Foto: PXhere CC0. Los nuevos índices ESG de mercados emergentes son un paso adelante, pero todavía queda un gran camino
Recientemente, JP Morgan presentó su conjunto de índices de responsabilidad social enfocado a los mercados emergentes. Desde Investec, Peter Eerdmans, codirector de renta fija de mercados emergentes menciona que «como defensores de la integración de ESG en el espacio de la deuda de los mercados emergentes, acogemos con beneplácito esta medida como un importante paso adelante para proporcionar a los inversores un punto de referencia para la integración de ESG».
En su opinión, estos nuevos índices que sobreponderan bonos verdes, y excluyen ciertos emisores, han proporcionado rendimientos comparables a sus homólogos no ESG, al tiempo que muestran una mejor calidad crediticia y resistencia durante los mercados descendentes. Además, «los índices ESG llenan un vacío importante en el mercado y proporcionan a los propietarios de los activos un punto de referencia de ESG dedicado para medir el desempeño de la cartera».
Eerdmans considera el lanzamiento de estos índices como un importante paso adelante para los propietarios de activos que desean incorporar ESG de manera más explícita en sus carteras EMD. Sin embargo, nota que «la metodología se centra exclusivamente en el «nivel» de ESG y no se ajusta al desarrollo económico. Por lo tanto, el peso de Turquía en el EMBI se actualiza en la versión ESG, mientras que los países africanos en general son infravalorados. Esto, en teoría, conducirá a una menor asignación de capital a los mercados emergentes / fronterizos más pobres y reducirá su capacidad de transición o manejar las deficiencias de ESG».
Para el directivo, sería más conveniente el utilizar una solución más integral que incluya varias categorías de la GSIA, como la inversión sostenible, el compromiso y la evaluación de sostenibilidad. «Es importante destacar que tal enfoque tendría un doble mandato; no solo un objetivo de inversión sino un objetivo ESG explícito (y mensurable). Se centraría mucho más en las tendencias futuras de las métricas de ESG en los emisores (en lugar de los datos retrospectivos utilizados para determinar el peso del índice). Claramente, también debe incluir la interacción con los emisores para influir positivamente en dichas tendencias», concluye Eerdmans.
Pixabay CC0 Public DomainWikiImages. Tras la furia, el ciclo
Al término del primer trimestre de 2018, muchos inversores todavía parecen plantearse interrogantes respecto al régimen de inestabilidad que ha vuelto a instaurarse en los mercados. Aludir a la inminencia de una “guerra comercial” entre China y Estados Unidos o encender la chispa de la rebelión contra el segmento tecnológico permite que se materialice vivamente una ansiedad difusa contra los culpables oportunos. Pero lo fundamental va más allá.
El periodo de inestabilidad que acaba de comenzar presenta una idiosincrasia nueva. Este ya no refleja una amenaza de deflación o de recaída económica, sino una enorme confusión acerca del efecto que, en última instancia, ejercerá la combinación de unas políticas monetarias actualmente más restrictivas y unas políticas fiscales más liberales en unas economías y activos financieros catapultados desde hace años por el heroico respaldo de los bancos centrales.
En primer lugar, nos parece conveniente contextualizar la verdadera importancia de los retos que plantean las tensiones comerciales para el crecimiento y la confidencialidad para los grupos tecnológicos agregadores de datos. A continuación, cabe recordar lo que, a nuestro parecer, representa una hipótesis central factible de salida de este periodo de inestabilidad.
Esa extraña guerra comercial
La ambición del candidato, y más tarde presidente, Donald Trump de implantar una política comercial neomercantilista era de sobra conocida, y no hizo más que permanecer latente en 2017. Querer explotar su posición dominante para negociar con sus socios comerciales unas condiciones más favorables encuentra también un apoyo bastante amplio entre la opinión pública estadounidense.
Lógicamente, este deseo resurge hoy en día ante la perspectiva de las elecciones de mitad de mandato que tendrán lugar en noviembre de 2018. Que a Donald Trump le guste negociar con una pistola en la sien de su interlocutor no es ninguna novedad, ya no. Que China disponga demedios de represalia potentes y variados, tampoco. Por tanto, se inicia un periodo de posturas, amenazas y contra amenazas que podrían mermar la confianza de los inversores, e incluso cuestionar el propio futuro de la dinámica del libre comercio en el marco de la Organización Mundial del Comercio. Es cierto que China podría hacer concesiones, y la Unión Europea
probablemente también (recordemos que los impuestos a la importación de automóviles estadounidenses son del 10%, mientras que los vehículos europeos solo se gravan con un 2,5 % a su entrada en Estados Unidos).
