Los riesgos de la autocomplacencia

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de Michal Dziekonski . DPAM

La autocomplacencia de los operadores en el mercado siempre se percibe en retrospectiva. Por ello, definir los factores que la conforman resulta una tarea de enormes proporciones. Un reto aún más complejo cuando atravesamos la fase inicial de recuperación económica, con los indicadores débiles basados en encuestas en su máximo nivel en décadas. Los índices (y subíndices) PMI lideran la tendencia.

El exceso de confianza precede a las caídas. En este análisis abordamos algunos temas que podrían desencadenar una tensión generalizada en el mercado y describimos las reacciones en la renta fija y el impacto resultante en la rentabilidad. Los temas más relevantes giran en torno a:

  • El miedo a la inflación y el adelanto de las fechas de subida de los tipos de interés de los bancos centrales.
     
  • Cambios en la atmósfera de optimismo que podrían aparecer a través de ajustes negativos en las perspectivas de crecimiento o decepciones en base a los datos reales sobre las estimaciones de crecimiento.
     
  • Las tendencias de reducción de los programas de compra de activos de múltiples bancos centrales.
     
  • Tensiones políticas (calendarios electorales) y geopolíticas (Oriente Medio y China a la cabeza).
     
  • Incertidumbre sobre la pandemia.

Me apoyo en los tres primeros temas como desencadenantes de la necesidad de abandonar la autocomplacencia. La «Realpolitik» estadounidense en el frente internacional es necesaria, y la administración Biden da prioridad a los asuntos internos. La vacunación avanza. La incertidumbre en torno a la trayectoria a largo plazo favorece los flujos de inversión defensivos y cualitativos, pero sigue siendo compleja de medir.

Desde noviembre de 2020, cuando dimos la bienvenida al actual presidente de EE.UU. y, lo que es más importante, a soluciones de vacunación eficaces, los tipos de interés a largo plazo de los países desarrollados han tendido al alza. El ajuste de los tipos a 10 años de EE.UU., y el simultáneo pronunciamiento de la curva de rendimiento de este país, se aceleraron durante febrero y marzo; desde entonces ambos se han consolidado. Los tipos a 10 años de EE.UU. han podido estabilizarse entre el 1,50% y el 1,75%, a pesar de la confirmación de los brotes inflacionistas en las series del IPC y el PCE (precios del gasto en consumo) básicos, que muestran un nivel del 3%.

Los tipos de interés a 10 años de la UE, muy firmes durante el primer trimestre de 2021, sucumbieron a las presiones al alza durante el segundo trimestre, y los tipos alemanes a 10 años tocaron el -0,10% a mediados de mayo, terminando el mes cerca del -0,20%. Los datos de la inflación interanual en la zona euro aumentarán hasta el 2,3%-2,5%, reflejando los efectos de base y las presiones de precio debidas a los cuellos de botella en el suministro de bienes y materias primas. El debate sobre la inflación estructural frente a la cíclica continuará durante 2021 y 2022. El hecho es que el mercado espera hoy una inflación media a largo plazo en EE.UU. y la UE del 2,42% y del 1,60%, respectivamente.

El riesgo de autocomplacencia respecto de los tipos se traduce en la idea de que hemos alcanzado niveles apropiados a largo plazo puesto que pasamos por un período de optimismo en materia de crecimiento y máximos en las lecturas de los PMI y en los datos inflacionistas. También cuenta con una política monetaria estadounidense estable que reducirá de forma inteligente y lenta las compras de activos y no adelantará ningún ciclo de subidas de tipos de interés antes del segundo semestre de 2023, ya que las condiciones de pleno empleo no podrán alcanzarse hasta 2024-2025.

En los niveles actuales de los tipos de interés en EE.UU., estimo que los inversores pueden ser complacientes y que es baja la probabilidad de que se produzca un impulso similar al del primer trimestre de 2021 (que lleve los tipos a 10 años en EE.UU. hacia el 2,25%-2,50%). Esta afirmación está motivada por los buenos rendimientos esperados en los bonos del Tesoro de EE.UU. frente a las expectativas de rendimiento a largo plazo en los activos de riesgo que cotizan en bolsa.

El «tercer mandato» de la FED es preservar la estabilidad de los mercados financieros. Esto no quiere decir que la FED vaya a proporcionar al mercado topes en el momento en que los ajustes cristalicen. En efecto, la FED ha acogido con satisfacción la normalización de los tipos en los últimos 6 meses. Las políticas monetarias acomodaticias sostenidas han empujado a los inversores a subir la escala de riesgo en bonos corporativos de grado de inversión (IG), de alto rendimiento (HY), bonos convertibles y acciones.

La historia nos dice que los bonos ya no pueden compensar ninguna corrección en los activos de riesgo. Supongo que este punto, en retrospectiva, era relevante durante 2020 y principios de 2021. Pero el panorama ha cambiado en los niveles actuales de los tipos de los bonos del Tesoro de EE.UU., de los bonos soberanos de calidad de los mercados emergentes y de los bonos gubernamentales específicos de la UEM. Con este riesgo de autocomplacencia en el límite inferior, evalúo que ha crecido el riesgo de un exceso de confianza en lo que respecta a los spreads.

Es un hecho que los spreads podrían tener dificultades en el momento en que los tipos a 10 años de EE.UU. subieran desordenadamente otros 60 a 90 puntos básicos, o los tipos de la UE, tomando una beta similar, añadieran otros 30 a 45 puntos básicos. Este movimiento podría provocar un ajuste más pronunciado en los mercados de renta variable de EE.UU., con efectos indirectos negativos de ampliación de los diferenciales.

Las condiciones financieras de las empresas financieras y no financieras se verían afectadas. En los balances de los bancos, los préstamos corporativos, posiblemente enfrentados a una pérdida combinada de moratorias y/o garantías gubernamentales, se deteriorarían, lo que llevaría a un aumento del coste del riesgo de los bancos, que endurecerían las condiciones de préstamo en el peor momento posible.

Por otro lado, desde una perspectiva de rentabilidad esperada ajustada al riesgo, los bonos del Estado podrían convertirse en la mejor opción de los males menores. Si los tipos se consolidan en los niveles actuales, o en el mejor de los casos, bajan, se podrían obtener atractivos rendimientos de carry y roll-down o rendimientos totales adecuados.

