Pixabay CC0 Public Domain. EFAMA insiste en un enfoque flexible para integrar los riesgos y factores de sostenibilidad en las normativas de MiFID, UCITS y AIFMD
La asociación europea de fondos y gestores (EFAMA) ha publicado su respuesta a la consulta de la Comisión Europea sobre los Actos Delegados que buscan integrar los riesgos y factores de sostenibilidad en las normativas europeas de MiFID, UCITS y AIFMD. La propuesta de EFAMA sigue siendo apostar por un enfoque flexible y evitar una normativa rígida.
Según el documento que ha hecho público EFAMA, apoya la creación de un marco sólido para la inversión sostenible que facilite la transición a una economía europea, pero desde un enfoque flexible. “Las normativas de MIFID II, OICVM y AIFMD deberían garantizar que la inversión sostenible se convierta en algo habitual. Sin embargo, las propuestas de la Comisión Europea, en su estado actual, no lograrán este objetivo”, destaca la asociación.
«La cuestión a la que se enfrentan ahora los legisladores en Europa es si deben crear un sistema estandarizado de tick-the-box, es decir plantear la sostenibilidad en un nicho, u optar por un enfoque flexible que promueva el desarrollo dinámico de la inversión sostenible. Definitivamente aconsejamos lo último, ya que un enfoque flexible fomentará una economía europea sostenible», apunta Tanguy Van de Werve, director general de EFAMA.
Desde EFAMA destacan que siempre han apoyado la creación de un marco sólido para la inversión sostenible que facilite la transición a una economía europea más sostenible. En este contexto, la asociación considera que la labor de la Comisión sobre la integración de las consideraciones de sostenibilidad es un hito esencial que fomentará aún más la disponibilidad de los productos ESG para los inversores europeos.
Propuesta de EFAMA
En este sentido, desde EFAMA insisten en que son necesario una serie de ajustes esenciales. En primer lugar, apuntan que “debería ajustarse el reglamento sobre divulgación de información sostenible financiera de MiFID, con una clara distinción entre los productos del artículo 8 y el artículo 9”. Es decir, que se diferencia bien qué productos promueven características ambientales y sociales, (también conocidos como productos de estrategia ESG) y qué productos que persiguen inversiones sostenibles. “Solo a estos últimos se les debería exigir que invirtieran en inversiones sostenibles. Hay que evitar una situación en la que a un cliente que expresa preferencias en materia de sostenibilidad no se le pueda ofrecer un producto del artículo 8, mientras que el mismo producto se pueda comercializar como producto que promueve características ambientales o sociales en el marco de la GESF”, matiza.
También sobre MiFID señala que la normativa “no debe ir más allá de los requisitos existentes de la SFDR en lo que respecta a los principales efectos adversos”. Considera que los Actos Delegados propuestos por la Comisión Europea están ampliando considerablemente el alcance del PAI a nivel de producto que fue acordado previamente por los colegisladores europeos.
En segundo lugar, EFAMA apoya la integración de los riesgos de sostenibilidad como parte de la política de gestión de riesgos a nivel de fondo en los OICVM y los AIFMD, pero no ve ningún motivo para introducir este riesgo específico en el contexto de las disposiciones relacionadas con los requisitos generales del due diligence, que por naturaleza no están relacionados con los riesgos.
Por último, sobre los requisitos específicos para la gestión del riesgo de sostenibilidad la organización subraya la necesidad de que dicha gestión del riesgo se base en información fiable. Si bien EFAMA espera que los cambios en la NFDR mejoren la disponibilidad y la fiabilidad de los datos del ESG, considera que la directiva no estará en vigor a tiempo para que estas normas enmendadas de los UCTIS y los AIFMD entren en vigor.
“Hasta por lo menos 2023-2024, las divulgaciones de los emisores se completarán sobre una base no normalizada de cumplir y explicar. Hasta que la NFRD revisada esté en vigor, insistimos en que se permita a los gestores de activos evaluar los riesgos de sostenibilidad también sobre una base cualitativa cuando las empresas establezcan sus marcos de gestión de riesgos”, afirman desde EFAMA.
Pixabay CC0 Public Domain. Los países asiáticos están por debajo del promedio mundial del 39% en el uso de aplicaciones bancarias
Neuberger Berman amplía su plataforma ESG agregando un nuevo fondo OICVM que “ejecuta la estrategia de la compañía de implicación con la renta variable de Japón”. Según apunta, el objetivo del nuevo fondo es “lograr rentabilidades atractivas a través de una implicación activa y un diálogo constructivo con empresas japonesas de pequeña y mediana capitalización”.
La estrategia Neuberger Berman Japan Equity Engagement Fund tendrá un sesgo hacia empresas con «disposición a cambiar» y busca lograr una mejor rentabilidad ajustada por el riesgo en relación con su índice de referencia a largo plazo. Al invertir en empresas japonesas cotizadas con una capitalización de mercado generalmente inferior a 1 billón de yenes japoneses, la cartera estará altamente concentrada y se basará en la experiencia de los equipos de inversión en el ámbito ESG y de análisis de renta variable global de Neuberger Berman.
“La selección de valores de alta convicción del fondo se definirá mediante un riguroso proceso de evaluación y calificación de tres etapas que se centrará en factores de calidad, gobierno, medioambientales, sociales y de valoración”, explican desde la gestora.
Keita Kubota, con sede en Tokio y responsable de Japanese Equities de Neuberger Berman, gestionará el fondo. Kubota, quien se incorporó a la firma en noviembre de 2019, lidera un equipo de cuatro gestores de carteras experimentados con un profundo conocimiento de las empresas locales. El equipo de inversión central del fondo también contará con la asistencia del recién nombrado director de Japan Investment Stewardship, Kei Okamura, quien se incorporó a Neuberger Berman en marzo de este año.
“El gobierno corporativo nunca ha estado tan firmemente en la agenda del gobierno japonés y estamos viendo un nuevo nivel de mentalidad abierta entre las empresas para cambiar y mejorar. Creemos que ahora es el momento de encontrar acciones japonesas infravaloradas mediante el uso de un enfoque de análisis fundamental con un compromiso activo y constructivo. El conocimiento local de nuestro equipo, junto con la experiencia en análisis de renta variable global de Neuberger, será clave para generar rentabilidades a largo plazo para los clientes”, destaca Kubota.
Por su parte, Jonathan Bailey, director de inversiones ESG en Neuberger Berman, destaca que, tras el lanzamiento del fondo Neuberger Berman Global High Yield Sustainable a principios de este año, el lanzamiento del fondo Neuberger Berman Japan Equity Engagement refuerza la oferta de productos de la firma y su compromiso con los clientes. “Creemos que muy pocos inversores están involucrando a pequeñas y medianas empresas japonesas en temas ambientales, sociales y de gobernanza, lo que crea una oportunidad significativa para crear valor e impacto para nuestros clientes. Estamos ilusionados de que Kei Okamura se haya unido a la firma no sólo para ser parte importante en el proceso de inversión de este fondo, sino también para asociarse con compañeros de nuestro equipo de inversiones ESG de todo el mundo. En un momento de gran incertidumbre económica y social, la necesidad de inversores activos a largo plazo que puedan ejercer un juicio de valor sobre las cuestiones relacionadas con ESG nunca ha sido mayor”, apunta Bailey.
Actualmente, Neuberger Berman tiene un conjunto diversificado de fondos integrados por factores ESG disponibles para los inversores internacionales, como Neuberger Berman Emerging Market Debt Sustainable Investment Grade Blend Fund, Neuberger Berman Emerging Markets Sustainable Equity Fund y el recientemente lanzado Neuberger Berman Global High Yield Sustainable Action Fund.
