CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Walkressk. El Banco de Japón mantiene su política ultra acomodaticia conforme la inflación decepciona
La reunión del Comité de Política Monetaria del Banco de Japón (BoJ) se llevó a cabo el pasado 30 y 31 de julio. Según apunta Thuy Van Pham, economista de mercados emergentes en Groupama AM, en líneas generales, la institución decidió mantener sin grandes cambios su política monetaria actual, manteniendo su programa de compras de activos establecido en 80 billones de yenes por año, el objetivo de tipos de interés a corto plazo en -0,1% y el objetivo de rentabilidades de los bonos del gobierno a 10 años alrededor de cero.
Al mismo tiempo, se ha anunciado un “fortalecimiento” del mecanismo de relajación:
Con la introducción de un “forward guidance” de los tipos de interés.
La introducción del rango de fluctuación del tipo a 10 años (este último puede “subir y bajar en cierta medida dependiendo de la evolución de la economía y los precios”).
La reducción del importe de los depósitos de los bancos afectados por los tipos de interés negativos.
La nueva composición de las compras de fondos indexados cotizados (ETF), favoreciendo aún más al Topix (índice más amplio) y menos a las compañías del índice Nikkei.
El statu quo anunciado no es una sorpresa. El resultado de la reunión de julio es interesante en muchos aspectos. Por un lado, confirma la dificultad del BoJ para alcanzar el objetivo de inflación del 2%. Con sus pronósticos de inflación revisados nuevamente a la baja, la institución ha reconocido que este objetivo no convergería al final del año fiscal 2019 (marzo de 2020).
Por otro lado, pone fin a las especulaciones sobre el comienzo de la normalización de la política monetaria en Japón. Por el contrario, todo apunta a la continuación de la política monetaria ultra acomodaticia: en su “forward guidance”, el BoJ ha indicado claramente su deseo de «mantener los tipos de interés a corto y largo plazo en niveles extremadamente bajos durante un período prolongado» debido a las incertidumbres que rodean la actividad económica y la trayectoria de los precios, sobre todo los potenciales impactos ligados al segundo aumento del IVA programado para octubre de 2019.
Los ajustes anunciados son un medio para que el BoJ complete y mejore el sistema monetario actual (debido al posible impacto en los márgenes de las instituciones financieras de una flexibilización monetaria prolongada) y para darse más flexibilidad (dado su limitado margen de maniobra).
No hay indicios de que esto sea un punto de inflexión de la política monetaria:
El rango de fluctuación del tipo a 10 años (+/- 10pbs) debería permitir gestionar el volumen de compras y mejorar el funcionamiento del mercado de bonos.
La ampliación de las recompras de ETF a las empresas del índice Topix debería reducir el riesgo de distorsión en el mercado.
La reducción en la cantidad de depósitos de los bancos afectados por los tipos de interés negativo tiene la intención de alentar a los bancos a dar préstamos a empresas y hogares.
“Al final, en Groupama AM pensamos que los ajustes están al margen y la historia de fondo permanece sin cambios. Mantenemos, en consecuencia, nuestro escenario. Debido al contexto inflacionista desfavorable, si bien existen varios riesgos sobre la actividad económica (por ejemplo, guerra comercial, aumento del IVA), es prematuro prever un cambio en la dirección de la política monetaria del BoJ. Este último no tendrá más remedio que mantener su política monetaria ultra acomodaticia durante un período prolongado. El gobernador del BoJ, Haruhiko Kuroda parece descartar por el momento cualquier amplificación del programa de relajación. Por otro lado, se deben considerar otros ajustes. El gobernador también ha mencionado que una nueva ampliación del rango de fluctuación del tipo a 10 años a +/- 20 pbs ahora sería posible en los próximos meses”, concluye Thuy Van Pham.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Celso Flores. Gestión activa: la clave para seguir sacando rendimiento de la renta variable norteamericana
Inflación, volatilidad, normalización monetaria y el riesgo de una guerra comercial son los cuatro factores que han dado un vuelco al entorno perfecto con el que arrancó el año. Desde Columbia Threadneedle Investments consideran que es el momento de analizar las carteras y adaptarlas a un mercado que parece estar agotándose, en especial en la renta variable norteamericana.
Ha esto se suma que, según Nadia Grant,jefe de renta variable estadounidense de Columbia Threadneedle Investments, el mercado en Estados Unidos ha estado penalizado por una serie de prejuicios, que no siempre le han beneficiado e incluso han distorsionado la visión que tienen los inversores.
“Se ha interpretado que el merado americano es eficiente y como consecuencia los flujos de inversión han tendido a ir herramientas pasivas de inversión. En segundo lugar, se ha argumentado que las valoraciones son muy altas, lo cual ha provocado que los inversores se hayan perdido subidas significantes del mercado. Y, por último, se prefieren los mercados locales, pero en realidad son los inversores no estadounidense los que, estructuralmente, están más expuestos a los mercados más grandes”, explica Grant.
Frente a ello, Grant defiende un estilo de inversión basado en el stock-picking y en la gestión activa. “Ahora mismo, la gestión activa te permite ser más discrecional y selectivo, por lo que tienes la oportunidad de mostrar que puedes aportar valor. Además, cuando tomamos decisiones, aunque lo hagamos con toda la información posible, no podemos desprendernos de nuestras emociones. Esto deja un gran terreno al gestor activo. Nosotros nos focalizamos en el análisis y la calidad de los activos que incluimos en la cartera, creemos que esa calidad es la que da confianza a los inversores”, argumenta.
Desde Columbia Threadneedle Investments se defiende una filosofía de inversión que busca la confluencia de: la calidad de los activos, el momentum del negocio de la empresa y una valoración atractiva. La conjunción de estos tres elementos, crea una oportunidad para capturar alfa. Además, la gestora apuesta por hacer una aproximación diferenciada al usar los conocimientos de las finanzas conductuales como un elemento que proporciona un alfa consistente a lo largo del tiempo.
