Foto cedidaChristian Sewing, CEO de Deutsche Bank.. Deutsche Bank adelanta a 2023 su objetivo de alcanzar 200.000 millones de euros en finanzas sostenibles
Deutsche Bank alineará su negocio, aún más estrictamente, a los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y está estableciendo objetivos ambiciosos para ellos. Su objetivo es facilitar más de 200.000 millones de euros en financiación e inversión sostenible a finales de 2023, dos años antes de lo inicialmente previsto.
“Tenemos que progresar lo más rápidamente posible de la ambición al impacto. Desde que anunciamos nuestro objetivo de 200.000 millones de euros el año pasado, hemos avanzado significativamente y más rápido de lo que preveíamos. Ahora queremos alcanzar este volumen antes e informaremos sobre el progreso de manera transparente y en detalle”, ha señalado Christian Sewing, CEO de Deutsche Bank.
A finales del primer trimestre de 2021, las divisiones comerciales del banco (sin incluir DWS) habían facilitado 71.000 millones de euros en inversiones y financiación sostenible. Actualmente, la entidad organiza sus estrategia de sostenibilidad en cuatro pilares: finanzas sostenibles, políticas y compromisos; operaciones propias y personas; y liderazgo intelectual y compromiso de los públicos. “Nuestra ambición es hacer de la ESG la nueva normalidad de Deutsche Bank, en nuestro diálogo con nuestros clientes, en nuestras propias operaciones y en todos nuestros procesos. La sostenibilidad se convertirá así en una parte integral de nuestra cultura corporativa”, ha afirmado Sewing.
En este sentido, la entidad explica que sus principales objetivos se organizan en cuatro grandes áreas:
Finanzas sostenibles: Por primera vez, el banco publica objetivos anuales de financiación sostenible para cada división de negocio. Del volumen objetivo de al menos 200.000 millones de euros para 2023, se prevé que 86.000 millones de euros procedan de la división de Private Bank, 30.000 millones de euros de la división de Corporate Bank y 105.000 millones de euros de Banca de Inversión. Como sociedad cotizada independiente, gestora de activos DWS informa sus propios objetivos ESG por separado; por lo que no se incluyen aquí.
Como acciones concretas, Private Bank Alemania implementará un concepto de asesoría ESG en las 400 oficinas de Deutsche Bank en el país para finales de 2022. También planea ofrecer al menos una opción ESG en cada categoría de producto relevante a finales de este año. Además, se enfocará en la construcción sostenible y planea proporcionar a los clientes servicios de asesoramiento adicionales que van más allá de las hipotecas y la financiación inmobiliaria. Además, International Private Bank, que incluye el negocio de Wealth Management, tiene como objetivo hacer de las inversiones ESG el estándar en la gestión de carteras a partir de 2022. Al convertirse la ESG en la opción predeterminada, los clientes no ya tendrán que optar por los productos ESG. International Private Bank aspira a convertir en sostenibles las inversiones de al menos un millón de clientes durante los próximos años.
La división de Corporate Bank planea entablar un diálogo estratégico ESG con sus aproximadamente 2.000 clientes multinacionales. Asesorar a los clientes de manera integral sobre los riesgos ESG y sus transformaciones comerciales se convertirá en el estándar. Además, Corporate Bank tiene como objetivo impulsar la financiación de su cadena de suministro hasta alcanzar un volumen de 1.000 millones de euros y ofrecer a sus 800.000 clientes comerciales al menos dos soluciones de financiación ESG estandarizadas antes de fin de año. Y, por último, Investment Bank prevé aumentar su participación en el mercado de bonos y préstamos respecto al año pasado. En el primer trimestre de 2021, la cuota de mercado por comisiones en emisión de deuda sostenible con grado de inversión aumentó al 6,1% frente al 4,3% del año 2020 (fuente: Dealogic). En Renta Fija y Divisas (FIC), el banco tiene como objetivo facilitar financiación por valor de 2.800 millones de euros para la construcción de vivienda social y eficiencia energética, solo en 2021. Además, numerosas innovaciones de productos tales como inversiones verdes y repos verdes están previstas para clientes institucionales.
Políticas y compromisos: Deutsche Bank se compromete a adoptar políticas más ambiciosas. El año pasado, ya se comprometió a calcular la huella de carbono de sus aproximadamente 440.000 millones de euros de cartera de préstamos para finales de 2022. Ahora tiene previsto publicar también un objetivo para su índice de activos verdes como proporción de su cartera bancaria para mediados de 2022. A finales de 2021, se ofrecerá capacitación al 50% del personal que atiende a clientes sobre la taxonomía interna del banco para las finanzas sostenibles que ya está alineada con la taxonomía de la UE. Además, el banco se ha fijado el objetivo de ayudar a los clientes a acelerar sus propios procesos de transformación. Por lo tanto, planea diseñar planes de transformación creíbles con empresas que enfrentan desafíos complejos en sostenibilidad. A medio plazo, este será el requisito previo para la colaboración continua entre el banco y sus clientes.
Operaciones propias y personas: La entidad busca más liderazgo femenino: en 2025, el 35% de los puestos de Managing Director, Director y Vice President estarán representados por mujeres, frente al 29% actual. Para los dos niveles de gestión por debajo del Management Board, la cifra objetivo es de al menos un 30% de mujeres, frente al 24% actual. Estos objetivos se suman a las iniciativas actuales para garantizar que el banco impulsa la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo y la sociedad.
Además, aspira a crear una cadena de suministro más sostenible. Por lo tanto, a partir de 2022 todos los proveedores con un volumen de facturación anual superior a 500.000 euros tendrán que tener una calificación ESG externa. A partir de 2023, este será un requisito en todos los nuevos procedimientos de licitación o acuerdos de seguimiento a partir de dicho volumen mínimo de facturación.
Y, por último dentro de esta área, su objetivo es lograr una reducción de emisiones. Deutsche Bank tiene como objetivo reducir el consumo de combustible de la flota de automóviles de empresa en Alemania (aproximadamente 5.400 automóviles) en un 30% para el año 2025. Además, el objetivo es reducir a cero las emisiones de carbono de la flota de automóviles de la empresa en 2030.
Liderazgo intelectual y participación social: En cooperación con la Autoridad Monetaria de la ciudad-estado de Singapur, Deutsche Bank está desarrollando un Centro de Excelencia ESG cuya principal tarea será el desarrollo de productos ESG públicos y privados, servicios de asesoría y financiación. Será dirigido por Kamran Khan, Director de ESG de Deutsche Bank en Asia-Pacífico. Representado por International Private Bank, Deutsche Bank se ha convertido el primer banco en ser miembro de pleno derecho de la Alianza Ocean Risk and Resilience Action. Además, Deutsche Bank Research se centrará regularmente en materias ESG en sus informes sobre el Mittelstand alemán.
Entre otras iniciativas, el banco pondrá en marcha la figura de embajadores de la sostenibilidad. Este grupo de expertos de diferentes divisiones y funciones dentro de la infraestructura del banco impulsará su representación en foros públicos e interactuará con las partes interesadas en temas ESG. En cada mercado local, Deutsche Bank apunta a invertir más en educación financiera. A finales de 2022, planea duplicar el número de empleados que participan en proyectos de educación financiera en escuelas al menos una vez al año pasando de los 350 actuales a 700.
«Estados Unidos no puede permitirse seguir atado a las políticas que crean una respuesta a un mundo como el de hace 20 años». Las palabras de Joe Biden en su alocución del pasado 8 de julio anticipaban la decisión de suspender con rapidez las actuaciones militares directas en Afganistán después de casi veinte años y miles de bajas (las guerras de Iraq y Afganistán han resultado en el deceso de más de 7.000 soldados).
