La volatilidad que han experimentado recientemente los mercados a causa de la política comercial de EE. UU. debería impulsar a los inversores a plantearse si sus carteras están adecuadamente diversificadas.
El «Día de la Liberación» del presidente Trump, el miércoles 2 de abril, fue el «día de la liquidación» para muchos inversores, ya que acto seguido deshicieron posiciones en renta variable, sobre todo en las acciones estadounidenses más caras. Aunque se esperaban aranceles, estos fueron más duros y contundentes de lo que se preveía. Los empresarios expresaron su preocupación por los perjuicios de los aranceles para las empresas al aumentar la inflación y perturbar el comercio internacional. Muchos economistas afirmaron que era más probable una recesión económica.
Los inversores tuvieron una segunda sorpresa el 9 de abril, cuando Trump anunció una pausa de 90 días en los aranceles de los países que no habían tomado contramedidas. Eso provocó un rebote de las bolsas. También anunció un arancel del 125% sobre China, que había tomado represalias. El arancel del 10% sobre la mayoría de los países se mantiene.
Los mercados y las empresas necesitan que los gobiernos sean coherentes. Con el fin de planificar inversiones eficazmente, ya sea construir una nueva fábrica o desarrollar un nuevo producto, las empresas deben ser capaces de realizar predicciones fiables en relación con las cadenas de suministro y las condiciones económicas. Durante las últimas semanas, los mercados se han tambaleado bajo el efecto de los caprichos de la política comercial estadounidense. La volatilidad podría continuar.
El problema de los aranceles
Los aranceles de Trump fueron siempre una mala idea. La teoría económica convencional sostiene que los aranceles tienden a reducir el comercio y lastran el crecimiento económico. Como escribió David Ricardo, el economista y político británico de comienzos del s. XIX y defensor del libre comercio1, «en un sistema de comercio perfectamente libre, cada país, naturalmente, dedica su capital y trabajo a los empleos que le son más beneficiosos. Esta tendencia a la ventaja individual está admirablemente relacionada con el bien universal del mundo». Y como escribió en fechas más recientes el premio nobel y economista Paul Krugman, «si existiera un credo del economista, seguramente contendría las afirmaciones “Entiendo el Principio de la ventaja comparativa” y ”Abogo por el libre comercio”».
Los aranceles de Trump tenían poco sentido en términos económicos convencionales. Se calcularon usando una fórmula simplista basada en el déficit comercial de EE. UU. con el país abusador. Su intención era reactivar la industria manufacturera estadounidense, pero para eso se necesitarán muchos años y fuertes inversiones, mientras que las penalidades infligidas al consumidor estadounidense (en forma de bienes importados más caros) son inmediatas.
¿Cómo pueden los inversores lidiar con una volatilidad y una incertidumbre como las de los últimos días?
«La diversificación es lo único gratis que existe en la inversión» es una frase que se le atribuye al nobel Harry Markowitz, el creador de la Teoría moderna de carteras. Diversificación significa no poner todos los huevos en la misma cesta. Tener en cartera diferentes tipos de activos puede ayudar a reducir la exposición de una cartera a un riesgo individual. Durante los últimos años y meses, muchos inversores han sobreponderado la bolsa estadounidense. En nuestra opinión, una cartera diversificada debería contener un amplio abanico de inversiones en diversas clases de activos.
Eso significa que los inversores deberían considerar ampliar sus carteras más allá de las inversiones a largo plazo en renta variable y renta fija. Deberían considerar clases de activos alternativas, como la renta variable neutral al mercado, la renta fija de retorno absoluto y el oro y la plata.
Un enfoque neutral al mercado trata de evitar la direccionalidad de las bolsas. Lo hace manteniendo en equilibrio una cartera con posiciones largas y otra con posiciones cortas. Su objetivo es generar rentabilidades a partir del alfa, no de la beta. En un mercado bajista, la cartera de posiciones cortas puede contribuir positivamente, aunque las posiciones largas obtengan resultados negativos. Del mismo modo, en un mercado alcista, la cartera de posiciones largas genera una contribución positiva, aunque la cartera de posiciones cortas obtenga resultados negativos. Cuando una cartera es positiva y la otra negativa, la diferencia relativa entre ambas determina la rentabilidad del fondo. Eso significa que las rentabilidades pueden estar descorrelacionadas con las bolsas, lo que aporta la diversificación que necesitan los inversores.
Se puede aplicar un enfoque de retorno absoluto similar a la inversión en bonos. Una estrategia de renta fija de retorno absoluto puede controlar el riesgo mediante una configuración cuidadosa de las carteras. Para ello, se utiliza un presupuesto de riesgo definido. Las pérdidas de valor pueden minimizarse gestionando la volatilidad a corto plazo. Se buscan rentabilidades totales positivas con niveles estables de volatilidad frente a los mercados de acciones y bonos. Eso aporta diversificación frente a los mercados de bonos.
El oro es un metal monetario y podría afirmarse que es la verdadera forma de dinero. El oro desempeña un papel clásico como refugio en tiempos de incertidumbre y como activo diversificador de las carteras.
La renta variable neutral al mercado, una estrategia de renta fija de retorno absoluto y una estrategia en oro y plata constituyen activos alternativos con los que los inversores pueden tratar de diversificar sus carteras. En momentos como estos, mejor que no le encuentren con todos los huevos en la misma cesta.
Tribuna elaborada por Amadeo Alentorn, responsable de inversiones de Renta Variable Sistemática, Mark Nash, gestor de inversiones, de Renta Fija Alternativa, y Ned Naylor-Leyland, gestor de inversiones, de Oro y Plata de Jupiter AM.