Pixabay CC0 Public Domain. El 41% de los activos elegibles de AXA IM están en línea con el objetivo 2050 de la iniciativa Net Zero Asset Managers
Como miembro de la iniciativa Net Zero Asset Managers (NZAMI) creada en diciembre de 2020, AXA Investment Managers (AXA IM) se ha comprometido a apoyar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) para 2050, en línea con los esfuerzos globales para limitar el calentamiento global a 1,5°C (cero emisiones netas para 2050 o antes).
Como los firmantes deben compartir sus progresos individuales con la NZAMI antes de la COP 26, AXA IM ha informado de que 137.000 millones de euros de los activos que gestiona están en vías de alcanzar el nivel net zero para 2050 o antes, lo que representa el 41% de todas las acciones y bonos corporativos cotizados, así como los activos inmobiliarios directos gestionados.
“Informamos por primera vez sobre nuestro viaje hacia el net zero y en unas semanas, durante la Cumbre Mundial del Clima en Glasgow, compartiremos más detalles sobre cómo pretendemos no sólo apoyar, sino acelerar la transición hacia un mundo bajo en carbono. Esto incluirá nuestros objetivos provisionales y nuevos y ambiciosos compromisos”, señala Marco Morelli, presidente ejecutivo de AXA IM.
Según destaca Morelli, mientras que la acción climática sigue siendo un esfuerzo colectivo entre los responsables políticos, las empresas, los Gobiernos y los inversores, “en AXA IM creemos firmemente que podemos marcar la diferencia asignando cada vez más capital a las empresas y proyectos que se dedican a apoyar el objetivo de alcanzar las emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050 o, cuando sea posible, antes”.
En línea con esta visión, AXA IM ha tomado una serie de medidas para contribuir a la transición hacia un mundo bajo en carbono como, por ejemplo, abandonar todas las inversiones en carbón en los países de la OCDE para 2030 y, en el resto del mundo, para 2040. Además, se ha propuesto que su gama de productos sea más verde, incluyendo el lanzamiento de nuevas estrategias centradas en el carbono, ampliando aún más una cartera de inversiones verdes y la creación de una familia de fondos «ACT» para categorizar sus fondos ESG más centrados para ayudar a los clientes a identificar fácilmente estos fondos y tener claros los criterios.
También es relevante su objetivo es que, al menos, el 50% de los activos bajo gestión inmobiliarios directos estén alineados con la trayectoria de 1,5° para 2025 utilizando las vías de objetivos CRREM (Carbon Risk Real Estate Monitor).
La gestora explica que además tiene previsto mejorar su implicación (engagement) con 319 empresas en 2020, con un 27% de esos compromisos relacionados con el cambio climático y un 18% con los recursos y los ecosistemas. Por último, se ha comprometido a trabajar en equipo con AXA para evaluar la metodología de inversión alineada con París y definir objetivos alcanzables. “El Grupo AXA se ha comprometido en 2020 a reducir en un 20% las emisiones de CO2 de las inversiones aplicables, entre 2019 y 2025. Este objetivo se revisa periódicamente en línea con el protocolo de la Alianza de Propietarios de Activos Netos Cero (NZAOA)”, explican desde AXA IM.
BBVA Asset Management se ha unido a Net Zero Asset Managers, la iniciativa lanzada por un grupo de gestoras de activos internacionales para apoyar el objetivo de reducir a cero las emisiones netas de gases de efecto invernadero para el año 2050 o antes.
Lanzada en diciembre de 2020, la iniciativa Net Zero Asset Managers cuenta ya con 220 gestoras de activos, que gestionan conjuntamente un patrimonio de 57 billones de dólares. El objetivo de la iniciativa es apoyar el cumplimento de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050 o antes (para lo que los firmantes se comprometen a incluir en sus carteras inversiones alineadas con este objetivo), en línea con los esfuerzos globales para limitar el calentamiento global a 1,5 °C. El cumplimiento del compromiso también incluye priorizar el logro de reducciones de emisiones en la economía real dentro de los sectores y empresas en los que invierten los gestores de activos.
En este sentido, BBVA Asset Management se ha comprometido a acompañar a las empresas en las que invierte en sus objetivos de descarbonización. En un primer momento, la gestora analizará su cartera de activos y establecerá un primer objetivo de volumen de activos que formarán parte del compromiso de descarbonización. BBVA AM se compromete a fijar metas intermedias de descarbonización para 2030 para los activos bajo gestión inicialmente dentro de este compromiso, y a revisar ese objetivo intermedio al menos cada cinco años, con miras a incrementar la proporción hasta alcanzar el 100% de los activos bajo gestión.
Este compromiso por parte de BBVA Asset Management está en línea con la política de sostenibilidad del Grupo BBVA, que en abril de 2021 incorporó a la alianza bancaria de cero emisiones netas (Net-Zero Banking Alliance: NZBA, por sus siglas en inglés) y anunció su compromiso para reducir a cero la exposición a actividades relacionadas con el carbón. Para ello, acompañará a sus clientes en este camino, apoyándoles con financiación y asesoramiento en su transición hacia modelos basados en energías sostenibles. BBVA dejará de financiar a clientes cuyas actividades basadas en carbón representen más del 5% de sus ingresos, como recoge en su actualización del Marco Medioambiental y Social de BBVA.
