Foto cedidaBen Hayward, nuevo CEO de TwentyFour AM.. TwentyFour AM nombra a Ben Hayward nuevo CEO de la firma
TwentyFour Asset Management ha anunciado el nombramiento de Ben Hayward como nuevo consejero delegado de la gestora. Según ha explicado la firma, Hayward, socio fundador de TwentyFour, sustituirá a Mark Holman, que ha sido CEO de la firma desde su creación en 2008 y que dejará su cargo en enero de 2022.
Desde la gestoras destacan que, bajo el liderazgo de Mark Holman, la compañía ha experimentado un rápido crecimiento en términos de activos bajo gestión, de base de clientes y de presencia geográfica. En ese tiempo, Holman ha compaginado sus funciones de consejero delegado con la de gestor de carteras a tiempo completo del fondo insignia de TwentyFour, Strategic Income. “El crecimiento de la firma le ha hecho cada vez más difícil dedicar el tiempo suficiente a ambas funciones”, matizan desde la gestora. Por este motivo, se produce el relevo en el liderazgo de la gestora, de tal forma que Holman se dedicará totalmente a la gestión de carteras como miembro del equipo de bonos multisectoriales de la firma.
Por su parte, Ben Hayward ha sido miembro del Comité Ejecutivo de TwentyFour durante seis años, y seguirá siéndolo en su nueva función de consejero delegado. Según indican desde la gestora, Hayward dejará las responsabilidades de gestión diaria de la cartera de valores respaldados por activos (ABS), pero seguirá siendo miembro del comité de asignación de activos de la empresa. Los tres socios actuales del negocio de ABS, Rob Ford, Douglas Charleston y Aza Teeuwen, junto con otros ocho profesionales de la inversión, seguirán dirigiendo esa estrategia.
“A medida que hemos crecido, hemos invertido constantemente en nuestro negocio, en nuestra gente y, por supuesto, en nuestro propio equipo de gestión. Desde su creación, Mark ha dirigido el equipo de gestión y la empresa de forma excepcional, convirtiendo a TwentyFour en una de las boutiques de renta fija más respetadas de Europa. Ben Hayward ha sido un miembro clave de nuestro equipo de gestión durante muchos años y espero seguir trabajando con él como nuestro nuevo consejero delegado”, ha señalado Graeme Anderson, presidente de TwentyFour Asset Management.
Según explica Anderson, “estos cambios representan una evolución positiva natural en TwentyFour Asset Management que creemos que va en el mejor interés de nuestros clientes, y nos ayudará a mantener nuestro excelente rendimiento a largo plazo”. Además, la gestora ha anunciado que ampliará su Comité Ejecutivo con la incorporación de Eoin Walsh (socio) y Sujan Nadarajah (socio), tras la incorporación de John Magrath (socio) a principios de año.
Pixabay CC0 Public Domain. Los inversores institucionales esperan que el “gasto de venganza” y los bancos centrales impulsen los mercados en 2022
Los inversores institucionales del mundo se dirigen con confianza a 2022 armados con estrategias tácticas para contrarrestar sus expectativas de aumento de la inflación, subidas de los tipos de interés y mayor volatilidad de las acciones, los bonos y las divisas, según los resultados de la encuesta publicada por Natixis Investment Managers.
Las conclusiones muestran que el 62% de los inversores institucionales espera que la demanda reprimida de artículos de gran valor sea un importante motor de crecimiento en 2022, lo que se conoce como «gasto por venganza». Sin embargo, la mayoría cree que los responsables políticos tienen en última instancia las claves de la recuperación económica y que esas políticas están detrás del actual desequilibrio de la oferta y la demanda, la inflación y las valoraciones distorsionadas de las acciones. En concreto el 68% cree que cuando los bancos centrales dejen de imprimir dinero, el largo mercado alcista llegará a su fin, pero no en el año que viene.
La encuesta -en la que han participado 500 inversores institucionales que gestionan colectivamente más de 13,2 billones de dólares en activos para pensiones públicas y privadas, aseguradoras, fondos soberanos, fundaciones y dotaciones de todo el mundo- reveló que los inversores institucionales tienen previsto realizar pocos cambios generales en su asignación general a las acciones (39%), los bonos (37%), el efectivo (5%) y las alternativas u otras (19%) en el próximo año. En cambio, se están posicionando para hacer movimientos tácticos.
Inflación, tipos de interés y rendimientos
Como el resto de inversores, el 69% afirma que el aumento de la inflación es el principal riesgo de la cartera, aunque son más propensos a creer que es estructural (55%), resultado de una combinación de política monetaria flexible y bajos tipos de interés, que cíclico (45%). Según explica la gestora, la inflación plantea una serie de problemas económicos a largo plazo, pero la política de tipos de interés plantea a los equipos institucionales retos de inversión más inmediatos, ya que el 64% de los encuestados cita los tipos de interés como principal riesgo de la cartera.
Desde Natixis IM apuntan que el próximo año se caracterizará por una “caza del rendimiento”. Según indican, “más de una década de tipos bajos, algunos de los cuales incluso se hundieron en territorio negativo durante la pandemia, han llevado a las instituciones a buscar rendimiento”. En este sentido, los activos privados y los alternativos han sido buscados en 2021, con el 84% de los inversores institucionales invirtiendo ahora en capital privado, el 81% en deuda privada y el 81% en infraestructuras. Para 2022, los inversores han señalado como sectores más atractivos las tecnologías de la información (45%), la sanidad (41%) y las infraestructuras (40%), seguidos de la energía (34%).
