A tenor de las tensiones geopolíticas y el descuento histórico de los mercados europeos, nuestra estrategia prioriza los líderes sectoriales capaces de generar un crecimiento duradero a lo largo de los ciclos. Europa sufre una paradoja chocante: en un momento en el que afronta retos estructurales (tensiones presupuestarias, conflictos, amenazas proteccionistas de EE. UU.), sus campeones industriales esgrimen bazas diferenciadoras, fundamentales excelentes y un descuento frente a los valores estadounidenses.
Un enfoque bottom-up selectivo basado en los industry shapers —esas empresas que dan forma a sus mercados en lugar de sufrirlos— permite identificar oportunidades de crecimiento sostenible. Estos líderes mantienen tasas de crecimiento orgánico superiores al 5 % y rentabilidades sobre el capital empleado (ROCE) que superan regularmente el 15 %, incluso en la parte baja del ciclo. Esta resistencia estructural justifica una prima de valoración que el mercado todavía no reconoce plenamente.
Líderes insoslayables
Europa ostenta posiciones clave en la cadena de valor del sector tecnológico mundial. ASML es un caso paradigmático: esta empresa es actualmente el único proveedor mundial de máquinas de litografía EUV, tecnología imprescindible para fabricar semiconductores avanzados. Infineon se impone en los semiconductores de potencia, esenciales para la electrificación. Otros campeones son Capgemini (número dos mundial en servicios informáticos), SAP y Amadeus.
El lujo, rasgo distintivo europeo
El lujo es el equivalente europeo de los Siete Magníficos estadounidenses. Hermès, LVMH, Ferrari, Richemont o Kering cuentan con atributos imposibles de replicar y aúnan crecimientos de dos dígitos y un poder de fijación de precios excepcional. A estos buques insignia del lujo se suman gigantes del consumo discrecional con cualidades igualmente innegables, como L’Oreal, EssilorLuxottica o Inditex. Las casas Hermès y Ferrari justifican unas valoraciones superiores por su capacidad única para gestionar lo escaso, protegiendo al mismo tiempo sus márgenes incluso en periodos de inflación.
El renacimiento del sector bancario y asegurador
La transformación del sector financiero europeo brinda otra oportunidad. Tras años de reestructuración forzosa a raíz de la crisis de 2009 (digitalización acelerada, reducción de los costes y el personal, refuerzo de la capitalización), los bancos europeos ahora se benefician plenamente del retorno de los tipos de interés positivos y muestran niveles de rentabilidad en niveles históricamente elevados. Intesa Sanpaolo, UniCredit y Banco Santander ilustran esta transformación.
Además, los servicios bancarios son inmunes a los aranceles aduaneros, por lo que ofrecen una ventaja clave en el contexto proteccionista actual.
Nueva temática clave
En 2025, la soberanía europea emerge como una temática de inversión prometedora. Los presupuestos de defensa de los estados miembros de la Unión Europea, que históricamente han servicio como variables de ajuste, deberían pasar de unas cotas inferiores al 2-3 % del PIB al 5 % a medio plazo. Valores como Thales, Safran, Leonardo o Rheinmetall están experimentando este punto de inflexión histórico. Estos grupos se posicionan también en la ciberseguridad, los drones y las tecnologías de doble uso civil y militar, unos segmentos que registran un crecimiento estructural. Una selección de valores rigurosa Nuestra metodología se basa en criterios cuantitativos estrictos: ROCE elevada, bajo endeudamiento y valoración limitada a 2 veces el ratio price-earnings to growth (PEG). Las únicas excepciones son Hermès y Ferrari, que son capaces de mantener un crecimiento del beneficio por acción del 12-15 % en periodos prolongados gracias a su ventaja competitiva. La generación de flujo de efectivo disponible también es otro criterio decisivo para identificar empresas capaces de autofinanciarse y retribuir a sus accionistas sin depender de los mercados de capitales. Por este motivo, evitamos sectores como las energías renovables, pero también aquellos que dependen de variables externas, como las telecomunicaciones, donde la competencia está determinada por el regulador.
En un mundo fragmentado, los campeones europeos ofrecen una combinación que escasea: excelencia operativa, posición de mercado sólida y valoración atractiva. Los inversores pacientes, capaces de reconocer estas cualidades más allá de las turbulencias actuales, podrían verse recompensados.
Tribuna de Adrien Bommelaer, gestor y codirector del área de Renta Variable de Crecimiento, La Financière de l’Échiquier (LFDE)