Foto: Andycastro, Flickr, Creative Commons. PIMCO: cuatro razones por las que los emergentes ganan atractivo a medio plazo
Aunque las perspectivas a corto plazo no son muy halagüeñas, desde PIMCO apuestan por los mercados emergentes en un horizonte de medio plazo. Así, en su último comentario de mercado, Joachim Fels, asesor económico global de la gestora, habla de estos mercados, en lugar de centrarse en lo que va a pasar en EE.UU.
“Podríamos hablar de los buenos números del empleo en Estados Unidos publicados el pasado viernes con algún comentario sobre la estrategia de la Fed de cara al futuro. Sin embargo, poco tengo que decir al respecto: pienso que un aumento de tipos en septiembre sigue siendo poco probable habiendo elecciones el 8 de noviembre”, explica.
Los mercados parecen estar de acuerdo: a pesar de tener 255.000 empleados más en julio, la probabilidad implícita en los mercados de una subida de tipos es de un 20% en septiembre y de un 50% en diciembre, unos números que al experto le parecen justos.
Precisamente, esa política monetaria podría apoyar al mundo emergente. “El foco de los inversores se ha volcado hacia los mercados emergentes, un tema al que le he estado dando vueltas últimamente. Durante estos últimos cuatro años, visto desde los fundamentales, siempre me pareció un mercado frágil con poco valor”.
Y añade: “Se desvelan ahora profundas deficiencias estructurales: el modelo de crecimiento tradicional de los países emergentes se ha roto y la transición a uno nuevo –un reequilibrio de las economías emergentes– no parece llevar a ninguna parte. La política monetaria expansiva que están llevando a cabo bancos centrales y gobiernos posiblemente aliviará el problema durante un tiempo, pero únicamente a corto plazo. Medidas estructurales serias y profundas son necesarias para transformar el modelo productivo. Peligra el crecimiento de estos países y el crecimiento global si los dirigentes no reconocen la necesidad de cambio”, dice.
Sin embargo, considerando un horizonte de cuatro años, la opinón es más positiva. “El argumento es una pincelada imprecisa, generalizada, siendo consciente de la heterogeneidad del sector con grandes diferencias entre países. Sin embargo, aunque las reformas estructurales no estén completa, comparados con muchos países desarrollados, los mercados emergentes parecen cada vez más atractivos”, dice, y ofrece cuatro razones.
En primer lugar, la tendencia sigue siendo de mayores reformas y políticas pro-negocios, como por ejemplo en países como Brasil, Argentina o India, mientras que el populismo y las políticas proteccionistas van en aumento en muchos países desarrollados.
En segundo lugar, con el dólar y el precio de las materias primas relativamente estables, el entorno es menos hostil para los mercados emergentes, lo que permite a los bancos centrales llevar a cabo políticas más expansionistas.
En tercer lugar, al contrario de los países desarrollados, una gran parte de los bancos centrales en los países emergentes pueden cómodamente bajar sus tipos de interés, estando la inflación debajo de sus respectivos objetivos.
En último lugar, la mayoría de activos en los países desarrollados están sobrevalorados y los inversores tienen que acostumbrarse a menos rendimiento durante más tiempo. Esto, acoplado a mejores fundamentales en los países emergentes, apunta a un incremento en precios y rendimiento de los activos en dichos mercados en desarrollo en el futuro, apostilla el experto de PIMCO.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Gage Skidmore. Velando armas
La lección del Brexit ha sido aprendida: el riesgo político está aquí para quedarse y debería ser tratado con cierta cautela. Las buenas noticias para el siguiente trimestre, según Gaël Combes, analista fundamental de renta variable y Florian Ielpo, responsable de análisis macro para Unigestion, es que el crecimiento en las economías desarrolladas debería ser algo mejor, ya que los datos del consumo deberían seguir siendo un apoyo.
Las economías emergentes siguen mostrando una tendencia de mejora y la combinación de las mejoras en economías emergentes y desarrolladas es una señal alentadora para los activos financieros correlacionados con el crecimiento. Sin embargo, el riesgo político, no es el único riesgo: el enorme nivel de deuda de la economía China es una fuente natural de preocupación también. Los riesgos no están fuera del panorama actual, pero las perspectivas para el siguiente trimestre son algo mejores que las del trimestre anterior. Esto será un contingente para la planificación de los bancos centrales, pero eso es parte de la normalidad.
Por ahora, el primero de los posibles factores que pueden desencadenar estrés en el mercado es el riesgo político. Hay un crecimiento en el voto anti-sistema en todas las economías desarrolladas, reflejando una percepción de fracaso por parte de las economías liberales capitalistas a la hora de mantener sus promesas de un mejor mañana. El miedo a la globalización y unas menores tasas de mejora en los estándares de vida han sido dos de las características más destacadas en los últimos tres años. Un incremento de la desigualdad en el patrimonio y en los ingresos; o el susto de las migraciones masivas son también factores a tener en cuenta en esta nueva situación política.
Los partidos de izquierda y derecha del sistema político están luchando por ajustarse al nuevo mapa político, ya que el populismo ya no pertenece exclusivamente a uno de las dos corrientes. Una situación similar ha ocurrido en los últimos 20 años, el partido griego Syriza es probablemente el mejor ejemplo de todos, pero nunca se ha dado el mismo tipo de apoyo a una propuesta electoral anti-sistema en ninguno de los 10 mayores países.