El primer encuentro digital de Fidelity International, que tuvo lugar el pasado 24 de junio en Madrid, contó con la presencia de Sebastián Velasco, director general de la división de la gestora en España, como conductor de un debate en directo entre dos directores de su área de ventas, Domingo Barroso y Óscar Esteban. Durante el evento se trataron los retos del nuevo orden económico mundial y se explicó no solo cómo la crisis sanitaria condiciona la actuación de los gobiernos en todo el mundo, sino que también impulsa el capitalismo sostenible y refuerza el papel de Asia en la economía global.
La aparición de los primeros casos de coronavirus en China desencadenó en el primer semestre del año el confinamiento de ciudades enteras, el cierre de fronteras y el cese temporal de actividad de miles de empresas repartidas por todo el mundo. Seis meses después, el número de casos diagnosticados supera los nueve millones y, lamentablemente, sigue en aumento, mientras que continúa la carrera contrarreloj en busca de una vacuna y no se descartan nuevos brotes de infección.
Según puntualizó Sebastián Velasco, lo que comenzó siendo una crisis sanitaria, se ha convertido en una de las mayores crisis económicas globales que se recuerdan. Y si todas las crisis de gran alcance dan paso a nuevas estructuras económicas y de gobierno, también en esta ocasión, las decisiones que se tomen por parte de los inversores, consumidores, empresas y gobiernos motivarán cambios profundos a nivel político económico y social.
Algunos de los cambios ya son evidentes como esa mayor dependencia de la tecnología en todos los aspectos de la vida -por ejemplo, para trabajar, aprender, consumir o acceder al ocio-. En paralelo, se está viendo cómo cada vez son más las empresas que dan prioridad al bienestar de sus empleados, de sus proveedores y a las comunidades en las que operan. También se ha visto una evidente necesidad de una mayor inversión en la infraestructura hospitalaria de muchos países.
El liderazgo de Asia
A largo plazo, parece claro que Asia está posicionada para asumir el liderazgo económico global gracias a su mayor crecimiento económico, a esa apuesta definida por la tecnología a gran escala, y también a la existencia de unos regímenes políticos estables.
Dentro de la región, China destaca por sus fuertes inversiones en tecnología y en el proceso de digitalización de su economía. Según indicó Domingo Barroso, China no quiere perder el liderazgo tecnológico frente a Estados Unidos, en especial en tecnologías como el 5G, infraestructuras o todo lo relacionado con la economía de datos que se esperan que sean los principales motores de crecimiento en el futuro.
El capitalismo dirigido de China y otros países asiáticos está contribuyendo a una rápida recuperación de la crisis. A su favor, la región cuenta con unas tendencias demográficas mucho más positivas -con poblaciones jóvenes y una clase media en crecimiento-, así como unos niveles de deuda más bajos que el resto de los países. Sin embargo, al mismo tiempo son países también que dependen mucho de la reactivación de la economía en el resto del mundo.
“Si bien es cierto que Asia está volviendo poco a poco a la normalidad, no lo está haciendo a los niveles previos a la crisis. Conforme el gobierno está estabilizando el virus, lo que se está viendo es que tanto las empresas como las fábricas y los consumidores están volviendo a tener actividad, pero se encuentran todavía lejos de su nivel de partida”, explicó Domingo Barroso.
“La rapidez y la amplitud con la que China recupere su actividad será muy importante para la actividad económica global. Estamos hablando de la segunda economía más importante del mundo y es una locomotora para el resto del crecimiento global”, añadió.
En la opinión de Barroso, al igual que la región asiática ha sido la primera en verse afectada por la pandemia, también será seguramente la primera en salir, aunque esto esté condicionado a posibles futuros brotes. Cabe recordar también que la región asiática tiene una experiencia dilatada en pandemias sanitarias, pues con anterioridad se enfrentaron al SARS y la gripe aviar.
En China, los datos de actividad de alta frecuencia, que van desde el consumo de carbón hasta la venta de vivienda, están volviendo gradualmente a los niveles precrisis. Sin embargo, el consumo de bienes discrecionales todavía no se ha recuperado y, lo que es más importante aún, está experimentando un proceso de transformación desde las tiendas físicas a las plataformas online.
“Las ventas de alimentos por plataformas online, así como la educación y los medios de pago electrónicos se están disparando. Por ejemplo, el nivel de descargas de la aplicación móvil de la cadena de alimentación Hema, perteneciente al grupo tecnológico Alibaba, se ha disparado un 128% durante la crisis”, argumentó Barroso.
Por su parte, Óscar Esteban destacó cómo este liderazgo económico se está trasladando a los mercados financieros con una mayor preponderancia en los índices globales que hace unos años. Asimismo, señaló que los activos de renta fija asiática están siendo bastante demandados por los inversores institucionales fundamentalmente porque las empresas de la región suelen tener un alto grado de solvencia, con unos balances muy sólidos, y sus bonos ofrecen unas tasas internas de rendimiento muy atractivas.
Las políticas de estímulo monetario y fiscal
En el corto plazo, se seguirán viendo cómo las actuaciones de los bancos centrales y gobiernos revierten un periodo caracterizado por la austeridad y las privatizaciones. En ese sentido, los bancos centrales de las principales economías desarrolladas han actuado de forma rápida y contundente contra la crisis. Pero, esta intervención no ha estado exenta de críticas por parte de los analistas de mercado, quienes consideran que estos estímulos son los culpables de una recuperación atípica después de unas caídas históricas los meses de marzo y abril.
Según apuntó Óscar Esteban,los precios de los activos se encuentran distorsionados por las inyecciones de liquidez acometidas por los bancos centrales. A su juicio, el repunte experimentado por los mercados no se ha debido a la recuperación de la confianza en la economía a nivel global, sino más bien a la ingente cantidad de dinero derivado de las políticas monetarias de los bancos centrales.
“Antes de esta crisis, muchos actores del mercado cuestionaban las herramientas de los bancos centrales ante una posible futura recesión. Sin embargo, en estos últimos meses se ha visto que no solo contaban con las antiguas herramientas, sino también con otras más novedosas para reactivar los mercados financieros y reactivar la economía. Este exceso de reactivación ha provocado una desconexión completa entre los mercados financieros y la economía real”, comentó.
Los inversores ahora se enfrentan al dilema de cómo actuar. El recetario de la última década de seguir al intervencionismo no cabe para obtener unas rentabilidades interesantes. Por eso, desde el punto de vista de Fidelity International, lo importante es valorar el corto y medio plazo. La reacción de la economía global a las políticas monetarias de los bancos centrales ha sido buena, pero no ha sido tan buena como se ha visto reflejado en los mercados.
“En Fidelity International somos muy cautos a la hora de valorar el efecto de esta crisis en la economía real. En un momento determinado, los mercados financieros y la economía real van a tener que volver a encontrarse. Y probablemente, en esa fase de la pandemia, el inversor tendrá que recordar tres cosas muy importantes: en cualquier recesión, siempre hay perdedores -empresas que se van a quedar en el camino-, los modelos de valoración de crisis anteriores no servirán -porque cada crisis se manifiesta con su propia forma-, y cuanta más información se disponga, mejor se bandeará la economía”, añadió.
Mientras tanto, en materia de política fiscal y de actuación por parte de las autoridades fiscales, en Fidelity esperan un mayor intervencionismo por parte de los gobiernos, dejando atrás la idea del libre mercado auspiciado tanto por Margaret Thatcher y Ronald Reagan en la década de los 80. Por otro lado, también se espera que las oleadas de privatizaciones y de austeridad de la última década pasen a un segundo plano, pues tanto el crecimiento de la deuda global como el coste de la deuda han sido muy exiguo.