Sin embargo, el 45% cree que los activos privados ofrecerán un refugio seguro en caso de una corrección del mercado, ya que los mercados privados siguen subiendo hasta alcanzar un nivel récord. Además, al 69% de los encuestados le preocupa que las instituciones hayan asumido demasiado riesgo en su búsqueda de rentabilidad.
Por último, la encuesta señala en sus conclusiones que la alta volatilidad y las valoraciones distorsionadas hacen que la gestión activa sea la estrategia preferida. “La gestión activa será fundamental para los inversores institucionales que deseen ser selectivos a la hora de encontrar las mejores oportunidades y lograr una mejor rentabilidad ajustada al riesgo. Tres cuartas partes de los encuestados afirman que sus inversiones activas superaron los índices de referencia en los últimos 12 meses. Los inversores institucionales también se están acercando a los activos digitales, ya que el 28% ya invierte en criptomonedas, y cuatro de cada diez creen que un activo digital es una oportunidad de inversión legítima”, señalan desde Natixis IM.
La reapertura del comercio: ganadores y perdedores
Sobre el contexto económico, un 56% considera que las interrupciones de la cadena de suministro son el mayor riesgo para la recuperación. “Los bancos centrales desempeñan un papel destacado en la evolución de los mercados para las instituciones y el 47% considera que una política menos favorable es un riesgo. Aunque los factores económicos tradicionales son los mayores riesgos en este momento, las nuevas variantes, como la recién descubierta Omicron, siguen ocupando el tercer lugar en su lista de riesgos económicos”, apunta en sus conclusiones la encuesta.
A pesar de ello, el 60% afirma que cree que la vida volverá a la normalidad pre-coronavirus después de la pandemia, lo que se espera que se refleje en las tendencias comerciales. Según indica la gestora, “las instituciones se centran menos en el streaming y los productos digitales, y predicen en cambio que veremos experiencias en persona, como teatros, restaurantes y viajes, superando al comercio en casa, como las compras online y Netflix”.
El 59% de las entidades cree que el sector energético tendrá mejores resultados en 2022, ya que la recuperación económica impulsa la demanda, y un 49% considera que la sanidad tendrá un rendimiento superior en respuesta a la demanda de COVID-19 y a las posteriores campañas de vacunación en todo el mundo.
Según muestran los encuestados, el COVID-19 también ha influido en las perspectivas del sector de las tecnologías de la información, que se ha visto muy afectado por los cierres patronales, cuando el trabajo desde casa ha impulsado la necesidad de soluciones informáticas a domicilio. Por otra parte, la encuesta muestra que se espera que los mercados tradicionalmente defensivos sean los que obtengan los mayores resultados, ya que el 35% de los inversores institucionales prevén que el sector inmobiliario obtendrá resultados inferiores y el 27% los servicios públicos.
A la luz de las conclusiones de la encuesta, Andrew Benton, director de Europa del Norte de Natixis IM, ha señalado: «El gasto de venganza demostrará ser un verdadero motor en 2022. Existe una verdadera demanda reprimida por parte de los consumidores que están en el mercado de artículos de gran valor, pero esperamos que las interrupciones de la cadena de suministro sigan haciendo subir los precios. Sin embargo, el crecimiento económico sostenido depende de los bancos centrales, que actualmente desempeñan un papel excesivo en la evolución del mercado. La mayoría de los inversores institucionales consideran que el largo mercado alcista llegará a su fin cuando los bancos centrales retiren las medidas de apoyo. En general, las instituciones miran a 2022 con optimismo. Sin embargo, la elevada volatilidad del mercado bursátil, el aumento de la inflación y de los tipos de interés mantienen a los inversores en alerta, lo que les empuja cada vez más a realizar una asignación más táctica para sortear el entorno actual».
Pixabay CC0 Public DomainOperativa en mercados financieros. . Hedge Funds
Casi de un día para otro, los gestores de carteras comenzaron a sustituir su exposición a la renta fija por fondos de inversión libre (hedge funds). ¿A qué se debió esto? Dos tendencias lo explican: tras sus repentinas y abultadas caídas en 2020 y 2021, muchos gestores de carteras simplemente desean mantenerse alejados de la renta fija tradicional; por su parte, ahora que han vuelto a generar alfa, los fondos de inversión libre parecen ofrecer un potencial de rentabilidad muy superior con un riesgo similar o inferior.
Empecemos con la primera tendencia. En la actualidad, la cruda realidad es que los inversores de renta fija afrontan unas rentabilidades previstas anémicas con un gran riesgo de caídas potenciales. Veamos el caso de AGG, un ETF que replica el índice Barclays Agg. Este índice constituye una representación diversificada de bonos del Tesoro de EE. UU., bonos con grado de inversión y otras cosas más complicadas, como títulos hipotecarios. Según BlackRock, su yield to maturity medio está actualmente en el entorno del 1,4 %. Digamos que esta es la hipótesis principal: explicado de forma muy simplificada, si metieras 100 dólares en AGG hoy, dentro de seis años tendrías en torno a 109 dólares. Aunque es menos de lo antes se ganaba con una cuenta de ahorro, esa volatilidad considerablemente reducida (3 %) se puede considerar casi igual de segura y predecible. Un gestor de cartera acuñó una frase para describir esta mentalidad: «La renta fija es el nuevo efectivo».
