidaSteve Weeple, en un evento de Janus Henderson Investors celebrado en Madrid

Steve Weeple es gestor de carteras de clientes de renta variable global y mercados emergentes en Janus Henderson Investors. Además, está muy implicado con la estrategia ESG de la firma, que cuenta con un historial de más de 30 años invirtiendo en sostenibilidad. Weeple se muestra optimista con el futuro para la renta variable a pesar de que el panorama actual se antoja particularmente difícil: tras el fuerte ajuste de 2022, hoy los bancos centrales tienen dificultades para interpretar las señales macro, dado que en algunos sectores se están empezando a ver señales de debilidad, mientras que otros datos, como el empleo, se mantienen fuertes. “Para los inversores en acciones, es realmente difícil sortear todas estas señales en conflicto. Y, para ser honestos, nosotros no estamos analizando la economía ni los mercados en tiempo real y tratando de hacer apuestas”, afirma.

Para Weeple, la clave está en invertir con un horizonte de largo plazo y un enfoque muy disciplinado en las empresas correctas, es decir, las mejor posicionadas para facilitar el reto de la transición energética. El gestor considera que, si los inversores consiguen aislarse del ruido generado por los mercados en el corto plazo, podrán ver que hay “muchas oportunidades emocionantes que están sucediendo actualmente en la economía global”. “Creo que centrarse en compañías buenas con un buen futuro de sostenibilidad es la mejor forma de atajar la volatilidad”, resume el experto.

Weeple da a continuación algunas pinceladas de la estrategia de renta variable global sostenible de Janus Henderson, que cuenta con una cartera concentrada entre 50 y 60 valores, de las cuales típicamente dos tercios tienen domicilio entre EE.UU. y Canadá.

¿Qué criterios debe reunir una compañía para ser incluida en la estrategia de renta variable global sostenible?

Buscamos compañías que creemos que están en el lado correcto de las tendencias de sostenibilidad que se van a desarrollar en el largo plazo. Creemos que el mundo se está dirigiendo a una economía global mucho más sostenible; cuando analizas la regulación, la tecnología, los productos que los consumidores eligen comprar, puedes ver que todos estamos tomando decisiones mucho más sostenibles. Estamos viendo una explosión de inversiones en el tipo de avances que harán el mundo más eficiente. Así que buscamos compañías que estén alineadas con esas grandes tendencias, pero que también tengan fundamentales financieros realmente sólidos. En periodos de mucha volatilidad, queremos asegurarnos de que invertimos en compañías muy resilientes. Dedicamos mucho tiempo a pensar en la calidad de los balances, de los flujos de caja y del equipo directivo, y queremos comprar con valoraciones atractivas.

¿Puede concretar más a qué megatendencias ESG ofrece exposición la estrategia?

El cambio climático, la escasez de recursos, el envejecimiento de la población y el crecimiento de la población mundial son los grandes desafíos que afronta la economía global. Pensamos que las empresas que están en las industrias y sectores adecuados, con modelos de negocio que ayudan a dar solución a estos desafíos, serán las ganadoras en el largo plazo. Por ejemplo, en un mundo de recursos escasos, particularmente agua potable, buscamos las empresas que van a gestionar mejor los recursos hídricos, ayudando a reciclar agua, a eliminar toxinas del agua o a trasladar agua. Por otro lado, tenemos una población envejecida, la gente vive más y con más enfermedades y esto pone presión sobre los presupuestos gubernamentales. Así que buscamos aquellas empresas que aportan eficiencia a la industria sanitaria, particularmente en cuidados de largo plazo y desarrollo de medicamentos.

Obviamente, también buscamos compañías que están ayudando a que el mundo cambie de fuentes de energía, de combustibles fósiles a renovables. Invertimos en algunas empresas que saben que el coste de la energía renovable está, al menos, a la par con muchas fuentes de energía fósil, para poder construir instalaciones solares y eólicas de forma rentable y mejorar las instalaciones hidráulicas.

En los últimos años han emergido múltiples regulaciones en torno a la sostenibilidad que afectan de una u otra forma a las compañías. ¿Cómo evalúan el impacto de este impulso regulatorio?

Pensamos que muchos de los paquetes fiscales que hemos visto en EE.UU. en los últimos años son realmente beneficiosos para muchas empresas, como la Ley de Reducción de la Inflación, la Ley de Chips y Ciencia o la Ley Bipartidista de Empleo e Inversión en Infraestructuras. De estas tres leyes emanan estímulos de unos 55.000 millones de dólares para la industria de tratamiento de aguas, de la que hay algunas compañías en nuestra cartera. Hay más de 100.000 millones de apoyo a infraestructuras reales, tanto para la compra de locomotoras más eficientes en consumo energético como en hacer que las vías ferroviarias sean más eficientes. Y en la industria de semiconductores estas leyes han catalizado un gasto sobre el capital (capex) de más de 350.000 millones de dólares.