Probablemente, el nuevo intervencionismo fiscal tendrá que ir muy de la mano de las políticas monetarias, pues por sí solo, podría causar un crecimiento que no sea especialmente robusto y en un momento determinado afecte mucho a la productividad global.
El proceso de desglobalización
Mientras que compañías repartidas por todo el mundo está viendo cómo se una parte o la totalidad de su negocio tiene que echar el cierre, muchas de las cadenas de suministro internacionales que estaban vigentes antes de la crisis están siendo desmanteladas. Un nuevo regionalismo emerge como fuerza como sustituto de la corriente de globalización que había dominado en las últimas décadas.
El impacto que causaron las disputas comerciales entre China y Estados Unidos, junto con las consecuencias directas de la pandemia han evidenciado que determinadas industrias deben ser consideradas estratégicas y que su producción debe estar cerca de la población de consumo. Por ejemplo, las farmacéuticas, la asistencia sanitaria, la alimentación y la seguridad son industrias que Fidelity espera que experimenten una transformación, pasando a tener un carácter más público o de defensa dando lugar a un nuevo paradigma.
La inversión sostenible gana aún más relevancia
Antes de la llegada de la pandemia, las políticas medioambientales acaparaban el foco de atención de la inversión sostenible. Pero en los próximos años, éstas tendrán que compartir protagonismo con políticas de buen gobierno corporativo y con el área social de las empresas.
Las empresas se van cada vez más abocadas hacia un “capitalismo sostenible”. No solo deben seguir desarrollando una transformación hacia un menor impacto medioambiental, ahora también deben reforzar sus políticas de buen gobierno corporativo y sus políticas sociales.
“Como inversores podemos forzar a las compañías a potenciar su parte corporativa y social. La crisis del COVID ha puesto de manifiesto que hay muchas empresas que están ayudando a la sociedad dónde tienen su actividad y a sus empleados”, dijo Domingo Barroso.
La principal idea que subyace en la teoría del capitalismo sostenible es que la empresa no solo debe maximizar el valor del accionista -con un enfoque más cortoplacista centrado en los beneficios-, sino que también tiene que dar cabida a los intereses de más actores, como proveedores y empleados.
En los próximos años, se verá una mayor incidencia del capitalismo sostenible en las compañías, así como una mayor cooperación entre las entidades públicas y las privadas, especialmente en áreas estratégicas, como pueden ser la seguridad nacional, el medioambiente o la emigración.
Por ejemplo, el ‘New Green Deal’ europeo es un proyecto de un billón de euros en el cual corporaciones privadas y públicas europeas van a trabajar conjuntamente los próximos 10 años para conseguir el objetivo de ser neutrales en carbono en el año 2050.
Además, durante la crisis del COVID-19 se ha evidenciado que las empresas con modelos de negocio que apuestan por la sostenibilidad son mucho más sólidas y ofrecen unos rendimientos con un comportamiento superior al índice.
¿Cuándo y cómo llegará la recuperación?
Si la pregunta del año pasado era cuándo llegaría la recesión, este año la pregunta se transforma en cuándo y cómo llegará la recuperación. El escenario central de Fidelity International la salida de la crisis pasa por una recuperación con forma de U. Según la gestora, después del levantamiento progresivo de las medidas de confinamiento, al cual ya se está asistiendo en muchos países a un ritmo distinto, se accederá a un periodo en el cual habrá restricciones durante al menos 10 meses, se verá una inflación muy baja, y se tendrán niveles de desempleo muy elevados hasta bien entrado el año 2021.
Fidelity International no descarta otros escenarios como el favorable escenario de la recuperación en V o el más pesimista, en caso de que se asista de nuevo a varios brotes de infección, pero le asignan una mayor probabilidad a que la vuelta del crecimiento se produzca en el año 2021 después de un periodo prolongado de estancamiento económico. En cualquier caso, será fundamental la voluntad política y la capacidad de los gobiernos para poner en funcionamiento programas de reconstrucción y creación de empleo que permitan evitar el deterioro de la actividad económica durante un periodo prolongado.
Foto cedidaDe izquierda a derecha, Miranda Beacham, gestora senior y responsable del equipo, Georgina Laird, analista de inversión sostenible, y Retno Kusumaningtyas, asociada senior de inversión responsable, en Aegon AM. . Aegon AM refuerza su equipo de inversión responsable con dos incorporaciones y la promoción de Miranda Beacham como gestora senior
Aegon Asset Management refuerza su equipo de inversión responsable con la promoción de Miranda Beacham y con las incorporaciones de Retno Kusumaningtyas y Georgina Laird, comoasociada senior de inversión responsable y analista de inversión sostenible, respectivamente. La gestora pasa así a contar con 15 personas dentro de este equipo.
Según ha explicado la gestora, en su nuevo cargo como gestora senior de inversiones responsables, Miranda Beacham liderará el equipo de especialistas en inversión responsable de Aegon Asset Management en Edimburgo. Beacham lleva trabajando en Kames Capital, que pronto pasará a llamarse Aegon Asset Management, desde 1995 y es una de las cofundadoras del equipo británico de Inversión Responsable. En su nuevo puesto, Beacham liderará las actividades de administración responsable (stewardship) en Reino Unido y contribuirá al análisis ESG y las soluciones de inversión responsable de la plataforma de inversión en renta variable de Aegon AM.
También se incorpora a la firma Retno Kusumaningtyas como asociada senior de inversión responsable, desde las oficinas de la firma en La Haya. Desde su nuevo puesto, Kusumaningtyas contribuirá al análisis ESG y de impacto de la plataforma de inversión en renta fija de Aegon AM y respaldará la nueva alianza en materia de inversión responsable entre Aegon AM y ABN AMRO. Kusumaningtyas se une a Aegon AM desde Profundo Research and Advice, una consultora ubicada en Ámsterdam donde generaba análisis y asesoraba a clientes en temas como negocio responsable y financiación sostenible. Según puntualizan desde la gestora, “tanto Beacham como Kusumaningtyas trabajarán bajo la supervisión del responsable global de Inversión Responsable, Bruno Maradei”.
Por último, Georgina Laird se ha unido al equipo que lidera Miranda Beacham como analista de inversión sostenible, donde se encargará de monitorizar y analizar los factores ESG en el marco de la estrategia de renta variable sostenible global de la casa escocesa. Laird se incorpora desde la firma australiana Uniting Ethical Investors, donde trabajaba como gestora de ética e impacto. Graduada en Matemáticas por la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo, formó parte del equipo de Análisis ESG de Kames Capital entre 2017 y 2019, antes de mudarse a Australia.
“La experiencia de Miranda ha sido decisiva en la evolución de nuestras capacidades de inversión responsable, lo que incluye el desarrollo de nuestras estrategias éticas, participar de forma activa y ejercer nuestro derecho de voto en nuestras posiciones en renta variable activa, fomentar la integración de los factores ESG en todos los procesos de inversión y el desarrollo de nuestra estrategia Global Sustainable Equity. Tanto Retno como Georgina están especializadas en inversión responsable y cuentan con experiencia y con amplios conocimientos y capacidades. Estamos encantados de volver a contar con Georgina y le damos la bienvenida a Retno al equipo de Aegon AM”, ha señalado Bruno Maradei, responsable global de inversión responsable de Aegon AM.
Pixabay CC0 Public Domain. Perspectivas sobre el dólar: a merced de cómo el gobierno estadunidense gestiona la pandemia del COVID-19 y sus implicaciones económicas
El dólar inició la semana a la baja mientras la pandemia continúa aumentando. Según los expertos, el repunte de nuevos casos en varios estados de Estados Unidos y la implementación de algunas medidas localizadas de confinamiento mantienen el soporte de la moneda. ¿Cómo está jugando el billete verde la partida del COVID-19?