Hay consenso en que los tipos de interés oficiales se mantendrán en el límite inferior negativo o cero durante al menos otros dos años. Por lo tanto, en el momento en que el crecimiento sea menos boyante, los diferenciales de crédito podrían ser víctimas de un aumento de los flujos de toma de beneficios.

En conclusión

Los riesgos de autocomplacencia o la probabilidad de retroceso en los mercados son una función de la valoración, el posicionamiento, los flujos, el momentum, la volatilidad y las condiciones de liquidez. La valoración de los tipos en EE.UU. ha mejorado notablemente, junto con la absorción de una inflación futura de en torno al 2,5%. Los tipos reales negativos forman parte de la solución a largo plazo, aceptada por las autoridades monetarias y fiscales. Las estimaciones actuales sobre la volatilidad de los tipos no dejan entrever una gran incertidumbre en el futuro. Las valoraciones de los tipos en la UE podrían ajustarse más. Sin embargo, la mayor parte del impacto ya debería haber quedado atrás.

Los riesgos de valoración, posicionamiento, momentum y liquidez están por encima de la media del riesgo de crédito corporativo. La moderación es necesaria independientemente de que los tipos suban o bajen a partir de ahora.

Desde una perspectiva multiactiva, el riesgo de la renta variable podría empezar a encontrar un sólido diversificador en los bonos gubernamentales de los mercados emergentes (HC o LC). Las economías candidatas de estos mercados deberían tener superávits por cuenta corriente o déficits modestos (entre el 1% y el 3% del PIB) en la balanza de pagos, así como un endeudamiento general moderado del Estado, entre el 50% y el 85% del PIB.

Tribuna de Peter De Coensel, CIO de renta fija en DPAM

DPAM nombra dos nuevos directores de inversiones para las áreas de renta variable fundamental y multiactivos

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Foto cedidaDe izquierda a derecha, ves Ceelen, director de gestión de carteras institucionales y CIO para las estrategias multiactivo globales de DPAM, y Johan Van Geeteruyen, director de inversión de renta variable fundamental DE DPAM.. DPAM nombra dos nuevos directores de inversiones para las áreas de renta variable fundamental y multiactivos

DPAM ha anunciado el nombramiento de Johan Van Geeteruyen para el cargo de director de inversión de renta variable fundamental. Además, Yves Ceelen, actual director de gestión de carteras institucionales, amplía sus responsabilidades asumiendo el cargo de CIO para las estrategias multiactivo globales que estaban gestionadas hasta la fecha por Van Geeteruyen.

Johan Van Geeteruyen, miembro del Consejo de Administración, es un profesional senior en la inversión con más de 30 años de experiencia. Forma parte de DPAM desde 1998, trabajando primero como gestor de renta variable y responsable de mandatos institucionales antes de ser nombrado CIO de las estrategias multiactivo globales en 2016. Es analista financiero certificado por la ABAF| BVFA (Asociación Belga de Analistas Financieros).

Por su parte, Yves Ceelen, también miembro del Consejo de Administración de DPAM, lleva más de 20 años trabajando en la gestión de inversiones. Se incorporó a DPAM en 2011 como gestor de carteras de Mandatos Institucionales y se convirtió en responsable de esta área en 2016.

Según explica la gestora, esta nueva estructura se pone en marcha tras la decisión de Alexander Roose, ex-CIO de renta variable fundamental, y de Quirien Lemey, cogestor de las estrategias multitemáticas sostenibles, de continuar con sus carreras profesionales independientemente de DPAM.

“Me gustaría dar las gracias a Johan e Yves por asumir estas nuevas responsabilidades y también agradecer tanto a Alexander como a Quirien por su contribución al desarrollo del área de especialización derenta variable, basada en las convicciones fundamentales de DPAM desde hace muchos años. Su continuidad estará garantizada gracias a la veteranía que aporta Johan, junto con el experimentado equipo actual y la combinación única de un proceso de inversión coherente impulsado por un sólido equipo de análisis basado en la convicción”, ha destacado Hugo Lasat, CEO de DPAM.   

Lasat ha explicado que la renta variable fundamental es una de las principales áreas de especialización de DPAM y ha ido creciendo sistemáticamente a lo largo de los años. “Nuestra ambición es seguir invirtiendo en su desarrollo. Esto ha sido posible gracias a nuestro exclusivo proceso de inversión basado en la cadena de valor, al esfuerzo de un sólido y dedicado equipo de profesionales y a un proceso de inversión probado y experimentado. Johan asumirá el liderazgo de este equipo que cogestiona el subárea de renta variable fundamental sostenible global y temática desde hace muchos años”, ha añadido Lasat.   

Por su parte, Tom Demaecker y Dries Dury, gestores de fondos de renta variable fundamental senior, seguirán cogestionando las estrategias sostenibles y temáticas, con el mismo enfoque aplicado desde su creación, en colaboración con el Centro de Competencia de Inversión Responsable, dirigido por Ophélie Mortier, y el equipo de investigación buy-side de renta variable, dirigido por Ivo Dierick. Con 27 años de experiencia en el análisis de inversión, Dierick dirige un equipo de 17 analistas buy-side de renta variable que  ha sido reforzado durante los últimos tres años, con el fin de cubrir un amplio número de sectores y geografías.

EFGAM amplía su gama de renta variable con un fondo sobre compañías sanitarias disruptivas

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Pixabay CC0 Public Domain. EFGAM amplía su gama de renta variable con un fondo que invierte en compañías sanitarias disruptivas

EFG Asset Management (EFGAM) ha anunciado el lanzamiento de New Capital Healthcare Disruptors, una estrategia de estilo growth destinada a inversores institucionales estadounidenses y que invierte en compañías disruptivas del ámbito de la sanidad. 

Según explica la gestora, comparada con el índice MSCI World Health Care, el fondo tendrá alrededor de 30 acciones seleccionadas de todo el espectro de capitalización del mercado. Está gestionada por Mike Clulow y el equipo de renta variable growth estadounidense de EFGAM, Tim Butler, Joel Rubenstein y Chelsea Wiater, todos ellos con sede en Portland (Oregón).

