La hegemonía de Estados Unidos en la banca mayorista global podría entrar en una nueva fase. Así lo concluye el informe anual conjunto de Oliver Wyman con Morgan Stanley, «Defying Gravity: Can Non-US Wholesale Banks Win in the New World Order?», que analiza el cambiante panorama de la banca mayorista mundial, y analiza si el dominio durante décadas de las instituciones estadounidenses está en riesgo o persistirá en una era de tensiones geopolíticas y fragmentación económica.
Desde la crisis financiera, el mercado y los bancos estadounidenses han establecido una posición dominante en la banca corporativa, donde los seis mayores bancos del país concentran el 44% de los ingresos globales del negocio core y el 32% de los ingresos totales de la banca mayorista. Sin embargo, la posibilidad de que se produzcan cambios geopolíticos duraderos puede alterar este equilibrio, y desplazar la balanza hacia Europa, Asia y mercados emergentes de todo el mundo.
“Estamos en un momento decisivo para la banca mayorista global. Si los bancos fuera de Estados Unidos aprovechan esta oportunidad, podríamos ver una transformación real en la composición de la estructura geográfica de la banca corporativa. Aún hace falta rediseñar modelos de negocio, repensar la asignación de capital y reforzar el papel de los mercados locales”, explica Jaime Lizarraga, socio de servicios financieros de Oliver Wyman.
Tres trayectorias posibles para la banca mayorista global
El informe plantea tres posibles escenarios para los próximos años que ponen a prueba el dominio estadounidense. En el primero, de “primacía estadounidense reforzada”, EE. UU. consolidaría aún más su liderazgo, elevando su cuota hasta el 53% de los ingresos globales del negocio core. El segundo escenario plantea una “contracción global”, donde las alteraciones económicas y la aversión al riesgo provocarían una desaceleración que afecta a todas las regiones. En este escenario, los ingresos de la banca mayorista mundial podrían disminuir un 4% (unos 26.000 millones de dólares) de aquí a 2028. Y en el tercero de los escenarios, el más interesante y significativo para los intereses europeos, emergería un “mundo multipolar”, con un crecimiento y desarrollo significativos de los mercados de capitales en Europa y Asia. Esto representaría un cambio fundamental en la estructura del mercado, y dependería en gran medida de la acción política coordinada de los gobiernos de todo el mundo.
Para este último escenario, el informe plantea diferentes resultados: los ingresos globales del sector podrían aumentar un 15% hasta 2028, con Europa y Asia creciendo un 22% y un 21% respectivamente, frente a un 5% proyectado para EE. UU, una clara oportunidad para que los bancos mayoristas europeos y asiáticos capten cuota marginal en los mercados principales y mejoren la rentabilidad y un reto a largo plazo para competir con el mercado estadounidense y los bancos mayoristas de EE.UU. Estados Unidos seguirá siendo el centro del sector bancario mayorista, y los bancos no estadounidenses que logren irrumpir entre los nuevos líderes del mercado tendrán que tomar medidas de transformación para remodelar sus modelos de negocio
En el caso de Europa, el estudio señala que existen barreras políticas y técnicas que han frenado hasta ahora el desarrollo de mercados financieros más sólidos. Consolidar una posición más fuerte frente a EE. UU. exigirá a Europa superar estos obstáculos y promover políticas que refuercen la competitividad y la profundidad de sus mercados.