Pixabay CC0 Public Domain. Los esfuerzos de la COP26 fracasan como catalizadores de la ISR entre los inversores británicos
Una encuesta realizada por la firma HYCM a 857 inversores del Reino Unido ha revelado su sentimiento sobre la inversión sostenible y la ESG, así como sobre la política climática del Gobierno británico. La conclusión es clara: el 45% de los inversores afirma que la inversión sostenible es importante para ellos.
Según las conclusiones que destacan los autores del estudio, no son tan malas noticias, ya que esta cifra aumenta al 60% entre los inversores de 18 a 34 años, frente al 30% de los mayores de 55 años. En cambio, solo el 28% afirma que la COP26 y la postura del Gobierno británico sobre el cambio climático han acelerado sus planes de inversión ESG. “Incluso menos, un 19%, considera que las inversiones ESG son una estrategia financiera inteligente en la actualidad”, apunta el dato menos halagüeño de la encuesta.
En este sentido, el estudio de HYCM reveló que la reciente crisis energética ha hecho que el 38% de los inversores británicos se muestren recelosos a la hora de realizar inversiones sostenibles, verdes o ASG. Esta cifra se eleva al 58% en el caso de los que tienen carteras de inversión de más de 500.000 libras. En cambio, el 33% tiene previsto invertir, o aumentar su inversión, en energía verde, como la energía eólica, las reservas de agua y la energía solar en los próximos 12 meses.
“Si los recientes debates de la COP26 y los esfuerzos de los gobiernos para frenar el cambio climático han dejado algo claro es que estamos en medio de una crisis climática. Sin embargo, nuestro estudio muestra que los inversores del Reino Unido no tienen prisa por subirse al carro de la ESG, potencialmente debido a las preocupaciones que rodean el lavado verde o el rendimiento de las inversiones sostenibles”, apunta Giles Coghlan, analista jefe de divisas de HYCM.
Según la valoración que hace Coghlan de los datos de la encuesta, parte de los inversores británicos siguen siendo escépticos en cuanto a los criterios ESG y, al menos a corto plazo, no es probable que se produzca una actividad inmediata de los inversores a raíz de la cumbre. “Dicho esto, es importante no hacer ninguna afirmación generalizada sobre el panorama de la ESG: los inversores más jóvenes y los que tienen carteras más grandes son comparativamente optimistas sobre las perspectivas de la inversión verde y están considerando esto como un foco de atención en sus estrategias”, destaca.
A lo cual, añade: “Es de esperar que esta perspectiva más soleada se traslade a la mentalidad empresarial, ya que titanes como Microsoft y Nike estarán más dispuestos a establecer sus credenciales ESG. En el giro hacia un futuro más verde, la energía renovable parece que aumentará la demanda de cobre, que normalmente goza de una fuerte primavera, por lo que es algo que los inversores deberían vigilar de cerca”.
Zúñiga, B. (2022). Pesca ilegal, un pirata poco conocido del que proteger nuestros océanos. Funds Society ESPAÑA, marzo 2022 (nº25), págs. 84-88.. Zúñiga, B. (2022). Pesca ilegal, un pirata poco conocido del que proteger nuestros océanos. Funds Society ESPAÑA, marzo 2022 (nº25), págs. 84-88.
¿Cómo llega la protección de los océanos al mundo de la inversión? Para Allianz Global Investors es fundamental ir un paso más allá de la ISR y contar con un buen socio que tenga una visión crítica y activa sobre los retos a los que se enfrenta el mundo marino. En este sentido, ha encontrado en la ONG Sea Shepherd Global un aliado estratégico. Junto con cuatro firmas del Grupo Allianz, la gestora ha aportado la financiación para que la entidad no lucrativa amplíe su flota con un nuevo barco, el Sea Eagle, y una tripulación, que trabajarán en la eliminación de los restos de las redes de pesca ilegales en el Mediterráneo.
Hace dos años, más de 300 buques pesqueros chinos dedicados a la captura del calamar se congregaron en alta mar entre las aguas de Ecuador y la Reserva Marina de las Galápagos, poniendo en riesgo su ecosistema. Tras ignorar la fuerte tormenta mediática que denunciaba actividades de pesca ilegales y el deterioro del entorno del famoso archipiélago, las autoridades locales llamaron a Sea Shepherd para interceptar esta flota de buques de pesca y poner fin a su presencia en la zona.
Este es un ejemplo de la actividad cotidiana de Sea Shepherd, ONG fundada en 1977 por el capitán Paul Watson en Vancouver (Canadá), que centra su trabajo en tres áreas: defender la vida marina, proteger su hábitat y hacer respetar las leyes y los acuerdos internacionales relacionados con la pesca.
A lo largo de los años se ha ido convirtiendo en un movimiento mundial, desarrollándose a través de entidades nacionales y regionales independientes en más de 20 países. Estos grupos están unidos por una misión común a través de Sea Shepherd Global, con sede en Ámsterdam, establecida en 2013, que coordina las finanzas, las comunicaciones, la logística y una flota de cinco barcos para cooperar en campañas de conservación marina y de intervención directa en todo el mundo.
Desde sus primeros años de creación, Sea Shepherd adoptó el mandato de la Carta Mundial de la Naturaleza de las Naciones Unidas para defender las leyes internacionales de conservación cuando las naciones no puedan o no quieran. Por lo tanto, hoy en día la ONG colabora con agencias policiales, como por ejemplo la Interpol, para ayudar a llevar a los cazadores furtivos ante la justicia, y se asocia con gobiernos de todo el mundo para detener la pesca ilegal, no declarada y no regulada en aguas soberanas.
“Al detener a los cazadores furtivos y confiscar las redes y los aparejos de pesca ilegales, trabajamos para salvar el océano y, en última instancia, para salvar la fauna, ya que nuestra intervención es en ocasiones lo que diferencia que un animal viva o muera”, afirma el capitán Peter Hammarstedt, director de Campañas de Sea Shepherd Global.
Esta vocación ha situado a la ONG en primera línea para evitar y denunciar la destrucción de nuestros océanos. En concreto, la organización no lucrativa ha puesto el foco en la sobrepesca, la pesca ilegal o no reglamentada, la matanza de mamíferos marinos, los desechos marinos -que en muchas ocasiones provienen de las propias actividades de pesca-, y las perforaciones en alta mar y los vertidos.
El problema de la pesca ilegal
Según la experiencia de la ONG, los barcos de pesca furtiva saquean los santuarios marinos, y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) no se controla en alta mar, lejos de los ojos de las autoridades internacionales y del escrutinio público. “Existen leyes y acuerdos internacionales para proteger la vida silvestre y los hábitats marinos, pero puede ser difícil hacerlos cumplir debido a la falta de voluntad política, la insuficiencia de recursos económicos o las fronteras transnacionales que desdibujan la jurisdicción. Cuando existe un vacío policial, Sea Shepherd actúa para llenarlo”, afirman desde la ONG.
Paul Watson, miembro de la organización, matiza que Sea Shepherd Global es “una organización anti caza furtiva dedicada a operar dentro del derecho internacional, para defender el derecho a la conservación, con un compromiso con las tácticas absolutamente no…
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canva.. La victoria de Macron gusta al mercado, que espera a sus siguientes pasos en materia de deuda pública, política fiscal y reformas
Emmanuel Macron ha logrado superar a Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia, que tenían al país y a Europa en vilo. En cambio, el mercado se ha mostrado tranquilo y complaciente, y con el foco puesto en los retos a los que se enfrenta su economía y a los activos que pueden ganar en este entorno de continuidad política.
«La reelección de Emmanuel Macron para un segundo mandato presidencial de 5 años implica la continuidad de las políticas en Francia, con avances en la agenda económica y verde, posiblemente una mayor integración en la UE, y un intento renovado de abordar las reformas económicas y del sistema de pensiones. Durante el próximo mes, Emmanuel Macron formará un nuevo gobierno y nombrará un nuevo primer ministro. Anteriormente ha sugerido que podría nombrar a una mujer, y es probable que sea alguien con peso político para aplicar las reformas pendientes», resume Pietro Baffico, economista de abrdn.
En opinión de Frédéric Leroux, miembro del comité de inversión estratégico de Carmignac, a corto plazo, el principal beneficiario lógico de estas elecciones podría ser el euro, que el viernes pasado todavía coqueteaba con los mínimos de dos años frente al dólar. “Dado que el mercado de renta variable europeo ha tenido un rendimiento bastante superior al estadounidense en los últimos días, no hay necesariamente una razón para esperar un rendimiento superior masivo de la renta variable francesa o europea frente a la estadounidense”, afirma Leroux.
