. Jorge Bernaldo de Quirós se incorpora a Mercer Investments para reforzar el equipo liderado por Cristina San Juan
Mercer Investments se ha reforzado con el fichaje de Jorge Bernaldo de Quirós, que se incorpora a la firma, en concreto al equipo liderado por Cristina San Juan, socia de la entidad.
A través de Mercer Investments, Mercer lleva más de 40 años seleccionando estrategias de inversión para los mayores planes de pensiones y fondos del mundo. Con un volumen de activos bajo asesoramiento de 12 billones de dólares, la compañía tiene acuerdos con los mejores y más conocidos gestores de activos en el mundo.
Mercer Investments aprovecha esta posición de liderazgo para ofrecer a clientes institucionales sus servicios de consultoría de inversiones y Delegated Solutions. Todo ello a través de soluciones exclusivas y a medida que les garantiza en todo momento el acceso a las mejores estrategias de inversión de todo el espectro de gestoras internacionales.
Antes de su incorporación a Mercer Investments, Jorge ha trabajado más de 12 años en Bankia Asset Management, primero como gestor de Retorno Absoluto y Mercados Emergentes y después como director de Fondos de Empleo, liderando además el equipo de selección de fondos de terceros para los fondos de pensiones de Bankia.
Jorge es licenciado en ADE por la Universidad Autónoma de Madrid, licenciado en Ciencias Actuariales y Financieras por la Universidad Complutense, y ha completado un Master en Gestión de Carteras por el Instituto de Estudios Bursátiles.
Con su dilatada experiencia y sus sólidos conocimientos del sector, Jorge viene a fortalecer a Mercer Investments y dar impulso a su estrategia de darse a conocer y crecer en España.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: HowardWilks. Tres razones para invertir en deuda de países africanos
Teniendo en cuenta el flujo de información que llega desde los países asiáticos y latinoamericanos, ha llegado el momento de que los inversores en renta fija emergente tomen en consideración las emisiones de algunos países que no forman parte de los índices, y que ofrecen oportunidades que continuamente pasan desapercibidas.
Hay tres razones para considerar algunos países africanos muy seleccionados en 2019, en particular Senegal y Costa de Marfil:
1. Perspectivas económicas sólidas. Había mucha preocupación sobre el endeudamiento del África subsahariana, aunque, en cualquier caso, la deuda de Senegal no es tan alta. Por el contrario, en estos momentos está instalada en una tendencia descendente. Costa de Marfil ha mantenido durante los últimos 10 años un porcentaje constante de deuda sobre el PIB del 40%. Además, cuando hablamos de Senegal, nos referimos a una democracia que funciona bien. Costa de Marfil también podría serlo, aunque en este caso habría que esperar. Ambos países son unas economías relativamente bien diversificadas y muestran una tendencia de crédito positiva. Incluso han recibido mejoras de rating en los últimos cinco años. Tras el descubrimiento de una cantidad sustancial de reservas de petróleo, Senegal podría convertirse en un productor importante a partir de 2023. Podría producir 140.000 barriles al día, lo que es una gran cantidad para un país tan pequeño. Esto podría ser un catalizador muy positivo para Senegal.
2. Acceso al mercado y valoraciones atractivas para la renta fija. En 2018, los países africanos aumentaron sus emisiones en euros, abriendo una nueva fuente de bonos en el continente. Este atractivo mercado frontera es más barato que el denominado en dólares y uno de los que nos gustan.
3. Previsiones políticas interesantes: En 2019, la mayor noticia del continente serán las elecciones generales en Sudáfrica (en mayo) y las presidenciales de Nigeria (febrero). Los dos países son, con mucho, los líderes por tamaño de sus economías, pero quizás es más importante que lo son en la configuración de los patrones políticos y económicos en el espacio subsahariano. Ambas elecciones serán difíciles de predecir y, potencialmente, tendrán mucho impacto para sus países. En Sudáfrica, ha habido un cambio de era después de que el presidente Zuma fuese reemplazado a finales de 2017 por Cyril Ramaphosa, más del gusto del mercado. Los comicios, en estos momentos, son cruciales para él, ya que tendrá que consolidar su poder con el voto del pueblo si quiere deshacerse de los restos del gobierno de Zuma (es decir, sus compinches) y ser capaz, así, de continuar con la difícil reforma de la economía. En Nigeria, el presidente Buhari será desafiado por la oposición a causa de una situación de seguridad aún difícil y un entorno macro inestable.
Creemos que el continente africano sigue siendo una zona inexplorada con propuestas de valor decente que a menudo están menos correlacionadas con los mercados globales.