Pero la volatilidad puede resultar equívoca: actualmente, lo que preocupa de verdad es el riesgo de caídas. Los inversores se ven obligados a caminar por la cuerda floja para ganar ese 1,4 % anual: los tipos sin riesgo se mantienen en niveles históricamente reducidos, los diferenciales de crédito continúan siendo estrechísimos y los impagos brillan por su ausencia. Según muestra el gráfico de la derecha, tanto los tipos como los diferenciales de crédito se encuentran en mínimos históricos, o cerca de ellos. En la práctica, conforme ambos se aproximan a su «límite inferior» de cero, las expectativas de rentabilidad caen y el riesgo aumenta.
Recientemente, dos alertas pusieron de manifiesto este riesgo de «cola gruesa». Durante las tres primeras semanas de marzo de 2020, conforme la pandemia iba cobrando fuerza, los rendimientos de los bonos del Tesoro se desplomaron muy por debajo del 1 %, mientras que los diferenciales de crédito se multiplicaron por cinco. Por suerte, al final del mes, la Fed puso en marcha un programa de relajación cuantitativa sin precedentes y los mercados recuperaron gran parte del terreno perdido.
Sin embargo, las caídas intermensuales eran demasiado acusadas para pasarlas por alto. El gráfico muestra los rendimientos de marzo de 2020 y las caídas intermensuales de los bonos del Tesoro de EE. UU., los bonos con grado de inversión y la deuda de alto rendimiento (Fuentes: Federal Reserve Economic Data, Bloomberg).
Estas dos últimas clases de bonos sufrieron caídas intermensuales superiores al 20 % y registraron pérdidas que aniquilaron años de rentabilidades. Incluso los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo, que habían subido durante el mes, retrocedieron un 15 %. Se trató de una bandada de cisnes negros cabreados.
Después, durante el primer trimestre de este año, el carácter excesivamente «acelerado» de la recuperación generó temores inflacionistas y un repunte de los rendimientos de los bonos del Tesoro. Los bonos del Tesoro a más largo plazo perdieron casi un 15 %. Los bonos con grado de inversión también perdieron dinero —en su caso, el equivalente a 2-3 años de rentabilidades— y sufrieron una caída próxima al 7 % (ver gráfico). Los bonos de alto rendimiento salieron mucho mejor parados gracias a su mayor sensibilidad a la renta variable, que se revalorizó. En muchos segmentos de los mercados de renta fija, una normalización de los tipos de 300 puntos básicos —algo nada descabellado a la luz de lo sucedido en los últimos veinte años— podría implicar pérdidas del 10-20 % y fulminar una década de rentabilidades. Dicho de otra manera, hay más cisnes negros acechando en los rincones del universo de la renta fija.
Y aquí es donde entran en acción los fondos de inversión libre. Hace no muchos años, los hedge funds no atravesaban su mejor momento. Lo que más preocupaba a los gestores de carteras es que una espiral deflacionaria pudiera socavar los estratosféricos niveles de las valoraciones de la renta variable. En cuanto a la renta fija, sus rendimientos eran ínfimos, pero el episodio de reacciones adversas a la retirada de estímulos de 2013 era ya agua pasada y un endurecimiento monetario se antojaba improbable. Con todo, la espiral deflacionista no llegó a materializarse, y dado que los tipos, ya de por sí bajos, siguieron reduciéndose, tanto los precios de las acciones como los de los bonos evolucionaron al alza. En lugar de actuar como amortiguadores, ambas cestas de las típicas carteras 60/40 iban a toda mecha. Así, los hedge funds, en un contexto de dificultad para generar alfa, tuvieron el dudoso honor de ofrecer una rentabilidad similar a la de los bonos con un riesgo similar o superior, o menos de la mitad de la rentabilidad de la renta variable con la mitad de riesgo. Debido a esto, muchos inversores llegaron a la conclusión, quizá acertada, de que estos fondos no merecían la pena.
En la actualidad, el renacimiento de los hedge funds está en pleno auge. Volviendo al periodo de marzo de 2020 al que nos referimos antes, al igual que muchos inversores, la COVID-19 cogió por sorpresa a la mayoría de fondos de inversión libre, que llegaron a perder un 9 % intermensual. Si bien es cierto que no es una caída pequeña, resulta más que aceptable comparada con las de la renta variable y la renta fija. Sin embargo, los hedge funds se adaptaron muy rápido y, según hemos explicado en otras ocasiones, anticiparon tanto la recuperación económica como la rotación hacia las compañías de valor. De este modo, cerraron el año con avances de un dígito elevado y han generado suficiente alfa para compensar sus años de dificultades. A continuación, muchos hedge funds, como las estrategias de futuros gestionados, se anticiparon a los temores inflacionistas y ganaron dinero con el repunte de los tipos. Esta evolución incrementó el atractivo de algunas estrategias por su carácter de «coberturas dinámicas frente a la inflación», lo que las convirtió en una forma directa de mitigar algunos de los riesgos de cola gruesa descritos anteriormente.