No obstante, pretender reducir 100.000 millones de dólares este año el déficit comercial que Estados Unidos tiene con China es tan ilusorio como absurdo (la integración de las cadenasde suministro mundiales complica mucho más este aspecto). Sin embargo, en el modus operandi del presidente estadounidense, las demostraciones de fuerza son, ante todo, una herramienta de política interna. Sin duda, no haber entendido o aceptado este extremo ha llevado recientemente a varios especialistas en relaciones exteriores a abandonar el Estado Mayor de Donald Trump, poniendo así fin a una disonancia cognitiva que se había tornado insoportable.
El riesgo a corto plazo es, principalmente, que el dinamismo del consumo y de las exportaciones estadounidenses sea la víctima de esta batalla. Con todo, cabe señalarque el verdadero desafío es otro: la supremacía tecnológica a largo plazo. Y, en esta guerra, la Administración Trump haría bien en preocuparse más de la atonía de la inversión pública y privada en investigación y desarrollo, y de la incapacidad duradera que generará la implantación de múltiples trabas a la entrada de talento en suelo estadounidense, científicos entre ellos.
Facebook, Amazon, Google y las demás El ataque que Donald Trump realizó recientemente contra Amazon a través de un iracundo tuit está también de rabiosa actualidad, avivado a su vez por el problema recurrente —aunque más grave en esta ocasión— de la confidencialidad de los datos de los usuarios al que se enfrenta Facebook. Este gigante tecnológico está, sin duda, menos preocupado por los riesgos jurídicos (cubiertos en gran medida por unas condiciones de uso que la mayor parte de las veces se aceptan sin leer) que por las amenazas para su imagen. ¿Cabe la posibilidad de que el nivel de fidelización de los usuarios de Facebook, tanto profesionales como particulares, descienda araíz de esta gran metedura de pata?
Nos parece poco probable, tal y como se desprende de múltiples encuestas de opinión que apuntan a que los usuarios de redes sociales albergan ya pocas ilusiones sobre la problemática de la confidencialidad inherente al sistema que utilizan.
Son conscientes de que el conjunto de los servicios a los que acceden a través de las redes sociales no son “gratuitos”, en el sentido de que su pago se efectuará con el suministro —este sí, gratuito— de sus datos personales al propietario de la red. Parece inevitable que la normativa al respecto se endurezca, como en el caso del nuevo reglamento europeo de protección de datos (RGPD), que entrará en vigor a partir del próximo mes de mayo. Ciertamente, el uso de los datos, la transparencia y los controles deberán ser objeto de unmarco mucho más restrictivo. Por tanto, no deberían sorprendernos movimientos del tipo Occupy Silicon Valley como el que hemos observado.
Son muchos los competidores del segmento de los medios de comunicación tradicionales —incluso extranjeros— que sufren lo indecible ante estas empresas tecnológicas y que, sin duda, no dejarán pasar la oportunidad de avivar el fuego tras cualquier brote de indignación. Amenudo se esgrimirán argumentos de índole ética, en ocasiones con razón, que propiciarán un cambio en el marco regulador. Pero cuesta creer que estos ajustes pongan en tela de juicio el valor de uso de estas tecnologías para sus usuarios o el valor de la información cualificada para los anunciantes que obtienen en las plataformas digitales un nivel de ROI desproporcionado en relación con lo que los medios tradicionales pueden ofrecerles.
Por otra parte, todo el sector de la tecnología ha corrido una suerte similar a la de Facebook y Amazon, por efecto contagio, si bien muchas empresas no tienen nada que ver en lo que a modelo económico respecta. Siempre que se analice en profundidad la fuerza de los modeloseconómicos, tan poderosos como diversificados, en el universo tecnológico, cada corrección de mercado en este sector puede ofrecer oportunidades de compra a largo plazo.
Entretanto, el ciclo se abre camino Ninguno de los indicadores económicos publicados recientemente, ya sean los índices PMI* en Europa o en Estados Unidos, o las estadísticas de confianza y de consumo, contradice por el momento nuestra previsión de que los inversores pronto podrían verse decepcionados por una inflexión del ritmo del crecimiento económico. En Estados Unidos, la reforma fiscal acelera los planes de recompra de acciones (que podrían pasar de 450.000 millones de dólares en 2017 a 600.000 millones este año) y afianza las distribuciones de dividendos (la ratio de distribución se sitúa actualmente en un 40 % del resultado neto, un nivel que no se registraba desde finales de la década de los noventa).
Así pues, el mercado bursátil estadounidense se beneficia de unas fuerzas de contención que mantienen su potencia. No obstante, la economía real comienza a ralentizarse; un movimiento que las tensiones comerciales con China no harán sino aumentar. Por otra parte, no nos sorprendería que la economía estadounidense cerrase el año con un ritmo de crecimiento únicamente próximo al 2 %, muy por debajo del 2,8 % al que apunta el consenso.