Tribuna de Luc D’hooge, director de renta fija emergente de Vontobel Asset Management
Foto: State Street. Ronald O'Hanley planea una importante reestructuración en State Street
Tras su primer año como CEO y presidente de State Street, Ronald O’Hanley ha decidido implementar un plan de reestructuración que incluye eliminar 1.500 empleos.
Según publicaron el viernes con sus resultados, State Street planea reducir el 6% de su fuerza laboral en «ubicaciones de alto costo» e incluir una reducción del 15% en sus altos rangos, sin planes inmediatos para hacer nuevas contrataciones.
«Los cambios que estamos realizando nos posicionarán para hacer realidad nuestra visión estratégica a tres años de ser el administrador de activos, y proveedor de información de datos líder para los dueños y administradores del capital mundial», comentó el presidente y director ejecutivo de State Street en la declaración.
En el comunicado, O’Hanley agregó que aunque los ingresos aumentaron en el año, los mercados y otras «condiciones industriales difíciles» redujeron sus activos bajo administración así como sus cuotas, lo que hizo que el CEO lanzara un programa de reducción de costos por 350 millones de dólares, que además de la reducción de la fuerza laboral, también incluye la reducción y racionalización de tres centros operativos y tres joint-ventures, así como una actualización de sus sistemas.
«Si bien hemos progresado en nuestra transformación tecnológica, aún queda mucho por hacer y no estamos satisfechos con nuestro desempeño reciente. Los costos estructurales siguen siendo demasiado altos y nuestros esfuerzos de automatización no se han movido lo suficientemente rápido», añadió O’Hanley, concluyendo que está «confiado en que nuestra estrategia representa una oportunidad significativa para crecer, innovarnos y dar valor a los inversores».
Pixabay CC0 Public DomainPixel2013 . ¿Cuáles serán los debates clave en 2019 para los mercados?
El año acabó, pero han quedado pendientes algunos interrogantes que marcarán los mercados en 2019. Las gestoras destacan especialmente la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit, el ritmo de subida de tipos por parte de los bancos centrales y la evolución de la inflación.
Muchos gestores apuntan que, de cara a este año, es muy importante entender en qué punto del ciclo estamos, dado que el debate sobre una posible recesión se aviva entre los inversores que se muestran preocupados tras asistir a uno de los periodos de crecimiento económico más largos de la historia. El consenso de mercado apunta a que hemos empezado el final de ciclo y que estamos ante un año con un ciclo maduro y con crecimiento menor y desincronizado.
En este sentido, según las perspectivas que maneja Union Bancaire Privée (UBP), el aumento de la desigualdad en el crecimiento económico mundial será probablemente la tendencia dominante en 2019. “Después de dos años de actividad económica global dinámica, el crecimiento se ralentizará y llegará al 3,5%, ligeramente por debajo de la estimación de 3,7% realizada por el FMI. Asimismo, será inferior al registrado en 2018 cuando alcanzó el 3,7%. Estados Unidos seguirá liderando el ciclo mientras China continuará en la carrera por el liderazgo mundial. El resto del mundo tendrá que adaptar sus estrategias a esas dos superpotencias económicas y políticas”, apunta en su último análisis de perspectivas para 2019.
La palabra recesión sigue resonando en la mente de los inversores, pero las casas de inversión insiste en que no hay datos fundamentales que indiquen una recesión a corto plazo. “Nuestros modelos cuantitativos actualizados indican que la probabilidad de una recesión en Estados Unidos, en los próximos 12 meses, ha aumentado a alrededor del 30% recientemente y, por lo tanto, es más alta que en cualquier momento en esta expansión de nueve años. Aun así, actualmente no vemos signos de sobrecalentamiento en los mercados laborales o de bienes que han adelantado una recesión, tal y como hemos visto en otras ocasiones en el pasado, ni los excesos de gastos o créditos excesivos que han precedido a otros. Sin embargo, es importante destacar que el entorno de mercado actual deja bastante claro que no se necesita una recesión por la agitación que agobia a los mercados financieros”, apunta Joachim Fels, Asesor Económico Global de la gestora PIMCO.
Esa “agitación” que menciona Fels es la que marcará los debates en 2019. Principalmente, se trata de asuntos políticos como el Brexit y la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Sobre este último, Fels señala que es un conflicto más arraigado y solo comercial, por lo que seguirá siendo una fuente de incertidumbre y volatilidad, incluso si hubiera un acuerdo comercial. “Estas tendencias respaldan nuestro posicionamiento relativamente cauteloso y nuestro enfoque intenso en los activos líquidos, lo que nos permitirá responder a oportunidades específicas o al aumento de la propagación genérica y una mayor volatilidad”, afirma.
