La Agenda 2030 de las Naciones Unidas presenta un total de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con el objetivo de abordar los principales retos mundiales, entre los que destacan el abastecimiento de alimentos y agua, la salud y la protección del medioambiente. Para alcanzar estos objetivos, se calcula que se necesitarán entre 5.000 y 7.000 millones de euros anuales de aquí a 2030.
Desde DWS consideran que los fondos de inversión desempeñan, por tanto, un papel fundamental a la hora de dirigir capital a empresas que apoyan específicamente estos objetivos. En línea con esta convicción, la gestora se ha convertido en la primera firma en ofrecer la oportunidad de invertir a través de ETFs en empresas que pueden contribuir a la consecución de los ODS.
Según ha anunciado, ha lanzado seis ETFs Xtrackers MSCI Global SDG UCITS, que estarán cada uno alineado con uno de estos objetivos. Desde DWS explican que los componentes del índice se seleccionan en función de su relevancia con respecto a estos objetivos. Se trata, por tanto, de ETFs temáticos que siguen amplias tendencias sociales y económicas. Los temas de los ODS cuentan con el apoyo de una amplia gama de instituciones, Estados y empresas.
Los ETFs Xtrackers MSCI Global SDGs UCITS están alineados con seis objetivos diferentes: «Producción y Consumo Sostenibles» (ODS 12), «Ciudades y Comunidades Sostenibles» (ODS 11), «Industria, Innovación e Infraestructura» (ODS 9), «Energía Asequible y Limpia» (ODS 7), «Agua Limpia y Saneamiento» (ODS 6), «Salud y Bienestar» (ODS 3). El ETF Xtrackers MSCI Global SDGs UCITS sigue una combinación de todos los ODS a los que las empresas pueden contribuir de forma medible a través de sus actividades. Tres ETFs ya cotizan en la Deutsche Börse, la Bolsa de Londres y la Bolsa de Suiza, y se espera que los otros cuatro ETFs empiecen a cotizar en las próximas semanas (véase el cuadro para más información).
En concreto, los ETFs invierten en empresas de pequeña, mediana y gran capitalización de 23 mercados desarrollados y 24 emergentes y tomarán como punto de partida el índice MSCI ACWI Investable Market.
Para identificar empresas relevantes para cada objetivo, se definieron varios temas relacionados con cada ODS. En el caso del ODS 11 («Ciudades y comunidades sostenibles»), por ejemplo, se trata de la prevención de la contaminación, las infraestructuras y edificios inteligentes o los vehículos de emisiones cero. Sólo se seleccionan para el índice las empresas cuyas ventas apoyan específicamente al menos el 50% del objetivo respectivo. Es importante señalar que quedan excluidas las empresas cuyas operaciones entren en conflicto con cualquiera de los 17 objetivos de sostenibilidad.
Además, la selección de los componentes del índice Xtrackers MSCI Global SDG UCITS ETF filtra a las empresas que superan los umbrales de ingresos en actividades relacionadas, por ejemplo, con el carbón, el tabaco y las armas convencionales (la denominada metodología MSCI ESG Screened Index), así como a las empresas que incumplirían un ODS aunque contribuyeran a otro.
«Con nuestros Xtrackers MSCI Global SDG UCITS ETFs nos hemos convertido en la primera gestora de activos en hacer invertibles los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Los objetivos trazados representan tendencias sociales y económicas que cuentan con un amplio apoyo y, por tanto, pueden representar un objetivo de inversión atractivo», ha señalado Simon Klein, Global Head of Sales de Xtrackers en DWS.
La pendiente actual de la curva de tipos del mercado de bonos de Estados Unidos está invertida. Las rentabilidades de los bonos a dos años son más altas que los rendimientos de los bonos 10 años y, para nosotros, eso significa que los inversores se están centrando en algunas cosas.
En primer lugar, es probable que la Fed continúe aumentando los tipos de interés en el corto plazo. El año pasado, la Fed subió 425 puntos básicos las tasas. Los mercados esperan que la Reserva Federal suba otros 25 puntos en febrero, otros 25 puntos básicos en marzo, y eso significa que los inversores continúan ejerciendo presión alcista sobre el extremo corto de la curva de tipos.
Lo segundo que nos dice la inversión de la curva de tipos de Estados Unidos es que los inversores están preocupados o cada vez más preocupados por una desaceleración del crecimiento en el país norteamericano a corto plazo. Es decir, en la segunda mitad de 2023, es muy probable que la economía de Estados Unidos se acerque mucho más al 0% de crecimiento o a la recesión.
Estamos empezando a ver una desaceleración en los sectores sensibles a los tipos de interés, más pronunciado en la vivienda de Estados Unidos. Y si eso continúa, es probable que provoque el fin de la subida de los tipos de interés por parte de la institución monetaria norteamericana y, eventualmente, que la Reserva Federal realmente ejecute una política monetaria contracíclica, lo que se traduzca en una bajada de tipos.
Para nosotros, eso se configura de distintas formas. Una, si quieres ser líquido en ese ambiente. En ese sentido habría que tener un poco de sobreponderación en la duración, en el caso de que el crecimiento de Estados Unidos se desacelere más rápido y más de lo que la gente, las expectativas del escenario base, presentan en la actualidad. Por otro lado, habría que plantear la diversificación en diferentes sectores, con algo de exposición al high yield.
En concreto, centrarse en el high yield de mayor calidad. No esperamos que los defaults aumenten significativamente, pero si nos equivocamos al respecto, habría que limitar el riesgo potencial de la posibilidad de impago al tener menos exposición a las calificaciones CCC. Los mercados emergentes también tienen sentido. Son el único sector que ofrece un repunte significativo en términos de diferenciales en comparación con la media de largo plazo.
También nos parece atractivo tener activos titulizados en Estados Unidos, tanto inmobiliarios comerciales como residenciales. En Estados Unidos los activos residenciales tienen incorporada toda la apreciación anterior del precio de la vivienda, lo que significa que los LTV o la relación préstamo-valor se han desapalancado de manera bastante agresiva en los últimos cuatro o cinco años. El riesgo potencial de morosidad en la vivienda es extremadamente pequeño.