¿Dónde están las oportunidades?
Partiendo de esta visión del entorno y de su filosofía de inversión, Grant señala que la mejor oportunidad está en aquellas actividades, negocios y empresas relacionadas con la innovación. En este sentido destaca que las empresas tecnológicas de mayor capitalización y relevancia están en el mercado estadounidense. Es más, el crecimiento secular de las ganancias que registra el índice S&P 500 proviene de megatendencias vinculadas con la tecnología y la innovación.
“Las tendencias relacionadas con la nube, la inteligencia artificial, la conectividad de los coches, los juegos, las aplicaciones móviles, las conexiones 5G, realidad aumentada e internet generarán las principales oportunidades los próximos cincos años. Y todas estás tendencias están lideradas por compañías norteamericanas”, destaca Grant.
El otro área donde cree que hay oportunidades en el sector financiero. En este sentido sostiene que, después de la crisis, estos activos han alcanzado valoraciones razonables, e incluso se pueden considerara baratas. Muestra de ellos es que los bancos estadounidenses cuentan con un capital sólido y que los bancos más locales tienen unas valoraciones más atractivas.
“Uniendo ambos puntos, el sector de las finanzas y la tecnología, creo que debemos estar muy atentos a las oportunidades que puedan surgir a raíz del desarrollo del blockchain. Creo que realmente es una tecnología que va a revolucionar la forma en que entendemos internet y las financias, por eso todos los bancos están invirtiendo en ello. Es cierto que está en un fase muy temprana, pero creo que definitivamente será un cambio disruptivo”, concluye Grant.
Pixabay CC0 Public Domain3dman_eu. BNP Paribas, nombrado ‘Mejor banco del mundo en finanzas sostenibles’,
BNP Paribas ha sido nombrado ‘Mejor banco del mundo en finanzas sostenibles’ por Euromoney, en sus premios a la excelencia 2018. Al otorgar este premio, Euromoney ha destacado las importantes iniciativas impulsadas por BNP Paribas para tener un impacto positivo en la sociedad.
Helen Avery, editora de sustainable finance de Euromoney, explicó que “BNP Paribas se ha comprometido con la financiación sostenible de una manera incomparable en el sector, al denegar operaciones y dejar de trabajar con sectores que no son sostenibles, así como promover nuevas iniciativas de finanzas sostenibles en todos sus negocios”.
En particular, Euromoney resaltó la decisión del Grupo de suspender la financiación del petróleo y el gas de esquisto y el petróleo de arenas bituminosas, así como la financiación e inversión de actividades de compañías del sector del tabaco. A finales de 2017, BNP Paribas había destinado 155.000 millones de euros para financiar proyectos que contribuyen directamente al logro de los objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
«Estamos encantados de que Euromoney nos reconozca en sus premios anuales a la excelencia. En BNP Paribas, ponemos las finanzas sostenibles en el centro de nuestro modelo de negocio. Creemos que los bancos tienen un papel crucial que desempeñar, aprovechando nuestro lugar en el centro de la economía para canalizar los recursos de particulares, empresas e inversores hacia proyectos que aborden los principales desafíos sociales y ambientales a los que se enfrenta la sociedad”, explicó Jean-Laurent Bonnafé, CEO de BNP Paribas.
«Me gustaría agradecer a nuestros clientes y socios que confían en nosotros para desarrollar sus proyectos y que nos retan para que les proporcionemos nuevas soluciones en su búsqueda de modelos más sostenibles. También me gustaría agradecer a nuestros empleados que están comprometidos por tener un impacto positivo en su trabajo y que han sido un impulsor clave en el enfoque social y medioambiental del banco”, añadió Jean-Laurent Bonnafé.
Foto: Oberazzi, Flickr, Creative Commons. Bloomberg simplifica la gestión del análisis para cumplir con MiFID II
BMO Global Asset Management y Union Investment han adoptado el RMS (Research Management Solutions) de Bloomberg, como respuesta a los nuevos requisitos de MiFID II (Directiva sobre el Mercado de Instrumentos Financieros) relacionados con el análisis de inversiones.
El RMS de Bloomberg ofrece una solución que permite a las empresas del buy-side (compradores de fondos de inversión y firmas de asesoramiento financiero) tener acceso, administrar, valorar y realizar los análisis e interacciones de los brokers, mejorando la transparencia y la eficiencia operativa, además de simplificar el cumplimiento de la normativa MiFID II.
Bajo los requisitos del nuevo régimen, las empresas del buy-side necesitan un control adicional sobre los servicios de análisis que contratan y las formas de pagar por estos servicios de forma separada a los servicios de ejecución. Las empresas también han expresado la necesidad de soluciones para cotizar el análisis, presupuestarlo e informar a sus clientes.
Holly Anderson, Business Manager, Investment EMEA en BMO Global Asset Management, comentó: «Hemos utilizado las herramientas de evaluación del análisis y de monitoreo de interacciones proporcionadas por Bloomberg desde finales de 2017 como parte de nuestra solución de cara a MiFID II. Bloomberg ha sido una interfaz muy eficiente entre nosotros y el sell-side, ya que todos navegamos en este nuevo entorno regulatorio y tenemos necesidad de analizar y valorar los servicios provistos por los brokers. El equipo ha estado disponible para analizar los requisitos, formular soluciones y brindar capacitación durante todo el proceso, lo que ha permitido una transición sin problemas para nuestros equipos de inversión».