Con lo que se cierra el círculo y volvemos a la cuestión de las rentabilidades previstas. ¿Qué rentabilidades cosecharán los hedge funds durante la próxima década? Evidentemente, nadie lo sabe a ciencia cierta. No obstante, un porcentaje de entre el 1 % y el 2 % anual en renta fija sería un nivel muy conservador. Incluso durante los años «perdidos» de la década de 2010, los fondos de inversión libre ganaron un 4 % anual, y eso tras aplicar un montón de comisiones. Si a esto se sumaran unas condiciones de mercado aceptables con generación de alfa, podríamos llegar fácilmente a un 6 % anual. Unas comisiones y gastos recortados de forma inteligente y un nivel incluso mayor de generación de alfa podrían repercutir positivamente en las carteras de los clientes. Para los gestores de carteras, esto podría suponer triplicar o cuadruplicar la rentabilidad con un riesgo idéntico o inferior. Visto de esta manera, abogar por la sustitución resulta de lo más lógico.
La información o los datos contenidos en el presente documento no constituyen en modo alguno una oferta, recomendación o consejo para comprar o vender acciones de las participaciones del Fondo. Los inversores deben consultar la información clave para inversores («KIID») y el folleto del Fondo disponible en https://www.imgp.com para obtener más detalles sobre los riesgos implicados.
Pixabay CC0 Public DomainBence Balla Schottner. Bence Balla Schottner
La vida no es en blanco y negro, sino que tiene matices. Lo mismo vale para los bonos verdes: los hay de distintos tonos de verde, con algunos que ofrecen unos marcos y estándares de primera clase, y otros que no. Incitados por la fuerte demanda de los inversores, los bonos verdes han experimentado un crecimiento enorme, lo que ha alentado la transición fundamental para abordar el cambio climático (véase el gráfico 1). Estos bonos han gozado de una excelente acogida en el mercado, de modo que a menudo, los inversores pagan una prima para adquirirlos. De hecho, Morgan Stanley estimó hace poco que los inversores están dispuestos a aceptar unos rendimientos de 5 a 10 puntos básicos menos que las emisiones no verdes equivalentes.1 Parece ser una situación en la que todos ganan: las empresas y otros emisores obtienen acceso a capital más barato, y lo utilizan para ayudar a prorrogar el periodo durante el cual la humanidad podrá disfrutar del mundo financiando iniciativas para frenar o revertir los daños ambientales.
Los bonos verdes son una innovación estupenda, pero no siempre están a la altura de lo prometido. No todos los emisores se centran del mismo modo en la sostenibilidad, y no todos los bonos exhiben unos marcos de sostenibilidad sólidos o una documentación inequívoca sobre el bono.
Algunos bonos son más verdes que otros
Aunque se supone que los bonos verdes deben financiar proyectos respetuosos con el clima, en algunos casos el propio emisor tiene un enfoque global dudoso en materia de sostenibilidad. La mera emisión de un bono verde no significa que su emisor sea automáticamente sostenible, así que reviste cierta importancia examinar la emisión en el contexto de la política de sostenibilidad global del emisor y su transparencia a la hora de abordar los riesgos ASG materiales. Además, estos riesgos tienen que considerarse de manera holística, junto con un conocimiento profundo de las consideraciones fundamentales, de valor relativo y técnicas en las que se basa una decisión de inversión.
El intríngulis está en los pormenores
El examen detallado de la documentación sobre los bonos que realizan los analistas también pone de manifiesto unas diferencias significativas entre los distintos emisores acerca del uso del producto de la emisión, por ejemplo, o la calidad del procedimiento y la comunicación de información sobre el impacto de la emisión verde. Nuestros analistas sectoriales intercambian las buenas prácticas que identifican en la documentación de los bonos verdes en distintas regiones como, por ejemplo, las relativas a la delimitación de los ingresos. Para ilustrarlo, en el gráfico 2 comparamos la redacción utilizada por dos emisores distintos del mismo sector (uno estadounidense y uno europeo). Los emisores que destacan son los que especifican que el uso del producto de la emisión no tiene un carácter fungible. En general, si bien la redacción del principio de “caveat emptor” del bono puede ser similar, todavía hay unas grandes diferencias entre los emisores en lo que se refiere a los marcos verdes que aplican y, algo importante, su disposición a ser transparentes a la hora de auditar los proyectos y compartir datos con los inversores. Nuestros analistas evalúan estos procedimientos y los correspondientes compromisos de supervisión y comunicación de información y dialogan con los emisores para impulsar el progreso en el desarrollo e implementación de unos planes de sostenibilidad claros.
¿Hay unos incentivos adecuados?
Los bonos vinculados a la sostenibilidad son una parte incipiente del mundo de los bonos temáticos y ayudan a los emisores a impulsar la sostenibilidad y abordar unos factores ASG materiales que afectan a sus sectores. Estos bonos exigen que los emisores cumplan ciertos objetivos ASG durante un periodo determinado o paguen a los titulares un cupón más alto. No se trata siempre de unos listones elevados, pero estas estructuras ponen un precio si, por ejemplo, no se consigue reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o mejorar la diversidad. En algunos casos, los objetivos son demasiado moderados o se basan en unos indicadores clave de rendimiento que resultan difíciles de replicar. De nuevo, en estos casos cobra crucial relevancia que nuestros analistas dialoguen con emisores como estos para asegurar que sus objetivos estén bien definidos, sean ambiciosos y puedan ser verificados de forma independiente.