Al mismo tiempo, hay mucha preocupación respecto al endeudamiento de EE.UU., pero creo que estas leyes han contado con el apoyo de los dos grandes partidos y creo que esto se debe a que es una enorme inversión en infraestructuras verdes y un futuro más eficiente energéticamente para la economía estadounidense. Pero también creo que van a ser fantásticas para la creación de puestos de trabajo. Como inversores en renta variable, vemos muchas oportunidades para las empresas que tenemos en cartera, y pensamos que les darán años de crecimiento rentable.

El terreno está abonado de oportunidades, pero ¿qué pasa con las valoraciones?

Somos muy conscientes de las valoraciones. Sabemos que la única manera de conseguir retornos para nuestros clientes es invertir en empresas con valoraciones atractivas, porque nos da la oportunidad de generar retornos en el largo plazo. Cuando analizamos las valoraciones en todo el mercado, muchas de estas compañías no son necesariamente baratas en relación con las medias históricas. Pero creemos que, dada la oportunidad de potencial alcista, muchas aún cotizan con valoraciones atractivas. Nuestra cartera de renta variable global sostenible tiene unas 50 compañías cuya rentabilidad por flujos de caja libre (la cantidad de efectivo que generan las empresas en relación con su valoración) está cotizando en torno al 5,5%, mientras que el mercado en general está cotizando en torno a un 5,9%. Estamos contentos de pagar un poco de prima por invertir en esas empresas. Pero no es una prima extravagante. Es una prima que creemos que es merecida, y está relativamente contenida.

¿Cómo refuerzan el compromiso con las compañías en las que invierten?

No nos consideramos inversores activistas. Queremos invertir en buenas compañías, pero todas las compañías pueden mejorar. Cuando nos comprometemos con una compañía, queremos comprender su cultura corporativa, cómo tratan a sus empleados, cuánto conocen y entienden su cadena de suministro, y el origen de los bienes en esa cadena de suministro. Queremos entender cuál es su hoja de ruta para convertirse en una compañía más eficiente energéticamente. Queremos ser socios de esas compañías en su trayectoria de mejoría.

Nuestros clientes siempre tienen curiosidad por saber cómo nos comprometemos con las empresas, de qué hablamos con ellas. Pero los clientes también están interesados siempre en las valoraciones. Nuestra postura es que queremos invertir en compañías de alta calidad en crecimiento, que están en el lado correcto de las tendencias de sostenibilidad, pero también queremos ganar dinero para nuestros clientes, así que somos disciplinados con las valoraciones que estamos dispuestos a pagar.

“Combinar la cartera de renta variable con el fondo abrdn SICAV II – Global Risk Mitigation ofrece un rendimiento más estable y de calidad”

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Foto cedidaStephen Coltman, gestor del abrdn SICAV II - Global Risk Mitigation

Una cobertura eficaz de la cartera debe proporcionar protección en una amplia gama de escenarios de mercados bajistas, sin que la pérdida de valor sea tal que resulte difícil mantenerla durante las fases alcistas del mercado. Así conciben desde abrdn el fondo Global Risk Mitigation (GRM), un producto conservador y defensivo que comparan con el seguro de hogar, un imprescindible que todos debemos tener.

Stephen Coltman, gestor del fondo y miembro del equipo de Estrategias de Inversión Alternativa en abrdn, explica en diálogo con Funds Society cuál es su composición y las recetas para su convexidad con la renta variable.

¿Cómo funciona el fondo y por qué es una estrategia de cobertura frente a la renta variable de mercados desarrollados?

Si analizas la trayectoria del índice MSCI World en los últimos 20 años, si pudieras quitar el 5% de los peores rendimientos mensuales, te daría un track record espectacular. Eso demuestra la importancia de reducir esas pérdidas en esos momentos que son breves pero tienen un impacto muy profundo, y que justifican pagar un cierto coste por esta protección en los momentos de normalidad. Sin embargo, también es fundamental aprovechar el 5% de los mejores meses, por lo que hace falta proteger y al mismo tiempo participar lo máximo posible durante esos periodos de subida muy agresiva.

La estrategia GRM puede compararse a tener un seguro de hogar, un producto del que se espera un cierto nivel de coste durante los periodos normales, pero que gracias a su convexidad con la renta variable te da un beneficio fuerte, reduce las pérdidas de la cartera y te ayuda a conservar capital en momentos de crisis. Por tanto, cuando se recupera el mercado, puedes participar en la recuperación.

Entiendo entonces que lo recomendáis para toda la duración de la cartera, es decir no es un instrumento específico para ciertos contextos de mercado.