Paloma Piqueras, directora de BBVA Asset Management & Global Wealth, ha declarado: “La urgencia de la lucha contra los efectos del cambio climático necesita de la implicación de toda la sociedad, con objetivos ambiciosos y sin demoras en su ejecución. Desde BBVA Asset Management nos unimos a este esfuerzo y anunciamos el compromiso de que nuestras carteras sean neutras en emisiones de carbono para el año 2050. Este anuncio es un paso importante que acelera el desarrollo de nuestro plan de sostenibilidad y está alineado con la estrategia del banco y su misión de acompañar a nuestros clientes y a la sociedad, en general, en su transición hacia un futuro más sostenible”.
BBVA Asset Management ha puesto en marcha un Plan de Sostenibilidad, que abarca de manera transversal a toda la organización. Este plan tiene como objetivo incorporar los criterios de sostenibilidad en el proceso de inversión de todos los vehículos gestionados y se apoya en cuatro pilares: compromiso, exclusión, integración y estrategia de impacto.
Entre otras iniciativas, BBVA AM ha desarrollado internamente una calificación o ‘rating’ sostenible, con una metodología propia de análisis apoyada en datos de proveedores externos y que aplica a todos los activos bajo gestión en las carteras. Asimismo, la gestora ha llegado a un acuerdo con Robeco, por el que la entidad holandesa prestará asesoramiento a los fondos de renta variable sostenible de BBVA.
BBVA Asset Management ha firmado los Principios de Inversión Responsable apoyados por Naciones Unidas (conocidos como UN PRI), cuyo objetivo es reflejar la creciente relevancia de las temáticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) en los procesos de inversión. La firma de estos principios es global, por lo que se adhieren a ellos las gestoras de activos de BBVA en Europa, México, Colombia, Perú y Argentina.
Dentro del pilar de compromiso, que forma parte del Plan de Sostenibilidad, la gestora ha ampliado las geografías que están en disposición de votar en las juntas de accionistas de las compañías en que invierten. Las gestoras de España, Luxemburgo, México y Portugal ya están en disposición de ejercer el derecho al voto. Asimismo, se ha ampliado el espectro de compañías en cuyas juntas se vota, especialmente en Estados Unidos.
BBVA AM continúa trabajando para entregar nuevos avances en su plan de sostenibilidad, entre los que están el desarrollo de una oferta de soluciones sostenibles que cubra a todos los perfiles de cliente, reforzando la información de las métricas sostenibles de las mismas.
Mutuactivos apuesta por mantener su exposición a inflación y por continuar aprovechando oportunidades en renta variable. Son dos de las decisiones que marcan la estrategia de la gestora en este último trimestre del año y que ha adoptado con el objetivo de maximizar la rentabilidad de sus fondos de inversión y lograr una protección adecuada al entorno actual, de crecimiento económico y bajos tipos de interés.
“Mantenemos una exposición importante a expectativas de inflación, que llevamos a cabo mediante la inversión en swaps de inflación. Es el activo que podría defendernos en caso de que continúe la tendencia al alza de los precios. Creemos que la inflación seguirá subiendo algunos meses para empezar a caer tras el invierno. Pero, si continúan las restricciones de oferta, la inflación se podría acabar traspasando a los salarios, escenario que no esperamos, pero del que nos cubrimos con esta estrategia”, comenta Ignacio Dolz de Espejo, director de soluciones de inversión y producto de Mutuactivos.
En la gestora estiman que, a pesar de todo, los bancos centrales van a ser muy laxos y van a dejar que la inflación se mantenga por encima de los tipos de interés, ya que, de esa manera, los gobiernos pueden deflactar la deuda. “Creemos, no obstante, que los tipos de interés van a mantener la senda alcista en los próximos trimestres, de forma lenta y limitada por la fuerte masa de deuda pública existente en el mundo”, añade Dolz de Espejo.
Más positivos con la renta fija emergente
En renta fija, además, la gestora sigue teniendo muy poca sensibilidad a tipos de interés en sus carteras, aunque ha incrementado ligeramente la duración, ya que parte del recorrido que esperaban ya se ha producido.
En crédito, los diferenciales siguen en mínimos, con lo que los gestores solo ven valor en determinados segmentos, como el de bonos híbridos corporativos. “Los diferenciales apenas han cambiado en el trimestre y mantenemos un posicionamiento de ligera infraponderación. Como consecuencia, tenemos mucha liquidez preparada para utilizarla si el crédito corrige y nos da una oportunidad”, señala.
Respecto a la renta fija emergente, los gestores de Mutuactivos se muestran ahora ligeramente más positivos. “Ya hemos visto correcciones importantes y tanto los tipos de interés como los diferenciales de crédito han corregido, por lo que la prima de riesgo ofrecida por este tipo de activos es ahora más atractiva”, explica Dolz de Espejo.
También siguen teniendo deuda soberana china en cartera. “El país tiene unas reservas muy importantes, ofrece un extra de rentabilidad atractivo y nos permite diversificar el peso de la deuda de gobiernos de nuestras carteras al aportar descorrelación en las fuentes de duración. Además, China va a pesar cada vez más en los índices, lo que supone una buena oportunidad”, añade.
