Según el Observatorio Sectorial DBK de Informa (filial de Cesde), el volumen de patrimonio gestionado en el mercado de banca privada en España se situó en diciembre de 2020 en 528.000 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 1,8% respecto a la cifra contabilizada en 2019, año en el que la variación fue del 11,7%.
De este modo, tras acusar en la primera mitad del año la alta volatilidad de los mercados financieros y los movimientos de desinversión acometidos por algunos clientes en el contexto de la pandemia de la COVID-19, el sector cerró el ejercicio con rentabilidades positivas y una revaloración de los activos, si bien el crecimiento fue mucho menor que el año anterior.
Esta evolución fue posible gracias a un escenario de actuación más favorable durante el segundo semestre, marcado por la moderación de las tensiones financieras, el incremento de la tasa de ahorro y el anuncio de la campaña de vacunación.
Las entidades especializadas ganan terreno
Una pauta notable en 2020 fue el mayor peso en el negocio de las entidades especializadas, frente a la gran banca. Así, al contrario de lo ocurrido en años anteriores, en 2020 las entidades de banca universal perdieron peso específico en la cifra de patrimonio gestionado en banca privada, concentrando a finales de año el 73,3% del total, cerca de un punto porcentual menos que en 2019.
Por su parte, la participación de las entidades especializadas se elevó al 26,7%, reflejando la creciente cuota de negocio reunida por los operadores de reciente incorporación.
Se estima que en esa fecha alrededor de 490.000 clientes recibían servicios de banca privada, correspondiendo el 42% del total al segmento con patrimonios situados entre los 600.000 euros y los 2 millones de euros.
Un crecimiento del 5% previsto para 2021
La mejora de las expectativas bursátiles y la acumulación de liquidez permiten prever una aceleración del ritmo de crecimiento del patrimonio gestionado en banca privada durante el ejercicio 2021, según DBK, que estima una variación de alrededor del 5%.
Además, el mantenimiento de los bajos tipos de interés y las incertidumbres fiscales tenderán a incrementar las necesidades de asesoramiento y gestión patrimonial entre los inversores con altos patrimonios, prevén desde la entidad.
Banca personal
Por otro lado, los servicios de banca personal atendían en 2020 a alrededor de 7,2 millones de clientes, de los cuales el 68% contaba con patrimonios inferiores a los 120.000 euros, El patrimonio bajo gestión en este mercado cerró el último ejercicio con 621.000 millones de euros.
Pixabay CC0 Public Domain. Los dividendos a escala mundial comienzan su recuperación gracias a la aceleración del crecimiento económico
Tras el primer trimestre, existen claros indicios de una próxima reactivación de los dividendos a escala mundial, según el último Janus Henderson Global Dividend Index. En comparación con los niveles pre-pandémicos del primer trimestre de 2020, los repartos solo cayeron un 2,9% en términos interanuales, hasta 275.800 millones de dólares.
Según se desprende del análisis de este índice, en base subyacente, los dividendos descendieron tan solo un 1,7% frente al mismo periodo del año pasado, una caída mucho más modesta que en cualquiera de los tres trimestres previos, en los que las distribuciones acusaron bajadas de dos dígitos. El índice de dividendos de Janus Henderson cerró el trimestre en 171,3 puntos, su nivel más bajo desde 2017, aunque la gestora considera que es probable que este nivel aumente.
En este sentido, afirma que para el conjunto de 2021, la mayor solidez del primer trimestre y las mejores perspectivas para el resto del año le permiten mejorar sus proyecciones de dividendos a escala mundial. Su nueva previsión central asciende a 1,36 billones de dólares, con un aumento interanual del 8,4% en tasa general, que equivale a una subida subyacente del 7,3%. Esto contrasta con la previsión más optimista formulada en enero, que contemplaba 1,32 billones de dólares.
Según explica, en los últimos cuatro trimestres de pandemia hasta la fecha, las empresas recortaron sus dividendos 247.000 millones de dólares, lo que equivale a una reducción interanual del 14%, anulando así casi cuatro años de crecimiento. Con todo, se trata de una caída más leve que la que se produjo tras la crisis financiera mundial, y los patrones sectoriales coinciden con una recesión convencional, aunque grave.
“A pesar de la incertidumbre, los claros signos de mejora en el primer trimestre nos invitan a ser más optimistas y, en este momento, confiamos más en la predisposición y capacidad de las empresas para distribuir dividendos. Para el conjunto de 2021, las mejores perspectivas nos permiten mejorar las proyecciones de dividendos a escala mundial. La nueva previsión central asciende a 1,36 billones de dólares, un aumento interanual del 8,4% en tasa general, que equivale a una subida subyacente del 7,3%. Esto contrasta con la previsión formulada en enero, que contemplaba 1,32 billones de dólares. Centrándonos en Europa, hemos detectado señales interesantes de lo que nos puede deparar el segundo trimestre por lo que será decisivo buscar de manera activa las oportunidades que el ecosistema empresarial europeo puede ofrecer a los inversores”, explica Juan Fierro, Associate Director para Iberia en Janus Henderson.