No, es algo que debería tener siempre un peso en la cartera, pero es muy importante periódicamente reequilibrar ese peso. Porque lo que ocurre, al tener una correlación negativa a la cartera, es que por ejemplo cuando hay una caída en el mercado como el año pasado, si  empiezas con una cartera de un 80% de renta variable y un 20% de GRM, y en junio el mercado ha caído un 20% y el GRM ha subido un 10%, ahora tienes una cartera que es un 73% renta variable y un 27% GRM. En ese momento tiene sentido sacar el 7% extra del GRM y volver a invertirlo en renta variable para restablecer el 80-20. Si al contrario ha subido la bolsa y caído el porcentaje de GRM, también es recomendable estabilizar el peso objetivo inicial, que en cada caso depende del perfil del inversor.

La estrategia suele tener de día a día una beta al mercado de aproximadamente -0,6. Eso puede dar al inversor la idea de lo que va a suponer su incorporación a la cartera y por tanto qué porcentaje desean poner. A largo plazo te da una rentabilidad muy parecida pero con menos volatilidad y menos riesgo.

En este gráfico se compara el índice MSCI World con GRM y cómo funciona una estrategia mixta, que ofrece un rendimiento más estable y de mejor calidad. Por ejemplo, durante la crisis de COVID, incluyendo el fondo GRM se recuperaron las pérdidas en unos pocos meses.

¿Cómo se construye la cartera del fondo?

La convexidad es lo fundamental, porque quieres que tenga el efecto máximo en el momento de máximo estrés del mercado. Cuanto más fuerte la bajada, más fuerte la reacción de GRM. Lo dividimos en cuatro categorías: primero tenemos lo que llamamos “First Risk Strategies”, que son estrategias que tienen correlación negativa a la renta variable y reaccionan incluso con una caída pequeña en el mercado pero tienen un carry negativo, es decir que si no pasa nada, tienen un coste que vas pagando, igual que cuando compras una opción ATM (At The Money), no sucede nada y pierdes la prima.

Después tenemos “Tail Risk”, que son estrategias que no hacen nada en la primera fase de la caída si es pequeña, pero si es más grande y más fuerte, pueden contribuir a generar beneficios en la cartera. Se puede considerar como una opción OTM (Out of the Money), es decir que tiene que haber una cierta caída para que empiece a funcionar la opción.

También incluimos estrategias de seguimiento de tendencias, que por ejemplo funcionaron bien el año pasado. Van bien cuando se produce una caída más lenta y persistente.

Finalmente tenemos lo que llamamos “factores defensivos”, que son estrategias sistemáticas con un rendimiento positivo a medio y a largo plazo, pero que tienen una correlación muy baja con la renta variable. Es decir que tienen un rendimiento positivo, pero cuando cae la bolsa no empiezan a perder dinero, sino que tienen sus propios factores de riesgo independientes. El objetivo es que los rendimientos que aportan a través del tiempo ayuden a financiar los costes de la protección que estás aplicando en momentos de mercados normales gracias a su carry positivo.

¿Cómo actúan estos cuatro bloques?

Siempre tenemos los cuatro en la cartera, pero qué estrategias tienen más impacto depende del tipo de mercado. No intentamos anticipar qué tipo de mercado vamos a encontrar, sino que construimos una cartera preparada para varios escenarios diferentes y siempre mantenemos esa diversificación. En el mercado normal, los factores defensivos están ahí contribuyendo a la cartera. Si de repente hay un choque en el mercado, los “First Risks” empiezan a contribuir con beneficios, y si el mercado sigue cayendo y hay una tendencia bajista, se incorporan los que siguen tendencias. Si se convierte en una caída muy grande y una crisis muy grave, tienes a los tres contribuyendo. La convexidad que proporciona combinada con una estrategia de renta variable permite beneficiarse en los periodos buenos pero reducir las pérdidas grandes en los momentos de crisis.

Aunque la estrategia se remonta a 2019, desde el año pasado existe como fondo UCITS registrado como abrdn SICAV II – Global Risk Mitigation Fund, con un volumen de activos bajo gestión de algo más de 200 millones de dólares.

¿Cuál es vuestra visión para la segunda mitad del año? ¿Seguiremos con esta volatilidad?

La visión de mercado y la decisión de cuándo proteger más depende del inversor. GRM es una herramienta que permite a los inversores expresar sus opiniones. Pero dicho esto, típicamente estamos ya tarde en el ciclo económico, en un momento en el que los bancos centrales empiezan a subir los tipos y la economía empieza a ralentizarse. Históricamente no es un muy buen momento para la renta variable, porque cuando los bancos centrales empiezan a recortar los tipos de interés es típicamente porque hay una recesión, y los beneficios de las empresas caen. Pero no ajustamos la cartera en base a esto, sino que, como dije al principio, en nuestras carteras nosotros recomendamos tener un peso objetivo de protección que esté ahí todo el tiempo en vez de intentar prever un momento exacto para usarlo, y para eso está diseñado.