De hecho, el voto del Brexit muestra dos cosas: la primera, lo que hasta ahora era una minoría de votantes descontentos utilizando los extremos políticos para mostrar su enfado con la sociedad puede convertirse ahora en una fuerza actual de gobierno. En segundo lugar, es una demostración a otros países de Europa, que la vox populi puede hacer dar la vuelta a las instituciones: “si ellos lo hicieron, nosotros también podemos”, un mensaje de esperanza para otros partidos políticos disidentes.
Después de la votación del Brexit, los próximos eventos políticos a tener en cuenta serán el referéndum de Italia en octubre y las elecciones de Estados Unidos en noviembre. El éxito del referéndum italiano es una condición para que el actual primer ministro italiano, Matteo Renzi, no renuncie a su actual puesto: el voto ofrecerá una posición de apalancamiento contra la actual clase política creando la tentación de expresar las frustraciones de la sociedad con el actual gobierno. No es un evento de la escala del Brexit, pero podría ser otra pista de lo que está sucediendo en Europa: los euroescépticos están en aumento.
Las elecciones de Estados Unidos podrían ser un paso más significativo en este proceso y la batalla está muy ajustada: la desigualdad en el patrimonio y en los ingresos son particularmente fuertes en Estados Unidos; y el malestar social que ésta crea apoya el voto a Donald Trump. Esta lista de eventos se extenderá en el próximo año, con las elecciones de Francia, Holanda y Alemania. Holanda es un país que se encuentra particularmente en riesgo, con el partido PVV disfrutando de un fuerte éxito: unas perspectivas económicas llenas de eventos políticos para los próximos trimestres.
CC-BY-SA-2.0, Flickr. Can Brazil Win a Gold Medal as an Investment?
Con los Juegos Olímpicos en marcha, Río de Janeiro acapara la atención mundial. Al mismo tiempo, los inversores están dirigiendo más atención a Brasil este año, aunque las novedades en la capital, Brasilia, probablemente sean las de mayor importancia.
Este año, Brasil cuenta con uno de los mercados de valores con mejor desempeño en el mundo. Esto puede sorprender debido a los titulares de las noticias este año referentes al país, desde la destitución presidencial hasta el virus del Zika. Pero de acuerdo a datos de Bloomberg, el índice 25/50 MSCI de Brasil ha aumentado más del 50% en este año, mientras que el índice de Baja Capitalización MSCI ha subido más del 60%.
La pregunta ahora es, ¿continuará este repunte? Mi opinión es que sí, pero los inversores deben estar dispuestos a aceptar un riesgo significativo.
Algunos puntos económicos positivos
Primero las buenas noticias: Después de dos años de una profunda recesión, las bases económicas de Brasil muestran señales de tocar fondo. La producción industrial ha comenzado a mejorar así como los indicadores de opinión, donde los índices de confiabilidad marcan la pauta (fuente: Bloomberg).
Las mejoras en las tendencias de la inflación son particularmente alentadoras. Los precios se han estado relajando desde comienzos del 2016 (fuente: Bloomberg) y el enfoque del comité del nuevo banco central para disminuir la inflación también ha ayudado a reducir las expectativas de inflación para el año siguiente. Este ajuste continuo ha aumentado las expectativas de la relajación de la política monetaria, especialmente en el recorte de las tasas de interés en el último trimestre del año, las cuales serán favorables para la recuperación de la actividad económica.
Las acciones brasileñas ascienden mientras que la percepción del riesgo desciende.
Dicho lo anterior, Brasil aún continúa en una situación frágil. Los desequilibrios económicos, tales como cuentas fiscales débiles, altos niveles de deuda y el desempleo, deben ser abordados. Las reformas necesarias para corregir la economía brasileña son complejas y, en varias instancias, no han sido bien recibidas por el público, lo cual las convierte en un reto significativo para el gobierno.
Pero las novedades políticas continúan siendo la principal variable para la evaluación del futuro de Brasil. La más importante de estas es el voto final pendiente para la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, el cual se llevará a cabo a finales de agosto o a principios de septiembre.
En mayo, el presidente provisional Michel Temer asumió el cargo después de que Rousseff dimitió para hacer frente al juicio de destitución. Desde entonces, Temer ha tenido algunos triunfos. Específicamente, los nombramientos de su gabinete fueron bien recibidos por los inversionistas así como por los políticos, lo cual ayudó a fortalecer la relación con el Congreso. Esta relación ha sido, y será, la clave para que el gabinete pueda aprobar las medidas políticas.
El voto para destituir a Rousseff muy probablemente sea el impulso que acelere la reformas tan necesarias, tales como el recorte del gasto fiscal y la renovación del sistema de pensión. El progreso de los cambios a las políticas, asimismo, pudiera contribuir considerablemente a la restauración de la confianza de los consumidores y los inversionistas. Sin embargo, mientras que muchos consideran que el Senado dará seguimiento a la destitución de Rousseff, no podemos descartar un resultado opuesto, el cual seguramente sería adverso para los activos de riesgo, especialmente considerando las altas expectativas del mercado. Sumando a la incertidumbre política, la cual ya de por sí es alta, se encuentra la continua corrupción e investigaciones de lavado de dinero que rodean a la compañía de petróleo y gas más grande del país.
