Carrera presidencial en EE.UU.: unas elecciones poco convencionales llenas de incertidumbre

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Pixabay CC0 Public Domain. Carrera presidencial en EE.UU.: unas elecciones poco convencionales llenas de incertidumbre

A menos de 100 días para las elecciones presidenciales en EE.UU., todavía puede pasar cualquier cosa. Las declaraciones del presidente Donald Trump sobre la posibilidad de retrasar la jornada electoral no hacen sino añadir aún más incertidumbre. 

El presidente no tiene autoridad para cambiar la fecha de las elecciones, pero estas declaraciones, abriendo el debate sobre una posible impugnación legal del resultado de los comicios, amenazan con hacer el proceso electoral todavía más desordenado e incierto.

La situación de pandemia mundial, unida al perfil poco convencional de Trump, puede llevar a unos resultados inesperados, como ya avanzó el propio presidente estadounidense al afirmar que el voto por correo manipularía las elecciones, una declaración que Trump acompañó con un estratégico silencio sobre si aceptaría o no el resultado de estas votaciones.

Y es que el voto a distancia es una medida que se está extendiendo por algunos Estados para evitar los riesgos del coronavirus y se ha convertido en uno de los asuntos que amenazan con, no solo retrasar los resultados finales, sino también con aumentar el riesgo de procedimientos legales ligados a las elecciones. La supresión y abusos en la descalificación de votantes y el recuento de votos son otros de los asuntos que engrosan la lista de preocupaciones globales para los mercados.

Precisamente, el resultado de las elecciones extiende su impacto hasta los mercados, que ya deberían estar valorando la probabilidad real de una presidencia de Joe Biden. De hecho, si las votaciones fueran mañana, los sondeos sugieren que el candidato demócrata sería el ganador y que el partido del burro azul conseguiría el control tanto del Senado como del Congreso, con lo que Trump se sumaría a la pequeña lista de los presidentes estadounidenses que no fueron reelegidos por el electorado.

Pero, aunque actualmente las encuestas favorecen a Biden situándole 9 puntos de media por encima de Trump y otorgándole la victoria en cuatro Estados (Florida, Michigan, Ohio y Pennsylvania) que en 2017 proporcionaron hasta 75 votos electorales al actual inquilino de la Casa Blanca, la batalla está reñida en otras zonas e, históricamente, las presidenciales estadounidenses están plagadas de cambios de preferencia de sus votantes. Es demasiado pronto para extraer conclusiones. Mike Dukakis o George W. Bush son dos claros ejemplos de candidatos que lideraron los sondeos en campaña y terminaron derrotados en las urnas.

No obstante, el posible triunfo del demócrata puede dar lugar a una amplia reacción adversa en las Bolsas, dados los planes del candidato de elevar los impuestos individuales y corporativos, así como los de deshacer la desregulación que ha caracterizado la última legislatura. Las dudas actuales sobre si una Administración Biden sería efectivamente capaz de cumplir con las promesas descritas sugiere que los mercados pueden sentirse decepcionados sí estas finalmente se llevan adelante.

Sin embargo, aunque creemos que una presidencia de Biden se encontraría inicialmente una respuesta cautelosa de los mercados, a largo plazo, las expectativas podrían verse reforzadas, ante una perspectiva económica más sólida, que debería afianzar los fundamentos corporativos de EE UU, incluyendo un crecimiento más notable de los beneficios corporativos. Pero, sea cual sea la forma del Gobierno, nuestro escenario base es de un continuado apoyo fiscal, lo que debería apuntalar a los mercados.

En todo caso, lo que dominará la situación será la manera en que EE.UU. se recupera del coronavirus. Si en los próximos meses retoma el control sobre la pandemia dentro de sus fronteras, la economía da signos de mejora y el desempleo cae, las opciones de ser reelegido de Donald Trump se verán impulsadas. Aunque, como señal de advertencia, será improbable que el presidente pueda recuperar el voto de los desafectos.

 

Tribuna de David Page, Head of Macro Research Core Investments de AXA Investment Managers.

Un estudio de eToro entre asesores financieros españoles señala la tendencia del futuro de la inversión hacia la tokenización de los activos

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Foto: Bluesnap, Pixabay.. generica

No hay duda: el futuro de la inversión será tokenizado, es decir, que todos los activos serán digitalizados. Así lo constataba un estudio de opinión de eToro, plataforma de inversión en multiactivos focalizada en inversión social, basado en entrevistas realizadas entre asesores financieros en España con el objetivo de conocer su percepción, así como la de sus clientes, sobre el futuro de la inversión. La mayoría de los asesores que han participado en el estudio aseguran que en el futuro todos los activos serán tokenizados.