“Este equipo tratará de identificar empresas sanitarias innovadoras que estén conquistando cuotas de mercado mediante tecnologías y servicios disruptivos. En lugar de centrarse en segmentos individuales del sector sanitario, el equipo busca en todo el espectro”, explican desde la gestora. Esto incluye: productos biofarmacéuticos (por ejemplo, terapia génica, inmunoterapia y tratamientos dirigidos genéticamente); dispositivos médicos (por ejemplo, robótica, miniaturización y dispositivos portátiles): servicios sanitarios (por ejemplo, telemedicina y monitorización a distancia); y externalización farmacéutica (por ejemplo, soluciones en la nube, análisis de datos e inteligencia artificial).

“Buscamos empresas que están desplazando a los participantes heredados que se enfrentan a la expiración de patentes y a la obsolescencia de los productos. El COVID-19 ha acelerado este ciclo de adopción, ya que los productos de nueva generación pueden impulsar resultados más rentables y minimizar potencialmente la probabilidad de transmisión viral o bacteriana. El mayor uso de la telemedicina, el cambio hacia procedimientos mínimamente invasivos y la adopción generalizada de dispositivos inalámbricos y productos vestibles reflejan esta tendencia”, ha explicado Mike Clulow, director de la cartera del fondo New Capital Healthcare Disruptors.

Por su parte, Moz Afzal, director global de inversiones de EFGAM, ha declarado: “Nos entusiasma lanzar esta estrategia en este momento. Mientras el mundo navega por la crisis actual y mira hacia una era pos-pandémica, creemos que la drástica transformación del sector sanitario, impulsada por la necesidad de reducir los costes de la atención sanitaria, dará lugar a una nueva ola de tecnologías y modelos de negocio disruptivos. Estas tendencias disruptivas deberían ofrecer a nuestros clientes nuevas y emocionantes oportunidades de inversión”.

¿Qué factores apoyan el atractivo de las infraestructuras?

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Pixabay CC0 Public Domain. La sostenibilidad, el envejecimiento poblacional y la recuperación económica convierten a las infraestructuras en un activo clave

La deuda de infraestructuras privadas ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años, proporcionando una fuente de duración, diversificación y rentabilidad en un entorno de bajo rendimiento de la renta fija. Esta clase de activo es solo un ejemplo de las bondades que han encontrado los inversores en los activos de infraestructuras, una tendencia que continuará, según las gestoras, debido a los fuertes motores motivos que impulsan su desarrollo: la transición energética, el envejecimiento poblacional y la recuperación económica.

El outlook de DWS sobre infraestructuras para este año destaca varias claves que apoyan la visión tan optimista sobre el desarrollo de las infraestructuras. Por ejemplo, el documento recuerda que las condiciones de liquidez siguen siendo favorables incluso para los estos activos de alta calidad que han sido afectados por la pandemia. Una vez controlada la pandemia y vacunada la población, la recuperación de las economías también impulsará las infraestructuras, por ejemplo la producción industrial y los volúmenes comerciales seguirán apoyando las operaciones portuarias y el transporte de mercancías por ferrocarril, y se mejorarán las redes y servicios públicos. Además, hay tendencias que son imparables como la movilidad sostenible o la transición energética y digital. 

“Dados los riesgos asociados al cambio climático, la disminución de los recursos naturales y los cambios demográficos, esperamos que el universo de las infraestructuras invertibles crezca a nivel mundial. Por ejemplo, el rápido envejecimiento de la población significa que hay una creciente necesidad de activos que generen ingresos fiables para la jubilación. Los activos de infraestructuras están bien posicionados para proporcionar los flujos de ingresos deseados a largo plazo. Un ejemplo actual es nuestra inversión en una de las plantas desalinizadoras de agua de mar más avanzadas tecnológicamente y eficientes energéticamente de Norteamérica. Este activo se gestiona en nombre de los planes de pensiones del sector público”, señala Gershon Cohen, Global Head of Infrastructure Funds de Aberdeen Standard Investments.

Según Cohen, la pandemia no ha modificado las razones macroeconómicas para invertir en infraestructuras nacionales nuevas y existentes. “En todo caso, la necesidad de acelerar las inversiones es cada vez más acuciante. El crecimiento demográfico, la urbanización, la industrialización, la competitividad y el deseo de mantener y mejorar el nivel de vida de los ciudadanos son los principales argumentos. La demanda actual de inversión en infraestructuras se ha visto exacerbada por la falta de inversión en el pasado y el crecimiento de la movilidad”, añade. 

Ahora bien, todo este argumento tiene un enfoque de fondo, la sostenibilidad. Aberdeen Standard Investments y DWS coinciden que la transición energética a la que se han comprometido la mayoría de los países del mundo otorga gran protagonismo a las infraestructuras, ya que estas desempeñarán un papel clave en el cambio climático. Este protagonismo se verá apoyado por los gobiernos, ya que, tras el COVID-19, los responsables políticos han acelerado sus objetivos en infraestructuras sostenibles con motivo de la recuperación económica y la descarbonización. 

Las oportunidades de inversión en infraestructuras abarcan múltiples sectores que prestan servicios públicos esenciales. Por lo general, estos proyectos pretenden generar ingresos sostenibles a largo plazo, al tiempo que tratan de salvaguardar el medio ambiente y/o aportar beneficios sociales. Incluyen proyectos energéticos, planes de transporte, puertos aéreos y marítimos, instalaciones de gestión de residuos, escuelas y hospitales. Se trata de sistemas físicos básicos que se consideran esenciales para impulsar la productividad de la economía”, señala Cohen.  

Las actuales presiones fiscales y la necesidad de que los gobiernos adopten disciplinas más comerciales están poniendo de manifiesto la necesidad de contar con la experiencia y el capital del sector privado. Según indican desde Pictet AM, los inversores institucionales asignan el 6% de sus inversiones a infraestructuras, siendo el grueso activos privados, con rentabilidades totales de casi 14% anualizas la última década. De manera que 54% de los inversores institucionales encuestados este año por Preqin, proveedor de datos de activos alternativos, esperan comprometerse más con la inversión en infraestructuras los próximos doce meses que en 2020.

“Pero a medida que se aceleran los esfuerzos en descarbonización, las empresas cotizadas especializadas en energía limpia, son cada vez más un complemento y alternativa a los activos privados, que son escasos y de altas valoraciones, sin las ventajas de diversificación, liquidez, supervisión y mejores métricas ASG. La alternativa de las cotizadas en infraestructuras relacionadas con energía limpia se ve impulsada por las SPACS”, explica Xavier Chollet, gestor de Pictet Clean Energy, fondo de Pictet AM.