Steve Weeple (Janus Henderson): «Muchos de los paquetes fiscales que hemos visto en EE.UU. en los últimos años son realmente beneficiosos para muchas empresas expuestas a tendencias ESG»

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Foto cedidaSteve Weeple, en un evento de Janus Henderson Investors celebrado en Madrid

Steve Weeple es gestor de carteras de clientes de renta variable global y mercados emergentes en Janus Henderson Investors. Además, está muy implicado con la estrategia ESG de la firma, que cuenta con un historial de más de 30 años invirtiendo en sostenibilidad. Weeple se muestra optimista con el futuro para la renta variable a pesar de que el panorama actual se antoja particularmente difícil: tras el fuerte ajuste de 2022, hoy los bancos centrales tienen dificultades para interpretar las señales macro, dado que en algunos sectores se están empezando a ver señales de debilidad, mientras que otros datos, como el empleo, se mantienen fuertes. “Para los inversores en acciones, es realmente difícil sortear todas estas señales en conflicto. Y, para ser honestos, nosotros no estamos analizando la economía ni los mercados en tiempo real y tratando de hacer apuestas”, afirma.

Para Weeple, la clave está en invertir con un horizonte de largo plazo y un enfoque muy disciplinado en las empresas correctas, es decir, las mejor posicionadas para facilitar el reto de la transición energética. El gestor considera que, si los inversores consiguen aislarse del ruido generado por los mercados en el corto plazo, podrán ver que hay “muchas oportunidades emocionantes que están sucediendo actualmente en la economía global”. “Creo que centrarse en compañías buenas con un buen futuro de sostenibilidad es la mejor forma de atajar la volatilidad”, resume el experto.

Weeple da a continuación algunas pinceladas de la estrategia de renta variable global sostenible de Janus Henderson, que cuenta con una cartera concentrada entre 50 y 60 valores, de las cuales típicamente dos tercios tienen domicilio entre EE.UU. y Canadá.

¿Qué criterios debe reunir una compañía para ser incluida en la estrategia de renta variable global sostenible?

Buscamos compañías que creemos que están en el lado correcto de las tendencias de sostenibilidad que se van a desarrollar en el largo plazo. Creemos que el mundo se está dirigiendo a una economía global mucho más sostenible; cuando analizas la regulación, la tecnología, los productos que los consumidores eligen comprar, puedes ver que todos estamos tomando decisiones mucho más sostenibles. Estamos viendo una explosión de inversiones en el tipo de avances que harán el mundo más eficiente. Así que buscamos compañías que estén alineadas con esas grandes tendencias, pero que también tengan fundamentales financieros realmente sólidos. En periodos de mucha volatilidad, queremos asegurarnos de que invertimos en compañías muy resilientes. Dedicamos mucho tiempo a pensar en la calidad de los balances, de los flujos de caja y del equipo directivo, y queremos comprar con valoraciones atractivas.

¿Puede concretar más a qué megatendencias ESG ofrece exposición la estrategia?

El cambio climático, la escasez de recursos, el envejecimiento de la población y el crecimiento de la población mundial son los grandes desafíos que afronta la economía global. Pensamos que las empresas que están en las industrias y sectores adecuados, con modelos de negocio que ayudan a dar solución a estos desafíos, serán las ganadoras en el largo plazo. Por ejemplo, en un mundo de recursos escasos, particularmente agua potable, buscamos las empresas que van a gestionar mejor los recursos hídricos, ayudando a reciclar agua, a eliminar toxinas del agua o a trasladar agua. Por otro lado, tenemos una población envejecida, la gente vive más y con más enfermedades y esto pone presión sobre los presupuestos gubernamentales. Así que buscamos aquellas empresas que aportan eficiencia a la industria sanitaria, particularmente en cuidados de largo plazo y desarrollo de medicamentos.

Obviamente, también buscamos compañías que están ayudando a que el mundo cambie de fuentes de energía, de combustibles fósiles a renovables. Invertimos en algunas empresas que saben que el coste de la energía renovable está, al menos, a la par con muchas fuentes de energía fósil, para poder construir instalaciones solares y eólicas de forma rentable y mejorar las instalaciones hidráulicas.

En los últimos años han emergido múltiples regulaciones en torno a la sostenibilidad que afectan de una u otra forma a las compañías. ¿Cómo evalúan el impacto de este impulso regulatorio?