Los datos apuntan que los criptoactivos podrían ir ganando espacio en las carteras, aunque actualmente tienen poca presencia. Según el informe de la plataforma de inversión social, tanto los asesores como sus clientes muestran cada vez más interés por la inversión en criptos (más de dos tercios de los asesores y sus clientes). Sin embargo, a la hora de materializar este interés invirtiendo de forma directa en criptos, los clientes están a la cabeza. Uno de cada tres asesores del estudio asegura que sus clientes ya han invertido en criptomonedas y están convencidos que serán un activo fijo en las carteras en el futuro.

De hecho, muchos de los asesores encuestados aseguran que tendrán recorrido en el futuro, si bien se percibe cierta cautela a la hora valorar cuál será su protagonismo en la cartera de sus clientes. Según el informe, ese freno se genera, principalmente, porque se trata de un activo sobre el que no existe regulación, algo que, en opinión de los asesores, si se produjera ayudaría a incrementar la transparencia, además de facilitar el asesoramiento sobre este activo y/o frenar las pérdidas. Otros aspectos que generan desconfianza, aunque en menor medida, son la volatilidad, el riesgo de fraude y la falta de comprensión.

Según la directora general para España y Latam de eToro, Tali Salomón, “la evolución de la tecnología blockchain sin duda nos llevará hacia la digitalización de toda economía e incluso la inversión. La tokenización es un acto de convertir los derechos de propiedad de un activo en un token comercializable dentro del espacio blockchain. Esto representa un nuevo paradigma financiero, pues con el tiempo, todos los activos de inversión serán tokenizados, viéndose la mayor parte de la riqueza transferida a la cadena de bloques, cuya tecnología mejora la transparencia y reduce la fricción dentro del comercio global”.

La tecnología y el trading social democratizarán la inversión

Casi la totalidad de los encuestados afirma que la tecnología está cambiando la forma de invertir y que democratizará la inversión en el futuro. Se observa una tendencia creciente de los clientes y los asesores a operar de manera independiente, es decir, al margen del asesoramiento profesional que reciben.

El concepto de trading o inversión social cobra cada vez más protagonismo. La mayoría de los encuestados asegura conocer este tipo de inversión. De hecho, hasta se detecta cierta tendencia a comenzar a invertir a través del trading social, tanto entre los asesores como en sus clientes. Los encuestados afirman que la mayoría de sus clientes lo han considerado y un tercio de ellos ha llegado a probarlo. Mientras que, a título personal, más de la mitad de los asesores asegura haberlo considerado, y un cuarto dice haber dado ya el paso.

“La inversión social debe ser considerada como una nueva forma de inversión dentro del sistema financiero. Permite a los usuarios “seguir”, es decir, copiar los enfoques de inversión de aquellos inversores de la plataforma que han tenido más éxito de forma completamente transparente. Por explicarlo de forma simple, se trata del Facebook de la inversión. Los inversores pueden comprar, mantener o vender sus activos de una manera sencilla, así como monitorizar su cartera en tiempo real y realizar transacciones cuando lo deseen con total transparencia. La idea detrás del trading social es que el inversor no se sienta solo, que sea capaz de interactuar con personas de todo el mundo y compartir enfoques de inversión, aprovechando la inteligencia colectiva para lograr el éxito en sus inversiones”, explica Salomón.

El aspecto que más atrae del trading social es el hecho de poder aprender estrategias diferentes de inversión, llevadas a cabo por otras personas, pues permite copiar las carteras de inversores profesionales y transmite transparencia. Por otra parte, las mismas ventajas también llegan a generar desconfianza entre algunos de ellos, y hasta dos tercios manifiestan su freno debido al riesgo de herrar en la elección de los inversores a los que se copia.

En palabras de la responsable de eToro en España, «la inversión social ayudará a mejorar la cultura financiera de los inversores de a pie, al aumentar la transparencia y permitir compartir sin frenos la información. Así los inversores podrán ampliar y compartir sus conocimientos sobre los activos de inversión. Esto resuelve una de las preocupaciones que más hemos detectado entre los asesores financieros que no incluyen aún en las carteras los criptoactivos debido a la falta de comprensión. No paramos de hablar de la necesidad de educación financiera, la inversión social permitirá hacerla realidad”.

Fondos de inversión, acciones y planes de ahorro para la jubilación

Según los asesores del estudio, las mayores inversiones de sus clientes están en renta fija y variable, con cierta inversión en activos inmobiliarios, mientras que los criptoactivos y los EFTs parecen tener menos presencia. A la hora de analizar las inversiones de sus clientes, lo más habitual es encontrar fondos de inversión, acciones y planes de ahorro para la jubilación. En cuanto a los sectores, por lo general sus clientes suelen estar muy interesados en invertir en banca, telecomunicaciones y sectores emergentes.