Y he ahí el problema: Debido al marcado aumento en los mercados este año, todo parece indicar que los inversionistas están apostando al escenario más optimista. Si este llegara a desplomarse, es probable que los mercados corrijan su rumbo, posiblemente de manera brusca.
Puntos a considerar
En resumen, los inversores en Brasil de cierta manera ya ganaron una medalla de oro este año. Ganar otra medalla requerirá de una trayectoria más trivial: una recuperación de ganancias apoyado en el vuelco económico y la puesta en práctica efectiva en el frente de la reforma.
Los inversionistas interesados en Brasil deberían considerar los iShares MSCI limitados de Brasil del fondo cotizado en bolsa (Exchange Traded Fund, ETF) (EWZ) o los iShares MSCI de Brasil de baja capitalización del fondo cotizado en bolsa (Exchange Traded Fund, ETF) (EWZS).
Build on Insight, de BlackRock escrito por Heidi Richardson.
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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Jack Lawrence. Los millennials empiezan a tirar del consumo entre las pequeñas y medianas empresas en Estados Unidos
La edición de 2016 del Schroders Global Investor Study ha puesto de manifiesto que los inversores millennials (aquellos de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años) son poco realistas al esperar obtener rentas elevadas, además de contar con un horizonte de inversión demasiado cortoplacista y deber hacer frente a muchos gastos tanto en el presente como en el futuro.
Como consecuencia de ello, es posible que los millennials ni tan siquiera se acerquen a sus objetivos de inversión.
El Schroders Global Investor Study reveló que los millennials
Exigen un nivel de rentas (10,2%) superior al de otros inversores (8,4%).
Mantienen un horizonte de inversión excesivamente cortoplacista: el 63% de ellos mantienen sus inversiones durante menos de dos años.
Muestran aversión al riesgo: priorizan la preservación del capital y la obtención de un rendimiento superior a la inflación a la hora de realizar sus inversiones.
Utilizan sus rentas para sufragar una gran variedad de gastos: desde complementar su salario o su pensión a criar a sus hijos o comprar viviendas.
¿Se aproxima una tormenta financiera?
Todo ello conforma un mezcla explosiva. Vivimos en un mundo en el que los tipos de interés de la mayoría de los países desarrollados rondan el 0,5% o no llegan a esta cifra y, en algunos casos, apuntan a la baja. El rendimiento medio en los mercados de renta variable se sitúa en el 3,8%.
Para obtener las elevadas rentas que demandan, los millennials deberían asumir más riesgos o mantener sus inversiones durante periodos más largos con el fin de capear los ciclos financieros, nada de lo cual parecen estar dispuestos a hacer.
El principal riesgo es que los millennials están actuando de acuerdo a dos premisas erróneas:
Sus inversiones crecerán más rápido de lo que es realista pensar.
Los ahorros que finalmente consigan acumular arrojarán unas rentas mucho mayores de lo que es probable que hagan.
Si esto se traslada a un marco temporal de 20 o 30 años, la brecha podría ser enorme, haciendo que la divergencia entre las expectativas y la realidad identificada por el Schroders Global Investor Study 2016 sea motivo de preocupación real.
Estirar las rentas al máximo
Para empeorar las cosas, afirma el informe, los Millennials deben repartir sus rentas entre un abanico mayor de gastos que las generaciones anteriores.
Según el Schroders Global Investor Study, las principales razones que motivaban las inversiones de los Millennials eran:
Complementar su sueldo (46%).
Construir una cartera (41%).
Complementar su pensión (35%).
Generar rentas para sus hijos o familiares (30%).
Adquirir una propiedad distinta de una vivienda (28%).
Pagar la entrada para la compra de una vivienda (26%).
Pagar los costes de los estudios (26%).
Pagar los costes sanitarios (22%).
No obstante, de acuerdo con un reciente estudio llevado a cabo por el periódico The Guardian, «la combinación del endeudamiento, la falta de trabajo, la globalización, la demografía y el aumento del precio de la vivienda están menguando los ingresos (de los millennials)».
«La brecha que se ha abierto entre los objetivos de inversión de los Millennials, sus expectativas irrealistas de obtención de rentas y su cortoplacismo debe solucionarse ya que, de no hacerse, podríamos estar abocados a otra crisis social y económica», explica Schroders.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: John Rudoff. What is the Millennials’ Impact on the Economy?
La mayoría de nosotros seguimos el mismo ciclo de vida. Empezamos como niños, entonces nos convertimos en jóvenes adultos solteros. Pasamos de estudiantes a la vida laboral, se forman parejas, se tienen niños, luego nietos y después llega la jubilación. En cada una de estas etapas, nuestro comportamiento financiero evoluciona y se adapta a nuestras necesidades del momento. Y cuando un gran grupo de personas se somete a estos mismos cambios al mismo tiempo, la economía se ve afectada. Este es el caso de ciertas generaciones que han provocado grandes cambios en la economía mundial.
En términos generales, explica Fabien Benchetrit, portfolio manager de BNP Paribas IP, una generación es una sub-población cuyos miembros son más o menos de la misma edad y que por lo tanto han tenido muchas experiencias comunes. Sin embargo, algunos expertos han adoptado otro enfoque para esto y extienden, por ejemplo, la generación del baby boom a todas las personas nacidas en Estados Unidos entre 1935 y 1961, como se ve en el siguiente gráfico.