En concreto, el equipo de gestión prevé que la subida de los precios tendrá un gran efecto en los sectores más industriales y de consumo. “En los primeros, el peso del coste de la energía es muy elevado y los segundos tendrán complicado trasladar la subida al consumidor final, que aún no se ha beneficiado de incrementos de salarios”, explica el director de soluciones de inversión y producto. Sin embargo, la potencial contracción de los márgenes se debería compensar con un fuerte crecimiento de las ventas al hacer la comparativa con 2020.
Por geografías, Mutuactivos mantiene un peso equilibrado en cartera entre Europa y Estados Unidos. “De Europa nos gusta el componente más cíclico de las compañías europeas y el programa de expansión fiscal del Viejo Continente, que va a suponer un soporte importante. La sensibilidad a tipos en Europa también es mayor”, mantiene Dolz de Espejo.
La visión de los gestores se ha vuelto también más positiva este trimestre respecto a la renta variable emergente. Algunos de estos mercados se han visto forzados a subir tipos para contener la inflación, el ritmo de crecimiento se ha visto impactado por el COVID-19 y las subidas de rentabilidades en países desarrollados y la depreciación de las monedas ha jugado en su contra. “Pensamos que, con la corrección sufrida en términos relativos, cotizan a múltiplos razonables”, comenta Dolz de Espejo.
La gestora mantiene sobreponderado en cartera el peso de la renta variable japonesa, por su atractiva valoración, el potencial de mejora de beneficios y los bajos niveles de inversión de los inversores internacionales, entre otros factores.
En materias primas continúan negativos respecto al oro, neutrales en dólar y positivos con el petróleo, por la situación de los inventarios, las restricciones de oferta y demanda existentes y un, potencialmente, frío invierno.
Pixabay CC0 Public Domain. T. Rowe Price Group compra Oak Hill Advisors POR 4.200 millones de dólares
T. Rowe Price Group ha llegado a un acuerdo definitivo para adquirir Oak Hill Advisors, L.P. (OHA), firma especializada en crédito alternativo. Con esta compra, T. Rowe Prise sumará 53.000 millones de dólares en activos y se convertirá en su principal plataforma de mercados privados, permitiéndole expandir su negocio de inversión alternativa y complementar sus actuales capacidades, tanto de inversión como de distribución.
Sobre la operación, se sabe que según los términos de la transacción, T. Rowe Price adquirirá el 100% del capital de OHA y algunas otras entidades que tienen una propiedad común por un precio de compra de hasta 4.200 millones de dólares. Según matizan, esto supondrá un pago de 3.300 millones al cierre de la operación y, aproximadamente, el 74% se abonará en efectivo y 26% en acciones ordinarias de T. Rowe Price. A esto se sumaría hasta 900 millones adicionales en efectivo al alcanzar ciertos hitos comerciales a partir de 2025.
Desde T. Rowe Price Group explican que las estrategias de crédito alternativas siguen siendo muy demandadas por los inversores institucionales y minoristas de todo el mundo que buscan rendimientos atractivos y rentabilidades ajustadas al riesgo, por eso este movimiento corporativo resulta apropiado. OHA cuenta con estrategias de crédito privado, en dificultades, en situaciones especiales, líquido, estructurado y de activos reales, y más de 300 empleados en sus oficinas globales. Además, destacan que cuenta con una base global de clientes institucionales y el contexto positivo del sector la han posicionado para captar 19.400 millones de dólares de capital desde enero de 2020.
La gestora considera que la escala es cada vez más importante como ventaja competitiva en la búsqueda de oportunidades de financiación y en la obtención de rendimientos diferenciados en los mercados de crédito alternativos. Se prevé que la gama completa de soluciones de renta variable, renta fija y multiactivos de T. Rowe Price, junto con su presencia global, facilite estos beneficios de escala. Dado el limitado solapamiento de las estrategias de inversión y las bases de clientes, las dos empresas esperan aprovechar las oportunidades de distribución complementarias. Además, T. Rowe Pricetiene previsto desarrollar nuevos productos y estrategias para los canales patrimoniales y minoristas, incluidos sus negocios de corredores de bolsa, bancos, RIA y plataformas.
Por último, T. Rowe Price ha acordado comprometer 500 millones de dólares para la coinversión y el capital inicial junto con la dirección y los inversores de OHA. Con el tiempo, ambas empresas tienen la intención de explorar oportunidades para expandirse a otras categorías de activos alternativos.
“Si bien estamos comprometidos con nuestra estrategia a largo plazo para hacer crecer nuestro negocio de forma orgánica, hemos adoptado un enfoque deliberado y reflexivo para considerar la posibilidad de añadir nuevas capacidades a través de adquisiciones que promuevan nuestra estrategia empresarial. OHA cumple con los parámetros que hemos establecido ante posibles oportunidades de crecimiento inorgánico. Además, su probada experiencia en crédito privado nos ayudará a satisfacer la demanda de crédito alternativo de nuestros clientes”, ha señalado Bill Stromberg, presidente del Consejo de Administración de T. Rowe Price y director general.
