Las Afores manejan activos que representan un 20% del PIB de México, la segunda mayor economía de la región después de Brasil. Actualmente, en materia de comisiones, precio que pagan los trabajadores por el servicio, ya se ubica en estándares internacionales y ahora la atención está centrada en la mejora continua de los rendimientos.
“El tema de rendimientos es un reto interesante. Hoy se paga un premio de 4,55% arriba de la inflación, que es muy bueno. Pero debemos mantenerlo e incluso mejorarlo, para eso necesitamos, entre otras cosas, un régimen de inversión flexible que cuando se vea que pone restricciones excesivas tenga la flexibilidad para adaptarse”, dice Guillermo Zamarripa, presidente de la Amafore, organización que agrupa a las Afores.
En ese sentido, el desarrollo de mercados locales es clave, y el líder gremial considera que, si no se hubiera registrado la llegada al mercado de instrumentos de inversión como los CERPIS, CKDs, etc, el dinero de las Afores estaría invertido en otro lado, porque las administradoras tendrían que buscar otras clases de activos.
La reforma de 2020 que aumentó las contribuciones e incrementó los flujos, potenciando las oportunidades de inversión. Actualmente, el gremio que dirige Zamarripa tiene claro algunos principios básicos: la necesidad de una buena diversificación de activos, prestar atención al tema de las infraestructuras, implementando esquemas para invertir en proyectos y estar atentos a lo que sucede en otros sistemas del mundo en relación con los mercados privados.
“El sistema financiero del país sin duda sufrió una profunda transformación en las últimas décadas. La banca se mantiene como un importante jugador pero detrás vienen las Afores, porque con el aumento de las cuotas de aportación su participación en el mercado se incrementa año con año, en 1997 empezó de cero y hoy es el número dos, solamente después de la banca”, explicó el dirigente de las Afores.
Los retos cambiaron
“Cuando empezó el sistema el reto era que el dinero estuviera. Ahora ya está, pero el entorno de las inversiones es más complicado”, señaló Zamarripa.
“Hoy sí es muy importante empezar a atender es el tema del ahorro voluntario. Hay segmentos de la población para la que el ahorro voluntario es indispensable y es necesario entender muy bien el tipo de población y en quien enfocarse”, acotó.
El otro gran reto tiene que ver con la etapa de desacumulación: “Lo que hemos construido es positivo, pero necesitamos revisar para saber qué necesitamos para enfrentar este proceso”.
Además, agregó, “tenemos mucha gente que tiene una cuenta Afore y no lo sabe. Es importante que esté enterada. El reto no está en la masificación del sistema, porque ese, de hecho, ya se logró con un nivel de entre 70 y 75% de la población que tiene una cuenta Afore. No hay ningún producto financiero en México que lo tenga. El reto está en la cercanía, en el sentido de propiedad de la cuenta, en el conocimiento. Actualmente son otros parámetros los que están vigentes”, explica Zamarripa.
Existe también un tema particular que es horizontal –es decir, no es solo del sistema– y tiene que ver con todos los entornos de ciberseguridad. Para Guillermo Zamarripa, este reto es nuevo y el trabajo ahora consiste en que el sistema no sea vulnerable a las nuevas tecnologías.
A 27 años, una historia de éxito
Las Afores en México son una historia de éxito. Tras 27 años, se puede decir que ya es una realidad, si comparamos el origen con el hoy. Sin embargo, para entender qué era lo que se tenía y lo quee pasa actualmente, es necesario conocer algunos factores que aportaron a la construcción de esta narrativa.
“La primera parte consiste en que, al mandar los recursos a una cuenta individual, con una disciplina y un marco legal que dice que solo se puede retirar en el momento de la jubilación, se acumuló una masa monetaria que hoy ya representa más de 20 puntos del PIB del país”, de acuerdo con Zamarripa.
Hace 27 años, la administración del entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León debió enfrentar la crisis de 1995 y detectó que parte del problema consistía en que gran parte de la deuda del gobierno estaba toda concentrada en vencimientos de corto plazo. México no tenía una base de ahorro interno. En aquella época la economía no reflejaba una vulnerabilidad estructural, sin embargo, lo que magnificó la crisis fue el tema de la deuda,f actores como los Tesobonos, instrumentos de inversión de corto plazo convertibles a dólares, que presionaban la liquidez nacional.
Por lo tanto, lo que se requería era crear mecanismos que generaran esa base de ahorro sólido, estable y de largo plazo, la creación de un Sistema de Ahorro para el Retiro, utilizando el modelo chileno, fue la solución.
“Con el tiempo, la creación del SAR fue determinante para que buena parte de la deuda del gobierno en pesos se convierta a tasa fija con plazos de 10, 20 años, o más. Hoy existen compradores domésticos de deuda interna de largo plazo como las Afores”, señaló el ejecutivo.
Para dimensionar, podemos decir que para el gobierno de México, si no existiera en SAR, su capacidad de emisión de deuda interna versus externa no sería la misma que tiene hoy. No habría tasas fijas en hipotecas y otros mecanismos de financiamiento. Sería un país diferente y, seguramente, con un sistema financiero altamente volátil ante la falta de certezas como las que generan los sistemas de ahorro sólidos.
Más allá, si se considera el ahorro para el retiro, que básicamente se trata de los recursos administrados por las Afores, y se le añade el saldo de Infonavit, se llega a un monto de alrededor del 27% o 28% del PIB. Todo esto es ahorro de familias, no de empresas sino de personas. Se trata de la base de ahorro más grande de personas en México.
“Se generó por lo tanto un ahorro financiero mucho más equilibrado, con vehículos de ahorro forzoso, pero proveniente de las familias y los trabajadores. Entonces, tenemos un mejor ecosistema financiero en el país. Ese es otro beneficio de largo plazo en esta historia de éxito en México”, dijo Zamarripa en la charla con Funds Society.
Hoy vemos que más de la mitad del saldo en las Afores viene de los rendimientos de las aportaciones, aproximadamente 54% de los recursos totales. Se ha logrado que ese dinero que ingresó, con el tiempo, genere interés compuesto. “Hoy la historia nos dice que el dinero se ha invertido, y se ha invertido bien”, señaló el líder gremial.
“Al final el negocio del ahorro para el retiro en el mundo es un negocio de escala. Conforme se va logrando escalar, se generan costos y precios más competitivos. Hoy, por ejemplo, la comisión aplicable de tope promedio de 0,55% es competitiva internacionalmente, en un modelo de comisiones unificado, considerando que al inicio había incluso distintos modelos”, explicó.
“Es una ley universal: aquellas políticas públicas a las que se les da tiempo y son buenas, acaban dando resultados”, dijo para finalizar Guillermo Zamarripa.