Para el mercado, la victoria de Macron significa, en opinión de Florian Späte, estratega de bonos senior en Generali Investments Partners, y Martin Wolburg, economista senior en Generali Investments Partners, eliminar un riesgo de cola: Le Pen y sus políticas. Estos expertos esperan que la acción de los precios sea moderada y que los bonos tengan un respiro.
“En una reacción instintiva, los bonos corporativos franceses probablemente recuperarán algo de terreno y la prima de riesgo de los bonos del Estado francés también caerá moderadamente al imponerse Macron. Una reacción notable de la renta variable es más improbable, ya que no ha habido un rendimiento inferior de la renta variable francesa recientemente”, apuntan a la hora de valorar qué podemos esperar a corto plazo.
Por su parte, en su último análisis, Barclays considera que la victoria de Macron se traducirá en continuidad, sobre todo en las reformas económicas y sociales orientadas a los negocios, a la transición energética y la reducción de las desigualdades. Según matiza la entidad financiera, esto tendrá un impacto positivo en la creación de empleo y en el crecimiento, pero no en la necesidad de reducir su déficit público.
En el frente interno, desde BlackRock considera que es probable que Macron amplíe su impulso a las reformas estructurales en un esfuerzo por aumentar el crecimiento y generar ahorros fiscales. «Las elecciones parlamentarias de mediados de junio determinarán la capacidad de Macron para cumplir su programa interno. Si su partido no consigue una mayoría clara, sus planes podrían verse limitados al margen, ya que tendrá que llegar a acuerdos con otros partidos. Podría decirse que el mandato de Macron ya es más débil que en 2017, cuando venció a Le Pen por un 66% frente al 34%. Esta vez, se preveía que el margen fuera más estrecho, del 58% frente al 42%, en medio de una baja participación de los votantes», explica la gestora en su análisis de hoy.
A lo cual Thomas Gillet, responsable asociado de calificaciones soberanas y del sector público de Scope Ratings, matiza: «El próximo Gobierno de Francia debe abordar los retos económicos y sociales estructurales, como el aumento de la deuda pública, la disminución de la productividad y la competitividad y las rigideces residuales del mercado de trabajo, además de abordar el creciente coste del cuidado de la población envejecida del país y la transición energética. Todo ello, en el contexto de una mayor inflación y las repercusiones de la guerra en Ucrania.
Los retos de Francia
En este sentido, y en opinión de Stéphane Déo, Head of Markets Strategy de la gestora francesa Ostrum AM (firma afiliada a Natixis IM), el mercado es muy complaciente ante los riesgos que afronta Francia, sobre todo de cara a su deuda pública, un mal que comparte con otros países europeos como España, Bélgica e Italia. El denominador común de estos países, que denomina los “malos alumnos impenitentes”, es una deuda elevada, más del 100% del PIB, pero también un déficit excesivo que no estabiliza la ratio y por tanto la necesidad de un ajuste fiscal de al menos un punto porcentual del PIB.
El experto de Ostrum AM destaca que actualmente los mercados no parecen tomar el riesgo muy en serio. “Es cierto que los diferenciales franceses han divergido, pero en un movimiento general para aumentar la prima de riesgo. No hay prima de riesgo para las elecciones francesas (…), pese a que la trayectoria de la deuda está volviendo preocupante”, explica Stéphane Déo.
El coste de la deuda para Francia no ha aumentado, sino que ha disminuido en los últimos años. “Francia tiene una calificación AA para S&P, mientras que España es A e Italia BBB. Esta diferencia no es obvia de justificar si nos limitamos a mirar las cifras presupuestarias. Esta nota, sin embargo, ayuda a mantener un endeudamiento favorable. Si el mercado se asustara después de las elecciones presidenciales y las tasas subieran, todo esto se volvería mucho más complicado”, añade al recordar que Macron aún tiene por delante las elecciones parlamentarias de junio.
Déo considera que el peligro no es sólo el de una prima de riesgo que está aumentando bruscamente, sino también el de una situación presupuestaria muy complicada. “Si los mercados pierden la confianza, las tasas suben y la sostenibilidad a largo plazo de la deuda es más que precaria. En resumen, la situación fiscal de Francia puede convertirse rápidamente en una situación muy complicada si el gobierno no implementa la consolidación fiscal después de las elecciones”, advierte.
Además, Leroux advierte de que el aspecto negativo para los mercados de estas elecciones podría venir de una decisión rápida a favor de un embargo de petróleo ruso que exacerbaría las presiones inflacionistas y la desaceleración económica (escenario de estanflación) en Europa.
En busca de la estabilidad política
«En términos generales, Macron representa el statu quo frente al escenario más incierto de una presidencia de Le Pen. Podríamos ver que los rendimientos de la deuda pública francesa bajan frente a los bunds alemanes y las acciones francesas suben. Los bonos europeos periféricos, como los de Italia y España, así como el euro, podrían registrar modestas ganancias ante la perspectiva de una mayor integración europea», afirman desde BlackRock.
Según añade Leroux, en Francia “los verdaderos problemas no son inmediatos”. Tal y como ya indicaba Déo, la duda es si la victoria de Macron es lo suficientemente clara como para anticipar que las elecciones parlamentarias de junio darán al Presidente una mayoría que le permitirá aplicar sus políticas pro-empresariales y pro-europeas deseadas por los mercados. “A largo plazo, independientemente de la geografía del poder, la principal limitación de las políticas económicas será la inflación sostenida. No está nada claro que los programas económicos sobre los que se elige al presidente y a los diputados se hayan construido sobre esta realidad, que es cada vez más evidente. Y Francia no es una excepción en este sentido”, afirma Leroux.
Por último, Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA Investment Manager, ve lógico que las elecciones presidenciales francesas hayan despertado cierto interés en los mercados porque reflejan la realidad europea y lo que él llama “la ira de los ciudadanos”. En este sentido, Iggo explica: “Hay una crisis global del coste de la vida y los responsables políticos sentirán el peso de la ira pública. Los shocks energéticos siempre recaen más en los grupos de menores ingresos dentro de los países y en los países de menores ingresos. Esto alimenta el apoyo a los populistas. Al mismo tiempo, este shock energético se produce cuando se supone que estamos haciendo la transición a la energía neta cero y más renovable (más barata). El gobierno del Reino Unido ha entrado en pánico y ha vuelto a publicar una estrategia energética esta semana, justo cuando se levanta el tope de los precios de la energía al por menor y la inflación de los precios al por menor está por alcanzar el 9%. Lo que los votantes y los inversores necesitan ver es una aceleración de la inversión en energía verde. El sector del petróleo y el gas han disfrutado de enormes beneficios inesperados como resultado de la subida de los precios y encontrar opciones políticas que puedan dar un uso a estos beneficios sería una señal fuerte”.
El Global Investment Forum de Mercer que este año se ha celebrado en Barcelona ha puesto el foco en la inflación como el principal desafío al que se van a enfrentar los inversores en 2022. Bajo el titulo “Metamorfosis: redibujar el mapa de inversiones”, más de 500 inversores han debatido las principales tendencias, así como las mejores estrategias para abordar la fase de profundo cambio que atraviesan los mercados financieros mundiales.
Así, la gestión de la inflación en las carteras ha dominado buena parte de los paneles y grupos de trabajo que se han sucedido a lo largo de los dos días que ha durado la cumbre. En este sentido, cerca de un 40% de los inversores institucionales presentes en la cita situaron la estanflación como principal riesgo económico. Sin embargo, Rupert Watson, jefe de asignación de activos de soluciones de inversión de Mercer, aleja ese temor a largo plazo: “Las presiones que vimos antes de la crisis de Ucrania fueron el resultado de un shock de demanda, marcada por el COVID, que ha estado elevando los precios. En estos momentos y a pesar de la actual situación internacional, creo que la estanflación es poco probable y habrá un crecimiento decente”.
La mayoría de los asistentes coincidieron en que, para la construcción de sus carteras, los inversores deben contar con el mejor asesoramiento sobre política monetaria y económica de gobiernos y bancos centrales, que les permita, por ejemplo, garantizar su capacidad de resistencia ante escenarios inflacionarios. Recurrir a activos como el oro, las acciones de recursos naturales sostenibles y las materias primas puede ayudar a las carteras poco preparadas, mientras que aumentar la exposición a más largo plazo a los activos reales puede ayudar a aumentar los rendimientos vinculados a la inflación.
