A medida que los inversores reevalúan sus asignaciones a activos de EE. UU., creemos que deberían considerar los bonos denominados en euros.
El aumento de los déficits y la deuda de EE. UU., junto con una política menos predecible, ha generado preocupaciones sobre el excepcionalismo estadounidense y ha impulsado a los inversores en renta fija a replantearse sus opciones de diversificación fuera de los activos estadounidenses. Si bien ningún otro mercado de capitales ofrece la misma profundidad y liquidez que el de EE. UU., y no existe un sustituto claro para los bonos del Tesoro, pensamos que hay un fuerte argumento para incrementar la exposición internacional.
Europa es una candidata idónea: sus mercados de bonos han crecido, son de alta calidad y podrían beneficiarse de una caída en los rendimientos. Además, dado que los mercados europeos son mucho más pequeños que los estadounidenses, incluso una pequeña reasignación por parte de los inversores de EE. UU. podría tener un impacto significativo en los precios.
Mercados europeos: credibilidad y oportunidad
El euro es la segunda moneda más utilizada en las reservas de los bancos centrales, con un 20 % del total (frente a un máximo histórico cercano al 30 %). Si los inversores comienzan a rotar parte de sus posiciones desde el dólar estadounidense (USD) hacia el euro, esto podría impulsar la apreciación de la moneda europea frente al USD.
¿Desdolarización? El euro podría beneficiarse
La cuota del dólar en las reservas alcanzó su máximo a principios de los años 2020, desde entonces la participación de otras divisas ha crecido.
Tres factores que antes debilitaban al euro se han resuelto:
Tras la crisis de deuda soberana de 2012, el Banco Central Europeo (BCE) cuenta ahora con un abanico probado y diversificado de herramientas.
La era de los tipos de interés negativos terminó y hoy los rendimientos europeos son atractivos en términos históricos.
El BCE ya no restringe la oferta de bonos en euros mediante programas de compra masiva (QE).
La profundidad y liquidez de los mercados de bonos europeos también ha mejorado. En crédito corporativo con grado de inversión, por ejemplo, el mercado en euros ya representa más del 40 % del tamaño del mercado en USD, lo cual lo hace lo suficientemente grande para justificar mayores asignaciones.
Una modesta reasignación de bonos en USD hacia renta fija en euros podría tener un impacto desproporcionado en los precios. Por ejemplo, el mercado de bonos del gobierno alemán (Bunds) es una décima parte del de los Treasuries; cada dólar que sale de los Treasuries tiene un efecto proporcionalmente mayor en los Bunds.
Dos formas de capitalizar: cubierto o sin cubrir
El euro se ha apreciado un 11 % frente al USD en 2025 (hasta el 12 de agosto). Para los inversores en renta fija que esperan que esta tendencia continúe, una posición no cubierta en bonos denominados en euros puede resultar atractiva.
Por otro lado, una estrategia cubierta puede ser ventajosa para los inversores en dólares que busquen exposición a bonos europeos pero sin la volatilidad cambiaria. La diferencia de tipos a corto plazo entre Europa y EE. UU. (que se ha ampliado este año con el BCE relajando mientras la Fed se detuvo) implica que cubrir la exposición a euros de vuelta a USD podría aumentar el rendimiento en casi un 2,5 %.
En definitiva, los inversores globales pueden aprovechar estas dinámicas diversificando parte de sus activos estadounidenses hacia estrategias europeas, ya sea cubiertas o no cubiertas, según su visión sobre las divisas.
Los tipos de interés en Europa tienen más margen de caída
Creemos que los tipos en la eurozona tienen una senda más clara a la baja que en EE. UU., con menor volatilidad potencial.
A corto plazo, los aranceles estadounidenses y la incertidumbre política seguirán pesando sobre las economías europeas. A esto se suma la desinflación procedente de China, cuyos excedentes de exportación probablemente se redirijan hacia Europa. Estos factores podrían llevar a que la inflación quede por debajo del objetivo del BCE, lo que abriría la puerta a más recortes de tipos de los actualmente previstos.
A medio plazo, las perspectivas de crecimiento mejoran gracias al estímulo fiscal de gran escala en Alemania, la mayor economía europea, lo que también respalda al crédito.
El crédito corporativo europeo es atractivo
Aunque los nuevos aranceles estadounidenses (15 % de base) superan los supuestos del BCE, creemos que no generarán grandes disrupciones en los mercados de crédito. Los bonos europeos de alto rendimiento (high yield) y con grado de inversión siguen siendo atractivos.
Las empresas europeas entraron en esta desaceleración económica con balances sólidos y márgenes saludables, lo que les da capacidad para resistir más debilidad económica.
Además, los mercados de crédito europeos cuentan con fuerte soporte técnico: los compradores reaparecen siempre que los diferenciales o los rendimientos se amplían. Y a medida que las tasas de depósito en Europa sigan cayendo, esperamos que haya más flujos desde fondos de dinero hacia crédito, lo que aportará respaldo adicional.
Correlación negativa entre tipos y crédito
Mientras que en EE. UU. la correlación entre tipos y crédito ha sido variable, en Europa ambos mercados han mantenido una correlación negativa estable.
Esto respalda la estrategia del “barbell europeo”: combinar bonos soberanos (para mitigar caídas en momentos de tensión) con bonos corporativos de alto rendimiento (para añadir rentabilidad en fases positivas), gestionando dinámicamente las asignaciones.
Potencial para mejorar los retornos ajustados al riesgo
Para los inversores en dólares, asignar parte de la cartera a una estrategia europea core plus podría diversificar fuentes de ingresos, aportar un rendimiento diferenciado y mejorar la relación riesgo-retorno.
Un análisis de frontera eficiente con índices agregados de EE. UU. y Europa sugiere que una combinación cercana al 50/50 puede ser la más eficiente en términos históricos.
Tribuna de opinión escrita por John Taylor, experto en renta fija europea de AllianceBernstein
Las opiniones expresadas en este documento no constituyen investigación, asesoramiento de inversión ni recomendaciones comerciales, y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB, y están sujetas a cambios con el tiempo.