La mayoría de los analistas señalan que la evolución negativa de la crisis sanitaria podría traducirse en un dólar más fuerte. “Una segunda ola de contagios, el temor a nuevas medidas de confinamiento y una recesión más pronunciada y prolongada probablemente darían lugar a un dólar fuerte. Además, la continuidad de las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China, ya sea en relación con el comercio, la seguridad nacional o la situación en Hong Kong, también podría afectar al dólar. Último punto y no relacionado con los anteriores, un mayor crecimiento económico de Estados Unidos en relación con la zona Euro podría fomentar la demanda del dólar”, explica Gilles Prince, CIO Edmond de Rothschild Suiza.
En su opinión, el camino de menor resistencia se inclina hacia un debilitamiento de la moneda, aunque parezca algo limitada, ya que las incertidumbres económicas y la aversión al riesgo de los inversores siguen siendo elevadas después de la crisis. “Frente al euro, la resistencia de 1,15 es un nivel clave que hay que vigilar y que podría ponerse a prueba este verano. Una ruptura hasta el nivel de 1,20 es una posibilidad en caso de que la economía mundial se recupere con más fuerza de lo previsto. Por otra parte, un impacto más fuerte de la crisis del COVID-19 y una recuperación débil o que llegue tarde mantendrían la demanda de dólares alta y significaría que el rango de 1,08-1,10 podría ser revisado”, señala sobre sus posibles resistencias frente al euro.
Según argumenta Sven Schubert, estratega de divisas de Vontobel AM, el dólar estadounidense suele beneficiarse de las recesiones mundiales, sin embargo las perspectivas que tiene sobre la divisa norteamericana para lo que queda de año son cautas. “Vemos más débil al dólar y esperamos que la relación euro/dólar suba hasta el nivel de 1,20 en 12 meses”, estima en sus perspectivas.
“La razón principal es que la FED casi ha agotado la ventaja del dólar a principios de este año. Además, nuestros modelos de valoración señalan una clara infravaloración del dólar en aproximadamente un entre un 5% y un 10%. Sin embargo, esta desalineación se desvanece generalmente solo con un detonante que podría ser la recuperación económica mundial, que esperamos para el resto del año. Además, los claros perdedores de la crisis del COVID-19 parecen ser los líderes populistas. No esperamos que los populistas sean arrastrados en las próximas elecciones, pero el flujo de noticias políticas que están por llegar podría ser cada vez más positivo para el euro. El fondo de rescate franco-alemán ha sido un buen punto de partida en este sentido. Además, podría ser que el pro-europeo Trzaskowski reemplace al líder populista de Polonia (Duda) en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2020”, añade Schubert para contextualizar sus previsiones.
«En tiempos de extrema tensión, el mercado volverá a buscar liquidez en el dólar, ya que es la moneda en la que se financió la deuda, el pago de las materias primas, etc. Dado que todos los países del mundo se enfrentan al impacto de la COVID-19 en su economía, se produjeron grandes estímulos fiscales y una relajación récord de la política monetaria. Como resultado, el nivel de atractivo de la moneda en comparación con otra moneda se erosiona en conjunto. Dado el estatus continuado del dólar como moneda de reserva mundial, atraerá flujos por razones como la estabilidad y el valor intrínseco. Nuestro pronóstico para el euro/dólar para finales de 2020 es de 1,15», señala Stefanie Holtze-Jen, Foreign Exchange Strategist en DWS.
¿Qué puede mover dólar?
En opinión de los analistas de Columbia Threadneedle Investments, uno de los factores clave que podría impulsará el rendimiento de la moneda en el curso del próximo año será la eficacia en el retorno de las economías a la normalidad una vez que se levanten los cierres. “Los EE.UU. y Europa han adoptado enfoques muy diferentes al respecto, ya que los EE.UU. han aumentado ampliamente las prestaciones a los desempleados y Europa ha incentivado a las empresas a despedir a sus trabajadores en lugar de despedirlos. La relativa falta de flexibilidad del mercado laboral europeo debería significar que el daño es menos duradero que el de los Estados Unidos y que el impacto en el PIB de los Estados Unidos es relativamente mayor, que debería ser negativo en dólares”, explican.
Para Holtze-Jen, la continua preocupación por la Covid-19, una segundo o tercer rebrote requerirá mayores cierres localizados, lo que beneficiará al dólar. «Además, la rápida reapertura de la economía de Estados Unidos podría suponer un marcado contraste con los datos económicos recibidos de otras partes del mundo, donde se prefería un cierre generalizado y prolongado para mantener la presión sobre los sistemas de salud de los países», señala.
En cambio, Prince considera que el dólar podría mostrar un comportamiento más débil si continúa disminuyendo el diferencial de los tipos de interés respecto al euro. Según argumenta, “la moneda también podría ser menos demandada, ya que la cobertura de divisas de los inversores internacionales se hace más asequible y las operaciones de carry son menos interesantes. El posicionamiento, según los mercados de futuros, muestra que los inversores tienen un interés cada vez menor por el dólar y un mayor apetito por la moneda única. Esto no es más que un reflejo del debilitamiento reciente que hemos observado, pero no obstante ilustra que hay fuertes fuerzas en juego tras la falta de volatilidad del par de divisas en 2019. Por último, la salida de la crisis y la recuperación del crecimiento económico mundial implicaría un menor apetito por el dólar estadounidense”.
Una visión que también comparte François Rimeu, estratega senior de La Française AM. “Podríamos ver que el valor del dólar disminuye a medio plazo dado el contexto económico general. Por ejemplo, actualmente el dólar está caro, si se juzga por la métrica clásica, es decir, el tipo de cambio efectivo real. Además, Estados Unidos tiene un persistente déficit por cuenta corriente, que es negativo para su moneda y el mercado parece estar posicionado muy largo en el dólar”, comenta Rimeu.
¿Una divisa“invicta”?
Por último, desde DWS dan una visión diferente y consideran que los tipos de cambio ya no dependen de los fundamentales. “Los movimientos de las divisas ya no responden a los fundamentales y los diferenciales de tipos, sino a los cambios de sentimiento de los mercados mundiales”, apunta Stefanie Holtze-Jen, estratega de divisas en DWS. Según observa, los tipos de cambio se han separado de los fundamentales de una manera que apenas se había visto antes. “Debido a que casi todos los principales bancos centrales mantienen sus tipos de interés prácticamente al 0%, los diferenciales de tipos han dejado de influir en los tipos de cambio y el sentimiento de riesgo se ha convertido en el principal factor de impulso”, afirma.
Pese a este cambio en el funcionamiento del mercado, los expertos consideran que el dólar seguirá siendo la divisa de referencia y que será difícil arrebatarle ese puesto. “En un futuro previsible, el dólar sigue siendo la moneda de reserva mundial. Todavía representa alrededor del 60% de las reservas mundiales, mientras que la siguiente alternativa, el euro, se sitúa tan solo alrededor del 20%. La crisis ha demostrado que el dólar americano está muy solicitado cuando crece la aversión al riesgo y los mercados se desploman. Gracias a un mercado líquido de bonos del Tesoro y al apoyo de la Reserva Federal para mantener los mercados en funcionamiento durante la crisis de liquidez de marzo, la confianza en el dólar sigue siendo alta y mantiene su estatus de activo refugio y anticíclico. A largo plazo, sin embargo, podemos pasar a un sistema de múltiples divisas de referencia, ya que la hegemonía del modelo económico estadounidense se ha visto desafiada. El euro y el renminbi podrían ganar importancia en los próximos años”, sostiene Prince.
