Natixis IM nombra nueva directora global de Finanzas y Estrategia de Natixis IM y nuevo CFO de Natixis Corporate & Investment Banking

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Foto cedidaNathalie Bricker, izquierda, y Stéphane Morin.

Natixis IM ha anunciado el nombramiento de Nathalie Bricker, actual directora financiera de las actividades globales de Groupe BPCE, para el puesto de directora global de Finanzas y Estrategia de Natixis Investment Managers, el brazo de gestión de activos de Groupe BPCE. Reportará a Tim Ryan, consejero delegado de Natixis Investment Managers y director de gestión de Activos y Patrimonio de Groupe BPCE.

Por otra parte, Stéphane Morin ha sido nombrado Chief Financial Officer de Natixis Corporate & Investment Banking y miembro del Comité de Dirección de las actividades globales de Groupe BPCE, con la responsabilidad de coordinar los temas financieros transversales. Reportará a Stéphanie Paix, CEO de actividades globales de Groupe BPCE.

Nathalie Bricker comenzó su carrera en KPMG en 1991. En 1995, se incorporó a la Caisse des Dépôts como gestora-facilitadora de la red contable para mercados de capitales y depositarios. En 1998, fue nombrada jefa de Contabilidad Central. Se trasladó a CDC IXIS en 2000 como jefa adjunta del Departamento de Contabilidad y jefa del sector de Cuentas Corporativas. Posteriormente, en 2005, fue nombrada jefa de Normas y Sistemas Contables de Natexis Banques Populaires y, en 2007, jefa de Contabilidad de Natixis. Nathalie Bricker se convirtió en jefa de Contabilidad y Ratios en 2013 y se unió al Comité Ejecutivo de Natixis en 2016. Desde 2018, es directora financiera y miembro del Comité de Alta Dirección de Natixis. Nathalie Bricker tiene 55 años.

Stéphane Morin comenzó su carrera en 1997 en el departamento de Inspección General del Groupe Banque Populaire. Posteriormente se incorporó a Natexis Commodity Markets en 2003 como jefe de Crédito y Riesgos Operativos. En 2006, fue nombrado jefe de Crédito y Riesgos Operativos para la plataforma EMEA en Londres. En 2009, fue nombrado Inspector Jefe del departamento de Inspección General de Groupe BPCE. En 2011, fue nombrado director adjunto de Cumplimiento Global y Control Permanente en Natixis. En 2015, Stéphane Morin se convirtió en jefe global de Cumplimiento en Natixis y miembro de su Comité Ejecutivo. Desde 2019, es US Risk Officer en Nueva York. Stéphane Morin tiene 52 años.

El presidente de GAM “insta” a los accionistas a aceptar la oferta de Liontrust, cuyo plazo se cierra el día 25, en el marco de la presentación de resultados

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Foto cedidaDavid Jacob, presidente de GAM Holding.

David J. Jacob, presidente de GAM Holding, ha enviado una carta a los accionistas de la firma en la que les insta a aceptar la oferta de Liontrust. En la misiva, el directivo agradece personalmente «la continua lealtad y paciencia durante los últimos meses» de los accionistas, «mientras el consejo de GAM ha estado finalizando su revisión estratégica». Asimismo, recuerda el acuerdo con Liontrust Asset Management, la sociedad especializada en gestión de fondos con sede en Londres, por el que ésta adquirirá el 100% de GAM Holding AG y el principio de acuerdo para la venta del negocio de Servicios de Gestión de Fondos (FMS) de terceros en Luxemburgo y Suiza a otro proveedor. «Estas operaciones darán lugar a una gestora de activos global con unos 60.000 millones de francos suizos de activos gestionados», señala Jacob.

Jacob también recuerda que el principal accionista de GAM Holding, Silchester, «ha confirmado que acudirá a la oferta» de Liontrust, así como los principales gestores de carteras. «La oferta de Liontrust es la única disponible para nuestros accionistas y esperamos que progrese para que nuestros clientes, accionistas y otras partes interesadas puedan beneficiarse de formar parte de la empresa ampliada», afirma el directivo, que insiste en que el consejo «sigue recomendando encarecidamente la oferta de Liontrust a todos los accionistas».

Pero Jacob resalta que «para que la oferta tenga éxito, les insto a ustedes, nuestros accionistas, a que presenten sus acciones antes de que finalice el plazo de la oferta principal, el 25 de julio de 2023». En este punto, les recuerda que «tendrán que notificar al banco o depositario con bastante antelación a esta fecha para asegurarse de que su oferta de acciones sea aceptada», además de que Liontrust «sólo abrirá un periodo de oferta adicional si la propuesta inicial es declarada exitosa al final del periodo de oferta principal».

El periodo de aceptación de la propuesta de Liontrust comenzó el 28 de junio de 2023 y está previsto que finalice el 25 de julio de 2023. El resultado de la misma se dará a conocer el 31 de julio. El hecho de que los accionistas hayan acudido o tengan la intención de acudir a la oferta de Liontrust no afecta a su derecho a participar y, en particular, a emitir su voto, en la junta general extraordinaria de GAM prevista para el 25 de agosto de 2023.

Esta carta de David J. Jacob se envía en el contexto de la previa de resultados de GAM Holding, en la que la firma espera registrar unas pérdidas subyacente antes de impuestos de aproximadamente 23 millones de francos suizos en el primer semestre de 2023, frente a una pérdida de 15,4 millones de francos en el primer semestre de 2022. Asimsimo, a 30 de junio, el total de activos gestionados ascendía a 68.000 millones de francos suizos, de los cuales 21.900 millones correspondían a Gestión de Inversiones y 46.100 millones a Servicios de Gestión de Fondos, frente a un total de 75.000 millones el año pasado.

El grupo inversor formado por NewGAMe SA y Bruellan SA, que controla aproximadamente el 9,5% del capital de GAM Holding AG, ha publicado recientemente una tesis de inversión sobre la oferta de Liontrust por GAM y los motivos por los cuales los accionistas no deberían acudir a la opa. De hecho, NewGAMe y Bruellan han reiterado en una nota que no aceptarán la propuesta de Liontrust. El objetivo de inversión de NewGAMe es la creación de valor, de entre tres y cinco veces, en los próximos dos a tres años, además de valorar la compañía por el doble que la propuesta de Liontrust.

“El momentum es incierto, pero el consenso reconoce que las caídas en los REITs están descontadas y que el rebote será rápido y fuerte”

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Foto de Sean Pollock en Unsplash

El fondo Sofidy Selection 1 del Grupo Tikehau Capital se vio inmerso en la fuerte corrección del sector inmobiliario en 2022 a causa de la subida de tipos. Este año la volatilidad está siendo elevada, pero el consenso reconoce que la caída en el segmento REIT está descontada y que habrá una recuperación fuerte, señala en una entrevista Christian Rouquerol, director de Ventas de Tikehau Capital Iberia.