Entonces, para nosotros, la forma de la curva de tipos de Estados Unidos se traduce en estar en liquidez, poseer cierta duración, y diversificar la exposición de ingresos en todos los sectores. Puedes jugar a la ofensiva en este campo. Si la Fed comienza a dar marcha atrás con su política monetaria, la oportunidad de retorno parecerá bastante atractiva para los activos sensibles al retorno en 2023.
Foto cedidaFachada del edificio principal de la Fed.
El mercado estima que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunciará una subida de 25 puntos básicos (pb) en su primera reunión de 2023, que comienza hoy. “Tras unos datos del deflactor del consumo positivos, con el menor avance mensual desde 2021, la Fed afronta la primera reunión del 2023 con gran parte de los deberes hechos, aunque con unas condiciones financieras que han mejorado sustancialmente desde diciembre y que ahora mismo han dejado de ser restrictivas, lo que deja más abierta la aproximación tomará el comité en la reunión”, señalan los analistas de Banca March.
En opinión de Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, si bien tal impresión apunta a una dinámica de desaceleración de la inflación salarial y, por tanto, a un menor riesgo de espiral salarios-precios, sigue siendo contraria,o incómodamente superior, al nivel del 4% de inflación salarial sugerido por las ganancias medias por hora recientemente publicadas. “A la luz de esto, de las últimas publicaciones sobre la inflación general y de los datos económicos duros que también sorprenden a la baja, se reivindica la tendencia a la desinflación. Esto significa que la Fed debería subir a un ritmo más lento a partir de ahora y proceder la semana que viene con una subida normal de 25 pb, situando los Fed Funds al borde de la línea de meta de los tipos terminales. Y la persistencia de la inflación salarial implica que los tipos de depósito se elevarán más de lo previsto o que se mantendrán en el nivel terminal durante más tiempo de lo esperado”, señala Thozet.
La mayoría de los expertos coinciden en que las tasas interanuales de la inflación ocultan los progresos realizados en los últimos meses. De hecho, la inflación general estadounidense cayó drásticamente en el segundo semestre de 2022. Según explica Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, es cierto que la bajada de los precios de los alimentos y de la energía ha sido el factor que más ha contribuido a este descenso, y queda por ver si la reciente volatilidad de estos componentes de la inflación ha remitido definitivamente. Sin embargo, considera que la mejora se produce en un momento en que las medidas restrictivas de la Fed apenas se han trasladado aún a la economía real.
“No obstante, la Fed se enfrenta actualmente a un problema y a una limitación. Tras dos décadas de lucha contra la presión deflacionista, la institución teme ahora quedar desacreditada. Está dispuesta a aceptar cualquier cosa, incluso una recesión, para volver a controlar la inflación. Por otra parte, la Fed también está condicionada por la agenda electoral estadounidense, ya que 2024 es un año de elecciones presidenciales. La economía no puede caer en una recesión en un momento en el que la campaña para la Casa Blanca está en pleno apogeo. Por lo tanto, la Fed no querrá arriesgarse a que las presiones inflacionistas persistan a finales de 2023 y se vea obligada a elegir entre inflación y recesión durante el proceso electoral. Por lo tanto, no querrá ninguna relajación prematura de las condiciones financieras, y cualquier intento de repunte del S&P 500 se encontrará con una renovada retórica de línea dura por parte de los funcionarios de la Fed. Es probable que esta situación continúe hasta que la Fed se dé por satisfecha con el descenso de la inflación, lo que le permitiría considerar prácticamente irreversible el retroceso iniciado hace unos meses”, defiende Bonzon.
El tipo de reflexión que expone el CIO de Julius Baer suma argumentos en favor de una subida de 25 pb de este mes. Desde Muzinich & Co, coinciden en que “existen signos suficientes para que la Fed justifique la ralentización del ritmo de endurecimiento a 25 puntos básicos en su próxima reunión”. Entre esos signos, señalan algunos datos macro, como «el Índice de Precios de Producción, cuya caída intermensual del 0,5% fue el dato económico más destacado de Estados Unidos, y el Índice de Precios al Consumo (IPC) y de los salarios» y otros relacionados con los mercados de renta fija corporativa que, según comentan desde la gestora «siguieron viendo subidas en sus precios, impulsados por unos sólidos datos técnicos, y vimos cómo se deshacían las posiciones defensivas a través de unos elevados balances de efectivo y unas mayores entradas en la clase de activos en lo que va de año».
Para Christian Scherrmann, US Economist para DWS, considerar que esta menor subida es un giro pesimista sería interpretar mal las cartas que juega la Reserva Federal. “Esto podría significar que la próxima reunión genere decepción en los mercados. La Fed ya ha señalado que se sienten incomprendidos. Las actas de la reunión del FOMC de diciembre de 2022 revelan que la Fed considera que una percepción errónea de su función de reacción podría complicar sus esfuerzos por restablecer la estabilidad de precios. Y la Fed ha señalado la enorme brecha existente entre sus previsiones de tipos y la actual valoración del mercado. De hecho, las condiciones financieras se han vuelto aún más acomodaticias desde la reunión de diciembre. Por lo tanto, aunque las expectativas del mercado de una subida de 25 puntos básicos en la próxima reunión son sólidas como una roca, existe una ligera posibilidad de que la Fed sorprenda con una subida de 50 puntos básicos”, advierte el economista de DWS.
Según su valoración, parece que hay sobre la mesa dos visiones contrapuestas de cómo evolucionará la economía. “Por un lado, la Reserva Federal prevé un aterrizaje suave (con un riesgo creciente de recesión leve), lo que le permitirá mantener los tipos más altos durante más tiempo. Por otro lado, los mercados prevén una recesión económica más grave, lo que obligaría a la Reserva Federal a bajar los tipos rápidamente. Nosotros nos mantenemos en una posición intermedia. Esperamos una recesión leve que no provoque un gran aumento del desempleo. En parte por ello, es probable que las presiones inflacionistas sean persistentes, lo que significa que la Fed seguirá luchando contra la inflación hasta 2023. Por tanto, mantendrá los tipos altos y no se apresurará a reducirlos”, defiende Scherrmann.