En opinión de Chollet, es probable que el atractivo de las infraestructuras entre estos inversores se fortalezca la próxima década, especialmente en cuanto a energía limpia. “En una encuesta reciente, más de 80% esperaba que la energía limpia sea la principal fuente de inversiones en infraestructuras en los próximos diez años. Hay que tener en cuenta que EE.UU., Europa y China están a punto de emplear billones de dólares para una recuperación verde y una amplia gama de activos renovables y sostenibles -plantas de energía eólica y solar, redes de electricidad renovable, infraestructura de vehículos eléctricos y el sector de construcción- puede experimentar rápido crecimiento y, con el tiempo, representar la mayor parte de nuevos activos de infraestructuras”, añade. 

En este sentido, Estados Unidos será una de las regiones más atractivas para invertir en infraestructuras sostenibles. De hecho, según la Agencia Internacional de Energía Renovable, para cumplir los objetivos climáticos, las inversiones en el sistema energético en EE.UU. entre 2016 y 2050 deben aumentar 16% respecto a lo que se prevé, hasta 110 billones de dólares. “Las correspondiente oportunidades de inversión en electrificación e infraestructura -redes eléctricas, redes de carga de vehículos eléctricos e instalaciones de producción de hidrógeno o gas sintético- pueden llegar a sumar 26 billones de dólares para 2050”, destaca Chollet. 

Las regiones más activas

Una visión que comparte claramente Stéphane Monier, CIO de Lombard Odier, quien destaca que el Plan de Empleo Americano, propuesto por el gobierno de Biden el 31 de marzo, invertiría décadas de «desinversión» pública en EE.UU. y pondría la economía en una base más sostenible para el futuro. La propuesta señala que EE.UU. ocupa el 13º puesto mundial en calidad de infraestructuras. El gasto del gobierno federal estadounidense en sus infraestructuras se ha reducido a más de la mitad en relación con el producto interior bruto en las últimas seis décadas, pasando del 3,8% en los años 60 al 1,6% en la última década.

“La propuesta de ley de EE.UU. incluye proyectos específicos para el clima, por valor de unos 670.000 millones de dólares, es decir, un tercio del total. El objetivo es conseguir una economía neutra en carbono para 2050, incluida la electricidad libre de carbono para 2035, y acabar con las exenciones fiscales y otras subvenciones a las industrias de combustibles fósiles. El plan también mantendría los créditos fiscales para la energía eólica y solar durante diez años, además de ofrecer a los consumidores incentivos para los vehículos eléctricos y mejorar las redes ferroviarias”, añade Monier. 

El CIO de Lombard Odier también recuerda que la necesidad de inversión en infraestructuras no se limita a Estados Unidos, aunque es especialmente acuciante allí. Por ejemplo, señala que China, en un punto muy diferente de su evolución económica, sigue gastando más que el resto del mundo. En las próximas dos décadas, la segunda economía del mundo necesita gastar 28 billones de dólares en sus infraestructuras, según estimó el Banco Mundial en 2017, para mantener el ritmo de su desarrollo. 

“El gasto en infraestructuras en toda la Unión Europea ha disminuido desde aproximadamente 2010, a raíz de la Gran Crisis Financiera. En 2017, el gasto de la UE en infraestructuras equivalía al 2,7% del PIB y la falta ha pasado factura incluso a las naciones más ricas de la región. La UE ya ha establecido un plan de gastos. El año pasado, el bloque elaboró un paquete de estímulo por valor de 1,8 billones de euros, que incluye su presupuesto septenal de 1,15 billones de euros y un fondo de recuperación de Nueva Generación de 750.000 millones de euros. Los 27 Estados miembros del bloque se propusieron transformar sus infraestructuras energéticas, de transporte, agrícolas y sanitarias. Alrededor de 1 billón de euros de este total está vinculado al cumplimiento del objetivo de neutralidad neta de carbono para 2050”, concluye Monier.

Amundi: “Hay un “deseo” de inflación y las herramientas para crearla”

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Amundi: “Hay un “deseo” de inflación y las herramientas para crearla”
Foto cedidaPascal Blanqué, Director de Inversiones (CIO) de Amundi.. Amundi: “Hay un “deseo” de inflación y las herramientas para crearla”

Las perspectivas de mercado de Amundi para el segundo semestre de 2021 esbozan un período de transición de narrativas que requerirá de la búsqueda de soluciones alternativas para generar rendimientos en un contexto diferente al de las últimas décadas. La gestora francesa apunta que el cambio de paradigma vendrá marcado por la vuelta a un escenario inflacionista similar al vivido en los años 70, aunque ahora las opciones para hacerle frente son más limitadas, y el probable estallido de burbujas, principalmente la tecnológica. Ante este panorama, Amundi sugiere estrategias relativas de acciones versus bonos en el corto plazo, y la inclusión de activos alternativos y bonos de mercados emergentes.

«Se está produciendo un cambio de régimen caracterizado por expectativas de inflación al alza y correlaciones positivas entre la renta variable y la renta fija, así como una rotación hacia el segmento value en renta variable. Al final, nos encontraremos en un entorno de mercado definido por subidas en los tipos de interés y la inflación, y, en particular, una mayor volatilidad sobre todos estos factores (…) Estamos en una fase avanzada de esta transición”, apuntó Pascal Blanqué, Director de Inversiones de Amundi (CIO), durante la presentación de las perspectivas de la gestora como antesala del Amundi World Investment Forum.

Todas las casillas que nos dirigen a la inflación están marcadas”

En conversación con Jean-Jacques Barbéris, Director de Clientes Institucionales y Corporativos & ESG de Amundi, Pascal Blanqué expresó que el concepto de inflación como evento temporal, postura que defienden los bancos centrales, es demasiado “evasivo”. Según el CIO de Amundi, “hay un deseo de inflación” y los bancos centrales permitirán que esta se desarrolle. “Es la primera vez en tres décadas que existe ese deseo generalizado y las herramientas para crearla”, apuntó.

De acuerdo con Pascal Blanqué, “todas las casillas que nos dirigen a la inflación están marcadas”. En este sentido, refirió las dinámicas relacionadas con la demanda – principalmente, la interrupción de la cadena de suministros y el aumento de los precios de los alimentos – y aquellas ligadas al aumento de los salarios, que “se unen a la fiesta” en la trayectoria del crecimiento.