De hecho, dado que el inversor obtiene un cupón más alto si la empresa no alcanza sus objetivos de sostenibilidad, podría ser más apropiado que los emisores recibieran descuentos de los cupones si alcanzan sus indicadores clave de rendimiento más estrictos, en vez de ser penalizados si no los alcanzan. De este modo, el emisor se beneficiaría de un coste de financiación menor cuando cumpliera sus objetivos, y los inversores sacarían partido de la exposición a un emisor más sostenible.
Los detalles son más importantes que las etiquetas
Esencialmente, al comprar bonos tanto con la etiqueta verde como sin ella, creemos que vale la pena profundizar en los detalles: entender los riesgos ASG de los emisores, valorar si dichos riesgos son materiales y determinar si se está compensando debidamente a los emisores por suscribirlos. En MFS, creemos en un enfoque ASG integrado que se centra en el diálogo para conseguir llevar a cabo con éxito y a tiempo una transición hacia un mundo más sostenible. Esto requiere un enfoque activo a largo plazo que no se base en unas exclusiones o en comprar bonos verdes de forma pasiva sin considerar la solvencia fundamental del emisor y su planteamiento global a la hora de abordar los factores ASG significativos a los que se enfrenta. Dadas las prisas de muchos para tener una imagen más verde, y el consiguiente riesgo de una exuberancia excesiva, creemos que es crucial aplicar un proceso bien meditado y disciplinado que sea coherente con una asignación responsable del capital.
Tribuna de Pilar Gómez-Bravo, directora de renta fija europea,y Robert M. Hall, gestor de carteras de renta fija institucional en MFS Investment Management.
Anotaciones:
Resultados de la encuesta a los inversores sobre Renta Fija ASG: ¡más emisiones, por favor! 4 de noviembre de 2021
Información importante
Tengan en cuenta que un enfoque de inversión sostenible no garantiza unos resultados positivos y que todas las inversiones, incluidas las que integran factores ASG en el proceso de inversión, conllevan un cierto nivel de riesgo, lo que incluye la posible pérdida del importe principal invertido. Las opiniones expresadas pertenecen al autor o autores y pueden variar en cualquier momento. Dichas opiniones se ofrecen exclusivamente a título informativo y no deberán considerarse una recomendación para comprar ningún título ni una incitación o asesoramiento de inversión.
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Foto cedidaKoen Popleu y Monika Kumar, gestores en Lazard AM. Koen Popleu y Monika Kumar como nuevos gestores
Lazard Asset Management amplía su equipo de inversión sostenible con el nombramiento de Koen Popleu y Monika Kumar como nuevos gestores. Con más de 30 años de experiencia en inversión combinada, Popleu y Kumar liderarán desde Bélgica un equipo de nueva creación que se centrará en soluciones de inversión que fomenten una economía más sostenible.
Trabajarán junto con los codirectores de inversión sostenible y ESG, así como con los analistas de las plataformas de inversión global de la empresa, con el objetivo de reforzar la gama de fondos sostenibles de la entidad. Se espera que su primera estrategia, que dará prioridad a las implicaciones y oportunidades derivadas del cambio climático, esté disponible en 2022.
«Koen y Monika tienen una amplia experiencia especializada en la identificación de oportunidades de inversión que ayudarán a crear un valor sostenible y a largo plazo para los clientes», comenta Ron Temple, codirector de multiactivo y jefe de renta variable estadounidense de Lazard AM.
«La transición hacia una economía global más sostenible está creando oportunidades y riesgos para los inversores. Las incorporaciones de Koen y Monika apoyan nuestro objetivo de integrar estas consideraciones en todas las estrategias de LAM, para ofrecer soluciones de inversión centradas en la sostenibilidad», añade Nikita Singhal, codirector de inversión sostenible y ASG de Lazard AM.
Popleu y Kumar se incorporan desde Candriam, donde gestionaban conjuntamente las estrategias Candriam Climate Action Strategy y Candriam Circular Economy. Anteriormente en Candriam, Popleu desempeñó varias funciones, entre ellas la de jefe del equipo de renta variable europea ISR, mientras que Kumar trabajó como analista de renta variable europea y temática global.
Lazard AM ha contratado a más de una docena de expertos en 2021 para reforzar su oferta de inversión sostenible. Entre otros, ha contratado recientemente a Robert Wall como jefe de infraestructura privada sostenible. La expansión apoya la estrategia de desarrollo en inversión sostenible de la entidad y se consolida con la creación de un equipo experto en ciencia del clima y transición energética.
Pixabay CC0 Public Domain. El oro llama a la puerta de los inversores ante el alza de la inflación: ¿cómo introducirlo en la cartera?
¿Qué activo es el más oportuno a la hora de proteger las carteras ante la perspectiva de una mayor tasa de inflación? Para Invesco la respuesta sigue siendo la misma de los últimos años: el oro. Según indica en su último informe sobre este metal precioso, este año, su precio ha sido bastante volátil, pero puesto en perspectiva, 2020 fue un año estelar para el oro.