Las escenas de pánico en el aeropuerto de Kabul, mostrando a estadounidenses –y a miles de afganos que les han prestado ayuda las últimas dos décadas- desesperados por salir del país han alentado las críticas, como las de Tony Blair, a través de su Instituto para el Cambio Global, o las de Boris Johnson y Emmanuel Macron. Además, están drenando también al capital político del presidente, cuyo índice de aprobación se sitúa por primera vez por debajo de 50%. Sin embargo, Biden no cede y mantiene el 31 de agosto como límite para completar la retirada.
A primera vista, identificamos dos ámbitos que justificarían una decisión en apariencia precipitada. En el ámbito político, las encuestas entre los estadounidenses durante los últimos diez años dejan de manifiesto que cada vez les interesa menos ser el “salvador de último recurso”, y muestran su preferencia por mantener el status quo a nivel doméstico.
Así lo ilustran, por ejemplo, los sondeos llevados a cabo en abril y mayo por The Economist y la Universidad de Quinnipiac, que señalan a un 58% y 62% de los participantes en el estudio favoreciendo la finalización del conflicto.
Para Joe Biden es clave tener contento a su electorado y mantener el orden dentro de su partido; la derrota en Afganistán, unida al repunte de contagios por la variante Delta, le han colocado como uno de los presidentes menos populares en primer año de mandato: se encuentra por encima únicamente de Trump, Clinton y Ford, si tenemos en cuenta a los 13 que le han antecedido en el cargo desde 1945 (la línea verde representa a Biden en las gráficas de abajo).
Está peleando para impulsar una propuesta de gasto de 3,5 billones de dólares (a buen seguro acabarán siendo bastante menos) con la que dotar de recursos a su proyecto de inversión en infraestructuras (550.000 millones de dólares); no tiene las cosas nada fáciles y necesita dar a sus bases buenas noticias.
Desde que los demócratas lograron la aprobación en el Senado del proyecto de ley de infraestructuras (bipartidista) y la resolución presupuestaria (partidista), las perspectivas del partido han empeorado. En la Cámara de Representantes, Pelosi engrasa la aprobación de la resolución presupuestaria, pero no cuenta aún con el apoyo necesario entre los demócratas conservadores; peor aún, incluso encontrando los votos que le faltan, el frágil equilibrio en el Congreso bloquearía un proyecto de ley de reconciliación de 3,5 billones de dólares, porque al menos una senadora demócrata, Krysten Sinema, estaría en contra. Por si esto no fuera suficiente, las elecciones de California se celebran el 14 de septiembre y algunas encuestas muestran que Newsom corre el riesgo de perder, lo que le convertiría en el segundo gobernador demócrata que pierde su asiento, después de la dimisión de Cuomo en Nueva York.
De hecho, si las elecciones de medio término se celebraran hoy, es más que probable que el Good Old Party se hiciese con el control de la Cámara y/o el Senado. Los crecientes vientos en contra de la política demócrata y las fisuras dentro de la propia organización son a priori neutros para los mercados -bancos como Morgan Stanley dan por hecho el visto bueno a la iniciativa de aumento en gasto público-. No obstante, pueden impulsar la volatilidad al alza: por un lado, dificultarán que el acta de reconciliación incorpore subidas de impuestos elevadas (la renta de empresas probablemente pase del 21% al 25%), pero por el otro complicarán las negociaciones asociadas al precipicio fiscal.
En segundo lugar, el ámbito estratégico, la decisión evidencia el giro en el foco de la administración estadounidense desde el Golfo Pérsico y Sudeste Asiático hacia China (Asia-Pacífico) como su mayor riesgo geopolítico. Eso es, Guerra Fría 2.0. EE.UU. entiende la relevancia de Oriente Medio: primero, porque la región es el principal proveedor de petróleo a China y, segundo, porque la salida de Iraq -necesaria para potenciar el despliegue militar en el este asiático- implican que, sin tropas sobre el terreno, no hay forma sostenible de contrarrestar la creciente hegemonía regional de Irán. El interés nacional estadounidense en la zona ha disminuido considerablemente los últimos años al haberse alcanzado la independencia energética y las amenazas a la seguridad nacional que se dispararon tras los atentados del 11-S han menguado sustancialmente; mientras, China y, en menor medida, Rusia representan importantes retos a la hegemonía regional y global que ostenta Washington.
EE.UU. se siente protegido de potenciales ataques terrestres no terroristas al estar flaqueado al norte por Canadá y al sur por México, que no disponen de la entidad militar suficiente como para representar un riesgo y que además tienen dependencias económicas claras con la economía estadounidense; su objetivo pasa entonces por mantener un entorno geopolítico estable, contener amenazas sobre sus fronteras y preservar su estatus como potencia económica, cultural y militar. Para ello, se centra en garantizar la la superioridad en los océanos Pacifico (Asia) y Atlántico (Europa): es aquí donde han surgido más fricciones en el pasado reciente, especialmente en el mar del Sur de la China.
Así, después de la Segunda Guerra Mundial el contrincante estaba en Europa (Rusia) y la solución -como primera línea de defensa- fue crear la OTAN, que Trump tanto criticó al considerar a Rusia más débil que antaño en el contexto de una Europa más cohesionada y potente. Sin embargo, ahora EE.UU. viene cerrando acuerdos con Japón, Taiwán, Vietnam, Corea del Sur o Filipinas, que le ofrecerán la oportunidad, llegado el caso, de bloquear importantes líneas marítimas de comercio a China o de armar ofensivas militares. El juego político pasa por mostrar a tu adversario que llevas una buena mano.
A corto plazo, el mayor riesgo para Biden es Irán; lo comentado anteriormente cobra más relevancia si tenemos en cuenta el reciente cambio de liderazgo en este país, con la elección del nuevo presidente Ebrahim Raisi, que ha traído consigo una actitud más beligerante a la hora de renovar los compromisos del acuerdo nuclear del 2015. Aunque la ruta más beneficiosa para estadounidenses -que buscan pivotar sus recursos hacia el Pacifico-, e iranís -que para consolidar su liderazgo en la región necesitan primero superar las sanciones y recuperarse económicamente- pasa por un acuerdo, el previsible tira y afloja entre Washington y Teherán puede poner presión al alza sobre el precio del barril de crudo.
En Europa, una nueva ola migratoria alimentada por refugiados afganos huyendo del régimen talibán debería favorecer la baza socialdemócrata en las elecciones alemanas. Finalmente, el vacío de poder que produce la salida de EE.UU. del sudeste asiático también repercute directamente a la India.
DWS, la gestora de fondos del grupo alemán Deutsche Bank, ha respondido a las publicaciones de los últimos días, que hablan de investigaciones por parte de la SEC y del regulador alemán por falsear fondos sostenibles.
En respuesta a esas acusaciones, DWS ha emitido un comunicado en el que tilda de «infundadas» esas acusaciones y confirma todos los datos publicados en su informe anual de 2020. «Rechazamos firmemente las acusaciones hechas por un antiguo empleado. En DWS seguiremos siendo un firme defensor y promotor de la inversión ESG como parte de nuestra responsabilidad fiduciaria en representación de nuestros clientes», asegura el comunicado.
La gestora explica que cuenta con una larga tradición de inversión sostenible y responsable durante más de dos décadas. «Más recientemente, hemos definido ESG como la piedra angular de nuestra estrategia corporativa, con el objetivo de convertirnos en líderes en la gestión de activos sostenible, ya que consideramos que los criterios ESG serán la base indispensable para operar en toda la industria. DWS siempre ha sido transparente con el mercado, nuestros clientes y terceras partes interesadas, siendo conscientes de que el camino hacia un futuro más sostenible está siendo largo y complejo», aseguran.