Primer trimestre: una recuperación heterogénea
En todo el mundo, solo una de cada cinco empresas (18%) recortó su reparto en tasa interanual en el primer trimestre, muy por debajo del tercio (34%) que lo hizo durante el último año en general. A la hora de ver cómo se están comportando las compañías de diversas partes del mundo, la conclusión es que esta recuperación en los dividendos será bastante heterogéneo.
El primer trimestre está estacionalmente dominado por Norteamérica, cuyos dividendos han caído mucho menos que en otras partes del mundo. Los repartos en EE.UU. por valor de 139.300 millones de dólares cayeron un 8,1% interanual en base general, aunque el descenso se debió casi por completo a que no se repitieron los inusuales dividendos extraordinarios registrados en Estados Unidos el año pasado. Desde Janus Henderson puntualiza que, en tasa subyacente, la caída del 0,3% de las distribuciones norteamericanas fue más positiva que la media mundial, en un -1,7%.
Respecto a Europa (excluyendo el Reino Unido), estos tres primeros meses del año suelen ser relativamente tranquilos para los dividendos europeos, pero este año existen algunos indicios positivos de cara al segundo trimestre, con un peso considerable en términos estacionales. “La remuneración al accionista en Europa (excluyendo el Reino Unido) aumentó en tasa interanual un 10,8% en base general, hasta 42.500 millones de dólares, impulsada por los pagos realizados por los bancos escandinavos para compensar los recortes previos. Del mismo modo, Suiza supuso una contribución desproporcionada en el primer trimestre y las empresas de este país también demostraron su resiliencia. Un tercio de las empresas europeas que suelen realizar distribuciones en el primer trimestre recortó sus dividendos en tasa interanual, aunque esta cifra contrasta con algo más del 50% en los tres trimestres anteriores”, apuntan desde la gestora.
En el caso de Reino Unido, los dividendos cayeron con respecto a hace un año, un 26,7% en base subyacente, dado que el país siguió acusando los efectos de los recortes de las compañías petroleras. No obstante, menos del 50% de las empresas británicas de nuestro índice recortó sus dividendos en el primer trimestre, un dato mucho más positivo que en el último año. Asimismo, existen indicios de una recuperación en la cifra general total de los dividendos británicos, que aumentaron un 8,1% en el primer trimestre gracias a distintos repartos extraordinarios. En los últimos doce meses, el 57% de las empresas británicas de nuestro índice realizaron recortes.
Por último, los dividendos de Asia-Pacífico (excl. Japón) cayeron un 6,0% en base subyacente, con un descenso del 16,9% en Hong Kong que ejerció un efecto considerable. Esto implica que nuestro índice de dividendos para Asia-Pacífico descendió hasta 190,6 puntos. En términos generales, los mercados emergentes se vieron impulsados por los restablecimientos de dividendos en Brasil, la India y Malasia.
Sectores con mayor protagonismo
La gestora también ha analizado el significado de la evolución de su índices en términos sectoriales, llegando a una clara conclusión: “Las compañías mineras lideraron la recuperación, pero los sectores de consumo discrecional y energía acusan descensos en los repartos”. En este sentido, explica que las empresas mineras destacaron especialmente en el primer trimestre, “dado que el resurgimiento de los precios de las materias primas ha impulsado un importante crecimiento de los dividendos, canalizado a través de abultados dividendos extraordinarios”.
De hecho, las empresas mineras aumentaron sus dividendos un 85% en base general (58% en tasa subyacente) y han señalado que lo seguirán haciendo durante el año. Las empresas de suministros públicos y de atención sanitaria también protagonizaron repartos superiores.
Los dividendos de las empresas financieras se vieron especialmente impulsados por una serie de firmas que reanudaron sus distribuciones —si bien, por lo general, a niveles inferiores— interrumpidas por la pandemia, en muchos casos debido a restricciones normativas. “Esto brindó un impulso no estacional al sector en el primer trimestre que esperamos que continúe en los próximos meses”, apuntan desde la gestora.
Los sectores de consumo discrecional (que abarcan el comercio minorista general, los bienes de consumo duradero, los vehículos y los viajes), que se ven directamente afectados por las restricciones continuadas en forma de confinamientos, registraron la mayor caída —un -36% en tasa subyacente en el primer trimestre—, mientras que los valores energéticos los siguieron de cerca con un -26%. Sorprende que los dividendos tecnológicos cedieran terreno, un -1,5% en tasa subyacente.