Pensamos que muchos de los paquetes fiscales que hemos visto en EE.UU. en los últimos años son realmente beneficiosos para muchas empresas, como la Ley de Reducción de la Inflación, la Ley de Chips y Ciencia o la Ley Bipartidista de Empleo e Inversión en Infraestructuras. De estas tres leyes emanan estímulos de unos 55.000 millones de dólares para la industria de tratamiento de aguas, de la que hay algunas compañías en nuestra cartera. Hay más de 100.000 millones de apoyo a infraestructuras reales, tanto para la compra de locomotoras más eficientes en consumo energético como en hacer que las vías ferroviarias sean más eficientes. Y en la industria de semiconductores estas leyes han catalizado un gasto sobre el capital (capex) de más de 350.000 millones de dólares.

Al mismo tiempo, hay mucha preocupación respecto al endeudamiento de EE.UU., pero creo que estas leyes han contado con el apoyo de los dos grandes partidos y creo que esto se debe a que es una enorme inversión en infraestructuras verdes y un futuro más eficiente energéticamente para la economía estadounidense. Pero también creo que van a ser fantásticas para la creación de puestos de trabajo. Como inversores en renta variable, vemos muchas oportunidades para las empresas que tenemos en cartera, y pensamos que les darán años de crecimiento rentable.

El terreno está abonado de oportunidades, pero ¿qué pasa con las valoraciones?

Somos muy conscientes de las valoraciones. Sabemos que la única manera de conseguir retornos para nuestros clientes es invertir en empresas con valoraciones atractivas, porque nos da la oportunidad de generar retornos en el largo plazo. Cuando analizamos las valoraciones en todo el mercado, muchas de estas compañías no son necesariamente baratas en relación con las medias históricas. Pero creemos que, dada la oportunidad de potencial alcista, muchas aún cotizan con valoraciones atractivas. Nuestra cartera de renta variable global sostenible tiene unas 50 compañías cuya rentabilidad por flujos de caja libre (la cantidad de efectivo que generan las empresas en relación con su valoración) está cotizando en torno al 5,5%, mientras que el mercado en general está cotizando en torno a un 5,9%. Estamos contentos de pagar un poco de prima por invertir en esas empresas. Pero no es una prima extravagante. Es una prima que creemos que es merecida, y está relativamente contenida.

¿Cómo refuerzan el compromiso con las compañías en las que invierten?

No nos consideramos inversores activistas. Queremos invertir en buenas compañías, pero todas las compañías pueden mejorar. Cuando nos comprometemos con una compañía, queremos comprender su cultura corporativa, cómo tratan a sus empleados, cuánto conocen y entienden su cadena de suministro, y el origen de los bienes en esa cadena de suministro. Queremos entender cuál es su hoja de ruta para convertirse en una compañía más eficiente energéticamente. Queremos ser socios de esas compañías en su trayectoria de mejoría.

Nuestros clientes siempre tienen curiosidad por saber cómo nos comprometemos con las empresas, de qué hablamos con ellas. Pero los clientes también están interesados siempre en las valoraciones. Nuestra postura es que queremos invertir en compañías de alta calidad en crecimiento, que están en el lado correcto de las tendencias de sostenibilidad, pero también queremos ganar dinero para nuestros clientes, así que somos disciplinados con las valoraciones que estamos dispuestos a pagar.

«Los bonos están de vuelta y son una fuente importante de ingresos y diversificación en las carteras»

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Un aumento en los rendimientos de forma generalizada produjo que la estrategia del Capital Group Multi Sector Income Fund (LUX), a través de un enfoque que combina el poder de cuatro sectores generadores de ingresos dentro de la renta fija, ofrezca nuevas oportunidades dentro del gran universo de bonos en el contexto actual del mercado.

El fondo, lanzado en marzo de 2019 en Estados Unidos, fue domiciliado en noviembre del año pasado como UCITS en Luxemburgo. Funds Society mantuvo una conversación con Damien McCann, gestor de este fondo de Capital Group. El experto asegura que “los bonos están de vuelta y ofrecen valor, en términos generales”.

El gestor explica que hace unos 14 meses, “era muy difícil encontrar rendimiento, pero la situación ha cambiado drásticamente, gracias a la inflación y al ciclo muy agresivo de aumento de tasas que realizaron los bancos centrales”. McCann sostiene que “el papel de los bonos en las carteras se ha restablecido; son una fuente importante de ingresos y diversificación”. Y enfatiza que «la oportunidad de rendimiento total en bonos acaba de mejorar dramáticamente”.

El Capital Group Multi Sector Income Fund (LUX) utiliza una estrategia crediticia multisectorial que es flexible y muy diversificada. “Tenemos la capacidad de buscar oportunidades de inversión crediticia en muchas partes diferentes del mercado de crédito, de manera que vamos a donde está el valor”, describe.

