La desinformación encabeza los riesgos globales de 2024 y las amenazas medioambientales crecen

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En su Informe de Riesgos Globales 2024, basado en casi dos décadas de datos originales sobre la percepción de los riesgos, el Foro Económico Mundial advierte: nos encontramos ante un panorama global de riesgos en el que el desarrollo humano comienza a estancarse, y los Estados y la población quedan, por tanto, en una posición vulnerable frente a riesgos nuevos y ya conocidos.

Según la institución, en un contexto de cambios sistémicos en la dinámica del poder mundial, el clima, la tecnología y la demografía, los riesgos globales están llevando al límite la capacidad de adaptación del mundo. Estas son las conclusiones del Informe de Riesgos Globales 2024, que sostiene que la cooperación en cuestiones globales urgentes podría ser cada vez más escasa, lo que requeriría de nuevos enfoques para hacer frente a los riesgos. De hecho, dos tercios de los expertos mundiales prevén que en la próxima década se configurará un orden multipolar o fragmentado, en el que las potencias medianas y grandes se enfrentarán y establecerán reglas y normas propias que harán cumplir. 

El informe, elaborado en colaboración con Zurich Insurance Group y Marsh McLennan, se basa en las opiniones de más de 1.400 expertos en riesgos globales, responsables políticos y líderes del sector encuestados en septiembre de 2023. Los resultados evidencian una visión predominantemente negativa del mundo a corto plazo, que se prevé que empeore a largo plazo

El 30 % de los expertos mundiales considera que, en los próximos dos años, la probabilidad de que se produzcan catástrofes globales será mayor, y cerca de dos tercios esperan que esto ocurra en los próximos diez años. “La inestabilidad del orden mundial, caracterizado por la polarización de las narrativas y la inseguridad, el empeoramiento de los efectos de las condiciones meteorológicas extremas y la incertidumbre económica están acelerando la propagación de los riesgos, como la información errónea y la desinformación. Los líderes mundiales deben colaborar para abordar las crisis a corto plazo y sentar las bases de un futuro más resiliente, sostenible e inclusivo”, señala Saadia Zahidi, directora gerente del Foro Económico Mundial

Auge de la desinformación y los conflictos

Las preocupaciones por una crisis persistente del coste de la vida y los riesgos interrelacionados de la información errónea y la desinformación motivadas por la IA, así como la polarización social, encabezaron las perspectivas de riesgos para 2024. El vínculo entre la información falsificada y el malestar social ocupará un lugar central en las elecciones que se celebrarán en varias economías importantes en los próximos dos años.

Además, los conflictos armados entre estados son una de las cinco principales preocupaciones para los próximos dos años. En un momento en el que hay varios conflictos bélicos en curso, las tensiones geopolíticas subyacentes y el riesgo de desgaste de la resistencia de la sociedad están dando lugar a la propagación de tales conflictos

Incertidumbre económica y desarrollo en declive 

Según las conclusiones del informe, los próximos años estarán marcados por la persistente incertidumbre económica y las crecientes brechas económicas y tecnológicas. “La falta de oportunidades económicas ocupa el sexto lugar de la lista para los próximos dos años. A más largo plazo, podrían surgir barreras relativas a la movilidad económica que dejarían fuera de las oportunidades económicas a extensos segmentos de la población”, indica en sus conclusiones. 

Además, destaca que los países propensos a los conflictos o vulnerables al clima podrían verse cada vez más desprovistos de inversiones, tecnologías y la consiguiente creación de empleo. “A falta de vías de acceso a medios de subsistencia seguros y con garantías, las personas podrían ser más propensas a caer en la delincuencia, la militarización o la radicalización”, añade. 

Por otro lado, los riesgos ambientales siguen dominando el panorama de los riesgos en todos los marcos temporales. En concreto, dos tercios de los expertos mundiales temen que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos en 2024. “Los fenómenos meteorológicos extremos, el cambio drástico de los sistemas terrestres, la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas, la escasez de recursos naturales y la contaminación representan cinco de los diez riesgos más graves para la próxima década”, explican. 

En cualquier caso, los expertos consultados discrepan sobre la urgencia de los riesgos planteados: los encuestados del sector privado creen que la mayoría de los riesgos medioambientales se materializarán en un plazo más largo que la sociedad civil o los Gobiernos, lo que apunta al creciente riesgo de alcanzar un punto de no retorno.

Respuesta a los riesgos 

Por último, el informe hace un llamamiento a los líderes mundiales para que se replanteen las medidas destinadas a abordar los riesgos globales. Además, recomienda centrar la cooperación mundial en la creación urgente de salvaguardas para los riesgos emergentes más disruptivos, como acuerdos que regulen la integración de la IA en la toma de decisiones sobre conflictos. Ahora bien, en el informe también se exploran otros tipos de medidas que no tienen por qué depender exclusivamente de la cooperación entre países, como reforzar la resistencia individual y estatal mediante campañas de alfabetización digital sobre la información errónea y la desinformación, o fomentar la investigación y el desarrollo sobre la modelización del clima y las tecnologías con potencial para acelerar la transición energética, con la participación tanto del sector público como del privado.