El CIO de Amundi también señaló que, paradójicamente, las expectativas de potencial inflación no se han traducido en mayores tipos reales, sino todo lo contrario. “Este es un aspecto muy importante,” puntualizó Pascal Blanqué, “porque subyace al crecimiento de los activos de riesgo y a la subida de las [empresas] tecnológicas”.

Gamificación de las inversiones y el posible estallido de burbujas

A la pregunta de si podrían surgir burbujas en el horizonte, empujadas en parte por el aumento de inversores minoristas atraídos por la facilidad con la que ahora se puede operar en el mercado de valores, el CIO de Amundi fue cauto en su valoración: “debemos ser humildes cuando hablamos sobre burbujas porque éstas solo suelen reconocerse una vez han estallado”.

De acuerdo con Pascal Blanqué, las valoraciones ofrecen parte de la respuesta a este asunto. “Las valoraciones relativas nos dicen que la renta variable es más atractiva que la renta fija. En mi opinión, sin embargo, las valoraciones tanto de la renta fija como de la renta variable se encuentran bastante tensionadas”. Según el CIO de Amundi, sí que es cierto que se está produciendo una aceleración de la velocidad del dinero y un exceso de liquidez en varios segmentos al abrigo de la digitalización, la gamificación y la democratización de las inversiones.

Pascal Blanqué expresó que no ve indicios de una burbuja en los mercados de crédito similar a la vivida en 2008. Sin embargo, encuentra señales claras de este fenómeno en el sector tecnológico: “la cuestión no es si estallará, sino cuándo lo hará”. Sobre el Bitcoin y otras criptomonedas, expresó: “voy a ser directo y contundente: es una farsa”

Batalla de narrativas: inflación, renta variable y política monetaria

Según el CIO de Amundi, en los próximos seis meses comenzarán a evidenciarse “batallas de narrativas” en el mercado, es decir, entre las dinámicas actuales y aquellas (nuevas) representaciones que podrían nacer.

La primera batalla de narrativas se producirá en la esfera del crecimiento y la inflación, entre un discurso basado en el estancamiento secular o un escenario inflacionista similar a los años 70. Aunque la primera narrativa parece estar bien asentada, “la dominante será aquella del retorno a los años 70”, apuntó Pascal Blanqué.

En el campo de la renta variable, la batalla se planteará entre el estancamiento secular o un retorno a los ‘Felices años 20’. De acuerdo con el CIO de Amundi, la segunda solo se justificaría si las compañías tecnológicas tuviesen la capacidad de aumentar sus beneficios gracias a un incremento de su productividad. “Dudo mucho que esto sea posible”, señaló Pascal Blanqué.

La tercera batalla se disputará en el terreno de la política monetaria, entre quienes opinan que los bancos centrales podrán mantener una postura acomodaticia permanente sin efectos adversos y aquellos que prevén que estas instituciones perderán en algún momento el control de la situación. El CIO de Amundi se decanta por la segunda opción ante una nueva realidad definida por un “deseo de inflación” y la prevalencia de la esfera fiscal en los mandatos de los bancos centrales. Según Pascal Blanqué, las instituciones monetarias “no actuarán” hasta que el mercado mande señalas claras en forma de prismas de riesgo al alza.

Recomendaciones para la asignación de activos

Las recomendaciones de Amundi para la asignación de activos parten del supuesto de que, en el escenario actual, tanto la renta variable como la renta fija están caras en términos absolutos. Según la gestora, el único valor atractivo por el momento es el relativo.

La renta variable ofrece mejores perspectivas a corto plazo que la renta fija; a largo plazo, sin embargo, la exposición a los tipos de interés podría perjudicar a las acciones. En el caso de los bonos, la gestora los encuentra caros a corto plazo e indica que la mayoría de índices mundiales muestran duraciones largas y rendimiento bajos, por lo que será necesario desarrollar estrategias que logren mitigar el riesgo relacionado con la duración de estas opciones.

En un contexto marcado por el aumento de las perspectivas de inflación y la consecuente reorganización de la correlación entre acciones y bonos, que pasará a ser positiva, Amundi invita a repensar la clásica composición de cartera. “En nuestra opinión, la 60/40 es una cosa del pasado. Una trampa, probablemente”, expresó Pascal Blanqué.

Los bonos no seguirán siendo el diversificador dominante, sin embargo, “no significa que estén muertos”, según el CIO de Amundi. La gestora francesa recomienda reducir el peso de estos productos en cartera, que deberán permanecer como una opción ligada a la búsqueda de liquidez, aumentar la proporción de acciones y buscar una mayor diversificación no regida por los patrones de la asignación tradicional. En este sentido, se decanta por añadir activos reales, instrumentos alternativos y activos de mayor rendimiento; por ejemplo, bonos emergentes, en particular de China, “un componente básico en cualquier cartera internacional”, concluyó Pascal Blanqué.

Los ETFs climáticos de Lyxor superan los 1.000 millones de euros en activos bajo gestión

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Foto cedidaArnaud Llinas, Head of Lyxor ETF and Indexing.. Los ETFs climáticos de Lyxor superan los 1.000 millones de euros en activos bajo gestión

Lyxor Asset Management ha anunciado que ha recaudado más de 1.000 millones de euros en activos en su gama de ETFs climáticos, tras un año desde su lanzamiento. Según la gestora, esto muestra que «los inversores están adoptando medidas decididas para alinear sus carteras con sus objetivos de neutralidad de carbono». 

Los ocho ETFs climáticos de Lyxor, que replican los índices S&P Paris-Aligned Climate (PAB) y MSCI Climate Change (CTB) y están diseñados para cumplir con la normativa europea, representan una cuota del 30% del segmento de mercado de ETF que siguen los índices PAB y CTB1. 

En marzo de 2020, Lyxor se convirtió en el primer proveedor europeo de ETFs en lanzar un ecosistema completo de ETFs coherentes con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de las temperaturas a 1,5°C, «con un rebasamiento nulo o limitado» por encima de los niveles preindustriales. 