“El éxito del despliegue de la campaña de vacunación en Estados Unidos, y especialmente en el Reino Unido, está permitiendo que la sociedad y las economías de estos países comiencen a retomar cierta normalidad y ofrece esperanzas a otros países que les siguen de cerca con sus propios programas de vacunación. Con todo, ante unas tasas de contagio todavía descontroladas en Brasil y la India y una tercera ola en Europa que aún restringe la actividad económica y social en paralelo a la administración de las vacunas, todavía hay mucha incertidumbre acerca de los beneficios empresariales y, por ende, sobre los dividendos. Además, siguen existiendo susceptibilidades políticas en torno a la remuneración al accionista, y el calendario y el alcance de la eliminación de las restricciones normativas sobre los dividendos bancarios, especialmente en Europa y el Reino Unido, aún no están claros. También esperamos que las recompras de acciones vuelvan a utilizarse para canalizar el excedente de liquidez, lo que también influirá en la cantidad que se destine a los dividendos (sobre todo en Estados Unidos). Todos estos factores añaden cierto grado de imprevisibilidad a las distribuciones”, añade Jane Shoemake, gestor de carteras de clientes en Janus Henderson.
Según destaca Shoemake, a pesar de la incertidumbre, la gestora es más más optimistas, dado que el primer trimestre fue mejor de lo previsto, y confían más en la predisposición y capacidad de las empresas para distribuir dividendos, especialmente las que han mostrado buena orientación. “Ciertamente, este año hay mucho menos riesgo de caídas en los repartos del que se preveía, aunque el calendario y la magnitud de los pagos individuales de las empresas van a ser inusualmente heterogéneos y esto añadirá volatilidad a las cifras trimestrales. Los dividendos extraordinarios también desempeñarán un papel importante. Desde el año pasado, hemos reforzado nuestra exposición a los segmentos del mercado que se beneficiarán de la reapertura de las economías y donde existe una mayor confianza sobre la capacidad de las empresas para generar flujos de efectivo y distribuir dividendos. A medida que nos adentramos en el segundo trimestre, las comparaciones interanuales serán muy positivas, porque este fue el peor periodo en términos de recortes de dividendos el año pasado”. Concluye el gestor de Janus Henderson.
Existe una gran diferencia entre la negociación activa y la inversión activa. Los operadores activos alquilan los instrumentos financieros. Especulan sobre cuándo se producirán puntos de inflexión o cambios del liderazgo en el mercado, y rotan sus posiciones con el fin de aprovechar los cambios de tendencias. Ahora bien, resulta muy difícil lograrlo de manera sistemática, lo que suele conllevar un amplio abanico de resultados.
Nosotros adoptamos un enfoque diferente. Invertimos de forma activa. Tratamos de poseer los activos financieros no solo a lo largo de un ciclo de mercado, sino a menudo a lo largo de varios ciclos. En los sectores cíclicos en concreto, eso exige identificar las empresas menos «comoditizadas», más diferenciadas y de mayor valor añadido del sector en cuestión, aquellas con capacidad para crear valor a largo plazo con independencia del entorno económico.
Los proveedores tienden a ser menos cíclicos
Pongamos el sector de la construcción de viviendas como ejemplo. Las constructoras son la manera más directa de invertir en el sector («apuesta pura»). No obstante, estas empresas dependen enormemente de la trayectoria de la economía, del sentimiento de los consumidores y de la asequibilidad de las viviendas. También requieren mucho capital, lo que suele conllevar una elevada variabilidad en los márgenes.
Ahora bien, los inversores disponen de vías alternativas para obtener exposición al sector de la vivienda más allá de las constructoras. Como todo propietario sabe, una casa se compone de múltiples sistemas, y ninguno de ellos dura para siempre.
El terreno y la mano de obra representan alrededor de dos tercios del coste de una nueva vivienda; los productos de construcción representan el resto. Los acabados interiores también suponen una parte considerable de esos costes, aun cuando se encuentran entre los menos «comoditizados». Aquí, la calidad y la estética revisten gran importancia, lo que proporciona a los fabricantes de los componentes —como las instalaciones de fontanería y ebanistería— poder de fijación de precios y márgenes sostenibles.
El techo, la pintura, el suelo y el aislamiento también son componentes muy específicos, con una diferenciación similar en términos de calidad de productos. No obstante, el mercado de los proveedores no está, ni mucho menos, restringido a la construcción de nuevas viviendas. En Estados Unidos, donde la antigüedad media de las viviendas ronda los 43 años, los propietarios suelen estar ocupadísimos con proyectos, renovaciones o reparaciones. Por este motivo creemos que los proveedores presentan un perfil menos cíclico que las constructoras de viviendas y, en última instancia, representan mejores negocios.