Carolina Klint, directora comercial en Europa de Marsh McLennan, advierte: “Los avances de la inteligencia artificial alterarán radicalmente las perspectivas de riesgo de las organizaciones, ya que muchas de ellas tendrán dificultades para reaccionar ante las amenazas derivadas de la información errónea, la desintermediación y los errores de cálculo estratégicos. Al mismo tiempo, las empresas tendrán que negociar cadenas de suministro cada vez más complejas debido a la geopolítica y al cambio climático, así como a las ciberamenazas de un número creciente de actores maliciosos». Ante este contexto, Klint considera que «será preciso un enfoque tenaz para fomentar la resiliencia en los planos organizativo, nacional e internacional, así como una mayor cooperación entre los sectores público y privado, para lidiar con este panorama de riesgos que evoluciona con rapidez”. 

Por su parte, John Scott, responsable de Riesgo de Sostenibilidad en Zurich Insurance Group, señala que el mundo está experimentando importantes transformaciones estructurales con la IA, el cambio climático, los cambios geopolíticos y las transiciones demográficas. “Los riesgos conocidos se están intensificando y otros nuevos están surgiendo, aunque también brindan oportunidades. Las acciones colectivas y coordinadas entre países desempeñan su papel, aunque las estrategias de ámbito local son fundamentales para reducir el impacto de los riesgos globales. Las acciones individuales de la ciudadanía, las empresas y los países podrían ser decisivas para reducir los riesgos globales y contribuir a la creación de un mundo más próspero y seguro”, concluye.

Japón: ¿qué hay detrás de sus prometedoras perspectivas para 2024?

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Para muchas gestoras internacionales, Japón fue la gran sorpresa de 2023. En opinión de Joel Le Saux, gestor del fondo Eurizon Fund Sustainable Japan Equity en Eurizon Asset Management, el mercado japonés se caracterizó por una inflación sostenida, tipos comparativamente bajos, el yen alcanzando mínimos de 30 años frente al dólar estadounidense y un impulso activista de la Bolsa de Tokio para mejorar la eficiencia del capital de las empresas. 

“Hace apenas un año, pocos habrían pronosticado con confianza que Japón registraría el resurgimiento que está viviendo ahora. Las perspectivas de crecimiento alentadoras y la incipiente presión inflacionista contrastan fuertemente con el estancamiento económico por el que se ha caracterizado Japón durante gran parte de los últimos 30 años”, añade Aadish Kumar, economista internacional de T. Rowe Price.

Sin duda, la inflación fue una de las claves, ya que se mantuvo moderada en comparación con el resto del mundo, en torno al 3%-4%, excluidos los alimentos frescos y la energía. “Las continuas subidas salariales han aumentado las expectativas de una inflación sostenida y de un posible fin de la relajación monetaria por parte del nuevo gobernador del Banco de Japón, el Sr. Ueda. Aunque el banco central sigue firmemente decidido a mantener los tipos bajos hasta que la inflación se sitúe en torno al 2%, el rendimiento del bono a 10 años ha subido hasta el 0,96%, su máximo reciente en octubre, después de que se modificara el control de la curva de rendimientos en junio y octubre”, explica Le Saux.

Además, el yen siguió depreciándose frente a la mayoría de las principales divisas a lo largo del año, impulsado en gran medida por las diferencias de rendimiento con el dólar estadounidense y el euro, que habían entrado en el ciclo de tipos positivos ya en la primavera de 2022.

“El Banco de Japón (BoJ) cambió su marco de control de la curva de rendimiento al convertir el límite superior de 1% en una tasa de referencia, ampliando efectivamente el rango de la curva de rendimiento. En nuestra opinión, este movimiento del BoJ señala que el fin del control de la curva de rendimiento es cuestión de cuándo y no de si se llevará a cabo. Seguimos esperando una sólida recuperación en la demanda interna de Japón, pero mantenemos cautela en torno a la demanda externa como un lastre para la economía”, añaden los expertos de Loomis Sayles, firma afiliada de Natixis IM.

Por último, Le Saux destaca que el impulso de la Bolsa de Tokio (TSE) para mejorar la eficiencia del capital entre las empresas cotizadas y las empresas que cotizan con bajos PBR parece haber acelerado la revisión por parte de las empresas de sus carteras de negocios y, en el caso de algunas empresas ricas en efectivo, ha dado lugar a un aumento de la rentabilidad para los accionistas. 

Según explica Kelly Chia, Equity Research Analyst Asia de Julius Baer, el mercado bursátil japonés ha sido positivo para los inversores en dólares que no han cubierto sus posiciones en diciembre de 2023, ya que el índice local subió un 4,4% en dólares, pero se mantuvo plano en divisa local). Esta subida superó a la del S&P 500, que subió un 3,8% en el mismo periodo

“El yen se ha fortalecido recientemente, pero las acciones japonesas no reaccionaron tan negativamente como se esperaba. Reconocemos que el mercado japonés tiene una fuerte correlación con los mercados occidentales. Una preferencia por los valores de calidad, junto con empresas centradas en el mercado nacional, debería resultar una buena estrategia para los inversores a largo plazo”, añade 

Perspectivas para 2024

Para el economista de T. Rowe Price, desde el punto de vista económico, Japón ha tardado mucho más que otras grandes economías en recuperarse del cierre por el COVID-19. “El crecimiento económico real es sólido y las perspectivas son alentadoras, con expectativas de consenso de que el crecimiento cobre impulso en 2024, hacia el extremo superior de los últimos diez años. Se espera que el crecimiento del PIB nominal siga una tendencia al alza, debido a un aumento de la inflación, tras décadas de crecimiento plano”, señala Kumar. 

