Allianz Global Investors ha anunciado el primer cierre del fondo Allianz Global Infrastructure and Energy Transition Debt (AGIETD) con 220 millones de euros. Según recuerda la gestora, es el primer fondo de deuda dedicado a infraestructura y transición energética de Allianz GI después de haber recaudado miles de millones para energías renovables y estrategias de inversión de impacto y será clasificado como un fondo del Artículo 8 bajo el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles de la UE.
El AGIETD se lanzó a mediados de enero de 2023 y consiguió recaudar en tan solo unas semanas compromisos de inversores institucionales de toda Europa. Allianz, uno de los mayores inversores en deuda de mercados privados, es un inversor de referencia en esta estrategia. El tamaño objetivo del fondo es de 750 millones de euros.
Según destacan desde la gestora, con este fondo, “los inversores institucionales pueden aprovechar la sólida posición de mercado de Allianz y participar en fondos para invertir en mercados primarios y secundarios”, así como en coinversiones en regiones y sectores de infraestructuras centrados en la transición energética. El AGIETD pretende proporcionar a los inversores un acceso diversificado a activos de infraestructuras y de transición energética a través de múltiples añadas, de gestores, de sectores y de geografías y a lo largo de la estructura de capital.
“La seguridad del suministro energético y la transición energética están hoy en el punto de mira. Los inversores privados pueden desempeñar aquí un papel vital. Allianz GI cuenta con un largo historial de inversiones en infraestructuras, energías renovables y fondos de deuda. Estamos encantados de poder ofrecer a los inversores institucionales, con nuestro primer fondo dedicado a la transición energética, la oportunidad de impulsar el camino hacia la descarbonización, al tiempo que pretendemos generar rendimientos en efectivo estables y atractivos”, señala Alexander Schmitt, gestor senior de Allianz GI.
El fondo está gestionado por el mismo equipo que dirige los fondos Allianz Global Diversified Private Debt (AGDPDF), Allianz Global Real Estate Debt Opportunities (AGREDO) y Allianz Private Debt Secondaries (APDS).
En opinión de Mali Chivakul, economista de mercados emergentes en J. Safra Sarasin Sustainable AM, las tensiones en el sistema bancario estadounidense y europeo son un síntoma del aumento de las grietas en un contexto de endurecimiento de las condiciones financieras. Ahora bien, lo que se plantea Chivakul es cómo puede afectar este periodo de mayor volatilidad e incertidumbre a los mercados emergentes.
“A pesar de las rápidas respuestas de las autoridades, el mercado financiero mundial sigue siendo volátil y es probable que los activos de los mercados emergentes sigan sufriendo en este entorno. Aunque los bancos de los mercados emergentes suelen tener unos fundamentales sólidos, también se ven afectados por los tipos de interés más altos por más tiempo. Algunos que han concedido demasiados créditos a la economía verán aumentar sus préstamos dudosos. Además, algunos que poseen grandes carteras de deuda pública han resistido hasta ahora la revalorización. Por último, como siempre, los mercados emergentes que dependen de la financiación exterior se verán sometidos a una mayor presión. Mantenemos la cautela sobre los créditos más débiles en este entorno”, afirma.
Según la valoración que hace la economista de J. Safra Sarasin Sustainable AM, a pesar de esta rápida respuesta a ambos lados del Atlántico, los bancos siguen sometidos a tensiones tanto en los mercados de crédito como en los de renta variable. Como consecuencia de ello, se han revisado sustancialmente las perspectivas del tipo de los fondos federales y de los rendimientos de la deuda pública estadounidense. Sin embargo, considera que los mercados financieros se han vuelto muy volátiles y han entrado en un periodo de aversión al riesgo, ya que persiste la incertidumbre sobre los bancos de los mercados desarrollados. “La volatilidad de los tipos estadounidenses ha alcanzado niveles que no se habían alcanzado durante la crisis financiera mundial de 2008”, señala.
¿Qué pasa con los bancos de los mercados emergentes? Según Chivakul, aunque se han visto afectados por el contagio mundial, han resistido mejor que sus homólogos de los mercados monetarios en el último episodio de tensión. “El índice bancario MSCI EM ha perdido un 7,4% desde principios de febrero, mientras que la pérdida del índice bancario de los mercados desarrollados ha sido más del doble, un 17,3%. Es probable que el mercado esté en lo cierto al interpretar los fundamentales de los bancos de los mercados emergentes. En general, éstos son bastante sólidos, con una financiación de depósitos estable y un modelo de préstamo tradicional. Su adecuación de capital se ha reforzado a lo largo de los años. Sin embargo, también se enfrentan a posibles tensiones derivadas del endurecimiento de las condiciones financieras, tanto a escala mundial como nacional”, afirma.