En Europa, la agitación no sólo está en Reino Unido, sino en el propio proyecto de la Unión Europea. Según explica Axel Botte, jefe de estrategias de renta fija y variable en Ostrum Asset Management, filial de Natixis IM, “Italia sigue siendo un riesgo importante en los mercados de bonos gubernamentales de Europa. La situación fiscal es tal que Italia podría perder acceso al mercado, detonando un impacto de la volatilidad e incrementando el diferencial en todas las variables”. Al Brexit y a Italia se suma otro frente más: las elecciones en Europa en mayo de 2019.
En cambio, a la hora de destacar aspectos no políticos, la atención recae sobre la evolución esperada de la inflación. “Creemos que el año que viene la inflación se estabilizará entre el 2% y el 2,5% en Estados Unidos y 2% en Europa, siempre que las divisas y las materias primas se mantengan estables. En países emergentes, la inflación debería subir mecánicamente donde la moneda ha perdido mucho terreno en 2018 y luego estabilizarse una vez que las políticas económicas más restrictivas mantengan la demanda a raya”, argumenta UBP en sus previsiones.
Entre estas dos aguas se quedan los bancos centrales, cuyas decisiones sobre el ritmo de subida de tipos vuelven a ser protagonistas. La Fed ha acabado el año con cuatro subidas y para este ha apuntado al menos otras dos. Sin duda, el ritmo que marque la Fed será fundamental para la economía global, ya que podría ser un elemento que precipite el final del ciclo. “El mercado no comparte la misma visión optimista sobre la perspectivas de la economía y está preocupado porque la Fed podría cometer un error al endurecer las condiciones demasiado pronto y demasiado rápido”, sostiene Mark Holman, CEO de TwentyFour AM (Vontobel AM).
En opinión de Holman, y tras ver cómo reaccionó el mercado tras anunciarse la última subida de tipos, “los inversores están asumiendo un riesgo demasiado elevado en lo que creen que puede ser una desaceleración y han estado deshaciéndose de activos de riesgo y, de forma simultánea, comprando activos libres de riesgo como los bonos del tesoro de Estados Unidos”.
Respecto al Banco Central Europeo (BCE), los analistas de Schroders apunta que, tras anunciarse el fin de su programa de compra de activos, es probable que suba tipos en el primer semestre de 2019. “Existe una gran probabilidad de que el BCE haya dejado para demasiado tarde la normalización de los tipos de interés y considere que ha perdido una oportunidad al no haberlo hecho el año pasado. La región podría verse atrapada en un entorno de tipos bajos y escasa munición monetaria para hacer frente a la próxima recesión”, matizan en su informe de perspectivas para este año.
Foto cedidaLaure Peyranne, responsable de ETFs de Invesco para Iberia y Latinoamérica.. Invesco lanza la serie de ETFs para invertir en bonos del Tesoro de Estados Unidos con menor coste de Europa
Continúa la feroz competencia entre las gestoras por ofrecer soluciones de inversión al menor precio posible. Esta vez ha sido Invesco quien da un paso adelante al anunciar el lanzamiento de una nueva serie de ETFs para invertir en bonos del Tesoro de Estados Unidos con el menor coste de Europa.
Según ha explicado la gestora, desde el pasado viernes, Invesco ofrece cuatro fondos cotizados para invertir en bonos gubernamentales estadounidenses de distintos vencimientos: un ETF para invertir en vencimientos entre 1 y 3 años, otro ETF para vencimientos de entre 3 y 7 años, un tercer fondo para vencimientos de entre 7 y 10 años y un cuarto por último que invierte en bonos a lo largo de todo el espectro temporal.
De esta forma, la firma considera que los inversores encontrarán productos adecuados para invertir en todo el rango de vencimientos. Los cuatro ETFs tendrán unos gastos corrientes totales de un 0,06% anual.
Tras el anuncio, Laure Peyranne, responsable de ETFs de Invesco para Iberia y Latinoamérica, ha afirmado que “los bonos gubernamentales de EE.UU. pueden ser relevantes en cualquier cartera, sea de un inversor cauteloso u otro con un mayor apetito por el riesgo. Estos bonos con calificaciones crediticias muy altas son frecuentemente valorados por su estatus de valor refugio y pueden ser más atractivos para cualquier inversor preocupado por la volatilidad del mercado o una potencial recesión económica.
La gestora sostiene que este tipo de activo es una buena oportunidad porque los bonos del Tesoro ofrecen algunas de las rentabilidades más elevadas de los países del G7. El rendimiento del índice de referencia del bono del Tesoro a 10 años se ha más que duplicado desde sus mínimos de mediados de 2016 por el endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, la Reserva Federal proyecta ahora solo dos incrementos más en 2019, por debajo de su estimación anterior de tres aumentos³.
