Mercados privados: centrarse en las oportunidades
| Por Elsa Martin | 0 Comentarios

Los mercados privados seguirán impulsando el rendimiento a largo plazo de las carteras en 2026. Se prevé que los activos alternativos globales alcancen los 30 billones de dólares en 2029 frente a los 18 billones de dólares de 2024, lo que convertirá a los mercados privados en una parte fundamental de las carteras diversificadas. La siguiente fase del desarrollo de los mercados privados estará marcada por salidas más lentas, una dinámica de liquidez en evolución, una mayor participación de los inversores y nuevas oportunidades de inversión.
Vemos cinco tendencias clave que impulsarán los mercados en 2026:
1. Los mercados secundarios se convierten en una asignación fundamental
Con opciones limitadas para salir de los mercados y un retraso en el pago de los rendimientos, los inversores buscan otras formas de obtener beneficios y mejorar sus carteras. En el entorno actual, la negociación de fondos de inversión secundarios y vehículos de continuación (que amplían el período de tenencia de los activos) están pasando de ser herramientas de liquidez de emergencia a convertirse en instrumentos básicos de gestión de carteras.
Los inversores los utilizan cada vez más secundarios para reequilibrar las añadas, gestionar el riesgo de concentración y acceder a carteras consolidadas. Para los socios generales (GP), los fondos de continuación permiten prolongar la tenencia de activos clave y proporcionan liquidez a los primeros inversores. El mercado secundario desempeña ahora un papel crucial a la hora de añadir flexibilidad a los mercados privados. El capital privado sigue siendo la parte más escalable y consolidada de los mercados secundarios. De cara a 2026, los mercados secundarios, especialmente en deuda privada e infraestructuras, presentan un fuerte potencial de inversión.
2. Diversificación entre estrategias y regiones
Los responsables de asignación de activos están ampliando sus horizontes más allá de las estrategias tradicionales de compra para incluir infraestructuras, crédito privado, trade finance y activos reales. Se espera que cada una de estas clases de activos crezca a un ritmo de un dígito alto a lo largo de la década. La diversificación geográfica también se está acelerando, ya que Asia capta una mayor parte de las entradas, respaldada por unos mercados locales más fuertes y una regulación más madura. Están surgiendo oportunidades de inversión atractivas en el crédito privado asiático, a medida que los prestamistas tradicionales se retiran y aumenta la demanda de capital no dilutivo a medida.
Los fondos especializados en sectores como la tecnología climática, la transición energética y las infraestructuras digitales están ganando terreno, ya que los inversores buscan conocimientos específicos y factores de rentabilidad diferenciados.
3. Gestionar la volatilidad requiere una estructuración disciplinada
En los mercados inciertos, una suscripción estricta y una debida diligencia exhaustiva son esenciales para mitigar riesgos y aprovechar oportunidades. La generación de rendimientos superiores depende de un análisis riguroso, transparencia, estructuración disciplinada y alineación con objetivos a largo plazo: principios que deben guiar las decisiones de asignación y seguir siendo fundamentales en nuestras estrategias.
4. Se acelera la participación del patrimonio privado
Observamos una aceleración en la participación de los inversores particulares a medida que esta clase de activos se vuelve más accesible gracias a las estructuras de fondos semilíquidos y a regulaciones como el Fondo Europeo de Inversión a Largo Plazo (ELTIF) 2.0 en Europa. A finales de la década, los particulares podrían representar una cuarta parte de los activos gestionados en los mercados privados. Este cambio aporta a los gestores más capital a largo plazo y nuevas demandas de liquidez, información e innovación de productos.
5. Reajuste macroeconómico y geopolítico
La relocalización, la seguridad energética y la regionalización de la producción están cambiando los flujos de capital. Para 2030, las estrategias de infraestructura y activos reales podrían duplicar su tamaño, ya que el capital privado financia la transición energética, la independencia digital y logística. Los mercados privados apoyan cada vez más a las empresas en su crecimiento, a medida que disminuyen los préstamos bancarios tradicionales.