Más allá de la ralentización económica general, advierte de que algunos mercados emergentes han ampliado en exceso el crédito a la economía, lo que apunta a un mayor riesgo de crédito y pérdidas ante la subida de los tipos y la ralentización de la economía. “Los datos de El Banco de Pagos Internacionales sobre la brecha de crédito, que es esencialmente la extensión del crédito por encima de las tendencias a largo plazo, muestran que sólo Tailandia y Corea del Sur destacan. Brasil y Hungría también muestran pequeñas brechas. Tailandia y Corea han sido conocidas por su problema de deuda de los hogares. La subida de los tipos de interés en Corea ha sido más pronunciada y rápida desde que su banco central empezó a subir su tipo de interés oficial en 2021. A finales del año pasado, Corea ya experimentó algunas tensiones financieras al ralentizarse bruscamente el sector inmobiliario. Tailandia optó por una senda lenta de subidas de los tipos de interés, principalmente por su preocupación por la deuda de los hogares”, añade.
Además, la economista de J. Safra Sarasin Sustainable AM pone el foco en que varios bancos de países emergentes han absorbido más bonos del Estado durante los años de la pandemia, a medida que los inversores extranjeros se marchaban y los gobiernos pedían más prestado para gastar en la ayuda contra la Covid-19. Según apunta, en muchos países, estas tenencias de deuda pública se valoran a precios de mercado (más del 70% de media, según el FMI), por lo que están sujetas al riesgo de revalorización y pérdidas. “La fuerte subida de los tipos a largo plazo ya se produjo en 2021-22, pero los bancos de los mercados emergentes han resistido hasta ahora”, aclara.
Su principal conclusión es que los países con grandes déficits por cuenta corriente y que dependen de la financiación exterior seguirán sometidos a la presión del mercado y al endurecimiento de la financiación global en dólares. “Entre ellos se encuentran los créditos débiles, como Egipto, y los que registran grandes déficits por cuenta corriente, como Turquía. Los bonos soberanos y las empresas de los mercados emergentes ya han visto aumentar sus diferenciales, aunque siguen siendo mucho más bajos que en episodios de tensión recientes. Por ello, mantenemos la cautela sobre los créditos más débiles en este entorno”, concluye Chivakul.
Según la quinta edición del Responsible Investment Brand Index (RIBI™), que analiza 600 gestoras a nivel global, Candriam, DPAM y AXA IM lideran el ranking de las diez firmas de activos más sostenibles. Este índice evalúa la industria en cuanto a su capacidad para traducir el compromiso con el desarrollo sostenible y la integración de este compromiso en el posicionamiento de su marca.
En este sentido, solo cinco firmas han logrado posicionarse de forma constante en el top10 del ranking en los últimos cinco años. El índice permite clasificar a las gestoras en cuatro categorías: vanguardistas, que están por encima de la media en la calificación de compromiso y marca; las tradicionalistas, que están por encima de la media en la calificación de compromiso y por debajo de la media en la calificación de marca; los aspirantes, que están por encima de la media en la calificación de marca y por debajo de la media en la calificación de compromiso; y los rezagados, que están por debajo de la media en ambas calificaciones.
A la luz del trabajo realizado en esta edición, los autores del índice recuerdan que 2022 estuvo marcado por numerosos retos para los inversores, ya que la renta variable y la renta fija experimentaron un rendimiento negativo sincronizado, creando una de las peores recesiones de las dos últimas décadas. “Sin embargo, el sector de la gestión de activos mantiene firmemente viva la llama de la inversión responsable”, afirman desde Hirschel and Kramer, responsables de este índice.
Según sus conclusiones, a nivel de inversión, la mayoría de los segmentos se situaron en terreno negativo, y los únicos positivos fueron los más debatidos desde el punto de vista de la inversión responsable: el gas natural y el petróleo. “Esta situación supone una amenaza potencial para los esfuerzos realizados en las últimas décadas para anclar con más fuerza los principios de inversión responsable en la asignación de capital para generar rendimientos positivos. Al problema se añade la división política en EE.UU. sobre ESG, que exacerba aún más la posibilidad de conflicto. La región con el mayor número de gestores de activos y mayores activos bajo gestión está debatiendo a qué precio las estrategias de inversión relacionadas con ESG comprometerán el futuro de los pensionistas estadounidenses. Algunas voces piden incluso que se prohíban por completo los principios ESG, para no discriminar a las empresas petroleras y de gas”, explican en su informe.
Respecto al frente normativo, señalan que tampoco estuvo tranquilo, especialmente en Europa, donde la evolución del Reglamento de Divulgación de Información sobre Finanzas Sostenibles (SFDR) creó cierta confusión. En su opinión, “esto llevó a muchos gestores de activos a desclasificar sus fondos de categoría 9 a 8, lo que plantea dudas sobre si esta clasificación, en lugar de ser un indicador de la profundidad de ESG, se está convirtiendo en una medida del apetito por el riesgo del departamento de cumplimiento de los gestores de activos”.