«Hemos utilizado la solución RMS de Bloomberg para adquisiciones de análisis, derechos, análisis de interacción y el proceso de votación de investigación desde enero de 2018 como parte del enfoque MiFID II de Union Investment. Si bien la plataforma es nueva y evolucionará con el tiempo, la solución RMS de Bloomberg cuenta con la ventaja de ser una solución completamente integrada y altamente automatizada combinada con un nivel comparablemente alto de consistencia de datos», añade Frank Engels, Chief Investment Officer de Union Investment.
«Estamos encantados de que nuestro compromiso con BMO Global Asset Management y Union Investment haya resultado en soluciones que simplifican todo el proceso de adquisición, de cumplimiento y de presupuestar el análisis que impone MiFID II para firmas del buy-side. Al igual que con todas las soluciones MiFID II que ofrecemos, nuestro objetivo es ayudar a las empresas a cumplir con esto con el mínimo impacto en sus flujos de trabajo para que puedan enfocarse en tomar decisiones de negocio, no en tareas administrativas o de cumplimiento», dice Andrew Skala, director de Research Solutions en Bloomberg.
Con el RMS de Bloomberg, BMO Global Asset Management y Union Investment podrán administrar los derechos para bloquear la recepción de ciertos contenidos, excepto de sus proveedores preferidos. Además, las herramientas analíticas integrales y de informes de Bloomberg permiten a las empresas supervisar y evaluar el acceso corporativo, el análisis y los servicios de ventas, al proporcionar a las empresas información sobre sus interacciones de análisis provenientes de la terminal, Microsoft Outlook y los archivos de brokerpersonalizados. Finalmente, las empresas pueden usar los scorecardsde valoración o estructuras personalizadas de Bloomberg para rastrear el consumo y las interacciones del análisis, ayudándoles a administrar de forma inteligente sus presupuestos.
El RMS de Bloomberg está totalmente integrado y complementa las otras soluciones de flujo de trabajo en materia de inversiones disponibles en la terminal, incluyendo las soluciones de datos, noticias, análisis, comunicaciones y comercialización de Bloomberg. Las empresas también pueden aprovechar las soluciones para administrar las facturas del análisis y conectarse con quienes procesarán los pagos a través de un proceso automatizado (RPA, por sus siglas en inglés) o de cualquier otra forma.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: harrylustig. Ascri entrega los premios al capital privado en España
Ysios Capital Partners, Tensile Capital Management, Alantra, Artá Capital, Oquendo Capital, Padeinvest y Abac Capital son las entidades de capital privado que han resultado premiadas en la 11ª Edición de los Premios, organizada por Ascri (Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión), Deloitte e IESE Business School.
Estos galardones confirman la contribución del sector de venture capital & private equity a la dinamización de las pymes españolas. Dominique Barthel, ex directora general de Ascri, recibió el Premio de Honor.
Los galardones se entregaron en un evento celebrado el 4 de julio en Florida Retiro (Madrid) y conducido por el presentador Eduardo Aldán, al que acudieron alrededor de 200 personalidades de la industria del venture capital & private equity, del sector bancario y académico. Fernando Ruiz, presidente de Deloitte, Miguel Zurita, presidente de Ascri y Juan Roure, profesor de IESE Business School, dieron la bienvenida a los asistentes antes de la ceremonia de entrega de los premios.
El jurado responsable de seleccionar a los galardonados está compuesto por un prestigioso panel de expertos: Juan Roure (profesor y fundador de la Red de Inversores Privados y Family Offices de IESE Business School e inversor privado), María José Osuna (responsable de Private Equity de Casa Grande de Cartagena), José Martí Pellón (profesor de Economía Financiera de la Universidad Complutense de Madrid y fundador de Webcapitalriesgo), Miguel Zurita (partner de Altamar Private Equity), Craig Williamson (Adviser and Former Partner de SL Capital Partners), José Antonio Morales (director de Inversiones en Mutua Madrileña), José Luis García Muelas (director de Loreto Mutua), María Sanz (socia de Swancap Partners) y José Herrera, presidente de AEBAN (Asociación Española de Business Angels).
Se premia en distintas categorías a aquellas entidades de capital privado, radicadas en España y miembros de ASCRI, que hayan desinvertido alguna de sus participaciones en empresas entre el 1 de abril de 2017 y el 31 de marzo de 2018, cuando dichas operaciones han tenido éxito por la rentabilidad financiera para los inversores o por los retos alcanzados (crecimiento de las ventas, del empleo, salida hacia nuevos mercados, mayor innovación…). Este año, como novedad, se han incluido tres nuevas categorías: Mejor Operación de deuda, Mejor Operación de business angel y Mejor Iniciativa de ESG.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Paige Portraits. Mirabaud Equities Global Focus, éxito en gestión activa
Si analizamos el primer trimestre del año vemos cómo el crecimiento se ralentizó tanto en Europa como en Estados Unidos pero hemos de tener en cuenta que partíamos de los niveles récord alcanzados durante el cuarto trimestre del año anterior. Tras observar los últimos movimientos del mercado, hemos constatado que el crecimiento sigue siendo superior a su potencial en la gran mayoría de las economías desarrolladas y marca también buen ritmo en los países emergentes por lo que, lejos de las voces que parecen multiplicarse últimamente a favor de un posible fin de ciclo de crecimiento anticipado, desde Mirabaud, en conjunto, mantenemos una visión optimista sobre el ciclo económico.
Parte de este optimismo procede de nuestra previsión de que en Estados Unidos el PIB logre un crecimiento por encima del 3% en el segundo trimestre del año. Un repunte que procederá sobre todo del consumo privado. La inflación y el crecimiento salarial podrían sorprender al alza. La inflación subyacente alcanzó el 1,9% en abril, nivel cercano al objetivo de la Reserva Federal.