Y defienden la claridad de la información publicada: «En DWS, diferenciamos entre “activos que integran aspectos ESG” (ESG Integrated AuM) y “activos dedicados a ESG” (“ESG Dedicated”) cuando reportamos los activos bajo gestión en nuestro Informe Anual 2020, donde identificamos ambas clasificaciones. En la página 90 de dicho informe anual, DWS considera estrategias que integran ESG (“ESG Integrated”) cuando al menos el 90% de la cartera aporta datos ESG (el SynRating global). Los activos ESG integrados (“ESG Integrated AuM”) no se consideran parte de los activos denominados como ESG dedicados (“ESG Dedicated”). Los datos totales están reflejados de forma transparente en las páginas 92 y 93 de nuestro Informe Anual de 2020», aclara.
También hace referencia a su informe semestral, publicado en julio de 2021, en el que ha reportado 70.100 millones de euros de activos ESG dedicados (“ESG AuM”, “ESG Dedicated”) después de aplicar su metodología ESG siguiendo los principios SFDR. Adicionalmente, ha publicado un total de 16.400 millones de euros en activos ilíquidos considerados como activos individuales verdes y que forman parte de carteras no clasificadas como ESG.
Su clasificación de productos ESG a fecha de 30 de junio de 2021 consiste en lo siguiente. El nuevo reglamento sobre divulgación de Finanzas Sostenibles de la Unión Europea (SFDR) que entró en vigor el 10 de marzo de 2021 establece un marco de información integral para los productos y entidades. Así, introduce requisitos de divulgación específicos para los productos que promuevan características sociales o medioambientales (Artículo 8) o que tengan como objetivo la inversión sostenible (Artículo 9), así como un requisito general de divulgación en relación con la integración de los riesgos de sostenibilidad con otros productos (Artículo 6). En DWS han clasificado este tipo de productos en función de los artículos 6, 8 y 9, y consideran todos los productos del Artículo 8 y 9 como ESG. «Aplicamos las mismas reglas a efectos de nuestro Marco de Clasificación de Productos ESG a todos los demás productos retail que no están incluidos en el ámbito de aplicación del SFDR (principalmente procedentes de Estados Unidos y Asia-Pacífico). Para los productos institucionales fuera del alcance SFDR, aplicamos las Normas y Directrices Generales de la Industria de la Alianza Mundial para la Inversión Sostenible (GSIA) y clasificamos todos los mandatos que cumplen con estas normas GSIA también como ESG», explican.
«En DWS, continuaremos nuestro camino para convertirnos en un referente como gestor de activos en ESG», apostillan.
Las acusaciones
En concreto, varios medios se han hecho eco en los últimos días de que la SEC estadounidense y el regulador del mercado alemán, Bafin, están investigando a DWS ante acusaciones de que habría etiquetado de forma errónea sus fondos sostenibles, según fuentes que cita la agencia Bloomberg y el diario Wall Street Journal.
Las autoridades estadounidenses y alemanas sospechan que DWS ha exagerado el uso de criterios de inversión sostenible para gestionar sus activos, en lo que se conoce como greenwashing. La noticia ha causado caídas en bolsa de la gestora alemana y también del grupo financiero Deutsche Bank.
Pixabay CC0 Public Domain. Los expertos coinciden en que Jackson Hole no será el lugar para anunciar el tapering
Comienza el segundo día de reuniones en Jackson Hole y todas las miradas están puestas en Jerome Powell, quien intervendrá hoy pudiendo facilitar más pistas acerca de la política de la Fed en los próximos meses. Pero,a pesar de que se contemplaba la posibilidad, la mayoría de los expertos coinciden en que Jackson Hole ya no será el escenario donde se anuncie una retirada de estímulos.
Sin garantía de que vaya a exponer en detalle el proceso de tapering, Bruno Cavalier, economista jefe de Oddo BHF, explica que el debate sigue pendiente de la reunión del FOMC (Federal Open Market Committee) del 22 de septiembre, en la que es más probable que se anuncie un posible cambio de política monetaria. Para entonces, la Fed dispondrá de un nuevo informe mensual sobre el empleo (3 de septiembre) y sobre la inflación del IPC (14 de septiembre).
Garrett Melson, gestor de carteras de Natixis IM, señala que “escuchando a los principales miembros votantes de la Fed, está claro que Jackson Hole no será el lugar donde se reconozca este hecho”. Tal y como explica, a principios de este año, muchos participantes del mercado anticipaban que Jackson Hole sería el lugar donde Powell probablemente anunciaría sus planes de reducción. Pero esa opinión tenía dos defectos. “En primer lugar, Jackson Hole rara vez ha sido un evento clave para el mercado. En segundo lugar, lo más importante es que Powell ha sido claro en que los planes de tapering se telegrafiarían con mucha antelación una vez que el FOMC determinara que se ha hecho un progreso sustancial hacia sus objetivos de doble mandato”, apunta.
Silvia dall’Angelo, economista senior de la gestora Federated Hermes, quien también opina que es poco probable que la Fed proporcione mucha información nueva al respecto del tapering, cree que las recientes comunicaciones de la Fed, incluidas las actas de la reunión de julio, sugieren, en general, que el anuncio del tapering tendrá lugar en noviembre o diciembre.
Tras las actas de la reunión del 18 de agosto, Olivia Álvarez, analista de MONEX EUROPE, considera que los mercados parecen moderadamente más inclinados hacia una reducción temprana de las compras, mientras un mayor número de expertos indica un posible anuncio del tapering en la reunión de septiembre. “En nuestra visión, la Fed también se acerca a un momento crucial en su comunicación de política, pero el actual entorno de riesgos probablemente implique un tono más cauteloso hacia una retirada temprana de los estímulos”, valora.
El economista jefe de T. Rowe Price en EE. UU., Alan Levenson, tampoco espera grandes sorpresas del discurso de Powell en relación con el mensaje transmitido en su conferencia de prensa del 28 de julio y las actas de la reunión del FOMC de ese día. «En lo que respecta a las compras de activos de la Fed, el consenso del FOMC que se desprende de las actas del 28 de julio es que se ha alcanzado el umbral de «avance sustancial» para iniciar la reducción de las compras en relación con el objetivo de inflación del 2% de la Fed, pero no en relación con su objetivo de «máximo empleo». Los responsables de la política monetaria indicaron que es probable que el tapering comience a finales de este año o a principios de 2022, siempre que la economía siga evolucionando como esperan», explica.
Para Franck Dixmier, director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, la cumbre de banqueros centrales será una oportunidad para que el presidente de la Reserva Federal de EE.UU. aclare su críptica declaración de junio de que la Fed estaba «pensando en pensar en» comenzar una reducción de las compras de activos. «En Jackson Hole, el Sr. Powell debería ser claro pero cauto en cuanto al calendario para el inicio del tapering. Para los inversores, la comunicación en torno al tapering es una de las decisiones más esperadas en la historia de los bancos centrales, y un retraso de unos meses no debería preocuparles».
Septiembre también podría ser una fecha clave para James McCann, Deputy Chief Economist en Aberdeen Standard Investments, quien cree que Powel podría dar entonces una señal más sustantiva, en línea con las decisiones tomadas por la Fed en esa reunión. Asimismo, considera probable que reste importancia a la relación entre el tapering y un eventual ajuste de los tipos de interés, dejando de lado la segunda cuestión. «Si lo que se espera son fuegos artificiales, esta no es la ocasión», advierte.
¿Por qué se retrasa el tapering?
En el retraso del tapering intervienen varios factores, entre los que destaca la variante delta del coronavirus y sus efectos en la estabilidad y certidumbre. Al respecto, Olivia Álvarez aclara que, si bien el incremento sostenido de casos en esta nueva ola no se ha traducido en restricciones severas, los datos revelan un impacto notable en la confianza de los consumidores y las intenciones de compras. A estas tensiones, la experta suma los crecientes signos de débil crecimiento en China, con potenciales riesgos para el panorama global este año. “De conjunto, estos desarrollos redundan en un escenario de alta incertidumbre visible en los mercados financieros: los rendimientos de los bonos a 10 años oscilan en el rango más bajo desde marzo pese a expectativas de ajuste monetario, los índices bursátiles mundiales han registrado pérdidas recientes y el índice DXY dólar apenas rebota de sus máximos de 9 meses”, analiza.