Poseer activos financieros
La inversión activa no se limita a identificar los activos financieros que presentan una trayectoria sostenible hacia una rentabilidad del capital relativamente significativa (en términos ajustados por el riesgo) durante varios años. Para nosotros, invertir equivale a adquirir participaciones de capital en las compañías con propuestas de valor sostenibles.
Dicho de otro modo: compañías con un propósito. Para administrar el capital de forma responsable, no debemos limitarnos a evaluar los riesgos de un modelo financiero. Unas prácticas laborables abusivas arraigadas en la cadena de suministro de una compañía, unos precios de transferencia dudosos para evitar impuestos, la forma en la que una empresa aborda los asuntos sociales: todo esto exige un continuo proceso de participación activa con los equipos directivos, los consejos de administración y otras partes interesadas de las compañías. Se trata de una importante responsabilidad que se ha de asumir cuando se invierte el dinero de otra gente. Y los equipos directivos suelen escuchar más atentamente a los que compran que a los que alquilan.
Se puede obtener una enorme recompensa financiera si se determina con precisión los puntos de inflexión y los cambios de liderazgo en el mercado, pero lo que se traducirá en rentabilidades superiores a largo plazo es, a nuestro parecer, poseer compañías con un propósito. En nuestra opinión, la relación es causal, y no pura coincidencia.
Tribuna de Rob Almeida, estratega global de inversiones y gestor de carteras en MFS Investment Management.
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Pixabay CC0 Public Domain. Arcano Private Debt cierra tres operaciones en tres meses y logra alcanzar cerca de 60 millones
Arcano Private Debt I, el fondo lanzado en 2020 por Arcano Capital, con un espectro de inversión flexible para invertir en toda la estructura de capital en compañías sólidas del mid-market principalmente español, ha alcanzado cerca de 60 millones de euros de compromisos. La cifra supone aproximadamente el 50% del objetivo de 100 a 150 millones de euros.
El fondo invierte en compañías con sólido perfil de generación de caja, diversificando entre activos y estructuras (corporativos, LBOs, asset-based, co-inversiones), con deuda mayoritariamente Senior Secured (>65%), y con una relación riesgo-retorno atractiva (objetivo de retorno neto del 7,5% para los inversores).
Hasta la fecha, el fondo ya ha realizado tres inversiones: dos LBOs y una operación de tipo Asset Based. El retorno medio de las tres operaciones es del 8%. Los esfuerzos de originación hacen que el pipeline sea sólido. En este sentido, se han estudiado más de 35 operaciones en lo que llevamos de año y actualmente cinco de ellas están en fase de análisis. La firma prevé que las condiciones del mercado de Private Debt a lo largo de 2021 y 2022 permitan cerrar entre 12 y 15 transacciones.
Alexandre Bruyelle, Head Portfolio Manager delArcano Private Debt I, ha señalado: “Nos hemos beneficiado de empezar a invertir el fondo en el entorno post-COVID-19, enfocándonos en sectores con visibilidad tras el shock de la pandemia. El hecho de tener un mandato más flexible de inversión y que cubra el segmento de Mid-market (financiación entre 5M€ y 15M€), siendo más amplio y menos competitivo, nos permite tener un deal flow muy fluido, lo que nos da la oportunidad de seleccionar las operaciones más interesantes”.
Por su parte, Manuel Mendívil, Socio y CIO de Arcano Capital, ha comentado: «El contexto de mercado actual es muy favorable para invertir en deuda privada por razones como la concentración bancaria, el crecimiento del private equity en el segmento de Mid-market y la necesidad de las compañías de buscar financiación más flexible para su crecimiento. Todo esto nos posiciona en una situación óptima para capitalizar el momentum y generar valor a largo plazo a nuestros inversores».
Bankinter da un paso más en su estrategia de reforzar su gama de fondos de inversión. El banco ha firmado un acuerdo con Morgan Stanley en virtud del cual se ha apoyado en la estructura de la reconocida entidad estadounidense para diseñar el primer fondo de renta fija mixta internacional propio de Bankinter.
El banco se distinguió hace más de una década por colocarse en cabeza de la comercialización de fondos de inversión de terceros, pero ahora, por primera vez, se asocia a una entidad financiera internacional para crear un nuevo fondo de inversión. Gracias al acuerdo con Morgan Stanley, Bankinter sumará un nuevo fondo de renta fija mixta internacional: Bankinter Flexible Bond.