La generación del baby boom abarca 105 millones de individuos (sin contar los inmigrantes) de acuerdo con la oficina de censo. Es reconocida por su importante impacto en Estados Unidos, que no fue capaz de ajustar la oferta a la demanda. El mercado de trabajo era lento, el desempleo pasó del 3,5% a finales de 1969 al 8,2% a finales de 1975. Del mismo modo, explica Benchetrit, el mercado inmobiliario se vio sometió a un auge hasta la década de 2000, impulsado por todas esas personas del ‘baby boom’ que compran casas al mismo tiempo.
Gráfico 1: Evolución de los nacimientos en Estados Unidos
Los gastos de las familias estadounidenses tocan máximos cuando los padres tienen de media unos 46 años. En general, las parejas tienen su primer hijo entre los 28 y 33 años. Cuando su primer hijo va a la universidad, a los 18 años, los gastos de los padres aumentan hasta cotas máximas debido a los costes de la matrícula, el alojamiento, la comida y los gastos relacionados. “El impacto de estas cifras de gasto de la generación del ‘baby boom’ es visible en diversos indicadores económicos. El siguiente gráfico pone de relieve una estrecha correlación entre la capitalización del mercado de valores de Estados Unidos (ajustado por la expansión en el balance de la Fed) y los ‘baby-boomers’ que tienen 46 años”, explica el experto de BNP Paribas IP en el blog de la firma.
Gráfico 2: Este gráfico muestra cómo cambió el perfil de los nacimientos en Estados Unidos
Aunque los datos demográficos afectan claramente a la economía, hay otros factores importantes que intervienen, como la legislación, la política del gobierno, la política monetaria, las guerras y las tensiones geográficas.
Ahora tenemos otra generación de la misma envergadura emergiendo: son los conocidos como los millennials. «Basándonos en la misma definición amplia de una generación, los millennials son individuos nacidos en EE.UU. entre 1976 y 2010, un período de 34 años. Así que esta generación de 136 millones de personas (sin contar los inmigrantes) es en realidad una generación mayor que la del ‘baby boom’», explican. “Esta es también la primera generación «digital», es decir, nacida con Internet. Confían más en las redes sociales que en las empresas (por ejemplo, Facebook, Tweeter, Instagram, etc.) y sus vidas, de hecho, giran en torno a los medios de comunicación social”, dice Benchetrit.
Sin embargo, el impacto de los millennials sobre la economía es diferente de la observada con los ‘baby-boomers’. Por un lado, son una parte pequeña de la población. Mientras que los integrantes del ‘baby boom’ llegaron a representar hasta un 57% de la población estadounidense en 1960, la generación del milenio solo contabilizaba en un 43% en 2014.
Los millennials han nacido antes de que el primer pico de nacimientos en 1990 hubiera terminado sus estudios y comenzara a trabajar. Son ahora lo suficientemente numerosos como para afectar a la economía, pero las condiciones no han jugado a su favor. Llegaron en el mercado de trabajo, cargando deuda a sus espaldas y en medio de la crisis subprime de 2008. La economía de Estados Unidos era lo suficientemente resistente como para que puedieran encontrar puestos de trabajo, pero esos trabajos estaban peor remunerados y retrasaron su autonomía financiera. En 2015, por primera vez desde 1960, el 31,6% de los jóvenes de entre 18 y 34 años aún vivían con sus padres.
Gráfico 3: Número de adultos jóvenes (de 18 a 34 años) que viven con sus padres
El comportamiento de los ‘baby-boomers’ y la generación del milenio está teniendo un claro impacto en la economía, dicen desde la gestora. Sin embargo, los mercados financieros están negociando actualmente en una “brecha demográfica» entre los ‘baby-boomers’, que están reduciendo sus gastos, y la generación del milenio, que no son lo suficientemente numerosos.
«Una mejor comprensión del comportamiento de cada una de estas generaciones permitirá a los gestores crear valor, por ejemplo, centrándose en la asistencia sanitaria y los productos farmacéuticos debido al envejecimiento progresivo de la generación de ‘baby-boomers’ en Estados Unidos», dice el experto.
Según el blog, los gestores también podrían tratar de identificar nuevos países que tienen las mismas características que tenía Estados Unidos en el inicio de la década de 1960, es decir, aquellos sometidos a la urbanización con una población con una alta proporción de trabajadores jóvenes y cualificados que tiene algunos ahorros.
. Renta variable asiática: Pokemon, G20 Meetings y la realidad aumentada
La popularidad generalmente es difícil de predecir, y mucho más difícil de entender. En 2015, nadie habría sido capaz de adelantar la popularidad que iba a adquirir el juego de Pokemon Go. La esencia es bastante simple: la victoria de los monstruos más fuertes. Similar fue el dictado de los banqueros y líderes del mundo hace un año: las economías más fuertes lo harán mejor. Por el contrario, las economías más débiles (los que cargaban con una deuda elevada) necesitaban un empuje de austeridad fiscal para reforzar sus cuentas públicas. Doce meses más tarde, en un contexto de crecimiento mundial todavía anémico, parece que la austeridad ya no está de moda, y la expansión fiscal es una mejor opción para el entorno actual.