En un contexto en el que los flujos hacia los ETFs ESG están batiendo todos los récords en Europa, los ETFs contra el cambio climático se están abriendo paso en las carteras de los inversores institucionales comprometidos con la descarbonización de sus carteras y la contribución a la reducción de emisiones. Los índices climáticos etiquetados proporcionan una forma transparente y rentable de aprovechar una multitud de datos climáticos. Los índices PAB y CTB de alto valor añadido que siguen los ETFs de Lyxor permiten a los inversores reducir la intensidad de carbono de sus carteras y seguir una tendencia de descarbonización absoluta del 7% anual. 

“A lo largo del año pasado, los inversores institucionales fueron tomando conciencia de que los ETF climáticos pueden ser una herramienta eficaz en la lucha contra el cambio climático, ya que pueden dirigir el capital hacia inversiones bajas en carbono, dentro de un marco transparente y basado en normas científicas. Estamos convencidos de que los ETFs climáticos, gracias a su accesibilidad y sus bajas comisiones, también ayudarán a democratizar la inversión climática para los inversores privados y, como resultado, formarán un componente fundamental del mercado de ETF ESG”, ha destacado Arnaud Llinas, Head of Lyxor ETF and Indexing.

Desde Lyxor explican que la lucha contra el cambio climático es un eje central de sus convicciones. La firma se posiciona como el proveedor de ETFs de referencia para los índices climáticos, habiendo lanzado en 2017 el primer ETF de bonos verdes del mundo, el mayor de su categoría, con 560 millones de euros de activos bajo gestión. “La mayor parte del capital captado por los bonos verdes subyacentes del ETF financia proyectos destinados a luchar contra el cambio climático. A principios de este año, Lyxor publicó mediciones de temperatura para 150 de sus ETFs, lo que permite a los inversores evaluar el impacto de sus carteras en el calentamiento global y reasignar su capital hacia una economía baja en carbono”, añaden desde la gestora.

Expectativas enfrentadas

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Pixabay CC0 Public Domain. Expectativas enfrentadas

En nuestra última entrega hablábamos de un incremento en las señales que apuntan –después de una consolidación- a una continuación en la tendencia bajista en precios del bono EE.UU..

La caída de rentabilidades puede continuar durante algo más de tiempo: el sentimiento en torno a los bonos del Tesoro ha girado de forma notable en las últimas semanas. A lo largo del primer trimestre el consenso apostaba por una rentabilidad a vencimiento objetivo de en torno al 2% (que, como explicábamos la semana pasada aún se justifica en base a pronósticos de inflación, paro y expectativas respecto a tasas de interés); tres meses después, el mercado parece estar a gusto respetando el rango 1,5% -1,7%, a tenor de la moderación en el ritmo de la recuperación (que pone de manifiesto el índice de sorpresas económicas de Citi) y el “bache fiscal”, que será más evidente en EE. UU..

Fig 1

Biden rompió esta semana las conversaciones sobre su proyecto de inversión en infraestructuras con el senador republicano Capito y, aunque la Casa Blanca ya tiene un nuevo acuerdo bipartidista sobre la mesa ($973.000 millones en 5 años, sin incremento en impuestos en renta/capital pero indexando el impuesto de combustible a la inflación), es probable que estas conversaciones también sean en vano. Adicionalmente, Washington dará a conocer una serie de medidas y recomendaciones destinadas a aliviar los cuellos de botella en la cadena de suministro y a reducir la dependencia de Estados Unidos respecto a otras naciones para los componentes críticos; esta iniciativa podría contribuir a aliviar el miedo a un repunte en inflación prolongado.

Lo cierto es que nos encontramos en una encrucijada y la dirección que acabe tomando el precio del bono tesoro dependerá en buena medida de los comentarios de Jay Powell el próximo día 16.

El informe JOLTs de abril se publicó el miércoles con 9,28 millones de puestos de trabajo abiertos (más de un millón por encima de lo previsto), un hito que marca la lectura más elevada en la historia de esta serie: las empresas quieren contratar, pero por diversos motivos no encuentran demanda suficiente entre los que están en paro. El mercado laboral puede estar más tensionado de lo que aparenta la tasa de paro.

Por su parte, la inflación se disparó en mayo hasta el 5% (3,8% para la subyacente), los niveles más altos desde la crisis hipotecaria, apoyándose en categorías de gasto ligadas directamente a la reapertura: coches usados y de alquiler, seguros, hostelería, transporte aéreo y restauración. El desglose del dato apuntala la explicación de la Fed respecto a que se trata de un fenómeno transitorio, pero las lecturas de IPC se mantendrán inusualmente elevadas este verano en la medida en que los consumidores empiecen a disponer de sus 2,1 billones de ahorros acumulados, además, con el componente más importante de la cesta de precios (renta equivalente de propietarios) que lleva tres meses dibujando un punto de inflexión que ya es evidente.

Todo ello obligará a Powell a ser quirúrgico en su comunicación si finalmente decide inaugurar la cuenta atrás hacia la implementación del tapering.

Esta incertidumbre queda de manifiesto en la foto técnica. La gráfica de rentabilidad a vencimiento del bono 10 años muestra como la serie viene cotizando dentro de un triángulo con tendencia bajista; la figura debería resolverse, en un sentido u otro, en unas semanas pudiendo enviar a la TIR -según el caso- hacia 1,9% o bien hacia 1,3%. Este ejercicio de consolidación acabaría por depurar la sobreventa que el precio de este activo mostraba al cierre del primer trimestre, que venía acompañada por una posición de infraponderación extrema en duración por parte de los gestores de renta fija encuestados por JP Morgan.

Fig 2

El fuerte ajuste en el indicador de exceso de liquidez, que mide el crecimiento en masa monetaria (M2) en el contexto del avance o retroceso económico y que anticipa en nueve meses los movimientos en la prima por plazo del bono, sugiere que el actual rango de cotización podría mantenerse durante algo más de tiempo.

Fig 3

No obstante, apuntando al medio plazo, y si analizamos lo sucedido en 2013 y 2016 ante otros episodios de retirada de estímulos, el rendimiento del bono acabó superando la media semanal de 200 sesiones –que ahora se ubica en 1,95%- antes de comenzar a caer iniciando un proceso natural de aplanamiento de la curva. Respecto al indicador que comentamos en el párrafo anterior, los datos más recientes muestran que el exceso de liquidez está descendiendo desde máximos, el crecimiento de la masa monetaria (M2) se está ralentizando y los mercados financieros se han estancado; todo ello sugiere que ahora la inversión comienza a destinarse a la producción económica a medida que la recuperación se acelera, y esta mayor actividad justificaría rentabilidades más altas para el bono.

