Pixabay CC0 Public Domain. Lograr la igualdad de género supondría aumentar el PIB global en 28 billones dólares hasta 2025
Cerrar la brecha de género actual nos llevará unos 257 años, según el último informe temático sobre diversidad e inclusión elaborado por Bank of America. El documento señala que ambos aspectos lideran las preocupaciones sociales hoy en día, con movimientos como el #MeToo y el #BlackLivesMatter, que se centran en denunciar las injusticias que sufren determinados colectivos.
Como respuesta a estas preocupaciones, el informe refleja que se valora, cada vez más, la igualdad y la diversidad en los equipos, ya sea en términos de etnia, género o capacidades. De hecho, advierte de que no tenerlo en cuenta podría habernos costado 70 billones de dólares desde 1990, según explica en el informe.
Otra conclusión clave es que la igualdad de género sigue siendo una de las asignaturas pendientes en este sentido. Según datos de Bank of America, tardaremos 257 años en cerrar la brecha de género actual: “En el mundo, las mujeres acumulan activos financieros 1,5 veces más rápido que los hombres. De alcanzarse la igualdad de género, el PIB global podría aumentar unos 28 billones de dólares hasta 2025”.
Por otro lado, y aunque la diversidad en los consejos de administración ha mejorado, el número de empresas del S&P 500 con una mujer directora general o equivalente sigue siendo obstinadamente bajo, con menos del 5% (ha cambiado poco en los últimos tres años y menos que hace cinco).
En este sentido, el 75% de las 3.200 compañías que cotizan en el Nasdaq no tienen ni siquiera una mujer en su consejo de administración. “Las cifras bajan aún más si, además, la directiva está racializada: solo hay una consejera delegada negra entre las empresas del S&P 500 y solo 8 tienen al menos un 50% de directivas en su consejo”, señala el informe.
Por último, el análisis realizado por Bank of America advierte de que la igualdad de género ha sufrido y retrocedido como consecuencia de la pandemia. “El COVID-19 ha golpeado a los puestos de trabajos ocupados por mujeres y profundizado en la desigualdad de género. 96 millones de personas caerán en la pobreza extrema en 2021, de las cuales 47 millones serán mujeres. En términos de peligro, los puestos de trabajo de las mujeres corren un 19% más de riesgo, cuando además las mujeres asumieron una parte aún mayor del cuidado de los niños y del trabajo no remunerado durante la pandemia. Incluso antes del COVID-19, la brecha de género estaba empeorando: se necesitarán 257 años para alcanzar la igualdad económica”, apunta en sus conclusiones.
A comienzos de este año, a nivel macroeconómico, el consenso de la narrativa del mercado de renta fija se ha centrado en la reflación. Así, el conjunto de los gestores de activos ha tenido que decidir si se encontraba ante el principio o el final de un entorno de reflación. En la opinión de Jenna Barnard, co-responsable de renta fija estratégica en Janus Henderson Investors, es claro que nos encontramos más cerca del final que del principio y que esto puede crear en los próximos meses una fantástica oportunidad para añadir duración en el núcleo de la exposición a bonos de las carteras de renta fija flexibles.
Si bien las búsquedas en Google de la palabra “reflación” suelen incrementar en los meses de enero que siguen a un periodo de recesión, -tal y como sucedió en 2009 tras la Crisis Financiera Global o en 2017 con la pequeña recesión sufrida por los mercados emergentes-, este año se han incrementado exponencialmente, mostrando un consenso sin precedentes en la narrativa del mercado. Los motivos por los que los analistas de mercado se han centrado en un entorno de reflación son múltiples: la llegada de la vacuna, la reapertura de las economías y el efecto base de unos niveles de inflación y crecimiento muy bajos en marzo y abril del 2020. No obstante, según la visión de Jenna Barnard, cuando se examinan los detalles de este entorno de reflación, los datos son poco convincentes y la inflación que se verá en los próximos meses será modesta y transitoria.
Ratificando la opinión del consenso, el índice del sentimiento alcista del consenso sobre bonos del Tesoro estadounidense se encuentra en cerca de sus mínimos históricos. De forma similar, el dólar también muestra unos niveles extremos de sentimiento bajista. En contrapartida, los activos que en principio podrían beneficiarse en este tipo de entorno, como la deuda corporativa y de mercados emergentes, en particular, la deuda denominada en divisa local, y las áreas más value del segmento cíclico de la renta variable han experimentado un rally.
Las perspectivas de inflación
Para finales de 2021, en Janus Henderson esperan volatilidad en el nivel de precios, pero no inflación. Este movimiento es en gran parte consecuencia del efecto de base por unos precios de las materias primas muy bajos en la pasada primavera, de la reversión de recortes en los impuestos al consumo (principalmente recortes en el IVA) que tuvieron lugar en varios países, por ejemplo, en Alemania y Reino Unido, así como de la introducción del coste de las emisiones de carbono en Europa. El resultado neto es que se dará un cierto repunte en la inflación de los próximos meses.