Según ha añadido Rob Sharps, presidente de T. Rowe Price, jefe de inversiones y director de inversiones del grupo, «OHA y T. Rowe Price comparten culturas organizativas que se centran en la excelencia de las inversiones a largo plazo y en ofrecer valor a los clientes, y que se basan en la colaboración, la confianza y la integridad. Al aunar capacidades y distribución complementarias, podemos aprovechar las oportunidades de crecimiento para el desarrollo de nuevos productos que añadan valor a nuestros clientes y accionistas. Compartimos una visión con el experimentado equipo de gestión de OHA para construir un negocio más amplio en los mercados privados combinando su especialidad en crédito alternativo con nuestra escala global».
Por su parte, Glenn August, fundador y consejero delegado de OHA, ha declarado: “La unión con T. Rowe Price nos situará en una mejor posición para satisfacer las cambiantes necesidades de inversión de los clientes, así como las necesidades de financiación de las empresas y los patrocinadores financieros, al tiempo que mantendremos nuestro historial de crecimiento medido y reflexivo. Ambas firmas comparten un enfoque coherente, centrado en la excelencia de las inversiones, la integridad, la cultura de colaboración y la asociación con el cliente, que nos ayudará a construir una organización combinada más fuerte. Estoy agradecido por el duro trabajo y el compromiso de los miembros de nuestro equipo y espero con interés las oportunidades que se presenten”.
Según indican desde la gestora, aunque el objetivo es aprovechar las fortalezas combinadas de los dos negocios, OHA operará como un negocio independiente dentro de T. Rowe Price. Además, tendrá autonomía sobre su proceso de inversión y mantendrá su equipo, cultura y enfoque de inversión. August continuará en su puesto actual y se espera que se incorpore al Consejo de Administración y al Comité de Dirección de T. Rowe Price tras el cierre. Además de August, todos los miembros del equipo de gestión de los socios de OHA firmarán acuerdos a largo plazo y continuarán dirigiendo el negocio en sus funciones actuales.
La transacción ha sido aprobada por unanimidad por el Consejo de Administración de T. Rowe Price y los socios de OHA. Se espera que la operación se cierre a finales del cuarto trimestre de 2021, aunque está sujeta al cumplimiento de las condiciones de cierre habituales, incluyendo la recepción de las autorizaciones y aprobaciones regulatorias y los consentimientos de los clientes.
Healthcare Activos renueva su compromiso con el Pacto Mundial de Naciones Unidas con la publicación de su Informe de Progreso 2020, en el que se recogen las medidas implementadas en materia de gobernanza, sociales y medioambientales durante el pasado año.
Con este informe, Healthcare Activos muestra cómo ha alineado sus operaciones con los Diez Principios, universalmente aceptados, en las áreas de derechos humanos, normas laborales, medioambiente y lucha contra la corrupción, así como su apoyo a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
A lo largo del documento, Healthcare Activos detalla las medidas implementadas respecto de sus grupos de interés, utilizando como referencia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La realización anual de este Informe permite anticipar posibles riesgos y oportunidades, y establecer políticas, acciones, herramientas e indicadores de seguimiento que contribuyen a la mejora continua.
Dicho informe ha sido verificado externamente y ha obteniendo un feedback favorable por parte de la Red Española del Pacto Mundial. Se encuentra publicado y disponible en su página web.
Healthcare Activos se unió en septiembre de 2020 a la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas, que, con más de 1.590 organizaciones, se ha convertido en la Red Local con mayor número de entidades, y, por tanto, la más importante del mundo.
Foto cedidaCriptomoneda de bitcoin.. Criptomoneda de bitcoin
Después de años copando la atención de medios e inversores financieros, las criptomonedas y sus usos empiezan a tener impactos en los sistemas jurídicos. Como es habitual en estos casos, las regulaciones legislativas van por detrás de los cambios sociales, pero finalmente el legislador ha introducido, a través de la Ley de Lucha Contra el Fraude Fiscal, una serie de disposiciones para controlar y conocer el origen de las ganancias por la compraventa de estas divisas virtuales.
“Las criptomonedas son conocidas por su extraordinaria revalorización acumulada en los últimos años y por su opacidad fiscal”, asegura Xavier López Villaécija, abogado del despacho Sanahuja Miranda, quien señala que esta opacidad “ha llamado la atención de los principales organismos reguladores y fiscalizadores españoles y europeos”.
De este modo, esta atención ha cristalizado en la reciente Ley 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, que a su vez responde a la trasposición de una directiva europea. “Entre otras disposiciones, la norma introduce la obligación de suministro de información sobre saldos y operaciones que mantienen los titulares de monedas virtuales”, apunta López.
El abogado explica que esta regulación trata de aclarar el posible origen ilícito de las criptomonedas, y, señala, “controlar, tanto la fiscalidad, como que su uso no rebase las operaciones de tráfico legal”.
En concreto, la norma vincula a los proveedores de servicios de cambio (exchangers) y cualesquiera que proporcionen servicios en nombre de otras personas para salvaguardar claves criptográficas privadas. Por otro lado, «establece la propia obligatoriedad de informar por el propio contribuyente a través del modelo 720, en el caso de estar ubicadas en el extranjero”, señala López.
Problemática internacional
La norma tiene como limitación que “todas las obligaciones referentes a prestadores de servicio solo afectan a las personas y entidades residentes en España y los establecimientos permanentes en territorio español de personas o entidades residentes en el extranjero”, algo que genera dificultades para rastrear los orígenes, ya que con las criptomonedas hablamos de activos que circulan por el mundo independientemente de las fronteras.