El estudio de opinión sobre tendencias del futuro de la inversión de asesores financieros y sus clientes en España de eToro ha sido realizado por el grupo Análisis e Investigación de mercados, en 2019, a través de 50 entrevistas online a asesores financieros profesionales en España que asesoran a una media de 200 clientes españoles, entre los que se encuentran empleados de agencias de inversión, bancos, entidades financieras como independientes, que ofrecen a sus clientes un servicio de asesoramiento en inversión y de gestión de activos y bienes patrimoniales.

Banca March recibe la calificación “Great Place to Work” en 2019

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José Luis Acea, consejero delegado de Banca March, con empleados de la entidad en la sede del banco en Palma BAJA
Foto cedidaJosé Luis Acea, consejero delegado de Banca March, con empleados de la entidad en la sede del banco en Palma. Banca March se convierte en el único banco español en recibir la calificación “Great Place to Work” en 2019

Banca March ha recibido la calificación Great Place to Work (gran lugar para trabajar) otorgado por la consultora Great Place to Work, que valora la cultura de confianza y alto rendimiento a través de un ambiente laboral positivo y el empoderamiento de sus empleados. Así, Banca March se convierte en el único banco español que recibe este reconocimiento en 2019.

Para otorgar esta calificación, la consultora analiza a las entidades a través de dos indicadores: Trust Index, un cuestionario que analiza la visión del empleado sobre su entidad y Culture Brief, una auditoría para evaluar la cultura de la compañía. El análisis de ambos ofrece un diagnóstico interno y medible de la satisfacción de los empleados de la entidad.

“Este certificado supone el reconocimiento a nuestro firme propósito de que Banca March sea un excelente lugar para trabajar, donde el desarrollo de nuestros profesionales ocupe el lugar que merece y en el que todos trabajemos como un solo equipo, promoviendo los valores corporativos. La transformación estratégica que hemos implementado los últimos años tiene como eje principal nuestro compromiso con la gestión excelente, para lo que contamos con una plantilla de profesionales extraordinarios que comparten los valores corporativos y se involucran al máximo en prestar un servicio que nuestros clientes reciben con las más altas calificaciones de satisfacción del sector”, asegura Anselmo Martín-Peñasco, subdirector general de Banca March y responsable del área de Recursos Humanos.

Esta certificación se suma a Top Employer 2019, calificación otorgada a la entidad por el Instituto Top Employers y que «reconoce el modelo de gestión apoyado en los valores de esfuerzo, ambición, compromiso, exigencia e integridad de Banca March”.

“Bajo el Plan estratégico de RRHH, Banca March ha dirigido sus esfuerzos a ofrecer un entorno de trabajo motivador, facilitar y promover el desarrollo profesional y personal, así como la igualdad de oportunidades y la conciliación laboral, y potenciar la cultura y la estrategia de la entidad con el fin último de impulsar el crecimiento conjunto de accionistas, clientes y empleados, siguiendo la filosofía la entidad”, afirman desde el banco.

La Fundación Citi dona equipos de protección al Hospital 12 de Octubre de Madrid

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Pixabay CC0 Public Domain. La Fundación Citi dona equipos de protección al Hospital 12 de Octubre de Madrid

Citi, a través de su fundación, ha donado 200.000 dólares al Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid para la compra de equipos sanitarios de protección. La donación se ha realizado a través de la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Universitario 12 de Octubre (FIBH12O).

Los fondos permitirán proporcionar equipos de protección al personal sanitario del hospital que trabaja en la primera línea de intervención, “permitiendo al sistema de salud público español dar la mejor respuesta a la pandemia”, aseguran desde Citi. Hasta ahora, Citi y la Fundación Citi han donado más de 100 millones de dólares en apoyo a programas de ayuda comunitaria y recuperación económica relacionados con el COVID-19 en todo el mundo.

En este importe se incluye el programa Double the Good, un programa de igualación de donaciones de los empleados de Citi en todo el mundo. Gracias a esta iniciativa, la entidad ya ha recaudado 4 millones de dólares en total para organizaciones locales de su elección dedicadas a paliar los efectos del virus.

Los empleados aportaron 2 millones de dólares iniciales, importe igualado por el banco y repartido entre cada una de las organizaciones elegidas regionalmente: United Nations Development Programme (Asia Pacífico), International Rescue Committee (Europa, Oriente Medio y África), International Organization for Migration (Latinoamérica) y Direct Relief (Norteamérica).