Por otra parte, el mercado laboral sigue registrando tensiones, la tasa de desempleo cayó hasta su nivel más bajo de los últimos 17 años y las perspectivas de inflación a largo plazo vuelven a aumentar, sostenidas por el precio de la energía y las materias primas.
Además, si nos centramos en Europa, y a pesar de que los últimos datos también decepcionaron, el canal del crédito sigue siendo claramente favorable al crecimiento. Las condiciones de concesión de préstamos continúan suavizándose, lo que dará apoyo al crédito y a la inversión. La tasa de inflación subyacente del 0,7% en abril y la importante tasa de subempleo que sigue observándose en el viejo continente deberían convencer al BCE para mantener una política monetaria muy expansiva a medio plazo.
Contexto de volatilidad
En cualquier caso, y pese a que estos factores darán apoyo a las bolsas durante los próximos meses, la confianza de los inversores no está en su mejor momento. Nuestra apuesta, en situaciones de alta volatilidad como ésta, es clara: gestión cien por cien activa, de alto valor añadido, analizando compañía por compañía y con el horizonte puesto en el largo plazo.
En este sentido, una de las estrategias que mejor está funcionando es la seguida por el equipo de Renta Variable de Mirabaud, dirigido por Anu Narula, con el fondo Mirabaud Equities Global Focus. Se trata de un fondo de gestión activa, centrado en 10 temáticas clave de tendencias, que no establece límite por países y basado en stock picking de empresas con ventaja competitiva, un excelente modelo de negocio y capacidad de crecimiento.
A fecha de 11 de junio en que redacto este artículo, se encuentra en el 8º puesto de entre los más de 200 de su categoría en Morningstar, acumulando cerca del 10% de rentabilidad en 2018. El fondo tiene por objeto ofrecer un crecimiento del capital a largo plazo, invirtiendo principalmente en una cartera concentrada de empresas de todo el mundo, y haciendo hincapié en la inversión responsable teniendo en cuenta criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno.
Con respeto a nuestro posicionamiento general a grandes rasgos, nos mantenemos neutrales en las bolsas, con exposición pro-cíclica y atendiendo a nuestra asignación sectorial, que continua dando prioridad a los sectores de servicios financieros, industria, tecnología y energía. También hemos sobreponderado en el mes de mayo el sector de los metales y la minería en Europa y Estados Unidos para expresar nuestra visión positiva sobre las materias primas y el ciclo económico. Esta posición desempeña también un papel de diversificación frente a determinados riesgos geopolíticos.
Elena Villalba es directora de Ventas de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: CityofStPete. Está surgiendo una nueva ventaja de información
Una de las cosas más difíciles, pero más importantes, que un inversor ha de hacer es determinar qué es estructural y qué es cíclico dentro de los mercados y el conjunto de la economía.
Una de las citas más famosas de Mark Twain –“Lo que te mete en problemas no es lo que no sabes. Es lo que sabes con certeza que simplemente no es así”– aparece en la introducción del libro de Michael Lewis titulado The Big Short, una obra sobre el hundimiento del mercado de bonos hipotecarios de alto riesgo, para aludir al convencimiento que mostraron los consumidores, los organismos de control, los bancos centrales y los políticos de que los precios de la vivienda en EE.UU. seguirían subiendo indefinidamente.
En mi caso particular, la cita de Twain me sirve como recordatorio de que las ideas recibidas deben cuestionarse. De hecho, cuantas más personas se apuntan a un lugar común, menos hace falta para derribarlo.
Un ejemplo sería la idea de que la regulación y la tecnología han erosionado la “ventaja de información” que los inversores tomaron en su día como fuente fiable de rentabilidades. Ahora la información está por todas partes, reza el lugar común, porque las empresas están obligadas a revelarla al mercado de forma equitativa, y la transmisión digital de la información es tan fácil que todo el mundo dispone de ella al mismo tiempo.
No estoy de acuerdo: está surgiendo una nueva ventaja de información que será esencialmente diferente. Es un error pensar que no tiene utilidad estudiar la información sobre una empresa o un sector.
Las nuevas tecnologías y la regulación han traído consigo nuevas ineficiencias. Me voy a centrar en tres de ellas: un entusiasmo excesivo en torno al big data, las consecuencias del mayor volumen de información y el impacto de los actores que no se guían por el análisis fundamental.
Inútil sin interpretación adecuada
Vayamos con la primera: las nuevas, ingentes y fácilmente accesibles fuentes de datos –junto a unos ordenadores cada vez más rápidos para procesarlas– han permitido a los inversores reconocer tendencias, identificar niveles de actividad, detectar movimientos incipientes en los precios y entender los comentarios de los clientes sobre nuevos productos… todo para aventajar a otros actores del mercado.
Pero, ¿es esta estrategia una fuente genuinamente replicable de rentabilidades? Big data significa muchísimos más datos y, junto con ellos, el riesgo de tomar el simple ruido por una perspectiva valiosa.
Un ejemplo tomado de la esfera política: ahora se realizan más encuestas de opinión que antes, pero en los últimos años se han producido más resultados electorales inesperados. La mayor disponibilidad de datos debería haber dado lugar a predicciones mucho mejores, pero simplemente ha alumbrado una enorme cantidad de sondeos.
La presentación podría ser parte del problema: le concedemos demasiado crédito simplemente por la forma en que se presenta.
El big data y la inteligencia artificial necesaria para interpretarlo están de moda y apelan a un deseo de pruebas empíricas, pero no siempre aciertan y los inversores pueden dejar sin cuestionar unas interpretaciones faltas o engañosas al confiar en simples datos en lugar de hacer caso a su instinto.
Además, la mayor parte de los datos se caracteriza por una vida útil muy corta, ya que utilizan canales de difusión que caducan rápidamente: por ejemplo redes sociales, imágenes geoespaciales, servicios de noticias y datos de transacciones.