El fondo agregó duración gradualmente a lo largo de 2022, a medida que las tasas aumentaron. Recientemente, en respuesta a la caída de las tasas, acortó la duración para reflejar los cambios y la valoración. Actualmente, está diversificado e invierte un 45% en bonos corporativos de alto rendimiento, un 30% en bonos corporativos con grado de inversión, un 15% en bonos de mercados emergentes y un 10% en bonos titulizados.

¿Dónde ven hoy en día las oportunidades más atractivas?

Actualmente estamos sobreponderados en los sectores de mayor calidad de los bonos corporativos con grado de inversión y crédito titulizado, y estamos infraponderados en los sectores de menor calidad y mayor rendimiento de bonos corporativos de alto rendimiento y deuda de mercados emergentes. Es un posicionamiento que refleja una visión de cautela moderada respecto al entorno general para la inversión crediticia.

¿A qué se debe la cautela?

Reconocemos que los bancos centrales han sido agresivos al aumentar las tasas para tratar de reducir la inflación, y parte de eso es tratar intencionalmente de desacelerar la economía. Existe la clara posibilidad de que ocurra una recesión, y en este tipo de entorno de crecimiento económico lento potencialmente contractivo, los diferenciales de crédito probablemente se ampliarían. Por eso, queremos tener un posicionamiento conservador para acomodar ese escenario potencial.

¿Cuáles son los sectores más predominantes en la cartera?

Estamos viendo valor en ciertas empresas de la industria farmacéutica, operadores de cable, corretaje de seguros, diversos productos básicos de consumo, empaques de alimentos y bebidas. En general, en high yield en Estados Unidos, además de estar infraponderados frente a nuestro índice de referencia, estamos posicionados de forma conservadora frente al índice de alto rendimiento. Nuevamente, reflejando esta visión de que estamos en un período de crecimiento económico débil, eso podría funcionar y podría debilitarse aún más. Y queremos estar posicionados en emisores que serán resistentes a un entorno económico cada vez más suave. Lo que  buscamos son empresas que generen niveles saludables de flujo de caja libre y que no sean demasiado cíclicas. Entonces, si hay una recesión total en la economía, queremos estar en empresas que aún puedan pagar sus deudas y refinanciar sus deudas en ese tipo de entorno.

¿Y en el sector con grado de inversión?

Señalaría algunas oportunidades en los bonos corporativos de los servicios públicos, en particular, en algunos de los emisores de la costa oeste de los Estados Unidos, donde ha habido muchos incendios forestales en los últimos años. Entonces, estos emisores están en el proceso de fortalecer sus sistemas de distribución para reducir el riesgo de incendios forestales. Y a medida que eso se desarrolle, creemos que los riesgos financieros que enfrentan las empresas de servicios públicos por los incendios forestales disminuirán y los diferenciales de crédito se reducirán. También encontramos valor en la industria farmacéutica en general, ya sea con calificación de alto rendimiento o grado de inversión, ya que es un sector que tiende a ser muy resistente, independientemente de la fuerza de la demanda general en la economía. Por último, encontramos también valor en la industria aeroespacial, donde hay muchos retrasos en la compra de nuevos aviones, y los plazos de entrega son tales que hay una gran visibilidad de esta demanda que se extiende durante años. Entonces, incluso si hay una recesión, esa demanda seguirá ahí.

¿Por qué factores recortarían la exposición al alto rendimiento?

Nosotros vamos a buscar reducir la exposición al alto rendimiento después de que haya generado fuertes retornos. Y luego, después de que el género de alto rendimiento o en los mercados emergentes haya generado rendimientos débiles. Sabemos que eventualmente se producirá una sanación en ese sector que establecerá un período de fuertes retornos. Así que vamos a querer agregar a esos sectores de menor calidad. Entonces, tenemos flexibilidad para agregar o reducir el grado de inversión de alto rendimiento en un 20%. Y añadir o reducir los mercados emergentes y titulizados en un 10%. Esto ayuda a los inversores a aprovechar esos ciclos inevitables en cada sector y se traduce en mayores rendimientos a lo largo del tiempo.

¿Qué visión tiene de los mercados emergentes?