Este tipo de volatilidad en los precios ya se ha dado con anterioridad. Los bancos centrales y los inversores en deuda saben que es transitoria. Las perspectivas de inflación para este año y el siguiente se mantienen muy acalladas. El repunte esperado será relativamente modesto en relación con la experiencia similar que se dio en 2011 tras la Crisis Financiera Global. En Estados Unidos, la inflación general debería situarse alrededor del 3% durante los meses de abril y mayo. Mientras que, en Europa y Reino Unido, debería alcanzar un 2%. Estas cifras se podrían comparar con las de 2011, en las que el pico de la inflación llegó a alcanzar un 5% en Reino Unido, un 4% en Estados Unidos y un 3% en Europa.
Si se examinan los procesos de reapertura de las economías y el impacto que estos puedan tener en la inflación, de nuevo, las perspectivas se perciben más deflacionarias que inflacionarias. Esto podría sorprender a algunos inversores, pero, en realidad, la cesta de bienes que está experimentando una inflación relativamente alta en consecuencia de las disrupciones provocadas por el COVID-19 (como el precio de los vehículos de segunda mano o el mobiliario en los hogares) no representa una parte significativa del índice de precios al consumo como sí lo hacen otros productos que experimentan una mayor presión deflacionaria (como el precio de los billetes de avión).
En su análisis, Janus Henderson compara la tasa de cambio en el crecimiento y la tasa de inflación medida año a año en Estados Unidos frente a la tasa de rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años. Los rendimientos de los bonos a 10 años tienden a seguir lo ocurrido en la tasa de cambio. Ésta debería alcanzar un pico en la primavera de este año y mostrar un declive a partir del tercer trimestre del año. Por eso, cabría esperar que la tasa de rendimiento de los bonos a 10 años alcance un pico al mismo tiempo que la tasa de cambio, mostrando una excelente oportunidad para añadir duración a la cartera.
Gran parte de la inflación anticipada está ya reflejada en los precios de los bonos estadounidenses y australianos. Sin embargo, esto no se está viendo en los bonos europeos ni en los británicos que casi no se han movido. En Estados Unidos, las expectativas de inflación que se deducen del mercado de deuda marcan un 2,2% anual en los próximos 10 años, un nivel muy cercano a las expectativas de 2018. Asimismo, los mercados de deuda están descontando que el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años (medido por la tasa forward del bono de 5 años en 5 años) subirá y tocará un máximo cercano al 2%, quedando por debajo del anterior máximo del mercado, situado en un 2,5%.
Frente aquellos inversores que creen que nos encontramos al principio de un ciclo reflacionario y que las medidas tomadas para paliar los efectos del COVID-19 traerán el resurgimiento de la inflación en el medio plazo, Jenna defiende que los movimientos en las masas monetarias M2 y M2+, junto con los préstamos bancarios comerciales, siguen contrayéndose tras el pico alcanzando en el segundo trimestre de 2020. Como ejemplo, Jenna citó a Bank of America. La entidad anunció en sus resultados un incremento en los depósitos y una disminución del 4% en su libro de préstamos.
La experta sostiene que, si estuviéramos adentrándonos en un ciclo inflacionario en el medio plazo, la habilidad de crear inflación y de incrementar la velocidad del dinero estaría determinada por el sector privado bancario. Los bancos necesitarían estar prestando una mayor cantidad de dinero, incrementando su libro de préstamos para que este escenario pueda darse.
Si bien los bancos centrales están mostrando su voluntad para crear inflación, no se ha visto un incremento de los préstamos bancarios ni en Europa ni en Reino Unido en los últimos diez años. Y en Estados Unidos se podría decir que las empresas están mostrando una tendencia de desapalancamiento en sus balances, tal y como anunciaron Levis y McDonalds durante la comunicación de sus resultados.
En consecuencia, en Janus Henderson se mantienen estructuralmente alcistas en los bonos del gobierno y dan la bienvenida a la narrativa de un entorno de reflación como una oportunidad para disminuir el riesgo y añadir duración a la cartera.
Puede acceder a todas las perspectivas de inversión de Janus Henderson a través de estelink
Los mercados nunca se están quietos. Sin embargo, desde que tocaron fondo el año pasado, han estado prácticamente en piloto automático. La razón es simple, la pandemia ha estado devastando las economías, pero unos estímulos fiscales y monetarios dignos de tiempos de guerra han proporcionado suficiente oxígeno para evitar el colapso y ganar tiempo hasta que comenzaran a llegar las ansiadas vacunas. Con ellas, se inició la cuenta atrás hacia la normalización, pero también el regreso de la ansiedad a los mercados.
En circunstancias normales, el mercado evalúa constantemente la salud de la economía a través de múltiples indicadores macroeconómicos; pero hacer esto hoy es prácticamente inútil. Tenemos casi la certeza de que, para el verano, un tsunami de demanda embalsada dará un impulso a la economía, de esos que ocurren una vez en el siglo.