Algo más escépticos se muestran desde Scope Ratings. «Un mayor uso del euro y el renminbi otorgaría a los gobiernos de la UE y de China una mayor autonomía monetaria, financiera y política, al tiempo que fomentaría un sistema financiero internacional más estable capaz de ofrecer alternativas creíbles al dólar», afirma Alvise Lennkh, director de Scope.
Ante la incertidumbre a corto plazo resultante de la crisis del COVID-19, en Janus Henderson Investors creen que muchas temáticas seculares a largo plazo siguen vigentes, lo que podría beneficiar a ciertos sectores y empresas. Según indican Marc Pinto y Jeremiah Buckley, gestores de cartera y responsables de la gestión compartida de las estrategias US Growth & Income y Balanced de Janus Henderson, las temáticas relacionadas con la innovación tecnológica, por ejemplo, se han acelerado en algunos casos debido a la «distancia social».
El paso a la informática en nube (cloud) y el crecimiento de los modelos de negocio de SaaS (software como servicio) se han visto impulsados por la necesidad de ofrecer recursos de tecnología informática a los empleados obligados a trabajar a distancia. Antes de la crisis, estas temáticas ofrecían a personas y empresas un mayor ahorro, flexibilidad y facilidad de uso, aspectos que han provocado una mayor adopción durante la crisis, reforzando aún más las tendencias seculares.
Los cambios en el comportamiento de los consumidores también han acelerado el ritmo de tendencias a largo plazo como el comercio electrónico y los pagos digitales, ya que las medidas de confinamiento en casa han obligado a muchos a adoptar estos servicios. Estos cambios de comportamiento probablemente se consolidarán después de la pandemia, ahora que las personas se sienten más cómodas utilizando los servicios y se han acostumbrado a la comodidad que ofrecen. Las empresas de pagos podrían verse afectadas por los menores volúmenes debido a la reducción del gasto, el aumento del desempleo y las restricciones de confinamiento. Sin embargo, a medida que la economía se recupere, el paso a los pagos digitales debería seguir aumentando.
Por último, la crisis ha aumentado la importancia de la innovación en el sector salud. La investigación y desarrollo (I+D) en el sector está provocando avances tanto en el tratamiento de pacientes como en la tecnología y los equipos que utilizan los profesionales sanitarios, lo que se traduce en un aumento de la seguridad y productividad. Las empresas sanitarias que están mejorando los tratamientos y los resultados de los pacientes y ofreciendo soluciones médicas más económicas deberían estar bien posicionadas para el éxito cuando salgamos de esta crisis.
Otros sectores podrían verse afectados de forma permanente.
A raíz de la histórica paralización del comercio provocada por las limitaciones de movilidad y reunión de los ciudadanos, algunos sectores han sufrido un impacto económico tremendo. Aunque algunos podrían registrar un retraso en la demanda de productos y servicios, otros podrían sufrir una destrucción de la demanda permanente. Por ejemplo, a pesar de su posicionamiento reciente para beneficiarse de los estímulos seculares a largo plazo, los sectores de los viajes, hoteles, restaurantes y ocio podrían enfrentarse a importantes cambios estructurales a largo plazo como resultado de esta crisis. Ante la gran incertidumbre sobre la evolución del virus y el impacto económico definitivo, las empresas de estos sectores tienen poca seguridad de cuándo podría volver la demanda, si es que vuelve. Muchas se verán obligadas a emitir deuda en mercados públicos o acceder a créditos del gobierno, devolviendo los préstamos con participaciones de capital, lo que frenará aún más sus esfuerzos de recuperación.
Energía es otro sector que se ha visto afectado y que podría verse afectado para siempre. Los mercados ya tenían un exceso de oferta debido a la guerra por la cuota de mercado entre Arabia Saudí y Rusia. El COVID-19 no ha hecho sino agravar esa situación al provocar un shock de demanda que ha aumentado aún más las reservas. Los precios del petróleo han caído por debajo de niveles económicamente rentables para muchas compañías del sector de la energía de EE.UU., y las empresas se ven obligadas a abrirse paso en la crisis asumiendo deuda, reduciendo el gasto en bienes de equipo y recortando dividendos, entre otras medidas.
Temáticas emergentes a tener en cuenta
Afortunadamente, algunos sectores han logrado mantenerse estables y, en efecto, algunos han registrado una aceleración de la demanda como consecuencia de la crisis. Las restricciones de la «distancia social» han beneficiado claramente a los minoristas de alimentación, los productores de alimentos y fabricantes de productos de limpieza y cuidado personal. Estas empresas han registrado un aumento de la demanda, pues los consumidores han llenado la despensa preparándose para quedarse en casa durante largo tiempo. Estos sectores deberían seguir viéndose favorecidos durante el tiempo que la gente tenga que quedarse en casa y puede que después, dependiendo de cómo cambien los hábitos de consumo a consecuencia de ello.
Otro subconjunto de empresas que se han beneficiado han sido las que han logrado forjar relaciones directas con el consumidor. Con la limitación de las actividades no esenciales, las empresas con capacidades de interacción remota han tenido una ventaja, en sectores tan diversos como el calzado y los seguros. Estas empresas son dueñas de su propio destino, por así decirlo, al imponer las interacciones con sus clientes. Unas relaciones indirectamente posibles gracias a los proveedores de servicios de software y tecnología, incluidos los consultores, que han trabajado con las empresas para ayudarlas con el proceso de digitalización. Las empresas que han forjado o reforzado vínculos directos con los consumidores durante la crisis, así como los proveedores de servicios de software y tecnología necesarios para ello, podrían estar bien posicionados para beneficiarse de un cambio permanente en el comportamiento del consumidor cuando termine la pandemia.
¿Cómo afectará la pandemia a estas temáticas seculares?
El COVID-19 ha acelerado y alterado la dinámica de crecimiento de muchas empresas y sectores. He aquí un resumen del posible impacto en algunas temáticas seculares:
El valor de la fortaleza de los balances
En general, en Janus Henderson esperan que las empresas con balances más sólidos y una abundante liquidez se ajusten mejor al entorno actual. Y al invertir ahora, estas empresas podrían salir reforzadas. Mientras estas empresas evalúan sus niveles de flujo de caja y opciones de liquidez, algunas podrían acogerse a las líneas de crédito disponibles y otras podrían emitir deuda en el mercado investment grade, que se ha mostrado activo y presentaba un coste relativamente bajo hasta la fecha. Su objetivo no es solo garantizar unos balances sólidos para sortear la crisis actual, sino también invertir en marketing y posicionar su negocio para crecer cuando pase la tormenta. Algunas empresas podrían incluso comprar activos de vendedores en dificultades hacerse finalmente con una importante cuota de mercado.
Por lo general, crisis como esta permiten prosperar a las empresas mejor posicionadas a expensas de otras en una situación financiera más débil. Como inversores, ahora es más importante que nunca detectar a las empresas sólidas desde el punto de vista financiero y las que tienen una posición competitiva favorable para beneficiarse de las temáticas seculares a largo plazo.
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Cuando una conmoción fuerte e imprevisible sacude a un mundo ya inestable, es natural quedarse sin aliento y temer por el futuro de la economía global. No obstante, ¿está justificado el pesimismo de los inversores?, se pregunta BNP Paribas Asset Management en un artículo publicado en su página web en el marco de la “Serie Investigator”.
“En 2019, los mercados mostraron inestabilidad, pero registraron rentabilidades por lo general positivas, lo cual condujo (parcialmente) a previsiones cautelosamente benignas para 2020”, destaca. Pocas semanas más tarde, la aparición inesperada del COVID-19 sacudió los cimientos de la política, los mercados y las sociedades, cambiando las perspectivas para el resto del año. El pesimismo ha sustituido a un optimismo cauto, pero esto no significa que no puedan encontrarse oportunidades.
