Históricamente se ha asociado la inversión en divisas al trading y por ende a algo riesgoso, complicado y no apto para el inversor de a pie. Siguiendo mi nota anterior, donde repasaba el rol del dólar en la psiquis del inversor latinoamericano, me pareció interesante disipar algunos mitos en relación a la inversión en divisas y dar ejemplos sencillos de cómo lograr diversificar la exposición a divisas de las carteras.
Mito 1. Invertir en divisas es para traders
Mito 2. Invertir en divisas es complejo
Mito 3. Invertir en divisas es riesgoso
El mito probablemente más arraigado es que invertir en divisas es para traders. Esto deriva del uso extendido de derivados para tomar posiciones en pares de divisas y la naturaleza especulativa de dicha inversión en horizontes muy cortos. El mercado de forex es el mercado más grande globalmente, con un volumen diario que excede los 7,5 trillones de dólares. Dicho mercado está abierto las 24 horas, 5 días a la semana, permitiendo a los inversores operar en cualquier momento.
Sin embargo, la inversión en divisas cuyo objetivo es diversificar las carteras y las fuentes de riesgo, está asentada en un análisis macroeconómico cualitativo y un horizonte de mediano a largo plazo, difiriendo sustancialmente de la búsqueda de ganancias rápidas y el uso de stop losses. La teoría de la paridad de poder de compra, sostiene que los tipos de cambio entre dos monedas deberían reflejar la relación entre los precios de bienes y servicios de dos países. Esta teoría es útil para evaluar monedas que están sustancialmente infra o sobrevaloradas de su valor de equilibrio de largo plazo pero se debe tener en cuenta que la reversión a la media es muy lenta (entre 5 y 7 años o incluso más) con lo cual es fundamental invertir en cestas y no en un solo par de monedas.
El segundo mito muy vinculado al primero es que invertir en divisas es complejo. Nuevamente, las inversiones especulativas a través de derivados (futuros, opciones y swaps), el uso del apalancamiento y el day trading ayudan a alimentar este mito. Sin embargo, si tomamos como modelo la gestión de reservas de los bancos centrales, podemos observar que se puede abordar el tema desde una óptica de largo plazo, asignando a una combinación de las principales divisas fuertes y el oro como activo de refugio.
Finalmente, la inversión en divisas se ve como algo riesgoso y esto deriva de su volatilidad y su imprevisibilidad en periodos muy cortos.
¿Como puede el inversor Latinoamericano navegar estos desafíos?
La diversificación en divisas es más sencilla de lo que parece incluso para los inversores privados. Para empezar se puede considerar como una buena guía la asignación por monedas de los principales índices de renta fija y renta variable.
El índice Bloomberg Barclays Global Aggregate USD Unhedged, referente de la gestión de carteras en la renta fija, tiene una asignación de casi 40% al dólar con el resto distribuido en los principales mercados grado inversor incluyendo la zona euro, Japón y China. Mientras que para la renta variable el MSCI World Index que invierte en acciones de gran y mediana capitalización de países desarrollados, tiene una asignación a Estados Unidos del entorno del 71% a junio de 2025.
En este sentido, JP Morgan Private Bank[1] afirma que «No existe una forma perfecta de diversificar la exposición a otras monedas. Sin embargo, a modo de ejemplo, para una cartera 100% en dólares, podría considerar aumentar gradualmente la exposición a otras divisas hasta alcanzar 30% a largo plazo (este porcentaje coincide con el del índice MSCI Mundo)».
Una forma sencilla de diversificar la exposición de las carteras seria comprar ETFs o fondos sin cobertura de divisa que repliquen dichos índices. Históricamente en la gestión de carteras, se ha tendido a invertir sin cobertura en acciones globales y tomar las posiciones de renta fija (bonos corporativos, soberanos, agencias) con cobertura de divisa.
Y aquí cabe una aclaración, por más que el fondo o ETF este denominado en dólares, si no posee cobertura de divisa, el inversor está expuesto a los movimientos de las divisas subyacentes. En el caso de nuestro ejemplo con el Bloomberg Barclays Global Aggregate USD Unhedged, los fondos que repliquen dicho índice tendrán un 60% de exposición fuera del dólar. La moneda de denominación del fondo y la exposición a divisas no son lo mismo. Si el fondo no está cubierto, la moneda de denominación es solo a efectos de calcular su valor liquidativo pero el fondo fluctuara con las variaciones cambiarias de las monedas en las que esta invertido.
Por ende, una manera fácil y efectiva de diversificar las carteras consiste en comprar fondos globales o regionales sin cobertura de divisa. En el caso de fondos de renta variable, se trata de una forma rápida de diversificar en monedas emergentes y monedas de países desarrollados. El porcentaje de inclusión en la cartera dependerá del apetito por el riesgo del inversor y de su convicción en el potencial de revalorización de las monedas a las que se está exponiendo.
Para los inversores renta fijistas, la opción de comprar fondos sin cobertura de divisa también existe y se pueden comprar fondos de bonos europeos, globales o regionales (por ejemplo en francos suizos). Los inversores más conservadores también pueden considerar productos estructurados con garantía de capital y exposición a divisas o incluso depósitos en otras monedas.
Una consideración adicional para los inversores de renta fija es la volatilidad, las divisas en general son entre tres o cuatro veces más volátiles que los bonos, esto es particularmente cierto para los bonos grado inversor, con lo cual los movimientos de la divisa pueden anular el retorno proporcionado por los bonos. En este sentido, es importante cuantificar la exposición a renta fija sin cobertura de divisas según el nivel de apetito por el riesgo.
Para concluir, los inversores tienen un abanico de opciones a la hora de diversificar su exposición al dólar. En medio de una política comercial errática y un abultado déficit, el dólar parece enfrentarse a presiones a la baja que exigen al inversor latino salir de su zona de confort y aumentar la resiliencia de las carteras para los próximos años.
[1] “Diversificación del Dólar: Por qué ahora?” JP Morgan Private Bank, 11 de abril de 2025
Columna de opinión de Juan Reyes.