En España, Citi ha apoyado a diversas organizaciones para paliar los efectos de la pandemia entre colectivos en riesgo como, por ejemplo, Fundación ONCE, Fundación Ana Bella, Fundación Pequeños Pasos (Family Meals) y Fundación A LA PAR.

El enfoque ISR será clave para identificar las empresas más fuertes en el nuevo escenario

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Pixabay CC0 Public Domain. Robeco, BNP Paribas AM y Legal & General IM lideran el ranking de la evaluación de inversión responsable ShareAction

Tras las fuertes caídas de los principales mercados bursátiles y el grave impacto que el COVID-19 está marcando en la economía, Caja de Ingenieros apunta al enfoque ISR como factor determinante que permitirá identificar aquellas empresas más fuertes en el nuevo escenario económico y elegir las compañías que mejor comportamiento desarrollarán cuando los mercados se calmen.

Hace ya algo más de un mes después de que Corea del Sur elevara la alarma sanitaria por el coronavirus al máximo. Por aquel entonces, la OMS hablaba de emergencia sanitaria y no de pandemia al referirse a la gripe provocada por el COVID-19, mientras que la Agencia Internacional de Energía (IEA) publicaba que el impacto del coronavirus supondría una disminución de la demanda de petróleo equivalente a 99.000 barriles al día y lo achacaba fundamentalmente al parón de la economía en China.

Según los analistas de Caja de Ingenieros, a pesar de los paquetes de estímulo anunciados tanto monetarios como fiscales por parte de los bancos centrales y los gobiernos internacionales, la situación del crédito se ha deteriorado significativamente, al planear en el horizonte no sólo una recesión global sino también un escenario económico de depresión.

Muchos analistas han comparado la situación con anteriores gripes para poner en perspectiva el potencial impacto negativo de la epidemia y calmar a los inversores. El FMI, en sus primeras estimaciones citaba en unas décimas el impacto del COVID-19 sobre el PIB mundial (de nuevo siendo China el principal detractor) y el S&P 500 mostraba una resiliencia absoluta cotizando 1.000 puntos por encima de los niveles actuales. No obstante, estas predicciones fueron seguidas de caídas generalizadas en las principales bolsas de alrededor del 35%.

En las últimas semanas, varios analistas citaban posibles caídas de la demanda del petróleo alrededor del 20%, contracciones del PIB en EE.UU. del 5% y del 14% para los primeros trimestres del año Asimismo, se publican en Alemania perspectivas que prevén una desaceleración en la locomotora europea del 5% para el conjunto del 2020. La tasa de desempleo en EE.UU. podría subir hasta acercarse al 9% para finales de este año y los BPA del S&P 500 descenderían en torno al 14%.

“En este punto, hay quien empieza a hablar de economía de guerra, en tiempos de paz”, aseguran desde Caja de Ingenieros. Así, se alude a la reactivación de un plan Roosvelt como el que se puso en marcha tras los ataques a Pearl Harbour hace aproximadamente 80 años, donde sector público y privado iniciaron una de las joint ventures más exitosas de la historia: War Production Board.

Sin embargo, “la situación actual se antoja bastante diferente”, advierten desde Caja de Ingenieros. El hecho de que esto sea, fundamentalmente, una crisis sanitaria no resuelta y el mundo esté en lockdown cambia el escenario. Además, subrayan que la economía se encuentra en un impase y los mercados permanecen abiertos, porque la liquidez es un atributo irrenunciable para los mercados organizados.

“En esta ocasión para las bolsas, la combinación de factores sí altera el producto. Todo ha ido muy rápido, quizás hemos pasado de un extremo a otro, el tiempo lo dirá, pero lo cierto es que hoy más que nunca es necesario confiar en la calidad de las carteras de los fondos de gestión activa. Y es que cuando la volatilidad se dispara y las caídas son uniformes, es cuando surgen las oportunidades de inversión a medio y largo plazo”, añaden desde la entidad.

Por ello, según Caja de Ingenieros, es determinante el enfoque ISR para identificar aquellas empresas más fuertes en el nuevo escenario y que tendrán, sin duda, un mejor comportamiento relativo una vez los mercados se calmen.

Los inversores no residentes controlan el 50,2% de las acciones españolas

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Pixabay CC0 Public Domain. Preqin compra Colmore, firma tecnológica de servicios y gestión de mercados privados

A cierre de 2019, los inversores no residentes poseían el 50,2% de las acciones cotizadas españolas, según el último informe del Servicio de Estudios de BME. Se trata del cuarto récord histórico consecutivo y supone dos puntos porcentuales más que el año anterior y diez más que hace una década.