Un golpe a un mundo inestable
Incluso antes del brote de coronavirus, la economía mundial ya experimentaba una incertidumbre significativa. Según la gestora, la inestabilidad política, las tensiones geopolíticas y unas medidas monetarias contrapuestas afectan de forma continua a nuestra sociedad interconectada. Factores en constante transformación, como el cambio climático y la innovación tecnológica, dificultan el logro de un equilibrio duradero.
“Por si esto fuera poco, los mercados se enfrentan a la presencia y la amenaza constante de la volatilidad”, añade. De cara a 2020, los comentaristas identificaban fuentes de preocupación específicas (el Brexit, el proteccionismo, la guerra comercial entre Estados Unidos y China), pero en general anticipaban un crecimiento moderado y una inflación baja en un entorno de tipos de interés bajos y de expansión cuantitativa (QE) en la Eurozona.
El impacto del COVID-19 “ha dado al traste con tales pronósticos”, lamenta BNP Paribas AM. En todo el mundo, los consumidores tienen prohibido o son reacios a viajar, ir de compras y acudir a restaurantes, gimnasios, cines y bares. “Las empresas son igualmente cautas a la hora de invertir, y todo ello está diezmando tanto la oferta como la demanda globales”, asegura.
En su opinión, aún no es posible calcular el impacto total de un catalizador “tan enorme y constante”, pero sí podemos analizar algunos de sus efectos de gran calado en nuestra sociedad interconectada.
Banderas y barreras
Uno de los ámbitos más afectados por la pandemia es el de la geopolítica, advierte la gestora. Antes del brote de coronavirus, los sentimientos nacionalistas en todo el mundo ya estaban asediando a la visión globalista sobre cómo deberíamos movernos, sentirnos y comerciar. “Ahora, con el apremio de responder a la enfermedad, los gobiernos están levantando nuevas barreras que limitan los viajes a y desde ciertos países”. No obstante, ¿persistirán tales barreras una vez superado el brote?, se pregunta la gestora.
“Es indudable que el auge geopolítico y financiero de China, aparentemente imparable hace un par de meses, está sufriendo un duro golpe a nivel económico y de relaciones públicas”, asegura. A su juicio, la conmoción económica también podría suponer un obstáculo considerable para la reelección de Trump en Estados Unidos y tiene repercusiones sobre la política estadounidense e internacional. En la Europa pos-Brexit, el brote podría representar una ocasión para sopesar los equilibrios a nivel económico, político y social de la Unión.
Los giros más difíciles…
Para BNP Paribas AM, es obvio que el impacto económico del COVID-19 será más grave en algunos sectores que en otros. El transporte se verá radicalmente alterado, tanto a corto como a largo plazo: la gente evita desplazamientos innecesarios. “De cara al futuro, cabe esperar cierta resistencia a la reanudación de viejos hábitos” y, en general, es probable que las empresas y las personas se replanteen sus necesidades de transporte aéreo, ya puestas en duda por la “vergüenza de volar” por motivos medioambientales, apunta.
El sector de la hostelería sufrirá en todo el mundo, igual que los de comercio minorista, deporte, entretenimiento y espacios culturales. “Los precios de las materias primas se verán afectados durante mucho tiempo y, aunque podría favorecer a los consumidores, también tendrá graves consecuencias y provocará el cierre de empresas”, agrega.
…y las curvas más suaves
Con la transformación de nuestros hábitos cotidianos, algunas compañías y sectores prosperarán. La necesidad de trabajar desde casa está impulsando la demanda de servicios de videoconferencia y, ahora, con el distanciamiento físico, la tecnología jugará un papel más importante en nuestra vida personal, ayudándonos a conectar en el mundo digital. Muchos negocios, como teatros, museos y gimnasios, están desplazando su oferta a internet, mientras que los servicios de emisión en continuo ven dispararse su popularidad.
La gestora destaca que otra área beneficiada será la farmacéutica y sanitaria. “La búsqueda imperiosa de una vacuna está estimulando la financiación de la investigación, ya que la pandemia evidencia la necesidad de mejorar la provisión de sanidad pública”, afirma.
La inestabilidad crea oportunidades
“Pese a lo que parece ser la situación económica más inestable desde 2008, todavía abundan las oportunidades de inversión”, asegura. Las empresas tecnológicas y sanitarias se perfilan como beneficiarias de los cambios en nuestros patrones de trabajo y de una concentración renovada en la salud, respectivamente. Es probable que surjan más oportunidades en las próximas semanas y meses. “Identificarlas a precios atractivos no será tarea fácil, pero una perspectiva más amplia sobre los problemas a los que se enfrentan la sociedad y la economía global será de ayuda”, sentencia.
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Pixabay CC0 Public Domain. State Street Global Markets
Después de un trimestre en el que la alta dispersión del desempeño entre sectores continuó brindando oportunidades, las economías volvieron a reabrirse y los datos económicos a nivel mundial comenzaron a recuperarse. Sin embargo, todavía existen riesgos: sin una vacuna contra el COVID-19 a corto plazo y posible vuelta a los confinamientos tras nuevos picos, el optimismo de una recuperación se vería afectado.
Podría darse un rally en la renta variable, pero podría ser de corta duración como vimos con la reciente rotación de estrategias growth a value. Además, se espera que el período previo a las elecciones estadounidenses también afecte el comportamiento sectorial.
En este contexto ¿cuál será el impacto en la inversión sectorial durante los próximos meses? Rebecca Chesworth, estratega senior de SPDR Equity ETF en State Street Global Advisors, y Marija Veitmane, estratega senior en el equipo multi-assets en State Street Global Markets, debatirán las principales apuestas sectoriales de inversores institucionales más las oportunidades que se abren para posicionar carteras durante el tercer trimestre.
El webinar tendrá lugar el próximo 16 de julio a las 11:00. Para asistir es necesario registrarse en el siguiente enlace.
La estrategia de Ibercaja Gestión puede resumirse en dos palabras: diversificación y gestión activa. Así lo han explicado los expertos de la entidad en una cita online con la prensa. Ante los grandes momentos de incertidumbre, Rodrigo Galán, director del Grupo Financiero de Ibercaja, ha señalado que, como inversores, es importante tomar distancia y “afrontarlos con amplitud de miras”. En este sentido, ha aprovechado para reivindicar el papel de los asesores financieros.
Por su parte Lily Corredor, directora general de Ibercaja Gestión, ha recordado que, aunque las caídas fuesen muy abruptas en marzo, los rebotes también han sido importantes y en este nuevo mundo coloca como ganadores a la tecnología, el consumo, la sanidad y el medio ambiente.
“¿Qué hemos aprendido de crisis anteriores? Cuando hay un shock importante, y acabamos de vivir la caída más vertical de la historia de la renta variable, siempre van acompañados de rebotes de alta magnitud. Recomendamos ser capaces de estar invertidos durante el periodo de maduración de los productos, lo que es sinónimo de maximización de beneficio”, ha apuntado. “Mantener la calma y hacer caso a los profesionales es la mejor fórmula para recuperar pérdidas” aconseja.
Entre las novedades que han presentado, la gestora no descarta en el futuro ampliar su gama de renta fija corporativa asiática, así como fondos de private equity. “Es una tendencia en la que estamos interesados y que estamos estudiando. Podría formar parte de nuestra gama actual de fondos de renta fija”, ha señalado Corredor. “La diversificación es fundamental y ahí juegan un papel importante los fondos de private equity, tanto de renta fija como de renta variable”.