A pesar del consenso de que Jackson Hole ya no será precisamente el marco para un anuncio del tapering, las recomendaciones de política dentro del propio seno de la Fed se mantienen muy divididas. Por un lado, según destaca Olivia Álvarez, están los defensores de un ajuste temprano. Otro grupo más prudente aboga por una evaluación más completa del panorama económico antes de tomar una decisión sobre el tapering. Bajo este criterio, cree que el anuncio de los planes de reducción de compras podría dejarse para la reunión de noviembre.
Mohammed Kazmi, Portfolio Manager & Macro Strategist de Union Bancaire Privée (UBP), admite que lo más probable es que la advertencia avanzada sobre el tapering por parte de Powell llegue en la reunión de la Fed de septiembre. “No esperamos que el presidente de la Fed, Powell, proporcione ninguna nueva orientación importante en Jackson Hole, ya que la Fed sigue observando la reciente propagación de la variante delta en los Estados Unidos. Por ahora, pensamos que el presidente de la Fed repetirá sus comentarios de la última conferencia de prensa, donde dijo que no ven efectos importantes para la economía por la tensión delta”.
Mondher Bettaieb-Loriot, jefe de Bonos Corporativos en Vontobel, también considera que el tapering se retrasará debido, principalmente, a la variante delta, sumado a un panorama de empleo desequilibrado y el aumento de la desigualdad. “Con este telón de fondo, es muy posible que se hable de la reducción de las compras de activos en la reunión de este año, pero que no se actúe hasta bien entrado el año 2022”, prevé.
¿Qué efecto tendrá el taper en los mercados?
Para Chris Iggo, el anuncio del tapering «podría tener un efecto relativamente limitado. El diablo estará en los detalles (cuánto y en qué plazo). El impacto a medio plazo es que cambia el equilibrio relativo de la oferta y la demanda en el mercado del Tesoro estadounidense», lo que debería «significar un mayor rendimiento de los bonos».
Charles Diebel, director de renta fija de Mediolanum International Funds Ltd (MIFL), señala que el taper en sí mismo ha sido muy bien señalado y que es poco probable que sea un catalizador para una venta importante del mercado. “Tradicionalmente se ha visto que el final de la curva se comporta bien, ya que el proceso mejora las perspectivas de inflación a medio plazo al anunciar un endurecimiento progresivo de las condiciones monetarias. La única advertencia real a esta perspectiva es que, si los datos no se producen, esto retrasaría el proceso al no cumplir con la «mejora suficiente» que el FOMC ha estado buscando”, señala.
Garrett Melson también considera que el tapering probablemente no tenga consecuencias para los mercados. “En realidad, sólo importa en la medida en que los participantes en el mercado lo consideren importante. E incluso eso es mucho menos de lo que ha sido en el pasado. Todo el mundo sabe que se avecina. Si se ha anunciado o no, no importa realmente, ya que se sabe desde hace meses que está en el horizonte. La Fed ha estado haciendo exactamente lo que dijo que iba a hacer. Avisando con mucha antelación. Pivotando lentamente hacia el tapering con más tiempo entre el anuncio y el comienzo real de un tapering lento y medido”.
Por su parte, Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica en Nordea AM, también ve poco probable que el anuncio del tapering provoque una gran conmoción en el mercado, aunque insiste en que la curva del Tesoro estadounidense debería volver a empinarse. «El mercado simplemente ha tenido mucho tiempo para prepararse para el tapering. La verdadera conmoción llegará cuando se inicie el debate sobre un ciclo de subida de tipos de la Fed. Lo que depende fundamentalmente del debate de si la inflación es transitoria -los primeros indicios sugieren que lo es-, aunque es probable que los salarios y los alquileres constituyan una presión persistente», añade.
Helen Anthony y Andrew Mulliner, los gestores de carteras en Janus Henderson Investors. Helen Anthony y Andrew Mulliner, los gestores de carteras en Janus Henderson Investors
Tras el desplome que vimos con el impacto de la pandemia el año pasado, es normal que la inflación esté repuntando en 2021. Los precios de las materias primas se han visto especialmente afectados, pues el repentino cierre de la economía global en 2020 provocó un gran exceso de oferta. A nivel interno en las economías, la distancia social produjo un cambio de la demanda, pues los consumidores adquirieron productos en lugar de servicios.
La reciente reapertura de gran parte de la economía global ha provocado un enorme aumento de la demanda que al que los mercados de materias primas les está costando responder. El alcance de los problemas es evidente, con un fuerte aumento de los precios de las materias primas y los insumos en los últimos doce meses. La oferta inelástica de muchas materias primas no ha podido mantener el ritmo de crecimiento de la demanda; por ejemplo, abrir y cerrar minas lleva tiempo.
Para agravar el impacto de los altos precios de las materias primas, la amplitud extrema de la actividad económica durante el año pasado ha afectado a las cadenas de suministro. Normalmente, la cadena de suministro global funciona con un delicado equilibrio, con unos calendarios meticulosos del transporte marítimo y la carga en contenedores en todo el mundo.
El cambio en la demanda de algunos productos durante la pandemia y las diferentes respuestas a la pandemia en cada país ha roto el equilibrio del sistema, provocando problemas logísticos con los contenedores y envíos a menudo ubicados en zonas incorrectas. Esto ha incrementado los costes de los envíos (gráfico 1) y ha alargado los plazos de entrega, lo que ha provocado tanto aumentos de costes a nivel de la cadena de suministro como límites de capacidad, lo que ha contribuido también al creciente coste de los productos disponibles.
A la larga, los mayores precios alientan la oferta y reducen la demanda. Esperamos que las presiones sobre la inflación remitan a medida que el mundo vuelva a un equilibrio económico más previsible y equitativo, pero llevará tiempo. Lo que ahora produce inflación debería suponer un freno para la futura inflación cuando el sistema se normalice en los próximos trimestres.
De estímulo a obstáculo
Los movimientos de los precios de las materias primas pueden afectar a la inflación, pero, a no ser que los precios de las materias primas suban sin cesar con el tiempo, los estímulos inflacionistas de este año se convertirán en obstáculos el año que viene. Tomemos el petróleo como ejemplo, cuya variación interanual marcó máximo un año después de que su precio registrase su mínimo de unos 20 dólares en abril de 2020; este estímulo para la inflación se convertirá en un obstáculo en los próximos trimestres. Como vemos en el gráfico de abajo, la variación interanual de los precios del petróleo ofrece una buena lectura del rumbo de la inflación, pues el IPC interanual de EE. UU. sigue la variación en doce meses del precio del petróleo (línea negra). Los escenarios que podríamos contemplar a partir de ahora implicarían presiones bajistas sobre el IPC interanual de EE. UU. y, en el caso de que los precios del petróleo se mantuvieran estables, la inflación general volvería a estimarse a entorno al nivel del 2% en abril de 2022.
Nuestro escenario principal es que los precios del petróleo se mantendrán dentro de un rango en el próximo año. Es importante tener en cuenta que el acuerdo de la OPEP+ de los últimos años ha restringido la cantidad de petróleo que pueden extraer los países y, por tanto, la oferta siempre puede incrementarse. Esto, junto con el aumento de yacimientos de esquisto en EE. UU., está ayudando a aumentar la oferta, lo que creemos que probablemente reducirá las presiones sobre los precios en adelante.