Por último, y más importante: cuanto más inviertan y presten atención los actores del mercado al big data, más probabilidades existen de que la información que ofrezca ya esté descontada en el precio.
El big data podría ser un gran decepción
Demasiada información pública puede traducirse en menos información valiosa.
Hablemos ahora de la información que se publica. Los consumidores y los organismos reguladores demandan más, en la creencia de que más información equivale a decisiones mejor fundamentadas y riesgos mejor entendidos. Sin embargo, el apabullante volumen de información que se difunde a consecuencia de ello puede tener el efecto contrario. La información importante puede estar enterrada bajo el peso de lo que tal vez podría ser importante en determinadas circunstancias.
En la actualidad, la mayoría de documentos de auditoría, memorias anuales, hechos relevantes, términos y condiciones y legislación sobre medidas de seguridad han incrementado inexorablemente su tamaño. Resulta difícil de creer que la comprensión de los inversores haya aumentado en la misma medida. A veces, menos es más.
Por último, voy a hablar de lo que podría denominarse la pereza de los actores del mercado. Uno de los aspectos más valiosos de los mercados financieros como transmisores de información solía ser el de consolidar las opiniones de los inversores sobre el futuro. Cuanto más profundo y líquido es el mercado, mejor es el mecanismo de señalización. Los inversores a largo plazo nos dejan lecciones sobre la “sabiduría de las masas”, ese mercado inteligente y eficiente que se mueve mucho antes de que unos torpes analistas tengan la información que necesitan para averiguar por qué́.
Lo que resulta fascinante es que cuantos más inversores, reguladores y bancos centrales han abrazado sin reservas la idea de la sabiduría del mercado, menos atención han puesto en examinar la relación entre los hechos y los precios. En otras palabras: a menudo se espera que los hechos se ajusten al precio, y no al revés.
Se pasa de puntillas sobre las valoraciones y los atributos de una acción se consideran más importantes que la empresa sobre la que dicha acción otorga una participación. Dicho en términos sencillos: cuanta más importancia se da al precio y a su evolución reciente, menos se valoran los fundamentales básicos de la empresa, el sector y sus perspectivas. Pero una manada de lemmings no suele ser sensata.
Adoptar una perspectiva a largo plazo
En una época en la que los inversores se sienten cada vez más atraídos por los atajos, se consiguen ventajas tomando el camino más largo. Resulta útil desplegar el capital humano junto con la tecnología. La industria de la moda nos ofrece un buen ejemplo: la moda rápida. Las prendas baratas, de tendencia y fabricadas a destajo en regiones de bajo coste fueron un sector en auge pero ha perdido lustre. La ventaja comercial reside ahora en lo artesanal, la procedencia y la calidad, y ahí las redes sociales están creando mercados nuevos y más accesibles, y las interfaces tecnológicas vistosas han modernizado la experiencia del cliente.
Por eso creo que la ventaja novedosa y potencialmente más valiosa para los inversores podría residir en reunir información sobre las perspectivas a largo plazo de una empresa, el sector al que pertenece, la asignación del capital que impulsará las rentabilidades empresariales (durante los próximos años, no semanas o meses) y hasta qué punto la cultura de una empresa ofrece una red de seguridad.
Si eso le parece arduo, pedestre y, por qué no decirlo, trasnochado, tal vez le tranquilice saber que la mayoría de los actores del mercado están hipnotizados por unos conjuntos de datos que giran cada vez más rápido, ajenos a las nuevas ineficiencias que están creándose en torno a ellos.
Paras Anand es el director de inversiones del área de renta variable en Europa.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: ThomasWolter. Un boyante gasto del consumidor prolonga el ya de por sí largo ciclo económico de Estados Unidos
Según la reciente encuesta sobre la confianza en la renta fija global (2018 MFS® Global Fixed Income Sentiment Survey) encargada por MFS Investment Management, la confianza en las inversiones de renta fija gestionadas de forma activa supera con creces la confianza en las inversiones pasivas entre los asesores financieros españoles.
Más del 75% de los asesores financieros mostraron su confianza en las inversiones de renta fija gestionadas de forma activa para obtener sus rentabilidades esperadas, comparado con solo el 36% que confía en las inversiones de renta fija gestionadas de forma pasiva.
Además, el 60% de los asesores financieros coincide en que los gestores activos de renta fija son su mejor opción para aprovechar las oportunidades de alfa en diferentes ciclos de mercado y el 62% de los asesores considera que las inversiones de renta fija gestionadas de forma activa son la mejor opción para cumplir los objetivos a largo plazo para la renta fija.
“La dinámica del mercado resulta fundamental para las asignaciones a renta fija. Tras un periodo prolongado de tipos de interés sumamente bajos en Europa y en todo el mundo, los asesores financieros pueden tener la tentación de dejar de confiar en el valor de la gestión activa”, afirmó Carlos Aparicio, director de ventas para España de MFS Investment Management.
“Los tipos están subiendo, el ciclo económico muestra signos de madurez y la volatilidad está aumentado, por lo que una asignación sólida en renta fija activa resulta lógica para inversores que buscan una mayor gestión del riesgo tras el excelente recorrido de la renta variable desde 2009”.
Prioridades para la renta fija activa
A pesar del optimismo acerca de la economía nacional y global y la confianza en la renta fija, los asesores financieros españoles son cautos respecto a la situación económica actual y se muestran preocupados por la inestabilidad geopolítica, el aumento de los déficits públicos y la subida de los tiposde interés.
Teniendo en cuenta esas preocupaciones, los asesores financieros han recurrido a la renta fija por varias razones: para reducir la volatilidad (74%), para aumentar la diversificación de la cartera (74%) y para preservar el capital (73%).