La inversión sostenible, las finanzas del futuro
Según ha sostenido Corredor, expandir la inversión ética y responsable tendrá un impacto importante en la forma de ahorrar de los europeos. “Estamos convencidos que estas finanzas son las finanzas del futuro. Todos los inversores nos convertiremos en inversores de impacto al participar en un fondo de inversión que, además del análisis fundamental, considera criterios medioambientales, sociales y de gobernanza”, ha explicado.
Asimismo, considera que esta influencia fuerza cambios en las compañías para que sean sostenibles y más rentables, ya que los inversores premian estos comportamientos y contribuyen a su crecimiento.
En este sentido, los expertos de la firma han admitido que pretenden aumentar su gama de fondos ESG e incorporar, en un futuro, estos criterios a todos sus fondos.
Respecto al comportamiento de los mercados, Óscar del Diego, director de Inversiones de Ibercaja Gestión, ha recordado que los mercados han recuperado casi toda la caída en renta variable y buena parte en renta fija y en este momento la situación es parecida a la de antes de la crisis: los mercados de renta variable presentan valoraciones exigentes en niveles absolutos y todavía aceptables en niveles relativos a los otros activos; y en la renta fija, todavía quedan oportunidades en emisores privados y menos en la deuda pública.
Sin embargo, el experto considera que debemos tener en cuenta que la pandemia ha cambiado el mundo para siempre y que ha acelerado algunas tendencias que ya estaban presentes. Concretamente, Del Diego localiza cinco grandes tendencias: la proliferación de políticas monetarias menos heterodoxas, el aumento de políticas proteccionistas, la digitalización y el uso de tecnologías, mayor gasto sanitario y transición energética hacia fuentes renovables.
En este sentido, Corredor afirma que, “pese a que estamos en una situación económica inestable, y las previsiones de beneficios de las compañías han caído mucho, creemos que abundan las oportunidades de inversión y tenemos que identificarlas a precios atractivos”.
Un comportamiento positivo
Galán ha trasladado la positiva evolución que Ibercaja Gestión ha experimentado en los últimos meses, tanto en aportaciones como en cuota de mercado. El patrimonio a finales de junio ha rozado los 14.000 millones de euros (13.980), manteniéndose así al nivel de cierre de 2019, a pesar de la negativa evolución de los mercados financieros.
Esto se debe, tal y como ha explicado el director de Grupo Financiero, “a la confianza de nuestros clientes en la gestión que realizamos ya que hemos recibido aportaciones netas en estos seis primeros meses por 495 millones de euros, un 53% más que el mismo periodo del año anterior, y en particular, desde primeros de marzo, éstas han sido de 10 millones de euros, dato especialmente relevante si lo comparamos con las del conjunto del sector en España que han sido de -4.954 millones de euros”.
Galán ha resaltado que estos resultados “no se deben solo al trabajo de estos últimos seis meses, sino que es el mismo comportamiento que tuvimos en los últimos doce, con unas entradas netas de 907 millones de euros, frente a los 643 del sector, o si nos remitimos a los últimos tres o cinco años en los que 12 de cada 100 euros de las nuevas entradas a fondos de inversión han sido realizados a los que gestionamos en Ibercaja”.
Con todo ello, la cuota de mercado de Ibercaja Gestión ha avanzado 43 puntos básicos en los últimos doce meses, hasta alcanzar un nuevo récord del 5,36% que consolida a la gestora de fondos de inversión en la séptima del sector por volumen de activos gestionados en España.
El COVID-19 será probablemente un catalizador de cambio para la industria de la gestión de activos y banca privada, y transformará la forma en que las entidades se relacionan con sus clientes y desarrollan su negocio. Así lo explica el informe“COVID-19, Asset y Wealth Management. Impactos y respuesta”, elaborado por KPMG en España. Para sus autores, la pandemia representa uno de los desafíos de alcance global más importante de los últimos tiempos y la industria “debe actuar con determinación para alcanzar un equilibrio entre la seguridad de sus empleados y la resiliencia operativa que le permita estar cerca de los clientes, no olvidando una revisión estratégica para saber identificar los cambios económicos y sociales post COVID”. Por ello, recomienda acciones urgentes a corto plazo y un plan a largo plazo para el sector.
“Apesar de las turbulencias e incertidumbres, la industria de gestión de activos tiene un papel fundamental en realizar una evaluación completa de la situación y fomentar una visión a largo plazo, actuando como elemento estabilizador de los mercados, así como anticiparse para abordar los cambios que la pandemia ha puesto de manifiesto (transformación digital, nuevas formas de interactuar con clientes, nuevos modelos operativos y redefinición de los riesgos realmente relevantes para las compañías)”, añaden su autores.
Entre los impactos a corto plazo, y líneas de acción inmediata que KPMG recomienda, menciona seis aspectos: la comunicación con los clientes, la gestión de la liquidez, la resiliencia operativa, minimizar el riesgo de ciberataques, mantener la estrategia operativa y de consolidación del sector y la gestión fiscal de los impactos.
“Las sociedades de gestión tienen la responsabilidad de comunicarse de forma ágil y proactiva con los clientes, encomiándoles a mantener la calma, redefiniendo la estrategia de inversión, si cabe, para la realización a largo plazo de los objetivos financieros comprometidos con el cliente”, dice la consultora. Además, en un entorno de incertidumbrecomo el actual, la gestión de laliquidez y riesgo de contraparte es fundamental, debiéndose ajustar los modelos de medición de riesgo a un nuevo escenario de estímulos económicos y programas de compras masivas de activos por bancos centrales”.
En tercer lugar, el COVID-19 va a tener un impacto en términos de recursos humanos, así como en las previsiones económicas y financieras de las sociedades de gestión, debiendo éstas –defiende KPMG- redefinir sus planes estratégicos con un enfoque flexiblea las diferentes escenarios de evolución de la pandemia y la gestión fiscal de los impactos asociados a la misma.
Las sociedades de gestión también deberían estar atentas y ser proactivas en la identificación de otros players con los que acometer el proceso de consolidación, que se prevé ocurrirá en el corto/medio plazo en el sector, añaden en la consultora.
Un proceso de consolidación inminente
El COVID podría acelerar el proceso de concentración de las entidades, que tendrán que medir muy bien con quién se alían: “El contexto actual puede suponer retos y oportunidades en el sector, que incrementen a futuro las operaciones de concentración. Para ello, resulta clave realizar una evaluación de la compañía respecto al sector y asegurar la viabilidad del modelo de negocio”, asegura.
KPMG cree que la crisis tendrá impacto en la solvencia y viabilidad de las entidades, lo que obligará a identificar a otros jugadores con posibles sinergias con los que acometer el proceso de consolidación, dentro de una estrategia de continuidad y crecimiento, manteniendo la vinculación de los clientes. Por eso recomienda comparar la situación de la compañía con la del sector, midiendo el impacto económico y financiero (identificando vulnerabilidades a nivel global y por línea de negocio), proteger el modelo de negocio de la compañía, ya sea mediante la mejora y eficiencia de la estructura actual de costes o bien contemplando las mejores combinaciones posibles con otros players del mercado que puedan llevar a un posicionamiento y ventaja competitiva. Y recomienda también poner el foco en los clientes de mayor valor añadido, implementando soluciones automatizadas para el resto, junto con una estrategia de fortalecimiento de la oferta de productos y servicios de valor y diferencial respecto a la competencia, para conseguir una mayor vinculación de los clientes.
A largo plazo, también cree que se acentúa la necesidad de crecer en escala, lo que impulsará la necesidad de analizar operaciones de fusiones/adquisiciones como guía más rápida para lograr dicha escala.