Antes del Brexit, se produjo el Grexit. El año pasado, los mercados alertaban de que, sin un plan de rescate por parte del Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, Grecia tendría que abandonar el euro y volver al dracma. Después de un referéndum griego que fracasó, se llegó a un acuerdo para evitar la crisis. Pero el mensaje lanzado para los países con dificultades era que no podrían seguir gastando más de lo que ingresaban. Sobre el otoño del año pasado, la economía estadounidense parecía convencida de que llegaría la normalización de los tipos de interés y las perspectivas de crecimiento mundial eran optimistas. Sin embargo, como el crecimiento empezó a estancarse, algunos de los principales partidos políticos utilizaron la desaceleración como un indicativo del fracaso de esas políticas. Esa frustración avivó el populismo hasta que, en el verano de 2016, el Reino Unido votó en referéndum abandonar la Unión Europea.
Durante la reunión del G20, celebrada en el mes de julio en la ciudad de Chengdu, la primera tras el Brexit, los líderes mundiales se reunieron en medio de persistentes desafíos sobre la retórica del proteccionismo. Repitieron los compromisos de reuniones anteriores, pero parece que mostraron una mayor aceptación hacia la ampliación de las medidas de expansión fiscal, como una más de todas las herramientas políticas a su disposición, con el fin de generar un «crecimiento inclusivo». Aunque también se hicieron eco de las advertencias anteriores de los bancos centrales sobre la ineficacia de las políticas monetarias ultra laxas. En nuestra opinión, la contribución fiscal ayuda al crecimiento global. Similar a lo que ocurre con las políticas monetarias excesivamente laxas, la efectividad de las mismas se desvanece cuando las tasas reales se aproximan a cero, porque el perfil de deuda sigue siendo elevado. El mismo concepto se aplicaría a las políticas fiscales liberales y al gasto público que sólo aumentaría el crédito y expondría vulnerabilidades económicas.
Pero las políticas fiscales expansivas probablemente serían más efectivas en aquellas economías donde la deuda es baja, pero con el apoyo de unas balanzas de pago saneadas. Estas características son más evidentes en las economías asiáticas emergentes, particularmente las de la ASEAN y la India, que también son menos vulnerables a una desaceleración en el comercio mundial, debido a la mayor contribución de crecimiento de los mercados nacionales. La inversión sobre el PIB en ASEAN y la India, de 29% y 33% respectivamente, es menor en relación a la de los países de la Asia emergente, situada en el 38% del PIB. Mientras que en los países del G7, el gasto de inversión es sólo el 20% de la economía total, y la deuda pública es del 120% del PIB, frente al 48% en los países emergentes de Asia.
Los mercados no sólo pueden proporcionar incentivos a las economías donde las medidas fiscales expansionistas son más eficaces, sino que también pueden prolongar esos incentivos si la disponibilidad de capital es financiada con deuda y con las ganancias de comercio neto que generan una balance de pagos saludable. Así, que los países emergentes de Asia cuenten con superávit por cuenta corriente es positivo e importante porque proporciona una importante fuente de financiación, mientras que un balance por cuenta corriente negativo en países del G7 generaría una dependencia en la deuda o una devaluación de la divisa. Los países emergentes asiáticos también se benefician de las tasas de interés positivas, que meten menos presión a la depreciación de su moneda, lo que constituye una ventaja comercial.
La idea de elevar la deuda puede ser más popular mientras que el crecimiento económico mundial siga estando por debajo de lo esperado, tras la crisis financiera global. En este contexto, las reformas estructurales se han vuelto menos populares porque hacen poco para estimular el crecimiento en el corto plazo. Sin embargo, creemos que un repunte en el gasto fiscal sería más efectivo en los países emergentes asiáticos, donde el gasto en infraestructuras y las inversiones públicas no sólo han comenzado, sino que se mantienen gracias a que los gobiernos locales han mejorado el panorama de inversión, con la reforma de leyes y el fomento de una mayor competencia extranjera. Creer que, sin reformas estructurales y voluntad política, las políticas fiscales expansivas por sí solas pueden arreglar la situación económica actual, es algo que solo funciona en la realidad aumentada.
Columna de opinión de Christopher Chu, gestor de fondos y analista de mercados asiáticos de Union Bancaire Privée (UBP)
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: 401K. Momento dulce para la deuda híbrida financiera: los activos de riesgo protagonizan su mejor mes del año
Hace tres años, una moneda digital poco conocida llamada bitcoin vio cómo su precio se disparaba y pasaba de 15 dólares a comienzos de año hasta algo menos de 1.000 a finales. Se ganaron auténticas fortunas entre algunos de los felices anarcocapitalistas más devotos que lo vieron como una forma de revolucionar la economía y acabar con el dinero controlado por los gobiernos, fortunas que, en muchos casos, se perdieron a causa del posterior hundimiento de los precios, que cayeron hasta 220 dólares a comienzos de 2015.
En su último análisis de mercado, Fidelity explica como la volatilidad del bitcoin sigue siendo un impedimento para su adopción general como dinero. Sin embargo, en los últimos tiempos, el interés por la “cadena de bloques”, el registro cifrado y distribuido en el que se basa el bitcoin, ha ido más allá de esta criptomoneda y se espera que pueda conseguir importantes ahorros de costes en el sector de los servicios financieros.
El capital riesgo está entrando en masa en el sector (gráfico 1). La situación es irónica, dicen los expertos de Fidelity, si se tiene en cuenta que la tecnología de bloques nació como una alternativa contra el sistema, pero algunos de los mayores inversores en este ámbito son ahora los grandes bancos, que han formado un consorcio internacional (R3), integrado ya por 42 entidades, para fomentar el desarrollo de esta tecnología. Se prevé que la inversión total de los mercados capitales en esta tecnología alcance los 400 millones de dólares en 2019 (gráfico 2).
