El informe anual de Julius Baer revela una transformación profunda en la gestión patrimonial global: las familias con altos patrimonios están pasando de preservar riqueza a construir propósito. Según sus conclusiones, en un contexto internacional marcado por la volatilidad y la disrupción, las familias más acaudaladas del mundo están replanteando su relación con el dinero.
El Barómetro Familiar 2025 de Julius Baer, que recoge las perspectivas de más de 2.500 expertos y asesores patrimoniales de Europa, Asia, Oriente Medio y América Latina, muestra que las grandes fortunas ya no se centran únicamente en la acumulación, sino en el legado y la continuidad de los valores familiares. “El éxito no dependerá solo de la gestión de activos, sino de la capacidad de transformar la riqueza en impacto y resiliencia”, señala el informe, que describe un escenario de creciente complejidad geopolítica, tecnológica y social.

Por primera vez, “construir el legado familiar” se ubica entre los tres temas prioritarios. Las familias buscan transferir no solo activos, sino también valores e identidad, utilizando constituciones familiares, declaraciones de misión y mentorías intergeneracionales como instrumentos de cohesión. La riqueza deja de ser un fin y se convierte en un medio para generar impacto social, emocional y cultural duradero.
De oficinas administrativas a infraestructura estratégica
El 40% de las familias UHNW cuenta con una family office, pero muchas exploran ahora modelos híbridos, combinando gestión interna con servicios externos para funciones como filantropía, ciberseguridad o planificación sucesoria, manteniendo en casa la gobernanza y la estrategia. La digitalización ha convertido a la family office moderna en un centro de estrategia, gobernanza y control, integrando inteligencia artificial, comunicación cifrada y análisis en tiempo real.
A pesar de la percepción de altos costos o complejidad operativa, los modelos híbridos y virtuales permiten adaptar la estructura a distintos niveles de riqueza. Estas oficinas se consolidan como herramientas de claridad, confianza y cohesión, alineadas con los valores y objetivos familiares.
Asia lidera este auge, con Singapur y Hong Kong a la vanguardia. Más del 74 % de las familias asiáticas opta por Single Family Offices, y el crecimiento económico impulsa estructuras que combinan tradición e innovación, acompañando a las familias a través de fronteras y generaciones.
Nuevas prioridades
La dispersión geográfica de los patrimonios (más del 80 % de las familias UHNW tiene miembros en distintos países y una de cada tres posee activos en tres o más jurisdicciones) ha redefinido la planificación patrimonial, desde la gobernanza hasta la fiscalidad y la educación intergeneracional. La estabilidad política se considera ahora una divisa estratégica, y la gestión del capital incluye análisis geopolíticos y de riesgo.
Los mercados privados, como private equity, venture capital, infraestructura o real estate, representan hasta el 35 % de las carteras UHNW, alineando retorno y propósito. Las nuevas generaciones priorizan inversiones con impacto, como energía limpia, salud digital e innovación tecnológica, especialmente en Asia y Oriente Medio.
La seguridad integral, que incluye ciberseguridad y privacidad, se integra en la gobernanza familiar, con un enfoque preventivo que protege tanto el patrimonio como el estilo de vida y la estructura operativa de la familia.
Educación, planificación y visión a largo plazo
La educación intergeneracional emerge como un vehículo de legado, transfiriendo conocimiento, propósito y preparación para liderar entre generaciones. La planificación patrimonial se recomienda en tres horizontes (corto, medio y largo plazo) junto con “chequeos de salud estructural” periódicos, garantizando que la riqueza se gestione con visión estratégica y resiliencia.
El Barómetro Familiar 2025 evidencia que las familias UHNW están en un punto de inflexión. La clave del éxito ya no reside solo en la acumulación de activos, sino en la capacidad de transformar la riqueza en legado y resiliencia, combinando gobernanza disciplinada, principios de inversión claros, colaboración multigeneracional y alineación con valores. En un mundo interconectado y volátil, la armonización entre estructura, propósito y planificación se consolida como el factor decisivo para preservar la riqueza, la unidad familiar y asegurar un impacto duradero.




Por Alicia Miguel Serrano