Además, la participación de los inversores internacionales en la Bolsa española se sitúa por encima de la de otros grandes mercados europeos como el francés, donde a cierre de 2018 alcanzaba el 42,2%, según los datos del Banco de Francia. “La internacionalización de las empresas cotizadas españolas y la competitividad tecnológica y transparencia de la Bolsa española son algunas de las razones que explican esta elevada presencia de inversores no residentes”, aseguran desde BME.

Por otro lado, las familias controlan el 16,1% de las acciones cotizadas en España, un punto menos que el año anterior y muy por debajo de los máximos alcanzados en 1998, cuando llegaron a poseer el 35,1%. “Este dato certifica la convergencia con el resto de Europa, donde la participación directa de los inversores minoristas en la Bolsa tradicionalmente ha sido inferior que en España”, destaca el informe. Según BME, el crecimiento de los fondos de inversión es una de las causas de este descenso. Aun así, 2,14 millones de hogares españoles poseen acciones, según datos del Banco de España.

Asimismo, el estudio analiza los posibles cambios en la inversión minorista a raíz de la crisis del COVID-19, tras detectar ESMA un crecimiento de la actividad de los pequeños inversores en Bolsa.

Por otro lado, las empresas no financieras destacan como el segundo grupo de inversores en cuanto a participación en la propiedad de las acciones. A cierre de 2019, controlaban el 20,8% de la capitalización total de las empresas cotizadas españolas, igual que el año pasado. Los bancos y cajas son propietarios del 2,8%, mismo porcentaje que las administraciones públicas.

El coronavirus modificará los modelos de negocio de las instituciones financieras

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Pixabay CC0 Public Domain. El coronavirus remodelará los modelos de negocio de las instituciones financieras

El coronavirus se convertirá en un evento que definirá muchas tendencias sociales, de negocio y crediticias. No obstante, el impacto para los servicios será a corto plazo. Desde Moody’s advierten que sus efectos a largo plazo cambiarán fundamentalmente muchos aspectos de la macroeconomía, la vida empresarial y el comportamiento del consumidor.

La crisis ha acelerado las tendencias disruptivas ya existentes y está provocando que se replanteen los hábitos convencionales. Esta tendencia tiene, según el informe, el potencial de remodelar los modelos de negocio, las preferencias del consumidor y las dinámicas competitivas. Aunque muchas de las consecuencias a largo plazo están aún por ver, desde la entidad señalan tres áreas principales en las que el impacto para los proveedores de servicios financieros será duradero.

La primera de estas áreas son los tipos de interés, que seguirán “severamente deprimidos” y erosionando la rentabilidad. Según Moody’s, la recesión económica obligará a los bancos centrales a mantener tipos de interés bajos, e incluso negativos, durante varios años más y a impulsar a los gobiernos a aumentar el estímulo fiscal. A largo plazo, el informe advierte de que esto podría tener consecuencias inciertas y diversas implicaciones para los bancos y las aseguradoras como, por ejemplo, la reducción de las ganancias.

El impacto de las bajas tasas podría ser, además, mayor en las regiones donde la curva de rendimiento se mantenga relativamente estable al salir de la crisis, como la zona euro, según el informe, y en aquellas zonas donde las recientes bajadas de tipos a corto plazo han sido mayores, especialmente en los Estados Unidos, donde los bancos también están fuertemente financiados por depósitos.

Al mismo tiempo, el informe destaca que “también habrá beneficiados del dinero fácil y del crédito”. Así, los inversores y fondos que poseen bonos basura se benefician de los programas de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo que respaldan los precios de los bonos de grado especulativo, y los fondos mutuos del mercado monetario se benefician de los inversores que buscan seguridad en la deuda pública a corto plazo.

En segundo lugar apunta que un factor determinante será la evolución de la pandemia. Según sus consideraciones, el brote actuará como un “poderoso catalizador” para una migración acelerada a los procesos y servicios digitales. Dentro de los servicios financieros, el distanciamiento social creado un impulso en la demanda de comercio online, pago contacless y transferencias digitales de efectivo.

“Es probable que los consumidores que han optado por nuevas formas de comprar y trabajar no regresen completamente a sus viejos hábitos una vez se hayan levantado las restricciones, como resultado de los beneficios funcionales y de utilidad, así como la mejor experiencia de usuario”, subrayan desde la entidad.

Del mismo modo, las compañías de servicios financieros destacan como uno de los principales beneficiados del teletrabajo. Se trata de empresas basadas en información que requieren muchos gastos y donde la mayor parte del trabajo se puede hacer de forma remota. En este sentido, el informe asegura que “los ahorros potenciales son considerables”.