Cada uno de los nuevos ETFs invertirá físicamente en los miembros del grupo relevante del Bloomberg Barclays US Treasury Index. Estos índices están formados por deuda nominal, a tipo fijo y denominada en USD emitida por el Tesoro de Estados Unidos.
Invesco ya tiene varios de los ETFs europeos más baratos para invertir en los índices core de renta variable y materias primas y ahora está ampliando su oferta de renta fija de replicación física. Estos nuevos fondos cotizados complementan los recientes lanzamientos de ETFs que ofrecen una exposición eficiente, simple y a bajo coste a bonos corporativos y bonos flotantes.
Foto cedidaLarry Fink, presidente y consejero de BlackRock. . Gobierno corporativo: el compromiso de 2019 de Larry Fink con las empresas en las que invierte BlackRock
Incertidumbre generalizada y confianza deteriorada, así ve Larry Fink, presidente y consejero de BlackRock, la situación actual del mercado. En su carta anual destinada a clientes, el ejecutivo de la gestora ha querido dejar por escrito cuál es el compromiso de BlackRock para 2019, descartando una recesión a acorto plazo pero destacando los retos a los que se enfrentan las compañías, incluida la suya que hace unas semanas anunciaba una reducción de 500 puestos de trabajo en todo el mundo.
“Somos conscientes de que, a menudo, las empresas se ven obligadas a tomar decisiones difíciles en pro de objetivos estratégicos más amplios: por ejemplo, si mantener determinadas líneas de negocio o mercados conforme evolucionan las expectativas de las partes interesadas o, en ocasiones, decidir si es necesario realizar una reestructuración de la plantilla. Nosotros mismos, en BlackRock, después de varios años de expansión de nuestra plantilla (7% anual), hemos llevado a cabo una reducción en fechas recientes para posibilitar la reinversión en el talento y crecer a largo plazo. La claridad del propósito ayuda a las empresas a tomar estas decisiones estratégicas de forma más efectiva en beneficio de los objetivos a largo plazo”, apunta en su carta anual Fink.
También ha querido destacar que, a lo largo del año, trabajarán más en los aspectos del gobierno corporativo allá donde inviertan,abarcando el enfoque de su empresa a la diversidad en el seno del consejo, la estrategia corporativa y la asignación de capital, las políticas de remuneración que fomentan el largoplacismo, los riesgos y oportunidades en el plano medioambiental y la gestión del capital humano. “Estas prioridades reflejan nuestro compromiso por participar en los ámbitos que influyen en las perspectivas de una empresa, no solo durante el próximo trimestre, sino en horizontes temporales más amplios que nuestros clientes tienen en mente”, matiza.
Un enfoque que la gestora ya realiza desde el año pasado, cuando su equipo de Investment Stewardship inició un diálogo con las empresas sobre su propósito corporativo y cómo este está integrado en su cultura y su estrategia corporativa. Tras un año, la gestora considera que los resultados han sido alentadores, por eso seguirán trabajando en esta línea. Según Fink, “no tenemos ninguna intención de decirles a las compañías cuál debería ser su propósito: eso es responsabilidad del equipo directivo y del consejo de administración. En su lugar, tratamos de entender de qué manera el propósito de una empresa se refleja en su estrategia y su cultura para fomentar una rentabilidad financiera sostenible”.
Una sociedad desalentada
Además, el ejecutivo realiza una reflexión sobre el entorno social en que las empresas se mueven. En su opinión, estamos ante un contexto polarizado. “Son muchos los que creen que el riesgo de que se produzca una recesión cíclica ha aumentado. En todo el mundo estamos observando cómo el sentimiento de frustración, derivado de años de estancamiento salarial, del efecto que ha ejercido la tecnología en el mercado laboral y de la incertidumbre sobre lo que deparará el futuro, ha impulsado el malestar social, los nacionalismos y la xenofobia. Ante esta situación, algunas de las principales democracias del mundo se han sumido en una devastadora disfunción política que, lejos de aplacar la situación, ha acentuado esta frustración social. La confianza en el multilateralismo y en las instituciones públicas se está desmoronando”, apunta Fink a la hora de señalar el origen de esta situación social.
En su opinión, ante este contexto, la sociedad, angustiada por los cambios económicos fundamentales y el fracaso de los Gobiernos a la hora de ofrecer soluciones duraderas, está recurriendo de forma creciente a las empresas, tanto de la esfera pública como privada, para abordar los acuciantes problemas que adolecen la sociedad y la economía y que abarcan desde la protección del medio ambiente hasta la jubilación, pasando por la desigualdad racial y de género, entre otras cuestiones.