Es por ello que el legislador ha introducido la necesidad de informar de la posesión de estos valores financieros en el extranjero mediante el modelo 720, la declaración tributaria a través de la que la Hacienda española obliga a sus contribuyentes a presentar para que declaren sus bienes en el extranjero.
En opinión del abogado, a pesar de estas limitaciones nacionales, las regulaciones serán fáciles de aplicar al menos en el ámbito continental, ya que “existe un efectivo intercambio de información tributaria con los países de la Unión Europea y Espacio Económico Europeo”, apunta.
En este sentido, López augura que con “la creación de la próxima y esperada Fiscalía Europea, se planteará una colaboración cada vez mayor entre las administraciones de los distintos estados miembros”.
¿Qué dudas deja la nueva ley?
Según López, aunque la ley establece cómo y quién debe declarar las criptomonedas, “existen dudas sobre los distintos impuestos que afectan a este activo financiero, como el propio modelo 720, el IRPF, Sociedades o Sucesiones”. Asimismo, apunta que hay que estudiar cada caso para establecer “el método de valoración correcto o considerar normas de posible anti aplicación de pérdida».
“Como toda nueva norma, para que el contribuyente no tenga ningún susto es recomendable una atención profesional adecuada para su correcta regulación”, asegura López.
Además, en relación a tributaciones como la que se expone en el modelo 720 el abogado señala “las posibles sanciones de importe muy elevado por la no declaración de los activos”, por lo que considera necesario “evaluar las actuaciones tributarias que conviene llevar a término en relación con impuestos ya presentados, o bien de los que no se ha procedido a su presentación, que pueden contener errores subsanables”.
Por último, el abogado plantea que, en relación a la inclusión de las criptomonedas en el modelo de Hacienda, se ha obviado la obligatoriedad de declarar cuentas en metales preciosos, unos activos que, señala López, “también tienen evidentemente carácter patrimonial de acuerdo a la propia Dirección General de Tributos”.
Pixabay CC0 Public Domain. COP26: ¿cómo pueden contribuir las gestoras de activos?
«Hemos recorrido un largo camino, pero nos queda mucho por recorrer», fue la aleccionadora conclusión del ex presidente estadounidense Barack Obama al final de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático de 2009.
Doce años después, este podría seguir siendo el lema de la 26ª Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, la COP26. Al menos esta conferencia recibirá probablemente más atención que sus predecesoras. Los efectos del cambio climático son cada vez más visibles: incendios forestales, desastres por inundaciones, récords de calor.
En consecuencia, las expectativas para la actual conferencia sobre el clima son altas. Sin embargo, no hay que olvidar que la COP26 es sólo una parte -aunque importante- del camino hacia un mejor diálogo medioambiental. Son previsibles numerosos anuncios sobre los compromisos voluntarios, la contextualización de las trayectorias climáticas de cada país y los debates sobre la definición de las emisiones netas cero. Además, es probable que se reconsidere el déficit de financiación estimado para alcanzar los objetivos climáticos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) más amplios de la ONU. Al fin y al cabo, un objetivo clave de la COP26 es movilizar la financiación mundial para combatir el cambio climático.
Un resultado muy positivo -pero alcanzable- sería que las principales naciones desarrolladas se pusieran de acuerdo sobre los principales indicadores clave, las metodologías y los marcos en los que coordinar la acción para reducir las emisiones de CO2 y limitar el aumento de la temperatura global. El verdadero trabajo, sin embargo, vendrá después de la COP26 en la aplicación práctica de sus recomendaciones. La financiación de la transición a una economía baja en carbono requerirá un enorme capital que debe movilizarse y canalizarse hacia las inversiones adecuadas. Además, muchas empresas necesitan un apoyo activo en sus caminos específicos hacia la neutralidad climática.
El sector de la gestión de activos puede ayudar. En primer lugar, vamos a ver cómo se consigue el capital necesario. La reorientación de los flujos financieros internacionales para promover los objetivos climáticos globales es de vital importancia. En este contexto, es muy alentador que cada vez más «propietarios de activos» -es decir, grandes inversores de capital como fondos soberanos y grupos de seguros- se sumen a iniciativas para integrar los aspectos climáticos en su estrategia de inversión o para orientar sus inversiones hacia el objetivo de la neutralidad climática para 2050. Un ejemplo es el One Planet Sovereign Wealth Fund Framework, una red de 43 fondos soberanos con un total de activos gestionados de más de 36 billones de dólares. O la Alianza de Propietarios de Activos ‘Net-Zero’, de la que es miembro Allianz, que comprende 49 inversores institucionales con carteras de inversión de más de siete billones de dólares. Los gestores de activos también están demostrando su aportación en las redes correspondientes a estas iniciativas. Este año, por ejemplo, Allianz Global Investors se unió tanto a la Iniciativa de Gestores de Activos ‘Net Zero’, que ahora comprende 128 gestoras con un volumen de 43 billones de dólares bajo gestión, como a la Iniciativa de Gestores de Activos One Planet, que apoya al mencionado grupo de fondos soberanos.