Actualmente, alrededor del 11% del fondo está invertido en mercados emergentes, y del 7% al 8% se invierte en bonos soberanos de esos mercados. Si nos fijamos en el 7% al 8% de bonos soberanos, alrededor del 5% son con calificación de alto rendimiento, mientras que el resto son soberanos calificados con grado de inversión. En soberanos, estamos a mitad de camino en comparación con la cantidad de exposición soberana y nuestro índice de referencia, de manera que estamos posicionados, pero tenemos una infraponderación significativa. Pero dentro de los soberanos, estamos viendo un valor ligeramente mejor en la calificación de alto rendimiento que en la calificación de grado de inversión. El segmento calificado de alto rendimiento de los mercados emergentes está bifurcado. Hay una lista creciente de soberanos de radio de alto rendimiento en dificultades, y el país que se ha unido a ese grupo más recientemente es Egipto, cotizando a niveles distressed, pero hay muchos otros, como Argentina, Ghana, Kenia, Túnez y obviamente, Ucrania. Así que ahora hay una lista bastante larga en EM de bonos soberanos que están negociando en niveles distressed, algunos de los cuales pueden necesitar pasar por una reestructuración. Por lo tanto, estamos más enfocados en los soberanos calificados de alto rendimiento, aunque estamos andando con cuidado.

¿Cómo está viendo a los bonos corporativos emergentes?

Estamos encontrando un buen valor en ciertas empresas de esos mercados, tanto de alto rendimiento como de grado de inversión. Hay un par de ejemplos de emisores bancarios con sede en Tailandia que estamos encontrando en buen valor. Y también hay algunas empresas brasileñas que nos parecen buenas. En general, geográficamente en los mercados emergentes, estamos encontrando más valor en los emisores latinoamericanos, ya sean soberanos o corporativos. En general, los bancos centrales de América Latina, en parte debido a su experiencia con muchos ciclos de inflación a lo largo de los años, fueron muy proactivos y aumentaron las tasas antes que muchos bancos centrales de los mercados desarrollados. Hoy están viendo los beneficios de alzas tempranas y agresivas con tasas de inflación bajando.

Desde su lanzamiento en 2019, el Capital Group Multi Sector Income Fund (LUX) ha impulsado un  atractivo perfil de retorno anualizado del 2%. La gestora tiene más de 90 años de experiencia y actualmente gestiona 2,2 trillones de dólares, lo que la convierte en una de las más grandes del mundo.

Mercados de renta variable: pistas bursátiles para entender el presente y no temer (demasiado) el futuro

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Los últimos trimestres han sido muy favorables para los mercados de renta variable de las economías avanzadas: el índice Standard and Poor’s 500 subió un 16% y el Euro Stoxx 50 ganó un 31% desde el cierre de septiembre de 2022 y el cierre de abril de 2023, de acuerdo a datos de Bloomberg.

¡Menudo cambio si recordamos el estado de ánimo de los inversores y ahorradores el verano pasado! ¿Es “normal” este gran repunte o, por el contrario, es el resultado de un comportamiento especialmente atípico del mercado? ¿Nos aporta información valiosa para más allá de los próximos meses?

Esta importante subida se produjo después de que los mercados sufrieran de manera generalizada por un endurecimiento monetario sin precedentes, agravado por los efectos iniciales de la guerra de Ucrania sobre los precios de la energía.

¡Pero aún así! Ni la cercanía del final del endurecimiento monetario antes de una pausa relativamente larga — lo cual se espera de manera generalizada —, ni la normalización gradual del funcionamiento de la economía varios meses después del estallido de las hostilidades, ni siquiera el descenso de la inflación subyacente estadounidense en octubre pueden justificar por sí solos semejante repunte, que en Europa llevó a recuperar todo lo perdido el año pasado.

En efecto, junto a estos tres factores indudablemente positivos, hay una serie de amenazas o cuestiones sin resolver, incluidas amenazas recurrentes, como las tensiones geopolíticas relacionadas con China, el techo de la deuda estadounidense, unas valoraciones bursátiles estadounidenses consideradas elevadas, o más específicas, como la ecuación energética. También hay que tener en cuenta los efectos retardados del endurecimiento monetario sin precedentes.

¿No es la crisis bancaria estadounidense un claro ejemplo de ello? La reducción de la oferta de crédito consiguiente aumenta aún más la probabilidad de una recesión en Estados Unidos. Sin embargo, creemos que esta recesión debería ser relativamente moderada porque el nivel de endeudamiento del sistema hace que cualquier recesión profunda sea peligrosa para la sostenibilidad de la deuda, algo de lo que los bancos centrales son más que conscientes.

En segundo lugar, la caída de la inflación puede dar lugar a un aumento de los salarios reales, lo que permitirá a los consumidores amortiguar, al menos en parte, la sacudida económica.

Este entorno económico, que plantea un serio desafío sin afectar negativamente a los mercados, no constituye, sin embargo, una situación anormal. A lo sumo, refleja una evolución paradójica de los mercados, que se comportan más en función del posicionamiento extremo de los inversores que de los presuntos efectos de la información macroeconómica o geopolítica que no deja de llegar.