¿Por qué hay tanta diferencia entre la valoración de los activos reales cotizados y no cotizados? ¿Significa esto que hay una oportunidad de inversión para los primeros?

En nuestra opinión, así lo creemos. El segmento de los REITs (Real Estate Investment Trust) cotiza con un descuento del c.40% respecto al valor liquidativo de los activos, lo que implica un descuento estimado del c.25% en las valoraciones de los activos toda vez restablecido el apalancamiento. Estos niveles sólo se han registrado en contadas ocasiones en los últimos treinta años; la última vez durante la crisis financiera de 2008.

La subida acelerada y sin precedentes de los tipos de interés explica este comportamiento para una clase de activo muy intensiva en capital. De esta forma, el descenso en las cotizaciones es justo. La pregunta es cuánto. Ahí es donde tenemos una divergencia entre los activos inmobiliarios no cotizados y los REITs.

Hasta la fecha, los valores liquidativos de los activos reales han disminuido ligeramente (menos de un 5% de media en el segundo semestre de 2022), ya que las valoraciones se han beneficiado de la indexación de los alquileres a la inflación, lo que ha limitado el ritmo de descenso del valor en un contexto de ausencia de transacciones. Sin embargo, dado que las transacciones son la base de las valoraciones de activos, la ausencia de datos de mercado (c.-70% interanual en los volúmenes de inversión en el primer trimestre en Europa) dificulta la visibilidad y genera serias dudas sobre la relevancia de los valores contables.

Durante los resultados del primer semestre de 2023, que se publicarán dentro de unas semanas, las perspectivas podrían ser diferentes. Los volúmenes de inversión no se han recuperado del todo, pero hemos asistido a algunas operaciones importantes (venta de grandes carteras residenciales por parte de Vonovia a CBRE o Apollo, venta y alquiler por parte de Accor de la torre Sequana en Issy-les-Moulineaux, etc.) y, lo que es más importante, los expertos probablemente tendrán que reconocer que el entorno de tipos más altos ha llegado para quedarse. Basándonos en esto y en algunas indicaciones recientes de las empresas (LEG Immobilien apunta a un descenso del valor liquidativo del -7% en el primer semestre), esperamos que el descenso del valor en el primer semestre se sitúe entre el -5% y el -10%. ¿Será éste el último ajuste? Probablemente no, pero nos estamos acercando a los niveles máximos de los tipos de interés en EE.UU. y en Europa y, a partir de ahí, las correcciones del valor de los activos reales podrían suavizarse, lo que implica que el actual descuento del 40% sobre el NAV o del 25% sobre el GAV (Gross Asset Value) podría ser exagerado.

¿Qué riesgos veis para el sector en estos momentos?

La gestión del balance es un tema de actualidad para el sector de real estate. El mercado de bonos, que ha contribuido en gran medida a la financiación y expansión de los REITs entre 2015 y 2021, no es favorable en la actualidad. No podemos decir que el mercado primario esté cerrado para este sector, pero la fuerte corrección en los precios ha provocado un número limitado de grandes emisiones en los últimos 12-18 meses.

Excluyendo algunas situaciones concretas (SBB en los países nórdicos, Aroundtown, etc.), no estamos especialmente preocupados en la medida en que el punto de partida del balance (apalancamiento, calificación, covenants) está más saneado que en 2008. Los REITs han mejorado en gran medida sus balances durante la era de tipos negativos -ampliando sus vencimientos, cubriendo sus riesgos y disminuyendo el coste medio-. En este contexto, las necesidades de refinanciación para el próximo año siguen siendo limitadas y, en caso necesario, los REITs podrían (re)recurrir a prestamistas hipotecarios que ofrezcan mejores condiciones.

¿Cómo se posiciona Sofidy Selection 1 dentro del mercado?

Intentamos hacer una gestión activa basada en convicciones que podría reflejarse por un número limitado de valores (35 posiciones en el fondo a finales de junio), una fuerte divergencia con nuestro índice de referencia (actualmente no invertimos en algunas compañías que representan el 26% del índice) y una asignación sectorial (infraponderamos valores en el segmento residencial y de oficinas y sobreponderamos activos reales alternativos y retail).

En este contexto, nos gustan los sectores en los que vemos un potencial de incremento de las rentas superior a la inflación y/o sectores que pueden soportar un mayor coste de financiación. Encontramos estos elementos en los activos reales alternativos (logística, auto-almacenaje, residencias de estudiantes), donde observamos claramente diferenciales de alquiler positivos a largo plazo, y en determinados tipos de comercio minorista (grandes superficies large destination y travel retail –comercio en aeropuertos, estaciones o puertos–) que siguen atrayendo la demanda de los minoristas, incluso en esta nueva era del comercio multicanal.

¿Cuál ha sido el comportamiento de Sofidy Selection 1 en los últimos 12 meses?

 El fondo se vio inmerso en la fuerte corrección del sector en 2022 (-32,6% para el índice EPRA de la zona euro frente a -30,6% para Sofidy Selection 1 clase P) totalmente vinculado a la subida de tipos. Desde principios de año (-6,8%, -2,7% respectivamente a 30/06/2023), observamos una mayor volatilidad (el índice subió +17,5% entre el 30/12/22 y el 02/02/23 y después corrigió a los niveles actuales) reflejando el nerviosismo de los inversores sobre el sector. El momentum es incierto, pero el consenso reconoce que el sector está descontado y que el rebote será rápido y fuerte. En estas circunstancias, es mejor estar dentro que fuera del tren.

Los mercados han dejado atrás el techo de deuda

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Estados Unidos (PX)
Pixabay CC0 Public Domain

El índice S&P 500 atravesó dificultades, pero logró permanecer ligeramente positivo en mayo en plenas negociaciones sobre el techo de la deuda de Estados Unidos, subiendo un 0,4%1 (USD). Por su parte, el índice MSCI Europe (EUR) cedió sustancialmente, un 2,3%1 . La preocupación por una ralentización económica global, la debilidad de los datos económicos chinos y la incertidumbre acerca del techo de la deuda estadounidense pesó más que el optimismo por los indicios de moderación de la inflación.

El índice MSCI Emerging Markets (USD) también bajó un 1,7%1. El mayor enfriamiento de las relaciones entre Estados Unidos y China llevó a que el índice MSCI China (CNY) perdiera un 5,6%1. La renta variable china se ha enfrentado a graves problemas todo el año y las acciones cotizadas en Hong Kong se adentraron en mercado bajista este mes, según el índice Hang Seng. Por su parte, la renta variable japonesa evolucionó extremadamente bien y el índice MSCI Japan (JPY) obtuvo un 4,5%1.