Bajo el marco de este contrato, Bankinter Gestión de Activos ha diseñado junto con la gestora de Morgan Stanley el nuevo fondo y será esta última entidad la que lo gestione en exclusiva para Bankinter, que será el único comercializador.
Dentro de las opciones para inversores, el fondo tendrá tres clases con diferentes mínimos de inversión: a partir de 1 euro, la denominada Clase C o «clase limpia»; a partir de 10 euros, Clase R y a partir de 500.000 euros, Clase B, dirigida a clientes de Banca Privada.
El proceso de inversión del fondo tiene en cuenta riesgos de sostenibilidad y está basado en análisis de terceras partes independientes.
Pixabay CC0 Public Domain. Candriam lanza la iniciativa de Tecnología de Reconocimiento Facial
El gestor global de fondos sostenibles y multiactivos Candriamha lanzado una nueva iniciativa de compromiso colaborativo para abordar los riesgos planteados por los productos y los servicios de la tecnología de reconocimiento facial (“Facial Recognition Technology”) como parte de su compromiso y de sus valores de gestión corporativa.
La iniciativa a dos años anima a los inversores a participar en un diálogo informado y constructivo con las empresas como parte de un programa de compromiso colaborativo. Se invita a los inversores a firmar la Declaración del Inversor sobre Reconocimiento Facial (“Investor Statement of Facial Recognition”), que está respaldada por los Principios para la Inversión Responsable. Con el fin de lanzar esta iniciativa, Candriam ha publicado un documento orientativo que evalúa las oportunidades y los riesgos de inversión asociados a esta tecnología.
El reconocimiento facial es el proceso de identificar o verificar la identidad de una persona utilizando una fotografía o un vídeo de su cara. El mercado del reconocimiento facial ha crecido de manera constante y se prevé que alcance 9.600 millones de dólares en 2022, a medida que los gobiernos y las empresas utilicen la tecnología para incrementar la seguridad y mejorar las eficiencias. Se calcula, además, que existirán mil millones de cámaras de vigilancia en funcionamiento a finales de 2021.
La TRF se basa en tres etapas que engloban la detección facial, la captura y el cotejo. Mediante la combinación de la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y el “Deep Learning” (que imita las redes neuronales), puede procesar enormes cantidades de datos y de imágenes, lo que la convierte en una herramienta muy útil en materia de seguridad, vigilancia policial, medicina y marketing.
La tecnología se utiliza en todo el mundo, salvo en Luxemburgo, Bélgica y Marruecos que categorizan el uso del reconocimiento facial por parte del estado como una violación de la legislación nacional. En Estados Unidos, ciudades como San Francisco, lugar de nacimiento de esta tecnología, también han prohibido el uso de esta tecnología a los organismos de vigilancia policial y a otros organismos locales.
En la última década, la emergencia de la TRF para la vigilancia de masas ha planteado preocupaciones acerca del impacto de la tecnología sobre la privacidad, la protección de datos y las libertades civiles, y las empresas han tenido que hacer frente a acusaciones de violaciones de los derechos humanos. También se han planteado cuestiones acerca de la precisión de la TRF, cuyo uso ha provocado identificaciones erróneas además de presentar sesgos raciales y de género.
En relación con la iniciativa, Benjamin Chekroun, analista de Voto por Poder y Compromiso en Candriam, declaró: “La rápida penetración de la tecnología de reconocimiento facial, combinada con el creciente número de cámaras de vigilancia, en la vida cotidiana, proporcionan a los gobiernos y a las empresas unos poderes que no están sometidos a supervisión, para monitorizar la sociedad. Puesto que la regulación va por detrás del despliegue y del uso del reconocimiento facial, existen riesgos creíbles para los derechos humanos. La Declaración del Inversor sobre Reconocimiento Facial permitirá que los inversores se comprometan de manera colaborativa con las empresas en sus procedimientos de diligencia debida sobre derechos humanos así como en sus mecanismos de supervisión y de reparación, a la hora de abordar las cuestiones de la privacidad y las libertades civiles».
Katherine Ng, directora de Investigación Académica, Principios para la Inversión Responsable (“Principles for Responsible Investment”), añade: “Aunque la tecnología conlleva una promesa innegable y podría ser una fuerza para el bien, la forma en la que la tecnología de reconocimiento facial está diseñada y se utiliza actualmente también conlleva riesgos e implicaciones sociales para las personas, lo que justifica la acción de los inversores sobre este tema. Por lo tanto, damos la bienvenida a los esfuerzos y al liderazgo consciente de los inversores, los cuales, por delante de la regulación, pretenden ampliar la lista tradicional de cuestiones ESG y comprender cómo, dónde y cuándo el reconocimiento facial se puede utilizar de manera pertinente y por parte de quién».