La situación es tan inusual que se antoja imposible ver más allá de ese punto. Estamos en las primeras etapas de un nuevo ciclo económico, que se inicia con unas tasas de crecimiento no vistas en décadas, y cuyo desenlace es impredecible. En cierto modo, estamos sufriendo de miopía macroeconómica.
Los participantes del mercado, sin embargo, intentan ver qué viene después, ya que invertir es, después de todo, un juego de anticipación. El peligro más obvio que uno puede concebir a día de hoy es una aceleración de la inflación; dado que la oferta tendrá dificultades para hacer frente a un repentino aumento de la demanda (este año, mejor reservar las vacaciones con mucha antelación). Así es como las expectativas de inflación han tomado fuerza, agitando con ello los mercados de bonos y amenazando con hacer descarrilar las bolsas.
Esta forma de pensar es muy cortoplacista. Después de que prenda la hoguera, seguramente veremos una economía al rojo vivo, pero el material combustible disminuirá progresivamente a medida que los estímulos fiscales (probablemente no los monetarios) se vayan reduciendo progresivamente. La inflación pasará de las llamas al humo, y el mercado, inevitablemente, pasará a preocuparse por si el fuego se podrá sostener, o si se extinguirá en una recesión. O, en otras palabras, el mercado volverá a su modo de calibración normal.
Los mercados financieros son un sistema dinámico complejo con muchas variables interrelacionadas. Es muy difícil comprender cómo (y en qué medida) una variable influye sobre otra en un momento dado, o si la causalidad es inversa. Pero somos seres humanos y tratamos de darle sentido a todo esto compartimentando el sistema y construyendo narrativas en torno a las partes.
El guión actual es más o menos el siguiente: es ampliamente aceptado que, de entre todas las variables, los tipos de interés son la más importante; dado que son la clave para valorar cualquier activo que produzca flujo de caja, desde bonos hasta acciones pasando por bienes raíces. Por otra parte, las tasas de interés son una función de la inflación, que a su vez depende del crecimiento de la economía.
Hasta ahora, los mercados de bonos parecen estar siguiendo esta línea de pensamiento. Estímulos abundantes y consumidores con ahorros en sus bolsillos implican crecimiento desbocado; ergo la inflación se acelerará y las tasas de interés tendrán que subir.
Esta forma de pensar asume que es la economía la que determina el desempeño de las variables financieras. Pero la realidad es mucho más compleja. La dirección de la causalidad puede revertirse rápidamente: unos tipos de interés más altos pueden hacer que los precios de los activos caigan, lo que afecta la riqueza de los hogares (particularmente cuando afecta a los bienes raíces), y amenazar con llevar a la economía a una recesión. Esto último reduce las expectativas de inflación, y con ello bajan las tasas de interés, ¡voilà!
El mercado es una especie de enorme máquina de votación, donde sus participantes calibran constantemente las diferentes probabilidades de las múltiples variaciones de estas dos narrativas básicas. Pero el hecho es que, después de cuatro décadas con la inflación y los tipos de interés a la baja, contribuyendo con ello a inflar los precios de los activos, existe actualmente una enorme interdependencia en el sistema. Por ello, un gran cambio repentino en las tasas de interés se antoja casi imposible.
La inflación se ha atenuado debido a una combinación de factores estructurales: demografía, exceso de deuda, globalización y digitalización. Y la pandemia solo vendrá a acentuar esta tendencia. La única forma concebible de experimentar un aumento sostenido de la inflación sería un giro brusco a nivel impositivo. Uno que provoque una redistribución de la riqueza del capital a los trabajadores, como sucedió durante los años 70. Ese episodio, coincidió con otra redistribución, de países importadores de petróleo a países exportadores. Es muy poco probable que vuelva a suceder algo así, ya que el contexto ha cambiado radicalmente desde entonces.
El comunismo colapsó espectacularmente y la globalización se aceleró, evaporando con ello el poder de negociación de los trabajadores. La economía de mercado ha sido tan dominante que incluso el milagro económico chino se explica por haberla adoptado. Nadie puede seriamente argumentar hoy en día que el sector público pueda ser el motor del crecimiento. Y en lo que respecta a los precios del petróleo, las energías renovables nos acercan cada vez más a un escenario de abundancia plena.
Solo nefastas políticas pueden llevar al sistema a un régimen de inflación más alto. Pero las fuerzas deflacionarias son tan fuertes que necesitaríamos mucho más que gigantescos déficits presupuestarios. Tendríamos que ver a Estados Unidos convirtiéndose en Venezuela. O igualmente probable, descubrir que un asteroide está en ruta de colisión con la Tierra en unos años, y nos lanzáramos a gastar todo lo que tenemos.
Sin embargo, si se mantiene el statu quo actual, es casi seguro que la economía continuará creciendo, la tecnología seguirá transformando (y abaratando) nuestra vida diaria y las fuerzas del mercado prevalecerán sobre los experimentos políticos. En este entorno, creemos que una combinación de acciones de calidad para capturar el crecimiento y bonos del Tesoro para protegernos de la ocasional recesión, es actualmente la mejor combinación posible.