Aunque las acciones niponas llevan años baratas, las reformas corporativas y la aparente salida de Japón de la deflación y su transición hacia una economía moderadamente inflacionaria impulsaron las compras por inversores extranjeros. La tir del bono del tesoro estadounidense a 10 años se mantuvo bastante volátil durante el mes, cerrando mayo en el 3,6%2 tras alcanzar un máximo del 3,8%en las jornadas previas al fin de mes. La volatilidad de la renta variable fue sorprendentemente moderada durante el mes y el índice VIX cerró el mes en 17,9 puntos2.

Cabe destacar que en los primeros días de junio se registró un alza generalizada del S&P 500 y un desplome del VIX a 14,6 puntos4, tras el acuerdo sobre el techo de la deuda de Estados Unidos. Además, aunque el tecnológico fue el sector que mejor evolucionó en mayo —los avances en inteligencia artificial impulsaron el S&P 5005 y el NASDAQ—, el repunte de comienzos de junio respaldó nuestra creencia de que el resto del mercado se pondría al día.

Los mercados han superado la cuestión del techo de deuda. En la última semana de mayo, la Casa Blanca y el partido republicano alcanzaron un acuerdo legislativo, que elevó el optimismo en torno a que pueda evitarse un impago desordenado de la administración estadounidense. Se trata de una noticia positiva a corto plazo, pero el verdadero riesgo se encuentra en las consecuencias más a largo plazo de este marco político. Las repercusiones del acuerdo sobre el techo de deuda podrían conllevar un marco fiscal restrictivo en el que no se lleve a cabo el gasto que ya se ha previsto. Los estímulos fiscales posteriores a la COVID-19 han alentado el consumo y es probable que ahora esta evolución decaiga, con el consiguiente riesgo más a largo plazo de pérdida de solidez del consumo, justo cuando el ahorro y las rentas reales están descendiendo. Esta situación llegará de la mano de una política monetaria restrictiva.

Nos encontramos en un entorno en el que la inflación puede convertirse en un gran obstáculo; sin embargo, los bancos centrales se están dando cuenta de que no pueden incrementar los tipos nominales de un modo tan agresivo como en el pasado sin poner en peligro un segmento particular del panorama económico. En este momento, el mercado se ha posicionado corto en renta variable, pero, si esta situación cambia y surgen más evidencias de una ralentización suave de la economía, como sugiere nuestra hipótesis de referencia, bien podríamos asistir a un cambio sustancial en el posicionamiento del mercado que resulte en un fuerte aumento del riesgo al alza en el mercado bursátil en general. Es nuestro afán de participar en la subida, en un momento en el que la solidez de los mercados de trabajo parece estar impulsando la resiliencia del consumo y la de los beneficios parece continuar. La conclusión es que, aunque sigue habiendo incertidumbre en el mercado, todavía disponemos de oportunidades de inversión de calidad.

Repercusiones para la inversión
Los desequilibrios económicos indican que la volatilidad del mercado, aunque actualmente ha descendido, podría volver a aparecer. Aunque numerosos inversores consideran que la posibilidad de recesión se aplaza a 2024, sin que se produzca en 2023, el posicionamiento defensivo o «a la espera» para la recesión puede ser costoso. Parafraseando a Benjamin Franklin, aquellos que “compren seguridad temporal6” mostrándose excesivamente defensivos pueden llegar a arrepentirse. Además, los inversores se están enfrentando a dos importantes riesgos de cola: una ralentización económica suave frente a un frenazo. Para contribuir a velar por que podamos gestionar ambos riesgos, mantenemos las carteras equilibradas y bien diversificadas7. Como llevamos afirmando todo 2023, consideramos que resulta más acertado mostrar equilibrio que adoptar un enfoque defensivo.

Teniendo esto en cuenta, incrementamos nuestra asignación a renta variable en mayo para velar por que nuestras carteras orientadas al riesgo permanezcan en línea con su objetivo de volatilidad, pues, a pesar de las negociaciones durante el mes sobre el techo de deuda, la volatilidad del mercado ha permanecido atenuada. También introdujimos los siguientes cambios tácticos en mayo:

Suscribimos la posición en el tipo de financiación garantizada a un día (SOFR) para reducir la exposición a tipos de interés en las carteras dado que los tipos a corto plazo auguran que la Reserva Federal reducirá el precio del dinero de manera significativa y agresiva; nosotros creemos que no será el caso, en línea con nuestra visión de que es improbable que la economía estadounidense experimente un frenazo.

Liquidamos la sobreponderación en renta variable de China, que incorporamos en enero, dado que no percibimos aceleración del momentum económico, ni revisiones de los beneficios, a pesar del ímpetu por la reapertura de su economía.

Suprimimos la sobreponderación en el cobre porque pensamos que, a corto plazo, los precios de este metal podrían seguir sometidos a presión por el desvanecimiento de la demanda china y la compleja perspectiva para el crecimiento económico global.

 

Tribuna de Andrew Harmstone y Jim Caron, managing directors del equipo Global Balanced Risk Control de Morgan Stanley IM. 

 

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Los mercados han superado el techo de deuda

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Estados Unidos (PX)
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El índice S&P 500 atravesó dificultades, pero logró permanecer ligeramente positivo en mayo en plenas negociaciones sobre el techo de la deuda de Estados Unidos, subiendo un 0,4%1 (USD). Por su parte, el índice MSCI Europe (EUR) cedió sustancialmente, un 2,3%1 . La preocupación por una ralentización económica global, la debilidad de los datos económicos chinos y la incertidumbre acerca del techo de la deuda estadounidense pesó más que el optimismo por los indicios de moderación de la inflación.

El índice MSCI Emerging Markets (USD) también bajó un 1,7%1. El mayor enfriamiento de las relaciones entre Estados Unidos y China llevó a que el índice MSCI China (CNY) perdiera un 5,6%1. La renta variable china se ha enfrentado a graves problemas todo el año y las acciones cotizadas en Hong Kong se adentraron en mercado bajista este mes, según el índice Hang Seng. Por su parte, la renta variable japonesa evolucionó extremadamente bien y el índice MSCI Japan (JPY) obtuvo un 4,5%1.

Aunque las acciones niponas llevan años baratas, las reformas corporativas y la aparente salida de Japón de la deflación y su transición hacia una economía moderadamente inflacionaria impulsaron las compras por inversores extranjeros. La tir del bono del tesoro estadounidense a 10 años se mantuvo bastante volátil durante el mes, cerrando mayo en el 3,6%2 tras alcanzar un máximo del 3,8%en las jornadas previas al fin de mes. La volatilidad de la renta variable fue sorprendentemente moderada durante el mes y el índice VIX cerró el mes en 17,9 puntos2.

Cabe destacar que en los primeros días de junio se registró un alza generalizada del S&P 500 y un desplome del VIX a 14,6 puntos4, tras el acuerdo sobre el techo de la deuda de Estados Unidos. Además, aunque el tecnológico fue el sector que mejor evolucionó en mayo —los avances en inteligencia artificial impulsaron el S&P 5005 y el NASDAQ—, el repunte de comienzos de junio respaldó nuestra creencia de que el resto del mercado se pondría al día.