El interés de los inversores por los riesgos potenciales relacionados con la TRF ha crecido significativamente, impulsado por los avances tecnológicos y por la adopción global de productos TRF. A principios de este año, Candriam realizó una encuesta a 300 inversores que reveló que el 30% de los encuestados consideraba que la TRF era una herramienta conveniente y útil, aunque el 70% de los inversores expresó ciertas reservas acerca de la misma.
Candriam participa activamente en una variedad de iniciativas de colaboración relacionadas con los riesgos digitales y tecnológicos que incluyen la iniciativa de “Responsabilidad Corporativa para los Derechos Digitales” (“Corporate Accountability for Digital Rights”).
Foto cedida. Fainé: “Ante la situación de emergencia del COVID-19, se hace más necesaria la colaboración público-privada”
La irrupción del COVID-19 ha puesto de manifiesto la vocación de servicio de las entidades de crédito en la búsqueda de soluciones y su afán de colaboración con las entidades públicas para superar el impacto de la crisis del coronavirus.
Medidas como las moratorias legales y sectoriales, el anticipo de las prestaciones de desempleo y pensiones o las “líneas ICO” muestran la importancia de definir marcos de colaboración público-privados para la recuperación del bienestareconómico y social.
Isidro Fainé, presidente de CECA, destacó en la 114ª Asamblea General de la firma que “el sistema bancario está llamado a jugar, sin duda, un papel fundamental en la recuperación por varios motivos: el elevado conocimiento del tejido productivo, gracias a su cercanía con los clientes (sobre todo pymes) y su extensa capilaridad en el territorio nacional; la experiencia en análisis y gestión de riesgos; y las posibilidades que brinda la cofinanciación, que puede ayudar a aumentar el alcance de las medidas impulsadas por el gobierno”.
Este partenariado público-privado debe extenderse también al ámbito social en el que las entidades CECA y sus fundaciones son especialmente activas. Así, el presidente de CECA ha manifestado que “la tradicional colaboración público-privada se abre cada vez más a espacios de cooperación con entidades del tercer sector que ejercen un efecto multiplicador de nuestra actividad, en defensa de los más desfavorecidos y con el objetivo de reducir la brecha económica y social”.
De hecho, la principal inversión social privada de España es la Obra Social de las entidades adheridas a CECA, que alcanzó en 2020 los 772 millones de euros, que han permitido mantener proyectos críticos en un contexto de crisis provocado por la pandemia.
Algunos de los ámbitos en los que se han realizado las acciones más reseñables han sido la lucha contra la pobreza infantil, la promoción del desarrollo local y la creación de empleo, el apoyo a colectivos con necesidades especiales o en riesgo de exclusión, la asistencia especializada a nuestros mayores, la educación y la investigación.
En la Asamblea también se ha destacado que, en este año tan atípico, el sector ha demostrado una gran flexibilidad, adaptando los programas de Obra Social, cultural, investigación y educación financiera a las necesidades reales que demandaban los ciudadanos en ese momento, fortaleciendo así su compromiso con la sociedad.
En un año marcado por la crisis sanitaria, con un brusco deterioro de la actividad económica, una elevada volatilidad en los mercados y unos tipos de interés en mínimos históricos, las entidades asociadas a CECA han obtenido en su conjunto un resultado atribuido de 2.155 millones de euros en 2020, un 37,1% menos que en el ejercicio anterior.
Esta caída de los resultados se explica, en gran medida, por el fuerte aumento de las provisiones realizadas para anticipar el impacto de la crisis sobre las carteras.
Por su parte, el margen de explotación se incrementó en un 20% gracias a la ligera mejora del margen bruto, impulsada por el incremento de las comisiones y los ingresos de explotación, y a la reducción de los gastos de explotación. Todo ello ha permitido mejorar la eficiencia del sector CECA en casi 7 p.p.
Foto cedida. La semana ISR 2021 analizará el impulso y los avances regulatorios de la inversión sostenible
Spainsif, el Foro Español de Inversión Sostenible, organiza la 10ª edición de la Semana ISR, la gira de referencia de la inversión sostenible en España, que se celebrará en formato online del 28 de mayo al 8 de junio. Se abordará la evolución de la inversión sostenible en un año marcado por los avances regulatorios en finanzas sostenibles y por la creciente relevancia de los objetivos sociales y ambientales en los mercados de capitales.
La Semana ISR 2021 contará con cinco sesiones que tratarán aspectos como los criterios ESG en los planes de pensiones de empleo, los avances de la inversión sostenible en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, la inversión indexada sostenible, la sostenibilidad en el asesoramiento financiero y el desarrollo de los bonos verdes, sociales, azules, de sostenibilidad o de impacto social.