La situación en el mercado de los bonos tesoro trasciende a la inversión en renta variable emitida por empresas del sector financiero. El reciente aplanamiento en la curva -descontando ya el boom económico de 2020 y el incremento en expectativas de inflación- no ha impedido que el sector financiero continúe acumulando rentabilidades superiores a las del mercado; esto representa un riesgo para el precio de estas acciones si la TIR de bono se mantiene estable (o cae algo más) a lo largo de las próximas semanas.

Fig 4

La solidez del balance de los bancos es indiscutible respecto a la observada entre 2006 y 2008 y, a pesar del barranco fiscal que puede desencadenar la finalización de las ayudas extraordinarias al desempleo y un aumento en impagos, muchos de ellos pueden revertir reservas potenciando los beneficios.

Sin embargo, la inyección masiva de dinero en los bolsillos de los consumidores y el exceso de efectivo en manos de las empresas han provocado un aumento de los depósitos en los bancos, lo que ha presionado los tipos de interés a corto plazo hasta el límite inferior del corredor objetivo de la Fed. Al mismo tiempo, el crecimiento de los préstamos se ha estancado, ya que las grandes empresas generalmente satisfacen sus necesidades de efectivo mediante la emisión de bonos, las pequeñas empresas que recibieron ayuda de los programas de protección de los salarios han tardado en pedir préstamos, mientras que los consumidores pagaron parte de su deuda con cheques de estímulo.

Como consecuencia el margen de interés neto de los bancos ha seguido estrechándose a pesar del aumento en la rentabilidad del tramo largo de la curva; el resultado ha sido un estancamiento de las expectativas de crecimiento en beneficios por acción.

Fig 5

Por último, el entusiasmo inversor respecto a este segmento del mercado ha impulsado al sector a la zona de sobrecompra técnica (RSI semanal de 73,6).

El sector financiero mantiene su atractivo y sigue siendo uno de los tres más baratos dentro del S&P 500, junto a energía y salud. El proceso de consolidación en el precio del bono -dentro de una tendencia bajista- y la situación de sobrecompra pueden dar lugar a la toma de beneficios. No obstante, en la medida en que su rentabilidad vuelva a dirigirse al nivel objetivo (2%-2,25%) y la economía cierre la brecha de producción, esta industria debería ofrecer un comportamiento destacado. Si la expansión económica continúa y los consumidores -en un entorno de normalidad social- se animan a tirar del exceso de ahorro y comienzan a aumentar de nuevo su apalancamiento, será necesaria más inversión desde el sector corporativo para equilibrar oferta y demanda, favoreciendo valoraciones más elevadas para las acciones de compañías financieras.

Amundi firma con Société Générale el acuerdo marco para la compra de Lyxor

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Foto cedidaYves Perrier, consejero delegado de Amundi.. Amundi firma con Société Générale el acuerdo marco para la compra de Lyxor

Ligero adelanto en la operación que ha protagonizado el segundo trimestre del año: la adquisición de Lyxor por parte de Amundi. Según un comunicado hecho público hoy, ambas gestoras ya han firmado el acuerdo marco para esta compra. 

Este anuncio llega antes de lo esperado. En un principio, se estimó que la operación estaría completada en febrero de 2022, sin embargo ahora Amundi anuncia que su previsión es que sea a finales de 2021. Aunque, recuerda que aún está sujeta a la aprobación previa de las autoridades reguladoras y de competencia competentes. 

La operación, que fue anunciada en abril de este año y cifrada en por un importe de 825 millones de euros (755 millones de euros excluyendo el exceso de capital), permitiría a Amundi acelerar el desarrollo de su negocio de ETFs, además de complementar su oferta de fondos de gestión activa, en particular las soluciones de inversión en activos alternativos líquidos y el asesoramiento

Cabe recordar que algunas actividades de Lyxor han quedado excluidas del ámbito de la transacción y serán conservadas por Société Générale. En concreto el negocio de soluciones estructuradas de gestión de activos destinadas a los clientes de mercados globales de Societe Generale y las actividades de gestión de activos dedicadas a soluciones de ahorro y realizadas para Société Générale (redes de sucursales y banca privada), como la estructuración de soluciones de ahorro, la selección de fondos y la supervisión de las sociedades de gestión de activos del Grupo.

“La adquisición de Lyxor acelerará el desarrollo de Amundi, ya que reforzará nuestra experiencia, sobre todo en la gestión de ETFs y activos alternativos, y nos permite acoger a equipos de personas altamente cualificados. Esta adquisición se inscribe en la estrategia de refuerzo del grupo Crédit Agricole en el ámbito de la captación de activos. También reforzará las relaciones comerciales con nuestro socio histórico Société Générale. Por último, al crear en Francia el líder europeo en gestión de activos pasivos, contribuirá al posicionamiento post-Brexit de la plaza financiera de París”, destacaba Yves Perrier, consejero delegado de Amundi, cuando se anunció la operación.

Allianz GI nombra a Virginie Maisonneuve nueva directora global de inversiones de renta variable

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Foto cedidaVirginie Maisonneuve, nueva directora global de inversiones de renta variable en Allianz GI.. Allianz GI nombra a Virginie Maisonneuve nueva directora global de inversiones de renta variable

Allianz Global Investors (Allianz GI) ha nombrado a Virginie Maisonneuve para el cargo de directora global de inversiones de renta variable. Según explica la gestora, Virginie Maisonneuve sucederá a Steve Berexa, quien se retirará a finales de 2021.

Se incorporará al equipo de Allianz GI esta semana y tendrá su sede en Londres, una vez regrese de Singapur en otoño. Como directora global de inversiones de renta variable, dependerá de Deborah Zurkow, directora global de inversiones de Allianz Global Investors.

Desde la gestora destacan que Maisonneuve cuenta con una probada trayectoria de más de 30 años de buen desempeño, liderazgo de equipo e innovación en el ámbito de la inversión. Anteriormente, ha sido gestora y directora de Inversiones. Ha trabajado en entidades como Eastspring, Pimco, Schroders, Clay Finlay, Batterymarch, State Street Research y Martin Currie en varias partes del mundo, incluidas Singapur, Nueva York, Boston, San Francisco y Londres. Durante este tiempo, ha sido pionera en invertir en áreas como China, “Quanta-mental”**, Inversión Temática, ASG y Cambio Climático.