Los mercados han superado la cuestión del techo de deuda. En la última semana de mayo, la Casa Blanca y el partido republicano alcanzaron un acuerdo legislativo, que elevó el optimismo en torno a que pueda evitarse un impago desordenado de la administración estadounidense. Se trata de una noticia positiva a corto plazo, pero el verdadero riesgo se encuentra en las consecuencias más a largo plazo de este marco político. Las repercusiones del acuerdo sobre el techo de deuda podrían conllevar un marco fiscal restrictivo en el que no se lleve a cabo el gasto que ya se ha previsto. Los estímulos fiscales posteriores a la COVID-19 han alentado el consumo y es probable que ahora esta evolución decaiga, con el consiguiente riesgo más a largo plazo de pérdida de solidez del consumo, justo cuando el ahorro y las rentas reales están descendiendo. Esta situación llegará de la mano de una política monetaria restrictiva.

Nos encontramos en un entorno en el que la inflación puede convertirse en un gran obstáculo; sin embargo, los bancos centrales se están dando cuenta de que no pueden incrementar los tipos nominales de un modo tan agresivo como en el pasado sin poner en peligro un segmento particular del panorama económico. En este momento, el mercado se ha posicionado corto en renta variable, pero, si esta situación cambia y surgen más evidencias de una ralentización suave de la economía, como sugiere nuestra hipótesis de referencia, bien podríamos asistir a un cambio sustancial en el posicionamiento del mercado que resulte en un fuerte aumento del riesgo al alza en el mercado bursátil en general. Es nuestro afán de participar en la subida, en un momento en el que la solidez de los mercados de trabajo parece estar impulsando la resiliencia del consumo y la de los beneficios parece continuar. La conclusión es que, aunque sigue habiendo incertidumbre en el mercado, todavía disponemos de oportunidades de inversión de calidad.

Repercusiones para la inversión
Los desequilibrios económicos indican que la volatilidad del mercado, aunque actualmente ha descendido, podría volver a aparecer. Aunque numerosos inversores consideran que la posibilidad de recesión se aplaza a 2024, sin que se produzca en 2023, el posicionamiento defensivo o «a la espera» para la recesión puede ser costoso. Parafraseando a Benjamin Franklin, aquellos que “compren seguridad temporal6” mostrándose excesivamente defensivos pueden llegar a arrepentirse. Además, los inversores se están enfrentando a dos importantes riesgos de cola: una ralentización económica suave frente a un frenazo. Para contribuir a velar por que podamos gestionar ambos riesgos, mantenemos las carteras equilibradas y bien diversificadas7. Como llevamos afirmando todo 2023, consideramos que resulta más acertado mostrar equilibrio que adoptar un enfoque defensivo.

Teniendo esto en cuenta, incrementamos nuestra asignación a renta variable en mayo para velar por que nuestras carteras orientadas al riesgo permanezcan en línea con su objetivo de volatilidad, pues, a pesar de las negociaciones durante el mes sobre el techo de deuda, la volatilidad del mercado ha permanecido atenuada. También introdujimos los siguientes cambios tácticos en mayo:

Suscribimos la posición en el tipo de financiación garantizada a un día (SOFR) para reducir la exposición a tipos de interés en las carteras dado que los tipos a corto plazo auguran que la Reserva Federal reducirá el precio del dinero de manera significativa y agresiva; nosotros creemos que no será el caso, en línea con nuestra visión de que es improbable que la economía estadounidense experimente un frenazo.

Liquidamos la sobreponderación en renta variable de China, que incorporamos en enero, dado que no percibimos aceleración del momentum económico, ni revisiones de los beneficios, a pesar del ímpetu por la reapertura de su economía.

Suprimimos la sobreponderación en el cobre porque pensamos que, a corto plazo, los precios de este metal podrían seguir sometidos a presión por el desvanecimiento de la demanda china y la compleja perspectiva para el crecimiento económico global.

 

Tribuna de Andrew Harmstone y Jim Caron, managing directors del equipo Global Balanced Risk Control de Morgan Stanley IM. 

 

 

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Perspectivas para las acciones: priorizar la calidad en una economía en desaceleración

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El otoño pasado sugerimos que la economía mundial probablemente se enfrentaría a una desaceleración en 2023 y que los inversores en acciones deberían considerar eventualmente cambiar hacia una postura defensiva. Si bien los sólidos rendimientos de este año parecen contradecir nuestra opinión, mantenemos nuestro llamamiento de que se merece una dosis de precaución. De hecho, la naturaleza concentrada de las ganancias de las acciones de 2023, impulsadas casi exclusivamente por la expansión de múltiplos dentro de un puñado de empresas de Internet y tecnología de gran capitalización, oculta lo que consideramos signos de una vulnerabilidad creciente dentro del universo de las acciones.

Seguimos esperando que una política monetaria excepcionalmente más estricta restrinja la actividad económica y, con ella, la capacidad de las empresas para aumentar las ganancias. Es irrelevante si los EE. UU. u otras jurisdicciones cumplen con la definición de recesión que viene en los libros de texto; la tendencia es que el crecimiento económico se deslice hacia cero y que las revisiones de ganancias continúen a la baja. El tumulto del sector bancario de principios de año fortalece nuestra opinión, ya que las condiciones crediticias más estrictas deberían amplificar el impacto de la política restrictiva. Algunos han caracterizado las quiebras bancarias como idiosincrásicas, pero las consideramos la consecuencia natural del endurecimiento monetario, ya que las tasas más altas tienden a romper las cosas, y lo que suele romperse primero son los modelos comerciales más frágiles

Los bancos centrales confían en el instrumento contundente de las subidas de tipos para sofocar la inflación porque funciona. En un guiño a Milton Friedman, quien postuló que la inflación es siempre un fenómeno monetario, las tasas de interés más altas drenan la liquidez de la economía, privando a la inflación de su materia prima. El resultado es un costo de capital más alto, menos actividad económica y, en última instancia, ganancias más débiles. Ya estamos viendo pruebas de esta progresión. Solo unos meses después de la primera subida de tipos de la Fed tras la pandemia, el crecimiento trimestral anualizado del agregado monetario amplio en EE. UU. se había sumergido en territorio negativo. Para marzo de 2023 registró -9,4%.

Incluso después de 15 meses de ajuste, la economía mundial está demostrando resistencia. Nuestra opinión es que la recesión más anticipada de la historia todavía está en camino, aunque un poco retrasada. Varios factores han contribuido a esto, incluida la magnitud de la liquidez creada durante la pandemia y un mercado laboral estadounidense desconcertantemente ajustado.