En ellas participarán más de 30 representantes de entidades financieras, aseguradoras, gestoras de activos, proveedores de servicios ISR, universidades, escuelas de negocio, organizaciones sin ánimo de lucro y sindicatos. En su organización, Spainsif ha contado con la colaboración de Caja de Ingenieros, Deusto Business School, Ética, Fonditel e Ibercaja Pensión.
“Durante los diez años que llevamos celebrando la Semana ISR hemos trasladado cómo el mercado de la inversión sostenible ha ido ganando relevancia, tanto por el volumen creciente de activos como por la mayor sofisticación de las estrategias y la integración de los criterios ESG a la hora de la elaboración de las carteras. El año pasado nos vimos obligados a hacerlo de forma virtual, formato que repetimos este año, y que puede ampliar su alcance, aunque esperamos estar presentes en los distintos puntos de España en la próxima convocatoria”, apunta Joaquín Garralda, presidente de Spainsif.
Garralda será el responsable de inaugurar, junto a Teresa Casla, presidenta y CEO de Fonditel, la primera de las sesiones, “Los criterios ESG en los planes de pensiones de empleo”, que tendrá lugar el viernes 28 de mayo a las 12:00 horas. En ella intervendrán María Francisca Gómez-Jover, subdirectora general de Organización, Estudios y Previsión Social Complementaria, de la dirección general de seguros y fondos de pensiones, con una ponencia enfocada al Requerimiento 2020; y Mario Sánchez, economista en CC.OO. y coordinador del Grupo de Expertos en Planes de Pensiones de Empleo ESG de Spainsif, que expondrá los avances del grupo en este ámbito.
A continuación, se celebrará una mesa redonda moderada por Fernando Aguado, director de Inversiones de Fonditel, en la que participarán Pablo Nortes, CAIA, Associated Director of Investments de Willis Towers Watson; Andrés Herrero, de Previsión Social de UGT; y Adrián Martínez Marcelino, presidente de la Comisión de Control del Fondo de Pensiones de Empleados de Telefónica.
El resto de las sesiones se celebrarán a las 13:00 horas, y todas ellas tendrán una hora de duración:
31 de mayo: “Inversión Indexada Sostenible”, impulsada junto a Deusto Business School, en la que participarán representantes de DWS, Morningstar, NN Investment Partners y BBVA. Fernando Gómez-Bezares, catedrático de Finanzas de Deusto Business School y vicepresidente de Spainsif, guiará la sesión.
2 de junio: “Bonos en las finanzas sostenibles”, en colaboración con Ibercaja Pensión y que contará con ponentes de FinReg360, el Instituto de Crédito Oficial (ICO), Ecodes y Allianz Global Investors. José Ángel Barriga, jefe de Calidad y Proyectos de Ibercaja Pensión y vicepresidente de Spainsif, moderará la sesión que contará con la clausura de José Ángel García de Quevedo, presidente del ICO.
3 de junio: “La sostenibilidad en el asesoramiento financiero”, con la intervención de representantes de Eurocapital Wealth Management EAF, Asesores Financieros Internacionales (AFI), OFI AM y la Universidad Politécnica de Valencia. Fernando Ibáñez, cofundador y director general de Ética, impartirá una ponencia especializada al inicio de la jornada.
8 de junio: “La Agenda 2030 en la inversión sostenible”, en colaboración con Caja de Ingenieros y en la que participarán ponentes de Candriam, DPAM y Principles For Responsible Investment (PRI). Iñaki Irisarri, responsable de Desarrollo Sostenible del Grupo Caja de Ingenieros, analizará en una ponencia magistral el avance de los ODS en la ISR.
Los formularios de inscripción y el programa completo se pueden encontrar en SEMANA ISR 2021 – Spainsif.
Pixabay CC0 Public DomainMatthew Schwartz. Matthew Schwartz
El índice de precios al consumo (IPC) de EE.UU. subió un 4,2% interanual en abril, su mayor salto desde 2008. Según indican Ben Deane y Tim Foster, director asociado de inversiones y gestor de carteras en Fidelity International, aunque este incremento se explica en parte por los efectos de base positivos y el encarecimiento de la energía, el índice subyacente (que excluye alimentación y energía) siguió situándose un 3% por encima del nivel del año anterior.
La inflación de los bienes se dispara, pero atentos a los servicios
En el gráfico a continuación, se muestra la rápida subida de los precios de bienes y servicios el mes pasado. Las categorías vinculadas a la reapertura de la economía ante el retroceso de la pandemia crecieron con especial fuerza. La inflación subyacente de los bienes avanzó un 4,4% interanual en abril, impulsada por los precios de los coches y camiones usados, que subieron un 21%.