El endurecimiento monetario de 2022-2023 y la preocupación por la guerra en Ucrania han creado, debido a las ventas que han provocado, un posicionamiento extremadamente negativo en los mercados de renta variable; demasiado negativo dados los flujos de noticias — aunque desfavorables — que han acompañado a estos dos grandes acontecimientos.

Así, por su infraponderación en la renta variable, el mercado se había puesto en situación de “escalar el muro de la preocupación” (como dicen los anglosajones, “A bull market climbs a wall of worry”).

De este modo, posicionarse demasiado negativamente en relación con la percepción instantánea de los mercados permite que éstos suban.

Los rezagados se ven obligados a comprar cualquier cosa que esté en mínimos para subirse al carro. “Buy the dips!” (“¡Compre siempre que haya caídas!”): esta es la mentalidad que hay que adoptar para no quedarse en la cuneta.

Se escala el muro y los mínimos se van dejando atrás con estas compras tardías y obligadas, mientras el posicionamiento siga siendo demasiado débil o hasta que se produzca una verdadera sorpresa negativa — preferiblemente exógena —, como la irrupción de la pandemia de Covid en nuestras vidas, a principios de 2020, que interrumpió brutalmente el paradójico avance de 2019.

Con esta lectura, ¿qué debemos esperar para los próximos meses, propios de un fin de ciclo que divide a los mercados de renta variable entre la esperanza de una pausa en el endurecimiento monetario y el temor a un deterioro del entorno económico?

El posicionamiento actual es significativamente menos negativo que el del verano pasado, pero todavía hay algunos grandes fondos diversificados o alternativos que están en gran medida infrainvertidos y que, a través de su actual infraexposición, podrían ayudar al mercado a continuar su ascenso.

Más allá de eso, y dadas las persistentes amenazas para la economía y los mercados, estos últimos tendrán que ser capaces de transformar las malas noticias fundamentales en buenas noticias para ellos mismos (“Bad news is good news!”), como vimos en la pasada década, cuando la debilidad recurrente de la actividad económica garantizaba apoyo monetario y liquidez a las valoraciones.

Entre las preocupaciones señaladas anteriormente, la crisis bancaria estadounidense es una posible candidata para esta transformación de malas en buenas noticias.

Al restringir la oferta de crédito y obligar al banco central estadounidense a inyectar cantidades ingentes de liquidez en el sistema financiero, esta nueva crisis podría traer simultáneamente lo que el mercado está esperando (una caída de la actividad que empuje los precios a la baja) y el remedio a esta debilidad económica: la relajación monetaria por parte de los bancos centrales.

La paradoja de un mercado alcista a pesar de unos fundamentales amenazadores podría entonces continuar en tanto se evite una recesión profunda.

 

Tribuna de opinión de Frédéric Leroux, jefe del equipo multiactivo y gestor de fondos de Carmignac.

Los uruguayos superan los dos millones de dólares invertidos en crowdfunding inmobiliario

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La plataforma de Real Estate Bricksave registró un incremento del 40% de inversiones provenientes de Uruguay en el último semestre, según anunció en un comunicado, en el que añadió que los retornos de sus productos van hasta el 9% netro anual.

La startup del segmento Fintech y Proptech, que permite a cualquier persona con un mínimo de 1000 dólares invertir en Real Estate en las ciudades más estables del mundo, registró un aumento significativo de inversiones uruguayas. Según los últimos registros de Bricksave, los uruguayos llevan más de 2,1 millones de dólares invertidos en su plataforma, lo que representa un incremento del 40% en el último semestre.

“Hace ya siete años que operamos en Uruguay y, con el tiempo, se ha convertido en un mercado clave en términos de volumen de inversiones, ya que es el tercer país de América Latina con más inversiones en nuestra plataforma, detrás de Argentina y Brasil”, explica Sofía Gancedo, COO y Co fundadora de Bricksave.

“Su crecimiento está íntimamente ligado al servicio que ofrecemos: en tan solo 7 clics nuestros usuarios pueden invertir en el mundo de manera segura y sencilla. Además, cuentan con la posibilidad de monitorear sus retornos en todo momento”, agrega.

“Para asegurar rentabilidades atractivas y seguras, Bricksave cubre varios mercados y utiliza un algoritmo que analiza 3000 puntos de datos, se identifican propiedades ubicadas en 100 ciudades diferentes, que se van a revalorizar en un futuro cercano y que se puedan alquilar y, de 14.000 resultados que arroja, un equipo de expertos selecciona únicamente 170” explicaron desde la empresa.

“Nosotros nos ocupamos de todo el proceso para que cualquiera pueda participar: compramos la casa, la ponemos a disposición de los inversores para fondear, generamos el vínculo con los inquilinos y vendemos la propiedad finalmente, a los 5 años, aproximadamente”, comenta Gancedo.