Sin embargo, no se debe pasar por alto que el mercado no tiene práctica para navegar una recesión común, con las dos recesiones más recientes provocadas por una burbuja inmobiliaria gigantesca y una pandemia global. Uno debe mirar hacia atrás a 2001 para encontrar el ejemplo más reciente de una recesión impulsada por el exceso de capacidad de las tasas de interés. Ese episodio ilustró que, a diferencia de la rápida contracción provocada por los acontecimientos históricos, el endurecimiento monetario lleva tiempo. Dado que es posible que no se realicen aumentos de tasas en los EE. UU. y es probable que continúen en otras regiones, los inversores deben reconocer que, tarde o temprano, no se pueden evitar los resultados económicos  causados por la reducción de la liquidez.

Las expectativas de ganancias han comenzado a reaccionar ante la disminución de la oferta monetaria pero, de manera similar al crecimiento económico, a un ritmo más lento de lo previsto. A mediados de mayo, las estimaciones de ganancias para todo 2023 para el S&P 500 y el índice mundial MSCI habían caído un 12 % y un 8 %, respectivamente. Ante la expectativa de nuevas subidas de tipos, junto con condiciones crediticias más estrictas, esperamos que las previsiones de ganancias se reduzcan aún más.

La resiliencia de las acciones frente al endurecimiento monetario tiene el sello distintivo de una tendencia que a menudo vemos durante esta etapa del ciclo: la complacencia. Alimentar este comportamiento es la expansión múltiple del año hasta la fecha registrada por las acciones de Big Tech e Internet. Hasta cierto punto, esto es una reversión de las pérdidas de capital del año pasado,  impulsadas por la compresión de múltiplos de las acciones de crecimiento secular a raíz de una tasa de descuento más alta. El dominio actual de la tecnología de mega capitalización en los índices bursátiles brinda una apariencia de estabilidad al tiempo que oculta una debilidad enconada debajo.

Creemos que la desconexión entre la expansión del múltiplo agregado y una economía en desaceleración llegará a un punto crítico una vez que los inversores dejen de valorar la recuperación de una recesión que aún no se ha producido. Una capitulación en las expectativas de ganancias, completando lo que podría ser una caída de hasta el 20% hasta mínimos, probablemente también desencadenaría una ola de compresión de múltiplos a medida que los inversores se deshagan del riesgo. Poniendo números detrás de estos escenarios, otra disminución del 10% en las ganancias junto con una compresión del 10% en las relaciones precio-beneficio (PER) se suman a un mercado bajista.

Una sucesión rápida de ganancias mínimas y múltiplos mínimos representa una oportunidad para los inversores a largo plazo. Como dijimos en diciembre, si bien esperamos una recesión de ganancias, creemos que la economía de EE. UU. y el mundo están sobre una base lo suficientemente sólida como para evitar una recesión profunda y prolongada. Más bien, creemos que la economía se enfrenta a un ajuste de ciclo medio a tardío, caracterizado por un crecimiento plano o moderadamente negativo. Es importante destacar que, después del aumento de las tasas de 2022, la Reserva Federal y otros bancos centrales ahora tienen espacio para revertir el rumbo y relajar la política monetaria en caso de que se desarrolle un escenario económico peor de lo esperado.

Creemos que este es un momento para mantener las inversiones, pero hacerlo manteniendo una postura defensiva hasta que surja una mayor claridad en la siguiente etapa del ciclo. El destino preferido para sortear esta incertidumbre son las acciones de calidad, ya que sus balances sólidos y flujos de efectivo constantes deberían protegerlos de riesgos imprevistos a la baja. Las acciones con estas características también brindan a los inversores el potencial de participar en cualquier ganancia del mercado en caso de que el crecimiento económico supere las expectativas. De acuerdo con la tendencia de la era de la pandemia, muchas de las acciones más grandes de tecnología e Internet también cumplen con estos criterios defensivos. Por el contrario, debe minimizarse la exposición a sectores muy cíclicos y empresas sobre apalancadas.

Cuando se enfrenta a una desaceleración, es importante recordar que la máquina de ganancias de las acciones globales no está rota. Sin embargo, las ganancias siempre serán susceptibles a los inevitables ciclos económicos. Los inversores deben mantener una visión a largo plazo y consultar sus libros de jugadas sobre cómo navegar por los ciclos económicos en un mundo con tasas de interés distintas del cero por ciento.

Perspectiva de la renta variable: priorizar la calidad en una economía en desaceleración

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El otoño pasado sugerimos que la economía mundial probablemente se enfrentaría a una desaceleración en 2023 y que los inversores en acciones deberían considerar eventualmente cambiar hacia una postura defensiva. Si bien los sólidos rendimientos de este año parecen contradecir nuestra opinión, mantenemos nuestro llamamiento de que se merece una dosis de precaución. De hecho, la naturaleza concentrada de las ganancias de las acciones de 2023, impulsadas casi exclusivamente por la expansión de múltiplos dentro de un puñado de empresas de Internet y tecnología de gran capitalización, oculta lo que consideramos signos de una vulnerabilidad creciente dentro del universo de las acciones.

Seguimos esperando que una política monetaria excepcionalmente más estricta restrinja la actividad económica y, con ella, la capacidad de las empresas para aumentar las ganancias. Es irrelevante si los EE. UU. u otras jurisdicciones cumplen con la definición de recesión que viene en los libros de texto; la tendencia es que el crecimiento económico se deslice hacia cero y que las revisiones de ganancias continúen a la baja. El tumulto del sector bancario de principios de año fortalece nuestra opinión, ya que las condiciones crediticias más estrictas deberían amplificar el impacto de la política restrictiva. Algunos han caracterizado las quiebras bancarias como idiosincrásicas, pero las consideramos la consecuencia natural del endurecimiento monetario, ya que las tasas más altas tienden a romper las cosas, y lo que suele romperse primero son los modelos comerciales más frágiles

Los bancos centrales confían en el instrumento contundente de las subidas de tipos para sofocar la inflación porque funciona. En un guiño a Milton Friedman, quien postuló que la inflación es siempre un fenómeno monetario, las tasas de interés más altas drenan la liquidez de la economía, privando a la inflación de su materia prima. El resultado es un costo de capital más alto, menos actividad económica y, en última instancia, ganancias más débiles. Ya estamos viendo pruebas de esta progresión. Solo unos meses después de la primera subida de tipos de la Fed tras la pandemia, el crecimiento trimestral anualizado del agregado monetario amplio en EE. UU. se había sumergido en territorio negativo. Para marzo de 2023 registró -9,4%.

Incluso después de 15 meses de ajuste, la economía mundial está demostrando resistencia. Nuestra opinión es que la recesión más anticipada de la historia todavía está en camino, aunque un poco retrasada. Varios factores han contribuido a esto, incluida la magnitud de la liquidez creada durante la pandemia y un mercado laboral estadounidense desconcertantemente ajustado.