La negociación de muchos títulos se basa todavía en sistemas anticuados de contratos negociados entre compradores y vendedores. Así, por ejemplo, todavía se tardan casi 20 días en liquidar operaciones con préstamos sindicados. El coste total que supone para la industria financiera la compensación, liquidación y gestión de todo lo que sucede después de una operación oscila entre 65.000 y 80.000 millones de dólares al año.
“El uso de redes descentralizadas para los pagos y las liquidaciones podría ayudar a los bancos a ahorrar miles de millones de dólares al año (entre 15.000 y 20.000 millones al año a partir de 2022, según el Banco Santander) mejorando y externalizando los procesos administrativos de liquidación lentos e ineficientes”, afirma el informe de Fidelity .
Durante los próximos 18-24 meses podrían surgir empresas especializadas en la tecnología de cadena de bloques en ámbitos distintos de los mercados de capitales, pero la firma estima que los esfuerzos colaborativos para modernizar las infraestructuras básicas de datos de los mercados de capitales probablemente tarden muchísimo más en dar fruto; en este sentido, un plazo de más de diez años parece realista.
Sin embargo, los esfuerzos de promoción por parte de las autoridades podrían acelerar el desarrollo, habida cuenta del interés de estas en contar con infraestructuras de mercado que reduzcan los costes para los consumidores y mitiguen los riesgos operativos y sistémicos. Las oportunidades de inversión en las empresas financieras que adopten con éxito esta tecnología deben abordarse desde la óptica de estos plazos”, apunta el estudio.
Lo digital podría alterar los precios
Para Fidelity lo más importante es que el desarrollo exitoso de la cadena de bloques podría mejorar la rentabilidad empresarial en todo el sector financiero y tener un efecto beneficioso para los consumidores en forma de precios más bajos en productos financieros de gran difusión, aunque los registros distribuidos podrían tener ramificaciones hacia otros mercados. El comercio electrónico ha incrementado espectacularmente su cuota de mercado durante los últimos veinte años, pero la cadena de bloques podría afinar aún más los procesos y permitir la transmisión de información y las operaciones de compraventa instantáneas en una amplia gama de bienes y servicios.
Los registros distribuidos podrían abrir las puertas de Internet a infinidad de productos de escaso valor añadido que anteriormente estaban excluidos porque cuesta más cobrar que el propio producto: la prensa o música son dos ejemplos de esto.
¿Una bendición para la economía colaborativa?
En el contexto de los servicios financieros, afirma la gestora, el desarrollo de la cadena de bloques probablemente suponga más una evolución que una revolución. Una creciente ola de capital riesgo avanza en dirección a las empresas especializadas en la cadena de bloques y su aplicación en el mundo de las finanzas podría mejorar la eficiencia, la rentabilidad de las empresas y los costes para los consumidores.
El sector financiero ha permanecido relativamente a salvo de la gran revolución de internet de los últimos 30 años y muchas de las funciones que realiza siguen estando basadas sorprendentemente en prácticas anticuadas. La cadena de bloques permite llevar un registro por partida doble instantáneo, o como lo definió un emprendedor: es como enviar dinero por correo electrónico. Muchas funciones actuales que las empresas financieras dan por hechas como elementos necesarios de sus operaciones podrían optimizarse espectacularmente durante los próximos 15 años. Pero dado el gran protagonismo que están cobrando los actores consolidados en su desarrollo, en el marco del consorcio R3, por ejemplo, estos probablemente se sitúen entre los principales beneficiarios y no entre los innovadores, como ha ocurrido en el sector tecnológico.
Más allá de las finanzas, el desarrollo de la cadena de bloques podría ser altamente beneficioso para infinidad de sectores y generaría casos de éxito tanto en empresas de nueva creación como en actores consolidados. Las posibles sinergias con las aplicaciones de la Internet de las cosas podrían ser los usos más interesantes, si las nuevas arquitecturas de bases de datos consiguen impulsar el desarrollo de dispositivos “inteligentes”. Sin embargo, recuerda Fidelity, los inversores deben ser conscientes de la naturaleza especulativa del panorama de la inversión en la cadena de bloques (dominado por las firmas de capital riesgo) y los retos técnicos asociados con convertir esta idea, que actualmente solo ha se contrastado en el ámbito del bitcoin, en una plataforma generalizada. La selección de valores y el análisis de las tendencias sectoriales serán cruciales para identificar a las empresas que tienen más probabilidades de triunfar a largo plazo.
Foto: Youtube. Chinos y estadounidenses lideran el ranking global de bancos de The Banker
Los bancos chinos continúan dominando el último ranking global “Top 1000 Banks”, elaborado por The Banker con los 1000 mayores bancos del mundo, aunque muestran señales de ralentización. Sus beneficios han caído un 3,5% -el primer retroceso desde 2004- y la deuda mala ha crecido, reflejando una más débil economía china.
Los últimos años los bancos chinos han venido dominando el ranking en base a su capital Tier 1, y este año el Commercial Bank of China (ICBC) mantiene la primera posición, seguido por el China Construction Bank, en segunda,y un total de cuatro de los cinco primeros puestos ocupados por entidades chinas.