En opinión de Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM, el posicionamiento de la Reserva Federal frente a la inflación cambiará tras la reunión de esta semana, en la que decidirá subir los tipos. “El tipo de los fondos federales se situará definitivamente por encima de la tasa de inflación subyacente. Hasta ahora, el tipo real era negativo y la Fed tenía importantes posibilidades de aumentar su instrumento preferido. La situación cambiará en cuanto el tipo real pase a ser positivo. La política monetaria restrictiva limitará aún más la economía. La tasa de inflación subyacente se sitúa actualmente en el 4,4% y la banda de los fed funds en el 4,25-4,5%. Una inflación subyacente más baja en el futuro aumentará el tipo de interés real e incrementará necesariamente el control de la Fed sobre la economía”, argumenta Waechter.
Hacia el 5% en 2023
Los expertos de Muzinich & Co comentan también que «hay indicios de que los temores a la inflación a corto plazo están disminuyendo», e indican, entre ellos, «el ligero descenso de las rentabilidades de los bonos gubernamentales, con la curva de Estados Unidos cada vez más pronunciada».
Los datos y la previsión de una ralentización del ritmo de las subidas vuelve a abrir el debate de cuándo podríamos ver un cambio de rumbo por parte de la Fed. “Creemos que la pausa de la Fed llegará pronto, pero el mercado está siendo complaciente con el pivote. Los tipos se mantendrán arriba algo más de tiempo. El punto de inflexión queda atrás y ahora, para que las bolsas puedan construir un suelo estable, necesitan cierta visibilidad sobre los tipos de interés terminales y, sobre todo, sobre el momento en el que la Reserva Federal hará el pivote en su política monetaria. En ese sentido, las expectativas han subido sistemáticamente en los últimos trimestres: se espera que la Fed llegue al 5% a mediados de 2023, desde el 4,5% actual”, advierten desde A&G.
Según destaca el análisis que hacen desde A&G, la Fed no habla de bajada de tipos hasta 2024 y pensamos que ese escenario es más realista que el implícito en el mercado. “Para que los tipos bajaran tan pronto como en el tercer trimestre de 2023, la recesión debería ser más fuerte o la inflación haber alcanzado niveles ya cercanos al 2%”, matizan.
En este sentido Scherrmann añade: “La principal tarea del presidente de la Fed, Jay Powell, en la próxima reunión que concluye el 1 de febrero es, por tanto, convencer a los mercados de que los tipos se mantendrán altos durante un periodo prolongado, algo que la Fed ha mencionado con frecuencia. Y este es el punto en el que los mercados no están aceptando el argumento. En la actualidad, los mercados prevén un tipo de interés terminal cercano al 5%, pero luego prevén recortes de tipos ya a mediados de 2023”.
Para Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, lo que será crucial en la reunión de esta semana es el tono de Powell: o cerca de una pausa, como el Banco de Canadá, o preocupado por la relajación de las condiciones financieras. “Nos inclinamos por lo segundo. En lo que va de este ciclo, la Fed ya ha subido 425 puntos básicos en nueve meses, y esperamos un esfuerzo global de 500 puntos básicos, con recortes solo unos dos años después de la primera subida”.
El ejemplo de 1994
Para explicar lo que podría estar por llegar, Gilles Moëc relata: “Desde la llegada de la política monetaria moderna a principios de la década de 1960, EE.UU. ha atravesado 10 episodios de endurecimiento de la Reserva Federal, pero solo hay un caso de ajuste monetario sin recesión, sucedido en 1994”. ¿Podría repetirse esta situación?
Según Moëc, las dos principales diferencias entre la actualidad y el “milagro de 1994” se refieren al entorno inflacionista y a las condiciones de la oferta. “En 1994, la Fed subió los tipos sin que hubiera indicios de que la inflación ya estuviera aumentando. Las empresas y hogares estadounidenses no tuvieron que hacer frente a la presión de los precios que pesaba sobre los márgenes y el poder adquisitivo. Esto creó una configuración diferente a la actual, en la que el sector privado tiene que hacer frente tanto a las consecuencias del endurecimiento monetario como a las del shock inflacionista. Hay razones para creer que estas fuerzas adversas sólo están empezando a ejercer su influencia ahora”, explica.
Por otra parte, las condiciones de la oferta eran mucho más favorables a mediados de los noventa que en la actualidad. “Entonces, el crecimiento potencial estaba en alza, mientras que hoy probablemente esté a la baja. Actualmente, EE.UU. se enfrenta a una tasa de participación en el mercado laboral bastante baja y a un crecimiento más lento de la población en edad de trabajar”, matiza el experto de AXA IM.
Podría decirse, argumenta el economista, “que la perspectiva de una aceleración significativa de la inversión verde gracias a la Ley de Reducción de la Inflación puede llegar demasiado tarde para permitir a la economía estadounidense evitar un viaje probablemente corto hacia una contracción poco profunda del PIB en los próximos trimestres, sobre todo porque es probable que la magnitud global del endurecimiento monetario esta vez empequeñezca la de 1994. Entonces, la Fed subió un total de 300 puntos básicos entre febrero de 1994 y febrero de 1995 y empezó a recortar sólo 18 meses después de su primera subida. En lo que va de este ciclo, “la Fed ya ha subido 425 puntos básicos en nueve meses, y esperamos un esfuerzo global de 500 puntos básicos, con recortes solo unos dos años después de la primera subida”.