Sin embargo, no se debe pasar por alto que el mercado no tiene práctica para navegar una recesión común, con las dos recesiones más recientes provocadas por una burbuja inmobiliaria gigantesca y una pandemia global. Uno debe mirar hacia atrás a 2001 para encontrar el ejemplo más reciente de una recesión impulsada por el exceso de capacidad de las tasas de interés. Ese episodio ilustró que, a diferencia de la rápida contracción provocada por los acontecimientos históricos, el endurecimiento monetario lleva tiempo. Dado que es posible que no se realicen aumentos de tasas en los EE. UU. y es probable que continúen en otras regiones, los inversores deben reconocer que, tarde o temprano, no se pueden evitar los resultados económicos  causados por la reducción de la liquidez.

Las expectativas de ganancias han comenzado a reaccionar ante la disminución de la oferta monetaria pero, de manera similar al crecimiento económico, a un ritmo más lento de lo previsto. A mediados de mayo, las estimaciones de ganancias para todo 2023 para el S&P 500 y el índice mundial MSCI habían caído un 12 % y un 8 %, respectivamente. Ante la expectativa de nuevas subidas de tipos, junto con condiciones crediticias más estrictas, esperamos que las previsiones de ganancias se reduzcan aún más.

La resiliencia de las acciones frente al endurecimiento monetario tiene el sello distintivo de una tendencia que a menudo vemos durante esta etapa del ciclo: la complacencia. Alimentar este comportamiento es la expansión múltiple del año hasta la fecha registrada por las acciones de Big Tech e Internet. Hasta cierto punto, esto es una reversión de las pérdidas de capital del año pasado,  impulsadas por la compresión de múltiplos de las acciones de crecimiento secular a raíz de una tasa de descuento más alta. El dominio actual de la tecnología de mega capitalización en los índices bursátiles brinda una apariencia de estabilidad al tiempo que oculta una debilidad enconada debajo.

Creemos que la desconexión entre la expansión del múltiplo agregado y una economía en desaceleración llegará a un punto crítico una vez que los inversores dejen de valorar la recuperación de una recesión que aún no se ha producido. Una capitulación en las expectativas de ganancias, completando lo que podría ser una caída de hasta el 20% hasta mínimos, probablemente también desencadenaría una ola de compresión de múltiplos a medida que los inversores se deshagan del riesgo. Poniendo números detrás de estos escenarios, otra disminución del 10% en las ganancias junto con una compresión del 10% en las relaciones precio-beneficio (PER) se suman a un mercado bajista.

Una sucesión rápida de ganancias mínimas y múltiplos mínimos representa una oportunidad para los inversores a largo plazo. Como dijimos en diciembre, si bien esperamos una recesión de ganancias, creemos que la economía de EE. UU. y el mundo están sobre una base lo suficientemente sólida como para evitar una recesión profunda y prolongada. Más bien, creemos que la economía se enfrenta a un ajuste de ciclo medio a tardío, caracterizado por un crecimiento plano o moderadamente negativo. Es importante destacar que, después del aumento de las tasas de 2022, la Reserva Federal y otros bancos centrales ahora tienen espacio para revertir el rumbo y relajar la política monetaria en caso de que se desarrolle un escenario económico peor de lo esperado.

Creemos que este es un momento para mantener las inversiones, pero hacerlo manteniendo una postura defensiva hasta que surja una mayor claridad en la siguiente etapa del ciclo. El destino preferido para sortear esta incertidumbre son las acciones de calidad, ya que sus balances sólidos y flujos de efectivo constantes deberían protegerlos de riesgos imprevistos a la baja. Las acciones con estas características también brindan a los inversores el potencial de participar en cualquier ganancia del mercado en caso de que el crecimiento económico supere las expectativas. De acuerdo con la tendencia de la era de la pandemia, muchas de las acciones más grandes de tecnología e Internet también cumplen con estos criterios defensivos. Por el contrario, debe minimizarse la exposición a sectores muy cíclicos y empresas sobre apalancadas.

Cuando se enfrenta a una desaceleración, es importante recordar que la máquina de ganancias de las acciones globales no está rota. Sin embargo, las ganancias siempre serán susceptibles a los inevitables ciclos económicos. Los inversores deben mantener una visión a largo plazo y consultar sus libros de jugadas sobre cómo navegar por los ciclos económicos en un mundo con tasas de interés distintas del cero por ciento.

Una teoría de mosaico para sobresalir en un ambiente incierto y competitivo

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En los últimos 30 años la digitalización ha buscado empoderar al individuo, reduciendo -o incluso eliminando- el rol de los intermediarios. La industria de la gestión de activos no ha sido ajena a esta tendencia, haciendo que los desafíos para la generación de valor agregado sean cada vez mayores, lo cual conlleva a la importancia de cuestionarse el enfoque adecuado para este entorno. Al respecto, en el presente artículo resaltamos cómo la filosofía de inversión de Credicorp Capital Asset Management busca diferenciarse y generar valor en una coyuntura dinámica con un proceso de inversión robusto y consistente a lo largo del tiempo.

Actualmente, barreras que antes eran consideradas ventajas competitivas se han vuelto prácticas comunes. La tecnología es un ejemplo. El notebook que utilizamos en casa tiene mayor capacidad de procesamiento que la que tenía la sala de TI de un banco de inversión a principios de los años ochenta.

La regulación ha llevado a la estandarización de la información y la innovación ha jugado un rol clave con la generación de nuevos productos como los fondos pasivos. Estas tendencias han ayudado a la llamada democratización de las inversiones a través de una mayor oferta gracias a plataformas digitales que probablemente representan uno de los mayores cambios que hemos visto en la industria.

La teoría del mosaico, una filosofía de inversión basada en la transversalidad y la diversidad

¿Cómo podemos entonces incrementar la probabilidad de generar alpha de manera consistente? Primero es importante considerar dos constantes en nuestra industria: la constante incertidumbre y la toma de decisiones con información incompleta. Los gestores operamos bajo un flujo de noticias continuo, y en un ambiente de cambios cada vez más rápidos. Por ello, somos conscientes de que separar el trigo de la paja se vuelve primordial, y además de que tener a los mejores talentos resulta hoy insuficiente.

Nuestra filosofía se ve reflejada en la composición del equipo, el proceso de inversión y las herramientas que la sustentan. El proceso de contratación es extenso, involucrando a analistas, portafolio managers, además de la presentación de un caso de inversión al equipo entero, buscando enfocarse en el encaje cultural del candidato, su proceso de adaptación y de toma de decisión, y en entender sus modelos mentales.

Finalmente, la visibilidad y entendimiento de mercado es clave. Nuestra búsqueda constante por completar el mosaico es lo que nos permita encontrar oportunidades para las estrategias que manejamos.

Creemos que es la filosofía de teoría mosaico es la adecuada para invertir en Latinoamérica, una región que se caracteriza por grandes asimetrías de información y en donde nuestro proceso de inversiones nos permite identificar oportunidades y explotarlas consistentemente.