Uno de los obstáculos para estas previsiones es que los precios de las materias primas podrían seguir subiendo en este momento del ciclo. Si pensamos en las condiciones para el despegue de la inflación, muy probablemente sucede cuando la economía está en auge. Cuesta imaginar que la inflación se acelere si el crecimiento se ralentiza. Si pensamos en cuáles son los factores clave del crecimiento global, lo primero que pensamos es en China. Curiosamente, vemos un endurecimiento de las condiciones en ese país (observado en la reducción del crecimiento del crédito representado por el impulso del crédito de China en el gráfico 3), algo que desde el punto de vista histórico indica que va a actuar como obstáculo contra los precios de las materias primas y posiblemente como freno fundamental a las presiones inflacionistas.
Los anteriores episodios reflacionistas de 2012 y 2016 coincidieron con un fuerte crecimiento del crédito en China. Esto contrasta con el contexto actual, pues el impulso del crédito de China tocó techo a finales del año pasado. Recientemente hemos visto también que China ha impuesto límites máximos a los precios del carbón para reducir unos costes de la energía persistentemente altos.
¿Inflación persistente o pasajera?
Es importante mirar lo que subyace bajo las subidas de precios. Al fin y al cabo, la inflación es un aumento persistente del nivel general de los precios, no un impacto puntual. La composición actual de las subidas del índice de inflación ha estado dominada por importantes variaciones en las tarifas aéreas y los coches de segunda mano (en EE. UU.), lo que sintomático de cambios de precios relativos (es decir, los problemas en la oferta de nuevos vehículos elevan los precios de los vehículos usados) y no de inflación. Una forma de verlo es teniendo en cuenta la amplitud de los precios que figura en el gráfico 4.
Eliminar los elementos volátiles puede ser útil si nos fijamos en la inflación subyacente (que excluye los costes de los alimentos y la energía), aunque la naturaleza de la pandemia ha hecho que incluso algunos precios que normalmente se considerarían más estables, como los de los coches de segunda mano y las tarifas aéreas, se hayan vuelto mucho más volátiles.
Si nos fijamos en los valores medianos o en la media truncada, el impacto de los grandes valores atípicos (tanto positivos como negativos) desaparece, lo que supone un indicador que se ajusta más a la definición de aumento persistente de los precios generales. La media truncada es la media que excluye el 8% superior e inferior del desglose.
Si analizamos los precios desde esta perspectiva, están subiendo, pero siguen dentro del intervalo (1,5% a 3,0% interanual) que hemos visto en los últimos diez años.
Inflación salarial
La inflación de los precios puede volverse más persistente si las subidas de precios vienen acompañadas de subidas salariales; de lo contrario, la mayor inflación actúa como un impuesto al consumo. El gráfico 5 siguiente vemos que a las empresas les resulta cada vez más difícil encontrar la mano de obra que necesitan, una situación que puede requerir mayores salarios para atraer a los trabajadores adecuados.
Sin embargo, algunos indicadores de la inflación se han visto muy distorsionados por la pandemia, como el salario medio por hora, debido a los efectos de composición. Los indicadores que tienen en cuenta cómo la pérdida de empleos ha afectado a los salarios más bajos en mayor medida que a los más altos no muestran ningún indicio de dicho aumento (véase el gráfico 6). Al menos hasta la fecha, perece que el mercado laboral ha ganado mucho poder adquisitivo como resultado de la pandemia.
La sindicalización sigue siendo baja comparado con la década de 1970, cuando los salarios subían a la vez que los precios. Hay evidencias de que algunos grandes empleadores pagan más, especialmente en EE. UU. (p. ej., Walmart), pero no está claro que esto va a continuar y sigue afectando un conjunto relativamente pequeño de trabajadores. Además, algunos de los problemas a corto plazo del mercado laboral, como los ERTE en el Reino Unido las prestaciones de desempleo mejoradas de 300 dólares semanales en EE. UU. para los parados, llegan o llegarán a su fin y veremos cómo los participantes del mercado laboral vuelven a la población activa. A la larga, esperamos que esto limite la necesidad de las empresas de subir los salarios y, por tanto, reduzca las presiones salariales en los próximos trimestres.
Otro factor que hay que tener en cuenta es el exceso de ahorro acumulado durante la pandemia. En su inmensa mayoría, ha sido acumulado por las familias más pudientes y ha acabado en activos financieros como la bolsa o viviendas, en lugar de gastarse. Esto está generando precisamente una inflación de los precios de los activos, con un impacto mínimo en la inflación salarial. Algo en lo que coincide el análisis del Banco de Inglaterra que muestra que, en general, solo los hogares más pudientes han acumulado ahorro, mientras que los menos pudientes han tenido que recurrir a los suyos (1)
Oferta monetaria y estímulo fiscal: ¿esta vez es diferente?
Por primera vez desde la crisis financiera global, la política monetaria y la política fiscal son expansivas y funcionan de forma conjunta, lo que podría provocar presiones sobre los precios si la oferta no mantiene el ritmo. Dicho esto, debemos tener en cuenta que la deuda creada durante la pandemia se ha utilizado para sostener el consumo actual, lo que podría actuar como freno al futuro crecimiento. Además, los mercados responden al ritmo de los cambios; el impulso de la política fiscal probablemente se convertirá en un obstáculo fiscal, a no ser que los gobiernos sigan gastando más que el año anterior, lo que es poco probable que pase. El estímulo ha sido de una magnitud sin precedentes. Los ERTE y los cheques de ayuda han provocado un aumento de la renta disponible, lo que difiere de anteriores shocks económicos recesivos. Esto, junto con la cantidad récord de expansión cuantitativa de los bancos centrales, ha provocado intranquilidad en algunos acerca de las perspectivas de la inflación.
La máxima del economista Milton Friedman es que la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario ataca a los riesgos de devaluación de la divisa e hiperinflación. Pero es demasiado simplista. El aumento de la oferta monetaria se ha dirigido al sector público para financiar esos planes de emergencia, mientras que la demanda de crédito del sector privado se ha movido en la dirección contraria: la gente ha utilizado los pagos de las ayudas para reducir su deuda o su deseo de endeudarse (gráfico 7).
El crecimiento de la oferta monetaria amplia se está reduciendo considerablemente y los préstamos bancarios (la demanda de crédito) ha vuelto a caer a niveles que no se registraban desde 2011. Esto se ha visto corroborado por los recientes datos que indican que el exceso de liquidez de los bancos estadounidenses se está poniendo a trabajar en los mercados de valores y no se está prestando a la economía real. Por tanto, no sorprende que la velocidad de circulación del dinero M2 se desplomara en el primer trimestre de 2020 y no se haya recuperado en absoluto desde marzo de 2020, manteniéndose en niveles que no se registraban desde la década de 1940 (2).
Aunque seguimos siendo conscientes de los largos y variables desfases de la política monetaria que pueden hacer que las presiones inflacionistas se aplacen en lugar de desaparecer, esto todavía no se muestra en estos indicadores clave.
Ha provocado la pandemia un cambio de marco?
Más allá de la dinámica a corto plazo, también debemos tener en cuenta si los factores globales que han ejercido presión a la baja sobre la inflación subyacente pueden haber cambiado. Muchos de ellos son factores a largo plazo y, por tanto, no se mueven con rapidez, pero en muchos sentidos estos factores desinflacionistas a largo plazo se han visto amplificados por la pandemia en lugar de reducirse.
Carga de la deuda. Desde el inicio de la crisis del COVID-19, la carga de la deuda ha aumentado considerablemente: la deuda pública superó el 105% del PIB global en 2020, subiendo desde el 88% en 2019.3 Hasta la fecha, los grandes paquetes de estímulo han consistido principalmente en endeudamiento para apoyar el consumo, en lugar de gasto en inversiones productivas a largo plazo. En igualdad de condiciones, esto resulta en futuros pagos de capital e intereses que lastran el consumo futuro.