“Allianz GI tiene una plataforma de renta variable amplia y significativa, con capacidades reconocidas en todos los estilos de inversión y geografías. Cuando buscamos un sucesor de Steve, queríamos a alguien del más alto calibre para asegurarnos de que nuestra capacidad de inversión y nuestra oferta se desarrollen antes que en el resto del mercado. Virginie encaja perfectamente: su gran experiencia, su relevante historial de innovación y su perspectiva global nos asegura que está muy bien posicionada para ayudarnos en el desarrollo de nuestra oferta a clientes, en renta variable, pero también como parte del equipo de dirección de la firma”, ha destacado Deborah Zurkow, directora global de inversiones de Allianz GI, sobre el nombramiento.

En este sentido, Virginie sustituirá a Steve Berexa, quien ha sido director global de inversiones de renta variable desde 2015. Como parte de la planificación de la sucesión, permanecerá en Allianz GI hasta finales de 2021, momento en el que se jubilará después de haber trabajado 24 años en la firma. Bajo el liderazgo de Steve, Allianz GI ha desarrollado herramientas de colaboración de vanguardia para el análisis fundamental, además de patrocinar el desarrollo de soportes para la toma de decisiones sobre las carteras basado en la inteligencia artificial. 

Actualmente, Allianz GI gestiona 160.000 millones de euros en carteras de renta variable para clientes minoristas e institucionales de todo el mundo. La plataforma de renta variable de Allianz Global Investors incluye importantes franquicias en estrategias globales y europeas Growth; Renta variable China; Tecnología, incluida Inteligencia Artificial; Inversión temática, que incluye una gama cada vez mayor de fondos alineados con los ODS; y estrategias sistemáticas muy consolidadas. Toda la inversión es activa y en toda se incorpora el análisis de los riesgos ASG.

Bestinver se prepara para la inflación con carteras equilibradas, buenos valores con atractivas valoraciones y compañías con capacidad de fijación de precios

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Foto cedida. Las armas de Bestinver para hacer frente a la inflación: cartera equilibrada, los mejores valores a buenos precios y compañías con capacidad de fijación de precios

Bestinver ha celebrado su conferencia anual de inversores exponiendo datos positivos para casi todos sus fondos de inversión, así como resaltando el cumplimiento de los objetivos que se marcaron en la anterior: la integración de los criterios ESG y la puesta en marcha de su primer fondo de infraestructuras.

La pregunta más formulada por el público durante el evento fue sobre la capacidad de mantener el poder adquisitivo y evitar que el dinero pierda valor, relacionado con las preocupaciones acerca de la inflación. Respecto a este fenómeno, Eduardo Roque, encargado de Renta Fija, insistía en la dificultad de prever cómo se comportará la inflación y, ante esta incertidumbre, recomienda estar preparado. “Creemos que hay que tener las herramientas preparadas para bajar la sensibilidad a la subida de tipos de interés que se produce cuando la inflación sube”, apunta.

Por su parte, Tomás Pintó, responsable de Renta Variable Internacional, sostiene que la “mejor protección es contar los mejores valores a buenos precios. Lo importante es tener una cartera equilibrada y estar preparados”, señala. Asimismo, tranquiliza a los inversores explicando que ya han hecho un análisis para identificar qué modelos de negocio estarán más afectados por la inflación o menos. “La cartera lo hará bien en un contexto con deflación o con inflación”, asegura. Ricardo Seixas, director de Renta Variable Ibérica, completa las recomendaciones para hacer frente a una posible subida de la inflación invitando a estar invertido en compañías que puedan tener capacidad de fijación de precios.

Respecto a la retirada de estímulos por parte de los bancos centrales, Seixas considera que no será inminente, pero mantiene una cartera equilibrada en renta la renta variable. Eduardo Roque, advierte de que, cuando llegue, el anuncio de la retirada traerá volatilidad, pero indica que esa volatilidad también les permitirá encontrar oportunidades en renta fija.

Criterios ESG: postureo medioambiental y exclusiones

Otro de los temas más demandados fueron las inversiones con criterios ESG y su evolución. En la renta fija, Roque observa que cada vez hay más diferencias entre los bonos verdes o sostenibles y los tradicionales, incluso dentro de la misma compañía. En cuanto a los sectores, el experto también reconoce diferencias.

Ante esta ola de sostenibilidad, a pesar de insistir en la importancia de acompañar a las compañías en la transición, el director del área admite que sí han hecho exclusiones. Esta expulsión la han sufrido compañías que no tenían intención de mejorar o aquellas que pertenecían a sectores que no se contemplan, como las tabacaleros o la industria del juego.

Por su parte, Ricardo Seixas se declara “fan” de los sacrificios a corto plazo que tienen que hacer las compañías para ser más sostenibles en el futuro. “Aquellos serán negocios más sostenibles y se diferenciarán del resto”, admite. Frente al problema del “postureo medioambiental”, apodado así por la firma, Tomás Pintó señala que su responsabilidad es influir proactivamente y forzar a las empresas a que tengan un mejor desempeño ESG. “Intentamos ayudar a que aquellas compañías que son percibidas como parte del problema sean parte de la solución. Esa mejora será muy bien remunerada”, prevé.  

Fondos de infraestructuras

En la anterior conferencia, la entidad anunció el primer lanzamiento de un fondo de infraestructuras, creado con la idea de dar acceso directo a activos de infraestructuras y aportar diversificación a las carteras. Su estrategia se basa en invertir en cinco sectores: transporte, telecomunicaciones, energía renovable, agua e infraestructura social. Además, tienen en cuenta criterios ESG a la hora de seleccionar valores.

Según ha relatado Francisco del Pozo, director del fondo, en los próximos meses se centrarán en terminar la comercialización y a principios del año que viene comenzará el periodo de ocho años del fondo. “Los primeros dos estaremos centrados en terminar las inversiones y los siguientes seis en una gestión activa de las inversiones y preparándonos para hacer unas buenas desinversiones”, explica.

Respecto a la comercialización, según ha resaltado del Pozo, el fondo ha cumplido su objetivo, ya que ha combinado inversores tanto institucionales como retail.