Tribuna de Fernando de Frutos, Chief Investment Officer en Boreal Capital Management
Foto cedidaPIMCO, miembro del Consejo Asesor Global de PIMCO.. PIMCO incorpora a Michèle Flournoy a su Consejo Asesor Global
PIMCO ha anunciado que Michèle Flournoy, experta en política de defensa y seguridad nacional de Estados Unidos, se incorpora a su Consejo Asesor Global. El Consejo proporciona a los más de 870 profesionales de la inversión global de PIMCO una visión de los desarrollos económicos, políticos y estratégicos globales y su relevancia para los mercados financieros.
Según destaca la gestora, Flournoy fue subsecretaria de Defensa para Políticas en la Administración Obama y subsecretaria de Defensa para Estrategia en la Administración Clinton. Es socia gerente de WestExec Advisors, que cofundó con el Secretario de Estado de EE.UU. Antony Blinken, y antigua cofundadora y directora general del Center for a New American Security (CNAS). En su papel de subsecretaria de Defensa para Políticas, fue la principal asesora del Secretario de Defensa en la formulación de políticas de seguridad nacional y defensa, la supervisión de los planes y operaciones militares, y en las deliberaciones del Consejo de Seguridad Nacional, y representó a los Estados Unidos en los compromisos de política de defensa en todo el mundo.
“Michèle tiene una profunda experiencia en políticas de defensa de Estados Unidos y en cuestiones de seguridad nacional y es una notable incorporación a nuestro Consejo Asesor Global. Sus conocimientos y análisis del papel que desempeñarán los acontecimientos geopolíticos en las políticas y acciones de los principales gobiernos nos ayudarán a evaluar su posible impacto en los mercados de capitales para nuestros clientes», ha señalado Emmanuel Roman, director general de PIMCO.
Por su parte, Dan Ivascyn, director de inversiones del Grupo PIMCO, ha destacado que “las perspectivas económicas de PIMCO incorporan los efectos potencialmente desestabilizadores de los acontecimientos geopolíticos en los mercados y la experiencia de Michèle en la evaluación de las implicaciones políticas y de seguridad nacional de estos acontecimientos será una aportación clave en nuestra evaluación del riesgo y la oportunidad de inversión”.
Además de Michèle Flournoy, entre los miembros del Consejo Asesor Global de PIMCO se encuentran Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal y presidente del Consejo, Gordon Brown, ex primer ministro del Reino Unido y ex ministro de Hacienda, Ng Kok Song, ex director de inversiones de la Corporación de Inversiones del Gobierno de Singapur (GIC), Joshua Bolten, ex jefe de gabinete de la Casa Blanca, y Mark Carney, enviado especial de las Naciones Unidas para la acción climática y la financiación y ex gobernador del Banco de Inglaterra y del Banco de Canadá.
Pixabay CC0 Public Domain. Invesco lanza un ETF que invierte de forma amplia en todas las clases de acciones de China
Invesco lanza el fondo MSCI China All Shares Stock Connect UCITS ETF. Según explica la gestora, se trata de una estrategia que invierte en “todas las clases de acciones China” con el objetivo de “representar de la forma más amplia y fiel a economía china”. En este sentido, el ETF mantiene una amplia exposición a la renta variable china.
“A pesar de que China es una de las economías más grandes y de más rápido crecimiento del mundo, sus mercados de capital siempre han sido de difícil acceso para los inversores internacionales. Hay muchos tipos de clases de acciones diferentes, unas cotizan en el país y otras en el extranjero, y no todas están disponibles para todo el mundo. El MSCI China All Shares Stock Connect Select Index proporciona exposición a todo ese amplio grupo de oportunidades, y estamos muy satisfechos de lanzar al mercado el primer ETF UCITS que sigue a este índice tan importante”, señala Laure Peyranne, directora de ETFs para Iberia, LatAm y US Offshore.
Tal y como explica Peyranne, este índice cubre la renta variable china que cotiza en Hong Kong, Shanghai, Shenzhen y fuera de China. Ajusta el universo de renta variable china MSCI para ofrecer ponderación completa de las acciones chinas a través de Stock Connect. Todos los componentes del índice están ponderados por su capitalización de mercado ajustados a su “free float” y el índice se reequilibra trimestralmente.
Por su parte, Chris Mellor, director de ETFs de renta variable EMEA y gestión de producto de Materias Primas, afirma: “El programa Stock Connect ha avanzado mucho para proporcionar a los inversores extranjeros acceso a la renta variable que cotiza en los dos principales mercados de valores de China. Estas compañías tienen la mayor exposición al crecimiento doméstico, lo que creemos que podría ser atractivo teniendo en cuenta el crecimiento urbano, el aumento de la clase media y otras tendencias demográficas. Al seguir este nuevo índice, nuestro ETF proporciona plena ponderación a importantes valores a la vez que exposición a los valores chinos cotizados en el extranjero. Creemos que nuestro ETF ofrece la representación más amplia y fiel de la economía china”.