Fink defiende que la respuesta de BlackRock y la suya propia es una apuesta clara por el liderazgo y el talento: “medida que se acentúan las divisiones, las empresas han de demostrar su compromiso con los países, regiones y comunidades donde operan, especialmente en asuntos vitales para la prosperidad del mundo en el futuro. Las empresas no pueden solucionar todos los problemas del plano social, pero muchos de ellos, como la jubilación y la infraestructura para preparar a los trabajadores para los empleos del mañana, no pueden resolverse sin el liderazgo corporativo”.
Pixabay CC0 Public Domain. El 87% de las grandes empresas ya han invertido en machine learning o piensa hacerlo en los próximos dos años
Cloudera, la plataforma de machine learning y análisis de datos optimizada para la nube, ha presentado un informe sobre el estado de la adopción del machine learning en España, Francia, Alemania y Reino Unido. El informe indica que el 35% de las grandes compañías ha desarrollado totalmente esta tecnología, mientras que otro 31% lo ha hecho en algunos departamentos concretos para funciones específicas.
Un tercio de las compañías que ha implementado el machine learning en sus procesos afirma que ya ha visto un retorno a la inversión. Sin embargo, las empresas están de acuerdo en que existe una barrera principal: faltan recursos y talento. De hecho, el 51% dudan en implementar el machine learning, ya que no tienen la habilidad para ello.
La mitad de las grandes empresas han indicado que los datos están completamente embebidos en su organización, y que ya no serían capaces de trabajar sin ellos, mientras otro 36% indica que sí utiliza los datos, pero no de un modo transversal a la compañía. Además, el 49% de los negocios afirma que el departamento de tecnologías de la información es el responsable de maximizar el valor de los datos, y en el resto de los casos la responsabilidad descansa en los científicos de datos o en los propios usuarios.
“El machine learning debe ser el próximo paso para las organizaciones basadas en datos. En Cloudera, planeamos acelerar nuestra hoja de ruta para ayudar a los clientes a capitalizar más rápido el valor de sus datos con machine learning”, ha resaltado Romain Picard, vicepresidente de Cloudera en el Sur de EMEA. Además, ha añadido que “esta clase de soluciones tienen el coste del desarrollo de habilidades internas y en diferenciación, además de concienciar a los líderes en cómo el machine learning es capaz de impulsar a las compañías”.
Las barreras del desarrollo del machine learning
Picard ha indicado que “el primer problema es la falta de conocimiento entre los líderes, y es que la causa principal que hace al machine learning resistirse es un aspecto de percepciones, ya que los negocios aun no confían que en la capacidad de las máquinas de reemplazar al ser humano en las tomas de decisiones”. En este sentido, el 79% cree que las personas toman mejores decisiones.
Por otra parte, no hay una visión clara de en qué consiste y qué beneficios ofrece el machine learning. Los tomadores de decisiones asocian el machine learning con elementos de inteligencia artificial y automatización: el 44% ha indicado que tiene que ver con algoritmos computacionales, otros que es el proceso de crear sistemas independientes de la intervención humana, y un tercer bloque lo asocia a la inteligencia artificial.
Finalmente, hay una falta esencial de talento. Menos de una de cada tres compañías cuenta con un equipo estable de científicos de datos con habilidades en machine learning. Además, tan solo un 52% de ellos se mantienen actualizados con noticias relevantes y específicas del sector de las tecnologías de la información.
Adopción y uso del machine learning
La adopción del machine learning se encuentra en plena expansión, ya que un 47% de las empresas ya está invirtiendo y otro 40% espera hacerlo en los próximos dos años. De hecho, la única tecnología más extendida que el machine learning es el análisis de datos, con una inversión actual en el 54% de las grandes empresas.
El 69% de los directores de tecnologías de la información espera que el machine learning tenga una influencia relevante en sus departamentos, y un 31% espera que sea un fenómeno transformacional. Sin embargo, solo un 20% de los gerentes piensa que tendrá un impacto significativo en las divisiones de ventas, menos aun en el departamento de recursos humanos: 17%.
El portavoz de Cloudera ha indicado que “el uso de algoritmos permite extraer conocimiento útil de los datos. De este modo, el machine learning permite a los equipos trabajar de un modo más inteligente, hacer las cosas más rápido y convertir en rutina tareas que previamente eran imposibles”. Sin embargo, el 65% encuentra problemas en priorizar donde tendrá un mayor impacto, aunque aparentemente será en las divisiones de tecnologías de la información y en I+D.
“En el momento de implementar el machine learning en la compañía, surgen nuevos problemas como la falta de talento capaz de desarrollarlo, lo cual es una de las principales barreras que impide que esta tecnología se extienda a una mayor velocidad”, concluye Picard.