Puede leer el artículo completo en este enlace.

Parece improbable que la Fed recorte en marzo sin que antes el paro se sitúe por encima del 4,5%

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Foto de Alex Bierwagen en Unsplash

En uno de los indicios de desinflación más recientes, el dato de ventas de coches usados de junio (índice Manheim) se hundió un 4,2% en tasa intermensual (10,3% interanual), la caída más abultada desde el inicio de la pandemia. Esto es relevante porque, como recordaremos, el dato de IPC de mayo recogía un 4,4% de incremento en el precio de vehículos de segunda mano que –junto al repunte de 0,6% en el coste de alquiler y vivienda– se convertía en el foco de preocupación de los inversores que apostaban por un giro brusco en las series de inflación.

El índice de precios de transacciones online que calcula Adobe, que está basado en más de un billón de operaciones de e-commerce, registró en junio el retroceso más pronunciado de los últimos 36 meses (-2,6%). Además, el IPC Nowcasting de la Fed de Cleveland, que apuntaba a una caída de entre un 0,8% y un 0,9% año sobre año en el índice de precios al consumo, eran anticipo de los buenos datos que conocimos el miércoles.

 

 

 

Tanto el índice general como el subyacente del IPC de Estados Unidos sorprendieron positivamente (sobre todo este último, con una caída de un 0,5% en tasa interanual hasta el 4,8%), dando ímpetu a los activos de riesgo. Se abarataron productos de primera necesidad (huevos, lácteos), además de combustible, bebidas no alcohólicas –síntoma positivo para sostener la tesis de aterrizaje suave– y billetes de avión (-8,1%, algo que podría interpretarse como indicio de ralentización en el consumo de servicios). Por el contrario, sigue subiendo el coste de la atención sanitaria.

El precio de la vivienda se enfrió un poco (+0,6% en mayo y +0,4% en junio), pero se mantiene como el gran impulsor de la inflación. El coste del alquiler continúa disminuyendo, pero el precio de las casas aguanta sorprendentemente. La hipoteca tipo fijo a 30 años, en 7,38%, ha marcado un máximo para esta década. En Estados Unidos casi 9 de cada 10 hipotecas son a tipo fijo. En este contexto, los propietarios no se animan a vender buscando preservar sus excelentes condiciones de financiación y, como consecuencia, se produce una escasez de oferta (los nuevos anuncios de venta de vivienda se sitúan un 20% por debajo de los niveles de hace 12 meses).

La combinación de unos tipos más altos y la reticencia de los propietarios a desprenderse de sus hipotecas a bajo coste, plantea un reto tanto a compradores como a vendedores y se traduce en el efecto de “esposas de oro”, que retrasa el impacto de las subidas de tipos sobre el sector de propiedad residencial y también sobre el consumo. Al ser los préstamos hipotecarios a tipo fijo mayoría, las subidas en fed funds y en inflación están afectando de forma más notoria, de momento, a los que alquilan, que son un tercio de la población de acuerdo con el censo de EE.UU.

Como ejemplo, los últimos datos de Bank of America a junio de 2023 sugieren que el crecimiento (año sobre año) del gasto para los propietarios de viviendas fue de un 0,8%, en comparación con una caída de un 1,4% entre los inquilinos, y que este consumo es superior en el caso de los primeros por categoría de producto (excepto en muebles) y por grupo de nivel de ingresos.

 

 

Así que el hecho de que la inflación haya tocado máximos no significa que el trabajo esté acabado. El pasado lunes, Mary Daly (Fed de San Francisco) dio este mensaje a los inversores como parte de su intervención en el Instituto Brookings: «Es probable que necesitemos un par de subidas de tipos más a lo largo de este año para devolver realmente la inflación a una senda sostenible del 2%». Y el miércoles fue Thomas Barkin (Fed de Richmond) quien dijo: «La inflación es demasiado alta (…) Si retrocedes demasiado pronto, la inflación regresa con fuerza, lo que requiere que la Fed haga aún más«.

De hecho, a pesar de la alegría generada por el dato del IPC, el mercado de futuros da por segura (con un 91% de probabilidad) la subida de 0,25% el próximo día 26. Este movimiento, no obstante, podría ser el último en este ciclo –situando la tasa terminal en un 5,5%– y en este punto el mercado puede estar en lo cierto. Lo que es más discutible es que el primer recorte venga en marzo de 2024 sin que antes el paro salte por encima de un 4,5%. Para entonces ya estaríamos en recesión.

Como explicamos en la nota del 17 de junio, incrementos mensuales en el coste de la vida inferiores a un 0,3% permitirían que, a final de año, pudiéramos alcanzar el objetivo de la Fed de inflación del PCE. No obstante, la publicación de los sondeos de expectativas de inflación, que mensualmente confecciona la Fed de Nueva York, ilustra a la perfección la preocupación de Daly (que también ha expresado Mester, responsable del banco de la Reserva Federal de Cleveland) respecto a la velocidad de ajuste en el coste de la vida. Como podemos observar en la gráfica, aunque las perspectivas de los encuestados de cara a los próximos 12 meses son favorables y se sitúan en el nivel más bajo desde el primer trimestre de 2021, las que corresponden al escenario de medio plazo (3 años) y de largo plazo (5 años) no acaban de retroceder y se mantienen obstinadamente por encima del objetivo del 2%.

 

En este contexto, las rentabilidades de la deuda pública han estado descontando la disminución de riesgos de recesión a corto plazo. La reapertura en China, la mejora en poder adquisitivo, la caída en el coste de la energía o el exceso de ahorro que aún les queda a las familias estadounidenses ha facilitado que el índice de sorpresas macro de Citi (EE.UU.) pase de <-1 desviación estándar a +1,4 desviaciones en 12 meses. Esta es una serie estacionaria (con reversión a la media). Aplicando reglas de estadística básica, existen menos de un 10% de probabilidades de que siga subiendo y, por correlaciones históricas, la caída en precios del bono estaría ya prácticamente agotada.

 

Los govies no engancharán con claridad una tendencia de caída en TIRes hasta que no haya más evidencia de deterioro en el mercado laboral y la volatilidad en torno al activo permanecerá alta, pero el momento es bueno para subir duración.

Respecto a la renta variable, estamos a las puertas del periodo de publicación de resultados del segundo trimestre y, a diferencia de lo sucedido en abril, el margen para las sorpresas positivas es bastante más ajustado. El primer trimestre fue testigo de una cifra récord de guías negativas (ratio negativas vs. positivas 1,46x este trimestre respecto a algo más de 3x en el anterior), que permitió a los equipos gestores batir con holgura los estimados de los analistas, pero el optimismo acerca de la recuperación los últimos tres meses ha situado la barra bastante más arriba.