Algunas expertos, como por ejemplo Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional de J. Safra Sarasin Sustainable AM, se muestran escépticos con que se pueda repetir un aterrizaje sueve. Según explica Olszyna-Marzys, su escepticismo sobre la visión del aterrizaje suave está relacionada con la capacidad de reacción de la Reserva Federal. «Para que los funcionarios estén convencidos de que alcanzarán su objetivo de inflación del 2% a medio plazo, no sólo las impresiones mensuales de la inflación tienen que bajar en línea con ese objetivo, sino que el mercado laboral también tiene que reequilibrarse. La Fed también cree que la pandemia ha mermado la oferta de mano de obra, quizá de forma permanente, en unos 3-4 millones de trabajadores, lo que significa que gran parte del reequilibrio tendrá que proceder de una demanda más débil. Para lograr este resultado, el banco central cree que la economía debe crecer por debajo de su tasa tendencial durante un periodo de tiempo, y elevar algo la tasa de desempleo desde su mínimo cíclico. La esperanza está en que gran parte de ese exceso de demanda, es decir, las ofertas de empleo, se reduzcan sin un gran aumento concomitante de los despidos. Pero esto no tendría precedentes históricos. Si el desempleo sube más de medio punto porcentual, tiende a subir al menos dos. Esto se debe a que durante las recesiones suelen producirse cosas inesperadas o dinámicas no lineales», argumenta.
En este sentido, el economista de J. Safra Sarasin Sustainable AM considera que lo que se deduce de los mercados financieros no cuadra con la función de reacción de la Fed. «Creemos que para lograr un aterrizaje suave sería necesario que la Fed se replanteara sus previsiones sobre el proceso de generación de inflación, o que abandonara su objetivo de volver a situar la inflación en el objetivo. No creemos que esto sea probable», concluye.
Foto cedidaNaïm Abou-Jaoudé, nuevo CEO de New York Life Investment Management.
Cadriam ha anunciado importantes cambios en su organigrama a raíz de la decisión de New York Life, la mayor mutua de seguros de vida de Estados Unidos, de nombrar a Naïm Abou-Jaoudé, hasta ahora CEO de la gestora, nuevo consejero delegado de New York Life Investment Management.
En consecuencia, Vincent Hamelink, director general de Inversiones de Candriam, sucederá al Abou-Jaoudé como consejero delegado de Candriam, y Renato Guerriero, director general de Ventas y Distribución, ocupará el cargo de consejero delegado adjunto a su actual cargo. Según matizan desde la compañía, ambos comenzarán a desarrollar sus nuevas funciones a partir del 1 de mayo de 2023.
Tras una carrera de 30 años en la gestión de inversiones, incluidos 16 años como CEO de Candriam, Abou-Jaoudé asumirá el cargo de consejero delegado del negocio global de gestión de inversiones de New York Life el 1 de mayo de 2023. Desde su nuevo cargo dependerá de Alain Karaoglan, director de Negocios Estratégicos de New York Life y será responsable de la operativa global multiboutique de NYLIM, con oficinas en EE.UU., Reino Unido, Europa, Asia y Australia, y de sus plataformas operativas diversificadas de fondos de inversión y ETF en EE.UU.
«Naïm es un líder consumado en el sector de la gestión de activos, con un sólido historial de logros como Consejero Delegado de Candriam. Confío plenamente en el liderazgo y la visión que aportará a NYLIM en los próximos años», ha destacado Craig DeSanto, consejero delegado y presidente de New York Life.
Desde la firma destacan que, en la última década, NYLIM ha visto cómo sus activos gestionados se han duplicado con creces hasta alcanzar los 371.000 millones de dólares gracias a una combinación de expansiones geográficas, iniciativas orgánicas y adquisiciones. En la actualidad, el negocio internacional de NYLIM representa el 45% del total de activos gestionados.
«Candriam es uno de los gestores de activos de más rápido crecimiento en Europa, una historia de éxito que estamos muy orgullosos de compartir, duplicando los activos bajo gestión desde que Candriam fue adquirida. Tengo plena confianza en que, bajo la dirección de Naïm, NYLIM y Candriam continuarán su trayectoria de crecimiento», ha declarado Alain Karaoglan.
Tras conocer su nombramiento, Naïm Abou-Jaoudé, CEO de New York Life Investment Management, ha declarado: ·Me siento honrado de dirigir NYLIM como su Consejero Delegado. Formó parte de la familia New York Life desde hace casi una década y durante este tiempo he sido testigo de una empresa que demuestra los mejores principios de gestión de activos. Confío en que seguiremos aportando un importante valor a largo plazo a todas nuestras partes interesadas”.
Además, sobre el relevo anunciado en Candriam ha añadido: “Estoy inmensamente orgulloso de traspasar el liderazgo de Candriam a Vincent Hamelink y Renato Guerriero, que han desempeñado un papel decisivo en el crecimiento de la empresa, desarrollando una plataforma de inversión que ha proporcionado sistemáticamente rendimientos a largo plazo a los inversores y acelerando la demanda de la marca Candriam. Espero que Candriam siga cosechando éxitos bajo su dirección».
Por su parte, Vincent Hamelink, nuevo CEO de Candriam, ha comentado: “He trabajado con Naïm durante más de 20 años, desarrollando el negocio y la plataforma de inversión de Candriam, que hoy es conocida por su capacidad de gestión de fondos high yield y sus innovadoras soluciones de inversión. Es un privilegio asumir el cargo de Consejero Delegado y confío en que seguiremos aportando un valor significativo a nuestros clientes, accionistas y a todas nuestras partes interesadas”.
Inversis ha ofrecido su visión global y regional del actual escenario macroeconómico en base al cual prepara su estrategia de inversión para el primer trimestre de 2023. Así, de la mano de su estratega jefe macroeconómico, Ignacio Muñoz-Alonso, la entidad ha destacado que tanto los mercados como la economía global estarían entrando en un punto de inflexión, con la aparición de los primeros indicios que apuntan a una normalización, aunque sin poder descartar todavía la llegada de nuevas turbulencias. En este contexto, Inversis prevé una contracción de la economía menor de lo esperado, del 1,7% para 2023.
Al ser esta una desaceleración provocada por los bancos centrales, los expertos de la entidad descartan que se vaya a producir una recesión profunda y duradera ya que todo apunta a que podrá ser gestionada por los propios bancos centrales. A pesar de que algunas economías como la de la zona euro podrían haber entrado ya en territorio negativo o que lo pueda hacer EE.UU. el próximo trimestre, la previsión es que las principales zonas económicas del planeta puedan cerrar el conjunto del año en positivo.