Según su percepción, en tiempos de turbulencias, incertidumbre reinante y mercados volátiles, es difícil mantener el rumbo. Por lo tanto, resulta aún más impresionante observar que el sector de la gestión de activos sigue impulsando con firmeza la incorporación de los principios de la inversión responsable y se esfuerza por expresar sus buenos esfuerzos a través de su marca. “A pesar de las importantes diferencias regionales, las dos calificaciones clave del Responsible Investment Brand Index (compromiso y calificación de la marca) demuestran un progreso claro y positivo. Esto es coherente con la forma en que la mayoría de los consumidores perciben que evoluciona el mundo de los negocios en general, con un 80% de ellos que creen que las empresas pueden ser una fuerza para el bien generando beneficios y apoyando buenas causas al mismo tiempo”, afirman.
En consecuencia, desde Hirschel and Kramer consideran un signo positivo que las entradas en fondos ESG fueron mayores que las entradas en la población general de fondos este año. De hecho, las entradas de fondos ESG fueron positivas, mientras que la población general de fondos experimentó entradas negativas. “En un contexto tan complejo e incierto, el RIBI puede constituir una valiosa brújula para los inversores que deseen conocer las convicciones más arraigadas de sus gestores de activos en materia de inversión responsable. También puede ayudar a los gestores de activos a diferenciarse en un sector intensamente competitivo. Conocer sus puntos fuertes y sus áreas de mejora representa una información estratégica crucial. El RIBI sigue siendo el único índice que mide la fuerza de la conexión entre el compromiso de un gestor de activos en materia de inversión responsable y su identidad, indicando el nivel de coherencia, autenticidad e integración de esta dimensión en la cultura de la empresa. Al centrarse en la identidad de la marca y en la calidad de la expresión más que en la cantidad (frecuencia de la comunicación o número de recursos invertidos), el RIBI proporciona una medida significativa de la sinceridad y el compromiso”, destacan.
Según Markus Kramer, cofundador del Responsible Investment Brand Index y socio de la consultora boutique de marcas Brand Affairs, el propósito desempeña un papel cada vez más importante en un mundo interconectado, complejo y acelerado. “Proporciona un ancla de estabilidad en tiempos de incertidumbre y actúa no sólo como una fuerza unificadora para el bien, alineando los sistemas de creencias y valores dentro de las organizaciones, sino que la coherencia impulsa el crecimiento desde dentro: el propósito y el beneficio pueden coexistir”, explica.
Por último, Jean-François Hirschel, cofundador del Responsible Investment Brand Index y consejero delegado y fundador de HIdeas, añade: “El principal reto que debe afrontar el sector financiero sigue siendo su reputación: la necesidad de establecer relaciones a largo plazo, de confianza y mutuamente provechosas con múltiples partes interesadas. En un momento de incertidumbre en el que RIBI está demostrando su progreso en el sector, quizá nunca haya sido el mejor momento para que los gestores de activos se centren en la identidad genuina que transmiten a través de su marca. Para reforzar su reputación, diferenciarse en un sector muy competitivo y configurar relaciones a largo plazo basadas en la confianza con sus clientes y quienes les asesoran”.
Tras un comienzo de año de gran solidez, la mayoría de los principales mercados desarrollados perdieron momentum en febrero. Los riesgos de recesión parecen estar cediendo dada la resiliencia del mercado de trabajo. Sin embargo, si evaluamos de cerca la situación, los datos de empleo se están enfriando. Por ahora, creemos que la inflación seguirá cayendo en el primer semestre de 2023 e incluso durante la segunda mitad del año. Aunque nos sigue preocupando que la inflación se desancle en algún momento, parece ser un riesgo para el segundo semestre del año.
La solidez del mercado laboral y la inflación han llevado a los mercados a esperar una Reserva Federal más restrictiva en sus políticas a corto plazo. Sin embargo, a medida que profundizamos en los datos, parece que la notable resiliencia del mercado laboral podría haber sido exagerada hasta ahora. Los datos del JOLTS (Jobs Openings and Labor Turnover Survey)1 van con un mes de retraso y no siempre indican la tendencia en tiempo real. Los datos de mayor frecuencia sugieren que las ofertas de trabajo podrían estar comenzando a caer, por lo que la narrativa podría cambiar.
Los mercados parecen estar utilizando datos atrasados del mercado laboral y descuentan una actitud restrictiva de la Reserva Federal. Si de hecho los datos de empleo se estuvieran enfriando, esto supondría otro giro importante y los inversores probablemente tendrían que cambiar de rumbo. Es probable que este reequilibrio del mercado laboral sea clave para un menor crecimiento de los salarios y, en última instancia, de la inflación.