Sin embargo, estas prioridades suponen una contradicción en términos de riesgo para los asesores financieros. Casi dos terceras partes de los asesores encuestados afirman que han asumido más riesgo en los tres últimos años para obtener las rentabilidades necesarias en renta fija.
En España, casi el 40% de los asesores afirma que esperan aumentar su asignación al mercado high yield, considerado normalmente de mayor riesgo que el mercado general, en los próximos tres años. Esto implica priorizar la gestión del riesgo en los productos de inversión de renta fija y en la selección degestores de carteras.
“La rentabilidad del mercado de deuda en los últimos años ha obligado a los asesores a reconsiderar el nivel de riesgo que están dispuestos a asumir en los mercados de crédito para encontrar rentabilidades aceptables”, señaló Aparicio. “Ante el aumento de la volatilidad y los tipos de interés, los asesores deben considerar cuidadosamente el enfoque de gestión del riesgo de cada uno de los gestores de inversión en los que delegan y asegurarse de que el nivel de riesgo asumido sea intencionado y esté bajo control”, avisó.
Consideración de los parámetros de riesgo
Al seleccionar inversiones y gestores de renta fija, los asesores buscan un enfoque que tenga en cuenta el riesgo, lo que pone de manifiesto su enfoque centrado en la gestión del riesgo. Casi el 70% afirmó que da mucha importancia a la rentabilidad ajustada al riesgo a largo plazo. Sin embargo, puede que los asesores no presten la misma atención a todos los parámetros a la hora de evaluar la capacidad de sus gestores de inversión para gestionar el riesgo. Los asesores españoles indicaron que se centran más en lo siguiente: regularidad de la rentabilidad (62%), rentabilidad con respecto a un índice de referencia (55%) y el ratio de Sharpe (54%). Mientras tanto, un número menor de asesores se centra en el riesgo absoluto (28%), el riesgo relativo/error de seguimiento/Beta (25%) y la rotación de la cartera (8%).
“Es alentador ver que los asesores se fijan en un conjunto muy completo de parámetros al evaluar las inversiones de renta fija gestionadas de forma activa. Sin embargo, hay margen de mejora enalgunos casos”, afirmó Aparicio. “El ciclo económico largo y estable, con unos tipos de interés bajos durante un periodo de tiempo prolongado, puede haber generado un cierto grado de complacencia. Al aumentar la volatilidad, va a haber baches en el camino y los asesores deben mantenerse bien informados para ayudar a sus clientes a mantener el rumbo”, apuntó Aparicio.
Pasarse a la gestión activa
Los asesores reconocen las ventajas potenciales de las situaciones en las que la gestión activa podría añadir valor para las carteras de sus clientes, especialmente en renta fija. De acuerdo con los resultados de la encuesta, buscan gestores activos que añadan valor en la gestión del riesgo (69%), en la gestión de la duración (63%) y en la asignación a la calidad crediticia (41%).
“Creemos que un enfoque activo en renta fija puede añadir valor. Empezamos a ver indicios deque el ciclo económico actual podría estar llegando a su fin. En consecuencia, los inversores tratarán de mover una mayor parte de sus carteras a renta fija y será imprescindible entender totalmente la exposición a renta fija y los riesgos subyacentes de esta”, concluyó Aparicio.
Información sobre la encuesta
MFS Investment Management® ha colaborado con CoreData Research, un proveedor independiente deinvestigación, para realizar un estudio entre asesores financieros y compradores profesionales de Estados Unidos y Europa. La muestra incluyó un total de 1450 participantes; 1250 asesores financieros (500 estadounidenses, 250 alemanes, 250 italianos, 250 españoles) y 200 compradores profesionales (50 estadounidenses, 45 alemanes, 38 italianos, 35 españoles, 32 suizos). Para poder participar, los asesores financieros debían gestionar activos por valor de, al menos, 25.000 millones de dólares, tener al menos 500.000 dólares en ventas anuales de fondos de inversión y al menos un 10% de su asignación a renta fija. Los compradores profesionales debían ser responsables de la gestión, selección o supervisión de las plataformas de inversión de sus entidades, que tenían en total al menos 1.000 millones de dólares y una asignación mínima del 10% a inversiones de renta fija. La encuesta se llevó a cabo entre el 18 dediciembre de 2017 y el 5 de febrero de 2018. No se identificó a MFS como patrocinador de la encuesta. A efectos del presente comunicado, solo se han tenido en cuenta los datos de los asesores financieros españoles.
Las opiniones expresadas pertenecen a MFS y pueden variar en cualquier momento. Dichas opiniones no deberán considerarse asesoramiento de inversión, recomendaciones de valores o una indicación de intención de negociar por cuenta de cualquier otro producto de inversión de MSF.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Hans Splinter. ¿El final del mundo tal como lo conocemos?
El índice MSCI World registró una rentabilidad del 0,4% en dólares y del 1,3% en divisa local durante los últimos seis meses. A juzgar por el resultado, parece tan aburrido como el partido Inglaterra-Bélgica celebrado durante la Copa Mundial de Fútbol, pero la realidad no podría ser más diferente. Varias condiciones que definieron el entorno de inversión entre 2009 y 2016 han cambiado de manera fundamental en los últimos 18 meses. Poco a poco, estos cambios están abriéndose camino en los mercados:
Ahora importan los beneficios, no los múltiplos
De 2011 a 2016, el índice MSCI World se mantuvo plano en general y en algunos casos retrocedió. El beneficio por acción se vio favorecido por las recompras de acciones, principalmente en Estados Unidos, mientras que en otros lugares este indicador retrocedió. Esto no impidió que el mercado subiera, ya que los múltiplos se expandieron desde una ratio precio/beneficio (PER) de 10,5 veces en septiembre de 2009 a 17,2 veces en abril de 2015. A partir de 2016, los beneficios se convirtieron en el principal impulsor de la revalorización del índice, mientras que el PER para los próximos 12 meses se contrajo a 15,1 veces.
