A lo largo de mi carrera en el arte he analizado de cerca las diferencias esenciales entre la inversión en arte y en los mercados financieros. Mi experiencia abarca tanto el estudio de ambos mercados como la inversión personal en ellos.
Si bien ambas alternativas pueden ofrecer oportunidades atractivas, también conllevan riesgos muy distintos que todo inversor debe comprender antes de tomar una decisión informada.
Estabilidad y retorno a largo plazo en finanzas
Las inversiones financieras suelen ofrecer una mayor estabilidad en comparación con el arte. Aunque pueden sufrir fluctuaciones en el corto plazo, a lo largo del tiempo, las inversiones bien gestionadas en fondos, acciones o bonos tienden a generar rendimientos positivos.
La clave en este tipo de inversión es la diversificación y el horizonte a largo plazo. En mi caso, mis inversiones financieras están mayoritariamente en manos de gestoras y con una estrategia de al menos siete años, lo que me permite mitigar riesgos y obtener rentabilidad con el tiempo.
El mercado del arte: un sector no regulado
A diferencia de los mercados financieros, el mercado del arte no está regulado. Esto significa que el valor de una obra depende de lo que alguien esté dispuesto a pagar por ella en un momento dado.
El mercado secundario, donde las obras se revenden, está dominado por las casas de subastas, que funcionan como el único mercado público y proporcionan cierto nivel de transparencia. Sin embargo, las ventas privadas siguen siendo dominantes y pueden ser mucho más opacas.
Un aspecto clave del mercado del arte es la oferta y la demanda. Si un artista emergente tiene una producción limitada y una creciente base de coleccionistas interesados en su trabajo, el precio de sus obras puede dispararse rápidamente. A lo largo de mi carrera, he visto artistas jóvenes y desconocidos alcanzar precios sorprendentes en subastas simplemente porque había una fuerte demanda y poca oferta disponible.
Arte como inversión: una apuesta calculada
Invertir en arte es una apuesta. Si se estudia bien el mercado y se compra la obra de un artista con potencial, su revalorización puede ser exponencial. Sin embargo, también puede perder valor rápidamente si la demanda cae. En mi experiencia, las mejores inversiones en arte que he realizado han sido en obras que he vendido en un período no mayor a seis meses. En cambio, las obras de artistas más establecidos tardan más en venderse, pero el riesgo de pérdida es mucho menor.
La proliferación de plataformas de arte online ha complicado la identificación de buenas oportunidades de inversión en el mercado del arte. La sobreoferta y la falta de regulación pueden llevar a la sobrevaloración de obras y dificultar su reventa. No obstante, una estrategia que me ha resultado efectiva para encontrar talento emergente es acudir directamente a las principales universidades de Bellas Artes, como Yale y NYU en Estados Unidos o Kensington College of Art o Slade School of Fine Art en Londres. Estos entornos permiten descubrir artistas con gran potencial antes de que ingresen al mercado internacional.
Conclusión: complementariedad de ambas inversiones
En mi caso, destino una parte de mis inversiones al arte, siempre con la precaución de seleccionar cuidadosamente cada obra. La inversión en arte no solo requiere identificar piezas con verdadero potencial, sino también hacerlo en el momento adecuado, lo cual no es sencillo, pero sí posible con el conocimiento y la estrategia correctos.
Cuando se elige bien, la rentabilidad en el mercado del arte puede superar con creces la de las inversiones financieras, ya que el valor de una obra puede multiplicarse exponencialmente en un periodo de tiempo relativamente corto. Sin embargo, este mercado también implica mayores riesgos y menor liquidez.
Por otro lado, la inversión en el mercado financiero me proporciona estabilidad y previsibilidad a largo plazo, lo que permite una planificación más estructurada. En una estrategia de inversión bien equilibrada, ambas opciones pueden coexistir, siempre que se comprendan a fondo los riesgos y oportunidades que cada una representa
Tribuna de Sofía Urbina, fundadora de Art Advisory Services.
Este artículo fue publicado originalmente en la Revista Funds Society.