Otro de los puntos que centraron los debates del Congreso de Barcelona fue la exposición a China, donde los expertos de Mercer esperan que supere el PIB de EEUU en los próximos años, lo que sin duda puede representar nuevas oportunidades para los inversores. Así, el 53% de los presentes en la Cumbre reconocieron que van a sobreponderar las acciones de China sobre las de EE.UU. durante los próximos cinco años.
El tercer elemento que concentró más interés entre los participantes del evento fue el aumento del peso de los productos sostenibles en sus carteras ante una mayor concienciación global sobre una reducción efectiva de emisiones contaminantes. La inversión sostenible, definida por las llamadas 4R: rentabilidad, riesgo, reputación y regulación, está generando oportunidades en áreas como la biodiversidad, donde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo estima que se requieren entre 5 y 7 billones de dólares estadounidenses para cumplir con los objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030.
Nick White, director global de investigación estratégica de Mercer, aseguraba: “Es importante que desarrollemos un plan sofisticado de transición climática, que se centre en las emisiones planetarias y se posicione como parte de un replanteamiento más amplio de cómo usamos los recursos. El giro hacia una economía circular debe apuntar a aquellas áreas que requieren más transformación y que más se necesiten para consolidar una futura economía verde”.
Junto a la sostenibilidad, los expertos de Mercer identifican otras grandes áreas que están atrayendo inversión, en especial la sanitaria, debido al impulso de la investigación por la pandemia, seguridad y defensa como consecuencia de la guerra en Ucrania, además de la tecnología o las fintech.
En un mundo con las turbulencias actuales, el Global Investment Forum concluía que las inversiones a largo plazo ganan terreno en las carteras, con activos privados para brindar diversificación y con materias primas y alternativas líquidas en segundo lugar. En este sentido, la dificultad de la renta fija para replicar los éxitos del pasado empujará a los inversores a volverse más dinámicos en la forma en que administran la exposición de sus carteras. La gestión activa y el uso de participaciones estratégicas a largo plazo pueden ser la mejor manera de lograrlo.
Si algo puede decirse de 2022 es que no está trayendo sorpresas agradables. Una nueva variante de COVID-19 irrumpió en los Estados Unidos a principios de enero y la invasión rusa de Ucrania en febrero disparó los precios de las materias primas, extendiendo y exacerbando la presión inflacionaria ya presente en la economía. La inseguridad derivada de estos eventos y el peso continuo de la escasez de suministros y los desequilibrios del mercado laboral alcanzaron al mercado de valores en enero y febrero, lo que hizo que el estadounidense descendiera de media un 8% durante los dos meses.
Nos encontramos en un entorno particularmente desafiante en este momento porque la confianza respecto a lo que pueda pasar está a niveles bastante bajos. Nadie puede asegurar si la inflación continuará a este nivel tan elevado o si las interrupciones de la cadena de suministro remitirán y se pondrá al día con la demanda. Tampoco cuánto durará la guerra en Ucrania o si habrá variantes adicionales de COVID-19 que puedan aumentar la incertidumbre.
Con un entorno económico tan complejo los inversores demandan sobre todo preservación del capital, baja volatilidad y rendimientos positivos a partir de una cartera gestionada activamente, en cualquier entorno de mercado. Esta es la filosofía de Ruffer Sicav – Ruffer Total Return International que en el año obtiene una rentabilidad del 9,06% en su clase I de capitalización en dólares, posicionándolo como el segundo más rentable de la categoría VDOS de Mixto Flexible. El fondo puede tener exposición en las siguientes clases de activos: efectivo, deuda (pública y corporativa) acciones y materias primas (incluidos los metales preciosos).
La estrategia del fondo es ofrecer rendimientos positivos consistentes, independientemente de cómo evolucionen los mercados financieros. Definen esto a través de dos objetivos de inversión: 1) no perder patrimonio en ningún período móvil de doce meses y 2) generar retornos significativamente superiores a la alternativa ‘libre de riesgo’ que sería un depósito.
Para lograr estos objetivos, se utilizan activos convencionales como acciones, bonos, divisas y, cuando sea apropiado, derivados, a través de una asignación activa y un proceso enfocado de selección de acciones, sin apalancamiento ni posiciones cortas. La gestión es discrecional, global y sin restricciones, siguiendo un enfoque top-down de arriba hacia abajo. Para evitar depender de la dirección de los mercados, el equipo busca crear un equilibrio de inversiones que se compensen entre sí. Por lo tanto, siempre mantienen activos de crecimiento y protección, variando la asignación a cada uno a lo largo del tiempo. La estrategia de Ruffer y su estilo de inversión no han cambiado desde que la firma fue fundada en 1994.
El gestor principal del fondo es Alex Lennard, director de Inversiones y cogestor de RTRI. Se incorporó a Ruffer en 2006, tras graduarse con honores en Economía y Finanzas por la Universidad de Exeter. Es miembro del Chartered Institute for Securities & Investment. Jacques Hirsch es director de Inversiones y cogestor del fondo. Con anterioridad a su incorporación a Ruffer en 2011, fue gestor de fondos y analista macro en Goldman Sachs, GLG Partners y Fulcrum Asset Management. Se graduó por la École Centrale Paris en 1999 y tiene un Máster en Matemáticas por la Universidad de Oxford.
El impulsor clave del rendimiento de la estrategia de Ruffer es la asignación de activos. Es el resultado de un análisis exhaustivo del entorno macro y financiero, por el que el equipo de estrategia de inversión examina las últimas publicaciones macroeconómicas y analiza el impacto potencial en las perspectivas para la economía, así como los escenarios alternativos que podrían surgir en el futuro.
Una vez establecida la asignación de activos, el equipo de análisis identifica los títulos apropiados para que la cartera se adapte a ella. El equipo de análisis, por su parte, tiene la tarea de encontrar las mejores oportunidades de inversión, de acuerdo con el panorama general a nivel mundial, sin limitaciones por sector o zona geográfica. Para el equipo gestor es crucial poder considerar cualquier idea novedosa para evaluar si un título es adecuado. Finalmente, se hace un seguimiento de riesgos y se llevan a cabo pruebas de estrés de la cartera, como parte integrante de todo el proceso.
La cartera final incluye entre sus mayores posiciones en renta variable, acciones de Shell (2,40%), NatWest Group (2,10%), BP (2%) GlasoSmithKline (1,50%) y Ambev SA (1,50%). En renta fija, sus mayores posiciones corresponden a UK Treasury index-linked 1,875% 2022 (8,20%), US Treasury 0,625% TIPS 2023 (6%), UK Treasury 0,125% 2023 (5%), UK Treasury index-linked 2,5% 2024 (4,50%) y UK Treasury index-linked 0,125% 2068 (3,80%). Por tipo de activos, index-linked Gilts (14,50%) Long dated index-linked Gilts (9,50%) exposición a oro y a acciones de compañías de oro (8,20%) vinculados a índice externos a Reino Unido (7,70%) y estrategias de crédito y opciones (7,40%) representan las mayores posiciones en la cartera del fondo. Las cinco principales asignaciones sectoriales corresponden a finanzas (25,60%), salud (15,70%), energía (15,60%), consumo discrecional (9,50%) e industriales (8,50%).
La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2018, 2021 y 2022, batiendo al índice de su categoría en 2019 y 2020. A tres años, su controlado dato de volatilidad de 8,18% lo posiciona en el segundo mejor grupo de su categoría por este concepto, en el quintil cuatro. En el último periodo anual, registra un dato de volatilidad de 7,18%, con un valor de su ratio Sharpe de 2,82 y un tracking error, respecto al índice de su categoría de 9,16%. Aplica a sus partícipes una comisión fija de hasta el 1% y de depósito de hasta el 0,15%. La aportación mínima requerida para suscribir la clase I de capitalización en dólares de Ruffer Sicav – Ruffer Total Return International es de 25 millones de libras (aproximadamente 29.682.500 euros).
El fondo dispone también de una clase O de capitalización en dólares, con un requerimiento de aportación mínima de 1.000 libras esterlinas (aproximadamente 1.187 euros) que grava a sus partícipes con una comisión fija de 1,50% y de depósito de 0,15%.
Según el equipo gestor, a corto plazo sus acciones en el sector de la energía han tenido un buen comportamiento, representando una parte significativa de asignación de capital desde el comienzo de la recuperación de la crisis del COVID. Mantienen su tesis de que la demanda mundial debería seguir mostrando fortaleza, al mismo tiempo que la oferta continuará siendo limitada, por lo que, en un movimiento de reducción del riesgo, han disminuido su exposición en renta variable. Actualmente tienen un 38% en renta variable, así como protección a través de opciones sobre acciones y exposición a credit default swaps (swaps de incumplimiento crediticio).