Suponiendo una disminución gradual del estímulo monetario y unas valoraciones todavía históricamente altas, es probable que los beneficios sigan siendo el impulsor principal de la rentabilidad del mercado de cara al futuro. Las perspectivas de beneficios para 2018 se beneficiaron de la reforma fiscal estadounidense, un efecto no recurrente ya absorbido por los datos. Si las ganancias inesperadas derivadas de la reforma fiscal se reinvirtieran en inmovilizado (capex), podría registrarse algún beneficio a medio plazo de una mayor productividad.
Sin embargo, por el momento, el principal impulsor de las mejoras de los beneficios debe proceder del gasto de los consumidores, no solo en Estados Unidos, sino también en Europa y Japón. Esto, a su vez, sería mucho más sostenible si se basara en el crecimiento de los salarios en lugar de en un mayor endeudamiento. El fracaso de la curva de Phillips para predecir el crecimiento de los salarios indica que estamos asistiendo a algún cambio en el patrón salarial que todavía no se comprende por completo, lo que hace que las predicciones de beneficios sean más volátiles.
China está desapalancándose
El mayor impulso crediticio que hemos visto en los últimos 10 años no provino de la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo o el Banco de Japón. Procedió de China, donde las autoridades disfrutan del privilegio de ordenar a las entidades bancarias y corporativas que presten y pidan prestado, mientras que, en otros lugares, el estímulo monetario a menudo no ofrece los resultados deseados a causa de las particularidades de los sistemas financieros.
Las dos máximas inyecciones de crédito ocurrieron en 2009 y 2015-2016, y ambas estuvieron impulsadas por el deseo del gobierno chino de mantener las tasas de crecimiento del producto interior bruto (PIB) frente a la desaceleración de la demanda de las exportaciones y de los consumidores (que se había reducido a solo el 35% de la economía).
A partir de 2017, el consumo privado creció al 39% de la economía y contribuyó más del 60% al crecimiento del PIB. Este hecho, junto con el reconocimiento de que el apalancamiento corporativo se ha vuelto excesivo y está asignado de manera ineficiente en algunas partes de la economía, hace que sea menos probable que el gobierno de China emprenda un estímulo de escala similar si el crecimiento global cae por debajo de las expectativas.
El endurecimiento simultáneo del petróleo y de los bancos centrales
En la última década, hemos asistido a períodos de aumento y disminución de los precios del petróleo. Estos cambios influyeron en la rentabilidad relativa de los diferentes sectores económicos, pero no en la dirección general del mercado. En parte, creemos que esto se debe a que el impacto del encarecimiento del petróleo sobre la liquidez quedó compensado por la impresión de dinero por parte de los bancos centrales. En 2018, nos encontramos en una situación en la que el petróleo se ha encarecido y los bancos centrales abandonan gradualmente sus estrategias de expansión cuantitativa.
Política de desglobalización
Donald Trump tiene un mandato democrático para implementar políticas proteccionistas para Estados Unidos y cada vez son más los países que eligen gobiernos con programas que priorizan las necesidades internas del país, como hemos visto recientemente en Italia y México.
Al mismo tiempo, las estructuras políticas multilaterales como la Unión Europea (UE) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) encuentran cada vez más dificultades para transmitir sus mensajes. Si bien por el momento es posible que los nuevos aranceles comerciales no impacten de inmediato sobre el crecimiento del PIB global y estadounidense debido a su magnitud, la pregunta radica en si los beneficios empresariales se verán afectados materialmente a medida que las cadenas de suministro globales sean reemplazadas por soluciones nacionales o regionales. Los recientes anuncios de Daimler, Harley Davidson y Brown Foreman indican que esto puede darse de forma más rápida de lo esperado.
La respuesta a la privacidad de los datos
El último elemento de nuestra lista exhaustiva de cambios materiales es la adopción de una actitud diferente hacia la protección de los datos. La propiedad de los datos no solo se ha concentrado cada vez más, sino que, lo que es más importante, la capacidad de utilizar estos datos está aumentando exponencialmente. En última instancia, esto requerirá un nuevo conjunto de reglas que muy probablemente no solo cambiarán la forma en que opera el sector tecnológico, sino también cómo interactúa con sus clientes la mayoría de los sectores orientados al consumidor. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE posiblemente sea solo un primer paso en esta transición.
Ahora existen alternativas
En los últimos diez años, el mercado restó importancia a muchos de estos cambios, ya que el mantenimiento de efectivo era una estrategia de inversión terrible con rentabilidades reales cercanas a cero o en algunos casos negativas. Ya no estamos en ese escenario, por lo que la máxima de “No hay alternativa” ha dejado de tener sentido.
Los bonos del Tesoro estadounidenses a 12 meses ahora rinden un 2,3%, frente al nivel de cero de septiembre de 2015. Con las expectativas de inflación a un año en el 2,1%, es la primera vez desde 2007 que las estrategias de efectivo conservan el valor real. Esto cambia la situación fundamentalmente, ya que los participantes del mercado no tienen por qué mantener sus inversiones si consideran que la recompensa no supera los riesgos
Calidad y cambio
Los entornos de mercado siempre varían y, a veces, estos cambios son más violentos que otros. Lo que importa desde una perspectiva de rentabilidad sostenible a largo plazo no es si puede predecirse el resultado de cada una de estas tendencias, sino si las compañías en las que hemos invertido están en condiciones de soportar incluso los resultados potenciales más graves.