La inflación y tipos de interés seguirán marcando 2023
La inflación a nivel global ha mejorado en los últimos meses y ya cada vez menos economías registran crecimientos del IPC; sin embargo, es improbable que el índice de precios cierre 2023 dentro del rango de confort de los bancos centrales. Según Inversis, aún persisten riesgos de desvíos incontrolados de los precios a medio plazo debido al riesgo de empeoramiento de las condiciones geopolíticas, del impacto de la reapertura de China o un repunte inflacionario.
Pese a esta moderación de los índices generales, la inflación subyacente continúa siendo persistente en muchas economías y se ha convertido en una de las prioridades de los bancos centrales, que de persistir esta tendencia al alza les obligaría a mantener los tipos de interés en niveles máximos durante más tiempo del anticipado por los mercados.
En todo caso, estas decisiones dependerán del efecto que sobre las economías tengan los mayores tipos de interés. Todo apunta a que 2023 debería marcar el punto de inflexión, aunque no el inicio de un ciclo de bajadas que podría retrasarse hasta 2024 y siempre condicionado a una moderación de la inflación subyacente, el enfriamiento del mercado de trabajo en Estados Unidos ya en un período prolongado de estabilidad de precios.
Panorama regional
La economía de EE.UU. sigue dando muestra de resistencia más allá de lo esperado y apunta a un crecimiento del 0,5% a final de año ayudado por una tasa de desempleo en mínimos, y la resistencia del consumo de servicios. El crecimiento de los salarios se sitúa como motor de la subida de la inflación subyacente y, por tanto, prioridad de la Fed. Aun así, todo apunta a que la inflación habría tocado techo en junio y la tendencia general apunta a una moderación de los precios con un IPC que podría moverse entre el 3 y el 3,5% a cierre de 2023.
En Europa, la actividad se contraerá, pero de una manera menos intensa y duradera de lo inicialmente previsto. Todo apunta a un cierre de año en tablas, con un crecimiento del 0% de PIB. La energía, en especial el gas y la electricidad, y la demanda interna marcarán el ritmo de la inflación que seguirá al alza durante los primeros meses del año con una previsión de moderación para la segunda mitad del ejercicio que podría finalizar en el 6,3%. La inflación subyacente también continuará aumentando impulsada por los alimentos y los salarios hasta superar el 4%.
En el caso de China, el fin de las políticas de COVID cero impulsarán su PIB hasta el 4,3% este año. La reapertura de la economía del gigante asiático comienza ya a notarse en los países vecinos que podrían disfrutar de una normalización de la demanda en verano pero que a nivel global no se registraría hasta 2024. La vuelta de China tiene también un componente de preocupación al representar una mayor demanda de energía y materias primas con la consecuente amenaza para los precios.
El papel de los bancos centrales
Todo apunta a que la Fed continuará subiendo los tipos de interés, pero a un ritmo menor, que podría concretarse en las reuniones de febrero y marzo con subidas de entre el 0,25 y el 0,5%. En consecuencia, lo esperable es un periodo prolongado de tipos en niveles máximos hasta alcanzar niveles del 5 o 5,5% a final de año, y no sería hasta 2024 cuando veamos las primeras bajadas.
El BCE por su parte cambia el tono ante una previsión de desaceleración más leve. El organismo no espera alcanzar el objetivo de inflación del 2% hasta el año 2025, lo que anticipa también un ciclo largo de subidas que podría extenderse hasta final de año. La previsión es que en febrero se anuncie una subida de medio punto hasta el 2,5% sin descartar que a cierre de ejercicio los tipos de intervención lleguen al 3%.
Estrategia de Asset Allocation de Inversis para este primer trimestre del año
En renta fija las expectativas de moderación de los bancos centrales hacen atractivos de nuevo los bonos soberanos con un aporte positivo a la diversificación de carteras y retornos moderados en 2023 si se confirma el enfriamiento de la inflación. Las curvas de tipos actuales invitan a tomar posiciones en corto plazo, disminuyendo duración.
En cuanto a renta variable aún es demasiado pronto para anticipar tendencias, aunque los mercados de acciones parecen mostrar un tono más constructivo con algunos titubeos en el arranque de 2023. Hay sensación de que lo peor ya ha pasado, de que el riesgo de recesión persiste, pero controlado, y que se está produciendo una ralentización de rotación de carteras hacia la renta fija. Con este escenario, las estimaciones de rentabilidad se presentan en general con ganancias moderadas para 2023.
A nivel sectorial, Inversis apuesta por deshacer a corto plazo posiciones en sectores ganadores del periodo COVID, como tecnología, energía y salud y posicionarse en sectores defensivos proclives a crecer en los próximos trimestres como el consumo básico o utilities, y también en aquellos que pueden trasladar precios a márgenes, como servicios de consumo, hostelería y turismo.
Foto cedidaIván Piqueras, Pablo del Moral y Gerardo González.
A&G continúa ampliando su red en el territorio español con la apertura de una oficina en La Coruña, ubicada en el número 5 de la Calle Sánchez Bregua. La presencia de A&G en Galicia se consolida con la apertura de una nueva oficina en La Coruña tras la incorporación de tres banqueros senior.
Como parte del compromiso de ofrecer el mejor servicio al cliente a través de una relación cercana y del talento humano, en junio de 2022 A&G incorporó a sus filas a tres banqueros senior basados en Galicia, con una dilatada trayectoria profesional y gran reconocimiento en el sector. Los banqueros Pablo del Moral, Gerardo González e Iván Piqueras lideran desde entonces la actividad de A&G en la comunidad.
La recién inaugurada oficina en La Coruña es la undécima que A&G tiene en España que se suma a las que la firma posee en Madrid, Barcelona, Bilbao, León, Logroño, Santander, Sevilla, Pamplona, Valladolid y Valencia.