La enorme oleada de ventas de activos en febrero se basa en una narrativa del mercado de inflación creciente y política monetaria más restrictiva. Sin embargo, prevemos que los mercados suban si esta tendencia se invierte. La estabilización de los riesgos de política e inflación puede ser favorable para los mercados bursátiles, pues se espera que el alto nivel de efectivo en los mercados monetarios regrese una vez que cambie la narrativa. Teniendo esto en cuenta, continuamos agregando más riesgo a nuestras carteras. Introdujimos diversos cambios tácticos durante el mes, que describimos a continuación. También incorporamos opciones de venta a las carteras antes de la publicación de los datos del IPC estadounidense a mediados de mes para mitigar el descenso, manteniendo, al mismo tiempo, un posicionamiento proclive al riesgo.
Los cambios tácticos que llevamos a cabo durante febrero son reflejo de esto:
En renta variable global ‘growth’, pasamos de la infraponderación a la neutralidad en torno a la renta variable global de crecimiento dado que las condiciones macro pueden favorecer a esta clase de activos durante un horizonte táctico. Las valoraciones siguen siendo un obstáculo dado que la prima sobre las acciones de valor o los índices de referencia mixtos sigue siendo elevada en comparación con las tendencias anteriores a la COVID-19.
En acciones del sector de atención sanitaria estadounidense, pasamos de una posición de sobreponderación a otra neutral en acciones de atención sanitaria estadounidense. Iniciamos una sobreponderación en diciembre como sector defensivo hacia una beta menor. Sin embargo, nuestro incremento del riesgo implica que ya no sea necesario. Además, el sector está experimentando considerables revisiones a la baja de los beneficios por las presiones sobre los márgenes y todavía registra un exceso de inversión tras las marcadas salidas de fondos de 2022.
En renta variable europea, seguimos elevando nuestra sobreponderación en acciones de bancos europeos al ceder por ahora los riesgos de recesión, en particular, en Europa. El sector evoluciona de manera favorable dado que continúa beneficiándose del alza de los tipos en la zona euro, el incremento de los márgenes netos de intereses y las positivas tendencias de la calidad de los activos.
Suscribimos una posición de sobreponderación en el índice FTSE MIB porque los activos italianos se pueden ver favorecidos de la política fiscal y monetaria más coordinada de la UE, que reduce la fragmentación y los riesgos específicos de cada país. El índice ofrece exposición a sectores que se muestran infravalorados o que están posicionados para evolucionar favorablemente en el entorno actual.
En high yield en euros seguimos ampliando nuestra sobreponderación existente porque los obstáculos macro para Europa se han moderado de forma considerable en las últimas semanas, lo cual debería permitir que los diferenciales permanezcan relativamente estables y se estrechen.
En las carteras que lo permiten, ampliamos nuestra sobreponderación existente a bonos mexicanos con vencimientos cortos. Los bonos ofrecen un carry atractivo, al tiempo que percibimos la posibilidad de un alza delimitada para las divisas en 2023 con respecto al dólar estadounidense.
Suscribimos una sobreponderación en bonos de titulización de activos (ABS) globales durante el mes y la ampliamos antes del cierre del periodo por nuestra convicción en esta clase de activos. Los fundamentales del mercado de la vivienda son más resilientes por la escasa oferta y los bajos niveles de existencias, al tiempo que las normas de suscripción de hipotecas y la calidad de los prestatarios son mucho mejores que durante el ciclo de la crisis financiera global.
A continuación, proporcionamos nuestras opiniones tácticas:
Fuente: Equipo MSIM GBaR. La opinión anterior es del 31 de enero de 2023 y la actual, del 28 de febrero de 2023. La información que aquí se recoge reviste fines meramente ilustrativos y no constituye una oferta o una recomendación para comprar o vender títulos concretos ni para adoptar una estrategia de inversión determinada. Las opiniones tácticas que figuran anteriormente son un reflejo general de las opiniones y las decisiones de nuestro equipo, que se expresan para comunicarse a nuestros clientes. La información que aquí se incluye no pretende abordar los objetivos financieros, la situación o las necesidades específicas de ningún inversor en concreto. Las señales representan la opinión del equipo GBaR sobre cada clase de activos. Una señal negativa indica una opinión relativa negativa o infraponderada, una señal positiva indica una opinión relativa positiva o sobreponderada.
1 Encuesta mensual publicada por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) de Estados Unidos, un indicador general de datos de empleo que incluye vacantes, contrataciones y despidos.
La revista financiera británica Euromoney ha llevado a cabo la edición de 2023 de los Global Private Banking Awards, premios que reconocen a las mejores entidades de banca privada y de gestión de patrimonios a nivel mundial.
En esta ocasión, Singular Bank ha sido galardonada con el premio a la ‘Mejor Transformación en Banca Privada de España‘. Euromoney ha valorado el papel dinamizador de Singular Bank en la industria española, entendiendo que la logrado desarrollar un modelo de servicio y atención al cliente pionero y diferente al negocio de banca privada tradicional. También se ha valorado el creciente reconocimiento y prestigio de la entidad gracias a su rápida expansión, combinada con un servicio al cliente totalmente personalizado. Habiéndose fundado hace solo 3 años, Singular Bank es la primera entidad española tan joven en ser premiada por Euromoney.