No obstante, la transformación digital no se producirá sin inconvenientes. La conveniencia y universalidad de compañías tecnológicas como la unidad de Google de Alphabet Inc. (estable Aa2) y PayPal (estable A3) para transacciones comerciales en línea o Venmo y Apple Pay para pagos sin contacto serán difíciles de replicar para los titulares, según el informe.

Por último, Moody’s apunta el tercero de los factores: la crisis sanitaria y económica aumentarán la atención sobre el comportamiento social corporativo. El objeto de las regulaciones prudenciales se basa en establecer un equilibrio entre la tendencia natural de las instituciones capitalistas de obtener beneficios con la necesidad de mantener la estabilidad financiera y el bien social más amplio. Sin embargo, desde la crisis de 2008, el equilibrio entre estas dos fuerzas ha cambiado a favor de la última, según el informe, tras la percepción de que la industria financiera recibió una parte excesiva de las rentas económicas. “Ahora es probable que el cambio se refuerce a favor del bien público”, subrayan desde Moody’s.

Por otro lado, el informe destaca que muchos bancos están ofreciendo alivio de préstamos hipotecarios y de otro tipo, en respuesta a la presión política. En este sentido, desde Moody’s esperan que se canalicen fondos públicos masivos hacia el sector corporativo y doméstico y que sean las autoridades públicas quienes determinen, de forma parcial, los criterios de crédito, la fijación de precios y la gestión de estos préstamos.

Asimismo, las aseguradoras se han visto sometidas a una fuerte presión de ciertos gobiernos y sociedades para pagar pólizas en relación con el coronavirus que no están actualmente cubiertas, como el seguro de interrupción de negocios. Además, el informe añade que también se les ha exigido que acepten demoras en los pagos de las primas sin cancelar la cobertura y que brinden otros medios de alivio financiero a sus clientes.

Por último, según el informe de Moody’s, los gestores ya son conscientes del creciente enfoque en ESG y el escrutinio de los clientes en sus acciones según estos criterios. Los mayores inversores institucionales y poseedores de capital, en particular los fondos soberanos y las pensiones, buscan cada vez más incorporar criterios ESG más amplios y obtener utilidad en sus activos más allá de los retornos.

Bonos soberanos: reflejo de una recuperación mundial gradual y desigual con riesgos persistentes en el horizonte

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Pixabay CC0 Public Domain. Bonos soberanos: reflejo de una recuperación mundial gradual y desigual con riesgos persistentes en el horizonte

Según los analistas, el coronavirus dejará en los mercados internacionales un aumento de la deuda pública que va en consonancia con cómo se está gestionando el impacto económico de la pandemia. Scope Ratings ha reducido su previsión de crecimiento mundial para 2020 a cerca de -4,5%, la mayor contracción de la era de posguerra, seguida de una recuperación del 5,8% en 2021. En un caso de tensión, la economía mundial podría contraerse un 7,3%, con sólo una leve recuperación del 3,7% en 2021.

Las proyecciones de referencia de Scope prevén un nuevo aumento de las infecciones por COVID-19 en la segunda mitad de 2020 en las economías desarrolladas, situación que es «manejable» en la mayoría de esos países. Según su valoración, la renovada transmisión del virus no detiene la recuperación económica, sino que la obliga a seguir una trayectoria más gradual y desigual. En su opinión, solo se verá una segunda ronda selectiva de restricciones económicas; más intensiva en países como los Estados Unidos o el Reino Unido. Este escenario es similar a una recuperación mundial en forma de logo de Nike, con una pendiente de recuperación que se desacelera tras la rápida recuperación de la actividad de los últimos meses.

«Las implicaciones de esta crisis en términos más amplios para el riesgo soberano se vinculan significativamente a la activación de las respuestas de política monetaria y fiscal. Esto eleva los ratios de deuda a largo plazo, podría aumentar el riesgo de impago y debilitar los balances de los gobiernos. El aumento del desempleo, los índices de préstamos improductivos y los casos de impago del sector privado debilitan la capacidad de recuperación del sector privado y bancario, especialmente en un escenario estresado», explica Giacomo Barisone, jefe de calificaciones soberanas de Scope Ratings.

Sin embargo, en su opinión, las acciones de los bancos centrales siguen transfiriendo una parte significativa de la nueva deuda pública a las autoridades monetarias aliviando, por lo menos momentáneamente, la escalada del riesgo de liquidez o solvencia soberana desde el punto de vista de los acreedores del sector privado. «El debilitamiento de los ratios de cobertura y la inestabilidad de las divisas son riesgos adicionales para los emisores de los mercados emergentes», añade.