Aumentaron la exposición en oro a fines de 2021, pasando del 6 al 8%, ya que el mercado mostró un desinterés generalizado por el metal precioso, tras su mediocre evolución durante 2021, aprovechando esta oportunidad en la creencia de que la debilidad del dólar podría hacer que el oro resurgiera como activo refugio. Si bien estaban equivocados sobre la debilidad del dólar, el oro sin duda se ha beneficiado del aumento de demanda como refugio seguro.
De cara al futuro, en Ruffer prestan especial atención a los cambios de régimen de mercado y puntos de inflexión. Observan ahora que las tendencias que prevalecieron en el mercado durante muchos años (caída de los tipos nominales, descenso del impuesto de sociedades y baja volatilidad en el mercado) se están revirtiendo. Es probable que estemos entrando en un nuevo régimen, con tipos nominales con tendencia alcista y volatilidad macro. Creen que la volatilidad de la inflación caracterizará este nuevo régimen económico y será uno de los mayores desafíos para los inversores
Como se afirma en el último artículo del CIO de Ruffer, Henry Maxey: ‘Los peligros de la lógica de ayer: reimaginar las carteras para la realidad de mañana’.
Creen que, si bien esta volatilidad de la inflación supondrá pasar por una etapa algo difícil, no debería ser un problema irresoluble. Sin embargo, el colapso del status quo del mercado financiero obliga a reimaginar las carteras. Ya no podemos confiar en la lógica de ayer. La turbulencia está por venir, eso es seguro. El mensaje a los inversores es que las carteras gestionadas activamente podrán navegar mejor en esta etapa de turbulencias, pero para ello se requerirán nuevas habilidades, nuevas formas de construir carteras y un pensamiento imaginativo. El viaje fácil, pasivo, casi gratuito, está llegando a su fin. Es hora de apagar el piloto automático.
La rentabilidad de la clase I de capitalización en dólares de Ruffer Sicav – Ruffer Total Return International a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS.
Pixabay CC0 Public Domain. Ucrania y la transición energética
Tras más de dos décadas de prosperidad, las economías industrializadas de Occidente estuvieron amenazadas en 1973. El 6 de octubre de ese año comenzó la guerra de Yom Kipur, en la que una coalición de países árabes liderados por Egipto y Siria se enfrentó a Israel. Una guerra que duró tres semanas en Oriente Próximo y cambió la economía moderna para siempre ¿El motivo? El embargo petrolero de los países productores árabes al primer mundo precipitó un cambio global en los modelos productivos. La subida drástica del precio del crudo generó una inquietud por optimizar el consumo energético.
Cincuenta años después, volvemos a encontrarnos en un cuello de botella. La invasión de Ucrania ha evidenciado la dependencia energética de Europa respecto a Rusia. Se trata, por tanto, de una situación delicada a nivel diplomático. Por lo pronto, Europa ha respondido con sanciones económicas que han provocado el alza de los precios. Esta coyuntura propicia un debate que ya surgió con el Acuerdo de París y que a raíz de la pandemia, a través del Plan Next Generation, ha ganado cada vez más inercia: la necesidad de llevar a cabo una transformación energética que implique a todo el modelo productivo.
De hecho, la Comisión Europea ha afirmado que “acabar con la peligrosa sobredependencia de los combustibles fósiles rusos puede lograrse bastante antes de llegar al 2030”. En este sentido, Europa tiene que modernizar su mix energético. Desde la década de los 90, el suministro local se ha contraído, obligando a importar combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural. Hasta hace poco, Europa compraba a Rusia la mitad del petróleo y alrededor de un tercio del gas que consumía. En cambio, con los problemas actuales en las cadenas de suministros, provocadas por la guerra de Ucrania, muchas centrales eléctricas han optado por quemar carbón en vez de gas, ya que resulta más económico. Sin embargo, dicha solución queda lejos del horizonte sostenible.
En consecuencia, estamos asistiendo a una ralentización a la hora de reducir el uso de combustibles fósiles. Cada día es más evidente que si Europa quiere aumentar su independencia energética debe acelerar la inversión en infraestructuras, dado que la crisis actual ha puesto en peligro la seguridad energética, la accesibilidad y la expansión de las fuentes de energía renovables. Así pues, el inversor encontrará oportunidades interesantes para resolver esta problemática en diferentes ámbitos: soluciones de captura de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés) y de almacenamiento de energía, tecnologías de eficiencia energética y abastecimiento local de minerales y metales estratégicos. Todas, soluciones que requieren inversión para ser escalables.
Ampliar las fuentes de energía renovables es una necesidad imperiosa y debemos acelerar la implementación para capear la crisis actual. Es cierto que la contribución al mix europeo ha sido exponencial. Si en 1990 ocupaba un 4,3%, en 2020 su contribución fue del 22,1%; pero todavía queda camino por recorrer para alcanzar el 32% y el 60% marcados para 2030 y 2050, respectivamente. Asimismo, 2050 es el año límite para lograr las emisiones de carbono netas cero. Por ello, aquellas empresas que se sumen a la transición energética en Europa pueden beneficiarse notablemente, sobre todo las que se dediquen al hidrógeno verde y al azul, o a las energías renovables como la solar y la eólica.
Sin embargo, todas estas soluciones dependen en gran medida de minerales y metales estratégicos, que se obtienen de las conocidas como tierras raras. Por ejemplo, las tecnologías eólicas y fotovoltaicas necesitan magnesio para funcionar, mientras que el cobalto y el grafito son imprescindibles para las baterías y las células de combustible. Y, sobre el mapa, China y Rusia representan el grueso de las importaciones de estos metales y minerales para la Unión Europea, por lo que es el momento de buscar otras fuentes de suministro que permitan llevar a cabo un cambio de modelo.
A corto plazo, y en paralelo a las soluciones anteriores, la Unión Europea planea reclasificar la energía nuclear y el gas como “verde”. No obstante, esta medida ha quedado en entredicho tras el ataque del ejército ruso a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia. Es evidente, por tanto, que la iniciativa comunitaria necesita de la inversión privada para acelerar la transición energética a través de la creación de nuevas infraestructuras.
Tribuna de Julien Girault, Sustainability Analyst en Allianz Global Investors.
En un entorno inflacionario como no se veía en décadas, la inversión en Real Estate Investment Trusts (REITs) puede proveer cobertura a los inversores por la correlación de los activos reales con los intereses reales a corto plazo y el PIB a largo plazo. Sin embargo, Christian Rouquerol, director de Ventas de Tikehau IM Iberia,considera que es importante seleccionar los activos por clase y localización para que esto se produzca. Para ello, el experto explica las características del fondo SS1 de Sofidy, subsidiaria de Tikehau Capital.
Con la inflación desbocada a escala mundial, ¿podría la inversión en REITs convertirse en una buena estrategia de cara a enfrentar la subida de precios?
Los activos reales están fuertemente correlacionados con los intereses reales en el corto plazo y con el crecimiento del PIB real a largo plazo. Por tanto, esta clase de activo provee a sus inversores de una interesante cobertura cuando las expectativas de inflación se encuentran al alza.
Por ejemplo, el segmento comercial se beneficia de la indexación regulatoria de sus rentas al IPC, aunque con diferentes patrones dependiendo de cada país. En consecuencia, la inflación impulsa el crecimiento orgánico del precio de los alquileres con un decalaje de entre 6-14 meses desde el pico de la subida de precios hasta el impacto en las partidas de pérdidas y ganancias.
Por su parte, la sostenibilidad de la subida de los precios de las rentas y la capacidad del segmento inmobiliario de posicionarse como un activo capaz de hacer seguimiento de la inflación depende de la capacidad de fijación de precios de las compañías y del crecimiento del mercado. En ese sentido, creemos que de forma genérica el sector no cuenta con la suficiente capacidad de fijación de precios para alcanzar el crecimiento real a largo plazo, especialmente en las ciudades de la periferia.
En cambio, sí creemos que, para determinadas localizaciones y clases de activo específicas, sí que existe espacio para crecimiento en las rentas e incremento de valor en el largo plazo. Especialmente si tenemos en cuenta el crecimiento en los salarios en zonas urbanas céntricas y el incremento de la proporción del valor del terreno en el total de los activos (fuerte correlación entre el crecimiento real y el valor del suelo a largo plazo). Esto último está asociado a las tendencias demográficas y sociales potenciadas por fuertes barreras de entrada y escasez de suministro (autoalmacenaje, logístico).