En estos últimos 20 años, su rentabilidad ha sido muy favorable, alcanzando un 10,2% de rendimiento medio anual. Aunque la gestora reconoce que en los últimos 12 meses ha sufrido una corrección, en línea con lo ocurrido con otros activos, pero nada de ello invalida sus tres principales características: diversificación, valor refugio y cobertura contra la inflación.
Desde la gestora defienden que el oro ha demostrado históricamente una escasa correlación con la renta variable y la renta fija, por lo que puede resultar un elemento de diversificación útil en las carteras multiactivo. Además, recuerda que por lo general tiene mayor aceptación cuando las condiciones son cada vez más inciertas o más volátiles en otros mercados. “El oro es un posible activo refugio, un cojín de seguridad en una cartera que tiene como objetivo proteger al inversor en escenarios catastróficos. En momentos de mayor volatilidad, como por ejemplo el dado durante la pandemia, hemos visto que el oro da mucho valor y es un activo que puede ser seguro”, añade Laure Peyranne, directora de ETFs para Iberia, Latinoamérica y US Offshore de Invesco.
Peyranne añade que el oro, históricamente, ofrece buen rendimiento cuando hay inflación, tal y como ocurre en estos momentos: hay un estudio de World Gold Council donde dice que el oro ha tenido una rentabilidad del 15% de media cuando la inflación era superior al 3% versus un 6% anual cuando la inflación ha estado por debajo del 3%. El oro puede ofrecer cobertura ante la inflación, cuando esta se encuentra en niveles elevados, que son los actuales”, ha señalado.
Según explica la gestora, en estos momentos, la demanda de oro tanto de forma física como a través de productos financieros sigue siendo muy superior a la oferta, lo que ayuda también a tensionar los precios hacia arriba. Para Peyranne, “la demanda sigue siendo significativamente más elevada que la oferta, a pesar del estrechamiento del diferencial en el tercer trimestre del año”.
De hecho, actualmente la demanda es de 1.789,5 toneladas, mientras que la oferta es de tan sólo 1.239 toneladas. Todo ello, a pesar de que algunos de los principales países demandantes de oro, como por ejemplo India, han visto ralentizada su demanda debido al efecto de la pandemia de coronavirus en este año 2021. “La joyería y la inversión son los principales objetivos de la demanda de oro”, añade Peyranne.
¿Cómo añadir exposición al oro?
A la hora de incluir el oro en la cartera, Peyranne explica que los inversores pueden recurrir, principalmente, a tres alternativas: oro físico, ETC y futuros. “La principal ventaja del oro físico es su propiedad física, pero hay que pensar que hay que depositarlo en un sitio seguro, con los costes que eso supone. Desde Invesco, hemos pensado una forma innovadora de invertir en oro: los vehículos ETC. Estos últimos son certificados y su principal ventaja es que es sencillo invertir en ellos, además cuenta con mucha liquidez, bajo coste y son muy transparentes”, apunta.
En este sentido, la gestora es uno de los principales casas de inversión en el mercado de productos financieros de oro, de hecho tiene actualmente el ETC de oro más grande de Europa, con más de 12 años de historia. Con este vehículo, el inversor está invertido a través de un certificado que sigue el precio del oro de forma perfectamente fiel y está respaldado con oro físico, guardado en las cámaras acorazadas de JP Morgan en Londres, y esto es una garantía para cada euro o dólar estadounidense que se invierte.
Por último, otra forma de invertir es acudiendo a los futuros en oro, que son contratos de oro a una fecha determinada. “La ventaja de los futuros es que puedes hacer apalancamiento. Por lo tanto, cuando uno invierte en oro a largo plazo, esos futuros son algo más complejos en términos de coste”, matiza.
Sin embargo, uno de los frenos que tienen los inversores a la hora de invertir en oro es su sostenibilidad. “La extracción de oro puede, además, producirse en estos momentos siguiendo los criterios ESG. De hecho, Invesco trabaja con un ETC cuyos lingotes son actualmente 100% de oro responsable. Invesco constituyó el Invesco Physical Gold ETC y desde 2012 sólo trabaja con oro responsable, siguiendo las directrices de la Guía del Oro de la LBMA (London Bullion Market Association), que es la autoridad que certifica que cada lingote extraído cumpla con estrictos criterios ESG”, destacan desde la gestora.
Ahora que los gestores y los inversores hacen balance de 2021 y comienzan a preparar sus carteras para 2022, volvemos a escuchar nuevas reflexiones sobre qué estilo será el ganador los próximos doce meses, si el value o el growth. Para los expertos, los aspectos más relevantes en este debate serán la evolución de la pandemia y las perspectivas de crecimiento que los analistas manejan.
Según explican desde Candriam, «después de cinco meses de marcada rotación de estilos hacia la renta variable value y recogidas de beneficios en los valores growth, el mercado volvió a fijarse en los fundamentales y apostó por los valores de crecimiento, haciendo especial hincapié en empresas innovadoras que se benefician de una aceleración de sus ingresos y de sus beneficios. Desde finales del verano, hemos comenzado a observar indicios de sobrecalentamiento en estos valores de calidad/crecimiento».