“Los grandes bancos chinos hicieron crecer su capital más rápido de lo que crecieron sus activos, lo que sugiere que se están volviendo cautos, y hay signos de que están aumentando sus créditos de mala calidad”, dice Brian Caplen, editor de The Banker. “Al mismo tiempo, los beneficios de los bancos chinos son los mayores del mundo, superando con creces los de las entidades estadounidenses o europeas”.
Los bancos estadounidenses también salieron bien parados en el ranking, con JP Morgan en tercera posición y Bank of America en sexta, seguidos por Citigroup y Wells Fargo, en séptima y en octava, respectivamente.
Los mercados emergentes clave como Brasil, India y Rusiano obtienen una buena clasificación debido a las grandes devaluaciones de sus respectivas monedas con respecto al dólar y/o caídas en los precios de las commodities que han producido la ralentización de sus economías. El banco brasileño Itau cae 16 puestos en la tabla, desde el el 41 hasta el 57, mientras el ruso Sberbank cae 12, desde el 43 hasta el 51. El beneficio de los bancos indios cayó en un 65% y fueron numerosas las entidades que presentaron pérdidas. Los mejores retornos siguen estando en los mercados emergentes, con el 28% de retornos medios, 22% en Centro y Sudamérica y el 16% en Asia, comparado con el 8% de Europa occidental.
En Europa, los franceses siguen siendo competitivos -sus beneficios crecieron un 30%- y, así, Credit Agricole se mantiene en la undécima plaza, con BNP Paribas en la duodécima. Por su parte, los beneficios de los bancos británicos cayeron un 22% y HSBC, en la novena fila, se ha convertido en el único banco británico en los 10 primeros puestos, y el panorama para las firmas de la isla tras el referéndum con respecto a la permanencia del país en la Unión Europea se ha vuelto incierto. Antes de la crisis financiera, en 2006, HSBC era el segundo mayor banco del mundo y Royal Bank of Scotland el séptimo. Pérdidas por parte del RBS y Standard Chartered, y menores beneficios en el caso de Barclays y Lloyds, han empujado hacia abajo los beneficios británicos.Por último, los alemanes también perdieron posiciones. Los beneficios de la banca alemana se han reducido en el 63%, reflejando el impacto de la crisis en la zona euro, y ahora se encuentran por debajo de los de Azerbaiyán, Kazakstán, India y Brasil. El mayor banco alemán, Deutsche, bajó de la posición 16 a la 21 debido a sus pérdidas y a la disminución del 18% en su capital.
De nuevo, si comparamos con 2006, los bancos europeos han pasado de suponer el 42% de los beneficios globales de la banca a hacerlo solo en un 16%, mientras que la evolución de los chinos ha ido desde el 4% hasta el 32%, y los estadounidenses –que se han mantenido algo más estables- solo han bajado del 27% de entonces al 20% de hoy.
Foto: dscn4791. ¿Tendrán las nuevas generaciones menos ingresos que sus padres?
El debate sobre el incremento de la desigualdad en las economías avanzadas se ha enfocado en que tanto los ingresos como las ganancias patrimoniales están siendo acaparadas de manera desproporcionada a las rentas más altas. En el último informe de McKinsey, la consultora estudia un aspecto que ha recibido una menor atención: los hogares de las economías desarrolladas con ingresos menores a los de sus predecesores.
Examinando está cuestión de tres maneras diferentes, McKinsey encontró un incremento sustancial en el número de hogares que se encontraban en esta categoría:
Entre un 65% y un 70% de los hogares del 25% de las economías avanzadas, el equivalente de unos 540 millones a unos 580 millones de personas, se encontraban en segmentos en los que la distribución del ingreso cuyo mercado de ingresos reales, sus salarios e ingresos del capital, fueron los mismos o cayeron en 2014 en comparación con 2005. Esto se compara con menos del 2%, o menos de 10 millones de personas, a los que les sucedió este mismo fenómeno entre 1993 y 2005. Las transferencias del gobierno y unas menores tasas de impuestos redujeron el efecto en los ingresos disponibles: entre un 20% a un 25% de los hogares se encontraban en segmentos de la distribución de ingresos cuyos ingresos disponibles permanecieron sin cambios o bajaron entre 2005 y 2014, comparado con menos del 2% en 1993 y 2005.
Las generaciones de jóvenes de hoy corren el riesgo de acabar con menores ingresos que sus padres. La mayoría de segmentos de la población experimentaron una reducción en sus ingresos o permanecieron sin cambios en la década de 2002 a 2012, pero los trabajadores jóvenes menos educados fueron los más golpeados, según un segundo análisis en el que McKinsey segmentó los ingresos de Francia, Italia y Estados Unidos por edades y educación obtenida. Una tercera medición realizada en 2015 por la consultora se realizó a través de una encuesta a ciudadanos británicos, franceses y estadounidenses. Que confirmó ampliamente que las percepciones estaban en línea con el análisis del segmento. Casi dos de cinco encuestados sentía que su situación económica había empeorado.
Las políticas del gobierno y las prácticas del mercado de trabajo han ayudado a determinar la extensión de la caída en los ingresos o en el mejor de los casos, el mantenimiento de ellos. En Suecia, por ejemplo, donde el gobierno intervino para preservar los trabajos, el mercado de ingresos cayó o se mantuvo sin cambios en un 20%, mientras que el ingreso disponible se mantuvo igual para casi todo el mundo. En Estados Unidos, las tasas del gobierno y las transferencias se convirtieron una caída del mercado de ingresos para el 81% de los segmentos de ingresos en un aumento de la renta disponible para casi todos los hogares.