Esta decepción, junto con un endurecimiento general de las condiciones financieras, debido al deterioro del mercado crediticio y a una política monetaria menos acomodaticia, ha comenzado a desestabilizar los mercados de renta variable y a alterar la curva de tipos de interés. La persistente debilidad del dólar y la dinámica inherente a sus economías respaldan a los mercados emergentes, tanto en el plano de la renta variable como en el de la renta fija, aunque solo ofrecen un escaso margen de maniobra a los mercados europeos.
Mantenemos así nuestra interpretación de la inestabilidad actual en los mercados: consideramos que reflejan una fase de transición entre dos regímenes radicalmente opuestos. Este periodo de fragilidad aboga por una gestión activa de los riesgos, así como por aprovechar situaciones de sobrerreacción para adquirir, en condiciones ventajosas, a los beneficiarios estratégicos del próximo régimen que se instaurará en los mercados de aquí a pocos meses.
Tribuna de Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversiones y managing director de Carmignac.
Pixabay CC0 Public DomainJosef17. Los seis pecados de los fondos smart-beta
En los últimos años los fondos smart-beta se han vuelto cada vez más populares a medida que los inversores buscan un acceso eficiente y de bajo coste a los activos de retorno recurrente. Sin embargo, las transacciones de mercado abarrotadas por los grandes flujos de fondos smart-beta podrían crear inestabilidades de mercado y dejar a los inversores expuestos a grandes pérdidas.
En opinión de Jason Williams, vicepresidente senior y gestor-analista de Lazard Asset Management, esto es particularmente preocupante durante los períodos de estrés del mercado financiero. Esto se debe a que “la popularidad de los fondos smart-beta está impulsando grandes cantidades de capital hacia áreas específicas del mercado y si la marea retrocede, puede causar ciclos rápidos de retroalimentación negativa y desencadenar ventas masivas sistemáticas”, explica Williams. Y justamente, las preocupaciones sobre este escenario están aumentando en la actualidad.
“A medida que más inversores persiguen las mismas fuentes de rentabilidad, también es probable que disminuyan los retornos de estas fuentes. Algunos también argumentan que los flujos de smart-beta están distorsionando los precios del mercad”, señala Williams. En su opinión, los productos smart-beta generan factores –valor, baja volatilidad y momentum– más arriesgados o más volátiles para el futuro y, en esencia, tales estrategias corren el riesgo de ser víctimas de su propio éxito.
Según defiende el gestor de Lazard AM, “creemos que se requiere un enfoque profundamente analítico para ayudar a los inversores a evitar la erosión o incluso la pérdida de sus beneficios como resultado de la exposición de los fondos smart-beta a los seis riesgos”.
Los riesgos a los que Williams se refiere son:
Riesgo de asociación macro:La correlación entre los factores de rendimiento y el riesgo macro ha aumentado, mientras que la oportunidad de generar alfa se ha reducido, tal vez debido a que un nivel creciente de capital ha perseguido parámetros similares. Igualmente, esta relación entre los factores de rendimientos y el riesgo macro podría ser el resultado del actual régimen de política monetaria no convencional, donde la fragilidad económica y los balances de los bancos centrales han conspirado para vincular los rendimientos de las acciones más estrechamente con los riesgos macro.
Riesgo de punto de entrada: El punto de entrada en un producto smart-beta inteligente es fundamental para determinar la probabilidad de que un inversor obtenga un rendimiento positivo según el momentum del activo.
Riesgo de valoración:Es el riesgo de que un inversor compre una cartera cara, lo que de hecho bloquea los retornos futuros. Hemos sido testigos de esto con compañías de alta calidad. Desde la crisis financiera mundial, ha habido una preferencia general por las empresas de alta calidad que pueden aumentar sus ganancias en un entorno de menor crecimiento. Dichas empresas a menudo se consideran activos defensivos que están mejor posicionados para resistir un mayor deterioro de las condiciones económicas. Sin embargo, este sesgo de calidad ha llevado las valoraciones de las empresas de alta calidad a niveles raramente vistos en el pasado, haciendo que probablemente sus retornos se vean erosionados.
Selección pobre de métricas:Elegir solo una selección de métricas de valor que históricamente han tenido el mayor rendimiento no es necesariamente la mejor ruta para construir un valor sólido y deseable. Definir y combinar las métricas de inversión debe incluir un análisis profundo.