El sector químico, tanto en Estados Unidos como en Europa -que es un cíclico adelantado- ha registrado un buen puñado de preanuncios negativos (ASH, Clariant, FMC, FUL, Lanxess, OLN), con BASF siendo la última en explicar que el ajuste en inventarios puede haber terminado, pero que la demanda permanece bastante parada: «Para la segunda mitad de 2023, BASF no espera un mayor debilitamiento de la demanda a nivel mundial, ya que los inventarios de materias primas químicas en clientes ya se han reducido considerablemente. Sin embargo, BASF está asumiendo solo una recuperación tentativa porque la demanda global de bienes de consumo será menor de lo que se suponía anteriormente. Con esto, los márgenes también se mantendrán bajo presión».

Un dato no hace una tendencia, y aunque la inflación subyacente anualizada de junio haya caído desde un 5,4% hasta el 1,9%, parece prematuro apostarlo todo a un escenario de “Goldilocks”. Y con el S&P muy cerca de 4.550, sobre un BPA de consenso (Rolling 12 meses) de 230 dólares con alto riesgo de ser revisado a la baja, el umbral de 20x en precio/beneficio (en el percentil 82% de los múltiplos más altos de los últimos 25 años) es, a priori, un obstáculo que será difícil de salvar.

¿Cómo atender a nuestra cartera en verano?

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Durante el verano, los españoles anhelan desconectar y disfrutar de unas vacaciones bien merecidas tras un semestre de arduo trabajo. Sin embargo, es esencial recordar que las vacaciones no deben ser motivo para descuidar nuestra planificación financiera y gastar todo el dinero ahorrado durante el año.

Consciente de esta realidad, el departamento de Educación Financiera de EFPA España ha elaborado un recurso que ofrece claves y consejos para mantener un control efectivo de nuestras finanzas, permitiéndonos disfrutar plenamente de las vacaciones sin comprometer nuestra estabilidad económica.

  • Planifica tu presupuesto y crea un fondo de emergencia

Establecer un presupuesto realista, acorde a la capacidad económica de cada individuo, es clave para una sólida planificación financiera antes y durante las vacaciones. Al organizar los gastos, es esencial evaluar detenidamente los recursos disponibles para asignarlos de manera consciente a categorías como alojamiento, transporte, alimentación y actividades. Además, es importante tener en cuenta los costes promedio en el destino elegido y establecer límites realistas, para evitar gastos que excedan el presupuesto establecido.

Asimismo, se recomienda destinar una parte del presupuesto a un fondo de emergencia, accesible pero separado de los gastos regulares, para hacer frente a posibles imprevistos como cancelaciones de vuelos o gastos inesperados.

  • Di no a los minicréditos y préstamos rápidos

Es importante tomar decisiones financieras prudentes y evitar la tentación de aceptar minicréditos, préstamos u otras formas de financiación rápidas al consumo. Estas opciones suelen tener altas tasas de interés y pueden convertirse en una carga financiera significativa a largo plazo. 

En una situación en la que se necesita financiación adicional, es recomendable explorar opciones más tradicionales, como préstamos personales con tasas de interés más favorables y términos más flexibles. Pero siempre es recomendable buscar asesoramiento financiero profesional para tomar decisiones informadas y evitar caer en situaciones de endeudamiento excesivo para proteger nuestra estabilidad financiera.

  • Compara precios y aprovecha los descuentos y promociones

A la hora de viajar, es importante comparar precios y aprovechar descuentos y promociones. Hay muchas empresas que ofrecen ofertas especiales para atraer a los viajeros, así que aprovechar estos descuentos puede ayudar a ahorrar dinero.

En este sentido, antes de hacer una reserva de alojamiento, transporte o actividades, es recomendable investigar y comparar precios en diferentes sitios web o agencias de viajes. De esta manera, se podrán encontrar mejores ofertas para minimizar los gastos. Además, siempre es recomendable tener en cuenta las opiniones y recomendaciones de otros viajeros para tomar decisiones informadas.

  • Cambia tus divisas inteligentemente

Si formas parte de los españoles que viajarán fuera de las fronteras nacionales, especialmente si sales de la zona euro, se recomienda evitar cambiar grandes cantidades de dinero y priorizar el pago con tarjeta, ya que siempre es más económico por un mejor tipo de cambio que los billetes. Si sabes de antemano que viajarás fuera de la Unión Europea, ten en cuenta que es probable que el gasto con tarjeta sea más elevado, por lo que es necesario ajustar el presupuesto en consecuencia. 

Se aconseja cambiar de divisa en muy pequeñas cantidades, solamente lo imprescindible, y buscar puntos especializados fuera de los aeropuertos, donde las comisiones suelen ser más bajas. Para estar preparado con anticipación, es recomendable hablar con el banco para obtener información sobre las comisiones que se pueden aplicar en el país de destino al sacar dinero de un cajero automático con tu tarjeta, ya sea de débito o de crédito.

  • Mantén tus finanzas bajo control durante el viaje

Mantener un registro detallado de los gastos y revisar regularmente el presupuesto son prácticas clave durante un viaje. Llevar un registro preciso de los gastos diarios permite tener un control efectivo sobre nuestras finanzas mientras se está de vacaciones.

Anotar los gastos, desde comidas y transportes hasta actividades y compras, provee una visión clara de cómo se están utilizando los fondos. Esto ayudará a identificar patrones de gasto y realizar ajustes si es necesario para mantener el presupuesto bajo control. Para ello, existen numerosas aplicaciones y herramientas online que pueden ayudar a realizar un seguimiento de los gastos y mantener el control financiero durante las vacaciones. 

  • La clave siempre será ahorrar

Antes de considerar solicitar financiación adicional, por ejemplo para realizar un viaje, es fundamental adoptar antes una mentalidad de ahorro y una planificación financiera adecuada para cubrir los gastos deseados. Una estrategia altamente efectiva consiste en abrir una cuenta de ahorros específica para el objetivo de las vacaciones y depositar un porcentaje fijo de la nómina, un %, en cuanto se reciba el ingreso. Esta práctica permitirá acumular los fondos necesarios sin tener que recurrir a deudas y evitando así pagar intereses o comisiones adicionales. En última instancia, ahorrar de esta manera brindará la tranquilidad financiera necesaria para disfrutar plenamente de las vacaciones sin preocupaciones económicas.

En resumen, siguiendo estas seis claves financieras, se pueden disfrutar en general de sus merecidas vacaciones de verano sin descuidar su planificación financiera. Desde la planificación del presupuesto y la creación de un fondo de emergencia, hasta evitar minicréditos al consumo y préstamos rápidos, aprovechar descuentos y promociones, cambiar divisas solo ocasionalmente y mantener un control financiero durante el viaje, estas estrategias permitirán disfrutar de unas vacaciones más placenteras reduciendo el riesgo de tener sorpresas financieras desagradables y sin comprometer la estabilidad financiera.