En el escenario económico de referencia de Scope Rating, la economía de la zona euro se contrae bruscamente, en un 9,1% en 2020, encabezada por profundas recesiones en España (-12,5%), Francia (-11,0%) e Italia (-10,0%), con un descenso de crecimiento más moderado en Alemania (-5,5%). De las cuatro mayores economías de la zona euro, las recuperaciones previstas para 2021 oscilan entre el 3,2% de Alemania y el 7,5% de Italia. En el caso concreto de España, “en nuestro escenario base, asumimos una recuperación gradual y el levantamiento de las medidas de confinamiento, esperamos una contracción del -12,5% del PIB en 2020, seguida de un rebote de alrededor del 6% en 2021. Con hipótesis más adversas, incluida la posibilidad de una segunda ola de contagio en otoño y la reintroducción de las medidas de confinamiento, la contracción podría aumentar hasta el 17% este año, seguida de una recuperación mucho más lenta. Esta es una de las peores perspectivas que tenemos entre los ratings soberanos europeos”, indica Alvise Lennkh, analista principal para el rating soberano de España de Scope.

El Reino Unido, Estados Unidos y Japón también experimentan importantes contracciones de la actividad en 2020 (-10,4%, -7,5% y -6,0%, respectivamente), con recuperaciones del 8,8%, 6,0% y 3,0% en 2021. China experimenta su crecimiento económico más débil desde 1976, de sólo un 1,3% en 2020, mientras que las economías de Rusia y Turquía se contraen en -6,8% y -4,2% respectivamente.

Para la firma, un escenario estresado vendría condicionado por una segunda ola de contagios por coronavirus y restricciones en la actividad económica no esencial en Europa y Estados Unidos para el tercer o cuarto trimestre de 2020, lo que obligaría a los países a reimponer cierres totales o parciales altamente desestabilizadores. Esto conduciría a una contracción económica de doble caída que implica debilidad económica prolongada hasta 2021. Este caso de tensión es similar a una recuperación en forma de W. En este escenario observaríamos una contracción del crecimiento mundial del -7,3%, mientras que la zona euro experimentaría una disminución del crecimiento del -12,7% y del -12% en Estados Unidos. China, por su parte, experimentaría un crecimiento casi nulo. En el escenario estresado, la recuperación económica de 2021 sería más moderada.

«Sin embargo, existen riesgos, tanto al alza como a la baja, en el escenario base de Scope. Una recuperación de la demanda acumulada más sólida de lo previsto, respaldada por un estímulo fiscal y monetario extraordinario y/o un PIB del segundo trimestre de 2020 mejor de lo que se había esperado, podría presentar un potencial de crecimiento al alza. Por el contrario, los riesgos de crecimiento a la baja incluyen aquellos que se encuentran bajo el caso de tensión o cualquier reversión en los mercados mundiales de activos sobrevalorados, la materialización de los riesgos de la deuda corporativa o la intensificación de las tensiones del comercio mundial», concluye Barisone.

Las empresas de private equity de América y EMEA aceleran su actividad

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Pixabay CC0 Public Domain. NN IP

Según el informe de la consultora estratégica Bain & Company Private Equity Takes a Midyear Bounce off the Bottom, en mitad de un año histórico, estas empresas están retomando su actividad, tras los débiles datos de inicio de año. El total de operaciones del primer semestre de 2020 cayó un 36% en América y un 34% en Europa, Medio Oriente y África (EMEA), en comparación con los primeros seis meses de 2019.

El informe indica que, en junio, la actividad se aceleró de manera contundente en América y EMEA después de caer precipitadamente al comienzo de la pandemia. El total de operaciones de junio también tuvo una tendencia al alza en China, aunque, en general, el panorama en Asia-Pacífico es más confuso debido a los efectos de la pandemia y las respuestas de los diferentes países.

Según explica Álvaro Pires, socio de Bain & Company, “si bien se observa más prudencia en los fondos, sobre todo en los locales dada su mayor exposición a ciertos mercados como el español, la situación actual plantea nuevas oportunidades y la mayoría de los fondos las están buscando activamente aprovechando las bajas valoraciones. Como sucede a nivel global, hemos visto una recuperación en el nivel de actividad y, en principio, no se prevé que se revierta esta tendencia en el corto plazo.”