Este lanzamiento es la última actualización de la ampliación de la oferta de Invesco a mercados emergentes, que incluye exposiciones tanto al amplio mercado como a países concretos. La firma ha reducido recientemente el TER anual del MSCI Emerging Markets UCITS ETF de 0,29% a 0,19%, y el de Emerging Markets USD Bond UCITS ETF de 0,35% a 0,25%.
CC-BY-SA-2.0, FlickrJair Bolsonaro, presidente de Brasil.. Crisis de confianza
En Brasil, la decisión del presidente Jair Bolsonaro de destituir al director de Petrobras marca un fuerte cambio de rumbo de las políticas favorables al mercado y señala una posible presión sobre las empresas estatales de servicios públicos. Y en México, una controvertida iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador para beneficiar a CFE, a expensas del sector privado, es otro golpe a la confianza de los inversores y pone en riesgo el acuerdo comercial T-MEC.
Bolsonaro argumenta que la política de combustible de la empresa solo agrada a los mercados financieros y a grupos selectos en Brasil y debería cambiarse como parte de un esfuerzo por reducir los precios de la gasolina y el diésel. Hay que tener en cuenta que, según las reglas vigentes, los precios más altos de las materias primas y un real brasileño (BRL) más débil exigen aumentos en los precios internos del combustible.
Bolsonaro podría sentirse presionado para eludir la regla, lo que eventualmente conducirá a menores ganancias para la petrolera estatal Petrobras, ya que su índice de aprobación se desplomó al 32,9% en febrero, desde el 41,2% en octubre, según una encuesta publicada por la asociación de transporte CNT. Esto también podría explicar por qué prometió abordar los precios de la electricidad próximamente.
Mientras tanto, se están fraguando más estímulos fiscales en Brasil, ya que el gobierno está planeando una extensión del programa de transferencias de efectivo a través de una enmienda constitucional. Hacerlo sin contramedidas profundizaría las preocupaciones sobre la estabilidad financiera y aumentaría las expectativas de inflación (el pronóstico promedio para la inflación de precios al consumidor del IPCA a fines de este año aumentó al 3,8% desde el 3,6%, según la última encuesta semanal FOCUS).
En México, la semana pasada se discutió en la Cámara de Diputados un plan para darle prioridad a la generadora estatal CFE para despachar electricidad generada con hidrocarburos, cambiando así el orden existente que favorece la energía renovable solar y eólica producida por empresas privadas. Posteriormente pasará al Senado para su confirmación. El partido gobernante, MORENA, y sus aliados tienen mayoría en ambas cámaras del Congreso, por lo que una aprobación total es muy probable.
La iniciativa tiene cuatro implicaciones importantes. Primero, pone en peligro más de 9.000 millones de dólares en proyectos de energía limpia adjudicados al sector privado en 2016-2017 como parte de la Reforma Energética de la anterior administración. Pero la carga para las finanzas del gobierno podría ser materialmente mayor, como lo demuestra la cancelación del Aeropuerto Internacional de Nuevo México (NAIM) en 2019.
Segundo, el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) se pone en riesgo y podría traducirse potencialmente en juicios perjudiciales de otros países.
Tercero, eliminar el incentivo para que el sistema compre la electricidad más barata destruye la eficiencia derivada de la competencia entre productores. Esto podría traducirse en tarifas más altas para los consumidores y potencialmente obligar al gobierno a otorgar subsidios más altos.
Y cuarto, el cambio de reglas y cancelación de contratos de forma unilateral continúa dañando la confianza de los inversores. La inversión extranjera directa (IED) disminuyó un 12% el año pasado y la inversión fija bruta ha registrado 22 meses consecutivos en territorio negativo.
Sugerimos a los inversores que se mantengan al margen cuando se trata de activos brasileños. En renta fija, continuamos viendo mejores oportunidades en bonos soberanos mexicanos dentro de la región. Y en renta variable de mercados emergentes, recomendamos invertir en acciones chinas.
Tribuna de opinión de Esteban Polidura, director de Asesoría y Productos para las Américas en Julius Baer.
Pixabay CC0 Public Domain. Burkina Faso, Islas Caimán, Marruecos y Senegal se unen a la lista de países deficientes en materia de PBCyFT
El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI o, en su denominación inglesa, Financial Action Task Force, FATF) ha publicado la actualización trimestral de la lista de jurisdicciones de alto riesgo que presentan carencias graves en prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo (PBCyFT).
A esta lista de “alto riesgo” se han incluido, respecto a la última publicada en diciembre de 2020, cuatro nuevas jurisdicciones: Burkina Faso, Islas Caimán, Marruecos y Senegal. Por lo tanto, estos países deberán implantar mejoras en sus sistemas de prevención.