Globalización y tecnología. La adopción de la tecnología se ha visto impulsada por la pandemia, por ejemplo, el repunte de la penetración de las ventas minoristas en Internet. El creciente uso de la tecnología y la automatización reduce el poder de negociación de los trabajadores. La globalización es un proceso lento que puede llevar muchos años; la mayoría de las empresas no pueden relocalizar rápidamente una fábrica. Por eso mismo, los estrechos vínculos del transporte global implican que para los productores resulta relativamente fácil cambiar a productos/áreas de fabricación de menor coste. Los volúmenes de comercio registran ahora máximos históricos4, por lo que cualquier cambio en nuestra perspectiva probablemente será gradual a nivel macro, a menos que haya un cambio en la voluntad política hacia un proteccionismo mucho mayor.
Demografía. En muchos países, las tasas de fertilidad marcaron nuevos mínimos en 2020. La demográfica desempeña un papel importante a largo plazo y, en nuestra opinión, la continua disminución de las tasas de natalidad provocará continuos efectos desinflacionistas a lo largo del tiempo. Aunque a menudo se dice que la actual generación de jubilados provoca inflación porque consumo más de lo que produce, los mismos estudios muestran que los jóvenes son el grupo que mayor inflación genera.5 Un descenso de la tasa de natalidad supone menos jóvenes y una menor demanda de bienes y servicios en el futuro. Una sociedad que se prepara para los desafíos del envejecimiento implica una menor inversión a la larga (la dinámica opuesta a la que vimos en la década de 1970 con los baby boomers). También es destacable que la edad de jubilación aumenta cada vez más, pues los gobiernos reconocen que los pasivos de las pensiones no son asequibles tal y como están estructurados en la actualidad. De nuevo, esto apunta a un mayor ahorro y a una menor inversión a lo largo del tiempo.
¿Qué podría cambiar?
Resumiendo, la evidencia y los indicadores presentados parecen indicar que aunque la subida de la inflación será importante, es de carácter cíclico y se espera que toque techo en los próximos trimestres. Sin embargo, hay riesgos importantes que deben tenerse en cuenta y que podrían provocar un cambio de marco.
Se espera que los problemas de las cadenas de suministro sean pasajeros, pero la experiencia de la pandemia podría provocar un cambio más significativo hacia relocalizaciones de las cadenas y el proteccionismo. Habrá que estar atentos a los salarios, pues muchas empresas señalan que les cuesta encontrar trabajadores. Existe el riesgo de que se hayan producido cambios permanentes en el mercado laboral que hayan reducido la mano de obra; esto podría dar lugar a una mayor presión salarial que eleve el precio de la mano de obra, sosteniendo a su vez unos precios más altos.
Los grandes programas fiscales y déficits podrían volverse permanentes (no temporales), si la voluntad política de monetizar la deuda y generar inflación concita el apoyo populista del electorado en el futuro.
Tribuna de Helen Anthony y Andrew Mulliner, gestores de carteras en Janus Henderson Investors.
Anotaciones:
1 Fuente: Banco de Inglaterra, «How has Covid affected household savings?», 25 de noviembre de 2020.
2 Fuente: FRED Consejo de la Reserva Federal de San Luis, Haver Analytics, 27 de mayo de 2021.
3 Fuente: Instituto de Finanzas Internacionales, 17 de febrero de 2021.
4 Fuente: UNCTAD, Global Trade Update, 19 de mayo de 2021.
5 Fuente: «Demographic structure and macroeconomic trends», Yunus Aksoy, Henrique S Basso, Tobias Grasl y Ron P Smith, enero de 2015.
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Pixabay CC0 Public Domain. implementará una política de exclusiones global que incluye una parte específica dedicada al carbón
Allianz Global Investors ha anunciado que implementará una política de exclusiones global que incluye una parte específica dedicada al carbón. Esta nueva política de exclusión es un ejemplo más del compromiso de Allianz GI de abordar el cambio climático al desinvertir en la principal fuente de emisiones de carbono y está en línea con la política ya establecida por Allianz Group con sus propios activos.
Según explica la gestora, las restricciones al carbón, que se aplicaban para toda la gama de fondos sostenibles de Allianz GI, se extienden ahora a toda la oferta de productos de la gestora. Como parte de la ampliación de esta política, Allianz GI también irá más allá en sus restricciones actuales sobre inversiones relacionadas con bombas de racimo y minas antipersona e incluirá restricciones sobre otros tipos de armas controvertidas.
El desarrollo de esta política entrará en vigor a partir de diciembre de 2021 para todos los fondos en los que Allianz GI actúa como gestora (los «Fondos de Allianz») y será la política predeterminada para todos los nuevos fondos y mandatos después de esta fecha, sujeto a la autorización en las jurisdicciones competentes. En los casos distintos a los Fondos Allianz GI, en los que están incluidos los vehículos institucionales y las cuentas segregadas, así como los mandatos, Allianz GI pedirá el consentimiento de los respectivos clientes para la aplicación de esta política.
Carbón
Allianz GI se abstendrá de invertir en empresas que obtengan más del 30% de sus ingresos anuales de la extracción de carbón térmico y en empresas en las que más del 30% de su producción de electricidad se base en el carbón. Deborah Zurkow, directora global de inversiones, ha explicadoa: “Con esta nueva política sobre el carbón, nuestra aspiración es posicionar nuestras carteras en una trayectoria hacia la transición climática, y estamos seguros de que esto coincidirá con las expectativas de nuestros clientes. Allianz GI, un miembro comprometido de la iniciativa Net Zero Asset Manager, está avanzando en su hoja de ruta para respaldar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050 o antes, en línea con los esfuerzos globales para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Nuestra estrategia marca una nueva etapa en nuestra contribución para abordar los desafíos climáticos y enfatiza nuestro compromiso con la inversión responsable”.
Además, la política ampliará las exclusiones existentes sobre bombas de racimo y minas antipersona para incluir otras armas controvertidas. Allianz GI continúa revisando su política de exclusiones al menos una vez al año o con mayor frecuencia si se producen cambios sustanciales en el entorno regulatorio o del mercado que puedan requerir ajustes.
El Chartered Institute for Securities & Investment (CISI) ha lanzado al mercado español el nuevo certificado en distribución de seguros y reaseguros privados. La nueva titulación permite a los profesionales cumplir con las exigencias regulatorias de la nueva Directiva de Distribución de Seguros (IDD) europea tanto en la información como en el asesoramiento. El Instituto ya ha presentado a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) la solicitud de autorización de la nueva certificación profesional para el nivel 1 y la correspondiente comunicación respecto de los niveles 2 y 3.
El nuevo certificado en distribución de seguros y reaseguros privados del CISI para el mercado español ofrece un temario dividido en cinco módulos: general, seguros distintos al seguro de vida, seguros de vida (no IBIPs), IBIPS [productos de inversión basados en seguros] y empresa.
Los contenidos se estructuran en tres niveles. El nivel 1 se dirige a responsables de distribución, órganos de dirección de banca-seguros y corredores; exige unas 300 horas de estudio. El nivel 2 está pensado para asesores y supone unas 200 horas de estudio. El nivel 3, finalmente, satisface las necesidades de los profesionales que facilitan información y del personal de banca-seguros, y acarrea unas 150 horas de estudio.
Autoestudio o formación tutorizada
El certificado puede ser obtenido por autoestudio mediante los manuales de cada nivel o bien mediante formación tutorizada a través de alguno de los centros de formación acreditados por el CISI a tal efecto.