El informe de Cloudera, que analiza la situación del machine learning en Alemania, España, Francia y en Reino Unido, se ha creado sobre las entrevistas a técnicos e innovadores de 200 grandes corporaciones en sectores como finanzas, servicios, retail, salud, energía, industria o telecomunicaciones, además de sector público. 81 de esas empresas tienen entre 1.000 y 5.000 empleados, 61 más de 5.000 y el resto más de 500.
Foto cedidaDavid Livingstone, CEO para la región de EMEA de Citi.. David Livingstone, nuevo CEO para la región EMEA de Citi
Citi ya tiene nuevo responsable para la región EMEA. David Livingstone, que se unió al banco en 2016, pasa a ocupar este cargo después de que Jim Cowles anunciara el pasado septiembre su intención de dejar la entidad para iniciar una nueva aventura profesional en una entidad sin ánimo de lucro. Livingstone trabajará durante un tiempo junto con Cowles , antes de que este deje definitivamente Citi, para garantizar una transición correcta.
El nombramiento, aunque ya ha sido comunicado por Mike Corbat, CEO de Citi, aún está pendiente de las correspondientes aprobaciones regulatorias. Livingstone, natural de Australia, cuenta con más de 30 años de experiencia en el sector bancario y ha pasado los últimos tres en Citi como CCO para la región de Australia y Nueva Zelanda. Su carrera profesional le ha llevado a abordar la mayor parte del negocio financiero: banca de inversión, mercado de capitales y trato con clientes. También ha pasado por las principales firmas del sector como por ejemplo Credit Suisse, HSBC, o Goldman Sach, entre otras, trabajando tanto en Europa como en Asia.
“Hemos hecho un progreso tremendo en la región bajo la dirección de Jim, y confío en que continuará bajo el liderazgo de David”, ha señalado Corbat. La firma ha destacado que durante la etapa en la que la región de EMEA, desde 2013 hasta este año, ha estado bajo la batuta de Jim Cowles, el banco logró aumentar un 53% los ingresos en esta área. Además, Cowels apostó por que, al menos, el 30% de los cargos de alta dirección de EMEA estuvieran ocupados por mujeres para el 2025.
Además, del nombramiento de Livingstone, el banco ha anunciado que Barbara Desoer, CEO de Citibank, N.A. (CBNA), ha comunicado a la entidad sus planes para jubilarse en abril de este año. Barbara se unió a Citi en 2013 como COO para CBNA y sucedió a Gene McQuade como CEO el año siguiente. “Su liderazgo en nuestro proceso de planificación de capital, el Cumplimiento contra el Lavado de Dinero (AML) y los esfuerzos para garantizar la integridad de nuestra principal subsidiaria bancaria han contribuido enormemente a la seguridad y solidez de nuestra institución. También ha hecho de la mentoría y el apoyo a los colegas de nuestra firma una prioridad, no solo como copresidenta de Citi Women, sino también al liderar con el ejemplo y encarnar nuestros valores”, ha destacado Corbat en una comunicado interno.
Tras su jubilación, Carey Lathrop, actual COO para CBNA, pasará a ocupar su puesto. Desoer no abandonará del todo el entidad, sino que será propuesta para ser miembro de la Junta Directiva de Citi. Tras la salida de Barbara, además de ser CEO de CBNA, Carey también presidirá el Comité de Prácticas Comerciales de Citi; AML, dirigida por Alison Clew, reportará a Mark Carawan, Jefe de Cumplimiento.
Pixabay CC0 Public DomainSuju. Perspectivas 2019: con los ojos puestos en Estados Unidos y la Fed
A finales de 2018, el crecimiento económico mundial continuó desacelerándose. Estados Unidos se ha convertido en una de las claves de cara al nuevo año y muchos analistas vigilan cómo evolucionará su economía y si sufrirá un sobrecalentamiento. Por ahora, el primer gesto cauto ha sido protagonizado por Jerome Powell, presidente de la Fed, quien ha afirmado que será “paciente» ante una posible desaceleración.
Según coinciden la mayoría de los analistas de las gestoras, no hay signos claros de una recesión a corto plazo, pero sí de un menor crecimiento. Por ejemplo, en los Estados Unidos, las órdenes de bienes de capital dejaron de aumentar en el cuarto trimestre. “Además, la disipación progresiva del impacto de las medidas de estímulo fiscal probablemente pesará sobre la dinámica de crecimiento de la economía más grande del mundo en 2019”, apunta Guy Wagner, responsable de inversiones en BLI (Banque de Luxembourg Investments).