La inflación subyacente de los servicios también aumentó un 2,5% interanual, espoleada por los hoteles y los billetes de avión. Los incrementos de los precios de los bienes probablemente remitan a medida que se resuelvan los problemas de las cadenas de suministro; en este sentido, la historia demuestra que las economías suelen responder rápidamente ante la desaparición de los cuellos de botella. Los expertos de Fidelity International creen que el área clave a tener en cuenta es la inflación de los servicios, que ha estado cayendo hasta marzo.
Con las vacaciones y el cuidado personal prácticamente descartados hasta ahora y las medidas de distanciamiento social, la inflación de los servicios ha estado de capa caída. Eso contrasta con la década anterior a la pandemia: el IPC subyacente de los servicios subió una media del 2,4% interanual en el periodo de 10 años concluido en febrero de 2020, mientras que la inflación subyacente de los bienes apenas avanzó un 0,1%.
Aunque se registró deflación en los bienes y los servicios en la primavera de 2020, los primeros se recuperaron rápidamente con las compras de Internet y las limitaciones de las cadenas de suministro y la capacidad, que elevaron los precios de las materias primas. El pasado mes de diciembre, la inflación de los bienes eclipsó la de los servicios por primera vez desde 2011. Aunque la inflación de los bienes sigue siendo notablemente más alta, la de los servicios parece que ahora ha cambiado el paso.
El rebote de los servicios debería ser sostenido
En Fidelity International esperan que la inflación de los servicios sea menos volátil y más sostenida en un momento en el que los niveles récord de ahorro privado y la reapertura de la economía hacen que las familias puedan gastar en vacaciones y comer fuera. Eso debería traer consigo un incremento de los precios más sostenido que la explosión concentrada de la inflación de los bienes.
La fortaleza del mercado de compra de vivienda también debería sostener los precios de los alquileres, que constituyen alrededor de la mitad del IPC subyacente de servicios. Los servicios que componen la inflación subyacente representan, a su vez, el 59% del IPC. Se trata de un porcentaje muy superior al de los bienes que componen la inflación subyacente, que únicamente representan una quinta parte de la cesta de inflación. Eso significa que cualquier nueva subida de la inflación de los servicios podría tener implicaciones significativas para el conjunto de los precios en EE.UU. durante los próximos meses.
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Intermoney, compañía del Grupo CIMD, y QVAN, compañía tecnológica líder en sostenibilidad, han anunciado una alianza estratégica en España y Portugal para apoyar a las instituciones financieras en sus sistemas de información y gestión de sus inversiones desde el punto de vista de la sostenibilidad.
Este acuerdo se produce en un momento crucial en la gestión de activos. La eclosión definitiva de la sostenibilidad, impulsada por la normativa SFDR, ha acelerado la necesidad de analizar los criterios ISR de las carteras, fondos de inversión y otros instrumentos (activos ilíquidos, alternativos y privados). En este contexto, la alianza estratégica entre Intermoney y QVAN pretende dar respuesta a esta necesidad, reforzando y garantizando que los inversores puedan gestionar el impacto social y medioambiental de sus carteras, y, además, cumplir con las nuevas obligaciones de comunicación sobre la sostenibilidad.
Se trata de una plataforma tecnológica para la inversión sostenible que destaca por su capacidad granular de análisis del impacto social y medioambiental de sus carteras. Además, garantiza una amplia cobertura de datos, siendo una solución que proporciona perfiles de ESG de activos ilíquidos, alternativos y no cotizados.
La herramienta cubre índices de renta variable global, bonos gubernamentales, fondos de inversión, fondos de capital riesgo y activos singulares.
Se materializa mediante una plataforma tecnológica en la nube, de fácil acceso e interacción, con informes tanto de gestión como regulatorios para ayudar a los inversores a cumplir con las nuevas obligaciones de comunicación sobre la sostenibilidad.
Joaquín Vázquez, director general de Intermoney Consultoría, afirma: “El acuerdo con QVAN nos permite ayudar a nuestros clientes tanto en los aspectos de gestión y toma de decisiones de inversión como en el cumplimiento regulatorio y de información a los inversores”.
Para Giuseppe Ettorre, CEO de Qvan: “Es un placer para nosotros llegar a un acuerdo con una compañía con la reputación y presencia en España y Portugal de CIMD Intermoney”.
Ambas compañías anuncian asimismo que Alter Software, desarrollador y propietario del software financiero BIA, ha decidido incorporar esta solución para poner a disposición de sus clientes toda la información de sus activos para criterios ESG y también cumplimiento de SFDR. «La robustez y carácter innovador del producto han sido las principales características que los ha llevado a esta elección», afirman.