Además de este reconocimiento, Singular Bank ha sido también premiada como ‘Mejor Banca Privada de España para la Inversión Sostenible‘, reconociendo las capacidades de la entidad en materia de inversión ESG. Y es que el compromiso del banco en este ámbito se centra en analizar los riesgos de sus activos, aportando rigor y transparencia al procedimiento de evaluación. Destaca el compromiso de la entidad con la correlación entre las inversiones y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, tanto a nivel general de portfolio como para cada fondo y compañía incluidos en la cartera de sus clientes. Del mismo modo, Singular Bank supervisa el grado de alineación de una cartera específica con los objetivos de reducción de emisiones y temperatura global establecidos en la Conferencia sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas.
Por último, la revista ha destacado positivamente el enfoque de la entidad, que busca estar 100% orientado hacia los clientes, ayudándoles a descubrir y reforzar sus propias prioridades a través de una amplia gama de posibles soluciones e inversiones.
Javier Marín, consejero delegado de Singular Bank, ha destacado lo ilusionante que es recibir este galardón: «Viene a reconocer el resultado del esfuerzo del equipo por construir la mejor banca privada posible, comprometidos con nuestros clientes. Y es que, sin duda, estos suponen un importante aliciente para el banco y ponen de manifiesto nuestro solido compromiso con la excelencia en el servicio y nuestro objetivo de continuar ofreciendo la mejor propuesta de valor posible, mediante una oferta altamente personalizada e innovadora que les ayude a alcanzar sus objetivos financieros”.
Los bancos centrales se enfrentan al equilibrio de seguir mostrándose prudentes y firmes a la vez. Según los expertos, frente a los acontecimientos de marzo y el notable aumento de la volatilidad, los movimientos de los mercados se han mantenido relativamente moderados a lo largo del mes, dando un respiro a los bancos centrales, en particular, a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE).
Según destaca Thomas Bollinger, estratega de inversión senior en J. Safra Sarasin Sustainable AM, tras la volatilidad de finales del mes pasado, los bancos centrales reafirmaron una vez más su política monetaria restrictiva, lo que se reflejó en la subida de los tipos de interés.
“Los problemas que han surgido en el sector bancario son consecuencia del endurecimiento de la política monetaria. Debido a la rápida subida de los tipos de interés, los bancos han sufrido en algunos casos elevadas pérdidas por el precio de los bonos del Estado que poseen en 2022. Los bancos centrales, sobre todo la Fed, se enfrentan a un trilema de política monetaria y deberán sopesar cuidadosamente sus próximas medidas y su comunicación en los próximos tiempos”, afirma Bollinger.
Por ahora el sistema bancario mundial parece haber recuperado la calma. “Los mercados se recuperaron tras un periodo preocupante debido al desplome de la cotización del Deutsche Bank. La adquisición por First Citizens Bank de parte de los activos de Silicon Valley Bank impulsó la confianza. Los mercados también se vieron favorecidos por el regreso de Sergio Ermotti como CEO de UBS. Los temores de que el crecimiento económico sufriera efectos duraderos por las recientes turbulencias financieras fueron remitiendo, lo que permitió el auge de sectores altamente cíclicos”, señalan desde Edmond de Rothschild AM.
Aún así, la gestora europea advierte de que los bancos regionales estadounidenses siguen siendo frágiles y tendrán que aumentar los intereses de los depósitos y endurecer las condiciones de préstamo para estabilizar el volumen de negocio. “Esto significa que la Reserva Federal ya no tiene que subir tanto los tipos para derrotar a la inflación. Los operadores apuestan ahora por un tipo terminal inferior al 5%”, apunta en su último análisis de mercado.
Cuestión de credibilidad
Para Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors, los mercados siguen sin comprender del todo a los bancos centrales. “Tras un mes de febrero en el que se produjo una importante recalibración de las expectativas de tipos de los bancos centrales, que marcó el fin de la complacencia de los inversores respecto a la posibilidad de subidas de tipos, en marzo se produjo una fuerte revisión a la baja de las expectativas. Ahora los inversores sólo esperan una subida de tipos de la Fed de 25 puntos básicos en la reunión de mayo, con una probabilidad del 50% – y por tanto un tipo terminal entre el 5% (nivel actual) y el 5,25% – y por parte del BCE un tipo terminal del 3,5% (tipo de depósito) que se alcanzaría en el 3er trimestre”, señala Dixmier.