Por el contrario, Kumar prevé que el crecimiento en la mayoría de las demás grandes economías en 2024 se sitúe en torno al extremo inferior del intervalo de la última década. “Una diferencia clave entre Japón y otros mercados importantes es que Japón no se enfrenta a un entorno de endurecimiento de las condiciones financieras, debido a su recuperación tras la pandemia más lenta y a unas presiones inflacionistas más débiles. Mientras que otras grandes economías siguen luchando contra una inflación elevada, que ha llevado los tipos de interés a máximos de varias décadas, la política monetaria japonesa se ha mantenido laxa, con los tipos de interés en suspenso. Además, la política fiscal también es favorable: el Gobierno anunció recientemente estímulos en forma de rebajas y reducciones fiscales para las familias, lo que supone un impulso para los consumidores japoneses”, argumenta. 

Es decir, consideran que su resurgimiento se ha visto alentado por la política económica atípica de Japón, que mantiene un sesgo flexible en un momento en que otros grandes mercados luchan contra la subida de los tipos de interés y el temor a la recesión. “Al mismo tiempo, la debilidad de la moneda está impulsando al alza los mercados de renta variable, mientras las autoridades siguen dando prioridad a la reforma del mercado, con el objetivo de hacer de Japón un destino más competitivo y atractivo para la inversión de capital extranjero. Este contexto apunta a unas perspectivas muy positivas para Japón en 2024, con un posible giro hacia una política más restrictiva como principal riesgo para estas perspectivas”, afirma el experto de T. Rowe Price.

Con este contexto de fondo, Eurizon AM se muestra constructivo respecto a las empresas nacionales, seguidas de los actores globales idiosincrásicos. “Las empresas nacionales de servicios se beneficiarán de la resiliencia de las actividades comerciales, respaldadas por una inflación sostenida, y estarán a salvo de las fluctuaciones de las divisas. Las empresas nacionales con poder de fijación de precios también se beneficiarán de la estabilización de la inflación de los costes y de la apreciación del yen, que favorece a los fabricantes nacionales. Aunque las cifras principales de las empresas mundiales se ven afectadas por las fluctuaciones del yen, los fundamentos de los titulares mundiales de PI y las empresas relacionadas con los semiconductores parecen sólidos, independientemente de la posible ralentización económica mundial. Por otra parte, los beneficios de los exportadores se han visto inflados por la debilidad del yen, lo que supone un gran obstáculo para el próximo ejercicio fiscal”, argumenta Le Saux.

Por último, desde Fidelity destacan que Japón tendrá una fuerte influencia en los mercados asiáticos este año. “La renta variable japonesa debería seguir destacando a medida que la economía realice la transición hacia un estado de inflación moderada después de décadas de crecimiento estancado y precios a la baja. Los aumentos salariales tendrán un efecto dominó en el consumo y sostendrán nuevas alzas de los precios. Los hogares japoneses están empezando a mostrar un cambio de mentalidad, desde el ahorro hacia el gasto, y eso tendrá efectos amplios y duraderos”, explican. 

Según el documento de perspectivas de la gestora, las reformas del gobierno corporativo de Japón siguen liberando valor bursátil. “Las empresas están centrándose más en los dividendos y las recompras. El perfil de retribución al accionista del mercado japonés podría mejorar más rápido que el de la mayoría de los mercados desarrollados”, añaden. 

También recuerdan como conclusión que, a medida que las autoridades vayan adquiriendo la certeza de que la inflación moderada de Japón ha alcanzado un nivel perdurable, será cuestión de tiempo que el Banco de Japón avance en el desmantelamiento de su política monetaria ultraexpansiva y deje completamente atrás su control de la curva de rendimientos. “Esta normalización de la política monetaria ayudará a atraer inversores hacia su mercado nacional de renta fija”, concluyen desde Fidelity.

Encontrar el punto óptimo para la renta variable global en 2024

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Una buena parte de nuestras predicciones de 2023 se ha cumplido. Hace un año anticipábamos una desaceleración en el crecimiento de los beneficios empresariales, pero estábamos convencidos de que la economía mundial evitaría la recesión, al permitir el descenso de la inflación reducir la contundencia del endurecimiento de las políticas de los bancos centrales. En nuestra opinión, un escenario así no sería terrible para los activos de mayor riesgo, siempre y cuando los inversores se centraran en empresas de calidad caracterizadas por flujos de caja estables y balances conservadores.

Doce meses después, todavía nos encontramos en una economía de ciclo tardío y muchas de nuestras expectativas aún no se han cumplido plenamente. ¿Por qué? Una razón es la resiliencia del consumidor estadounidense, que durante mucho tiempo ha sido un motor de crecimiento para la economía global. Esto resultó fortuito dados los fuertes contratiempos con los que tuvo que lidiar otra importante fuente de crecimiento: el sector inmobiliario de China, cada vez más endeudado.

El auge del consumo – a pesar del agresivo endurecimiento de las políticas públicas – está en línea con nuestra opinión de que la economía estadounidense es menos sensible a los tipos que en años anteriores. El estado saneado de las finanzas de los consumidores es importante porque rara vez se han producido recesiones sin que la contracción del gasto privado fuera una causa central. Pero no estamos fuera de peligro, sobre todo considerando que el mercado de trabajo está debilitándose.

Si bien los inversores pueden celebrar el fin de las subidas de tipos en Estados Unidos (y probablemente poco después en otras regiones), el optimismo debería moderarse con respecto a las esperanzas de un giro dovish en la política monetaria. En nuestra opinión, es probable que los tipos de referencia sigan siendo restrictivos hasta que los datos económicos confirmen que la inflación mantiene su trayectoria descendente. La prolongación de esta fase tardía del ciclo representa un obstáculo tanto para la economía como para la renta variable. Nosotros, sin embargo, no somos tan pesimistas como algunos de nuestros pares. Aunque muchos indicadores, incluida una curva invertida de los bonos del Tesoro estadounidense, apuntan a una desaceleración, creemos que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tiene una posibilidad razonable de lograr el elusivo aterrizaje suave, aunque no se puede descartar una recesión superficial.