Horizonte temporal:Este riesgo se produce cuando se realiza una inversión en un vehículo smart-beta en un momento en que el entorno económico no es propicio para ese estilo particular de inversión. En consecuencia, un inversor puede enfrentar la difícil decisión de mantener o abandonar una estrategia que hasta ese momento ha tenido éxito.
Ineficiencia del modelo de riesgo:Una crítica frecuente a las inversiones cuantitativas es su uso y dependencia de los modelos de riesgo. Las preocupaciones generalmente se centran en la dependencia de los modelos de riesgo en: control de la exposición a factores macro y el uso de datos pasados para construir previsiones futuras.
Si bien el enfoque empleado por estos modelos para medir el riesgo de las acciones es altamente efectivo en la mayoría de los entornos de mercado, hay casos en que estos modelos fallan. “Es importante entender estas ineficiencias, ya que podrían causar importantes pérdidas al subestimar la reversión repentina de un factor de riesgo macro”, recuerda Williams.
Pixabay CC0 Public DomainFree-Photos.. State Street Global Advisor lanza la versión británica de su ETF de Bonos Convertibles Globales (GCVB)
State Street Global Advisor amplía uno de sus productos más significativos, el fondo ETF de Bonos Convertibles Globales (GCVB). Se trata de una estrategia de bonos convertibles globales que, según la gestora, es una oportunidad para que los inversores “naveguen en un entorno volátil protegidos parcialmente y con un tipo de producto que es menos sensible a los movimientos de las tasas de interés».
Según la gestora, ha lanzado este mes de mayo la versión en libra de su ETF de Bonos Convertibles Globales (GCVB). El motivo de este lanzamiento es que los estrategas de la firma consideran que los bonos convertibles son un activo muy apropiado para un entorno de subidas de tipos y crecimiento global firme.
“Tras los fuertes y revisados datos minoristas de Estados Unidos las semanas pasadas, el rendimiento del tesoro estadounidense a 10 años rompió un nivel clave de resistencia de un poco más del 3% en 2013. Luego siguió aumentando cerrando la semana en un 3,05% tocando su nivel más alto desde 2011. Los bancos centrales parecen estar en la senda de la normalización gradual de las tasas y expresan abiertamente su expectativa de cumplir sus metas de inflación. A continuación explicamos por qué los clientes deben considerar los conversos como una exposición adecuada para el entorno actual del mercado”, apuntan los estrategas de State Street Global Advisor.
Además, la gestora se muestra muy positiva en los activos de crecimiento, ya que confían en que el crecimiento global continuará y será fuerte: “pasará del 3,8% en 2017 al 3,9% en 2018 y 2019”, según sus provisiones. Apoya también su tesis en la convicción de que los fundamentales de las compañías siguen siendo fuertes. “Las ganancias fuertes son importantes ya que los múltiplos se han estado contrayendo”, matizan.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Rebecca Siegel. La renta fija emergente continúa siendo una solución de inversión muy rentable a medio plazo
Han sido unas semanas agitadas para la deuda de los mercados emergentes. La clase de activo ha experimentado flujos de salida moderados combinados con una gran oferta. Vemos tres razones que están causando algo de miedo escénico a los inversores: geopolítica, temores por el aumento de los tipos de interés en EE.UU. y el fortalecimiento del dólar americano.
Desde Vontobel AM, creemos que todo ello tiene un efecto en la confianza – al menos hasta ahora – y no es un cambio fundamental en el juego. De hecho, los tres pilares (fundamentales, técnicos y valoraciones) siguen siendo robustos, y por tanto ahora puede ser el momento adecuado para dar un paso más o al menos, para mantener la exposición más que de capitular.
Últimamente la geopolítica parece estar impulsada por los mercados. Cuando las personas están asustadas, tienden a exagerar lo negativo e infravalorar lo positivo. Esto es exactamente lo que está sucediendo en los mercados. Determinados países experimentan claramente mucha volatilidad a nivel de su divisa; entre ellos Argentina, Turquía, Rusia, México, y algún otro.
Pero lo que se pierde en la imagen general son los fundamentales. Las economías emergentes continúan creciendo y nuestro reciente viaje a Washington D.C. para la sesión de primavera del FMI revitalizó nuestras buenas perspectivas.
Tipos de interés
También está influyendo los cambios en los tipos de interés. Recientemente, los bonos del Tesoro de EE.UU. a 10 años alcanzaron el 3% por primera vez en cuatro años y la deuda de mercados emergentes se hundió. Lo que parece haber asustado a algunos inversores es el número redondo. Esto implica que estamos sólo ante un punto de inflexión psicológico y una excusa para escribir titulares.