Respecto al mercado residencial (especialmente en Alemania dentro de Europa) se beneficiará muy levemente de un efecto pass-through en el corto plazo (salvo aquel crecimiento de rentas proveniente de los programas de inversión en CAPEX). Sin embargo, a largo plazo sí puede ser una buena apuesta de cobertura contra la inflación. Las rentas indexadas y de mercado se acercan bastante al IPC cuando tomamos un horizonte superior. Además, las principales ciudades cuentan con potencial para el incremento de las rentas actuales, lo que actuaría como efecto amortiguador.
Sofidy, subsidiaria de Tikehau Capital, cuenta con un track record de inversión en REITs especialmente notable durante los últimos años a través del fondo Sofidy Selection 1 (SS1), 5 estrellas Morningstar. ¿Cuáles son los puntos clave de la estrategia?
SS1 mantiene una filosofía de inversión flexible y reactiva. Tan solo el 64% del índice de referencia (FTSE EPRA Eurozone, NR0EUE) está representado en nuestra actual cartera. La estrategia del fondo se ha centrado en invertir en segmentos nicho de mercado fuera del «universo del benchmark» que han aportado una contribución de riesgo marginal y un perfil atractivo en lo que a retornos a largo plazo se refiere. Algunos de estos sectores son los que comentábamos como aquellos con mayor capacidad de fijación de precios (logístico, autoalmacenaje, centros de datos, torres de telecomunicación). También, cerca del 20% de los activos del fondo están invertidos fuera de la eurozona lo que nos permite ser oportunistas en términos de exposición a clases de activo de alto crecimiento (casas prefabricadas, parques recreativos, life science campus).
Todo ello ha favorecido a construir un perfil atractivo en el medio y largo plazo como indican los resultados en la mayoría de los indicadores de retorno/riesgo:
Un ratio de sharpe (ex-post) superior al índice de referencia en todos los horizontes temporales (0,85 vs 0,43 a un año a 31 de marzo).
Un ratio de información (ex-ante y ex-post) superior en todos los horizontes temporales (1,72 año a 31 de marzo) y consistentemente por encima de 1 en todos los ciclos de inversión.
Una de las menores Betas de mercado (0,85 a un año y consistentemente por debajo de 0,80) y una de las mayores creaciones de valor o generaciones de Alfa (8,4% a un año y positiva en términos generales).
Tras una recuperación muy positiva durante la primera mitad de 2021 y algo más de volatilidad e incertidumbre en los últimos meses, ¿cuáles son vuestras perspectivas para la clase de activo?
Bajo nuestro punto de vista, el actual panorama macroeconómico puede ser positivo para determinadas subclases de activos. Los REITs pueden ser una de estas subclases por diferentes motivos.
Las políticas monetarias persisten y entendemos que persistirán especialmente expansionistas en el futuro previsible en la eurozona. Para enfrentar las presiones inflacionistas, el Banco Central Europeo debería aumentar los tipos de interés a corto plazo por encima de los 500pbs, mientras que los mercados, si echamos un vistazo a los futuros del €STR, estiman subidas entre 120-125pbs para final de 2023. Sin embargo, dos factores limitan la probabilidad de un escenario como este: los riesgos exógenos pueden tomar parte en el crecimiento esperado entre 2022 y 2023 y las valoraciones de los activos de riesgo si lo comparamos con la década de los 80 son especialmente elevadas, lo que supone un efecto negativo sobre la riqueza por el aumento del impacto de la trayectoria de los tipos de interés en las economías.
La fuerte escalada de la inflación hace que el actual sólido ritmo de asignaciones al mercado de renta fija sea especialmente poco atractivo teniendo en cuenta la inacción del BCE sobre los tipos a corto plazo. Las duraciones intermedias están siendo golpeadas mecánicamente, mientras que aquellas con mayor duración están sufriendo incluso más desde comienzo de 2022. Este fenómeno se debería hacer sentir con el comienzo del tapering durante este año. Por ello, creemos que esta decisión podría hacer converger la prima de riesgo del mercado de real estate (vs investment grade y high yield) con su media a largo plazo (ver gráfico de abajo). Consecuentemente, vemos un espacio significativo para el real estate comercial en los mercados privados.
Eventualmente, en un entorno con una distribución más equilibrada del valor generado entre accionistas y empleados en el medio plazo, con un impacto sobre los márgenes comerciales que probablemente se mantendrá alto en términos históricos, esperamos que el sector del real estate, que no genera ganancias por productividad y no es intensivo en mano de obra, debería beneficiarse comparativamente gracias a sus márgenes resilientes.
Pixabay CC0 Public DomainIbrahim Boran. Ibrahim Boran
En un entorno de mayor inflación y futuras subidas de los tipos de interés, los inversores han comenzado a ver erosionado el valor real de sus posiciones en efectivo y a experimentar la falta de protección de la renta que generan los bonos a tipo fijo, por no hablar del potencial significativo de minusvalías en estas posiciones.
Dada la incertidumbre que se avecina, y especialmente el riesgo de duración presente en muchas carteras de renta fija, muchos inversores reevalúan sus asignaciones defensivas y buscan diversificación frente a la deuda soberana y corporativa, minimizando al mismo tiempo la carga del efectivo en la rentabilidad total de sus carteras.
En la opinión de M&G Investments, las titulizaciones de activos (ABS o asset-backed securities) AAA senior a tipo flotante europeas representan un medida protectora potencial que los inversores suelen pasar por alto en tales circunstancias.
Evaluar el papel del efectivo en una cartera
El primer paso hacia la reasignación de posiciones en efectivo hacia activos defensivos más rentables es clarificar el papel del efectivo en una cartera. La gestora cree que los inversores suelen tener efectivo en cartera por tres motivos, a menudo en el siguiente orden de prioridad:
Seguridad
Liquidez
Renta
En última instancia, el efectivo debería ser seguro y líquido. Este es el motivo por el que los inversores depositan asignaciones en efectivo (a veces muy grandes) en cuentas de custodia, pese al hecho de recibir TIR negativas (ya sea en términos reales o nominales).
En la opinión del equipo de titulizaciones de activos (ABS) de M&G Investments, todo inversor con depósitos de efectivo tan grandes debería considerar redefinir esta asignación en base a tres cestas separadas, cada una de ellas concentrada en satisfacer necesidades específicas a lo largo del espectro de seguridad/liquidez/renta.
Se podría considerar cada una de estas asignaciones en efectivo en base a las necesidades diarias inmediatas del inversor, a oportunidades tácticas a corto plazo y al efectivo a mantener durante un plazo mínimo de 6 a 12 meses, del siguiente modo:
Inmediatas (efectivo): cabe esperar que esta representaría la mayor parte de la asignación en efectivo de un inversor. Este efectivo se mantiene en cuentas de depósito para financiar flujos de caja diarios de explotación y proporcionar una reserva de seguridad a fin de cubrir eventuales requisitos de liquidez inesperados.
Tácticas (efectivo): podría consistir en efectivo o fondos monetarios mantenidos para satisfacer requisitos conocidos en un horizonte de tres a seis meses. También puede proporcionar flexibilidad para reasignarse en otras clases de activos, por ejemplo, para explotar oportunidades de inversión tácticas.
Estratégicas (activos líquidos y defensivos): para proporcionar una prima de renta respecto a las posiciones en efectivo y mejorar la diversificación de cartera mediante activos líquidos de calidad elevada. Los inversores deberían estar dispuestos a mantenerlos en cartera durante un plazo mínimo de 6 a 12 meses.
Es importante recordar que estos activos defensivos más rentables no pueden sustituir completamente la asignación en efectivo de un inversor, sino más bien complementarla en el marco de un enfoque integral de gestión de liquidez y asignaciones defensivas.
Una clase de activos líquida y defensiva
El equipo de titulizaciones de activos (ABS) de M&G Investments cree que una reasignación estratégica en ABS AAA senior a tipo flotante europeos puede abordar los retos de seguridad, liquidez y renta a los que se enfrenta el inversor hoy en día.
En un entorno dominado por la incertidumbre geopolítica, riesgos de inflación y subidas de los tipos de interés, en M&G creen que un enfoque multicapa de asignación en efectivo, incluida una reasignación a productos alternativos como los ABS AAA senior a tipo flotante europeos, podría ayudar a reducir la carga del efectivo en las rentabilidades de inversión, manteniendo al mismo tiempo el acceso a liquidez y seguridad.