Es probable que Europa y el Reino Unido coqueteen con un crecimiento negativo en los próximos trimestres, y un shock imprevisto podría hacerlos entrar en recesión. Como se mencionó anteriormente, si China no puede echar mano de la inversión inmobiliaria para estimular el crecimiento, es posible que tenga que conformarse con que el producto interno bruto se expanda a una tasa muy por debajo del rango del 6% al 10% al que se había acostumbrado.

Dado que mucho depende de si las autoridades evitan la recesión, los mercados de valores se encuentran en un estado de fragilidad similar al de la economía mundial. La situación se ve agravada por la estrechez extrema que ha caracterizado a los mercados en 2023. Estados Unidos representa actualmente casi la mitad del índice MSCI All-Country World IndexTM y el sector tecnológico acapara más de una cuarta parte del S&P 500®. Si se incluyen Internet y las plataformas de comercio electrónico no clasificadas como tecnológicas, esta proporción aumenta considerablemente.

Tal concentración en títulos de máximo nivel oculta un estado de ánimo menos optimista que el que implican las ganancias de dos dígitos del S&P 500 en lo que va del año. La cotización de los 7 Magníficos, frecuentemente citados, se ha duplicado en 2023. Mientras tanto, el S&P 500 equiponderado es modestamente positivo. La disparidad se extiende a las valoraciones y las ganancias. Los diez nombres principales del S&P 500 han visto cómo sus múltiplos precio-beneficio (PER), basados en las ganancias de todo el año 2023, se han expandido en un 40%. Los múltiplos de los miembros restantes son más o menos planos. Mientras las expectativas de ganancias para los diez nombres principales se han revisado al alza en un 19% en los demás, nuevamente, son planos. Lo mismo aplica para las previsiones para 2024. A nivel agregado, creemos que los beneficios mundiales de 2024 corren el riesgo de no alcanzar las expectativas actuales.

El ascenso de los 7 Magníficos se ha visto impulsado en parte por la exposición de estas empresas al tema de inversión más candente del año: la inteligencia artificial (IA). Pero otro factor es que exhiben las características de calidad de flujos de efectivo consistentes y un uso juicioso del apalancamiento. En este contexto, una asignación a estas empresas se alinea con nuestra preferencia por mantenernos a la defensiva en lo que probablemente seguirá siendo una economía tibia.

Se puede apreciar el potencial transformador de la IA y al mismo tiempo reconocer que el precio de una acción refleja plenamente su potencial. La naturaleza de la difusión de la tecnología significa que probablemente habrá muchos beneficiarios de la IA fuera de los líderes del mercado de 2023. De manera similar, la calidad no se limita a unas pocas megacapitalizaciones ricas en efectivo. Muchas de las otras 493 empresas del S&P 500 –así como de los índices globales– poseen rasgos defensivos similares.

Consideramos que esta es una de las oportunidades más prometedoras para la renta variable en 2024. Al reconocer que la concentración del mercado –a menudo impulsada por estrategias pasivas ponderadas por capitalización– ha dejado a muchas empresas atractivas con precios incorrectos, los inversores pueden acceder a los mismos temas duraderos y características defensivas que les han resultado útiles en 2023, pero con valoraciones más atractivas. Con nuestra expectativa de que se evitará una recesión profunda, los valores con múltiplos más bajos tienen más probabilidades de repuntar cuando los mercados se repongan del debilitamiento económico en lugar de tirar la toalla en medio de una feroz contracción económica.

Hasta que tengamos una mayor visibilidad sobre la senda de la economía mundial en el futuro inmediato y su impacto en los beneficios empresariales, vemos en las empresas de calidad, a menudo postergadas en las capitalizaciones de mercado de los índices, un equilibrio razonable entre características defensivas y valoración. Aun no pudiendo descartar errores de política monetaria el mayor riesgo, a nuestro juicio, es que los bancos centrales relajen sus posturas antes de la cuenta, desencadenando una segunda ola de inflación. Esto conduciría inevitablemente a otra ronda de políticas restrictivas y, por tanto, a un lastre para el crecimiento.

La naturaleza cíclica de Europa y de los países con una fuerte dependencia de las exportaciones los hace especialmente vulnerables a la ralentización de la economía. Un empeoramiento del contexto geopolítico y el ciclo electoral en Estados Unidos podrían introducir riesgos adicionales. El mundo también está observando cómo China aborda la resaca que ha dejado el excesivo endeudamiento y sus intentos de reactivar el crecimiento.

Por último, los inversores deben comprender cómo incidirá en la renta variable el establecimiento de un nuevo régimen con tipos de interés más altos. Las empresas con modelos de negocio cuestionados ya no pueden confiar en un costo de capital barato para enmascarar su incapacidad para generar efectivo de manera constante. Y las tasas de descuento más altas eliminarán el impulso a los flujos de efectivo futuros que las empresas de crecimiento secular han estado recibiendo.