Lo cierto es que durante la mayor parte de la recuperación y expansión posterior a la crisis financiera global, el crecimiento ha sido positivo pero lento. Eso ha hecho que durante este tiempo, las gestoras hayan hablado de un crecimiento sólido, lento y constante, interpretando Estados Unidos como el motor que ha liderado ese crecimiento; ahora llega un nuevo contexto. “En retrospectiva, 2018 fue probablemente el ápice de este crecimiento en EE.UU., recargado por el recorte fiscal y la ley presupuestal bipartita masivamente expansionista. Igualmente, el crecimiento en la zona euro, según cálculos en PIB real y otras métricas en la actividad, parece haber llegado a máximos en el cuarto trimestre de 2017 y lo mismo puede decirse de Japón”, explica Dave Lafferty, estratega en jefe de mercados de Natixis IM.
Uno de los agentes económicos que más pesó tendrá en la economía global este año será la Fed. Como se esperaba, la Reserva Federal de los Estados Unidos continuó ajustando su política monetaria en su última reunión en 2018, elevando el rango objetivo para la tasa de fondos federales en 25 puntos básicos. Aunque el comité de política monetaria mantuvo su evaluación de la buena salud de la economía de Estados Unidos, con sólidas ganancias, una buena cifra de empleo y un fuerte gasto de los consumidores, sus miembros revisaron a la baja sus pronósticos de cara a estimar el número de aumentos de las tasas de interés en 2019 de tres a dos, «sugiriendo que la política monetaria de ajuste emprendida por la Fed en diciembre de 2015 podría estar entrando en su fase final”, señala el economista luxemburgués Guy Wagner.
En opinión de David Kohl, responsable de estrategias de divisas en Julius Baer, los precios más bajos de las acciones, los mayores diferenciales de crédito y los datos económicos menos fuertes han hecho que las expectativas de subidas de tasas en Estados Unidos bajen, incluso provocando expectativas de recortes de tasas en los próximos 12 meses.
«La última ampliación de los diferenciales de los bonos corporativos y la corrección de los precios de las acciones han endurecido las condiciones financieras de los Estados Unidos, lo que es una de las razones por las que hemos reducido el número esperado de alzas de tasas en 2019 de cuatro a dos. Las condiciones financieras más estrictas contribuyen a un menor crecimiento de la demanda, al igual que las tasas más altas; los consideramos complementarios a los esfuerzos de la Reserva Federal para diseñar un aterrizaje suave de la economía estadounidense, después de que se disparara en 2018, a raíz de un gran estímulo fiscal. Los temores actuales de un ajuste excesivo de la política monetaria en los Estados Unidos son prematuros. Vemos esto más bien como un problema una vez que las tasas de los fondos federales hayan alcanzado un nivel del 3%”, argumenta Kohl.
Pixabay CC0 Public DomainEfraimstochter. Los inversores institucionales están preocupados por el efecto de las estrategias pasivas en el riesgo sistémico
Los inversores institucionales europeos están preocupados por el efecto que pueda tener las inversiones pasivas sobre el riesgo de mercado y los precios de los activos. Dos tercios de ellos (el 60,4%) creen que el auge de las inversiones pasivas ha elevado el riesgo sistémico y el 62,5% destaca que las captaciones de las estrategias pasivas han reducido artificialmente la volatilidad, según los resultados que arroja una encuesta realizada por Natixis IM.
De hecho, más de la mitad (55,6%) de los inversores institucionales europeos también cree que la inversión pasiva ha distorsionado las cotizaciones relativas y las relaciones entre riesgo y rentabilidad, según una encuesta de Natixis Investment Managers a 500 inversores institucionales (incluidos gestores de fondos de pensiones públicos y de empresa, fondos de aseguradoras y fondos de inversión estatales) en Norteamérica, Latinoamérica, Reino Unido, Europa, Asia y Oriente Próximo.
La demanda de inversiones pasivas parece estabilizarse y las instituciones siguen apostando por la gestión activa. En esta coyuntura, los inversores institucionales también están reduciendo el ritmo al que pretenden aumentar su exposición a las estrategias pasivas y parecen haber encontrado el punto justo en sus asignaciones. Cuando se les preguntó por las asignaciones de activos en 2015, los inversores institucionales de todo el mundo pronosticaron un incremento de las inversiones pasivas hasta el 43% en un plazo de tres años, pero si avanzamos hasta 2018 vemos que los encuestados no han dado muestras de haber realizado grandes cambios en su asignación actual de 70% gestión activa y 30% pasiva durante los siguientes tres años.
Los inversores institucionales de todo el mundo también están expresando su preferencia por la gestión activa ante la volatilidad que se prevé en los mercados en 2019; así, cuatro de cada cinco (80%) esperan que aumente la volatilidad en los mercados durante el próximo año. Un porcentaje similar de inversores institucionales europeos (76,2%) sugiere que el entorno de mercado actual favorecerá a la gestión activa de carteras. Los inversores globales siguen siendo optimistas sobre las rentabilidades, pero han rebajado la rentabilidad prevista media para el año hasta el 6,7%, frente al 7,2% de la encuesta de 2017. En el caso de los inversores europeos, esta cifra desciende hasta el 5,8%.