Infraestructuras: tendencias energéticas y digitales
Las infraestructuras siguen siendo una piedra angular de las carteras institucionales, ya que proporcionan flujos de caja a largo plazo, protección contra la inflación, baja correlación con las clases de activos tradicionales y un fuerte apoyo político a nivel mundial. Europa, en particular, está en posición de captar una parte destacada del crecimiento global, a medida que los gobiernos movilizan capital público y privado para impulsar la descarbonización, reforzar la seguridad energética y mejorar la competitividad.
En 2026, predominarán dos temas:
- Transición energética. La enorme demanda de capital para financiar proyectos puede crear más oportunidades de inversión para que los inversores privados se sumen. El fuerte apoyo político en Europa y los objetivos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en el sector privado siguen impulsando la transición energética. Los activos de infraestructura energética suelen tener contratos a largo plazo indexados a la inflación, lo que los hace atractivos en el mercado actual. Además, la infraestructura de transición energética tiene poca correlación con los activos tradicionales, lo que contribuye a la diversificación de las carteras.
- Infraestructura digital. Los centros de datos, las redes de fibra óptica y la conectividad 5G constituyen la columna vertebral de la soberanía digital de Europa, respaldada por iniciativas de financiación nacionales y de la UE, así como por la megatendencia de la digitalización, incluido el impulso para proporcionar servicios fiables y rápidos en la nube. Seguimos viendo oportunidades, tanto en renta variable como en deuda, de cara a 2026.
La transición energética y la infraestructura digital están cada vez más interrelacionadas. El auge de los sistemas de energía renovable descentralizados depende de las redes inteligentes y la gestión de datos en tiempo real, mientras que la rápida expansión de los centros de datos —elementos clave para la digitalización— impulsa una importante demanda de electricidad, lo que refuerza la necesidad de fuentes de energía limpias y resilientes.
Crédito privado: rendimientos atractivos y estructuración disciplinada
Se prevé que el crédito privado global se duplique con creces hasta alcanzar los 4,5 billones de dólares en activos bajo gestión para 2030, frente a los 2,1 billones de 2024, impulsado por el aumento de los tipos de interés, la demanda de los inversores y los cambios en los mercados de capitales. Se prevé que Norteamérica siga dominando, mientras que Europa y Asia continúan expandiendo sus mercados de crédito privado.
A pesar de los obstáculos macroeconómicos, los préstamos directos pueden seguir siendo interesantes debido a los rendimientos competitivos y a una estructuración disciplinada. Esperamos que el crecimiento de los préstamos directos continúe, ya que el crédito privado sigue sustituyendo a los bancos en la financiación de las empresas.
A medida que los inversores diversifican más allá de los préstamos directos, observamos un creciente interés por la deuda de infraestructuras y las soluciones de liquidez, como los mercados secundarios de crédito y la financiación del comercio, que ofrecen rendimientos diferenciados y una baja correlación.
La inversión de impacto y la financiación combinada (blended finance) —que movilizan capital hacia proyectos con acceso limitado a financiación y garantizan resultados sociales y medioambientales medibles, transparentes y duraderos— siguen siendo una prioridad para muchos inversores.
Capital privado: ¿repunte de las salidas?
La ralentización de las fusiones y adquisiciones y de las ofertas públicas iniciales ha reducido las oportunidades de salidas y las distribuciones a los socios limitados (LP), desplazando el foco hacia los fondos secundarios y de continuación para abordar los problemas de liquidez.
Los LP buscan cada vez más comisiones más bajas y un mayor control sobre sus decisiones de inversión. Las coinversiones permiten a los LP invertir directamente, lo que ofrece una mayor transparencia, influencia y potencial de mayores rendimientos, a menudo con comisiones mínimas y una TIR mejor que las inversiones en fondos tradicionales. En el difícil entorno actual, los GP que ofrecen coinversiones pueden establecer relaciones más sólidas con los LP y posicionarse para la recuperación del mercado.
Esperamos un repunte progresivo de las salidas en los próximos años, lo que permitirá reanudar el fundraising de fondos de capital privado. Esto podría verse respaldado por una mayor demanda de los inversores minoristas a través de fondos evergreen o semilíquidos.
Tribuna de opinión de Marta Perez, CIO de Infraestructuras, y Sebastian Schroff, CIO de Crédito Privado y Capital Privado en Allianz Global Investors.