En este nuevo régimen, un límite a los múltiplos de las empresas en crecimiento podría hacer que el péndulo vuelva a inclinarse hacia las empresas de valor. Esto podría beneficiar a Europa y otras regiones con grandes descuentos, especialmente si un aterrizaje suave permite a los inversores aumentar su exposición a acciones de valor y cíclicas en previsión de una recuperación. Una vez que el ciclo finalmente cambie, el nuevo régimen de tipos significa que los inversores no pueden rotar indiscriminadamente hacia el valor profundo, sino que deben mantener su enfoque en empresas de calidad capaces de superar los umbrales de rentabilidad superior para su capital invertido.

Con todo, los títulos de crecimiento – y de las empresas estadounidenses que dominan esta categoría – no debería ser razones para el desánimo. La economía mundial tendrá un sinfín de usos para la IA, la nube y otros temas seculares duraderos.

 

 

Tribuna de opinión de Matt Peron, director de análisis, Marc Pinto, director de renta variable para las Américas y Lucas Klein, director de renta variable para EMEA y Asia Pacífico, de Janus Henderson Investors. 

Nordea Asset Management: nuevo desayuno nórdico el 23 de enero

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Nordea Asset Management organiza su próximo desayuno nórdico el día 23 de enero. En él repasarán los aspectos macroeconómicos más importantes y presentarán distintas ideas de inversión para este año.

Se llevará a cabo en el Ohla Eixample Barcelona, C/ Còrsega 289 a las 09:00 horas.

Pueden registrarse aquí.

Para más información, pueden contactar con Nordea AM a través de este correo electrónico: clientservice.iberialatam@nordea.com

Inversión de impacto, la hermana pequeña de la ESG que quiere hacerse mayor

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La inversión de impacto crece de manera exponencial, con activos bajo gestión a nivel mundial que ya superan el billón de dólares. Este híbrido entre filantropía e inversión tradicional busca un impacto social medible en las inversiones y capta la atención de formatos de todo tipo, desde family offices a inversores institucionales. Pero, sobre todo, ha encontrado un aliado especial en las nuevas generaciones que buscan cambiar la sociedad. Ya hay mucho interés canalizado hacia sectores como el medio ambiente, pero aún existe un mundo por explorar en el desarrollo de las finanzas, la educación o el ecosistema marino.

La inversión de impacto empieza a hacerse un hueco en las carteras de los inversores. Este híbrido entre la inversión tradicional y la filantropía ya representaba 1,16 billones de dólares en activos bajo gestión según las cifras publicadas por Global Impact Investing Network (GIIN) en octubre de 2022, después de un crecimiento exponencial en los últimos años. En España, empieza a despegar: en 2021, la inversión de impacto alcanzó los 2.400 millones de euros en activos bajo gestión según los datos publicados por SpainNAB, el Consejo Asesor para la Inversión de Impacto en España. Esta cifra supone un crecimiento del 12% con respecto a 2020.

En realidad hay varios motivos que justifican la inclusión de la inversión de impacto en las carteras, algo que ha provocado este despegue en los activos bajo gestión. John Goldstein, director global de Soluciones de Sostenibilidad e Impacto para Asset & Wealth Management en Goldman Sachs, apunta tres razones. La primera sería el cambio de preferencias en los inversores, al que se sumarían una visión de futuro de la economía, relacionada con las finanzas sostenibles -lo que impulsa el interés de contar con una exposición de la cartera adaptada y diferenciada en este ámbito- y los objetivos sociales y medioambientales declarados por un “subconjunto de clientes, tales como family offices, fundaciones y algunas ONG”.

Paloma Giménez de Córdoba Melgarejo, Investment Vicepresident en Arcano Private Equity & Impact Investing, señala en este sentido que, además de una mayor concienciación “sobre la importancia de abordar los desafíos globales y la necesidad de tomar medidas concretas para lograr un futuro sostenible” , también ha contribuido al despegue de la inversión de impacto el desarrollo de metodologías de medición más sofisticadas -como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODSs), IRIS+ o el Impact Management Project (IMP)-. Asimismo, cita como acicalar un entorno regulatorio favorable, con iniciativas como el Reglamento de Divulgación en Materia de Finanzas Sostenibles (SFDR) de la Unión Europea.

Puede leer el artículo completo en este enlace.

MiFID III, cuenta atrás: oportunidades y nuevos desafíos

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La publicación por parte de la Comisión Europea de su propuesta de modificación de la Directiva sobre mercados e instrumentos financieros, el pasado 24 de mayo, supone el pistoletazo de salida para la puesta en marcha de MiFID III que, cumpliendo con los plazos previstos, se aplicará a finales del año 2025 o comienzos del 2026.

Es una Directiva muy ambiciosa que pone todo el foco en la protección al cliente minorista, aspecto que queda  reflejado en el refuerzo de la protección a la toma de decisiones de inversión, exigir una mayor transparencia en los costes de los productos, aumentar su participación en los mercados de capitales y abarcar tanto los instrumentos financieros como las inversiones alternativas y la distribución de seguros. 

Este texto marca unas nuevas normas y estándares, y pone fin a meses de intensos debates e incertidumbre sobre la conveniencia o no de mantener el sistema actual de retrocesiones. Este método, como veremos a lo largo de estas líneas, va a sufrir un cambio muy significativo y va a tener un gran impacto en las entidades que prestan servicios de inversión. Pero no hagamos spoilers y vayamos paso a paso.