«Con base en nuestro modelo propio de gestión de estilos y en nuestras valoraciones internas, en marzo de 2021 detectamos que la prima de valoración de los títulos de crecimiento había desaparecido por completo a raíz de la rotación hacia los títulos de valor de los meses anteriores», añaden.
Con estos criterios de base, y ante la perspectiva de unos rendimientos en renta fija más elevados de aquí a principios de 2022, la gestora considera que deberíamos observar una última oleada alcista de las acciones value en ese mismo periodo. «Este fenómeno podría durar hasta el final del primer trimestre. En cambio, nos parece pertinente aprovechar este periodo menos favorable para las acciones growth para posicionarnos en niveles elevados en las empresas que generarán crecimiento económico y estructural de cara a los próximos años», señala el informe de la gestora.
En cambio, argumenta que para que el estilo value protagonice un desempeño positivo a más largo plazo, se necesitaría una aceleración significativa del crecimiento económico, algo que no constituye su hipótesis de base. «Nuestro reto para 2022 será elegir las empresas que se beneficiarán de una aceleración evidente debido al elevado potencial de su segmento o a su innovación. Observamos un gran número de candidatos en los valores europeos que pueden aportar soluciones a los numerosos retos en proceso de aceleración, ya sea en lo que respecta a la transición energética, las nuevas tecnologías en materia de salud, la digitalización o la automatización de la economía», afirma.
Hipótesis de base para 2022
Desde Candriam auguran una ralentización del crecimiento de la economía europea y estadounidense para 2022 y los siguientes años por los efectos de la pandemia. En este escenario de crecimiento débil también incluye a China debido a su voluntad de reducir el apalancamiento financiero de su economía. Según explica en su informe, la pandemia ha obligado a los Estados a endeudarse por lo que se pronostica un endurecimiento en su disciplina financiera futura, traducido en una reducción en las inyecciones de capital en las ayudas al consumo o las subvenciones otorgadas a pymes.
En este sentido, Candriam espera que los tipos a largo plazo alcancen su punto álgido en el primer semestre de 2022. Además, el comienzo del “tapering” por parte de los bancos centrales (reducción de sus comparas de bonos) facilitará la normalización de los tipos a largo plazo en Estados Unidos y Europa. A corto plazo, “podemos esperar que los tipos largos estadounidenses y alemanes a 10 años sigan normalizándose”, afirman. Asimismo, este fenómeno también responderá a una nueva aceleración en los mercados bursátiles del desempeño de las empresas de calidad/crecimiento, capaces de ofrecer un crecimiento estructural rentable en un entorno con efecto de ralentización.
Ante el nerviosismo inflacionario, el grupo considera que perdurará hasta “buena parte del 2022” y si bien habrá menos barreras en el comercio internacional, la inflación se trasladará al sector alimentario. No obstante, la calma transmitida por los bancos centrales durante el verano ya no es creíble en el contexto actual. De hecho, los propios bancos centrales ya han comenzado a mencionar la posibilidad de que la inflación sea menos transitoria de lo previsto.
Pixabay CC0 Public Domain. WisdomTree amplía su gama UCITS de materias primas con un nuevo ETF
WisdomTree ha ampliado su gama de productos UCITS sobre materias primas con el lanzamiento del WisdomTree Broad Commodities UCITS ETF (PCOM). Este nuevo ETF cotiza en la bolsa de Londres y en Börse Xetra, y busca replicar la rentabilidad del índice Bloomberg Commodity Total Return Index, excluyendo comisiones y gastos, y con una comisión de gestión de 0,19%.
Según explica la gestora, el índice cubre cuatro sectores de materias primas: energía, agricultura, metales industriales y metales preciosos. Se trata de un ETF bastante innovador en el mercado ya que la exposición a los metales preciosos es con réplica física para el oro y la plata. Desde WisdomTree destacan que los swaps de rentabilidad total son utilizados para la rentabilidad de los componentes de energía, agricultura y metales industriales del índice.
«Las cestas de materias primas han sido históricamente una de las mejores coberturas contra la inflación. La inflación en EE.UU. y Europa es la mayor registrada en una década y está impulsada principalmente por shocks del lado de la oferta, en donde las materias primas están posicionadas de modo único para la protección de las carteras. Las fuertes subidas en el precio de la energía, los aumentos de precio de los alimentos inducidos por la sequía y los cuellos de botella en el transporte, por ejemplo, impactan directamente sobre los precios de las materias primas y las cestas de consumo sobre las cuales se calculan las cifras de inflación. No solamente estos son los fenómenos que están impulsando los precios de las materias primas a corto plazo. Un renacimiento de las infraestructuras combinado con la transición energética podría impulsar un súper ciclo en ciertas materias primas durante la próxima década”, ha explicado Nitesh Shah, responsable de análisis macroeconómico y de materias primas de WisdomTree en Europa.
En este sentido, al no estar impulsada por los sucesos microeconómicos que afectan a un mercado o sector de materias primas, «la exposición diversificada a las materias primas del índice reduce potencialmente la volatilidad en comparación con inversiones en materias primas no diversificadas», indican desde la gestora.