Según explican sus promotores, durante el tiempo de estudio, el profesional disfrutará gratuitamente de los beneficios de la membresía de estudiante del CISI. Si completa con éxito el certificado, podrá optar a la membresía de derecho completo del Instituto y tendrá derecho a utilizar las letras designatorias que correspondan y a las oportunidades de formación continua disponibles en su plataforma. La misma garantiza a los profesionales del sector asegurador la oportunidad de mantener sus conocimientos y habilidades, así como cumplir con los requisitos de las empresas y regulatorios anuales, a los que pueden presentar las actividades realizadas mediante los correspondientes diplomas de aprovechamiento.
El regulador exige formación continua anual en los tres niveles: 25 horas para el nivel 1 y para el nivel 2, y 15 horas para el nivel 3. El CISI también puede ayudar a los profesionales del sector a cumplir con este requisito regulatorio a través de la membresía al Instituto.
Cada nivel requiere una evaluación en condiciones de examen, que consiste en cuestionarios de 100, 75 y 50 preguntas según el nivel estudiado y preparado. La evaluación se realiza vía vigilancia remota online con bloqueo de ordenador y supervisión humana permanente. Alternativamente, se puede realizar, también por ordenador, en un centro de examen, en Barcelona o Madrid.
“Lanzar este nuevo certificado dirigido al sector asegurador en general, incluyendo a los mediadores de seguros complementarios, pero también al financiero (banca-seguros), supone una gran alegría para el Instituto y para su oficina en España. Quienes trabajan en el sector encontrarán en él la oportunidad de cumplir con lo que les exige la IDD, pensada para garantizar la competencia entre canales y proteger los derechos de los consumidores. Los contenidos de la certificación son fruto del trabajo con expertos, lo cual, sumado al prestigio internacional de la marca CISI, garantiza su extrema calidad. Estoy convencida de que nuestro esfuerzo para lograr ofrecer al sector asegurador español un programa inmejorable redundará en una formación completa y rigurosa de los profesionales y, al fin y al cabo, en un servicio impecable a sus clientes”, ha destacado Rosa Mateus, directora del CISI en España.
Pixabay CC0 Public Domain. La seguridad de los activos digitales y los servicios de custodia: principales obstáculos que frenan la inversión en criptoactivos de los inversores institucionales
Una nueva encuesta realizada a inversores institucionales y gestores de patrimonios de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Emiratos Árabes revela que el 76% describe la preocupación por la seguridad de los activos digitales y los servicios de custodia como un obstáculo «importante» que les impide invertir en criptoactivos por primera vez.
El mismo porcentaje de estos inversores y gestores, que en conjunto poseen 275.000 millones de dólares en activos gestionados, señala al tamaño del mercado y la liquidez, seguido por el 71% que ve el entorno regulatorio para el mercado de criptomonedas como un problema importante, según los resultados se han extraído de una encuesta encargada por Nickel Digital Asset Management (Nickel).
«Aunque muchos inversores institucionales con visión de futuro están aumentando su exposición a los activos digitales, nuestros resultados muestran que la preocupación por la seguridad y la custodia de estos activos sigue siendo una de las principales preocupaciones para muchos. En realidad, el sector ha logrado un gran avance en ese frente, desplegando una serie de sofisticadas soluciones criptográficas, incluidas las claves distribuidas y las cámaras acorazadas MPC (multi-party computacion), para crear sólidos modelos de custodia. Además de los custodios nativos de criptomonedas, ahora estamos viendo cómo Fidelity, BNY Mellon y State Street entran en el mercado, reforzando así aún más la infraestructura del mercado. Todo esto aumenta los niveles de confianza en el sector y conduce a asignaciones cada vez mayores a esta clase de activos en rápido desarrollo», explica Anatoly Crachilov, cofundador y consejero delegado de Nickel Digital.
Por su parte, Henry Howell, director de Desarrollo de Negocio de Nickel, añade: «La seguridad de los activos de los clientes es primordial en Nickel. Utilizamos soluciones de custodia independientes de nivel institucional, en colaboración con Fidelity, con sede en EE.UU., y Copper, con sede en el Reino Unido. Estas sofisticadas soluciones se basan en modelos de custodia de múltiples firmas y entre organizaciones, mitigando así los puntos únicos de fallo, típicamente asociados a la autocustodia de criptoactivos. En nuestra configuración, el administrador y el custodio del fondo mantienen en todo momento el control conjunto sobre los activos».
Pixabay CC0 Public Domain. Claves de Jackson Hole: ¿qué temas se tratarán en la vuelta al cole de los bancos centrales?
Todas las miradas están puestas en Jackson Hole y los posibles anuncios de la Fed en esta reunión que volverá a celebrarse a través de videoconferencia ante el riesgo de contagio los días 26, 27 y 28 de agosto. Jerome Powell, el protagonista de una de las intervenciones más esperadas, realizará su discurso el viernes, donde se espera que hable sobre la posible retirada de estímulos. Sin embargo, la mayoría de los expertos de la industria advierten que no debemos esperar grandes pistas a cerca del tapering, un anuncio que creen que se hará a lo largo de los últimos tres meses del año, pero no entre las montañas de Wyoming.
A pesar de que los mercados están ansiosos por cualquier indicio que invite a pensar en una política monetaria más estricta, desde eToro no esperan una decisión firme de reducción del programa de compras hasta la reunión de la Reserva Federal del 21 al 2 de septiembre como muy pronto. «El ajuste será lento, bien telegrafiado y los mercados podrán descontarlo con calma. Sin embargo, estamos en un territorio desconocido y es probable que aumente la volatilidad», advierte Ben Laidler, estratega de mercados globales.
Paolo Zanghieri, economista senior en Generali Investments Partners, también insiste en que aquellos que esperan una comunicación clara sobre la forma y el calendario de la reducción de las compras de activos pueden verse decepcionados. La ausencia del discurso más esperado puede darse por dos razones, según explica el economista de Generali. “En primer lugar, los datos recientes siguen siendo sólidos, pero el impulso está retrocediendo y los temores de inflación no han aumentado. Además, la variante delta se está extendiendo rápidamente, lo que aumenta el riesgo de cierres parciales en algunos grandes estados. Los datos de empleo de julio fueron muy alentadores, pero la tasa de ocupación, que es una de las referencias que utiliza la Fed para evaluar el estado del mercado laboral, sigue deprimida”, apunta.
En segundo lugar, Zanghieri expone que el FOMC (que es el que decide en última instancia sobre la reducción de la producción) no ha tenido la oportunidad de reevaluar la situación, para ver cómo se compagina con la visión optimista de la economía pintada en las actas de la reunión de julio. “Además, en las propias actas se afirma claramente que aún no hay un calendario para la reducción de la producción”, añade.
Chris Iggo, CIO Core Investments de la gestora de fondos AXA Investment Managers, también admite que Jackson Hole «no es el momento apropiado» para anunciar un cambio de política. «A lo sumo es una oportunidad para orientar las expectativas del mercado hacia lo que probablemente será un anuncio de reducción de la política monetaria en los próximos meses», prevé.
Los temas que pueden sustituir al tapering en la reunión
Una vez apagadas las altas expectativas en cuanto al anuncio del tapering, los expertos defienden que Jackson Hole sigue siendo una oportunidad para tratar otros temas de importancia. Por ejemplo, Chris Iggo adelanta que esta reunión de los bancos centrales «podría utilizarse para describir en qué punto cree la Reserva Federal que se encuentra la economía estadounidense en cuanto a la recuperación del COVID, cuál es el pensamiento actualizado sobre la inflación y cuál debería ser la perspectiva adecuada para la política monetaria».
Por su parte, Silvia dall’Angelo, economista senior de la gestora Federated Hermes, cree que este año el foro de Jackson Hole podría ser una ocasión para explorar una serie de temas de mayor alcance, como la moneda digital del banco central (un proyecto en el que la Fed ha estado trabajando), cuestiones de estabilidad financiera, desigualdad y, posiblemente, formas de incorporar el cambio climático dentro del mandato del banco central.