Tras esta actualización, el listado actualizado de países de alto riesgo que presentan deficiencias estratégicas, según el GAFI, es el siguiente: Albania, Barbados, Birmania, Botsuana, Burkina Faso, Camboya, Corea del Norte (call for action), Ghana, Irán (call for action), Islas Caimán, Jamaica, Marruecos, Mauricio, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Senegal, Siria, Uganda, Yemen y Zimbabue.
Desde esta institución intergubernamental e internacional se trabaja para desarrollar y que se apliquen medidas para proteger el sistema financiero internacional de los riesgos, continuos e importantes, que supone las actividades de blanqueo de capitales, entre otros aspectos
Para analizar cómo evolucionan algunas de nuestras perspectivas para 2021, comenzaremos con una revisión del cuarto trimestre, porque hace unas semanas se publicaron los datos finales para este periodo correspondientes al PIB, los ingresos, el consumo y el índice de precios de gastos en consumo personal (PCE) subyacente. Hay un par de elementos a destacar.
El PIB del cuarto trimestre fue bastante bueno, en torno al 4%. Se esperaba un dato ligeramente superior, por lo que bastantes personas quedaron decepcionadas en cierto modo. Miremos a futuro, al primer trimestre. Lo que realmente nos dicen los datos del PIB del cuarto trimestre es que disponemos de una plataforma bastante buena para avanzar en el primer trimestre de 2021. Si analizamos los datos de todo el año, el PIB bajó un 2,5% con respecto al cuarto trimestre del año anterior. Se trata solo de una medida entre ambos trimestres. El dato que realmente importa es el PIB de todo 2020, que bajó un 3,5%.
Es una cifra ligeramente superior a algunas de las expectativas de la Reserva Federal. La mayoría de las expectativas de la autoridad monetaria rondaban el 3%. Muchas previsiones apuntaban a un nivel aproximado inferior al 3%. El PIB de 2020 bajó un poco más de lo que se esperaba hacia finales de año. Sin embargo, de nuevo tenemos que pensar en esta situación como una reconstrucción, una reconstrucción de inventario ante una demanda reprimida que se desplegará durante el primer trimestre y definitivamente el segundo trimestre. Algunos analistas incluso apuntan a un PIB de dos dígitos en el segundo trimestre. No estoy dispuesto a confirmarlo, aunque existen dichas previsiones.
Si observamos el dato de inflación, el PCE subyacente se situó en el 1,45%, que se redondeó al 1,5%. Es el dato en que más va a fijarse la Reserva Federal. En relación con el objetivo de inflación promedio flexible, es el dato que la Reserva Federal desea que sea superior al 2% durante al menos un año antes de comenzar a subir los tipos de interés de nuevo. Es algo que han exteriorizado mucho, aunque parece que todavía estamos un poco lejos.
Dado lo mal que estuvo la economía en el segundo trimestre del año pasado, los datos interanuales van a ser un poco más altos. Incluso pueden inclinarse hacia niveles tan elevados de inflación del 2,5% o el 3%. La Reserva Federal espera que sea totalmente transitorio. Esto es esencialmente de lo que hablaron en la reunión de la semana pasada. Algunas opiniones de consenso indicaban que la Reserva Federal podría comenzar a retirar estímulos hacia finales de este año y la misión de la reunión de la semana pasada fue poner fin a ese rumor, decir que esto no iba a suceder.
Algunas de las encuestas mostraron que entre el 20% y el 25% de los participantes pensaban que la Reserva Federal iba a comenzar a retirar estímulos hacia finales de 2021. Es decir, una reducción en las compras de activos. Creo que es un dato muy alto que el 25% de los encuestados piensen eso y creo que el banco central también lo cree. Así que la Reserva Federal fue muy franca y firme afirmando que probablemente esto no sucederá.
Esto nos indica que todavía habrá muchas medidas expansivas y de estímulo en el mercado, lo que se ajusta en gran medida con el tema reflacionario que hemos analizado; nuestra tesis de inversión clave para este año es cómo posicionamos nuestras carteras para aprovechar la reflación de la renta fija y qué activos queremos utilizar para ello. Reconocemos que enero y febrero serán volátiles y accidentados. Se ha producido cierta volatilidad en los mercados y algunos de los datos han sido algo dispares. Considero que están siendo un poco mejores, incluidos datos muy importantes acerca de una ligera mejora en las tasas de infección por COVID-19 y las vacunas.
Los datos de ingresos del cuarto trimestre fueron bastante buenos. Donde el gasto se vio afectado fue principalmente en el sector de bienes, en nuestra opinión, porque el estímulo fiscal no llegó al mercado lo suficientemente pronto. Sin embargo, en el sector de servicios, incluso con el aumento de las tasas de desempleo, los ingresos se mantuvieron bastante planos. Eso es alentador. Puede deberse a que la tasa de ahorro aún permanece alta. Pero el asunto radica en que vamos a recibir el estímulo —tal vez en el primer trimestre o incluso en el segundo trimestre con parte durante el primer trimestre— y todos estos puntos pueden revertirse y recuperarse en el primer trimestre de 2021.