En nuestro marco de calidad, nuestro objetivo es encontrar compañías que produzcan un retorno sobre el capital operativo sostenible y elevado gracias al fuerte poder de fijación de precios y al bajo consumo de capital. Esto significa que los flujos de caja deben seguir siendo lo suficientemente robustos incluso en períodos de volúmenes decrecientes. Un flujo de caja robusto significa que estas compañías conservan la opción de ajustar su estrategia y cartera de negocios a un nuevo entorno. Nos esforzamos por evitar compañías que se encuentran en el epicentro de los riesgos de cola que identificamos.
Creemos que los buenos equipos directivos rara vez dejan de entender qué cambio se necesita con el fin de gestionar una variación en las condiciones del mercado. Lo que con más frecuencia perjudica a las compañías en una crisis son las presiones de cumplir con el apalancamiento excesivo y/o la falta de fondos para el reposicionamiento o la reestructuración fundamentales requeridos.
Al invertir en negocios con balances saneados y una fuerte generación de efectivo, esperamos evitar estas situaciones verdaderamente irresolubles. Esto nos deja con la tarea de examinar adecuadamente los equipos directivos, algo que llevamos haciendo durante más de 20 años como un pilar clave de nuestro proceso de inversión y marco ESG (factores medioambientales, sociales y de gobierno).
Opinión de William Lock, Bruno Paulson y Dirk Hoffmann-Becking, del equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management
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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Nayuki. No, China no ha entrado en una guerra de divisas
El presidente Trump no es el único que ha señalado en el escenario internacional la debilidad del renminbi chino. La depreciación repentina de la moneda, de alrededor del 5% en un mes, ha llamado la atención y suscitado la especulación de que las autoridades chinas han desplegado una nueva arma en las guerras comerciales. Sin embargo, los analistas de Schroders creen que centrarse en el último mes, excluyendo lo sucedido anteriormente implica perderse un contexto importante.
Para la gestora hay dos puntos importantes en este asunto que no deben perderse de vista. El primero es que la cesta de divisas ponderada por comercio –conocida como CFETS– es una referencia más apropiada para el renminbi que una tasa de cambio bilateral.
El otro factor es que, aunque observamos el movimiento contra el dólar de forma aislada, esta debilidad sigue a un período de fortaleza considerable para el renminbi.
“Por supuesto, el hecho de que todavía no estemos en territorio de guerra de divisas no significa que China no esté yendo en esa dirección. Una gran devaluación sería una forma obvia de lidiar con los aranceles; un arancel general del 25% sobre todos los productos chinos, por ejemplo, podría compensarse en gran medida con una devaluación del 25%, al menos inicialmente”, explican los expertos de la gestora en su Economic and Strategy Viewpoint de agosto.
Sin embargo, éste no es un ejercicio sin coste. La historia de los mercados emergentes está plagada de ejemplos. La propia China fue una de las pocas economías asiáticas en escapar de la crisis de finales de los años 90, recuerdan desde Schroders.
Así que, ¿podemos considerar la devaluación como una perspectiva realista?
Si consideramos que el problema más común es la tendencia de las economías de los mercados emergentes a endeudarse en monedas extranjeras porque sus propios sistemas financieros no están lo suficientemente desarrollados como para proporcionar grandes cantidades de crédito en moneda local, Schroders argumenta que, aunque se puede acusar al sistema financiero de China de muchas cosas, algo que no le falta es profundidad o innovación.
La abrumadora mayoría de la deuda china en circulación está en términos de moneda local, y en manos de los locales. Incluso cuando incorporamos los créditos bancarios transfronterizos, los pasivos externos de China parecen bastante pequeños como porcentaje de su PIB, a pesar de los recientes.
Así que, determinan los expertos de la firma, si China asumiera una devaluación del 25%, su carga de la deuda externa aumentaría alrededor del 2% del PIB, o 290.000 millones de dólares. Frente a las reservas de divisas de 3 billones de dólares, esto parece manejable. “No creemos que esto por sí solo sea un factor de disuasión suficiente para impedir la devaluación”, afirman.
Schroders cree que un riesgo mayor que ése es el de la fuga de capitales. En 2015, a una devaluación repentina del 3% le siguió una mayor depreciación cuando los tenedores locales y las empresas rápidamente convirtieron las tenencias en moneda local a dólares y procuraron pagar la deuda en dólares, por temor a una mayor debilidad de la moneda.
Esto ciertamente podría repetirse hoy día, especialmente si los residentes chinos creen que en el futuro se producirá una importante depreciación. Pero hay algunas diferencias importantes entre lo que sucede hoy y lo que pasó en 2015. La devaluación en 2015 fue un verdadero shock, ya que marcó un cambio de régimen para la moneda china.
En los años anteriores, el renminbi había evolucionado de forma notablemente estable. En un entorno de baja rentabilidad, esto atrajo a los inversores y alentó a las empresas chinas a pedir préstamos en moneda extranjera sin cubrir su exposición.
Básicamente, el renminbi se convirtió en una especie de apuesta única, y un objetivo de política establecido después de la devaluación de 2015 era aumentar la volatilidad bidireccional del renminbi para evitar esto. Como muestra el gráfico, las autoridades tuvieron éxito en este objetivo.
El impacto de cualquier debilidad de la moneda debería ser mucho menos desestabilizador que hace tres años, cree la gestora.
“Cualquier intento de devaluación tendría que encontrar una manera de contrarrestar estos riesgos. Si se intenta una devaluación mediante la depreciación gradual, debería haber una volatilidad bidireccional sustancial para evitar la acumulación de apuestas cortas en la moneda y el afianzamiento de las expectativas de una mayor depreciación”, escriben los analistas.
Sin embargo, es cuestionable cuánto tiempo funcionaría este truco antes de que el banco central perdiera credibilidad. “La fuga de capitales sería una consecuencia probable y el banco central se vería obligado a intervenir para restablecer la credibilidad”, concluyen.