A pesar de no poder contar con noticias claras sobre el tapering, Zanghieri espera que la intervención de Powell sea una buena oportunidad para aclarar algún aspecto de la política de la Fed. “Podría haber una evaluación parcial de la situación económica, a grandes rasgos en la línea de la reunión de julio. También una evaluación sobre cómo la evolución del mercado laboral se ajusta a la opinión de la Fed sobre el pleno empleo. Además, debería reiterarse el mantra de la inflación transitoria”, señala Zanghieri.
En consonancia con las actas de julio, el experto también ve probable que Powell acentúe la distinción entre la eliminación de los estímulos mediante la reducción de los mismos y el verdadero endurecimiento de las condiciones financieras mediante la subida de los tipos (algo que no esperan antes de mediados de 2023). “Esto debería ayudar a minimizar el impacto del tapering en el mercado financiero”, añade.
Pixabay CC0 Public DomainAnna Jimenez Calaf. Anna Jimenez Calaf
Graemer Baker, gestor junto con Deirdre Cooper de la estrategia Ninety One Global Environment Fund,cree que existe una necesidad urgente a nivel global por realizar una transición a una economía baja en emisiones de carbono y que ésta ofrece una oportunidad de crecimiento estructural a largo plazo muy interesante para los inversores. Esta transición apenas ha comenzado, todavía hay un largo camino por recorrer, a nivel de economía global y como planeta.
El riesgo del cambio climático está ya aquí
El impacto del cambio climático comienza a sentirse físicamente en la vida de todos y en la economía global y, por supuesto, se necesita hacer mucho más de lo que ya está haciendo. En el informe anual sobre los riesgos de las fracturas sociales “The Global Risk Report 2021” elaborado por el Foro Económico Mundial, se identifica el “fracaso en la acción climática” como el mayor riesgo por impacto y probabilidad. Mientras tanto, el informe provisional de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático comunica la falta de progreso por parte de los países a la hora de cumplir con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global en 2 o C -idealmente, en 1,5 o C- a finales de siglo.
Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional representan los compromisos asumidos por los países para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación al cambio climático. El dato actualizado de los compromisos asumidos reduce las emisiones proyectadas para 2030 en tan solo un 2,8%, con respecto a los anteriores compromisos, esto equivale a una reducción del 0,5% con respecto a los niveles de 2010 que debería ser en realidad próxima al 45% para poder cumplir con el objetivo de objetivo de 1,5 o C o de cero emisiones netas.
Conforme nos acercamos a la celebración en noviembre de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, también conocida como COP26, en Ninety One esperan ver nuevos compromisos y anuncios positivos por parte de los países participantes.
La transición apenas acaba de empezar
Según los datos publicados en el informe especial de la Agencia Internacional de la Energía, “Net Zero by 2050: A Roadmap for the Global Energy Sector”, en el que se detallan sector por sector los cambios que serían necesarios durante los próximos 30 años, incluyendo hitos específicos de tecnología y políticas, así como implicaciones más amplias para las economías y la sociedad, la transición a una economía baja en emisiones de carbono apenas acaba de empezar.
En 2030, la capacidad en energía solar y eólica debería cuatriplicarse con respecto al nivel actual. Las ventas de coches eléctricos deberían experimentar un aumento de dieciocho veces y la producción anual de baterías para vehículos eléctricos debería incrementarse cuarenta y una veces. Esto requiere un mínimo de 4 billones de dólares de inversión anual únicamente en el sistema de energía para alcanzar la meta de cero emisiones netas. Es una inversión considerable teniendo en cuenta la cifra actual de inversión anual de 1 billón, por lo que el requerimiento en incremento de capital es muy significativo.
Mientras que, en 2050, el incremento en energía solar y eólica debería ser de diez a veinte veces, el 85% de los edificios deberían cumplir con las cero emisiones netas de carbono y debería reducirse la demanda mundial de energía en un 8%, teniendo que abastecer a 2.000 millones de personas más que en la actualidad.
En Ninety One consideran que estas cifras son correctas para alcanzar un escenario de cero emisiones netas, por ello, creen que proporcionan una oportunidad potencial de crecimiento estructural para los inversores en el largo plazo.
Uno de los puntos más importantes a señalar es que este informe solo se enfoca en el sistema de energía global, es decir dos tercios de las emisiones globales de dióxido de carbono, existen otras áreas en las que también es necesario poner el foco.
Las oportunidades en la cadena de valor
La estrategia Ninety One Global Environment se centra en tres tem: energías renovables, electrificación
Si bien las energías renovables son una clara fuente de oportunidades en la transición a una economía con bajas emisiones de carbono con temáticas como la energía solar, eólica y las redes inteligentes de distribución de energía, también lo son el proceso de electrificación y de eficiencia de los recursos.
En el proceso de electrificación, los vehículos eléctricos y los vehículos autónomos son dos grandes áreas, así como el proceso de la electrificación industrial, la economía del hidrógeno y los procesos de calefacción y refrigeración.
Por otro lado, en la eficiencia de los recursos habría que destacar la gestión de los residuos, la construcción de viviendas y otros edificios, así como la agricultura, la producción de bienes de consumo y las fábricas.
La agricultura y la cadena de suministros merecen una mención especial, pues producen cerca del 20% de las emisiones globales de carbono. En consecuencia, el equipo gestor de Ninety One considera importante incluir empresas como Novozymes, especializada en soluciones biológicas, y Croda, dedicada a la obtención de soluciones bioquímicas, que han desarrollados productos naturales que ayudan al proceso de descarbonización el proceso de producción de alimentos y sus cadenas de suministros.
Novozymes, líder en la producción de encimas, tiene un 50% de la cuota de mercado de la producción de alternativas a la carne generadas a partir de plantas y células. Mientras, Croda contribuye a la sustitución de productos petroquímicos en varias empresas diferentes. Un ejemplo interesante es el uso de sus productos naturales para mejorar el rendimiento de las cosechas y la eficiencia de los recursos a la hora de cultivar vegetales para su consumo.
El nivel de research en el área de eficiencia de los recursos es cada vez mayor conforme el equipo gestor percibe la magnitud de su crecimiento estructural.
La descarbonización de la carne
En el equipo gestor de la estrategia Ninety One Global Environment Fund creen que existen razones para considerar la carne de vacuno como el nuevo carbón: un 45% de la tierra habitable se utiliza con fines agrícolas, más del 20% del consumo de agua dulce es utilizado en ganadería, un 18% de las emisiones globales están causadas por las granjas de ganado y subproductos.
Alrededor del 20% de las emisiones de carbono son producidas por la producción de alimentos, de origen animal o vegetal. Comienza a estar muy claro que la agricultura, el ganado y su cadena de suministros son factores que contribuyen de forma significativa al cambio climático y que se debe tener una mayor actuación para descarbonizar los sectores alimenticios y el consumo alrededor del mundo.
Una gran parte del enfoque de Ninety One en esta área se centra en analizar diferentes escenarios buscando el potencial de alternativas a la carne mediante proteínas vegetales o cultivo celular con el objetivo de que la industria de alimentación alcance las cero emisiones netas en 2050.
Las alternativas a la carne creadas a partir de proteínas vegetales son las que más tiempo llevan en el mercado y producen una huella de carbono mucho menor que la producción de carne de vacuno. Conforme la población mundial crece, también incrementa la necesidad de proporcionar alimento a miles de millones de personas. Esto debe suceder de una forma eficiente con respecto a la generación de carbono.
Ninety One espera ver un crecimiento significativo en las empresas de producción de alimentos producidos con proteínas vegetales. De los 10.000 millones de dólares que el mercado representa en estos momentos, esperan que la cifra se incremente hasta los 300.000 millones, en 2035. Un contexto de oportunidades en el largo plazo en un área que necesita experimentar un proceso de descarbonización agresivo.