Hay una creencia entre algunos inversores de que existe una relación directa entre unos tipos a largo plazo al alza y una ampliación de los diferenciales de los mercados emergentes. La historia señala que éste no es el caso. Lo que muestran los datos es que cuando los tipos libres de riesgo aumentan, las rentabilidades de los mercados emergentes no aumentan tanto. Como resultado, la deuda de mercados emergentes tiende a tener una rentabilidad inferior a los activos libres de riesgo.
También influye la evolución del dólar. Hace poco menos de un mes, la divisa estadounidense estaba débil en un entorno de rentabilidades americanas al alza. El consenso general fue que esto se debió a las inquietudes de los inversores sobre el empeoramiento del doble déficit en EE.UU. (un aumento tanto en el déficit comercial como en el déficit presupuestario del gobierno). Pero nada ha cambiado; se trata de un movimiento técnico.
Las divisas de los mercados emergentes reaccionaron en tándem. Aunque el dólar es el principal factor para sus economías, no es el único. Aunque algunos bancos centrales ya han comenzado a hacer referencia a las viejas medidas de intervención (como Argentina e Indonesia), no todas capitulan. Si se mira el «barómetro del miedo» en las monedas de mercados emergentes, el peso mexicano no está cerca de los picos de las elecciones posteriores a Trump.
Esto se debe a la expectativa del consenso de que el izquierdista López Obrador ganará las elecciones presidenciales que se celebrarán en menos de dos meses, lo que sería decepcionante para los mercados y los «arruinaría». Entonces, como se mencionó anteriormente, los problemas están contenidos en los mercados saturados con mucha negociación.
También están afectando factores técnicos, como la salida de flujos de fondos de mercados emergentes en moneda fuerte, aunque estacionalmente abril y mayo son meses de reembolsos relativamente grandes en el segmento de la divisa fuerte, con casi 25.000 millones de dólares con vencimiento en dichos meses.
Valoraciones
En este entorno, mientras que los diferenciales de los bonos de mercados emergentes se mantienen cerca de sus medias históricas, las rentabilidades acaban de alcanzarse:
Máximos a dos años
Máximos de 2013 (¿recuerda el Taper Tantrum?)
Cerca de los máximos posteriores a la crisis financiera global (en aquel entonces, los tipos a 10 años estaban en 3,5%-4,0%, por si acaso)
Por eso creemos que la principal causa de las recientes turbulencias en los mercados está ligada a preocupaciones geopolíticas que han sido exageradas por algunas sorpresas malas en los indicadores económicos y una gran oferta causando indecisión en los mercados.
Es este tipo de situaciones las que los inversores contrarian como nosotros buscamos. Por supuesto, somos cautos y vigilamos los eventos, los flujos y los posicionamientos. Pero cuando toda la clase de activos se ve afectada por los problemas de unos pocos países y existe una atmósfera general de nerviosismo es, en nuestra opinión, el momento en el que se presentan las mejores oportunidades.
Ésta continúa siendo una solución de inversión muy rentable a medio plazo medida en función de los rendimientos ajustados al riesgo, pero los inversores necesitan tener un horizonte de inversión en línea con la volatilidad y las métricas de caída de la clase de activo.
Luc D’hooge es responsable de Renta Fija de Mercados Emergentes de Vontobel AM.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: gnuckx. Lyxor AM mejora su recomendación sobre las estrategias CTA
Los activos de riesgo se han recuperado desde finales de marzo, gracias a la buena temporada de resultados en Estados Unidos y un fuerte repunte en los precios del petróleo. Mientras tanto, los rendimientos de los bonos del Tesoro a diez años subieron más de 20 puntos básicos, dando alas a la subida del dólar frente al euro y el yen japonés.
Para Philippe Ferreira, estratega senior de Lyxor Asset Management, dichos movimientos cambiarios contribuyen a explicar por qué las bolsas europeas y japonesas superaron a las estadounidenses en los últimos tiempos.
“Hasta ahora, según algunas métricas, el apetito por el riesgo ha regresado, pero el régimen de volatilidad en la renta variable permanece estructuralmente por encima de los niveles registrados a lo largo de 2017. Esto sugiere que los mercados se mantienen prudentes ya que el sesgo de ajuste de la Fed se reiteró recientemente y la subida de la rentabilidad de la deuda debería continuar lastrando el valor presente de los flujos de efectivo corporativos”, explicó el gestor.
El rendimiento de los hedge funds desde finales de marzo ha sido plano según varios benchmarks. La industria se ha desapalancado durante las turbulencias registradas en el mercado en febrero y marzo y, por lo tanto, no ha capturado por completo el rebote del mercado en lo que va de este segundo trimestre.
Desde la perspectiva de las estrategias de hedge funds, el rendimiento superior de Event-Driven, Global Macro y Relative Value Arbitrage fue compensado por el bajo rendimiento de los fondos de renta variable long/short y CTA.