Unos ingresos sin cambios o menores para la mayoría de la población podrían reducir el crecimiento de la demanda e incrementar la necesidad del gasto social. Las consecuencias sociales también son una posibilidad, la encuesta de McKinsey recoge que casi un tercio de aquellos que sintieron que no avanzaban en sus ingresos, pensaron que sus hijos y la siguiente generación también avanzarían con una mayor lentitud en el futuro y expresaron opiniones negativas sobre el comercio y la inmigración.
La profunda recesión y la lenta recuperación que prosiguió después de la crisis financiera de 2008 fueron las principales causas de este fenómeno, pero los cambios laborales tales como la caída de los salarios como porcentaje del PIB, la tendencia a largo plazo del envejecimiento de la población y la disminución del tamaño de la unidad familiar también desempeñaron un papel importante. Antes de la recesión, el crecimiento del PIB contribuyó cerca de 18 puntos porcentuales al crecimiento del ingreso medio en Estados Unidos y Europa. En los siete años después de la crisis, esta contribución cayó a 4 puntos porcentuales, incluso estas ganancias fueron erosionadas por cambios en el mercado de trabajo y en la demografía.
Las tendencias laborales y demográficas en el largo plazo continuarán teniendo cierto peso en el avance de los ingresos. Incluso si las economías consiguieran reanudar su trayectoria histórica de crecimiento, desde McKinsey proyectan que entre un 30% y un 40% de los segmentos de ingresos no experimentarían una ganancia en la próxima década si los cambios en el mercado laboral, tales como la automatización del trabajo, se aceleran. Si las condiciones de crecimiento lento que se dieron en 2005 y 2012 persisten, de un 70% a un 80% de los segmentos de ingresos de las economías avanzadas puede que no experimenten cambios o que tengan menores ingresos en 2025.
Las autoridades políticas y líderes empresariales tienen la responsabilidad a la hora de dar forma al debate y ayudar a crear soluciones. Desde McKinsey apuntan a un impulso de la productividad, un crecimiento del PIB y del empleo, capacitar a los trabajadores para que encuentren empleos mejores pagados y apoyar los ingresos disponibles de los hogares de ingresos medios y bajos.
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. Hedge Fund Managers See Opportunities in Europe
El informe de Preqin sobre la industria de hedge funds del segundo trimestre del año pone de manifiesto que la incertidumbre económica reinante tras el referéndum del Reino Unido ha creado potenciales oportunidades para los gestores de hedge funds y, como consecuencia, se han lanzado muchos más fondos centrados en Europa. Así, el porcentaje de lanzamientos “europeos” con respecto al total ha pasado del 1% del primer trimestre del año al 16% de los tres meses objeto del informe.
Además, los UCITS representaron el 18% de los nacimientos del periodo, la mayor proporción trimestral registrada por la firma de análisis desde que la Directiva entró en vigor. Preqin invita a pensar que puesto que los fondos UCITS son la manera clave para que las empresas no europeas capten capital de inversores residentes en Europa, este incremento es otra muestra del creciente interés que los distintos operadores tienen por la región.
Si bien los fondos long/short siguen siendo los vehículos más comunes -tanto en términos de búsquedas por parte de los inversores como por lanzamiento de nuevos fondos-, las estrategias CTA son cada vez más buscadas por los inversores. La proporción de búsquedas realizadas entre abril y junio en que se especificaba CTA o fondos de futuros gestionados fue del 22%, el doble que hasta marzo. A pesar del creciente apetito por este tipo de fondo, sólo el 3% de los lanzamientos correspondió a vehículos CTA, claramente por debajo de los UCITS, que acapararon el 18%, o de los fondos de hedge funds, con el 7%.
Por estrategias, los lanzamientos de renta variable volvieron a ser los más numerosos, con hasta el 53% del total, mientras que los de crédito crecieron desde el 10% del trimestre anterior hasta el 18%, al contrario que los multi estrategias, que cayeron del 19 al 6%; y por regiones, los gestores de fondos con sede en América del Norte realizaron dos tercios del total de lanzamientos, mientras desde Europa nacieron el 28% y en Asia Pacífico sólo el 3%.
“El período previo y posterior a la decisión del Reino Unido de salir de la Unión Europea causaron volatilidad más allá de los mercados europeos. Los gestores de hedge funds han visto oportunidades de aprovechar la turbulencia, y han lanzado más fondos centrados en Europa, tanto desde dentro como desde fuera de la región. Aunque los fondos centrados en Europa no alcanzaron los mismos beneficios que los vehículos norteamericanos o asiáticos en el segundo trimestre del año, la actual volatilidad -derivada de la incertidumbre europea- puede brindar a los fondos centrados en Europa la oportunidad de ofrecer mejores resultados”, explica Amy Bensted, jefa de producto de hedge funds en Preqin.
“En términos generales, el apetito de los inversores por los fondos de futuros gestionados sigue creciendo, ya que buscan productos que pueden diversificar su cartera y añadir protección frente a caídas en los próximos meses. A pesar de que estos fondos han experimentado cierta volatilidad en sus rendimientos en los últimos meses, los CTA han sido más consistentes en el segundo trimestre y los gestores estarán encantados de mostrar a los inversores que pueden ofrecer rendimientos no correlacionados y protección del capital”, añade.