Una vez más, creemos que parte de la debilidad, un tanto decepcionante, del cuarto trimestre es transitoria. Ese es el tema de la reflación: vamos a tener estímulo fiscal y apoyo de política monetaria con margen general para que aumenten la inflación y las expectativas de inflación. Esto debería restaurar los ingresos, con un aumento en las tasas de ahorro personal y en las rentas. Y, al tiempo que la pandemia pase a estar mejor controlada, la economía del futuro debería ser mucho mejor y más robusta.
Mencioné que algunos analistas prevén cifras de dos dígitos para el PIB del segundo trimestre. Gran parte de la agitación del cuarto trimestre y el primer trimestre de 2021 podría ser temporal. Tenemos que prepararnos y mirar hacia el segundo trimestre. Toda esta situación sigue ejerciendo de apoyo bastante saludable para lo que estamos viendo.
En renta fija, creemos que los activos menos sensibles a los tipos de interés evolucionarán de forma positiva. y que el crédito debería funcionar bien. Sé que los diferenciales de crédito siguen mostrándose razonablemente ajustados en este momento. Creemos que en realidad pueden ajustarse más y que el dólar probablemente continúe debilitándose, partiendo de su debilidad actual. Y existen otros muchos cruces que observamos que son muy consistentes, ya sean las monedas de mercados emergentes o algunas monedas basadas en el petróleo que creemos que pueden evolucionar bien, junto con las materias primas.
Todas estas cuestiones son parte del tema de la reflación. En nuestras carteras de renta fija, son las áreas en las que queremos empezar a centrarnos. No creemos que tengamos que apresurarnos desde ya, pero sí creemos que se trata de asuntos que están conformándose. Y este reciente revés que está sucediendo ahora es una buena oportunidad para abrir la posición. Así lo vemos.
Columna de Jim Caron, gestor de carteras del equipo Global Fixed Income de Morgan Stanley Investment Management.
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Pixabay CC0 Public Domain. El Consejo General de Economistas estima que la economía española crecerá el 5,5% en 2021 y el 4,8% en 2022
El presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, ha presentado el Observatorio Financiero “Informe enero 2021”, relativo al tercer cuatrimestre de 2020, elaborado por la Comisión Financiera de dicho Consejo General. Del informe salen una serie de conclusiones acerca de lo que ha sido el pasado curso en términos financieros.
En 2020, el PIB en España se ha contraído el 11%. Tanto la demanda interna como la externa se han visto muy afectadas, con una contribución al PIB de -6,3 y -2,7 puntos, respectivamente. Los sectores más afectados han sido los relacionados con el turismo y las actividades que requieren más interacción social como las artísticas y recreativas, con una caída del 31,5%. El comercio, la hostelería y el transporte también han presentado grandes descensos, del 20,4%. Asimismo, fuera de estos sectores ha sido considerable también el descenso del 18,2% en el sector de la construcción.
La incertidumbre acerca de la situación sanitaria, y por ende de las perspectivas económicas, hace prever que para 2021 el crecimiento podría situarse en torno al 5,5%, teniendo en cuenta el efecto que los Fondos Europeos tendrán en la actividad económica, alrededor del 1%. No obstante, se estima que sea a partir de 2022 cuando estos efectos se visualicen y la economía crezca el 4,8%.
En relación al gasto e inversión pública, se espera que en 2021 estas partidas se incrementen para financiar los gastos derivados de la pandemia con el efecto que ello pueda tener en el déficit público, que se estima se sitúe en torno al 9,4%, y en la deuda pública, en torno al 121% en 2021 y al 122% en 2022.
En cuanto al efecto de la pandemia en las cifras de empleo, el número de ocupados se habría situado en 19.344.300 a final de año, lo que supone un aumento de casi 167.400 ocupados con relación al tercer trimestre, si bien ha descendido en 622.600 personas, 3,12%, en los 12 últimos meses.
Las condiciones financieras en la zona del euro se han relajado, y por tanto, los rendimientos y los diferenciales de la deuda soberana a largo plazo han registrado una caída considerable, en un entorno de expectativas de mantenimiento de las medidas de apoyo monetario y fiscal, y de mejora global de la percepción de riesgos, como consecuencia, en particular, de los anuncios positivos sobre las vacunas.
El presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza, ha afirmado que “los rebrotes del último trimestre han truncado la recuperación iniciada en el trimestre anterior, consiguiendo un ligero crecimiento del 0,4%. Hay sectores que se han visto muy afectados con difícil recuperación a corto plazo a la vista de la evolución de la pandemia, lo que conllevará cierre de negocios, fundamentalmente pymes”, y ha añadido que “el rebrote de la inflación en enero del 0,6% nos aleja de la deflación, puede deteriorar la capacidad adquisitiva de salarios e influir de forma negativa en el consumo, ya hibernado y castigado también por el ahorro prevención. También se acorta nuestro diferencial con Europa y nos resta competitividad, lo que, unido a nuestra baja productividad, no es algo esperanzador”. “De todas formas, dada la incidencia de la factura eléctrica en enero, es necesario ver cómo evoluciona el dato de inflación en los próximos meses”, ha concluido.