Aunque la mayoría de los inversores cree que el entorno de mercado es óptimo para la inversión activa, sigue habiendo razones para que los gestores activos muestren de forma más clara su valor añadido, ya que la mitad de los que emplean estrategias pasivas señala que existen demasiados fondos indexados encubiertos en la industria de la gestión activa. Sin embargo, si la industria es capaz de sacar a la luz estos fondos indexados encubiertos, entonces más de dos tercios (62,5%) de los inversores piensan que este hecho terminará beneficiando a los gestores que aplican un enfoque verdaderamente activo y a sus resultados y la mayoría espera que las inversiones activas destaquen a largo plazo.
Según señala Sophie del Campo, directora general de Natixis IM para Iberia, Latam y US Offshore, “los inversores institucionales parecen haber encontrado su asignación de activos óptima entre las inversiones activas y pasivas y estamos empezando a apreciar una ralentización de las asignaciones a las segundas. Nuestra encuesta revela que este movimiento coincide con la inquietud de los inversores en relación con el efecto que podrían tener los productos de gestión pasiva sobre la infraestructura del mercado y las rentabilidades de la inversión. Creemos que, con el tiempo, las inversiones pasivas suscitarán un enorme riesgo de concentración, lo que podría derivar en riesgo sistémico, y se pondrán realmente a prueba cuando se desencadene la siguiente fase de caídas en los mercados”.
En su opinión, el interés por las estrategias activas es un indicio claro de que, en momentos de turbulencias en los mercados, los inversores institucionales quieren que un profesional competente se ponga al timón. “Sin embargo, el aumento previsto de la volatilidad en los mercados y un entorno más complejo para generar rendimientos harán que la distinción sea cada vez más clara entre los gestores que pueden generar alfa”, añade.
La búsqueda de alfa
Las consideraciones medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) están desempeñando un papel cada vez más preponderante en las estrategias de inversión de las instituciones. Un 65% de los inversores institucionales europeos incorpora actualmente factores ESG y la mayoría de los encuestados (69,1%) indicó que prevé aumentar las asignaciones a estrategias ESG en 2019, movidos principalmente por la generación de rentabilidades y la diversificación. Casi tres de cada cinco participantes (59%) coinciden en que se puede generar alfa con las inversiones ESG; el 48% de los inversores identifica los factores ESG como algo tan importante como los fundamentales financieros a la hora de analizar una empresa y casi una quinta parte (18%) lo considera una forma importante de generar rentabilidades ajustadas al riesgo a largo plazo.
A pesar del mayor interés por las estrategias ESG, la medición y la capacidad de demostrar los resultados siguen planteando dificultades, según el 43% de los encuestados. A algo más de dos de cada cinco (42%) también les preocupa que las empresas podrían estar “pintando de verde” sus datos para mejorar su imagen pública.
“Si la inversión ESG se ha convertido ya en algo rutinario para los inversores institucionales, que esperan que la incorporación de factores ESG se generalice en todas las gestoras durante los próximos cinco años, el siguiente paso para el sector es asegurar que se regulan y vigilan los productos ESG con vistas a proteger a los inversores y su dinero. Necesitamos una clasificación clara y normas de etiquetado comunes a todo el sector y a todos los países. Únicamente los gestores verdaderamente activos con convicciones fuertes pueden respetar e integrar los principios de la inversión ESG”, añade Sophie del Campo.
Renta fija e inversiones alternativas
La combinación de rentabilidades inciertas y tipos al alza ha obligado a las instituciones a mirar más allá en busca de rentabilidad y los encuestados han expresado su preferencia por las inversiones alternativas y los activos no cotizados. Las infraestructuras siguen suscitando atención en este grupo y más de un tercio (38%) pretende aumentar la exposición a esta área; tras ellas se sitúan el capital riesgo (26,5%), la deuda privada (25,4%) y los bonos verdes (22,8%). La tendencia hacia los activos no cotizados se observa en casi siete de cada diez (69%) encuestados, que señalaron que los activos no cotizados ayudan a generar rentabilidades más elevadas, mientras que para el 58% aportan diversificación.
Los inversores prevén reducir su asignación a renta variable, mientras que la exposición a renta fija va a aumentar. La mayor parte de los inversores europeos (84%) espera más volatilidad en la bolsa y tiene previsto reducir sus asignaciones a renta variable el próximo año del 34,8% al 32,4%, mientras que las asignaciones a renta fija van a pasar del 40,3% actualmente al 41,3% en 2019.