Información importante:
El valor de los activos podría tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. No puede garantizarse que la estrategia alcance su objetivo y es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.
Exclusivamente para inversores profesionales. Prohibida su posterior distribución. Ninguna otra persona o entidad debe utilizar la información contenida en el presente documento. Esta información no constituye una oferta ni un ofrecimiento para la adquisición de acciones de inversión en cualquiera de los fondos de M&G. Promoción financiera publicada por M&G International Investments S.A. Domicilio social: 16, boulevard Royal, L 2449, Luxembourg. 698002 / MAR22
La recuperación económica tras la pandemia se ha visto ensombrecida por la guerra en Rusia y Ucrania, que tiene como consecuencia una ralentización en el crecimiento pero también una espiral inflacionista, sobre todo en el precio de la energía. Esos elementos, junto a las tendencias restrictivas de los bancos centrales, nos dejan un escenario con serias amenazas de estanflación, agravado por ese viento en contra que suponen las políticas de las autoridades monetarias.
En este complejo entorno, hay estrategias que pueden ayudar a los inversores a despejar el camino, ofreciendo interesantes oportunidades: renta variable con estilo value, acciones europeas de compañías de mediana y pequeña capitalización, empresas relacionadas con la temática espacial, real estate europeo cotizado, fondos multiactivo y deuda emergente con corta duración son ideas que ofrecieron los expertos de DPAM, Jupiter Asset Management, La Financière de l’Echiquier, Lonvia Capital, ODDO BHF Asset Management y T. Rowe Priceen el marco de la segunda edición del Funds Society Investment Summit, que se celebró los pasados 21 y 22 de abril. Destacamos en este artículo tres de esas ideas.
Oportunidades en renta variable: small y midcaps europeas
En renta variable, y en medio del temporal que viven los mercados, entre conflictos bélicos, pandemias, y una inflación creciente, uno de los espacios donde se pueden encontrar opciones es en la renta variable europea de mediana y pequeña capitalización. Así lo defendió Lonvia Capital, que explicó su estrategia de inversión en este segmento del mercado. “Invertimos en compañías innovadoras con modelos de negocio robustos y que ofrezcan atractivas oportunidades de crecimiento”, comentaba Cyril de Vanssay,director adjunto de inversiones de Lonvia; y lo hacen además buscando el mejor momento, el “sweet spot”, para entrar en su capital.“Invertimos en la mejor parte del ciclo de vida de las compañías y lo hacemos con un horizonte de largo plazo”, añadía.
Todas las compañías en las que se posicionan cuentan con altos márgenes, fuertes flujos de caja, fuertes balances y poder de fijación de precios, algo más importante que nunca en un entorno inflacionista. Además, se encuentran en sectores en crecimiento, y son innovadoras (tanto en el ámbito de la tecnología que aplican como a la hora de crear nuevos productos), y son capaces de gastar y de acometer una expansión internacional, explicaba el director adjunto de inversiones –de hecho, gran parte de su beneficio procede de otros mercados, como puede ser el estadounidense-. “No queremos cash ni dividendos; buscamos compañías que inviertan en proyectos que acaben ofreciendo altos retornos en las inversiones”, explicaba De Vanssay.
Y, como consecuencia, suelen ser firmas que viven altos crecimientos y cuya rentabilidad operacional mejora mucho con el tiempo. Como ejemplo, Sartorius Stedim Biotech, firma en la que empezaron a invertir en 2008, cuando contaba con 300 millones de euros de capitalización y que ahora presenta un tamaño de 30.000 millones. Son, en definitiva, firmas que crean valor a largo plazo.
“Sabemos lo que no queremos: compañías que estén únicamente en mercados maduros y no estén en mercados en crecimiento, que no sean innovadoraso que dependan de factores externos como la evolución de los tipos de interés o el precio de las materias primas (nunca invertimos en bancos o petroleras). Tampoco queremos “concept stocks” (queremos modelos de negocio robustos) o firmas que se beneficien del efecto positivo de modas o tendencias de corto plazo”. Por ejemplo, las empresas de delivery, muy beneficiadas en la pandemia pero cuyo crecimiento no es estructural: por eso evitaron invertir en ellas en los momentos álgidos del COVID.
Sus carteras, tanto de sus fondos de midcaps (tanto europea como en la zona euro) como el de small caps europeas, se construyen como resultado de una estrategia pura de selección de valores o stock picking. En la actualidad, y en el Lonvia Avenir Small Cap Europe,como resultado de ese proceso, el 40% de la cartera está en firmas de tecnología médica (en Europa hay muchas compañías innovadoras en temas como diagnósticos), el 30% en empresas relacionadas con el boom de la innovación digital, un 20% en la industria de automatización y logística 4.0 y un 10% en nichos de negocios de crecimiento específicos. Sobre las valoraciones, el experto respondía: “La idea no es invertir en una compañía porque es barata, sino porque crece y tiene un modelo robusto de crecimiento”.
En cuanto al proceso de inversión, siguen una estrategia pura de selección de valores, pero también un sólido proceso de construcción de carteras. Cuando les gusta una firma, en principio invierten solo el 0,5% -1% de la cartera, “para evitar apostar en vez de invertir”, y con el tiempo, si la compañía se desarrolla bien y el riesgo baja, van incrementando posiciones y asignando más capital. “Si nos gusta una firma ya podemos invertir un 3%-6%, pero eso se construye con el tiempo”, explicaba el experto. “Nunca pensamos que tenemos razón y que el mercado se equivoca: tenemos fuertes convicciones pero tratamos de no ser estúpidos y si nos equivocamos, paramos”, añadía. Además, en su proceso tienen en cuenta la asimetría de riesgo-retorno, lo que facilita la generación de alfa.
En conclusión, en Lonvia solo hacen stock picking, son inversores de largo plazo (“el corto plazo suele ser ineficiente, así que evitamos su volatilidad, porque es la mejor forma de captar la creación de valor de las compañías”, decía el experto), solo invierten en “compañías que tienen el futuro en sus manos” y no dependen de factores externos como el precio de petróleo o los tipos de interés, y que presentan altas oportunidades de crecimiento, altos márgenes, y alto poder de fijación de precios. Y que cuentan con el apoyo de accionistas de largo plazo como familias, gestores o emprendedores que apoyan su estrategia de crecimiento.
Sus tres fondos están clasificados bajo el artículo 9 y obtuvieron una rentabilidad muy positiva el año pasado, con un alfa en midcaps por encima del 20% y en small caps por encima del 13%. Si bien en lo que va de año los fondos han caído más que el índice, desde Lonvia esperan una continuidad de lo vivido en años anteriores y se muestran tranquilos por los buenos fundamentales de sus inversiones, “que suponen para los próximos años toda una ventana de oportunidades”.
Oportunidades en renta variable: la temática espacial
Siguiendo con las oportunidaes en bolsa, en el espacio de la inversión temática destacó la ponencia deLa Financière de l’Echiquier, que habló de la última frontera de la inversión que implica mirar a la industria espacial, una industria de muy largo plazo y de evolución muy prometedora. “En 1902 se daba un margen 100 años para volar, algo que llegó solo un año más tarde. 66 años después pasamos del primer vuelo a la llegada a la Luna y es difícil imaginar qué podría pasar ahora. La innovación es exponencial en la industria aeroespacial: en 2035 podríamos pensar que estaremos colonizando Marte o tener una estación espacial alrededor de la Luna… el ecosistema espacial desafiará a la imaginación, seguirá sorprendiendo”, aseguraba Rolando Grandi, gestor de la entidad.
Es más, estamos ante una megatendencia, de muy largo plazo y que tiene muchos años por delante: “Estamos entrando en un momento de la historia en el que podemos pensar que se podrá permitir la vida humana multiplanetaria”, llegó a aventurar el experto.
Esta evolución también deja claro que la temática no es nueva, existe desde los años 60 y ahora está acelerándose, pasando de los 400.000 millones de dólares de tamaño actual del mercado espacial, a los potenciales 2,7 billones de dólares en 2045, lo deja a la vista una gran oportunidad de inversión y, a diferencia de lo ocurrido en las últimas décadas, con protagonismo del sector privado.
“La economía espacial 1.0. se desarrolló en el contexto de la Guerra Fría y las empresas eran fundamentalmente militares, nunca tuvo como objetivo reducir costes ni consideraciones ASG. Pero ahora es diferente, la industria 2.0 está cambiando, por tres elementos: el espacio ya no es un ecosistema propio del sector gubernamental sino que se da cabida al ser sector privado, se centran en bajar costes, con una tecnología e innovación sin límites, y tiene que afrontar el desafío de la ESG, con asuntos como la gestión de basura espacial, el uso de combustibles limpios, la creación de un positivo impacto social y la necesidad de buen gobierno corporativo”, explicaba Grandi.