Juan Espel, director general comercial de A&G, señala: “Estar cerca del cliente, ofrecer el mejor servicio y contar con el mejor equipo son piezas fundamentales de nuestro negocio, no se trata de abrir oficinas sin más, sino de contar con el equipo adecuado, el motor y el alma de A&G. Estamos muy satisfechos con la apertura en Galicia».
A&G fue fundada en 1987 y es una de las principales entidades independientes de banca privada en España. En la actualidad cuenta con 225 empleados además de 91 banqueros distribuidos en once oficinas y 12.405 millones de euros en activos bajo gestión a 31 de diciembre de 2022. El grupo tiene una gestora en España y otra en Luxemburgo, así como una entidad especializada en Inversiones no financieras como Real Estate y Corporate
Finance- M&A.
A&G ha sido elegida como la Mejor Banca Privada de España y el Mejor Servicio al Cliente, en las dos ediciones de los premios otorgados por Citywire, y como la Mejor entidad nacional de Banca Privada, en la primera edición de los Wealth Management Awards de FundsPeople, galardón votado íntegramente por proveedores de la industria de Banca Privada.
Dunas Capital AM ha cerrado 2022 con toda su gama en terreno positivo y un crecimiento del 30% en captaciones respecto al año anterior. La gestora, según ha explicado Borja Fernández-Galiano, responsable de Ventas, ha alcanzado los 1.750 millones de euros en activos líquidos bajo gestión tras registrar captaciones netas por valor de 445 millones de euros. En activos alternativos, gestionan ya alrededor de 300 millones de euros, por lo que en total Dunas Capital cuenta con más de 2.000 millones de activos bajo gestión.
Según ha explicado Alfonso Benito, CIO de Dunas Capital AM, ha sido su enfoque multidisciplinar basado en la diversificación por activos lo que les ha permitido cerrar 2022 con todos los fondos de la gama Dunas Valor en terreno positivo. «Además, los fondos Dunas Valor Equilibrado y Dunas Valor Flexible han obtenido la clasificación cinco estrellas de Morningstar. De cara a 2023, seguiremos poniendo el foco en la gestión colegiada, que nos permite ser predecibles y confiables al invertir con paciencia únicamente cuando identificamos valor en el medio plazo», explica.
Posiciones largas en deuda pública estadounidense y más duración en crédito
La gestora también ha aprovechado para hacer pública su visión de mercados y estrategia de inversión para este año. Por tipos de activos, la gestora mantiene posiciones ligeramente largas en deuda pública americana y ha ido incrementando las duraciones de crédito respecto hace 12 meses, tras aumentar sus posiciones en bonos más líquidos y en empresas de mayor calidad.
En cuanto a la renta variable, los expertos consideraron que los precios de las acciones aún tienen que ajustarse a la baja, ya que las valoraciones actuales todavía no reflejan la ralentización de la economía ni las condiciones de los tipos normalizados.
Asimismo, señalaron que los márgenes empresariales, tras mantenerse en niveles elevados por la capacidad de trasladar a los precios las subidas de los costes, se ven ahora amenazados por la desaceleración de la economía, los incrementos salariales y los costes financieros, lo que podría traducirse en un deterioro de los beneficios por acción. En este sentido, estiman que a corto plazo muchas empresas se verán obligadas a priorizar la solvencia frente a la retribución al accionista para contener sus costes financieros. Además, observaron que la rentabilidad exigida por los inversores tras los acontecimientos de 2022 ha cambiado de forma muy significativa, especialmente en el mundo de la renta fija, y más concretamente en high yield, que ahora ofrece rentabilidades próximas a la renta variable.
Por sectores, el equipo gestor de Dunas Capital AM ve una clara oportunidad de invertir en empresas de redes de transporte de energía y en petroleras integradas con exposición a gas. Al mismo tiempo, se mantienen moderadamente optimistas en defensa. También encuentran valor en algunas compañías en industrias cíclicas muy castigadas por los incrementos de costes de energía, transporte y materias primas, pero con carteras de pedidos récord y valoraciones muy atractivas, en las que se espera una evolución positiva.
El optimismo de los mercados podría llevar a decepciones
Desde un punto de vista macro, prevén que la inflación general, por efectos base, caiga en la primera parte del año, aunque podría repuntar al final de 2023 debido a una posible reaceleración de la economía y a efectos de segunda ronda apoyados por las subidas salariales, especialmente en Europa. La evolución de la inflación será la clave de las decisiones de los bancos centrales y de los mercados financieros durante los próximos meses. Los mercados ya han ido descontando bajadas de tipos en la última parte del año y podrían llevarse una decepción relevante si esto no ocurre.
Por otro lado, la guerra de Ucrania, además de impactar en el mercado energético, continuará provocando tensiones en la producción y en la oferta de alimentos. La clave para evitar la estanflación será el mantenimiento de los empleos a nivel mundial. Si se mantienen, a pesar de la significativa pérdida de las rentas del poder adquisitivo, el consumo sostendrá a la economía, aunque a tasas bajas.
Amundi ha anunciado el lanzamiento de un nuevo ETF de bonos corporativos en euros que replica un de los índices PAB (Paris-Aligned Benchmark). Según señala la gestora, esta nueva oferta reafirma su compromiso de ofrecer a los inversores una gama amplia y granular de ETFs climáticos. Sobre el fondo explica que “esta nueva exposición es el resultado de un cambio de índice y de marca de Lyxor ESG Euro Corporate Bond (DR) UCITS ETF, que se produjo el 11 de enero”.