Efectivamente han sido meses donde se han «enfrentado» dos grandes corrientes de opinión, muy diferentes entre ellas. Utilizando un símil pugilístico, a la derecha del ring, se encontraban los partidarios de mantener el «status quo» presente, manteniendo los incentivos tal y como están permitidos en la actualidad. Para ello, su principal argumento era que eliminarlos implicaría el riesgo de que los clientes con menos recursos no pudiesen acceder a los servicios de asesoramiento financiero. A la izquierda del ring, el otro contrincante, argumentaba justo todo lo contrario: los incentivos no son entendidos por los clientes, generan potenciales conflictos de interés entre asesores y clientes, y eliminarnos asegurará que las recomendaciones se basen en la idoneidad de producto para el cliente y no en las ganancias que obtienen de su venta.

El combate ha sido largo e intenso y al final se ha llegado a una solución aparentemente intermedia, pero que en el fondo implica que los incentivos estarán más limitados que con el modelo actual. Así, de una primera lectura podría parecer que las retrocesiones se mantienen como en el momento presente y que no hay cambios al respecto, pero se ha introducido un matiz muy importante. Solo estarán permitidos si hay un servicio de asesoramiento previo, es decir, en los servicios de solo ejecución las retrocesiones se prohíben. 

En este escenario, un modelo que nos parece adecuado pasa por ofrecer un asesoramiento individualizado y de calidad, teniendo siempre al cliente en el centro del servicio y ofreciéndole los productos más idóneos con independencia de quien sea la entidad gestora, de manera que el componente de producto propio en la cartera nunca tiene un papel predominante, es el modelo ganador. Tenemos que seguir trabajando por este paradigma, invirtiendo en equipos humanos del mayor talento y con las mejores capacidades para que puedan siempre encontrar aquellos instrumentos más adecuados para los clientes, y que más se ajustan a sus necesidades y expectativas.  

En conclusión, con MiFID III el catálogo de servicios y su relación con los incentivos cambiaría un poco la situación actual. En los servicios de RTO y de ejecución, no habrá incentivos. Esta prohibición tiene notables implicaciones, ya que las entidades tendrán que cobrar explícitamente a los clientes por el servicio de comercialización. En cuanto a los servicios de asesoramiento independiente y GDC, no habrá cambios con respecto a modelo actual, donde los incentivos no están contemplados.

Por otro lado, el servicio de asesoramiento no independiente sí permitirá el cobro de incentivos, poniendo especial énfasis en el concepto «actuar en el mejor interés del cliente», en vez del concepto «incrementar la calidad del servicio». Estos nuevos requisitos van a suponer un gran esfuerzo para las entidades en materia de evaluar una amplia gama de productos y recomendar siempre los más idóneos y beneficiosos en función del coste. 

Por último, en los dos años que aproximadamente restan para MiFID III, la clave está en invertir en los mejores profesionales y en la más avanzada tecnología para poder gozar de una completa gama de productos financieros y así crear valor en nuestros clientes, apostando por un servicio de asesoramiento, totalmente personalizado y adaptado a sus necesidades.

Tribuna de David Rodríguez, director de Cumplimiento Normativo de Creand Wealth Management.

Lucía Garvía y Carlos Llaca, nuevos socios de atl Capital

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El Comité de socios de atl Capital, siguiendo la fórmula de promoción interna integrada en los valores de la compañía, ha decidido nombrar socios de la entidad de banca privada a Lucía Garvía, directora del Departamento de Comercial, y a Carlos Llaca, director de Marketing y Desarrollo de Negocio. Los nuevos socios han desarrollado su carrera profesional en atl Capital, ejerciendo diferentes responsabilidades a lo largo de los últimos 12 años trabajando en la compañía. Tras estos nombramientos, el número de socios de la entidad de banca privada asciende a 24 miembros.

Lucía Garvía, licenciada en Ciencias Actuariales y Financieras por la Universidad Pontificia Comillas ICADE, y en Ciencias Empresariales por la Universidad Carlos III de Madrid, se incorporó a atl Capital como gestora de patrimonios a finales de 2010. Garvía ha ido consolidando su carrera en la compañía como asesora financiera, ocupando diferentes puestos de responsabilidad dentro del Área de Banca Privada hasta posicionarse como directora del Departamento Comercial, cargo que ocupa actualmente liderando el equipo de banqueros privados de la entidad. La nueva socia de atl Capital completa su formación con el Máster en Gestión de Carteras y Finanzas del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) y cuenta con la acreditación EFA otorgada por European Financial Planning Association como experta en el ejercicio del asesoramiento y planificación financiera.

Carlos Llaca, licenciado en Economía, especializado en economía internacional y desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera profesional hace más de 15 años en Morgan Stanley Global Wealth Management, dentro de la división de desarrollo de clientes y posteriormente se incorporó a atlas Capital, hoy atl Capital, donde ha desarrollado toda su trayectoria profesional por diferentes áreas de la compañía.

Inició su recorrido en el departamento de productos, para impulsar desde 2016, como director, el Departamento de Marketing y Desarrollo de Negocio, donde ha contribuido a potenciar y mejorar junto, al resto del equipo de atl Capital, el prestigio de la firma como entidad de referencia en el asesoramiento financiero. Llaca cuenta además con varios programas en mercados financieros y de liderazgo que ha realizado durante los últimos años y que le han permitido crecer como profesional en la compañía, hasta alcanzar la posición de socio gracias a su esfuerzo, compromiso y dedicación al negocio. Además, cuenta con la acreditación profesional European Financial Advisor, EFA, como certificado de garantía de asesoramiento financiero.