Así pues, mientras se calma el sector bancario, los datos de inflación no dan respiro a las instituciones monetarias, en particular, sigue siendo particularmente elevada en la zona euro. Según explica el experto de Allianz GI, a pesar de una fuerte caída de la tasa anual de inflación total, hasta el 6,9% desde el 8,5% de febrero, la inflación subyacente sigue aumentando. En marzo fue del 5,7%, frente al 5,6% de febrero. Por tanto, apunta, las expectativas de subida de tipos del BCE nos parecen una vez más demasiado modestas y deberán corregirse en las próximas semanas.
“En Estados Unidos, la historia es diferente. La tasa terminal dependerá del impacto de la crisis bancaria regional, tanto en términos de sentimiento del mercado como de aversión al riesgo, pero también, más fundamentalmente, de la distribución del crédito en EE.UU. y, por tanto, de las perspectivas de crecimiento. Pero, en cualquier caso, creemos que los tipos deberían permanecer en una meseta y somos muy escépticos sobre las expectativas de recortes de tipos en los mercados a partir de este verano”, comenta Dixmier.
Según el último comentario de mercado de Muzinich & Co, los mercados de capitales volverán a ser sensibles a la publicación de datos económicos, ya que la FOMC y el BCE “han eliminado toda orientación a futuro”. En este sentido, añaden que “los últimos datos de inflación de Europa y de EE.UU. han confirmado los temores de los bancos centrales a que el sistema no fuera lo suficientemente restrictivo como para aliviar las presiones inflacionistas”.
¿Divergencias?
Según la visión de Javier Molina, analista senior de mercados para eToro, las narrativas que presentan los bancos centrales y los mercados difieren sensiblemente. “Si nos vamos a Estados Unidos, por ejemplo, la Fed estima un tipo de equilibrio en el 5,25%. Esto significa que aún quedaría un ajuste al alza de 25 puntos básicos que podría darse en la reunión de mayo. Para el restante 2023, la Fed no tocaría los tipos y tal vez, en la primera mitad del año siguiente se podrían ver reducciones. El objetivo de control sobre la inflación sigue siendo el objetivo principal de los principales bancos centrales. La recesión se podría salvar en este escenario. Mientras tanto y con respecto a las bolsas, éstas descuentan que el techo de tipos ya se ha visto, que la inflación empieza a estar controlada y que se evitará una recesión fuerte. Los tipos podrían empezar a bajar en la segunda mitad del año en un contexto de crecimiento suave con baja inflación”, señala Molina.
En cambio, destaca que la lectura diferente es la que tenemos del lado de los bonos: “La inversión de la curva informa de la recesión que se viene encima. Lo que estamos viendo no coincide con lo que se piensa del lado de renta variable y la recesión sería mucho más fuerte de lo que bolsas y bancos centrales esperan. La Fed se estaría pasando con el alza de los tipos y el daño sobre la economía sería mucho mayor”.
En su opinión, observar un descenso de tipos en agosto, sería una señal de mala situación económica y se podría estar actuando ante el escenario de una recesión más fuerte de lo descontado. “Este aterrizaje forzoso generaría unas bolsas a la baja en un contexto mucho más complicado”, concluye.
Los fondos de bonos ESG no paran de captar el interés de los inversores. En los dos primeros meses del año vieron entradas de flujos a nivel global por 11.700 millones de dólares, lo que representa el 9% del volumen total de suscripciones en fondos de renta fija, según recoge Bank of America con datos de EPFR Informa Financial Intelligence. Además, a febrero, las entradas acumuladas a nivel mundial alcanzaron un máximo histórico de 244.000 millones de dólares, es decir, un 12,4% más respecto a hace un año. En febrero, los fondos de bonos ESG contabilizan el 10,5% del total de productos de renta fija comparado con el 10% de finales de 2021, aunque sin apenas cambios aún con respecto al cierre de 2022.
El crecimiento en los fondos de renta fija ESG fue especialmente relevante en Europa Occidental. Estos activos registraron entradas de inversión por 5.900 millones de dólares, es decir, casi la mitad del total de entrada de flujos a nivel mundial. Asimismo, las suscripciones representaron el 32% del total registrado en los fondos de bonos, el mayor porcentaje en cualquier región estudiada por la firma. Las entradas acumuladas en este segmento tocaron un máximo histórico en los 109.000 millones de dólares, el 17,7% más con respecto a hace un año.
Los activos bajo gestión en los fondos de renta fija ESG de Europa Occidental permanecieron estables con respecto al cierre de 2022 en los 255.000 millones. Este tipo de fondos representa el 18,2% del total de fondos de bonos en Europa Occidental, a febrero. La cifra es muy similar a la del cierre de 2021 y la del año pasado. La razón de que la cifra no termine de despegar, según Bank of America, reside en el endurecimiento de las normas de clasificación bajo la normativa SFDR.