Gestionar la liquidez
La gestión de la liquidez es otro de los puntos clave que tendrán que vigilar las gestoras: “A medida que la pandemia del COVID-19 crea turbulencias en los mercados, éstas se ven obligadas a aplicar algunas de las lecciones aprendidas en la gestión de la crisis del 2008 en relación al riesgo de liquidez y contraparte. Las lecciones aprendidas de la gestión de anteriores crisis puede contribuir a reducir los impactos”,explica KPMG.
Así, ante aspectos como el impacto de la crisis en la liquidez y solvencia de emisores, contrapartes y depositarios o los reembolsos, la consultora recomienda a las entidades reducir el apalancamiento, vigilancia de la liquidez de los productos e incremento de los buffers de liquidez invirtiendo en aquellos activos de mayor liquidez, monitorizar el consumo de límites en emisores, contrapartes e intermediarios, y adaptar límites en función de la evolución de la liquidez y solvencia de los mismos.
También, seguir de la evolución de la solvencia y liquidez de depositarios y subcustodios y realizar pruebas de tensión sobre la liquidez de los activos y volúmenes de reembolsos, así como procedimientos para escalonarlos. “Las situaciones de inestabilidad financiera son cíclicas, ya sea por causas endógenas o exógenas (como el COVID-19), por lo que las sociedades de gestión deben de reforzar sus procedimientos de gestión del riesgo de liquidez a través de la realización de pruebas de resistencia”, añade el informe.
Mayor, y distinta, interacción con el cliente
Con respecto a su relación con los clientes, las medidas de distanciamiento social van a impulsar un mayor número y más amplias interacciones con clientes, tanto en el caso de clientes tecnológicamente avanzados como clientes más tradicionales. Así, ante una realidad de interacción digital y empoderamiento del cliente en los nuevos medios digitales, y también de los gestores para suplir la ausencia de contacto directo, la consultora recomienda a las gestoras incrementar la comunicación sobre visión de los mercados y la estrategia de inversión a seguir, reforzar la atención al cliente para transmitir tranquilidad y evitar sobrerreacciones cortoplacistas, reaccionar de forma ágil y proactiva, apoyar al cliente en la transición digital y mejorar la interacción digital con el cliente, aumentando calidad y frecuencia de informes a asesores y clientes, permitiendo realizar simulaciones de su cartera online en reuniones virtuales.
Organización y empleados
Las entidades, sus empleados y colaboradores deben adaptarse a un nuevo entorno, adaptando sus procedimientos para mantener la continuidad del negocio y la efectividad de los controles, tomando medidas de gestión del capital humano y planificando la recuperación de su actividad. Por eso KMPG considera aspectos como un canal de comunicación con empleados y organización o el despliegue del plan de continuidad en muy corto plazo para que toda la actividad se realice desde los domicilios de los empleados, así como controles no adaptados a flujos operativos no previstos, actividades de trading y gestión institucional realizadas en un entorno no habitual o tomar medidas, cuando sea necesario, de reducción de jornada, ERTE o reestructuración.
Entre sus recomendaciones, mantener un canal de comunicación permanente con el empleado, seguimiento de su salud y establecer la dinámica de organización del trabajo (en remoto, con reuniones virtuales y flexibilización por la necesidad de conciliación familiar), crear equipos multidisciplinares para la gestión de la crisis dotándolo de un liderazgo, funciones y responsabilidades claras e interlocución directa con la alta dirección, revisar procesos transversales en las que intervienen diferentes funciones, para una verificación de la efectividad de los controles y monitorización de las excepciones. También, tener un enfoque flexible de la gestión del plan de continuidad, adaptándolo a los nuevos retos que puedan presentarse y con el diseño de un plan de vuelta al trabajo tras el confinamiento vinculado al plan de continuidad del negocio y a los requisitos de seguridad impuestos por las autoridades competentes. Por último, recomida adoptar medidas de carácter laboral en el caso de que la compañía requiera ajustar su plantilla a la realidad de su negocio.
Fraude externo y ciberseguridad
En un escenario de crisis duradera sin precedentes, el fraude externo y la ciberseguridad se incrementan y se convierten en una de las principales preocupaciones. KPMG considera aspectos como el aumento de ataques a clientes por phishing y proliferación de malware en web y apps, o un mayor riesgo IT en equipo interno, y riesgo de capacidad de la infraestructura IT.
Recomienda una revisión de los algoritmos de detección para la identificación y el análisis de la actividad fraudulenta, evitando ignorar las alertas de seguridad por nuevos puntos de acceso; implementar la autenticación multifactorial como requisito previo para acceder a redes internas, datos o aplicaciones (como la autenticación reforzada de clientes); y construir mecanismos de protección en las plataformas digitales con las que los clientes interactúan y mantener seguros los datos que los clientes acuerdan compartir.
El impacto fiscal
Las administraciones fiscales en España y el resto del mundo, así como los contribuyentes, están buscando adaptarse al nuevo entorno que plantea el COVID-19. KPMG considera aspectos como lagestión de determinadas obligaciones fiscales, hipótesis fiscales de los modelos de inversiones, operaciones de M&A en curso, fiscalidad propia del producto y en las operaciones asociadas a la necesidad urgente de liquidez.
Y recomienda reforzar el modelo de gobernanza y la gestión fiscal en tiempos de incertidumbre, para asegurar el cumplimiento de las obligaciones fiscales y el aprovechamiento de los incentivos que ofrece la legislación fiscal; revisar el impacto que la nueva situación pueda tener en las hipótesis fiscales de los modelos de inversión; evaluar la ampliación de warranties/indemnities en operaciones de M&A relativas a riesgos fiscales teniendo en cuenta el nuevo entorno; prestar especial atención a la gestión de la documentación soporte necesaria para acreditar determinados beneficios fiscales y al cumplimiento de nuevas obligaciones fiscales; evaluar oportunidades y riesgos fiscales asociados a las potenciales necesidades de financiación adicional, así como palancas fiscales disponibles para mejorar la situación de tesorería.
Cuatro recomendaciones para el largo plazo
Para el largo plazo, hace cuatro recomendaciones: en primer lugar, una mejora de la experiencia digital y empoderamiento digital de gestores y clientes (con la potenciación de los medios digitales para lograr un salto cualitativo en la experiencia de cliente y sacando provecho del rastro digital para mejorar la calidad del servicio digital y personalizar productos y servicios). Además, reforzar procedimientos de gestión del riesgo de liquidez (impulsando la implementación de modelos avanzados de stress test de liquidez, así como un modelo de gobierno que implique la alta dirección, y fortaleciendo los sistemas de gestión de riesgos con parámetros de riesgos sistémico, con impacto en la gestión del riesgo de mercado y liquidez entre otros,reforzando las plataformas IT disponibles).
En tercer lugar, dotarse de una infraestructura operativa “ágil” para adaptarse más fácilmente a nuevas situaciones (adaptar la infraestructura al volumen de activos, redimensionando costes, discontinuando negocios no rentables, externalizando funciones, así como asegurando capacidad redundante para gestión de futuras crisis y adoptando soluciones “cloud” a lo largo de toda la cadena de valor -gestión, administración y reporting) apoyándose en procesos “estandarizados”-).
En cuarto lugar, recomienda la revisión de la estrategia de negocio. “El COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de adecuar recurrentemente la estructura de la entidad y su planificación estratégica a los cambios en el entorno. Se acentúa la necesidad de crecer en escala, lo que impulsará la necesidad de analizar operaciones de fusiones/adquisiciones como guía más rápida para lograr dicha escala”. También recomienda “diferenciarse en la propuesta de valor a través de servicios de valor añadido no dependientes de la evolución de los mercados y aprovechando las necesidades de implementación regulatoria”.