Gráfico Bain & Company

Mientras que la crisis financiera global provocó grandes problemas estructurales sobre el sistema financiero, los efectos de la pandemia del COVID-19 han sido más parecidos a los provocados por un desastre natural. Según indica el informe, este evento indudablemente tendrá un gran impacto económico, pero no refleja la debilidad subyacente de la demanda. Sigue existiendo un riesgo real de que el efecto del COVID-19 sobre la actividad del consumidor dure lo suficiente como para transformarse en una crisis financiera, pero hasta ahora, el mercado apuesta por un efecto algo más benévolo.

Reticencia a las salidas

La volatilidad del mercado y la difícil pregunta acerca de cómo ha cambiado el comportamiento del consumidor en los distintos sectores hacen que sea difícil desarrollar una valoración concluyente. El documento indica que los inversores están evaluando en qué medida el coronavirus está afectando la demanda de los clientes en este momento y cómo evolucionará la demanda a medida que la recesión económica y la recuperación posterior sigan su curso

Según una encuesta de Investec, más del 80% de todos los GPs declaran que no esperan llevar a cabo ninguna operación de venta de sus participadas en los próximos 12 meses. En comparación con las inversiones y las salidas, la actividad de fund-raising se mantuvo relativamente bien durante el primer semestre del año. Esto se debe, en gran parte, a que los fondos se cerraron durante los dos primeros trimestres, beneficiados por el capital comprometido antes de la pandemia del COVID-19. El capital levantado en todo el mundo en el primer trimestre en realidad superó los niveles de 2019, pero cayó un 18% respecto al segundo trimestre del año anterior.

 Tendencias emergentes

A medida que las empresas de private equity intentan aprovechar al máximo un período de agitación sin precedentes, el informe identifica tres claras de la crisis del COVID-19 hasta el momento. La primera de ellas es que la experiencia sectorial es más importante que nunca. El informe considera que descubrir cómo el COVID-19 está remodelando los distintos sectores y el efecto a largo plazo en sus carteras es probablemente el desafío más difícil al que se enfrentan los GPs. Otro aspecto relevante será determinar el efecto y la velocidad a la que deben adaptarse los proveedores, esto requerirá un análisis en profundidad de la exposición específica de la compañía a la dinámica concreta de la industria.

La segunda tendencia que identifica es la obsolescencia del plan de creación de valor. “Con tantos cambios y tan rápidos, los gestores de fondos deben reevaluar los fundamentales de cada plan de negocio de las empresas de sus carteras. ¿Cuáles son los elementos que creía que iban a crear valor en este negocio? ¿seguirán estando vigentes? A raíz del COVID-19 todo ha cambiado; el futuro es ahora”, apunta el informe. 

Por último, la tercer tendencia es la digitalización. Según el documento, a pesar de toda la sofisticación digital de sus profesionales, el negocio del capital privado es completamente analógico. “El COVID-19 también está obligando a una revisión de lo que la tecnología puede hacer en toda la cadena de valor de inversión, desde acuerdos de abastecimiento, hasta la monitorización de la cartera de las compañías, pasando por la evaluación de las oportunidades de salida”, señala en sus conclusiones.

¿Qué nos enseña la breve historia de las recesiones pasadas?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Qué nos enseña la breve historia de las recesiones pasadas?

En momentos como el actual puede resultar útil considerar algunas de las lecciones del pasado. Con esa idea en mente, Shamik Dhar, economista jefe de BNY Mellon Investment Management, ha echado la vista atrás para intentar comprender cómo se desarrollaron otras crisis anteriores.

“El análisis de más de 200 recesiones registradas en varios países desde 1870 sugiere que las recesiones profundas no son tan inusuales y que suelen ir seguidas de recuperaciones bastante rápidas. Además, la relación entre la gravedad y la duración de las recesiones sugiere que no sería descabellado que la economía estadounidense registrase una recuperación en forma de V”, apunta Dhar. 

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El economista jefe de BNY Mellon IM reconoce que, obviamente, cada recesión es diferente y responde a distintos factores, pero muchas de estas breves recesiones se producen por fuertes shocks de oferta que tienen consecuencias relativamente leves. 

“Sin embargo, el gráfico también sugiere que existe un alto grado de incertidumbre, por lo que, aunque este análisis ha influido en nuestra decisión de aumentar la probabilidad que le asignamos a una recuperación en forma de V, somos conscientes de que es posible que el resultado acabe siendo otro”, apunta. 

Los datos históricos apuntan algunos datos interesantes para Dhar como, por ejemplo, que el 63% de las crisis entre 1870 y 2016 tardaron un año en recuperarse, y que tan solo un 4,5% de las crisis costó más de 5 años salir de ella. Otro dato llamativo es que, en este periodo de tiempo, Estados Unidos ha vivido 47 recesiones. 

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