Emergentes
También hubo buenas noticias procedentes de los fondos de renta fija con objetivos sociales y medioambientales en los países emergentes. En esta región, estos productos de inversión registraron una entrada, solo en febrero, de 399 millones de dólares, frente a una salida de 4.000 millones en los fondos de bonos no clasificados como ESG. Las suscripciones a fondos de renta fija emergente ESG suponen el 9% del total de los fondos de bonos en lo que va de año.
La entrada de flujos acumulada en la región de emergentes también está en máximos históricos, al alcanzar los 21.000 millones de dólares, mientras que los activos bajo gestión se van recuperando poco a poco desde los mínimos de octubre: desde entonces, han pasado de 25.000 millones de dólares a 30.000 millones en febrero. Los fondos de renta fija ESG suponen el 5,5% del total de fondos de bonos, frente al 5,7% de finales de 2022.
Estados Unidos
En cuanto a EEUU, los fondos de bonos ESG recibieron nueva inversión por 1.300 millones de dólares, por lo que revirtieron una salida de 757 millones de dólares en diciembre del año pasado. Las entradas a fondos de bonos ESG estadounidenses representaron el 2% del total de entradas hacia fondos de renta fija, la tasa más baja registrada en cualquiera de las regiones. Las aportaciones acumuladas también permanecieron planas en unos 49.000 millones de dólares. Los activos bajo gestión han aumentado a 92.000 millones, desde los mínimos marcados el pasado mes de octubre en los 87.000 millones de dólares.
Los fondos ESG en EEUU representan el 6% del total de fondos de bonos en febrero, por lo que se reafirma la tendencia de crecimiento desde 2021, cuando este activo representaba el 5,3% al cierre de 2021 y el 5,8% al término del año pasado.
Ebury, la firma global de servicios financieros, ha ampliado las capacidades de su plataforma online con la inclusión de otras 17 monedas exóticas. Las monedas ahora disponibles a través del portal de Ebury y que se pueden comprar contra euro, libra esterlina y dólar son: Birr etíope, Cedi de Ghana, Chelín de Kenia, Ariary malgache, Kwacha de Malawi, Metical mozambiqueño, Franco ruandés, Leona sierraleonesa, Chelín tanzano, Chelín ugandés, Franco centroafricano, Kwacha zambiano, Dólar namibio, Kina de Papúa Nueva Guinea, Franco de África occidental, Rand sudafricano y Rupia nepalí.
Según señala la compañía, la expansión de la cobertura de divisas exóticas fortalece su posición como uno de los principales proveedores de soluciones FX en este espacio. “La incorporación de este conjunto de monedas permitirá a las organizaciones que más comúnmente utilizan monedas exóticas en sus transacciones, como las instituciones benéficas y ONG, beneficiarse de la capacidad de reservar sin problemas operaciones al contado para estas monedas directamente en EBO, además de los tipos de cambio actualizados”, destacan desde Ebury.
Además, apuntan que sumar estas opciones de pago a la plataforma online permite realizar operaciones con las mismas a cualquier hora del día y a lo largo de todo el año, lo que otorga una mayor flexibilidad y control a la hora de ejecutar transacciones.
“Estamos encantados de reforzar nuestra oferta en este espacio, lo que nos ayudará a fortalecer aún más nuestra posición. Las fundaciones internacionales, entidades sociales y ONGs necesitan específicamente a proveedores capaces de cubrir una amplia gama de monedas exóticas para que sus operaciones sean lo más eficiente posible y maximizar sus contribuciones en estos países”, afirma Duarte L. Monteiro, director regional de Ebury para el sur de Europa.
En opinión de Monteiro, el sector ha experimentado desafíos durante mucho tiempo a la hora de enviar dinero al extranjero de manera efectiva para maximizar sus recaudaciones de fondos. “Sin soluciones especializadas, las organizaciones benéficas y las ONG quedan expuestas a altos costes de conversión y tarifas de transacción, así como a la volatilidad en los mercados de divisas”, concluye.
Europa se ha transformado a menudo en tiempos de crisis. Con los retos cíclicos y estructurales actuales, como la guerra de Ucrania, el cambio climático, el envejecimiento de la población, las crisis sanitaria y energética y la dependencia de Asia en ciertas materias esenciales, los cimientos de la prosperidad y la seguridad europeas ya no están preparados para el futuro.
Las empresas europeas aún tienen que reconocer y empezar a abordar los retos estructurales que se avecinan, agravados por un entorno de estanflación y tipos de interés al alza. Los inversores tienen un papel que desempeñar, a la hora de abordar estos múltiples retos, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de ellos afirman perseguir un objetivo de inversión a largo plazo. Las normativas financieras europeas también son clave impulsadas por el hecho de reconocer que el capital tiene efectos perjudiciales sobre el medio ambiente y la sociedad.
Sin embargo, en los mercados que cotizan en bolsa, los incentivos tienden a orientarse hacia los resultados financieros relativos a corto plazo. Los enormes fondos de ahorro europeos tampoco se destinan a actividades productivas, sostenibles y transformadoras, y además obtienen rentabilidades inferiores a la inflación.