“Nuestros puntos de vista han cambiado de forma marginal últimamente. Aunque aún creemos que hay que mantener una posición sobreponderada en estrategias de Event-Driven y Arbitraje de renta fija y una posición neutral en Global Macro y renta variable long/short, actualizamos las CTA de infraponderar a neutral”, dice Ferreira.
Esta mejora tiene lugar en un contexto donde el equipo de Cross Asset de Lyxor AM cree que las estrategias low beta están incrementando su atractivo en un contexto de mayor volatilidad en los activos de riesgo.
Las estrategias CTA también tienen exposiciones a clases de activos tradicionales que ahora son mucho más equilibradas en comparación con hace unos meses, cuando su rendimiento dependía en gran medida del impulso en los mercados de valores. Desde esa perspectiva, Lyxor cree que las CTA vuelven a ser una estrategia de diversificación.
Foto cedida. BBVA AM: el Camino de Santiago en bici con un fin solidario
Por segundo año consecutivo, BBVA Asset Management organiza BBVA AM Solidarios Non Stop, una iniciativa solidaria consistente en realizar el Camino de Santiago francés en bicicleta, desde Roncesvalles hasta Santiago, durante dos días y medio.
El Camino de Santiago en bicicleta por una causa solidaria: así es BBVA AM Solidarios Non Stop: 755 kilómetros entre Roncesvalles y Santiago de Compostela, divididos en 30 etapas, a realizar entre el 15 de junio a las 07:00 y el 17 de junio a las 15:00.
Esta segunda edición de BBVA AM Solidarios Non Stop, organizada por BBVA Asset Management, se realiza por relevos en dos días y medio. La participación es abierta y el coste de la inscripción es de 30 euros, que se destinarán íntegramente a apoyar a varias asociaciones sin ánimo de lucro.
Así colabora con las asociaciones Asdegal, Down Galicia, Down Castilla y León y Fundación Lukas.
“Los días 15, 16 y 17 de junio de 2018 recorreremos en bici, por etapas y haciendo relevos el camino de Santiago con un fin solidario”, explica la entidad.
“Esta iniciativa representa para nosotros la ilusión, el trabajo en equipo, el esfuerzo, la actitud positiva y la solidaridad, valores fundamentales para BBVA Asset Manangement. Nuestro objetivo es seguir creando oportunidades en nuestra sociedad”, comentan.
La Asociación de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi) celebrará el próximo 5 de junio su III Congreso anual, en el Palacio de la Bolsa a partir de las 9 horas, en el que se analizarán aquellos aspectos relevantes para las EAFIs en la implantación a MiFID II, tras su entrada en vigor el pasado 3 de enero, además de tratar otros asuntos de actualidad y la situación de los mercados.
Carlos García Ciriza, presidente de Aseafi, será el encargado de abrir la jornada y además abordará otros temas de interés para las EAFIs.
Asimismo, se analizará la situación general de la industria al cumplirse el primer semestre de la entrada en vigor de MiFID II, su futuro inmediato y, en especial, sobre la evolución del asesoramiento financiero. Santiago Satrústegui, vicepresidente de EFPA España y CEO de Abante Asesores, se encargará de moderar una mesa sobre el impacto de la llegada de MiFID II en la industria, que contará con Gloria Hernández-Aler, social legal de Finreg, con Enrique Fernández Albarracín, socio legal de EY, y con Jorge Canta, socio de Cuatrecasas y especialista en regulación financiera.
También se abordará el ‘Plan de adaptación normativo para EAFIs’, una iniciativa de Aseafi y EY para ofrecer soluciones a las EAFIs de externalización de su cumplimiento normativo en modelos robustos, siendo ahora de vital importancia por el tsunami regulatorio en el que se encuentra inmersa la industria. Las soluciones tecnológicas de adaptación a MiFID II tendrán protagonismo en la jornada de la mano de Openfinance.
El III Congreso Anual de Aseafi contará con un panel de ‘Inversiones alternativas, sostenibles y responsables’, en el que participarán Jorge Antón, CEO & co-funder de MyTripleA, Joaquín Lopez-Chicheri, CEO de Vitruvio SOCIMI, y Jaime Silos, presidente Spainsif, que estará moderado por Susana Criado, directora de Capital Intereconomía.
También habrá espacio para analizar la situación actual de los mercados y debatir sobre políticas monetarias, y establecer estrategias que permitan encontrar rentabilidad, y de ello se encargarán Luis Gea, de Invesco AM, Sébastien Senegas, de Edmond de Rothschild, y Óscar Esteban, de Fidelity International, también de la mano de Susana Criado.