Los flujos netos invertidos en ETPs sobre cestas de materias primas ascienden en lo que va del año a 12.000 millones de dólares a nivel global. La obtención de exposición a las materias primas se ha convertido en un aspecto cada vez más importante en el entorno de mercado actual, a medida que los inversores son cada vez más conscientes del rol que estos activos pueden jugar en condiciones de mercado cambiantes.
Por su parte, Alexis Marinof, responsable de Europa de WisdomTree, ha añadido: “Este lanzamiento combina nuestra experiencia en productos con respaldo físico y la posición de liderazgo en ETPs sintéticos sobre materias primas, y complementa nuestra solución UCITS de ‘smart beta’ en cestas de materias primas. El PCOM adopta un enfoque innovador para ofrecer acceso a una cesta de materias primas mediante una exposición al precio al contado de los metales preciosos. Las materias primas son el corazón de nuestro negocio europeo, y seguimos comprometidos a proporcionar a los inversores el acceso a estrategias únicas que generen valor añadido en sus carteras”.
WisdomTree ofrece la gama más amplia de ETPs sobre materias primas en Europa, con alrededor de 24,5 mil millones de dólares en activos bajo gestión en toda su plataforma. Este nuevo ETF está registrado para su venta en Austria, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Italia, Luxemburgo, Holanda, España, Suecia y Reino Unido.
DWS ha anunciado el cierre final de su fondo inaugural Private Equity Solutions (PES), que ha conseguido 550 millones de dólares, incluidos los vehículos de coinversión discrecional, superando su objetivo y su hard-cap de 500 y 525 millones de dólares respectivamente.
Demostrando una importante demanda de su estrategia en secundarios, este fondo se cerró con una base de inversores global formada por planes de pensiones estatales, compañías de seguros, inversores institucionales corporativos y family offices de Norteamérica, Europa y Oriente Medio. El fondo ha realizado un total de 12 inversiones, que han mostrado un rendimiento positivo hasta la fecha.
Según destaca la gestora, el negocio de private equity de DWS se ha centrado «en el desarrollo de una estrategia diferenciada centrada en secundarios mid-life, que permite a patrocinadores ya existentes de private equity seguir respaldando a sus empresas a la vez que ofrece un perfil de rentabilidad/riesgo convincente a los inversores». En este sentido, este fondo proporciona capital para adquisiciones y M&A a las empresas en cartera, ofreciendo soluciones de liquidez parcial en activos individuales o estructurando soluciones de fondos de continuación para los GPs y sus inversores.
En una declaración conjunta, Kumber Husain, head of private equity Americas, y Daniel Green, head of private equity EMEA en DWS, han señalado: «Estamos orgullosos de haber atraído a una base de inversores de tan alta calidad a nuestra estrategia en secundarios mid-life, que ofrece una solución atractiva a los patrocinadores de private equity para seguir haciendo crecer sus activos más rentables. La sólida cartera que hemos desarrollado hasta la fecha ha contribuido a la demanda de los inversores en un contexto de crecimiento continuo de los secundarios dirigidos por GP y de las soluciones de capital a medida».
Por su parte, Mark McDonald, Global Head of Private Equity en DWS, ha añadido: “Es un testimonio de la fuerza de nuestro equipo a nivel mundial el hecho de que el fondo inaugural PES haya sido sobresuscrito, y que la mayor parte de la recaudación de fondos haya tenido lugar durante la actual pandemia del COVID-19. Queremos ofrecer a nuestros inversores una rentabilidad ajustada al riesgo a medida que seguimos formando nuestro equipo y ampliando nuestro alcance en el futuro».
Pixabay CC0 Public Domain. europa infraestructura verde
Infracapital, la división de infraestructura no cotizada de M&G plc, ha cerrado su última estrategia de inversión en infraestructuras sostenibles de nueva construcción (greenfield) tras captar 1.500 millones de euros de una base de inversores mundiales.
“La necesidad de contar con infraestructuras sostenibles y esenciales en toda Europa nunca ha sido mayor, sobre todo en un mundo pospandémico en el que el capital privado desempeñará un papel fundamental en el apoyo a las economías y el cumplimiento de los compromisos de reducir a cero las emisiones netas de carbono», ha señalado Martin Lennon, cofundador y responsable de Infracapital.
Entre los inversores figuran fondos de pensiones del Reino Unido y el Fondo Prudential With-Profits, que aportaron más del 75 % del capital captado en dicha estrategia, asimismo, dio la bienvenida a nuevos inversores del Reino Unido, Europa continental, Asia, América del Norte y Oriente Medio. Y es que esta estrategia —que aspira a construir, suministrar y explotar infraestructuras esenciales y sostenibles en Europa— ya tiene comprometido más del 50 % del capital para su inversión en empresas que, o bien participan en la transición energética y la descarbonización, o proporcionan conectividad de fibra a regiones desatendidas. Las cinco empresas de la cartera son: Zenobe, Fibrus, Spectrum, EnergyNest y Enel X / Endesa.
«Hacer crecer a empresas que desempeñan un papel importante en la lucha contra el cambio climático o que hacen posible la revolución digital es una prueba de cómo el capital institucional puede desplegarse cuidadosamente en beneficio del conjunto de la sociedad y también para buscar retornos para los fondos de pensiones y otras instituciones similares», concluye Jack Daniels, director de inversiones de M&G plc.