Además, un inversor que quiere que su capital tenga un papel sostenible y transformador en la sociedad se ve discriminado, enfrentándose a costes más elevados en comparación con los fondos de inversión tradicionales. Muchas de las soluciones existentes también se están desprendiendo en gran medida de empresas intensivas en carbono o están adquiriendo activos inmobiliarios que ya son relativamente verdes, en lugar de utilizar el capital y la influencia de los inversores para impulsar mejoras sociales y medioambientales en el mundo real.
Si Europa desea mantener el mismo nivel (o idealmente mejor) de prosperidad sostenible alcanzado en las últimas décadas, es necesario que los responsables políticos, las instituciones financieras y las empresas emprendan ya un profundo viaje de transformación. En concreto, la transformación de Europa requiere un marco que sitúe al inversor sostenible al menos al mismo nivel que el inversor financiero. Como ayuda en este sentido, recomendamos, por ejemplo, que las inversiones en infraestructuras e inmobiliarias se adapten a las estructuras de financiación fiscalmente eficientes que se utilizan con frecuencia en Estados Unidos. Sin embargo, los inversores y las empresas no deben escudarse en la regulación como excusa para la inactividad.
Para garantizar un alto nivel de prosperidad sostenible, Europa debe reforzar sus cimientos en 2023 para estar preparada para el futuro. La transformación del continente puede parecer de naturaleza política, pero los inversores tienen un papel decisivo que desempeñar. Europa debe transformarse una vez más.
Tribuna de Francesco Curto, Global Head of Research para DWS
Los prestatarios se enfrentan a tiempos aún más difíciles en Europa, ya que la inflación persistentemente alta y las secuelas de la crisis bancaria en EE.UU. y Suiza están provocando un endurecimiento de las condiciones financieras mundiales.
Los índices de condiciones financieras de Scope Ratings para EE.UU. y la eurozona muestran que los recientes problemas del sector financiero han provocado importantes efectos indirectos. Uno de ellos es que la eurozona se enfrenta de nuevo a unas condiciones más restrictivas justo cuando disminuyen las repercusiones de la crisis energética del año pasado.
Aunque la situación no es tan mala como a principios del cuarto trimestre de 2022, los mercados de crédito vuelven a ser los principales impulsores del endurecimiento de las condiciones, ya que los inversores están volviendo a calibrar su riesgo tras la quiebra de Silicon Valley Bank y la absorción forzosa de Credit Suisse por UBS.
La ampliación de los diferenciales de crédito supone que los bancos centrales ya no tengan el control, a medida que aumenta la preocupación por la disponibilidad de crédito. Los inversores han reducido las expectativas de los tipos a corto plazo, y los mercados esperan ahora un tipo de interés oficial terminal mucho más bajo que hace tan solo unas semanas. Aunque la curva de rendimientos de la deuda pública se ha empinado, las curvas siguen estando muy invertidas, lo que también indica tipos más bajos a largo plazo. Dicho esto, los tipos de interés reales tan elevados muestran que la política general sigue siendo restrictiva en comparación con la historia reciente, lo que significa que la carga de la deuda para los prestatarios apalancados ya es elevada, incluso antes de considerar los diferenciales de crédito.
Dierk Brandenburg, responsable de ESG y análisis crediticio de Scope Ratings, afirma: «Dada la rigidez de la inflación subyacente, prevemos que la política monetaria de los principales bancos centrales seguirá siendo restrictiva en un futuro próximo, lo que deja a los bancos centrales un margen limitado para estabilizar los mercados, como han hecho en anteriores periodos de incertidumbre».
Las encuestas sobre préstamos bancarios realizadas por el BCE y la Reserva Federal muestran que la demanda de préstamos está cayendo y que los bancos están endureciendo sus normas crediticias.
Teniendo en cuenta el aumento de los costes de financiación y el endurecimiento de la liquidez, es poco probable que los bancos cambien de rumbo y amplíen sus préstamos, a pesar de que el entorno económico ha mejorado moderadamente en los últimos meses.
El encarecimiento del crédito y el descenso de la actividad crediticia provocarán un aumento de los impagos empresariales, aunque con retraso. No es casualidad que los bancos estadounidenses empezaran a incurrir en impagos solo unos meses después de que las condiciones crediticias alcanzaran su punto más bajo en el cuarto trimestre de 2022. Por ello, las empresas con balances más frágiles tendrán que adaptarse a unos costes de financiación más elevados y a un menor acceso a la financiación bancaria.
Por último, según Scope Rartings, la tasa de morosidad de las empresas europeas subió al 4% en el primer trimestre, lo que refleja un aumento de la cantidad de bonos corporativos de la eurozona que cotizan en niveles estresados o problemáticos.