Tecnología: la calidad de los beneficios será más importante en 2024

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Aunque la naturaleza estructural de la demanda tecnológica sigue intacta, varios segmentos del sector podrían sufrir dificultades de tipo cíclico en áreas donde están purgándose las acumulaciones provocadas por el COVID y la visibilidad de la demanda sigue siendo reducida a causa del deterioro macroeconómico. Caracterizado por unos tipos de interés que permanecerán en cotas elevadas durante un periodo prolongado, el entorno macroeconómico también podría afectar a las valoraciones de algunas empresas por la vía de unas tasas de descuento más elevadas, ya que en estas empresas los beneficios futuros tienen un peso relativamente mayor, dado que esperan crecer con el tiempo.

Cabe destacar que las empresas tecnológicas han reaccionado de forma relativamente rápida ante el cambio en las condiciones de liquidez, apuntalando sus beneficios con mejoras de la eficiencia y recortes de costes. Ahora que las empresas en sus primeras etapas de desarrollo están encontrando más dificultades para acceder a financiación privada o salidas a bolsa, las estructurales sectoriales han mejorado para los actores existentes, con parte de la nueva competencia replegándose o consolidándose, lo que ha creado oportunidades para los actores de escala y los que se embarcan en restructuraciones adecuadas y productivas.

En este sentido, cabe destacar que parte de la reducción de existencias que ha sufrido el sector durante el último año aproximadamente ha comenzado a corregirse y los ordenadores, los teléfonos móviles y demás están arrancando un periodo de reposición. Las áreas de la vieja economía que habían quedado atrás en el juego de la digitalización también están generando una demanda constante.

En definitiva, la tecnología sigue siendo un componente esencial de todos los sectores y suministra las infraestructuras básicas que necesitan los consumidores, las empresas y las administraciones públicas para funcionar.

Las empresas cuentan con balances sólidos, una deuda relativamente baja y unos elevados saldos de tesorería, lo que significa que están más protegidas frente al aumento de los tipos de interés que los negocios más endeudados y también que pueden redistribuir el capital cuando surgen oportunidades.

Un entorno de tipos más altos puede ser un obstáculo para las valoraciones e implica que la calidad de los beneficios y los flujos de efectivo podrían convertirse en impulsores más importantes del comportamiento bursátil. Áreas a las que el mercado ha prestado escasa atención en el pasado, como la retribución en acciones, que tiene un efecto dilutivo sobre los beneficios, y los resultados no expresados de acuerdo con los principios contables generalmente aceptados, podrían concitar más atención, sobre todo en las empresas de crecimiento acelerado y el software. En un entorno de tipos más altos durante más tiempo, las cotizaciones podrían no tender al alza casi de forma automática como en el pasado. En lugar de eso, probablemente se comporten mejor las empresas con un recorrido al alza atractivo y la capacidad para generar esos beneficios.

Tras unas sólidas rentabilidades relativas en 2022, los resultados han sido peores en 2023 debido a las infraponderaciones motivadas por la valoración que habíamos adoptado en algunas empresas que se han beneficiado enormemente del tirón alcista propiciado por la IA y los flujos en busca de seguridad ante el entorno macroeconómico incierto. Algunas de estas acciones han alcanzado su valoración objetivo y han sido una fuente de capital para reinvertir en oportunidades más interesantes en otras áreas del sector.

Se encontraron oportunidades en el plano de la actividad corporativa y obtuvimos ganancias con candidatos a protagonizar operaciones. Creemos que escoger empresas con perspectivas de crecimiento firmes, combinándolo con un análisis riguroso de las valoraciones, es el enfoque más equilibrado para el sector tecnológico y hemos encontrado oportunidades en empresas que están monetizando las interacciones pasándose a modelos de suscripción que garantizan clientes que repiten, lo que se traduce en márgenes más estables y un crecimiento constante. Estas empresas se han movido en niveles de valoración interesantes.

La tendencia estructural de la tecnología permanece intacta y podría incluso haberse reforzado a tenor de las estrechas interrelaciones entre las capacidades tecnológicas y la competitividad. Muchas empresas consolidadas necesitan actualizar sus viejas infraestructuras tecnológicas para que los diferentes sistemas puedan comunicarse y se incorporen plataformas y aplicaciones digitales básicas para poder utilizar eficazmente el software de última generación, como los análisis avanzados y la IA. La gestión de datos, la gobernanza y la seguridad también son sectores importantes donde la demanda está creciendo. Algunas empresas tecnológicas centradas en la sostenibilidad se perfilan para crecer a largo plazo a medida que los sectores económicos en todo el mundo invierten en tecnología para cumplir con los marcos normativos que impulsan los objetivos de cero emisiones netas desarrollando software que podría ayudar a calcular las emisiones o a utilizar los recursos de forma más eficiente. También existen oportunidades para los inversores en las empresas que repatrían sus actividades y automatizan un porcentaje mayor de su producción para compensar el aumento de los costes laborales.

En cuanto a los valores individuales, existen oportunidades para entrar en acciones baratas a las que el mercado ha dado la espalda, valores donde la debilidad de la demanda ya está descontada, apuestas infravaloradas en tendencias generalistas, beneficiarios de operaciones corporativas y negocios que están reforzando sus posiciones de mercado.

 

 

Tribuna de opinión de Hyun Ho Sohn, gestor de Fidelity International. 

Javier Martín Pliego sustituye a María Dolores Ybarra como responsable global de Productos e Inversiones en Santander Private Banking

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LinkedInJavier Martín Pliego y María Dolores Ybarra.