La gobernanza de producto también tendrá su espacio en el congreso, con Andbank, donde se buscará exponer las mejores claves para el tratamiento de las EAFIs.
En definitiva, un completo programa para tomar el pulso a la industria del asesoramiento financiero, de las EAFIs, y que abordará los temas de más actualidad.
Para confirmar asistencia, en este correo: info@aseafi.es.
Foto: Horiavarian, Flickr, Creative Commons. Deutsche Bank y Edmond de Rothschild lanzan en España un fondo multiactivo con un horizonte temporal de 6 años
Deutsche Bank y la gestora francesa Edmond de Rothschild AM lanzan en exclusiva para España y Portugal el fondo de inversión Edmond de Rothschild Fund II Income 2024. Se trata de un fondo multiactivo europeo que invierte con un horizonte temporal a seis años y tiene el objetivo de generar rentabilidad con un nivel de riesgo equilibrado.
Este nuevo fondo, enmarcado en la estrategia de arquitectura abierta de Deutsche Bank, llega a España de la mano de un grupo familiar con más de 250 años de historia con un saber hacer que se ha transmitido de generación en generación y un legado de una herencia cultural. Por ello, el fondo Edmond de Rothschild Fund II Income 2024, lleva intrínseco el savoir faire, explica la entidad en un comunicado.
El equipo especializado que lo gestiona evalúa las empresas en las que invierte más allá de su mera nota crediticia y a través de un sistema propio de calificación, que históricamente ha dado muy buenos resultados a la gestora francesa. La cartera, compuesta por alrededor de 280 posiciones, estará diversificada principalmente entre renta variable y renta fija corporativa europea.
El fondo Edmond de Rothschild Fund II Income 2024 tiene como objetivo preservar el capital a su vencimiento en el año 2024, con un objetivo del 2,5% de rentabilidad anual (no garantizada). Se comercializará en exclusiva para los clientes de Deutsche Bank España hasta el 23 de julio.
Por qué invertir en este fondo
Luis Martín-Jadraque, director del Centro de Inversiones de Deutsche Bank España, asegura que “esta vez nos hemos aliado con una de las gestoras francesas más reconocidas que ha demostrado su savoir faire a lo largo de muchos años. En línea con nuestra apuesta por la arquitectura abierta, los próximos meses comercializaremos el Edmond de Rothschild Fund II Income 2024, un producto dirigido a inversores moderados que combina el análisis de bonos corporativos y de acciones que permitirá obtener rentabilidades interesantes a vencimiento con un riesgo reducido”.
María García Fernández, responsable de Ventas de Edmond de Rothschild Asset Management (France), sucursal en España, señala que “con este lanzamiento no sólo consolidamos la relación con un referente de la banca a nivel mundial, sino que además buscamos innovar la oferta de fondos con un producto que satisfaga las necesidades que estamos detectando en el mercado ibérico. Pensamos que en las condiciones actuales del mercado este fondo es un vehículo bien diseñado para los inversores que quieran preservar su capital y, además, conseguir una rentabilidad recurrente a lo largo del tiempo”.
En cuanto al perfil de riesgo del fondo, en una escala de 5 niveles de riesgo, siendo el 1 el más conservador y el 5 el más arriesgado, este producto se cataloga como perfil 3 (moderado) y se puede contratar a partir de 100 euros.
Fondosde inversión y arquitectura abierta en Deutsche Bank
Deutsche Bank España apuesta por la arquitectura abierta desde 2001, dentro de su estrategia para ofrecer las soluciones de inversión más adecuadas para cada uno de sus clientes. El banco pone a disposición de todos sus clientes de banca minorista más de 800 fondos de 40 gestoras internacionales de prestigio. El banco cuenta con un volumen de fondos aproximado de 5.400 millones de euros, repartidos entre un 44% fondos de la propia gestora y un 56% de terceros.
Contar con arquitectura abierta permite a Deutsche Bank buscar la solución más adaptada a las necesidades de sus clientes. En 2016 y 2017, ha apostado por los fondos multiactivos flexibles de gestoras internacionales de primera fila, como respuesta a los inversores conservadores o moderados que ven difícil encontrar rentabilidad a sus ahorros en un entorno de bajos tipos de interés. Así, desde 2017 se han lanzado cinco fondos en exclusiva para España, junto con Nordea Asset Management, Flossbach von Storch, M&G Investments, Allianz y Fidelity.
Foto: moretime, Flickr, Creative Commons. La inestabilidad política en Italia y España incrementa la volatilidad
En las últimas semanas, la fragmentación política que ya era un hecho en Italia y España se ha manifestado en toda su plenitud, con diferentes escenarios, pero que en ambos casos pueden desembocar en nuevos procesos electorales en el corto plazo.