Amundi EUR Corporate Bond Climate Net Zero Ambition PAB UCITS ETF replica el índice Bloomberg MSCI Euro Corporate Paris Aligned Green Tilted. Según la gestora, se trata del ETF más competitivo en esta exposición y uno de los mayores disponibles en el mercado. El índice replicado por el ETF proporciona exposición a bonos corporativos investment grade denominados en euros, aplica exclusiones ESG estrictas para compañías implicadas en actividades controvertidas y cumple los requisitos de los índices de referencia alineados con el Acuerdo de París de la UE, apoyando un mundo Net Zero para 2050 y limitando el aumento de la temperatura media global a 1,5 °C. También sigue una trayectoria de reducción absoluta de las emisiones de carbono del 7% anual y una reducción inmediata del 50% de la intensidad de carbono en comparación con el universo de inversión. Además, el índice integra un sesgo hacia los bonos verdes, sobreponderando los bonos verdes y favoreciendo compañías con necesidades de financiación de proyectos ecológicos4
“Los ETF son componentes básicos importantes para apoyar la transición climática de las carteras de renta fija. Con este nuevo ETF, seguimos comprometidos con la transformación de nuestra oferta de ETF para ofrecer a los inversores una amplia gama de ETF climáticos, tanto en clases de activos de renta variable como de renta fija”, señala Arnaud Llinas, director de ETF, Indexing & Smart Beta de Amundi.
Por su parte, Juan San Pío, director comercial de Amundi ETF, Indexing &Smart Beta para Iberia y Latinoamérica, subraya que “con la ampliación de nuestra gama de ETFs climáticos en renta fijaofrecemos a los inversores un instrumento adicional respondiendo a la creciente demanda que vemos en este tipo de soluciones”.
Amundi cuenta con la mayor oferta de ETFs climáticos y ESG disponible en el mercado, con cerca de 100 ETF UCITS5 . Esta iniciativa forma parte del Proyecto Social del Grupo Crédit Agricole y de su compromiso con el clima.
La gestora australiana Maple-Brown Abbott ha anunciado una asociación con Hyde Park Investment (HPI) para distribuir sus fondos UCITS en varios países europeos, entre ellos en Reino Unido, Suecia, España, Italia, Suiza, Alemania y Francia.
Según ha explicado Sophia Rahmani, consejera delegada y directora general de Maple-Brown Abbott, esta asociación con HPI permitirá distribuir los fondos UCITS de la gestora a una amplia gama de compradores de fondos UCITS, incluidos gestores de patrimonios, family offices y banca privada, al tiempo que se seguirá trabajando con inversores institucionales y sus asesores. Además, este acuerdo de distribución amplía la actual relación de Maple-Brown Abbott con Douse Associates, que ha sido su socio de calidad durante 17 años en los que se ha centrado en inversores institucionales y sus asesores, y algunos compradores de UCITS en el Reino Unido y Suiza. En el caso de España, South Hub Investments se encargará de la distribución de los fondos.
«Nuestro objetivo es consolidar nuestra presencia actual en el Reino Unido y Europa para nuestros fondos UCITS existentes sobre infraestructuras cotizadas globales y renta variable asiática, así como para los fondos que tenemos previsto lanzar en el futuro, como los de mercados emergentes globales», ha matizado Rahmani.
En su opinión, cuentan con las capacidades de inversión atractivas y diferenciadas, gestionadas por equipos galardonados y reconocidos en todo el mundo. “Esto incluye la integración desde hace tiempo de los factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en el proceso de inversión de todas nuestras estrategias. Todos nuestros fondos UCITS existentes están registrados con arreglo al artículo 8″, ha añadido la responsable de la firma. Según Rahmani, confían en que el equipo de HPI esté alineado con su cultura y valores en Maple-Brown Abbott, y creen que el modelo de distribución de HPI, con equipos experimentados sobre el terreno en el Reino Unido, Suecia, Francia, Italia y España y su sólida trayectoria en la captación de activos, ampliará su base de inversores en estos mercados.
Sobre este nuevo acuerdo, Hako Finckenstein, director de Hyde Park Investment, ha señalado: “Estamos encantados de representar los fondos UCITS de Maple-Brown Abbott en el Reino Unido y Europa. Esta asociación es una alineación natural de nuestros negocios y valores, en particular nuestro compromiso mutuo con la ESG. Maple-Brown Abbott tiene casi 40 años de excelente pedigrí de inversión y una oferta de productos única muy reconocida en el mercado. Nos anima el interés que ya han mostrado nuestros clientes, especialmente en relación con la capacidad ESG integrada de Maple-Brown Abbott”.
“Como gestora boutique de inversiones a nivel con una gama de estrategias de inversión diferenciadas, estamos entusiasmados de trabajar con dos socios establecidos y bien respetados para continuar construyendo relaciones más profundas con clientes existentes y futuros en el Reino Unido y Europa”, ha concluído Rahmani.
Creemos que los bonos investment grade de alta calidad, especialmente los bonos del Estado, se encuentran en un punto dulce de cara a 2023, ya que una confluencia de rendimientos atractivos y un punto de inflexión en los tipos abre el potencial de fuertes rentabilidades. En el caso de los mercados de renta fija, el endurecimiento de la política en 2022 para atajar la inflación resultó doloroso a medida que los rendimientos aumentaban.
Sin embargo, la corrección de los precios elevó de nuevo los rendimientos de la deuda pública a niveles no vistos en más de una década. Algo similar ocurrió con los bonos corporativos con calificación investment grade, donde subieron tanto los diferenciales de crédito como los rendimientos.
Gráfico 1. Rendimiento de la deuda pública
Fuente: Bloomberg, rendimiento de la deuda pública genérica estadounidense a 10 años, rendimiento de la deuda pública genérica del Reino Unido a 10 años, rendimiento de la deuda pública genérica alemana a 10 años, del 1 de enero de 2020 at 29 de noviembre de 2022. Los rendimientos pueden variar y no están garantizados.
La rapidez y magnitud del endurecimiento de los bancos centrales provocó que las curvas de rendimiento se aplanaran e invirtieran, lo que significa que los bonos a más corto plazo están pagando rendimientos similares (si no superiores) a los bonos a más largo plazo. Esto está creando una rara oportunidad para que los inversores obtengan mayores ingresos por la tenencia de bonos a corto que por aquellos a largo plazo, al tiempo que se exponen a un menor riesgo de tipos de interés.
Sin embargo, los niveles atractivos de ingresos de los bonos muestran solo la mitad del panorama. Creemos que 2023 será también un punto de inflexión para el ciclo de tipos a medida que los bancos centrales modifiquen sus políticas en respuesta al descenso de la inflación y a la recesión económica. Esto significa que, aunque los bonos a corto plazo son de nuestro agrado, mantener únicamente bonos a corto plazo podría tener un coste de oportunidad, que sería renunciar potencialmente a mayores plusvalías por mantener bonos a más largo plazo a medida que bajan los tipos.