Cambios en el organigrama de Santander Private Banking. Tras más de cinco años como responsable global de Productos y Servicios de Santander Private Banking, María Dolores Ybarra abandona la entidad para emprender nuevos proyectos. Javier Martín Pliego, que hasta ahora trabajaba en el área de Estrategia de Productos y Plataformas de Asesoramiento, asume ese rol, según fuentes del mercado consultadas por Funds Society.

María Dolores Ybarra ha trabajado en Santander durante más de 32 años, a lo largo de los cuales ha ocupado posiciones senior tanto en la gestora como en la banca privada. Los últimos cinco años, en Madrid, ha sido responsable global de Productos y Servicios de Santander Private Banking, y los anteriores seis fue Global Head de Productos en la gestora, Santander Asset Management. Con anterioridad trabajó desde Londres, como CIO de Santander AM, durante más de cinco años, después de haber sido, también en la gestora, responsable de Asset Allocation y CEO, ambos puestos en Madrid. Ybarra entró en Santander en 1991, como Research Analyst, según su perfil de LinkedIn.

Antes, también trabajó como auditoria junior en Price Water House Coopers. Es licenciada en Derecho y Administración de Empresas E-3, y en Derecho y Empresariales, por la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADE.

Javier Martín Pliego, con una trayectoria de más de 17 años en el grupo, es ahora el nuevo responsable global de Productos e Inversiones en Santander Private Banking, puesto que asume desde su anterior posición en el área de Estrategia de Productos y Plataformas de Asesoramiento, según su perfil de LinkedIn, en el que ha trabajado durante los últimos dos años.

Anteriormente fue responsable global de Pensiones, Wealth Management & Seguros en la entidad, y también trabajó desde Miami, durante más de nueve años, en Santander Private Banking International. En esa etapa ocupó diversos puestos, como el de Executive Vice President, responsable de Productos y Servicios, responsable de Estrategia, o responsable de personal. También trabajó en Londres como analista de Riesgo de crédito corporativo, durante casi dos años, y fue banquero privado en Santander Private Banking en su primera etapa.

En el pasado, trabajó en otras entidades como Ahorro Corporación, donde fue analista de renta variable, y en M&G Valores AV, donde fue trader de renta variable y derivados, según su perfil de LinkedIn.

Lexington anuncia el cierre de su fondo de private equity de secundarios en 22.700 millones de dólares

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Lexington Partners (Lexington), gestor de fondos secundarios del grupo Franklin Templeton, ha anunciado el cierre de su vehículo Lexington Capital Partners X, tras haber alcanzado los 22.700 millones de dólares en compromisos de capital totales. Desde la firma indican que el fondo ha superado su objetivo de recaudación de fondos de 15.000 millones de dólares, así como a la edición anterior de este mismo fondo.

La estrategia de LCP X se centra principalmente en la adquisición de carteras de capital privado y asociaciones de activos alternativos de inversores a gran escala a medida que reequilibran sus asignaciones o buscan liquidez, al tiempo que participan en oportunidades más pequeñas aprovechando las profundas relaciones de Lexington con la industria. Además, el LCP X permite a la gestora trabajar directamente con socios generales para ofrecer soluciones secundarias a sus inversores. “LCP X es un fondo de la cosecha de 2022 que ahora está comprometido en más del 40%, con una cartera diversificada de más de 50 transacciones con una variedad de vendedores, incluyendo pensiones públicas y corporativas, bancos y otras instituciones financieras”, explica Lexington en su comunicado. 

En opinión de Wil Warren, presidente de Lexington, este hito en la recaudación de fondos refleja la oportunidad en el mercado secundario mundial y la capacidad demostrada de Lexington para aprovechar nuestra escala, experiencia, relaciones y plataforma mundial para desbloquear el valor para sus inversores. “Estamos increíblemente agradecidos por la confianza y el apoyo de los inversores existentes y nuevos de todo el mundo que nos han proporcionado el capital para seguir actuando e innovando en el mercado secundario”, afirma Warren. 

Según las estimaciones de Lexington, 2023 será el tercer año consecutivo en el que el volumen del sector secundario superará los 100.000 millones de dólares. Lexington, que es una gestora de inversiones especializada de Franklin Templeton, espera que el mercado secundario mundial siga experimentando un crecimiento significativo en los próximos años debido a la importante cantidad de capital comprometido en fondos del mercado privado y a que los socios comanditarios adoptan cada vez más el mercado secundario como una herramienta eficaz de gestión de carteras. Además, se espera que la tendencia de los patrocinadores de fondos a buscar soluciones de liquidez para sus socios comanditarios a través de transacciones organizadas siga contribuyendo a un flujo significativo de operaciones secundarias.

“Creemos que nos encontramos en las primeras fases de una oportunidad generacional de compra secundaria en mercados privados que tardará varios años en desarrollarse. En tiempos de incertidumbre económica y de ralentización de las salidas de empresas en cartera, el mercado secundario puede ser una importante válvula de escape para proporcionar liquidez a los inversores. La estrategia de inversión a prueba de ciclos de Lexington, su equipo experimentado y la reputación de sus contrapartes nos permiten ofrecer soluciones secundarias sofisticadas e innovadoras”, añade Pål Ristvedt, socio de Lexington

Según indica la gestora, el LCP X atrajo a un grupo diverso de más de 400 inversores, entre los que se incluyen pensiones públicas y corporativas, fondos soberanos, compañías de seguros, dotaciones, fundaciones, family offices y socios distribuidores de canales de riqueza en Norteamérica, Europa, Asia-Pacífico, Latinoamérica y Oriente Medio.