Esto ha llevado a un aumento de la volatilidad, muy centrada en los mercados periféricos europeos y en sus títulos de deuda pública. En estos procesos de ruido inducido por temas políticos es complicado hacer apuestas a corto plazo, ya que la volatilidad suele ser elevada y muy ligada al ritmo de las noticias que van saliendo. Sin embargo, en el medio-largo plazo las bajadas que se producen por motivos exclusivamente políticos suelen ser ventanas de oportunidad para entrar en valores sólidos.
De momento lo que sí hemos visto es un claro “vuelo a la calidad” de los inversores, que se ha traducido en una llamativa subida del diferencial de deuda de Italia y España, pero que no ha dejado de afectar también a Grecia y Portugal.
En lo que llevamos de año, la subida de rentabilidad de la deuda a 10 años italiana ha sido de unos 50 puntos básicos, pero si miramos desde los mínimos que alcanzaron en abril, la subida es de unos 100 puntos básicos, hasta situarse en una rentabilidad algo por encima del 2,6%.
En el caso del bono español y portugués en el mismo plazo de 10 años, el impacto por el momento ha sido más limitado. Las últimas tensiones han eliminado las ganancias de la deuda y ahora las rentabilidades de ambos países están casi en el mismo nivel que al comienzo del ejercicio y alcanzan el 1,5% para el bono estatal español y 2% para el portugués. Eso sí, desde mínimos, el tipo ofrecido por dichos bonos se ha incrementado alrededor de 50 puntos básicos en ambos casos.
Ese movimiento hacia mercados con menos riesgo ha hecho que la recuperación de la rentabilidad del bono alemán a 10 años se haya truncado, ya que si desde hace unas semanas parecía seguir la estela de la subida de la rentabilidad de bono a 10 años americano, ahora se ha vuelto para atrás. En febrero, la rentabilidad del bono alemán era de algo más del 0,7% y después de los últimos días, se ha vuelto a situar en menos de 0,4%. Se vuelve a descontar que el tensionamiento de la política monetaria por parte del Banco Central es aún algo relativamente lejano. Y ahora, con la inestabilidad de los mercados que puede estar penalizando a los activos periféricos durante unos meses (sobre todo si tanto en España como en Italia, las situaciones actuales desembocan en procesos electorales), pensamos que el BCE tendrá que ser muy cuidadoso en su estrategia de reducción de los estímulos.
Dentro de lo que es el impacto que este episodio de volatilidad está teniendo en las bolsas, hay que señalar que los sectores más afectados son los bancos, en general de todos los mercados periféricos, y en un segundo plano los valores participados por el estado italiano.
El riesgo para estas empresas es, en cierta medida, doble. Por un lado, estas empresas podrían ser privatizadas ya que los dos partidos alternativos que han conseguido la mayoría no apoyan explícitamente la participación del Estado en ellas. Por otro lado, sí podrían utilizar los fondos procedentes de una privatización en financiar algunos de los gastos que han prometido a su accionariado sin comprometer la ya alta deuda pública italiana.
Aunque cuando de riesgos políticos se trata está comprobado que los mercados miran poco a los fundamentales, sí es cierto que las ventas han afectado menos a los activos españoles que a los italianos.
Puede que en términos de estructura económica la italiana sea menos frágil, por un menor nivel de desempleo y por un mayor peso de la industria. Pero a nivel de finanzas públicas y de crecimiento económico, en estos momentos preocupa más Italia. La razón principal es el mayor peso de la deuda pública, que supera el 130% del PIB, mientras que en España es de poco menos del 100%.
Aunque el déficit público español estará entre el 3% y el 2,5% en 2018 y el italiano alrededor del 2%, el crecimiento del PIB es del 3% y del 1,5% respectivamente, por lo que un aumento de los costes de financiación por este episodio de volatilidad puede hacer más daño a las cuentas italianas.
Por otra parte, la comparación del arco electoral da más tranquilidad en el caso español, ya que la suma de fuerzas es pro-europea mientras que en Italia el equilibrio está menos claro, aunque su Constitución protege más el cumplimiento de las normas europeas como hemos visto por la actuación del presidente de la república.
En conclusión, este tipo de episodios de volatilidad por temas políticos suelen ser oportunidades a largo plazo, como ya vimos con Grecia y Portugal. Por el momento, el marco regulatorio europeo es duro de romper ya que no hay una mayoría que lo quiera hacer, pero sí se pueden derivar consecuencias para el mercado como es un retraso en el final de las compras de activos por parte del BCE e impactos en sectores concreto como el bancario.
Tribuna de Víctor Peiro, director general de Análisis de GVC Gaesco