Su fondo Echiquier Space –lanzado el año pasado con esa idea de que estamos al inicio de una nueva tendencia en la temática-, cuenta con una cartera concentrada, posicionada en 25-35 nombres (actualmente en 32) e invierte en una selección de empresas que desarrollan sus actividades en el espacio; que operan entre la Tierra y el espacio, o que trabajan en tierra a favor del desarrollo del ecosistema espacial, así como empresas con tecnologías universales que fomentan el auge de esta nueva conquista del espacio. Así, el fondo se centra en cuatro temáticas propias: Desde el espacio (actividades desarrolladas en el espacio, como satélites, constelaciones de satélites y otros activos espaciales, por ejemplo); Entre la Tierra y el espacio (envíos al espacio y regreso a la Tierra, así como soluciones de comunicación entre ambas esferas); Desde la Tierra (actividades en la Tierra que abarquen, por ejemplo, la fabricación de satélites, procesos de robotización y automatización, la gestión operativa de puertos espaciales, así como empresas que apoyen el desarrollo del ecosistema espacial); y Tecnologías transversales, habilitantes (actividades de desarrollo espacial, desde la conectividad hasta los semiconductores, pasando por las impresoras 3D).
Además, y aunque el fondo no es ASG propiamente, está alineado con la visión ISR de la gestora, por lo que LFDE hace hincapié en favorecer a las empresas que, gracias a sus productos o servicios, contribuyan a una industria espacial sostenible. El gestor destacó el código “Space for good”, un código ASG propio según el cual vigilan que las empresas tengan políticas estrictas de no dejar basura espacial, por ejemplo. “Existe un código ASG específico dedicado al fondo, para posicionarnos en el espacio 2.0 y no en el 1.0.”.
El fondo invierte en todas las geografías, en muchas firmas estadounidenses, algunas europeas y aún pocas asiáticas, porque son aún detenidas por el estado o no están todavía en los mercados, aunque eso está cambiando y desde la gestora están haciendo mucho seguimiento de startups. Algunas empresas en cartera son Maxar Technoligies, Rocket Lab, Iridium Communications, Arquit Quantum, Taiwan Semiconductor, Nvidia, Planet Labs, ASLM o Amazon…
El año pasado fue el momento de lanzar el fondo, tras la creación en 2015 de un producto de robótica y en 2018 de otro de inteligencia artificial en LFDE: “Para mí era evidente que lo siguiente era el espacio, pero aún no había suficientes empresas; ahora sí”, comentaba el gestor. Su universo se compone de unas 170 firmas, de las que hay que restar 40 militares y, de las 130 restantes, seleccionan 25-35. “La idea es invertir en el ecosistema espacial y ver cómo cada empresa aporta”, apostillaba el experto.
Oportunidades en renta variable: mirando al value
También una atractiva ventana de oportunidades es la que ofrece la inversión en el terreno value: de ello hablóAndrew Clifton, especialista de carteras de la división de renta variable de T.Rowe Price, gestora que basa su gestión en los fundamentales y que cuenta tanto con estrategias dentro del segmento de crecimiento como el de valor.
“No vemos la inversión en value como una religión separada de la inversión growth o core; creemos que los fundamentales y las valoraciones importan”, defendió. Y los gestores value dan especial importancia a estas últimas.“En diferentes ciclos de mercado y momentos, las compañías que generan retornos son diferentes: ahora, algunas growth están haciéndolo peor y se mira más al value, pero a lo largo del tiempo vemos un set de compañías diferentes que proporcionan rentabilidades”, explicaba el experto.
Según su visión, estamos moviéndonos hacia un mundo diferente, con una inflación más alta, mayores tipos de interés, cambios en políticas fiscales y un mundo que necesita una transición verde. En este contexto, “las compañías ahora necesitarán capital y ofrecerán mejores oportunidades de crecimiento si están en el lado bueno del cambio”, en el lado bueno de esa transición ESG. “Esto supone un contraste con respecto a la última década porque ahora la adaptabilidad a los cambios es fundamental debido al gran nivel de disrupción que vivimos: muchas compañías value han hecho esa transición, o están trabajando en ella, pero en los próximos años habrá obstáculos y todavía hay firmas que invierten en industrias tradicionales que necesitarán acometer cambios”, advertía el experto.
Sobre el nivel actual de oportunidades de inversión en el universo value, en el marco de una rotación del growth al value, reconoce que son menores a las de hace dos años, cuando las valoraciones frente al growth eran mucho más bajas: ahora la oportunidad está más equilibrada. Pero todavía compensa por el nivel de riesgo asumido.
En el evento, la gestora presentó su fondo T. Rowe Price Global Value Equity, lanzado en 2012 y que se posiciona en 80-100 valores (actualmente en 99), seleccionados a partir de un universo de 4.000 nombres, de los que los analistas se centran en 400 y seleccionan para el fondo hasta una cuarta parte, con una estricta disciplina de venta. Con respecto al proceso de inversión, se centra en una idea, que da título a la presentación: la controversia como creadora de oportunidades de inversión. “Lo que hay que hacer es trabajar con analistas y gestores para entender la naturaleza de la controversia, o la incertidumbre, y ver si se puede resolver, y aprovechar las sobre reacciones de los mercados”, explicaba el experto. Como los mercados pueden ser ineficientes (y la percepción cambiar mucho más rápido que el valor intrínseco de las compañías), se trata de analizar los fundamentales de las compañías para ver si la controversia puede resolverse… o no.
Otro punto clave de la estrategia su capacidad para invertir en todo el espectro value, tanto en valores defensivos y de alta calidad como en nombres más cíclicos o “deeper value”, puesto que diferentes nombres pueden ser efectivos en diferentes momentos del tiempo. “Con esta diversificación buscamos ofrecer una rentabilidad con menor volatilidad. Tenemos flexibilidad para encontrar las mejores ideas y oportunidades a nivel global y en todos los escenarios de mercado, de forma equilibrada en el espectro value”, indicaba Clifton. También consideran clave entender el escenario de inversión ESG, que “puede proporcionar una visión crítica”y llevarles hacia ideas como vehículos eléctricos en el mundo de la automoción o del “acero verde” en el industrial. “Se trata de entender los retos e invertir. Si un negocio no puede navegar en este entorno, puede dar una pobre rentabilidad y podemos encontrar trampas de valor”, decía el experto. Con respecto a la gestión de riesgos, controlan las posiciones de forma individual para asegurar que un error no tenga consecuencias en la cartera.
Sobre el posicionamiento, actualmente el fondo sobrepondera los sectores de healthcare o financiero. “Históricamente hemos tenido más exposición a EE.UU. en financieras, pero en los últimos meses hemos entrado en algunas aseguradoras y también en bancos en otras partes del mundo, en parte porque los bancos estadounidenses se han encarecido, y porque el ciclo de tipos se ha acelerado más de lo esperado”. Por ello, vendieron por ejemplo JP Morgan en el primer trimestre y compraron firmas como AIG o BTG Pactual en Brasil. El fondo también está ligeramente sobreponderado en el sector de la energía, aunque su posición a principios de año era la contraria. Las mayores infraponderaciones están en sectores típicamente de crecimiento como IT o consumo discrecional, pero aun así encuentran algunas oportunidades (como el sector de semiconductores anteriormente, del que ahora están saliendo). Por geografías, infraponderan EE.UU. porque están encontrando oportunidades en otros mercados, como Japón, emergentes y también Europa.
T.Rowe destaca por situarse entre las compañías globales con mayor número de analistas, 390. Se centra al 100% en analizar compañías y emisiones concretas. Aunque a la gestora se le asocia con la inversión growth, desde finales de los años 80 ha venido construyendo una franquicia relevante en estrategias value –tanto en el mercado estadounidense como emergentes, o global-, siendo clave para la diversificación de su gama. Y ya alcanza más de 227.000 millones de dólares en estas estrategias.
Foto cedida. ¿Puede el mundo vivir sin el petróleo ruso?
El poder de Rusia en la escena mundial se apoya en sus vastas reservas de petróleo y gas. Desde la invasión de Ucrania, los países occidentales han intensificado las sanciones, incluyendo las propuestas para prohibir en alguna medida las exportaciones de petróleo de Rusia, un movimiento que la Comisión Europea está valorando seriamente. Pero la ampliación y aplicación de un embargo petrolero tendrá consecuencias de gran alcance para todas las partes.