La creación de nuevas oportunidades de inversión, en particular las inversiones de impacto y los fondos temáticos de los ODS, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, es igualmente importante para la orientación climáticamente neutra de las carteras existentes. Se trata de segmentos relativamente jóvenes y comparativamente pequeños, pero ambos están disfrutando de un fuerte crecimiento del interés de los inversores. Para los inversores, su objetivo es crear un valor múltiple: combinar un rendimiento medioambiental y/o social con un rendimiento financiero. AllianzGI ha ampliado considerablemente su oferta en este sentido en los últimos años. Estos productos permiten a los inversores no sólo aspirar a un rendimiento competitivo en el mercado con sus inversiones, sino también hacer el bien de forma alineada con sus valores.
Pero los gestores de activos pueden hacer aún más. El deber fiduciario de un gestor de activos de velar activamente por las empresas en las que invierte funciona tanto en mercados cotizados como no cotizados. Esto significa, por ejemplo, acompañarlas en el establecimiento y la aplicación de estrategias de descarbonización adecuadas y desafiarlas cuando sea necesario. En algunos casos, esto puede significar incluso poner fin a las inversiones si no se adoptan medidas creíbles y efectivas o si no hay un progreso consistente en las vías climáticas individuales.
AllianzGI ha establecido un nuevo enfoque de compromiso para este propósito en 2021: Diálogo climático con resultados. A través de esta estrategia, AllianzGI entabla un diálogo constructivo con cada uno de los diez mayores emisores de CO2 a nivel de cada fondo para trabajar juntos en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Los objetivos de reducción de las emisiones pueden vincularse, por ejemplo, a la remuneración del consejo de administración.
En un compromiso de este tipo, es importante tener claro lo que significa realmente las emisiones netas cero. Los informes de cero emisiones netas distinguen entre tres categorías de emisiones. El alcance 1 sólo incluye las emisiones procedentes de fuentes que son propiedad o están controladas por la empresa. El alcance 2 incluye las emisiones indirectas procedentes de la generación de energía utilizada por la empresa. El alcance 3 es el más completo: esta categoría incluye también las emisiones indirectas que se producen en todas las fases anteriores y posteriores de la cadena de valor. Dado que estas emisiones de alcance 3 representan una proporción significativa de las emisiones totales en muchas industrias, AllianzGI anima activamente a todas las empresas a desarrollar y aplicar políticas y prácticas para un objetivo de cero emisiones netas que cubra todas las emisiones. Esta es la única manera de garantizar que, a largo plazo, el resultado final sea la emisión de cero gases perjudiciales para el clima en la atmósfera.
Durante la pandemia de coronavirus, la comunidad mundial demostró de lo que es capaz al unirse. Tal vez sea presuntuoso esperar un avance igual de rápido en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, dado que cada vez hay más actores en todo el mundo dispuestos a avanzar juntos en la dirección correcta, una señal correspondiente de la COP26 -no sólo a través de declaraciones conjuntas de intenciones, sino también de objetivos concretos y procesables- sería un avance bienvenido. El sector de la gestión de activos está dispuesto a ayudar.
Tribuna de Matt Christensen, responsable global de Sostenibilidad e Inversión de Impacto de Allianz GI.
Mirabaud Asset Management organiza su evento anual el próximo 18 de noviembre a las 12:30 horas CET en Madrid. Durante una hora, un panel de expertos discutirán sobre las distintas variables a las que prestar atención para invertir, teniendo en cuenta el contexto actual de mercado y lo que depara el 2022.
Lionel Aeschlimann, CEO de Mirabaud Asset Management y socio de Mirabaud Group, y Elena Villalba, directora general de Iberia y Latinoamérica, darán la bienvenida. A continuación, Gero Jung, macroeconomista jefe de actualidad, retos y oportunidades en el 2022, aportará su visión del mercado.
Para concluir, Susana Criado, directora y presentadora de Capital Intereconomía, moderará la mesa redonda en la que participarán como panelistas Andrew Lake, responsable de renta fija de los fondos Mirabaud-Global Strategic Bond Fund, Mirabaud-Global Short Duration y Mirabaud-Global Climate Bond Fund; Anu Narula, responsable de renta variable global temática en el fondo Mirabaud-Sustainable Global Focus; Daniel Moreno, responsable de deuda emergente en el fondo Mirabaud-Global Emerging Market Bond Fund; y Hywel Franklin, responsable de renta variable europea del fondo Mirabaud-Discovery Europe.
Pixabay CC0 Public Domain. "Dentro de la transición hacia una energía ecológica, es preciso poner el foco en los motores tecnológicos a largo plazo"
De acuerdo con muchos expertos, el hidrógeno es el petróleo del futuro. En 2050, el mercado mundial podría alcanzar un volumen de ventas de hasta 2,5 billones de dólares, según cálculos de la consultora McKinsey. Además de la reducción de las emisiones, los principales motores a largo plazo son el aumento de la demanda mundial de energía generada de forma sostenible y la transición hacia una economía circular. Esta tendencia está acelerándose aún más gracias a los gobiernos, que han anunciado un programa de estímulos económicos verdes, al tiempo que se redoblan los esfuerzos en el marco del Acuerdo de París.