Los rendimientos de los bonos a menudo se desbordan cuando la inflación subyacente se disparada al entrar en una recesión económica. Esta disociación entre los rendimientos de la deuda pública y las perspectivas económicas se produjo a finales de 2022, cuando los rendimientos de la deuda subieron a pesar de la disminución de nuevos pedidos del sector manufacturero (gráfico 2). Esperamos que los rendimientos de la deuda pública vuelvan a vincularse a los datos económicos. Creemos que el rendimiento de la deuda pública estadounidense a 10 años podría acercarse al 2 % a finales de 2023, después de estar por encima del 4 % en el cuarto trimestre de 2022. Esto podría generar sólidas plusvalías en la deuda pública y también tener consecuencias positivas para los bonos corporativos de mejor calidad con calificación investment grade, ya que estos bonos suelen ser sensibles a los movimientos de los tipos.
Gráfico 2. Nuevos pedidos del ISM frente al rendimiento de la deuda pública estadounidense a 10 años
Los rendimientos de los bonos se desbordan cuando la inflación subyacente se dispara en las crisis del crecimiento (marcado con un círculo).
Fuente: Bloomberg, Janus Henderson Investors, nuevos pedidos del sector manufacturero del Institute for Supply Management (ISM), rendimiento de la deuda pública estadounidense a 10 años, del 30 de noviembre de 1972 al 30 de noviembre de 2022. La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras.
No hay garantía de que las tendencias pasadas continúen o que las previsiones vayan a cumplirse. Creemos que estamos atravesando un ciclo económico típico, en el que el exceso de estímulo de los dos últimos años está dando paso a una desaceleración y una recesión con el endurecimiento de las políticas. Los principales indicadores económicos están en alerta roja. El mercado de la vivienda ya ha empezado a sufrir y los beneficios empresariales parecen haber tocado techo. Creemos que es solo cuestión de tiempo (puede que incluso a principios de 2023) para que las nóminas no agrícolas comiencen a reflejar en sus datos de que las empresas están recortando empleos. La Encuesta de los hogares de EE. UU. ya está registrando pérdidas de trabajo mientras que los datos sobre retenciones de impuestos parecen respaldar el descenso de empleo observado en la encuesta. El índice de indicadores adelantados (LEI) de la Conference Board, un indicador muy fiable sobre el empleo desde los años sesenta, sugiere que las nóminas no agrícolas van a caer.
Gráfico 3. El LEI como indicador del empleo en unos seis meses
Fuente: Bloomberg, Janus Henderson Investors, índice de indicadores adelantados (LEI) de la Conference Board para EE. UU. con un adelanto de seis meses, Oficina de estadísticas laborales de EE. UU., nóminas no agrícolas. Del 30 de noviembre de 1972 al 31 de octubre de 2022. La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras.
Los mercados están descontando una pausa en las subidas de tipos de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) a principios de 2023, seguida de una fase de estancamiento mientras se evalúa el panorama y puede que quizá un recorte a finales de 2023. No estamos convencidos de que 2023 vaya a desarrollarse así. Y lo que es más importante, esto no es lo que suele hacer la Reserva Federal. La Fed rara vez deja de actuar. En los años setenta y ochenta, subió los tipos hasta que pudo controlar la inflación e inmediatamente después empezó a recortarlos. Tiene una baja tolerancia al aumento del desempleo.
Creemos que la Fed se alarmará y empezará a reducir los tipos tras unas cuantas publicaciones de datos negativos sobre nómina no agrícolas. Esto podría ocurrir incluso en la primera mitad de 2023. Las recesiones matan la inflación, así que, si el desempleo aumenta, creemos que la Fed reconsiderará su doble cometido (estabilidad de precios y pleno empleo) y pasará a prestar más atención a lo segundo.
Este cambio en la política depende de que baje la inflación, pero creemos que esta ya ha llegado a su máximo en EE. UU. y que podría descender rápidamente en 2023 en Europa a pesar de las distorsiones causadas por la crisis energética. Los precios de las materias primas y las mercancías se han tambaleado, lo que debería ayudar a reducir las cifras de inflación. El desplome del crecimiento del dinero amplio también sugiere que el reciente repunte de la inflación se desvanecerá a lo largo de 2023. Incluso medidas rezagadas, como los alquileres de mercado, se están suavizando.
Ninguno de los principales indicadores económicos que observamos ha tocado fondo, por lo que prevemos un mayor deterioro económico y nos cuesta creer que la economía vaya a lograr un aterrizaje suave. En este entorno, creemos que hay poco beneficio en exponerse demasiado en cuanto a riesgo crediticio, sobre todo porque los diferenciales de crédito en bonos high yield con calificación inferior a investment grade están descontando un aterrizaje suave y serían vulnerables a una ampliación en caso de recesión. Las ventas de high yield podrían suponer una gran oportunidad de compra para esta clase de activos más adelante en 2023, pero no vemos ninguna necesidad de arriesgarse prematuramente, cuando el potencial de rentabilidad ajustada al riesgo es tan atractivo en los bonos investment grade en este momento.
El riesgo para nuestra perspectiva es que los datos no cooperen, que el mercado laboral siga siendo sólido y que la inflación se niegue a bajar. Sin embargo, si este fuera el caso, entonces esperaríamos ver una política de los bancos centrales más restrictiva y una recesión económica aún más severa, un resultado que en última instancia favorecería a los bonos con más alta calificación, en particular a los bonos soberanos, ya que los inversores buscarían refugios «relativamente» seguros. Tal y como lo vemos, pensamos que simplemente hay demasiados datos que apoyan nuestra convicción de que estamos a un paso de que la deuda pública y corporativa investment grade muestre sólidos resultados en 2023.
Tribuna de John Pattullo y Jenna Barnard, codirectores de renta fija global de Janus Henderson Investors.
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