Las medidas adoptadas por el Consejo de Gobierno del BCE, que recalibró sus instrumentos de política monetaria a fin de mantener unas condiciones de financiación favorables, dan respaldo a la actividad económica. Entre las principales medidas de estímulo monetario y fiscal, el Banco Central Europeo aprobó en diciembre una ampliación de su programa de compras, Pandemic Emergency Purchase Programme, por importe de 500 mil millones de euros, hasta un total de 1,85 billones, y anunció que ampliará el horizonte de este programa, al menos hasta el final de marzo de 2022.
Sobre el impacto de las medidas económicas en los indicadores financieros, hay que destacar que el crédito al sector privado ha aumentado en noviembre un 2,7% en tasa interanual, subiendo en sociedades un 5,4% y disminuyendo hogares un 0,7%. Atendiendo a financiación recibida por sectores, destaca una caída del crédito al comercio del 16,7%. La tasa de morosidad del sector financiero en noviembre está en el 4,57% registrando una reducción interanual del 8,3 %.
Valentín Pich ha manifestado que “lasayudas del fondo Next Generation EU son una oportunidad para actualizar y renovar determinados sectores de nuestra economía que se estaban quedando obsoletos”. Así mismo, la flexibilidad mostrada por Europa al permitir que parte de las dotaciones reembolsables se conviertan en directas ofrece nuevas posibilidades, por lo que para Pich “las pymes deben estar muy atentas a las ayudas de este fondo presentando proyectos fundamentalmente en materia de digitalización”.
Para el presidente de los economistas “la transposición de la directiva de insolvencia es prioritaria porque puede ofrecernos el marco regulatorio idóneo para fomentar la reestructuración de las empresas viables y liquidar en las mejores condiciones las inviables, minimizando los efectos colaterales nocivos del incremento de deuda en el tejido empresarial”. Por último, el presidente de los economistas reclamó “todo el esfuerzo que sea necesario para intentar ayudar a aquellas personas que puedan verse desplazadas en este proceso”.
El año de la pandemia ha pasado por las entidades de asesoramiento financiero en España (EAFs) dejando un rastro en forma de mayor número de clientes pero menores ingresos. Así lo muestran los últimos datos hechos públicos por la CNMV, correspondientes al cierre del ejercicio 2020.
Según las cifras, las entidades de asesoramiento lograron incrementar en un 12,45% el número de clientes asesorados, pasando de los 6.458 a cierre de 2019 a los 7.262 a cierre del año pasado, y con especial crecimiento entre los minoristas. Estos últimos crecieron un 13,88%, hasta los 6.861, mientras los institucionales redujeron su número en casi un 4% (hasta los 388) y otros (entre los que se encuentran por ejemplo los fondos de inversión a los que asesoran) pasaron de 29 a 13, lo que supone una reducción de más de un 50% en un año.
«Los inversores se dan cuenta que cada vez es más importante la figura de las EAFs, por la experiencia y las posibilidades que les ofrecen, así como la independencia que encuentran en el asesoramiento de este tipo de entidades. Es como una segunda opinión», explica el presidente de Aseafi, Fernando Ibáñez. En un entorno y periodo complejo, como ha sido el pasado ejercicio, la resiliencia de las EAFs y la confianza de sus clientes pone en valor su trabajo, demostrando que esa aportación de valor añadido sigue siendo necesaria».
Los datos de la CNMV no arrojan luz sobre la evolución del patrimonio asesorado por estas entidades, que a finales de 2019 se situaba en 21.627,7 millones de euros, frente a los más de 31.000 millones de solo un año antes. La tendencia descendente en este dato podría corroborarse o frenarse, a la espera de las cifras oficiales.
Lo que sí dejó el año pasado fue una estela negativa en los ingresos por comisiones de estas entidades, que se redujeron en casi un 20%, desde los 56,13 millones de finales de 2019 a los 45,3 millones de hace dos meses. La tendencia ha sido descendente desde 2017, según los datos de la CNMV.
El año pasado, las comisiones percibidas cayeron un 19,19%, arrastradas por las caídas en ámbitos como el asesoramiento financiero (-19,6%), el asesoramiento a empresas sobre estructura de capital (-5,24%), fusiones y adquisiciones y elaboración de informes de inversiones y análisis (-35,5%).
También las retrocesiones bajaron un 11,5%, hasta los 7,6 millones de euros, según los datos de la CNMV.
Así las cosas, el patrimonio neto de las EAFs se redujo un 6,53% en el periodo. Lo que no varió fue el número de entidades: según la CNMV, se mantuvo estable en 140, frenando la ligera tendencia descendente protagonizada desde hace unos años, en un entorno en el que muchas figuras se convierten en gestoras o en agencias de valores para ampliar los servicios financieros prestados a sus clientes.