En 2020, una clara reevaluación de las acciones expuestas al hidrógeno provocó un fuerte aumento de sus cotizaciones. Desde comienzos de año, la euforia se ha enfriado otra vez. En general, nos encontramos apenas al inicio de esta transición energética «verde» y el hidrógeno «verde» está experimentando un fuerte auge gracias a los reguladores. El hidrógeno es clave en sectores de la economía donde, de otro modo, las emisiones son difíciles de reducir. Además, la electricidad verde de bajo coste y el aumento de las economías de escala en la industria están teniendo un efecto reductor en los costes. Por otro lado, el sector seguirá dependiendo mucho de las subvenciones durante la primera mitad de esta década, lo que en general se traduce en un nivel de volatilidad nada desdeñable.
La construcción y explotación de edificios desempeña un papel clave
Fijándonos en los diferentes subsectores, vemos que la demanda de paneles solares y turbinas eólicas terrestres sigue creciendo con los avances tecnológicos, tanto en los mercados actuales como nuevos, y que la competencia está aumentando. Ese es el motor real de la electrificación de la economía mundial, pero también es la clave para alcanzar emisiones cero en el futuro. Actualmente, el 80 % de la energía sigue generándose con combustibles fósiles, mientras que en 2050 alrededor del 80% de la energía procederá de electricidad generada a partir de fuentes renovables.
La eficiencia energética también es importante. Esto se manifiesta especialmente en tres sectores como el transporte, la industria y la construcción. El sector de la construcción es el más atractivo actualmente y se ve favorecido claramente por sus interesantes valoraciones. Además, las perspectivas de crecimiento están mejorando a la vista de los programas de inversión en infraestructuras que se esperan en la UE y EE. UU. con el fin de estimular la economía después de la pandemia y, al mismo tiempo, reducir las emisiones. La construcción y explotación de edificios, responsables de entre el 30 % y el 40 % del consumo energético final en el mundo y de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía, desempeñará un papel crucial.
Destacado: almacenamiento de electricidad
Por último, pero no menos importante, la energía eólica marina probablemente crezca con fuerza también, ya que este sector avanzará hasta un punto en el que podrá competir en costes sin subvenciones con la energía solar y la eólica terrestre. Además, el almacenamiento energético parece que brindará oportunidades, ya que en el futuro se necesitarán grandes cantidades de baterías tanto para electrificar el transporte como para dar cobertura a las redes eléctricas. A la vista de la fuerte competencia en volúmenes con escasos puntos diferenciadores y el hecho de que la tecnología de baterías sigue planteando riesgos, lo cierto es que actualmente las oportunidades de inversión no son muy atractivas. Sin embargo, los inversores no deben perder de vista este tema.
El DNB Fund – Renewable Energy selecciona empresas cuyos servicios y tecnologías ayudan a reducir las emisiones en todo el mundo. Para entrar en la cartera, las empresas deben demostrar que los esfuerzos de reducción de las emisiones son un motor clave de su negocio. Cuando evalúa una empresa, el equipo de gestión tiene en cuenta las emisiones en toda la cadena de valor.
También deben contar con un equipo directivo consolidado y un gobierno corporativo sobresaliente. Por último, idealmente deberían mostrar una buena dinámica, además de potencial de revalorización bursátil. DNB Asset Management puso en marcha esta estrategia en 1989 y considera que se ha demostrado que la mejor forma de generar alfa de forma sostenida es a través de un enfoque ascendente centrado en la valoración.
Por ejemplo, una posición que el año pasado recibió por tercer año consecutivo la mayor calificación posible (tres estrellas) que concede la asociación sectorial Forum for Sustainable Investments (FNG, por sus iniciales en alemán) es Wartsila. Esta empresa es líder mundial es soluciones sostenibles para el sector marítimo. Al mismo tiempo, ofrece soluciones de almacenamiento y equilibrado de cargas al sector energético. Por ejemplo, Wartsila suministra motores de alta eficiencia para el sector marítimo. Estos se caracterizan por admitir diferentes combustibles (incluido el hidrógeno). Eso será crucial cuando se empiece a encargar la próxima generación de barcos.
Tribuna de Christian Rom, miembro del equipo de gestión de carteras de la estrategia de energías renovables de DNB.
Pixabay CC0 Public Domain. Tras la COP26 las empresas se enfrentarán a más impuestos y a una mayor regulación sobre las emisiones de carbono
El pasado domingo arrancó la COP26, una nueva cumbre del clima promovida por Naciones Unidas que se prolongará hasta el próximo 12 de noviembre. Todos los expertos coinciden en que este tipo de convocatorias son un “hito”, ya que pone en común los esfuerzos y compromisos de los países frente al desafío común de gestionar y mitigar el cambio climático.
El último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), publicado en agosto, reclama la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de aquí a 2030. Las medidas adoptadas anteriormente han resultado insuficientes hasta la fecha.
En opinión de Gaël Binot, gestor de renta fija en mercados emergentes, y Hervé Chatot, gestor de activos cruzados, ambos de La Française AM, “pocos países han cumplido sus promesas y se han ceñido a los objetivos del Acuerdo de París de 2015. Con las políticas actuales, el calentamiento global alcanzará unos 3°C. Y, aunque un número importante de países se ha fijado el objetivo de cero emisiones netas de GEI para 2050, los avances siguen siendo muy escasos”.
Los debates y propuestas que se compartan estos días serán muy relevantes para enfocar la lucha contra el cambio climático, pero aún más importantes serán lo que ocurra después de la COP26; es decir, cómo los gobiernos, ciudadanos y empresas aborden la transición hacia una economía con cero emisiones. En este sentido, el último informe de Bain & Company, Beyond COP26: An Action Plan for CEOs, analiza qué supondrá a nivel pragmático este encuentro para las compañías.