El mundo occidental está atónito ante el sufrimiento del pueblo ucraniano. Las consecuencias económicas mundiales del conflicto también podrían ser graves, porque Rusia y Ucrania son grandes exportadores de productos básicos vitales. Para las democracias occidentales, presionar para detener el conflicto tendrá probablemente un coste, porque Rusia es el tercer productor mundial de petróleo, con un 12% de la producción mundial. Aunque una prohibición del petróleo ruso perjudicará a la mayor fuente de ingresos del invasor, su eficacia depende de la solidaridad de los países occidentales ante las dificultades económicas y los riesgos de escalada del conflicto.
La invasión rusa pone de manifiesto la vulnerabilidad de Occidente
Los mercados del petróleo ya estaban desabastecidos antes del estallido de la guerra; ahora se dirigen a un mayor déficit. En los países de Europa occidental, la legislación y la reglamentación medioambiental han desalentado el crecimiento de la oferta de petróleo y gas en el sector privado, mientras que en EE.UU. el mayor coste del capital y la búsqueda de mayores rendimientos también han limitado la nueva oferta. ¿El resultado? Unos mercados más ajustados y volátiles. Dadas estas limitaciones, si el petróleo ruso desaparece del mercado, será muy difícil encontrar a corto plazo nuevas fuentes de suministro suficientes para tapar el hueco y evitar que los precios del petróleo suban bruscamente.
El embargo de petróleo comienza a surtir efecto
EE.UU. y el Reino Unido han anunciado embargos petrolíferos: la prohibición estadounidense entró en vigor el 8 de marzo y el Reino Unido tiene previsto eliminar progresivamente las importaciones de petróleo ruso para finales de este año. Ambos países importan relativamente poco petróleo ruso como porcentaje de su mezcla energética total, por lo que sus acciones parecen en gran medida simbólicas. Para que sean plenamente efectivas, muchos más países tendrían que sumarse al embargo, especialmente los europeos, que dependen mucho más del suministro ruso.
Pero mientras tanto, las grandes empresas compradoras de petróleo a nivel mundial, como BP y ENI, no se atreven a violar el embargo, por lo que han empezado a autosancionarse. Aunque siguen comprando el petróleo ruso que ya han contratado, no están renovando los contratos para futuras entregas. Las exportaciones marítimas de Rusia a la OCDE ya se han reducido a la mitad, mientras que el crudo de los Urales cotiza con un descuento de unos 25 dólares por barril respecto al Brent, frente a los 4 dólares de febrero. Y el precio del gasóleo -que es vital para el transporte comercial y la maquinaria- está reflejando la escasez real. ¿Pueden los gobiernos europeos aportar claridad a una situación confusa y deteriorada?
El embargo pone a Europa en un aprieto
Europa se enfrenta a una decisión más difícil que la de Estados Unidos y el Reino Unido. Los países europeos, sobre todo Alemania e Italia, son clientes relativamente mucho más importantes del petróleo ruso y, sobre todo, dependen de Rusia para más del 40% de su gas natural y el 30% de su petróleo. Esta dependencia da ventaja a Rusia, ya que cualquier medida para detener las importaciones de petróleo ruso podría llevar a la interrupción del suministro de gas ruso también. La UE ha publicado recientemente un plan para independizarse de los suministros energéticos rusos mucho antes de 2030 y reducir en dos tercios la demanda de gas ruso de la UE para finales de este año. Pero estas medidas tardarán en aplicarse.
Mientras tanto, Europa podría enfrentarse a un invierno brutal si renuncia al petróleo ruso, o si Rusia corta preventivamente el suministro de energía. Según las estimaciones del grupo de reflexión europeo EconPol, el coste a corto plazo para Alemania del cese total de las importaciones energéticas rusas sería del 3% del PIB. Pero EconPol no puede descartar que se produzcan caídas y trastornos económicos de mayor envergadura. RWE, el mayor productor de energía de Alemania, incluso ha advertido de «consecuencias inimaginables» para el suministro de calefacción de los hogares. Estos resultados pueden parecer nefastos, pero las consecuencias podrían ser aún peores si Europa no toma medidas para disuadir la agresión rusa. En este contexto, es imposible predecir las posibilidades de una prohibición europea concertada del petróleo ruso. Los pronósticos geopolíticos estiman actualmente una horquilla de probabilidad del 30% al 50%, pero en esta volátil situación las perspectivas podrían cambiar de un día para otro.
Impacto del embargo en los mercados mundiales
Sustituir la cuota de suministro mundial de Rusia sería un reto incluso en el mejor de los casos. Un escenario optimista incluiría una mayor producción de esquisto estadounidense, de las naciones de la OPEP y de los países actualmente sometidos a sanciones estadounidenses, como Venezuela e Irán. Pero gran parte de esa mayor producción requeriría más inversiones y mucho más tiempo.
En consecuencia, una pérdida total de las exportaciones de petróleo ruso sería muy perjudicial para el PIB mundial a corto/medio plazo. Unos precios mucho más altos impulsarían la destrucción de la demanda (menos actividad económica) para reequilibrar el mercado. Los consumidores y las empresas tendrían que ahorrar, y la demanda se contraería, hasta que la oferta adecuada volviera a estar en marcha y permitiera que los precios bajaran. El petróleo no sólo representa el 5% del PIB mundial, sino que es un motor clave de la mayoría de las actividades económicas. El impacto de una escasez de petróleo se sentirá en toda Asia y América Latina, así como en Estados Unidos y Europa, porque los precios del petróleo reflejan las condiciones del mercado mundial.
Nuestro análisis de escenarios sugiere que, en un caso de destrucción de la demanda («Intensificación», abajo), los precios del petróleo podrían alcanzar los 200 dólares por barril. Este escenario, el peor de todos, también aumenta las posibilidades de represalias rusas contra Occidente, lo que podría conducir a una mayor escalada y a un mayor sufrimiento humano y daño económico.
Tres escenarios diferentes con distintos resultados de precios:
Peligros del embargo para Rusia
Un embargo supondría múltiples peligros para Rusia. La energía representa más del 30% del PIB ruso (dividido en un 75% de petróleo y un 25% de gas) y las exportaciones suponen entre el 75% y el 80% de la producción de hidrocarburos. Es poco probable que Rusia pueda redirigir todas sus exportaciones de petróleo a países más favorables (principalmente China e India), sobre todo a corto plazo, lo que dejaría una gran parte de sus excedentes de petróleo sin poder ser entregados. Como Rusia carece de suficiente capacidad de almacenamiento para un embargo a largo plazo, este excedente de petróleo tendría que cerrarse en última instancia, lo que podría suponer una pérdida permanente de ingresos (y de capacidad mundial), ya que los costes de volver a poner en marcha los yacimientos en los hostiles entornos del norte son muy elevados.
El mejor caso y los escenarios alternativos
Por supuesto, es perfectamente posible que no se materialice ninguno de estos resultados funestos. El conflicto podría resolverse y los precios del petróleo volverían a los niveles anteriores a la guerra. Y cualquier previsión tiene un amplio margen de error: acontecimientos imprevisibles -como el resurgimiento del COVID- pueden provocar grandes cambios en el equilibrio entre la oferta y la demanda, con el consiguiente impacto en los precios.
El conflicto es trágico para la población de Ucrania y del mundo. También sirve como una enorme llamada de atención para los gobiernos occidentales. Esperamos que se revalúe la importancia de la seguridad energética y se impulse el desarrollo de nuevos suministros energéticos de todo tipo, tanto renovables como basados en el petróleo y el gas. El cambio hacia las energías renovables debería acelerarse junto con la intensificación de las inversiones en eficiencia energética, esta vez con una planificación de la transición más pragmática en todos los países occidentales que tenga en cuenta tanto la seguridad del suministro como la competitividad industrial.
Este planteamiento más riguroso incluirá un papel continuo a medio plazo para el petróleo, y también para el gas, como sustituto del carbón, el combustible más contaminante, con menos emisiones. Pero las empresas energéticas europeas querrán una señal clara de los gobiernos de que los nuevos proyectos representan una contribución necesaria a la seguridad del suministro en consonancia con la transición energética a largo plazo hacia la energía neta cero.
Tribuna de Jeremy Taylor, vicepresidente senior, analista principal de investigación y gestor de carteras de Value Equities y Luke Pryor, en AllianceBernstein.