En primer lugar, el informe concluye que tras la COP26, las empresas se enfrentarán a una mayor regulación, a mayores exigencias de información financiera relacionada con el clima y a un mayor escrutinio por parte de inversores y clientes. En concreto, los impuestos al carbono y los esquemas de comercio de emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) se incrementarán, y el precio del carbono probablemente seguirá subiendo. “Los gobiernos desplegarán más subsidios para impulsar el cambio”, prevé el documento.
Dada esta aceleración, es evidente que la atención se está desplazando de la fijación de objetivos a los resultados. Por ello destaca que muchas empresas han anunciado planes ambiciosos para reducir sus emisiones, en algunos casos hasta llegar a cero, pero son pocas las empresas que están haciendo grandes progresos para convertir esos objetivos en acciones. “Hay cuatro iniciativas que pueden ayudar: integrar la transición del carbono en la estrategia, encontrar formas de rentabilizar las inversiones en la reducción de las emisiones de carbono, incorporar esta transición en el día a día del negocio e implicar a los mandos intermedios”, propone el informe de Bain & Company.
Mientras continúa el trabajo político y la movilización de 100.000 millones de dólares al año para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático, la pregunta para muchas empresas es qué hacer una vez concluida la COP26. El informe concluye que la medida más importante es “prepararse para una gran aceleración” en cinco áreas: la regulación; la divulgación de información financiera; los objetivos basados en la ciencia; el escrutinio de los inversores; y las expectativas de los clientes.
Las empresas se preparan
En lo que afecta a la regulación, el informe indica que “los impuestos al carbono y los esquemas de comercio de emisiones que cubren el 21,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) en 2021 se incrementarán, y el precio del carbono (ya por encima de 60 euros por tonelada de dióxido de carbono equivalente en el Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea) probablemente seguirá subiendo. Los gobiernos desplegarán más subsidios para impulsar el cambio, como la iniciativa Energy Earthshots del Departamento de Energía de EE. UU., que tiene como objetivo reducir el coste del hidrógeno bajo en carbono a un dólar por kilogramo en una década”.
En segundo lugar, se incrementarán los requisitos para que las empresas informen sobre sus riesgos climáticos. En el Reino Unido, por ejemplo, los sistemas de pensiones, los bancos, las aseguradoras y otras empresas ya deben cumplir con el marco del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima. En el ámbito mundial, la Fundación de Normas Internacionales de Información Financiera está sentando las bases para un conjunto de normas comunes de información, y la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. Ya pide información pública sobre el cambio climático.
Otro aspecto importante es que a medida que más empresas establecen objetivos para reducir las emisiones, la Science Based Targets Initiative (SBTi) está creciendo rápidamente como el estándar para establecer ambiciosos objetivos de descarbonización, con un crecimiento anual del 130% en el número de empresas participantes durante los últimos cinco años. “Los objetivos de las empresas se están volviendo más holísticos, incluidas las emisiones de Alcance 3 que representan al menos el 40% del total. También son más ambiciosos, ya que la SBTi acepta solo objetivos de Alcance 1 y 2 en línea con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento dentro de 1,5 ° C. Los objetivos también se están volviendo más concretos, con definiciones más claras de cero emisiones netas de carbono y directrices específicas para los sectores”, explica el informe.
Inversores y clientes
Una tendencia que ya se está observando es el mayor escrutinio de los inversores. “La sostenibilidad, y el cambio climático en particular, se ha convertido en un criterio clave para los inversores, tanto activos como pasivos, y desempeña cada vez más un papel en las decisiones de inversión”, afirma el documento. Por último, están las expectativas de los clientes, que incluyen no solo la activador de la empresa sino también su cadena de suministro.
Por ejemplo, la Investment Association, la asociación de gestores de activos del Reino Unido planea emitir «advertencias ámbar» para las empresas que no dan información financiera relacionada con el clima. En todo el mundo, el comportamiento relacionado con el clima influye cada vez más en las decisiones de inversión. La Iniciativa Net Zero Asset Managers reúne a 128 gestores de fondos con 43 billones de dólares bajo gestión en un compromiso de tomar decisiones de inversión que respalden el objetivo de cero emisiones netas para 2050 o antes.
Dada esta aceleración, es evidente que la atención se está desplazando de la fijación de objetivos a los resultados. El análisis de Bain & Company basado en el trabajo realizado con grandes empresas que están actuando sobre sus objetivos y están comenzando a reducir sus emisiones, determina cuatro principios específicos están guiando las decisiones que marcan una diferencia tangible. Estos cuatro objetivos se resumen en: hacer de la transición del carbono un pilar de la estrategia empresarial; encontrar formas de rentabilizar las inversiones en la reducción de las emisiones de carbono; incorporar esta transición en el día a día del negocio; e implicar a los mandos intermedios.
“Es probable que la transición para dejar de utilizar el carbono y pasar a las emisiones netas cero sea una de las principales prioridades de muchos ejecutivos durante el resto de sus carreras. El trabajo llevará décadas, pero comienza con un conjunto pragmático de pasos significativos”, concluye el informe.